julián alonso poesía en derribo
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Libro de poesíaTRANSCRIPT
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Dep. Legal: _______/2014Edita: Excmo. Ayuntamiento de Venta de Baños(Palencia)Imprime: Zamart Artes Gráficas - PALENCIAMaqueta: Julián Alonso
© de los textos e ilustración interior: Julián Alonso© del poema : Jesús Aparicio
del autor: Rubén del Valle
© fotografía de cubierta: Edu Barbero
© Retrato“Cruza a mi lado...”
Julián Alonso
DE TANTO AMAR LOS TRENES
POESÍA EN DERRIBO
(Pregón literario de las “Fiestas de Santa Rosa de Lima”2013 - VENTA DE BAÑOS)
(Selección personal)
JULIÁN ALONSO. Palencia, 1955.
Licenciado en Geografía e Historia, su actividad se dispersa en
diversos ámbitos: literatura, creación artística, edición, crítica,
conferencias, jurado de premios literarios y de pintura, organización y
comisariado de exposiciones y eventos culturales y artísticos, radio, etc.
Fue responsable de los programas de Radiocadena
Española/Radio Nacional de España en Palencia: “La hora del Rock &
Roll”, “Club Medianoche”, “Música y Palabra” y “Voces de Palencia”,
programas realizados entre 1986 y 1998 y del “Archivo sonoro de poetas
palentinos”.
Figura entre otras antologías y obras colectivas en las visuales
(Art-Eragin -
Vitoria, 1999), , Benicarló, 2000,
“Poesía Experimental Española ante el nuevo milenio”
“PHAYUM Poéticas Visuales” “El
color en la Poesía Visual (Antología consultada)”
“Antología de Poesia Experimental española” 1963-2004
“Poesía
Visual Española (Antología Incompleta)”
“Cinco miradas”
“Avalon”
“Espacio Colectivo (Poetas
del grupo Astrolabio)” “La Soledad de un Mundo”
“19 Poetas (Antología de Poetas palentinos del
siglo XX)”. “Al aire nuevo (Antología de
Nueva Poesía Española)”
República de los
Sueños Diario de Abril Arquitextura
Trampas de la memoria
“Pasos en la arena”
“CAFÉ”
“Cuando soy el otro” “El tiempo es un pájaro
amarillo” “Calle Mayor” “Blues
del recuerdo” “Aunque me veas”
“En la memoria canta un pájaro”
“,
, Madrid, 2001,
(Antólogo:
Felix Morales Prado / Editorial Mare Nostrum) Madrid, 2004,
Ed. Calambur, Madrid
2007, Universidad de León 2009 y en los especiales
dedicados a poesía visual española de las revistas “Ínsula”, “Zurgai”,
“Ánfora Nova” y “Cuadernos del Matemático”, así como en las
convencionales (muestra poética en español e inglés
(Astrolabio / Universidad de Sheaffield),
(Endymión 1996),
(Asociación Colegiada de Escritores, 1999), “Aldea Poética II” (Ed.
Ópera Prima, 2000),
Aretusa (Palencia, 2000),
. México, 2001, etc.
Formó parte del “Grupo poético Astrolabio”, desde 1992 hasta
1996.
Ha publicado, entre otros, el libro de relatos “
” (1991), los de poesía, “ ” (1992), “ ”
(Premio Provincia de Guadalajara 1993), “ ”
(premio Ciudad de Benicarló), (Palencia, 2008), y
numerosas plaquettes y cuadernillos como (1995, junto a L.E.
Aute), (1996),
(con Pablo Guerrero) 2002, (2002),
(2011) (con Ángel Cuesta) (con
Javier Arribas) 2011, (con Narciso
Maisterra) 2012, “Veintitrés haikus” (con Francisco Aliseda) 2012
Gestos” “Instantáneas”
“Collage Poemas”
“Disolución” “Diez Poemas Banales”
“Disidencias” “Golpes de Viento”
Premio de Periodismo “Mariano del
Mazo”.
“I Congreso de poetas
palentinos del siglo XX”,
(con Fernando Palacios) 2013, (con Rubén
del Valle) 2013,
o los visuales
(1993), (1994), (1997),
(1998), el CD-Rom , que reúne su
obra experimental entre 1990 y 2004.
Dirige las colecciones “Cuatro Cantones”, “Cero a la Izquierda”
y la revista virtual “Papeles de humo”.
En 2001 obtuvo el “
Fue pregonero literario en las Fiestas de San Antolín 2008 de
Palencia y colabora habitualmente con el diario “El Norte de Castilla”.
Su obra literaria fue estudiada en el
que en 2008 organizó el Instituto Castellano y
Leonés de la Lengua.
Durante el curso 2009-2010, fue coordinador del “Club de
lectura de poesía” de la Biblioteca de Castilla y León.
Es miembro y vocal de ACyLCA (“Asociación de Críticos de
Arte de Castilla y León”), AECA (“Asociación Española de Críticos de
Arte”) AVA (”Artistas Visuales Agrupados”) y coordinador literario y de
contenidos del proyecto “Soñando Futuros” de la fundación FORCAL.
Páginas web: http://perso.orange.es/juferal38www.flickr.com/photos/julian_alonso
“Días y nubes” “Tras la
pared”
(con Edu Barbero) 2013,
(con Lola López Cózar) 2014
www.issuu.com/aloaloju
Santa Rosa de Lima - Pregón literario 2013
DE TANTO AMAR LOS TRENES
El poeta, unas veces por trabajo, otras por placer, viaja con
frecuencia en tren, se ensimisma mirando por la ventanilla, ve discurrir
fuera el día y las estaciones, observa a la pareja que se ha sentado
frente a él y piensa, como si de un poema se tratara:
Envidia a esos jóvenes enamorados, ajenos a todo y a todos,
con ojos sólo para si mismos y recuerda cuando una vez escribió:
Abre su cuaderno de viaje y lee:
En el tren, los abrazos son más largos
y los besos pueden durar kilómetros.
