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Johann Wolfgang von Goethe

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  • Johann Wolfgang von Goethe

  • El 28 de agosto del año 1749, nació en Fráncfort del Meno el poeta novelista, dramaturgo y científico alemán Johann Wolfgang von Goethe, quien fue contribuyente fundamental del Romanticismo, movimiento al que influyó profundamente.De inteligencia superdotada y provisto de una enorme y enfermiza curiosidad, hizo prácticamente de todo y llegó a acumular una omnímoda o completa cultura. En primer lugar estudió lenguas, aunque sus inclinaciones iban por el arte y nunca, a lo largo de toda su vida, dejó de cultivar el dibujo; al tiempo que escribía sus primeros poemas, se interesó por otras ramas del conocimiento como la geología, la química y la medicina.Goethe estudió Derecho en Leipzig (allí conoció los escritos de Winckelmann sobre arte y cultura griegas, pero una grave enfermedad le obligó a dejar los estudios en 1768 y volver a Fráncfort. Kathrina von Klettenberg, amiga de su madre, le cuidó y le introdujo en el misticismo pietista, que ponía su énfasis en el sentimiento dentro de la confesión protestante; por entonces compuso sus primeros poemas. Retomó los estudios en 1770 en Estrasburgo y los concluyó al año siguiente. Esos dos años allí fueron muy importantes para él: conoció a Friederike Brion, que le inspiró la mayoría de sus personajes femeninos, y trabó amistad con el teólogo y teórico del arte y la literatura Johann Gottfried von Herder. Herder le introdujo en la poesía popular alemana, le descubrió el universo de Shakespeare y le liberó definitivamente del Neoclacisismo francés y de la confianza en la razón de la Aufklärung, versión de la ilustración alemana a la que Kant define citando la frase de Horaco: “Sapere aude”.Goethe empezó a hacer prácticas de abogacía en Wetzlar y colaboró con Herder en la redacción del manifiesto fundador del movimiento Sturm und Drang (Tempestad e ímpetu), considerado el preludio del Romanticismo en Alemania: Sobre el estilo y el arte alemán. En esta obra se reivindica la poesía de James MacPherson (conocido por su heterónimo: Ossian) y de Shakespeare. Otra vez de vuelta en Fráncfort, escribió la tragedia Götz von Berlichingen y al año siguiente su novela Las cuitas del joven Werther La inspiración del Werther la había encontrado a mediados de 1772, cuando hacía prácticas de abogacía en el tribunal de Wetzlar: se había enamorado de Charlotte Buff, novia y prometida de su colega, también abogado en prácticas, Johann Christian Kestner, y Karl Willhelm Jerusalem, otro abogado atormentado por un amor no correspondido, se suicidó utilizando una pistola prestada por

    Goeth�Editoria� Diciembr�

  • Kestner. Goethe unió ambas historias para su novela Werther, en parte epistolar, esta obra alcanzó un éxito tan grande al representar en la figura del protagonista el desencanto de las jóvenes generaciones, que suscitó una epidemia de suicidios de adolescentes en el país.En 1774, el mismo año que el Werther, Goethe publica su drama Clavijo mientras intentaba abrir con poca fortuna un bufete de abogado en Fráncfort, y en la primavera de 1775 se comprometió con la hija de un banquero de la ciudad, Lili Schönemann. Sin embargo, las diferencias sociales y de estilo de vida entre ambas familias terminaron por desbaratar este compromiso, que no llegó a formalizarse en matrimonio. El noviazgo terminó en el otoño de ese mismo año y, ansioso de escapar de este ambiente, no dudó en aceptar la invitación a la Corte de Weimar de Carlos Augusto de Sajonia-Weimar-Eisenach, heredero del ducado de Sajonia-Weimar.Tras publicar su Stella (1775), marchó inmediatamente hacia Weimar, huyendo prácticamente de dos cosas: el compromiso sentimental con Lili Schönemann y el ejercicio de la abogacía.Se inició masón en junio de 1780 en la logia de Weimar Amalia zu den Drei Rosen (Amalia de las tres rosas), cuando todavía trabajaba el Rito de la Estricta Observancia Templaria. En 1782, dicha logia comenzó a trabajar en el Rito Zinnendorf. En 1830, dos años antes de su muerte, Goethe compuso un poema titulado Para la fiesta de San Juan de 1830 en ocasión de celebrarse su cincuentenario como miembro de la masonería. A su condición de masón y a su paso por la Masonería, así como a otras aficiones que al parecer cultivó, se atribuye influencia en su obra, especialmente en Fausto.Inicia en esa época sus investigaciones científicas. Interesado por la óptica, concibió una teoría distinta a la de Isaac Newton sobre los colores y también investigó en geología, química y osteología, disciplina esta última en que descubrió el hueso intermaxilar en marzo de 1784, que pone una de las primeras piedras en la teoría de la evolución del hombre, aunque en esto se le adelantó por muy poco el anatomista francés Vicq d'Azyr, lo que le supuso una gran frustración. Las cartas a Charlotte von Stein dan fe de esta época de su vida, envuelta en todo tipo de encargos y gestiones para reformar el muy pequeño Estado de Weimar.Desde un puesto tan importante tuvo la oportunidad de relacionarse con la alta aristocracia y conoció a personajes notables, como Napoleón Bonaparte, Ludwig van Beethoven, Friedrich von Schiller y Arthur Schopenhauer. En 1782 fue añadida la partícula von a su apellido por el mismo Duque Carlos Augusto pese a las protestas de la nobleza, para formar parte de la Corte con un cargo equiparable al de los restantes ministros, pertenecientes todos a ella. ...

  • Editoria� - Goeth�

    - Mi madre siempre fue una mujer sincera, transparente, y hoy le mentí; y eso no me lo perdono. Mi madre, es una mujer que combina en su personalidad la dulzura y el cuidado amoroso, el e m p e ñ o , l a i n t e l i g e n c i a y l a meticulosidad; cualidades que la llevaron a ejercer el oficio de la enfermería. A pesar de ser una mujer i n f o r m a d a y c u l t a , c a r e c e conocimientos en el ámbito del derecho y l a s leye s , por l o que sue le preguntarme algunas cosas que no entiende de “la política y la justicia”. No obstante ello, formándose en hospitales públicos, aprendió, lo que tal vez sea su conocimiento más sólido del derecho: que la vida de los pacientes

    es un derecho supremo. Hace ya veinte años que mi madre dejó de ejercer la enfermería desde el ámbito del cuidado clínico del paciente, pasando a formar parte de un laboratorio internacional, especializándose así en el mercado de productos para diálisis y para pacientes con enfermedades renales crónicas. A lo largo de estos años me contó muchos p o r m e n o r e s r e s p e c t o de l a s enfermedades renales. Escuché con alegría las historias de pacientes que salían adelante y que lograban tener una vida normal; y escuché con tristeza aquellas historias de pacientes que perdían la vida después de lucharla por años: hombres llenos de sueños, niños en el albor de su vida y abuelos

