iv la pqdredumbre 0 blanco de la raiz · 2007. 4. 9. · cuando la enferrnedad invade un viñedo,...
TRANSCRIPT
IV
LA "PQDREDUMBRE" 0 "BLANCO"DE LA RAIZ
(Armilla^ria meilemc (Vahl.) Quél.)
Esta enfermedad es más ^frecuente en Es-paña de lo que a primera vista parece, puesmuchas de las cepas muertas sin causa apa-rente presentan sus rafces podridas; y talesefectos lo mismo se acusan en las comarcasvitfcolas gallegas=a expensas de su abun,-dante pluviosidad-como en los viñedos de re-gadío intensivo de la región más seca de•Es-paña (parrales de Almerfa), donde causa sen-sibles daños anualmente; además, los ataquesdel agente a los árboles frutales, dé los quemuchos perecen en las regiones húmedas, au-menta aún más la difusión de la enfermedad.
La podredumbre de raíces•es originada pordos hongos : I^os,ellinia necact,rix Hartig y Ar-millcuria mellea (Vahl.) Quél., además deotras causas puramente culturales y agríoo-
- ^7^ -- ,,.. ,,..` -,;, . .
las (encharcamientos, excesiv^t ^p^ci^aá'del terreno, subsurelo imper^eableg étc:^, que;^producen análogos efectos y pl^ovo^,titn ^ Iapresencia de hongos saprofitos sobr^a l^cŝ rai- kces descompuestas, cuya coñ^uaión coxi,•^o^agentea parasitarios mencionados ha^^ tnn-chas veces que los viticultores s^ creú^ enpresencia .de la podredumbre criptogámica.Considerando que la mayorfa de los casos ob-servadoa en España reconocen por causa elhimenomiceto Armillaria mellea, y que el po-sible. tratamiento es común para los dos hQn-gos mencionados, nos referiremos a éste ex-clusivamente en el curso de las breves lfneasque siguen.
Sfntomas de la enfermedad.
Las cepas invadidas por el hongo mani,-fiestan al exterior señales de debilidad gene-ral, como corresponde a una planta que norealiza normalmente sus funciones abaorbentes y circulatorias. Laas hojas se reducen detamaño y empalidecen, los sarmientos pre-sentan entrenudos cortos y disminuyen delongitud, dando a lá cepa un aspecto raquf-tico con "arrepollado" más o menos pronun-ciado. Durante la vegetación, algunos brotesae marchitan, y en la siguiente^ primavera seob^erva que un brazo se ha secado ; len:a-mente se agota la vitalidad de la cepa, que,por ^lo general, muere al cabo de dos o tres
^^o ^8
- 178 -
años, si bien algunas . veces se prolonga elproceso doble tiempo.
Corrientemente la planta perece al iniciamse el otoño o en el transcurso del siguienteinvierno; pero hemos presenciad^o, en plenoverano, casos de muerte fulminante de vi,-des que vegetabañ con relativa normalidad;este hecho lo registramos en extensas plan-tacionea de parras vigorosísimas que• el in-vierno precedente habían sido sometidas aprolongado encharcami^ento, euyo nocivo efec-to directo se sumó al propio del hong^o, ^avo-recido también su desárrollo por la humedaddel terreno. Durante el mes de julio sobrevi-nieron unos dias de fuert^es calores y la in.-íensa transpiración consiguiente no pudo sersecundada, a causa de la deficiencia radicu-lar, por la absorción de jugos del suelo; elresultado fué una rapidísima desecación d^ehojas y brotes, hasta él punto de observarselas plantas deshojadas como en el invierno,c.uyo deplorable efecto contrastaba con el aa-pecto de los racimos, verdes y turgentes du-rante los primenos días; muchas de las pa-rras afectadas rebrotarqn nuevamente, peroalgunas sucumbieron aquel verano.
A1 exterior, las cepas invadidas por el pa-rásito no presentan caracteres distintos a losreseñados, y cán estos síntomas no puedefundamentarse diagnóst#co alguno, porqueaoinciden con los de muchas otras afeccio-nes, eapecialmente de tipo circulatorio o ra-
dicular; ahora bien, al arrancar una cepa concuidado, para no destrozar sus raíces, obser-varemos en ellas signos claros de la causa pa-tológica. Las raíces presentan contexturaesponjosa y ennegrecida, con su corteza des;-prendida d^e la madera y fácilmente separa-
Fig . 32.-Debajo de las cortezas descompuestas de eatasraíces de viRa, se observan las placas blanquecinasconstltuidas por el mticelio del hongo Armillaria mellea.
