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Islam Revista de Información y Análisis 1996´ Año 2 Nº 5 Conferencia de Los Ángeles sobre la unidad delIslam La Economía Islámica Historia de la usura El papel económico de la mujer musulmana Federalía La Noche 750pts. Hadiz y Sunna La Farmacia en Al Andalus: el Ciprés El retorno del muecín: Universidad Islámica Internacional Averroes El Significado del Corán Jesús y el Cristianismo

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IslamRevista de Información y Análisis 1996´Año 2 Nº 5

Conferencia de Los Ángeles sobre la unidad delIslam

La Economía Islámica

Historia de la usuraEl papel económico de la mujer musulmana Federalía

La Noche

750pts.

Hadiz y Sunna

La Farmacia en Al Andalus: el Ciprés

El retorno del muecín: Universidad Islámica Internacional Averroes

El Significado del CoránJesús y el Cristianismo

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REVISTA DE INFORMACIÓN

Y ANÁLISIS SOBRETEMAS ISLÁMICOS

CÓRDOBAAño 2. Otoño-Invierno 1996

DIRECTORHashim Ibrahim Cabrera

CONSEJO DE REDACCIÓN

Mansur A EscuderoJosé Miguel Coca

Sabora UribeDolores Contreras

AbdurRazzaq PérezHabiulláh Casado

DISEÑO Y MAQUETACIÓN

Forma y Texto

EDITACentro de Documentación

y Publicaciones de Junta Islámica

ADMINISTRACIÓN

Junta IslámicaFuente de Arriba

Amodóvar del Río 14720(Córdoba)

Tf: (957) 63400533 80 55

Fax: (957) 33 80 41

ISSN: 1135-9153DEPÓSITO LEGAL: Co-1558-95

IMPRIMEImprenta Moderna

C/ Málaga, 9. 14003 Córdoba

Verde Islam es una revista plural y ab ier ta queno compar te necesar iamente las opinionesexpresadas en ella por los colaboradores.

CONTENIDOAño 2. Número 5

Otoño-Invierno 1996

EDITORIAL

FORO DE LOS LECTORES

LA ECONOMÍA ISLÁMICA Y EL PROYECTO GLOBAL

Hashim Ibrahim Cabrera

HISTORIA DE LA USURA

Abdel Haqq Bewly

JORNADA DE ECONOMÍA ISLÁMICA

Redacción

EL ISLAM Y LA ECONOMÍA

José Collado Medina

EL PAPEL ECONÓMICO DE LA MUJER MUSULMANA

Abdel Hamid Temsamani

FEDERALÍA

José Miguel Coca

REFLEXIONES

Adib Mohafel

HADIZ Y SUNNA

Muhammad Asad

JESÚS Y EL CRISTIANISMO

Sheij Saleh al Husayin

EL RETORNO DEL MUECÍN

LA NOCHE

Sabora Uribe

LA FARMACIA DE AL ANDALUS: EL CIPRÉS

Habibullah Casado

EL SIGNIFICADO DEL CORÁN:SURA AL-MA´IDA (EL ÁGAPE)

DICHOS DEL PROFETA MUHAMMAD

PUBLICACIONES RECIBIDAS

INDICE DE CONTENIDOS

EN EL PRÓXIMO NÚMEROEl contenldo de esta revista podrá ser difundido yreproducido siempre que se cite su procedencia.

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EDITORIAL

La naturaleza y el espíritu de una civilización no sólo se re-flejan en sus obras de arte o en sus construcciones literarias.

La ordenación y jerarquización de los saberes y de las cienciasdice mucho acerca de cómo se articula una sociedad. El proceso

de disolución de las culturas, en el marco del proyecto de Merca-do Global, implica que la estructuración tradicional de los saberes

y su legitimación vayan quedando paulatinamente supeditados almarco referencial del hecho económico. Económicas son las razones

que se esgrimen para diseñar la Política. También lo son las motivaciones últi-mas de muchas investigaciones que se realizan en el ámbito científico y los propósitos dedeterminadas estrategias culturales. Se certifica oficialmente la nocividad del tabaco cuan-do se comprueban los costos que genera el tabaquismo a la Seguridad Social de un país, nopor la evidencia en sí de los males físicos que produce en el organismo humano. Problemascomo la pobreza, la muerte por hambre o el desamparo social, no se tienen en cuenta másque cuando inciden en el gráfico macroeconómico. Como bien dicen los economistas delcapitalismo contemporáneo, los autodenominados neoclásicos, la Economía es una Cien-cia, y como tal, sólo ha de preocuparse de los problemas que a ella le atañen: ProductoInterior Bruto, Inflación,Tasas de Interés, Devaluación, y un sin fin de variables que son lasque intervienen el proceso. No es una Ciencia que sirva a intereses ajenos a su propio desa-rrollo. No tiene por tanto relación ninguna con la condición humana, con la Moral ni conla Filosofía, pero sí que la tiene con la Matemática, con la Estadística sobre todo.

Zanjada la polémica entre individuo y sociedad, que mantuvo entretenidos a los intelec-tuales de la Modernidad durante dos siglos, a favor, en apariencia, del primero, se rehabilitaen nuestros días la vieja visión del Liberalismo que, como religión naturalista y mistérica decorte indoeuropeo, se impone por doquier modelando un zoco definitivo y planetario.

Frente a esta inhumana concepción, el Islam nos habla de otra forma del individuo y dela comunidad, de la relación entre ambos, pero sobre todo nos habla de Dios, de la Ley Divina,del sometimiento a Su Voluntad por parte del ser humano. El Islam nos habla del Espíritu y de laMateria, de esta vida y de la otra. La Economía, en el Islam, también será una ciencia, pero no unsaber desvinculado de las necesidades humanas, de la justicia social, del equilibrio universal.

Algunos economistas musulmanes contemporáneos han analizado los males de los siste-mas económicos occidentales, capitalismo y comunismo, y han llegado a interesantes con-clusiones. Sus opiniones, diagnósticos y propuestas son hoy tenidas en cuenta en los forosacadémicos internacionales, en virtud de la creciente necesidad de hallar alternativas. Sin serel resultado de una determinada construcción ideológica o de una filosofía, la EconomíaIslámica desarrolla aspectos que bien podrían definirse como liberales o capitalistas y otrosde naturaleza claramente social. Implica un sistema en equilibrio que sintetiza procedimien-tos de intercambio y fórmulas de crecimiento que mantienen el equilibrio entre el hombre yel grupo, el individuo y el Estado.

En el número 5 de Verde Islam, tendremos acceso a algunos de los conceptos básicos dela Economía Islámica, a través del pensamiento de relevantes economistas musulmanes con-

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temporáneos. Umar Chapra y Kurshi Ahmed, han sentado las bases para la comprensión de susprincipios y su inserción dentro del panorama económico general. La Jornada de EconomíaIslámica celebrada en Madrid, fue ocasión para abordar los problemas que tiene hoy planteados laeconomía, en un intento de propiciar el encuentro entre dos modelos existenciales diferentes.Economistas musulmanes y neoclásicos abordaron conjuntamente el tema de la Economía Islá-mica. La Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) organizó el encuentro en elCentro Cultural Islámico de Madrid y nos ha facilitado, por mediación del profesor Don JoséCollado, los textos de algunas de las más interesantes ponencias. La posibilidad de desarrollar unsistema económico que no esté basado en la usura, pilar esencial del sistema actualmente vigente,abre una puerta de esperanza en un mundo de inhumanas transacciones. La usura tiene también suhistoria y desarrollo, conectándose su práctica con una secular concepción del mundo. Abdel HaqqBewly hace un periplo por el establecimiento contemporáneo de los sistemas usureros.

