j.m. esteban y s.f. martÍnez (eds.), normas y prácticas en la ciencia. méxico- unam- instituto de...

5
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=339730811009 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Brocano, Fernando J.M. ESTEBAN Y S.F. MARTÍNEZ (eds.), Normas y prácticas en la ciencia. México: UNAM- Instituto de Investigaciones Filosóficas, 2008. THEORIA. Revista de Teoría, Historia y Fundamentos de la Ciencia, vol. 25, núm. 1, 2010, pp. 102-105 Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea Donostia-San Sebastián, España ¿Cómo citar? Número completo Más información del artículo Página de la revista THEORIA. Revista de Teoría, Historia y Fundamentos de la Ciencia, ISSN (Versión impresa): 0495-4548 [email protected] Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea España www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Upload: suhys

Post on 27-Sep-2015

218 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

pdf

TRANSCRIPT

  • Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=339730811009

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Sistema de Informacin Cientfica

    Brocano, Fernando

    J.M. ESTEBAN Y S.F. MARTNEZ (eds.), Normas y prcticas en la ciencia. Mxico: UNAM- Instituto de

    Investigaciones Filosficas, 2008.

    THEORIA. Revista de Teora, Historia y Fundamentos de la Ciencia, vol. 25, nm. 1, 2010, pp. 102-105

    Universidad del Pas Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea

    Donostia-San Sebastin, Espaa

    Cmo citar? Nmero completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    THEORIA. Revista de Teora, Historia y

    Fundamentos de la Ciencia,

    ISSN (Versin impresa): 0495-4548

    [email protected]

    Universidad del Pas Vasco/Euskal Herriko

    Unibertsitatea

    Espaa

    www.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

    http://www.redalyc.orghttp://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=339730811009http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=3397&numero=30811http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=339730811009http://www.redalyc.org/revista.oa?id=3397http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=339730811009http://www.redalyc.org/revista.oa?id=3397http://www.redalyc.org/revista.oa?id=3397http://www.redalyc.org/revista.oa?id=3397http://www.redalyc.orghttp://www.redalyc.org/revista.oa?id=3397
  • BOOK REVIEWS

    Theoria 67 (2010): 93-116

    102

    Este ensayo de filosofa de la ciencia, del que me he limitado a sealar algunas de las tesis que he credo ms interesantes o polmicas, encierra el innegable valor de una reflexin personal en la que el autor muestra sus amplios conocimientos de historia de la ciencia y su inters en la relacin entre ciencias empricas y matemtica; una re-flexin original que se sita al margen de lugares comunes, esquemas habituales y otras convenciones gremiales.

    Sebastin lvarez Toledo Universidad de Salamanca

    [email protected]

    J.M. ESTEBAN Y S.F. MARTNEZ (eds.), Normas y prcticas en la ciencia. Mxico: UNAM-Instituto de Investigaciones Filosficas, 2008.