Captamos las palabras que se han dicho
cien metros más atrás.
Nos parece normal esa carrera del poste de telégrafos
que, sin embargo, inmóvil nos ignora
cada vez más lejano.
Soy la Unidad Tranvía,
con parada en todas tus estaciones.
Soy la Unidad Tranvía que circula por ti, recorriendo paisajes de
doradas colinas, abriendo las ventanas para que el sol penetre, parando
en cada curva, por retomar aliento y seguir el camino, distinto cada día,
de tus manos que esperan y me toman el pulso en las tardes febriles.
Santa Rosa de Lima - Pregón literario 2013
Cada estación es familiar y a la vez nueva. En todas dejo
completo mi equipaje encontrándolo intacto en el regreso y en todas
pierdo una parte de mí que ya me voy borrando y no reflejo en los
espejos de la sala de espera.
¡Cuántas mañanas llego y veo en tus pupilas los sueños
incumplidos!. En un intento de hacerlos posibles, me detengo, con
estrépito de frenos, para darte mi sonrisa con los buenos días. Tomas
siempre lo que quieres, todo o nada, con esa ingenuidad de niña que ve
por primera vez el tren y comprende lo que los mayores no podemos
apreciar: que está vivo aunque a veces lo disimule.
Me preparas a diario el café con leche, no se si desayuno o
medicina, para que traquetee y traquetee hasta que de mí baje el viajero
que esperas, el que no siempre coincide conmigo.
Sin previo aviso:
"Vamos a ver los trenes",
*****************
¡Qué lejano aquel tiempo que ya no sabe si fue suyo! ¡qué lejana
aquella mañana en un andén de la estación de Venta de Baños, tras una
última despedida velada por el llanto!. Dijo entonces:
y reconstruye la situación como algo lejano, paisaje impresionista que
tendría algunas consecuencias:
Desde la ventanilla
veo cómo te alejas
en la tarde
con la mano agitada.
Dos lágrimas furtivas…
Santa Rosa de Lima - Pregón literario 2013
dijiste
Sin equipaje, sin billete,
sin levantar sospechas.
Tu espalda por la estación,
el contoneo suave
de tus breves caderas
hacia la vía número dos,
andén segundo,
grabado en mi retina
como último recuerdo.
"Unidad Tranvía,
procedente de León,
destino Madrid,
va a efectuar su salida..."
Desde esa tarde
odio las estaciones.
Pero no es verdad que odie las estaciones. Escribe eso y más
cosas en el cuaderno gastado de tantos trayectos, el que nunca le
abandona, en el que anota puntualmente sus andanzas ferroviarias
como una tarea auto impuesta que le sirve para que las horas muertas
del viaje estén menos muertas.
Su pecho se agita cuando relee:
Santa Rosa de Lima - Pregón literario 2013
“Ni una palabra de despedida, ni un beso, ni una mirada. Los
ojos en las sucias baldosas grises de aquella estación perennemente en
obras. En la vía número dos aguardaba la locomotora, verde elefante
herido, con los pulmones traspasados por un asma eléctrico.
Una mano se aprieta sobre un hombro. Pasos indecisos. La
maleta descarga su peso sobre una plataforma donde el aire
comprimido cierra siseando, serpiente del adiós, las puertas correderas
y acentúa el silencio.
Luego, buscar asiento mirando a uno y otro lado por el sucio
pasillo del vagón lleno de pasajeros anónimos y no encontrarlo. Volver a
la plataforma, dejar que resbale la mirada de la herrumbrosa
marquesina al quiosco de periódicos, de éste a los eternos carteles
publicitarios, de allí al puesto de tabaco, al rótulo donde aparece el
nombre de la estación y, en un rápido travelling, terminar en el andén
donde alguien permanece en el mismo lugar, inmóvil aún, estatua de sal
a punto de desmoronarse. Desviar la cabeza con un pinchazo de dolor
deseando que por fin el tren arranque. Tratar de diferenciar las
conversaciones de alrededor y no comprender nada. Pensar, pensar sin
quererlo en los últimos días, en las últimas horas, en los últimos minutos
y volver a mirar, sin poder evitarlo, hacia fuera, hacia ese andén
segundo donde alguien todavía espera lo que ya nunca va a llegar,
alguien que devolverá la mirada con unos ojos húmedos y oscuros como
un pozo sin fondo mientras el tren inicia su marcha y cada vez hay más
distancia, cada vez más vacío, más dolor, más lágrimas, menos
corazón”
Y releyendo se encuentra entre las hojas del diario, el papel
doblado que le dejó un amigo, donde cuenta una experiencia ferroviaria
paralela a la suya, tan paralela que podría ser la misma y se la sabe casi
de memoria:
Santa Rosa de Lima - Pregón literario 2013
Pasa por ella los ojos como acariciando unos versos que no son
suyos pero podría haber escrito y se los repite en silencio:
“Cruza a mi lado sin reconocerme.
Ha cambiado, pero sigue siendo tan hermosa
como siempre.
Pasa dejando en el aire de Octubre
el perfume que un día
dedicó a mi corazón.
Pienso en aquellos días sin obstáculos.
Hoy el recuerdo no lleva dolor.
En tardes sin prisa solía decirme:
“La vida es como un tren
que hay que tomar en marcha,
pues nunca se detiene”.
Al cabo de estos años,
cuando aún no he deshecho
del todo el equipaje,
sigo sin comprender
en qué estación me hallo,
pero conozco trenes
que siempre se dirigen al oeste
y otros que conducen a cielos deshabitados.
