j. jauncey-la ciencia retorna a dios

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DÉ /LA OBRA Este libro no pretende dar la palabra l tocante a candentes temas científicos de ta actu lidad. Sí pretende presentar el cristianismo^ de manera tal que capture la imaginación y,.la con- vicción de la mente científica en lugar dfc apar- í>;wl;i. hrir •'nfirm-APicmeJF ({cur-mÁticas qi)e rfo CO son, eflautér consi- dera algtfaps teSas que \a se han prestado para, daseusiones acaloradas, aduciendo los griterías cieiftíficos pero siempFe relacionándolos con'íás enseñanzas explícitas de la Palabra de Diqs, per- mitiendo que el fector forme Sil propia opfrtión a la luz áe'los hechos presentados: Esta edición tamaño bolsillo es una rexisión de ífy edición anterior. .Maravillosamente Hecho, A. /. Broum M. D. ¿Es un Hecho la Evolución? A. Reno Un Desafío al Discipulado Cristiano, Dyal Muéstrame Tu Fe, Foy Valentine La Cruz en la Plaza, Foy Valentine Problemas de Actualidad, Valentine y otros ¿Qué Podemos Creer?, Alexander y Jtinkcr Atlas Histórico Westminster de la Biblia

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Una revision de los datos cientificos que nos demuestran que la ciencia no es atea

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DÉ /LA OBRA

Este libro no pretende dar la palabra ltocante a candentes temas científicos de ta actulidad. Sí pretende presentar el cristianismo^ demanera tal que capture la imaginación y,.la con-vicción de la mente científica en lugar dfc apar-

í>;wl;i. hrir •'nfirm-APicmeJF ({cur-mÁticas qi)e rfo CO

son, eflautér consi-dera algtfaps teSas que \a se han prestado para,daseusiones acaloradas, aduciendo los griteríascieiftíficos pero siempFe relacionándolos con'íásenseñanzas explícitas de la Palabra de Diqs, per-mitiendo que el fector forme Sil propia opfrtión ala luz áe'los hechos presentados:

Esta edición tamaño bolsillo es una rexisiónde ífy edición anterior.

.Maravillosamente Hecho, A. /. Broum M. D.¿Es un Hecho la Evolución? A. RenoUn Desafío al Discipulado Cristiano, DyalMuéstrame Tu Fe, Foy ValentineLa Cruz en la Plaza, Foy ValentineProblemas de Actualidad, Valentine y otros¿Qué Podemos Creer?, Alexander y JtinkcrAtlas Histórico Westminster de la Biblia

La Ciencia

Retorna a Dios

parJ. H. Jauncey

VersiMlal castellano porAna María Swenson*Deptfmaito Estndltntll Bmlittm

EDITORIAL MUNDO HISPANO

Agencias de DistribuciónARGENTINA:

Ñivadavia 3476. Bultos AirasCOLOMBIA:

Apartado Aéno 53240. BogotáCOSTA RICA:

Apartado 1883. San JoséCHILE:

Casilla 12S3. SantiagoECUADOR:

. Casilla 2166. QuitoESPAÑA:

Arimón 22.Barcebna-6

ESTADOS UNIDOS:Apartado 4256. SI Paso. Taxas 79914

GUATEMALA:Apartado 1135. Guatemala

HONDURAS:Apartado 868. Tagucigalpa

MÉXICO:Vizcaínas No. 16. México 1. D. F.

PARAGUAY:Casilla 1171. Asunción

PERÚ:Apartado 2562. Lima

REPÚBLICA DOMINICANA:Apartado 880. Santo, Domingo

URUGUAY:,Casilla 2214. Montevideo

VENEZUELA:Apartado 152. Valencia

© Copyright, Edición Revisada 1973, por Casa Bautista dePublicaciones. Publicado originalmente en inglés con el títuloScience Retums to God, copyright 1961, 1971 by ZondervanPublishing House. Todos los derechos reservados.

Primera edición: 1964Segunda edición: 1968Tercera edición: l»73

Clasifíquese: Controversia y ApologéticaE. V. Art. No. 05004

SM8 73

PREFACIO

La publicación de este libro constituye "buenas nuevas"para quienes han estado contando el número cada vez máscreciente de libros disponibles que postulan la posición crea-cionista que llegaron a tener renombre nacional en la décadade los años 60, y que continúa explayándose en esta década.

James Jauncey provee razones convincentes por qué loscientíficos están volviendo a Dios, y por qué están regresandoa la Santa Biblia en busca de respuestas a dilemas muy anti-guos sobre los orígenes. En su Introducción él hace un re-paso de los recientes cambios, acaecidos dentro del campo dela tecnología moderna, que han contribuido para que algu-nos científicos se preocupan grandemente por lo que a susresponsabilidades sociales concierne. El trata sobre los vuelosespaciales, la demografía, la energía nuclear, y la electrónica.

Percibiendo el creciente dilema de los ciudadanos en laera científica moderna que también son cristianos consagra-dos, el autor muestra en su primer capítulo que conviene quehaya un armistico entre el desarrollo de la ciencia y los con-ceptos religiosos. Explora con el lector nuevas dimensionesdel histórico conflicto entre los adeptos a la ciencia y a lareligión. Si uno acepta la premisa que las percepciones váU-das no pueden ser finiquitadas en ninguna de las disciplinasdel hombre, entonces la verdad en un camop de investigaciónsólo puede iluminar la verdad de otro campo. Al discutir elimpacto de los descubrimientos hechos por la investigaciónde geólogos, biólogos, físicos y psicólogos, el doctor Jaunceycon mucho éxito evita racionalizaciones que podrían parecerque establecen la armonía sobre ciertos puntos que hoy nopueden ser armonizados, y muestra que las extrapolacionesde los científicos dentro de campos filosóficos deben ser re-conocidas como tales.

En los capítulos dos y tres el autor escribe acerca de laciencia de la Biblia, y concentra la atención en lo sobrenatu-

ral. El asume la posición tradicional o conservadora de "quela Biblia en su totalidad es la Palabra de Dios", y consideramuy imparcialmente la posición extremosa de algunos críti-cos. Es especialmente notable su discusión sobre los milagrosLias leyes científicas. El recalca que Dios, el Autor de todas

5 leyes, pudo y quizá en efecto manipule las leyes v alterela velocidad de los procesos naturales sin violar en realidadninguna ley. Es benéfico leer acerca de la profunda convic-ción del autor sobre la confiabilidad de las Escrituras.

En tres capítulos el autor desarrolla sus ideas sobre laantigüedad, los orígenes, y el uso que los arqueólogos hacende los antiguos registros. En el capítulo cuatro hace notaralgunas de las dificultades con que se tropieza al datar radio-activamente, y el estudio de los fósiles animales y vegetales.En el capítulo cinco explora la intrigante pregunta de losorígenes. El trata adecuadamente la teoría de la evolución, yle recuerda al lector algunos graves problemas relacionadoscon la selección natural y las mutaciones.

El mantiene muy correctamente que el estudio de la he-rencia, o sea la genética, no puede ser usado con ningún éxitoreal para apoyar la teoría de la evolución. Las plantas y losanimales, en general, producen vastagos de manera muy si-milar a sus padres de generación en generación. Por lo tanto,existe gran verdad en la aseveración de que la "fijación delas especies" puede ser demostrada, lo cual está maravillosa-mente de acuerdo con "según su gé*ero", tal y como se en-cuentra diez veces en Génesis 1. Para beneficio del lector, elel autor reconoce que las mutaciones son cambios de genesya existentes, pero que no dan lugar a nuevos genes con nue-vas características. La aparición de nuevas característicassería un requisito si supuestas transmutaciones de una clase aotra de plantas o animales ocurrieran como alegan los evo-lucionistas.

Los lectores cristianos debieran sentirse poderosamenteanimados al descubrir que el doctor Jauncey apoya la Palabrade Dios como la única y exclusiva fuente de respuestas inmu-tables sobre los orígenes tales como él enumera: origen deluniverso, de la tierra, de la vida, del hombre, de la culturadel hombre. Muchos individuos en diversos campos científi-cos tienen ideas sobre tales orígenes, pero el autor sostienebastante correctamente que las ideas de los hombres sobre los

orígenes son puramente especulativas, y no se prestan a nin-guna posible prueba según los métodos científicos acetpados.Ningún hombre puede estudiar científicamente el pasadocósmico.

En su excelente exposición del capítulo seis, el doctorJauncey analiza numerosos temas problemáticos o de eviden-tes dificultades en la Biblia. Toca tales temas como la esposade Caín, la longevidad de las gentes, las causas y la extensióndel diluvio, la torre de Babel, la destrucción de Sodoma yGomorra, la esposa de Lot, las plagas de Egipto, el cruce delmar Rojo y del río Jordán, el día largo de Josué, los milagrosy los acontecimientos de la vida de Cristo Jesús. Concluyeque "es provechoso apreciar que no hay nada en estos suce-sos que sea contrario a la ciencia aun cuando hay mucho (talcomo bien podemos anticipar) que está más allá de los lindesde la ciencia.".

Tras un informativo capítulo sobre la escatología, y otrosobre la consideración de aspectos psicológicos de la expe-riencia cristiana y la conversión, el doctor Jauncey concluyesu libro con una mirada panorámica del futuro. Tras recor-darle al lector que los "conocimientos científicos cada vezmayores han proporcionado mayor comprensión y prueba dela te cristiana", y la interpretación de la realidad, él presentalo que puede anticiparse en los campos de la física nuclear,la astronomía, los métodos de datar, las matemáticas, el pen-samiento evolucionario, el origen del hombre y de la vida, laarqueología y la psicología.

Este es un libro optimista que provee ayuda al reforzar lacreencia cristiana. Tal posible edificación de los fieles es alta-mente encomiable. Definitivamente se recomienda la lecturaÚe este libro a cualquier individuo que se preocupa e inte-resa en las relaciones de las verdades bíblicas con las verda-des de los diferentes campos científicos.

J. N. Moore, M. S., D. Ed.Profesor de Ciencias NaturalesUniversidad Estatal de Michigan

ACERCA DEL AUTOR

El doctor J. H. Jauncey, pastor de la Primera IglesiaCristiana de El Paso, Texas, EE. UU. de A. gusta clasificarsecomo "ingeniero humano". Ingeniero y científico por profe-sión y experiencia, al presente invierte su tiempo y su talen-to en problemas que aquejan a la sociedad y al convivir hu-manos.

El doctor Jauncey es el mayor de quince hijos que vie-ron la luz en medio de pobreza y privaciones en lejanos ydesolados lugares de Australia. A pesar de estos contratiem-pos, él se educó mediante becas y al presente cuenta condiez títulos, obtenidos por su diligencia, de algunas de lasuniversidades más renombradas del mundo, títulos quecomprenden los campos de la ciencia, la sicología, la histo-ria y la religión.

El doctor Jauncey fue técnico asesor del gobierno aus-traliano durante la Segunda Guerra Mundial. Posterior-mente, ocupó la cátedra de Ciencias y Matemáticas deKings Coüege en Australia del Sur. Luego de emigrar a losEstados Unidos en 1948, ejerció el profesorado en universi-dades por algún tiempo antes de ser ocupado en un proyec-to científico de la White Sands Missile Range, que se en-cuentra en el estado de Nuevo México, EE. UU. de A. Re-nunció a dicho puesto en 1958 a fin de asumir el pastorado.

A través de los años ha continuado ejerciendo en elcampo de la sicología clínica. Ha publicado, más de quinien-tos manuscritos en más de treinta revistas. Es el. autor dedos libros que versan sobre los proyectiles, uno sobre la sico-logía y la religión en su aplicación a la vida diaria, y el pre-sente volumen.

El doctor Jauncey es renombrado conferenciante, ac-tuación que en 1960 le ganó el prestigioso reconocimiento dela Fundación de las Libertades.

15]

INTRODUCCIÓN

XA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA

Se están acumulando las evidencias que revelan que es-tamos en medio de la más grande revolución en la existen-cia humana desde el Renacimiento. Esto se debe al tremen-do descubrimiento de conocimientos científicos alcanzadosen los últimos años. Aun para aquellos de nosotros que du-rante toda nuestra vida hemos estado muy allegados almundo científico, resulta difícil creer lo que está aconte-ciendo. Cuando algunos de nosotros estábamos en las aulasescolares hace un cuarto de siglo, había muchas cosas quecalculábamos que se desarrollarían dentro de quinientoso más años, pero han ocurrido en nuestros tiempos. La ra-zón para todo esto es que las necesidades ocasionadas porla guerra han acelerado los esfuerzos científicos contandoéstos con suficientes recursos económicos, de modo que haaparecido una gran cantidad de inventos. Estos descubri-mientos logrados en años recientes han estado correlacio-nados con los varios campos científicos, como un eslabónunido a otro formando así una cadena, y por ende multipli-cando el efecto total.

Para el científico de hoy en día los descubrimientoscientíficos son parecidos a un vehículo de tremendas pro-porciones que, sin frenos y sin gobierno de ninguna clase,ha iniciado su trayectoria cuesta abajo. Aun cuando quisié-ramos —y no queremos— no podríamos detener, el momentoque se está acumulando. Pero es obvio que el desastre está avuelta de esquina, a menos que la humanidad se siente en ellugar del conductor y tome la dirección.

Los científicos contemporáneos de todo el mundo estánaterrorizados. Esto no quiere decir que son hombres desme-didamente pesimistas, pero sí que tienen pleno conocimien-

[7]

8 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

to de los peligros con que se enfrenta la civilización. La ma-yoría de ellos tiene la confianza de que la humanidad en-contrará una manera de hacerse cargo de la situación antes.de que sea demasiado tarde. Esta es la razón principal porla cual tantos científicos están volviendo su mirada a Dioscomo la respuesta única y final a los problemas del mundo.

Un aspecto interesante relacionado con esta revolucióncientífica, es que con casi todos los desarrollos que prome-ten incontables bienes para la raza humana, hay tambiénuna correspondiente y tremenda posibilidad de peligro.Debe ser motivo de gran tristeza para Dios ver que, a medi-da que él revela los secretos del universo para beneficio dela humanidad, los hombres amenazan consumar su propiadestrucción por el uso pervertido de estos dones.

El descubrimiento científico más sorprendente en losúltimos años se ha registrado en el campo espacial. Esto seha debido grandemente al progreso de los proyectiles diri-gidos que na sido acelerado debido a los peligros de laguerra. Es evidente que en nuestra generación los hombresharán excursiones a la luna, a Marte, y a otros planetas queestán dentro de los límites del más remoto espacio cono-cido. Esto abrirá al mundo nuevos panoramas de aventuray de expansión solamente comparables al descubrimientode las Américas en 1492.

Este desarrollo fácilmente podría ser la respuesta, en lamisericordia de Dios, a los problemas críticos con que nosenfrentamos en la tierra debido al tremendo aumento de lapoblación. La historia ha demostrado que cuando la huma-nidad hace frente a una nueva necesidad, siempre hay algoprovisto para tal necesidad. A esta altura es difícil sabercuál será el significado de la conquista de nuestra parte delsistema solar, pero ciertamente significa que muchos de losrecursos naturales de estos cuerpos celestes podrán llegar aestar a la disposición del hombre cuando se enfrente con elserio problema del agotamiento de sus propios recursos.

También podría ser que los descubrimientos en el espa-cio dieran esperanza de colonización a los millones del fu-turo para quienes la tierra podría resultar demasiado po-blada. Por el momento parecen existir serios problemas

INTRODUCCIÓN 9

concernientes a la vida de los seres humanos en la luna oen los planetas, pero no es inconcebible que el desarrollo enla ingeniería pueda solventar estos problemas. En cualquiercaso, la puerta abierta al espacio promete una gran bendi-•ción para el futuro de la humanidad.

Por otra parte, estos descubrimientos también acarreanuna amenaza de graves contomos. Si cualquier nación o in-dividuo con intenciones malévolas pudiera encontrar unpunto de vanguardia, ya fuera en un satélite artificial pues-to en órbita, o en la luna, o en alguno de los planetas, esevidente que podría dominar al mundo entero y tenerlo enrehenes. Tan temible sería la amenaza desde aquel punto devanguardia que las naciones de la tierra estarían frente afrente sea con la rendición o con la aniquilación total. Deahí que el gran bien que Dios nos está dando en nuestropropio día está siendo amenazado con terribles peligros.

Otro desarrollo que cambiará nuestra vida más de loque imaginamos es el descubrimiento de la energía nuclear.En la mente de la mayoría de las personas esto está íntima-mente relacionado con el desarrollo de las bombas atómicasy de hidrógeno, pero para el científico significa el desenca-denamiento de poder, en cantidades nunca antes soñadas,sobre la faz de la tierra.

Hasta el presente, aparte de la fuerza natural, la fuen-te más significativa de poder ha sido derivada por mediosquímicos, que en último análisis depende de los movimien-tos de los electrones. Por otra parte, la fuerza nuclear pro-viene del corazón del átomo y es infinitamente más grandeque la fuerza química.

La fuerza nuclear está a nuestro alcance por un curio-so accidente de la naturaleza. Resulta que cuando uno des-hace el núcleo de un átomo pesado, tal como el de uranio,la masa total de las partes es menor que la masa del origi-nal. Puesto que la masa no puede perderse, es transferida aenergía. Por medio de otro interesante accidente, el factormultiplicativo, cuando éste ocurre, es infinitamente gran-de. En el sistema métrico, una unidad de masa es multipli-cada por nueve veces cien billones billones al producir ener-gía nuclear. Esto es un resultado directo de la famosa fórmu-

10 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

la de Einstein, E=mc 2. Para el individuo no interesadoen las matemáticas aplicadas, significa sencillamente queuna pequeña cantidad de masa puede producir una canti-dad enorme de energía. Cuando esta transferencia de masaa energía no es dirigida, ocurre en una fracción de un mi-crosegundo (un millonésimo de segundo) y esto produceuna gran explosión. Si su liberación puede ser dirigida, en-tonces significa que se cuenta con fuerza para propósitosútiles.

El proceso de fusión es similar, excepto que en ciertosentido, ocurre a la inversa. Si tomamos dos núcleos de hi-drógeno y los fusionamos, ocurre que la masa de la combina-ción es inferior a la masa total de los componentes origina-les. Esta masa es nuevamente transferida a energía. Si estoocurre sin dirección, el resultado es la bomba de hidrógeno.Una idea del poder de esta temible explosión se ilustra porel hecho de que en los experimentos llevados a cabo en elocéano Pacífico, una isla de casi cinco kilómetros de largopor uno y tres cuartos de ancho desapareció por completo.Los científicos han conocido la posibilidad de la fusión pormuchos años. Pero no tenían una fuente de calor suficiente-mente grande para realizarla. La explosión atómica prove-yó esta fuente.

Por años los científicos han estado concentrando suatención en el descubrimiento de medios y maneras por me-dio de los cuales el poder ]tFovisto por la fisión y la fusiónpuede ser tan dominado que redunde en utilidad humana.Se han registrado triunfos al efecto. Existen ciudades hoyen día iluminadas por la fuerza nuclear. Los submarinos nu-cleares viajan por los mares. Esto implica gran promesapara la humanidad, particularmente a la luz del agota-miento de recursos naturales de fuerza, tales como el car-bón y el petróleo. Especialmente en el caso de fuerza nu-clear por fusión, las materias primas necesarias existen entan tremendas cantidades en el mundo que no se registraráescasez por millones de años. De ahí que nuevamente pa-rece que en el momento cuando el hombre necesita nuevasfuentes de poder, Dios está revelando los secretos del poderdel universo. Muchos países que en el momento actual tie-

INTRODUCCION 11

nen un corto número de habitantes y sin mucha productivi-dad debido a que no tienen fuentes accesibles de poder, flo-recerán como rosas cuando esta maravillosa nueva fuentede poder se ponga a su alcance.

Pero conjuntamente con esta evidencia del favor deDios para con la humanidad, también hay temibles eviden-cias de peligro. Se nos dice que, en el momento de escribirseeste libro, un bombardero B-52 puede acarrear en una mi-sión más destrucción que la que ha sido efectuada hasta elpresente por cualquier otro avión militar en la historia delmundo. Pero aun esto resulta de inconsecuencia comparadocon los implementos temibles que ahora están siendo dise-ñados en los tableros de dibujo.

Hace menos de un siglo Tomás Edison observó un efec-to curioso que para él no parecía tener ningún valor prácti-co. Observó que en un vacío los electrones se movían en unasola dirección de un electrodo al otro. Este efecto aparente-mente insignificante ha precipitado el maravilloso mundode la electrónica. De él hemos derivado tales productoscomo el radio, la televisión, el radar, los computadores, yuna multitud de otros productos. Estos han sido tan tre-mendos que los procesos comerciales e industriales han sido.notablemente cambiados. Gran parte de la rutina de losprocesos monótonos ahora ha sido reemplazada por máqui-nas ideadas por medio de la electrónica.

Probablemente los más fascinantes de todos estos ade-lantos son los computadores o cerebros electrónicos. Mu-chos de estos tienen posibilidades de hacer en breves segun-dos aquello que antes demandaba la concentración por mu-chos años de un equipo de brillantes matemáticos. A decirverdad, tanto en la guerra como en la paz, los ingenierosencargados de diseñar están buscando maneras para reem-plazar el elemento humano con computadores, porque elcerebro humano ni es exacto, ni lo suficientemente rápidopara las demandas del futuro. Hay quienes están sugiriendoque el chofer de un automóvil puede ser reemplazado porun cerebro electrónico porque los complejos problemas detránsito están llegando a ser demasiado complicados parael cerebro humano.

12 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

Los descubrimientos de la electrónica prometen hacer

3ue la vida humana sea más feliz y mejor en un sinnúmeroe maneras. Se evitarán muchos de los peligros de "la vida.

Desaparecerá mucho de la monotonía y el hombre podrádedicar su atención a cosas más creativas. La electrónica yaha hecho una valiosa contribución a su vida de descanso yrecreación. En todo sentido, la electrónica es uno de los do-nes más preciados de Dios.

Pero nuevamente apreciamos este curioso paralelo delo bueno y de lo malo porque la electrónica también presen-ta una amenaza. Uno de los problemas más antiguos con-cerniente al respeto a las leyes ha sido el genio del criminaly no obstante permanecer inmune a la ley por muchos años.Imagínese lo que sucedería si estos hombres perversos tu-vieran a su disposición el cerebro electrónico, amén de otrosdesarrollos electrónicos. Muchos descubrimientos de laciencia van a ser de tremenda ventaja para ellos y, debido aesto, aumentarán en gran manera el peligro para la vidacolectiva de la humanidad.

Principalmente desde la segunda guerra mundial, po-demos señalar con justificado orgullo los tremendos des-arrollos en los campos correlacionados de la química, la bio-logía y la medicina. Por estos esfuerzos conjuntos, las enfer-medades que anteriormente constituían una terrible ame-naza han desaparecido por completo. Algunos de nosotrospodemos recordar el peligro que en nuestra infancia habíacada invierno con la difteria. Vimos a familias enteras ani-quiladas por este temible destructor. Hoy en día esta enfer-medad es muy rara.

Aquellos de nosotros que tenemos hijos, hace unos po-cos años recibimos con regocijo la noticia del descubrimien-to de la vacuna Salle. Cada año temíamos la llegada del ve-rano por la amenaza que constituía la poliomielitis paranuestros niños. Ahora esta temible enfermedad está siendoderrotada.

Continúan haciéndose progresos con relación al cáncer.Algunos cánceres ya parecen haber sido frenados. No es irra-zonable asumir que dentro del transcurso de nuestra vida,

INTRODUCCIÓN 13

la pesadilla de esta enfermedad también se convertirá enalgo pretérito.

Estos son unos pocos de los progresos efectuados ennuestros días. Los nuevos medicamentos y las nuevas técni-cas quirúrgicas han incrementado la longevidad. A decirverdad, este es uno de los factores principales en el presenteaumento excesivo de población.

A primera vista todo esto parece ser bueno, pero no esasi. Dondequiera que exista la posibilidad de lo bueno, tam-bién existe la amenaza de lo malo. Esto se manifestó clara-mente con el anuncio hecho en el mes de enero de 1960 conrelación al científico inglés que inventó un liquido que, a pe-sar de ser fatal para el organismo humano, no podía serdescubierto por el sentido del olfato, de la vista ni del gusto.Si fuera colocado en una bebida, produciría la muerte enveinte minutos. No obstante, la causa de la muerte no seríadescubierta mediante la autopsia. El llamó a este líquido:"El arma perfecta para el homicidio."

Muchos de nosotros por largos años hemos estado pre-viendo este tipo de descubrimiento con la temible amenazaque involucra. Durante la guerra en Corea los rusos y loschinos mucho dijeron acerca de la guerra bacteriológica.Los chinos sabían por supuesto, que los norteamericanos noestaban usando tal cosa, pero también sabían que la podríanutilizar. Evidentemente el móvil de su campaña fue crearuna opinión pública a fin de que no pudieran usar tan terri-ble arma. De hecho este tipo de guerra siempre es una posi-bilidad; por lo tanto, los descubrimientos en estos camposcorrelacionados no siempre significan un completo benefi-cio para la humanidad.

Es obvio que el mundo del futuro va a ser predominan-temente científico. No sólo confronta a la humanidad conel tipo de peligro inmediato previamente descrito, sino tam-bién con el peligro que, con la predominación científica, losvalores culturales y espirituales serán aminorados. Si estoocurre, la raza humana no tiene ningún futuro. Tarde otemprano el hombre se destruiría a sí mismo por medio desus propios descubrimientos. Pero una vez más vemos queDios se interesa en esta necesidad. Con los grandes descu-

14 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

brimientos científicos, también se ha registrado un tre-mendo resurgimiento de interés religioso. La gente, concorazones hambrientos, se han agolpado en las iglesiascomo nunca antes en busca de valores espirituales. Dios nosestá concediendo esta oportunidad a fin de que nosotrospodamos hacer algo en relación con el factor del pecadohumano en la vida humana, factor que es la amenaza bási-ca a la supervivencia humana. En otras palabras, Cristo esla respuesta.

