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Jorge Enrique Adoum Los ecuatorianos tienen el poeta más importante de América“ (Pablo Neruda) 1923-2009

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Jorge Enrique Adoum

“ Los ecuatorianos tienen el poeta más importante de América“

(Pablo Neruda)

1923-2009

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Nació en Ambato el 29 de Junio de 1926. Hijo de Jorge Elías Francisco Adoum y de Juana Auad Barciona,

Inició sus estudios en el pensionado Juan León Mera de Ambato. En 1935 su familia se trasladó a Quito y allí terminó la primaria con un profesor privado, Víctor Félix Toscano. "Cuando, adolescente, comenzó mi vicio por la lectura, encontré en una librería un pequeño volumen de poemas eróticos escrito por mi maestro, lo que me sobrecogió”.

"El director de la escuela fiscal donde estudiaban mis hermanas menores me prestó Cumandá cuando yo tenía unos 12 años. La leí en dos días y no lo creyó, por lo que jamás volvió a prestarme libros. Pero un medio hermano mío, Carlos Olmedo Villamar, mayor que yo, compraba para nosotros los chicos la revista El Peneca y para él Leoplán, que traía una novela en cada número. En vacaciones, yo leía una por día".

“Por haber entrado a la escuela directamente al segundo grado, puesto que sabía leer, escribir y las operaciones fundamentales, al terminarla sólo tenía 11 años, razón por la que no fui admitido en ningún colegio, debiendo pasar tres años como oyente en el San Gabriel. Eran los años de la guerra civil española y allí nos obligaban a comprar y leer relatos falangistas, pero los amigos viejos del barrio —mecánicos, carpinteros, herreros— me explicaron lo que estaba en juego en ese conflicto. En el colegio había concursos anuales de literatura - poesía y prosa - que ganaba con cierta frecuencia. Mi primera poesía tituló “Canto a la Dolorosa”, fue una etapa de escritura instintiva todavía tradicional. Cuando tras de los jesuitas fui alumno de Humberto Salvador en el Instituto Nacional Mejía, dicté en el teatro Sucre dos conferencias: una sobre Stefan Zweig que acababa de suicidarse en Brasil por temor a la victoria del nazismo y otra sobre Dostoievsky. Por entonces comencé a escribir ensayos sobre los temas más diversos y que conocía poco. Un día, cuando un amigo de casa expresó una opinión desfavorable sobre algún texto que se me obligó a leer, rompí cuanto había escrito. Esa noche mi padre me dijo: "Si pretendes

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llegar a ser escritor y ésa es tu reacción, te felicito". Jamás volvió a importarme la crítica, sea favorable o negativa".

"Hacia esa época descubrí con admiración para siempre el psicoanálisis y la filosofía marxista; quise afiliarme al Partido Comunista pero no se me aceptó entonces por ser ¡demasiado joven!. La vida en familia se me había vuelto intolerable, particularmente por la severidad de la disciplina impuesta por mi padre: éramos cinco hermanos y no se nos permitía hablar en la mesa. Un día de 1945 me enteré que un amigo íntimo preparaba viaje a Chile; me fui con él, con mi maleta llena de libros de poesía ecuatoriana. Creo que jamás saqué uno solo de ellos. En Santiago hice de todo: desde mozo de restaurante hasta periodismo. Conocí a Neruda en una cena de despedida que los intelectuales chilenos ofrecían al poeta y embajador argentino Raúl González Tuñón. Meses después, al salir de una conferencia suya "Viaje al norte de Chile", me pidió que "le hiciera de secretario". Aquella fue una experiencia enriquecedora: aprendí que un poeta, inclusive una de los mayores, también debía trabajar sus textos (aunque él corregía relativamente poco) conocí a autores del mundo entero, las ediciones raras e inencontrables. En 1947 Gabriel González Videla puso fuera de la ley a los partidos de izquierda con cuyo apoyo fue elegido Presidente y persiguió a Neruda, entonces Senador de la República, que le había acompañado por todo el país durante la campaña electoral.