El papel de la mujer musulmana en el proceso económico es analizado exhaustivamente endiversos trabajos del profesor Temsamani Chebaguda, quien aborda la situación en los países demayoría musulmana en nuestros días.

En otro orden de cosas, el número 5 incluye un nuevo trabajo de Sheij Saleh al Huseini sobrela figura de Isa --Jesús-- que la paz sea con él, donde queda de manifiesto el enorme respeto ycariño que los musulmanes sentimos por este profeta a quien Dios colmó con tantas gracias y cuyaimagen ha sido tan desdibujada y desvirtuada por otras tradiciones. Muhammad Asad, con la cla-ridad y perspicacia que caracterizan sus análisis, escribe sobre la base científica en la transmisiónde la tradición islámica: Hadiz y Sunnah.

Sabora Uribe, con el estilo depurado que siempre nos regala, reflexiona sobre la noche y susespacios interiores, en los que quedamos a solas con nosotros mismos para darnos cuenta de queestamos en presencia de nuestro Creador.

En Federalía, José Miguel Coca aborda la enorme tarea de construir la biografía apasionadade la organización islámica en nuestro país y, más concretamente, la génesis y desarrollo de laFederación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI). Conocedor y luchador desde loscomienzos, nos desmenuza en su discurso los avateres y entresijos de un complejo e interesanteproceso que habrá de culminar, inshaAllah en la unidad de los musulmanes españoles.

También incluimos una entrevista singular con el rector de la recientemente ianuguradaUniversidad Islámica Internacional Averroes, de Córdoba, el Doctor Ali Kettani, cuyas palabrastraducen un apasionado sentimiento hacia los andaluces, herederos de aquel Al Andalus que tanbien conoce y del que se siente miembro en activo. Buenos proyectos llenos de esperanza rela-cionados con el tema de la enseñanza islámica en España.

En nuestras secciones habituales, la correspondiente al Corán, publicamos un extracto inicialde la Sura al-Ma’ida (el Ágape), y en los Dichos del profeta Muhammad, una recopilación dehadices sobre la usura.

Continuando su estudio monográfico de las plantas en la Farmacia de Al Andalus, HabibullahCasado trae a nuestras páginas el Ciprés.

A partir de este número, nuestra revista ofrece a sus lectores la posibilidad de consultar un Índi-ce de Contenidos de todos los números que se han publicado y, en un próximo futuro, inshaAllah,podrá también accederse a dichos contenidos y a otros del Centro de Documentación y Publica-ciones Islámicas a través de Internet.

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Extrañas sospechas

No puedo menos que sentir una granconsternación cuando leo, en un perió-

dico local, concretamente MELILLA HOY,una información aparecida bajo la cabecera:“Se investigan en Melilla conexiones con elintegrismo internacional”, el pasado día 10de Octubre. No aparece firmado ni presen-tado por nadie, pero muchos melillensespodemos intuir fácilmente quién o quiénespueden estar detrás de tan zafio discurso.

En primer lugar, habría que repetir unavez más, nunca serán bastantes, que ningúnmusulmán se reconoce bajo la denominaciónde “integrista”. Este calificativo es usado yatribuido malintencionadamente por los ene-migos del Islam para desacreditar y confun-dir a una mayoría de personas que poco o na-da saben de la realidad islámica. Dicho esto,me parece de lo más inoportuno invocar elmiedo al integrismo en un momento tan tras-cendente y delicado para nuestra tierra, cuan-do se están tratando de unificar criterios yvoluntades para conseguir un desarrolloefectivo del Acuerdo sobre la Enseñanza delIslam en las escuelas. En el artículo mencio-nado se habla de la Asociación Badr comoinspiradora de contactos con el integrismointernacional, así como la federación a la quepertenece (UCIDE). Para cualquiera que co-nozca a las personas que integran esas enti-dades, la noticia no puede menos que causarestupor o irrisión.

Ser un buen musulmán, tratar de cumplircon los pilares que nos manda la religión esahora denominado integrismo. Se considerasospechoso de integrismo al presidente deCoalición por Melilla, el hermano Mustafa

Aberchán porque “hace unos años atendiócomo médico a los talibanes en la ciudadpakistaní de Peshaver, antes de la retiradade las tropas soviéticas de Afganistán”. Creosinceramente que la cita no merece el másmínimo comentario. Termina diciendo que“En estos últimos días aumenta la preocu-pación sobre la impartición de la enseñanzaislámica en los colegios por parte de ele-mentos integristas. Las fuentes indicaronque dicha fórmula podría ser utilizada parauna futura captación de militantes, una vezlos estudiantes musulmanes acudieran a launiversidad”. Esto sí que merece algunaspalabras. En primer lugar habría que denun-ciar noticias como ésta, ya que identificanIslam e Integrismo. La enseñanza de la reli-gión islámica en los Centros Públicos es elfruto de un duro trabajo de negociación entrelos representantes legales de los musulma-nes en España y el Ministerio de Educacióny Cultura. La Constitución Española, a tra-vés del desarrollo de la Ley de Libertad Re-ligiosa, no sólo garantiza la legalidad de lapráctica del Islam en España, sino que ade-

más reconoce al Islam como religión de no-torio arraigo en nuestro país. Después de eso,hablar de integrismo es dar un salto atrás, esno querer reconocer la voluntad que existepor parte de la sociedad española de reconci-liarse con sus tradiciones y con una parteesencial de su cultura y de su historia. Final-mente, identificar a los musulmanes con mili-tantes políticos —con la connotación de te-rroristas que a menudo aparece en los me-dios de comunicación— es ya la guinda quecorona este amargo pastel. O sea, unmusulmán formado por integristas, acabaríainmerso en el terrorismo una vez accediera ala Universidad.

Todo esto es tan absurdo como si alguiendijera que la enseñanza católica en las escue-las está siendo impartida por integristas se-guidores de Lefevre, que los habrá sin dudaen muchos centros escolares, y que poste-riormente esos mismos estudiantes seráncaptados en la universidad por una supuestatrama internacional.

Realmente, MELILLA HOY, debería cui-darse mucho de publicar un discurso tan be-ligerante hacia los musulmanes, sobre todosi tenemos en cuenta que toda esta tenden-ciosidad no ayuda al entendimiento y a lacolaboración, sino que fomenta un mayordesconocimiento y distancia.

A.J.M. Melilla

Puntuaciones

Aunque no comparto la misma creenciareligiosa que la señora —o señorita—

Sabora Uribe, pues soy cristiana, considerode lo más oportunas sus reflexiones enVerde Islam a propósito de la enseñanza de

FORO DE LOS LECTORES

Las comunicaciones enviadas a estasección deberán consignar el nombre,apellidos y dirección.Verde Islam se reserva el derecho apublicar las colaboraciones, así comode resumirlas o extractarlas porrazones de espacio o estilo cuando loconsidere oportuno.No se devolverán los originales ni sefacilitará información postal otelefónica sobre ellos.

