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Page 1: J En tornoa la Gnosis - desdelacavernadeplaton - homegnosis... · MANILIO, Astron, I, 518.521: 270 ID. ,. no faltaron algunos pensadores de la Antigiiedad,tardia ~pitag6. ricos, estoicos,

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"1' RI~S eran las concepciones del tiempo que seofrccian enel fin de la Antigiiedad: circular, paraIO:igdcgos (el etemo retorno); en linea recta, paraIONcrlNtianos (de la caida a la salvaci6n, a travCs deJCStiH),Yen linea quebrada, simbolo del absurdo y laIm.'ubcl"cncia,para los gn6sticos que, en esto, se ase-mcJuhau a determinados pensadores modemos.

INDICE

I'ienri-CharlesPuech

Entornoala GnosisI

PREFACIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Procedimcia de los textos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

TIEMPO. HISTORIA Y MITO EN EL CRISTIANISMO DE LOSPRIMEROS SIGLOS 35

Nt]MENIO DE APAMEA YLAS TEOLOGfASORIENTALESDELSIGLO 11 S9

POSICI6N ESPIRITUAL Y SIGNIFICACI6N DE PLOTINO . . . . . . 93PLOTINOYLOSGN6sTICOS :... . . . . . . . . . . . . . . .. 123BERMES ENCARNADOTRES VECES. Sobre algunos testimo-

nios no tenidos en cuenta relativos al hermetismo 161LA TINIEBLA MfsTICA EN EL PSEUDO-DIONISIO AREOPAGI-

TA Y EN LA TRADICI6N PATRfsTICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165EL PROBLEMA DEL GNOSTICISMO ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191FENOMENOLOGfADE LAGNOSIS . ... ... ... ., 23SLA GNOSIS Y EL TIEMPO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267FRAGMENTOSDESCUBIERTOSDEL «APOCALlPSISDE ALIi>.

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LA GNOSIS Y EL TIEMPO(1952) .

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He de excusarme par iniciar esta exposici6n con algunas ob-servaciones prelimiriares que corren el' riesgo de parecer dema-siado extensas; Sin embargo, 'son iridispensables;' El problemaimplicado por el: tema de' la .«Gnosis y el tiempo» es,' en. efecto,mas dificil de plaritear que de resolver. 0, dicho mas exactamen-te, s610una vez que se hayan definido los temas y determinado elobjeto, serA'posible y mas 0 menos facil.tratarle y propone~ parael una soh.1ci6n.' . .

. Uno de los priiicipales obstaculos con que trope:iamos desde elprincipio 10constituye el hecho de que -salvo un puftado de tex-tos que'.voy a mencionar en seguida-- no poseemos ning6n docu-.mento en el que directa 0 explicitamente nos exponga UI:1gn6sticola contepci6n suya del tiempo.. El tiempo no es para el gnosticis-mo un problem a particular,.especifico 0 relativamente aut6nomo,con .una existencia y posiciones propias,susceptible. 0 tal vez exi-gente de un escmtinio iy soluci6n independientes. Esto no quieredecir que.la cuesti6n no sea esencial a sus ojos, que no respondaen .el a una preocupaci6n .profunda. AI contrario. No obstante; laactitud del gn6stico en presencia del .tiempo se confunde, dehecho, con su actitud. general 'ante la condici6n que le ha tocadoat hombre aca abajo, y, por ello, .ante el mundoen su. totalidad,la historia ~e este mundo, el devenir que en 61se desenvuelvey el

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drama que en el se representa. Discemir y"'comprender la maneracoma el gnosticismo concibe et tiempo y se comporta respecto deel es algo que s610 podra llevarse a cabo en funci6n de su visi6ntotal del mundo, de su Weltanschauu"g. Y C0J110aqui todo es in-separable, nuestra investigaci6n acabara por llevarnos a un estu-dio de la Gnosis en su totalidad -su esencia, su estructura y susmecanismos-. Asi, y s610ast, llegaremos a estar en situaci6n deadvertir que, a pesar de las apariencias, a pesar de la ausencia ca-si.completa de testimonios expresos, el problema del tiempo se sI-tua en el coraz6n mismo de la Gnosis. Pero, precisamente, quiendice «coraz6n» evoca 10esencial del organismo total y todo el or-ganismo en si mismo, y, en efecto, habremos de penetrar hasta elcoraz6n de la sensibilidad y del sistema gn6stico, para descubriralii todo el conjunto de los datos de ouestro tema asi coma suexplicaci6n.

,Bajo otro asp.e.cto,.-:"y esta e~ otra de sus dificultades-, lacue,sti6n que se nos ofrece s610 S~ ptantea ~l principio negativa.mente, por contraste, ,0" at menos, en fun<;i6n.de otra cosa. La vi-si60 gn6stica del uniyerso no. se sitUa ni'se comp~nde bien, sinoen ,relaci6n.con otras Weltanschauun.gen contemporaneas,. de lasque ,ha tornado algunos ,de S\lSelementosf pero Fontra las que hareaccionado, a veces con violencia. Para antidpar algo sobre 19que mas adelante dejaremos en firme mas en d~talle, digamosque el comportamiento de la Gnosis con' respecto at tiempo y,mas en general, al mundo, se caracteriza en conjunto por un mo-vimiento de rebeldia contra el tiempo y el mundo en el sentido enque los concebian -de. forma divergente, por 10deJOas- el hele-nismo y el cristianismo, es d~cir, las filosofias 0 las religiones delos medios en que el gnosticismo se habia extendido y a tos que sehabia adaptado, durante los primeros siglos de nuestra era. En es-te caso; como sobre Qtros muchos puntos, 'la actitud gn6stica esprincipalmente negaci6n. De man~ra que tetiemos 'que definirlaen relaci6n, con 10 que niega. Esto. nos llev,ara a determinar' previa"menteJo que eran estas concepciones, heleniCa y cristiana, duran-te el tiempo en que la Gnosis se oponia. a ellas. Ello equivaldra, ala vez,' a poner de manifiesto la originalidad y laespecificidadgn6sticas, asi coma a .descubrir -a traves. y por.'encima de su as-pecto negativo, si es que no negadol'-. 10,que ,constituye su fondopositivo yleotorga supropio.caracter; ,

Queda, por ultimo, una ,postrera dificultad, referente al termi-

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no mismo de «Gnosis»~La.palabra corre el-riesgo de no evocar si-no ideas vagas 0 .confusas, yes, f>9r otra parte, susceptible dehecho de ser,tomada eh diversas acepciones. Sera preciso que fije-mos el sentido en que la entendemos aqui, que delimitemos elambito de las realidades hist6ricas que abarca y donde habremosde situarIos hechos y las pruebas destinados a 'alimentar y apoyarnuestra propia manera de entender sudesenvolvimiertto.

