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VigTe.

:ROS

EDITORIAL PORRÚAAV. REPÚBLICA ARGENTINA 15

)

UNIV (SISAD Vti•CRUZA Pto.

UNIVERSIDADVERACRUZANA

MARTÍN AGUILAR SÁNCHEZ

uI COR EN CIENCIAS POLÍTICAS POR EL INSTITUTO DE ESTUDIOS POLÍTICOS DE LA UNIVERSIDAD PIF.RREml • NDEZ-FRANCE. INVESTIGADOR DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES IIISTORICO SOCIALES DE LA UNI•VFRSIDAD VERACRUZANA Y DEL SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES ($N1). IMPARTE CLASES EN ELIN COPADO EN HISTORIA Y ESTUDIOS REGIONALES Y EN LA FACULTAD DE SOCIOLOGÍA DE LA UNIVERS!.DAD VERACRUZANA. HA SIDO PROFESOR INVITADO EN LA ESCUEZA DE ALTOS ESTUDIOS EN CIENCIAS SO-CIALES EN PARÍS Y EN EL INSTITUTO DE ESTUDIOS POLÍTICOS DE GRENOBLE. FRANCIA. ESPECIALISTA EN

MOVIMIENTOS SOCIALES Y SISTEMAS POLÍTICOS EN MÉXICO Y AMÉRICA LATINA.

MOVIMIENTOS SOCIALESY

DEMOCRACIA EN MÉXICO(1982-1998)

UNA PERSPECTIVA REGIONAL

PRÓLOGOMARIE-FRANCE PRÉVÓT-SCHAPIRA

MÉXICO, 2009

Page 3: ittit,. - Universidad Veracruzana

Primera edición. Mouvements sociaux et démoeratie au Mexique: 1982-1998.Un regard du point de vue réginal, tHarmattan. 2005

Primera edición en español, 2009

Copyright C 2009

MARTÍN AGUILAR SÁNCHEZPriv. Circuito Cascada Naolinco No. 6,

col. Nueva Xalapa, 91097, Xalapa, México

Esta edición y sus características son propiedad deEDITORIAL PORRÚA, SA DE CV 8

Av. República Argentina 15 altos. col. Centro, 06020. México, DFwww.pottua.com

Queda hecho el depósito que marca la ley

Derechos reservados

ISBN 978-607-09-0221-5

TRADUCCIÓN

CENTRO DE ESTUDIOS MEXICANOS Y CENTROAMERICANOSDEL MINISTERIO FRANCÉS DE ASUNTOS EXTRANJEROS

Diseño de portadaJorge Iván Moreno Majo!

Impreso en México

Printed in MeQüeo

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ÍNDICE

Siglas y acrónimos IX

Prólogo XIIntroducción xvit

El sistema autoritario y el proceso de transición política >O(Los movimientos sociales y la democracia XXIIEstructura de la obra xxv

CAPITULO 1TEORÍAS DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

Las teorías de los movimientos sociales y la acción colectiva 2La teoría de la acción de Alain Touraine 2Sistema político, democracia y movimientos sociales 5La teoría de Alberto Melucci 6Teoría de la movilización de recursos 7La teoría sistémica 11

Los debates sobre los movimientos sociales en América Latina 12Perspectivas de análisis 14

CAPÍTULO 2LA DEMOCRATIZACIÓN DEL SISTEMA POLÍTICO

Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

La consolidación del sistema autoritario mexicano 20La época de los pactos sociales: 1940-1970 21Protesta obrera y movimiento estudiantil 22

Los años de incertidumbre, la búsqueda de la legitimidad: 1970-1982 .27El ascenso del movimiento campesino 30El movimiento obrero y el sindicalismo independiente 32

El fin de los pactos sociales y la transformación del Estado social autoritario 34Reestructuración industrial y debilitamiento del movimiento obrero 36El movimiento ni Itano popular 39Crisis de legitimidad y movimiento cívico electoral de 1988 40

Del Tratado de Libre Comercio a la rebelión indígena 42La rebelión chiapaneca 45

243

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244 ÍNDICE

El movimiento feminista 49Las asociaciones no gubernamentales y los movimientos cívicos 50

CAPÍTULO 3LA FORMACIÓN DE TRES MOVIMIENTOS

SOCIALES REGIONALES

El Barzón en el estado de Zacatecas (1993-1998) 56El estado de Zacatecas: el contexto socioeconómico 56Las causas económicas que provocaron el nacimiento de El Barzón 57El nacimiento de la Unión El Barzón 60Redes de actores sociales 6I

Los dirigentes exógenos 62Los dirigentes endógenos 64

La estructura de la Unión El Barzón 65El movimiento campesino en Tabasco: 1978-1998 67

El estado de Tabasco: el contexto socioeconómico 67

I.a industria petrolera en Tabasco 69Redes de actores sociales 71

Las redes del Pacto Ribereño 71La formación del Partido de la Revolución Democrática 72Las comunidades eclesiales de base 74

Las redes del movimiento indígena y de los trabajadoresdel petróleo en la región Coatzacoalcos-Minatitlán (1982-1998) 77El estado de Veracruz: el contexto socioeconómico 77

La región Coatzacoalcos-Minatitlán 78Los caciques regionales 80

Redes y actores sociales 82El movimiento indígena 82

La Coordinación para la Defensa de PENIEX SS

CAPÍTULO 4LA ESTRUCTURA DE OPORTUNIDADES POLÍTICAS

Y EL REPERTORIO DE ACCIÓN COLECTIVA EN LOS MOVIMIENTOSSOCIALES REGIONALES

La Unión El Barzón 9!

Los conflictos al interior del PRI de Zacatecas y sus efectos en la es-

tructura de oportunidades políticas 92

Antecedentes en las luchas sociales: el Frente Popular de Zacatecas El gobierno federal y los programas de reestructuración de carteras 100Las reivindicaciones de El Barzón: la ocupación de la ciudad

de Zacatecas lo.'