Este desafío también tiene relación con la amenaza delcomunismo. En los últimos años hemos visto que esta granmasa de personas fanáticamente dedicadas se ha posesio-nado de los grandes descubrimientos científicos y que haamenazado con la aniquilación de la civilización tal cual laconocemos. Muchas personas sienten que nuestro modo devida corre grave peligro ahora, más grave que en cualquierotro período de la historia. Pero existe una necesidad que esaun más grande que ésta. El corazón de toda nación debeser fuerte. La única manera por medio de la cual se logra-rá esto es por medio de una fe religiosa vital.

A medida que la estrella de la ciencia ascienda en loscielos de nuestra vida, es obvio que todos los demás aspec-tos de los progresos humanos han de ser desafiados por sustriunfos. Esto se palpará.de manera especial en todo lo re-lacionado con la religión. A menos que las bases de la fe re-ligiosa puedan sobrevivir a su escrutinio penetrante, la reli-gión será necesariamente una fuerza moribunda y con suputrefacción vendrá el fin de la raza.

Podemos estar sumamente agradecidos de que en estosdías de crisis mucha de la falta de armonía existente entrela ciencia y la religión está desapareciendo. Los progresoscientíficos han sido conducentes a una fe religiosa. No obs-tante, existe un tremendo desafío para los cristianos de pre-sentar el cristianismo de tal manera que pueda captar laimaginación y la convicción de la mente científica. Tal es elpropósito de este libro.

CONTENIDO

El Gran Armisticio 17

La Ciencia de la Biblia 23

Lo Sobrenatural 33

El Misterio de la Antigüedad 40

El Origen del Hombre 49

Incidentes. Difíciles de la Biblia 64

La Arqueología 79

La Escatología Bíblica y la Ciencia 88

La Validez de la Experiencia 95

El Panorama para el Futuro 103

[151

CAPITULO I

EL GRAN ARMISTICIO

Han transcurrido aproximadamente veinticinco añosdesde que yo cursaba estudios en la universidad. Durante esteplazo he estado muy allegado a los descubrimientos cientí-ficos. No obstante, no ceso de pasmarme ante el tremendocambio de perspectiva producido durante este período.Cuando yo era estudiante, el criterio predominante de laspersonas científicas era el de franca hostilidad para con lareligión. De hecho, frecuentemente se señalaba que a me-nos que el joven estudiante abandonase esas supersticionesreligiosas, no podría soñar con progresar en los camposcientíficos.

Ahora la situación es completamente diferente. El ateoo el agnóstico hostil, aun en círculos científicos, se está con-virtiendo en verdadera rareza. Por algunos años he recibidoinvitaciones de muchas universidades para disertar sobre lareligión y la ciencia. La actitud general es siempre de sim-patía y frecuentemente, de devoción. Esto se extiende nosólo a la creencia en Dios sino también a la creencia en laBiblia.

Hace unos años tuve la oportunidad de hacer un viajecon una delegación de ingenieros y científicos interesadosen los proyectiles. Durante las conversaciones, surgió eltema de la Biblia. Un científico renombrado afirmó que ha-bía aprendido a no hacer menos a la Biblia. Dentro del cír-culo de estos científicos no se expresó ninguna crítica nega-tiva. A decir verdad, ellos conceptuaban al escepticismocomo ilógico.

Hace pocos años cierta revista que goza de vasta circu-lación envió a un reportero para que realizara un estudioque se intituló "Un Reportero Tras Dios". Sus investigacio-

[17]

18 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

nes fueron publicadas en una serie de artículos en dicha re-vista, y subsiguientemente fueron incorporados en un libro.El autor descubrió en sus .conversaciones entabladas concientíficos renombrados que la gran mayoría no tenía difi-cultad alguna en creer en Dios. Algunos de ellos admitieronque en sus comienzos tenían inclinación por el escepticismo,pero con la experiencia su convicción religiosa se habíaprofundizado.'

El profesor Millikan también ha descubierto lo mismo.El afirma que el número de casos de creencia religiosa no esmenor entre los científicos que en la población general y quehasta es mayor.* Esto se comprueba al visitar cualquieruniversidad. Se encontrará a profesores componentes de lafacultad científica activos en la obra de la iglesia.

En el libro ya aludido, el autor afirma: "Los científicosmás renombrados frecuentemente han sido hombres ínti-mamente identificados con organismos religiosos, constitu-yendo por lo menos evidencia presunta de que no existeconflicto esencial."3

El doctor A. Rendle Short, quien es un científico atómi-co de gran fama, y quien ha escrito un libro muy útil intitu-lado Los Descubrimientos Modernos y la Biblia, opina quegran parte del criterio de que los científicos son ateos seaebe a la franqueza de unos pocos científicos ultrarradicales,tales como Huxley, Tyndall y Haeckel. Estos no fueron ni sontípicos.4

Evidencia mayor de esta naturaleza se encuentra apo-yada por el incremento general en la creencia religiosa. Enlos últimos años, la membresía de las iglesias ha aumenta-do en gran manera y lo notable es que este incremento seestá apreciando durante el mismo período en que se estánverificando grandes progresos científicos y se está alcan-zando mayor grado de educación en la población general.

'Howard Whitman, A Repórter in Search of God (GardenCity, Nueva York: Doubleday and Co. Inc., 1953), pág. 43.

•Robert Andrew Millikan, Evolution in Science and Religión(New Haven: Yale University Press, 1935), pág. 5.

*Ibid.* A. Rendle Short, Modecn EHscooery and the Bible (Chicago:

Inter-Varsity Press, 1955), pág. 15.

EL ORAN ARMISTICIO 10

Es obvio que las personas no están encontrando serioconflicto.

Mucho se ha dicho acerca del conflicto histórico entrela ciencia y la religión. Por cierto hubo un tiempo cuandopareció casi imposible el poder ser científico y cristiano a lavez. Este conflicto ha llegado a su fin. Posiblemente seaprovechoso investigar su porqué.

A pesar de que por siglos ha existido algún grado deconflicto entre la ciencia y la religión, el problema no se ex-puso claramente sino hasta fines del siglo XVIII y comien-zos del XIX. Ese fue el período en que se estaban realizandonuevos descubrimientos geológicos. Casi inmediatamentese hizo patente que en vez de tener una tierra de seis milaños, tal cual se creía generalmente, su origen se remonta-ba a millones de años. Para muchas personas este era unreto directo al mensaje bíblico.

Tal cual se comprende hoy, este punto de conflicto fueinnecesario. Gran parte del mismo se debió a la infortunadapesquisa de un arzobispo irlandés llamado Ussher en el si-glo XVII. Evidentemente se consideraba también como ma-temático. Como resultado de sus cálculos él infirió que lacreación ocurrió en el año 4004 antes de Jesucristo. Puestoque era arzobispo, la mayoría de los cristianos asumió queesta conclusión era correcta, y la fecha pronto apareció enlos márgenes de las Biblias y aun existe en muchas Bi-blias hoy día.

La Biblia no hace ninguna estipulación sobre esto. Sim-plemente afirma que "en el principio creó Dios los cielos y latierra".5 Según esto, pudo naber ocurrido con igual facili-dad hace millones de años, como hace unos pocos miles deaños. Por esto se comprueba que el problema era de la cien-cia en contraposición con Ussher, y no de la ciencia en con-traposición con la Biblia. Este punto no provoca ya seriosconflictos.

Sin embargo, la tormenta más impetuosa de todas nocomenzó sino hasta 1859, cuando Darwin publicó su Del Ori-gen de las Especies. A pesar de que Darwin no era ateo, yen verdad afirmó que el Creador había dado soplo de vida a

'Génesis 1:1.

20 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

las pocas formas primarias que él creía que eran el origendel mundo natural,' a la gran mayoría le pareció que lanueva teoría aniquilaba la necesidad de Dios. El hombreaparecía como mero producto de procesos naturales. Losateos y quienes eran hostiles a la religión rápidamente apo-yaron esta teoría de la evolución y la usaron comoarma contra el cristianismo. Esta conflagración ha duradocien años.

No obstante, existe evidencia a diestra y siniestra deque el conflicto parece estar desapareciendo. Hay un grannúmero de biólogos quienes por lo menos en forma superfi-cial creen en la evolución, pero no obstante son miembrosactivos de iglesias cristianas y no encuentran problema al-guno. La actitud general es que en el supuesto caso de quela evolución fuese probada como veraz, en vez de hacer queDios sea innecesario, demostraría que éste fue el métodoempleado por Dios. Como veremos en otro capítulo, haymuchas cosas relacionadas con la teoría de la evolución queson dudosas dentro del campo científico, pero no son mu-chos los que motivan el conflicto sobre terrenos religiosos.Lo adecuado de la teoría de la evolución para explicar eluniverso viviente es algo que debe ser solucionado por losbiólogos. El que se les citen versículos para probar lo con-trario no ayudará a resolver el asunto.

Hacia fines del siglo XIX se registró un resurgimientoen los descubrimientos físicos. Parecía que aquellas leyesfísicas, tales como las de causa y efecto, pronto exploraríanel universo por completo y lo expresarían en términos cien-tíficos. Los grandes triunfos subsiguientes afirmaron la fede la gente en la ciencia a tal grado que llegaron a tenerrecelo, cada vez más pronunciado, de todo cuanto era con-trario. Esto tenía mayor repercusión cuando de milagros setrataba. Otros científicos afirmaron categóricamente quelos milagros no podían ocurrir porque no tenían cabidadentro de las leyes de causa y efecto.

A partir de esa fecha, la física ha asumido actitud máshumilde. Nos damos cuenta ahora que en vez de tener cono-cimientos a fondo del universo, sólo estamos en los linderos.

* Carlos Darwin, Del Origen de las Especies, capitulo 15.

EL ORAN ARMISTICIO 21

Evidentemente los milagros ocurren todo el tiempo y posi-bles contradicciones son tan frecuentes en la física, si nomás, que en la religión. Confrontado con el misterio deluniverso, el físico moderno tiene poca dificultad de aceptarlas complejidades del mundo espiritual.

El presente siglo comenzó con renovado interés en la si-cología. Con los avances del sicoanálisis y del comporta-miento, pareció que hasta las experiencias de los hombrespodrían ser explicadas a base de términos sicológicos. Estoresultó en un tremendo sacudimiento del pensamiento cris-tiano puesto que parecía dejar a un lado la necesidad deDios aun en el mundo espiritual. No obstante, desde esa fe-cha se ha hecho cada vez más obvio que las explicaciones yasean espirituales o sicológicas, no importan el que se las estédescartando. Todo cuanto puede hacer la nueva ciencia esinvestigar los distintos procesos que Dios puede escogerpara sus finalidades. La sicología no puede dar ningunarespuesta verdadera a la pregunta tocante a Dios. En las in-vestigaciones que presenta el libro ya mencionado, el señorWhitman ha llegado a la conclusión de que no existe serioconflicto, hablando en términos generales, entre la siquia-tría y la religión.' A decir verdad, en años recientes Jung,uno de los grandes sicoanalistas de todos los tiempos, haexpresado su convicción de que la religión es necesaria parael equilibrio deseable.*

Se puede apreciar, a base de estas consideraciones, quese ha verificado una paulatina convergencia en pensamien-to entre la ciencia y la religión. Decir y afirmar que ya noexisten puntos de evidente conflicto sería menoscabar elproblema, pero la armonía que se ha logrado y la tendenciade convergencia sugieren que podemos anticipar la unidaden el futuro. De cualquier manera no existe ya razón válidapor la cual el científico no pueda creer en Dios ni en la Bi-blia ni por la que una persona religiosa pueda tener aprehen-siones en cuanto a nuevos descubrimientos científicos.

Obviamente esto es tal cual debe ser. Intrínsecamente,

1 Whitman, op. cit., capitulo 4.•C. G.Jung, Modern Man in Search o¡ a Soul (Nueva York:

Harcourt Brace. 1933), pág. 264.

22 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

no existe nada mutuamente contradictorio referente alpensamiento científico y religioso. Tanto la ciencia y la re-velación provienen de un solo Dios. Por consiguiente, laexactitud cada vez mayor en pensamiento y descubrimien-to debe forzosamente revelar que son uno. Los problemasdel pasado se deben en gran parte a un conocimiento in-completo. La ciencia está cambiando constantemente a me-dida que busca amoldarse a las leyes más profundas y exac-tas. También en el caso de la religión, especialmente con re-lación a la Biblia, las investigaciones en las lenguas origi-nales han ayudado a una mejor interpretación de la verdad.

. Esperar una armonía completa entre la ciencia y la re-ligión seria esperar algo poco realístico, puesto que entra-ñaría un conocimiento perfecto en ambos campos. Sin em-bargo, la convergencia paulatinamente mayor que se ha ve-rificado con conocimientos adicionales revela que ya noexiste ningún problema insuperable.

En algunas áreas aún quedan en pie puntos de dificul-tad, tal cual se presentan en capítulos subsiguientes, peroéstos no son mayores que los que existen entre las diversasciencias. El cristiano sincero que se acerca a ellos con unamente sin prejuicios no encontrará obstáculos insuperables.

CAPITULO II

LA CIENCIA DE LA BIBLIA

Una gran parte de la literatura acerca de la ciencia yde la religión está basada en el teísmo (creencia en Dios)solamente. Sin embargo, esto no se profundiza lo suficiente.El cristiano por lo general se encuentra involucrado en mu-chos otros artículos de fe. En el protestantismo éstos estánbasados finalmente en la Biblia, de modo que inevitable-mente el problema se resuelve dentro de la relación existen-te entre la ciencia y las Escrituras.

Cualquier consideración de la Biblia en cuanto a laciencia debe forzosamente depender en gran manera de lainterpretación personal de la Biblia. Por supuesto, la deci-sión acerca de cuál será la interpretación que dé a las Escri-turas determinado individuo no puede depender primor-dialmente de consideraciones de índole científica. A la lar-ga, las decisiones se tomarán a base de consideraciones re-ligiosas. Sin embargo, bien puede decirse que no hay nadaen la ciencia que sea intrínsecamente contradictorio a laperspectiva más conservadora de interpretación bíblica.

Para simplificar, se puede afirmar que existen funda-mentalmente tres puntos de vista sobre la interpretaciónbíblica.

En primer lugar, existe el punto de vista tradicional oconservador, que afirma que la Biblia entera es la Palabrade Dios y, como tal, es veraz en todo lo que afirma en todaslas ramas de conocimiento humano, incluyendo la ciencia yla historia. Esta es la posición a la cual se suscribe el autorde este libro.

Existe, en segundo lugar, el punto de vista radical queasume que Dios tuvo poco o nada que ver con la Biblia. Des-

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24 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

de este punto de vista, la Biblia es un libro entre muchosotros, y que su inspiración difiere sólo en el grado de la ins-piración que se podría derivar del escrito de algún granautor.

Finalmente y en tercer lugar, existe un punto de vistamoderado que declara que la Biblia es fundamentalmenteun libro de texto de religión y por ende, sólo es autoritativoen el campo religioso. De ahí que las consideraciones cientí-ficas e históricas pueden ser clasificadas como ficticias olegendarias.

Es el criterio del autor que si el término "cristiano" sig-nifica cuanto dice, entonces el punto de vista por medio delcual uno decide cuál de estos puntos de vista bíblicos escorrecto debe ser el mismo que tuvo Cristo. Aquello que anosotros nos parece más razonable basado sobre otros con-ceptos, o aquello que acarrearía el menor número de con-flictos con la ciencia, es fútil. Si una persona no está prepa-rada para fundamentar su fe en Cristo, no tiene una re quemerezca ser defendida.

Es casi umversalmente admitido que Cristo Jesús man-tuvo el punto de vista tradicional conservador. Unos pocosejemplos bastarán.

Basó su enseñanza acerca del matrimonio en lo verídi-co de la historia de Adán y Eva. En Mateo 19:4, 5. dice: "¿Nohabéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembralos hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, yse unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?" Se re-firió a Génesis 2:24. El contexto revela que él estaba asu-miendo estas palabras como autoritativas. Marcos 10:6-8pone de relieve esto mismo.

En Marcos 7:13 él recalca el mandamiento mosaico dehonrar al padre y a la madre, refiriéndose a la "palabra deDios". En Mateo 22:43 hace referencia a un salmo de Davidcomo inspirado por el Espíritu Santo. En Juan 13:18 recalcaque la Escritura (es decir, el Antiguo Testamento) debe sercumplida. En Juan 10:35 dice: "Y la Escritura no puede serquebrantada." En Mateo 5:18 afirma: "Porque de cierto osdigo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota niuna tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cum-

LA CIENCIA DE LA BIBLIA 25

plido." (La "ley" es el "torah" o los cinco libros de Moisés.La jota y la tilde son partes insignificantes de la escriturahebrea.)

No cabe ninguna duda que para Jesús el Antiguo Testa-mento entero era la Palabra de Dios, y como tal debe seraceptado sin duda alguna.

Algunos han tratado de vencer la fortaleza de estas de-claraciones categóricas, sugiriendo que, puesto que Jesúsera hombre así como también Dios, él recibió la influenciadel conocimiento falaz y primitivo de sus días; por ende,sólo su mensaje religioso necesita ser considerado seria-mente. Sin embargo, si se admite que él estaba sujeto aerror, tampoco existiría ninguna puerta de escape del ata-que contra su veracidad religiosa. La religión, la ciencia y lahistoria no son ramas separadas del conocimiento, sinosimplemente clasificaciones generales que usamos paranuestra propia conveniencia. Por ejemplo, el relato de la re-surrección de Jesús comprende la religión, la ciencia y lahistoria, según la consideración que hagamos. Quítese cual-quiera de estos aspectos, y el asunto pierde razón de ser.También, si usted siente que su ciencia e historia no son ve-races debido a las limitaciones de sus tiempos, ¿qué privade que se aplique lo mismo con relación a su religión?

Cristo afirmó vez tras vez que su enseñanza provino deDios. Por ejemplo, en Juan 8:26 afirma: "Entonces conoce-réis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que se-gún me enseñó el Padre, así hablo." Una lectura cuidadosade sus palabras, especialmente aquellas que se encuentranen el Evangelio según San Juan, revelarán que enfática-mente afirmaba la autoridad divina para sus declaraciones.

Las enseñanzas del cristianismo constantemente hanmantenido que Jesús era Dios en carne humana. El mismo-dijo (tal cual se registra en Juan 14:9, 10): "El que me ha.visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Mués-tranos al Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre y el Padreen mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mipropia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace lasobras." En 1 Timoteo 3:16, Pablo escribió con referencia aJesús: "Dios fue manifestado en carne..."

26 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

Teniendo esto presente, resulta difícil escapar de laposición de que su Palabra es la última palabra con relacióna todo aspecto de conocimiento sobre el cual hace afirma-ción. Fundamentando nuestra fe personal sobre sus pala-bras nos proveemos de una roca; de manera contraria, elindividuo está constantemente sujeto a las arenas movedi-zas de opiniones variables.

El punto de vista- conservador está también apoyadopor el hecho de que es el punto de vista tradicional. Ha sos-tenido la prueba de ser aceptado por los creyentes, investi-dos del Espíritu Santo, a lo largo de los siglos. Ninguna dudaseria ha sido expresada sino hasta tiempos modernos, y nisiquiera ahora por la mayoría de los creyentes.

La posición más extremosa afirmó que la Biblia en sípodría ser abandonada porque no es necesaria para la reli-gión cristiana. Según este punto de vista, se pensó que lafuente para la fe y la conducta yacía en los propios pensa-mientos del hombre y en su conciencia. La Biblia meramen-te contiene el registro de las experiencias espirituales de losantepasados y provee una compenetración de sus puntos devista. Nosotros, en los tiempos modernos, no estamos suje-tos a estas opiniones como tampoco estamos sujetos a laciencia tal cual la conocían los antiguos griegos.

Es cierto que esta era una posición con la cual muchosde los científicos hostiles podrían llegar a un acuerdo, perono todos ellos. Algunos sentían que el escape debía ser lle-vado a su conclusión lógica y por ende, aniquilar no sólo la 'Biblia sino también la doctrina de Dios. De cualquier mane-ra, este tipo de solución no fue de ninguna utilidad porquedejó una religión tan mutilada que poco valor tenía para lavida personal. No había base de autoridad ni seguridad derevelación. La mayoría de las iglesias que predicaron estemensaje, rápidamente perdieron sus congregaciones.

A primera vista, esta división de conocimientos porcampos, tales como el religioso, el histórico, el científico, et-cétera, parece razonable porque nos permite escoger entreellos en vez de aceptar o rechazar un campo entero de co-nocimiento. Además, es muy cómodo; pero uno se pregunta

LA CIENCIA DE LA BIBLIA 27

si podrá sostener la superestructura que se edificará sobretales cimientos.

La posición radical es comparativamente reciente encuestión de fecha y es producto de la falta de creencia enDios. Se basa principalmente en la presuposición de queDios no se interpone o no puede interponerse en los asuntosde este mundo; por ende, los milagros, la revelación y otrasilustraciones de su presencia y obra sobre la tierra no pue-den ni pudieron acontecer. Para el cristiano supersensiblea las actividades de Dios dentro de su propia vida, este pun-to de vista resulta tan totalmente insatisfactorio que le con-cederá escasa consideración.

El problema con el punto de vista moderado es que noes ni una ni otra cosa. Fue enunciado, no como resultado deestudios bíblicos, sino como un intento de arribar a unaconciliación o arbitraje dentro del conflicto existente entrela religión y la ciencia. Como ya ha sido indicado, adoleceprincipalmente del hecho de que es un punto de vista noafirmado por Cristo. El Nuevo Testamento revela claramen-te que él estaba tan convencido de la ciencia y la historia dela Biblia como lo estaba de su religión. Por ende, aceptareste punto de vista implica adherirse a un punto de vistainsatisfactorio sobre la naturaleza de la persona de Cristo yde su deidad.

De todos modos, este escape es completamente innece-sario. Muchos de los grandes científicos de todas las eda-des, incluyendo los de nuestros propios días, han sido firmescreyentes en el hecho de que la Biblia es la Palabra de Dios.Aunque se ha intentado, no obstante no se ha verificadoningún triunfo al tratar de probar que cualquier parte de laBiblia y cualquier verdad científica están mutuamente en /pugna. De todos modos, esto es obvio por la naturaleza di-námica de la ciencia. La ciencia no es un cuerpo de verda-des rígidas que son etemalmente ciertas. La ciencia es unintento progresivo y denodado que se propone describir lasverdades del universo. Su aproximación a la verdad hoy,posiblemente tenga que ser abandonada mañana; de ahíque, probar que cualquier parte de la Biblia está en armoníao en pugna con un punto de vista científico carece de

28 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

sentido. Dentro de poco tiempo este criterio habrá progre-sado; entonces si el intento anteriormente fue de probar laexistente armonía, carecerá de validez. Si el intento fue deprobar que existía conflicto, también habrá perdido validez.

El hecho de que existan dificultades por resolverse nodebe alarmamos. Hay dificultades y problemas por resol-verse por doquier en la ciencia también. A decir verdad, sicada dificultad en la Biblia pudiera ser resuelta por nues-tras mentes finitas, esto comprobaría que su autor no es di-vino. Revelaría que la mente del autor no era más grandeque la de un humano. Puesto que la Biblia proviene de lamisma mente de Dios, gran parte de ella siempre estarásombreada por problemas y misterio.

Este criterio de que la ciencia moderna no puede tenerconflicto con el punto de vista tradicional de la Biblia comola Palabra de Dios, no significa que la ciencia de la Bibliasea completa en los campos a los cuales se vincula. La cien-cia de la Biblia está en sus grados incipientes y embriónicos.No fue el propósito de los escritores hablar acerca de laciencia como tal, sino sólo plantearla al grado necesariocuando se compenetraba de alguna fase científica. Lo queafirmaron era suficientemente exacto. La ciencia modernapuede ampliar y explicar las declaraciones científicas embrió-nicas hechas en la Biblia.

Esta posición de que la Biblia contiene verdad científi-ca embriónica se ilustra bastante claramente por medio dela historia de la creación. Allí en los "días" sucesivos se de-clara el orden por medio del cual se efectuó la creación. Nose proporcionan muchos detalles; sin embargo, este ordenes el mismo que el que ha sido descubierto por los geólogosen años recientes. Las leyes de la higiene promulgada paraIsrael también parecen adelantarse a su tiempo. Estos y otroscasos de verdad científica embriónica encontrados en laBiblia son difíciles de explicar salvo por medio de la inspi-ración divina.

Esta "verdad en estado embriónico" también se advier-te en otros campos de discusión en la Biblia. En el NuevoTestamento se encuentran frecuentes referencias a inci-dentes y versículos en el Antiguo Testamento que cobran

LA CIENCIA DE LA BIBLIA 29

nuevos y ampliados contextos en el Nuevo Testamento.También se demuestra en nuestra propia experiencia espi-ritual de la Biblia cuando sus pasajes constantemente apor-tan nuevas verdades a nuestro corazón y mente, a pesar dehaberlos leído por años. Al considerar las declaracionescientíficas contenidas en la Biblia o aquellas relacionadascon la ciencia, también debe recordarse que fueron escritasen un idioma y desde un punto de vista muy diferente alnuestro. Cualquier intento de interpretarlos a base de pala-bras o criterios contemporáneos de seguro nos llevará alerror. La interpretación bíblica sólo puede ser exacta en lamedida que comprende lo que las palabras significaron ensu propio ambiente.