    En la logia Amalia, Goethe tuvo diversas e interesantes intervenciones, especialmente mediante la lectura de poesías. También escribió la novela de claro sentido masónico; Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister y la novela en verso Hermann y Dorothea. Es muy interesante, desde el punto de vista esotérico, su cuento La serpiente verde. Concibió el ideal educativo masónico como el perfeccionamiento del individuo y de la Humanidad a través de la potenciación de su vida interior.Por otra parte, seguía profundizando en el estudio del teatro de William Shakespeare y de Pedro Calderón de la Barca, algunas de cuyas obras hace representar con éxito como encargado del teatro en la Corte de Weimar; en estas funciones empezó a cartearse con Schiller. Merced a Goethe, Weimar se convirtió en el auténtico centro cultural de Alemania; allí compuso poemas inspirados por Charlotte von Stein y empezó la redacción de sus obras más ambiciosas, como sus dramas Ifigenia en Táuride, Egmont y Fausto, que luego revisaría a fondo tras la profunda impresión que recibió en su trascendental viaje a Italia (1786–1788).

    F.M.

    Ho� l� ment� � m� madr�

    ...

  • Ho� l� ment� � m� madr�

    ... cansados. Para el que no lo sabe, existen tres tipos de tratamiento para la insuficiencia renal crónica: La Hemodiálisis, la diálisis peritoneal y el transplante de riñón. La primera de ellas, consiste en conectar al paciente a una maquina cicladora, que hace las veces de riñón artificial, por lo que para que el paciente tenga una vida sin dificultades, debe conectarse al menos tres veces por semana durante unas tres o cuatro horas. La segunda de ellas, más avanzada, requiere de una intervención quirúrgica en donde se le coloca a l paciente un catéter permanente, y se le entrega una maquina diminuta que se llevará a su c a s a , y y a p r o g r a m a d a p o r especialistas, lo dializará mientras este duerme, dándole una mejor calidad de vida, ya que no debe concurrir a un centro médico de forma rutinaria. La última, el transplante de r i ñ ó n , ya t o do s s ab e m o s l o s pormenores que deben suceder, y la “suerte” que hay que tener. Lo cierto es que muchas veces estas terapias son s implemente pa l i a t iva s , y no adecuadas para todos los pacientes.

    L a m e n t a b l e m e n t e , p o r e s a s casualidades de la vida, hace dos años, perdió a su padre, mi abuelo, por una insuficiencia renal. Hoy hablaba con ella sobre la crisis económica del pais, y cómo influye en la situación de su trabajo, su miedo a quedarse sin empleo y los problemas que esto trae para los pacientes; y hoy le mentí a mi madre. Me dijo que los dueños de los centros médicos en donde se dializan los pacientes, y en donde se le entregan l o s i n s u m o s , t i e ne n de u d a s millonarias. Los ministerios de salud están en cesación de pago, por lo que se dejará de atender a los pacientes, debiendo pasarlos a la atención pública, en donde algunos recibirán el tratamiento, otros, recibirán un tratamiento más económico -y no adecuado para el paciente- (aunque este en su desconocimiento clínico no lo sabe) y otros directamente no encontraran los turnos para atenderse. “Los están condenando a muerte", me dijo, a lo que yo contesté: “en la Nación Argentina no existe la pena de muerte, mamá”.-

    por R. Sáenz Peña.

    http://marianomoreno201.com.ar/nuestra-gazeta/

    Nuestra Gazeta

    Mariano Moreno fue el creador de la Gazeta de Buenos Aires, el primer periódico nacional. En homenaje a su natalicio, el siete de junio se celebra el día del periodista en Argentina.

    Desde 2016, la Logia Mariano Moreno 201 viene trabajando continuamente en la edición de Nuestra Gazeta, órgano de difusión trimestral de dicho taller.

    Ingresando a nuestra web, enHaciendo clic en cada una de las portadas pueden descargarse en formato digitalo leerse cada una de las ediciones.

  • Rumbo a la tienda donde trabajaba como vendedor, un joven pasaba todos los días por delante de una casa en cuyo balcón una mujer bellísima leía un libro. La mujer jamás le dedicó una mirada. Cierta vez el joven oyó en la tienda a dos clientes que hablaban de aquella mujer. Decían que vivía sola, que era muy rica y que guardaba grandes sumas de dinero en su casa, aparte de las joyas y de la platería. Una noche el joven, armado de ganzúa y de una linterna sorda, se introdujo sigilosamente en la casa de la mujer. La mujer despertó, empezó a gritar y el

    joven se vio en la penosa necesidad de matarla. Huyó sin haber podido robar ni un alfiler, pero con el consuelo de que la policía no descubriría al autor del crimen. A la mañana siguiente, al entrar en la tienda, la policía lo detuvo. Azorado por la increíble sagacidad policial, confesó todo. Después se enteraría de que la mujer llevaba un diario íntimo en el que había escrito que el joven vendedor de la tienda de la esquina, buen mozo y de ojos verdes, era su amante y que esa noche la visitaría.

    Marco Denevi (1922 -1998) escritor y dramaturgo argentino.

    Cuent� Policia�Cuent� cort�

    E� Dil�i�Zeus, para mejorar la raza humana, ordenó a Eolo y Poseidón que anegaran la tierra.Diluvió. Mares y ríos se juntaron. Inmensas ciudades inmersas.L o s ho m b re s s e de fe n d i e r o n construyendo balsas y embarcaciones. Vislumbraban, en el fondo del agua, el techo de sus casas y confiaban en que alguna vez podrían retornar. Entre tanto, remaban sobre sus huertos y se zambullían para coger manzanas;

    pescaban peces que andaban como pájaros por entre las ramas más altas de los nogales.Entonces, antes de que Zeus volviera a poner las cosas como estaban, las sirenas acudieron presurosas de todas partes y aprovecharon esa ocasión única para recorrer, con o jos asombrados, las calles sumergidas por donde habían caminado los fabulosos hombres.

    Enrique Anderson Imbert (1910 – 2000) escritor, ensayista, crítico literario y

    profesor universitario argentino.

