jessica steele - el misterio de tu mirada.pdf

EEll mmiisstteerriioo ddee ttuu mmiirraaddaa Jessica Steele

El misterio de tu mirada (1995) Ttulo Original: Italian invader (1993) Editorial: Harlequin Ibrica Sello / Coleccin: Jazmn 1078 Gnero: Contemporneo Protagonistas: Max Zappelli y Elyn Talbot

Argumento: Los padres de Elyn se disgustaron mucho cuando, tras la quiebra del negocio familiar, la

chica busc empleo en una compaa rival. Pero alguien tendra que trabajar si queran hacer frente a las deudas que se iban a cumulando. Adems, era poco probable que Elyn llegara a conocer al seor Zappelli, director de la empresa en la que haba logrado colocarse, y responsable de su ruina.

Pero s se conocieron y de una forma tan sorprendente y divertida que antes de que Elyn pudiera darse cuenta ya eran muy amigos. Quiz demasiado amigos....

https://www.facebook.com/novelasgratis

Escaneado por Tere y corregido por Tallitach Pgina 2 de 101

Captulo 1 Elyn sujet el auricular con fuerza y esper ansiosamente a que la telefonista del

hotel llamara a la habitacin que ocupaban su madre y su padrastro.

Lo siento inform al fin la voz al otro lado de la lnea. No contestan. Quiere dejar algn mensaje? Se lo dar en cuanto lleguen.

La mujer habl con amabilidad, y eso la ayud a controlar el pnico que empezaba a sentir.

Soy Elyn Talbot. Por favor, dgales que me llamen de inmediato. Es muy urgente.

Colg el telfono y se qued un momento pensativa. Siempre se haba considerado una mujer equilibrada y serena, pero en ese momento estaba a punto de dejarse arrastrar por el pnico.

Volvi a examinar por ensima vez las cifras que tena a la vista, y decidi que lo mejor era olvidar un poco el asunto. Por lo tanto, coloc los papeles en un cajn de su escritorio. Tena la certeza de que las cosas no podan ir peor; sin embargo, sali con la esperanza de que al volver le parecieran menos malas de lo que en realidad eran.

Sinti el deseo de compartir con alguien la noticia, y fue al departamento de diseo, donde trabajaba su hermanastro. Saba que Guy no poda hacer nada, pero lo que deseaba era no ser la nica que llevara la pesada carga.

Si Samuel Pillinger, su padrastro y dueo de Pillinger's Ceramics estuviera all, se habra dirigido directamente a l para decirle que, probablemente, ese fin de mes no podran pagar los sueldos de los empleados, y mucho menos, a los proveedores. Pero Samuel haba prometido a su madre llevarla a Londres; y all estaban ambos ahora, a pesar de lo mal que iban las cosas.

Estamos en quiebra, pens al abrir la puerta del departamento de diseo.

Est Guy aqu? pregunt a Hugh Burrell, un empleado que no le caa nada bien, pero que era muy buen trabajador.

Ella tampoco le caa bien a Hugh. Sobre todo, desde que en una ocasin haba invitado a salir y ella no haba aceptado.

Ha ido al dentista contest l, recorrindola con la mirada.

Gracias murmur.

La actitud de Hugh la molest profundamente, y sali lo ms aprisa que pudo.

Decidi salir a dar un paseo. Camin unos diez minutos, hasta llegar a un banco en el que se sent, a pesar de que haca fro.

Desde comienzos de ao, y ya estaban en octubre, haba comentado varias veces con Sam Pillinger el estado de la compaa. Pero su padrastro, que era ms artista que comerciante, nunca la haba credo del todo... o tal vez esperaba que sucediera algo que los sacara del problema en que se hallaban.



Sin embargo, no sucedi nada. A principios de mes insisti en analizar con ella el balance de septiembre, y por un momento crey que empezaba a darse cuenta de la realidad.

Estamos bastante mal fue su comentario.

Ella esperaba que hiciera algo para remediar la situacin; sobre todo, porque corra el rumor de que uno de sus principales clientes estaba al borde de la quiebra. Pero todo lo que Sam hizo fue decir que no era bueno hacer caso de rumores; y aadi varios comentarios amargos culpando de todo a Maximilian Zappelli.

Zappelli era un italiano que haba comprado una empresa similar a la suya llamada Gradburns, en la poblacin vecina de Pinwich. La empresa se hallaba en malas condiciones, pero en dos aos la haba vuelto rentable. El italiano posea un prspero negocio de mrmoles y azulejos en Italia, y eso le haba llevado a interesarse por una fbrica de cermica. Durante esos dos aos, les haba quitado a los Pillinger muchos clientes, y tambin un buen nmero de empleados.

Se qued mirando al frente, con las manos en los bolsillos de su abrigo, irritada y preocupada. No quera ser injusta con Zappelli, pero eso tampoco significaba que le cayera bien. Nunca lo haba visto, pero conoca de sobra a los hombres como l. Con frecuencia sala en los peridicos; y no se explicaba por qu, tratndose de un extranjero que vena a Inglaterra muy espordicamente.

Record las fotografas que haba visto de aquel hombre alto, de pelo oscuro, ms o menos de treinta aos, bien vestido y siempre rodeado de mujeres hermosas.

Los conquistadores como l la molestaban profundamente. Lo peor era que esos hombres siempre resultaban atractivos, como atestiguaba su hermanastra Loraine.

Loraine no conoca a Zappelli, pero tena debilidad por los hombres como l, y su vida amorosa estaba compuesta por una interminable sucesin de desengaos. Elyn se los saba todos porque su hermanastra siempre acuda a ella cuando sufra una decepcin.

Estaba segura de que me quera sola quejarse con amargura.

Elyn la consolaba; pero apenas se recuperaba, se lanzaba de cabeza a otro noviazgo tan desastroso como el anterior. Ella no poda hacer ms que compadecerla y esperar su regreso... odiar a los tipos con los que Loraine se relacionaba. Se haba prometido muchas veces mantenerse alejada de esa clase de hombres.

Su padre haba sido uno de ellos, y la joven recordaba una infancia difcil. Era una nia tranquila y sensible que quera a sus padres y que se atemorizaba al escuchar sus violentas discusiones. Recordaba innumerables ocasiones en que su madre estaba inquieta y preocupada porque Jack Talbot haba desaparecido; tambin, las lgrimas y recriminaciones cuando regresaba. Quera a su padre; pero a muy temprana edad se dio cuenta de que la vida era ms agradable cuando l no estaba en casa.

Acababa de cumplir doce aos cuando Jack Talbot desapareci de nuevo. Su madre no pudo soportar la situacin y le pidi el divorcio. A partir de ese momento, Elyn no lo volvi a ver.

Mucho tiempo despus supo de todas las aventuras que haba tenido su padre, y



que su madre le haba perdonado; de todas las veces que haba credo en sus palabras de amor y en sus promesas... y de aquella ltima vez en que su madre no lo pudo perdonar.

Su madre empez a trabajar en la fbrica de Pillinger. Pasaron tiempos difciles, porque su padre nunca les ayud. Vivieron con muchas estrecheces econmicas, y tuvieron que esforzarse al mximo para pagar sus deudas.

Al cabo de un tiempo, Ann Talbot le present al dueo de la fbrica, que era viudo, y le pregunt si le gustara que fuera su padrastro.

Te vas a casar? pregunt, imbuida por sus sueos de adolescente romntica. Ests enamorada de l?

Hace tiempo tuve amor, y no quiero volver a saber nada de eso respondi su madre con frialdad. Sam Pillinger es una oportunidad que no debe despreciarse.

Elyn comprendi los sentimientos de su madre, as que se limit a decirle:

Yo slo quiero que seas feliz.

Lo ser afirm Ann con conviccin.

Un mes despus se celebr la boda, y ambas se fueron a vivir a la mansin que Sam comparta con sus dos hijos y un ama de llaves.

Aunque Ann no volvi a trabajar, no haba razn para despedir a Madge Munslow, el ama de llaves, y en poco tiempo se habitu a vivir con ella.

Pronto Elyn se llev bien con Loraine, que entonces tena diecisiete aos, y Guy, que era de su edad. Sin embargo, era con l con quien pasaba ms tiempo, porque era un muchacho tranquilo y tmido. A Loraine le interesaba ms la compaa del sexo opuesto que la de unos muchachitos de quince aos como ellos.

Tambin se llev muy bien con Madge y, por supuesto, con Sam. Pronto descubri que su padrastro era un buen hombre que, para alivio de ella y de su madre, tena en alto concepto la fidelidad conyugal; un hombre que hablaba poco y crea firmemente en las virtudes del trabajo. Su punto dbil era Loraine, que lo manejaba a su antojo. A los diecisis aos haba declarado que estaba harta de estudiar y haba dejado el colegio. Tampoco quiso trabajar, por lo que su padre tuvo que pasarle una cantidad mensual para sus gastos. El caso de Elyn y Guy fue muy diferente. A los diecisis aos comenzaron a pensar en la carrera que queran estudiar, y Sam les dijo que se dejaran de tonteras y se forjaran un futuro dentro de su empresa.

Quieres que trabajemos para ti? pregunt Guy.

Por qu no? Algn da esa empresa ser tuya y de Loraine. Elyn tambin tendr una participacin coment, dirigindose a la chica. Lo que yo sugiero es que trabajis un tiempo en cada departamento, para que conozcis el funcionamiento de la empresa.

Aquella conversacin haba tenido lugar seis aos antes. Ahora, Elyn se encontraba en una situacin completamente diferente, al igual que toda la familia. Eso le hizo recordar que tal vez Sam y su madre ya estuvieran en el hotel tratando de ponerse en contacto con ella. Decidi, por lo tanto, regresar a la oficina.



Esos seis aos fueron muy felices para todos. Guy y ella pasaron seis meses en cada departamento de la compaa, desde los hornos hasta las oficinas administrativas. Elyn descubri que tena gran facilidad para trabajar con nmeros, y decidi quedarse en esa seccin.

Eres muy inteligente le dijo su padrastro con satisfaccin, al ver el poco tiempo que le haba llevado poner al da el trabajo atrasado.

Y desde ese momento, la encarg de todos los asuntos confidenciales y lo concerniente al trabajo de oficina. l dedic mucho ms tiempo a lo que le gustaba: el diseo. Y como su hijo era realmente brillante en ese campo, le ense todo lo relativo a esa actividad.

Casi todos los aos, algn empleado se jubilaba o retiraba o cambiaba de empleo, y pronto Elyn lleg a ocupar un alto puesto. Sin darse cuenta, haba llegado a convertirse en la mxima responsable de la administracin de la empresa a los veintin aos.

