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ISSN 469-0414
Aquelarre. Revista de Literatura Infantil y Juvenil. Maestría en Literatura para niños. Res. CONEAU nº 808/14. Facultad de
Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario. Número 3, noviembre 2016.
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El Orbis Pictus de Comenio, el primer libro pensado para chicos
Te conduciré por todas las cosas, te las mostraré todas y les pondré un
nombre para ti (…) nos iremos por el mundo y lo observaremos todo.
Comenio
Por Cintia Débora Martínez1 (Villa Mercedes , SL)
Resumen
En este escrito se aborda el papel de la imaginación y de la imagen en la propuesta pedagógico-
formativa de Comenio, para lo cual se trabaja en torno a su Orbis sensualium pictus. “Con Comenio
ve la luz una teoría de la educación, de la formación y de la enseñanza que, pese a sus presupuestos
teológicos, se introduce de lleno en problemáticas con carácter propiamente pedagógico y
didáctico” (Runge Peña y otros, 2007, p 73).
Pedagogos como Comenio han hecho uso de la imaginación como fuerza productiva; pero a
diferencia de los poetas y visionarios, su imaginería siempre ha tenido frente a sí un presente
problemático sobre el que hay que intervenir de un modo práctico mediante proyectos didácticos y
educativos. En este sentido, Comenio no sólo imagina un mundo mejor, sino que trata de darle un
carácter práctico y aplicado a esa visión. Esto quiere decir que, a pesar de todo, la imaginación ha
de hacerse práctica y productiva, y las imágenes que se proyecten han de servir como una
orientación para algo concreto. De allí que la propuesta de este autor, según Runge Peña y otros
1 Profesora Historia. Diplomada en Historia Argentina y Latinoamericana (UNSL). Está cursando el último módulo de
la Especialización Superior en Enseñanza de las Ciencias Sociales (INFD -FLACSO). Cursó la Licenciatura en
Enseñanza de la Historia (UNSL), su Tesis está en etapa de corrección del borrador final. Es docente responsable de los
espacios curriculares “Ciencias Sociales e Historia y Política de la Educación Argentina” del Profesorado en Educación
Primaria del IFDC de Villa Mercedes (San Luis). Es integrante de los siguientes proyectos de Investigación de la
Facultad de Ciencias Humanas de la UNSL: PI 4-2-9504 Patrimonio Cultural y Didáctica desde el año 2000 hasta la fecha, que dirigía la Mgter. María Avelina Rinaldi y que ahora cordina la Mgter. Estela Beatriz de Dios y aún continúa.
Facultad de Ciencias Humanas; "La Comunicación en las Sociedades Mediatizadas: prácticas y discursos en la
construcción de identidades", que dirige la Mgter. Marcela Navarrete, Facultad de Ciencias Humanas. Universidad
Nacional de San Luis. Es Directora del Proyecto de Investigación, avalado por el INFD, “Los ranqueles desde una
visión transdisciplinar en las escuelas primarias de San Luis” que concluye este año. Se ha presentado en Jornadas y
Congresos varios artículos referidos a temas tales como: Historia de San Luis, Historia de la Educación e Historia y
Análsis de Discurso. Ha publica el libro: "El Club Social de San Luis". Es docente, Periodista y ha integrado el
Observatorio de DD.HH de San Luis y actualmente integra el Comité de Villa Mercedes por la Liberación de Milagros
Sala. Correo electrónico: cintiamartinez2007yahoo.com.ar
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(2007), representa un acontecimiento fundamental en la historia del pensamiento pedagógico y
didáctico moderno, ya que gracias a él adquiere un sustrato material la idea de la función didáctica y
formativa de la imagen, especialmente a partir de las representaciones visuales de su obra Orbis
sensualium pictus.
Palabras claves: Historia, didáctica, imaginación, discursos, iconografía
A diferencia de lo que puede pensarse, la práctica de ilustrar los libros con fines meramente
didácticos data de los principios de la Edad Moderna, que es cuando se impulsan diversas prácticas
y discursos sobre la escuela, que hoy nos resultan absolutamente naturales.
Asimismo, en la elaboración de libros el punto de atención estaba puesto en el contenido y no en el
aspecto estético, pues la principal intención no apuntaba a lograr un efecto recreativo, sino
meramente informativo.