Aprovechando esa coyuntura interna, el embajador Carlos Guevara Moreno pidió a las autoridades chilenas que expulsaran del país a algunos estudiantes ecuatorianos, vengándose así cobardemente de discrepancias políticas tenidas antes en Ecuador. Estuve tres meses escondido, durante los cuales Neruda me obtuvo un pasaporte y dinero para el viaje. El 8 de enero de 1948 desembarqué en Guayaquil, frustrado, pobre, desocupado: Pedro Jorge Vera y Alfredo Palacio me dieron de comer y de beber. En mayo de ese año fui nombrado prosecretario del Núcleo del Guayas de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y en octubre vine, con el mismo puesto, a la matriz de Quito". En Noviembre del 47 había fallecido en Guayaquil el gran ideólogo comunista Joaquín Gallegos Lara y su partida comisionó a Adoum para que

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entrevistara a su madre, a fin de recabar datos y documentos para escribir su gran biografía. Lamentablemente Adoum nunca ha sido biográfico sinó poeta pero no olvido el encargo y con el paso de los años dio a la luz un texto con personajes sobre José Gálves, personaje imaginario aunque muy parecido a Gallegos Lara.

En 1950 ocupó la dirección de la Editorial de la CCE donde se publicaba la revista Letras del Ecuador e hizo derroche de exquisito gusto editorial, desenvolvió su poderosa actitud lírica y tradujo del inglés la poesía difícil pero hermosa de T.S. Elliot, a quien siguió por algún tiempo.

Con César Dávila Andrade, Rafael Díaz Ycaza, Cristóbal Garcés Larrea, Miguel Augusto Egas Orellana, Tomás Pantaleón, Eduardo Ledesma y otros poetas más formó parte del célebre grupo "Madrugada", una antología de los cuales publicó bajo seudónimo de Ricardo Ariel.

En 1948 había contraído matrimonio con Magdalena Jaramillo Cabezas con quien tuvo dos hijas. En 1949 apareció su primer poemario bajo el título de “Ecuador amargo” que significó su revelación como gran poeta reflexivo y maduro a los veintitrés años. Hernán Rodríguez Castelo ha opinado: "Adoum rompió el verso, radicalizó la metáfora y acercó la palabra poética a la voz del habitante de la tierra. Su poemario es un canto inicial a la Patria y desgarrada y honda confesión personal. Visión poética de una realidad hecha de sombras y de gritos, de aconteceres grises, quedando solamente la protesta como vehículo de redención". Neruda le escribió de Chile: 'Tienes que librarte de un nerudismo que no te hace falta" y Alejandro Carrión, en el Diccionario de la Literatura Latinoamericana - Ecuador, acotó: "Adoum continúo fiel al partido comunista no obstante su sensualidad, su sibaritismo y su innata actitud aristocrática que le hace reacio a toda transacción gregaria".

En 1951 editó otro poemario “Notas del hijo pródigo”, y el 52 inició su serie poético – histórica, que anunció en ocho libros, titulada Los cuadernos de la tierra, con los dos primeros a los que llamó "Los orígenes" -

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que trata sobre la confederación de tribus anteriores a la conquista de los Incas - y "El enemigo y la mañana", sobre los tiempos del incario.

La crítica saludó unánime a esta nueva voz metálica y obtuvo el primer premio nacional de poesía. Rodríguez Castelo ha escrito que Adoum se anuncia decisivo en su lenguaje lírico, con algo de influencia de Carrera Andrade pero con la novedad de la fuerza de sus expresiones, con sorda y apasionada cólera. El tema es el hombre emergiendo de la tierra como héroe de esos cantos que por eso están poblados de elementos telúricos.

Ese año también publicó "Carta para Alejandra" y en 1953 “Relato del extranjero”. En 1954 Neruda le invitó a Chile junto con numerosos escritores de todo el mundo a celebrar sus 50 años, pero al arribar Adoum al aeropuerto de Santiago fue detenido e interrogado por la policía durante siete horas, al cabo de las cuales fue deportado, pues aun pesaba sobre él el decreto de expulsión pedido por Guevara Moreno. En 1955 tradujo del inglés el libro de la periodista norteamericana Lilo Linke “Viaje por una revolución”, sobre la Bolivia de Víctor Paz Estensoro.