Tampoco debemos ser demasiado literales en nuestrostratos con parte de la imaginería y algunas de las expresio-nes idiomáticas. Por ejemplo, ha resultado piedra de tropie-zo para algunos la referencia en Josué 10:13 de que el sol separó. Han contendido que puesto que es la tierra la que giraen torno al sol y no el sol el que gira en derredor de la tierra,entonces esto es un error obvio. Sin embargo, nosotros co-metemos la misma infracción. Hablamos de que el sol se le-vanta por las mañanas y se pone por las noches. Tenemospresente un significado particular y no pretendemos poresto hacer aseveraciones científicas tocante al movimientodel sol. ¿Podemos presumir que fueran diferentes en tiem-pos antiguos?

Esto pone en la palestra todo lo relacionado con lo lite-ral en contraposición con lo figurado en lo concerniente a \interpretación. Frecuentemente se arguye que el tema dela inspiración depende de si se interpreta la Biblia literal ofigurativamente. Quienes sostienen el punto de vista tradi-cional no niegan la presencia de interpretación figurada osimbólica. Cuando Cristo dijo que él es la puerta, no quisodecir que él es en realidad una parte física de algún edificio.Cuando él dice en el libro del Apocalipsis que él es el Corde-ro que ha sido inmolado, no quiere decir que en la vida futu-ra él se presentará como cordero muerto. Cuando a Pedro lefueron dadas las discutidas llaves del reino, no significa quele fueron entregadas ciertas piezas de metal. Además, los.

30 LA CIENCIA RETORNA A DIOS LA CIENCIA DE LA BIBLIA 31

conservadores opinan que muchos de los incidentes regis-trados en los anales bíblicos que nosotros creemos ser lite-ralmente veraces, tienen significado figurado o espiritual.Por ejemplo, la historia de Israel es un cuadro de la vida es-piritual del cristiano.

Pero este empleo de interpretaciones figuradas cuandoes justificado no implica que se ha de emplear como unamanera fácil de allanar dificultades. Por ejemplo, es im-probable que alguien sugiera que la historia de Adán y Eva,del diluvio o de Jonás deben ser interpretadas figurativa-mente si no fuera por las dificultades científicas que se ha-llan presentes. Sencillamente, la razón para esta interpre-tación era que representaba un medio de escape de una di-ficultad mayor.

Por lo tanto, ¿cómo podemos radicar en el sentido obviodel pasaje? Es necesario leer el pasaje cuidadosamente ydescubrir si el escritor, por el contexto mayor, tenía en lamente un significado figurado. También, el material por símismo, se prestará para sugerir respecto a esto.

Por ejemplo, en la historia de la creación, el materialestá tan detallado que realmente requeriría mucha ingenio-sidad descubrir significados figurados para todo ello. Se hasugerido que el único propósito de la leyenda de la creación(como se ha dado en llamarla) es el de apoyar la creenciade que Dios está en todo. Pero si esto es cierto, ¿por qué tan-ta cantidad de detalles? El primer versículo de Génesis hu-biera sido suficiente si sólo se pretendía dar un significadofigurado.

Se ha debatido mucho si las palabras textuales de la Bi-blia son inspiradas o no. Es muy difícil ver cómo las frases yel significado general de la Biblia pueden ser inspirados silas palabras no lo son, puesto que las palabras son las basesde las frases. La inspiración verbal parece haber sido acep-tada por los escritores neotestamentarios. Como hemos vis-to, nuestro Señor dijo que ni una jota ni una tilde serían re-movidas de la ley hasta tanto se cumpliese. Pablo, en Cala-tas 3:16, discute a base de que se emplea el singular en vezdel plural, obviamente manifestando que tales detallestambién estaban bajo vigilancia de Dios.

Pero esto no quiere decir un criterio estático de la inspi-ración. A pesar de que las palabras son inspiradas, el men-saje de Dios es infinitamente más grande que las palabras.A través de la Biblia se puede apreciar que la verdad de Diosestá sujeta a ser expresada a los hombres por medio de laslimitaciones humanas del lenguaje. Constantemente pasapor sobre las palabras a fin de llevar al corazón de las per-sonas la luz de la inspiración.

Esto mismo también se puede notar en las citas del An-tiguo Testamento que aparecen en el Nuevo. A primera vis-ta, las diferencias parecen ser sorprendentes. Se esperaríaque las citas fueran al pie de la letra. Algunas, por ejemplo,son de la traducción griega y no del original nebreo. Noobstante, las diferencias no son accidentales. Revelan el ex-preso intento del Espíritu Santo de tomar las verdades fun-damentales del Antiguo Testamento y ampliarlas y darlessentido en la contextura general del Nuevo Testamento.Esto frecuentemente requiere palabras diferentes.

La fe personal en la Biblia depende forzosamente de sufe en Dios. Si Dios es distante y nebuloso, los hechos talcomo están registrados en la Biblia serán extremadamentedifíciles de comprender. Pero aquellos de nosotros quieneshemos experimentado por años la presencia del Dios queobra milagros en nuestra vida, no nos sorprenderíamos denada que él hiciera. Con él todas las cosas son posibles.Puesto que él obra inescrutablemente en nuestra vida, nonos sorprendemos de que existen misterios asociados consus obras anteriores. Cuando son registrados en la Bibliaacontecimientos que parecen ser inexplicables y aparente-mente hasta contradictorios a hechos bien conocidos, estono trastorna al cristiano fiel. El ha sido testigo de esto enocasiones anteriores, y con el tiempo sus ojos han sidoabiertos a fin de apreciar las realidades que yacen bajo lasuperficie y que lo explican todo. Posiblemente este aspectode la verdad, mejor fue expuesto por Pablo en 1 Corintios13:12 cuando dijo: "Ahora vemos por espejo, oscuramente;mas entonces veremos cara a cara."

Al estudiar las características literarias de la Biblia, unodebe ejercer sumo cuidado de no olvidar que la Biblia es pri-

32 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

mordialmente un libro usado por Dios. Aunque reconocemosque Dios inspiró a los escritores, es más importante para nos-otros el que él inspire a los lectores. La actitud fría y argumen-tativa de muchos llamados fundamentalistas tiende a contra-rrestar el mensaje que están tratando de presentar. Si laBiblia es realmente inspirada, debió haber cambiado el cora-zón a fin de que el amor y el calor por los seres humanos seevidencie, no el odio, ni la frialdad.

La mejor manera de considerar la Biblia es que está sa-turada de la presencia de Dios y, por tanto, cualquier cora-zón que se acerque a sus páginas recibirá la influencia deesta presencia. De ahí que la predicación bíblica tenga unpoder que no puede encontrarse en una enseñanza mera-mente ética. Por eso desde tiempos inmemoriales se nos hadicho que leamos nuestra Biblia todos los días. Sólo así po-demos percibir adecuadamente el poder de la presencia deDios en nuestro corazón y en nuestra mente.

Estos son aspectos que trasciende la ciencia. Conside-raciones tales como aquellas que caracterizan este libropueden fortalecer nuestra fe intelectual en el cristianismo yen la exactitud, autenticidad y contabilidad de la Palabrade Dios, pero el resultado final debe ser el salto de fe quenos permite arrojarnos en los brazos de Dios y descansarallí, seguros, mientras continúa la corriente de variablescriterios científicos.

CAPITULO III

LO SOBRENATURAL

Tal cual se mencionó en el bosquejo general del con-flicto histórico entre la ciencia y la religión, el problema delmilagro ha estado constantemente bajo el enfoque crítico.A pesar de que esto a fines del siglo XIX llegó a ser casiasunto decisivo por los nuevos descubrimientos en la física,había sido el común punto de ataque de ateos y libres pen-sadores desde unos doscientos años antes. Sin embargo, losprimeros ataques habían sido lanzados desde los puntos devista de la filosofía y la lógica, los cuales siempre resultanintangibles para la mayoría de los hombres. Por consiguien-te, el efecto no fue demasiado serio. No obstante, cuando elataque contra los milagros cambió su mira hacia la cienciafísica con su poder y autoridad, su efecto en la fe religiosafue devastador.

El punto de vista científico se caracterizaba en que lanaturaleza era "un universo cerrado". Esto significaba quetodo dentro del universo estaba regido por una hilación in/-flexible de causa y efecto. El universo estaba cerrado a todosuceso que se desviara de este patrón. Dos más dos siempresumaban cuatro. Los ángulos de la base de un triángulo isós-celes siempre eran iguales. La ley de gravedad era univer-sal, etcétera. En cualquier oportunidad cuando se tenía ope-rando una combinación determinada de factores, el resul-tado siempre era el mismo y no podía diferir.

Los milagros, por otra parte, no podían ser colocadosdentro de este marco de causa y efecto. En muchos casos,parecían ser contrarios a las leyes científicas ya estableci-das. Los mismos teólogos no hacían reclamaciones sobre estasituación. Generalmente se definía como el quebrantamiento

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34 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

o la interrupción de la ley natural. Por consiguiente, laslíneas de conflicto estaban muy bien demarcadas.

Hemos arribado a la etapa en el desarrollo de la cienciacuando la idea del universo cerrado ya no es -satisfactoria.El universo de la naturaleza está probando que es demasia-do complejo para ser resuelto a base de términos tan senci-llos. Aun verdades matemáticas ya no son consideradas ab-solutas en ellas mismas, sino que dependen de una serie depresupuestas verdades fundamentales. Si se altera este fun-damento, las declaraciones cesan de ser veraces.

Ocurre algo similar en la física. El reino de la "ley in-alterable" ha sido cambiado por "la evidencia de probabili-dades". Una declaración científica raramente es considera-da ahora como veraz por sí misma, sino sólo dentro de cier-tos límites de probabilidad, digamos el 99 por ciento. Estoadmite que se presentan casos que no pueden ser cubiertospor la declaración ya hecha. Esta incertidumbre es parti-cularmente real en el mundo de la física atómica, donde lasleyes de causa y efecto no obran de la misma manera. No sepuede predecir que cierta partícula hará tal y cual cosa, nique irá a tal o cual lugar. Todo cuanto se puede hacer espredecir dónde estará generalmente. Hay ahora un princi-pio conocido como el "Principio de la Incertidumbre". Supropio nombre ocasionaría graves trastornos para el físicodel siglo XIX.

Por cierto, siempre estipuló el físico que una determi-nada ley científica sólo era veraz bajo determinadas cir-cunstancias o condiciones. Esto parece ser suficientementerazonable. Las experiencias con el mundo de la naturalezarevelan que existe un vasto complejo de condiciones. Portanto, asumir que determinada serie de condiciones obra encualquier caso determinado es fundamentar una gran pre-suposición. Constantemente los científicos encuentran quelos resultados que han obtenido han sido desbaratados porfactores que ni soñaban que existían. Por tanto, aun si lapresuposición del universo cerrado fuese estrictamente ve-raz, no podríamos tener ninguna confianza en que podría-mos especificar las condiciones operativas con suficientegrado de exactitud para confiar en sus resultados. Esto sig-

LO SOBRENATURAL 35

nifica, por tanto, que la razón por la cual determinado mi-lagro no armoniza con los conocimientos científicos puederesultar de factores desconocidos que yacen bajo la superfi-cie evidente del milagro.

Otro error cometido en el siglo XIX fue el de asumir laequivalencia de una ley científica con una natural. Todavíaestamos de acuerdo, por lo menos dentro de los límites de laprobabilidad, en que este es un universo ordenado y no caóti-co. Es decir, es un reino donde impera la ley. El estudiocientífico siempre está tratando de describir este universoen términos de ley a fin de equiparlo para sus finalidades.Ahora se sabe que la ley científica es sólo la mejor aproxima-ción a cualquier etapa de conocimiento que podamos tenerde la ley natural. Las leyes científicas están constantemen-te sometidas a revisiones a fin de que cuadren con los cono-cimientos más avanzados. Hasta una ley por tanto tiempoestablecida como lo es la ley de la gravedad tuvo que pasarpor esta misma revisión. Por lo tanto, un conflicto con la leycientífica en determinada etapa de conocimiento no signi-fica forzosamente una contradicción. Una información adi-cional fácilmente puede revelar que es la ley científica laque estaba en error.

La ciencia por sí misma está plagada de aparentes in-consistencias con respecto a las leyes científicas. Por ejem-plo, se ha dado mucha importancia a las teorías divergentessobre la naturaleza de la luz. Ciertos fenómenos sugierenun movimiento de onda, otros, que la luz es propulsadacomo haces de energía. No hay una ley en la actualidad quepueda unir esta aparente contradicción. Los científicos, sinembargo, confían en que existe una ley más profunda.

Se puede apreciar, por lo tanto, que el científico nopuede y, de hecho no afirma que los milagros son increíblesmeramente porque no los puede situar dentro de su mundo.Aun en casos cuando los milagros asumen determinada se-rie de acontecimientos que aparentemente son contradicto-rios a los mejores conocimientos de la ciencia el científicono se acobarda. En nuestra época, el científico espera el díaen que la aparente contradicción pueda ser resuelta.

Esto no quiere decir que podemos regresar a la definí-

36 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

ción teológica del siglo XIX acerca del milagro, que lo con-sideró como el quebrantamiento o la interrupción de unaley. Si el milagro ha de ser incluido dentro de la estructurade la naturaleza, se debe asumir que los milagros tambiénson gobernados por la ley física. El hecho de que los proce-sos de estas leyes que ocasionan el milagro no son conocidosen esta etapa de los conocimientos no significa que Dios nousó estos medios. Dios- es un Dios de orden y él hizo un uni-verso ordenado. Sería realmente sorprendente que él hu-biese usado procesos y medios para todo lo demás que exis-te en el universo menos para los milagros. Este razonamien-to quiere decir que los acontecimientos sobrenaturales en elmundo son meros eventos naturales usados por Dios parallevar a cabo sus propósitos.

A muchos de nosotros nos parece obvio ahora que estaidea de leyes quebrantadas expresadas por milagros es tam-bién insostenible sobre bases teológicas. Si Dios tuvo quequebrantar sus propias leyes a fin de producir los milagros,entonces obviamente no eran lo suficientemente flexiblespara todos los propósitos de Dios cuando él originalmentelas hizo, lo cual es otra manera de decir que su creación ori-ginal era imperfecta. Cuando Dios creó el mundo, vio queera bueno. Esto también incluyó la existencia de la ley na-tural que debe ser lo suficientemente flexible para cadapropósito concebido por Dios. Por ende, debemos abando-nar el concepto de que los milagros son el producto de leyesquebrantadas.

Este pensamiento que vislumbra a Dios como \ manipu-lando sus propias leyes es muy instructivo. Quiere decir quelos milagros son exhibiciones del conocimiento de Dios, nofuerza bruta o teatro mágico. Este concepto recalca la ver-dad científica de que es el conocimiento el que tiene el po-der. La manera por medio de la cual un científico dominala naturaleza es adquiriendo, en primer lugar, conocimien-to de sus leyes, y luego, puede manipularla según susfinalidades.

Esto se puede apreciar especialmente en la conquistade ciertas enfermedades tales como la malaria y la fiebreamarilla. Cada una de estas enfermedades desafió a la

LO SOBRENATURAL 37

ciencia hasta tanto los científicos comprendieron el ciclo devida del microorganismo causante del mal. Una vez que com-prendieron esto, estuvieron listos para poner fin a su existen-cia en las etapas del ciclo de vida cuando era particularmentevulnerable. Esto también es una realidad con respecto a losadelantos modernos que se han hecho para vencer la polio-mielitis. Lo mismo ocurrió en la física: los grandes desarro-llos en la energía nuclear son los resultados directos de lacomprensión de la ley física que Einstein expresó por mediode la fórmula: E=mc 2.

Puesto que Dios es el autor del universo, él conoce todassus leyes, y por ende, le es fácil a él manipular estas leyespara obtener los resultados deseados. Puesto que su cono-cimiento es tan infinitamente mayor que el nuestro, no essorprendente que sus resultados sean infinitamente mayo-res que los nuestros. Esto también explica mucho de lo mi-lagroso en la vida de Jesús. Como Hijo de Dios, reflejó laverdad de Dios; por lo tanto, el milagro fue inevitable. Si nose hubiera evidenciado lo sobrenatural, hubieran exis-tido graves dudas acerca de su divinidad.

Una vez que se reconozca este principio, es fácil caer enla tentación de tratar de conciliar los milagros de la reli-gión cristiana con la ciencia moderna, lo cual es un proce-dimiento peligroso. Lo que generalmente acontece es quepara cuando la bastante ardua conciliación ha sido efectua-da, la ciencia misma ha avanzado al grado de que el teólogoqueda ridiculamente en la retaguardia. En otras palabras,el milagro está sujeto a algo no reconocido como real, y elresultado de esto es que acarrea descrédito al milagro.

Con relación a los milagros de la Biblia, es especial-mente evidente que no sabemos con ningún grado de certe-za las circunstancias existentes en aquella época. Y sin unconocimiento completo de todas las circunstancias existen-tes, es imposible conocer las leyes que Dios pudo haber em-pleado.

Debe recalcarse a esta altura lo siguiente: ya que en al-gunos casos los conocimientos más avanzados pueden ex-plicar un milagro, no quiere decir que se le ha quitado elelemento milagroso. Por ejemplo, en el libro de Josué se ex-

38 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

plica el método empleado por Dios para secar el río Jordána fin de que los hijos de Israel pudieran cruzar.1 Evidente-mente se verificó un derrumbe que tapó el cauce superiordel río, y las aguas de abajo corrieron hacia el mar Muerto,dejando seca temporalmente una parte del río. En estecaso, aunque conocemos los medios empleados por Dios, noquita de manera alguna nuestra confianza en que Dios fueel autor del milagro. •

Hubo un tiempo en el estudio de lo sobrenatural cuandose intentó explicar los milagros diciendo que eran la inter-pretación imaginativa que las mentes incultas hacían deeventos naturales. Esto generalmente ocasiona mayores di-ficultades que las que encierran los mismos milagros. Porejemplo, en la historia de Jesús caminando sobre las aguas,se ha sugerido que puesto que era de noche, los discípulosno se dieron cuenta de que Jesús sólo estaba caminando enaguas que le llegaban al tobillo, y que a ellos se les hizo queél iba caminando encima de las aguas; que cuando Pedrosaltó del barco realmente cayó en estas aguas poco profun-das, y que se hundió porque cayó en un agujero. Esto parecebastante razonable hasta que uno comienza a preguntarsecómo el barco no encalló en estas aguas, y cómo estos pes-cadores tan experimentados no estaban enterados de lapoca profundidad de las aguas en ese lugar.

La Biblia nos habla del mismo tipo de intentohecho por los judíos, para explicar el milagro de la re-surrección. Ellos sugirieron que los soldados afirmaban quelos discípulos habían robado el cuerpo mientras dormían.Así es difícil explicar cómo todo un cordón de soldados hacien-do vigilia podía dormirse cuando sabían que dormirse signi-ficaría probablemente la muerte. O aun si estaban dormi-dos, ¿cómo podrían los acobardados discípulos pasar porentre sus filas, mover la piedra, y sacar a Jesús sin desper-tar a los soldados? Evidentemente, esta explicación es másinverosímil que el mismo milagro.

Ha habido épocas cuando, los que encuentran dificul-tad para aceptar los milagros del cristianismo, han estadotratando de analizar una insignificancia al mismo tiempo

•Josué 3:16.

LO SOBRENATURAL 39

que se tragan un camello. La mayoría de los teólogos hanaceptado de buena gana el milagro de la encarnación o dela resurrección, pero se sienten perturbados por milagrosmenores tales como la alimentación de los cinco mil o la cu-ración del hombre que nació ciego. Sin embargo, la idea deDios hecho hombre y finalmente venciendo la tumba es in-trínsecamente mucho más difícil.

La convicción del autor es que gran parte de la dificul-tad con la que tropezamps con relación a lo milagroso sedebe a nuestro sentido turbio y semiconsciente de la presen-cia de Dios. Si realmente creemos en Dios y sabemos que élestá obrando en nuestro mundo, no debemos tropezar conproblemas al esperar que se verificarán grandes cosas.

Esto no quiere decir que debemos penetrar al campo deuna credulidad ridicula con relación a los milagros en gene-ral. Sólo significa que debemos mantener una mente abier-ta hasta tanto conozcamos todos los hechos. Con relación alos milagros de la Biblia y del cristianismo en general obraun principio mayor. La Biblia nos ha sido dada por inspira-ción de Dios, ha sido atestiguada por el Espíritu a través delos siglos, y ha sido vindicada en su uso por el mismo Espí-ritu hoy en día. En vista de esta vindicación por el EspírituSanto, podemos aceptar las Escrituras con confianza enDios y paciente expectativa ante el desarrollo de mayoresconocimientos, podemos aguardar hasta tanto Dios final-mente revele cómo aun los más difíciles milagros de la Bi-blia cuadran dentro del plan ordenado del universo.

CAPITULO IV

EL MISTERIO DE LA ANTIGÜEDAD

Como ya se ha mencionado, uno de los primeros y masserios terrenos de conflicto entre la religión y la ciencia seha suscitado en torno al asunto de la prehistoria. ¿Porcuánto tiempo ha estado en existencia el universo, y enparticular, nuestra tierra? ¿Por cuánto tiempo ha estado elnombre sobre la faz de la tierra? Desgraciadamente, lospuntos de vista tanto científicos como bíblicos están aún cu-biertos con un velo de misterio. La ciencia no parece estarmás cercana a respuestas precisas ahora que hace cientocincuenta años. A decir verdad, a algunos de nosotros nosparece que el asunto está mucho más confuso ahora quecuando éramos estudiantes. En lo que se refiere a la reli-gión, mucho depende de la interpretación de los aconteci-mientos relatados en Génesis. Hay un número de teorías,pero nada lo suficientemente concreto para darnos con-fianza alguna en lo que respecta a lo que pudiera ser un mi-nucioso criterio cristiano.

Se acepta generalmente que el universo es de gran an-tigüedad, pero el cálculo de millones de años está siemprebajo revisión. Hace muchos años se asumió que el sistemasolar le siguió; pero ya no existe la misma certeza sobreesto. La opinión general es que todo ocurrió por una trans-formación paulatina; pero también existen opiniones refe-rentes a que el universo pudo haber sido formado instan-táneamente.

Dado que no tengamos en cuenta los cómputos mate-máticos del arzobispo Ussher anteriormente mencionado,encontramos que el relato bíblico tampoco es terminante;sencillamente declara que "en el principio Dios creó los cié-

[40]

EL MISTERIO DE LA ANTIGÜEDAD 41

los y la tierra" (Génesis 1:1). El segundo versículo sugiereque Dios hizo el presente orden de un caos original, lo cualposiblemente sugiere alguna forma de desarrollo.

Hubo un tiempo en la historia del pensamiento cristia-no cuando la llamada "teoría catastrófica" ' estaba en boga.Esta teoría afirmaba que Dios primero hizo un mundo per-fecto, pero que fue destruido durante la rebelión satánica.Se repitió, pues, la creación y fue construida sobre las anti-guas ruinas. En círculos serios no se sostiene este criterio alpresente.

Durante el último siglo fue propuesta una ingeniosateoría por un tal Edmundo Gosse, teoría que merece ciertaconsideración.2 Se le concedió poca atención entonces, peroen vista de las ideas modernas sobre la relatividad del tiem-po, merece minuciosa consideración.

Gosse sostuvo que a pesar de que los actos de la crea-ción fueron instantáneos, necesariamente presuponían unaprehistoria que en realidad no existió. Supongamos queAdán fue creado como un hombre que contaba treinta años.El llevaría en su cuerpo todas las marcas de los treinta añosprevios que nunca vivió, porque cada cuerpo es el productode pasados cambios físicos. Por ejemplo, tendría ombligo,pero no pudo haber tenido el cordón umbilical.

Lo mismo sería cierto si un árbol fuera creado instan-táneamente. Tendría anillos anuales que nunca podríancorresponder con años previos. Lo mismo ocurriría con to-das las cosas creadas. Cuando este razonamiento se extien-de para comprender el universo como un todo, se tiene ununiverso que forzosamente debe demostrar y revelar unaprehistoria que en realidad no tiene. La historia geológicaes, pues, tan necesaria para la creación universal como uncuerpo residual sería para la creación de un hombre en elcénit de sus fuerzas.

Esta teoría es análoga a las leyes de la reflexión. La fí-sica dice que la distancia aparente de la imagen de un obje-

1 A. Rendle Short, Modern Discovery and the Bible (Chicago:ínter-Varsity Press, 1955), págs. 96-98.

1 Andrew Dickson White, A Histocy o{ the Warfare o/ SciencewUh Thtology (New York: Appleton, 1922), I, págs. 241-242.

42 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

to detrás de un espejo es la misma que la del objeto que estádelante de él. Sin embargo, la imagen es una ilusión. Míresedetrás del espejo y se comprobará que no hay nada.

Esta teoría cayó por la objeción de que era increíble queDios creara mentira tan gigantesca, a pesar de ser intrín-secamente necesaria para la creación instantánea. Sin em-bargo, ahora que no consideramos el tiempo como absoluto,el residuo prehistórico de la creación instantánea no tieneque ser forzosamente una ilusión. Podría haber ocurrido enrealidad, pero en tiempo condensado, como en un abrir ycerrar de ojos, que precedió a la terminación de la obra.Esto es, la historia geológica, el registro de los fósiles, los es-tragos causados por la erosión, el desgaste radioactivo y to-dos los demás factores que en nuestra referencia de tiempoconsumen millones de años, en otro contexto temporal po-drían ser momentáneos.

Este punto de vista tiene la obvia ventaja que permitela admisión de ambos criterios: es perfectamente compati-ble con la creación instantánea (si ésta se asume), y con laprehistoria geológica también. Sin embargo, es demasiadoprematuro colocar mucho peso sobre este punto de vista,porque a decir verdad el concepto del tiempo es bastanterevolucionario en nuestro presente grado de conocimiento.