Al entrar de nuevo en el edificio, no pudo evitar pensar que, tal como iban las cosas, pronto no tendra nada de qu encargarse. Dese sinceramente haberse equivocado, aunque estaba segura de haber hecho correctamente todos los clculos.

No quiso ir a buscar a Guy nuevamente. Casi nunca iba al departamento de diseo, y si regresaba en ese momento, tal vez pudiera desatarse una ola de rumores. Los empleados se fijaban mucho en sus movimientos; y si alguno saba algo de la quiebra de Huttons, les iba a extraar que fuera dos veces en el mismo da a buscar al hijo del dueo.

Por lo tanto, se dirigi a su oficina.

Me ha llamado alguien? pregunt.

No respondi Rachel, la secretaria.

Dame lnea, por favor pidi, como si en ese momento recordara que tena que hacer una llamada.

Volvi a llamar al hotel de Londres para preguntar si los Pillinger haban vuelto.

Un momento, por favor fue la respuesta.

Elyn no tuvo ms remedio que esperar. Trat de mantenerse serena, como siempre, pero cuando oy la voz de su padrastro estuvo a punto de echarse a llorar.

Estaba leyendo el mensaje que nos dejaste. Ha sido una suerte que nos hayas encontrado, porque hemos venido nada ms a que tu madre se cambie de zapatos. Vamos a...

Sam, escchame, por favor lo interrumpi. Es muy urgente.

Te escucho repuso el hombre. Respir profundamente y, asegurndose de que no hubiera en la oficina nadie que pudiera orla, dijo:

Keith Ipsley me ha llamado esta maana... Huttons se ha declarado en quiebra.

Pe... pero nos haban prometido un cheque para estos das... Nos deben miles de libras.



Lo s. En cuanto lo supe, los llam. Y es cierto. Ya est en marcha el asunto. Tendremos suerte si nos pagan el diez por ciento de lo que nos deben; y quin sabe cunto tiempo tendremos que esperar para cobrarlo.

Sam tard unos segundos en asimilar la noticia y luego dijo lo que ella esperaba or:

Voy para all.

Se oy un ruido, que la chica adivin era una exclamacin de disgusto de su madre.

Quieres hablar con Ann? pregunt Sam.

No, gracias.

Se despidi enseguida y colg. Quera mucho a su madre, pero tal como estaban las cosas, no tena ganas de sostener una charla intrascendente con ella.

Se concentr en el trabajo para no pensar en el problema. Sin embargo, su mente se negaba a olvidar el efecto que la quiebra de Huttons iba a causar en la empresa. En primer lugar, no iban a recibir el pago que les haban prometido para esa semana, y que necesitaban con verdadera urgencia.

Incapaz de concentrarse, guard sus cosas para dirigirse a casa, porque no tena ganas de hablar con ninguno de los empleados.

Supuso que Sam habra ido primero a dejar a su madre a casa, pero el coche no estaba all. Por lo tanto, fue a la cocina, donde estaba segura de encontrar a la mujer que tanto haba llegado a estimar.

Encontr a Madge con las manos llenas de harina, ocupada en amasar algo.

Qu haces aqu tan temprano? le pregunt el ama de llaves, sonriendo clidamente.

Me he escapado contest ella, sonriendo en la misma forma.

Se estremeci al pensar que tal vez llegara el momento en que no pudieran darse el lujo de tenerla en la casa. Era una mujer de ms de sesenta aos. Dnde iba a encontrar trabajo, a su edad?

No te ha llamado mi madre? continu. Regresan hoy, no maana.

Podran haberme avisado con tiempo de que habra dos personas ms para cenar refunfu Madge con tono de broma. Quieres una taza de t?

Elyn neg con la cabeza y le seal la cartera.

No puedo respondi. Tengo que revisar estos papeles.

Una vez en su habitacin, se quit el traje y se puso un pantaln y una camisa. Incapaz de hacer nada, se dedic a mirar por la ventana. Su vista no se detuvo en el jardn sino en el camino bordeado de rboles que llevaba a la puerta principal de la casa.

Esperaba ver aparecer el coche de Sam, pero el que lleg fue Guy. Pensando que podra tener algn plan para salir esa noche, baj corriendo por la escalera,



dirigindose a la puerta para salir a su encuentro.

Qu extrao que hayas llegado antes que yo coment su hermanastro en tono amable.

Cmo te ha ido con el dentista? fue su respuesta.

Terrible. Pareces preocupada coment, acercndose un poco. Qu pasa?

Huttons se ha declarado en quiebra.

No!

Esta maana.

Demonios! exclam, y aadi en seguida: Nos afecta mucho?

Pareca imposible que no supiera nada. Deba de haber estado en las nubes para no enterarse de las discusiones que ella haba tenido con Sam las semanas anteriores.

No serva de nada ocultar la verdad, as que respondi:

Muchsimo. Vas a salir esta noche?

Esa intencin tena, pero...

Habl con Sam hace unas horas, y le estoy esperando.

La situacin debe de ser espantosa, para que haya suspendido su visita a Londres.

Puedes quedarte a esperarlo? Esto te afectar a ti ms que a los dems.

Guy se puso serio, y la chica se percat de que en ese momento se estaba dando cuenta de que probablemente iba a perder la fbrica que esperaba heredar.

Claro que s respondi, inquieto.

Una hora ms tarde se abri nuevamente la pesada puerta de madera para dar paso a Ann y Samuel Pillinger.

Decidle a Madge que nos lleve al t a la biblioteca. Hablaremos all orden Sam.

El matrimonio subi a dejar sus cosas y a refrescarse un poco, y Elyn corri a la cocina.

Ya han llegado advirti a Madge.

Sin embargo, prepar el t ella misma.

Por lo que veo, vienen sedientos observ la buena mujer, mirando la gran tetera.

Quince minutos despus, se reunieron los cuatro en la biblioteca. Afortunadamente, Loraine estaba en casa de unas amigas. Elyn se alegr, porque se imagin que su hermanastra se pondra a llorar cuando le dijera que le iban a reducir su asignacin. Ya habra tiempo de ocuparse de ella ms tarde.

No hay esperanza anunci Sam. He hecho algunas averiguaciones, y es cierto que Huttons se ha declarado en quiebra.



Dirigi una mirada a su mujer, luego a su hijo, y, finalmente, a Elyn.

Qu probabilidades de sobrevivir tenemos? pregunt.

Elyn se aclar la garganta y declar:

Me temo que ninguna.

Sac unos papeles de la cartera y le ense las cifras que para entonces ya conoca de memoria.

Lo que tenemos en el banco no alcanza para pagar los salarios de los empleados; mucho menos, a los proveedores.

No puede ser! protest Guy.

Si Elyn lo dice, es porque es cierto afirm Sam. Ensame esos papeles.

Durante la media hora siguiente, la atmsfera pas de la seriedad a la preocupacin y, finalmente, a la depresin. La nica conclusin a la que llegaron, y en eso hasta su madre estuvo de acuerdo, fue que lo prioritario era pagar a los empleados.

Maana todo el mundo sabr lo de Huttons afirm Sam. Estas cosas no se pueden mantener en secreto. Lo que nadie sabe es el crdito que nosotros les dimos ni el efecto que la cada tendr en nuestra empresa. Guy, presntate maana a trabajar como si nada hubiera sucedido. Elyn y yo iremos al banco; tambin consultaremos a un abogado, y a quien sea necesario para ver cmo salimos de este problema.

Hasta ese momento, Ann casi no haba intervenido. De pronto, exclam:

La culpa la tiene ese italiano! Si ese Zappelli no hubiera comprado Gradburns, nada de esto habra sucedido.

La joven se sorprendi al orla y al ver la dureza que expresaba su mirada. De inmediato, su sentido de justicia la impuls a decir lo que pensaba: que aunque no senta la menor simpata por ese hombre, no crea que tuviera la culpa de lo sucedido; adems, cuando Gradburns se puso en venta, fue el nico que se ofreci a comprarla.

Sin embargo, antes de que pudiera decir nada, Sam exclam:

Es cierto. Maldito intruso!

Creo... empez a decir Elyn.

Guy la interrumpi para decir con resentimiento:

Se llev a muchos empleados nuestros.

Y a nuestros mejores clientes aadi su padre.

Durante varios minutos, se dedicaron a destrozar a Max Zappelli. Slo Elyn guard silencio.

Esa noche, mientras trataba de conciliar el sueo, tuvo un cierto remordimiento por no haber dicho lo que pensaba. Sin embargo, lo desech al momento y se dijo



que su familia tena razn, que l los haba empujado a la situacin en que se encontraban. Por qu habra de defenderlo?

A la maana siguiente, Max Zappelli segua presente en sus pensamientos cuando acompa a su padrastro al banco. El seor Eldres, director del banco con el que durante tantos aos haban trabajado, no se mostr muy entusiasmado con la idea de hacerles un prstamo por la cantidad que necesitaban; y es que ya estaba enterado del problema de Huttons.

Entonces, cmo voy a pagar a mis empleados este fin de mes? pregunt Sam, molesto.

Tiene tres semanas an. Revise sus acciones.

Est sugiriendo que las venda?

Cuando salieron del banco, Sam se quejaba amargamente de la falta de cooperacin de una institucin de tanta confianza. Siendo, como era, un hombre de honor, dio absoluta prioridad al pago de salarios y vendi sus acciones.

Sin embargo, la situacin empeor durante las semanas siguientes. Los otros proveedores de Huttons, afectados igualmente por la quiebra de esta empresa, se negaron a dar ms crdito a Pillinger's.

Por fin, Sam tuvo que darse por vencido. Hizo lo posible por salvar la compaa; pero el ltimo da de octubre tuvo que cerrarla. Vendi cuanto pudo a preci razonable y pag todas sus deudas, de modo que no tuvo que declararse en bancarrota.

No sabes cunto lo siento murmur Elyn, cuando se preparaban a despedirse de todos los empleados.

Qu vamos a hacer ahora? pregunt Guy.

La chica tena la misma inquietud, pero hasta ese momento no haba dicho nada.

Descansar un poco y volver a empezar fue la respuesta de Sam.

Volver a empezar! exclam Elyn, sin poderse contener. No tenemos dinero para empezar nada. Ni siquiera nos queda dinero para seguir viviendo como...

Se interrumpi al darse cuenta de que tanto Sam como su hijo posean unos caracteres bastante poco prcticos, y en consecuencia, an no se haban dado cuenta de la realidad. Por eso, cambi de direccin.