El Barzón y las protestas nacionales I 11

El movimiento campesino en Tabasco 1 1 •

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ÍNDICE 245

El autoritarismo del PR! y sus consecuencias en la estructura de opor-tunidades políticas 115

El poder político: 1982-1994 117H istorial cle las luchas sociales: el Pacto Ribereño 125Estrategias de acción colectiva 125

El partido-movimiento y las luchas sociales (1988-1996) 131La creación del PRI) Y la Marcha por la Democracia: 1988-1992 131Resistencia civil y ofensiva política por la democracia (1994-1996) 137

Los movimientos sociales y la acción colectiva en la región Coatzacoalcos-Minatitlán 145La región indígena y los movimientos sociales 149El movimiento petrolero y petroquímico 158La Coordinación para la Defensa de PEMEX 161

CAPÍTULO 5DEPENDENCIA O AUTONOMÍA POLÍTICA: LA COMPLEJA

RELACIÓN ENTRE MOVIMIENTOS SOCIALESY PARTIDOS POLÍTICOS

El Barzón y los partidos políticos 174El movimiento político de Tabasco 180Partidos políticos y movimiento social en la región de Coatzacoalcos

Minatitlán 188

Conclusiones 1 93

ANEXO 1

GRÁFICAS

Estructura orgánica de El Barzón Nacional 205Estructura del PRI) en Tabasco 205Estructura del movimiento social 206Coordinación para la defensa de PEMFX 206

5. Comité cle Defensa Popular 207

ANEXO 2CRONOLOGÍA

Movimiento campesino de Tabasco (1992-1996) 21 IEl Barzón de Zacatecas 214

ANEXO 3MAPAS

Localización de los estados de Zacatecas. Veracruz y Tabasco 219Principales municipios donde se desarrolló el movimiento de El Barzón

en el estado de Zacatecas 220

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246 ÍNDICE

Localización de la región Goatzacoalcos-Minatitlán, Veracruz 221Movimientos sociales en la región Coatzacoalcos-Minatitlán, Veracruz 222Industria petrolera y petroquímica 223El movimiento campesino en el estado de Tabasco 224

BIBLIOGRAFÍA 225ENTREVISTAS 240

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CAPITULO

TEORÍAS DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

Con la revisión de los principales enfoques teóricos sobre los movimien-tos sociales y la interlocución de éstos en el ámbito latinoamericano pre-tendemos situar nuestra perspectiva conceptual en la investigación deesos fenómenos.

Así, cabe mencionar que sobre el campo de los movimientos socialesse han elaborado diversas teorías y conceptos con los que se pretendedescribirlos y explicarlos. Los problemas enunciados en esta materia serefieren a distintos aspectos: los cambios de la acción colectiva, la com-posición de los movimientos sociales, la construcción de identidades, larelación con los procesos políticos y, de manera remarcable, la polémicasobre el concepto mismo de movimientos sociales.

La complejidad de tales teorías se percibe en los intentos de elaboraruna conceptualización que busca aprehender las diferentes manifestacio-nes de la acción colectiva; así que contamos con perspectivas económi-cas, sicológicas, identitarias, simbólicas, políticas o la combinación devarias de ellas que intentan explicar este tipo de acción.

Nosotros seleccionamos tres perspectivas teóricas que permiten rea-lizar un debate sobre conceptos y problemas que están relacionados connuestro ternario de investigación: la teoría de los nuevos movimientossociales, la de la movilización de recursos y la sistémica.

Hay ciertas interrogantes que atraviesan a estas teorías; por ejemplo,Cómo y de qué manera los movimientos sociales modifican los sistemassociales y políticos, qué importancia tiene la construcción de identidadesen los movimientos sociales, y a nivel estructural, qué impactos traenconsigo las transformaciones económicas en los cambios de la accióncolectiva.

Sin embargo, dado que nuestro principal interés es comprender cómoestos enfoques se han interpretado y enriquecido en el ámbito latinoame-ricano, hacemos un bosquejo de las principales polémicas abordadas.

En América Latina los temas sobre los cuales se han producido inten-sos debates e investigaciones son los siguientes: a) la forma en que se es-tructuran y se consolidan los movimientos sociales en sistemas autorita-rios o de democracias frágiles; b) cómo se establecen las relaciones entre

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2 MOVIMIENTOS SOCIALES Y DEMOCRACIA EN MÉXICO 0982 . 1995) TEORÍAS DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES 3

movimientos sociales, la sociedad civil y los sistemas políticos, y c) enpaíses de agudos contrastes, donde la exclusión es un aspecto del sistemamismo, cómo se desarrollan los movimientos sociales.

De estos temas generales se derivan elementos que marcan diferen-cias con los movimientos sociales de otros ámbitos, especialmente con lospaíses centrales.

Ahora bien, los debates alrededor de esas materias nos permiten si-tuar el contexto donde se desarrollan nuestros estudios de caso. Por elloal final de este capítulo planteamos nuestro enfoque sobre los movimien-tos sociales y los elementos teóricos y conceptuales que consideramosútiles para nuestra investigación.

LAS TEORÍAS DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALESY LA ACCIÓN COLECTIVA

LA TEORÍA DE LA ACCIÓN DE ALAIN TOURAINE

La concepción de este autor la podemos situar en la sociología diná-mica, pues prioriza en su análisis los aspectos del cambio y las transfor-maciones de un sistema social dado (Ansart, 1990). Sus primeras investi-gaciones se refieren al estudio del movimiento obrero en Francia,abordándolo como un movimiento central de la sociedad industrial capi-talista en la que las relaciones sociales son conflictivas y no las concibeexclusivamente como un producto de las contradicciones objetivas.

En la sociedad industrial los movimientos sociales tienden a ser cen-trales y globalizadores. y la lucha de clases confronta a capitalistas yobreros. Esto cambia en las sociedades postindustriales, en las que losbienes de producción ceden el espacio a productos culturales y de infor-mación, y el movimiento obrero pierde su carácter central, surgiendodiferentes tipos de movimientos sociales definidos como nuevos por va-rios autores (Touraine, 1993; Offe, 1997; Melucci, 1990).

Alain Touraine estructura su estudio de la acción colectiva asociandolas perspectivas diacrónica y sincrónica. Considera que para comprenderuna sociedad, lo prioritario es la investigación del sistema de acción his-tórico que integra la producción, la organización del trabajo. la distribu-ción y el consumo. Al realizar un análisis diacrónico y sincrónico, abordalos aspectos estnicturales y coyunturales en los cuales se desarrolla laacción colectiva (Touraine. 1993).

El cambio de la sociedad industrial a la sociedad postindustrial dapor resultado profundas transformaciones de la acción colectiva, dadoque en la primera el movimiento obrero es el eje articulador de los dife-rentes actores sociales de la sociedad industrial, mientras que en la socie-

dad postindustrial el movimiento obrero pierde su rol central con laemergencia de otros actores sociales.

En el diseño y ejecución de su modelo de acción colectiva desarrollasu concepto de movimiento social. Éste es un tipo de acción colectivadonde cienos actores sociales se disputan con sus adversarios el controlde la historicidad de una determinada sociedad.

