jotos bien

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metro “Muevan lo que necesiten, están en su casa. Mientras, me voy a dar una manita de gato”, nos dijo Guadalupe Loaeza y, frente a un hermoso espejo ovalado, sacó de su bolso rojo un estuche de maquillaje para retocar- se la nariz. Con gran cuidado yo retiré la escultura estilo prehispánico que despuntaba sobre la enorme charola de plata que es la mesa de centro de su sala, frente al sofá donde realizaríamos la entrevista. Por indicación de la anfitriona coloqué en su lugar una esfera roja de cristal, escogida entre la co- lección que inició por influencia de sus ami- gos el arquitecto Luis Barragán y el pintor Chucho Reyes. Era el mediodía del primer jueves de es- te mes y yo estaba muy emocionado por la oportunidad de hablar con la famosa escri- tora sobre los “jotos bien”, una atrevida idea que me había inspirado el libro que publicó en 1987 titulado “Las niñas bien”, donde re- trataba con humor no exento de crítica a sus iguales de la clase alta. También entusiasmados, mis compañe- ros de producción colocaban cámaras y me- dían la luz que entraba por los ventanales del departamento de Guadalupe, con vista a la Plaza Río de Janeiro, en la colonia Roma. —¿Dónde le gusta sentarse? —le pre- guntó Arturo Sánchez, director del progra- ma en video que con el mismo nombre de esta columna aparece los viernes por las redes sociales de METRO y REFORMA. —En esa esquina —respondió la también articulista señalando el sillón morado de la sala, justo bajo el cuadro de una mujer muy parecida a la actriz Dolores del Río—. A ti, Antonio, te puedo hablar de tú, ¿verdad? —Por supuesto, pero yo sólo puedo ha- blarle de usted. Guadalupe terminó de retocarse los la- bios de rojo cereza y con mucha coquetería se colocó una chalina al cuello. “Listo, estoy a sus órdenes”, dijo. Tomamos nuestros lugares en el sofá y yo tuve que respirar varias veces para bajar el ritmo cardiaco, porque es muy sensible el micrófono que Jorge Sánchez suele co- locarme por debajo de la camiseta pegado al pecho, y cuando oye enloquecidos los latidos de mi corazón me pregunta si estoy “asustado”. A casi tres meses de que lanzamos el programa, aún me impone jotear frente a la cámara, y por más que ensayo mis retorci- dos guiones me equivoco mil veces y debo repetir y repetir ante mi paciente equipo. Pero en esta ocasión la conversación tenía que fluir, como debe ser una entrevista, por mínima consideración a la escritora que tiene tablas en la tele, pues los domingos conduce con José Manuel Azpiroz el pro- grama “Domicilio conocido” en Mexiquense TV. Así que no podía quedar como tarado, trabándome. Y no me trabé después de que mi querido realizador, David García, me dio la señal de salida. Autora de “En el clóset” (Ediciones B, 2011), Guadalupe me dijo que son “sus hé- roes y heroínas” los homosexuales famosos que ahí retrata, como los escritores Óscar Wilde, Marcel Proust y Salvador Novo, las actrices Sara García y Jodie Foster, el mo- disto Yves Saint Laurent, y el cantante Ricky Martin, entre más de 40. A los jotos bien los describió pensando en sus amigos, como Pável Granados, Ser- gio Almazán, Roberto Redo, su primo Na- cho Orendáin y Chucho Reyes: “Les encan- ta la decoración, tienen unas casas divinas, muchos son coleccionistas, son muy educa- dos, sensibles, se visten con un gran gusto, son muy divertidos, te ríes mucho porque tienen un sentido del humor muy ácido; el mundo sin gays sería muy triste, gris”. Lo que más me conmovió fue la natu- ralidad amorosa con la que Guadalupe refi- rió que su hijo mayor, Diego Antoni, es gay. Una realidad que el hoy “señor de 44 años” comunicó en la juventud a sus padres con “enorme inteligencia y generosidad”. “Quisimos arroparlo, entender; en lo que a mí se refiere fue un proceso más lar- go, pero su papá, francés, (lo tomó) con una naturalidad, le dijo ahora te quiero de otra forma y te quiero más; fue muy bonito”, me aseguró. “(Diego) vive en Nueva York, tiene un trabajo maravilloso, es un intelectual, aca- démico, me enorgullece estar cerca de una persona tan sensible”. Y a mí me hizo muy feliz conversar con una madre, amiga y profesional generosa, que aceptó emocionada el título de “gay honoraria” y nos dejó meternos hasta su clóset para hacer el promocional de la en- trevista, que puedes gozar completa en mi Facebook o Twitter. ¡Hasta el próximo choque de braguetas, señores míos! Por favor usen bici, condón y como son golosos no se pierdan a los “mangos” que sedujeron el ojo de Carlos Monsiváis, el vier- nes en Nosotros los jotos por las redes so- ciales de Reforma. Email: [email protected] Facebook: Antonio Bertrán Rodríguez 6 ciudad MARTES 16 DE FEBRERO DEL 2016 nosotros losjotos ANTONIO BERTRÁN @AntonioBertranR DETRÁS DE LOS JOTOS BIEN Se deslindan de hediondez DALILA SARABIA La Delegación Álvaro Obregón se lavó las manos ante el problema de la contaminación de presas. La jefa delegacional, Maria An- tonieta Hidalgo, señaló que la res- ponsabilidad recae en la Conagua, el Sistema de Aguas de la Ciudad y, sobre todo, en los ciudadanos que ensucian las barrancas y embalses. “La Delegación no está facul- tada para la limpieza de las presas, es un tema que le corresponde to- talmente a Conagua y Sistema de Aguas de la Ciudad de México. “(Sin embargo) el área de Pro- tección Civil y Medio Ambiente ha- cen jornadas de limpieza, pero es todo un problema cultural porque entras y limpias, y los mismos veci- nos vuelven a ensuciar”, señaló. Cuestionados sobre las remisio- nes hechas al Juez Cívico por lanzar desechos a los cuerpos de agua, la demarcación señaló que son pocas, sin precisar el número. Agregaron que es imposible destinar a perso- nal para que cuide estos espacios de forma permanente. En las jornada de limpieza, ase- guró, han sacado 3 mil 700 tonela- das de residuos sólidos. z Álvaro Obregón dice que al Gobierno capitalino y Conagua les toca la limpieza. Arturo Sánchez Archivo z De la sala al clóset con Guadalupe Loaeza.