Pens que ibas a vender los hornos, el edificio, los...

Vender? Para que se los lleve ese italiano? Jams!

Elyn no saba que Max Zappelli estuviera interesado en el edificio de Pillinger. Pero no dijo nada porque no quera herirlo en ese da, tan doloroso para todos.

Mi padre fund esta compaa continu Sam. Yo har que vuelva a funcionar. Ya lo veris!

Fue un da muy triste para los tres, al final del cual cerraron el edificio y se fueron a casa.



Cmo os ha ido? pregunt Ann en cuanto vio entrar a Sam.

Elyn se sinti orgullosa de su madre, por el apoyo que revelaba su tono de voz. Era ms de lo que esperaba de ella.

Necesito un trago contest Sam.

Loraine apareci en la sala. Ya le haban advertido de que su asignacin iba a ser suspendida por un tiempo.

Necesito dinero, pap le coment en tono lastimero.

Pues consguete un empleo declar Ann con una firmeza poco usual.

Pap... empez la muchacha, con voz sollozante.

Por primera vez en su vida, Sam no le contest y se dirigi a la biblioteca acompaado por su mujer.

La idea de conseguir un empleo ya anidaba en la cabeza de Elyn, porque tena miedo de que se empezara a acumular las deudas. Y si Loraine no estaba dispuesta a ayudar, ella s. Sin embargo, por ms que buscaba en los peridicos no encontraba nada. Vio un par de empleos interesantes en Londres; pero su intencin era aportar dinero a su familia, y trabajar en Londres significaba gastar en un alquiler y en su manutencin.

Lo que ella dominaba era el rea administrativa, de eso estaba segura. Pero los empleos administrativos en Bovington o en Pinwich eran muy escasos. Empez, por lo tanto, a buscar empleos de otro tipo; pero el trabajo no especializado estaba mal pagado.

Nadie se atrevi a decirle a Madge lo que ocurra, y noviembre se acercaba a su fin. Junto con el sueldo del ama de llaves haba otras cuentas que pagar, y Elyn empez a sentirse desesperada. Nadie se preocupaba por ganar algo de dinero. Guy y su madre haban adoptado la misma actitud que Sam, y estaban a la espera de que algo ocurriera. Loraine se pasaba el da quejndose y esperando un nuevo novio. Era ella la que tena que hacer algo, y lo hizo: vendi su coche.

Por qu has hecho esa tontera? fue lo que todos dijeron esa noche, durante la cena, al enterarse.

Porque dentro de unos das hay que pagarle a Madge respondi.

Yo no te ped que vendieras el coche declar Sam con dignidad.

Al orlo, la chica comprendi que haba herido su amor propio, y dijo:

Ya lo s. Yo tampoco te ped que me lo regalaras el da que cumpl dieciocho aos. Y me lo regalaste. De todas formas aadi, tratando de restarle importancia al asunto, s que me regalars otro en cuanto puedas.

Los sentimientos heridos cicatrizaron, y noviembre transcurri sin mayores novedades. El nuevo mes trajo a la joven nuevas preocupaciones.

El dinero obtenido de la venta del coche se estaba acabando con rapidez. Empez a buscar nuevamente en los peridicos locales, y una tarde encontr el anuncio de un empleo que no slo estaba bien pagado, sino en un lugar bastante cercano. Se trataba



de hacerse cargo de la seccin de estadstica de una compaa... pero al ver de qu compaa se trataba, prefiri seguir buscando. Revis minuciosamente todo el peridico, pero no encontr nada que pareciera tan interesante ni tan bien pagado, as que volvi a leer el anuncio.

Estaba segura de que su familia se iba a oponer a que solicitara el empleo. Sin embargo, el sueldo era excelente.

Eso es lo que necesitamos en este momento: dinero, pens, mordindose el labio inferior. Y nadie hace nada por conseguirlo.

El inconveniente era que no saba nada de estadstica. Nuevamente estuvo a punto de olvidar el anuncio. Pero una voz interior, la voz de una mujer ms prctica y dura que ella, le dijo:

No te pongas pretextos. Puedes leer e interpretar un balance perfectamente. La estadstica es mucho ms sencilla que la contabilidad o la administracin.

As pues, descolg resueltamente el telfono que tena en su habitacin y marc el nmero que indicaba el anuncio.

Buenas tardes. Zappelli Fine China anunci una voz al otro lado de la lnea.

Era una voz amable y suave, pero a ella le pareci que resonaba en toda la casa. Y sinti que estaba traicionando a su familia.

Necesitamos dinero, repiti la mujer prctica y dura que llevaba dentro, Haz lo que tienes que hacer.

Buenas tardes respondi. Con el departamento de personal, por favor.

Unos minutos despus, colg el auricular y se lo qued mirando, desconcertada. Unas palabras haban bastado para concertar la cita. Tena que presentarse en la empresa del italiano al da siguiente, a las once de la maana.

Se hizo el propsito de decirle a la familia lo que pensaba hacer ese mismo da, durante la cena. Varias veces abri la boca para empezar, pero le falt valor. Por fin, se dijo que tena muy pocas probabilidades de obtener el empleo por no tener cartas de recomendacin ni saber mucho de estadstica, y que no tena sentido decir nada hasta estar segura. An ms, se prometi no acudir a la entrevista.

Cobarde, la llam una voz que empezaba a conocer muy bien.

Era cuestin de amor propio, y al da siguiente acudi a la cita. Se puso uno de sus mejores trajes, y sali de la casa a las diez de la maana. Camin quince minutos para llegar a la estacin de tren, y despus de un viaje de diez minutos lleg a Pinwich.

Zappelli Fine China estaba en las afueras de la poblacin; pero llevaba tiempo de sobra, as que lleg cinco minutos antes de la hora concertada.

La recibi un hombre llamado Christopher Nickson, que se disculp por haberla hecho esperar. La condujo a su oficina, evidentemente complacido por su aspecto, y le ofreci una silla.

Empecemos declar, una vez instalados. Est usted trabajando en este



momento?

El mayor recelo de Elyn era que no la aceptaran si saban que tena conexin con Pillinger's. Pero no haba forma de ocultarlo, as que respondi:

No. El seor Samuel Pillinger es...

Ah, s la interrumpi. Tenemos algunos empleados que han trabajado con Pillinger. Yo tambin llevo poco tiempo aqu. Soy de Devon.

Elyn se tranquiliz. El hombre no era de la regin, por lo que desconoca su relacin con los Pillinger; y su propio apellido, Talbot, era muy comn. Pens que haba pocas probabilidades de que se supiera quin era en realidad, y dese ardientemente conseguir el puesto.

Nickson procedi a describir en qu consista el empleo y lo que esperaban de la persona que lo desempeara, y termin preguntndole si le interesaba y si era capaz de desempearlo.

Por supuesto respondi la chica.

No minti. Tena suficientes conocimientos matemticos para lograrlo; y lo que ignorara lo poda aprender.

Muy bien coment el hombre, sonriendo. Dgame ahora dnde ha estudiado, qu cursos ha tomado...

Se dio cuenta de que la expresin de Elyn cambiaba bruscamente, y pregunt:

Qu ocurre? He dicho algo malo?

No se apresur a responder la joven. Lo que ocurre es que no tengo muchos estudios. Pero s manejar los nmeros. Hgame una prueba, y se lo demostrar.

Una hora despus cogi el tren de regres, con la seguridad de que Christopher Nickson haba quedado impresionado con el resultado de la prueba. Sin embargo, la promesa que le hizo de que se podran en contacto con ella no la dej muy satisfecha.

Por otro lado, estaba el hecho de que no tena estudios reconocidos; y se dijo que si llegaba otra persona con diplomas o ttulos, el puesto sera para ella. Decidi, por lo tanto, no comentarle nada a su familia.

Los siguientes das permaneci en casa, cerca del telfono, esperando la llamada de Christopher Nickson. No quera que nadie cogiera el telfono y se enterara de quin era el que llamaba.

Pronto sus esperanzas empezaron a desvanecerse, pero permaneca en casa. Sin embargo, la esperada llamada no se produjo.

Una maana, Sam entr a desayunar con un montn de cartas en la mano. De pronto se detuvo, extraado; cogi una de las cartas y se la qued mirando.

Es de Zappelli anunci. Qu tienes t que ver con ellos?

No haba imaginado que se pondran en contacto con ella por correo. Era el momento de decir la verdad.

Es que... se interrumpi con un fingido acceso de tos. Es que he solicitado



un empleo all.

Cmo?

Pero yo creo que no me lo van a dar aadi con rapidez.

A quin se le ocurre...? explot su madre.

Eso es lo que yo llamo lealtad gru Guy.

La nica que faltaba era Loraine. Pero todos los dems se dedicaron durante un buen rato a reprocharle lo que haba hecho y a regaarla en todos los tonos. Su madre empez un largo sermn en el cual la acusaba de falta de gratitud y solidaridad hacia la familia. Esa fue la gota que colm que el vaso, y Elyn la ataj diciendo:

Tu dirs lo que quieras, pero yo no puedo quedarme aqu sentada esperando a que ocurra algo que nos saque de los problemas. Los gastos siguen igual que antes, y tenemos que hacer algo para afrontarlos. Ya s que aqu todos odiis a Zappelli; pero es una empresa importante y pagan muy bien.

Sam abri la boca para intervenir, pero ella no se lo permiti.

Lo ms probable es que rechacen mi solicitud porque no tengo estudios ni diplomas.

Entonces, abre esa carta y entrate orden su madre. As sabremos todos a qu atenernos.

Elyn rasg el sobre lentamente. En ese momento se dio cuenta de lo mucho que deseaba conseguir ese empleo. Sin embargo, al leer la hoja de papel en la que le anunciaban que su solicitud haba sido aceptada, no sinti la alegra que haba esperado sentir.

Tengo que presentarme a trabajar el dos de enero anunci con voz montona.

Me pasas las tostadas, por favor? pidi su padrastro, como si ella no hubiera hablado.

La joven se levant de la mesa y sali al jardn a caminar. Quera a su familia, y ellos la queran a ella; pero el rechazo que sinti en aquel momento la impuls a alejarse.

Se portan como si hubiera cometido algn pecado gravsimo, pens.

Regres una hora ms tarde, dispuesta a hacer las paces con todos, a convencerlos de que no estaba actuando en contra de los intereses de la familia.

Al momento de entrar encontr a Sam, que se diriga a su coche. Para espanto suyo, su padrastro ni siquiera le dirigi una mirada. Pero ella no le permiti seguir adelante.