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la religión en las escuelas, conclusiones quepodrían aplicarse a la enseñanza de la reli-gión en general. Hay una idea que me pare-ce fundamental, y es la de que la religióndebería ser, en las escuelas públicas, mate-ria de estudio libre y voluntaria. Es decir,que debería aprenderse desde la motivaciónde los alumnos, desde la perspectiva de sudesarrollo espiritual descondicionado de cual-quier academicismo. El sentido y la necesidadde obtener principios y criterios morales nopueden imponerse jamás. Claro, que para ellohabría que contar con enseñantes que estuviesenen un estado interno e intelectual acorde a ello.Y tal vez sea esa la principal dificultad. Otraidea importante es la de que aquellos queno pertenecen a ningún credo, tuviesen laoportunidad de conocer al menos la His-toria de la religiones, de las más importantesal menos, sus fundamentos, sus errores yaciertos, pero impartida con respeto y cono-cimiento.

A través de las páginas de su revista, cre-yentes de otras religiones, vamos entendien-do un poco más acerca del islam, y algunosempezamos a darnos cuenta de que existeuna historia común, y posibles puntos de en-cuentro. Tal vez para aquellos que están con-tra toda religión, para los militantes del lai-cismo beligerante resulten incómodas al-gunas de las ideas que apuntan hacia el ecu-menismo, hacia la hermandad y el fortaleci-miento de una sociedad de creyentes, pero esun hecho que la religión vuelve a vivir unproceso de revitalización en medio de una ci-vilización descreída y escéptica. Por algo será.

María José García de Juan. Madrid.

Felicitaciones

Muy bien por Verde Islam. Bien porVerde y bien por Islam. Verde, como

muy bien decís, no en el sentido ecologistade moda sino en el de la esperanza, e Islamporque es sometimiento a la Voluntad deAllah Subhana Wa Taala. Ya está bien detirar piedras sobre nuestro tejado, ya estábien de gazmoñería y de estupidez. Islam esCiencia, es Filosofía, es Espíritu. Bien porlas precisiones hechas en torno a la Cienciay a la Naturaleza, bien por la falta de dog-matismo, que es uno de los males que co-rroen, no solo a la Ummah de Muhammad,sino a muchos de los mejores grupos huma-nos que tratan hoy de construir una alterna-tiva a ese modo de vivir que se impone por

todos sitios. Los creyentes hemos de servalientes. Sí, valientes en el sentido de notener miedo a decir lo que creemos y pensa-mos, de no sentir ningún complejo de infe-rioridad al defender nuestra creencia. Uncreyente sincero debe tener la cabeza alta—que no altanera— y mirar de frente cuan-do hay que hacerlo, y bajar la vista al suelocon humildad cuando la ocasión lo requie-ra, pero no miedo. El miedo y la vergüenzahan sido siempre patrimonio del ignorante,de quienes tienen algo que esconder o de losque no saben qué decir. Pero ese no es el casodel musulmán. El musulmán sabe, porqueAllah le ha dado la mejor de las herramientasdel Conocimiento, el Aql o Intelecto, y el Cri-terio más perfecto para navegar por el mun-do, el Libro, el Corán, además de la Sunnahde nuestro profeta Muhammad, que la pazy las bendiciones sean con él, como cua-derno de bitácora del mejor de todos losviajes humanos.

Frente a los que no quieren o no puedendarse cuanta de que Islam crece y se desa-rrolla en libertad, porque ésta es condición ycualidad otorgada al ser humano por suCreador, debemos seguir luchando fisabili-llah, sin importarnos la crítica o el desprecio.Allah es el Conocedor, el Sabio.

En el artículo titulado “El Corán: Libro delos Signos”, cualquier buscador sincero tieneocasión de comprobar hasta qué punto el islamno es incompatible con la libertad de pensa-miento y con el ejercicio intelectual racional.Que el Corán no sólo no es anticientífico omeramente metafísico en el mal sentido quese da a esta palabra en occidente, sino queestá plagado de indicaciones —ayats, sig-nos— de una profunda Ciencia del Ser y delUniverso, de sus leyes y cualidades.

¿De donde, si no, les vino a los grandespensadores islámicos de otros tiempos, lainspiración y el esclarecimiento? ¿Es que nofueron musulmanes los grandes matemáti-cos, astrónomos, médicos y farmacéuticosandalusíes? ¿Qué eran si no?

Así que, ánimo con la revista Verde Islam,que está cumpliendo, y no tengáis demasia-do en cuenta las voces de sirena que se oyena ambos lados de la barca.

Assalamu aleikun.AbdelMajid Reverte Casals. Barcelona.

Talibanes

Leo la prensa a menudo y cada día vie-nen noticias terribles acerca de los mu-

sulmanes y mi corazón se entristece; veo aArgelia sumida en una violenta guerra civily ahora , la talibanada, mercenarios paga-dos por EE. UU. para que liquiden los res-tos del poder soviético, infatuados para quese quemen rápidamente en su propio fuego,tan faltas de sentido común están sus pro-puestas. Y se habla sobre los islamistas aquíy allá, en Turquía, en Egipto, en Checheniay a este punto quería llegar, que una cosa esel islamismo y otra bien diferente el Islam.Si nos acercamos al Corán, consultamos sutexto y leemos notas y comentarios aclara-torios, de su mano podremos ver que nohay compulsión en el din, que el camino delmedio es el mejor, que Allah no ama a losinmoderados, que el Corán está hecho amedida del hombre, para los seres humanosy, por tanto, nada de lo humano puede serleajeno. Si nos aferramos al Islam, al Islamdel Corán y la sunna, estaremos precavidosante la tentación islamista, una política dis-torsionadora provocada por los excesos co-loniales, entre los que se incluye hoy la ti-ranía de la democracia, que no es mejor quecualquier otra tiranía.

Afganistán está muy lejos y nos sepa-raría de sus vicisitudes eso que llaman losperiodistas el kilómetro sentimental, si nofuera porque el fragor de sus batallas resue-na en las cuencas mediterráneas y despiertael temor del europeo bienpensante, que sien-te a sus espaldas la espada del Islam. A esteeuropeo, al español de aquí y ahora quierocontarle que hace muchos años que descubríla dulzura del Islam, que comprendí que susrecomendaciones facilitaban mi vida y la delos seres que me rodean:

“Y haced el bien a vuestros padres, alos parientes, a los huérfanos, a los po-bres, al vecino que es de vuestra gente yal vecino que es un extraño, al compañe-ro que tenéis al lado, al viajero y a aque-llos que vuestras diestras poseen”(4:36)“Haced el bien y evitar el mal”.

Hace años que hago cinco oraciones dia-rias y ayuno el mes de Ramadán y estasprácticas han suavizado mi carácter agrio yhan puesto una buena dosis de paz y bienes-tar en mi existencia. Y esta es la verdad delIslam, sencilla y asequible, que incita a ayu-dar al viajero, que protege al huérfano, que

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alienta al conocimiento de uno mismo y delmundo circundante como medio para cono-cer al Señor que los hizo, donde la mujer y elhombre caminan como compañeros, hom-bro con hombro, apoyándose mutuamenteporque los escollos de la vida están ahí paralos dos y es más fácil superarlos entre losdos. Y si la injusticia y el sufrimiento se en-señorean de un territorio, aplastan a unos yotros por igual, sobre todo si son pobres.

