julio mariscal y la revista platero

19

Upload: ediciones-en-huida

Post on 10-Mar-2016

212 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Ensayo en el que e autor, Francisco Basallote analiza la relación editorial entre Julio Mariscal y la revista gaditana Platero. Contiene poemas inéditos.

TRANSCRIPT

Page 1: Julio Mariscal y la revista Platero
Page 2: Julio Mariscal y la revista Platero
Page 3: Julio Mariscal y la revista Platero

Francisco Basallote

Julio Mariscal y la revista Platero

Page 4: Julio Mariscal y la revista Platero

© de los textos: Francisco Basallote© de la ilustración de la portada: Inmaculada DelgadoMaquetación: Martín Lucía([email protected])Coordinador editorial: Ediciones En HuidaISBN: 978-84-939539-5-9 Depósito Legal: SE 1503-2012

Está prohibida la reproducción total o parcial de este libro, al igual que su in-corporación a un sistema informático, su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, reprográfico, gramofónico u otro, sin el permiso previo y por escrito de los editores.

Contacte y haga su pedido (sin gastos de envío): [email protected]

Page 5: Julio Mariscal y la revista Platero

Índice

Mariscal, Platero y Basallote (por Pedro Sevilla)Julio Mariscal y la Revista PlateroUna intensa relación poética¿Un poeta aislado? La colaboración en PlateroPoemas de Julio Mariscal publicados en Platero

111314181923

Page 6: Julio Mariscal y la revista Platero
Page 7: Julio Mariscal y la revista Platero

Francisco Basallote

Julio Mariscal y la revista Platero

Page 8: Julio Mariscal y la revista Platero
Page 9: Julio Mariscal y la revista Platero

Nota de los editores

9

La edición de una obra como ésta, una obra que analiza la relación entre el poeta Julio Mariscal y la revista literaria Platero, es para Ediciones En Huida una labor satisfactoria y necesaria. Afirmación que se nutre del conven-cimiento de que la cultura es un patrimonio singular y que significamos como ideario y fehaciente compromiso. Satisfactoria: hace que el editor se congratule de su profesión, añadiéndole un plano de beneficio social a la pura labor de edición. Porque publicar un estu-dio de este tipo contribuye a la salvaguarda de la obra particular del poeta y a la mejora del legado cultural, en su concepción más amplia, de la comunidad.

Necesaria: el beneficio mercantilista no puede ser el único que guíe la edición de libros. De ahí que sea necesario encontrar otros pluses, otros beneficios, menos materiales pero igual de importantes. Para concluir, dejamos constancia de que los poemas que aparecen en esta obra respetan fielmente la forma y estructura con las que fueron publica-dos en los distintos números de la revista Platero.

Martín Lucía y Pedro Luís Ibáñez LéridaEn Sevilla, a 7 de marzo de 2012

Page 10: Julio Mariscal y la revista Platero
Page 11: Julio Mariscal y la revista Platero