En 1957 dio a luz “Poesía del siglo XX”, recopilación de ensayos sobre diez poetas de este siglo que han influido en la poesía latinoamericana. El 59 editó su tercer Cuaderno llamado “Dios trajo la sombra”, que trata sobre la conquista española. Allí "se liberó de toda influencia anterior para llevar hasta límites estupendos la transmutación lírica y antilírica, épica y antiépica de la crónica y el mito".

El 60 obtuvo el premio de poesía del primer Concurso latinoamericano de literatura de la Casa de las Américas de Cuba, adquiriendo fama internacional. Mientras tanto había salido de la Casa de la Cultura y trabajaba como editor de literatura médica y de una revista de los Laboratorios Ufe, luego pasó a ser distribuidor de películas de la Columbia Pictures en Quito, pero por haber viajado a La Habana en 1961, a recibir su premio, fue cancelado; ese año salió su cuarto Cuaderno “El dorado y las ocupaciones nocturnas”, sobre el descubrimiento del Amazonas y la

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colonia, en aliento y tono sostenido, contando esa aventura hacia la muerte, presidida por un sino fatal y luego los días largos, grises y amargos, pictóricos de viejas humillaciones y dolores, que fue el coloniaje. Ese año fue designado Director del Departamento de Cultura del Ministerio de Educación, siendo ministro Gonzalo Abad Grijalva, 63 salieron sus cuatro Cuadernos recopilados en un solo tomo y merced a una beca del Programa Principal de conocimiento de los valores culturales de Oriente y Occidente de la Unesco pudo recorrer durante tres meses en misión cultural varios países de Oriente, entre ellos India y Japón, y al llegar a Jerusalén se enteró de la caída el presidente Arosemena Monroy. El presidente de la Junta Militar, Ramón Castro Jijón, que había sido amigo suyo, le hizo saber que si regresaba al Ecuador "no podría garantizar su integridad física”. Entonces radicó en París y comenzó a escribir un texto con personajes aunque varias veces abandonaría el proyecto por culpa de viajes y compromisos; aunque sin embargo, desde el 73 al 76 pudo terminarlo.

También el 63 tentó su primer cuento aparecido en el periódico “Surcos” de la FEUE el protagonista se llamaba Fosforito.

En 1964 apareció en Quito su poemario “Yo me fui con tu nombre por la tierra”, que mostró a un Adoum en plena transición a otros lenguajes y formas porque a pesar de que el libro se abre con un lirismo ya antiguo, como el de su composición “lamento y madrigal sobre Palmira" de Ecuador amargo, luego adopta un lenguaje de radical ironía, libre y hasta caprichoso, de recursos a lo popular, apto para desmitificar radical y libremente, para denunciar todo lo alienante, desde el patriotismo mentiroso y seudo nacionalista hasta las prohibiciones que se repiten en el poema "Prohibido fijar carteles", de diez años después.

Posiblemente la dictadura que sufría la Patria, comprendida desde el exilio en todo su horror, hizo que nuestro poeta se diera cuenta de que ya no podía seguir escribiendo sus Cuadernos de la Tierra, su poesía épica, para una sociedad que como la ecuatoriana no es heroica sino bucólica y pacifista. Además, un plan tan ambicioso como el que se proponía

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completar en ocho tomos - el mayor esfuerzo lírico e intelectual de su época-, adolecía de demasiada historicidad, mientras la realidad gritaba diariamente las enormes desigualdades e injusticias sociales que se cometían. Por todo ello Adoum decidió no continuarlos pues, como dice él mismo, cantar las glorias pasadas era una especie de evasión; había que cambiar de idealización del pasado a la asunción del presente.

De 1964 a 1966 residió en China Popular con su esposa y sus hijas, como traductor del inglés al castellano y enriqueciéndose con la poesía oriental, tan bella y diferente a la nuestra. Fue como una apertura a otro mundo. De regreso a Europa, trabajó de asistente de la cátedra de español en un liceo cercano a El Havre, luego fue lector de la Editorial Gallimard de París y periodista de Radio France International.