Tres elementos componen un movimiento social: los principios deidentidad, de oposición y de totalidad. Un movimiento social elabora susobjetivos, su propia historia; se trata de procesos que construyen un tipode identidad. Este aspecto es trascendente en la medida en que el desa-rrollo de un movimiento social pasa por tina etapa de reconocimiento delos individuos que lo integran, articulando objetividad y subjetividad.

El principio de oposición se refiere a la relación que un movimientosocial establece con su adversario. El principio de totalidad hace referen-cia a la posibilidad de un movimiento social de cuestionar y revertir elsistema de acción histórica (Touraine, 1993). A partir de esta definiciónla clasificación de diferentes tipos de acción colectiva se vuelve más com-pleja. La tipología de luchas sociales que Touraine elabora comprendediferentes tipos de acción colectiva, como las revueltas, los movimientosculturales, los movimientos históricos, los movimientos sociales en situa-ciones no democráticas y los contra-movimientos sociales.

Los principales movimientos sociales, llamados societales, se produ-cen cada vez menos en las sociedades postindustriales, dando lugar a losmovimientos culturales e históricos (Touraine, 1997).

Sistema político, democracia y movimientos sociales

Para Touraine el desarrollo de los movimientos sociales está ligado alproceso democrático de cada pais, por lo que nos interesa su visión sobrela democracia, pues ella muestra la articulación entre democracia. movi-mientos sociales y sociedad civil.' Según este autor, la democracia es untipo particular de régimen político que no puede limitarse a un conjuntode procedimientos institucionales, dado que tiene una función más am-plia, como la de proteger las libertades y los derechos del hombre, y com-batir las desigualdades sociales:

La democracia no se puede reducir a elecciones libres. Se mide por la capa-cidad del sistema político de volverlas legítimas. sometiendo directa o indi-rectamente al voto popular, las demandas sociales, lo que supone que el sis-

1 Para Touraine el sistema político no se limita a un régimen o a la forma derégimen político. El sistema político o institucional se sitúa entre la historicidady la organización social de una sociedad. Es el conjunto de decisiones v reglas quedirigen el funcionamiento de la sociedad. (Production de la societé, 1993).

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4 MY/MIUNTOS SOCIALES Y DEMOCRACIA EN MÉXICO 11982 . 1998) TF.ORIAS DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES 5

tema político sabe combinar la diversidad de intereses materiales y moralescon la unidad de la sociedad... (Touraine: 1997: 292).

La democracia debe contener tres elementos para que irradie a todala sociedad: primero, debe haber mecanismos que pongan límites al ejer-cicio del poder; segundo, que los dirigentes políticos sean verdaderos re-presentantes sociales, y tercero, que el concepto de ciudadanía y su apli-cación real sea asumido íntegramente por los sistemas políticos.

Por otro lado, a Touraine le preocupan las diferencias entre las reali-dades de los países centrales y las de los periféricos. Refiriéndose a lasnaciones latinoamericanas, considera que los problemas de exclusión ymarginación son tan agudos que si la democracia no funciona como unaespecie de puente para la resolución de los problemas, ésta tiende a vol-verse un objeto de consumo que beneficia principalmente a las elites po-líticas y económicas.

En lo que concierne a América Latina, la idea de Touraine es quehubo, durante un largo periodo, un modelo de desarrollo nacional popu-lar= que tuvo como características generales la desarticulación de la acti-vidad económica, de la acción política y de la ideología; en lo económicoel modelo es extremadamente dependiente del exterior, y en el ámbitointerno, en la medida en que no hay un sistema democrático o donde lohay es muy frágil, el desarrollo económico tiende a profundizar la con-centración de la riqueza y con ella las desigualdades económicas.

El modelo nacional popular entra en crisis en la mayoría de los paísesen los que se imponen las dictaduras militares cuyo principal objetivo esejercer la represión para desarticular la sociedad, particularmente a losactores políticos de oposición, como sucedió en Brasil en 1964, en Boli-via en 1971, en Argentina en 1976 y en Chile en 1973.

En la medida en que estos regímenes pierden legitimidad —princi-palmente por cambios en el contexto internacional, como los discursosdemocratizadores de los presidentes demócratas de Estados Unidos, lacaída del socialismo real y las crisis de los modelos económicos imple-mentados— su razón de permanecer en el poder pierde sentido.

Touraine comenta:

Veo, sobre todo, en el sistema nacional popular, una forma desarticulada desociedad que lleva en su seno los actores y formas de acción en ruptura, de-bido a lo limitado de la modernización económica y de la integración social(Touraine; 1988: 297).

2 Touraine utiliza el concepto de modelo nacional popular para calificar lascaracterísticas generales económicas, políticas y culturales de los países deAmérica Latina en el periodo de 1930-1980. El modelo tiene que analizarse en suconjunto y no pensar que lo económico es lo determinante (Touraine: 1988:295).

Este proceso crea actores independientes del sistema político y delEstado, y la democracia puede funcionar más allá de una democraciaformal, como una especie de correa de transmisión para que los agentespolíticos respondan a las necesidades de los diversos actores sociales,principalmente de aquellos que son afectados por la exclusión)

Este modelo de análisis de la acción colectiva ha sido aplicado porotros investigadores, y perciben en él algunas contradicciones. El soció-logo Michel Wiewiorka, por ejemplo, se ha especializado en el estudio delsujeto de la violencia y del impacto de la globalización en los movimien-tos étnicos. Sus investigaciones lo han llevado a cuestionar el concepto demovimiento social en la medida en que éste, según su punto de vista, co-rresponde a un periodo en el que la sociedad se presentaba articulada, sinla separación de las esferas económica y política (Wiewiorka; 1993: 143).

Considera que en la actualidad, las culturas y las identidades se frag-mentan, prevaleciendo sobre todo lo que va en contra de los movimientossociales y desapareciendo movimientos clásicos como el obrero. De estamanera, la categoría de movimiento social pierde estrictamente su senti-do y se mantiene sólo como concepto descriptivo (Wiewiorka; 1997:214).

Para investigadores como Francois Dubet y Danilo Martuccelli. conla fragmentación de la sociedad lo político dejó de ser un elemento arti-culador y, por lo tanto, la representación social se desplazó a un espaciopúblico compuesto por la opinión pública, el espacio de la acción colec-tiva y lo político (Dubet y Martuccelli: 1998; 301-302). En este sentido.los movimientos sociales y la acción colectiva dejan de subordinarse alos partidos políticos para consolidar su propio campo de acción.