  • E� Interpret�Ahora me paseo por la orilla del mar, sobre una arena más lisa y más amarilla que el fuego. Cuando me paro y miro para atrás veo la guarda entrecruzada de mis pasos que atraviesa intrincadamente la playa y viene a terminar justo bajo mis pies. El borde blanco, intermitente, de espuma blanca, separa la extensión amarilla de la playa de la celeste del mar. Si miro el horizonte, me parece que empezaré a ver, otra vez, los barcos carniceros avanzando desde el mar hacia la costa, puntos negros primero, filigranas llenas de coladuras más tarde, y, por último cascos panzones sosteniendo las velas y una selva de palos y de cables deslizándose rígida hacia adelante y mostrando de un modo gradual la fiebre de una muchedumbre de hombres activos. Cuando los vi, cerré los ojos porque sus pechos de piedra cintilaban, y el rumor del metal y de las voces ásperas me dejó sordo por un momento. Me avergoncé de nuestras c iudades to scas y humi ldes y comprendí que no eran nada ni el oro ni las esmeraldas de Ataliba (que ellos pulverizaban a martillazos buscando la pepita, como se hace con una nuez), ni los grandes corredores pavimentados y amurallados de plata, ni nuestros calendarios de piedra, inmensos, ni la guarda imperial que reaparece, una y otra vez, en las fachadas, en la

    vestimenta de la corte y en los cacharros. Vi fluir desde el mar un chorro desplegado de g loria y abundancia. Los carniceros tocaron con una cruz la frente del niño que yo era, me dieron un nombre nuevo, Felipillo, y después, lentamente, me enseñaron su lengua. La vislumbré, gradual, y hacia mí, Felipillo, las palabras avanzaron desde un horizonte en el que estaban todas empastadas, encimadas unas sobre las otras para ser, otra vez, como los barcos, puntos negros, filigranas de hierro negro, y por fin una selva de cruces, signos, palos y cables desagregándose de un grumo hirviente como hormigas despavoridas de un hormiguero. Entonces dejé de ser la criatura desnuda en cuyos ojos destelló el metal de las armaduras y en cuyos oídos resonó por primera vez el estruendo de las velas, y empecé a ser Filipillo, el hombre dotado de una lengua doble, como la de las víboras. De mi boca sale ya la bendición, ya el veneno, ya la palabra antigua con que mi madre me llamaba al atardecer, entre las fogatas y el humo y el olor a comida que flotaba en las calles de la ciudad rojiza, ya esos sonidos que repercuten en mí como en un pozo seco y sin fondo. Entre las palabras que la voz le arranca a la sangre y las palabras aprendidas que la boca come ávida de la mesa de los otros,

    ...

  • E� Interpret�

    mi vida se balancea sin parar y traza una parábola que a veces borra la línea de demarcación. Me siento como atravesando una región en la que hay z o n a s d i u r n a s y n o c t u r n a s , alternadamente, como el gallo que canta a deshora, como el bufón que improvisaba para Ataliba, entre la risa de la corte, una canción que no estaba hecha de palabras sino únicamente de ruido. Cuando los carniceros juzgaron a Ataliba, yo fui el intérprete. Las palabras pasaban por mí como pasa la voz del Dios por el sacerdote antes de llegar al pueblo. Yo fui la línea de blancura, inestable, agitada, que separó los dos ejércitos formidables, como la franja de espuma separa la arena amarilla del mar; y mi cuerpo el telar afiebrado donde se tejió el destino de una muchedumbre con la aguja doble de mi lengua. Las palabras salían como flechas y se clavaban en mí resonando. ¿Entendí lo mismo que me dijeron? ¿Devolví lo mismo que recibí? Cuando mis ojos, durante el juicio, se clavaban en las tetas azules de la mujer de Ataliba, tetas a las que la ausencia de la mano de Ataliba permitiría, tal vez, la visita de mis dedos ávidos, ¿la turbación desfiguraba el sentido de las palabras que resonaban en el recinto inmóvil? De una cosa estoy seguro: de que mi lengua fue como la bandeja doble sobre cuyos platos elásticos se asentaban cómodamente la mentira y

    la conspiración. Sentí el estruendo de los dos ejércitos, como dos mares que se juntan, el mar de la sangre y el agua negra del mar extranjero y ahora, en el atardecer, camino por la playa, un hombre viejo encorvado bajo la bóveda de voces enemigas que se extiende interminable sobre mis ruinas comidas por la selva.No morí con los que murieron cuando proferí la sentencia, como un chorro de agua que se sorbe, se gargariza y después se escupe, pero tampoco vivo la vida feroz de los carniceros cuyas voces el viento me trae de noche, cuando me acuesto en la selva.Cuando los carniceros empezaron a construir su ciudad, hicieron una pared gruesa de adobe y la pintaron de blanco. Pero una parte se desmoronó y la abandonaron. Quedó esa pared blanca en medio de un campo pelado, y a mediodía destella la luz sobre la superficie blanca que la intemperie ha mellado. A veces me siento en el suelo y la miro, durante horas. Pienso que la lengua carnicera es para mí como esa pared, compacta , inúti l y s in significado y que me enceguece cuando la luz rebota contra su cara estragada y árida. Una pared para arañar hasta que sangren los dedos o para chocar contra ella, sin una casa atrás a la que entrar para que nos defienda su sombra. No soy más que un indio viejo que vaga por la selva en silencio,

    ...

  • E� Interpret�

    entre las ruinas, y ya no suena para mí, al atardecer, la voz de mi madre llamándome al hogar por entre las fogatas y el humo y el olor a comida que

    flotaba en las calles de una cuidad rojiza escalonada hacia el cielo.

    Juan José Saer

  • SaerLa noticia de la muerte de Juani Saer me golpeó fuerte. Sabía que estaba enfermo, cáncer de pulmón, pero también que lo estaba peleando bastante bien. Me dicen que una hepatitis lo agarró con la guardia baja y terminó con él. Los diarios y la televisión dan cuenta detallada de sus libros, de su estilo literario, de sus premios. “Ha muerto un gran escritor argentino”. Sí, sin dudas lo era; pero para mí el que murió es, además, un amigo de una adolescencia y juventud bohemia, un c o m p a ñ e r o de a n d a n z a s , u n “santafecino de veras”. Abro uno de sus l ibros , “Responso”, y releo la dedicatoria: “A Marcelo, con el afecto d e s u a m i g o d e n o c h e s y a irrecuperables. Santa Fe, junio 18 de 1965”. Sí, las noches del verano del 62 en la terraza del Gordo Gavilán, en los altos del “Chipen” de 25 de mayo casi Salta, con el “Tuno” Calderón Leiva y su guitarra, el “Loli” Dalevsky, Carlino, el rengo Montiel. Las noches en su casa de Colastiné Norte o, casi enfrente, en el “Bosque Alegre”, peringundín con motel anexo, que regenteaba Mario Medina, “cafisho melancólico”, pródigo, erudito en libros, dueño de una biblioteca fabulosa y en cuya primer pieza, donde estaba el control de todo, amanecíamos

    escuchando música, leyendo poesías, conversando interminablemente con Marcelo Tumas (en él hay algo de Tomatis, un recurrente personaje de Saer), Roberto Maurer que traía el saxofón, Juan L. Ortiz, con su larga boquilla de bambú, que se cruzaba desde Paraná nada más que para visitarnos. Allí, recuerdo, celebramos los 30 años del poeta Hugo Gola y le reprochamos duramente que a esa edad, para nosotros aún muy lejana, todavía no hubiera escrito una obra magna. Noches en el “Doria” de la Galería con grandes jarras de sangría de vino blanco. Noches de timba de punto y banca en Unión o el Centro Español. Las noches de los domingos relojeando a las minas en nuestra “parada” de la calle San Martin, esa calle que él desmenuzaría cuadra por cuadra en “Glosa”. Noches de peleas, por las cuales lo apodamos “General Lamadrid”, tanto por su valentía como por su suerte de perderlas a todas. Noches de parrilladas en “El Potro”, c omi s traj o s en e l “Genovés” , salchichas con chucrut y chianti en el “Alemán”. Noches de andanzas con Tito Mufarregue, que se volvió un poco más loco que nosotros. Noches caminadas hasta el amanecer que recibíamos como Guido Spano gritando “¡Ea, muchachos, es el alba!”