En agosto del 68 visitó Ecuador después de cinco años de ausencia. Los dictadores habían pasado a la ignominia y Adoum recibió varios homenajes públicos. Era el gran poeta, ya no tan joven, que regresaba cansado, solo y cosmopolita. Un año después fue contratado como funcionario por la ONU con sede en Ginebra. En el interim había producido casi sin querer el mayor escándalo literario que registra la historia ecuatoriana de este siglo, pues en La Habana, a donde había ido en 1968 como jurado del Premio Casa de las Américas, había afirmado que nuestra literatura, una vez salida del realismo de los años 30, atravesaba por un período de crisis. Entonces se alzaron las más encontradas opiniones que el tiempo se ha encargado de disipar, pero sus declaraciones sirvieron para remecer las conciencias y para resaltar una dolorosa realidad.

El 14 de julio de 1970 se estrenó en Ginebra su obra teatral “El sol bajo las patas de los caballos”, drama simbolista sobre la conquista española tomada como enfrentamiento de dos culturas y como prototipo de todas las conquistas del mundo. El 71 pasó a la Unesco como redactor de la revista El Correo de la Unesco, El 73 sacó en Madrid “Informe personal sobre la situación”, antología con varios de sus textos de denuncia, inéditos, sobre dictadores y dictaduras. Una segunda edición apareció en La Habana dos

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años después, El 74, “Los 37 poemas de Mayo de “Maosetung, traducidos del inglés y el francés. El 76 volvió nuevamente a colocarse en la picota por “Entre Marx y una mujer desnuda”, texto con personajes, como modestamente su autor lo ha definido, cuando en realidad es una notable novela con muchos episodios referenciales particularmente a la vida de Joaquín Gallegos Lara, uno de los autores del realismo ecuatoriano de los años 30; que obtuvo enorme éxito de librería, ha conocido varias ediciones y el Premio Xavier Villaurrutia de Méjico. Esta novela marcó un hito en la nueva narrativa ecuatoriana y fue materia de acaloradas disputas y aun hoy, después de más de diez años de su aparición, sigue siendo discutida. El argumento es simple y relata situaciones que le acaecen a un escritor comprometido con el marxismo, que al mismo tiempo siente una fuerte pasión amorosa que le distrae de su alta misión revolucionaria.

De esta época es su Breve antología para estudiantes, con selección y prólogo de Vladimiro Rivas Iturralde, que salió en Méjico. El 77 tras su divorcio, contrajo segundas nupcias con la dama suiza Lisette Werren.

En 1979 se editó en Barcelona su poemario “No son todos los que están”, con poemas escritos desde 1949, y se publicó en Alemania su drama “La subida a los infiernos”. La acción se desarrolla en un cabaret de mala muerte: los personajes, sentados a diferentes mesas representan los pecados capitales de la sociedad occidental contemporánea: la conspiración contra los regímenes democráticos, la tortura, la explotación de las compañías transnacionales, el chantage conyugal . . .

El 80 apareció en Caracas Narradores Ecuatorianos del 30 (tomo No. 85 de la Biblioteca Ayacucho, selección y cronología de Pedro Jorge Vera) con un prólogo suyo que en 1984 se publicó en Quito con el título de “La gran literatura ecuatoriana” del 30. El 81 escribió sobre la fotografía como arte y como testimonio de la realidad estática del país, en Ecuador: imágenes de un pretérito presente, con fotografías de César Alvarez. En julio de 1986 terminó su contrato con la Unesco, preparó su regreso al

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Ecuador y llegó a Quito el 5 de Marzo de 1987, una hora antes del terremoto.

En 1988 la Editorial Universitaria de Quito dio a la luz Jorge Enrique Adoum: entrevista en dos tiempos, de Carlos Calderón Chico.

Su obra lírica - conceptual y ríspida - se mueve a través de la angustia, el tiempo, la presencia de la muerte, constantes permanentes en la angustia existencia, actual y social.