La teoría de los movimientos sociales de Touraine agrupa diferentestemas: de entrada su visión sobre el carácter conflictivo de lo social y dela acción colectiva. Los conflictos sociales son analizados de manera

3 Habermas asegura que en el sistema capitalista contemporáneo existe tinaprofunda crisis de legitimidad debido a la incapacidad de este sistema de adaptarsea sus propias contradicciones; por ello el sufragio universal funge como unescenario donde se organiza la despolitización de la opinión pública (Lavan;1985: 90). Para Habermas la democracia tiene que plantearse como norma laconsolidación del espacio público político, proceso en el que el intercambiodiscursivo y de opinión puede realizarse por ciudadanos en condiciones deigualdad ( Habermas: 1992: XXV). Claude Lefort, teniendo como elemento de reflexiónel totalitarismo, considera que el objetivo de la democracia no sólo es funcionarcomo un sistema regulador de conflictos, sino también evitar la emergencia de unEstado totalitario, a través del cual sus dirigentes hablen en nombre del pueblocon un falso argumento de unidad. Por ello no pueden unirse en un solo cuerpode representación el poder, la ley y el saber (Lefort, 1986:21; Lavan, 1985:102).Independientemente de la diferencia de perspectivas, estos autores coinciden conTouraine en que la democracia no puede limitarse exclusivamente a un proce-dimiento formal.

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6 movirdiENTOS SOCIALES Y DEMOCRACIA EN MÉXICO (1982.19981 TEORÍAS DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES 7

diacrónica y sincrónica. Los movimientos sociales no tienen solamenteuna influencia sobre los regímenes políticos, también transmiten valo-res y acciones que impactan a la opinión pública y a la sociedad civil.Esta doble teoría de los movimientos (Cohen y Arato, 2000: 275), nopermite reducir el estudio de los movimientos sociales, más bien abrediferentes perspectivas en su relación con los sistemas políticos, la so-ciedad civil, etcétera.

La teoría de Alberto Melucci

La concepción del sociólogo Alberto Melucci la podemos identificarcomo una de las interpretaciones que privilegia los aspectos identitariosy simbólicos de los movimientos sociales. El investigador parte de loscambios estructurales del sistema capitalista para entender las transfor-maciones de la acción colectiva y prioriza el análisis de la acción conflic-tiva (Fillieule y Pechu: 1993: 125).

Toma distancia de los enfoques que abordan la acción colectiva comoun dato, como una cadena de eventos, pues no permiten descubrir el sis-tema de relaciones internas y externas que constituyen la acción. Estudialos movimientos sociales como construcciones sociales, por lo que unmovimiento, más que consecuencia de una crisis o disfunciones deun sistema, es una acción colectiva construida por actores que producentina experiencia organizativa.

Por eso los movimientos sociales

son sistemas de acción en el sentido de que cuentan con estructura: la unidady continuidad de la acción no serían posibles sin la integración y la interde-pendencia de individuos y grupos a pesar de la desestnicturación de los fenó-menos sociales (Melucci: 1999:381.

Los individuos crean un nosotros colectivo cuando comparten objeti-vos, metas comunes, así como estrategias de acción al enfrentarse a susadversarios.

Sin embargo Melucci considera que el modelo de la acción colectivase ha transformado. por lo cual el concepto de movimiento social es limi-tado debido a que al pasar de una sociedad industrial a una sociedadcompleja, como él la llama, los movimientos sociales tienden a fragmen-tarse y a estructurarse en redes o grupos de solidaridad. Es por eso queprefiere hablar de redes de movimiento social cuyo objetivo consiste enresaltar la formación de grupos que comparten una cultura de movimien-to y una identidad colectiva.

Al concebir, entonces, los movimientos sociales como un proceso, esnecesario estudiar la red de relaciones —Formales e informales— que sepresentan como la realidad sumergida de aquéllos. En consecuencia, in-vestigar las redes constituye un nivel fundamental, pues los individuos

interactüan y se influyen recíprocamente, negocian en el marco de talesredes y producen estructuras cognitivas y motivacionales para la acción.

Examina la acción colectiva en el contexto de la sociedad compleja,producto de la globalización económica. La sociedad compleja se carac-teriza por un rápido intercambio de información y por la pérdida dehegemonía del Estado-Nación. Son los intercambios simbólicos y de bie-nes culturales los que caracterizan a este tipo de sociedad. En AméricaLatina no es que los movimientos sociales dejen de relacionarse con lopolítico, sino que hay un proceso de autonomía en el que éstos no depen-den exclusivamente de su relación con los partidos políticos y el Estado(Bolos, 1999).

TEORÍA DE LA MOVILIZACIÓN DE RECURSOS

La teoría de la movilización de recursos se construye a partir de losaportes que Manuel Olson elabora sobre la teoría de los grupos. Olson sepreocupa por conocer los motivos que llevan a los individuos a constituir-se en grupos y luego cómo éstos despliegan un tipo de acción.

Lo que hace a un grupo constituirse como tal es la defensa de un in-terés común, que puede ser diverso entre una asociación y otra, pero quees el que determina la constitución grupa).

En su libro la Lógica de la acción colectiva analiza las característicasde los grupos grandes y pequeños, y encuentra como elemento determi-nante el que éstos se mueven en un cuadro de intereses. articulados poruna lógica de costo-beneficio, esto es, qué tanto de inversión organizativatiene que dar un individuo para obtener un beneficio común, y en quémedida el beneficio puede ser más atractivo que el costo organizativo(Olson. 1978: 44).

Plantea que todo grupo, independientemente de su dimensión. estáobligado a aplicar un mínimo costo de organización, que no va siemprerelacionado con el nivel de beneficio colectivo. Para él los grupos peque-ños tienden a ser más eficaces en la obtención de un bien colectivo quelos grandes, ya que en los primeros los individuos tienden a sentirse di-rectamente involucrados con la obtención del bien común.

En los grupos grandes esto es más complicado, por ejemplo, los gran-des sindicatos tienen que recurrir a la afiliación obligatoria y a mecanis-mos de coerción para lograr un equilibrio entre los costos y los beneficios.

En el desarrollo de sus hipótesis, Olson se detiene en el análisis de losgrupos de presión, especialmente los económicos, y considera que susintereses se obtienen en un proceso de enfrentamiento. La relación deequilibrio entre diferentes grupos de presión corresponde realizarla, enbuena parte, al gobierno de un país (Olson, 1978: 147).

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8 ‘IOVIMI ENTOS SOCIALES Y DEMOCRACIA EN MÉXICO (19$2 . 1998) TEORIAS DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

9

La crítica más recurrente al esquema de Olson es que la acción colec-tiva la constriñe a un paradigma de costo-beneficio, dándole prioridad alos intereses económicos de los grupos, dejando de lado aspectos de laconstrucción de identidades y culturales de éstos y de los movimientos(Neveu, 1996: 49; Lafargue, 1998: 24).