Santa Rosa de Lima - Pregón literario 2013
Descubre a veces, que el paisaje se atropella y es todo una
especie de flashback, como si narrase la vida de otro que fue él, cuando
con el ímpetu de la juventud montaba en el tren como quien doma un
caballo salvaje. También su cuaderno lo cuenta y rememora:
“Subíamos al tren como quien sube a un raro tiovivo. La
estación discurría al principio despacio para ir cogiendo poco a poco
velocidad. Entrábamos después en el desfiladero de edificios que
flanqueaban las vías. La ciudad parecía huir, perdiéndose a nuestras
espaldas a una velocidad cada vez más frenética hasta que las
ventanas se superponían unas a otras y eran ya la misma ventana
repetida a diferentes alturas, a la que se asomaban mujeres y hombres
que parecían muñecos desmañados. Se alejaba la ciudad, estela de
farolas prendidas en la noche.
Así, llegábamos al campo. Los postes del telégrafo nos decían
adiós en su rápido morse de cables destensados y los grajos eran mil
piedras negras al amanecer que apenas distinguíamos con las primeras
luces. Más allá, hasta el horizonte, un río de surcos, un mar de girasoles
que teñían los ojos de amarillo, el manchón verde de un bosque
indefinido, como foto borrosa del álbum de recuerdos.
Los coches trataban de alcanzarnos desde la carretera
paralela. Se esforzaban remontando un asfalto que corría hacia atrás y
no lo conseguían. El tren siempre llegaba primero, atropellando el
paisaje, barriendo el viento a sus costados, engullendo los campos y las
casas, el tractor, la autopista, los pasos a nivel para, tras el vagón de
cola, devolverlos intactos aunque siempre tuviéramos la duda de mirar
hacia atrás y no ver nada sino un hueco, el vacío y dos eternas vías
perdiéndose a lo lejos.
Pero era ilusión. Nuevamente las cosas volvían a su sitio, se
Santa Rosa de Lima - Pregón literario 2013
detenía el mundo cuando la locomotora, despaciosa, iba perdiendo
fuerza y quedaba parada en andenes vetustos de estaciones que
cambiaban de nombre a lo largo del trayecto hasta que llegábamos a la
nuestra. Allí, antes de bajar, mirábamos a uno y otro lado como no
creyendo en la mágica concreción de aquel paisaje de vértigo y luego
bajábamos precavidos, asentando con cuidado los pies en el suelo,
para cerciorarnos de que pisábamos tierra firme. Así seguíamos hasta
abandonar el vestíbulo donde se despachaban los billetes
descubriendo por fin que la realidad volvía a rodearnos.”
Busco el rostro de entonces
y no lo encuentro ¿cómo eras?
¿cómo era tu voz que aún imagino alegre,
decidida, dispuesta a la sonrisa?,
¿dónde tu convicción, dónde ese empuje
para comerte el mundo?
¿Por qué un día te fuiste
sin decirnos adiós
y ya no regresaste?.
A veces, tu fantasma
me sorprende indefenso
y me entran unas ganas
inmensas de llorar.
Sueño o realidad, realidad o deseo, deseo o sueño, como sueño
le parece a veces el episodio que narra en un poema, cuando muy joven
una chica se le acercó en el vagón de tercera de un tren expreso y le dio
por primera vez conversación y compañía sin pedirle nada, sin que le
pidiera nada, hace ya tanto tiempo…
Santa Rosa de Lima - Pregón literario 2013
No sé lo que me pasa. No recuerdo tus ojos
ni cómo sonreías,
pero yo estaba solo aquella tarde
y viniste a mi lado
y hablamos de la vida
y te vencía el sueño
y apoyaste confiada
tu cabeza de diosa en mis rodillas
de mortal asustado.
Rememoro aquel viaje
en un tren de tercera
como un día feliz.
Aún conservo tu peso,
aún recuerdo tu nombre, que no nombro,
después de tantos años.
Y cuando llegas,
unas veces es tarde;
otras muchas,
te pasas de estación
o, casi siempre,
nadie te está esperando.
Mucho ha viajado desde entonces, muchas estaciones de paso
y para quedarse, muchas vivencias plasmadas en el mismo gastado
cuaderno, mucho ir para regresar, ser otro para ser el mismo, mucho
volver a una vieja reflexión:
Santa Rosa de Lima - Pregón literario 2013
Y seguir adelante, notando siempre bajo los pies el familiar
traqueteo del suelo del vagón, afianzándose en su viejo amor por todos
los trenes, por el tren que siempre se detiene en el nudo ferroviario de su
corazón, porque…
Y hoy recala de nuevo en Venta de Baños, la estación de tantas
veces, la del bar Sandoval, donde tomó tantos cafés que perdió la
cuenta, la de bajar con la mochila para acercarse andando a la Trapa o al
soto de Tariego a pasar el día con los amigos, la del San-Gar donde vio
tantas actuaciones memorables, la del Rosumar, con la mejor música
entonces de toda la provincia, donde en lugar de Gloria Gaynor o Julio
Iglesias se escuchaba a los Doors, a Janis Joplin o a Jimi Hendrix, la del
chocolate del Café Español, la del andén de tantas conversaciones y
donde le contaron muchas cosas que también apuntó en su cuaderno
viajero, como aquella historia de una reina camino del exilio que paró allí
a descansar en una noche triste:
respondió Victoria Eugenia cuando ya el tren arrancaba
camino de Hendaya mientras ella, desde la ventanilla, saludaba con
lánguida desgana a los curiosos que ocupaban el andén y los primeros
trabajadores ferroviarios se frotaban las manos de frío y se preparaban
para iniciar una nueva jornada entre raíles, traviesas, vagones y
máquinas de vapor que le daban a la estación el aire misterioso de una
ciudad con niebla. Eran las primeras luces de un 15 de abril, corría el año
1931, el rey Alfonso XIII había partido la misma noche del 14, en coche,
De tanto amar los trenes,
su corazón se aleja
en la distancia,
donde ya no consigue
alcanzarlo.