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Page 1: Jotos bien

metro

“Muevan lo que necesiten, están en su casa. Mientras, me voy a dar una manita de gato”, nos dijo Guadalupe Loaeza y, frente a un hermoso espejo ovalado, sacó de su bolso rojo un estuche de maquillaje para retocar-se la nariz.

Con gran cuidado yo retiré la escultura estilo prehispánico que despuntaba sobre la enorme charola de plata que es la mesa de centro de su sala, frente al sofá donde realizaríamos la entrevista. Por indicación de la anfitriona coloqué en su lugar una esfera roja de cristal, escogida entre la co-lección que inició por influencia de sus ami-gos el arquitecto Luis Barragán y el pintor Chucho Reyes.

Era el mediodía del primer jueves de es-te mes y yo estaba muy emocionado por la oportunidad de hablar con la famosa escri-tora sobre los “jotos bien”, una atrevida idea que me había inspirado el libro que publicó en 1987 titulado “Las niñas bien”, donde re-trataba con humor no exento de crítica a sus iguales de la clase alta.

También entusiasmados, mis compañe-ros de producción colocaban cámaras y me-dían la luz que entraba por los ventanales del departamento de Guadalupe, con vista a

la Plaza Río de Janeiro, en la colonia Roma.—¿Dónde le gusta sentarse? —le pre-

guntó Arturo Sánchez, director del progra-ma en video que con el mismo nombre de esta columna aparece los viernes por las redes sociales de METRO y REFORMA.

—En esa esquina —respondió la también articulista señalando el sillón morado de la sala, justo bajo el cuadro de una mujer muy parecida a la actriz Dolores del Río—. A ti, Antonio, te puedo hablar de tú, ¿verdad?

—Por supuesto, pero yo sólo puedo ha-blarle de usted.

Guadalupe terminó de retocarse los la-bios de rojo cereza y con mucha coquetería se colocó una chalina al cuello. “Listo, estoy a sus órdenes”, dijo.