Si bien fue recién a mediados del siglo XVIII cuando aparecieron los primeros libros pensados para
niños, fue en el siguiente siglo -una vez que el mercado del libro infantil estuvo firmemente
establecido-, cuando se centró la atención en hacer que esos libros fueran lo más bellos posible y
comenzó entonces el verdadero desarrollo de la ilustración, un elemento morfológico y
comunicacional indisociable al género.
El presente artículo abordará algunas de las tradiciones que dan origen al primer libro ilustrado con
fines didácticos. Se trata, como se anticipó, del Orbis Sensualium pictus o El Mundo sensible, obra
del pensador, pedagogo y teólogo moravo Juan Amos Comenio (Uhersky Brod (República Checa),
1592 – Amsterdan (Holanda), 1670), quien con dicho trabajo inaugura este género de publicaciones.
Biografía de Comenio
La familia de Comenio pertenecía a la Hermandad, modesta iglesia protestante fundada en 1547 por
Rehor (seguidor del movimiento basado en las ideas reformistas del sacerdote y teólogo Jan Hus).
Allí se predicaban ideas muy radicales con las que querían llevar a la iglesia a recuperar la sencillez
de la primitiva sociedad cristiana, por lo que la Hermandad fue perseguida desde un principio. Las
lecturas comentadas por su padre le fueron ayudando a desarrollar su pensamiento crítico, y sus
ideas sobre la fe en la justicia que tarde o temprano llegaría. Tras morir sus padres y perder sus
pertenencias en un terrible incendio huyó en compañía de una tía suya, en busca de entonces
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incierto porvenir. Habiendo aprendido el latín, disfrutó de la lectura de los poetas Virgilio y Ovidio,
así como de Cicerón, leyendo la Biblia con la misma atención; con entereza y valentía supo
expresar sus desacuerdos sobre algunos textos ante sus profesores, acostumbrados a que los
alumnos obedientemente repitieran las doctrinas preestablecidas. Gracias a su espíritu crítico se
hizo merecedor de que lo enviaran a la Universidad de Herborn – centro de enorme prestigio
académico- donde enseñaban los mejores profesores. Comenio criticaba el método memorístico con
el cual los maestros le obligaban a aprender pasajes bíblicos, cánticos religiosos y preguntas de
catecismo, relegando a segundo plano la lectura, la escritura y el cálculo. Esto le llevó, en
contraposición a la memorización de reglas ininteligibles, a redactar manuales para aprender
lenguas de una forma natural, como se aprende la propia en la infancia.
En la universidad de Heidelberg, (entre 1611 y 1614) se introdujo en el mundo de las ciencias
naturales, que giraban alrededor de la teología y comenzó a planificar, siguiendo a Ratke -pedagogo
alemán, inventor del término didáctica, quien proponía nuevos métodos de enseñar-, la
sistematización de la pedagogía. Comenio comparaba las ideas de Copérnico, que demostraba que
el sol, y no la tierra, eran el centro de nuestro sistema planetario, con su idea de que el centro del
sistema escolar no era el maestro, considerado así en ese entonces, sino el alumno.
A su vuelta de la Universidad de Heidelberg, ya en su tierra, desarrolló su actividad de maestro.
Fue cuando reaccionó contra el sistema de enseñanza utilizado en las escuelas y propuso nuevas
ideas en relación a la forma de enseñar, para que los alumnos aprendan por gusto, que sientan la
alegría de aprender y que estudien, no por obligación sino por deseo, pues estaba convencido de que
los alumnos tomarían interés por la enseñanza sin necesidad de gritos ni amenazas: “una sonrisa en
lugar de una vara”, decía.
La hermandad morava, lo ordenó ministro evangélico a la edad de 24 años. Fue por entonces
cuando se casó con Magdalena, hermana de un gran amigo suyo. Comenio comenzó a trabajar
como pastor y capellán de escuela en 1618, justamente cuando comenzaba la Guerra de los Treinta
Años (1618-1648).
En 1620, tras la invasión de los soldados de Carlos V y la derrota del pueblo Checo en la Montaña
Blanca, murieron Magdalena y sus dos hijos a causa de la peste, y Comenio tuvo que huir, pues los
soldados tenían la orden de acabar con todo aquello que se relacionara con el protestantismo. Los
invasores localizaron la casa de Comenio y por orden de la Inquisición quemaron los manuscritos
del maestro, junto con otros escritos protestantes, en la plaza de de Fulnek y ejecutaron a los
principales líderes. Estuvo escondido siete años en su patria, como fugitivo en su propio país.
