john holloway, la otra campaña en las ciudades, por qué amamos a los zapatistas, bajo el volcán,...

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  • 8/14/2019 John Holloway, La Otra Campaa en las ciudades, por qu amamos a los zapatistas, Bajo el volcn, BUAP, 2006.

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    Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=28661009

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    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Holloway, John

    La Otra Campaa en las ciudades Por qu amamos a los zapatistas?

    Bajo el Volcn, Vol. 6, Nm. 10, sin mes, 2006, pp. 85-90

    Benemrita Universidad Autnoma de Puebla

    Puebla, Mxico

    Cmo citar? Nmero completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Bajo el Volcn

    [email protected]

    Benemrita Universidad Autnoma de Puebla

    Mxico

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    LA OTRA CAMPAAENLASCIUDADESPORQUAMAMOSALOSZAPATISTAS?

    John Holloway

    1.

    Porque rompieron, porque son rompedores. Hicieron un hoyo en la domi-nacin capitalista. Cuando se levantaron el 1 de enero de 1994, fue comoaventar una piedra metafrica a travs del vidrio del capitalismo. Crearonun hoyo. Con su Ya basta!. Con su Ya no! Aqu no, aqu ya no vamos a

    aceptar el dominio ajeno, aqu vamos a organizarnos de otra forma, aquvamos a hacer lo que nosotros consideramos necesario y deseable! Consu dignidad rompieron el vidrio de una sociedad basada en la negacin dela dignidad.

    Este hoyo tiene su propia belleza, su propia luminosidad. No requiereninguna validacin en trminos del largo plazo. Un momento de dignidadno se tiene que justificar en ningn sentido. El momento tiene su propia

    particularidad, no es simplemente un paso en una lucha larga y ardua, esuna ruptura aqu y ahora, y como tal, es su propia justificacin.

    La ruptura es central. Obviamente hay muchas razones para admirara los zapatistas: su lucha por los derechos indgenas, su lucha por lademocracia, libertad y justicia, la belleza de sus comunicados, su pers-pectiva internacional, y muchas cosas ms. Detrs de su Ya basta! hayuna preparacin muy cuidadosa, una tradicin comunal profundamente

    arraigada, pero lo que explota en nuestra consciencia, lo que nos emocionaes ese No!, esa negacin sin ms, ese Ya basta! Ya no ms! Sabemosque toda lucha para cambiar el mundo es larga y ardua, pero lo maravi-

  • 8/14/2019 John Holloway, La Otra Campaa en las ciudades, por qu amamos a los zapatistas, Bajo el volcn, BUAP, 2006.

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    lloso de los zapatistas es que han logrado romper, cortar un pedazo delmundo y decir en este pedazo del mundo reina no el capital sino la dig-nidad. La piedra lanzada rompe la temporalidad del capitalismo, y tam-

    bin de la tradicin revolucionaria. Ya no es cuestin de esperar para tomar el poder y cambiar el mundo, sino de hacerlo aqu y ahora. Ladignidad no tiene paciencia.

    2.

    Pero el zapatismo es ms que un hoyo. El Ya basta! es el inicio de una

    grieta que se va extendiendo. El impacto de la piedra inicial crea no sloun hoyo sino lneas de fisura que se alargan. Crea resonancias, reverbe-raciones, ondas de choque.

    Estas reverberaciones no siguen un camino previsible. Se sienten enItalia, Argentina, Grecia, Bolivia, igual (o incluso ms) que en Puebla ola Ciudad de Mxico. No siguen caminos institucionales, aunque el EZLNha hecho varios intentos de darles una forma institucional no para

    limitarlas, sino para impulsarlas. La resonancia de la lucha zapatista noes cuestin solamente de ellos, sino expresin de la confluencia de lasluchas contra el capitalismo en todo el mundo.