Tomamos nuestros lugares en el sofá y yo tuve que respirar varias veces para bajar el ritmo cardiaco, porque es muy sensible el micrófono que Jorge Sánchez suele co-locarme por debajo de la camiseta pegado al pecho, y cuando oye enloquecidos los latidos de mi corazón me pregunta si estoy

“asustado”.A casi tres meses de que lanzamos el

programa, aún me impone jotear frente a la cámara, y por más que ensayo mis retorci-

dos guiones me equivoco mil veces y debo repetir y repetir ante mi paciente equipo.

Pero en esta ocasión la conversación tenía que fluir, como debe ser una entrevista, por mínima consideración a la escritora que tiene tablas en la tele, pues los domingos conduce con José Manuel Azpiroz el pro-grama “Domicilio conocido” en Mexiquense TV. Así que no podía quedar como tarado, trabándome. Y no me trabé después de que mi querido realizador, David García, me dio la señal de salida.

Autora de “En el clóset” (Ediciones B, 2011), Guadalupe me dijo que son “sus hé-roes y heroínas” los homosexuales famosos que ahí retrata, como los escritores Óscar Wilde, Marcel Proust y Salvador Novo, las actrices Sara García y Jodie Foster, el mo-disto Yves Saint Laurent, y el cantante Ricky Martin, entre más de 40.

A los jotos bien los describió pensando en sus amigos, como Pável Granados, Ser-gio Almazán, Roberto Redo, su primo Na-cho Orendáin y Chucho Reyes: “Les encan-ta la decoración, tienen unas casas divinas, muchos son coleccionistas, son muy educa-dos, sensibles, se visten con un gran gusto, son muy divertidos, te ríes mucho porque tienen un sentido del humor muy ácido; el mundo sin gays sería muy triste, gris”.

Lo que más me conmovió fue la natu-

ralidad amorosa con la que Guadalupe refi-rió que su hijo mayor, Diego Antoni, es gay. Una realidad que el hoy “señor de 44 años” comunicó en la juventud a sus padres con

“enorme inteligencia y generosidad”. “Quisimos arroparlo, entender; en lo

que a mí se refiere fue un proceso más lar-go, pero su papá, francés, (lo tomó) con una naturalidad, le dijo ahora te quiero de otra forma y te quiero más; fue muy bonito”, me aseguró.

“(Diego) vive en Nueva York, tiene un trabajo maravilloso, es un intelectual, aca-démico, me enorgullece estar cerca de una persona tan sensible”.

Y a mí me hizo muy feliz conversar con una madre, amiga y profesional generosa, que aceptó emocionada el título de “gay honoraria” y nos dejó meternos hasta su clóset para hacer el promocional de la en-trevista, que puedes gozar completa en mi Facebook o Twitter.

¡Hasta el próximo choque de braguetas, señores míos!

Por favor usen bici, condón y como son golosos no se pierdan a los “mangos” que sedujeron el ojo de Carlos Monsiváis, el vier-nes en Nosotros los jotos por las redes so-ciales de Reforma.

Email: [email protected]

Facebook: Antonio Bertrán Rodríguez

6 ciudad MARTES 16 DE FEBRERO DEL 2016

nosotroslosjotosAntonio Bertrán @AntonioBertranR

Detrás De Los jotos bien

Se deslindan de hediondezDALILA SARABIA

La Delegación Álvaro Obregón se lavó las manos ante el problema de la contaminación de presas.

La jefa delegacional, Maria An-tonieta Hidalgo, señaló que la res-ponsabilidad recae en la Conagua, el Sistema de Aguas de la Ciudad y, sobre todo, en los ciudadanos que ensucian las barrancas y embalses.

“La Delegación no está facul-tada para la limpieza de las presas, es un tema que le corresponde to-talmente a Conagua y Sistema de Aguas de la Ciudad de México.

“(Sin embargo) el área de Pro-tección Civil y Medio Ambiente ha-cen jornadas de limpieza, pero es todo un problema cultural porque entras y limpias, y los mismos veci-nos vuelven a ensuciar”, señaló.

Cuestionados sobre las remisio-nes hechas al Juez Cívico por lanzar desechos a los cuerpos de agua, la demarcación señaló que son pocas, sin precisar el número. Agregaron que es imposible destinar a perso-nal para que cuide estos espacios de forma permanente.

En las jornada de limpieza, ase-guró, han sacado 3 mil 700 tonela-das de residuos sólidos.

z Álvaro Obregón dice que al Gobierno capitalino y Conagua les toca la limpieza.

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z De la sala al clóset con Guadalupe

Loaeza.