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Tras una década de lucha, la religión católica fue declarada la única confesión legítima en Moravia.
A esto siguió la represión, ordenada por Fernando II rey de Bohemia, contra los reformados. A
Comenio y a los miembros de las clases altas se les dio la oportunidad de elegir: convertirse al
catolicismo o abandonar el país. Puesto que Comenio no estaba dispuesto a claudicar, en 1628
cruzó la frontera y se instaló en la ciudad polaca de Leszno, como maestro de la escuela. Aquello
marcó el principio de un exilio que duraría cuarenta y dos años y que le privaría de regresar a su
patria. Por esta época contrajo matrimonio con Dorotea. En Polonia vivió mayor tranquilidad y
siguió escribiendo. Su fama le llevó por varios países, en los que expuso su reforma educativa. Así
llegó a Suecia, donde contagió a la Corte con sus reformas, debido al entusiasmo que despertaron en
la Reina Cristina. Inició allí su gran reforma, beneficiando la educación popular con sus métodos
participativos y activos, los textos ilustrados y amenos y la característica forma de sus escuelas, con
jardines y espacios abiertos. La relación entre Descartes, que establecía la razón como punto de
partida del conocimiento, y Comenio, que declaraba la educación paidocéntrica, contribuyó sin
duda al ocaso de la escolástica, uniendo pedagogía y filosofía, la razón y la praxis.
Al abdicar la Reina Cristina de Suecia en favor de su hijo Carlos Gustavo, Carlos X, éste declaró la
guerra a Polonia. El ejército sueco no entró a Leszno por respeto a Comenio, pero los polacos no
perdonaron a Leszno por haber albergado al hereje. La ciudad polaca de Leszno, su hogar muchos
años, fue quemada hasta sus cimientos. Su atesorada biblioteca y los numerosos manuscritos,
algunos de ellos, como «El tesoro de la lengua Checa» en la que había trabajado durante 40 años,
fueron destruidos totalmente en el fuego, dejando a Comenio, un hombre de 64 años, sin nada.
Así tuvo que deambular durante varios años perseguido por la peste, los enemigos y el hambre,
hasta que fue invitado por el holandés Lorenzo de Geer y su familia, a vivir en Amsterdan. En
agradecimiento Comenio dedicó a sus mecenas sus obras didácticas completas. Con este nuevo
período de paz y bonanza, logró recopilar sus escritos pedagógicos, que se publicaron en
Amsterdam en 1657 con el título de Opera didáctica omnia, de la cual su obra cumbre La Didáctica
magna fue dedicada a la ciudad de Amsterdam. También editó el Orbis Pictus.
Finalizando la guerra entre Inglaterra y Holanda, Comenio decidió escribir sus Confesiones y dictar
las últimas cartas para mantener en la humanidad la conciencia por la paz. El 15 de Noviembre de
1670, a la edad de 78 años, murió en Amsterdan.
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Orbis sensualium pictus: el mundo en imágenes.
Es el primer texto escolar ilustrado de la historia de la pedagogía; fue publicado en 1658 y ha sido
modelo para los posteriores textos escolares. Con este libro, se da a Comenio el título de precursor
de la educación audiovisual.
Esta obra fue escrita en la región habitada por los germanos, los bohemios y los moravos, en una
Europa entre dos siglos (XVI y XVII), marcada por la crisis que se desata en la Modernidad ya que
se produce el resquebrajamiento del orden feudal y eclesiástico, por un lado, y por otro, hay un
impulso por el establecimiento de un nuevo orden social que se manifiesta en la conformación de
Estados Modernos y en el despliegue de la economía capitalista y la consolidación de la Burguesía.
Pero el centro de este escenario lo ocupan las guerras de religión, las pugnas entre el proyecto de los
católicos y los disidentes reformadores. Al respecto Aguirre Lora agrega:
“Todo esto permea el tejido social y cultural, atravesando diversas esferas de la vida de
hombres y sociedades que transitan de una cosmovisión profundamente teocéntrica- en la cual
la explicación primera y última de todo lo que existe, el sentido de la vida de los hombres en
el cosmos, remite a la voluntad divina, a las verdades reveladas- a una visión que
paulatinamente se seculariza y ensaya otras formas de explicación y de argumentación sobre
el universo y sobre la razón de la existencia del hombre en la Tierra, entre las que se disuelve
su sentido de trascendencia.” (Aguirre Lora, 2001, p 2).