A todas luces este es uno de los campos donde tendre-mos que esperar a fin de que la ciencia llegue a alguna posi-ción definida y permanente. Al presente, los cálculos suge-ridos son reflejos de los procesos que están verificándosedentro del universo. Esto implica la presuposición de queestos procesos siempre han sido los mismos. Aunque esto esrazonable, no es bajo ningún concepto autoevidente. Encualquier caso, la verdad científica final sobre la edad de latierra simplemente llenará los lapsos del relato bíblico y nopuede concebirse que acarree ningún conflicto serio.

En lo concerniente a la antigüedad del hombre, el pro-blema es más escabroso porque la Biblia narra mayor nú-mero de detalles. Las dificultades son dobles: aquellas quese derivan de la paleontología, y aquellas que provienen dela teoría de la evolución.

Hablando en términos generales, la paleontología es el

EL MISTERIO DE LA ANTIGÜEDAD 43

estudio de formas fosilizadas en investigaciones geológicas.Hasta la fecha, los esqueletos que han sido descubiertos in-dican que el hombre puede haber habitado esta tierra porunos cien mil años. Esto solamente puede ser un cálculo, ynuevamente depende de otros cálculos preconcebidos basa-dos sobre reflejos de procesos presentes. Investigaciones fu-turas pueden traer aparejada considerable revisión.

Por ejemplo, al redactarse este libro se manifiesta con-siderable entusiasmo por la investigación del oxígeno-18, *que ofrece la oportunidad de determinar las temperaturassobre la tierra en tiempos antiguos. Estudios preliminaresindican que la edad de hielo pudo haber sido mucho másreciente de lo que hasta ahora se ha pensado. Puesto quemuchos cálculos acerca de la antigüedad humana están ba-sados en esta edad de hielo, esto significa que el origen delhombre pudo haber sido mucho más reciente que lo quehasta la fecha se ha pensado.

Nuevamente se debe señalar que la historia del Génesisno sugiere ninguna fecha para la creación del hombre. In-dudablemente tendremos que esperar mayores evidencias,pero no hay nada aquí que fundamente gran preocupación.

Una interesante teoría que ha sido propagada durantelos últimos años sugiere que puede existir una diferenciaentre el hombre "espiritual" y el "natural".1 Esto es, Diospudo haber creado un ser idéntico al hombre en forma físi-ca, pero que era puramente animal. Esto explicaría el lla-mado "hombre mono", y los hombres monos que se aceptanhoy en día no pudieron ser los antepasados del hombre mo-derno. Si tal raza de hombres "naturales" existió, estoshombres desaparecieron al igual que muchas otras especies.

Esto significaría que Adán y Eva iniciaron una razacompletamente nueva, la cual tenía las características físi-cas del ser más primitivo, pero que se diferenciaba de él enque Adán y Eva fueron creados a imagen de Dios, es decir,tenían características espirituales y personales que los ha-cían completamente diferentes. Se ha sugerido que la men-

'Loren Eiseley, The lmmense Journey (Londres: Thames &Hudson, 1957), pág. 113.

«Short, op. cit, págs. 114-115.

44 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

ción en Génesis 6:1, 2 de "los hijos de Dios" y "las hijas delos hombres" puede referirse a conflictos anteriores entreestas dos razas.

La teoría de la evolución y sus problemas particularesserá considerada en el próximo capítulo. Es indiscutible quela decisión tocante a la idoneidad de la teoría de la evolu-ción tendrá implicaciones precisas sobre la antigüedad delhombre. A fin de aclarar el problema, debemos consideraraquí la posibilidad de lo que significaría si el origen evoluti-vo del hombre fuese probado, aunque al presente esto distamucho de ser el caso.

Según la teoría de la evolución, tendríamos que asumirque la narración del Génesis se refiere a los puntos culmi-nantes de la evolución física, en otras palabras, cuandocada especie era completa. Significaría que Dios sobrepusoen dos seres físicamente completos los factores distintivosdel espíritu y de la personalidad. En términos del biólogo,esto se consideraría como una mutación, Este razonamien-to consideraría los procesos evolutivos como el medio queDios está empleando. Lo que quiere establecer el autor esque aun cuando el origen del hombre fuese probado por lashipótesis evolutivas, no existiría ninguna dificultad insupe-rable para el intérprete cristiano.

Gran parte de la controversia se ha suscitado en tornoa la descripción de la creación empleando términos de díassucesivos tal cual aparece en Génesis 1. Un aspecto real-mente sorprendente es que el orden de la creación es extre-madamente cercano a aquel que nos ha sido provisto por losgeólogos. Por ejemplo, André Senet dice en El Hombre Trassus Antepasados: "El Abad de Lapparent, uno de los gran-des geólogos contemporáneos, afirmó en cierta ocasión: 'Siyo tuviera que hacer un resumen breve de los acontecimien-tos principales en la historia de la tierra, yo copiaría los pri-meros párrafos del Génesis.'"5 Para aquellos que niegan lainspiración de la narración bíblica, esto presenta un proble-ma. ¿Cómo podría un autor de hace tres o cuatro mil añospensar en el orden de la creación? O la memoria de la raza

•André Senet, Man in Search o[ His Ancestors (Nueva YorkíMcGraw-Hill Book Co. Inc., 1955), pág. 264.

EL MISTERIO DE LA ANTIGÜEDAD 45

en esta etapa era todavía sorprendentemente clara sobre lossucesos de la creación, o la información provino del Creadordel universo.

El significado del término "día" usado en Génesis 1 estáenvuelto en obscuridad. Aun los antiguos se preguntaron siera el "día del hombre" o el "día del Señor", refiriéndose ala declaración asentada en 2 Pedro 3:8: "que para con elSeñor un día es como mil años, y mil años como un día".Pero la interpretación usual ha sido que esto se refiere a losdías solares. La referencia a la noche y a la mañana en cadacaso proporciona reafirmación a lo anterior.

En los últimos años, un gran número de teólogos con-servadores han pensado que el día significa una edad, oun largo plazo de tiempo —a decir verdad, que los días delGénesis corresponden a las largas edades geológicas. Secree desde este punto de vista que los descubrimientos geo-lógicos están ayudándonos a. interpretar la Biblia y nos es-tán proporcionando una comprensión en lo que concierneal significado de día. Sin embargo, debe afirmarse que estepunto de vista gozaba de mayor popularidad entre los teó-logos conservadores de la generación pasada que hoy endía.

Otro punto de vista es que los días del Génesis no sondías de la creación, sino días de la revelación. Ha sido suge-rido que el Espíritu Santo reveló la historia de la creación alescritor en días sucesivos; por lo tanto, cuando discurre so-bre lo que aconteció en determinado día, no quiere decircon esto que los acontecimientos referidos ocurrieron en talperíodo de veinticuatro horas. La teoría es ingeniosa, peroadolece nuevamente de la dificultad de que esto no pareceser lo que implica la historia bíblica.

Otra teoría bastante similar a la anterior es que losdías del Génesis son meras expresiones literarias emplea-das como técnica descriptiva de la creación, así como nos-otros emplearíamos capítulos en un libro. Esto adolece de lamisma dificultad ya señalada en la teoría brevemente dis-cutida.

Se debe admitir que la mayoría de los cristianos a tra-vés de los siglos, así como también en el presente, al leer la

46 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

historia de la creación llegan a la conclusión de que Dioscreó todas las cosas en seis días solares. Pero el significa-do de días solares en aquel tiempo de la antigüedad nos escompletamente desconocido. No podemos asumir que el díade aquel entonces corresponda a nuestro presente día deveinticuatro horas. La longevidad de los patriarcas a quealude el Génesis también nos da razón para pensar con re-lación a esto. Velikovsky en sus libros ' ha sacudido ' el pen-samiento científico cuando asume que el movimiento de loscuerpos celestes siempre ha sido el mismo que en el presen-te. Sir James Jeans en su famosa "teoría de los maremotos",expresó su pensamiento de que los planetas fueron creadospor la proximidad temporal de otra estrella a nuestro sol.'Incidentes como éste son posibles, y si ocurrieron dejaríanpoco o ningún rastro, pero sí crearían determinadas condi-ciones muy diferentes de las que tenemos al presente.

Esto no significa que Dios no pudo haber creado nues-tra tierra en seis días de veinticuatro horas. Este es su uni-verso y él evidentemente pudo crearlo de la manera y en eltiempo que quisiera. No significa tampoco que los geólogosy otros pensadores que tratan de trazar las pisadas de Diosen las arenas del tiempo están necesariamente en lo ciertocon relación a sus interpretaciones. En aquellos días tan le-janos pudo haberse registrado una aceleración de los pro-cesos físicos que normalmente consumirían millones deaños y que pudieron haber ocurrido en veinticuatro horas omenos. Lo cierto es que al momento presente no sabemosla verdad.

• Immanuel Velikovsky, Worlds in Collision (Nueva York:The Macmillan Co., 1950), y Ages in Chaos (Garden City, NuevaYork: Doubleday and Co. Inc., 1952).

7 Este sacudimiento ha sido más bien uno de enojo que untrastorno en el ámbito de las convicciones. Sus conceptos en sugran mayoría han sido descartados. Pero él ha puesto de relieveel hecho de que si el movimiento de los cuerpos celestes hubiesesido distinto en la antigüedad, entonces un diseño de sucesos físicosmuy distinto al que nosotros conocemos pudo haber estado enoperación. (Nota del Autor)

* Esta era una versión de la Teoría Chamberlain-Moultin.Consúltese J. H. Rush, The Dawn o[ Life (Garden City, NuevaYork: Hanover House, 1957), págs. 51-53.

EL MISTERIO DE LA ANTIGÜEDAD 47

Posiblemente el misterio de la antigüedad más oscurode cuantos misterios hay, se relaciona con el origen de lamujer. Génesis 2:20-25 afirma que Dios hizo que un profun-do sueño cayera sobre Adán; luego tomó una de sus costi-llas, y de esa costilla creó a la mujer. La palabra que en he-breo se usa para designar "costilla" es excesivamente nebu-losa y no es imperioso que se traduzca así. Pero sea cual fue-re el caso, es claro que el escritor quería que nosotros creyé-ramos que la mujer fue creada de una parte del cuerpo físi-co de este primer ser espiritual.

A muchas personas este hecho les ha parecido tener to-das las características de un mito o leyenda. Sin embargo,debe señalarse que Jesús evidentemente no pensó así; comoDios revestido en carne humana, él aceptó esto como un he-cho y sobre él basó su doctrina de que en el matrimonio elhombre y la mujer "serán una sola carne".9 Esta resultaterminante para los cristianos conservadores. Todo intentode explicar el suceso figurativamente tropieza con la rocade que evidentemente éste no era el punto de vista deCristo.

Tómese nota de que no se alega que este fue el origende la creación de los seres femeninos como tales. Obvia-mente existían animales femeninos mucho antes de esto, yposiblemente la mujer del "hombre natural" si es que talexistió. Esto simplemente se refiere a las criaturas espiri-tuales humanas, "las hijas de Dios", si se quiere. El concep-to es importante porque eternamente demanda la dignidadde la mujer y la responsabilidad del hombre hacia ella.

Pero, ¿dónde radica el problema principal? La opiniójidel autor es que nuestras dudas se deben sencillamente anuestra falta de percepción de Dios. Una fe adecuada ypr4ctica en él como el Creador y el Regidor del universo nonos confronta con ningún problema, sea lo que fuere que élescogiese hacer en este mundo, aun cuando nosotros no po-damos, en nuestra ignorancia, trazar los métodos emplea-dos por él.

Para concluir, es indiscutible que la interpretación dela Biblia, así como la interpretación científica de la natura-

• Mateo 19:4, 5.

48 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

leza, depende en gran parte del tic-tac del reloj del univer-so. ¿Ha corrido siempre con velocidad uniforme? ¿Se haaminorado su velocidad o se ha acelerado? ¿Qué es el tiem-po? A las claras la teoría física de la relatividad ha hechoimposible que se piense en el tiempo como absoluto. Hayaquí misterios entrañados que todavía resisten la com-prensión. Las respuestas pueden estar muy distantes de loque nosotros imaginamos. En la ciencia casi siempre ocurreasí. Por cierto, la interpretación científica de la naturalezase está apartando más y más de lo que nosotros suponía-mos. Los objetos no son sólidos, el espacio es curvo, no ve-mos aquello que creemos ver, la gravedad no es una fuerzaque actúa a través de la distancia, etcétera, etcétera. Estaes la razón por la cual la ciencia es tan apasionante, perotambién la razón por la cual nos hace reconocer nuestra in-suficiencia.

Pero hagamos una pausa en medio de todo este miste-rio para recapacitar en que el Creador de toda esta profun-didad se encontraba presente en Cristo. Podemos, por tan-to, descansar con absoluta confianza en la Palabra de Cris-to que nos dice directamente lo que la ciencia descubrirácuando sus largas pesquisas sean coronadas con el triunfo.

CAPITULO V

EL ORIGEN DEL HOMBRE

De todos los puntos de controversia entre la religión yla ciencia, por cierto los más acalorados argumentos se hanpresentado en cuanto al origen del hombre y de los seres vi-vientes. El eje de esta controversia ha sido la teoría de laevolución tal cual fue propagada por Carlos Darwin en 1859.Esta teoría proporcionó una explicación naturalista de es-tos orígenes, que para muchos no sólo significaba una erra-dicación de la necesidad del origen divino, sino que tam-bién parecía contraria al cuadro bíblico de que las distintasespecies de las criaturas vivientes, inclusive el hombre, fue-ron creadas individualmente.

Antes de considerar detalladamente esta controversia,hay algunos aspectos que necesitan ser aclarados desde elcomienzo, los cuales destruyen gran parte del argumento.Primero, el lugar de Dios como el Creador no puede serpuesto en tela de juicio por la sencilla razón de que la cien-cia no puede ocuparse de los orígenes primarios. La cienciapuede examinar los procesos, pero no puede ir más allá.Cualquiera que sea la conclusión final de la ciencia sobre elmisterio de los seres vivientes, todo cuanto puede hacer esrevelar cómo Dios desarrolló su obra creadora. Es decir, laciencia puede explicar cómo trabaja Dios, pero no puededar un falso concepto de Dios.

Por ejemplo, si resultara que la ciencia finalmente con-cluyera que alguna forma del proceso evolutivo es la expli-cación del origen de todos los seres vivientes, entonces lomás que se podría deducir sería que Dios en su sabiduríaempleó tal procedimiento. El hecho de que la evolución ocualquier otra teoría no pueden hacer superfluo a Dios estáampliamente ilustrado por el hecho de que Carlos Darwin

[49] .

50 LA CONCIA RETORNA A DIOS EL ORIGEN DEL HOMBRE 51

en su libro, Del Origen de ka Etpedet, afirma que en el prin-cipio el Creador dio vida a una de varias formas primarias.Esto, en su opinión, comenzó el ciclo.

Por otra parte, es igualmente importante que el estu-diante de la Biblia evite leer en los pasajes escriturarios loque éstos no dicen. Es fácil asumir que cuando la Biblia diceque Dios creó al hombre del polvo de la tierra, significa queél hizo alguna clase de barro de la tierra y que de éste formóal hombre, de la misma manera que un niño de jardín de in-fantes forma de arcilla la imagen de un hombre. Pero la Bi-blia no dice esto; no da indicación alguna con respecto alproceso empleado por Dios. Si se probara que este procesono fue instantáneo, no resultaría sorprendente, puesto quese trata de la obra de un Creador que tarda años para hacerun roble de una bellota. El podría hacer un hombre adultoen una fracción de segundo, pero de hecho él emplea unosveinte años y lo hace por medio de procesos complicados yminuciosos. Esto no quiere decir que Dios no pudo habercreado al primer hombre instantáneamente. Por cierto queél pudo haberlo hecho así. Pero sí significa que no podemosasumir lo que la Biblia de hecho no dice.

Los versículos bíblicos frecuentemente citados en con-tra de la evolución tampoco nos dan respuestas terminan-tes. Por ejemplo, en Génesis 1 se hace constante referenciaa cada acto de la creación de los seres vivientes como "segúnsu género". Pero esto no es problema para el evolucionista,porque se refiere al hecho terminado. Lo mismo ocurre con1 Corintios 15:39 que declara: "No toda carne es la mismacarne, sino que una carne es la de los hombres, otra es la delas bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves." Nadieniega que existan diferencias en los productos finales; peroesto no nos proporciona una guia en cnanto a k> que ante-cedió. Evidentemente la clave de este misterio será poste-riormente descubierta a través de la ciencia.

No obstante, no debe ignorarse que hay ¿pan descon-fianza a través del mundo cristiano acerca d»4fc teoría de laevolución. Muchos de los argumentos en oan^J^ la teoríason inaceptables y las invectivas y el odio dfrágptM acérri-

1 Darwin, op. ctf.. Capitulo 15.

mos contrarios a los evolucionistas son deplorables. Perotodo esto es evidencia de un profundo sentir de que existeerror en este campo del pensamiento. Puesto que el EspírituSanto obra por conducto de creyentes, él puede estar ci-mentando esta preocupación. La flaqueza humana es talque no podemos poner demasiado peso sobre esta presuposi-ción, pero debiera servir como una advertencia para actuarcon sumo cuidado antes de aceptar la explicación evolucio-nista como correcta. De nada sirve objetar que el pueblocristiano en un tiempo pensó que el mundo era plano, pues-to que entonces sólo reflejaba la opinión científica preva-Jeciente. Ahora es algo poco estable a pesar del hecho deque la evolución en una forma u otra es generalmente acep-tada por el mundo científico y esta intranquilidad perduradespués de cien años.

Es con frecuencia asunto de consternación para los es-tudiantes en esta rama del saber, que después de cien añosde investigaciones biológicas, la evolución es todavía unateoría y no una ley. Parecería a primera vista que para es-tas fechas el asunto debiera haberse probado de una u otramanera.

Por supuesto frecuentemente se oirá decir por parte deevolucionistas entusiastas que la evolución es ahora indis-cutible, que Jia sido probada por sobre toda duda, y quecualquiera que arguye esto es un ignorante o un fanático.Tal actitud es sobrepasarse de los linderos conocidos. La ve-hemencia de tales declaraciones nos hacen sospechar quelos que así se expresan están tratando de convencerse aellos mismos. Cuando una teoría científica se cristaliza enley, tal como la de la relatividad, habla por sí misma. Todocuanto podemos decir a esta altura es que la evolución esgeneralmente aceptada, posiblemente por falta de cual-quier otra alternativa científica, pero con desconfianza porlo que respecta a su solvencia en algunos aspectos de ella.Por lo que respecta a la prueba rigurosa generalmente de-mandada por la ciencia, todavía no existe. Por cierto, algu-nos dicen que debido a los aspectos filosóficos de la teoría,esta prueba nunca será plausible.

Una razón muy poderosa gobierna esta incertidumbre.

52 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

La teoría de la evolución es parcialmente ciencia y parcial-mente filosofía. Su aspecto científico es fácilmente verifi-cado, y en la mayoría de los casos queda exento de duda. Elaspecto filosófico está en gran parte en el terreno donde laprueba, sea de cualquier índole, es más que imposible. Esteaspecto filosófico comienza con los hechos científicos y tejeuna teoría respecto a su significado y relación.

El doctor Lin Yutang, en su libro De Pagano a Cristia-no, después de dejar establecido que él mismo es un dar-winista, escribe: "Los procesos involucrados en la ley de laevolución, observados por un estudiante serio y no acepta-dos superficialmente, están encaminados y siempre acabanen la metafísica, es decir, en presuposiciones mas allá delfuero de la física.1* •

El doctor Mortimer J. Adler, de la Universidad deChicago, reconocido por su magnifica obra, rechaza porcompleto la evolución por sus presuposiciones filosóficas. Ella llama un "mito" y afirma que lo hace avisadamente a finde referirse a la elaborada historia a base de conjeturas, lacual rebasa la evidencia. El dice que es la obra de "filóspfos".3

Por supuesto, no podemos denunciar una teoría simple-mente por su ingrediente filosófico. No obstante, haciendonotar que hay un gran elemento filosófico en la teoría de laevolución, nos pone alertas para descubrir aquel subjetivis-mo que es característica necesaria de la filosofía. Esto estáen un terreno completamente diferente del objetivismocientífico. A las claras existe amplitud para muchas inter-pretaciones. Por sobre todo, se aprecia la necesidad de con-tar con una mente abierta.

La teoría de la evolución declara que todas las cosasanimadas están relacionadas. Al principio hubo una célulaviviente y de ella se han sucedido desarrollos cada vez conmayores variaciones hasta tanto se tuvo el mundo de la na-,turaleza tal cual ahora se aprecia. Se ha dicho que los des-

«Lin Yutang, From Pagan to Christian (Cleveland: WorldPublishing Co., 1959), pág. 217.

* Mortimer J. Adler. What Man Has Made o¡ Man (NuevaYork: Frederick Unger Publishing Company, 1937), págs. 115 ysiguientes.

EL ORIGEN DEL HOMBRE 53

arrollos y las variaciones se deben a la ley de la selecciónnatural. Esto parece significar que en la lucha por la super-vivencia persisten las características útiles para sobrevivir,y que las criaturas con estos elementos que no son tan úti-"íes, o que de otra manera están imposibilitadas, desapare-cen. Se agrega que todo este procedimiento está regido porla probabilidad.

Se considera al hombre como producto, posiblementeel producto final, de este sistema. En lo que respecta a susantepasados, no hay unanimidad de opinión. La idea popu-lar es que se traza su descendencia de un mono antropoideomás elevado; también se admite que el hombre y el monotienen un antepasado común. El punto clave es la presupo-sición que establece esta teoría respecto a que el hombre nofue creado por separado, sino que es un producto de la vidaanimal.

Es interesante observar que el contar con una teoríapara explicar la relación entre cosas animadas es menosimportante ahora, desde el punto de vista práctico, queanteriormente. A decir verdad, hay universidades y colegiosahora que se sienten perfectamente "capacitados para ense-ñar la biología sin ninguna omisión, sin problemas y sinmencionar la teoría de la evolución. Cierto que algunos nopueden hacer esto por leyes vigentes, y otros por principiosreligiosos. "Sin embargo, si se tomara a un buen estudiantede algunos de estos colegios y se comparase su conocimien-to con los conocimientos de otro estudiante de idénticas po-sibilidades proveniente de una institución donde se enseñala evolución, se descubrirá que no existe diferencia aprecia-ble en los respectivos conocimientos biológicos de estos es-tudiantes.

Una buena ilustración de lo anterior es la calidad bri-llante de los médicos adventistas. A pesar de que la medici-na depende directamente de la biología, y la evolución estácompletamente ausente de su manera de pensar con res-pecto a la biología, algunos de ellos son de los mejores mé-dicos que existen.

Posiblemente sea provechoso examinar las principalesevidencias a favor de la teoría de la evolución y contemplar

54 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

cómo estos dos campos tan aislados, el de la ciencia y el dela filosofía, se complementan en su labor.

El punto más revelador a favor de la teoría es la homo-geneidad que existe fundamentalmente en todas las criatu-ras vivientes. Mediante arreglos cuidadosos, se puede cons-truir un árbol genealógico comenzando con una célula y si-guiendo en complejidad cada vez mayor hasta el hombremismo. Cada criatura en esta escala ascendente tiene ca-racterísticas en común con aquellos en inferior posición,pero cada criatura también posee peculiaridades individua-les. Hasta aquí, la ciencia es indiscutible. A esta altura in-terviene la filosofía, la cual afirma que cada unidad formóla siguiente por una serie de gradaciones infinitesimales.Esto se parece a una película, la cual está integrada por unaserie de cuadros plásticos individuales, pero el ojo los inter-preta como una imagen en movimiento. Nótese, sin embar-go, cómo la interpretación de la ciencia trasciende los he-chos mismos.

A decir verdad, se pueden hacer dos conjeturas. La evo-lucionista sería que el Creador comenzó con aquella prime-ra célula y la continuó en un proceso creativo muy comple-jo. Por supuesto, entonces se tendrían que explicar aquellosparéntesis en el presente registro de cosas vivientes. ¿Porqué no es una continuidad ahora? Como respuesta, posible-mente se podría alegar que sí sería continua si muchas cria-turas no se hubieran extinguido. La otra conjetura es queDios hizo su primera criatura tan perfectamente que deci-dió hacer todas las demás en la misma forma, incluyendotales modificaciones que mejor cuadrarían para el propósi-to designado para cada uno. De esta manera no existiríanaquellos paréntesis pidiendo explicación. Por cierto estosignificaría una multitud de hechos de creación aislados;pero, ¿sería esto más difícil para Dios que un acto indivi-dual? Y aun Darwin admitió que se necesitó un acto decreación a fin de comenzar la serie.4

¿Cuál conjetura es la acertada? A estas alturas nadie losabe; pero tómese nota de que la filosofía del llamado y a

* Darwin, toe. cit.

EL ORIGEN DEL HOMBRE 55

veces odiado "fundamentalista" es más sencilla que aque-lla del evolucionista.

Corroborando la evidencia de la anatomía comparada,descrita en los párrafos anteriores, está el registro dejadopor los fósiles. Si hay una continuación de seres vivientes,los restos del estrato geológico de las edades debieran re-velarlo. Hablando en términos generales, los fósiles revelanuna gradación progresiva de seres animados primitivos enel estrato más antiguo hacia seres más complejos en elposterior.

La conjetura de que los paréntesis en la continuidad dela anatomía comparada se deben a seres que desaparecen,se debe en parte a la evidencia de los fósiles en cuanto a laexistencia previa de tales' seres. No obstante, aún existengrandes intervalos en la continuidad que no tienen ningunaexplicación, salvo la imperfección del registro geológico.