.,Notengo mas remedio que esbozar, en primer lugar, la ima-gen que se formaban del tiempo el helenismo y el cristianismo pri-mitivo; y que precisar luego, a fin de poner en claro y justificar lasignificaci6n que me parece ha de atribuirse a ~ste termino', 10que es el gtiosticismo para quien'le esfudie de 'acuerdo con los me-todos actualmenqe en uso en la Histonil de His re1igiones y en lafenotnenologia religiosa. Por l~nto que puede parecero' semejanteprocedimiento' nos conducira poco a poco' at cogollo de nuestro te-ma: Nos pimnitira abordar por el camino mejor y tratar de la for-ma mas clata posible urt'problema q'ue se presenta, en cuanto seintenta'asediarlo, uniis veces fugaz y otras arduo." -" '

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, ,

'El primer punto p<>driaresumirse de 1a manera siguientel. Elhelenismo concibe, ante todo, el tiempo como 'Ciclic'oo.circulm:o'volv~endo 'perpetuamente sobre si mismo, rizado etetnamentesobre si; bajo el efecto de movimientos astron6micos quepresideny' regulan necesariainente su curso. P~ra 'el <!ristianismo, por' elcontrario', el tieinpo, ligado 'a la Creaci6n y a la acci6n' continuade Oios, s'e-'despliega unilateralmente, en un solo 'sentido, 'a partirde un punto uni~o de pai1ida yen direcci6n de un.fin igualmenteunico: esta orientado, yen el'se cumple un progreso,' del'pasadohacia el po~en:ir; es unlco, organlco y progresivo; posee, en con-secuencia','una realidlid plenaria:. Sobreviene el gnosticismo. Poruna' neceSidad' de salvaci6n inmediata, quebrarf(la servidumbre y

,1' Las paginas qlle siguen inmediatamente reproducen, en 10que concierne alhelenismo y at cristianlsmo; el texto de una comunlcaci6n presentada el 5 de sep-tiembre de 1950 at VII Congreso Internacional.de Historia de las Religiones, ypublicada en los Proceedings of the 7th Congress fO,. the History of 'Religions(Amsterdam, 1951), pp.. 33-52 (aqui mismo, pp. 35-58). Ciertos desarrollosse hanabreviado, resumido u omitido; las partes conservadas no 'han sulrido mas quealgunos ligeros retoques, asi como algunas adiclones menudas y notas.

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la repetici6n del tiempo ciclico del helenismo 10 mismo que lacontinuidad organica del tiempo unilineal del cristia.J;lismo;harasaltar en pedazos (la imagen no es excesiva)al uno y al atro. Enterminos aiui mas breves e imaginativos, la partida se juega entretres.concepciones opuestas, en las :que el tiempo pue.de figurarse,respectivamente, en la 'primera, por' un circulo, en la segunda poruna linea recta yen la tercera por,una linea quebrada. ,

»ara'el ttelenlsmo, en' efe~to, el despliegue del tiempo e~ciclico y no re,ctil'neo. Dominac;to,por 'u~ ideal de inteliglbilidadque asimila,el s~r autentico y pleno /!.10que es en, sa:y permaJ;leceidentlco a si, a io eterno e 'inmutable, el Griego tlene at movimien-to y al deven~' cOInognldos infer:iores de la realidad en los que la'identidad -en el mejor de 10~,casos-:- ya no se percibe,enformade ,pe~manenCiay de 'perpetuida<i, sino de re~urrencia. ELmovie,miento circular que ,asegura el mantenimiento de las mismas co-sas repitiendolas, restableciendo continuamente su retorno, es laexpresi6n mas inmediata, la mas perfecta (y 'por tanto, la maspr6xim'a a 10 divino) de 10 que, en el grado supremo de ,la ,

jerarquia, ,es inmobilidad, ,absoluta 2. De Acuer<loCQnla celebre~efinici6n plat6nica3, eHiempo, que deterprina y mide la revolu-d6n de las esferas celestes, es la imagen m6vil de la inm6vil eter- '

nidad que imi,ta desplegandose en circulo':En ~onsecue~s:i~,~l de.~venir c6s01i<roentero y, del mismo modo, la quraci6Q de e~tt~mundo degeneraciQn y de corrupci6n que es el nuestro, se ,des-arroUaran en circulo 0 de acuerdo' con una sucesi6n iQdefinlda d~. .. ,. " ',' ','

cictos er,t.el cur~o de,)os cuah~s,la ,misma r~~lfd~d s~"hace~ se,desh/1.cey se rehace, de conformidaqcon unaley y un~~ alte,rna~j-vas'inmutables: 'No s610se conserva asi 18;misma suma de ser sinque nada s~ pierda,ni s~'~ree (e~de,msuni omni.a sempe~,necmq-gis id m~nc ~s~n~que erit mox quam fuit ante) 4; ~ino que ademas:

i Sobre la primacia de la kyklophoria y la inferioridad del movimientodetraslaci6n en linea recta, elr., por ejemplo, ARlST6TELES. F{sica. VUI, 9, 26Sa-266a, u OLIMPIODORO. Comentario sobre el Fedon, pp. -192, 4-6, 195, 27-196, 9,197,,4,5, '236,9.11'" edic. Norvin. Los dos pasajes,escogidos entre inn\lmerables;'

son particular!Dente instructivos. ,

)"PLAT6N, Timeo, 37c.38a. , .'4 LuCRECIO, De natura rerum. 11I,945; y V, 1135. Cfr., en el mismo sentido.

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. ,.

no faltaron algunospensadores de la Antigiiedad,tardia ~pitag6.ricos, estoicos, plat6nicos- qUeacabaran por admitir que 'en elinterior de cada uno de estos cicldSde duraci6n, de estos aiones,de estos aeva, se reproducian las triismas situaciones que .sehabian producido ya en' los' ciclos anteriores y que' habria:n dereproducirse'en' 10s subsiguientes -hasta. el infinito-. NingUnaconteciniiento es unicoj n1.se' representa una sola vez (porejemplo, la condenaci6n y muerte de S6crates), sino que se harepresentado, se representa y volverll a representarse perpe- .

tuamente; los mismos individuos han aparecido', aparecen y re-apareceran a'cadaretorno del circulo sobre si.mismo~; La. dura-cion c6srtlica es repetici6ri y anakyklosis, eterno retorno.

Pero el cielo (mundu~ permanece inta<;to (incolurriis) y fQnserva, . (todo cuanto comprende,

Que ni aumenta un largo dia, ni, disminuye el envejecimiento,Ni doblega un insfante su movimiento ni fatiga su curso; .Sera siempre el mismo, porqlie siempre ha sido el mismo.

, (Idem semper erit.,quoniam~emperfuit idem.) .o CENSORINO,De die natali.. tV, p. 7, 11-15" edic. Hultsch, quietI, despues de

haber declarado que todos Jos pitag6ricos, numerosos plat6nicos y miembrosde la Academia Antigua y muchos peripateticos estaban de acuerdo en afirmar laeternidad del genero humano, escribia: .Por eso dicen ellos tambien ;que no hayningun principiode todas las cosas que, en este mundo etemo,han sidosiempre ysiempre seran. pero que, en. cambio, hay una especie de circulo de los seres en.gendradosy nacidos,en el que habria que vera la vezel comienzoy eJfin de cadaestirpe [gentis: variante. y lectura ordinaria: 'geniti, de todo ser engendrado](ltaque et omnium, quae in sempiterno isto mundu semper fuerunt futuraquesunt, aiunt principium fuisse nullum, sed orbem e.s~equendam generantium n'as-centiumque, in quo unius cuiusque gentis (var; y vulgo: genit'l initium simuletfinis esse videatur).. Asimismo, tambien MARCOAUREUO"A si mismo, VI,,37.:VII, 1; VIII, 1;.IX, 35 y 37; X, 27; XI, 1; XII, 26, en quilm la tesis'se relacionaconlateoria del perpetuo movlmiento circular de t.odaslas cosas (por ejemplo, 1I, 14;VII, 19; IX, 28). .' '.'