“Qué estación es esta?, Venta de
Baños, majestad, ¿y de qué le sirve tanta majestad a una reina sin
corona?,
Santa Rosa de Lima - Pregón literario 2013
hacia el puerto de Cartagena, en tanto la reina y los infantes tomaban el
tren camino de Francia y allí empezaban las muy pronto frustradas
esperanzas de un mundo mejor para un país cansado de sufrir en
silencio. Sueños rotos de los que también Venta de Baños sabe mucho,
porque con la niebla se fueron, en un vagón destartalado, las derruidas
paredes del edificio que da nombre al pueblo, la antigua briquetera, hoy
felizmente convertida en centro cultural, la azucarera, que dejó el
regusto amargo de un desmantelamiento apresurado y salvaje a mayor
beneficio de la especulación sin alma, la fábrica de esperanzas que se
llamó Cementos Hontoria y que hoy, languideciendo por la crisis,
después de cambiar de nombre y de dueños, afronta un futuro incierto
que amenaza con hundirla.
Pero todo lo que cae, anota, se puede volver a levantar y no es
este un pueblo que se quede parado esperando una lluvia que no llega o
cae a destiempo, sino algo dinámico y esperanzado en un porvenir
mejor y posible a poco que se haga un esfuerzo.
Por eso, a rey muerto rey puesto, unos se van pero otros llegan
y las bases sólidas de un nuevo futuro industrial ya se están plantando
de nuevo. Huelen a café, a dulce, a galleta, a patata frita, a sueños de
niño, a esperanza de hombres y mujeres que quieren seguir en su
pueblo y por eso, porque son y quieren seguir siendo de aquí, nadie los
mueve y se mantienen en una lucha continua contra las adversidades
de la crisis, porque saben que resistir es vencer y que tienen el futuro al
alcance de la mano. Basta con extender los brazos para tocarlo y no
dejar que se vuelva a escapar en un tren renqueante.
Aquí –he tenido ocasión de comprobarlo- se sabe mucho de
trenes, de los que llegan y pasan de largo, de los que paran para que
unos bajen y otros suban, de los que se llevan esperanzas, pero también
de los que traen ilusión y progreso.Aesos es a los que no debemos dejar
Santa Rosa de Lima - Pregón literario 2013
escapar, porque en ellos viaja el mañana de este pueblo de resistentes y
el de todos aquellos que quieran compartir anhelos y proyectos para un
mundo mejor, de los que siempre regresan a la eterna estación de paso,
como el nómada que lleva su patria en sus zapatos, pero de vez en
cuando se detiene allá donde el viajero siempre es bien recibido.
Por eso nuestro protagonista cierra ya el cuaderno y da
paso a este pregonero, que os desea que la fiesta no termine con unos
pocos días de celebración, sino que sea continua, prolongada en el día a
día, en las madrugadas para acudir al trabajo, en el humo de las
fábricas, en la risa de los niños que han de nacer al calor de nuevos y
mejores tiempo, en las conversaciones de las cafeterías y los parques
después de una jornada en la que cada vecino de Venta de Baños se
sienta útil a su pueblo y feliz de vivir en él, en la justa esperanza de los
jóvenes, de que un mundo mejor es posible y no hay crisis que dure
eternamente si nos empeñamos con todas nuestras fuerzas en que
termine más temprano que tarde.
La felicidad es un tren que hay que coger en marcha y en Venta
de Baños se sabe muy bien cómo hacerlo.
POESÍA EN DERRIBO(Selección personal)
Arquitectura,
arquitextura,
arquiternura,
textura,
ternura,
templo,
epidermis,
arco de media piel,
de medio punto.
Friso,
arquitrabe,
mano,
dedos lentos de amor
que se deslizan
por el barroco altar
de tu edificio.
De “Arquitextura”
Poesía en derribo (selección personal)
La tarde
se ha marchado
sin aviso.
No se ríen
las piedras de la iglesia
con esa risa antigua
que tu sabes
y el plátano más grande del paseo
ha dejado caer
su última hoja.
Alguien cruza la calle
y no me importa.
De “Arquitextura”
Poesía en derribo (selección personal)
Poesía en derribo (selección personal)
“…sólo el mar de tu oculta geografía,
ese mar aún plagado de misterios…”
(Luis Eduardo Aute)
De “Arquitextura”
Acaso sea el sueño
ya pasado
de algún tiempo perdido
y ese mar, que a ti también te moja,
no tenga apenas islas,
ni gaviotas,
ni barcos tenues donde rompe el agua,
pero yo allí los veo,
navegando
por tu océano interno,
casi dulce,
del eterno fluir
de tantos ríos
como en ti desembocan
cada día.
Poesía en derribo (selección personal)
Nunca va a atardecer
si no lo quieres;
si allá, en tu corazón,
siempre es de día
y no hay nubes que pasen ocultando
la luz de la mañana;
si nada te golpea,
si la carne,
trasciende de ser carne
y se sublima
en otro cuerpo amigo que te espera;
si sigues sonriendo a los recuerdos
que llaman a tu puerta,
inesperados
y te inundan de lágrimas felices.
De “Trampas de la memoria”
Poesía en derribo (selección personal)
Caja de las sorpresas
tu sonrisa,
se asoma
y el mundo se hace limpio,
se hace luz,
música.