    Como descriptivamente resume el ttulo, este libro habla de prcticas, normas y cien-cia. Ms precisamente, de la normatividad en el llamado giro de las prcticas en filo-sofa de la ciencia, que, a su vez, sera parte de una ms amplia corriente practicista (que no siempre pragmatista) en filosofa en general. Los editores indican que el giro de las prcticas forma parte de una visin adjetivamente naturalizadora de la ciencia y del conocimiento, en un sentido que quiz se entiende bien de lejos, y que tiene que ver con ideas como anti-aprioricismo, anti-representacionalismo, anti-filosoficoprimerismo, anti-teoreticismo, etc. Tal vez, de cerca, habra que matizar mucho ms en qu sentido de naturalizacin puede tener cabida el giro de las prcticas. Entre otras cosas, en qu sentido de prcticas suponen estos cambios un giro naturalista. La respuesta global, no homognea, pero s mayoritaria de este volumen, es que el giro de las prcticas toma estas como entidades a la vez naturales y normativas, pertenecientes pues a una forma de naturalismo normativo. La idea de prcticas que subyace a la mayora de los autores remite a las aportaciones de Joseph Rouse, de quien se recoge un conocido trabajo sobre Dos conceptos de prcticas, ya publicado en el volumen-manifiesto de Schatzki et al. A su vez, Rouse nos remite a la posicin sobre las prcticas que ha de-fendido desde 1994 Robert Brandom, y que conocemos por el nombre de inferencia-lismo. La idea general de prcticas que est implcita en esta corriente, muy influyente en la reciente filosofa de la ciencia e incluso del lenguaje de los pases iberoamericanos, es que a) las prcticas no son meras regularidades o hbitos que puedan ser descritos mediante una regla, sino que b) tienen un alto componente normativo que nace de los reconocimientos que recibe cada accin por parte de la comunidad de referencia en lo que a la prctica se refiere. Esta idea de normatividad interna c) prohbe una normati-vidad que suponga observar la prctica desde fuera, en un sentido, por ejemplo, de que proporciona buenas representaciones del mundo, ajenas a lo que desde dentro de la prctica se entiende como buena. As, en la filosofa brandomita, nociones exi-gentemente normativas como referencia, intencionalidad, de re, etc., se definen en relacin a movimientos internos a la prctica que no necesitan el recurso a tales co-sas como mundo externo, estado mental representacional o cosas similares. El giro de

  • BOOK REVIEWS

    Theoria 67 (2010): 93-116

    103

    las prcticas es normativo, sostiene Rouse, a condicin de entender los conceptos normativos (conocimiento, verdad) en trminos deflacionarios. La posicin, pues, del libro, en general, heterogneamente defendida, es que el giro de las prcticas no es slo un cambio necesario para corregir los problemas de viejas concepciones representacionalistas en filosofa de la ciencia, epistemologa o semnti-ca, sino que tambin es suficiente para cubrir cuantas exigencias normativas pueda plan-tear la filosofa. A cambio ganamos una perspectiva sobre la ciencia ms natural, tomando este calificativo como lo haca Strawson refirindose a Hume y a Wittgens-tein: ganamos cercana, frente a la distancia de los epistemlogos; tejido social, frente al individualismo; agencia, frente a la teoricidad. Sergio Ramrez y Joseph Rouse definen pormenorizadamente las implicaciones del programa para la filosofa de la ciencia. Xiang Huan, Patricia King y Godfrey Gui-llaumin discuten la normatividad en relacin con la nocin de prctica. Len Oliv propone pensar las prcticas como un marco naturalista para pensar los conceptos empricos de modo que no pierdan su carcter fundamentador. Javier Echeverra con-sidera el giro prctico como parte de un proceso ms amplio de gnesis de una praxio-loga de la ciencia que incluira una axiologa, ambas como sustitutas de las viejas filo-sofa de la ciencia y epistemologa respectivamente. Ambrosio Velasco trata la exten-sin de la filosofa de la ciencia a filosofa poltica. Jos Miguel Esteban, Edna Surez y ngel Manuel Faerna relacionan el giro de las prcticas con el pragmatismo en varios aspectos y en autores como Dewey y Peirce. No hay una completa homogeneidad de perspectivas en un volumen surgido de un tema tan general, pero a cambio hay una sintona bsica de acuerdo con la irreversibilidad del giro de las prcticas. Querra hacer en lo que resta de esta presentacin una rpida recoleccin de citas que me parecen objetables o que, al menos, producen cierta perplejidad. As, Rouse, refirindose a quienes toman las prcticas como un modo de clarificar instituciones como la ciencia, responde, Si en lugar de eso se reconoce a las prcticas cientficas como normativas, lo que la ciencia y el conocimiento sean no est determinado de an-temano, sino que dependen de lo que los cientficos y otros hacen (pg. 31). Supnga-se que sustituimos ciencia por cualquier sistema social, sanidad, por ejemplo, y observaremos que la posicin de Rouse bascula entre lo trivial y lo claramente cues-tionable. Len Oliv trata los conceptos empricos primitivos: aquellos que se aplican a los objetos que pueden percibirse por los sentidos, define. Este tipo de conceptos surge de los sistemas perceptuales mismos, y son necesarios para su funcionamiento ade-cuado, es decir, para que los sistemas perceptuales se representen al mundo (en gene-ral) correctamente. Pero esto slo es posible en la medida en que esos sistemas per-ceptuales forman parte de alguna prctica (pgs 89-90). Igualmente, hay una amenaza de trivialidad (imagnese: las capacidades X surgen de los sistemas sensioriomotores y son necesarias para su funcionamiento adecuado, pero slo en cuanto los sistemas sensoriomotores forman parte de alguna prctica) o de la cuestionabilidad: no tras-cienden los conceptos empricos las prcticas de las que forman parte el ejercicio de un sistema perceptual?, quiz rojo en la prctica de la pintura es distinto de rojo en el cdigo de la circulacin? Javier Echeverra propone un programa ciertamente provocador: Las teoras intencionales de la accin humana no son tiles para la filo-