(De Urquíjo y R. Sardiña.)
ble en tiras ; entre ambas se observa unacapa blanquecina que en algunos sitios formamasas más compactas, como fieltro, a conse-cuencia de ]a acumulación del micelio de Ar-millarxa ^nellea. También se encuentran, fre-
-180-
cuentemente, rodeando a las raíces unos fila-mentos ramificados, cilíndricos o algo aplas-tados, según su situación, primeramenteblancos y más tarde parduscos o negros, cuyodiámetrq alcanza hasta los 2 mm., si bien logeneral es que tengan una cuarta parte; es-
tos cordones son los rizomorfos, que se en,-
Fig , 33.-Algunas veces también se encuentran en lasraicea unos cordonea ramiflcados, primero blancoe y des-pués parduscos ( r%zomorfos), del hongo causante de la
podredumbre". ( De Urqutjo y R. Sardiña.)
cuentran relativamente sueltos en las raíces,sujetándose sólo en aquellos puntos donde seensanchan en forma de placas. Algunas vecesestos cordones aparecen al exterior de lasraíces y se extienden por el terren^o.
La edad de la cepa no garantiza su inmu-nidad, pero sí se ha comprobado que los ca-sos son menos frecuentes en las plantacionesviejas y, en cambio, perecen ^mayor númerode vides menor'es de diez años ; aunque no e4bo general, también se presenta la enferme-
dad en cepas muy jóvenes (dos a tre$ años),y entonces se abrevia el proceso, sucuinhien-do éstas en el primero o segundo año de ^Y^a-nifestar los primeros síntomas.
Cuando la enferrnedad invade un viñedo,se presenta al principio sobre algunas plan-tas aisladas, y de año en año van observán,-dose nuevas cepas atacadas alrededor de losfocos i^niciales, difundiéndose la infección enform^ concéntrica, an5loga a la típfc;^a "man-cha de aceite" característica de la filti7re^a y,en general, de todaa las afecciQnes radicu^res euyos agentes se transmiŭt^ a^vé$ delterreno, Poateriormente sucumbém 1^ ' cepaaque fueron ataeadas al comienzo de la inva-aión, y en torno suyo se observan esca.lona-dos los diferentes Srados de la enfermedad.
Caracteres del parásito.
En las anteriorea líneaa ya hemoa reseña-do ligeramente el aparato vegetativo del hon^g^o, describiendo sus ca.racteres aparentes demayor interés para un simple examen ocu-lar. Sin embargo, la segura identificación delparáaito no• puede lograrse sin el examen deau seporóforo, que es el encargado de repra-ducir la especfe. En las cepas rara vea ae lle^ga a observar, pues se encuentra casi exelu-sivamente sobre las rafces viejas, putrefactaŝ,y, con mayor abundancia, en lo^s tocones demuchos árboles (oIivo, cerezo, eiruelo, .alba-
- is2 -
ricoquero, moral, coníferas, etc.), no siendoextraño tampoco verlo durante el otoño alpie de plantas vivas en período d^e consun-ción.
El aparato esporífero de Armillaria me.llea tiene la forma de las setas y está cons-,
-Seta o aparato esporlfero de Armfllar4a meilea,go de la "podredumbre de la raíz". (De Urqufjo
y R. SardiBa.)
tituído por un pie de 6-20 cm. de longitud,coloreado ^en a^marillo de miel a castaño cla-ro, pero más oscuro en la base, que, a vecea,
. es algo ensanchada; hacia su parte inferior. se destaca un anillo membran^oso bien mar-
cado, el cual puede reducirse en ocasiones aligeras escamas e incluso faltar por comple-to. Sobre este vástago se encuentra el "som-brerillo", también mielado, pero salpicado de
- xss -
pelitos ; su forma es convexa, al príA^iQitr^. ^^'desnués nlana o cóncava. v mide _dé 6 a_ 1^centímetros de diámetro. En la: cárade "sombrerillo" se engendran 1l^s espcargadas de la reproducción d^! hon" ^y,;
^ Si al diseminarse las esporaS que^^prenden de las laminillas del "^ibX^r}^;éstas caen sobre troncos ^u otras p^i^98radas, el parásito se desarrolla s4y origina nuevos centros dg difusión que a7n^plían el área invadida por este hongo, quien,contamir^ando mediante sus rixomorfos a l,ascepas^ contiguas, infesta también las raf- .ces por sus heridas o zonas necrosadaa. Ve-mos, pues, que Armillaria mellea dispone dedos medios de propagación : uno, a distancia,mediante su^s esporas, y otro, por contagiodirecto de una a otra cepa a través del te-rreno. /^.`;
Aunque no es posible, sin previos j;^onoci-unda-mientos criptogámicos, establecer una'r ^̂ .^,
menta^da diferenciación entre los dos i^nj^'que hemos mencionado como agentea"podredumbre", vamos a indicar unos cteres opuestos, cuyo reconocimiento no esffcil.
./rmi/laria meliea. Ro.ittinla necaer:z.
No forma micelio extorno en vedijas Lo presenta.o flecos. . ^
^Yn fllamentoa pardoa que preaenten Si loa tíene.hínchamientoa piriformes.
J^parato de ^rpç#Jile^cí^n çn tarma Do otra maner4,
do eeta^
i&t
Condiciones de desarrollo del hongo.
