julio cortázar - historias de cronopios y famas

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Julio Cortázar

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Julio Cortázar - biografía y reseña sobre Historia de cronopios y de famas

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Page 1: Julio Cortázar - Historias de Cronopios y Famas

Julio Cortázar

Page 2: Julio Cortázar - Historias de Cronopios y Famas

«Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha, al mismo tiempo, fue el no aceptar las cosas como me eran dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra madre era la palabra madre y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mí un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba. En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas.»

Julio Cortázar

Page 3: Julio Cortázar - Historias de Cronopios y Famas

Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte.

Page 4: Julio Cortázar - Historias de Cronopios y Famas

Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.

Page 5: Julio Cortázar - Historias de Cronopios y Famas

La continuidad de los parques (1964)

Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

Page 6: Julio Cortázar - Historias de Cronopios y Famas

Biografía- Julio Cortázar (1914 – 1984) fue un escritor, traductor e intelectual

argentino. Sin embargo, tuvo dos nacionalidades (incluyendo la francesa, como protesta por el Gobierno Peronista)

- Fue un lector precoz, leyendo a los nueve años las obras de Edgar Allan Poe, Julio Verne y Victor Hugo, elegidas por su madre, gran apoyo para su formación de lector y escritor.

- Se tituló como maestro normal y profesor de letras, estudiando además Filosofía (que no pudo terminar por ayudar a su madre) y traducción inglesa y francesa. Paulatinamente, escribe relatos que le dan fama local en distintos medios de difusión literaria (Concursos, revistas y colaboraciones).

- Pese a viajar y vivir en otros países, se involucra fervientemente en la política latinoamericana, apoyando la Revolución Cubana y el gobierno de Salvador Allende, entre otros. Su literatura no escapa de sus convicciones políticas.

- Aunque en las postrimerías de su vida padece enfermedades graves (causadas por el sida que contrajo en una transfusión de sangre en el sur de Francia), no deja de escribir. Muere en París y es enterrado en la tumba de su segunda esposa, la escritora Carol Dunlop.

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Su obra y estilo- Julio Cortázar es considerado como uno de los escritores

revolucionarios en la escena de la literatura universal, por su innovación y originalidad. Es precursor del Boom latinoamericano (1960-1970), fenómeno literario de cuentistas jóvenes que masificó mundialmente la literatura de nuestro continente.

- Cortázar desarrolló todas las facetas de lo literario: escribió Novelas, cuentos (en prosa y verso), poemas y obras dramáticas. Su obra se enmarca en las corrientes del realismo mágico y el surrealismo.

- Su estilo rompe con los cánones clásicos, encontrándonos con narraciones que fracturan la temporalidad y lógica cotidiana, personajes de una complejidad psicológica tremenda, un sentido del humor único, el cuestionamiento por la existencia del ser humano en el mundo, temáticas fantasmales e ilógicas que provocan un extrañamiento en el lector y una rica utilización técnica del lenguaje.

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Historias de Cronopios y famas

Page 9: Julio Cortázar - Historias de Cronopios y Famas

Justificación de “Historias…”Yo estaba una noche en el teatro des Champs Elysées, había un concierto que me interesaba mucho, yo estaba solo, en lo más alto del teatro porque era lo más barato. Hubo un entreacto y toda la gente salió, a fumar y demás. Yo no tuve ganas de salir y me quedé sentado en mi butaca, y de golpe me encontré con el teatro vacío, había quedado muy poca gente, todos estaban afuera. Yo estaba sentado y de golpe vi (aunque esto de ver no sé si hay que tomarlo en un sentido directamente sensorial o fue una visión de otro tipo, la visión que podés tener cuando cerrás los ojos o cuando evocás alguna cosa y la ves con la memoria) en el aire de la sala del teatro, vi flotar unos objetos cuyo color era verde, como si fueran globitos, globos verdes que se desplazaban en torno mío. Pero, insisto, eso no era una cosa tangible, no era que yo los estuviera "viendo" tal cual. Aunque de alguna manera sí los estaba viendo. Y junto con la aparición de esos objetos verdes, que parecían inflados como globitos o como sapos o algo así, vino la noción de que esos eran los cronopios. La palabra vino simultáneamente con la visión.

    Sobre esa palabra muchos críticos se han partido las meninges porque han buscado por el lado del tiempo, de Cronos, para ver si había una pista metafísica. No, en absoluto; es una palabra que vino por pura invención, conjuntamente con las imágenes. Bueno, después empezó a entrar la gente, siguió el concierto y yo escuché la música y me fui.