Mariscal, Platero y Basallote -

A pesar de haber nacido en su pueblo, y asistido, aunque de lejos, a su derrumbe físico y su muerte, tengo que reconocer que el mayor y mejor conocimiento del poeta Julio Mariscal me ha llegado por referencias, por terceras personas. Como explico en el prólogo a la determinante antología La mano abierta, obra del poeta José Mateos, yo era un adolescente cuan-do murió Mariscal y cuando su poesía cambió, y lo digo sin la mínima exageración, mi vida y mi forma de enfrentarme a mis sentimientos y a la poesía. Entre esas “terceras personas” que me descubrieron a Julio, que me hicieron ver al Julio Mariscal joven, al Julio Mariscal comunicativo, cor-dial, se encuentra el poeta de Vejer Francisco Basallote, que nos sorprende ahora con este trabajo donde rastrea y enumera la relación de Julio con la revista Platero, una de las publicaciones poéticas más importantes del se-gundo tercio del siglo XX español. Hay otras “terceras personas” que me dibujaron y explicaron a Julio: su sobrino Aurelio –que me abrió su casa y me introdujo en el santuario del poeta, allí donde perduran sus inéditos, que ojalá se mantengan así para siempre–, los poetas de Alcaraván –míti-co grupo poético arcense del que el mismo Julio fue cofundador–, el poeta de Jerez Francisco Bejarano –que se considera su alumno–, el poeta Gui-llermo Sena Medina o, entre otros, el crítico Juan de Dios Ruiz Copete, autor de la primera antología de Julio Mariscal, aquella que se publicó por la Universidad de Sevilla a los pocos años de su fallecimiento. Pero para mí, para la recomposición de la vida y obra del autor de Pasan hombres oscuros, ha sido crucial y fundamental el conocimiento de la correspondencia de Julio Mariscal con Francisco Basallote. En ellas encontramos un Julio afable, amable, amigable, pronto al consejo y a la autocrítica, como buen maestro. Vengo tratando de explicar que Julio Ma-riscal no fue un personaje esquinado, esquivo, solitario o displicente en sus años mozos. La displicencia llegó después, cuando definitivamente se dio por vencido ante una sociedad podrida de hipocresías y de mala leche. Hubo un Julio juvenil, tímido pero nada malangel, serio pero nada amar-gado. Y sobre todo un Julio entregado a la poesía, a sus idas y venidas, a

11

Page 12: Julio Mariscal y la revista Platero

su ritmo y su música. Entregado a la poesía y a la correspondencia con sus amigos poetas, a los que envía poemas propios o corrige los que le envían. Otra prueba de la vitalidad de Julio Mariscal es su participación en la fundación o en la revitalización de revistas poéticas. Como he dicho, en 1949 funda con los hermanos Antonio y Carlos Murciano, Cristóbal Ro-mero, Antonio Luis Baena y otros, la revista Alcaraván, mecanografiada con un ardor juvenil digno de aplauso. Y Platero. En la revista Platero, ese “invento” de Fernando Quiñones al que se adhirieron entusiásticamente los jóvenes poetas del lugar, Julio tuvo una participación cumplida, como bien expone Basallote en este trabajo exhaustivo. Este trabajo, fruto de una fidelidad amistosa que va más allá de la muerte, coloca a Francisco Basallote entre los principales escritores empeñados en la revitalización y puesta en valor de la poesía de Julio Ma-riscal, un poeta vigente porque escribió de lo que siempre es con palabras suyas, la única manera de permanecer y durar.

Pedro Sevilla

12

Page 13: Julio Mariscal y la revista Platero

Julio Mariscal y la revista Platero -

En la desolación general tras la guerra civil española, el mundo poético español se encontraba fraccionado en dos mitades: el Norte y el Sur. En el Norte, dos revistas Garcilaso y Espadaña, centraban la poesía: una desde la militancia oficial de los vencedores, cultivadora de una poesía seca y fría, de rígida perfección formal, ausente del tiempo y otra, en una situa-ción pretendidamente opositora, defensora de un falso existencialismo y con una clara despreocupación por lo formal. Mientras, en el sur, la poesía vivía ensimismada, de espaldas a la fea realidad vigente en una posición entre añorante y reivindicativa de la herencia de la Generación del 27, con la que algunos poetas y revistas logran una conexión espiritual y de transición, en cuya función destacan las revistas Cántico, en Córdoba, y Platero, en Cádiz.

Según Manuel J. Ramos Ortega1, “Platero es(…)la publicación más im-portante del segundo tercio de este siglo en la literatura gaditana. Su im-portancia radica en el hecho de que, a pesar de los escasos medios con los que contó logró superar el reducido marco local y provinciano de los años cincuenta y, más tarde, incluso convertirse en una revista con repercusión en el ámbito nacional.”

Platero nace gracias al impulso de Fernando Quiñones, que logra reunir un grupo formado por los poetas Serafín Pro Hesles, Felipe Sordo Lama-drid y Francisco Pleguezuelo, amigos de colegio, a quienes se les unen J. Manuel Caballero Bonald, Julio Mariscal, José Luís Tejada, Pedro Ardoy y Carlos Edmundo de Ory, que había fundado en Madrid el movimiento postista y la revista Postismo.