El parásito se desarrolla rápidamente enlos medios húmedos y se observa con mayorfrecuencia en los terrenos arcillosos o desubsuelo impermeable que estancan el agua;por esta razón, se encuentran más casos dela enfermedad en el fondo de los valles oparte baia de las laderas, es decir, en los si-tios donde se acumula el agua.
La naturaleza del suelo, en sí, no pareceacusar particular influencáa y únicamente latiene a consecuencia de la mavor o menorhume^dad que retenga; por esta razán, ei^los terren^oa arenosos, calizos o de aluviot^espermeables nnanifiesta menor ^virulencia laenfermedad.
Por último, como el micelio del hopgo pue-de conservarse bastante t^empo en el suelosobre los restos de rafces, es muy frecuenteel contagio de las plantaci^ones de vides efec-tuadas en terrenos de ^ bosques recientementeroturados, o sustituYendo a ciertas especiesfrutales que hari sufrido los ^taques de esteparAsito; aún más se evidencia la conta^ni-nacibn cuando se reemplaza, al siguiente año,una cepa muerta de "podredumbré", pues Ru-cumben .laa que se pongan, aunque prendanbien y au de,sarrollo inicial sea vigonoso.
Medios de defenea.
, La ]ucha directa contra los parásítos queae desarrollan en las raíces de ]as plantas esactualmente muy diffcil, sobre todo tra+án-dose^del vifiedo. Por esta razón ]as medidasde carácter prevéntivo son las únicas verdatderamente eficaces, pues, una vez que el hon-go se ha implantado en el aparato radícularde las vides, resulta casi imposible impedirque sucumban. No abstante, también indíca-remos ^un tratamiento directo que pnedeaplicarse . cuando el parásito ya ha invadidolas raíces.
MEDIOS PREVENTIVO$.
Nó dedicar a viñedo, sin previo saneamien-to, los suelos arcillosos o que se encharquenfácilmente. Evitar las plantaciones de videsen terrenos reción roturados o sustitu.vendoa cultivos frutales; en ambás casos debe te-nerse el suelo de barbecho durante tres años.
A1 talar los árboles, es indispensable ex-tirnar y destruir por el fuego los tocones yraícea, regando con ^lechada de cal ]os sitiosdonde no sea posible rebuscar loŝ restos deaquéllas. ^
Labrar hondo 3r remover bien la tierrapara desmenuzar]a. .
Se deben abrir hóyo$ grandes para efec-tuar 1'a plat^taci^5n, y, si el terreno es hfime-"
- ise -
do, se saneará el fondo, colocand^o piedras uotros materiales para conseguir un rudimen-tario drenaje, pero nunca con haces de leñao materias vegetales en los que el hongo pue-da deaarrollarae.
Utilizar estacas o barbados absolutarnentesanos, que pmcedan de viveros donde no exis-ta la enfermedad.
Recoger y destruir cuantas "setas" o apa^ratoa reproductores del hongo se observen alpie de los árbolea o en lo$ viejoa toconesabandonados. .
Cuando se .vaya a reponer una cepa muer-ta por este parásito, es indispensable abrirun hoyo grande, arrancar cuidadosamentetodos los reatos de raices y mexclar a la tie-rra extraída cal viva o sulfato de hierro;mejor aGn es desinfectarla mediante "hormi-gueros" o ernplear otra tierra cuando se vayaa poner la nueva planta; también es conve-niente regar las ,paredes y fondo oon lechadade cal. El hoyo debe abrirse en otoño y la re-posición se aplazará hasta el invierno del ae-gundo a^ño.
TBATAMIENTO.
En el momento en que se observe una cepaenferma es preciso proceder a su aislamiento,pues csomo sabemos el micelio se propaga porel terreno; para ello ae abre una zanja circu-lar, de p'rofundidad algv superior a la co-
-187-
rriente de la plantacibn y que rodee a las raf-ces de la vid atácada. ^
Inmediatamente se descalza la cepa hastadeacubrir sus rafces principales, procurandohacerlo con gran cuidado para no ,herirlas.Si Ia planta no está muy invadida por el pa-rásito, cabe intentar curarla por el siguienteprocedimiento: con una navaja bien afiladase extirpan Ias porcionea afectadas de las raí-ces; después se desinfectan los cortes con cal-do bordeléa o creos^ota, aplicados con pineel,y se recubren con aIquitrán; a cantinuaciónsE rellena el hoya ^ '
A título de experi^nentación, indicamos elmétado aeguido con tan buenos resultadospor nuestro compañero Urquijo para curarla "tinta" del castafío, procedimiento que se-guramente ha de resultar eficaz en este caso.Consiste en mejorar con agua las raíces--quepreviámente se habrán limpiado con escobi-llas ^o peine metálico de la - tierra adheri-da-espolvoreándolas seguidamente con car-bonato u^oxicloruro de cobre; despuéa se de-jan secar y se rellena el hoyo con cuidado pa-ra no desprender el producto.
Si al descalzar la cepa se viera que la in-feccián está muy avanzada, serŝ lo mejorarrancarla, extirpando euidadosamente ^ lasraíces y raicillas para quem^yl^& iarnedi^çta.mente. ,