,s Ch., por ejemplo, TACIANO,Drat. ad graec.; 3;ORIGENES,c. Cels., IV, 68,y V, 20-21, .asi como las referencias indicadas porP. KoETSCHAUen !iu edici6ndel Contra Celso(t. I, p. 338, 3, y t. 11, p. 21, 23). SIMPLlCIO',in Aristbt. Pliysic..V, 4 (p. 886, edic. Diels). 0 tambien estas reOexiones de SINESIO(Relato Egipcio.o De la Providencia.en P. 'G., LXVI', 1277 A/C), que se iriterroga'sobre laanalogia de !a historia de su tiempo'Y el mito de Osiris y Tif6n: .~P()r que una'tallturbadora similitud? Su causa hay que buscarla en la unidad de .unmundo a~so-lutamente perfecto; en el' que una estrecha dependencia une necesariamente, hiparte que habitamos no~otros y los'cuerpos celeste~ que nos rodean. Estos iermi-nan su ciclo e inmedilatamentereemprenden su curso -seglin nuestra creencia enla doctrina comuna'Egipcios y Griegos-, con 10 queel retorno desu influencia

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11" T

. De 10dichose d~rivangravesconsecuencias.En un circulo, nohay ningun punto que sea principio, medio.Di fin, en un sen'tidQabsoluto.. ,0 bien 10son indiferentemente todos. El punto de parti-da al que, cada vez, mediante un movimiento que es regresi6nigual que progresi6n, la «apocatastasis» 0 remate del «Gran Afio»vuelve a conducit el ,curso de las cosas, no es nunc a mas que rela-tivo. En otros terminos, no podria haber, propiamente hablando,un comienzo ni un fin del mundo; el mundo, moviendose desdesiempreen una serie infinita de circulos, es' eterno: resulta incon"cebible cualquier idea de Creaci6n y de Consumaci6n del univer.so; El despliegue del tiempo no puede representarse. por una linearecta limitada en su comienzo y en su fin mediante, un aconteci-,miento inicial y un acontecimiento postrero. Ademas, el tiempo,si tiene, en virtud de la sucesi6n de cic10s que 10 componen, unritmo, 'no puede tener una direcci6n ni un sentido absolutamentedefinidos. A decir verdad, no tiene ninguno. Como 10 subrayaArist6teles 6, en el p~nto de la rotaCi6Ji d~1 circulo en que nos

restablece aca abajo las'conjeturas de otros tiempos. (trad. franc. Chr, LACOMBRA.'DE, en Synesios de Cyrene he/lene et chretien, Paris, 1951, p. 116).

6 Problemata, .XVII, 3 (p. 916, 18-39, edic. Bekker). Cito la traduccl6n delpasaje por,P. DUHEM,en Le sysJeme d~ monde, de Platon d Copernic, t. I (Pa.ris; 1913), pp. 168-169. clC6mo hay que comprender estas palabras, antesy des.pues (to proteron kai to hysteron)? lHay que entenderlas de la manera siguiente:Aquellos quevivieron en tiempos de la guerra, de .Troya son anteriores a nosotros;fueron anteriores a ~stos aquellos que habian vivido con anterioridad; y asi sucesi.vamente hasta, el infinito, los hO,mbres que se encuentran mb arriba en el pa.sado son tenidos'sieinpre por anteriores a 105otros? 0 bien, lsi es verda<l que elUniverso tiene'un comienzo, un media y un fin; y que aquello que, al envejecer,lIega a su fin, vuelve, por ello mismo, de nuevo a su comienzo; si es verdad, porotra, parte, que las cosasanteriores son las,que.se.hallan mb pr6ximas al comien.zo, qu~ impide, entonces, que nosotros' nos encontremos efectivamente mb cer.ea,del comienzo [que los hombres que vivieron en tiempos de la guerra de Troya)?Si fuera asi, nosotros seriamos anteriores a ellos. Puesto que, en virtud de su movi.miento tocal, cada, clelo y cada astro recorren un circulo, ,por qu~ no habria' deocumr 10 mismo con la generaci6n y la destrucci6n de cualquier cosa perecedera,de tal suerte que esta misma cosa pueda, a su vez, nacer y perecer de nuevo? De lamisma manera se dice tambi~n que las cosas hUlTlanasrecorren un circulo (katha-per' kai phasi kyklon einai ta anthrfJpina). Creer que 105bombres que nacen sonsiempre num~ricamente (t8i arithm8i) 105 mismos, es upa estupidez; seria mbacertado decir .que' se ,Conservanespecificamente (t81eidei). [Por su parte, en efec-,to, Arist6teles admite unicamente el eterno retorno de la especie 0 del tipo, y no elde 105individuos.) Puedepor. tanto suceder que nosotros seamos incluso anteriores,[a 105contempor{me\>S.deTroya). A la serie de los acontecimientos habra que asig.narle, por tanto, tal disposici6n (tin tou heir';'ou. taxin) que haya que volver (palin

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hallamos, podemos considerarnos PQsteriores a la guerra de Tro-ya; pero, que el circulo prosiga su robici6n: volvera a traet,' des-

, pues de nosotros, la misma guerra de Troya, y, en este sentido,podemos decir, con la misma raz6n, que somos anteriores a seme-jante acontecimiento. No hay anterioridad y posterioridad crono.-16gicas absolutas. Y en definitiva, puesto que todo se conserva yse repite identicamente, queda excluidoque pueda surgir en elcurso de la historia algo que sea radicahnente nuevo.