Escucha la canción:
puede ser "Yesterday",
puede ser cualquier otra
o .
Todo es lo mismo
menos tú.
"Ne me quite pas"
De “Trampas de la memoria”
Poesía en derribo (selección personal)
Tu vientre se ha curvado
en el amor de un hijo
al que esperamos
con la justa impaciencia
y la zozobra
de no saber nombrarlo.
¡Y qué hermoso tocar
Esa piel, tensa
Como un melocotón;
dejar mi mano
deslizar cuesta abajo,
curva abajo,
abarcando la vida,
tuya y míaque ocultas tras la piel.
Poesía en derribo (selección personal)
Naciste, Adriana, y se paró la lluvia.
Se asomó el sol de otoño
con su mejor sonrisa
sólo para tus ojos
asustados
que se abrían al mundo;
sólo para los ojos de tu madre
inundados en llanto
de amor inabarcable;
sólo para mis ojos,
que miraban
atónitos tu cuerpo,
tuyo y nuestro
como miran los niños las estrellas.
Poesía en derribo (selección personal)
OJOS DE MAR
Qué estás mirando, Mar,
qué imágenes extrañas pueblan
tus ojos ciegos,
si no sabes aún de olas y caballos,
si la luz no ha grabado en tu cerebro
el color de las cosas,
qué estás mirando, Mar,
qué mundo oculto, di,
que paraíso,
donde nadie penetra
salvo tú, que no pones condiciones
al hecho de vivir
y eres una pizarra
donde sólo está escrito
ese nombre de agua
en que el amor navega.
Poesía en derribo (selección personal)
Único pozo
de esta ciudad de arena,
acudo a ti
para calmar mi sed.
Tu portal
se ha poblado de palmeras.
De “Pasos en la arena”
Poesía en derribo (selección personal)
Adornaba con versos
la arena de la playa
por gusto de lo efímero.
Las olas los borraban
también de su memoria.
De “Pasos en la arena”
Poesía en derribo (selección personal)
DRÁCULA
En los portales de Baker Street,
tras los árboles de Hyde Park,
por las esquinas del Soho acecha
el cazador furtivo.
Su ritual despliega
-abanico de niebla y filos de cristal,
leves pasos felinos,
delgadas manos de jugador de naipes-,
el aire es una danza de silencio
en la ciudad vacía.
Quienes pueden contarlo
aseguran que han visto
en sus ojos insomnes
el nevado paisaje de los Cárpatos.
De “Cuando soy el otro”
Poesía en derribo (selección personal)
"MADONNA" DE FILIPPO LIPPI
Eras como de aire,
el dulce caramelo
al que todos amábamos
con ese amor platónico
hacia las cosas bellas
que no nos atrevemos a tocar.
Más tarde vi tu rostro
mil veces repetido en los Ufizzi,
pero ya no eras tú;
estabas instalada en el recuerdo
de esas tardes
por la Calle Mayor,
de esa risa
frágil como cristal
que poco a poco
se ha ido apagando,
perdida entre el alcohol
y la desidia.
De “Poemas del perdedor”
Poesía en derribo (selección personal)
Cuando el recuerdo sea
una noche de lluvia y sin paraguas,
una calle vacía
el olvidado nombre adolescente
por quien fingiste estar dispuesto a todo
y a quien no diste nada,
vacíos y anodinos
te pesarán los años como losas de hielo.
Con ese escalofrío que da el presentimiento,
transcurrirá tu vida.
Lamentarás no haber quemado naves
cuando aún tenías fuego entre las manos
que hoy contemplas vacías,
porque el tiempo se ocupa de apagar las hogueras,
de secuestrar la luz que brilla en la mirada
de quien no supo un día alimentarlas.
De “Poemas del perdedor”
Poesía en derribo (selección personal)
CABALLOS DE TARQUINIA(Sarcófago etrusco, s. IV a.C.)
Cómo galopan por la muerte
estos caballos!,
¡cómo golpea el viento
y se detiene
en sus crines de arcilla,
en sus alas inmóviles,
en las cuencas vacías
de sus ojos sin ojos!.
El artífice ha muerto.
Un fuego ya extinguido
perpetuó inasible
la huella de sus manos.
Galopan los caballos
por las sendas del tiempo.
De “Barro en el barro”
Poesía en derribo (selección personal)
LAS MÉDULAS
Los montes son de aire, oro,
aire de oro al aire
dorado de la tarde
que levanta la tierra
y es de oro la luz
ardiendo entre castaños,
horadando,
galerías, de donde duras manos
obtenían del agua
luz y oro,
oro y luz y agua y aire
y manos que son tierra
entre castaños.
De “Barro en el barro”
Poesía en derribo (selección personal)
SO, WE'ELL GO NO MORE A ROVING
Byron
BYRON EN VENECIA
En Venecia, en un palacio
a orillas del Gran Canal,
Byron está escribiendo un poema:
El suave chapoteo de un remo
le distrae.
Asoma a la terraza
a ver el paso de la góndola
y la luna se rompe en mil pedazos.
Santa María della Salute
flota a la deriva.
Vuelve a entrar en la estancia
y retoma el poema:
“ Entonces ya no vagaremos más
tan tarde por la noche,
aunque el corazón siga tan amante
y siga tan clara la luna...”
“...Pues la espada dura más que la vaina,
y el alma agota el pecho,
y el corazón tiene que detenerse y respirar
Poesía en derribo (selección personal)
y el mismo amor tener descanso...”
“...Aunque la noche fue hecha para amar,
y el día regresa demasiado pronto,
aún así, ya no vagaremos más
bajo la luz de la luna”.
Mira al techo.