El mundo sensible en imágenes, obra escasamente conocida en los países de lengua española, gozó
de merecida fama en otras regiones del mundo: a un año de haberse publicado en Nüremberg, en
versión latino-alemana, se tradujo al inglés; a partir de ahí las traducciones –inclusive al japonés y
al ruso- y las ediciones se multiplicaron hasta registrarse doscientas. Autores como Goethe lo
recuerdan con cariño, evocándolo como uno de los libros en los que aprendieron a leer. Comenio
tardó veinticinco años en escribirlo (1631 – 1658), valió la pena semejante esfuerzo.
Esta obra adquirió gran fama en poco tiempo y quizá fue la única obra de Comenio que en vida de
su autor fue un éxito editorial. Es una guía ilustrada de lectura para niños, que también constituyó
un hito en la historia de la educación. Un catedrático de Pedagogía de nuestro siglo, El reconocido
historiador de la educación Ellwood Cubberley, afirma que "permaneció sin competencia en Europa
por ciento quince años y se usó en los cursos de iniciación durante casi doscientos años"
(Cubberley, 1920, p 19) De hecho, muchos de los libros de texto actuales siguen el mismo modelo
genérico de la obra de Comenio al usar ilustraciones como ayudas didácticas. En Orbis sensualium
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pictus es notable la presencia de dibujos y mecanismos móviles para hacer más entretenida la
lectura y reforzar la adquisición de conocimientos.
Comenio propuso un programa para hacer amena y no tediosa la educación, y lo llamó
“pampaedia”, que significa "educación universal". Su finalidad fue establecer un sistema de
enseñanza progresivo del que todo el mundo pudiera disfrutar. Decía que a los niños se les debía
enseñar gradualmente, enlazando de manera natural los conceptos elementales con los conceptos
más complejos. El Orbis Pictus es un claro ejemplo de su pensamiento.
Asimismo, propugnó el uso de la lengua materna durante los primeros años de escolaridad en lugar
del latín. Sin embargo, la educación no debía confinarse a la adolescencia, sino abarcar toda la vida
del individuo. Este pedagogo escribió que el estudio tenía que ser "completamente práctico,
completamente grato, de tal manera que hiciera de la escuela una auténtica diversión, es decir, un
agradable preludio de nuestra vida" (Comenio, 1988, p 8). También opinaba que la escuela debía
centrarse no sólo en la formación de la mente, sino de la persona como un todo, lo que incluiría la
instrucción moral y espiritual.
En 1658, cuando se edita esta obra se plantea un método de enseñanza del latín como lengua viva,
mostrando al niño el mundo a través de 175 xilografías firmadas por Chodowiecki. Entre 1670 y
1780 aparecieron nuevas ediciones en diversos idiomas, con imágenes y texto actualizados.
Según Aguirre Lora, alrededor del Orbis Pictus se tejen diversas anécdotas: siendo como era, un
libro con imágenes para la enseñanza del latín, algunas de sus ediciones locales integraron muy
pocas ilustraciones y en ocasiones ninguna. Asimismo, muchas de las obras de Comenio, a
horcajadas de los siglos XVI y XVII, fueron ignoradas o directamente vetadas por los
enciclopedistas precursores del movimiento ilustrado, que de acuerdo a esta autora “estaban
obsesionados por sancionar todo lo que no estuviera dentro de los límites del paradigma de la
razón” (2001, p3), en el que, por supuesto Comenio no encajaba debido al legado platónico presente
en su pensamiento y sus creencias religiosas. Sin embargo El Mundo en imágenes nunca dejó de
publicarse, aun cuando se omitieran algunos de sus capítulos, como los referidos a sus concepciones
religiosas o bien a conocimientos que ya no concordaban con los avances de la ciencia.