Su madurez, que linda con el abstraccionismo por sus figuras sintéticas y cargadas de obscuridad y de lectura difícil e intelectualizada, le ha situado en la primera línea de la lírica contemporánea del Ecuador y habiendo sido el mayor poeta de su generación y el heredero de la primacía que dejó a su muerte Carrera Andrade, hoy es el gran poeta nacional cuyo mayor mérito radica en la sutileza, la verdad y el amor con que cuenta el dolor de los pueblos oprimidos, en versos libres, en prosa ideal, que hasta un ayer no muy lejano cantara los orígenes ecuatorianos y hoy revela la difícil problemática social; Además de su poesía y de su novela, se le conocen numeroso ensayos.

En 1995 editó Ciudad sin ángel, su segunda novela, trata sobre un tema histórico sudamericano – el exilio y la tortura – vistos con intensidad. Es, pues, novela de exploración de la precaria estructura del tiempo circular que vuelve y se detiene impiadoso, ahondando el infierno de los hombres. De lectura fácil y fluyente, cuya trama, tejida a los dos lados del espejo, Yuxtaponen los testimonios y nos presenta una historia, la de los amantes de sumpa, o del amor desenterrado, que aceptaron la muerte para disolver el espacio del presente, que les era una verdadera pesadilla.

Entre sus mayores y reconocidos éxitos como novelista está la obra Entre Marx y una mujer desnuda, publicada en 1976, que veinte años más tarde fue llevada al cine.

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Hombre tranquilo, bueno y excelente amigo que nunca ha traicionado a nadie, ha escrito cerca de treinta libros y sus dos novelas demuestran que tiene recursos muy personales como narrador y que su escritura es una evasión de la propia realidad mezcladas con unos elementos históricos y otros de ficción, todo ello visto por un narrador omnisciente que hace ostensibles su presencia en el tiempo sin perspectiva, estancado sin respuestas

Fue candidato en el 2009 por el Ecuador a la edición del Premio Cervantes por tratar temas sociales en su obra.

El célebre escritor ambateño Jorge Enrique Adoum, fallece a la edad de 83 años, víctima de un paro cardiorrespiratorio, el 3 de Julio de 2009.

En una vasija de barro fueron enterradas las cenizas del escritor Jorge Enrique Adoum, “El Turquito”, como le llamaban de cariño. Cumpliendo su último deseo de ser enterrado junto con su entrañable amigo, el pintor Oswaldo Guayasamín, en aquel árbol de pino que creció junto a la casa del pintor, en la Capilla del Hombre, situada en el sector de Bellavista al norte de Quito.

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OBRAS DE JORGE ENRIQUE ADOUM

Poesía

Ecuador Amargo (1949)

Carta para Alejandra (1952)

Los Cuadernos de La Tierra: I. Los Orígenes, II. El Enemigo y la Mañana (1952)

Notas del Hijo Pródigo (1953)

Relato del Extranjero (1955)

Los Cuadernos de la Tierra: III. Dios Trajo la Sombra (1959)

Los Cuadernos de la Tierra: IV. El Dorado y las Ocupaciones Nocturnas (1961)

Informe Personal Sobre la Situación (1975)

No Son Todos Los Están (1979)

Poesía Viva del Ecuador (1990)

Ni Están Todos los Que Son

Mayo del 1968 ¿Siglo XXI?

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Novelas

Entre Marx y Una Mujer Desnuda (1976)

Ciudad sin Ángel (1995)

Los Amores Fugaces (1997)

Teatro

El sol bajo las patas de los caballos (1970)

La subida a los infiernos (1981)

Ensayos y biografía

Ecuador Señas Particulares

De cerca y de memoria, recuerdos de lecturas, autores y lugares

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Pablo Neruda (izquierda, al fondo) durante una de las reuniones con sus amigos en la casa del poeta en Isla Negra. A su lado, Mario Vargas Llosa y Roger Caillois, traductor de los poemas del anfitrión al francés. En el otro

extremo, Jorge Enrique Adoum

En una vasija de barro fueron enterradas las cenizas del escritor Jorge Enrique Adoum, El Turquito, como le llamaban de cariño.

Las cenizas de Jorge Enrique Adoum están colocadas junto a su amigo Oswaldo Guayasamín al pie del Árbol de la Vida.