Por otra parte, y a pesar de 10que haya podido decirse 7,el he,-lenismo no lleg6 nunca a elaborat: una filosofia y, menos aun" unateologia de la historia. A 10 mas -muy, tardiamente, por cierto,con Polibio y Diodoro- se lleg6 a explicar cierta convergepcia delos hechos de la historia universal (concebida al fin como constitu-tiva de un cuerpo unico) por la acci6n completamente natural,«fisica», de la Tyche, de la Fortuna 0 del Azar, asi'como a tra.tarde reducir 10 mismo el deve~ir.hist6rico que la evoluci6n de losregiplenes politicos a un ritmo en. este caso todavia c~c1ico.Estatambien el caso de Plat6n, que ~specuI6, sobre modelos 0 es-quemas ideales de Estados 0 de constituciones, sociales, de 105quese deduce una sucesi6n necesaria, intemporal 0 aplicable a cual-quier devenir y cuyas leyes son «Ieyesde decaden~ia mas bien quede desarrollo»:8: someten el devenir. a una degradaci6n, a partirde un estado ideal,primitivo concebido bajo las apariencias de unmito; las constituciones no.crec~n" se corrompen, y la historia de10sGobier:nos,es la de una decadencia. Aparece aqui el fondo delsentimiento que el Griego experimenta frente al tiempo: el tiempo

epanakamptein) al estado que sirvi6 de punto de partida y reempre,nder sin dis.continuidad una march.a que vuelva a pasar por las mismas cosas (synekhes palelnkal aei kata tauta ekhein): Alcme6n dijo;que 105hombres son perecederos porqueno pueden soldar su fin con su comien:i:o. 1..0dijo ingeniosamente, con tal que seentienda que se expres6 de una, manera figurada y no se quieran interpretar suspalabras aI pie de la letra. Si la serie de aconteclmientos es un circulo, como elcirculo no ticmecomienzo ni fin, no nos es posible, a causa de una mayor proximi-dad con respecto al comienzo, ser anteriores a aqu'ellas gentes, ni es posible queaquellas gentes 10sean a nos'Otros.~" .

7 ,En particular, W. NESTLE,cGriechische Geschichtsphilosophie., en Archivflir Geschichte der Philosophie. XLI, 1932, pp. 80-114.. .

8 E. BR~HIER,cQuelques tr~its de la philosophie de I'histoire dans I'Antiquit~classique., en Revue d'Histoire et de Philosophie religieuses, XIV, 1934, 'po40, y,para 10 que precede, p. 38~n~2. Cfr., igualmente, J. Gul1TON,Le temps et reter.nite chez Plotin et saint Augustin (Paris, 1931), p. 358, n. I, y el mismo W.NESTLE, art. cit., pp. 93-94.

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se sufre comouna degeneraci6n. Con mucha mas raz6n, seria irn-posible que se dieseen el un progreso continuo. ;,Podria sUpo~r-;se ot~a cosa en una 'conc~pci6n para la que, la Perfecci6n; iaexpresi6n total y suprema delser, es dada de una vez'por todaS'enun mundo de Esencias 0 de Modelos'inteligibles que trasciendenel,tiempo?

En conjunto, la incapacidad en que se encon~r6 el espiritu he-lenico para construir una'-a.utentica filosofia de la historia seexp.li.ca muy facilmente si se tiene en cuenta 10 que habtamos compI'']-,bade ya con anterioridad. 1..0singular; 10contingente, no .interesaal fil6sofo: no es materia apta para la ciencia, ,que no retiene de la,realidad sensible mils que los aspeetos generales 0 reproducibl~s.Pero sobre todo, un'a vez que, para el, los elemehtos se repiten ba-jo la forma de un circulo en el que todos los puntos sonindiferen-temente comienzo, medio y fin,y donde no hay del.uno al otrooi"anterioridad ni posterioridad absohlta, el Griego no puede disp,,-:ner de un punto central de referencia con respecto ai' cual se ert~cuentre en situaci6n de definir absolutamente y de ordenar un'pa~sado y un futuro hist6rico. Para el no 'existe un acontecimiehtounico, sobrevenido una vez por,todas, que pueda proporcionarleese hito indispensable y le permita orientar en un sentido pareja-mente unico el curso -en 'ese caso itreversible- de la historia.

Tal es, en sus grandeslineas, la concepci6n que el helenisniose hacia del tiempo y, en consecuencia, 'de la historia. Una con~cepci6n esenciii.bnente 'cosmol6gica~,En ella el tiempo se percibe yse considera eh funci6n 'de una visi6n jerarquizada del universo ehel que las realidades inferiores no son otra cosa que los reflejosdegradados ynecesatios delas 'realidades'Superiores que se esca-lo~an por encima 'de ellas y les dan ser y vida,_al mismo tiemlW,'que presiden ~us movimientos (')su marcha: El tiempo es solidari9de un orden cosmico del que es, en su propio nivel, uti efecto yuna ex-presion: si se,despliega en circulo,es porque imita, a su modo, el cbI'-

, so ci~lico'delo'S',astrosde'que depende. Su petpetuidad, la repeti.-cion de las coyunturas que hace volver, son, bajo forma movil, lasimagenes del,orden inmutable y perfecto del universo eterno y eter-namente regulado por leyes fijas, de las que el cialo, con la unifonnerevoludon de ~us astros, ofrece u.na imagen aun mb sublim~.

Dos sentimientos pueden haberle sido'inspirados al Griego porel espectaculo de un mundo tan indefectiblemente ordenado des.de toda la eternidad y por la admisi6n del retorno indefinido del

';~IJIi;fhi

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tiempo, sobre si mismo. Puede suceder que se' suscite unaadmira-'ci6n -admiracicSn aJa ,vezracional, estetica, religiosa,y capaz dellegar ha~tael extasis-. Todo, en este' universo 'grandioso en quecada cosa ocupa su'lugar, donde cada acontecimiento sobrevieneen el momento exacto,' es justoj" bello.-ybueno, o'debeser tenidopor tal, puesto que esel resultado de un orden necesario:e inteli-gIble. 10 que et' individuo podrla caer, en la,tcmtaci6ri de.conside-rar malo 0 defectuoso,rio es sino «no.ser», un accidente secunda-rio, un'a'nota cuya disonancia .apa~ente 'se Junde y'desvanece,ehel

, movimiento organico, 'en la economia'total de la sirifonia:-Toma-do en su conjunto" el 'kasmos -y el termino designa.en ,griegotanto el «mundo» como el «orden», ya que las.dos .nociones soninseparables~ es divino, o.el reflejo de 10divino, 0, para algunos,el «hijo de Dios», un «segundo» 0 un' «tercer, dios»9. Con muchamas razoR, los astros, cuya exacta regularidad demuestra que sonseres aniniados e inteligentes, movidos por 10s dioses o.dotados deun almasuperiora la' nuestra, son .divinos .tambien; si es' que noson los dioses mismos 10.'De .donde.la forma que ,adopta la religiongriega desde los tiempos de la vejez de Platon, y queconserva has-ta el final del paganismo: la de una «religion c6smica»; tan biencaracteri~ada y estudiada:en un trabajo recientell; Pero tambien