Con el propósito de analizar esta obra asumo como referente teórico a Aguirre Lara, quien a su vez
aborda su análisis desde Pierre Bourdieu (1990) y que según mi humilde entender, permite encarar
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la indagación de una de las tradiciones que convergen en el Orbis Pictus: la que se refiere al empleo
de la imagen como apoyo para la enseñanza. Al respecto el autor recoge las tradiciones del arte de
la memoria2 en las que se había formado, y traslada algunos de los principios de la pedagogía
cristiana al ámbito de la escuela y expresa la influencia que sobre él ejercieron algunos utopistas de
los siglos anteriores (Campanella y Andreá), siendo su propósito -de modo evidente- exponer el
conocimiento a la vista de todos. En la Didáctica Magna, se apropia de estas enseñanzas, que aplica
a la escuela: “También reportará gran utilidad que el contenido de los libros se reproduzca en las
paredes de las clases, ya los textos, ya dibujos de imágenes, o emblemas que continuamente
impresionen los sentidos, la memoria y el entendimiento de los discípulos.” (Comenio, 1988,
p.103).
El gusto por las imágenes que traduce la obra remite a la sensibilidad y a la imaginación
características del hombre barroco, sólo que con una particularidad: están filtradas por los ojos del
pensador procedente de la región de los reformadores. El libro se organiza en ciento cincuenta y dos
capítulos que dan cuenta de la organización del conocimiento y de la percepción de la realidad de
los hombres del siglo XVII, de una manera total. Se trata de verdaderos cuadros de época; su autor,
desde el mismo subtítulo de la obra, promete: “Imágenes y nombres de todas las cosas,
fundamentales en el mundo y de las actividades en la vida”. Más adelante, en el Prefacio, señala:
“es un breviario de todo el mundo, y de la lengua toda” y nuevamente se refiere al libro llamándolo
“nuestra pequeña enciclopedia de las cosas sensibles”.
En efecto, el contenido que se aborda es enciclopédico: no olvidemos que Comenio es discípulo de
uno de los enciclopedistas más reconocidos J. F. Alsted, quien comparte la perspectiva totalizadora
de dar cuenta de todos los saberes que existen en el cosmos. Siguiendo a Aguirre Lora resulta
interesante destacar, respecto a los contenidos que plantea esta obra, que “sus fundamentos
proceden del movimiento pedagógico conocido como realismo, cuya intención es poner en contacto
al alumno con la realidad que lo rodea, con las cosas mismas, no solo con las “palabras” y con lo
que otros escribieran sobre ella” (2001, p7). Es decir, subyace la intención de prepararlo para la
vida terrenal y no sólo para la promesa de salvación que planteara el cristianismo.
2 Los artificios para apoyar las funciones de la memoria datan de los antiguos griegos y se recrean a lo largo de los
siglos. Nacen con la cultura oral y adquieren orientaciones con la cultura escrita, pero siempre está presente la
preocupación de buscar antídotos contra el olvido.
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Con el Orbis Pictus en la mano, recorremos la totalidad del universo: a partir de Dios - Creador se
bosqueja un camino descendente que aborda los cuatro elementos clásicos: fuego, agua, aire y tierra
para introducirnos en los tres reinos de la naturaleza y llegar al hombre. Se trata del hombre frente a
la naturaleza y a la divinidad que integra a ambos por igual, armónicamente. Fruto del trabajo
humano son los oficios y avances tecnológicos que lo conducen a construir sus espacios vitales y a
mejorar sus condiciones de vida.
Siguiendo a Aguirre Lora (2001), en este libro se recrea también el mundo de la escuela y el de las
artes liberales, así como la vida del hombre donde está presente su condición moral y social; la vida
en las ciudades y, finalmente, las religiones conocidas en esos siglos.
Por consiguiente, esta autora agrega:
“Las ilustraciones que se insertan en esta obra manifiestan una gran experiencia en la
docencia y un conocimiento muy amplio – como era propio de las sociedades de aquellos
años – en diversos campos: obedecen a un programa claramente elaborado en relación con la
enseñanza del latín en lengua vernácula, a la manera de una lengua viva que retoma
contenidos de la realidad circundante; se organizan a partir de cuadros temáticos que actúan
como núcleos generadores; el texto aparece en tantas columnas cuantas sean las lenguas de
referencia –por ejemplo latín, checo y alemán- y algunas de las palabras se relacionan a través
de un número con algún objeto particular de la imagen en su conjunto. La intervención del
maestro, se dirige a orientar al alumno para que logre unir el signo visual con el auditivo.”