Me odias, verdad? fue lo nico que se le ocurri decir.

l se detuvo y la mir a los ojos. Elyn no baj la mirada.

Insistes en aceptar ese empleo? le pregunt.



S respondi sin vacilar.

Esperaba una contestacin violenta o sarcstica. Pero para su alivio, Sam dijo:

Nadie puede odiarte, Elyn. Tus motivos son nobles, y yo lo s.

Oh, Sam! exclam, abrazndolo impulsivamente.

La estrech contra su pecho, y la chica se sinti mucho mejor.

Pasaron los das. Pas tambin la Navidad. Su madre se ablandaba poco a poco; pero su hermanastro segua enfadado con ella porque iba a trabajar en una compaa que era la culpable de que l perdiera lo que ya consideraba su herencia.

El primero de enero, Elyn se dedic a preparar sus mejores trajes. Quera asegurarse de hacer un buen papel cuando se presentara a trabajar.

El dos, baj a desayunar y, como siempre, encontr a la familia reunida alrededor de la mesa. Tal como esperaba, nadie se refiri a su nuevo empleo; mucho menos le desearon suerte. Sin embargo, en el momento que se levantaba para irse, su madre dijo:

Espera. Te llevo a la estacin.

Acept al momento, deseosa de poner fin a la guerra fra que durante unos das haba soportado. Y un momento antes de bajar del coche, Ann le dio un beso en la mejilla. Teniendo en cuenta lo poco afectuosa que era su madre, Elyn concluy que no era un beso de despedida, sino de perdn.

As, cuando lleg a Zappelli Fine China era una mujer animada y positiva, deseosa de trabajar y ganarse un lugar dentro de la empresa.

Sus compaeros de trabajo eran Diana Kerr y Neil Jannings, dos jvenes de su misma edad. Ella era una mujer sencilla y agradable; y l, un muchacho alto y delgado aficionado a la literatura.

Acostumbrada a tener responsabilidades, se hizo cargo fcilmente del departamento de estadstica, y pronto estuvieron los tres trabajando armoniosamente.

Alrededor de las once de la maana son el telfono y Elyn alarg la mano automticamente, sin apartar la vista de lo que estaba haciendo.

Soy Chris Nickson salud una voz masculina. Qu tal te va?

Muy bien. Estoy ponindome al tanto de las cosas del departamento contest.

Me alegro. Dentro de diez minutos paso a buscarte para ensearte las instalaciones. Te parece bien?

Muy bien.

Colg, pensando que conocer las instalaciones le ayudara a desempear mejor su trabajo.

Chris lleg puntual y la llev a recorrer el edificio y a presentarla a los jefes de los otros departamentos.



La chica esperaba encontrarse con varias caras conocidas. Al no hallarlas, pregunt a Chris dnde estaban los antiguos empleados de la fbrica de Pillinger.

Hoy no trabaja todo el personal explic l. Durante el mes de diciembre hubo necesidad de trabajar horas extra, y a muchos les dimos este da en compensacin.

Ya respondi Elyn, recordando con nostalgia los das en que Pillinger 's hubo tambin necesidad de trabajar horas extra.

An no se haban apartado esos pensamientos de su mente cuando entraron al departamento de diseo. Ah trabajaban dos hombres y una mujer... y uno de ellos era un antiguo conocido suyo.

Buenos das salud Chris a todos.

Ella hizo lo mismo y obtuvo respuesta de la muchacha y uno de los hombres. El otro era Hugh Burrell, que no slo no les respondi, sino que se la qued mirando con el rencor de siempre.

En vista de ello, la chica se hizo el propsito de no entrar al departamento de diseo a menos que fuera estrictamente necesario.

se fue el nico incidente desagradable que ocurri durante su primer mes de trabajo en Zappelli Fine China.

Chris Nickson la invit un par de veces a salir. Pero eso implicaba que pasara a su casa a recogerla, y ella tema que cualquier miembro de su familia hiciera algn comentario ofensivo para la empresa en que ambos trabajaban, por lo que se vio obligada a no aceptar.

El primero de febrero, Elyn sali de su casa con el mismo aspecto positivo de siempre, aunque por dentro estaba molesta y preocupada. Loraine se haba vuelto a enamorar de uno de esos seductores sin escrpulos que tan poderosamente la atraan, y acababa de romper con l; se haba pasado toda la noche llorando y lamentndose de lo que consideraba una injusticia, y ella casi no haba dormido tratando de consolarla y darle nimos. Eso reafirm su conviccin de que enamorarse de ese tipo de hombres era lo peor que le poda ocurrir a una mujer.

Fue precisamente ese da cuando conoci al dueo de la empresa. Ms que conocerlo, se lo encontr en la forma ms brusca que pudo imaginarse. Iba deprisa, y al pasar por una puerta, choc de frente con l. La fuerza del impacto la hizo perder el equilibrio; tal vez habra cado, si unas manos grandes y fuertes no la hubieran sujetado con firmeza.

Instintivamente, retrocedi un paso y busc el rostro del hombre. Era bastante alta, pero tuvo que alzar la vista para encontrarlo.

Lo reconoci enseguida, y se dijo que las fotografas no le hacan justicia. Max Zappelli era alto y fuerte; de piel morena y pelo oscursimo; sus facciones eran aristocrticas y su expresin, fra y observadora. Pero tal vez lo que ms le llam la atencin fueron los ojos, oscuros y penetrantes como ningunos.

Murmur una excusa y Max la solt. Sin embargo, se dio tiempo para mirarla de



pies a cabeza.

Lo que me tema, pens ella, molesta. Un conquistador empedernido.

Perdn, signorina le dijo el dueo de la empresa.

Aadi algunas palabras ms, que a ella le parecieron frases hechas para seducir. A pesar de todo, algo ocurri en su interior que la hizo estremecer. No quiso detenerse a analizar de que se trataba, por lo que inclin la cabeza con cortesa no exenta de arrogancia y se alej a paso veloz.

Cuando entr en el despacho se alegr al ver que no haba nadie, porque estaba temblando. Le pareci ridculo, le pareci increble... pero no pudo negarlo. No le cost el menor trabajo recordar aquellos ojos oscuros y seductores, ni su voz con ligero acento extranjero. Bastaron aquellos segundos para que quedaran firmemente impresos en su memoria.

Se alegr entonces de conocer las experiencias de Loraine, y tambin lo que su padre haba hecho sufrir a su madre. Porque, de no ser por eso, ese hombre le poda causar un efecto ms hondo y peligroso... y ella no estaba dispuesta a correr ese riesgo.

Sac papeles de su escritorio y se puso a trabajar. Sin embargo, no lograba concentrarse en lo que haca.

Espero que el seor Zappelli regrese pronto a Italia, pens de pronto. No es que le tema, pero preferira no volver a encontrrmelo.



Captulo 2 Esa tarde, aunque sin haber olvidado completamente el incidente, Elyn estaba

concentrada en su trabajo. Estaba examinando con atencin unos promedios de ventas, cuando se dio cuenta que le faltaban algunas cifras importantes.

Voy al departamento de diseo anunci a sus compaeros de oficina, para que supieran dnde encontrarla en caso de que la necesitaran.

Junto a la mquina de caf vio a Vivan e Ian, trabajaban en el departamento de diseo. Eso le hizo temer que Hugh Burrell se hallara solo en la oficina, y estuvo a punto de dar la vuelta.

No seas ridcula, pens. Eres una profesional, una empleada de cierto rango, y no te puedes dejar dominar por esas tonteras. Adems, no necesitas ver a Hugh, sino a Brian Cole, que es el jefe del departamento. Ests alterada por lo de esta maana, y esa es otra tontera. No debes dejarte llevar por tus emociones, sino por la razn.

As que se dirigi al departamento de diseo y entr.

Tal como pens, Hugh Burrell estaba solo en el primer despacho. Inclin ceremoniosamente la cabeza a modo de saludo, y l le contest con una mirada, como siempre. Como no poda ni quera hacer nada para aligerar la situacin entre ellos, fue directamente al despacho del jefe de diseo.

Brian Cole no estaba. Le molest tener que esperar para conseguir las cifras que necesitaba, pero, sobre todo, le molest el que Hugh no se lo hubiera advertido antes de entrar.

Sin embargo, vio sobre el escritorio varios papeles. Con la esperanza de que entre ellos se hallara el que necesitaba, los examin brevemente. No lo encontr, y decidi dejarle una nota. Busc un pedazo de papel para escribir unas lneas, pero tampoco lo encontr. Decidi, entonces, regresar a su despacho.

Hugh Burrell no estaba en el despacho contiguo, lo que le evit tener que saludarlo de nuevo.

Sin los papeles del departamento de diseo no pudo terminar de sacar sus promedios, y se dedic a otros asuntos. Iba a descolgar el telfono para ver si lograba localizar a Brian, pero antes de que pudiera hacerlo, el aparato son.

S? dijo en cuanto descolg el auricular.

La seorita Talbot? pregunt una voz que reconoci al instante.

Ah terminaron sus esperanzas de no volverse a encontrar al dueo de Zappelli Fine China.

Soy yo contest.

Presntese en la oficina del seor Cole de inmediato orden la voz.

Aun en esas palabras, dichas con energa y autoridad, la joven encontr un cierto tono seductor, y se estremeci. Lo iba a ver de nuevo... pero esta vez no se lo iba a



encontrar por sorpresa, sino que estaba advertida de antemano. Le extra que la citara en el departamento de diseo y no en su despacho. Fuera lo que fuera, iba a llegar preparada y a comportarse de la manera ms eficiente y profesional que le fuera posible.

En la puerta del despacho de Brian Cole se encontr con Maximilian Zappelli. Esta vez no chocaron, porque l se hizo a un lado para dejarla pasar.

Seorita Talbot? pregunt l, sin revelar si la haba reconocido o no. Soy Max Zappelli.

Y le tendi la mano ceremoniosamente.

Mucho gusto murmur la chica.

Al entrar en el despacho se sinti an ms intrigada, porque adems de Brian estaban sus tres empleados.

El dueo de la compaa no perdi el tiempo, y se dirigi a ella con tono profesional.

La hemos llamado para ver si puede ayudarnos a resolver un problema muy serio que tenemos inform en un ingls perfecto.

Desde luego contest, sonriendo. Si est en mi mano...

Brian lleva varias semanas desarrollando una escultura en bronce y cermica. Es un diseo tan complicado como bello, que creemos que gustar mucho. An se halla en fase de dibujo; pero es una cosa diferente a todo lo que hay en el mercado, por lo que no dudamos de que la competencia quiera apoderarse de l.