A pesar de que el registro de los fósiles es generalmenteprogresivo, esto no es cierto en cada caso. A veces se encon-trarán formas más complejas precediendo a formas mássencillas. En algunos casos, esto piído haber sido el resulta-do de la inversión del estrato por catástrofes geológicas dela antigüedad. Sin embargo, hay muchos casos que no pue-den ser explicados de esta manera. Un ejemplo de esto es elde los boskopoides5 del África del Sur, quienes a pesar deque existieron hace diez mil años, revelan característicasque bajo el razonamiento evolutivo no podrían ser • anticipa-dos por muchos años aún y son superiores al hombremoderno.

Se necesita ejercer sumo cuidado al interpretar el re-gistro de los fósiles. El estudio ha estado plagado de fraudey falsificación, lo cual data de tiempos muy remotos, peroque fue traído ante la atención del público en 1953 cuandose anunció que los famosos huesos del llamado hombre dePiltdown eran un fraude.' El aspecto desconcertante eneste asunto es que no podrían los paleontólogos haber deja-do de descubrirlo en cuarenta años. Los científicos no pue-

5 Eiseley, op. cit, págs. 123-140.' J. S. Weiner, The Piltdown Forgery (Londres: Oxford Press,

56 LA CIENCIA RETORNA A DIOS EL ORIGEN DEL HOMBRE 57

den ser culpados, pero si revela cuan incierto y personal eseste tipo de estudio. En realidad, todo cuanto se tiene porbase en cualquier caso particular son unos pocos huesos yquizá unos pocos artefactos. También es difícil establecer silas características son en realidad formas nuevas o si sonformas conocidas en estado de deterioración. Evidentemen-te, la cantidad de conjeturas involucradas al interpretarcuáles criaturas tenían tal y cual característica es enorme.Por esta razón, las reconstrucciones hechas por los artistas,las cuales aparecen en revistas populares y aun en museos,deben ser descartadas.

En lo que concierne a cualquier ascendencia inmediatadel hombre moderno, evidentemente el registro de los fósi-les no tiene nada qué ofrecer. Hasta que el concepto delhombre como ser refabricado del mono fue abandonado,7

tales supermonos como el hombre java, el hombre pekín, elhombre neanderthal, etcétera, pudieron ser presentados.Pero ahora que los evolucionistas piensan que el hombremoderno no está en esa linea de descendencia, esto ya no esposible. A base de la presente evidencia, el hombre tal cuallo conocemos aparece en el registro de los fósiles tal y comolo conocemos.

Para resumir la evidencia suministrada por los fósiles,la idea de una continuidad evolutiva es parcialmente apo-yada por los paréntesis solucionados, pero es parcialmentedebilitada por la presencia de inversiones al invertir el pro-ceso. La teoría de creaciones especiales permanece relati-vamente incólume, apoyada por la falta de todo registro deantepasados inmediatos del hombre.

Se ha concedido atención al fenómeno de los restos in-volucionados como índices a antepasados evolutivos. Estosencillamente quiere decir que en los cuerpos de algunos se-res hay órganos que ahora carecen de función, pero que pu-dieron haber tenido función en una etapa previa de des-arrollo —por ejemplo, el apéndice en los seres humanos, estose apoya grandemente en la suposición de que sólo porqueno podemos encontrar utilidad en la actualidad para tal ór-gano, no puede ser útil, lo cual revela una actitud poco hu-

7 Senet. op. dt., pág. 59.

mude dado el adelanto a que ha llegado el conocimiento.De cualquier manera, los casos de estos residuos invo-

lucionados son tan escasos que no puede cifrarse mucho va-lor evidencial en los mismos.

A decir verdad, el argumento tiene dos caras por la si-guiente razón: si todos los seres vivientes son parte de unacontinuidad original, entonces cualquier criatura es un cor-te vertical. Un vistazo a este corte vertical debiera revelarmuchas evidencias de una continuidad inferior. En otraspalabras, debiera existir gran número de estos residuos. Enel caso del hombre, debieran existir muchos residuos invo-lucionados que no han tenido tiempo suficiente para desa-parecer. Su ausencia provoca sospechas, por no decir más.

Recientes libros sobre la evolución sólo han dedicadoescasa atención a la teoría de los residuos involucionados.Evidentemente ya no se considera como algo de serio valorevidencial. ¡

Esto también es cierto en cuanto al ya famoso argu-mento sobre el embrión o la recapitulación, que declara queel embrión de un ser vivo repite el proceso íntegro de la evo-lución hasta esa etapa. Las llamadas aberturas bronquialesen el feto humano, por ejemplo, fueron explicadas comoevidencia de ascendencia marina; sin embargo, el doctor A.Rendle Shtírt, quien ha invertido toda una vida en el estudiode la anatomía, declara que esta identificación es errónea.8

Las características aludidas no son agallas sino surcos en-tre los arcos que sostienen las arterias. El doctor Short ob-serva que Julián Huxley, en su reciente obra intituladaEvolución, la Síntesis Moderna, hace caso omiso del argu-mento de la recapitulación."

La razón por la cual los científicos del siglo XIX recal-caron tanto la teoría de la recapitulación se debió al hechode que constituía una deducción teórica muy lógica de lateoría de la evolución. En el supuesto caso de que laevolución sea la interpretación correcta, esto es lo que debeacontecer. El abandono de la teoría de la recapitulación es,

8 Short, op. cit., págs. 106.'Ibid.. pág. 76.

58 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

por tanto, evidencia negativa en contra de la misma teoríade la evolución.

Se ha señalado en algunos lugares apartados, talescomo islas, que algunos de los seres vivientes parecen agru-parse en núcleos de familias. Los miembros de estas fami-lias no pueden ser hallados en ninguna otra parte. Esta esevidencia bastante positiva del parentesco. A decir verdad,este tipo de parentesco limitado es incontestable de todosmodos. El caso no gira en torno a si hay determinadas fa-milias de seres vivientes que tienen parentesco, sino si todala creación está emparentada. En el caso de los seres isle-ños, estos puentes que efectivamente existen sólo ocurrenentre seres que en verdad son muy parecidos.

Mucha atención ha sido dada a la botánica y a la zoolo-gía domésticas. El trabajo de investigación, tal como el deLutero Burbank10 en California, pone de manifiesto que esposible producir nuevos seres distintos de sus progenitores.No obstante, este tipo de crianza es muy limitado. Donde esfactible crear híbridos, la mayoría de los tales son estériles,es decir, la evidencia que proporciona este campo demues-tra que algunas correlaciones no existen, pero esta eviden-cia es somera.

Esta variedad, cambio y desarrollo dentro de grupos deseres vivientes es un hecho científico. Donde entra en fun-ción la filosofía es al darse el salto más allá de esta eviden-cia para afirmar que esta es evolución en acción, asumiendoque este alcance es ilimitado y que revela cómo una especieproduce otra. Aun en países como Australia, el cual ha esta-do aislado del resto del mundo por edades, este tipo de des-arrollo no revela extensa difusión. La mejor ingeniosidadhumana puede producir nuevas variedades de linarias de laplanta paterna y mejores caballos de carrera de los origina-les; hasta puede triunfar en un cierto número de cruces,pero evidentemente no puede exceder ciertos límites.

Un problema que mucho preocupó a Darwin fue la ca-rencia del tiempo geológico para dar cabida a los millones

"Henry Smith Williams, Luther Burbank (Londres: GrantRichard Ltd., 1915).

EL ORIGEN DEL HOMBRE 59

de años requeridos por la teoría de la evolución." Esta difi-cultad perdura hoy día. Por ejemplo, se ha investigado mi-nuciosamente la historia natural del caballo. Se ha alegadoque es posible trazar el desarrollo desde la forma más pe-queña hasta la forma más compleja, pero que esto consu-mió mucho tiempo—quizá cien millones de años, quizá más.Según cálculos recientes, los seres vivientes han estado so-bre la faz de la tierra por un billón y medio de año». De ahíque sólo la evolución del caballo abarca una fracción consi-derable del tiempo evolutivo. Sin embargo, el plazo que serequeriría para esto es pequeño tan sólo en comparacióncon el proceso evolutivo total. Se admite que muchos de es-tos desarrollos pudieron haberse efectuado simultánea-mente, pero con todo resulta bastante difícil intercalar todoesto dentro de los límites temporales geológicos tal cual loconocemos ahora.

Hace medio siglo cuando deVries propagó su teoría demutaciones," cundió la impresión de que él había encontra-do una explicación para los paréntesis estorbosos en la con-tinuidad evolutiva. La teoría sugiere que nuevas formas sederivan de formas previas, no por gradaciones sino por sal-tos bruscos y plenamente formados. Esto equivale a creacio-nes especiales o separadas, pero a base de términos natura-listas. Sin embargo, la teoría de la mutación no puede serempleada para apoyar muy bien la filosofía evolutiva13 por-que no se cuenta con medios para explicar nuevos genes.Las mutaciones, tales como se ven en los interminables es-tudios en Drosophila, son conocidas como cambios en genesque influyen en rasgos físicos ya existentes. Observamos nue-vas y diferentes características pero no nuevos rasgos. Por lotanto, la teoría de la mutación no ayuda a los científicos aexplicar cómo pudieron ocurrir nuevos rasgos físicos. Perola aparición de nuevos rasgos físicos es requerida para cual-quier cambio de una clase animal a otra (o una clase de

11 Loren Eiselcy, Darwin s Centura (Garden City, NuevaYork: Doubleday and Co. Inc.. 1958), pág. 235.

" G. S. Cárter, A Hundred Years of Evolution (Nueva York:The Macmillan Co., 1957), pág. 104.

" Darwin, op. cit.. Capitulo 7.

60 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

planta a otra), que se supone está comprendido en la evo-lución.

Mucho más débil que la teoría de una continuidad evo-lutiva es el proceso sugerido de selección natural que se creefue la mecánica de la evolución. Como ya se afirmó, la se-lección natural significa que aquellas formas vivientes queson perpetuadas desarrollan casualmente característicasque las sitúan en posición ventajosa para la lucha por lasupervivencia.

Cualquier tratado sobre lógica científica hará hincapiéen el hecho de que una hipótesis no puede considerarseprobada a menos que abarque todos los hechos conocidos ysin tener contradicciones. Estos requisitos no los puede sa-tisfacer la selección natural.

La naturaleza está atestada de características que nopueden ser explicadas a base de utilidad en la lucha por lasupervivencia. Un caso histórico sobre el particular es el delcerebro humano, el cual le dio tanto trabajo a Wallace,14

colega de Darwin en la evolución, que sobrepasa todo cuantose requeriría para la supervivencia. La selección natural nopuede, sin esfuerzos tortuosos, proporcionar ninguna expli-cación para tales cosas como belleza, cultura, música y losdemás lujos de la vida.

Además, rasgos desventajosos tienen la tendencia desobrevivir, especialmente en el hombre. Su cuerpo desnudoy su infancia larga y desvalida lo prepararon para la des-aparición, pero estos rasgos se desarrollaron. Las ovejas tí-midas y presas de toda eventualidad han sobrevivido, peroreptiles feroces han desaparecido.

El argumento contra le selección natural está plantea-do muy terminantemente por Robson y Richards en La Va-riación de los Animales en la Naturaleza: "Hay tan escasaevidencia concreta a su favor, y tanta en su contra. . . queno tenemos derecho de darle la parte causativa principal enla evolución." "

14 Eiseley, Darwin s Centucy, op. cit., pág. 303.15 G. C. Robson y O. W. Richards, The Variation o( Animáis

in Nature, tal cual aparece en Short, op. cit., pág. 68." Lin Yutang, op. cit., pág. 216.

EL ORIGEN DEL HOMBRE 61

Un aspecto particular acerca de la selección naturalque asombra a los entendidos en las ciencias físicas son lospoderosos obstáculos que ocurren en contra de algunas deestas variaciones. El físico cifraría poca credulidad en unahipótesis que cuenta con menos de uno por ciento de proba-bilidad de ser veraz. Sin embargo, los obstáculos aquí Sonfantásticos. Por ejemplo, el doctor Lin declara en su libroque la probabilidad de que el aparato venenoso de la ser-piente ocurra por casual variación, es de 1 en 1023, esdecir, sólo una vez en cien mil billones de billones." Sinembargo, de acuerdo con la selección natural, el mundo estálleno de tales casos.

El doctor Lin hace referencia al hecho de que algunasveces en los casinos de juego se presentan situaciones sor-prendentes; pero que si suceden varias de éstas juntas, prontose llega a la conclusión de que hay trampa en la ruleta."Es decir que ya no es el azar el que está operando, sino latrampa. (Parentéricamente el doctor Lin no hace objecióna la evolución como tal, sino sólo a su filosofía materialista).

Sobre este punto, Rendle Short cita a Sir Arturo Keith,el renombrado biólogo inglés, al afirmar que declarar que laevolución del hombre ha sido determinada por una serie deeventos casuales es biológicamente increíble.18

En los primeros días de la teoría de la evolución, se ha-bló mucho del mimetismo. Como ilustración de la selecciónnatural, algunos seres vivientes tienen características in-ofensivas que mucho se asemejan a las características mor-tíferas que tienen otras criaturas, y que por ende les sirvecomo una protección para engañar a los probables enemi-gos. Por ejemplo, si una serpiente que es inofensiva desarro-llara características por las cuales fuese tomada por una decascabel, entonces esto no permitiría que otras criaturas laatacaran y por ende, sería un factor para su supervivencia.El mimetismo también incluye tales aspectos como la imi-tación de colores, hábitos, movimiento, sonidos, pose y am-biente. La sugerencia entrañada en la hipótesis de la selec-ción natural que declara que estas son variaciones casuísti-

, pág. 213, 214.18 Short, op. cit., pág. 70.

62 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

cas que sobrevivieron porque eran útiles, resulta insosteni-ble. Cada una de estas características, bajo el razonamientoevolutivo, sería el final de un prolongado proceso. Durantetal proceso, la característica sería inútil. Por lo tanto, ¿cómopersistió? La idea del designio parece ser mucho más razo-nable en esta situación.

Una idea similar en la evolución —la selección sexual—ha sido abandonada. Se decía que la razón por la cual algu-nas criaturas tienen colores muy vivos era para poderatraer al sexo opuesto para propósitos reproductivos. Elgolpe mortal para esta teoría fue el reconocimiento de quemuchas de estas criaturas no tienen retina que las capacitepara distinguir los colores.

Si la selección natural no es adecuada para explicar eldesarrollo de las especies, entonces ¿cómo explicarlo? Has-ta el momento no hay respuesta basada en términos natu-ralistas.

Graves daños han sido perpretados por personas bienintencionadas que han tratado de callar la teoría de la evo-lución en vista de su posible amenaza a la religión cristiana.La religión cristiana no tiene nada de qué atemorizarse.Permítasele a la ciencia examinar dondequiera. La respues-ta finalmente vindicará la Palabra de Dios.

Un ejemplo, bien intencionado pero imprudente, deeste tipo de protección fue el juicio Scopes del año 1925."Este joven fue probado por el estado de Tennessee, EE. UU.de A., por su atrevimiento de enseñar la teoría de la evolu-ción. William Jennings Bryan fue el contrario. Después deun juicio sensacional Scopes fue hallado culpable y fuemultado "por la suma de cien dólares, multa que posterior-mente fue levantada. Sin embargo, a través del mismo sucesola Palabra de Dios fue malhecha y el cristianismo cayó engrave descrédito. Este tipo de método siempre será colmadocon el fracaso.

19 Sheldon N. Grebstein, Editor, Monkey Tcial (The State ofTennessee vs. John Thomas Scopes) (Boston: Houghton MifflinCompany, 1960).

EL ORIGEN DEL HOMBRE 63

También se espera que con el correr de los años, teó-logos conservadores se mantendrán firmes y esperarán concalma para que Dios revele su verdad a personas que bus-can comprender el misterio de los orígenes. El creyente enla Biblia bien podrá utilizar sus dones por Dios dados parademostrar que la Biblia provee las únicas respuestas inmu-tables tocantes a los orígenes del universo, Ja tierra la vidae hombre y la cultura del hombre. Además, podrá revelai'clara y firmemente que la evolución sigue siendo sólo unateoría por sus muchas ideas especulativas y no probadas.

INCIDENTES DIFÍCILES DE LA BIBLIA 65

CAPITULO VI

INCIDENTES DIFÍCILES DELA BIBLIA

El propósito de este capítulo es el de investigar algunosde los temas bíblicos que han sido objeto de mayor crítica,por lo general debido a que dan a conocer hechos que, a pri-mera vista por lo menos, son contrarios a nuestra experien-cia normal o a las leyes científicas conocidas.

Muchos de estos incidentes son milagros y por ende,pasan a las consideraciones ya expuestas en el capítulo tresacerca de lo sobrenatural, pero una discusión adiciona]puede resultar provechosa.

Debe tenerse en cuenta desde un principio que no esta-mos tratando de probar la Biblia. Como ya se ha recalcado,aceptamos la Biblia, no porque sea razonable o porque con-cuerde con la ciencia, sino porque tiene la autoridad deCristo. En otras palabras, sobre esta base aceptaríamos lasEscrituras aun cuando fueran irrazonables o no científicas.Todo cuanto pretendemos hacer es examinar las dificul-tades a la luz de los mejores conocimientos científicos queestán a nuestro alcance.

Tampoco vamos a compenetrarnos en complejas expli-caciones para tratar de forzar una armonía entre el sucesobíblico bajo consideración y los hechos científicos relacio-nados. Tales explicaciones frecuentemente son más difíci-les de creer que el milagro bíblico. Si una explicación nocuadra fácilmente, no se debe forzar; y aun cuando cuadre,podría con todo no ser la explicación correcta.

Los temas principales de posibles errores en cualquierexplicación son los siguientes: Nuestras interpretacionesde los eventos, nuestra evaluación de los hechos científicos

[64]

relacionados, nuestra ignorancia con relación a los detallesdel suceso, y nuestra ignorancia de existentes condicionesen aquellos tiempos.

Es muy importante recapacitar en que nuestro conoci-miento de los detalles concernientes a los milagros bíblicoses muy limitado. Los intentos de explicar algo a base de co-nocimientos inadecuados, casi siempre han llevado al error.Por lo tanto, el estudiante de la ciencia en la. Biblia debeproceder con suma humildad, reconociendo que está inves-tigando temas envueltos en grandes misterios en los cualesDios mismo ha estado obrando.

Debemos tener presente que estamos pisando sobretierra poco firme cuando damos por sentado que la opera-ción de los fenómenos naturales es exactamente la mismaahora que en tiempos antiguos. Nuestro planeta está lesio-nado con estragos de desastres antiquísimos de los cualessabemos muy poco. Sabemos que han ocurrido diferenciastrascendentales tanto en la.geografía como en el clima. Pu-dieron haber ocurrido otros cambios de condiciones drásti-cas. Hace algunos años, Manuel Velikovsky * causó grandesensación cuando publicó su teoría de que en los tiemposdel Antiguo Testamento el sistema solar estaba sujeto agrandes cambios por causa de choques y atropellos planeta-rios. El sugirió que Venus, que según él las autoridades anti-guas conceptuaban como cometa, chocó con la tierra y per-dió su cola. También concluyó que Marte una vez llegó aproximidad tal con la tierra que el movimiento terrestre re-sultó muy irregular por largo tiempo. Las teorías deVelikovsky no han sido apoyadas por la ciencia; no obstan-te, son de interés para el estudiante bíblico, puesto que si lascondiciones a las cuales él alude ocurrieron en verdad, en-tonces muchos acontecimientos referidos en el AntiguoTestamento tendrían otro significado. El hecho es que sa-bemos tan poco acerca del mundo antiguo que no podemoshacer ningunas presuposiciones referentes a lo que ocurrióo a lo que no ocurrió. Sin embargo, necesitaríamos estos co-nocimientos a fin de poder dar una explicación adecuadade cualquier suceso particular.

1 Iromanuel Velikovsky, Worlds in Coltision.

66 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

Es también notable que Carlos Darwin sugirió que elproceso de cambio en el mundo biológico pudo haber sidomucho más rápido en una de las etapas del universo que loque es ahora. Nuevamente debe admitirse inmediatamen-te que la mayoría de los científicos no concuerdan con Dar-win al respecto. Pero cuando es sugerido por algún científi-co de su talla, es evidencia de que no podemos asumir quelas cosas que existen'hoy en día son iguales a las de todaslas edades. Juzgar o explicar un milagro bíblico de tiemposantiguos por la operación de leyes que obran ahora es uncamino no exento de peligros.

Puesto que los capítulos anteriores ya han consideradolas dificultades referentes al relato de la creación, no existenecesidad para discusión adicional. No obstante, hay otrosasuntos pendientes acerca del período antediluviano queurge considerar.

El primero se refiere a la esposa de Caín (Génesis 4:17).Ella pudo haber sido su hermana. En una de las etapas delos conocimientos este hecho hubiera dado por sentado unaraza humana debilitada por causa de endogamia. Sin em-bargo, ahora se sabe que no es forzoso que siempre resulteasí. Por ejemplo, la realeza de Fiji ha practicado la endoga-mia por siglos, y pese a esto son prototipo de los mejoresejemplares de la isla. El asunto de grados prohibidos de re-laciones consanguíneas no hubiera estado en vigor en estaetapa de la raza humana.

La esposa de Caín pudo haber sido miembro de algunaotra creación casi humana. Se ha prestado un poco deatención a esta teoría en capítulo previo. Otros han sugeri-do que Adán y Eva no eran los únicos seres creados, porquela Biblia dice: "Y creó Dios al hombre, a imagen de Dios locreó; varón y hembra los creó" (Génesis 1:27). El últimopronombre posiblemente comprende más que una pareja.Esto es posible, pero no es una deducción necesaria. Si fue-ra verdad, significaría que la Biblia sólo se preocupa por ladescendencia adánica. Los otros hubieran desaparecido detodos modos en el diluvio.

• Carlos Darwin, The Origin ot Species (Nueva York: ModeraLibrary), pág. 253.

INCIDENTES DIFÍCILES DE LA BIBLIA 67

Otro problema durante el período antediluviano es lalongevidad de las personas, extendiéndose en un caso a másde novecientos años (Génesis 5:27). Hay para esto dos posi-bles explicaciones que son evidentes inmediatamente.

La primera explicación es que el concepto que los anti-guos tenían de un año era radicalmente diferente al nues-tro. Que existiese cierta confusión al respecto se palpa enlos registros antiguos no bíblicos que también recalcan estalongevidad. Una lista de antiguos reyes babilónicos revelanvidas de hasta mil doscientos años.3 La lista Berosso * dereyes antediluvianos indica el plazo del reinado de una per-sona en cien veces superior, abarcando en un caso sesenta ycuatro mil, ochocientos años. Evidentemente su unidad deaño no sólo era diferente ,de la nuestra sino que variaba enuso entre ellos mismos. Si pudiéramos establecer con exac-titud lo que se comprendía por el año antediluviano delGénesis, el problema se simplificaría enormemente.

Otro punto de vista radica en que lo anormal no fue sulongevidad sino nuestra brevedad. En aquellos primerosdías, el pecado no pudo haber perpretado los estragos quesucedieron posteriormente. El cuerpo humano está hechopara una vida más larga que la que nosotros gozamos. En-vejece prematuramente por condiciones adversas que Diosnunca quiso que existieran. Este punto de vista comprendemucha verdad.

Cuando nos acercamos al diluvio, circulamos en unaserie de acontecimientos que presentan dificultades realesy que, sin embargo, tienen un grado sorprendente de evi-dencia a su favor. No cabe duda que el diluvio de Noé, o queotra inundación o inundaciones similares en el mundo anti-guo, es parte de la historia de muchas razas, porque existenmuchas referencias a tal hecho en la literatura antigua delos pueblos esparcidos por todo el globo.

Una tabla cuneiforme procedente de Nínive, que datadel siglo VII antss de Jesucristo, es de interés particular. Se

3 George A. Barton, Archaelogy and the Bible (Filadelfia:American Sunday School Union, 1937), Capítulo 5.

4 Loe. cit.

68 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

la llama generalmente "la Épica de Gilgamesh".5 En ellalos dioses han decretado la construcción de un barco dondela semilla de todas las clases de vida iba a ser preservada.Tenía que medir ciento veinte codos cuadrados y debía sercubierta con betún. El hombre y su familia entraron en elbarco con los demás seres vivientes. Un diluvio tremendosobrevino y hasta las montañas fueron anegadas con lasaguas. Cuando las aguas bajaron una paloma fue libertadaa fin de hacer una prueba, pero la paloma regresó porque nopudo encontrar dónde construir su nido. Por ultimo ungorrión fue enviado con la misma finalidad y no regresó.

No cabe duda que se está haciendo referencia al diluviodel tiempo de Noé. En otros registros, la similitud no es tanclara, pero los términos generales son inconfundibles. Noobstante un estudio cuidadoso revela que no existe depen-dencia literaria de estos registros en la Biblia y viceversa.Evidentemente había circulado la noticia del diluvio de Noéen los tiempos antiguos.

Hay cierta evidencia arqueológica qué apoya el hechodel diluvio. Es cierto que no puede probarse terminante-mente que los residuos que han sido hallados son resulta-dos del diluvio de Noé, pero sí revelan que un diluvio de estamagnitud ocurrió en los tiempos antiguos. A decir verdad,para algunos el diluvio que se muestra en el registro geoló-gico pudo haber sido de más grandes proporciones que eldiluvio de la época de Noé.

El primero de estos descubrimientos fue hecho en 1929cerca de Ur de los Caldeos, cuando Sir Leonard Woolley en-contró una capa de arcilla mezclada con agua, de ocho piesde profundidad.' Un descubrimiento similar fue hecho enKish por el doctor Stephen Langdon. La evaluación que hizoLangdon de su significación es particularmente clara.