No es una cuestión de hombres frente amujeres, tampoco es cuestión de Islam fren-te a Occidente, es el mundo de los depreda-dores frente al resto de la humanidad. Pido aAllah que me proteja del mal y me manten-ga siempre a este lado, en el lado del Islam,de la humanidad y la compasión, ese espe-cial sentimiento por el que tomo concienciade que el otro es un ser humano como yo,que los dos estamos compuestos de la mismasustancia, que sufrimos y nos alegramos delmismo modo, que estamos conectados y yosoy tú y tú eres yo, sin que por ello se diluyami individualidad ni la tuya. Muhammad, elmensajero, la paz y las bendiciones seansobre él, lo expresó con claridad en el hadiz,relatado por Bujari y Muslim: “Nadie cree[realmente] mientras no quiera para su her-mano lo que quiere para sí mismo”.

Fátima Ribas. Barcelona

Vidas programadas

Tengo una vecina musulmana, madre decinco hijos y en espera de otro, que tra-

baja sin parar desde la mañana hasta bienentrada la noche, lava, cocina, cose y sonríecon gesto bondadoso, pero le duele laespalda, tiene agotamiento crónico y ciertairritación que procura disimular ante losdemás. Se me abren las carnes cuando veoque su marido entra y sale con compañerosque se invitan a comer un día sí y otro no.Y no paro de decirle que es una barbaridad.Pero acabo de enterarme de cómo está elasunto de la descendencia en el ViejoMundo y se me ha encogido el corazón alver como se extiende una sociedad de eter-nos niños, demasiado ocupados en sí mis-mos para responsabilizarse de otros seres,con sus vidas calculadas y programadashasta el último detalle. Las dos alternativasme asustan, aunque reconozco que muchomás la segunda que la primera, porque mivecina es alegre y su casa cálida y acoge-dora. Y me pregunto si tiene que ser a la

fuerza todo o nada, si no será posible algo amitad de camino entre el sacrificio excesivo yla ausencia de ternura y de aventura.

Carmen Flores. Málaga.

Preguntas a Riay Tatary

Me gustaría aprovechar la tribuna deopinión de esta revista para abordar

un tema que, parece ser, nadie quiere men-cionar. Hace pocos día tuve ocasión de asis-tir a una Shura de musulmanes en Córdoba.Habían asistido a una Asamblea Consultivade la FEERI. Me consta que, en dicha reu-nión, los representantes de distintas comu-nidades —los había de más de veinticin-co— hablaron sobre la unidad de los mu-sulmanes y se mencionaron repetidamenteunos problemas que, desde hace variosaños, entorpecen el desarrollo del Acuerdode Cooperación con el Estado. Me refiero alhecho de que existan dos Federaciones, queson las que integran la Comisión Islámicade España y que exista poca o ningunacomunicación entre ellas. Según fuentes dela Federación de Entidades Religiosas Islá-micas —FEERI— esta Federación ha invi-tado en numerosas ocasiones al señor RiayTatary, Presidente de la otra Federación, laUnión de Comunidades Islámicas deEspaña, UCIDE, a mantener encuentros yreuniones, tal y como exigen los estatutos yno responde nunca y, menos aún, asiste di-cho señor a ninguna de estas reuniones.

Me gustaría, desde este foro de los lecto-res, hacer una serie de preguntas al señorTatary: ¿Es cierto que, pese a numerosas invi-taciones por parte de la FEERI, desde laconstitución de la Comisión Islámica de Es-paña, en 1992, usted nunca ha accedido aque se reúna la Comisión Permanente, cuan-do es esta Comisión la que, según sus esta-tutos, tiene que resolver asuntos tan impor-tantes como son la aceptación de nuevascomunidades en la Comisión Islámica deEspaña, elaborar y aprobar los presupuestosy definir las actuaciones que debe seguir laComisión Islámica de España para el desa-rrollo del Acuerdo de Cooperación? ¿Escierto que usted, señor Tatary, ocupa desdehace más de quince años el cargo de asesordel Ministro y del Director General deAsuntos Religiosos del Ministerio de Justicia,en la Comisión de Libertad Religiosa, en cali-dad de representación de los musulmanes?¿Quien lo eligió para dicho cargo? ¿Es cier-

to que tiene usted, por ley, la obligación deelaborar cuantos informes le solicite el Mi-nistro acerca de los musulmanes en Españay de que debe usted guardar secreto sobreello? ¿Es compatible este cargo que ustedostenta con el de ser Presidente de una de lasdos Federaciones de Musulmanes que exis-ten en España? ¿Es cierto, señor Tatary, queen los membretes que usa en su correspon-dencia, como Presidente de UCIDE, figuraexpresamente el lema: Único interlocutor vá-lido de los musulmanes ante el Estado Es-pañol? ¿Es cierto que la FEERI presentóante el Ministerio de Educación un proyectode Convenio y de Currículo de EnseñanzaIslámica tres años antes de que la UCIDEpresentara el suyo? ¿Es cierto que, violandolos derechos que el Acuerdo de Cooperaciónconcede a las Comunidades para la designa-ción de profesores de Enseñanza Islámica,usted ha solicitado al Ministerio de Educaciónla presencia de Inspectores de dicho Ministerioen cursos que, bajo la apariencia de ser cursosde formación, pretendían intervenir en laselección de los candidatos?

Si, por un lado, usted no quiere reunirseformalmente ni en la Comisión Permanentede la Comisión Islámica de España, ni en lasAsambleas de musulmanes, donde podría dara conocer su versión y puntos de vista sobreel asunto de la unificación, ni contesta a lascartas, comunicados y noticias aparecidas enlos medios de comunicación ¿cómo podría-mos saber las respuestas a estas preguntas?

Permítame expresarle, señor Tatary, que,a menos que usted responda y justifiquerazonadamente a las preguntas que anterior-mente le he planteado, me permita dudar deque merezca ocupar el cargo que ostenta . Almenos yo, como musulmán converso, teníauna idea muy distinta de la forma en que unmusulmán debe dirigir los asuntos de la co-munidad, máxime si éste, como es su caso,lo es “de toda la vida”.

Ibrahim A. Castillo. Murcia

Ceguera intelectual

En el número 4 de la revista, aparece eltrabajo del Dr. Muhammad Asad, Acer-

ca de la Imitación, que contiene algunasideas que me gustaría comentar. En concre-to, cuando dice: ”La ignorancia de los mu-sulmanes acerca de las verdaderas ense-ñanzas del islam, debida en gran medida ala estrechez de miras de los ´ulama, dio

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paso a la idea de que los musulmanes noserían capaces de situarse en el nivel deprogreso del resto del mundo, si no adopta-ban las normas sociales y económicas deOccidente”. Esa misma estrechez de mirasde los ulama de principios de siglo —sabios,conocedores de la Ley y la Jurisprudencia—de que se queja Muhammad Asad, sigue exis-tiendoen los sabios de hoy, pero con un sen-tido diametralmente opuesto. Muchos de elloshacen valoraciones sobre el mundo actualsin tener en muchos casos ni idea de lo queestán tratando. El anacronismo de muchasde sus consideraciones sobre occidente, de-nota una profunda ignorancia intelectual.Efectivamente no son sabios, sino doctoresde una iglesia que no tuvo por qué formar-se, ya que el Islam es una religión sin sacer-dotes, sin doctrina más allá de lo que sonsus pilares fundamentales y su desarrollo enel Corán y en la Sunna.

