juan de la cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia...

25
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD 68 (2009), 51-75 Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir 1 JUAN ANTONIO MARCOS Madrid El acceso a Dios sólo se da a través de la mediación de la ex- periencia humana. En la experiencia comienza y termina todo ver- dadero conocimiento de Dios. Y la experiencia remite siempre a lo profundo de la vida, a lo verdadero, al corazón, a lo mejor y más valioso que tenemos como seres humanos. Cuando nos dejamos llevar por el corazón (sin otra luz y guía/sino la que en el cora- zón ardía), empezamos a comprender lo que nos une y conecta como personas. Comienza a dibujarse en el horizonte un esbozo de la verdad de la vida. El problema es que, sobre todo en Occidente, vivimos en una sociedad en la que escasean las vivencias profundas y verdaderas de cualquier realidad, no sólo la de Dios. Da la impresión de que vi- vimos a nivel epidérmico. La nuestra es una época de sensaciones, emociones y vivencias, más que de experiencia en singular. Quizá hoy echemos en falta para nuestra gente la experiencia de Dios, pero en el fondo, hay tanta o más falta de experiencia profunda de la vida en sí 2 . 1 Este artículo, con algunas variantes, se presentó como ponencia en el Se- minario Internacional sobre La experiencia de Dios hoy y la mística carmelita- na. Mistagogía y acercamiento religioso y cultural, celebrado los días 16-22 de septiembre de 2007 en Zidine (Bosnia y Herzegovina). El título original fue: «Juan de la Cruz: la mistagogía de la experiencia. Por una mística de la fiesta». 2 Cf. KAUFMANN, C., La fascinación de una presencia (Hacia una experien- cia sana de Dios), Madrid, Editorial de Espiritualidad, 2007, p. 142.

Upload: trinhduong

Post on 07-Oct-2018

213 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

REVISTA DE ESPIRITUALIDAD 68 (2009), 51-75

Juan de la Cruz, una místicapara aprender a vivir 1

JUAN ANTONIO MARCOS

Madrid

El acceso a Dios sólo se da a través de la mediación de la ex-periencia humana. En la experiencia comienza y termina todo ver-dadero conocimiento de Dios. Y la experiencia remite siempre alo profundo de la vida, a lo verdadero, al corazón, a lo mejor y másvalioso que tenemos como seres humanos. Cuando nos dejamosllevar por el corazón (sin otra luz y guía/sino la que en el cora-zón ardía), empezamos a comprender lo que nos une y conectacomo personas. Comienza a dibujarse en el horizonte un esbozo dela verdad de la vida.

El problema es que, sobre todo en Occidente, vivimos en unasociedad en la que escasean las vivencias profundas y verdaderas decualquier realidad, no sólo la de Dios. Da la impresión de que vi-vimos a nivel epidérmico. La nuestra es una época de sensaciones,emociones y vivencias, más que de experiencia en singular. Quizáhoy echemos en falta para nuestra gente la experiencia de Dios,pero en el fondo, hay tanta o más falta de experiencia profunda dela vida en sí 2.

1 Este artículo, con algunas variantes, se presentó como ponencia en el Se-minario Internacional sobre La experiencia de Dios hoy y la mística carmelita-na. Mistagogía y acercamiento religioso y cultural, celebrado los días 16-22 deseptiembre de 2007 en Zidine (Bosnia y Herzegovina). El título original fue:«Juan de la Cruz: la mistagogía de la experiencia. Por una mística de la fiesta».

2 Cf. KAUFMANN, C., La fascinación de una presencia (Hacia una experien-cia sana de Dios), Madrid, Editorial de Espiritualidad, 2007, p. 142.

Page 2: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

52 JUAN ANTONIO MARCOS

En este sentido hay que decir que no hay futuro, no tenemosfuturo, ni individualmente ni como iglesia, si no hay un cultivo dela experiencia de Dios, un cultivo del misterio, del saber de Diosexperiencialmente. Es decir, las preguntas que se nos hacen hoy,y que nos tenemos que hacer todos, son las siguientes: ¿usted quévive?, ¿usted qué ha experimentado?, ¿usted cómo siente que Diospasa por su vida? Necesitamos gente que tenga experiencia internade Dios. No hombres y mujeres del rito, sino del espíritu 3. Mujeresy hombres que cultivan la interioridad y transmiten una experienciavivida. La pregunta, en forma de apóstrofe, que aquí Juan de la Cruzsigue haciéndonos a todos, es muy simple: ¡Decid si por vosotrosha pasado!

Durante gran parte del siglo XX (sobre todo tras el Vaticano II),se ha llevado a cabo una lectura crítica y científica de los textos delos místicos carmelitas, en una labor impresionante que nunca agra-deceremos lo suficiente. Ahora, da la impresión de que esta etapatoca a su fin. Recogiendo esa inmensa labor, y cual enanos a hom-bros de gigantes, tendremos que aprender a mirar más lejos, y abrir-nos así a una lectura nueva de los místicos. Una lectura existencial,vivencial, empática, nutricia, terapéutica. Una lectura también mul-tidisciplinar 4. Yo creo que este es el gran reto de nuestro siglo. Delsiglo XXI.

1. JUAN DE LA CRUZ, PERITO EN MÍSTICA

Si se consulta el Diccionario de la Real Academia Española 5,y se busca allí la palabra «perito», nos encontramos con la siguientedefinición: «Sabio, experimentado, hábil, práctico en una cienciao arte». La palabra procede del latín «peritus», formada a partir de

3 Digamos que hay un «cristianismo de cristiandad» que ya está muerto ysepultado (cf. MARDONES, J. M.ª, En el umbral del mañana. El cristianismo delfuturo, Madrid, PPC, 2000). Aunque nunca falten quienes deseen resucitarlo.Pasión inútil.

4 Y en mi opinión, especialmente abierta al diálogo con nuevas cienciasemergentes como la neurobiología.

5 Diccionario de la Real Academia Española, Madrid, Real Academia Es-pañola, 199221.

Page 3: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

JUAN DE LA CRUZ, UNA MÍSTICA PARA APRENDER A VIVIR 53

«-perior» (como «experior», que en español dio lugar a «experien-cia»), y que etimológicamente significa «aprender haciendo».

Pues bien, eso es en puridad la experiencia mística, algo que seaprende haciendo, viviendo, sintiendo... No se trata de un aprenderleyendo o pensando (éstos, se dan por presupuestos). Frente al «sa-ber por ciencia», Juan de la Cruz hablará de un saber por experien-cia, un «saber por amor» (C Pról. 1) 6. Toda ciencia trascendiendo.No estamos ante un mero saber intelectual, abstracto o especulativo,al estilo, por ejemplo, del Pseudo Dionisio Areopagita 7 (la de esteúltimo, ¿fue una experiencia religiosa real o más bien puramenteintelectual?). Una experiencia que por su densidad real, se sitúa másallá de todo concepto.

En este sentido, yo creo que podemos afirmar que la vigenciade Juan de la Cruz es impresionante, y lo irá siendo cada vez más.San Juan de la Cruz no sólo es el gran poeta de la lengua española(«La estrella de San Juan de la Cruz se ha convertido en la super-nova 8 incontestada e incontestable, y la efusión —justificadísima—de su luz ha opacado al resto de poetas» 9, decía un crítico literarioespañol hace un tiempo), sino que también es el místico incontes-tado e incontestable. El místico de ojos abiertos, que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, intensamente, cotidianamente.

Vamos a presentar las notas caracterizadoras de la experienciamística de Juan de la Cruz de acuerdo con algunas claves existencia-les que creemos sustentan y cimientan dicha experiencia. Y así, para«aprender a vivir», nuestro místico habla de la necesidad de encon-trar una emoción irresistible (como experiencia nutricia) y activarcierto contento interior (como experiencia festiva); para «aprender aconvivir» remite a la tolerancia, a la frustración, y a poner amor don-

6 Citamos siempre por las Obras completas de San Juan de la Cruz, Ma-drid, Editorial de Espiritualidad, 19935.

7 URBINA, F., Comentario a Noche oscura del espíritu y Subida al MonteCarmelo de San Juan de la Cruz, Madrid, Marova, 1982, p. 94.