(2001, p 8).
Análisis de contenidos y de algunas imágenes del Orbis Pictus
Para describir el contenido de este libro, se han seleccionado algunos contenidos e ilustraciones que
aparecen en el mismo:
a) La imagen del maestro
El capítulo que abre la obra, es la “Invitación”; en ella, el maestro se dirige al alumno para
acompañarlo a recorrer el camino de la sabiduría y, asumiendo el reclamo bíblico según el cual
dice: “Te conduciré por todas las cosas, te las mostraré todas y les pondré un nombre para ti (…)
nos iremos por el mundo y lo observaremos todo” (Comenio, 1993, p 79)
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El maestro aparece como la figura de autoridad moral y, como modelo que media entre Dios y el
alumno, un rayo de luz, procedente del sol cósmico, lo atraviesa y desciende hacia el alumno en
forma de saber y de comportamiento virtuoso que hace aflorar lo mejor de él mismo.
Según Aguirre Lora “La analogía sol - maestro nos hace pensar que la dignificación del oficio de
maestro pasa por su filiación solar, su iluminación interior, condiciones propicias para que realice
su destino mesiánico: salvar a la humanidad mediante los dones de la cultura y de la civilización.”
(2001, p 8).
b) El alfabeto onomatopéyico
Los siglos XVII y XVIII, sensibilizados frente a la amplia proyección de la cultura escrita, son
prolíficos en la invención de alfabetos y proveen una vasta clasificación para ellos. El Orbis Pictus
introduce una novedad para aprender a leer: un alfabeto de letras que el autor llama en “alfabeto
simbólico” y en otras, “alfabeto vivo”. Este recurso dispone la pronunciación de las letras en torno a
onomatopeyas animales, “en donde cada letra va relacionada con la voz del animal, y esa voz es
imitada por la letra” (Comenio, 1993, p 73) que está acompañada de la imagen correspondiente.
c) Los saberes artesanales
Comenio en el Orbis Pictus expresa su conocimiento sobre el mundo artesanal a través de
numerosos capítulos e ilustraciones que dedica a los diversos oficios de la época, muestra de ellos
es el capítulo LXII, “El Carpintero” (Comenio, 1993, p 148).
El gran pedagogo coincide con mucho de los protagonistas del umbral de la modernidad que
asumen como tarea superar la prolongada escisión que había acompañado a la Edad Media entre las
artes liberales y las artes mecánicas; entre los saberes intelectuales y los saberes técnicos. Según
Aguirre Lara: “Los siglos XVI y XVII resultaron propicios al acercamiento entre hombres de
ciencia y artesanos cuyo modelo formativo a la vez asume como bandera la protesta contra el abuso
de libros, de lecciones y de la autoridad de los antiguos griegos y latinos; renueva las formas de
conocimiento.” (2001, p 12).
La observación y reconocimiento de la actividad de los artesanos para transformar su material de
trabajo, hace además que Comenio vea las escuelas como “talleres de hombres” donde se conjugue
la formación intelectual con el aprendizaje de un oficio.
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d) Plantas y animales
Comenio aborda una detallada clasificación de los minerales, los animales y las plantas del capítulo
X al XXXIV, en los que además, se compromete con su cuidadosa ilustración (Comenio, 1993, p
92-116). Entre las fuentes que emplea para esta información es posible que haya recurrido a los 37
volúmenes de la Naturalis Historia, de Plinio (23 a 79 d C), un naturalista griego cuya enciclopedia
de Historia natural aborda la totalidad del conocimiento y creencias de su época; menciona desde la
creación del universo, la tierra, el hombre, animales, plantas, metales, oficios, hasta llegar a las artes
liberales. Este naturalista mezclaba lo real y lo fantástico, como en el caso del unicornio, que
también Comenio incluye en el Orbis Pictus.
e) El cuerpo humano
En el tratamiento del hombre como ser vivo, en los capítulos XXXIX “Carnes y Vísceras”,
(Comenio, 1993, p 121) y XL “Canales y Huesos” (Comenio, 1993, p 123), Comenio nos hace
partícipes de sus conocimientos anatómicos y fisiológicos, logrados en sus años de estudios en
Herborn, al estar en contacto con las obras de Vesalio (1514 – 1564). La obra de Vesalio es a la
medicina lo que el Orbis Pictus es a la educación y, sin duda, ambas participan de las tradiciones en
torno a la ilustración de los libros con fines didácticos.