Hace poco he leído en la prensa que losgobernantes de Arabia Saudí y de Irán, hanprohibido la instalación de antenas parabóli-cas y la conexión con la Red Internet porparte de los usuarios. Por otro lado, estamoshartos de escuchar que, en poco tiempo, lamayoría de las comunicaciones internacio-nales circularán por esas vías electrónicas dela información. Si estos países se quedan fuerade la red de comunicaciones. ¿Cómo podránrelacionarse con el resto del mundo? ¿Cómorealizarán las operaciones comerciales o losintercambios culturales?. Siempre me pare-ció un despropósito evaluar moralmente latecnología. Esta no es en sí ni buena ni mala.Es como un motor o un martillo, una máqui-na, una herramienta al servicio del hombre.También puede usarse un martillo para ma-chacar el cráneo de un ser inocente y, sin em-bargo no se considera que un martillo sea unaherramienta inmoral. El miedo que estosdirigentes expresan ante la irrupción de lasnuevas tecnologías, está, a mi juicio, basadoen el pánico que les produce la posibilidadde tener que competir en el mercado intelec-tual con otras áreas culturales más despiertasy preparadas. Me consta la pobreza intelec-tual que existe en un país como Arabia Saudí—no así en Irán, que es una nación de hom-bres y mujeres cultas— y no me extraña quelos saudíes tiemblen ante la posibilidad deque su producto no cale en la medida quedebería hacerlo un discurso y unas propues-tas islámicas acordes a los tiempos que vivi-mos. Un supuesto sabio no puede hablar de

Internet o de cualquier otra cosa, si no sabelo que es esa cosa. Y me parece que lo estánhaciendo así, de oídas, y sin haber tenido nisiquiera la curiosidad de saber de qué va eltema.

Joaquin Mestres. Alicante.

Lenguajes

Acabamos de recibir el número dePrimavera-Verano de vuestra excelen-

te revista Verde Islam y me dirijo a vosotrospara daros ánimos y felicitaros por el traba-jo realizado además de agradeceros el envío.Por nuestro trabajo nos son de especialinterés los artículos que tienen que ver conla Lengua Árabe, pero al mismo tiemposomos conscientes de que una Lengua no sepuede aprender descontextualizada de suentorno sociocultural, y el Islam es la saviaque alimenta esta Lengua. Ello nos lleva asugerir, por otro lado, la necesidad de ara-bización parcial de la revista, en concretoen el punto de la no-utilización de trans-cripciones que desnaturalizan la Lengua enque Allah hizo descender el Qur´an; si porlas razones que sean no consideráis oportu-no prescindir de las transcripciones, debe-ríais aseguraros al menos de que siempreaparezca a su lado la palabra o frase que secite en árabe, escrita en grafía árabe. Dadoque los medios tecnológicos actuales lo per-miten sin ninguna dificultad, creemos queello no supondría problemas de ningúntipo. Deseamos en cualquier caso ponernuestro Departamento a vuestra disposiciónen lo que pueda resultar de ayuda.

Aram Hamparzoumian. Málaga.

Manipulación genética ¿para qué?

Aprovecho esta oportunidad que brin-dáis a vuestros lectores para hacer una

pequeña reflexión sobre algún que otro te-ma que a mí me parece interesante.

En estos tiempos que corren se hablamucho de grandes avances conseguidos porla ciencia, tales como la manipulación gené-tica y hasta la posibilidad de conseguir en unlaboratorio la clonación de un ser humano.

Al oír todo esto el que más y el que menosse echa las manos a la cabeza pensando quees una aberración y preguntándose si preten-demos crear una humanidad a la carta, conunas determinadas características físicas,con una determinada forma de pensar, con

similares inquietudes, etc. Y yo me pregunto¿Es necesaria la manipulación genética paraconseguir un tipo determinado de individuo?

La respuesta es negativa y para sustentardicha negación sólo hay que mirar a nuestroalrededor. La sociedad en la que vivimosposee múltiples cauces para conseguir el es-tereotipo de hombre que necesita para supropia supervivencia.

Dicha sociedad es una fábrica de necesi-dades; desde que nacemos y hasta que mori-mos se encarga de crearnos todas las necesi-dades posibles habidas y por habe, ¿quiénfue antes, el hombre o la necesidad?.

Estamos llenos de necesidades materiales,banales y caducas. Como resultado se consigueun hombre de espíritu pobre, que tiene queemplear gran parte de su vida para cubrir lasdichosas necesidades, que además no puedencubrirse de cualquier forma, sino que ha dehacerse de forma superior a como lo haya hechoel vecino, amigo, compañero, hermano, etc.

Aún es posible que a nuestro estereotipoa moldear le quede un poco de tiempo librepara pensar --esto podría ser consideradopecado en nuestra sociedad-- pero para esose han inventado los espectáculos de masa,deportes, conciertos, etc.

Para aquellos que nunca podrán cubrir lasya mencionadas necesidades se fomenta unareligión puramente conformista y apacigua-dora de masas, una religión en la que abundala riqueza y da la espalda a su razón de ser --la pobreza material y la riqueza espiritual--una Iglesia que costea los grandes viajes Pa-pales con el dinero de los países pobres, queequivoca su discurso al prohibir el uso de anti-conceptivos a sus feligreses en países con unasuperpoblación insostenible y donde el conta-gio del Sida es un peligro cotidiano. Fomen-tan el que sus fieles caigan demasiado fre-cuentemente en el fetichismo y en la adora-ción del becerro de oro, en fin, una religiónacomodada y cómo no, infectada por el virusdel consumismo galopante.

Por ello os pido a todos aquellos margi-nados por la sociedad actual, a los que co-metéis el gran pecado de pensar, que seáiscríticos y fomentéis la crítica, trabajad elinterior para enriquecer vuestro exterior y elde los demás. “¡A quien siga el camino enbusca de conocimiento, Allah le facilitará elcamino hacia el Jardín!”.

H. Darsen. Madrid.

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Televisión en Afganistán

Una de las barbaridades de las que seacusa a los musulmanes en Afganistán

es la de intentar evitar que la gente vea latelevisión. Los informativos insisten en ofre-cernos la imagen terrible de los barbudosque atentan sin vergüenza alguna contrainocentes televisores, símbolo por antono-masia de la sociedad del bienestar. Inclusoaparece el comentarista de turno, periodistaaguerrido que ha estado en situaciones peli-grosísimas, experto como el que más en loque sucede en el mundo, que nos aclara lasideas diciendo que los musulmanes haceneso, quemar televisores, porque el Coránprohibe las imágenes. El experto se quedatan pancho y seguro de que el auditorio leagradecerá el haberle ofrecido un dato tansobrecogedor.