8 «Una supernova se produce cuando una estrella gigante (mucho mayorque nuestro Sol) se colapsa y explota espectacularmente, liberando en un ins-tante la energía de 100.000 millones de soles y ardiendo durante un período conmayor luminosidad que todas las estrellas de su galaxia» (BRYSON, B., Unabreve historia de casi todo, Barcelona, RBA, 2006, p. 48).

9 Las palabras son de Luis Alberto de Cuenca, en ABC, ¿febrero-marzo? de2007, p. 19.

Page 4: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

54 JUAN ANTONIO MARCOS

de no lo hay y dar contento a quien no lo tiene (todo ello en relacióna la experiencia de alteridad). En todos los momentos de nuestra re-flexión apuntalaremos las intuiciones sanjuanistas subrayando lascoincidencias con la Ética de Spinoza y la moderna neurobiología delas emociones. Terminaremos con unas breves notas sobre el «man-tenimiento» y «autenticación» de dicha experiencia. Así pues, comen-cemos nuestro breve viaje por misticolandia.

2. EXPERIENCIA FESTIVA: EL CONTENTO INTERIOR

Lo que Jesús quiso decir mediante el primero de sus «signos», elde Caná, fue que el viejo orden religioso había terminado. La «glo-ria» de Dios no es cuestión de viejos rituales religiosos, purificacio-nes sagradas o humo de incienso. En lugar de eso Dios se comunicaen la vida, en el gozo de la vida, en la alegría y el disfrute de vivir,en todo lo que de manera espontánea evoca el mejor vino que loshumanos podemos beber en este mundo. Jesús suprimió el agua de lareligión y lo convirtió en vino de fiesta 10. Y es que Dios, a la luz deJesús, sólo es compresible como positividad pura.

La fiesta en Juan de la Cruz

Si Dios es pura positividad, entonces, cualquier experiencia deDios ha de hacerse en esta clave, en clave de positividad. Y por esolas experiencias de fiesta y alegría, de gozo y de contento interior,han de ser ahora fundantes, y han de funcionar además a modo defiltro depurador. San Juan de la Cruz nos cuenta cómo casi al finaldel viaje místico se «siente una nueva primavera en libertad y anchu-ra y alegría del espíritu» (C 39,8) 11. Esa misma «alegría» es la que el

10 Cf. CASTILLO, J. M.ª, La ética de Cristo, Bilbao, DDB, 2005, pp. 68 y 70.11 La «primavera» de la vida mística es la «transformación de amor», la

experiencia de la unión, que viene tras el «invierno» de la noche. La «libertad»es de apegos y ataduras; la «anchura» remite a la recién estrenada amplitud delmundo interior, y también al fin de toda angustia o ansiedad; la «alegría» noshabla de la positividad pura de la nueva experiencia.

Page 5: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

JUAN DE LA CRUZ, UNA MÍSTICA PARA APRENDER A VIVIR 55

místico nos invita a mantener viva en todo momento. A activarlacomo la mejor terapia frente a las propias emociones negativas.

Y es que cualquier experiencia auténtica de Dios (o, lo que eslo mismo, de intuición de la esencia de lo humano), ha de incluirformas de resistir la angustia y los miedos, de neutralizarlos y cam-biarlos por alegría. Si la conciencia y la memoria 12 originan, en unsentido, el drama humano, en otro sentido pueden ser también causade alegría ilimitada (esa que «nadie podrá quitarnos» —Jn 16,22—).Todo depende de nosotros. Lo mismo que nos puede dañar, nospuede sanar; lo mismo que nos puede robar la alegría, nos la puededevolver.

Activar el gozo y la alegría de vivir está en la base de la expe-riencia de Dios que hizo Juan de la Cruz. Sus poemas, que son lacondensación sintética de una experiencia vivida, son de una po-sitividad pura, como se pone de manifiesto en la selección léxicallevada a cabo por el autor: flores, verduras, fuentes cristalinas,rosas, azucenas, huertos, ninfas, perfumes, esmeraldas, guirnaldas:belleza, amor y hermosura. Sólo desde esta clave positiva y gozosaes posible leer el conjunto de las obras de San Juan de la Cruz 13. Sintener en cuenta este optimismo trascendente que lo envuelve todo,nunca se comprenderá su experiencia de Dios. Por eso, en medio delas noches de la vida, también hay que buscar, casi como imperati-vo divino, la alegría. Y así se lo recomienda, vivamente, el mismoJuan, a una carmelita que vivía con el ánimo inquieto y desasose-gado: «Lea, ore, alégrese en Dios, su bien y su salud» (Cta. 20).

Alegría, contento, fiesta... La de Juan de la Cruz es también, encierto sentido, la mística de la fiesta, la espiritualidad de la alegría.Y así, el camino más rápido para avanzar por el viaje interior quenos propone el místico, no tiene nunca su centro en una espiritua-lidad del dolor, del sacrificio o de la renuncia (aunque todo esto seaparte del viaje). Lo que a Dios le agrada es que sus hijos seamos

12 «Todos los más engaños que hace el demonio y males al alma entranpor... la memoria; la cual, si se oscurece... y se aniquila en olvido, cierratotalmente la puerta a este daño..., que es gran bien» (3S 4,1).

13 Cf. MARCOS, Juan Antonio, «Juan de la Cruz, la aventura vivida (Ellegado de Domingo Ynduráin)», en Revista de Espiritualidad, núm. 248 (2003),p. 390.

Page 6: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

56 JUAN ANTONIO MARCOS

felices, y vivamos gozosamente la vida en apertura positiva a losdemás 14.

Ser feliz y dar felicidad a los demás es más relevante y tieneefectos más positivos que el mero viaje interior de purificacionessin fin, aun cuando éste sea necesario. De ahí la propuesta con laque Juan de la Cruz se descuelga en Llama, que es descriptiva deun estado, pero que a la vez es propositiva de aquello a lo que todosestamos invitados: «Siempre el alma anda interior y exteriormentecomo de fiesta, y trae un júbilo de Dios grande, como un cantarnuevo, siempre nuevo, envuelto en alegría y amor» (L 2,36).

La positividad de la «noche»

La misma noche sanjuanista, a pesar de la dureza léxico-semán-tica de los calificativos con que la describe nuestro autor («amarga,terrible, horrenda, espantable…» 15), sigue siendo, en puridad, unaexperiencia absolutamente positiva y sanadora, terapéutica: Esta«dichosa» noche es para que se pueda gozar y gustar de todas lascosas (2N 9,1). En el poema es calificada de noche «dichosa, ama-ble, guiadora, juntadora»:

«Resta, pues, que decir aquí que esta dichosa noche, aun-que oscurece al espíritu, no lo hace sino para darle luz detodas las cosas; y, aunque lo humilla y pone miserable, no essino para ensalzarle y levantarle; y aunque lo empobrece yvacía de toda posesión y afición natural, no es sino para quedivinamente se pueda extender a gozar y gustar de todas lascosas de arriba y de abajo, siendo con libertad de espíritugeneral en todo» (2N 9,1).

Por sus efectos sabemos que la noche es una experiencia depositividad pura: luz, ensalzar, levantar, gozo, libertad en todo...Incluso la misma noche es calificada de «dichosa».