El planteamiento de Olson es retomado por otros autores y enrique-cido con otras perspectivas, por ejemplo, el historiador Charles Tilly,quien ha realizado investigaciones sobre la acción colectiva y su relacióncon los sistemas políticos. Un primer elemento que es constante en suenfoque es el análisis del desarrollo del capitalismo y el rol que cl Estadojuega en ese desarrollo. En su visión, los grandes cambios de la accióncolectiva se corresponden con las transformaciones que se dan en losámbitos mencionados.

Sin embargo, no concibe mecánicamente ese proceso, pues consideraque las respuestas y protestas de los individuos responden también a unaprendizaje de la acción colectiva. En este sentido genera el concepto derepertorio de la acción colectiva, cuyo objetivo es mostrar cómo en cadaperiodo histórico existen formas de protesta y confrontación.

En su análisis sobre la acción colectiva en Francia (Tilly, 1986) plan-tea que en los últimos cuatro siglos se dan diferentes repertorios: en lossiglos xvii y xvItt la acción colectiva se manifiesta en un contexto máslocal y comunal que en protestas de alcance nacional. En cambio, en elsiglo XIX, en la medida en que surge el Estado-Nación y el capitalismo seconsolida, las protestas son de carácter nacional.

En este periodo entran en escena las huelgas, las manifestacionesnacionales, las protestas políticas a través de los partidos políticos, a di-ferencia del siglo anterior, en el que predominaba la destrucción de má-quinas, las batallas entre los poblados, etcétera.

A finales del siglo xx, a partir de los años sesenta, se percibe un nuevorepertorio de la acción colectiva: asambleas internas, comités de huelga,gralitis y. la permanente utilización de distintos medios de comunicación.Poco después de estas expresiones, aparece lo que se ha calificado comonuevos movimientos sociales y cuyas demandas no caracterizaban losanteriores repertorios, como los derechos sexuales y ecológicos, así comolas autonomías regionales, entre otras (Tilly, 1986:541).

En el análisis de la acción colectiva le da prioridad a la dimensiónpolítica de la protesta, aspecto en el que mantiene una diferencia sustan-cial con la teoría de Olson; no obstante, su modelo no integra de manerasistemática el plano de las creencias y de construcción de identidades.No obstante. en algunos artículos se observa el interés de ampliar el su-jeto de investigación al abordar el estudio de las identidades políticas(Tilly, 1998).

Otro aspecto que ha sido polemizado en la teoría de la movilizaciónde recursos se refiere a la definición del concepto de movimiento social.definido por el investigador Sidney Tarrow. que habla del sector de mo-vimiento social como una "protesta colectiva con objetivos comunes y unsentimiento de solidaridad, en un proceso de interacción entre las elites,los opositores y las autoridades" (Tarrow; 1998: 3-4). Esta definición noplantea como aspecto central el cuestionamiento a los proyectos hegemó-nicos, sino las posibilidades que tienen estos movimientos de impactar elsistema político.

Tarrow ha integrado a su modelo de análisis conceptos que le permi-ten abordar la diversidad de la acción colectiva. Para el examen de lasidentidades políticas retoma la concepción de Melucci sobre la identidadcolectiva y también ha aplicado el concepto desarrollado por el investiga-dor estadounidense Douglas McAdam sobre "estructura de oportunida-des políticas".

Algunas de sus investigaciones abordan los ciclos de protesta colec-tiva (Tarrow; 1989), lo que le permite entender diversas protestas políti-cas. Con ese propósito plantea que un ciclo de protestas tiene las siguien-tes características: una fase ascendente en la cual los actores "se revelan"por sus demandas y contra sus adversarios, tratando de aprovechar lasposibilidades de acción que les ofrece la estructura de oportunidadespolíticas. Continúa la fase óptima del movimiento, en la que se cuestiona"la rigidez de la vida política", se utilizan modos convencionales y nue-vas formas de protesta. Por último, la fase descendente, en la que secrean nuevas organizaciones del movimiento social, las nuevas formasde protesta se vuelven rutinarias y después se institucionalizan (Lafar-gue, 1998: 64).

Si bien el concepto de ciclos de protesta lleva, en los estudios compa-rativos, a tratar de analizar los elementos comunes de la protesta política.también puede ocurrir que se utilice el concepto de manera similar acomo se estudia un ciclo económico. Por este riesgo, Tarrow emplea otrosconceptos complementarios que dan cuenta de los aspectos simbólicos dela acción.

Otro concepto muy utilizado en la teoría de la movilización de recur-sos es el de estructura de oportunidades políticas que ha sido desarrolladopor Douglas Mc Adam, se vincula con la idea de procesos políticos desa-rrollada por Tilly (Mc Adam, 1996: 5-20) y se ocupa de entender las opor-tunidades políticas que los actores tienen para que las protestas puedanfructificar.

Este autor intenta precisar el concepto para hacerlo más funcional ensu aplicación; según él existen cuatro elementos que componen la estruc-tura de oportunidades políticas: primero, la apertura o cierre de los siste-mas políticos; segundo, la estabilidad o inestabilidad de las elites políti-

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10 MOVIMIENTOS SOCIALES Y DEMOCRACIA EN MÉXIC011982.1998) TEORIAS DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES 1

cas; tercero, la presencia o ausencia de elites aliadas a los movimientossociales, y por último la propensión que tenga el Estado a la represión(McAdam, 1998: 94).

La utilización del concepto en el análisis de la protesta colectiva per-mite entender cómo los cambios de las entes políticas que gobiernanpuede propiciar o no posibilidades en el desarrollo de la acción colecti-va. Hay casos en que las crisis de las elites políticas han posibilitado endistintos momentos el desenlace de movimientos revolucionarios. Esteaspecto queda demostrado en el estudio que realiza Theda Skocpol sobrealgunas revoluciones?

Por otra parte, este autor considera que en el estudio de las variacio-nes de la estructura de oportunidades se ha dejado de lado dos aspectos:el primero se refiere a los impactos que el contexto internacional generaen los cambios de la estructura de oportunidades, y el segundo al impac-to que la propia acción colectiva tiene sobre la estructura de oportunida-des.

En los países latinoamericanos la posibilidad de tener acceso a losrecursos económicos del Fondo Monetario Internacional está condicio-nada previamente, en las últimas décadas, por la modernización de lossistemas políticos; este elemento influye en que la estructura de oportuni-dades políticas cambie gradualmente.