A la luz temblorosa de las velas
el fresco parece cobrar vida.
Vírgenes barrocas flotan por el cuarto.
En un arrebato de lucidez
recuerda a todas sus amantes
y recuerda sobre todo
a las que no lo fueron,
como certeros dardos
clavados en su orgullo.
Escribe:
En un palacio veneciano
una noche cualquiera de 1817
es otoño.
El poeta
sueña con Grecia.
De “Barro en el barro”
Poesía en derribo (selección personal)
Paseo por Roma y me persiguen gatos.
Gatos tras las esquinas, en los bancos
de la Villa Borghese,
en las arcadas
del otrora teatro, hoy casa Orsini,
mojados gatos de Fontana Trevi,
gatos viejos rondando el Colosseo,
furtivos gatos, dueños de las ruinas
en el Foro Trajano,
gatos encaramados como estatuas
sobre el arco de Tito,
oscuros gatos del Castel Santángelo,
gatos anfibios de isla Tibertina,
gatos persas surcando el Esquilino,
ociosos gatos, dueños de las Termas,
gatos con negro frac del Quirinal,
esquivos gatos de las catacumbas
donde sólo ellos reinan,
gatos enhiestos de Piazza Navona
lustrando sus bigotes,
tomándose el café por las terrazas,
escaladores gatos de la Piazza Espagna,
gatos de la pensión, que te perdonan
con su antiguo desdén
de dioses sabios.
De “Barro en el barro”
Poesía en derribo (selección personal)
PLAZA DE LA CATEDRAL
La tarde se desliza
desde el reloj antiguo de la torre;
saluda al transeúnte,
al ocioso del banco,
a los niños que juegan,
a la estatua sin ojos
del sol de tantos días
que puntual se pierde
tras los yesos reflejos
del Pico del Tesoro.
De “Estas piedras”
Poesía en derribo (selección personal)
Estas piedras
respiran.
Ciertamente respiran.
Estornudan
en las noches de invierno
y
si el calor aprieta,
cuando duermen,
roncan
con un sonido grave
como cuerno de caza
convocando a los perros.
De “Estas piedras”
Poesía en derribo (selección personal)
Bajo el magnolio,
al viento intruso, al sol,
a la tarde
escribes.
Suenan las hojas
que olas parecen
- tan cerca el mar-.
Al cielo sin nubes,
al monte
-su bosque de eucaliptos-
miras.
Regresas al papel.
Escribes.
De “Estas piedras”
Poesía en derribo (selección personal)
Contempla con minuciosidad el paisaje,
el camino que asciende en la ladera,
las margaritas brotando en la cuneta,
a ambos lados;
los insectos, indiferentes a quien pasa.
Escucha su zumbido y trata de distinguir:
abeja, moscardón, chicharra, grillo.
A lo lejos, reconoce el murmullo de la fuente
y la figura de un hombre encorvado
que bebe agua con las manos.
De “Estas piedras”
Poesía en derribo (selección personal)
Aquí los días se confunden.
No es cierto que sea jueves.
Discurre el calendario como un río
de días imprecisos
que se vuelven semanas,
meses,
años
y no sé cuál de ellos
es hoy precisamente.
Nunca pasará nada
que no haya sucedido por enésima vez.
Mañana será martes.
Seguiré atrapado
dentro del almanaque
mientras pasan las horas
en sus barcos oscuros.
De “Calles deshabitadas por la
Poesía en derribo (selección personal)
Perseguir el nirvana
en una piel ajena,
presentirlo posible,
escribir largos versos
encendidos de amor
y de incerteza.
No mirar,
no saber,
no tener nunca
seguridad en nada,
alejarse despacio
una tarde de lluvia
y no mirar atrás.
De “Calles deshabitadas por la lluvia”
Poesía en derribo (selección personal)
Qué frágil,
qué ágil
tu co-
razón
cazando
la poesía
al vuelo
como quien coge
raras
mariposas
en
un
país lejano
o lanza un S.O.S.
deses-
peradamente,
en busca
de su trozo de cielo,
de raro paraíso
que tanto
se
nos
niega.
De “Calles deshabitadas por la lluvia”
Poesía en derribo (selección personal)
EXTRAÑA DANZA AFRICANA
Oscuridad y frío,
sólo eso.
Cuerpo de ola
cimbreando en la noche.
Imprevisto banquete
para insectos nocturnos.
Oscuridad y frío.
Un cuerpo se adelanta
profanando las líneas
invisibles del aire,
succionando la música.
Todos éramos negros.
Oscuridad y frío,
sólo eso
y una danza africana
resolviéndose en fuego.
Llama azul
lentamente extinguida.
De “Calles deshabitadas por la lluvia”
Poesía en derribo (selección personal)
Cada mañana limpio mis zapatos.
Un pequeño cepillo
me ayuda en la tarea de lustrarlos
despacio.
Los dejo tan brillantes
que casi no me atrevo
a pasear con ellos.
En el bolso
llevo un trapito a cuadros
para quitar el polvo,
lo que hago, con frecuencia,
en mitad de la calle.
Así todos los días
y cuando llego a casa
los coloco en su sitio,
al fondo del armario.
Duermo pensando en ellos.
Apenas amanece,
los saco con cuidado
y los vuelvo a lustrar.
Un pequeño cepillo...
Puntos suspensivos.
De “Calles deshabitadas por la lluvia”
Poesía en derribo (selección personal)
¡Qué tonto eres!.
Te proclamas poeta
y tu barriga
de hombre acomodado
lo desmiente.
No tienes una amante
clandestina y dulcísima
a la que dedicar tus madrigales.
Te estás quedando calvo
y no hay poetas calvos,
¿qué sería
de las Musas, tan rubias
con sus rizos al viento?:
no querrían saber nada contigo.