Antes de editar Platero, este grupo había publicado una revista llamada Parnaso, cuyo número 1 apareció el 1 de diciembre de 1948, y el 30 y último, el 15 de febrero de 1950, que es la antecesora de Platero, que aun-que con portada distinta conserva la numeración antigua, ya que su primer 1 Ramos Ortega, Manuel J. Platero, una Revista gaditana del medio siglo. Prólogo a la edición facsimilar de Platero. Revista Literaria Gaditana. El Monte. Sevilla, 2000

13

Page 14: Julio Mariscal y la revista Platero

número, de marzo de 1950 ostenta el nº 31, no existiendo pues un número 1 de Platero. Así se mantuvo hasta el nº 39, constituyendo estos nueve nú-meros lo que se conoce como su Primera Época. La Segunda Época, que fue la más importante y divulgada, contó con 24 números, apareciendo el 1 en enero de 1951 y el 24 en 1954.

Una intensa relación poética

Según Pedro Sevilla, “Año 1946; tocan diana en la vida de nuestro hom-bre. El artillero Julio Mariscal Montes es destinado al Campo de Gi-braltar. En los días libres que le permite su vida militar, frecuenta Cádiz, donde agiganta sus conocimientos poéticos y flamencos con sus contactos como Fernando Quiñones, Felipe Sordo Lamadrid (al que luego dedica-ría su “Ciprés”), José Manuel Caballero Bonald… Allí comienza también sus colaboraciones y trabajos en la revista “Platero”2”.

“Volvemos al verano de 1949. El recién licenciado, artillero Julio Ma-riscal Montes es ya un mozo de casi 29 años, y la postguerra sigue en-ganchada al carro local. Abandonada definitivamente la idea de estudiar Filosofía y Letras, Julio decide hacer Magisterio: de nuevo a Cádiz, en donde reanuda sus relaciones amistosas y se cita con la poesía y el fla-menco. En 1950 obtiene el título de Maestro Nacional y su primer destino es el Colegio “Primo de Rivera” de Cádiz; en él permanece durante el curso escolar 1950-51, para ser destinado luego dos años a El Bosque, en donde coincide con Antonio Luís Baena, también maestro. En 1952 participa de la fundación de la revista “Arquero de Poesía”, y en 1953 se produce el nacimiento de su primer libro”3.

La colaboración de Julio Mariscal que se iniciara en la Revista Parnaso (1948- 1950) continuó en Platero, donde con altos y bajos se mantuvo hasta el último número. Es interesante relacionar las colaboraciones en 2 Sevilla, Pedro. 10 de Julio. pag.50. www.Julio Mariscal.arcosenlared.com

3 Ibidem. pag.53

14

Page 15: Julio Mariscal y la revista Platero

Platero con su actividad poética, su nombre como poeta ya era bastante conocido, en 1949 fundaba con Antonio Murciano, Alcaraván, cuyo pri-mer número, como luego los de la primera etapa de Platero, sería meca-nografiado.

El ejercicio profesional en Cádiz le dio una oportunidad de consolidar su relación con el grupo de Platero, cuyos vínculos estaban de todas formas lo suficientemente arraigados. Sin embargo, no cabe duda que el curso 1950-51, con su estancia en Cádiz, le facilitaba la conexión con el grupo, así dice Ruiz-Copete “Estos muchachos –Fernando Quiñones, Serafín Pro Hesles, Felipe Sordo Lamadrid y Paco Pleguezuelo,(…)–, jovencí-simos todos,(…) le transmiten todo su vitalismo y toda su desbordante inquietud juvenil(…) De todo el grupo, el que mejor sintonizó con Julio Mariscal sería Felipe Sordo Lamadrid. También, en menor medida Sera-fín Pro y Paco Pleguezuelo. Con Fernando Quiñones la relación, dentro de la cordialidad, sería más distante…4 ”.