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    Saer

    Es cierto, todo eso es irrecuperable, los boliches ya no existen, los personajes casi tampoco y hasta la ciudad no es la misma. Pero gran parte de eso pertenece al mundo de los cuentos y novelas de Saer y ahí quedarán para placer de sus lectores. Pero lo que no tendrán es la vivencia. Saer, que como Cortázar escribía y vivía en Paris, puso a Santa Fe en el mapa. Un Santa Fe de los años 50 y 60 que era maravilloso porque nosotros lo éramos.

    Una muerte sentida siempre nos provoca interrogantes . La respuesta la encuentro en el último cuento de “En la Zona” (tengo la ed ic ión de Cas te l lv í con es ta dedicatoria: “A Marcelo O´Connor,

    para contr ibuir a su “sp l in” . Noviembre 13 de 1960”. Juani, ¡”splin”, qué antigüedad!), “Algo se aproxima”:“-No falta mucho para que amanezca – dijo Barco.Él suspiró. Estaba rendido. Después miró a León, que comía inclinado sobre su plato. -Barco –dijo–, ¿qué sentido tiene la vida?Barco abrió los ojos y la boca, sorprendido. Después lanzó una carcajada.-¿La vida? ¿Sentido? ¡Muchacho! –dijo, riendo. Miró a León. Éste había dejado de comer y lo miraba, aguardando. Barco se quedó súbitamente serio. Hizo un gesto de asombro, que fue desvaneciéndose lentamente en su rostro. Después lo miró a él y a León, que lo miraban. Abrió los brazos y los palmeó a los dos.-Ninguno, por supuesto – dijo”.

    Marcelo O´Connor

    Pensamient� d� Stanislaw Je�� Le�Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla.No os dejéis imponer la libertad de expresión antes que la libertad de pensamiento.La libertad de los esclavos se mide por la longitud de la cadena.Al derribar las estatuas, respetad los pedestales. Siempre pueden ser útiles.¿Quieres ahogar la voz de tu corazón? Conquista el aplauso de la multitud.¡El hombre no está solo! Alguien lo vigila.Cuando griten: “¡Viva el progreso”!, pregunta siempre: “¿El progreso de qué?”.Cuando quiere soñar con la libertad, se pone un gorro de noche en forma de gorro frigio.

  • El que busca el cielo en la tierra se ha dormido en clase de geografía.¿Si los caníbales comenzaran a utilizar el tenedor, consideraríamos a esto progreso?¡Cómo ayuda la ceguera a dar en el blanco!La primera obligación de la inteligencia es desconfiar de ella misma.Muchos que quisieron traer luz, fueron colgados de un farol.Todo el mundo se hace su soga al cuello en el color que más le gusta.La Tierra: ¡ese punto debajo de un signo de interrogación!Cada clase tiene su propia burguesía.

    Stanislaw Jerzy Lec (1909 – 1966) escritor, poeta y aforista polaco

    Menguel� � l� siet� enanit�La noción de un beneficio secundario de la enfermedad fue introducida por Freud en su anális is de Dora («Fragmento de análisis de un caso de histeria»), como comentario a la intención atribuida a su paciente de alejar a su padre de la Señora K., suscitando su compasión por medio de sus desvanecimientos. Freud comienza por distinguir los «motivos» (Motiv) de la enfermedad, de los modos que ésta puede revestir, es decir, del material con el que son formados los síntomas. Una nota añadida al texto de este análisis, no obstante, nos permite a s i s t i r a u n a evo l uc i ó n de l

    pensamiento de Freud entre 1905 y 1923. «Los motivos de la enfermedad -escribe en 1905- no participan de la formación de los síntomas, ni tampoco están presentes desde el principio de la enfermedad; sólo se suman secundariamente, y la enfermedad no queda plenamente constituida sin su aparición. Es preciso contar con la presencia de los motivos de la enfermedad en todo caso que implique un verdadero sufrimiento y que sea de una duración bastante larga. Si al principio el síntoma no puede encontrar ninguna utilización en la economía psíquica, a menudo sucede

    ...

    Pensamient� d� Stanislaw Je�� Le�

  • ... que termina secundariamente por adquirir una. Una cierta corriente psíquica puede encontrar cómodo servirse del síntoma, y de tal manera éste adquiere una función secundaria (subrayado de Freud) y queda como anclado en el psiquismo. Quien quiere curar al enfermo tropieza, para su sorpresa, con una gran resistencia, que le enseña que el enfermo no tiene la intención de renunciar a su enfermedad, por más formal y serio que parezca su propósito». Además, «los motivos de la enfermedad comienzan a despuntar desde la infancia». Sin embargo, Freud se corrige en su nota de 1923: «Ya no se está autorizado a pretender que los motivos de la enfermedad no están presentes desde su inicio», como lo sugerían las últimas líneas citadas. Freud continúa: «Yo he tenido mejor en cuenta el estado de las cosas introduciendo una distinción entre la utilidad (profit) primaria y el beneficio (benefice) secundario de la enfermedad. El motivo para enfermar no es otra cosa que el propósito de

    obtener una cierta ganancia. Lo que se dice en las páginas siguientes es justo en lo que concierne al beneficio secundario de la enfermedad. Pero la existencia de una utilidad primaria debe ser reconocida en toda neurosis. El hecho de enfermar ahorra ante todo una operación psíquica; desde el punto de vista económico, es la solución más cómoda en el caso de un conflicto psíquico (refugio en la enfermedad), aunque el carácter impropio de esa salida se revele ulteriormente de modo inequívoco, en la mayoría de los casos.

    (Fuente: Diccionario de psicología. Comunidad Psicopsi)

    Por gracia del diablo (*)Dice el Talmud: “Los gigantes no deben casarse entre ellos, pues procrearán mástiles. Y los enanos no deben unirse, pues producirán pulgares”. Shimshon Ovitz era un lector fiel del Talmud, y a los veinte años era el joven más sabio de su aldea, en los confines de Transilvania. También tenía la estatura de un niño de cinco años. Sus padres se habían desvelado por su educación, en vista de que no podría hacer trabajo físico, y no tuvieron inconveniente en conseguirle esposa porque Shimshon ganaba buen dinero amenizando festejos: a sus dotes como cantor y cuentero le sumaba su sapiencia ...