14 Cf. CASTILLO, J. M.ª, Espiritualidad para insatisfechos, Madrid, Trotta,2007, pp. 73-4.

15 Cf. 1N 8,2.

Page 7: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

JUAN DE LA CRUZ, UNA MÍSTICA PARA APRENDER A VIVIR 57

La «oscuridad» de que habla Juan de la Cruz, no viene nuncade Dios, ni la «humillación», ni el «vacío». Un Dios que sólo saberamar, es incapaz de producir cualquier tipo de negatividad. Loque ocurre es que cuando nos sentimos envueltos por la «luz» deDios, se iluminan nuestras propias zonas oscuras. Cuando expe-rimentamos la verdadera «libertad», la que viene de Dios, descu-brimos nuestras propias esclavitudes. La experiencia de la nochenos hace transparentes a nosotros mismos. Desenmascara nuestrasviolencias, egoísmos..., todo lo que hay de negatividad en nues-tras vidas.

Y es que «no hay de parte de la contemplación e infusión divinacosa que de suyo pueda dar pena, antes mucha suavidad y deleite...,sino que la causa es la flaqueza e imperfección que entonces tieneel alma» (2N 9,11). Si Dios es pura positividad, nada que vengade él puede dar pena o dolor. Lo que la noche tenga o pueda tenerde «sufrimiento», no viene nunca de Dios, sino de nuestra propiafinitud. Su luz ilumina nuestras sombras, su amor hacer aflorarnuestras historias de desamor, su paz nos hace ver nuestras propiasviolencias... Y esto es lo que provoca el «dolor y sufrimiento» enmedio de la noche, el tener que afrontar nuestra finitud y sus caren-cias. Teresa de Jesús hablaría aquí de «propio conocimiento» 16.

La «noche» es pues un proceso, una «[amorosa] influencia deDios en el alma» (2N 5,1; 2N 12,4) que provoca reajustes, que nosobliga a resituarnos, a recolocarnos ante la vida, a recuperar mira-das, modelar afectos, sanear recuerdos, educar pensamientos: «Lastinieblas y los demás males que el alma siente cuando esta divinaluz embiste, que no son tinieblas ni males de la luz, sino de lamisma alma, y la luz le alumbra para que las vea» (2N 13,10). Yaquí aparece explícito el carácter de positividad de la noche, de lacontemplación, de Dios. En mi opinión esta es la clave hermenéu-tica desde la que se ha de leer toda la experiencia de la noche enJuan de la Cruz.

Es su luz (la de la contemplación, la de Dios) la que nos hacever nuestras sombras, nuestras limitaciones, todo lo que en nuestrasvidas hay de desamor, de inhumanidad o de violencia. Ésta, y no

16 Cf. C 39,5; F 22,6; 1M 1,8; 1M 2,8...

Page 8: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

58 JUAN ANTONIO MARCOS

otra, es la causa de la dureza de la experiencia de la noche 17. Enrealidad, la noche es algo intrínsecamente bueno. Es un procesode liberación y sanación. Se trata de una transformación profunda,un viaje hacia una experiencia increíble de alegría y libertad. Y nosiempre tiene que ser algo «desagradable».

«Contentamiento y alegría»: el contento interior

«La neurobiología de la emoción y el sentimiento nos dice demanera sugerente que la alegría y sus variantes son preferibles a lapena y los efectos asociados, y que son más favorables para la saludy el florecimiento creativo de nuestro ser. Hemos de buscar la ale-gría por mandato razonado» 18. Spinoza insiste en lo mismo: el gozo,no es nunca malo directamente, sino bueno; la alegría no puedetener exceso, sino que es siempre buena 19.

17 La experiencia de la «noche» se podría explicar desde Mt 10,34-35 (Nopenséis que he venido a traer paz...). La «noche» nos polariza y crea divisionesen nosotros mismos: dicha división parece inevitable (a nivel personal, comu-nitario, eclesial...). El mismo Jesús, al apostar por la paz, desenmascaró lasviolencias de la sociedad de su tiempo. Los verdaderos pacifistas siempre creandivisiones, remueven conciencias, obligan a posicionarse (cf. Luther King, O.Romero, Gandhi), y eso provoca el rechazo de los que se sienten desenmasca-rados en sus violencias o crímenes, por eso les mataron, por eso mataron aJesús (cf. SCHILLEBEECKX, E., For the Sake of the Gospel, New York, Crossroad,1990, pp. 117-8).

En Lc 5,1-11, Pedro se «postra». Es la actitud de adoración ante lo divino;y ante lo divino se siente pecador («¡Aléjate de mí, Señor, que soy pecador!»).Al hacernos conscientes de la cercanía/presencia de Dios, nos volvemos trans-parentes a nosotros mismos: su amor hace visible nuestro desamor; su luz,nuestras sombras; su paz, nuestras violencias...

Pues bien, en este sentido hay que decir, que la noche funciona igual en laaventura mística: desenmascara nuestras violencias, egoísmos, envidias..., noshace transparentes a nosotros mismos, contribuye poderosamente al propio co-nocimiento. Lo duro de la noche viene cuando empezamos a caminar sin dis-fraces, sin máscaras...

18 DAMASIO, A., En busca de Spinoza. Neurobiología de la emoción y lossentimientos, Barcelona, Crítica, 2005, pp. 250-1.

19 Y continúa B. DE SPINOZA: la tristeza es directamente mala, la melanco-lía es mala... (cf. Ética demostrada según el orden geométrico, Buenos Aires,Quadrata, 2005, p. 173). Ideas que, en todo caso se han visto confirmadas porla actual neurobiología de las emociones: «En situación de tristeza hay unareducción de actividad cerebral en las cortezas prefrontales, y en situación de

Page 9: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

JUAN DE LA CRUZ, UNA MÍSTICA PARA APRENDER A VIVIR 59

Y Spinoza va incluso más lejos, llegando a afirmar que el «con-tento interior» (felicidad, beatitud) es quien hace posible la verdaderaeducación afectiva («reducción de los apetitos sensuales»), y no alrevés: Nadie obtiene el gozo de la felicidad por medio de la reduc-ción de los apetitos sensuales, sino que, por el contrario, el poder dereducirlos nace de la felicidad misma 20. Podría dar la impresión deque aquí Juan de la Cruz diverge de Spinoza, ya que insiste repetidasveces en que hay un gozo y una felicidad que son la consecuencialógica de la maduración afectiva: ¡Oh, cuán «dichosa» ventura espoder el alma librarse de la casa de la sensualidad! (2N 14,3) 21.

Pero para Juan de la Cruz es también fundamental caer en lacuenta de que hay otro tipo de gozo y contento que son previos,gratuitos, que nos vienen como caídos del cielo. El sabernos mi-rados por un Dios que nos inunda de alegría (su «mirar viste dehermosura y alegría el mundo y a todos los cielos» 22), juega aquí unpapel fundamental. Activar en nuestras vidas ese gozo graciosoy gratuito del regalo de la vida, puede convertirse en una podero-sa emoción para educar pensamientos y modular afectos. De dichaexperiencia de maduración humana, surgirán, qué duda cabe, nue-vas experiencias de gozo y de paz, de dicha y de alegría. Pero estosson ya los efectos positivos de la experiencia mística.

Deberíamos, pues, comenzar cada día haciéndonos conscientes de«la gran suerte de estar vivos», sin más 23. «Un hombre que no se gozapor la existencia que se le ha concedido graciosamente, no es «pordefinición» un cristiano» 24. Dicho gozo y alegría remiten siempre,para el que cree, a una Presencia 25 y a una Relación: «Es cosa de gran

felicidad se da lo opuesto... Y así, la fluidez de ideas se reduce en la tristezay aumenta con la alegría» (DAMASIO, A., o.c., p. 101).

20 SPINOZA, B., o.c., pp. 225-6.21 Y lo mismo ocurriría en el ámbito de los pensamientos: «Goza de tran-

quilidad y paz, pues carece de la turbación que nace de los pensamientos y dela memoria» (3S 6,1).

22 C 6,1.23 En este sentido, la canción de J. M. Serrat, «Hoy puede ser un gran día,

plantéatelo así», es evangelio en estado puro.24 JÜNGEL, E., El evangelio de la justificación del impío como centro de la

fe cristiana. Estudio teológico en perspectiva ecuménica, Salamanca, Sígueme,2004, p. 309.