El axioma es muy simple: el Corán pro-hibe las imágenes, ergoprohibe la televisión,ergo prohibe la difusión de ideas. De nadaservirá que los musulmanes nos quejemos ypidamos que se nos muestre dónde prohibeel Corán las imágenes, qué relación tendríaesto con la televisión y con la difusión de lasideas. Desde luego que podemos imaginar eldesastre que se produciría en la tierra si seprohibiera la televisión: ¿qué pasaría con Pe-pe Navarro? ¿cómo podríamos sobrevivirsin alegrarnos y entristecernos, sin ver“Sorpresa, sorpresa”, “Lo que necesitas esamor”, “Quién sabe dónde” y otros progra-mas culturales que difunden lo más vanguar-dista en pensamiento contemporáneo? No esbroma ni lo digo con retintín: eso es pensa-miento contemporáneo, las luces de este si-glo dorado de sociedad del bienestar. Atentarcontra esos magníficos negocios: Tele 5,Antena 3, Canal Plus, etc, es sinónimo indis-cutible de atacar los grandes logros de losderechos humanos y la libertad de expresión.La televisión nos sensibiliza, nos cultiva, yhace de nosotros personas mejores, nosinforma, nos educa en la tolerancia y anchu-ra de miras, nos ofrece diversas perspectivas,es enormemente enriquecedora. Es, sinduda, la ventana hacia un mundo mejor. Losbarbudos afganos son unos monstruos salva-jes, montañeros analfabetos, indígenas soli-viantados, amotinados contra la mayor de lasverdades. No quieren ser espectadores de te-levisión, no quieren civilizarse viendo“¿Qué apostamos?”, “La Ruleta de laFortuna” o “No te rías que es peor”. ¿Qué

pretenden esos energúmenos? ¿Qué buscanesos bárbaros que no son sensibles ante loshorribles crímenes de Alcácer o el drama dela última mujer vejada por una sociedad ma-chista? Ciertamente, como dicen los exper-tos que comentan lo que está sucediendo enAfganistán, la mente humana es capaz de lasmayores atrocidades: en las calles de Kabulse desmontan antenas parabólicas y se des-trozan sin piedad alguna, sin la más mínimacaridad. En Kabul, se arranca a los pobrestelevidentes de sus sillones y se les cuelga eltelevisor al cuello....¡Dios! ¿Cómo la ONU per-mite semejantes atrocidades? ¿Dónde estáYeltsin? ¿Dónde está la OTAN?

El Islam es el enemigo público númerouno, encabeza la lista del ranking de los de-sastres. Los musulmanes quieren bajarse deltren de la historia, volver a los siglos oscurosen los que no había televisión: ¿qué ilumi-nará las salitas de sus casas? ¿en qué ocupa-rán su tiempo? Si no se ve la televisión ¿quése puede hacer por las noches? Si no se asis-te a una amena tertulia televisada ¿qué opi-nión podrán tener sobre los asuntos de la vi-da? Si no ocupan su tiempo viendo las pelí-culas de Chuck Norris acabarán entretenién-dose en cometer horribles crímenes comolos salvajes afganos, que no están al tanto delas últimas producciones de Stallone,Schwarzenegger o Van Damme. Quien nove la televisión no puede dedicar su tiempomás que a incubar odio y rencor. Eso es loque demuestra lo que está pasando enAfganistán.

Como los afganos no ven Tele 5 no apre-cian a las mujeres. Como no ven “La nocheprohibida” y “Esta noche cruzamos el Mi-ssissipi” ¿qué van a saber del amor y susposibilidades? La televisión nos educa, noshace más cultos, más civilizados, más huma-nos y respetuosos, tolerantes, abiertos....nosinforma. Bueno, en realidad no nos informa,nos alecciona. Nos enseña que debemoshacernos lo antes posible con una parabólicapara no cerrarnos y volver al pasado comolos afganos.

Parecía tan inofensiva e insignificante,ahí, en un rincón de la salita, entreteniendonuestro tiempo mientras esperamos la muer-te sentados en un sillón. La televisión quemata nuestro tiempo es nuestra ventana ha-cia el mundo, nuestra amiga, nuestra com-pañera, nuestra maestra, nuestra educado-ra.Y nosotros, ingratos, despotricamos con-tra Carrascal, profeta de la televisión divina.

Alhamdullillah, que nos ha hechomusulmanes, dándonos la posibilidad de noser estúpidos. Alhamdullillah, que nos hadado la posibilidad de ser sensatos. Un buenconsejo que debe darse es el de aprovecharel tiempo. El tiempo es algo que no se recu-pera. Es una espada de doble filo: o está a tufavor o está en tu contra. O haces del tiempoalgo que te acerque a Allah y al Yannah, obien el tiempo te arrastra al Nar. Un buenconsejo es el de adquirir ciencia y conoci-miento que nos acerquen a Allah. Todo loque nos acerque a Él, es algo que ponemospor delante y se convierte en embajadornuestro ante Allah. Dediquemos nuestrotiempo a Allah, que es nuestro destino. Ca-da hora perdida es un paso atrás, perdido eirrecuperable. El Salaf de esta Ummah, losprimeros musulmanes sabían aprovechar ca-da minuto y aún les sobraba el tiempo. Suactividad era la ‘Ibada, el Conocimiento y elYihad. No tenían tiempo para otra cosa.Aprendían, y ello les conducía a Allah, capa-ces y efectivos, luchaban sinceramente porhacer un mundo mejor. Ojalá Allah nos apar-te de las tonterías y nos muestre el caminoclaro, el Sirat al-Mustaquim en el que no hayestupideces ni inútiles pérdidas de tiempo yesfuerzo.

Hisham. Yama’a Islámica de Al Andalus. Sevilla

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NOTA DE LA REDACCIÓNDebido a un error en la edición delartículo aparecido en el número ante-rior de nuestra revista, titulado“Pedagogía de la Lengua y de laCultura”, firmado por Uthmán elAzami y Bárbara Herrero Muñoz-Cobo, no se incluyó en el mismo, latabla adjunta que le daría el sentidocompleto a sus análisis. Además depedir disculpas por este error, anuncia-mos su publicación íntegra en el próxi-mo número.

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Interés inquietante

Los musulmanes que vivimos en Euro-pa, asistimos a una escenificación llena

de contradicciones en lo que al conocimien-to y valoración del Islam se refiere. Al ladode actitudes políticas paradójicas como ladel apoyo al golpe militar en Argelia tras lavictoria electoral de los musulmanes o la ins-trumentalización de hechos aislados, expre-sión de otras tantas actitudes punibles —léanse casos Salman Rushdie, Naghib Mah-fouz— que producen en la concienciacomún la inevitable identificación del Islamcon el fanatismo; junto a esta actualización,digo, del viejo contencioso, aparecen —casi siempre en ámbitos más restringidos yespecializados, pocas veces en los grandesmedios de comunicación— las voces decientíficos e intelectuales que señalan algu-nas de las excelencias que el Islam posee. Endeterminados foros se reconoce que existenprincipios islámicos que podrían aportar so-luciones a muchos de los problemas pen-dientes que tiene hoy la humanidad, en aque-llos ámbitos donde el sistema laicoindus-trial hace aguas. Ya citábamos en un ante-rior análisis, concretamente en el númerode Verde Islam dedicado a la Ciencia, lareflexión que se hacía el vicepresidente delos estados Unidos, Al Gore, a propósito delIslam y la cuestión medioambiental. Hoyno podemos menos que sentir una justifica-da inquietud al comprobar cómo economis-tas neoliberales, neoclásicos según su pro-pia terminología, vuelven su mirada hacia

LA ECONOMÍA ISLÁMICA Y EL PROYECTO GLOBALNUEVOS ASPECTOS Y PROBLEMAS DE UNA PARADOJA SECULAR

Hashim Ibrahim Cabrera

El análisis se vuelve reiterativo cuando, al establecer los límites que hacen posible lacomparación, éstos se fijan en los mismos parámetros. Es posible que la reiteración

nos esté señalando aquellos rasgos que son significativos, que establecen diferencias yconcomitancias entre los elementos que entran en juego en el discurso. Ya sea en el

espacio de la economía, en el del medio ambiente o en el de los modelos sociales, lossignos que establecen las identidades reaparecen sin cesar en ámbitos distintos. Por

un lado, la laicidad de un sistema aparentemente dominador que marca las pautasde una cierta forma de desarrollo basada en presupuestos netamente materiales; por

otro, las consideraciones trascendentales de una forma de vivir que tiene en cuentafactores de índole moral contenidos en una Revelación. La Economía es vividaentonces de manera distinta según sea el modelo que la soporta y fundamenta.