  • Menguel� � l� siet� enanit�

    . . . talmúdica. Del matrimonio nacieron dos hijas enanas como el padre. La madre murió y Shimshon volvió a casarse con otra mujer de altura promedio. Tuvo con ella ocho hijos más: tres de altura convencional y cinco enanos, la menor de las cuales fue llamada Perla, por su tamaño y belleza. La casa de los Ovitz era un hogar feliz; el padre inició a los hijos en la ejecución musical y en el oficio de sastre (para que pudieran confeccionarse su propia ropa) y formó con ellos una troupe de música klezmer. A la muerte del padre, su lugar fue ocupado por el mayor de los hijos varones, quien siguió iniciando cada espectáculo con las mismas palabras que el sabio Shimshon: “Bendito sea Dios, que a todos nos hace distintos”.Desde los años ‘20 hasta entrados los ‘40, los Ovitz recorrieron todas las aldeas y ciudades de la región con éxito. Se los conocía como “La Troupe Lil l iput”. Tuvieron el primer automóvil de la región y chofer propio, que se ocupaba de las tareas físicas junto con los hermanos de altura normal. Había treinta años de diferencia entre los hermanos, pero se mantenían unidos como una sola entidad, obedeciendo el consejo de su madre: “Nunca se separen; su única fortaleza radica en su número”. A pesar de su éxito no se mudaron a la ciudad: seguían viviendo todos juntos

    en la misma casa de la aldea de Rozavlea. Hablaban a la perfección idish, alemán, rumano y húngaro. A cada lugar al que llegaban repartían tarjetas con la foto de la troupe. Del teatro volvían directo al hotel y de ahí a Rozavlea. Los vecinos los querían porque no hacían ostentación de riqueza; lo que ganaban lo gastaban en instrumentos, partituras, telas para c o n fe c c i o n a r s u ve s tu a r i o y cosméticos. Lo que pasaba en Alemania no los tocaba todavía; ni siquiera las leyes raciales y el inicio de guerra: en sus documentos figuraban como músicos, sin mención de su origen judío.Los nazis comenzaron a aplicar la Solución Final en 1942 pero los húngaros se demoraron en enviar su población de origen semita hasta que Alemania ocupó Hungría en 1944 y dejó el territorio “judenrein”: libre de judíos, La familia Ovitz fue arreada en su totalidad a los trenes que partían a los campos: iban con tres mudas de ropa una encima de la otra; los de altura promedio (incluyendo a la familia del chofer) ayudaban a los enanos. Llegaron a Auschwitz una noche de mayo de 1944. Los guardias que los vieron descender a la rampa fueron a despertar de inmediato al Doctor Mengele, amo y señor del campo: “¡Ha llegado una familia de enanos! Mengele estaba montando un laboratorio de experimentos humanos...

  • Menguel� � l� siet� enanit�

    ... en Auschwitz: le interesaban todas las rarezas genéticas, en particular los gemelos y mellizos. Los Ovitz no sólo parecían todos de la misma familia, sino de la misma edad también: eso fue lo que los salvó (de los tres mil quinientos que llegaron en ese tren sólo sobrevivieron cuatrocientos a la primera noche)Los Ovitz creyeron que los estaban gaseando cuando los encerraron en una cámara, pero los estaban desinfectando. Luego los tatuaron a todos, hasta al bebé de quince meses (hijo de Leah, una de las enanas). Los aislaron en una barraca (para que no se contaminaran). No tenían que p re s e n t a r s e c o m o l o s de m á s prisioneros al toque de diana y se les permitió conservar su propia ropa (no resistían el frío). No se les cortó el pelo, no sufrieron castigos corporales. Para todos los guardias eran las mascotas de Mengele. Para Mengele eran su pasaporte de ingreso a la Academia de Ciencias. Les extraía sangre día por medio (luego les daba un terrón de azúcar), los sometía a rayos X y punciones raquídeas, los fotografiaba desnudos, los interrogaba sobre su vida sexual, los medía todo el tiempo a ver si crecían. Les inoculaba agua hirviendo y luego helada en los oídos. Les sacaba dientes, pelo, hasta pestañas. Comparaba las cifras de los enanos con la de miembros de la familia de altura promedio (incluía al

    chofer y a los hijos como integrantes de la familia). Su obsesión era descifrar las diferencias genéticas entre judíos y arios, demostrar que los judíos involucionaban como raza y tendían a la deformación. Había eminencias médicas judías en el campo y Mengele los había recolectado a todos: tenía neurólogos, cirujanos, psiquiatras, oftalmólogos, urólogos, dermatólogos. A ninguno le de c í a q u é b u s c a b a : l o s q u e sobrevivieron coincidieron en definirlo como pseudociencia . También había en el campo muchos prisioneros que habían visto actuar a La Troupe de Lilliput antes de la guerra; al verlos ahora al otro lado de l a s a l a m b ra da s c re í a n e s t a r alucinando: vestidos como muñecas, llevados en andas por sus familiares (para los enanos era imposible caminar por sus propios medios en el barro de Auschwitz) parecías seres de otro mundo. Algunos los miraban con odio; para otros eran un instante de alegría, un recuerdo de los tiempos felices. Mengele les decía: “Mi zoológico humano, con ustedes tengo trabajo para veinte años”. Les ofrecía cigarrillos, les pedía que cantaran..Cada vez que les hacía dar doble ración ellos temían la muerte (sabía que a los condenados se les daba más comida el día anterior para que ardieran más fácil).

    ...

  • Menguel� � l� siet� enanit�

    ... Pero lo que más temían era su ausencia: creían que sin Mengele no durarían un día vivos. El bebé Shimshon declaró ante un tribunal cuarenta años después: “Di mis primeros pasos en el suelo maldito de Auschwitz y el doctor Mengele fue el hombre hacia quien corría gritando ¡tío, tío! Eso me arruinó la vida”. En enero de 1945, cuando los Ovitz llevaban nueve meses en el campo y el avance de los rusos era incontenible, los guardias les avisan un día que deberán marchar cinco kilómetros hacia otro campo; hay evacuación. Han dinamitado los hornos y cámaras de gas, y enviado los archivos a Alemania. Mengele no está por ninguna parte. Los Ovitz se esconden en una enfermería abandonada. Llegan los rusos. Cuando encuentran a los Ovitz, los visten con uniforme de prisioneros y los filman. Luego les conceden un carro (que será tirado por Shimon el chofer y su hijo) y les señalan un río helado: más allá está Cracovia. Asombrosamente, los Ovitz llegan a Cracovia con vida y todos juntos. Actúan por comida. Se quiebran: “En el campo no llorábamos para no debilitarnos aún más”. Logran llegar hasta su aldea, pero en la casa de Rozavlea no queda nada: hasta las tablas del piso habían arrancado en busca de oro y joyas. Son la única