El hombre hizo una pausa y Elyn sonri, aunque an no comprenda de qu se trataba. Ella no haba tenido ninguna relacin con los clculos matemticos que implicaban el desarrollo de la nueva escultura.

Se ha presentado algn problema con la escultura? pregunt al fin.

Un problema muy grave replic el seor Zappelli, mirndola a los ojos. Entre las tres y las cuatro de la tarde de hoy alguien ha entrado en este despacho...

Se interrumpi brevemente. Los ojos oscuros se clavaron en los de ella, como queriendo examinar el fondo de su alma.

... y se ha llevado el diseo que estaba sobre la mesa concluy.

No puede ser exclam ella, comprendiendo a la perfeccin a lo que se refera. Yo vine a...

No pudo seguir, y mir a todos los que estaban a su alrededor. Le pareci que la estaban mirando acusadoramente. Entonces, horrorizada, se volvi otra vez hacia el dueo de la empresa.

Usted vino aqu a las cuatro menos cuarto afirm l.

S... Es cierto admiti, comprendiendo que Hugh Burrell le haba dado esa informacin. Necesitaba unos papeles y vine a pedrselos a Brian.

Esos papeles te los llev a tu oficina a la hora de la comida intervino Vivian.



No tenas por qu venir afirm Hugh. Yo te vi entrar; tuve que salir, y al volver ya no te encontr.

A quin le dio los papeles, Vivian? quiso saber Zappelli.

En realidad no se los di a nadie, porque todos haban salido a comer. Los dej sobre un ordenador.

Vio esos papeles al volver despus de comer? pregunt el italiano con frialdad.

No. Tampoco los busqu sobre el ordenador, porque ni siquiera imagin que pudieran estar en el despacho.

Pero a este despacho s entr.

S. Al venir hacia aqu vi a Ian y Vivian en el pasillo, tomando caf... titube, y estuvo a punto de decir que pens que Hugh Burrell estaba solo en la oficina y que eso le desagrad, pero prefiri no entrar en detalles.

Sin embargo, Zappelli interpret equivocadamente su vacilacin, porque dijo:

Usted saba que Brian estaba trabajando en un proyecto importante, y pens que la oficina estara vaca.

No! En absoluto! respondi, quiz con demasiado nfasis, olvidando su intencin de mostrarse fra y profesional.

l no hizo caso y prosigui, refirindose a Hugh:

El seor Burrell asegura que usted estuvo bastante tiempo sola en este despacho.

Esperaba encontrar a Brian se defendi, empezando a sentirse mal. Necesitaba esos papeles con las cifras... Pens que podan estar sobre su escritorio...

Revis el escritorio? pregunt Zappelli con brusquedad.

Necesitaba esos papeles insisti.

Estaba el diseo sobre el escritorio? pregunt ms bruscamente.

Elyn empez a sentirse desesperada.

No lo s... No conozco ese diseo... No me interesan los diseos... exclam, alzando algo la voz.

Se repiti mentalmente que deba mantenerse tranquila. Pero era la primera vez que la acusaban de robar algo, y la situacin le resultaba bastante desagradable.

Para qu querra yo un diseo? aadi.

se fue el momento que escogi Hugh Burrell para intervenir.

Quin mejor que t sabra qu hacer con un diseo?

Todos los presentes se volvieron a mirarlo, interrogantes.

Qu significa eso? pregunt el dueo de la empresa con toda su autoridad.



Cre que todo el mundo estaba al tanto... empez el hombre. Elyn es hijastra de Samuel Pillinger, dueo de lo que un da se llam Pillinger's Ceramics.

Elyn advirti la expresin de sorpresa que se reflej en los rostros de los circunstantes. Sin embargo, el seor Zappelli permaneci impertrrito.

El seor Pillinger era el dueo les inform Burrell, pero quien manejaba la empresa era Elyn. Ella sabe mejor que nadie el valor que tiene un diseo de esa categora.

La joven se sinti perdida. Las palabras de Hugh no le dejaban escapatoria alguna.

De todas formas, se prepar a presentar batalla; levant la barbilla con aire desafiante, dispuesta a negar los cargos que se le hacan. Pero antes de que pudiera decir nada, Maximilian Zappelli se volvi hacia ella y le dijo:

Eso es todo, seorita Talbot. No le quitaremos ms tiempo.

Elyn se lo qued mirando, incrdula, asombrada. Tampoco pudo decir nada, porque un sonido semejante a un quejido llam su atencin. Era Hugh Burrell, que pareca ms asombrado que ella.

No acababa de creer que el seor Zappelli la dejara ir tan fcilmente, y mucho menos que le permitiera seguir trabajando como si nada hubiese ocurrido. Tuvo el impulso de darle las gracias, pero se contuvo; al fin y al cabo, ella no haba hecho nada malo. Por lo tanto, inclin la cabeza ligeramente en direccin al dueo y sali con paso altivo. Sin embargo, estaba segura de que el asunto no haba quedado aclarado.

Por eso, no la sorprendi que su telfono sonara un poco antes de la hora de salida.

Diga?

Haga el favor de venir a mi despacho fue la orden que recibi.

La voz no pregunt quin era, ni ella tuvo necesidad de preguntar quin llamaba. Supuso que la iba a despedir, y eso la hizo sentirse francamente enfadada.

Por qu ha esperado hasta esta hora?, se pregunt. Voy a perder el tren, y tendr que esperar bastante tiempo para coger el siguiente.

Pens en irse sin obedecer la orden del seor Zappelli, pero una voz interior la impeli a presentarse en su oficina.

Hasta maana dijeron al unsono sus compaeras de trabajo.

Hasta maana contest, dicindose que tal vez no volvieran a verse nunca.

Sin embargo, ese pequeo gesto amistoso tuvo la virtud de aplacar un poco su clera.

Decidi defenderse cuando le fuera posible, y el primer paso consista en dar la cara a su acusador. As pues, se dirigi al despacho del seor Zappelli.

Pase contest una voz con ligersimo acento extranjero.

Se irgui y entr en el despacho. Era una habitacin muy amplia, evidentemente



diseada para provocar un efecto sedante. Al fondo haba un escritorio y un par de sillas de respaldo alto; y a un lado, un juego de sof y sillones.

Avanz unos pasos, sin saber a qu atenerse. Tal vez aparecieran en cualquier momento dos miembros del personal de seguridad para escoltarla a la salida, o un par de policas para llevarla detenida, en vista de lo valioso del diseo. En ese momento, la nica persona que se hallaba en la oficina era su jefe, que la esperaba de pie a un lado del escritorio.

A pesar del estado de nimo en que se hallaba, en cuanto lanz una mirada a su rostro se estremeci y perdi gran parte de su altivez.

Deseaba hablar conmigo? pregunt con toda la amabilidad que pudo reunir.

l la mir de modo crtico, pero sus ojos no dejaron traslucir nada.

Sintese respondi, sealando una de las sillas.

No vio la necesidad de sentarse, si de todas maneras la iba a despedir. Pero como, por lo visto, pensaba despedirla con mucha ceremonia y cortesa, obedeci la indicacin.

l no se sent, sino que se alej un par de metros. De pronto se volvi, con una mano en la barbilla y la otra en un bolsillo del pantaln.

Por qu titube despus de que afirm haber visto a dos empleados del departamento de diseo en el pasillo, tomando caf? quiso saber.

Cogida por sorpresa, no supo qu contestar. Por un lado, ya haba dicho que despus de verlos entr a la oficina, y eso le pareci sospechoso al seor Zappelli. Por otro lado, l pareca dispuesto a extraerle toda la verdad antes de despedirla.

Estoy esperando, seorita Talbot la apremi al ver que guardaba silencio.

Porque eso significaba que en el departamento de diseo slo encontrara a Hugh Burrell respondi, empezando a encontrar desagradable a aquel hombre.

Y eso qu? No quera encontrarse a solas con l? La atemoriza ese hombre?

No respondi en el acto, deseando dar por terminada esa parte del interrogatorio.

Sin embargo, pronto se convenci de que su interrogador no se conformaba con esa respuesta. Adems, era un punto demasiado importante para dejarlo as.

Conteste insisti el seor Zappelli. No deseaba usted encontrarse a solas con el seor Burrell?

No tuvo que admitir.

Por qu? Le incomoda su presencia?

Yo...

Se interrumpi. Entonces, l se apoy en el escritorio y la mir con gran intensidad.

No es eso se vio forzada a decir. No es que me sienta incmoda en su



presencia, sino que... quiero evitar incidentes desagradables.

Qu clase de incidentes desagradables? pregunt, sin darle tiempo.

Los... se interrumpi y lo mir con exasperacin. Qu importa eso?

Se da cuenta de lo que est haciendo? pregunt Zappelli con voz glida. Por el simple hecho de que mi interrogatorio le resulta molesto, quiere usted que olvide que un importantsimo diseo me ha sido robado. Usted no quiere que yo descubra al culpable.

Yo no... empez a decir, pero se interrumpi. No estar pensando que yo lo rob, verdad?

Durante unos segundos que le parecieron aos, Zappelli la mir fijamente; luego; coment:

No estoy ciego, seorita Talbot. Hace un rato, en el despacho de Brian Cole, me di cuenta de que el seor Burrell le tiene un rencor inmenso a usted. Pero desconozco la causa.

Ya musit la chica.

En ese momento se dio cuenta de la razn por la cual haba suspendido el interrogatorio en la oficina de Brian Cole y le haba ordenado volver a su despacho.

Me gustara conocerla aadi.

Le... le molest mucho que la fbrica de mi padrastro cerrara.

No creo que a ninguno de sus empleados le gustara coment l con sequedad, y aadi: Debe de haber otra razn.

Elyn suspir y se pregunt si vala la pena aguantar aquel interrogatorio; sobre todo, porque estaba segura de que la iba a despedir de todas formas. Por otra parte, no quera que sobre su nombre cayera la sombra de una sospecha; por lo tanto, dijo:

Una vez me invit a salir, y yo no acept.

No le gusta el seor Burrell?

Francamente, no. Adems...

Adems...?

No tiene mucha importancia, pero... En una ocasin acept la invitacin de un compaero de trabajo, y eso le hizo creer que tena ciertos... privilegios, como llegar tarde o irse sin pedir permiso. A partir de entonces, me hice el propsito de no aceptar invitaciones de compaeros de trabajo.

Por primera vez desde que lo conoca, Maximilian Zappelli aprob sus palabras con una inclinacin de cabeza.