Economía y modelo social son indisociables. Las pautas de intercambio de bienes, elconcepto de propiedad o las fórmulas de préstamo expresan una concepción del

mundo. El interés que los economistas occidentales muestran hoy por la EconomíaIslámica es síntoma de la necesidad que tiene el capitalismo de encontrar fórmulas

alternativas que le permitan hacer frente a los cambios sociales que se produceninevitablemente como consecuencia de la aplicación de sus propios principios, de un

desarrollo tecnológico de consecuencias imprevisibles y de los subsiguientesdesequilibrios entre zonas diversas del planeta que evolucionan a ritmos distintos.Surge la duda de si la globalización de la economía significará inevitablemente la

imposición de un modelo de mercado totalitario que hará imposibles otras fórmulaseconómicas tradicionales.

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otros modos de concebir la economía, justoen el momento en que la pugna entre losmodelos históricos de sociedad en el sigloXX, Capitalismo y Comunismo, se resuelvecon el aparente triunfo del primero.

Antecedentes

En un sentido general, podemos considerarla Economía como una ciencia que trata dedefinir y racionalizar el uso de los recursosdisponibles, las formas de producción de bie-nes y servicios y su relación con el trabajo queha de realizar el ser humano para procurarseesos mismos bienes y servicios que le sirvenpara satisfacer sus necesidades.

Existe acuerdo unánime en reconocer lanaturaleza unitaria de la vida islámica, es de-cir, la relación indisoluble entre todos susaspectos y facetas —moral, económica,científica, cultural— que componen una for-ma integral de existencia. Otras sociedadestradicionales han desarrollado también for-mas de vivir unitarias, teniendo una expe-riencia integrada de sus actividades.

Tanto las sociedades llamadas “primiti-vas” como aquellas otras que se consideranmás “evolucionadas”—industrializadas—han contado siempre con leyes y mecanis-mos tendentes a racionalizar la producciónde bienes y a redistribuir la riqueza entre losmiembros de la comunidad. En algunas so-ciedades, el jefe de la tribu es a la vez árbitro

de las operaciones económicas. En las mo-narquías medievales serían el rey y los no-bles los detentadores de la administración.Del mero intercambio de productos se pasa ala introducción de la moneda como valor de

cambio que facilita las transacciones. Se fi-jan patrones y se llega a determinados con-vencionalismos, fórmulas aceptadas por to-dos los implicados en el proceso.

Durante la Edad Media europea, las nue-vas realidades económicas de las sociedadesemergentes, la reintroducción de la monedaa consecuencia del desarrollo de la artesaníay de las nuevas formas de producción y,sobre todo, la vía de intercambio cultural yeconómico que supusieron las diferentes Cru-zadas, preocuparon especialmente a los teólo-gos cristianos, quienes en muchos casos cri-ticaron e incluso condenaron aquellas activi-dades que contradecían los principios mora-les derivados de la creencia religiosa. Llegana formular el principio de justicia conmutati-va, referido a la igualdad que debe reinarentre las partes al producirse un intercambio.Teólogos de la talla de Alberto Magno y To-más de Aquino, realizaron estudios tenden-tes a determinar cuáles deberían ser el justoprecio y el justo salario, ya que la tradicióncristiana había perdido, o tal vez nunca tuvo,los criterios prácticos necesarios para organi-zar la vida económica dentro del ámbito desu creencia, es decir, aquellos aspectos de laRevelación que afectan a ésta y a otras face-tas de la vida cotidiana. También condenarontaxativamente la usura, considerada como unmal social, fuente de todo tipo de injusticias.

Todo ello nos lleva a reflexionar sobre ladimensión moral de las actividades econó-micas y su relación estructural con la formade vida practicada por los individuos de unadeterminada comunidad.

Materia prima

Como en tantos otros ámbitos de la expe-riencia humana, la dimensión ética de lossaberes fue debilitándose con el comienzode la Edad Moderna, a causa de los profun-dos cambios en la concepción del mundoque implicaron el Renacimiento y la Refor-ma, preparando al hombre moderno para laexperiencia del individualismo filosófico yexistencial. La Civitas Dei del Medioevoestaba transformándose ya en la Civitas Ho-mini. En el centro de la antigua AlmendraMística, Leonardo Da Vinci dibujaba ahorala nueva cruz: un ser humano desnudo conlos brazos abiertos en dos posiciones, comoÍcaro antes de iniciar su vuelo hacia el sol yque acabó —como nos contaba la vieja

..la dimensión ética de lossaberes fue debilitándose con

el comienzo de la EdadModerna...

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mitología indoeuropea— en una desastrosacaída. Ser humano de cuatro brazos, comoesa Kali del Hinduismo que es a la vez diosadestructora y creadora, devoradora de laexistencia, representación de las energíasque cierran los ciclos de la Creación y de laHistoria. Se estaba preparando así la reposi-ción de un viejo drama, aquel que la Reve-

lación nos narra a través de la figura delángel rebelde —Iblis— y de su consecuen-te caída a los infiernos. Tras ella, Iblis,Shaytán o Demonio, se acerca al ser huma-no primordial, como dice el Qur’an:

“Pero entonces Satán les susurró aambos a fin de hacerles conscientes desu desnudez, de la cual no se habían a-percibido [hasta entonces]; y dijo:`Vuestro Sustentador sólo os ha prohibi-do este árbol no fuera a ser que os vol-vierais [como] ángeles, o fuerais a vivireternamente.”

Qur’an (7, 20)

La cita no tendría mayor importancia eneste contexto si no hubiese sido retomadacon tanta claridad por el pensamiento euro-peo moderno: el mito faústico de Goethe re-sume como ningún otro el drama del espíri-tu de la Modernidad, así como Milton recreóen toda su crudeza los antecedentes en ElParaíso Perdido.

En el tránsito hacia la Modernidad, laeconomía occidental sufrió un desarrolloinusitado a consecuencia de diversos facto-res, entre los que cabe señalar el legado cien-tífico y cultural que Europa recibió del Is-

lam. El saber del mundo grecorromano, uni-do a las técnicas y a las formas de produc-ción desarrolladas por los musulmanes fue-ron asimiladas por los pueblos de Europa enun proceso que tuvo lugar durante toda laEdad Media, sobre todo en las diferentesCruzadas, y en la gigantesca experiencia deintercambio económico y cultural que supu-so el Estado Andalusí, que acabó con la ren-dición de los últimos reyes nazaríes deGranada.