9 Cfr. entre otros, Harpocration y Numenio (referencfas en mi articulo .Nu-menius d'Apamee et les theologies orientales au second siecle., en A'nnuaire deI'[nstitut de Phi/ologie et d'Histoire orientales; n,Bruselas, 1934,' p. 756 (en estemismo volumeD, p.35) 0 Celso, en ORloENES;,C.'Cels., VI, 47, YeHest,lnlOniodelpropio ORIGENES,ibid., V, 7. Doctrina y f6rmulas se encuentran en ciertos trata-dos del Corpus Hermeticdm (VIII. 1-2; X, 14; XII, 15) Yen ~IAsclepius (8, 10y39). Notar, por otra,parte, la presencia, enel mismo Corjius (VI,' 2, X, 10); deoiros fragmimtos qu'e, mas de acuerdo con la'teoria general' 'de1a GnoSis, declaran,maloalmundo:" ,.,. . ,.,' '" .' .'. 10 Cfr., por ejemplo, Fr.. CuMONT,Le mystici.fme astral dans. I'Antiquite(Bulletin'de I'Academie Royale' de Belgique, Classe des Lettres, '1909, 'pp, 256-286) 0 H. GRESSMANN,Die hellenistische Gesti':"religio~ (Leipug, 1925):iEn elEpinomis, cuyo autor, decididamente, parece que debi6 ser Pl..\T6N(vease', por 10demas, ya enlas Leyes, X, 899b),:la prueba de'la inteligencia y la divinidad didoscuerpos celestes se dedJce de la regularidad y la uniformidadinmutable' de sus '6r-~itas (982a~c). Epici1ro es el unico fil6sofo de la Antigiledad pagana que 'afirmaque'los astros se mueven en linea recta (The6n DE EsMIRUZ;Crimentario sobre elAlmagesto. p. 233, Roma); pero es ptecisaniente'porque quiere desfi-uir lacreen-cUi en la divinidad y la voluntad de 105astros (AA. FESTUGIERE,Epicure et sesdieux, Paris, 1946, pp. 102-131). ' . . ." ', 11 A.-I. f'ESTUGIERE,La revelation d'Hennes Trismegiste, 11:Le Dieu cosmi-

que (Pari~, 1949). ' , ,. ' ; I','

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I I , .

-s610 que mas..raramente yen' tiempos tardio$- se percibe, enlugar,;de la admiraei6n -0 mejor, al margen de la admiracion-,una cierta'melancolia, una cierta lasitudl2, asi como un senti-miento"mas 0 menos vigoroso de angustia y de .servidumbre,'Esteorden inflexible,' esta duraci6n que se repite peri6dicamente sincomienzo, ni fin, ni prop6sito, p'ueden acabar siendo mon6tonas yaplastant~s. .Las cosas son siempre las mismas; la historia gira enredondo sobre si misma;~uestra vida no es (mica;hemos venidomuchas veces ya a la existencia y corremos el riesgo de volver aun,indefinidamente, ;en el curso' de ci,clos perpetuos de reencarna-ciones,' de «trasvases»,. de «metensomatoses»' 0 de «metempsycho-ses»13.Suced~ sobre. todo que los'astros, con sus posiciones y susdespla~amientos, ptsan demasiado gravemente sobre el'destino.del hombre: 10fijan, 10regulan, lo.dominan. Elorden astron6mi-'.co, cuyo rigor endurecen los mathematici 0 los astr610gos, se vue}-ve estr-icto determinismo, y predestinaci6n, Fatalidad, Heimarme-ne, .Fatum. Un fatalismo. bastante desencantado 0 desesperado)se 'dej6 s~ntit:al atardecer, de la epoca grecorromana. Son muchos10s que buscaron sin duda escapar a esta douleia, a esta esclavi.tud del Destino.inscrita en los astros, «sellada»en el cielo, presen-te en. la solidaridad de los acontecimientos del universo que se en-cadenan unos con otrosl4. Pero, siendo como eran inmutables y

12. Es notable a este "respecto la actitud de ,un Marco Au~lio. Como e~toico.convencido, ~I emperador cree en el determinismo universal y, como S!Jha indica-do ya mU arrjba: Jp. 218, n. 3), en el retorno circular de la duraci6n sobre si mis-Ma; cstas creencia~ Se .alian Cl) 61 con un scntimiento. muy vivo, y expresado COl)frecuencia, de la fugacidad, de la fragilidad .de las cosas y los IIcontecimieqtos so-metidos por ~cisitudes fatales a perpetuos cambios (por ejemplo, A sf mismo, V,13; VI, 15; VII, 25; IX, 19; X, 7), de la vanidad 0 la na<!a de la condici6n bum;masQbre esta .mota de tierra. que es el mundo (V;, 33; X,. 17 Y 34; XII. 7 y 32). Se es-fuerza, ~in 'embargo, .por .amar. este nuestro pobre y pesado' destino (VII, 67, yconfr6ntese X, 21).

. 13 1-a conexi6n orglmica de las dos tesis bel6nlcas de la infinitud del mundo,

de uit~ parte, y de'l~ metempsicosis, .!le otr!!, fue bien subrayailapo~ ORiGENES;que~.muestr4.; a"Clmas, que son, tanto una como otra, incompatibles con la doctri.na cristijlna,de la creaci6n y el fin del mundo (Comm. in Matth., XUI, I, p. 176;5-15, edic. Benz.KIOstermann, en el vQI. X. de las .Origenes Werke. del Corpus deBerlin;.pasaje citado por ,PAMF\LO en su Apologia por'Origenes, c. 10, y trad.porRufino"p. 9, 4~.50, edic. Benz-KlostClrmann, t. XII de las .Origenes Werke.).

14 Cfr., por ejemplo, Fr. CuMONT, .Fatalisme as,tral et religions antiques., enRevue, d'Histoire et de Litterafure religiflUses, !I{.S., UI, 1912, pp. 513-543, yLes

.religions orientales dans le paganisme romain, 4.- ed. (Paris, 1929), pp. 166-168,

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L-

eternos el orden y las'leyes del kosmos, .10mejor era someterse aellos, resignarse, a reserva de alojar 'en la conciencia de 10 inevi-.table los elementos de una sabiduria replegada sobre si misma,que se satisfacia con poco y con el regusto de la, a~argura,. 0 losmotivos de una moral austera, fundada en una aceptaci6n lucidade todas las cosas y.sostenida por la tensi6n obstinada de una vo-luntad energica pero sin ilusiohes. En cuanto a la..posibilidad desublevarse contra la marcha del mundo y contra el.mundo mismo,de' negar la primacia 'y la divinidad de1.firmamento visible y de loscuerpos celestes, no .se podia ni pensarlo siquiera~ Eso sera 10que.les toque a los gn6sticos.

,

La concepci6n del. tiempo que el' cristianismo' trae consigo' escompletamente distinta..

El despliegue del tiempo no adopta aqui.,Ia figura. de uncirculo, .sino la linea recta, acabada ~n sus dos' extJ;e~idades, conun comienzo y un fin absolutos, y a:IO'largo de la cual -querido ygobemado por Dios- se desenvuelve el devenir total del generohumano considerado.como un blQque unico e indi~tinto. j\dem~,el tiempo cone en una direcci6i1 irre,:ersible: p'~~gresa hacia untermino, un blanco, y .es el lugar. de un progreso continuo., Eltiempo;en fin, tiene una realidad efectiva y un sentido,.es decir,.no s610una orientaci6n definida, sino tambien una intrinseca,sig-nificaci6n.' ."