25 Aunque dicha «presencia», como la «felicidad» humana, sólo se puedanvivir a intermitencias.

Page 10: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

60 JUAN ANTONIO MARCOS

contentamiento y alegría para ti ver que todo tu bien y esperanzaestán tan cerca de ti, que esté en ti, o por mejor decir, tú no puedasestar sin él» (C 1,7). Y por eso, porque nos sabemos «habitados» porDios, por un amor más grande que nuestro corazón 26, hemos de hacerque nuestra alegría brote gratuitamente, automáticamente. Todo loque necesitamos para vivir en clave de alegría y de contento, lo tene-mos dentro de nosotros mismos 27. Repetimos: todo tu bien y espe-ranza está tan cerca de ti que tú no puedes estar sin él.

3. EXPERIENCIA NUTRICIA: LA EMOCIÓN IRRESISTIBLE

Hay dos tipos de metáforas conceptuales o cognitivas que ex-plican no sólo nuestra moralidad, sino también nuestra ideología,nuestra concepción de la familia y de la sociedad y, por supues-to, nuestra imagen de Dios, nuestra propia experiencia personal deDios. Dichas concepciones morales, metafóricamente se conocencomo la MORAL DEL PADRE ESTRICTO, y la MORAL DE PADRE NUTRICIO. Laprimera habla de castigos y recompensas, de deberes y autoridad; lasegunda habla de compasión, empatía, nutrir afectos, preocupar-se por las necesidades de los otros, etc. 28. La primera practica unaética de los «deberes» y se preocupa por los pecados de los hom-bres; la segunda practica una ética de las «necesidades», y se pre-ocupa ante todo por los sufrimientos de los hombres.

La primera es la de Juan Bautista, un asceta, que anunciael juicio inminente de Dios (Mt 3,10) y exhorta a la penitencia(Mt 3,8-9). La segunda es la de Jesús, un hombre abierto al mundo,

26 Cf. 1 Jn 3,20 (Dios, su amor, es más grande que nuestras volublesemociones).

27 S. DE COVARRUBIAS, en su Tesoro de la lengua castellana o española,Madrid, Castalia, 1994, define así la palabra CONTENTO: «El que se contieneen sí y no va a buscar otra cosa, como el que está contenido en su casa conlo que ha menester». Nótese que es sinónimo de «conformidad», pero no de«resignación».

28 Nuestras palabras ofrecen una visión quizá demasiado simplificada deambas concepciones. Para sus desarrollos, cf. LAKOFF, G., Moral Politics, Chi-cago: The University of Chicago Press, 2002, pp. 75-140 y 245-262. Y G.LAKOFF y M. JOHNSON, Philosophy in the Fresh. The embodied Mind and itsChallenges to Western Thought, New York, Basic Books, 1999, pp. 313-320.

Page 11: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

JUAN DE LA CRUZ, UNA MÍSTICA PARA APRENDER A VIVIR 61

que trae el vino de fiesta, que anuncia: el Reino de Dios está ama-neciendo, ¡acercaos los que estáis fatigados y agobiados! Yo creoque el Dios de Jesús encaja plenamente en esta segunda concepción.Es, en puridad, el Dios de la compasión y de la misericordia, pre-ocupado ante todo por las necesidades de sus hijos más que por susdeberes, por sus sufrimientos más que por sus pecados.

Dios, «madre nutricia» en Juan de la Cruz

Pues bien, esta misma imagen y experiencia nutricia y compa-siva de Dios, está también detrás de la experiencia mística de Juande la Cruz. La suya, es una «mística de las necesidades», no de laascesis o de la mortificación o de las nadas. Una mística de las«necesidades» personales, las afectivas en primer lugar (encontrar«otro amor mejor») y las «necesidades» de los demás («poner amor»y «dar contento»). Quizá aquí esté la clave de todo, en la donación,antes que en la ascesis. En realidad habría que decir que no es el serlavado lo que purifica, sino el lavar los pies a los demás; quien de-muestra su amor queda limpio. No tenemos que santificarnos paradespués darnos a los demás, es dándonos como nos santificamos 29.

Y Juan de la Cruz va más allá de la imagen de Dios como«padre nutricio». Para él Dios es «madre nutricia». Y la primerapreocupación de una madre respecto del bebé son sus «necesida-des», no sus «deberes». Dios es, pues, una madre siempre empeñadaen «llevarnos en sus brazos» (S Pról. 3; L 3,66). Una madre capazde derrochar sobre todos y cada uno de sus hijos un amor másgrande que el de cualquier madre, pues «no hay afición de madreque con tanta ternura acaricie a su hijo» (C 27,1), como lo haceDios con cada ser humano, desde siempre.

29 En el viejo orden, lo positivo de ser «puro/limpio» era que permitía seragradable a Dios y tener acceso a su presencia: ahora, sólo el que practica elamor a los demás agrada a Dios (14,23: «mi Padre le demostrará su amor»); yno sólo tendrá acceso a Dios, sino que el Padre vendrá a habitar con él (14,23:«vendremos a él y nos quedaremos a vivir con él») (cf. MATEOS, J. y BARRETO,J., El evangelio de Juan. Análisis lingüístico y comentario exegético, Madrid,Cristiandad, 1992, p. 660).

Page 12: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

62 JUAN ANTONIO MARCOS

Merece la pena recoger la cita previa en su contexto:

Comunícase Dios al alma con tantas veras de amor, queno hay afición de «madre» que con tanta ternura acaricie asu hijo, ni amor de «hermano», ni amistad de «amigo» que sele compare (C 27,1).

No hay «amistad» de amigo como la de Dios; no hay «amor» dehermano como el de Dios; y ni tan siquiera hay «afición» de madreque con tanta ternura acaricie a su hijo como lo hace Dios. Estaúltima imagen es, qué duda cabe, la más poderosa. Implícitamenteaquí Juan nos está diciendo que jamás ha existido en la historia dela humanidad ninguna madre que haya acariciado a un hijo suyocomo Dios nos está acariciando a todos y desde siempre. Su ternura,la de Dios, es para todos, y no conoce límites.

Ante este Dios y su amor, la única respuesta sana y madura esaprender a dejarse amar, como hizo el mismo Jesús. Jesús simple-mente se dejó amar por el Dios eterno. Seguro que no se le ocurrea un niño, ante el cuidado amoroso de su madre, preguntar si lamadre aún continuará cuidando de él al día siguiente. El niño sim-plemente se deja querer, y se descuida de todo lo demás; no nece-sita preocuparse 30. Así es como a mí me gusta traducir el «hacersecomo niños» (Mc 10,15) de los evangelios.

No nos resistimos a traer aquí a cuento la imagen llena de ter-nura que el mismo San Juan utiliza para explicar este proceso,imagen en la que Dios, alimentando tu vida, es comparado con lamadre que alimenta al niño tierno:

«Es pues de saber que el alma..., ordinariamente la vaDios criando en espíritu y regalando, al modo que la amorosamadre hace al niño tierno, al cual al calor de sus pechos lealimenta, y con leche sabrosa y manjar blando y dulce le cría,y en sus brazos le trae y le regala. Pero, a la medida que vacreciendo, le va la madre quitando el regalo y, escondiendo eltierno amor, pone el amargo acíbar en el dulce pecho, y,abajándole de los brazos, le hace andar por su pie, porque,

30 E. SCHILLEBEECKX, God among us. The Gospel Proclaimed, New York,Crossroad, 1987, p. 140 (cf. Mt 6, 25 y ss.).

Page 13: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

JUAN DE LA CRUZ, UNA MÍSTICA PARA APRENDER A VIVIR 63

perdiendo las propiedades de niño, se dé a cosas más grandesy sustanciales» (1N 1,2).