    familia que entró y salió ilesa de Auschwitz pero no tienen donde vivir, hasta que Bélgica les da visa de tránsito. Las opciones son Palestina o Estados Unidos. América los asusta: llegan al puerto de Haifa en 1949.En el barco la familia del chofer decide separarse de los Ovitz: “Les debemos la vida, pero fuimos sus caballos humanos; estamos a mano”. Los Oviz bajan solos de la planchada al muelle. Mienten su edad para acceder a los permisos de trabajo (los mayores ya pasaban los sesenta). Cuando la prensa los descubre, declaran: “No queremos hablar de los campos; solo queremos traer un poco de alegría. Déjennos actuar primero y decidan después que merecemos”.Para eso deben renovar su repertorio; no tienen instrumentos de calidad y además no se permiten en Israel espectáculos completos en otro idioma, de manera que arman un vodevil mitad en hebreo y mitad en idish, y deciden por primera vez hacer humor con su fisonomía. Los ensayos son en una barraca abandonada y sin techo, a una hora de Haifa, que les adjudicó el Estado. Estrenan por fin su espectáculo y es un éxito: seis semanas en cartel, dos funciones por día, con entrada gratis para sobrevivientes de los campos. Se producen reencuentros emocionantes, el público los ama, pero ellos regresan agotados a su barraca cada noche. ...

  • Menguel� � l� siet� enanit�

    ...Deciden hacer huelga de hambre ante la Oficina de Inmigración hasta que les den mejor alojamiento. Logran unas instalaciones confiscadas a colonos alemanes diez años antes: un taller, una panadería, una sastrería y un cine. Por primera vez en sus vidas los Ovitz tienen su departamento propio, cuando los mayores ya pasan de los sesenta años, “La Tropue de Lilliput” decide despedirse de las tablas y dedicarse a gerenciar el cine y la sastrería. En 1985, el Estado israelí juzga in absentia a Mengele en Jerusalén. Por primera vez los Ovitz pueden contar sus historia ente un tribunal; sólo queda una de los hermanos para hacerlo (Perla) y el sobrino Shimshon. Sus testimonios fueron tan fuertes que se puso recompensa a la cabeza de Mengele, pero poco después cuando se descubrió su cadáver en Brasil: “Lloré toda la noche cuando oí que se había muerto. El corazón es el órgano más

    estúpido”, dijo Perla, “Fui salvada por el diablo en Auschchwitz. Que Dios se haga cargo de él, porque yo no puedo odiarlo”.Perla vivió sola en su departamento hasta su muerte, a los ochenta años. Seguía yendo a hablar en las escuelas, mostraba su tatuaje a los chicos, les hablaba de Mengele, contestaba sus preguntas (“¿Él te convirtió en enana?”), les explicaba que si hubiera sido una niña judía normal habría terminado gaseada en los hornos. No se ofendía si le decían enana pero nunca usaba la palabra (dividía a la gente entre “los grandes” y “nosotros los pequeños”. Sus últimas palabras cuando dio testimonio ante el tribunal fueron: “En mis sueños estoy de nuevo en Auschwitz. Los peores son cuando Mengele no aparece”. (*) Nota de Juan Forn aparecida el de n o v i e m b r e d e 2 0 1 7 e n CONTRATAPA, de Página /12.

    ”Ferdydurk�”Witol� Gombrowi� Prefaci� d� Ernest� Sábat�

    Creo que fue en 1939 cuando por primera vez leí algo de Gombrowicz. Yo vivía aún en La Plata, donde habíamos inventado con mi amigo el astrónomo Miguel Itsigzohn un tipo de humor paranoico que denominamos margotinismo. Con los años aprendí

    que tales invenciones en rigor son siempre descubrimientos, y que aquella reacción un poco demencial contra un universo deshumanizado era casi inevitable. Fue por entonces cuando me llegó la revista Papeles de Buenos Aires, que dirigía Adolfo ...

  • ... de Obieta. Con estupor leí el cuento titulado Filifor forrado de niño, de un desconocido de nombre polaco: Witold Gombrowicz. Corrí a buscar a Miguel, con la revista en la mano. Nos pareció de pronto milagroso que algo tan aparentemente descabellado como el margotinismo (y, por lo tanto, producto de la pura casualidad) pudiera surgir en otro remoto lugar de la tierra, con características tan similares.No recuerdo ahora cómo nos encontramos, más tarde, con el propio autor de aquel relato. Era un individuo flaco, muy nervioso, que chupaba ávidamente su cigarrillo, que desdeñosamente emitía juicios arrogantes e inesperados. Parecía helado y cerebral.Era difícil adivinar debajo de esa coraza el cálido fondo humano que latía en aquel exilado vagamente c o n de , p e r o au t é n t i c a me n t e aristócrata.Supe entonces que Filifor formaba parte de una nove la l l amada Ferdydurke, que ardía por leer. Pero su autor no estaba en condiciones de hacerla traducir ni editar. Pobre, desanimado, trabajando en una oficina bancaria, caminando por las calles del Bajo, jugando partidas de ajedrez en cafés llenos de humo, nadie o casi nadie adivinaba en aquel sujeto a un formidable artista; más bien la gente se inclinaba a considerarlo como a un mistificador o a un mitómano.Hasta que una mujer (significativa

    paradoja para aquel irónico enemigo del género femenino) , Ceci l ia Debenedetti, decidió e hizo posible la edición castellana del libro, que empezó a ser traducido por un grupo de creyentes. Cuando en 1947 apareció con el sello de Argos, el escritor cubano Virgilio Piñera, que por aquel tiempo vivía en Buenos Aires, escribió en la solapa: "Resulta difícil prever la suerte de este mensaje, sobre todo cuando no nos llega de París.Creo, sin embargo, que con estas breves líneas no hago otra cosa que disparar el primer tiro en la batalla que tarde o temprano van a librar los ferdydurkistas de Hispanoamérica." Hoy, cuando W. G. tiene fama mundial, es justicia rendir homenaje a aquel pequeño grupo de fervorosos que aquí advirtieron y saludaron su talento.Las palabras de Piñera fueron lamentablemente proféticas. Es muy improbable que en la Argentina la gente se atreva a considerar genial a un escritor que no venga patentado desde París. Por otra parte, es cierto que la obra no era de fácil acceso, sobre todo en 1946. Especie de grotesco sueño de un clown, con páginas de irresistible comicidad, con una fuerza de pronto rabelesiana, el reinado al parecer del puro absurdo, ¿cómo adivinar quedelirantemente estaban en juego los más graves dilemas de la existencia del hombre?El autor previó y temió la . . .