Dicha conexión no era solamente literaria, sino que incluía el flamenco y la gastronomía, a este respecto es un ejemplo el final de la famosa escena del abrazo de Conte a Fernando Quiñones que cuenta Francisco Plegue-zuelo5: “Más tarde, en la taberna de las Cortes, frente a una botella de vino de Chiclana y un plato de ostiones fritos, con Antonio Perea, Toya, Julio Mariscal, José Manuel Caballero Bonald, Felipe Sordo Lamadrid, Serafín Pro y el narrador de los hechos, Fernando, impertérrito y son-riente, nos explicaba el misterio de “la blanca nube que había embelle-cido el abrazo de Conte. Su tía, una pobre y buena mujer, que convivía con el artista, a falta de tiempo, o tal vez de energías, había “limpiado” la guerrera de Infante de Marina, transformada en chaqueta de verano, cubriendo las numerosas manchas cuarteleras, con una tiza mojada en una taza de agua.

Fruto de esta amistad fue la visita de los poetas de Platero a propuesta de

4 Ruiz-Copete, Juan de Dios. Julio Mariscal: El poeta y su obra. Diputación de Cádiz.2001

5 Pleguezuelo, Francisco. El Correo de Andalucía, 2 octubre 1998.

15

Page 16: Julio Mariscal y la revista Platero

Julio, que según cuenta Juan de Dios Ruiz-Copete6, participante en ella, “…se mostraba aquel día cordial y extrovertido, hasta se permitió ense-ñar Santa María, la mayor y más antigua iglesia de Arcos(…) Ya vencida la tarde (…) el grupo sintió, -y Julio más, por anfitrión- en el momento de la despedida, el gozo de un afecto compartido…”.

Es muy esclarecedora la visión que, sobre el grupo Platero en general y sobre Julio en particular, ofrece José María Rodríguez Méndez7, poeta catalán que ocasionalmente coincidió en los inicios de Platero mientras realizaba las Milicias en Cádiz: “Creo que fue en el café Novelty, plaza de San Juan de Dios, en una mañana soleada de domingo (pícaros, golfi-llos y limpiabotas acechando en la terraza del popular café), donde tomé contacto por primera vez con Fernando Quiñones, que era el alma de la revista, con Felipe Sordo y con Julio Mariscal Montes (…) Con los tres –sobre todo con Julio Mariscal- sellé una amistad grande (…) Le estoy viendo en aquella mañana de nuestro encuentro en el Novelty , con su as-pecto de señorito rural andaluz (como le motejaban y era realmente), en-domingado con un traje impecable, con su corbata y su camisa de cuello duro contrastando con su cara atezada y campesina de bailaor flamenco, agitanado, con unas patillas bandoleras de boca de hacha y bebiendo melindrosamente uno de sus cuarenta o cincuenta cafés con leche que se bebía a lo largo del día. (…) Julio Mariscal era el más andalucista de todos ellos y su poesía me encantaba.”

“Nos entendimos muy bien, congeniamos. Me uní al grupo, colaboré en la revista8. (…) Generosos y hospitalarios me acogieron en sus páginas como “colaboración especial”(hablando en términos teatrales) y casi con la misma reverencia con que acogían al misterioso José Luís Tejada, el albertiano poeta de El Puerto de Santa María, que estaba como en reclu-sión, pero del que hablaban todos con profunda admiración y respeto .”

6 Ruiz-Copete, Juan de Dios. Op.cit.

7 Rodríguez Méndez, J.María. Platero, Cádiz y Julio Mariscal Montes. Fragmentos de unas memorias. Revista Clarín, nº 70, 2007, págs.56-70