El afirmó: "Cuando hicimos estas observaciones... na

^ ^ " " • ~ ~ " " " /

' Ibid., capítulo 6.' Sir Leonard Woolley, en artículo que apareció en The London

Times (15 de marzo de 1929), tal cual aparece en A. Rendle Short,Madern Discovery and the Bible (Chicago: Inter-Varsity Press,1955), pág. 134.

INCIDENTES DIFÍCILES DE LA BIBLIA 69

quisimos creer que teníamos la confirmación del diluvio re-latado en el Génesis, pero ahora no cabe duda."7

• A pesar de declaraciones y de descubrimientos talescomo éstos, el estudiante de la Biblia que procede con cau-tela siempre se cuidará de afirmar que la narración del di-luvio de Noé ha sido demostrada por el descubrimiento ar-queológico. Sería más prudente declarar que el arqueólogoha revelado que es muy posible que haya ocurrido un dilu-vio de estas proporciones.

Las causas físicas del diluvio nos son desconocidas, peroes muy evidente que el diluvio no fue causado por lluviaspersistentes como creen muchos. La Biblia se refiere en Gé-nesis 7:11 a "Aquel día fueron rotas todas las fuentes delgrande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abier-tas." Esto sugiere algún estremecimiento subterráneo, elcual suele ocurrir acompañado de terremotos o erupcionesvolcánicas. El fondo de los golfos Mediterráneo, Caspio oPérsico pudo haberse levantado, haciendo que el aguacorriera por el terreno circundante. Velíkovsky sugiere quela proximidad temporaria de un cuerpo celeste a este pla-neta en esa época ocasionó gigantescas mareas que anega-ron la tierra y que causaron el diluvio.* Esto, sin embargo,significaría que el diluvio no fue continuo, sino que fue unasucesión de diluvios, puesto que si las mareas estaban deun lado del mundo, el otro estaría en condiciones normales.

Se ha discutido acerca de si el diluvio fue local o siabarcó toda la tierra. La razón para esta discusión es que lapalabra empleada y que se traduce por "la faz de la tierra"en Génesis 7:4 también significa tierra. Por tanto, una tra-ducción igualmente buena haría parecer que toda la tierrao el terreno mesopotámico estaba inundado, y no que todala faz de la tierra como nosotros la conocemos ahora. Encontraposición, sin embargo, está el hecho de que existenregistros del diluvio por todo el mundo. Por cierto, algunosde estos registros pudieron haberse circulado por medio detradiciones orales, lo cual nosotros no sabemos.

* Sir Leonard Woolley, en artículo que apareció en The LondonTimes (18 de marzo de 1929), tal cual aparece en A. Rendle Short,

•Velíkovsky, Worlds in Colliston. op. dt.. pág. 70.

70 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

Muchos han puesto en tela de juicio la narración de lapreservación de la vida en el arca de Noé, señalando las difi-cultades a las cuales Dios tendría que hacer frente al hacerllegar a Noé las criaturas de todo el mundo, y devolverlas asus lugares de procedencia después del diluvio. Esta obje-ción presupone que el diluvio fue mundial, lo cual no es ne-cesariamente el caso, tal cual ya hemos considerado. Perode cualquier modo, el emitir juicios respecto a lo que Diospuede o no puede hacer debido a problemas que nosotrosconfrontaríamos si estuviésemos en el lugar de Dios es, a lasclaras, razonamiento impertinente. Una vez que nuestro ra-zonamiento se fundamenta sobre la afirmación bíblica deque Dios estaba en y a través de todo esto, no podremos sor-prendernos ante nada que ocurriese.

El relato de la torre de Babel que se encuentra en Géne-sis 11 revela el esfuerzo fantástico de este antiguo puebloque en su vanidad quiso llegar hasta Dios, y cómo Dios usóeste mismo hecho para confundirlos. Se sugiere que estoexplica las diferentes lenguas.

Es interesante saber que existe evidencia de que los es-combros de esta torre de Babel, como se le ha dado en lla-mar, existieron hasta tiempos relativamente recientes.9

Heródoto hace una descripción de ellal0 y no cabe dudaque dicha descripción se refiere a la misma estructura.

Resulta de interés observar que existe un fragmentoantiguo " que alude a los dioses que han sido ofendidos porla construcción de determinado edificio. Dice que los dioseslo derribaron, que esparcieron al pueblo, y que hicieron con-fuso el lenguaje. La analogía con el relato del Génesis es enrealidad sorprendente.

El suceso relatado en la Biblia establece que original-mente había una sola lengua, pero que posteriormente sediversificó. Esto parece estar verificado por el estudio deidiomas hecho por todo el mundo. Existen vocablos y otras

•Cunningham Geikie. Hours With the Bible (Nueva York:James Pott & Co. 1905), I, pág. 217.

uIbicL, pág. 219."Joseph P. Free, Archaelogy and Bible Hisíorg (Wheaton,

Illinois: Scripture Press, 1950), pág. 46.

INCIDENTES DIFÍCILES DE LA BIBLIA 71

características comunes a todos los idiomas, sugiriendo queen un principio tenían una fuente común.

' El relato de la destrucción de Sodoma y Gomorra (Gé-nesis 19) se refiere a un terrible desastre ocurrido en tiem-pos antiguos. De cuando en cuando se han hecho sugestio-nes referentes a que las ciudades mencionadas están ahorasepultadas bajo el mar Muerto, pero con mayor probabili-dad, que fueron completamente destruidas por la naturale-za del propio desastre. La presencia de sal gema, de azufre,de asfalto, de petróleo y de otros minerales en los alrededo-res revelan que las materias primas estaban disponiblespara tal suceso. Existe evidencia de que, si bien esta zonapermaneció deshabitada hasta los tiempos de Abraham, novolvió a sentir la influencia de la civilización sino hasta elperíodo romano. Esto es precisamente lo que se esperaría abase de la narración bíblica.

Debe mencionarse aquí que la conversión en estatua,de sal de la esposa de Lot, según es narrada en la Biblia (Gé-nesis 19:26) no es una referencia a una metamorfosis. Eloriginal solamente significa que fue sepultada en un bloquede sal cuando éste cayó sobre ella durante la explosión.

El relato de las plagas en Egipto (Éxodo 7-12) formu-la un número de dificultades. Las plagas fueron las siguien-tes: sangre, ranas, piojos, moscas, plaga en el ganado, úlceras,granizo, langostas, tinieblas, y muerte de los primogénitos.La mayoría de estas plagas han tenido subsiguientes para-lelos en muchas ocasiones. Por ejemplo, el autor ha vistouna plaga de langostas tan intensa que una ciudad de tres-cientos mil habitantes quedó paralizada.

La conversión de las aguas del Nilo en sangre putrefac-ta es única, o por lo menos parece así, quizás porque no co-nocemos los detalles. Algunos han sugerido que la palabraque indica "sangre" podría referirse a alguna infestaciónbacteriológica.

El granizo acompañado por fuego no es sorprendente,porque el granizo generalmente es resultado de tormentaseléctricas; pudo, por tanto, haber sido una tormenta me-teórica, ya que la palabra hebrea traducida granizo no sig-nifica únicamente eso.

72 LA CIENCIA RETORNA A DIOS INCIDENTES DIFÍCILES DE LA BIBLIA 73

Las tinieblas que podían ser palpadas parecen indicaruna tormenta de tierra. La muerte de los primogénitospudo haber sido causada por un sinnúmero de enfer-medades.

No obstante, aun cuando estuviéramos seguros de cadaproceso comprendido, el evento, la descontinuación y laefectividad de las plagas no podrían ser explicadas porcausas naturales. Se palpa una manipulación muy directade los procesos de la naturaleza.

En lo que se refiere al cruce del mar Rojo (Éxodo 14), laBiblia proporciona su propia explicación del proceso usado.La Biblia explica que las aguas se retiraron por recio vientooriental (Éxodo 14:21). Acontecimientos de esta índole hansido observados en otros tiempos. Por ejemplo, se dice queen una ocasión las aguas del lago Menzaleh se retiraronmás de once kilómetros. Sin embargo, el hecho de que laduración del suceso bíblico estuviera sujeta a un tiempo es-pecífico revela que no pudo haber sido un simple suceso na-tural o accidental.

Con referencia al cruce del río Jordán, caminamos so-bre tierra más firme. La Biblia misma sugiere en Josué 3:16 que "las aguas que venían de arriba se detuvieron comoen un montón bien lejos de la ciudad de Adam". Las aguasde abajo entonces correrían hacia el mar Muerto dejando elcauce seco hasta tanto el dique formado por el derrumbefuera nuevamente roto. Hechos similares nan ocurrido unnúmero de veces en la historia de la civilización. Pero nue-vamente la duración indica el dominio sobrenatural.

Posiblemente el más extraño de todos los milagros delAntiguo Testamento es la historia del día largo de Josué. Lareferencia (Josué 10:13) declara que "el sol se detuvo y laluna se paró. . . y el sol se paró en medio del cielo, y no seapresuró a ponerse casi un día entero". Como ya se ha men-cionado, no'necesitainos cavilar en torno a los vocablos em-pleados. No existe evidencia aquí de que la Biblia está in-sistiendo en que el sol está en movimiento en lugar de latierra. Es una expresión idiomática que nosotros mismosempleamos cuando decimos que el sol se levanta y se pone,sin contradecir con esto lo que sabemos acerca de nuestrouniverso.

La sugestión hecha por Sir Ambrosio Fleming al efectode que Dios pudo haber causado un cambio temporal en elíndice refractor de la atmósfera es bien conocida." Bajocondiciones normales, vemos al sol por algunos minutosdespués de que efectivamente se ha puesto en el horizonte.Este suceso de refracción nos hace contemplar una aparen-te imagen del sol donde de hecho no está el sol. El grado deeste tipo de ilusión depende de los gases. Por ejemplo, Ren-dle Short hace ver que si la atmósfera estuviera compuestade criptón, «podríamos contemplar el sol dondequiera queestuviese." El atractivo de este tipo de explicación radicaen que no comprende ningún disturbio en la rotación delglobo terrestre.

Velikovsky hizo algunos cálculos en cuanto a los efec-tos que la proximidad de Marte habría producido en aquellaocasión, lo cual creía que había sido la causa. Llegó a la con-clusión de que según esta hipótesis los desarreglos mencio-nados por Josué son perfectamente factibles." No obstan-te, la dificultad es que su hipótesis está muy lejos deser comprobada.

Estas sugerencias son interesantes, pero resulta impo-sible evaluarlas, debido a que la referencia del día largo deJosué sólo nos dice que la luz del día fue prolongada y que elmovimiento del sol cesó por muchas horas. Esto debió ha-ber sido el 'resultado final de un gran complejo de condicio-nes, la naturaleza de las cuales ni podemos conjeturarpuesto que no sabemos cuáles fueron. Con frecuencia se haobjetado que si la tierra cesara repentinamente su movi-miento, los resultados serían desastrosos. Esto sería ciertoa menos que determinadas condiciones opuestas fuesen es-tablecidas para contrarrestar este resultado.

Ciertamente si Dios detuvo el movimiento giratorio dela tierra en este caso, él por cierto hubiera previsto los re-sultados. No tendría caso el que Dios realizara este milagropara ayudar a Josué y luego, como resultado, dejar que to-

" Ambrose Fleming, Proceedings o¡ the Physical Soc/eíu (Lon-dres: 1914), pág. 318.

" Short, op. cit.. pág. 157."Velikovsky, Woclds in Colusión, op. ctf., pág. 39.

74 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

dos se perdieran en el espacio. De todos modos, la Biblia nodice que Dios detuvo el movimiento terrestre. Es interesan-te notar que las gentes de la antigüedad no nos han propor-cionado referencias acerca de un día largo.

Hubo otra manifestación de milagros en los días de Elí-seo y de Elias. En estos casos los detalles escasean de mane-ra particular. En 2 Reyes 4 se presenta a Elíseo instruyendoa la mujer necesitada en la manera en que ella debe conti-nuar llenando las vasijas vacías de la única que ella tenía yque estaba llena. Por conducto de esta multiplicación mila-grosa, ella estuvo en posibilidad de pagar sus deudas y sal-var de la esclavitud a sus hijos. En la Biblia aparece un nú-mero de casos de multiplicación acelerada de cosas vivien-tes, pero generalmente estos casos todavía estaban asocia-dos a la fuente de vida, tales como las plagas de Egipto, enlos cuales existe relación con la reproducción. Sin embargo,en este caso particular, así como también en el incidente dela alimentación que hizo Cristo de los cinco mil, el materialmultiplicado es aislado de su fuente original de vida. Porconsiguiente, no tenemos una clave para determinar losprocedimientos empleados. En lo que atañe a posibles ana-logías, se podría citar la multiplicación de substancia talcomo ocurre en la masa del pan, en el arroz cuando se cue-ce, en la fabricación de algunas substancias sintéticas, a pe-sar de que no cabe en ninguna de estas categorías. Pero Diossabe mucho más acerca de los cambios físicos y químicosque lo que nosotros conocemos.

En 2 Reyes 5 se presenta a Naamán el siró curado de lalepra al obedecer el mandato divino de bañarse en las aguasdel Jordán. Sin embargo, no hay sugerencia alguna de queel agua fue el elemento curativo. Evidentemente, sólo setrataba de una prueba de su disposición de obedecer a Dios.Puesto que el término "lepra" en tiempos antiguos abarca-ba una multitud de enfermedades dermatológicas, no pode-mos definir este caso como del bacilo de Hansen, o sea lalepra tal cual se conoce hoy día. Nuevamente no hay indicioalguno por lo que respecta al proceso empleado.

Uno de los milagros más inusitados fue el del hachaque, después de caer en el arroyo, flotó por la palabra del

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profeta. (2 Reyes 6:6.) Las condiciones que pudieron habersuscitado este incidente se prestan a grandes conjeturas. Nisiquiera sabemos de qué material era la cabeza del hacha.El que pudiese flotar en un líquido dependería de su compo-sición y también de la del líquido, así como también de sumovimiento. Un arroyo cuyas aguas fluyan rápidamentecon facilidad puede traer a la superficie una pesada piedra.La presencia de elementos químicos o minerales poco co-munes en las aguas también pudieron darle al hacha lapropiedad de mantenerse a flote, propiedad que no poseeríade otra manera. En este incidente bíblico el profeta usó unpalo para localizar el hacha, pero esto no explica precisa-mente lo que ocurrió. Por carecer de detalles, sólo podemoshacer conjeturas.

La historia de Jonás ha sido el blanco de las burlas y dela incredulidad por años. Posiblemente el silenciador másenérgico que podría emplearse contra la crítica de que elsuceso no puede ser posible, es que ha ocurrido un paralelo.En 1931 un individuo que formaba parte de una expediciónballenera cayó en las aguas luego de que su embarcaciónfue quebrada por la cola de una ballena. La primera cosaque supo fue que estaba deslizándose por un pasaje obscu-ro. Al darse cuenta que estaba dentro de la ballena, suterror aumentó a tal grado que perdió el conocimiento. Dosdías más tarde, cuando la ballena era desmembrada poste-riormente a su captura, el cuerpo del hombre fue descu-bierto dentro del estómago de la ballena. Después de prodi-garle atención médica, el individuo fue revivido y gozó desalud normal, aunque su piel había sufrido los efectos de losácidos estomacales de la ballena; pero fuera de esto el hom-bre se encontraba completamente bien.

Se han hecho algunas sugerencias con relación a laboca y la garganta de la ballena. Se ha sostenido que sondemasiado pequeñas para acomodar a un hombre. Ciertoque la Escritura no especifica en el idioma original quehaya sido una ballena, pudo haber sido cualquier pez gran-de; pero hay una especie de ballena que tiene la capacidadde tragarse a un hombre sin ninguna dificultad.*5 Este

"^Whale", The World Book Encyclopedia (Edición de 1950).Vol. XVIII, pág. 8728.

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animal también tiene la característica interesante de que alconfrontarse con la muerte vomita el contenido de su estó-mago en la playa más cercana. Esto pudo haber sido lo quele aconteció a Joñas.

Es interesante observar que Jesús se refirió a esta his-toria y que la conceptuó verídica (Mateo 12:40). Si él, comoHijo de Dios, no tropezó con dificultades acerca de la referi-da historia, ¿debemos entonces nosotros encontrar difi-cultades cuando nuestro conocimiento es infinitamente me-nor que el de él? A decir verdad, un incidente como este esmuy inusitado, pero cualquier acción directa de Dios sobreesta tierra forzosamente tiene que ser inusitada.

Cuando consideramos la vida de Jesús sobre esta tierra,podemos anticipar un número, de hechos sobrenaturalespuesto que él fue la manifestación de Dios en la carne.Puesto que todas las cosas fueron por él hechas, (Juan 1:3),hubiera sido muy sorprendente si no hubiera habido seña-les del Gran Arquitecto trabajando en su creación.

La narración del nacimiento virginal (Mateo 1:18-25;Lucas 1:26-38) ha perturbado a muchos, esencialmenteporque los embarazos según nuestra experiencia sólo pue-den ocurrir tras de intervención masculina. Algunos estudioshechos en años recientes sobre la partenogénesis " han reve-lado que no debemos confiar tan plenamente en este crite-rio, particularmente al considerar algunos de los animalesinferiores. En cualquier caso, el dar la vida de manera nor-mal, por la penetración en un huevo de un espermatozoide,es todavía un misterio sólo conocido por Dios; y el milagromás grande de todos es el de la vida misma. Por cierto nodebe conceptuarse como increíble simplemente porqueDios, quien-puede llevar a cabo esta gran hazaña, modificósu proceso para efectuarlo cuando sus propósitos lo hicie-ron imperativo.

Los milagros de nuestro Señor al curar ponen de relie-ve evidencias inconfundibles de sus conocimientos divinos.Al estudiarlos encontramos en algunos casos instancias deluso de los principios psiquicofísicos, los cuales fueron des-

" "Reproductíon, Animal", Cottier's Encyclopedia, Vol. XVI,pág. 666.

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cubiertos en años recientes. Un resumen justo de las enfer-medades humanas permitiría afirmar que son causadas porel funcionamiento físico imperfecto o por la invasión de or-ganismos ^externos. La medicina moderna y la cirugía enambos de estos campos han llegado a su grado actual dedesarrollo por nuestro conocimiento más avanzado delcuerpo humano y de sus funciones, como así también por elconocimiento de la historia de estos organismos. De todoesto que nosotros sólo conocemos imperfectamente, Cristotenía conocimiento perfecto, a tal grado que podía emplearmétodos que prescinden de procesos físicos.

Los casos de resurrección de los muertos pueden serexplicados a base de los mismos términos. Los problemascientíficos relacionados a la resurrección son los siguientes:la restauración de tejidos deteriorados y la renovación deuna vida ya desaparecida. Por supuesto, para Dios no esmás fácil renovar el tejido que hacerlo, y evidentemente, el

- dar o el quitar la vida es prerrogativa de él. En otras pala-bras, una vez que se reconoce que Dios está obrando, noqueda en pie ninguna dificultad.

Los milagros de la naturaleza abarcaban tales aspectoscomo el caminar sobre las aguas, el preparar suficiente ali-mentación para miles con sólo cinco panes y dos pececillos,el calmar una tormenta, el secar una higuera, y el atrave-sar una puerta cerrada. Todas estas cosas son muy superio-res a nuestro poder, pero considerando el hecho de que enJesús tenemos al creador de todo, ¿resulta sorprendente talmanipulación? A medida que avanza la ciencia, muchas delas dificultades tienen por costumbre perder su importan-cia. Tómese, por ejemplo, el incidente de la puerta cerrada.Hace un par de generaciones, una puerta era una barrerasólida e infranqueable. Ahora sabernos que gran parte de ellaes espacio.

También existe un número apreciable de milagro!»apostólicos, tales como la curación, el hablar en lenguas, losrescates milagrosos, las resurrecciones, y la investidura so-brenatural de poderes especiales. Estos son conceptuadosespecialmente como obra del Espíritu Santo, y puesto que elEspíritu es también Dios, tampoco existe nada sorprenden-

78 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

te referente a estos milagros. En algunos casos en el NuevoTestamento, intervienen los procesos físicos en lugar de lapalabra hablada. Estos incluyen tales sucesos como la im-posición de las manos, la frotación de los párpados con sa-liva, y el ungimiento con aceite. Sin embargo, en algunoscasos tales procesos no fueron empleados, de modo que pro-bablemente no fungían como medios para la curación. Esmuy probable que éstos hayan tenido por objeto esti-mular la fe.

Al finalizar este capítulo sobre los problemas particu-lares de la Biblia, el lector podrá recapacitar cuan relativa-mente insignificantes son los factores científicos para de-terminar la credibilidad. El punto crítico es la fe en Dios. Sicreemos que él está en nuestro mundo obrando directamen-te, resta poca dificultad. No obstante, es provechoso apre-ciar que no hay nada en.estos sucesos que sea contrario a laciencia aun cuando hay mucho, (tal como bien podemosanticipar), que está más allá de los lindes de la ciencia.Cualquiera que sea el proceso natural empleado por Diospara llevar a cabo sus obras, sólo es de valor para nosotroscomo aspecto de interés, y en la mayoría de los casos esmisterioso.

CAPITULO VII

LA ARQUEOLOGÍA

La arqueología es la ciencia que investiga las ruinas deantiguas civilizaciones con la finalidad de reconstruir suhistoria y de descubrir la verdad con relación a sus costum-bres y hábitos consuetudinarios. Para efectos prácticos, laciencia sólo cuenta con aproximadamente ciento cincuentaaños de existencia.

La importancia de la arqueología con relación a la Bi-blia está a base de dos aspectos. En primer lugar, es unaprueba objetiva de la exactitud de la narración bíblica. Ensegundo lugar, proporciona datos mayores sobre esa narra-ción. El segundo propósito que. cumple la arqueología bíbli-ca no se ha de considerar, puesto que este libro cumple elpropósito primordial de vindicar la fe cristiana desde laperspectiva científica y, por lo tanto, limitará su considera-ción al propósito número uno.

En años recientes la reconstrucción de la historia anti-gua se ha basado firmemente sobre los hechos objetivos quehan sido derivados de las investigaciones arqueológicas.Antes de la arqueología, éstos eran en su mayoría muy per-sonales debido a la falta de fuentes objetivas de informa-ción. Por cierto, una de las fuentes más útiles era la de loshistoriadores antiguos. No obstante, no siempre se tomó encuenta que los historiadores de la antigüedad no fueronguiados por los mismos principios de exactitud que nosotrosrequerimos hoy en día. De ahí que algunos de los relatosbasados en estos antiguos historiadores adolezcan defalibilidad.

Sin embargo, gran parte de la historia de las antiguascivilizaciones ni fue presentada por los antiguos historiado-res. La única fuente que le quedaba al estudioso era la demeditar y suponer que fue la historia antigua. Evidente-mente y pese a las más loables intenciones, este fue un pro-

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cedimiento no exento de peligros. Ahora, cuando la infor-mación objetiva ha sido proporcionada por la arqueología,mucha de esta historia hipotética ha tenido que ser revisa-da.

En particular, este ha sido el caso con relación a las re-construcciones que han sido hechas de la historia que es pa-ralela a las narraciones bíblicas. Muchos asumieron que laBiblia no pudo ser sobrenatural; por lo tanto, debía ser mís-tica y legendaria. Se declaró abiertamente que muchos delos relatos no fueron escritos en el tiempo durante el cual seafirmó que fueron redactados, y que en verdad fueron in-ventados siglos después por impostores. El punto de vista deeste método de dar fechas frecuentemente es lo que estosestudiosos conceptuaban ser las costumbres y la vida deesos períodos.

Este análisis de la historia bíblica frecuentemente esllamado el de la alta crítica, un nombre poco acertado pues-to que implica una actitud negativa. El autor está profun-damente agradecido por haber tenido su iniciación en estarama del saber después de apreciable preparación científi-ca. Después de los métodos exactos de la ciencia, los proce-dimientos empleados por la alta crítica eran francamenteespantosos. A veces las decisiones más trascendentales fue-ron tomadas a base de pruebas insignificantes y triviales.Todo el estudio estaba plagado de presuposiciones que notenían ninguna substanciación concreta. Esto, por supuesto,no se aplica a todos los entendidos en la materia, pero estasubjetividad es tan manifiesta que no se puede tomar porsentado que las historias y las introducciones a la Bibliason dignas de confianza. Pasarán algunos años antes de quelos hechos y las conjeturas en esta rama del conocimientopuedan ser distinguidas.

Esta crítica produjo angustia sin par a cristianos senci-llos que creían que la Biblia es la Palabra de Dios y que, porlo tanto, no podía estar equivocada. Y sin embargo, se pre-sentaban reconocidas eminencias para declarar que la Bi-blia era un mito y una leyenda. Desgraciadamente, no fueposible sino hasta años recientes someter todo el asunto aminuciosa prueba.

LA ARQUEOLOGÍA 81

Por espacio de aproximadamente cien años, cada por-ción de la Biblia que podía ser comprobada por descubri-mientos arqueológicos na sido sometida a minucioso escrutinio.Los resultados han sido tan halagadores, que ahora consi-deramos la arqueología como la evidencia más concreta quetenemos a nuestro alcance para la doctrina tradicional so-bre la exactitud de las Escrituras. En casi todos los puntosdonde la Biblia fue sometida a crítica a base de teorías osubjetivismo, ya ha sido vindicada mediante esta baseobjetiva.

El caso más sorprendente del poder del testimonio ar-queológico está en la experiencia de William Ramsay.1

Hace poco más de cien años, William Ramsay, un joven eru-dito inglés, fue al Asia Menor con el declarado propósito deprobar que la historia presentada por Lucas en su Evange-lio y en Hechos tenía errores. Sus profesores habían ale-gado categóricamente que Lucas no podía estar en lo cier-to. Ramsay quería probar sus teorías por medio de las evi-dencias arqueológicas.