    Ferdydurk�

  • ...incomprensión. Por lo cual juzgó conveniente un prólogo en que intentaba explicar al lector las ideas básicas de su visión del mundo. No creo, sin embargo, que el prólogo ayudara mucho. Pues si es verdad que debajo de la obra de un gran escritor hay siempre una Weltanschaung, no siempre esa concepción del universo puede expresarse en ideas claras y distintas; o, en todo caso, la natural forma de expresarla es, en el poeta, su mágica creación, lo que es algo menos pero también algo más que una filosofía, algo menos y algo más que un conjunto de conceptos: es una visión total de la realidad, en parte conceptual y en parte intuitiva, parcialmente intelectual y en sumo grado emocional y mágica. Motivo por el cual, aunque los críticos puedan ofrecernos una interpretación de las ideas de Kafka, la sola lectura de un cuento suyo nos da una vivencia de su mundo ( inc luso de su mundo ideológico) que ninguna exposición conceptual es capaz dc revelarnos, por extensa e inteligente que sea.Y es precisamente esta causa la que d i fe r e n c i a a e s t e e s c r i t o r existencialista (que escribía su obra en 1936, cuando no tenía la menor noticia de esa doctrina) de un filósofo como Heidegger. Pues éste, en tanto que pensador, no puede sino operar con razones, siendo a la postre una e s p e c i e d e r a c i o n a l i s t a , inevitablemente; lo que equivale a

    decir que en definitiva resulta, paradó j i c amente , un t ipo de antiexistencialista. Mientras que un escritor como W. G. simplemente es existencialista, por su sola presencia integral, por su manera de ver y sentir la realidad.No se trata, pues, de incapacidad para las ideas: su Journal demuestra la extraordinaria inteligencia y la cantidad de ideas de este poeta. Se trata de la radical incapacidad del ensayo para reemplazar a la ficción y a la poesía, manifestaciones del espíritu que no pueden ser reducidas a los términos del pensamiento puro.E n e s t a s c o n d i c i o ne s , s e r í a inconsecuente con la propia tesis que acabo de exponer todo intento de reemplazar la lectura de Ferdydurke con una serie de explicaciones. Pero, y del mismo modo que, aun sin poder sustituir la visión personal de París con palabras ajenas, se le puede decir al viajero que se fije con cuidado en tal o cual monumento o calle o mercado o rincón del Sena (perturbado y un poco atontado como está el recién venido por el tumulto, la novedad y la contingencia), se le puede advertir al en el fondo era algo así como una payasada metafísica, en que lector de este libro de choque que trate de ver, en esta novela en apariencia tan descabellada, las ideas básicas que son las típicas del existencialismo: la angustia, la nada, la libertad, la aut ent i c idad , e l ab surdo . . . .

  • ... Y, sobre todo, o debajo de todo, el problema típico de Gombrowicz, la categoría que es esencial en su concepción del mundo: la Inmadurez; categoría íntimamente vinculada a otra que le es obsesiva: la de la Forma.Pues para Gombrowicz el combate capital del hombre se libra entre dos tendencias fundamentales: la que busca la Forma y la que la rechaza. La rea l idad no se de ja encerrar totalmente en la Forma, el hombre es de tal modo caótico que necesita continuamente definirse en una forma, pero esa forma es siempre excedida por su caos. No hay pensamiento ni forma que pueda abarcar la existencia entera (y de ahí, como yo decía antes, la imposibilidad de sustituir la expresión poética o mágica de la existencia mediante el puro pensamiento abstracto). Y esta lucha entre esas dos tendencias opuestas no se realiza en un hombre solitario sino entre los hombres, pues el hombre vive en comunidad, y vivir es con-vivir; siendo las formas que adopta la consecuencia de esa ineluctable convivencia. (De paso, y como me hace notar mi mujer, esa tenaz y cál ida necesidad que G o m b r o w i c z s i e n t e p o r l a c o m u n i c a c i ó n l o a l e j a d e l existencialismo negativo de un Sartre, p a r a a c e r c a r l o , c u r i o s a e inesperadamente, al pensamiento de un escritor como Saint-Exupéry.)No creo demasíado arbitrario aducir

    q u e e s e c o m b a t e e s e l q u e eternamente se ha librado entre el espíritu dionisíaco y el espíritu apolíneo, siendo la existencia del ser hu ma no u n c o m o e qu i l i b r i o (inestable) entre ambos, en virtud de esa ley psicológica, ya entrevista por Heráclito, de la enantiodromia, reguladora de los contrastes. Tampoco creo arriesgado suponer que lo que Gombrowicz llama la Inmadurez no es otra cosa que el espíritu dionisíaco, la potencia oscura, que desde abajo, como fuerza inferior (en el sentido psíquico y hasta teológico del vocablo, no en el sentido ético) presiona y a menudo rompe la máscara, es decir la persona, la Forma que la convivencia y la sociedad nos obliga a adoptar (una y otra vez, porque nos es imposible sobrevivir sino mediante máscaras o formas). Y así como la Inmadurez es la vida (y por lo tan to la adolescencia, el circo, el absurdo, el romanticismo, la desmesura y lo barroco), la Forma es la M a d u r e z , p e r o t a m b i é n l a fosilización, la retórica y en definitiva la muerte; una muerte (curiosa dialéctica de la existencia) que nos es impre s c i nd ib le p ara v iv i r y entendernos.Hasta el punto que el mismo dionisíaco Gombrowicz debe acceder a ello, intentando finalmente expresar su caos y su ambigüedad mediante una obra de arte; que, como toda obra de arte, en última instancia es un orden, una Forma. Forma que al mismo tiempo que expresa a ...

    Ferdydurk�

  • ...Gombrowicz, como a todo artista, también lo traiciona e intenta agotarlo; motivo por el cual el poeta o novelista necesita lanzarse a la creación de otra obra, y luego de otra y así ad infinitum; resultando de ese modo que el creador es superior a su obra misma, al menos hasta el momento de su muerte física.Esta angustiosa lucha entre extremos opuestos, esta esencial antagonía del espíritu humano, se trasluce en Ferdydurke. Y el lector percibirá cómo encaja en este cuadro una escena al parecer tan descabellada como la frenéticamente cómica parte en que el Flaco pugna por explicar a sus alumnos la grandeza del poeta Slawoski, tratando de arrancarles la admiración oficial que hay en las historias del arte y en los museos por los caparazones fosilizados. De ahí también el temor al Envejecimiento de este creador a la vez viejo de mil años y conmovedoramente infantil (como todo creador, ya que la magia es atributo de la infancia y de la Inmadurez). De ahí el combate que en todas sus obras lleva contra las falsificaciones de la cultura libresca, contra la deshumanización del hombre contemporáneo, contra el esteticismo estéril del Profesor y la Academia; y no, es bueno advertirlo, como un mero problema estético sino como prob lema ex i s tenc ia l y metafísico.Hay, en fin, un aspecto en las ideas de