Así tenemos que este concepto funge en el análisis como un concep-to articulador entre la acción colectiva y el sistema político (Filliettle,1997: 45).

El enfoque psicosocial también comienza a ocupar un espacio en lateoría de la movilización de recursos; Ben Klandermans ha priorizado elanálisis de las decisiones individuales en la protesta colectiva y con ellotrata de entender la relación que existe entre las estrategias de moviliza-ción y el ámbito afectivo individual. Sobre las formas de movilización, esteautor distingue entre las movilizaciones por consenso y las movilizacionesde la acción. En la primera los actores de un movimiento social tratan deobtener un apoyo a sus demandas. y en la segunda intentan involucrar ala ciudadanía a participar en el movimiento (Klandermans, 1984: 586).

Los intentos de síntesis teóricas para comprender los movimientossociales los está realizando esta corriente, privilegiando los estudioscomparativos (Tilly, Tarrow, McAdam, 1998).

• Theda Skocpol efectúa un estudio comparativo de las revoluciones francesa.rusa y china. La hipótesis central es que la clase política que ejerce el poder delEstado tiene su propia dinámica e intereses. Los cambios que se dan en esteespacio son importantes para explicar los procesos revolucionarios; es decir, estaclase política no es un simple reflejo de los intereses de las diferentes clasessociales (Skocpol, 1985).

LA TEORÍA SISTÉMICA

En Estados Unidos y en América Latina la perspectiva sistémiea hatenido una influencia considerable en los estudios de los movimientossociales; especialmente a panir de las investigaciones de I ni:mantel Wa-llerstein las transformaciones sociales y la acción colectiva son aborda-das desde el punto de vista de la economía mundial. Los análisis de esteautor toman en cuenta el sistema mundial, investigando, en primer lu-gar, los cambios estructurales; se interesa en el desarrollo del capitalis-mo, por lo que los estudios de caso no tienen razón de ser si no se sitúanen una perspectiva mundial y de larga duración.

En sus estudios utiliza conceptos tomados del marxismo, como losde plusvalor y de clases sociales. Para Wallerstein los conflictos socialestienen, entre sus causas principales, este surplus del que se apropian loscapitalistas de las clases explotadas.

Las clases sociales han cambiado en la época contemporánea, dife-renciándose aquellas que se sitúan en los paises centrales de las de losperiféricos (Wallerstein, 2000: 160-167).

Esta perspectiva económica le sirve como escenario para compren-der los problemas del sistema mundial (Wallerstein. 1999:185 .209). Lasconclusiones de sus investigaciones lo llevan a exponer una síntesis delos problemas que se derivan del complejo mundo capitalista.

Por otra parte, son múltiples los trabajos que se han realizado po-niendo énfasis en el análisis de los ciclos financieros del capitalismomundial y en el ascenso de las nuevas potencias económicas cuyo objeti-vo es mostrar los efectos expansivos y de crisis del sistema mundial, re-percutiendo en la debilidad de los estados nacionales y en una perspecti-va caótica del orden internacional (Arrighi; 1999: 391).

La concepción de Wallerstein lo lleva a privilegiar el estudio de losmovimientos sociales antisistémicos que tienen por objetivo el cuestiona-miento del poder y derrocar a la clase hegemónica. Sin embargo. otroinvestigador, André Gunder Frank, considera que si bien existen movi-mientos antisistémicos, todo induce a pensar, para la época contemporá-nea, que muchos de ellos carecen de tales características; asegura quelos nuevos movimientos sociales tienen como propósito cuestionar laspolíticas sociales. ecológicas, abrir el sistema político, y que si varios deellos son incorporados por los sistemas. otros los transforman gradual-mente (Gunder Frank, 1991: 187).

Las investigaciones de estos autores influyen en un sector de estudio-sos de los movimientos sociales en América Latina. quienes consideranque esta perspectiva del sistema-mundo puede clarificar las contradic-ciones de los países periféricos. No obstante, las limitaciones de la pers-

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I / MOVIMIENTOS SOCIALES Y DEMOCRACIA EN MÉJOCU(19/32.19981 TEORIAs DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES 13

pectiva, en cuanto al estudio de los movimientos sociales, es que se sigueconsiderando a la variante económica como la determinante y, por lotanto, se privilegian los análisis de los movimientos antisistémicos.

LOS DEBATES SOBRE LOS MOVIMIENTOS SOCIALESEN AMÉRICA LATINA

En América Latina el debate sobre los movimientos sociales retomalos problemas enunciados.

Un antecedente sobre el estudio de la acción colectiva fue realizadopor los teóricos de la dependencia. Este enfoque evoluciona en interlocu-ción con las teorías desarrollistas estructuradas en la CEPAL, instituciónresponsable en la ONU de los programas de crecimiento económico paraLatinoamérica. Tales teorías planteaban que los países subdesarrolladospodían alcanzar el nivel de desarrollo si pasaban por una serie de etapas,casi naturales, por las que habían transitado los países del capitalismocentral.

Esta concepción fue cuestionada por varios estudiosos de la realidadlatinoamericana que argumentaban que este proceso de desarrollo no eraviable, porque tino de los obstáculos principales era la dependencia conlos países desarrollados, y en el caso de Latinoamérica con los EstadosUnidos de Norteamérica (Marini, 1973; Gunder Frank, 1979; Cardoso,1969). Los argumentos resaltaban la dependencia económica qtie no sólose basaba en una dependencia tecnológica sino en la superexplotación dela fuerza de trabajo (Marini, 1976).

De esta concepción se desprendía una posición política: para termi-nar con la dependencia habría que emprender un proceso de ruptura quesólo podían llevar a cabo los movimientos sociales a través de un partidopolítico. Los movimientos de ¡nasas, obreros y campesinos, sólo tendríanuna salida real y estructurada si se integraban a un partido político queorientara este proceso revolucionario.

El aporte principal de esta perspectiva fue el esfuerzo de teorizar lasrealidades latinoamericanas. Sin embargo, en un periodo histórico rela-tivamente corto, las limitaciones se hicieron evidentes, entre las cualesnos interesa resaltar las siguientes: la primera es que situaba como ele-mento determinante de la dependencia el factor externo, sin darle unaponderación adecuada a los [actores internos de las realidades latinoa-mericanas (condiciones sociales y políticas), y la segunda era que los mo-vimientos sociales, para que alcanzaran sus objetivos, tenían que inte-grarse a un partido con el propósito de tomar el poder.

Las derrotas de las guerrillas y la implantación de las dictaduras enel cono sur dieron por terminada la salida política que esta teoría plan-teaba para los movimientos sociales.