  • BOOK REVIEWS

    Theoria 67 (2010): 93-116

    104

    sofa de la ciencia. Parto (sostiene, frente a ellas) de una teora axiolgica de la accin cient-fica, segn la cual dichas acciones estn guiadas por valores, y en primer lugar por valores epistmicos: adecuacin, coherencia, fecundidad, generalidad, objetividad, precisin, re-futabilidad (testabilidad, falsabilidad), rigor, verdad, verosimilitud, universalidad, etc. Hay otros valores relevantes en la actividad cientfica, a saber: intersubjetividad, profe-sionalidad, publicidad de los resultados y de los procedimientos, posibilidad de que otros investigadores repitan las acciones, etc. (pg. 130). La rotunda afirmacin pro-duce perplejidad: o bien se entiende que las teoras intencionales de la accin no per-miten pensar las acciones como guiadas por valores, en cuyo caso me parece que hay una confusin notable sobre lo que dicen las varias teoras intencionales de la accin, o bien se sostiene que es en la teora axiolgica de la accin cientfica donde ocurren solamente los valores sealados, lo cual es trivialmente verdadero, como si decimos que en la teora axiolgica de la accin comercial las acciones estn guiadas por valores como el beneficio esperado. Todo lo ms que sacaramos de la praxiologa sera una taxonoma de acciones, no una teora de aqullas. Sergio Martnez, en lnea con Joseph Rouse, se distancia de una concepcin meramente regularista de las prcticas y, creo que correctamente, sostiene que contienen un elemento normativo, que, como ya he indicado, se considera no slo necesario sino tambin suficiente. Pero est preocupa-do porque esto conlleve un relativismo desenfrenado y responde que los diversos estndares pueden reforzarse dando origen as a una cierta lnea de progreso: Los va-riados modelos, teoras y prcticas se aceptan en la medida en que nos ayudan a situar mejor lo que sabemos en torno a los problemas para los cuales consideramos perti-nente nuestro conocimiento. As, las diversas clases de conocimiento pueden ser muy distintas, pero slo se admite que favorecen el avance de nuestro conocimiento que asociamos con entendimiento si contribuyen a resolver problemas y, ms de fondo, a situarnos con respecto a la incertidumbre que surge de nuestra interaccin con el mundo. Mi lectura es similar a las anteriores: o bien es trivial considerar que el cono-cimiento es bueno porque resuelve problemas, o bien no lo es pero es altamente cues-tionable. La idea de remitir la normatividad del conocimiento a los problemas que es capaz de resolver una teora ya fue propuesta por Laudan como forma de naturalismo normativo. Pero esconda bajo la alfombra el hecho de que la nocin de problema es ya ella misma fuertemente normativa tanto al menos como la de conocimiento, as que el que algo sea un problema ya contiene un componente normativo que impide que los problemas, las soluciones, vaya, sean la fuente de la normatividad. De modo que esta nueva nocin de progreso bordea la circularidad. Estas apreciaciones no disminuyen el valor del libro, que es bienvenido pues sita la filosofa de la ciencia iberoamericana en una corriente poderosa que contribuir a reforzar la casi exhausta filosofa tradicional. Apuntan, sin embargo, a un problema que afecta a una parte sustancial del llamado giro de las prcticas, la de la compla-cencia en la suficiencia de la nocin de prctica para resolver los problemas filosfi-cos. La necesidad de atender a las prcticas como sistemas normativos, me parece, de-ja an abierta la posibilidad de compatibilizar el giro de las prcticas con otros giros que amplan las dimensiones y la profundidad de los problemas de normatividad. Desde 1994 como fecha de referencia, pues es la de la publicacin de Making it Expli-