Yo sigo la misma regla coment.

Elyn se dijo que ninguna de las mujeres que haba visto fotografiadas a su lado pareca una empleada. Pero no tuvo tiempo de seguir esta lnea de pensamiento, porque l continu hablando:



Rechaz usted su invitacin. l se molest y estuvo esperando una oportunidad para ponerla en evidencia de alguna forma. Esa oportunidad la ha encontrado hoy, y ha revelado algo que usted por conveniencia omiti en su solicitud de empleo.

En eso, est usted equivocado afirm, pensando en la forma en que el seor Zappelli habra tratado a Chris Nickson por no haber averiguado ese dato,.

Ah, s?

S afirm la chica. En primer lugar, nadie me pregunt si tena alguna relacin personal con el sector.

l entorn los ojos, como dudando de sus palabras, y ella se apresur a aadir:

Mi intencin era decrselo al seor Nickson, pero no se me present la oportunidad y yo quera... necesitaba este empleo con urgencia.

Apenas lo dijo, se arrepinti de sus palabras, porque fue lo mismo que admitir que las finanzas de la familia eran precarias. Eso podra inducir al seor Zappelli a confirmar sus sospechas de que ella era la autora del robo.

Debo admitir que pens que mi relacin con Samuel Pillinger poda afectar a mis posibilidades de conseguir el empleo. Pero para que vea que no intent ocultarlo, sepa que aqu trabajan varios ex empleados nuestros, y que ellos se encargaran de correr la voz de quin soy yo.

El seor Zappelli no dijo nada. Lentamente se separ del escritorio y lo rode. Elyn habra dado cualquier cosa por saber lo que estaba pensando.

De pronto, se dio la vuelta y la mir con esos ojos oscuros e inquisitivos que estaba empezando a conocer, y le dijo:

No pens que ocultar ese parentesco podra causar su despido inmediato?

La chica trag saliva, intimidada por el formidable aspecto del dueo de la empresa.

Me va a despedir? se aventur a preguntar.

Por haber omitido su relacin con Samuel Pillinger?

Esa compaa ya no existe respondi Elyn. Pregunto si me va a despedir porque me cree culpable de robar el diseo de Brian Cole.

Durante un momento, los ojos oscuros se clavaron en los suyos.

Quiero ser justo afirm Zappelli contundentemente. Cuando est seguro de quin es el culpable, lo despedir de inmediato. Pero mientras llega ese momento, no quiero perderla de vista.

Porque sigo siendo la sospechosa nmero uno, concluy la joven. No me importa. Necesito este empleo. Me gustara decirle lo que se merece por tratarme de esta forma, y mandar todo al diablo. Pero si me voy de la empresa mientras se sospeche de m, no podr conseguir trabajo en ninguna otra parte.

En consecuencia, se trag su orgullo y concluy:

Muchas gracias.



Se levant y sali del despacho con paso digno, sin siquiera volver la cabeza.

Una semana despus, Elyn segua herida y molesta. Por lo que se saba, el ladrn del diseo no haba sido descubierto. Otra cosa que la desconcertaba eran aquellas palabras del seor Zappelli: No quiero perderla de vista. No comprenda su sentido ni, mucho menos, que el dueo se hubiera ido al siguiente da a Italia sin volverla a llamar.

El martes por la tarde, su telfono son. Aunque saba que no poda ser Zappelli, porque todo el mundo aseguraba que estaba en Italia y no volvera hasta el mes siguiente, no pudo evitar que le diera un vuelco el corazn.

Elyn? Soy Chris contest una voz agradable al otro extremo de la lnea.

La chica se sinti molesta consigo misma. Despus de la entrevista con el seor Zappelli haba tenido la intencin de llamarlo para pedirle una disculpa por no haberle explicado su relacin con Samuel Pillinger. Pero lo haba ido dejando pasar, y como l no llamaba, pens que no era necesario.

Hola, Chris respondi con amabilidad.

Te llamo para preguntarte si quieres salir conmigo esta noche pidi l sin rodeos.

Tras un momento de vacilacin, respondi:

S. Me parece buena idea.

Era la oportunidad que esperaba para explicarle su silencio y las circunstancias en que se encontraba.

Muy bien respondi la voz masculina. Voy a reservar una mesa, y pasar a recogerte a las siete. Te parece bien?

Muy bien.

Estuvo a punto de darle su direccin, pero supuso que la tomara de su contrato, por lo que se despidi cortsmente y colg.

El telfono volvi a sonar una hora ms tarde. La joven no tuvo tiempo de decir nada, porque en cuanto se llev el aparato al odo oy una voz con ligero acento extranjero que preguntaba:

La seorita Talbot?

Soy... soy yo tartamude, a pesar suyo.

Era l, y su corazn empez a latir con rapidez. La iba a despedir?

Por favor, venga a mi despacho de inmediato orden la voz.

Oy que l cortaba la comunicacin y colg. Tard unos minutos en tranquilizarse, y se levant para dirigirse al despacho del seor Zappelli. Por primera vez, sali sin decir a sus compaeros dnde iba.

Durante el camino se fue repitiendo que si el seor Zappelli era un hombre de palabra, no la llamara con el propsito exclusivo de despedirla. Cuando la entrevist en el departamento de diseo asegur que se ocupara de encontrar al ladrn para



despedirlo; y si de algo estaba segura, era de que ella no haba robado el diseo.

Sin embargo, sinti un cierto temor al llamar a la puerta del jefe. Seguramente la estaba esperando, porque le indic enseguida que pasara.

Buenas tardes salud, con la mayor formalidad posible.

En vez de contestarle, l la recorri con la mirada, observando rpidamente su rostro y su elegante traje de chaqueta.

Sintese, seorita Talbot la invit.

En cuanto lo hizo, l fue al otro lado del escritorio y se sent frente a ella. Su expresin era amable, y la chica no pudo imaginar siquiera lo que ocultaba. Por otro lado, no se mostr cortante, por lo que Elyn se pregunt si la habra llamado para disculparse. Sin saber por qu, se sinti emocionada. Concluy que no era un hombre a quien le resultara fcil pedir disculpas, y un ridculo impulso de ayudarlo a salir del, paso la hizo decir:

Ya ha descubierto quin rob el diseo?

La reaccin del seor Zappelli fue mirarla con gran atencin, por lo que comprendi que haba cometido una indiscrecin. Ella le sostuvo la mirada, pensando que seguramente el culpable ya haba sido descubierto. Pero su jefe respondi:

Por desgracia, no.

Supongo que no servir de nada que insista en que yo no rob ese diseo se aventur a decir.

S que posee otras habilidades contest l con voz montona.

Aparte de mi habilidad para el robo?

El seor Zappelli pareci no advertir su sarcasmo, y continu como si no la hubiera odo.

Qu conocimientos tiene?

Conocimientos?

Conocimientos, s. Especializacin... Llmelo como quiera.

Elyn se sinti molesta. Estaba segura de que el seor Zappelli haba examinado con detenimiento su solicitud de empleo y la entrevista correspondiente; por lo tanto, tena que saber que careca de especializacin. Por lo tanto, decidi evitar ese punto.

Tengo bastantes conocimientos declar, levantando la barbilla y enfrentndose sin vacilar a los ojos del seor Zappelli. Dej la escuela a los diecisis aos. Eso lo expliqu en mi solicitud. Lo que no expliqu es que despus trabaj seis meses en cada uno de los departamentos de la empresa de mi padrastro. Por fin, llegu a la parte administrativa, que fue lo que ms me interes, y ah estuve hasta el final.

Le gustan los nmeros y el trabajo administrativo? pregunt l sin siquiera parpadear.



S, seor afirm con serenidad.

El seor Burrell coment que usted era quien realmente manejaba la empresa.

Pens que le estaba tendiendo una trampa, por lo que contest:

No precisamente. Con frecuencia consultaba las cosas con mi padrastro.

Pero en general actuaba segn su criterio insisti l.

La exasperaba la forma en que la acosaba. Pero como, aparentemente, no pensaba despedirla en ese momento, ocult sus sentimientos y prosigui:

El trabajo de oficina no presentaba problemas. Todo lo que tuve que hacer fue asegurarme de que las cosas se hicieran bien y a tiempo.

Tan eficiente es usted?

Lo mir, perpleja. A dnde quera llegar? Trat de adivinar lo que pensaba, pero le fue imposible. Control su enfado y se dijo que aqul era el hombre que le pagaba el sueldo.

Si por eficiente quiere decir que las oficinas trabajaban sin problemas, s afirm, sin falsa modestia. As de eficiente soy.

Apenas pronunci estas palabras, en los ojos del seor Zappelli apareci una mirada claramente agresiva y Elyn pens que habra sido mejor recurrir a la modestia.

Poca eficiencia me parece declar con dureza, al no haber visto la catstrofe que se avecinaba.

La chica qued asombrada, sin saber qu decir. Y su asombro se transform en incredulidad cuando lo oy decir:

Tiene usted mucho que aprender an, seorita Talbot. Por lo tanto, se ir a Italia a recibir una preparacin adecuada.

A Italia! exclam, asombrada.

Eso he dicho contest el seor Zappelli con voz cortante; y en un tono que evitaba toda discusin, repiti: Quiero que salga hacia all de inmediato.



Captulo 3 El tono de voz de Maximilian Zappelli era imperativo, pero Elyn no quiso rendirse

sin luchar.

A Italia? volvi a decir.

Es un pas que est en nuestro planeta respondi l con ligero tono burln. A poco menos de dos horas de vuelo.

Lo s, pero... le costaba trabajo reponerse de la impresin. Qu clase de preparacin necesito? Por lo que yo s, y le aseguro que no hablo a la ligera, el departamento de estadstica marcha sobre ruedas.

Estoy hablando de informtica. Cmo estn sus conocimientos en ese campo?

Elyn se mordi el labio. Los ordenadores con los que haba trabajado en la empresa de su padrastro eran bastante anticuados. Y desde que haba empezado a trabajar con Zappelli, toda su atencin estaba concentrada en hacer funcionar su departamento, de modo que no le haba prestado atencin a los ordenadores.

S algo de informtica respondi. Pero es imposible saberlo todo. Todos los das avanza la tecnologa.

Iba a seguir hablando sobre el tema, pero el seor Zappelli no se lo permiti.

A eso precisamente me refiero afirm, dedicndole una sonrisa que no le inspir la menor confianza. Nuestras oficinas en Verona poseen la tecnologa ms avanzada.

La chica busc con desesperacin un argumento para rebatirlo.