Todo esto hace con nosotros «la amorosa madre de la gracia deDios» (1N 1,2). Este es el Dios del místico. El Dios preocupado poratender a nuestras necesidades, por nutrir afectos, por alimentarnos,por saciar nuestra hambre y calmar nuestra sed: «Y así, este espíritude Dios, en cuanto está escondido en las venas del alma, está, comoagua suave y deleitable, hartando la sed del espíritu...» (L 3,8).Dios es comida y es bebida, es el verdadero alimento del alma, eslo que llena tu vida y sacia tus deseos. Como el cuerpo, tambiénel alma tiene sus venas. Si la sangre que circula por las venas delcuerpo es su vida, la vida del alma (la vida de nuestra vida) será elespíritu de Dios que está escondido en sus propias venas (las «venasdel alma») como agua suave y deleitable. El agua viva de la sama-ritana, que tanto emocionaba a Santa Teresa 31.

El «otro amor mejor»

Según la moderna neurobiología de las emociones nuestra activi-dad cerebral está dirigida primariamente a la supervivencia con bien-estar 32. Ese bienestar entra en peligro cuando se pierde el equilibriohomeostático 33 del organismo. Para recuperar dicho equilibrio nues-tro cerebro tiene la capacidad de imaginar (o evocar mentalmente)acciones capaces de alterar nuestro estado afectivo, y generar asíemociones que restauren el equilibrio perdido. Es decir, que desde unpunto de vista neurobiológico, los «pensamientos evocados» puedenfuncionar como disparadores de emociones positivas, terapéuticas.

En una línea no muy diferente se movía Spinoza en su Ética.Mientras que Kant deseaba combatir una emoción negativa conayuda de la razón y la voluntad, por el mero esfuerzo humano (as-

31 V 30,19.32 Y solo secundariamente el cerebro puede dedicarse a otras cosas, como

escribir poesía o diseñar naves espaciales (cf. DAMASIO, A., o.c., p. 185).33 HOMEOSTASIS: «Conjunto de fenómenos de autorregulación, conducentes

al mantenimiento de una relativa constancia en las composiciones y las propie-dades del medio interno de un organismo» (DRAE).

Page 14: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

64 JUAN ANTONIO MARCOS

cesis, sacrificio...), Spinoza dirá que la manera más humana decombatir una emoción negativa, será con una emoción irresistible,una emoción positiva más poderosa 34: «Una afección no puede serreducida o destruida sino por una afección contraria, y más fuerteque la afección por reducir»35.

Pues bien, esta es en puridad la misma clave que un siglo antes deSpinoza nos daba San Juan de la Cruz para acceder a la maduraciónafectiva, para poner en práctica la mejor mistagogía de los afectos:

«Para vencer a los apetitos... era menester otra infla-mación mayor de otro amor mejor, que es el de su Esposo,para que teniendo su gusto y fuerza en éste, tuviera valory constancia para fácilmente negar todos los otros. Y no so-lamente era menester para vencer la fuerza de los apetitossensitivos tener amor de su Esposo, sino estar inflamada deamor» (1S 14,2).

Otra inflamación mayor de otro amor mejor... He aquí la clavepara sanar la vida y madurar en el mundo de los deseos, una ley psi-cológica fundamental: un afecto sólo se vence con otro afecto posi-tivo mayor, que es el amor de Dios 36. Aquí radica la verdadera edu-cación sentimental 37. Ese «otro amor mejor» es la misma emociónirresistible a que hace referencia Spinoza. Es esta la manera más sanay más humana de madurar, de crecer espiritualmente, de avanzar enel viaje místico.

Es el mismo amor al que hace referencia San Juan de la Cruzal tratar uno de los temas clave de su experiencia de Dios, el de la«atención o advertencia amorosa»: esta «noticia amorosa» (dice Juande la Cruz) «ocupando» al alma, la pone limpia de todas las formas

34 Cf. DAMASIO, A., o.c., p. 213.35 SPINOZA, B., o.c., p. 152. Mi sobrina Patricia, de doce años, se levanta

todos los sábados, muy de madrugada, sin que nadie la llame (cosa que noocurre entre semana), para ver dibujos animados en televisión. Sólo hace faltauna emoción más poderosa para salir del confort.

36 Y porque «ningún afecto de enamoramiento interhumano logra respon-der a todas las preguntas de la vida, no hay encuentro del mundo que aquietetodo el pensamiento y pacifique todo el corazón y colme toda la sed de tras-cendencia del ser humano» (PIKAZA, X., Amor de hombre. Dios enamorado.San Juan de la Cruz: una alternativa, Bilbao, DDB, 2004, p. 303).

37 Cf. en el mismo sentido: C 20,13; Cta. 19; 3S 3,6; L 3,46.

Page 15: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

JUAN DE LA CRUZ, UNA MÍSTICA PARA APRENDER A VIVIR 65

de la memoria, y así la deja en olvido y sin tiempo (2S 14,10-11).Allí donde la «noticia o advertencia» amorosa lo llena todo (llenatus vacíos, tus pensamientos, tu corazón), automáticamente todo lodemás se vuelve relativo, periférico, secundario. Y porque sólo unaemoción positiva irresistible hace que el resto de realidades de la vidaencuentren su lugar.

4. EXPERIENCIA DE ALTERIDAD: APRENDER A CONVIVIR/ASUMIR

4. LA FRUSTRACIÓN

El Jesús de los evangelios (y sobre todo el Jesús de Marcos) hainiciado un distanciamiento, una «salida», un «éxodo», «está fuerade sí». Efectivamente, está fuera de todo: salido del Padre, de sufamilia carnal, de la mentalidad de Israel, lejos de sus discípulos,y fuera de él mismo, carece de toda pretensión egocéntrica. «Lapsicología del Jesús de Marcos es la de un hombre en éxodo total».Su única preocupación es llevar a todos una buena noticia: el evan-gelio, el Abba 38.

Por eso, para Juan de la Cruz, en el comienzo de toda expe-riencia de Dios hay siempre un «éxodo», una «salida» que es ex-periencia de desprendimiento radical y liberación 39, pero que antetodo es experiencia de apertura al otro. Así pues, entenderemos laalteridad en el doble sentido de «olvido de sí» (una sana despreo-cupación por uno mismo), junto a una radical apertura al otro. Setrata de salir de nuestro pequeño mundo cerrado de apegos y conforten el que nunca hay crecimiento. He aquí nuestra primera tarea. Ypara ello es necesario el diálogo con el Otro y con los otros. Sinalteridad no hay crecimiento, ni liberación, ni verdadera felicidad.Sin apertura al otro no se aprende a vivir.

38 CASTRO, S., El sorprendente Jesús de Marcos. El evangelio de Marcospor dentro, Bilbao, Universidad P. de Comillas/DDB, 2005, p. 22.

39 Piénsese en poemas como Noche o Cántico, cuyas primeras estrofasestán respectivamente focalizadas sobre el mismo verbo de movimiento: «salí».En Cántico la alusión a la herida de amor pone el acento sobre la nota deinterioridad. Con un ritmo diferente, pero en el sentido de un espacio orientadode manera idéntica, «salí», como en la Noche Oscura, significa un desprendi-miento radical (cf. DUVIVIER, R., La genèse du «Cantique Spirituel» de SaintJean de la Croix, Paris, Les Belles Lettres, 1971, 193-4).

Page 16: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

66 JUAN ANTONIO MARCOS

La apertura a los otros: aprender a convivir

La alteridad, por definición, supone siempre cierta forma de«confrontación» con los otros. Confrontación que, vivida en clavepositiva, termina por convertirse en la experiencia más depuradade lo humano auténtico, la más purificadora y la que más y mejornos ayuda a madurar. Ferdinand Ebner decía que el problema de larealidad comienza para el hombre cuando se ve colocado en frentede otro hombre; todas sus decisiones sobre su relación con la rea-lidad se resumen en su relación con su semejante 40.