Esta concep.c~6n cristiana del tiempo s~ apoya, en ef,ecto',sobre una visi6p.del mundo muy diferente de.la delhelenismo..Encontra del helenismo, el mundo, segun el cristiano, ha'Sido creadoen el tiempo y habra de acabar con el tiempo. Porun.lado, el re-lato del Genesis; por el otro, las previsiones'escatol6gicasd~1 Apo-calipsi~. Y la Creaci6n, el Juicio Final, y el perlodo. interniedioque se extiende del uno al.otro de estos dos acontecimientos, sonunicos. Este universo creado y unico, que ha comenzado, dura y

asl Cl?mola!!notas relativas a estas pAginas, pp. 289-290 (bibliografla, p. 289, nu-mero 58), 0 A.-J. FESTUGlERE,L'ideal religieux des Grecs et I'Evangile (Paris,1932), pp. 101-115. Sob~e el fatalismo astrol6gico y e1..sentimit:ntode angustia,queprovoca, incluso en algunos cristianos, elr. ORiGENES,Comm. in Gen.. en P. G.,XII. 48D/52A. Sobre el Destino. .concepto supremo del paganismo occidental.,vease Th. HAECKER,Der Christ und die Geschichte (Leipzig, 1935), p. 122. .

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concluira en el tiempo, es un murido finito, limitado en los doscabos de su historia. No es ni eterno-ni infinito en su duraci6n, 'I,exactame'nte .como el mismo"lo~ acontecimientos que en et tienenlugar no se repetirlm jamas. El mu'odo se halla situado, sumidoJYacabado en el pempQ. .

Ademas, este mimdo~ su destino se hallan aqui directamentepuestos.en relaci6n con la voluntad de Dios. Las perspectivas que.en et' helenismo se inte1])onian entre Dios y.sucreatura han sidodesbloqueadas..Y.a no hay"divinidad del firmamento, .ni fatalidadastral, ni .superioridad jerarquica y .dominaci6n circular de los.c~erpos celestes. Los griegos,pensaban, como acabamos de vel'l '

que 10s astros eran divinos porque tenian un curso regular y ra-cional. El cristi~noLactanciaIS les opone este argumento, pinto~.resco pero significativo: «precisamente porque lo,sastro~ no puedensalirse de 'sus.6rbitas prescribis, aparece claro que no, sondioses; .

-

IS Inst~iuci~ries'divincis, 11, 5'(P. L., VI, 278BI279A). Traducci~n del pasajeenE. BR~HIER,iiistoire de ,la Philo.sophie, I (Paris, 1927), p. 511. Confrontar'elfragmento con Pl..AT6N,Epinomls, 982c-e(trad. ROBIN,OEul'res completes de Pia','ton, t. 11, ~arisd942, p. ).148): .Para.los ho.mbres, sin emba~go, esto deberla lta'.be~ sidQuna prueba de que hay inte1igencia en los Astros como en el conjunto deltrayecto que realiz.n puhtu~lmente; I~Ihecho de que ,actuen siempre de la mismamanera, a causa de haber deUbetado, hace mu'cho tiempo, hacer 10que continuil.nhaciondo durante 'un tiempo prodlgiosamente largo; y que, por el.contrario; su~deliberacioncs' no.varien' en todos los sentidos, ,tan prol1tOdecidiendo una cosa 'Co~mo 1!aciendo, e(l otro,momento, otra, 'ni se'pongan a vagabundear y a,modificatsu brbital Pero la mayoria de entre nosotros se ha formado sobre el partic;ular unaoplnibn completamente distinta: a saber, que la uniformldad y la identiilad de lasacciones' de los asttos' 'prueban que no tJeneri'alma: asi ha sido como la multitudha cerrado el paso a estas,gentes; insensatas hasta~1 plmto de admitir que" para 'laespecie hutnanl\, no hay . pensamien,to nl vida, sinG mediante la movjlidad,mientras que la especie divina se haUa desprovista de.raz6!1,porque es inmutableen sus traslaciones. Aho.ra bien, hubiese sido licito, a) menos a un hombre c;uY.Qsufragio se' dirige a 10que es bello, a10 mejor, a '10que Dios ama, admitir, preci.samen~e pot csta raZ6n; que debe considerarse cotno dotado de pensamiento a) serque actua.siempre de nianera uniforme, de manera Id~ntica; en vlrtud de 11$mis.mas cllusas, admitir, por otra p,arte, que tal es, en efecto, la naturaleza de losAstr"'os:esta naturaleza que cs la mu bella que cabe ver, cuando, en su proc:esi6ndanzante, form an el coro de danzamas beUo de todos y el mu magnifico, aquelque, para todos 105vivlentes; realiza plenamente 10 que debe'ser.. Para METODJO,obispo de Olimpo, 0 de F!upos (De autexusio, pp. 795.797, ed. y trad. Vaillant,en el tomo XXII de la 'Patrologia orientalis). el hombre, por su IIbertad, es supe.rior al delo, a).sol y a la .tierra que eJecut:anservilmente la voluntad de Dios~Sabrela ~huml11aci6n.de 105astros en'el,antiguo cristlanismo, bay referenc;ias, sacadasde Orlgenes, en H. DELuBAC,Surnaturef.(Paris. 1946), p. 192, n. 6.

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si 10fueran,.se les veria ir de aca para alia como a los seres ani-mados sobre la tierra, que van a .donde qUieren porque sus volun-tades son libres.» Por el contrario, es el hombre el que ha sidocreado libre, y se halla directamente en presencia de su Creador.Dios se .manifiesta en el tiempo. Cada una de sus intervencionessefiala 'en el un k(Jirosi un momento solemne y decisivo de la his-toria, y de una historia percibida ahora como universal, .puestoque a los ojos del cristiano, la humanidad surgida de Adlm consti-tuye, en su:ser yen sus destinos, un todo unico, sin distinci6n deraza, naci6n, lengua 0 cultura. La'poderosa Mano de Dios--.asi-milada a su Verbo 0 a su Sabiduria- no cesa de guiar. el mundoque ha formado y al hombre que ha modelado. Por su parte, lacreatura no puede conocer a Dios mas que en sus manifestaciones,temporales: percibe en la' historia el cumplimiento de los desig.nios del Creador, la realizaci6n'sucesiv:a de ,un plan' proyectadopor Dios en fayor de la humanidad. La interpretaci6n vertical delas apariencias cambiantes de aca abajo por las realidades fijas eintemporales, «arquetipicas», del mundo inteligible de 10 alto, sesustituye -al menos "en 'elcristianismo primitivo por una in-

. terpretaci6n horizontal de las partes del tiempo una por otra, enla que el pasado anuncia y prepara el futuro, y el futuro cumpie yexplica el pasado, y segun la cual, si'se utiliza ellenguaje tecnicode" los autores cristianos de los pritn.eros. siglos, 'los .aconteci-.mientos anteriores eran 10s «tipos», las "prefiguraciones» de .losacoqtecimientos ulteriores; y estos, a su vez, la realizaci6n de losprecedentes, que se hallan con aqueUos en la misma relaci6n que la«sombra,,'con la realidad plenay autentica. Podria decirse a~i que,la' imagen. anticipa elmodelo,'mientras que, en el hetenismo, :elmodelo'era desde toda la eternidad anterior y trascendente a laimagen. El «ejemphirismo» helenico se invierte por completo.

Ert fin, con el cristianismo, la creatura humana se convierte enel objeto inmediato, si no exclusivo, de la Providencia divlna, y deuna Providencia concebida y afirmada como «particular» en cadacaso. La historia se vuelve decididarrtente teleol6gica y antropo-'centrica: gran tema de,escandal,? y de burla. para tin espirit~ t~,ngriego como Celso" el polemista actjcristiano 16.