Estoy segura de que en Inglaterra tambin existe tecnologa avanzada. No veo por qu tengo que ir a...

Hay alguna razn que le impida salir de Inglaterra? la interrumpi. Un amigo especial? Un novio?

Iba a contestar que no tena ni lo uno ni lo otro, pero finalmente pens que la impertinencia de l se mereca una evasiva por respuesta.

Tengo muchos amigos respondi.

Pero ninguno en especial.

No, pero no tardar en tenerlo.

Pues mientras est en Italia puede trazar su estrategia para pescarlo.

Ella se sinti rabiosa. Sin embargo, supo conservar la calma y observar el semblante del italiano. Entonces se dio cuenta de que l conoca su resistencia, su decisin de no obedecer la orden. Iba a esgrimir un nuevo argumento, pero l la interrumpi.

El viaje y la estancia corren por cuenta de la compaa, y su sueldo ntegro le ser depositado en su cuenta bancada.



Eso la dejaba sin excusas. Sin embargo, aquello de que le depositaran su sueldo en el banco le hizo preguntar:

Cunto tiempo tendr que estar fuera?

El seor Zappelli la mir fijamente; y como si el asunto le divirtiera muchsimo, respondi:

Tenemos muy buenos instructores en Verona. Calculo que su preparacin terminar hacia la semana de Pascua.

Eso supona mucho ms tiempo de lo que haba esperado, pero no dej traslucir su asombro y pregunt con calma:

Cundo tengo que salir?

Yo salgo para Verona esta noche. El avin lleva asientos vacos.

No puedo salir esta noche!

Las cosas estaban sucediendo demasiado deprisa. Le gustaba ser quien decidiera sus actividades, quien tomara sus decisiones; sin embargo, aquel hombre estaba convencido de que poda decidir por ella.

Aunque me fuera a casa ahora mismo, no tengo tiempo de prepararme, de...

Entendido interrumpi l.

Respir, pensando que iba a aflojar la presin. Pero en eso tambin se equivoc.

Que sea maana.

La chica abri la boca para protestar, pero el seor Zappelli fue ms rpido.

Vyase a su casa de inmediato, para que tenga tiempo de prepararse.

Se las quiere dar de magnnimo, pens. Como si fuera tan fcil prepararse para un viaje por tiempo indefinido. Tengo que...

Se interrumpi al recordar algo.

Hoy tena... empez a decir.

Alguna otra objecin?

Tengo una cita esta noche.

Puede usar mi telfono, si quiere contest, sealando el aparato.

Elyn neg con la cabeza. No quera que supiera que hablaba con una persona de la misma empresa.

Luego lo llamo coment.

El patrn sonri, mostrando dos hileras de blanqusimos dientes; y ella supo que la sonrisa no se deba a que le haba hecho cancelar su cita, sino a la certeza de que al da siguiente la tendra en Verona.

No hablo italiano dijo, alegando el nico pretexto que le quedaba.

Cinco ms cinco son diez en cualquier idioma respondi el seor Zappelli,



ponindose de pie.

La entrevista haba terminado.

Una hora ms tarde estaba sentada en el tren que la llevara a su casa, repasando todas las preguntas que no haba hecho sobre el viaje. Saba que todo el mundo estara feliz de ir a Italia para recibir una preparacin especializada; sin embargo, ella haba hecho todo lo posible por evitarlo. Lo peor era que no saba por qu; simplemente, era una reaccin instintiva, casi visceral.

Record la forma en que Chris haba recibido la noticia.

Qu suerte tienes! fue su comentario.

Dices bien: tengo mucha suerte respondi ella.

Cundo vuelves?

Era una pregunta cuya respuesta no conoca. Lo nico que saba era que iba a trabajar muy duro, para volver cuanto antes.

Me debes una cita. No lo olvides.

No lo olvidar contest, sonriente.

Disculparse con Chris era sencillo. Lo difcil era decrselo a su familia.

Qu temprano llegas le coment su madre en cuanto la vio entrar.

Tengo mucho que contarte respondi.

Entraron a la biblioteca, donde estaban los otros miembros de la familia, con excepcin de Loraine. Les cont lo sucedido con precaucin, y su reaccin fue mucho mejor de lo que esperaba, con excepcin de Guy.

A qu demonios tienes que ir a Verona? pregunt el muchacho.

Necesito aprender informtica.

Empez a repetir lo que ya haba explicado, pero l la interrumpi.

Y para eso te tienes que meter en el campo enemigo?

No es eso, Guy. Yo necesito este empleo, y creo que...,

No necesitas nada. Tienes el dinero de la venta del coche.

Era cierto. Pero ese dinero se iba a acabar, tarde o temprano.

Voy a hacer mis maletas contest, porque no quera discutir con l.

No se te olviden las botas para nieve.

La recomendacin era buena, y decidi obedecerla; aunque era tanto lo que quera llevar, que tuvo que dejar muchas cosas. Pas un buen rato haciendo las maletas, y ni siquiera esa ocupacin le quit del pensamiento al hombre que le haba ordenado salir de viaje sin previo aviso.

En el momento en que bajaba a cenar son el telfono de su habitacin, y volvi para contestar.



Por favor, puedo hablar con la seorita Talbot? pidi una voz de mujer.

Soy yo.

Soy Felicitas Rocca, la asistente personal del signor Zappelli.

Mucho gusto contest, sorprendida.

El signor Zappelli me pidi que le consiguiera asiento en un vuelo a Verona. Apunte, por favor.

Cinco minutos despus baj al comedor, sintindose mucho ms segura que antes.

En qu hotel vas a estar? le pregunt su madre.

No lo s an respondi. Alguien me va a recibir en el aeropuerto, y se encargar de todo.

Supuso que la persona encargada de recibirla sera un chofer de la compaa. Pens que tal vez Felicitas Rocca fuerza en persona al aeropuerto; pero como su avin llegaba un poco tarde, desech la idea. Aunque, a juzgar por la hora a la que la haba llamado esa noche, no era una mujer acostumbrada a salir de su oficina a las cinco en punto de la tarde.

Por razones tcnicas, el avin sali de Londres con retraso. Elyn no pudo hacer nada al respecto, ms que desear que el encargado de recibirla llamara al aeropuerto para confirmar la hora de llegada.

Durante el viaje, la imagen de Maximilian Zappelli no la abandon. No era que quisiera pensar en l, pero tampoco consegua apartarlo de la mente. A veces eran sus palabras, a veces sus intenciones. Ni la comida ni el cielo estrellado consiguieron distraerla.

Seguir pensando que soy una ladrona?, se pregunt una y mil veces. Por qu me hace ir al lugar donde tiene sus oficinas principales, si cree que soy una especie de espa industrial?

Molesta consigo misma, recogi las cosas de la comida y se apoy en el respaldo del asiento. Se dedic a observar el trabajo de las azafatas; pero record que el seor Zappelli haba afirmado que quera tenerla donde la pudiera ver... No sera que quera vigilarla personalmente?

Por fin hall otra cosa en qu pensar, cuando el piloto anunci que el aeropuerto de Verona estaba cerrado a causa de la niebla, y que el avin iba a aterrizar en otra ciudad, cuyo nombre no distingui.

Qu voy a hacer?, se pregunt, alarmada. Cmo me voy a trasladar a Verona, dnde voy a alojarme?

No tard en empezar el descenso. Pero era demasiado tarde para llamar a las oficinas de la empresa para pedir instrucciones.

Pas rpidamente la aduana y se dirigi hacia la salida, tratando de encontrar una solucin a su problema. Entonces pens que la persona que la iba a recibir en Verona poda haber llamado a la oficina de las lneas areas para dejarle un mensaje. Dej su



equipaje en el suelo y busc con la mirada alguna oficina de informacin o algn empleado de la lnea.

Entonces lleg a sus odos una voz que habra reconocido en cualquier parte; una voz que posea un tono particularmente seductor, y que en ese momento le son a msica celestial.

Hola, Elyn salud la voz.

Se volvi al instante y una sonrisa se dibuj en sus labios.

Hola respondi, y la sonrisa se hizo ms amplia.

Max Zappelli, por su parte, mir sus hermosos ojos verdes, su boca exquisita y su elegante silueta. Y sin dejar de observarla, coment:

Est usted muy guapa.

El cumplido fue tan inesperado, que no supo qu contestar.

Esa sonrisa no hace sino acentuar su belleza.

Hizo una brevsima pausa; luego, cogi su equipaje y orden:

Vamos. Tengo el coche mal aparcado.

Elyn lo sigui, desconcertada por los elogios.

Minutos despus estaba sentada al lado de Max en un lujoso Ferrari, y la sonrisa no abandonaba sus labios.

No s qu me pasa, se dijo. Ayer tena ganas de darle un hachazo en la cabeza, y hoy estoy contenta de verlo... Debe de ser porque me ha venido a recoger al aeropuerto y me ha evitado un problema.

Esper a que salieran de la zona del aeropuerto, porque lo vio muy concentrado en la conduccin; cuando entraron en la autopista, le dijo:

Le agradezco mucho que haya venido a recibirme.

Mi casa est a medio camino entre Verona y Brgamo. Me dispona a salir, cuando Felicitas me llam para comunicarme que el vuelo haba sido desviado a Brgamo. Le dije que llamara al empleado de la compaa para que no la esperara, y decid venir personalmente.

Pues se lo agradezco muchsimo repiti.

Jams esper que fuera el seor Zappelli quien la recibiera en Verona. Sin embargo, le doli saber que el encuentro en Brgamo haba sido producto del azar.

Espero no haberle causado muchas molestias expres, impulsada por la buena educacin y no por la sinceridad.

Despus de todo, aquel hombre la crea una ladrona. No tena por qu agradecerle nada.

Por supuesto que no repuso l. Tengo un compromiso, pero es ms tarde.

Repentinamente molesta por la idea de que l tuviera una cita, Elyn se volvi a mirar por la ventanilla para evitar toda conversacin. Entonces se dio cuenta de que



no haba ni rastro de nieve, y se arrepinti de haber trado las botas.

De pronto, la niebla los envolvi. El seor Zappelli redujo la velocidad y empez a conducir con ms precaucin que antes. Elyn decidi no distraerlo, y as llegaron a Verona una hora despus de salir del aeropuerto de Brgamo.

En vez de ir hacia el centro de la ciudad, donde seguramente estaba la zona hotelera, se dirigi hacia las afueras.

A... a qu hotel me lleva? pregunt al fin, sin poder dominar su inquietud.

A ninguno. La compaa posee un apartamento para alojar a sus clientes, y pens... Mejor dicho, Felicitas pens, que estara usted ms cmoda all que en un hotel, Elyn.