Evangélicamente esa relación con los otros alcanza su puntoculminante y de no retorno, en el amor a los enemigos, manifestadoen las palabras y parábolas de Jesús, pero ante todo en su propia vida:al llegar a dar su vida, respondiendo al odio con amor, Jesús dioremate a la obra del que le envió: realizar en el hombre el amor totaly gratuito del Padre 41. Dicha alteridad o apertura al otro, alcanza enJuan de la Cruz su punto culminante cuando habla de «poner amordonde no lo hay» y de «dar contento a quien no lo tiene». Esta estambién la estación término de toda experiencia mística verdadera.

Lo primero lo plasmó nuestro místico de una manera impresio-nante, en una de sus escasas cartas: «Y adonde no hay amor, pongaamor y sacará amor» 42. En el único fragmento que conservamos dela última carta de Juan de la Cruz, escrita poco antes de morir, enlos últimos meses de Úbeda y dirigida a una carmelita descalza,insiste en lo mismo, en un texto de antología: ...ame mucho a losque la contradicen y no la aman, porque en eso se engendra amoren el pecho donde no le hay, como hace Dios con nosotros, que nosama para que le amemos mediante el amor que nos tiene.

Un siglo más tarde, Spinoza, en su Ética, se expresará en térmi-nos equivalentes: el odio se acrecienta con el odio, y sólo puede serextirpado por el amor. Si el que odia, «imagina» que el otro estáafectado de amor hacia él, en tanto imagina esto se considerará así mismo con gozo, y se esforzará en igual medida en agradar a ese

40 ZAHRNT, H., A vueltas con Dios. La teología protestante en el siglo XX,Zaragoza, Hechos y Dichos, 1972, p. 64.

41 MATEOS, J. y BARRETO, J., o.c., p. 883.42 Cta. del 6 de julio de 1591.

Page 17: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

JUAN DE LA CRUZ, UNA MÍSTICA PARA APRENDER A VIVIR 67

otro... Si el esfuerzo es mayor que el que nace del odio, prevalecerásobre él y extirpará el odio del corazón. El que trata de combatirvirtuosamente el odio con amor, combate sin duda alguna con ale-gría y seguridad... Para aquellos a quienes vence, la derrota esgozosa, porque no son vencidos por falta de fuerza, sino por au-mento de sus fuerzas 43.

Cuando nosotros alimentamos odios, rencores o violencias, enrealidad estamos haciendo manifiesto nuestro fracaso como sereshumanos, estamos malogrando nuestras vidas como personas. Perotambién Dios, el Dios que nos ha creado por amor, se siente enton-ces fracasado en su obra creadora, como no podía ser de otra ma-nera. Podemos decir que experimenta una frustración análoga a lade un padre o una madre cuando un hijo suyo malogra su vida. Diosentonces no nos condena, nos «condenamos» nosotros mismos aquíy ahora malogrando nuestras vidas. A mí me gusta pensar que igualque Dios se alegra con nuestras alegrías, también comparte nuestrosfracasos. Nuestros fracasos son sus fracasos. El fracaso de su obracreadora, de su obra de amor.

Y ahora viene lo segundo, lo del contento: «Siempre sea amigomás de dar a otros contento que a sí mismo» (Gp 1,7) 44. Aunqueparezca paradójico, aquí radica la felicidad más verdadera. Es el de-seo de que otra persona sea feliz por mediación mía, y el sentimientode plenitud y de alegría que acompaña a su cumplimiento, como ocu-rre en el vínculo de la madre con el bebé 45. Yendo todavía más lejos,como en la parábola de los jornales (Mt 20,1-16), en vez de protestarcuando nos sentimos perjudicados, tendríamos que alegrarnos por elbien de los otros. Esto parece contrario al psiquismo humano, pero eslo más auténtico, es lo que nos abre a lo mejor que tenemos comopersonas, lo que nos permite intuir la plenitud de lo humano.

Y no sólo hay que alegrarse por el bien ajeno, deberíamos bus-car activamente la felicidad de los otros: «El verdadero amanteentonces está contento, cuando todo lo que él es en sí y tiene y

43 Cf. SPINOZA, BARUCH DE, o.c., pp. 118 y 177.44 En las siempre tan verdaderas palabras de Teresa: «Porque en esto de

dar contento a otros he tenido extremo, aunque a mí me hiciese pesar» (V 3,4).45 MARINA, J. A., El rompecabezas de la sexualidad, Barcelona, Anagrama,

2002, p. 241.

Page 18: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

68 JUAN ANTONIO MARCOS

recibe lo emplea en el amado» (L 3,1). Sin esa necesaria alteridad,no hay maduración ni verdadera felicidad.

Y es que la experiencia que Jesús hizo de Dios, es la del gozode vivir para todos, del gozo compartido por todos, sin excluir anadie. Y eso es lo que más cuesta asumir y aceptar como proyectode vida. Porque la ascética más dura, no es la de la renuncia, sinola de la donación. Los cristianos hemos vivido, durante veinte si-glos, la ascética de la renuncia. Está amaneciendo el día luminosode la donación 46.

Educarse en la tolerancia a la frustración

Así pues, tenemos ya dos herramientas claves en la mistagogíasanjuanista: activar cierto «contento interior» (la alegría de estarvivo), y contar siempre con una emoción irresistible («el otro amormejor»). Y dos recetas para aprender a convivir: «poner amor dondeno lo hay» y de «dar contento a quien no lo tiene». Junto a todoello, me parece fundamental la capacidad para educarse en la to-lerancia a la frustración, pues la mejor de las vidas está llena dederrotas y fracasos. La terapia que a este respecto nos ofrece Spi-noza no deja de tener su atractivo: «El ensayo mental de estímulosemocionales negativos, como una manera de construir una toleran-cia hacia las emociones negativas» 47. Aquí Spinoza está actuandocomo un inmunólogo mental, que desarrolla una vacuna capaz decrear anticuerpos frente a las pasiones negativas.

No muy distante está de esto San Juan de la Cruz cuando invitaa «satisfacerse con nonada» o «estarse contentos en vacío» (D 53).No se trata aquí de una mera apelación a las ascesis por la ascesiso la mortificación por la mortificación, se trata más bien de unafabulosa pedagogía para asumir e integrar las frustraciones de lavida. Es la misma implicatura que está presente en los versos quepuso al pie del dibujo del monte: Para venir a gustarlo todo / noquieras tener gusto en nada. / Para venir a poseerlo todo / noquieras poseer algo en nada. / Para venir a serlo todo / no quieras

46 Cf. CASTILLO, J. M.ª, La ética de Cristo, o.c., p. 22.47 DAMASIO, A., o.c., p. 254.

Page 19: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

JUAN DE LA CRUZ, UNA MÍSTICA PARA APRENDER A VIVIR 69

ser algo en nada. / Para venir a saberlo todo / no quieras saberalgo en nada (1S 13,11) 48.

Se trataría de aprender a vivirlo todo en clave positiva. Aunqueno puedas «gustarlo» todo, no pasa nada; aunque no puedas «po-seerlo» todo, no pasa nada; aunque no puedas «saberlo» todo, nopasa nada; auque no puedas «serlo» todo, no pasa nada... Podemosser felices sin necesidad de ser perfectos. Todos tenemos «islotesirredentos» (Federico Ruiz), porque somos seres finitos. Al fin y alcabo sólo somos hombres en un mundo que no es más que mundo.Y hemos de aprender a aceptarlo de la misma manera que acepta-mos tranquilamente la lluvia cuando llueve: ¿verdad que si uno selo propone, a pesar de que llueva y haga frío, siempre podemosdecir que «hoy puede ser un gran día»? Si además contamos paraello con la ayuda de cierto «contento interior» (cierta alegría devivir), entonces todo resultará mucho más fácil.