Comenzó a excavar en las antiguas ruinas de Grecia ydel Asia Menor a fin de descubrir la terminología antigua,los límites, y otros detalles que proporcionarían una pruebacontundente si un escritor había inventado esta historia enun período posterior, tal como algunos creían. Para suconsternación, el joven erudito descubrió que las Escriturasdel Nuevo Testamento eran veraces hasta el detalle más in-significante. Tan convincente era la evidencia, que Ramsayse convirtió y llegó a ser una renombrada autoridad en ma-teria bíblica. A decir verdad, aún conceptuamos los librosde Sir William Ramsay como clásicos en lo que atañe a lahistoria del Nuevo Testamento.

Puesto que gran parte de los descubrimientos arqueoló-gicos son de fecha reciente, el estudiante debe estar alertapara descubrir los libros anteriores que versan sobre la Bi-blia. Muchos de estos libros han sido fundamentados sobrefilosofías afines de antiguas historias que ya han tenido queser descartadas.

1 C. M. Cobern, The New Archeological Discoveríes (NuevaYork: Funk & Wagnalls, 1929), pág. 4f3, 414.

83 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

Es evidente al autor, al leer la literatura del cristianis-mo que versa sobre la Biblia, que gran parte de los esfuerzoseruditos cristianos no están todavía plenamente familiari-zados con los cambios de perspectiva en lo que atañe a lahistoricidad de la Biblia, que han resultado de la arqueolo-gía. Una cita del doctor Aibright, uno de los más reconoci-dos arqueólogos, viene al caso: " . . . El excesivo escepticis-mo con relación a la Biblia por parte de destacadas escue-las históricas durante los siglos XVIII y XIX, del cual cier-tas fases aún hacen sentir su presencia de cuando en cuan-do, ha sido progresivamente descalificado. Descubrimientotras descubrimiento ha establecido la veracidad de innume-rables detalles, y ha resultado en un reconocimiento cadavez mayor del valor de la Biblia como fuente de historia." *

Mucha de la evidencia arqueológica sobre la autentici-dad de las Escrituras está relacionada con pequeños deta-lles que la persona común no observaría. Aunque muchos deestos detalles son de escasa importancia con relación a lascorrientes generales de las Escrituras, proporcionan unaoportunidad para verificar la veracidad. Gran parte de estoes importante principalmente con relación al aspecto de fe-chas. Un impostor o cualquier otra persona que hubiese es-crito siglos después del tiempo en que se pretende que hanocurrido los sucesos, fácilmente tropezaría en estos detallespequeños.

Por ejemplo, los críticos opinaban que un escritor tar-dío se había contradicho con respecto a la historia de Abra-ham precisamente porque mencionó tales temas como ca-mellos en Egipto y viajes desde Mesopotamia hasta el marMediterráneo que se habían verificado en ese tiempo. Sesostenía que esto era imposible en ese tiempo y que sólopudo haber sido cierto en una fecha mucho más tardía.Pero los descubrimientos arqueológicos subsiguientes des-cubren que se hace mención de camellos en Egipto muchoantes del tiempo de Abraham.' Y hay escrito un contrato

' W. F. Aibright, The Arehaelogy o{ Palestine and the Bible(Nueva York: Revell, 2935), pág. 127.

• Joseph P. Free, "Abrahams Camels", Journal of Near EasternStvdhs (Julio, 1944), págs. 187-193.

LA ARQUEOLOGÍA 83

de una carreta en el cual se declara que el rentero prometeno llevarla al mar Mediterráneo.4 Evidentemente, estacláusula no hubiera sido necesaria si tales viajes no hubie-ran sido posibles.

El mismo tipo de detalle ha sido vindicado con relacióna los nombres mencionados en la historia de José. Si éstossólo hubieran sido producto de la imaginación de un escri-tor posterior, no hubieran satisfecho las exigencias de loshechos. Casualmente, los nombres mencionados en la his-toria de José en la Biblia han sido descubiertos en docu-mentos egipcios de más o menos ese período.'

Otro ejemplo lo hallamos en la mención de espejos debronce que encontramos en Éxodo 38:8. Antiguamente sedeclaraba terminantemente que el escritor posterior indu-dablemente había cometido un error con relación a esto,puesto que tales espejos no podían ser conocidos en épocatan antigua. Descubrimientos subsiguientes han reveladoque en realidad existían estos espejos de bronce en esa par-te del mundo en esa época.'

A veces ocurre que la arqueología proporciona una víade acceso negativa. Los libros de Moisés prohiben las imá-genes de cualquier forma en la religión hebrea. Esta es unarestricción muy peculiar y completamente ajena a las prác-ticas religiosas normales. Por tanto, si se hubieran encon-trado imágenes de Jehová, esto hubiera sugerido que la re-ligión hebrea meramente había evolucionado entre otrasreligiones y que no tenía un origen sobrenatural tal cualalegaba. La búsqueda minuciosa no ha descubierto imáge-nes de esta descripción.'

Otro ejemplo de esta vindicación detallada provienede la mención un tanto peculiar en la historia de la des-trucción de Jericó con relación a la casa de Rahab, cons-truida en la muralla, un lugar por demás improbable. Losdescubrimientos arqueológicos dirigidos por Garstang' en

* Barton, op. cit., pág. 293.' Free, Arehaelogy and Biblt History. op. ctf.» pág. 77.*Ibid.,p&q. 109.'/¿id., pág. 105.• Short, op. cit., pág. 155.

84 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

Jericó han revelado que en realidad existían casas sobre elmuro de aquella ciudad, posiblemente porque esta paredera especialmente ancha.

A veces sucede que la evidencia no llega hasta la vin-dicación pero sí es corroborativa. Así sucede con pasajes delos manuscritos antiguos que han sido descubiertos y quetratan de la creación,' del diluvio, y de otros sucesos del Gé-nesis.* Es el paralelismo que se encuentra lo que importa alestudiante, ya que revela que en numerosos casos muchoantes de la narración bíblica, los pueblos antiguos teníanconocimiento de estos acontecimientos relatados por la Bi-blia.

Esto también es cierto con relación a las leyes levíticas.Anteriormente se afirmaba categóricamente que leyes tancomplejas no podían ser posibles en época tan remota comoel año 1500 a. de J. C, y que, por lo tanto, eran producto deuna época más tardía. Pero como fruto del descubrimientode las tablas de Ras Shamra, encontramos paralelos a estasleyes levíticas que datan de un período aún más remoto."Frecuentemente estos paralelos son muy notables.

Otro interesante tema del Antiguo Testamento es aquelrelacionado con la historia de los héteos. Estas gentes sonmencionadas muchas veces en el Antiguo Testamento comoraza muy prominente. En un tiempo se pensaba que esto nopodía ser, que a la postre y si en realidad existieron, no pa-saban de ser una tribu desconocida. Sin embargo, este cri-terio ha cambiado radicalmente.11 Ahora tenemos muchosmás conocimientos acerca de la civilización de los héteos. Adecir verdad ahora es posible estudiar su idioma en algunosde los grandes centros universitarios.

Aun la historia de David y de su música cayó bajo elmanto de la duda. Se creía que la referencia a los círculosmusicales estaba completamente equivocada porque estono podía haber acontecido en fecha tan remota. Descubri-

• Barton, op. cit.. Capítulo 7.10 Joseph P. Free, "Commentaries from the Clay Tablets •The" JUSCJJ11 i". 11CC| Njuuimi.uuiiivo J.AV™ * - — — ,

Ras Shamara Tablets", Sunday School Times (14 de abril de 1955).""The Hittites", Encyclopaedia Bríttanica (Edición de 1957).

LA ARQUEOLOGÍA 85

mientos recientes han revelado que esta música existía mu-cho tiempo antes de David."

En lo que se refiere a la historia, ningún campo del An-tiguo Testamento ha sido sometido a crítica mayor que ladel libro de Daniel. Se mantenía sin lugar a duda que el li-bro de Daniel no podía haber sido escrito, tal cual lo afirma,alrededor del siglo VII, pero que en su defecto era una co-lección que pudo haber sido tan remota como del siglo II a.de J. C. Se pensaba que el escritor estaba especialmenteconfundido cuando sugirió que el último rey de Babiloniafue muerto en un asalto sobre la ciudad y que su nombreera Belsasar. Los historiadores habían dicho que Belsasarnunca existió, puesto que Nabonidas fue el último rey y élfue capturado. Ahora na sido probado que Belsasar actuócomo rey interino.13 Era el hijo de Nabonidas, quien regíaen ausencia. Belsasar fue por cierto muerto, tal cual lo afir-ma la Biblia, pero Nabonidas siguió cautivo.

Una descripción muy interesante y a la vez reveladorade cómo Dios vela por la veracidad de su Palabra seencuentra en la destrucción de Tiro perpretada por Alejan-dro en 332 a. de J. C. Doscientos cincuenta años antes, Eze-quiel había profetizado esta destrucción en términos muyexplícitos. Ni siquiera iban a quedar las ruinas, puesto queDios dijo: " . . . y barreré de ella hasta su polvo, y la dejarécomo una peña lisa. Tendedero de redes será..." (Ezequiel26:4, 6) " . . . y pondrán tus piedras y tu madera y tu polvoen medio de las aguas" (Ezequiel 26:12).

Según los acontecimientos,14 para cuando atacó Ale-jandro los fenicios habían abandonado la vetusta ciudad yresidían en una isla costera. A fin de conquistarlos, Alejan-dro tuvo que construir un puente desde la playa. Para estotuvo que emplear todos los pedazos de materiales que ha-bían quedado de la antigua ciudad y descargar todos estosresiduos en las aguas, dejando las ruinas tan arrasadas quelos pescadores en años subsiguientes las usaron como lugar

12 W. F. Albright, Archaelogy and the Religión o{ Israel (Bal-timore: Johns Hopkins Press, 1942), pág. 127.

13 Short, op. cit.. pág. 195.14 Free, Archaelogy and Bible History, op. cit., pág. 262.

86 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

donde extender sus redes, y aún lo hacen hoy día. He aquívindicación en meticuloso detalle.

. La corroboración de detalles comprendidos en las his-torias neotestamentarias ya ha sido mencionada con refe-rencia a la conversión de William Ramsay. Esta corrobora-ción ha comprendido aspectos muy insignificantes, peroque han probado ser de gran valor con relación a los hechos.Frecuentes argumentos históricos pendientes han sido so-lucionados también. Por ejemplo, la alusión hecha en Lucas2:1-3 al censo levantado en vísperas del nacimiento de Je-sús, ha sido el foco de la crítica porque se le conceptuó comobase de los sucesos conocidos por historiadores antiguos.Los resultados han revelado que Lucas tenía conocimientode causa y que, fiel a su costumbre, cada detalle eraexacto.15

Se ha discutido mucho en años recientes acerca de losrollos del mar Muerto, descubiertos en Palestina en 1948. Encontraposición a algunas opiniones prevalecientes cuandose hizo este descubrimiento, el aporte de estos rollos a laerudición cristiana no ha sido tan apreciable como se pre-vio. A pesar de que algunos unitarios han intentado usar es-tos rollos para probar su creencia contraria a la deidad deCristo, sus opiniones por cierto no han sido apoyadas porlos hechos.

Pero una contribución positiva de los rollos del marMuerto es la de reforzar nuestra confianza en la exactitudque caracterizó a los copistas de las Escrituras. Hasta la fe-cha cuando se descubrieron estos rollos del mar Muerto,nuestros manuscritos más antiguos del Antiguo Testamen-to no pasaban de mil años, pero los del mar Muerto datandesde el tiempo de. Cristo. No obstante, al comparar estosmanuscritos teniendo en cuenta la laguna de mil años, seaprecia que las discrepancias son en realidad muy peque-ñas. Esto aporta evidencia de que los copistas cumplieronsu obra con diligencia y el cuidado máximos. Significa quepodemos estar seguros de que las Escrituras que tenemoshoy son idénticas en todos los aspectos fundamentales a losmanuscritos tal cual fueron originalmente escritos.

15 Short, op. cit., pág. 210.

LA ARQUEOLOGÍA 87

Los ejemplos presentados en este capítulo sólo son unospocos de los muchos miles que podrían citarse. El propósitoprimordial sencillamente ha sido el de ilustrar la contribu-ción hecha por la arqueología al tema de la ciencia y de lareligión. El lector descubrirá un estudio muy provechoso alleer un libro completo sobre el tema.

Afirmar que la arqueología vindica por completo la his-toricidad y la autenticidad de la Biblia equivaldría a exce-dernos en mucho a los hechos conocidos al presente. Enrealidad, todos los descubrimientos realizados en los cam-pos afines son aún pequeños si se los compara con lo queaún resta. Pero los ejemplos de vindicación hasta el mo-mento han sido significativos porque establecen un patrón.Si la Biblia ha sido vindicada como veraz en estos nebulososdetalles, se colige que es muy improbable que cualquierporción de ella sea obra de un impostor. Podemos preverque con el transcurso de los años aumentará la vindicación.

CAPITULO VIII

LA ESCATOLOGIA BÍBLICA YLA CIENCIA

La escatología es aquella disciplina de la teología cris-tiana que concierne a las "últimas cosas", tales como el findel mundo y la vida eterna. Observamos el hecho de que laBiblia tiene opiniones muy concretas sobre estos temas, pesea que los detalles escasean.

La falta de detalle no es sorprendente, porque si la po-sición bíblica es veraz, sería un desperdicio de tiempo paraDios proporcionarnos datos que de todos modos no podría-mos comprendei. Nuestra mente está limitada por el espa-cio, el tiempo y la materia. De hecho, Manuel Kant enseñóque el tiempo, el espacio y la materia, sencillamente eran'órdenes de la mente", o el bosquejo para el pensamientoy no realidades en ellas mismas. La ciencia moderna no es-taría exactamente de acuerdo con esta idea, pero insistiríaen que todas las ideas humanas están expresadas forzosa-mente en el contenido del tiempo, el espacio y la materia.

Sin embargo, el mundo en el cual Dios tiene su existen-cia evidentemente carece de tales limitaciones; por lo tan-to, las realidades de ese mundo no pueden ser expresadasen términos de espacio, tiempo y materia, los cuales nos se-rían comprensibles. Evidentemente Pablo hace referencia aesto cuando declara: "Ahora vemos por espejo, oscuramen-te; mas entonces veremos cara a cara" (1 Cor. 13:12). QueDios se esforzara por revelarnos a nosotros las realidadesdel mundo eterno en forma detallada sería tan inútil comoel que un niño intentara comprender el cálculo infinitesi-mal.

Lo que sí nos revela Dios sólo puede ser una sombra de

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LA ESCATOLOGIA BÍBLICA Y LA CIENCIA 89

la verdad real. Los vocablos serán forzados hasta el extre-mo, y muchos de dichos vocablos tendrán que ser figuradosy no literales. Ante el científico se presenta un problemaanálogo cuando trata de imaginar dimensiones que excedena la cuarta. Este problema es ajeno a la experiencia inme-diata y, por lo tanto, no puede ser solucionado. De cualquiermanera, la mentalidad científica sólo es válida dentro deuna determinada contextura. La posición bíblica de que loshechos del otro mundo no pueden ser juzgados a base de lascondiciones de éste se entiende perfectamente.

En lo que concierne' al fin del mundo, nos damos cuen-ta de que la posición neotestamentaria es precisa. No con-ceptúa al universo como infinito, sino que categóricamentelo considera como finito. Todo el universo material desapa-recerá en el momento por Dios determinado. " . . . los cielospasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo se-rán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay seránquemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshe-chas . . ." (2 Pedro 3:10, 11).

La Biblia tampoco está de acuerdo con el criterio deque la humanidad está encaminada hacia una utopia encuya era todos los problemas engendrados en el convivirhumano serán solucionados y el hombre vivirá en perfectapaz y felicidad. El cuadro que pinta nuestro Señor en Mateo24 y en los capítulos subsiguientes, es que el fin de la histo-ria humana llegará en medio de terribles condiciones y demaldad.

En realidad, el problema creado por tales prediccionesno radica en la ciencia, sino en cierto aspecto de humanis-mo que creó una especie de evolución social a base de laevolución biológica. Así como la evolución biológica presupo-ne un desarrollo progresivo hacia formas más perfectas devida, también se creyó que la sociedad humana debía estarpasando por el mismo proceso. Los desastres ocurridos en elsiglo XX han contribuido más que cualquier argumento in-telectual para refutar esta posición. El gran problema radi-ca en que la misericordia humana no es hereditaria. Cadaniño comienza de igual manera. Puede contar con las ven-tajas de la educación, pero frecuentemente estas ventajas

90 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

no son aprovechadas. A decir verdad, una generación puededeshacer el cúmulo de bien del pasado.

Evidentemente, la intención de Dios para esta aventuraespacio-temporal fue que durara por un período limitadosolamente. No se propone que el destino del hombre seapara este mundo sino para el mundo venidero. Su peregri-nación aquí sencillamente es una preparación para unavida infinita más allá de la tumba.

Hubo un período en el pensamiento científico cuandose consideró que el espacio, el tiempo y la materia eran in-finitos y que, por lo tanto, se podía anticipar que la vida so-bre este planeta continuara en evolución sin fin por todoslos años venideros. Ya no se puede mantener esta posición.El universo constantemente está utilizando la energía demanera fantástica. Tal cual lo declaran muchos científicos,este consumo se asemeja a un reloj al cual ya se le estáacabando la cuerda. En otras palabras, el fin del universo esseguro.

Se han hecho algunas modificaciones a lo anterior de-bido a la teoría nuclear. Ahora sabemos que la energía pue-de ser creada de la materia por la ley E=mc 2. Muchos as-trónomos piensan que ésta es la fuente de gran parte de laenergía que está siendo radiada al universo. Pero aun sobreeste punto de vista, es evidente que la materia misma debeser finita. En otras palabras, el mundo se acabará.

La referencia que se encuentra en 2 de Pedro sobre lafundición por calor intenso no tenía gran significado sinohasta años recientes. Antes de la energía atómica, se creíaque esta era un simbolismo fantástico que no correspondíacon los hechos, puesto que no habíamos tenido ninguna ex-periencia de calor tan destructor. Pero con la creación dela bomba atómica en 1945, fue generado un calor semejanteal que se encuentra en el sol. Aquellas temperaturas fuerontan elevadas que produjeron la disolución total en sus inme-diaciones. Por ejemplo, las torres de acero sobre las cualesse apoyaban las bombas durante los experimentos llevadosa cabo en Nevada fueron completamente disueltas. Mencio-namos anteriormente que en los experimentos relacionados•con la bomba de hidrógeno efectuados en el Pacífico, una

LA ESCATOLOGIA BÍBLICA Y LA CIENCIA 91

isla de casi cinco kilómetros de largo por uno y tres cuartosde ancho desapareció completamente, por lo tanto, no cabela menor duda que tenemos aquí entrañado en el corazóndel átomo una fuerza que posee la capacidad para deshacerla misma tierra con fuego.

A decir verdad, tales explosiones ocurren de vez encuando en el espacio. Los astrónomos ven un destello de unmundo muy distante que les revela que ha dejado de existir.Estas explosiones probablemente son de tipo nuclear. Deallí que los descubrimientos en la física atómica han apor-tado significado a la profecía declarada en 2 de Pedro,mientras que anteriormente era objeto de duda.

Posiblemente ningún campo dentro de la teología cris-tiana ha. sido sometido a crítica mayor que la doctrina de laresurrección. Para muchas personas la doctrina de la re-surrección resultaba completamente fantástica, porquepretendía que podía haber una perseverancia de vida des-pués de que la misma había sido silenciada por la muerte, yde que el cuerpo había sido colocado dentro de la tumbapara juntarse con los elementos de los cuales había sido ori-ginado. Muchas personas afirmaron dogmáticamente que elaspecto espiritual de la personalidad del hombre moría consu cuerpo.

Sin embargo, este tipo de pesimismo de hecho es unacontradicción a la ley de la conservación, la cual insiste quenada puede ser destruido, que sólo puede ser transformado.Claro es que sabemos que el cuerpo fallecido sencillamentees transformado en otras formas de materia, que no se pier-de nada de la materia; pero, ¿cómo podemos justificar lascaracterísticas espirituales o intelectuales? Si estas carac-terísticas fueran destruidas, esto significaría que la ley deconservación que es veraz para las cosas físicas, no lo espara los componentes intelectuales o espirituales del hom-bre. En otras palabras, involucra un quebrantamiento en launiformidad.

Muchas de las objeciones a la doctrina cristiana de laresurrección estriban en malos entendimientos. Pablo lodeclara con perfecta claridad en 1 Cor. 15 y 2 de Corintios 5,que el cuerpo simplemente es el tabernáculo terrestre en el

92 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

cual mora el elemento espiritual del hombre, elemento espi-ritual que es independiente del espacio, del tiempo y de lamateria, y que, por lo tanto, no puede ser afectado por ellos.Guando esa casa es deshecha el componente espiritual delhombre pasa al otro mundo de Dios y es revestido con uncuerpo que él llama espiritual. Así como el cuerpo en estatierra es un cuerpo de espacio, tiempo y materia que cuadraexactamente con el ambiente de este mundo, así tambiénel cuerpo espiritual del otro mundo cuadrará en el ambien-te de aquel mundo, sea el que fuese. La doctrina recalca demanera especial que el espíritu en la vida venidera no esta-rá desprovisto de cuerpo. No hay aquí panteísmo alguno. Elmundo venidero será una continuación de la existenciapersonal.

Esta vida interior o espiritual del hombre trasciende laciencia. No puede ser ni afirmada ni negada por la cienciaporque ésta, siendo material, sencillamente no tiene nadaque ver con esta vida. Pero no hay aquí nada que sea con-trario a la ciencia. Lo que parece comunicar el mensaje es-criturario es que estos cuerpos se someten al hilo de conti-nuidad de espacio, tiempo y materia en el cual vivimos, peroque la personalidad interior, la cual es inmortal, se somete aaquel campo fuera de las limitaciones del espacio, el tiem-po y la materia donde Dios tiene su ser.

Como se ha venido diciendo a lo largo de este libro, in-tentar probar artículos de fe de primeras causas o de filoso-fía es una labor sin sentido. El fundamento de la autoridadpara el cristiano debe ser Cristo Jesús. Para nosotros él esDios todopoderoso encarnado; por lo tanto, todo lo que éldice es cierto. Si no estamos de acuerdo con lo queafirma, de hecho nuestra actitud no interviene con la reali-dad de estos hechos. El cristiano sincero y humilde aceptalo que Cristo declara.

Esta posición tiene especial importancia en relacióncon la vida venidera. El, por su propia resurrección, nos pro-porcionó una contundente vindicación de nuestra fe, pues-to que él mismo pasó a ese otro mundo para demostrar quetal existencia por cierto era real.

La resurrección de Jesús siempre fue uno de los más

LA ESCATOLOQIA BÍBLICA Y LA CIENCIA 93

importantes sermones para los primeros discípulos. En elconcepto de ellos se fundamentaba en un hecho. De acuer-do con el Nuevo Testamento, aproximadamente quinientaspersonas lo vieron después de la muerte (1 Corintios 15:6).Estas apariciones no pudieron haber sido alucinaciones,porque no se basaron solamente en los sentidos de la vista oel oído. Las personas lo palparon con sus propias manos,conversaron con él, y comieron juntos. No podía haber unerror.

El cambio observado en la vida de los discípulos es evi-dencia gráfica. Antes de la muerte de Jesús eran hombrescompletamente atemorizados. Después de su resurrección,estaban dispuestos a salir por las calles de Jerusalén paraacusar a quienes lo habían matado, conscientes de que suactuación les podría costar la muerte. Ahora no temían lamuerte porque él les había revelado el camino a través dela muerte.

El eslabón entre su conquista de la muerte y la nuestraes una unión espiritual con él que ocurre en la conversión.Debido a esto, dondequiera que él esté, allí también estare-mos nosotros.

Nuestras raíces espirituales ya están en el otro mundo,puesto que él allí está. No podemos tener conciencia de estopor causa de nuestra mente regida por el espacio y el tiem-po, y que no tiene la capacidad para comprender tales co-nocimientos. No obstante, cuando la muerte rompe el velo,aquel otro mundo será inmediatamente evidente para nos-otros.

Una buena comparación con la doctrina bíblica de lamuerte es la metamorfosis del gusano. En la crisálida des-echa su viejo cuerpo y toma posesión del nuevo, el cual ofre-ce mayor libertad y hermosura.

Nadie puede captar una idea de lo que será la existen-cia en la vida venidera. Pero los seres humanos, tales como-son, han tratado de llenar este vacío con su propia imagi-nación. Por consiguiente, aun ahora un cuadro del cielo*proyectado en el telón de la mente de la mayoría de las per-sonas más se asemeja a una tierra encantada no muy de-seable por nuestra mentalidad.moderna. La idea de tocar

94 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

arpas por toda la eternidad o de tajar el oro que pavimentalas calles no nos estimula ni nos entusiasma.

Todo cuanto se puede afirmar es que el Nuevo Testa-mento hace indicaciones al efecto de que la vida venideraserá de mayor actividad y oportunidades porque ya estare-mos desposeídos de las limitaciones de esta vida. El cuadroque pinta el Nuevo Testamento de Dios es un cuadro en elcual Dios es un Dios dinámico, continuamente en acción. Lapromesa que nos es dada afirma que nosotros compartire-mos esta actividad. Ningún pensamiento más elevado sobrela vida eterna jamás' pudiera ser concebido por la mentehumana.

CAPITULO IX

LA VALIDEZ DE LA EXPERIENCIA

Con anterioridad se afirmó que la historia del pensa-miento religioso durante el siglo XIX se caracterizó por unaconstante retirada bajo las ataques perpetrados por losnuevos desarrollos científicos. Por cierto, la gran mayoríade creyentes dejaron que las tormentas pasaran por sobresu cabeza y permanecieron fieles a su fe tradicional en laBiblia y .en las verdades de la religión cristiana. Muchos delos teólogos conservadores más agresivos continuaron li-brando una batalla con la ciencia, batalla que parecía quellevaban perdida.