    G o m b r o w i c z q u e l o h a c e particularmente útil para nosotros los argentinos. No hay casualidades en el reino del espíritu, ni tampoco causalidades. En buena medida el hombre es libre para construir su destino, y no creo que por puro azar este polaco haya permanecido veinticuatro años entre nosotros; ya que si pudiera admitirse como acto g r a t u i t o y c o n t i n g e n t e q u e Gombrowicz se embarcara en el viaje inaugural de un transatlántico polaco hacia Buenos Aires, invitado a visitar esta región del mundo, y si el hecho luego de producirse la guerra mundial no es, claro, un hecho que la voluntad de Gombrowicz pudiera haber evitado, en cambio su permanencia aquí es sí un acto que en buena medida es producto de su voluntad.Es que nuestro país, como Polonia, forma parte de lo que en su lenguaje podríamos llamar Territorio de la Inmadurez. Y esto lo vinculo a una vieja teoría que tengo sobre lo que llamo la periferia del Renacimiento. Países como Polonia, Rusia, Noruega, Dinamarca, Suecia y España no sufrieron de modo estricto el proceso renacentista, fenómeno burgués, caracterizado por el maquinismo y la razón que tuvo su epicentro en Italia y Francia. Aquellos países mantuvieron rasgos semifeudales casi hasta este siglo, no debiendo extrañarnos que un personaje como el Quijote pocas veces haya sido bien interpretado en ...

  • Ferdydurk�. . . Franc i a , s i endo en cambio entrañablemente sentido en Rusia. En ambos extremos de Europa, la desmesura y la sinrazón eran los restos de una mentalidad preburguesa. Y el parentesco se acentuó en la vieja Argentina de las grandes llanuras pastoriles; hasta el punto de que una novela como Ana Karenina, con sus criadores de toros de raza y sus gobernantas francesas, con sus estancieros y burócratas, podía entenderse cabalmente aquí. Y si al célebre personaje de Gontcharoff se le colo cara un mate en la mano en lugar de su eterno vaso de té ¿quién dudaría en encontrarle cas i todas las características de un argentino viejo? La desorganización, un sentido del tiempo medieval, no cuantificado por el interés, la vida patriarcal de las antiguas familias, una educación afrancesada, el desdén y al propio tiempo la arrogancia por lo nacional; todo el lo explica por qué un estudiante argentino entendía mejor las Memorias desde el Subterráneo (por lo menos hasta la segunda guerra mundial) que un profesor de la

    Sorbona, al que los personajes de Dostoievsky le resultaban nouveaux riches de la conscience, individuos poco menos que demencia les , incapaces de apreciar las ideas claras y distintas, tan disparatados como para afirmar (contra todas las tradiciones de cartesianos y ahorristas franceses) que dos más dos puede ser igual a c i n c o . L o c u r i o s o , p e r o psicológicamente explicable, es que aquellos bárbaros moscovitas, como nuestros bárbaros aborígenes, admiraban la refinada cultura occidental, sus toros escoceses, sus novelas (¡Dostoievsky aspiraba a escribir como George Sand!), la f i l o s o f í a a l e m a n a , l o s establecimientos de Baden-Baden y sus casinos. Y así, por los mismos motivos que nosotros, se hicieron "europeístas", rasgo tan típicamente eslavo o rioplatense como el vodka o el mate; al revés de lo que aquí sostienen algunos superficiales pensadores, que l o c o n s i d e r a n u n r a s g o d e enajenamiento. Los europeos no son europeís tas : son s implemente europeos. Leyendo ese Journal que...

  • ...debería traducirse cuanto antes, observo que mi teoría es correcta y que vale para la intelliguentsia polaca las mismas reflexiones que podemos hacer para la argentina. Allá como aquí es palpitante el problema de la inmadurez intelectual; allá como aquí se prefiere lamentarse de la situación inferior con respecto a Europa, en lugar de aceptarlo como un fecundo y poderoso punto de partida de algo original. Nosotros, como ellos, tenemos las ventajas de los países "bárbaros", por haber resguardado una vitalidad y un candor que la civilización renacentista no alcanzó a desecar. Es un hecho significativo que la formidable reacción existencial contra esa civilización se levantara precisamente en esa periferia bárbara, y bastarían los nombres de Dostoievsky, Kierkegaard, Nietzsche y Unamuno para probarlo. Polacos y a r g e n t i n o s e s t a m o s , s i n embargo,llegando a valorar en medio de la gran crisis de nuestro tiempo (y se ve también por esto cómo "crisis" significa "enjuiciamiento") lo que cabalmente somos y lo q ue podemos

    represen tar en el mundo, superan do al mismo tiempo dos actitudes s i m u l t á n e a s e i g u a l m e n t e equivocadas: nuestro sentimiento de inferioridad y nuestra loca arrogancia con relación a Europa.Con toda la razón, Gombrowicz les dice a sus compatriotas en su Diario que no traten de rivalizar con Occidente y sus formas, sino que traten de tomar conciencia de la fuerza que implica su propia y no acabada forma, su propia y no acabada inmadurez; con todo lo que ello supone de fresca y franca libertad en un mundo de formas fosilizadas. En suma, recomienda y practica él mismo la barbarie dionisíaca, haciendo de su juventud e inmadurez una potencia renovadora. Buena lección para nosotros.

    ERNESTO SÁBATOSantos Lugaresjulio de 1964.

    .S.

  • El 5 de Septiembre de 1814,

    Goethe leyó en logia el poema Symbolum con motivo de la iniciación de

    su hijo Augusto en la logia Amalia:

    Symbolu�

    De� canter� la� anda�a�� l � v i d � s � a s e m e j a � ,� s� es�e�� e� comparabl�� l� afane� de� hombr�sobr� l� h� d� l� tierr�.

    E � p o r v e n i r e n c u b r �D o l o r e � � a l e g r í a � .Pas� � pas�, marcham�h a c i � d e l a n t � s i e m p r � ,si� qu� e� temor n� rind�.

    All�, � l� lej�, muéstras�i m p o n e n t � u n � c ú p u l � ,s o b r � l � c u a � , a r r i b �r e p � a � l a � e s t r e l l a � ;� abaj�, e� p�, la� tumba�.

    M i r a d l � a t e n t � ; v e r é i �cóm� errátic� temblore�� hond�, grave� sentimient�,e� e� pech� d� l� héroe�s� despierta� a� moment�.

    Ma� n� hay� temor; qu� arrib� está� llamándo� la� voce� d� l� geni� � maestr�:“N� perdái� tiemp�, mortale�,servi� a� bie� co� denued�”.

    Aqu�, e� silenci� perenn�,t é j e n s � b e l l a � c o r o n a � ,qu� habrá� d� ceñir la� siene�d� quie� por e� bie� labor�.¡Anim�, pue�, � � l� obr�!

    Edición diciembre 2018

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