5. EL «MANTENIMIENTO» Y «AUTENTICACIÓN» DE LA EXPERIENCIA

5. MÍSTICA

Comenzábamos nuestra reflexión calificando a Juan de Yepescomo «perito en mística». Y «perito» es el que aprende haciendo,el que aprende desde la vida. Pero «aprender haciendo» siempreconlleva sus riesgos. Quizá por eso la palabra perior dio lugar yaen latín a periculum, y de ahí la palabra española actual «peligro».El «perito» siempre está en «peligro», y no digamos ya el «peritoen mística». Las instancias autoritarias y los grupos conformistashan mirado muy a menudo con suspicacia a los místicos.

Hay una desconfianza casi connatural frente a la experienciade los místicos, frente a la «experiencia» en general. Y la razón dedicha desconfianza o sospecha radica en el hecho de que la expe-riencia mística se puede convertir en una nueva instancia de auto-

48 En el mismo sentido, y con una finalidad no diferente, nos invita Juande la Cruz:

«Procure siempre inclinarse:no a lo más fácil, sino a lo más dificultoso;no a lo más sabroso, sino a lo más desabrido;no a lo más gustoso, sino antes a lo que da menos gusto...» (1S 13,6).

Page 20: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

70 JUAN ANTONIO MARCOS

ridad, que a su vez puede cuestionar la autoridad vigente. Una ex-periencia nueva nunca es «inofensiva», más bien es un desafío quesomete a crítica los modelos de experiencia dominantes, contribu-yendo así, positivamente, a purificarlos 49.

Es posible que hoy por hoy no podamos explicar, neurobiológi-camente, el origen de la experiencia mística. No parece que haya uncentro cerebral para lo espiritual 50. Pero sí sabemos que las expe-riencias místicas (y espirituales en general) son procesos mentalesy biológicos del más alto nivel de complejidad. Dichos procesos sípueden ser «descritos» en términos neurobiológicos. Quizá esto seasuficiente. La sublimidad de lo espiritual está encarnada en la subli-midad de la biología, y podemos empezar a comprender el procesoen términos biológicos 51.

Explicar el proceso fisiológico que hay tras lo espiritual no des-vela el «misterio» del proceso de la vida al que aquel sentimientoparticular se halla conectado. Revela la conexión al «misterio», perono el propio misterio. La vida humana no es, primariamente, unproblema a resolver, sino un «misterio» a vivir. Y para vivirlo, paraaprender a vivir, Juan de la Cruz nos ofrece algunas recetas o tera-pias claves: cultivar el «detalle», crear «hábitos positivos» y educarel mundo de nuestros pensamientos. Los «efectos positivos» de lavida mística sobre nuestra vida cotidiana, serán los mejores indica-dores de que vamos por el buen camino.

El «detalle» y los «hábitos»

A tenor de la segunda acepción que nos ofrece el Diccionariode la Real Academia, el «mantenimiento» podemos entenderlo como«Conjunto de operaciones y cuidados necesarios para que instalacio-nes, edificios, industrias, etc., puedan seguir funcionando adecuada-mente». La clave para la vida interior no es muy diferente, se trata de

49 Cf. SCHILLEBEECKX, E., Cristo y los cristianos. Gracia y Liberación,Madrid, Cristiandad, 1983, pp. 29-30.

50 Aunque algo de esto se apunta en algunos libros recientes: HAMER, D.,El gen de Dios, Madrid, La Esfera de los Libros, 2006 (cf. «¿Está Dios en losgenes?», en El País Digital, 13-5-2007).

51 DAMASIO, A., o.c., pp. 262 y 265.

Page 21: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

JUAN DE LA CRUZ, UNA MÍSTICA PARA APRENDER A VIVIR 71

encontrar los mecanismos y resortes necesarios para «seguir funcio-nando adecuadamente» desde dentro. Dos «cuidados necesarios» meparecen aquí fundamentales: crear hábitos y cultivar/cuidar los deta-lles. Tendríamos que incorporar a nuestra vida espiritual el gusto porel detalle (ver el «árbol» más que el «bosque»). Si el místico «en todaslas cosas halla noticia de Dios» (2S 26,6), eso significa que su Dios,es un Dios ante todo presente en la vida cotidiana.

Y junto al cultivo del detalle, me parece fundamental aprendera crear hábitos positivos, casi automáticos (como ha hecho nuestrabiología con los procesos de respiración o circulación de la sangre).Tener una experiencia sana de Dios es llegar a alcanzar «sentimien-tos sostenidos» de tipo positivo, alimentados siempre de alegría yamor. Buscar algo así como una «felicidad recurrente» (aun cuandosólo sea vivible a intermitencias y con una intensidad variable), queha de tener efectos terapéuticos, favoreciendo todo tipo de hábitoscardiosaludables para el mundo del espíritu.

Para ello Juan de la Cruz nos invita a activar ciertos deseos yaficiones positivas en medio de la vida cotidiana: «Ahora coma, bebao hable, o haga cualquier otra cosa, siempre ande deseando a Dios yaficionando a él su corazón» (4A9). Deseando a Dios y aficionandoa él el corazón... La finalidad de cultivar estos «hobbies» (aficiones)del corazón» no es otra que crear cierto «sistema inmunológico espi-ritual». Para ello habrá que convertir en «hábitos» ciertos «actos»como son lo de la «emoción irresistible» (un amor que lo «llena»todo), vivir con cierto «contento interior», y educarse en la «toleran-cia a la frustración».

Educar pensamientos

Aquí entran en juego el mundo de nuestros pensamientos ynuestra propia «conversación interior» (los monólogos interiores).El modo en que nos hablamos a nosotros mismos puede contribuira remodelar nuestro cerebro dada su extraordinaria plasticidad:«Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propiocerebro» (Santiago Ramón y Cajal). De ahí la importancia de evitarpensamientos destructivos o negativos, y cultivar los positivos.

Page 22: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

72 JUAN ANTONIO MARCOS

En carta fechada unos meses antes de morir, el 6 de julio de1591, despojado el Santo de todo cargo entre los frailes, olvidado detodos y «echado en un rincón» 52, le escribe así a una compañeracarmelita descalza:

«Estas cosas no las hacen los hombres, sino Dios, que sabelo que nos conviene y las ordena para nuestro bien. No pienseotra cosa sino que todo lo ordena Dios; y adonde no hayamor...»

Ese «no piense otra cosa...» me parece a mí que es la clave deeste breve fragmento, pues nos sitúa en el ámbito terapéutico ade-cuado, el mundo de nuestros pensamientos. En realidad el Santoestá invitando a una ruptura con cualquier «pensamiento» que pu-diera desencadenar emociones negativas (de odio, tristeza, vengan-za...), y sustituirlos por pensamientos que desencadenen emocionespositivas y nutricias para la persona.

Ese «no piense otra cosa sino que todo lo ordena Dios...» res-ponde, en un sentido, al lenguaje y mentalidades sacralizadas dela época. Por eso, erraríamos en nuestro análisis si hiciéramos unalectura literal, y sacáramos la conclusión de que estamos hablandode la «voluntad» de Dios 53, o de que estamos ante «pruebas» queDios nos manda o algo por el estilo. De Dios sólo puede venir posi-tividad, y esto, incluso en medio de la noche más oscura, comoafirma explícitamente el mismo Juan de la Cruz 54.