Sin duda eres buen padre de familia,
nunca sales de noche,
no pruebas el tabaco
ni abusas del alcohol
-falso bohemio-
y te llamas poeta,
pobre
iluso.
De “¿Quién te ha dicho que hables?”
Poesía en derribo (selección personal)
EXAMEN DE CONCIENCIA
Viajé junto a Ray Brádbury,
por el .
Recorrí los caminos
con Jack Kerouack
oculto en la mochila.
Disfruté los descaros
obscenos de Bukowsky.
Devoré los aullidos
profundos de Allen Ginsberg.
Difundí las consignas
de Leary y Malcom X.
Disputé a William Borroughs
un .
Grité a coro con Dylan
que los tiempos cambiaban.
Amé a Norma Jean
en un cuadro de Warhol.
Compartí con John Lennon
un castillo en el aire.
A veces fui un ingenuo,
a veces un cobarde.
Mi sillón preferido
me oyó aplaudir de lejos
las proezas del Ché
“País de octubre”
“Almuerzo desnudo”
Poesía en derribo (selección personal)
y en las cómodas noches
lloré muertes lejanas.
He sido, como veis,
uno de tantos progres
que arreglaban el mundo
detrás de una cerveza.
Podríais comprobarlo.
Nada me queda ya
sino la sensación
de una tarea inútil,
el vago sentimiento
de que aún es posible
una luz a lo lejos
y ver, con desencanto,
que antes de perder
ya habíamos perdido.
De “¿Quién te ha dicho que hables?”
Poesía en derribo (selección personal)
MANOS DE HIERBA
Desde abajo nos miran
con sus ojos de tierra,
que ya no ven la luz.
Una muda pregunta
pugna por ser sonido,
palabra que golpea
los dormidos cerebros
reproche silencioso
dirigido a la nada.
Viven en las raíces
de los álamos blancos,
en sus hojas de plata
que tiemblan con el viento
y los niños recogen
sin saber que en sus manos
reposan otras manos
enterradas con prisa.
Respiran en la hierba
de cada primavera,
andan con los que andamos
por este prado fértil
que abonaron sus sueños.
Saben que no están muertos,
que siguen respirando
cuando alguien los recuerda.
De “¿Quién te ha dicho que hables?”
Poesía en derribo (selección personal)
Para Teodoro Ceinosque mantuvo viva la llama de la utopía
Hay palabras que duelen
al salir de la boca.
Palabras como balas
o como latigazos,
truenos de una tormenta
de lágrimas y barro.
Pero si dices corazón,
yo digo Teodoro.
Hay días en que uno
no está para nadie,
que estaría encerrado
sin moverse de casa,
sin salir al trabajo
ni coger el teléfono.
Pero si dices amigo,
yo digo Teodoro.
Hay ideas que alumbran
como un bosque incendiado,
como un día sin nubes
o una luz en la noche.
Poesía en derribo (selección personal)
Ideas que mantienen
la llama de la vida.
Pero si dices libertad,
yo digo Teodoro.
De “¿Quién te ha dicho que hables?”
Poesía en derribo (selección personal)
Es verano en el mar de mi memoria
y alguien llama a la puerta.
Parece un extranjero. Es un extraño
del que sólo conservo
la vaga sensación de haberlo visto antes.
¿Por qué sonríe?.
¿Por qué me alza en sus brazos
y le brillan los ojos
como estrellas de nieve?.
-escucho que me dicen
desde un lugar sonámbulo
mientras el agua arrastra
mi castillo de arena-.
Y la luz que se aviva muy despacio,
con la llama insegura del recuerdo.
Las olas del pasado
me arrastran al lugar
oscuro de la casa.
Para que nadie vea
ese modo de la felicidad
al que llamamos lágrimas.
- “Dale un beso, es tu padre”
-“Ya me irá conociendo.
Toma, lo traje para ti
desde un país lejano.”
Poesía en derribo (selección personal)
Cuándo empezó a pasar,
de qué manera,
quién constató el primero
lo que empezaba a ser
erosión y destierro,
aguanieve de frío,
lenta demolición
de quienes se sabían inmortales
y ahora se preguntan
en qué vereda fue, en qué curva
qué cruce de caminos, que mañana
comenzó el deterioro a plantar sus banderas,
a surcar con arrugas el mapa de unos cuerpos
que atrapaban la luz
como quien coge un pájaro
y echaban a volar
sin miedo a la caída.
Quién constató el primero
que lo eterno no existe,
en qué espejo miró,
en qué rostro aterido
sintió su propio frío
y ya lo supo.
De “Todos los regresos”
Poesía en derribo (selección personal)
"Quedará de vosotros lo que quedade los que vivieron antes"
Lucrecio
Descubrimos un día que todo es ya recuerdo,
que el presente es un roce fugaz, imperceptible;
el futuro, aquel aire que acaso trajo lluvia.
Y yo a merced del tiempo
a la deriva
mi cuerpo naufragado.
Preguntamos entonces qué será de nosotros,
si permaneceremos en alguna memoria
o seremos ceniza sólo,
paja al viento
que abonará la tierra,
el eco de un sonido perdiéndose en la noche.
De “Todos los regresos”
Poesía en derribo (selección personal)
Entre lo pobre,
por campos pastoreados
expuestos a la lluvia,
a los vientos del norte,
a la escarcha aterida;
donde ya la esperanza
ha huido en bicicleta
por escapar del hambre,
callado,
pájaro nuevo que se cayó del nido,
abrigado a la sombra
de la única encina,
con voluntad de fragua,
rico en adversidades,
espero.