8 Rodríguez Méndez llegó a colaborar en 11 ocasiones.

16

Page 17: Julio Mariscal y la revista Platero

Sobre Julio tiene unas palabras que nos dan la imagen del poeta en aquellos años que, a nuestro criterio, fueron de los más felices de su vida poética: “(…) Los primeros poemas (de Julio) que conocí fueron aquellos “Cantos a la soledad” (sic), especie de endechas andalucísimas, que estaban más allá del lorquismo y alcanzaban una desnudez impresionante, que luego se haría honda en su libro Corral de muertos.” (…) “Entre Julio Mariscal y yo se estableció muy pronto (luego de cierta reserva) una viva corriente de amistad. Una amistad fuera de lo vulgar. A los pocos días de nuestro encuentro empezamos a salir juntos y a recitarnos poemas, a lanzarnos poemas como pedradas. Y a recorrer barrios y bares, él tomando sus in-numerables “cafelitos” y yo echándome al coleto copas de amontillado. ¡Qué magníficas tardes pasé con Julio por los barrios gaditanos! Aquel barrio de la Viña –donde Julio meses más tarde pondría piso– del que Pemán había dicho (recitado por Julio) “Barrio claro de la Viña-calle de San Rafael”. Me recitaba innumerables estrofas de Lorca, de Alberti, (…). Me sumergió totalmente en la vida popular de Cádiz, con sus golfos, sus limpiabotas, sus bailaores, sus gitanos. Paseábamos todo Cádiz, dán-dole la vuelta varias veces, soltándome la andanada de los versos anda-luces. Frecuentábamos maravillosas tabernas donde comíamos aquellos “ostiones” y aquellas “acedías”, o “bocas de la isla”, exquisitos frutos de la mar gaditana” .

El trabajo en Platero significó para Julio según el mismo Ruiz-Copete9: “…el refrendo externo a un poder creativo… Más aún, le serviría para operar en él una transmutación fundamental: el concepto que él alber-gaba de la poesía. (…) Desde entonces, contagiado por el voluntarismo poético del joven grupo gaditano, adopta (…) una actitud distinta, como más retadora y decidida…” .

Estos años de Cádiz y los siguientes de El Bosque nos ofrecen la ima-gen de un Julio Mariscal pletórico, lleno de fuerzas interiores que se de-muestran en su obra, así como de una gran vitalidad, que contrasta con lo que Juan de Dios Ruiz-Copete constantemente lo define, como silencioso, independiente, seco, serio, inexpresivo… Posturas que probablemente lo

9 Ruiz-Copete, Juan de Dios. Op.cit

17

Page 18: Julio Mariscal y la revista Platero

definirían más tarde, cuando las horas se le volvieron negras; pero que ahora, en un medio alegre y cálido como era la amistad del grupo gaditano se manifestaba como el joven que era…

¿Un poeta aislado?

Es interesante, a nuestro modo de ver, la importante comunicación que te-nía Julio con los poetas y el mundo cultural de la época, no sólo con los de Arcos, sino con su colaboración en casi todas las revistas literarias como: Arquero de Poesía (de la que aparece en algunas fuentes como fundador junto a Gloria Fuertes, Rafael Mir y Antonio Gala), Alcántara, Ágora, La isla de los ratones, Caracola, Cal, Caleta, Capitel, Alor, Ixbilian, El go-rrión, Torre Tavira, Alfox, El Cobaya, Rocamador, Anaconda, Bahía, Flo-resta de varia poesía La Venencia, Liza, Arcilla y Pájaro, Litoral, Güa-dalquivir, Álamo, Aljibe, Pliego, Pleamar, Madrigal, Llanura, Cumbres, Atzavara, La luna negra, Última poesía religiosa, Punta Europa, Estafeta literaria y varias hispano-americanas.

Asimismo mantuvo una extensa correspondencia con todos los poetas, tanto del entorno como lejanos, para los que siempre tenía un momento de atención, hecho del que fuimos testigo privilegiado años más tarde y que hizo que Aquilino Duque10 llegara a decir que tuvo como maestro a Julio Mariscal. Dice que cree que fue de su mano como llegó a Lorca y a Alberti. También dice: “No recuerdo muy bien quién me puso en contacto epistolar con Julio Mariscal,(...) esos primeros versos de Mariscal me llegaron por vez primera copiados de su puño y letra, acompañados de consejos y críticas de los versos que a mi vez yo le mandaba. Al criticarme a mí por el empleo de tal o cual palabra, no escatimaba la autocrítica...”. Estas palabras del poeta sevillano confirman esa labor de difusión poética y establecimiento de lazos que le caracterizó siempre. (...)

10 Duque, Aquilino. Julio Mariscal.Poeta del Páramo. Diario de Sevilla. Cultura. 14 junio 2007

18

Page 19: Julio Mariscal y la revista Platero

PVP: 12 €

Ya a la venta en [email protected]

Envíos gratuitos en toda España