A partir de que las dictaduras se propagan en Latinoamérica y lossistemas autoritarios persisten, el debate sobre los movimientos socialesy los sistemas políticos adquiere una nueva connotación. La discusión secentra en la transición a la democracia como salida pactada con los acto-res autoritarios. A partir de las variaciones del contexto internacional yde la crítica a que se vieron sometidas las dictaduras, se comenzó a re-flexionar en las salidas democráticas, quedando descartada la salidarevolucionaria.

Así, se inicia una polémica sobre el rol que los movimientos socialesy la sociedad civil deben tener en este nuevo proceso. La salida política deestos regímenes sería la transición política a la democracia. que tendríacomo objetivo inmediato la reconstrucción del tejido social destruido porla represión ejercida (Garretón, 1993; O'Donnell, 1994; Lechner, 1988).

Es de esta manera como se construye un discurso en torno a la nece-sidad de constituir las bases de una nueva legitimidad basada en un siste-ma democrático, en el que los diferentes actores tengan la posibilidad deexpresarse y de dirimir sus conflictos. Los movimientos sociales aparecenen calidad de movimientos que luchan por sus demandas y con una rela-tiva autonomía de los partidos políticos y el Estado.

Los autores mencionados consideraban que en esta etapa de transi-ción política, lo prioritario es que la sociedad se reencuentre con los va-lores básicos de convivencia que sólo un sistema democrático es capaz deofrecer. Elementos como la exclusión y la pobreza, así como el cuestiona-miento de un proyecto neoliberal son tomados en cuenta, pero quedansubordinados a la consolidación de un sistema político democrático.

Si bien los procesos democráticos con diferentes variantes se imple-mentaron en la mayoría de estos países, la exclusión y la pobreza siguie-ron acentuándose en América Latina, lo cual dio motivo para que se ha-blara de democracia como un espejismo que no impactaba en la mayoríade la población y que había creado una profunda desilusión (Zermeño,1996; Minello, 1994).

Efectivamente, la integración de la mayoría de los países de AméricaLatina al proceso de globalización ha sido violenta. Tendríamos que sercuidadosos de los efectos de este proceso en cada país, pero la adecua-ción de la economía ha conducido a que se retire el Estado de bienestarde su tradicional papel protector de los derechos sociales. Por otro lado,la aplicación de las políticas económicas ha generado sectores económi-cos privilegiados que se insertan en la competencia internacional v haorillado a que otro sector, el mayoritario, permanezca marginado. Esteelemento estructural ha repercutido en el modelo de acción colectiva.

Por ejemplo, el movimiento obrero ha pasado a una etapa defensiva yse observa la desaparición de movimientos centrales, prototipos del mo-

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14 MOVIMIENTOS SOCIALES Y DEMOCRACIA EN MÉXICO (1982.1998) TEORtAS DE 1.05 MOVIMIENTOS SOCIALES 15

delo de industrialización. Aparecen nuevos movimientos por sectores quetienen poca persistencia y durabilidad (Calderón: 1995: 84-85).

El debate no se agota en estos procesos, en la transición a la demo-cracia o en los efectos de las políticas neoliberales; el primer aspecto ge-neró una visión optimista y el segundo una visión pesimista En el primercaso los movimientos sociales y la sociedad civil fueron tomados como unelemento constitutivo de una democracia formal que privilegiaba el pasoa una normalidad política; en el segundo caso la economía neoliberaltuvo el efecto de fragmentar los movimientos sociales con pocas perspec-tivas de durabilidad y, por lo tanto, la relación entre la democracia for-mal y la realidad social no tienen articulación.

Con las transformaciones del modelo de acción colectiva se han pro-ducido movimientos sociales por sector, como los indígenas, feministas,ecológicos, campesinos, entre otros. Y uno de los aspectos que toca a losmovimientos sociales es la construcción del proceso de ciudadanía que semanifiesta a través de la defensa de los derechos civiles (Tamayo, 1999;Harvey, 2000).

Cabe advertir que. si bien una condición del ejercicio democrático esla consolidación de un régimen democrático, la construcción de ciudada-nía pasa por el respeto de los derechos humanos. Las demandas demo-cráticas no se circunscriben a la transparencia electoral, sino que inclu-yen el pleno respeto de los derechos ciudadanos.5

Otro aspecto de los movimientos sociales actuales en América Latinase refiere al impacto que tienen en el sistema político. A diferencia de losgrandes movimientos obreros de los años cuarenta en Argentina o enMéxico, que cuestionaban a las elites en el poder o en su caso las conso-lidaban, los movimientos sociales actuales tienen un impacto gradual enel sistema político (Foweraker, 1990; Fox, 1992).

PERSPECTIVAS DE ANÁLISIS

Nosotros decimos que por las características del sistema autoritariomexicano los movimientos sociales tienden a politizarse. En la medida enque el sistema se mantiene por mecanismos de control y una política

Es interesante la interpretación de l larvey sobre las condiciones para elejercicio de la auténtica ciudadanía: "puede decirse que en el México del siglo )0Cha existido tina ciudadanía corporativista, en la que el Estado ha buscadodeterminar v regular formas de comportamiento aceptables. Este modelo ha sidotransformado parcialmente por las reformas electorales de las pasadas dosdécadas y por el cambio de un discurso que insiste en el constitucionalismoliberal. No obstante, la rebelión de Chiapas puede considerarse no sólo como unclaro rompimiento con la ciudadanía corporativa del Estado mexicano, sinotambién corno una crítica a las estrechas versiones de una ciudadanía democrática"(Harvey, 2000: 34).

clientelista, los movimientos cuestionan estos mecanismos a nivel local ynacional.

Estas características son más agudas en los periodos de autoritaris-mo máximo del sistema político; debido a que la respuesta a las reivindi-caciones de los movimientos está condicionada por la pertenencia a orga-nizaciones corporativas, la confrontación entre éstos y sus adversarios esmás directa.

Conforme el sistema político se comienza a abrir, los movimientossociales tienen un impacto sobre éste y sobre el sistema institucional.Esta apertura coincide con el debilitamiento del control de las organiza-ciones corporativas.

Los movimientos sociales que nacen a partir de los años ochenta sereagrupan alrededor de los derechos humanos, se insertan en una dobledinámica: luchan, por un lado, por extender la apertura del sistema polí-tico. y por otro, por resistir a los efectos de la economía neoliberal querepercuten en las condiciones de vida de los actores sociales.

Esto da lugar a un proceso muy complejo: por un lado, la transicióna la democracia abre un espacio en el que se insertan los movimientos

sociales, que participan en la democratización del sistema político: porotro, hay una tendencia del sistema económico a reforzar la exclusión delas clases sociales más necesitadas.