  • BOOK REVIEWS

    Theoria 67 (2010): 93-116

    105

    cit de R. Brandom, el programa pragmaticista se ha expresado en mltiples foros como una alternativa a programas ms tradicionales. Pero algunos de esos programas, como en el caso de la Reina Roja, no se han quedado quietos y definen ya un marco de refe-rencia evaluativo: por hablar slo de la epistemologa, otros programas, incluso dentro del campo ms o menos naturalizador, han desarrollado propuestas como el veritismo, el contextualismo, la epistemologa de virtudes basada en los agentes o en las compe-tencias; se han desarrollado nuevas formas de tratamiento del relativismo y del relati-vismo de intereses; se ha desarrollado el concepto de suerte epistmica versus logro epistmico; se ha creado una epistemologa social e incluso una filosofa poltica del conocimiento como la defendida por Kitcher y otros; se ha expandido la nocin de testimonio como base de la dependencia epistmica. Ninguno de los programas cita-dos es una alternativa al giro de las prcticas, es ms, suponen que las prcticas son unidades esenciales de anlisis en cualquiera de los mbitos sociales, pero tambin su-ponen que esta nocin no es incompatible con sentidos sentidos de normatividad fuerte que permitan tambin evaluaciones normativas de, y no meramente desde, la propia prctica. Esperemos que el giro de las prcticas tenga al menos tanta vitalidad.

    Fernando Broncano Universidad Carlos III

    [email protected]

    W. J. GONZLEZ Y J. ALCOLEA (eds.), Contemporary Perspectives in Philosophy and Metho-dology of Science. A Corua: Netbiblo, 2006.

    Este libro es el resultado de un curso de verano con el mismo ttulo celebrado en Va-lencia en 2005 en el marco de la Universidad Internacional Menndez Pelayo. Est constituido por tres partes, la primera de carcter metodolgico, la segunda de carcter epistemolgico y la tercera dedicada a problemas especficos en la neurociencia y en las matemticas. Cada una de esas partes est formada por dos captulos y cada captu-lo por dos trabajos de distintos autores. A todo ello hay que aadir un extenso y muy orientador primer captulo escrito por Wenceslao Gonzlez que sirve como introduc-cin general y que lleva por ttulo Novelty and Continuity in Philosophy and Met-hodology of Science. El primer trabajo de los cuatro que incluye la primera parte es de Colin Hawson (Scientific Reasoning and the Bayesian Interpretation of Probability) y consiste en una exposicin muy directa de los problemas centrales del bayesianismo, al que conec-ta de forma sugerente con el debate sobre el realismo en concreto, con el argumento del no-milagro y con la discusin sobre el significado de la probabilidad. En el traba-jo siguiente (Kuhn on Discovery and the Case of Penicillin), Donald Gillies re-flexiona sobre las ideas de Kuhn acerca del descubrimiento en la ciencia. Incluye, por cierto, una deliciosa narracin del descubrimiento de la penicilina; un episodio mucho ms complejo y lleno de vericuetos de lo que las historias divulgativas suelen reflejar. Gillies argumenta que el caso de la penicilina encaja bastante bien con la visin kuh-niana del descubrimiento, aunque muestra tambin que son necesarias ciertas modifi-