Muchas gracias.

De nuevo se sinti desconcertada. Si ese hombre la crea una ladrona, no comprenda que le dedicara tantas atenciones. Adems, la llamaba por su nombre... Tal vez no era tan altivo como le haba parecido en un principio.

El apartamento estaba en un lujoso edificio, custodiado por un hombre alto y fuerte de aproximadamente cuarenta aos.

Buona sera, signorina. Buona sera, signore los salud al verlos bajar del coche.

Buona sera, Uberto respondi el seor Zappelli.

El portero intent coger el equipaje, pero Max no lo permiti, y le dio una serie de instrucciones en italiano que ella no comprendi; luego le dijo, en perfecto ingls:

Uberto est aqu por las noches y Paolo durante el da. Ellos son los encargados de velar por su seguridad. No creo que le falte nada; pero si necesita algo, no dude en recurrir a ellos.

Gracias murmur, al tiempo que dedicaba una sonrisa a Uberto.

Subieron al tercer piso y se detuvieron ante una puerta, que el seor Zappelli abri.

Inmediatamente se dio cuenta de que se trataba de un apartamento verdaderamente lujoso. Gruesas alfombras cubran el suelo, y el mobiliario de la sala era caro y elegante.

Cree que estar a gusto aqu? le pregunt el dueo de todo aquello.

Yo creo que s.

El seor Zappelli se dio la vuelta para salir del apartamento, y ella tuvo la extraa impresin de que no deseaba marcharse.

Qu tonta soy!, se dijo. Yo soy quien no tiene muchas ganas de quedarse sola en un pas extrao, en un apartamento desconocido, pero l debe de estar deseando irse. Dijo que tena una cita dentro de un rato, y tal vez tenga que ir antes a su casa a cambiarse; y con la niebla que hay en la carretera...

l le tendi unas llaves. Al alargar la mano para cogerlas, sus dedos rozaron la piel masculina, y algo semejante a una descarga elctrica le recorri el cuerpo.



Buenas noches, Elyn.

Ella no pudo contestar, estupefacta por la reaccin que el roce de esos dedos le haba causado. Su sorpresa aument cuando el seor Zappelli se inclin y la bes suavemente en una mejilla y luego en la otra, provocando una nueva conmocin en su interior.

Esta vez, sin embargo, su reaccin fue empujarlo suavemente con ambas manos y dar un paso atrs. En los ojos masculinos apareci una expresin al mismo tiempo traviesa y burlona.

Me ests echando de mi propio apartamento?

Buenas noches, seor Zappelli indic con firmeza.

Buenas noches, seorita Talbot respondi.

Y sali del apartamento, moviendo burlonamente la cabeza.

Ella cerr la puerta, furiosa. Sin embargo, al cabo de un momento se sinti sola. El apartamento resultaba demasiado grande y demasiado silencioso. Y ech de menos su casa, donde siempre haba alguien con quien charlar.

Para ahuyentar su pesimismo, llev las maletas al dormitorio. No haba hecho ms que dejarlas en la cama, cuando Max Zappelli volvi a apoderarse de sus pensamientos.

Por qu tengo que pensar en l?, se pregunt, molesta. Un hombre as, que en cuanto ve a una mujer se dispone a conquistarla...

Empez a sacar la ropa, y un nuevo pensamiento acudi a su mente.

Dice que nunca sale ni tiene relaciones con sus empleadas... No me ha invitado a salir, pero se ha despedido con un beso. Y ni siquiera somos amigos!.

Cuando se fue a dormir, estaba tan desconcertada como al principio.

Nunca pens que me relacionara con un tipo as. Y sin embargo aqu estoy, en la tierra de Romeo y Julieta, al lado de un conquistador empedernido. Ha aprovechado la ms mnima oportunidad para besarme, y...

Titube. Su sentido de justicia la hizo reflexionar sobre el significado de los besos que l haba depositado en sus mejillas.

Estaba tratando de seducirme, o se estaba despidiendo en la forma habitual entre los italianos?



Captulo 4 El jueves, Elyn se despert decidida a no tomar conclusiones precipitadas en lo

que al seor Zappelli se refera. Aquellos besos que le haba dado en las mejillas la noche anterior pudieron ser una muestra de cortesa, pero ella deba tratarlo con la mxima precaucin.

Pas unos minutos en la cama, pensando en la actitud que iba a adoptar; pero al darse cuenta de la hora, se dijo que tena cosas ms importantes que hacer que pensar en ese hombre, y se levant.

Se visti deprisa, al tiempo que se preguntaba quin iba a informarle de dnde se hallaba la empresa y cmo llegar hasta ella. Quiz el portero pudiera darle la direccin.

Cuando estaba a punto de salir, son el telfono y corri a contestar.

Diga.

Buon giorno, signorina contest una voz masculina.

Aquel hombre empez a hablar en italiano, y Elyn no entendi nada. Sin embargo, le pareci distinguir en medio de aquel torrente las palabras signorina Rocca.

Grazie respondi, empleando una de las pocas palabras italianas que conoca.

Ya haba decidido preguntarle a Uberto o a Paolo, al que estuviera de guardia, la direccin de la empresa; y pens que al mismo tiempo tratara de averiguar qu significaba aquello de signorina Rocca.

Cuando sali del ascensor, vio a una atractiva mujer de unos treinta aos hablando con Uberto. La mujer se acerc a ella tendindole la mano y se present:

Buon giorno, Elyn. Soy Felicitas. Qu tal el viaje?

Muy bien, exceptuando el desvo al aeropuerto de Brgamo.

Por fortuna, hoy ya no hay niebla.

Te agradezco que hayas venido a buscarme para llevarme a la empresa.

Salieron charlando del edificio y llegaron al Fiat de Felicitas.

Tardaron unos cuantos minutos en llegar a Zappelli Internazionale, y Felicitas la acompa hasta al lugar donde iba a trabajar a partir de ese momento. Haba varias personas en el departamento de ordenadores, y la mujer le present a todos; el ltimo fue un muchacho con gafas que tendra poco ms de veinte aos.

Este es Tino Agosta, que se dedicar a ensearte. Habla el ingls muy bien.

Poco despus Felicitas se fue, y Elyn dio principio a su preparacin en Zappelli Internazionale.

Pronto not que Tino, adems de dominar el ingls, era poco menos que un mago de la informtica. Hacia las once, el muchacho le sugiri que se fueran a tomar un caf.



No quisiera interrumpir ahora. Ya estoy empezando a entender esta operacin protest la chica.

S, pero hay que descansar la vista respondi l con solemnidad.

Se quej convencer, y ambos fueron a la cafetera de la empresa. Ah, Tino pidi para ella el caf ms fuerte que haba probado en su vida, y Elyn se prometi pedir cualquier otra bebida al da siguiente. Y como Tino pag, ella se dijo que por la tarde le invitara a una taza de t.

Por lo tanto, a la hora del almuerzo pregunt si haba algn banco cercano.

Te acompao ofreci el muchacho.

Es hora de comer...

Tomar cualquier cosa despus.

Necesito comprar algunas cosas: leche, pan...

Si Tino le haba cado bien desde un principio, le cay an mejor cuando la acompa a hacer la compra. Regresaron a la empresa con el tiempo justo para tomar algo ligero en la cafetera, y pasaron el resto de la tarde concentrados en su trabajo. Cuando ya se disponan a guardar el ordenador, el muchacho pregunt:

Te has aburrido mucho?

Al contrario. Me ha parecido un trabajo fascinante contest.

En ese momento, Felicitas se asom por la puerta y le ofreci llevarla al apartamento. Ella acept, y minutos despus subieron al pequeo coche.

No te desvas para llevarme? pregunt Elyn.

Un poco. Pero no hay problema.

Maana regresar sola.

Felicitas empez a protestar, pero Elyn no se lo permiti.

Me gusta caminar dijo con firmeza. Adems, as voy conociendo la ciudad.

Ests segura?

Segursima.

Se despidi y entr en el edificio. Un hombre de altura y complexin similares a Uberto estaba en la portera.

Buona sera, Paolo salud amablemente y se dirigi al ascensor.

Buona sera, signorina Talbot respondi el hombre.

Una vez en el apartamento, se dedic a meter en el frigorfico sus compras. Eso no le llev mucho tiempo, y al cabo de una hora empez a sentirse sola otra vez.

Soy una tonta, se dijo con nfasis. Lo que pasa es que echo de menos mi casa. Pero pronto me acostumbrar. Adems, no estar mucho tiempo en Verona.

Este pensamiento le produjo una nueva inquietud, que procur desechar de inmediato.



Hoy he conocido a muchas personas agradables. Slo hay alguien aqu a quien no quisiera encontrarme jams. Hoy no lo he visto, no he sabido nada de l. Cre que me iba a llamar...

Se interrumpi, alarmada ante lo que estaba pensando. Cualquiera que la oyera pensara que lamentaba no habrselo encontrado.

No, seor!, pens con energa. Es la soledad lo que me produce esta inquietud, no el seor Zappelli.

A pesar de todas sus protestas, cuando Elyn se fue a dormir lo hizo con la impresin de que no iba a poder pensar en otra cosa durante toda la noche.

A la maana siguiente se despert optimista.

Ya se por qu no lo puedo apartar de mi mente, concluy. Porque me molesta sobremanera que me crea una ladrona, y me gustara convencerlo de la verdad.

Esa tarde, Tino Agosta la invit tmidamente a cenar. Y aunque vacil un instante, acept sin reservas. Era una buena forma de mostrar que el dueo de la empresa no le interesaba.

Estoy encantado de que aceptes declar, con una amplia sonrisa.

Pasaron el da trabajando en armona; y cuando lleg la hora de la comida, Elyn aprovech para salir a dar una vuelta. La empresa estaba muy cerca de una importante zona comercial, y se entretuvo un rato mirando los escaparates de algunas tiendas lujosas. All se encontr con Felicitas, y regresaron juntas al trabajo.

Has tenido problemas para llegar a la oficina? pregunt la mujer.

Ninguno. Ayer me fij bien en el camino, y he venido a pie.

Qu tal te llevas con Tino?

Muy bien. La informtica a este nivel es bastante complicada, pero l es muy paciente.

Y muy inteligente.

Ya me he dado cuenta, estuvo a punto de contestar. Pero Felicitas la distrajo preguntndole qu pensaba hacer el fin de semana.

Era cuestin de amor propio no dar la impresin

jessica steele - el misterio de tu mirada.pdf

Documents