    Pero esa pequeña visión que yo había tenido y además el nombre de cronopios -que me gustó mucho- siguió obsesionándome. Y entonces empecé a escribir las primeras historias. Y de la misma manera aparecieron las imágenes -pero no tan definidas como las de los cronopios- de los famas y de las esperanzas. Esas imágenes, ya, fueron sacadas, fueron inventadas como contraposición de los cronopios, y las esperanzas juegan un papel intermedio. Pero yo no tenía una idea de quiénes eran y cómo eran. Y por eso es que se los distingue de una manera muy distinta al comienzo del libro.

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Textos de “Historias…”

INSTRUCCIONES PARA LLORAR(De “Manual de instrucciones”)

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia dentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

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Textos de “Historias…”

EL DIARIO A DIARIO (De “Material Plástico”)

Un señor toma el tranvía después de comprar el diario y ponérselo bajo el brazo. Media hora más tarde desciende con el mismo diario bajo el mismo brazo. Pero ya no es el mismo diario, ahora es un montón de hojas impresas que el señor abandona en un banco de plaza. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que un muchacho lo ve, lo lee y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que una anciana lo encuentra, lo lee y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Luego se lo lleva a su casa y en el camino lo usa para empaquetar medio kilo de acelgas, que es para lo que sirven los diarios después de estas excitantes metamorfosis.

Page 12: Julio Cortázar - Historias de Cronopios y Famas

Textos de “Historias…”

PROGRESO Y RETROCESO (De “Material Plástico”)

Inventaron un cristal que dejaba pasar las moscas. La mosca venía, empujaba un poco con la cabeza y, pop, ya estaba del otro lado. Alegría enormísima de la mosca.

Todo lo arruinó un sabio húngaro al descubrir que la mosca podía entrar pero no salir, o viceversa, a causa de no se sabe qué macana en la flexibilidad de las fibras de este cristal, que era muy fibroso. En seguida inventaron el cazamoscas con un terrón de azúcar dentro, y muchas moscas morían desesperadas. Así acabó toda posible confraternidad con estos animales dignos de mejor suerte.

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Textos de “Historias…”COSTUMBRES DE LOS FAMAS

(De “Fase Mitológica”)

Sucedió que un fama bailaba tregua y bailaba cátala delante de un almacén lleno de cronopios y esperanzas. Las más irritadas eran las esperanzas porque buscan siempre que los famas no bailen tregua ni cátala sino espera, que es el baile que conocen los cronopios y las esperanzas. Los famas se sitúan a propósito delante de los almacenes, y esta vez el fama bailaba tregua y bailaba cátala para molestar a las esperanzas. Una de las esperanzas dejó en el suelo su pez de flauta —pues las esperanzas, como el Rey del Mar, están siempre asistidas de peces de flauta— y salió a imprecar al fama, diciéndole así: —Fama, no bailes tregua ni cátala delante de este almacén. El fama seguía bailando y se reía. La esperanza llamó a otras esperanzas, y los cronopios formaron corro para ver lo que pasaría. —Fama —dijeron las esperanzas—. No bailes tregua ni cátala delante de este almacén. Pero el fama bailaba y se reía, para menoscabar a las esperanzas. Entonces las esperanzas se arrojaron sobre el fama y lo lastimaron. Lo dejaron caído al lado de un palenque, y el fama se quejaba, envuelto en su sangre y su tristeza. Los cronopios vinieron furtivamente, esos objetos verdes y húmedos. Rodeaban al fama y lo compadecían, diciéndole así: —Cronopio cronopio cronopio. Y el fama comprendía, y su soledad era menos amarga.

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CONSERVACIÓN DE LOS RECUERDOS (De “Historias…”)

Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: «Excursión a Quilmes», o: «Frank Sinatra». Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: «No vayas a lastimarte», y también: «Cuidado con los escalones.» Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.

Textos de “Historias…”

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EL CANTO DE LOS CRONOPIOS (De “Historias…”)

Cuando los cronopios cantan sus canciones preferidas, se entusiasman de tal manera que con frecuencia se dejan atropellar por camiones y ciclistas, se caen por la ventana, y pierden lo que llevaban en los bolsillos y hasta la cuenta de los días. Cuando un cronopio canta, las esperanzas y los famas acuden a escucharlo aunque no comprenden mucho su arrebato y en general se muestran algo escandalizados. En medio del corro el cronopio levanta sus bracitos como si sostuviera el sol, como si el cielo fuera una bandeja y el sol la cabeza del Bautista, de modo que la canción del cronopio es Salomé desnuda danzando para los famas y las esperanzas que están ahí boquiabiertos y preguntándose si el señor cura, si las conveniencias. Pero como en el fondo son buenos (los famas son buenos y las esperanzas bobas), acaban aplaudiendo al cronopio, que se recobra sobresaltado, mira en torno y se pone también a aplaudir, pobrecito.

Textos de “Historias…”

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Conclusión

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Conclusión