Pero la teología liberal cedió terreno constantementehasta que, en los albores del siglo XX, muchos de los teólo-gos liberales se habían retirado hasta el último baluarte: laexperiencia. La posición declaraba que aun si la Biblia no eradigna de confianza, el origen divino del hombre no podía sercomprobado, y los milagros de la fe tenían que ser descarta-dos, aun tendríamos el refugio de nuestro corazón, el cual nosimpartiría un sentimiento de la presencia de Dios que nada ninadie podría quitarnos. )

Esta última posición de retirada fue sometica a grave ydevastador ataque con el surgimiento de la sicología comociencia, durante los primeros años del presente siglo. Asícomo otros campos dentro de la religión cristiana habíansido reducidos a la nada a base de términos materialistas,también la nueva ciencia bajo la dirección atea y agnósticaintentó hacer lo mismo en el campo de la experienciaespiritual.

Considerando el asunto retrospectivamente, desde elpunto ventajoso en que nos encontramos en el presente, ve-mos que la nueva sicología pretendía tener una aureola de

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96 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

autoridad científica que no tenía derecho de lucir. A pesarde que se han hecho constantes intentos para basar la sico-logía objetivamente, el elemento subjetivo es tan poderosoque dígase lo que se dijere, siempre estará sujeto a seria re-visión. Además, cuando pensadores demasiado entusiastasintentaron hacer deducciones sobre la existencia de Dios yla validez de la conversión, estaban excediendo los límitespor lo que respecta a la justificación científica. Este tipo derazonamiento también adoleció del mismo tipo de error queya ha sido mencionado en relación con el pensamiento en laciencia física. El hecho de explicar un proceso que Diospudo haber empleado en los campos de la vida mental noquiere decir que se le está reduciendo a la nada: No hay ra-zón alguna para creer que en el terreno de la mente Dios nopueda usar medios, tal como él lo ha hecho en otras cir-cunstancias y ocasiones.

El primer ataque vino procedente de los grandes des-arrollos en la sicología del inconsciente bajo la dirección deSigmund Freud. Los resultados para el método sicoanalíticocomo cura para la enfermedad mental fueron realmentesorprendentes. Gran parte de la práctica clínica de hoy endía se basa todavía sobre estos procedimientos. El éxito delmétodo tendió a dar validez a la teoría subyacente que elestudio posterior no ha justificado.

En síntesis, la teoría del sicoanálisis es la siguiente: Lasexperiencias internas y externas de la vida nunca se olvi-dan. Estas son guardadas en el recinto que conocemos comola mente inconsciente. Muchas de estas experiencias reve-lan colorido emocional y permanecen muy activas. Consis-ten en deseos, impulsos, y ^propensiones que constantemen-te están buscando manera de expresarse en la mente cons-ciente. Dícese que los sueños son evidencia de esto.

Este material no puede encontrar satisfacción cons-ciente por las inhibiciones morales y de otra categoría bajoel dominio de las cuales vivimos. Muchos de estos impulsosinternos al no ser satisfechos, son desviados por otros con-ductos. Estos substitutos pueden ir a dar a un comporta-miento o a experiencias anormales. Al enfocar estos impul-sos y al buscar darles el reconocimiento y la comprensióndebidos, se permite que el enfermo vuelva a asumir un equi-

LA VALIDEZ DE LA EXPERIENCIA 97

librio normal. Los sicoanalistas revelan grandes discrepan-cias respecto a la naturaleza de estos impulsos inconscien-tes, pero Freud mismo creía que fundamentalmente eransexuales.

Esta teoría subyacente en sí no presenta problemaspara el pensamiento religioso. Las dificultades llegaron conlas deducciones que fueron hechas a base de la misma. Seasumió que esta era la explicación total de la experiencia,lo cual significaría que un hombre no era libre en sus accio-nes aun cuando creyera serlo. Estaba esclavizado por estosimpulsos inconscientes. Sus propias creencias y actitudeseran producto de su mente inconsciente.

Se declaraba abiertamente que creer en Dios era de estanaturaleza, que era un esfuerzo por regresar a la seguridaddisfrutada en la infancia cuando teníamos un padre quenos protegía y nos guiaba de la mano. El Padre celestial sóloera la proyección a nuestra mente consciente de este deseoinconsciente de la niñez, y por lo tanto, estaba desposeídode toda validez por sí mismo.

A base de esta teoría, la persona religiosa estaba equi-vocada al asumir que su experiencia había sido inspiradapor la obra del Espíritu Santo en su vida. Lo que él estabaexperimentando no era más que el despertar de su propioinconsciente. En particular, se creía que cualquier senti-miento religioso intenso era la sublimación del deseo sexualtruncado..

Para comprobar esto, fueron citados ejemplos de muje-res santas de la Edad Media puesto que su lenguaje religio-so era particularmente erótico. Algunas de Tas personasconsideradas como ejemplo no sólo eran neuróticas sinoquizá hasta sicópatas. Por supuesto, la sicología ya se haapartado de estos intentos de probar teorías sobre el com-portamiento normal a base de las acciones de quienes es-tán al borde de la locura. No obstante, en un tiempo gozó deaceptación.

Este tipo de enseñanza se aplicó particularmente a lasconversiones que ocurren en el período de la adolescencia.Se señaló que durante esta etapa de la vida el joven des-arrolla sus capacidades sexuales, las cuales no encuentran

98 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

expresión sino hasta un período posterior y por el matrimo-nio. Los pensadores sicoanaliticos decidieron, por lo tanto,que esta coincidencia de la conversión y del deseo sexual nosatisfecho era significativa y que establecía una relaciónentre ambos. Evidentemente se hizo caso omiso del hechode que este era el tiempo más propicio en la vida de una per-sona para una experiencia religiosa consciente, puesto quees el primer periodo de independencia tanto de pen-samiento como de experiencia. La teoría tampoco pudo jus-tificar el hecho de que muchas conversiones ocurren antesde la pubertad, y que si bien la estadística revela muchasconversiones durante la adolescencia y la juventud, las con-versiones ocurren en cualquier período de la vida.

De cualquier modo, este lugar primordial dado al im-

C sexual ha pasado de moda, así como también la sico-mas antigua que consideró a la personalidad como el

agregado de un gran número de impulsos definidos y sepa-rados. La teoría presente favorece lo que por lo general esconocido como la doctrina del gestaltismo, la cual conside-ra la .personalidad íntegra. Existe mucha evidencia que de-muestra que el comportamiento humano está motivado porun impulso primario: la expresión satisfactoria de la perso-nalidad total. La mayoría ahora estaría de acuerdo en que elsexo sólo es una avenida menor para la expresión de estegran impulso.

No cabe duda que la conversión inicia un largo proceso.No hay por qué negar que en la mayoría de los casos hay unlargo período de incubación subconsciente. Las impresionesproducidas en nosotros por nuestra familia, por la escueladominical, por la iglesia, y por nuestras propias experien-cias llevan a su consumación, la cual nosotros llamamosconversión. Sin embargo, esto sólo representa el esfuerzo deponer en fraseología sicológica lo que enseña la fe cristiana,es decir, que el Espíritu Santo está constantemente obrandoen el alma humana. Finalmente llega el tiempo cuando elpecador, bajo convicción, no puede continuar rechazando aCristo por más tiempo y se entrega a él en arrepentimientoy fe. Por lo general esta experiencia es culminante aunqueno es forzoso que lo sea.

LA VALIDEZ DE LA EXPERIENCIA 99

El cristiano no tiene objeción alguna a la teoría sicoló-gica que sugeriría que la conversión y la experiencia religio-sa son el resultado de ciertos impulsos sicológicos. Pero sinos oponemos cuando se pretende que sólo es esto. NuestroSeñor dijo que él había venido para dar vida y para darlamás abundantemente (Juan 10:10). El mensaje constantede nuestros pastores ha sido que Cristo satisface. Esto escierto porque la experiencia de la conversión y la vida cris-tiana posterior es la experiencia más rica que la personali-dad total pueda tener.

Se puede ver, por tanto, que si gran parte de esta teoríasicológica puede ser desposeída de sus excesos, presuncio-nes injustificadas, y deducciones, contaríamos con un apo-yo y no un sistema de saber contrario a la fe cristiana.

Posiblemente cabe una palabra acerca del culto al com-portamiento que se originó con Juan Watson durante laPrimera Guerra Mundial. Estos sicólogos asumieron que losfenómenos espirituales y mentales no existían. Ellos consi-deraron que éstos eran una ilusión. Todo comportamiento,.declarado o experimental, era en realidad un proceso mecá-nico que podría ser expresado por medio de términos bioló-gicos. Por tanto, cuanto parecía ser mental realmente erael humo que provenía de los fuegos biológicos. Este fue unsistema completamente determinista y como tal, no teníalugar para Dios ni para la validez de la experiencia es-piritual. .

Ahora, por fortuna, no tenemos necesidad de conside-rar seriamente esta posición porque fue una erupción de fal-ta de madurez en la nueva ciencia de la cual ahora no nosavergonzamos. Los esfuerzos por clasificar las experienciasmentales y espirituales con términos biológicos ha fracasa-do rotundamente. Nadie sabe cuál es la relación existenteentre el cuerpo y la mente, aunque es seguro que están rela-cionados, como se demostrará más adelante. Pero ni uno niotro pueden ser reducidos a los términos del otro.

Es interesante que en el asunto de los milagros de cu-ración, tanto en los tiempos bíblicos como en los días actua-les, la sicología tiende a apoyar la posición cristiana. Estograndemente se debe al descubrimiento de la tremenda ÍD-

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fluencia ejercida por la mente sobre el cuerpo en el caso delas enfermedades sicofísicas o funcionales. Hay muchos ca-sos de personas que están físicamente inválidas o imposibi-litadas cuando no existen evidentes causas físicas para estacondición. Los síntomas son meras expresiones o satisfac-ciones de impulsos en la mente inconsciente. Se encuentraque cuando se analizan estas causas fundamentales, enton-ces desaparecen los" síntomas. Esto quiere decir que existeabundante evidencia de factores mentales que tanto cau-san como curan las enfermedades o la invalidez. Esto nosignifica que todas las enfermedades físicas tengan un origensicológico; evidentemente, muchas de ellas no lo tienen, peroaun en casos donde la causa de una queja es aparentementefísica, el grado de restablecimiento que logrará el pacientedepende grandemente de su actitud mental.

Hay personas que hasta mueren debido a causas sicoló-gicas. En la región noroeste de la Australia Occidental viveuna tribu de aborígenes que tienen una forma interesantede cumplir la sentencia capital. Cuando un miembro aver-güenza a su tribu por una ofensa lo suficientemente seria,el brujo toma el hueso sagrado y señala al individuo. La víc-tima entonces se arrastra, cae debajo del árbol más cerca-no, y en un breve plazo está muerta. Aun en nuestra socie-dad en casos de enfermedades serias, si una persona pierdeel deseo de vivir, muy poco podrá hacer la medicina.

A fin de comprender lo que ocurre en la curación de ca-rácter espiritual, debe tenerse presente que la clave de todacuración son los poderes restauradores que Dios ha coloca-do en el hombre. El doctor o las medicinas no curan en rea-lidad. Todo cuanto ellos hacen es estimular el funciona-miento de estas fuerzas interiores. El cuerpo cumple lo de-más. Los factores mentales o espirituales tales como la ora-ción y la fe cumplen el mismo cometido sobre una base nofísica. Tienden a estimular los mismos poderes restaurado-res. Por consiguiente, los métodos espirituales y físicos noson mutuamente contradictorios; son complementariospara efectuar la curación.

Se ha señalado que en los Evangelios nuestro Señorasoció el pecado o el perdón con la curación. En parte por

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causa de esto, el finado doctor H. L. Fowler, de la Universi-dad de la Australia Occidental, solía referirse a Jesús comoel sicólogo más eminente que jamás haya vivido. Ahora sa-bemos que quitarle el sentimiento de culpabilidad a un pa-ciente significa un importante escalón hacia su restableci-miento. Nuestro Señor, siendo Dios encarnado, tenía plenoconocimiento de esto mucho antes de originarse la sicolo-gía moderna.

Estas consideraciones no significan que toda curaciónpor fe sea válida. Muchos de los negocios turbios a expen-sas de la curación por fe están basados sobre la remocióntemporal de síntomas por el poder de la sugestión. Las reu-niones donde se practican estas curaciones usualmente es-tán caracterizadas por un ambiente sobrecargado de emo-ción y en las que un pastor, a voz en cuello, clama porqueDios cure, como si Dios fuese sordo. Lo que usualmente pro-duce este emocionalismo es un ambiente hipnótico que per-(fnite la sugestión. Bajo estas condiciones, las personas pue-den experimentar la remoción temporal de los síntomas,pero el fracaso de estos curanderos para producir evidenciacomprobada de curación permanente indica que los resul-tados son transitorios. Esto es, por cierto, muy triste.

Esta extravagancia no debe llevarnos a pensar que lacuración espiritual no ocurre. Sí ocurre; pero no es necesa-rio para la misma un ambiente hipnótico. Lo que más apro-vecha al paciente es entregarse a Dios, aceptando de él elperdón de sus pecados. Esta es la verdadera fe. La fe noconsiste sólo en creer que Dios va a sanar; esta actitud pue-de ser impertinente, ya que Dios puede tener otros propósi-tos. La fe es la entrega total de la vida a Dios para que élhaga lo que él desee. Este proceso frecuentemente quita lasbarreras de culpabilidad que muy bien pudieron haber es-torbado la curación.

En vista de los resultados que puede tener la oraciónsobré la mente y el cuerpo de una persona, necesitaría seren realidad un sicólogo muy atrevido el que en nuestros díasnegara su validez o su efectividad. Por otra parte, no cono-cemos los procesos que Dios emplea para dar contestación ala oración. La oración no es una intervención ajena al orden

102 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

natural de los asuntos, tal y como algunos han sugerido. Esparte del universo de Dios y como tal, él evidentemente es-coge usarla así como él emplea la fe, la cirugía, y las medi-cinas modernas.

El hecho de que un número cada vez mayor de pastoresestán sometiéndose a la disciplina de la sicología es eviden-cia de que esta nueva ciencia no es enemiga de la fe cristia-na Estamos muy distantes de conocer todas las ramifica-ciones de la mente humana, pero como cristianos sabemosque este tipo de comprensión puede afectar la totalidad denuestro trabajo para bien. Esta comprensión nos capacita-rá para predicar el evangelio de tal manera que tendrá ma-yor aceptación, y descubrirá para nosotros métodos más efi-caces de enseñanza a fin de que la Palabra de Dios esté másfirmemente cimentada en la vida de nuestro pueblo. Por to-dos conceptos es uno de los dones de Dios y puede ayudarpara el mejoramiento de la humanidad.

CONCLUSIÓN

EL PANORAMA PARA EL FUTURO

La dificultad entrañada en la preparación de un ma-nuscrito sobre la ciencia y la religión es que el material pue-de ser anticuado antes de que se publique. Este libro repre-senta un esfuerzo de reducir este problema, porque sólo seindica el giro que están tomando los aspectos que son co-munes tanto a la ciencia como a la religión. La ciencia debeavanzar constantemente. Los cambios y las revisiones sonsu naturaleza y su existir. Todo cuanto podemos hacer acualquier altura es pronosticar la dirección que tomarán losvarios cambios y calcular su importancia desde el punto devista de la religión.

La perspectiva prevaleciente al momento indica unaseparación del concepto puramente mecanista y materialis-ta del universo. Por cierto, la explicación científica siempretendrá que ser dada en terminología material, pero elcientífico de hoy en día ya no alega que esto es todo encuanto al universo. A pesar de que tenemos mayores conoci-mientos, 'estamos más distantes de desentrañar todos lossecretos de la naturaleza. Sus honduras están más sumidasen el misterio ahora que antes. Intentar dar razón de las co-sas sin Dios es una tarea sin esperanza y muy pocas perso-nas la emprenden hoy en día.

Como se indico en la introducción, los conocimientoscientíficos están progresando de manera sorprendente anuestro alrededor. Esto inexorablemente continuará a pa-sos acelerados. Mayor número de científicos estará traba-jando con fondos cada vez más fuertes destinados para susinvestigaciones y sus experimentos. Sus esfuerzos seránmultiplicados más allá de los confines de lo que puedecreerse por los productos de su propia invención tal como el

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104 LA CIENCIA RETORNA A DIOS

computador electrónico. Conocimientos de increíbles pro-porciones de cada rama de la ciencia convergerán en elmismo lugar. Los resultados no podrán ser menos que sor-prendentes.

No hay nada en esto que sea motivo de preocupaciónpara la persona religiosa en lo que concierne a su fe. Duran-te años la trayectoria ha sido clara. Conocimientos cientí-ficos cada vez mayores han proporcionado mayor compren-sión y prueba de la fe cristiana. Inevitablemente ocurriránretrocesos. La ciencia tiene que seguir muchas sendas pro-misoras, pero que terminan siendo falsas antes de encon-trar la verdadera. Al final los secretos del universo debenponer de manifiesto el sello del Arquitecto divino, de Aquelque fue expresado en Cristo. Y él ya ha hablado por mediode su Palabra.

Habrá muchos campos de particular interés, pero los.más fascinadores bien podrán ser aquellos que forman lasbases fundamentales de la ciencia. La física nuclear ya harealizado devastadoras excepciones de la ley de la uniformi-dad y la ley de la causación. A todas luces existe una ex-plicación aun más profunda. De cualquier modo, el giro queestá tomando el asunto es el de apartarse de las explicacio-nes mecánicas y seguir las descripciones formuladas porecuaciones matemáticas. ¿Qué significa todo esto para elhombre común? Para responder a esta pregunta, tendremosque aguardar y ver, porque la ciencia va a aparecer con ves-tiduras intelectuales completamente diferentes de las delúltimo siglo.

También se pregunta qué acontecerá en lo que respectaa nuestra comprensión del espacio, del tiempo, de la mate-ria y de la energía. Sabemos, por cierto, que la materia y la

" energía no son interindependientes tal cual pensábamoscon anterioridad. Ahora las podemos juntar por conductode la ley E=mc 2, pero esta ley no proporciona ninguna cla-ve sobre la naturaleza de la composición del universo. El es-pacio y el tiempo tampoco son independientes.

Se ha dicho que están relacionados tal como las dos ca-ras de una moneda. Evidentemente ni son absolutos ni soninfinitos.<-¿Se probará a la postre que solamente son la es-

EL PANORAMA PARA EL FUTURO IOS

tructura del pensamiento sin existencia independiente, talcomo enseñó Kant? Aun si el tiempo es real, como piensa lamayoría de los científicos, ¿de qué manera participa nues-tro universo? ¿Siempre ha sido así el mismo? Algunas res-puestas interesantes seguramente se presentarán en el fu-turo y serán de capital importancia para resolver el miste-rio de la antigüedad.

En la astronomía podemos anticipar que habrá un pe-ríodo de asentamiento. La última generación se ha caracte-rizado por una proliferación de teorías de escasa vigenciasobre el origen del sistema planetario y de las galaxias, eltamaño del universo y su antigüedad. Muchas de las revi-siones han- sido sorprendentes —por ejemplo, la sugerenciareciente de que por el telescopio del Palomar se puede ver auna distancia dos veces mayor de lo anteriormente calcula-do. Se espera que nos estableceremos en tierra firme en es-tos campos discutibles. Sin embargo, los resultados posible-mente no pasen de ser más de valor interpretativo para lareligión.

Probablemente se avanzará apreciablemente en el cam-po de fijar la antigüedad del pasado por conducto de mé-todos objetivos. El procedimiento del carbono-14 l ha sidode tremendo beneficio, aunque ahora es evidente que su usono es perfecto como se creyó en un tiempo. El método indi-recto por medio del cual se emplea el oxígeno-18 para de-terminar los giros de temperatura en la antigüedad es inte-resante y provocativo.2 Indudablemente se conocerán y seemplearán otros métodos objetivos. Estos desarrollos posi-blemente resuelvan algunos de los escabrosos problemasque aún existen con relación a la antigua historia DÍblica ya la prehistoria.

Existe gran probabilidad de que las matemáticas con-tribuyan a solucionar algunos de los argumentos relaciona-dos con los autores de algunos libros de la Biblia. Algunos deestos argumentos evalúan críticamente la fe cristiana, es-pecialmente en los casos cuando el libro declara quién es su

1 Willard F. Libby, Radiocarbon Dating (Chicago: Unlversityof Chicago Press, 1955).

'Eiseley, The Immense Journey, op. cii., pág. 113.

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autor. Por cierto el negar esto automáticamente niega tam-bién la inspiración divina. El autor ha experimentado estocon relación a las epístolas pastorales (1 y 2 de Timoteo yTito), las cuales han sido atacadas como falsas. El procedi-miento matemático basado sobre el vocabulario reveló unparecido significativo entre estas epístolas y aquellas otrasreconocidas como de Pablo, y revelo una diferencia aprecia-ble del vocabulario empleado en otras porciones del NuevoTestamento. Cuando se perfeccione este tipo de procedi-miento objetivo podría arrasar con las conjeturas altamen-te sugestivas que predominan al presente en la críticabíblica.

Desde hace mucho necesitamos nuevos descubrimien-tos versados sobre la relación existente entre los seres vi-vientes. Hasta el presente, la única teoría que se ha puestoen práctica en este campo es la de la evolución orgánica y,como se ha visto, esta teoría contiene problemas graves. Elcampo donde más se necesita investigar es en el del meca-nismo del cambio, ya que la idea de la selección natural esinadecuada para explicar todos los hechos, Ahora que laciencia se está apartando del dominio del mecanismo mate-rialista, es improbable que la teoría biológica se aparte delpensamiento cristiano tanto como en el pasado.

En lo relacionado con el origen del hombre, parece quela teoría de la evolución llegó a su fin. Puesto que se estáabandonando el concepto del hombre como mono rehecho,el hombre moderno está sin antepasados conocidos. A base-de presentes indicaciones el hombre tenía la misma fisono-mía que la presente según los registros del pasado. Es muydifícil formarse una opinión acerca del derrotero que se to-mará al respecto en el futuro. Si Dios no ha cambiado alhombre desde la creación, la búsqueda de antepasados es-tará de todos modos destinada a fracasar.

Se está llevando a cabo considerable investigación conrelación a las fuentes de la vida. Algunos científicos espe-ran descubrir algo significativo; otros desesperan de queesto sea factible. Durante un siglo este ha sido uno de loscampos menos fructíferos. La idea de la generación espon-tánea hade ya mucho que ha sido descartada por la ciencia,

EL PANORAMA PARA EL FUTURO 107

pese a que algunos científicos todavía esperan ver su reali-zación. Si se descubriera que la vida es creada del mundoinorgánico por medio de algún mecanismo aún no descu-bierto, esto indudablemente sería nueva revelación de laobra del Creador. No tendrá repercusiones adversas para lareligión, aunque indudablemente algunos tratarán de utili-zar tal descubrimiento de esa manera.

Es evidente que la vida humana será prolongada a me-dida que las enfermedades fatales sean vencidas, pero pro-bablemente no será alargada por mucho tiempo. Un prome-dio de cien años de vida es todavía un sueño del futuro leja-no. De cualquier modo, solamente nos ganaremos lo que esnuestra herencia, puesto que es evidente que nuestra vidaha sido acortada por los estragos del pecado. El cuerpo hu-mano está maravillosamente fabricado.

No se han suspendido los esmerados trabajos arqueoló-gicos, pero el número de descubrimientos trascendentales esmenor y ocurren menos frecuentemente. A medida que seinterpretan los resultados, podemos anticipar vindicaciónadicional de la Palabra de Dios, pero la contribución proba-blemente será menor comparada con la del pasado.

El panorama que presenta la sicología es más razona-ble que lo que ha sido en muchos años. Es ahora muy im-probable .que ocurrirán defecciones tan generales paraaceptar teorías tan extravagantes como la del comportamientoo la vida motivada por el sexo. La ciencia está respetable-mente situada en el término medio. Parece como si la si-quiatría se estuviese apartando del análisis y acercándosea la síntesis, por medio de la cual revelamos poseer más in-terés de encaminar al paciente hacia una vida más satis-factoria, y ponemos de relieve que nos interesa menos el in-dagar en los laberintos del pasado. Esto está aportando unconcepto más amplio sobre la función de la religión en elbienestar humano. Este giro continuará y redundará engrandes beneficios tanto para la sicología como * para la re-ligión.

Es evidente que el temperamento religioso prevalecien-te de la futura generación tendrá a Dios por eje y no al hom-bre. El pasado inmediato intentó explicar el universo a base

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de conceptos halagüeños para el hombre y especialmentepara la ciencia: su creación. Dios apenas era reconocido yse tenía buen cuidado de excluirlo del cuadro. Evidente-mente la tensión existente entre la religión personal y la re-velada era forzosa. El vacío producido por el humanismoestá insistentemente obligando al pensamiento religioso aque retome a reconocer a Dios como personalmente activoen el universo. Puesto que esta actividad alcanzó su apogeoen la vida de Cristo, se está dando atención a él como lafuente de autoridad. Esto contribuirá a una religión perso-nal más satisfactoria y que tendrá una influencia infinita-mente mayor sobre el mundo. Esta es la respuesta de Dios alos peligros presentados por la revolución científica.

BIBLIOGRAFÍA

La lista que a continuación se da sólo es un resumen delas referencias empleadas en este libro. El uso de un librode consulta no significa forzosamente aprobación del libromencionado y la presente lista no lleva la finalidad de seruna de lecturas recomendadas. (Nota del Autor)

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