52 Cf. Obras completas, Madrid, Editorial de Espiritualidad, 1993, p. 1104.53 Sean cuales sean las circunstancias en que nos encontremos, no hay

situación alguna en la que Dios no pueda estar cerca de nosotros y nosotrosno podamos encontrarlo. Esto no significa que las circunstancias en que nosencontremos sean en cualquier caso «voluntad de Dios». Hablar de voluntadde Dios puede ser de hecho, y no raramente, toda una blasfemia (cf. SCHILLE-BEECKX, E., Los hombres, relato de Dios, Salamanca, Sígueme, 1994, p. 37).«Si Dios nos manda tal enfermedad…», decimos a veces: si así fuera, lucharcontra la enfermedad sería blasfemo, pues sería luchar contra la «voluntad»de Dios…

54 Cf., a este respecto, 2N 13,10. En muchas religiones, la tendencia dua-lista, que parece congénita al hombre, se resuelve atribuyendo el origen delbien y del mal, en igual medida, a Dios. Este Dios dispensa con el mismoderecho y en la misma medida tanto la vida como la muerte. Ya Job se revelócontra este modo de ver las cosas. Pero según la concepción cristiana, Dios

Page 23: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

JUAN DE LA CRUZ, UNA MÍSTICA PARA APRENDER A VIVIR 73

En el «todo lo ordena Dios» está implícita la invitación a viviren esa clave (la de Dios, la del amor) nuestras vidas, y a educaren esa clave nuestro pensamiento. Es una invitación a vivirlo todo(y quizás sobre todo a «pensarlo» todo) en la presencia de Dios; esuna invitación a vivirlo todo (y quizá sobre todo a «pensarlo» todo)sabiendo que siempre estaremos sostenidos por el amor intermina-ble de Dios. Pase lo que pase.

Cuando todo lo «pensamos» desde Dios, estamos poniendo lasbases para construir nuestro particular «sistema inmunológico es-piritual».

Experiencia significativa y sus efectos positivos

En la experiencia mística (del griego «mÝw»: cerrar, cerrar losojos), el misterio permanece misterio. Como no podía ser de otraforma. Aunque no podemos acceder a las causas, sí podemos des-cribir dicha experiencia y contar sus efectos. Y esto es lo verdade-ramente relevante. La experiencia mística puede ser descrita neuro-biológicamente, y la condensación sintética de esa vivencia, se puedeexpresar poéticamente. Pero quizás lo más importante sea su carác-ter performativo (es decir, sus efectos) y su carácter significativo(es decir, que hoy tenga algo que decirnos).

Una experiencia tiene algo que decirnos cuando amplía nuestroshorizontes y guarda, a su vez, relación con nuestras experienciasreales como seres humanos. Sin esta conexión con la vida real,la experiencia mística se vuelve irrelevante, ininteligible, vacía depoder. Y entonces carece de importancia nuestro posicionamiento afavor o en contra de dicha experiencia. Simplemente se dejará delado, como todo lo no significativo o ininteligible 55.

«no es Dios de muertos, sino de vivos» (Mt 22,32). Con otras palabras: estavisión teológica únicamente atribuye a Dios lo positivo, es decir, por su mismaesencia, Dios promueve el bien y combate el mal, la injusticia y el sufrimiento(SCHILLEBEECKX, E., En torno al problema de Jesús. Claves de una cristología,Madrid, Cristiandad, 1983, p. 165).

55 Cf. SCHILLEBEECKX, E., Interpretación de la fe. Aportaciones a una teo-logía hermenéutica y crítica, Salamanca, Sígueme, 1973, p. 18.

Page 24: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

74 JUAN ANTONIO MARCOS

Y junto al carácter significativo hay que destacar siempre losefectos de dicha experiencia sobre la vida humana. Por sus efectossabemos hasta qué punto una experiencia mística es significa-tiva 56. En los «efectos» es donde se autentica toda experiencia mís-tica. Una experiencia mística que no tenga efectos positivos de«amor» y de «alegría» sobre nuestras vidas, será una experien-cia mística falsa, o cuanto menos equivocada 57. Y así, en interro-gación retórica, se preguntaba Juan de la Cruz: «Porque lo que noengendra humildad y caridad y santa simplicidad y silencio, ¿quépuede ser?» (2S 29,5) 58.

Los efectos positivos, he aquí la clave de todo. Efectos que sepueden experimentar también en las circunstancias más adversas dela vida. De nuevo, y ya para finalizar, nos trasladamos al 6 de juliode 1591, al año de la muerte de Juan de la Cruz, cuando, despojadode cargos y olvidado de todos, «echado en un rincón», hace unalectura positiva de su situación, y nos ofrece una lista de los efectosterapéuticos que está dispuesto a sacar de dicha situación:

«Puedo, si quiero, mediante el favor divino,gozar de la paz,de la soledad

56 En el cristianismo, hasta hace poco, todavía era frecuente asperjar loscampos con agua bendita para obtener buenas cosechas. Hoy los campesinosprefieren «asperjar» con fertilizantes químicos (y, en opinión de la mayoría,con mejores resultados). Hoy los seguros suplantan a la providencia; la consultadel psicólogo al confesonario; los pantanos a las rogativas... Son algunos ejem-plos de no significatividad para la cultura moderna (cf. GONZÁLEZ-CARVAJAL, L.,Cristianismo y secularización. Cómo vivir la fe en una sociedad secularizada,Santander, Sal Terrae, 2003, pp. 44 y 50).

57 Es el mismo criterio aplicado por U. LUZ a la hermenéutica bíblica:Una interpretación es verdadera en la medida en que haya tenido o tengaefectos positivos y de amor sobre la historia de los hombres. La diferenciaentre evangelio y ley no hace referencia a su contenido, sino a sus efectos oconsecuencias. La ley atemoriza y mata, pero el evangelio devuelve a loshombres la alegría... Una interpretación de las Escrituras es «evangelio» cuan-do hace a la gente libre y feliz, cuando les da vida (2Cor 3,6) (cf. Matthewin History. Interpretation, Influence, and Effects, Minneapolis: Fortress Press,1994, pp. 82 y 93).

58 Las preguntas retóricas son siempre actos de habla indirectos, preguntasde polaridad inversa, que cuando afirman niegan, y cuando niegan, afirman.Por eso, detrás del «¿qué puede ser?» de nuestro místico, existe una negaciónenfática implícita: ¡No es nada!, ¡No merece la pena!

Page 25: Juan de la Cruz, una mística para aprender a vivir · 2014-02-14 · ... que vive su expe-riencia de Dios en la vida diaria, ... a la experiencia de alteridad). En todos los momentos

JUAN DE LA CRUZ, UNA MÍSTICA PARA APRENDER A VIVIR 75

y del fruto deleitabledel olvido de sí y de todas las cosas» (Cta. 25).

Y no se piense que es poco: gozar de la «paz» del corazón;gozar de la «soledad» fecunda, poblada de presencias; gozar de losefectos saludables del «olvido» místico...

En fin, yo creo que no hay nada más misterioso que la vida, quela vida humana. Y nada más urgente ni más fascinante que aprendera vivirla. Para ello, Juan de la Cruz nos propone una auténtica recetasapiencial 59: por una parte, contar con una emoción irresistible («elotro amor mejor») y activar cierto contento interior, cierta alegríade vivir (para así «aprender a vivir»); por otra parte, educarse enla tolerancia a la frustración (al fin y al cabo somos seres finitos) y«poner amor donde no lo hay» y «dar contento a quien no lo tiene»(para así «aprender a convivir») 60.

En este sentido, podríamos concluir que tener una experienciasana de Dios es llegar a alcanzar «sentimientos sostenidos» de tipopositivo, alimentados siempre de alegría y amor. Buscar algo asícomo una «felicidad recurrente». O sea:

«Andar interior y exteriormente como de fiesta»y traer un júbilo de Dios grande,como un cantar nuevo,siempre nuevo,envuelto en alegría y amor (L 2,36).

59 Muy diferente de cierta «espiritualidad basura» (tan semejante a la junkfood: alta en calorías y baja en contenido nutricional) que engorda, pero noalimenta. En puridad, los escritos de los místicos, son también mucho más queun libro de autoayuda. Son pillow books, es decir, libros de cabecera, paratenerlos siempre al alcance de la mano, para volver una y otra vez sobre ellos.Porque en ellos y con ellos, aprendemos a vivir.

60 Quien ha llenado su vida de una emoción irresistible (un amor positivomás poderoso), podrá «poner amor donde no lo hay»; y quien está lleno dealegría, de contento interior, podrá a su vez «dar contento a quien no lo tiene».Todo encaja.