f) El estudio y la cultura escrita
Con la difusión de la imprenta y el acceso masivo de libros a amplios sectores de la población, se
establecen otras prácticas culturales relacionadas con la cultura escrita. Disponer de libros para
apropiarse de los saberes se traduce en autonomía personal, pues el que se desenvuelve en este
mundo por sí mismo puede acceder a diversos saberes para incursionar en la búsqueda de la verdad
–ideario de la época- sin depender ya de lo escuchado directamente de la boca del maestro. Al
respecto Aguirre Lora comenta: “Los procesos de transmisión se desplazan del oído a la vista, de la
palabra a la lectura de textos, que el discípulo habrá de recorrer en ambientes propicios al estudio,
silenciosos e íntimos, con la posibilidad que entonces se abre de atribuir otros significados a los
textos como parte de su proceso de interpretación” (2001, p 15). El capítulo XCVIII, “El Estudio”
resulta, por demás significativo en su misma concepción a través de los ojos de Comenio: “El
estudio es el lugar donde el estudioso, separado de los demás, se sienta en soledad entregado a su
afición; lee libros, que abre frente a sí en un atril, y de ellos va tomando en su libreta lo mejor o en
ellos hace anotaciones, sea subrayando o al margen con un asterisco (…)” (Comenio, 1993, p 185).
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Aguirre Lora sostiene que la independencia que genera el hecho de disponer de diversos libros con
relativa facilidad y estar en condiciones de estudiarlos por sí mismos, posibilita otros modos de
encarar el aprendizaje: “(…) ¿no tenemos, por ventura, otra cosa que hacer en esta vida más que
seguir de aquí para allá a los demás y averiguar en que discrepan, coinciden o desbarran? (…) ¿Por
qué hemos de utilizar los ojos ajenos mejor que los nuestros propios?” (Comenio, 1988, p 86).
Por último, Aguirre Lora entiende que la cultura escrita, en ese entonces, modificaría tanto la forma
de ver el mundo y de moverse en él, como hoy lo hace entre nosotros la nueva cultura digital.
Reflexiones Finales
El recorrido de las tradiciones referidas al uso de imágenes con fines didácticos, muestra que dichas
prácticas subsidiarias de la vida cotidiana de nuestras escuelas desde los orígenes de la Modernidad,
no son casuales, sino que constituyen prácticas culturales construidas a lo largo del tiempo y
dotadas de múltiples implicaciones y significados. El empleo de la oralidad, la escritura, la cultura
audiovisual o bien la digital, características de nuestra época, no es inocente; cada uno de estos
recursos tiene un profundo significado en la manera en que las personas viven e interpretan la
realidad, se perciben así mismas y a los otros y recuperan, ordenan, almacenan y difunden la
información. La práctica sistemática de estos procesos contribuye a formar estructuras de
pensamiento, competencias, mentalidades y una forma de ver el mundo y el lugar del ser humano en
él, a la vez que desarrolla los soportes materiales y las tecnologías pertinentes a tales fines.
Este es sin lugar a dudas, el mayor aporte de Comenio cuando publicó el Orbis Pictus que significó
una gran innovación didáctica pedagógica en su tiempo constituye más allá incluso de las formas la
concreción de un proyecto profundamente humanista encaminado hacia la formación de infancias
libres y con posibilidades de desenvolvimiento social e individual. Comenio, puso a los chicos en el
centro de la escena cultural de su tiempo, los sacó de la oscuridad y les brindó amor, respeto y
sabiduría.
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Referencias Bibliográficas
Aguirre Lora, María Esther (2001). Enseñar con textos e imágenes. Una de las aportaciones de
Juan Amos Comenio En Revista Electrónica de Investigación Educativa. Vol. 3, Nº 1. México.
Bourdieu, P. (1990) Sociología y Cultura. CONACULTA – Grijalbo. México.
Comenio, J. (1993) El mundo sensible en imágenes. México. Miguel Angel Purrúa Editores.
Comenio, J. (1988). Didáctica Magna. México. Miguel Angel Purrúa. Colección Sepan Cuantos.
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