16Pasaje del Discurso Verdaderocitado por ORIGENES,c. Cels., IV, 23.Origenes enumeta algunas de las prindpales tes~ a prop6slto de 11$ cuales se reve.lan inconcillableshelenismoJ cristlanismo. in Genes. horn., XIV, 3, p. 124,

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Sobre la base de esta representaci6n esquematica del tiempose edificara muy pronto una filosofia 0, por mejor decir, una teo-logia de la historia 'cuyas muestras mas completas nos ofrecen, apartir de 185, el Advers~s haereses de San Ireneo y, mas tarde,De'civ;tate De; de. San Agustin, publicado de 413 a 426. Se trata'de una de las aportaciones originales del cristianismo y de otra desus diferencias con el helenismol Ya hemos visto que este era pococapaz de elaborar una filosofia de la historia porque no disponia'de un centro absoluto ni de puntos'fijos de referencias respecto delos cuales, hubiese podido ordenarse y comprenderse el curso deI.'

,tiempo. Pues bien, el cristianismo, posee ese hito en el adveni.miento de Jesus. Ese acontecimiento concreto y datable que es lavenida de Cristo anuda y desartuda toda la perspectiva de la histo-ria humana. Divide esta historia en dos periodos y los une entresi: un periodo antecedente, inaugurado por laCreaci6n y la Caiday que converge hacia la Parusia, preparada y profeticamenteanunciada por el; y un periodo ulterior, que habra de desembocaren la segunda venida de Cristo glorioso, y que es restablecimientoy cumplimiento. Con Jesus, la historia hadado un paso decisivo,ha franqueado un umbral capital: 4IEstacerca er Reino de Dios»,aguardado durante los siglos anteriores; el a;on mellon se ha ini-ciado ya en el a;on houtos 0 enestos. De esta manera, la trama dela historia, a partir de este hito fu~damental, puede tejersehaciaatras.lo mismo que hacia adelante: desde Jesus, el nuevo Adan,hasta la creaci6n del mundo y del primerhombre, se establece,regresivamente, una continuidad del pasado jalonado por laspr~fecias y los acontecimientos 4Itipicos»del Antiguo TestameI).~o;desde Jesus hasta su segunda Parusia y el Fin del mundo, se ase-gura igualmente la continuidad del futuro, por delante de' I).OS-otros y en .progresi6n. Una linea recta traza la marcha de la hu-manidad desde la Caida inicial hasta la Redenci6n final. Y el sen~tido de esta historia es unico, porq~e la Encarnaci6n es un hecho

H1

: . . ,6-10 edic. Baehrens: .Pero (la filosofia) se halla en desacuerdo con nosotros cuan.

do dice que la materia es coeterna con Dios. Se halIa en desacuerdo cuandosostiene que Dios no se' ocupa de'los asuntos mortales, sino' que reserva su provi-dencia a los espacios supralunares. Ellos (Ios fil6sofos) se hallan en desacuerdocon nosotros cuando hacen depender del curso de las estrellas las vidas de los quenacen. Se hallan en desacuerdo cuando dicen que este mundo es perpetuo, y q'ueno conc1uira con ning6n fin (dissident, cum perpetuum dicunt hunc mundum et

. nul/o fine c/audendum).. V~ase, igualmente, Comm. in Epist. ad Rom., Ill, I, en:P. G., XIV, 926D/927C.

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l~

unico. En efecto, coma insisten en ello el capitulo IX de la Carlaa los Hebreos y la Prima Petri, Ill, '18, Cristo muri6 por nuestrospecados una sola vez, una vez por todas (hapax. ephapax, semel);no es un acontecimiento reiterable, que pueda reproducirse endistintas ocasiones (pollak;s). Eldesenvolvimiento de la historia seencuentra asi presidido y orientado por 'un hecho unico, radical-mente singular, Y, en consecuencia, el destino de la human idadentera, igual que'el destino particular de cada uno de nosotros, sejuegan, por su parte, de una sola.vez, de una vez por todas, en'untieritpo concreto e irreemplazable, que es el de la historia y la vida.

Bsta concepci6n cristiana de un tiempo rectilineo en el que na-da se ve dos veces y que domina, clavada en su centro, la Cruzsobre la que se ha padecido, «bajo' Poncio Pilatos», una Pasi6nque ya .nunca' mas tendra lugar y cuyas repercusiones sobre elconjunto de la histori~ pasada y por venir son.definitivas, se opo-ne punto por punto a la teoria: helenica del tiempo circular. Sinduda, un Origenes, en' el siglo Ill; 10mismo que un Siger de Bra-bante, en el XIII, no dejaran de imaginar el tiempo coma desple-gandose en cic10ssucesivos 11.l.Pero lleg6 Origenes-, coma se.le ha

11 Para Origenes, ver los textos feunidos por P. KOETSCHAUen su edici6ndel, De principiis. p. '344, nota a la linea 6 y ss.; aftadir SANAOUSTIN,De haer..c. XLIII (P. L.. XLII, col. 33-34): «Hay tambi~n otras opiniones de este Ongenesque la Iglesia no admite en absoluto. Le.acusa no sin rawn, y eUa no podr!a seracusada de abuso (0: «recusada.)'por quienes le defienden, en particular a pro.p6sito de la purgaci6n y de la Iiberaci6n, as! como del retorno c!clico, despu~s deun tiempo prolongado, hacia los mismos males, de toda la creaci6n razonable(ac /'Ursuspost longum tempus ad eadem ma/a rellolutione rationalis unillersaecreaturae). En efecto, 'l.quien es el cristiano cat6lico, sabio <>ignorante, que nosiente una viva repugnancia ante semejante «purgaci6n de los m'a1es., como ~llallama, entendiendo que inc1uso aquellos que acabaron esta vida en los escan.dalos, los crlmenes y los sacrilegios, as! como, por enormes que fueScn, en las im-piedades, que el mlsmo diablo con sus angeles, si bien despu~s de largo tiempohayan de ser purgados y liberados, devueltos al reino de Dios y a la luz, y que denuevo, despu~s de largos espacios de tiempo, todos aquellos que fueron liberadosvuelvan a caer en aque1los males retornando a ellos una'vez mb; y que estasalternativas de beatitudes y miserias' de la criatura razonable hayan existidosiempre y hayan siempre de existir? (et has lIicesa/ternantes beatitudinum et mise-riarum rationa/is creaturae semper fuisse. semper fore?). 'De' toda esta vana im-piedad, contra los fil6sofos de quienes Origenes ha'recibido todo esto, he discutidocon el mayor cuidado en mi libro de La Ciudad de Dios.. Una discusi6n recientedel problema, acompaflada de numerosas referencias alas mismas obras deOrlgenes,en M. WERNER,Die Entstehung des christlichen Dogmas (Berna-Leipzig, 1941), p. '114 y n. 37. M. Werner seftala, ademas, que Clemente de