De “Todos los regresos”
Poesía en derribo (selección personal)
No lo antiguo,
no las edades,
no los gestos del héroe,
los besos -tan fugaces-,
no la nieve,
no la piedra o la torre,
el tiempo, el mar, las manos
-no las lágrimas-
que una vez acunaron
la esperanza.
De “Todos los regresos”
Poesía en derribo (selección personal)
Llegaban como llega la luz
-cálida y para todos-
y se marchaban para no volver.
Eran el viento fresco,
el tacto suave,
el sabor dulce,
el gozo de los días a su lado
y las noches a solas
pensando en ellas,
pero siempre se iban
y no decían adiós.
Acaso ni sabían que existíamos,
que nos alimentábamos
con sus tibias sonrisas
de algodón de azúcar.
Eran la imagen viva
de un deseo incipiente
en aquel tiempo oscuro
que sólo su presencia de cometa
iluminaba.
Nunca se despedían.
Sufríamos por ellas –ahora puedo
decirlo-
pero permanecieron
habitando el recuerdo,
como el sueño intangible
de días muy lejanos.
No lamento su marcha
porque hizo posible este poema.
De “Todos los regresos”
Poesía en derribo (selección personal)
NAUFRAGIO
Para mi padre, en el recuerdo.
En las tardes de lluvia y de naufragio
te recuerdo a la mesa, con un libro
de Dashiell Hammett o Marcial Lafuente.
El otoño golpea los cristales
con sus látigos de agua y tu mirada
pasa de Philip Marlowe a las calles
extranjeras y tristes de Hannover
por las que perseguiste, como un paria,
tu pedazo de pan. Sólo alcanzaste
fracasos y nostalgia a manos llenas,
material de derribo, la esperanza
vana en algo mejor que no era tuyo.
Fue un vacío la copa de la vida
lleno del largo adiós de los que pierden.
Poesía en derribo (selección personal)
Quién es ese que mira y se conmueve
de contemplar su propia decadencia;
quién es ese que al fin toma conciencia
de que el tiempo ya trajo mucha nieve
y el espejo no miente, cuando leve
muestra el reflejo ingrato de la ausencia,
los años que pasaron, la imprudencia
de no aceptar que el viento se los lleve.
No soy yo, soy un ser imaginario,
un hombre que se mira en el espejo,
como quien mira tímido a un abismo
y destruye las hojas del diario.
Vano intento por no sentirme viejo
cuando sé que al final todo es lo mismo.
Poesía en derribo (selección personal)
LA PALABRA FELICIDAD
La palabra Felicidad
es una palabra avara,
celosa de sí misma,
esquiva,
difícil de capturar.
Uno sale a su encuentro
con no mucho optimismo,
con la esperanza del escéptico,
pero esperando, al fin y al cabo.
Se sienta junto a la puerta
para verla pasar
y, si la caza al vuelo,
encerrarla en la jaula
que forma con sus manos.
Deja la casa
abierta y sin cerrojos,
con un café caliente
esperando en la mesa
y la sonrisa puesta
como un niño con traje de domingo.
Pero la palabra Felicidad,
ya lo he dicho,
no se prodiga mucho.
Casi siempre
Poesía en derribo (selección personal)
la vemos caminando por la acera
con sus piernas de escándalo,
su cabellera al viento,
su risa de Gioconda;
pararse a nuestra puerta,
mirar, dubitativa, hacia ambos lados,
su dedo junto al timbre,
a punto de llamar
mas, se arrepiente,
reanuda el camino
sin mirarnos siquiera
y duele descubrir
-implacable certeza-
que es a otro a quien busca.
Poesía en derribo (selección personal)
Toco el paisaje con las manos
y se disuelve en luz,
oleaje del cielo
en el pozo insondable
del agua que no cesa.
Lo de arriba está abajo,
lo de abajo es arriba,
¿dónde está el que contempla?
¿en la luz, en la nube
arrastrada que pasa y permanece,
en el fluir
del líquido cristal de la memoria?
Poesía en derribo (selección personal)
UNA REFLEXIÓN SOBRE EL PASO
DEL TIEMPO Y UN ABRAZO
PARA ÁNGEL CUESTA
Qué es el tiempo, Ángel,
sino una sucesión
de dibujos difusos,
desvaídos retratos superpuestos
sobre el rostro de un niño,
hilera de unos días
-anudados como cuerda de presos-
cuya suma es la suma
de lo que ahora somos.
Eso es nuestra vida, Ángel:
el viejo calendario
que cada año se borra
y se vuelve a escribir
con pluma desgastada,
con diferente tinta,
con la perseverancia
del que persigue un sueño.
Poesía en derribo (selección personal)
HEY, JOE
Hey, Joe
mira todos esos diamantes
brillando sobre ti.
Puedes alcanzarlos.
Seguro que puedes alcanzarlos
con una pequeña ayuda de tus amigos.
Lyla vuela ya con Lucy
en ese cielo con diamantes azules
mientras Janis canta el
y Morrison es un jinete en la tormenta.
Hey, Joe,
la guitarra de Hendrix está ardiendo
y Angie llora
en su pesadilla de arañas marcianas.
tu y yo, en el jardín del pulpo
o en el paso de cebra de Abbey Road
Podríamos ser héroes
abrir la puerta de
y entrar de lleno en .
Hey, Joe, paseemos por el lado salvaje.
Tu y yo, Joe y esa música
“Blues de la Tortuga”
“I have a
dream”, Joe,
“A day in the life”,
“La casa del jacinto”
“La cara oculta de la luna”
Poesía en derribo (selección personal)
que no cambiará el mundo:
Hey, Joe
“It's only Rock and Roll”.
“In girum imus nocte et consumimur igni”.
Giramos en la noche
y somos consumidos por el fuego.