    El hoyo, entonces, no es solamente un hoyo, no es solamente unaautonoma, es una grieta, una fisura en el tejido de la dominacin. Elmovimiento es fundamental. Si un movimiento deja de moverse, deja deser un movimiento, se va llenando la grieta, se va reestableciendo la

    dominacin.El capital es un proceso constante de contencin, el anti-capital es un

    desbordamiento. El capital es el proceso de contener el impulso hacia laautodeterminacin, pero la rebelda no se deja contener. Un movimientoque deja de moverse empieza a convertirse en su contrario, en una institu-cin. Con la Sexta Declaracin, los zapatistas nos estn diciendo de for-ma muy clara que no se van a quedar quietos, que van a seguir movindose,

    que no son solamente un hoyo, sino una grieta, y que esta grieta se estextendiendo.

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    3.

    Eso qu significa para nosotros? Los zapatistas son rompedores, crea-

    dores de hoyos y de grietas. La Sexta Declaracin es una invitacin msdirecta que nunca para que participemos nosotros en este proceso. Veodos interpretaciones posibles de la Sexta Declaracin. La primera es que

    vamos a ver lo que ellos hacen y los vamos a seguir: no quiero hablar deeso. La otra interpretacin es ms interesante: entender la Otra Campaacomo estmulo para organizarnos a nosotros.

    Pero cmo? Ayudndolos en la expansin de su grieta, por supuesto,

    pero sobre todo creando nuestros propios hoyos-grietas, nuestros pro-pios Ya bastas!, nuestras propias dignidades. Para nosotros que vivi-mos en las ciudades, el gran reto de la Sexta Declaracin es crear elzapatismo urbano.

    4.

    En las ciudades no tenemos la misma base social que los zapatistas deChiapas. No tenemos terrenos que podamos cultivar, y no tenemos lamisma estructura de comunidades que existe en Chiapas o en otras partesdel campo. Es cierto que todava existe una tradicin comunitaria fuerteen algunas partes de ciertas ciudades, pero en general no es as.

    Esto no quiere decir que no exista alguna comunidad en las ciudades,pero en muchos casos las comunidades se forman de otra manera, con

    otras dimensiones. No son territoriales, sino temporales o situacionales.En un evento poltico, por ejemplo, la gente forma una comunidad, com-parte un proyecto comn, un hacer comn, pero despus de la reunincada quien va por su camino. Algunos grupos siguen trabajando juntos,hay vnculos que se hacen y se cruzan. Entonces s hay cierta continuidada travs del tiempo, pero en general las comunidades urbanas sonms fciles de reconocer si pensamos no en trminos de espacio sino en

    trminos de tiempo o de situaciones.Los zapatistas de Chiapas usan la fuerza de sus comunidades para

    decir No al capitalismo, para romper con la dominacin. En las ciudades

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    tambin tenemos que usar la fuerza de nuestras comunidades para decirNo, para gritar Ya basta!, pero tenemos que entender que nuestrascomunidades tienen otras dimensiones. Hay que preguntarnos no solamen-

    te cmo vamos a hacer de Los Altos o de La Paz o de La Libertad unmunicipio autnomo o una colonia rebelde?, sino tambin cmo podemoshacer de este momento o de esta situacin un momento de dignidad, unasituacin de rebelda?

    5.

    Con su levantamiento, los zapatistas abren una esperanza, una forma depensar en la revolucin, en cmo cambiar el mundo de manera radical.Su ruptura radical nos ayuda a pensar la revolucin en trminos de hoyoso, mejor, grietas. Estas grietas se caracterizan por la radicalidad de laruptura. Son espacios de rechazo y de dignidad: primero, NO, ya no vamosa aceptar el mando ajeno, y segundo, vamos a construir una vida segnnuestras propios deseos y necesidades. Es un rechazo al capital y al

    trabajo enajenado y abstracto que constituye el capital, y al mismo tiempola reivindicacin y despliegue del hacer til, del hacer digno, del hacerque corresponde a nuestras necesidades y deseos colectivos.

    La grieta zapatista, entonces, es un espacio-en-movimiento de recha-zo-y-dignidad, apoyado en la fuerza de sus comunidades. La Otra Campaaes un intento muy explcito de extender y multiplicar los espacios-en-movimiento de rechazo-y-dignidad. En el contexto urbano es importante

    pensar en estos espacios en movimientos no solamente en trminosterritoriales sino tambin temporales o situacionales, como momentos-en-movimiento.