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~cusadQ, hasta so.stenE:rque la Pasi6n se repite y se repetid, en elseno. de cada unO.de esto.s.cir:culo.s?En cualquier caso., no.s halla-mo.s'ante una,util co.ntraprueba: creer-en la l'eiteraci6n del dramadel G61go.taes co.nsiderado.po.r la Iglesia co.mo.el erro.r po.r excetlencia, y si Origenes se desliz6 hacia 'esta herejia, .fue precisamen.fte bajo. lainfluencia del helenismo., cuya, acci6n, a su ,vez, sufri6,Siger, a, traves del canal de Averroes y del aristo.telismo.. Sea deeUo.10.que sea, para quien desee percibir en IQvivo.y en sus pro.-fundidades la o.po.sici6ndel tiempo.' rectilitteo. del cristianismQ al "

tiempo. Circular del helenismo., nada mejo.r que acudir a Io.scapitulo.s'dellO al 20 del lib1'0.XII de La Ciudad de /Jias de SanAgustin*. Frente a Io.sperio.dos seculares de las fil6sofos, frente a.'Io.scircuitus temparum in quibus eadem semper fuisse renavata;atque repetita in rerum natura atque ita deinceps fare sine cessa;-tiane asseverarei'lt (philasaphiJ, frente a Io.sfalsi circuli 0.alfalsu~circull,ls, Agustjn traza el rectum .iter, la recta via"-que es Cristo.;frentea la repetici6n hel(mica, la nov.itas cristiana, nulla repeti.',ta, nullo repetenda circuitu; frente a la desesperaci6n de Io.spaga.)....no.s que dan vueltas en redo.ndo.(in circuitu imp;; ambulant, dice .

el Salmo XI, 5), la dicha de Io.scristiano.s para quienes, gracias alSefio.r, «se ha ro.to.el circulo.»(in adjutaria Damini Dei nastri !,asvalubiles 'circulas, quas apinio. canfingit, ratio.manifeste canfrin- '

git). ¥ to.do.eUo..culmina en 18:af~maci6n-de la Prima Petri evqca-da hace' Po.co.:Semel.enim Christus martuus est pro peccatisnastris, «en efecto., s610.una vez po.r todas ha muerto. Cristo. po.r.nu~stro.specado.s». . .' .",

El dato. es fundamental desde to.d~s Io.s.punto.sde.vista. Juntoa el, sin embargo., no. faltaron o.tro.s'fact()re~, mas pragmatico.s,que co.ntribuyero.na impo.ner al cristianismo. la. idea de un tiernpo.

Alejandria (Eclog.prophet.. 23, 3) atribuia a 105valentinianosla idea de' una,nueva'encarnaci6ndel Salvadory que, seg(mHip6litoy Eoifamo(efr. n. 36),..I()selkhasaitas -inspirindose, aI decil: del primero de estos heresi61ogos,en. ladoctrina pitag6rica . de .la metempsicosis- profesaban el retorno peri6dico,de Cristo en el cursode diferentes reencarnaciones. Para Siger de Brabante, con-fr6nt~e Et. GILSON,La philosophie au ,Moyen-Age. 2.. ed., (Paris, 1944),pigina 564. Si Orlgenes sostuvo realmente III teoria. que se le echa en cara, serlael caso derepetir, de acuerdo <;onJean GERSON,que toma por otra parte la f6r-mula de San Je~6nimo(Epist, ad Ctesiphont. 3. P. L., XXII, col. 1152: .61 beblaen exceso de la copa de oro de BabUonia,..

· Los textos citados y utilizados en esta pigina. 10 han sido ya en .Tiemp9,.h.istorillcy mito V6ase mb arriba, p.' 43, donde se han traducido en nota..

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o.rganico.y o.ri~ntado.y a llevarle po.r la ruta de una teo.lo.giade lahisto.ria. No.vo.Y'a fnsistir so.breeste punto., que ya' he desarro.l1adoen o.tras ocasio.nes. Reco.rdare sin embargo. IQesencial, po.rque en-co.ntraDio.sen ello. alguno.s elementos que interesan de cerca anuestro pro.p6sito..

Est\1vo.ante to.do.la necesidad sentida po.r el cristianismo., reli-gi6n nueva e incluso., a Io.so.J0.5de' Io.spagano.s, superstitio nava,de ao.nstituirse. un pasado. .y de pro.po.rcio.narlas. pruebas de. suautenticidad. No. pudo. hacerlo. mas que .apro.ximando.se aljudaismo., situando.se -en calidad de verus /sr.ael- a Co.oti-nuaci6n del pro.lo.ngado.'desarro.lIo.anterio.r de la histo.ria israelita,que hizo. suya y cuya'ado.pci6n le permitia la ventaja de po.der re-mo.ntarse' hasta Io.s mismo.s o.rigenes del mundo." relatado.s en elGenesis 18.La ventaja era do.ble: el cristianismo. se po.nia asi en si-tuaci6n 'de po.der presentarse co.mo.la religi6n mas antigua, lamas primitiva, del universo., puesto. que tenia su fuente y sus rudi.mento.s mas alla de 10.5'suceso.smas antiguo.s que pudieran co.nsig-nar 10.5'Anales' pro.fanps de las.antiguas civilizacio.nes, babil6nicas0..~gipcias. Y de hecho.; al fundarse so.bre'l,!iBiblia )I'so.bre unaero.no.lo.giaco.mparada, la hist'orio.grafia,cristiana, nacida de nece-sidades'-apo.lo.geticas,se dedicara muy pro.nto.a demo.strar la legiti-midad de semejante pretensi6n. Po.r otro. lado., la literatura, sagra,

. da de Israel propo.rcio.naba a Io.sapo.lo.gistascristiano.s Io.stestimo.-nio.s 'quenecesitaban para probar que el advenimiento. de Jesushabia. sido. presentido., previsto. Y'pro.fetizado en el pasado. Enco.nsecuencia, y po.r fuerte"que fuese.en un mo.mento.dado. la ten.taci6n de romper cualquier'lazo. co.il el'judaismo. y de afirmar laplena no.vedad, la o.riginalidad abso.luta, del Evangelio., la Iglesiase vio. co.nducida aafiadir Io.s libro.s hebreo.s a su co.njunto. deEscrituras can6nicas, a hacer 'que el «Nuevo» Testamento fueseprecedido. por el «Viejo.»,.asolidarizar su propia histQria co.nla delantiguo. Israel. que era su preparaci6n y su prefigura. Fueasi co.-mo.pudo. vinculaI' o.rganicamente y co.nco.ntinuidad el presente alpasado. Veremos que, po.r el co.ntrario,co.n la Gnosis esta so.lida-ridad habra. de ro.mperse -y, co.n ella, la co.ntinuidad o.rganicadel.tiempo. .

Oti'o..facto.r jug6 ,igualmente: para inducir a la Iglesia.a so.ldar

1111;

11'

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11"

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III

11

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18 Cfr. 'fERTuUANO, De pallio, 2: Ab Assyriis, si forte. ae.vi historiae pates-eunt. Qui vero divinas lectitamus. ab ipsius mundi natalibus compotes sum us.

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