Es en este esquema que los movimientos sociales contemporáneos semueven. la perspectiva de democratización del régimen autoritario hahecho a un lado, por lo menos en esta etapa, las posibilidades de una sa-lida revolucionaria.

En este contexto ubicamos nuestro estudio sobre los movimientos so-ciales en México. Hay una conflictividad y un cuestionamiento del siste-ma social y político como lo entienden varios autores (Melucci, 1999;

Touraine, 1997); asimismo, si los movimientos sociales no tienen una di-mensión global, lo interpretamos como acciones conflictivas que engen-dran una solidaridad en su lucha contra un adversario (Melucci. 1999).

De acuerdo con esta visión, nos interesa entender los movimientossociales como procesos, lo que nos permite observar las causas y lastransformaciones que van teniendo en su desarrollo. Al estudiar los mo-vimientos contemporáneos resulta limitado circunscribirlos a una solavariante o a establecer una relación directa entre ciclos económicosciclos de protesta. Aunque pensamos que una visión de largo plazo comola de Wallerstein es importante, para entender los procesos históricos hayque considerar que los movimientos sociales no son sólo respuestas acambios económicos, lo que restringiría el campo para comprenderlos entoda su dimensión.

Como en nuestro estudio nos interesa saber cómo se relacionan estosmovimientos con el sistema político, cuáles son los aspectos que cambian

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16 !1111VIMIENTOS SOCIALES Y DEMOCRACIA EN MÉXICO11982-1998)

de esta relación y cómo el sistema político responde a las acciones de ta-les movimientos, algunos conceptos de la teoría de la movilización derecursos nos pueden ayudar para entender estos aspectos; especificamen-te los conceptos de estructura de oportunidades políticas y el de reperto-rio de la acción colectiva.

Por ejemplo. el concepto de estructura de oportunidades nos permiti-rá acercarnos a la relación entre movimientos sociales, sistema político yEstado. Tener en cuenta el papel del Estado en los países latinoamerica-nos es fundamental, pues tiene un rol determinante corno gestor deldesarrollo; en este sentido Cavarozzi habla de un Estado de matriz está-tico-céntrica (Cavarozzi; 1997: 177), y Touraine de un modelo nacionalpopular en el que el Estado es el principal sujeto.

Coincidimos con la idea de que una de las principales característicasde los movimientos sociales en Latinoamérica es la construcción del pro-ceso de ciudadanía que implica extender las condiciones de la democra-cia y de los derechos ciudadanos. Este aspecto es trascendente porque laconstrucción de ciudadanía en sistemas autoritarios, como el mexicano,implica un cuestionamiento radical a las estructuras que soportan el sis-tema político.

Al respecto, las expresiones de los movimientos sociales en México dela última década se inscriben en un conjunto de luchas que tienen deman-das por reformas para consolidar un sistema democrático que dé cabidaa todas las expresiones sociales y políticas, y que consoliden las condicio-nes que favorezcan el desarrollo los derechos ciudadanos ea todos susámbitos.

Para situar de manera precisa las transformaciones de la acción co-lectiva en México, conviene analizar los cambios ocurridos con el objetode contextualizar los movimientos sociales de nuestra investigación.

Hagamos un recorrido para comprender las transformaciones de laacción colectiva, resaltando sus relaciones con el sistema autoritario, locual nos permite entender cómo y en qué contexto surgen los movimien-tos sociales que estudiarnos, y las similitudes y diferencias con otros re-pertorios de acción.

Los movimientos sociales que emergen a partir de los años ochenta seaglutinan en torno al respeto de los derechos ciudadanos y se insertan entina doble dinámica: por un lado, luchar por extender la apertura delsistema político, y por otro, resistir ante la economía neoliberal que re-percute en las condiciones de los actores sociales.

Se trata de un proceso complejo: por una parte, la transición a lademocracia abre un espacio a través del cual los movimientos sociales seincluyen, participan y crean condiciones para una mayor apertura; porotra, hay una tendencia del sistema económico a expulsar a los actores

TEORIAS DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

sociales, a profundizar la exclusión. Por eso es que nos hemos referido alespejismo de la transición a la democracia.

No obstante, es en este esquema en el que actúan los movimientossociales contemporáneos, y aparentemente la salida democrática ha des-plazado, por lo menos en este periodo. las propuestas rupturistas o revo-lucionarias.

En este contexto nos situamos para estudiar los movimientos socialesen México. Hay una conflictividad y un cuestionamiento del sistema so-cial y político en el sentido en que lo plantean algunos autores (Melucci.1999; Touraine, 1997), aunque los movimientos sociales no alcancen ladimensión de una acción global. De igual manera, nos interesa entender-los como acciones conflictivas que generan solidaridad en su lucha con-tra un adversario (Melucci, 1999).

Nos situamos, en un primer momento, en una conflictividad políticasin negar el impacto de los movimientos sociales en el ámbito social ycultural. Estamos hablando, entonces, de "qtrasi movimientos" (Le Bot.1994: 51-52). o de sectores del movimiento social (Tarrow, 1998).

Un elemento importante de los movimientos sociales es la creaciónde una identidad colectiva, un "nosotros" es necesario en su desarrollo;éste se crea en la práctica cotidiana, en las estrategias de lucha, en el in-tercambio de sus miembros para identificarse con un objetivo.

Por otro lado, resulta difícil pensar, aun tomando el caso de Chia-pas, que los movimientos sociales sean antisistémicos en el sentido es-tricto del término. Son movimientos cuestionadores, críticos, que pro-ponen reformas y que se inscriben en esta dinámica contradictoria delsistema: integración-expulsión. 6 Todo parece indicar que la lucha es porincorporarse a los nuevos espacios de la modernidad (Touraine, 1997;Le Bot, 1994).

Con ello no queremos decir que los movimientos antisistémicos noexistan, simplemente que en este periodo no ocupan la plaza central en elsistema de acción histórico.

El paso a un sistema democrático en México supone un tránsito deformas, estilos y sistemas viejos a uno nuevo que se está construyendo,por lo que utilizar el concepto de estructura de oportunidades políticas esnecesario para entender las dinámicas de los gobiernos federales y esta-tales, y saber si éstas son homogéneas o heterogéneas o si existe contra-dicción entre las elites políticas y económicas, y cuál es su actitud frentea los movimientos sociales (McAdam: 1998).

s El sistema político elabora un dispositivo con la finalidad de que losdiferentes actores sociales participen en los procesos políticos democráticos: porotra parte, los efectos de la economía neoliberal empobrecen y excluyen a estosmismos actores.