    La creacin de rupturas, de espacios/momentos de rechazo-y-digni-dad: este es el desafo de la Otra Campaa. Cmo? No lo s. Implica, porsupuesto, una lucha constante, pero una lucha enfocada en las rupturas,las expresiones absolutas de rechazo-y-dignidad. Implica una poltica de

    hoyos y grietas, de creacin de autonomas, pero de autonomas que nose institucionalizan, autonomas en movimiento, autonomas que se niegan

    y se superan, autonomas que no se entienden solamente como espacios

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    (cafs alternativos o centros sociales) sino tambin como momentoso actividades, afirmaciones explosivas del nosotros que existimos encontra del capital y del Estado.

    El movimiento zapatista de Chiapas ha sido un movimiento altamenteteatral desde el inicio, y tal vez hay que ver eso como un momento centralde la poltica zapatista: teatro entendido aqu no como un espectculoque nos deja pasivos sino como un momento que se separa de la homoge-neidad del tiempo, un momento que rompe con la cotidianidad de la opre-sin, que rompe tambin con la continuidad de la lucha larga y ardua ycansada en contra del capitalismo. El impacto de los zapatistas ha tenido

    mucho que ver con el teatro en este sentido: los pasamontaas, el teatroy el simbolismo de la Convencin Nacional Democrtica, de la marcha delos 1,111, de la marcha del color de la tierra y la participacin en elcongreso, incluso la alerta roja que precedi la Sexta Declaracin, entremuchsimos otros ejemplos. El teatro es una autonoma territorial, perosobre todo temporal, que embona bien con la volatilidad de las comunida-des urbanas. Con esto no quiero decir para nada que la poltica zapatista

    es puro teatro, pero es importante reconocer la centralidad en la polticazapatista del teatro como ruptura. Como ruptura y como alegra, comoplacer. La poltica como teatro es algo que se ha desarrollado en contextosurbanos con mucho efecto en los escraches argentinos o en el ejrcitorebelde de los payasos en Gran Bretaa, para mencionar solamente dosejemplos recientes.

    El teatro zapatista se puede ver como un aspecto de la erupcin de

    creatividad. No es simplemente que los zapatistas han sido muy creativos.Es algo mucho ms profundo. El zapatismo es la rebelin de la creativi-dad y del hacer digno en contra del trabajo abstracto y enajenado delcapitalismo. Como plantea Sergio Tischler en su aportacin a este nme-ro de la revista, el zapatismo se tiene que ver en el contexto de unarecomposicin de la lucha de clases en todo el mundo. Esta nueva cons-

    telacin de lucha surge de la crisis del trabajo abstracto (el trabajo ena-

    jenado que crea el capital) y est caracterizado por una erupcin deltrabajo til o digno, es decir, del hacer que se determina segn nuestrosdeseos y necesidades colectivos es decir, de la creatividad, entendida no

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    slo como arte (en el sentido estrecho), sino como hacer creador yautodeterminante. Esto implica una radicalidad ms profunda en muchossentidos que la del viejo movimiento obrero, que se basaba ms en las

    formas de organizacin y los conceptos del trabajo abstracto (trabajoenajenado, trabajo asalariado).

    Pensar en el movimiento actual como revuelta del hacer digno(o trabajo til)1 abre un mundo de creatividad que se contrapone de ma-nera radical a la tradicin demasiado gris del movimiento obrero tradi-cional. Los zapatistas nos han mostrado (con un esfuerzo enorme) lo quepuede significar esta revuelta del hacer digno, esta revuelta basada en el

    doble movimiento de rechazo-y-dignidad. Para nosotros queda el desafode desatar la revuelta del hacer digno en las ciudades, de crear unzapatismo urbano.

    NOTA

    1 Marx habla del trabajo til o concreto como contraparte del trabajo abstrac-

    to, pero en muchos sentidos parece mejor adaptar el concepto zapatista y hablaraqu de hacer digno.