A esto habría que añadir los “descubri-mientos” geográficos que se produjeron casial mismo tiempo, y el desarrollo de la nave-gación, que abriría nuevas y rentables rutascomerciales. La sociedad rural y artesanalestaba dando paso a un mundo mercantil ymanufacturero. Todos esos factores fueroncorformando las sociedades nucleares de losmodernos estados europeos, con la explota-ción de nuevos recursos y con la afluenciadel oro y la plata provenientes de América.Según está demostrando recientemente lahistoriadora andaluza Isabel Alvarez de To-ledo, la afluencia del oro americano y su im-pacto en el proceso de transformación so-cioeconómica de Occidente es anterior a lafecha que se reconoce desde la historiografíaoficial. Según ella, habría que adelantar enmás de doscientos años esa fecha, pues nopodría explicarse el incremento de oro enEuropa, solamente con el “oro de la Guineade Africa”, como bien ha explicado en di-versos trabajos de investigación publicadosen Verde Islam. Una gran parte de ese orocirculaba libremente en forma de monedaacuñada por los distintos reinos musulmanesdel Magreb y la Península Ibérica durantelos siglos XII, XIII y XIV, en una extensazona de libremercado. Por ello habría querevisar y matizar las causas históricas y losorígenes de eso que hoy se denomina So-ciedad Mercantil, base del Liberalismo Eco-nómico o Economía Moderna.

La sociedad mercantil

El nuevo paradigma propició —en laEuropa emergente— la formulación de laprimera Teoría Económica, denominadaMercantilismo, según la cual, la riqueza deuna comunidad estaría basada en la canti-dad de oro y plata que tenía acumulada.

Comenzaba así una concepción en laque fácilmente podía confundirse la riqueza

...un ser humano desnudocon los brazos abiertos endos posiciones, como Icaroantes de iniciar su vuelohacia el sol, y que acabó—como nos contaba lavieja mitologíaindoeuropea— en unadesastrosa caída.

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con el símbolo que la representaba —el oro,la plata, o el actualmente casi anacrónicopapel moneda— creándose la ilusión de queera posible obtener una balanza de pagos eter-namente activa, un infinito proceso de creci-miento.

Ya en el siglo XVII asistimos al desarro-llo de políticas “proteccionistas” que trataronde favorecer los intereses de las economíasnacionales europeas mediante la aplicaciónde aranceles. La relación entre estos y la re-definición del concepto de frontera es bas-tante evidente, si tenemos en cuenta que, enestos momentos se están prefigurando losdistintos estados del continente.

Esta política trajo como consecuencia eldeclive de la agricultura en beneficio de laincipiente industria, e hizo necesaria la cre-ciente intervención de unas instituciones pú-blicas que, con ello, asumirían una de lasfunciones del Estado Moderno.

El alumbramiento ilustrado

Pero será la Época Ilustrada, a través de lostextos de los enciclopedistas, la que alum-brará los primeros intentos de considerar ala Economía como ciencia, otorgándole —como a las demás disciplinas— una auto-nomía que hasta ese momento no había te-nido por haber estado inmersa en tradicionesde pensamiento en las que la visión delmundo había sido, en mayor o menor gra-do, consecuencia de una anterior concep-ción unitaria.

La experiencia teocéntrica del universoestaba siendo sustituida por un antropocen-trismo que estaba situando al ser humano enel centro y origen de todas las cosas. Nohabía que buscar ya respuestas trascendentesa los distintos aspectos de la vida humana.Tan sólo hacía falta separar las partes, anali-zarlas desapasionadamente, libres ya de laslimitaciones de la Teología y de la Metafísica.

Esta fragmentación y secularización delos saberes que produjo el pensamiento ilus-trado han sido una constante de la culturaoccidental hasta nuestros días, hasta este mo-mento en el que la propia cultura ve cerrarseun ciclo de su historia y comienza a redefi-nirse como algo distinto de aquello que termi-na, mirando de nuevo hacia otro sitio.

Los ilustrados europeos trataron de fun-damentar sus teorías sobre un denominadoorden natural. En el caso de la Teoría Eco-

nómica, trataron de averiguar cuál era eseorden natural que regulaba las transaccionese intercambios, introduciéndose el conceptode Providencia. Pensaron que, puesto queninguna acción podía ser contraria a ese or-den natural, los individuos, al buscar la satis-facción de sus necesidades, están, indirecta-mente y sin pretenderlo, contribuyendo albien general. Así se enfatizaba una de laspremisas del ideario ilustrado, la de la liber-tad individual, en detrimento de la interven-ción del Estado, quedando ésta reducida aimpedir el desarrollo de algunas lacras eco-nómicas como el monopolio, que actuabanclaramente en contra de los intereses de lacomunidad.

Nacimiento de una Teoría

La Revolución Industrial en Inglaterra conel desarrollo de la máquina de vapor, la Re-volución Francesa con la concepción de lalibertad individual, y la filosofía de DavidHume, defensora del principio de coopera-ción entre los individuos y las naciones, fue-ron los ingredientes que hicieron posible ladenominada Teoría Económica Clásica,que comienza su andadura con la reflexiónde Adam Smith, quien fue el primero en de-sarrollar, sistematizar y difundir sus princi-

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La Revolución Industrialcon el desarrollo de lamáquina de vapor, la

Revolución Francesa conla concepción de la libertadindividual, y la filosofía deDavid Hume, fueron losingredientes que hicieron

posible la TeoríaEconómica Clásica,

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pios en la obra “Ensayo sobre la naturale-za y las causas de la riqueza de las nacio-nes”.

Adam Smith define el concepto econó-mico de producción mediante la división deltrabajo y la confluencia de todos los sectoresproductivos: agrícola, industrial, artesanal, co-mercial, etc. El problema de los precios loresuelve el propio sistema, puesto que laoferta está regulada por la demanda de losproductos, siendo la libre actividad la quegarantiza la diversidad y el bienestar general.Así pues, y según esta teoría, el Estado debeabstenerse de intervenir en el proceso, tantoa nivel interior como a nivel internacional,ya que supone un obstáculo para las liberta-des individuales, cuya suma produce y regu-la el sistema entero. Un orden oculto e invi-sible recorre todo el proceso económico.

Así planteado, este cuerpo teórico tienetodos los ingredientes para ser consideradocon toda propiedad como una religión misté-rica, antecedente histórico de ese Mono-teísmo del Mercado denunciado en nuestrotiempo por Roger Garaudy. Todo ello no hade sorprendernos si tenemos en cuenta que elsustrato filosófico del mundo grecorromanoinvocado por muchos espíritus ilustrados —así como el de los pueblos anglosajones ygermánicos— es de raíz indoeuropea, o seade concepción mágico-naturalista. El Na-turgeist o Espíritu de la Naturaleza, el OrdenNatural o el Élan Vital de Henry Bergson,son todos ellos conceptos nacidos de esamisma matriz cultural, la misma de la que,en nuestros días, ha brotado la llamada Cul-tura de la Imagen. Sus signos están por todaspartes y su gramática compone hoy el dis-curso publicitario de la oferta económica,sirviendo al objetivo básico de crear nuevasnecesidades a través de una iconografía mag-nificada y ampliamente revitalizada.

Pronto se pudo comprobar que la máqui-na económica no funcionaba tan bien por sísola.

El genocidio malthusiano

Por citar un ejemplo, el pastor protestanteThomas Robert Malthus, economista clási-co de la Escuela Inglesa —y casualmente,también funcionario de la Compañía de lasIndias Orientales— se dio cuenta de que elincremento incontrolado de la producción nogarantizaba por sí solo el bienestar. Planteó

la tesis y el problema de la superpoblación,que aún hoy tiene cogidos a los teóricos delsistema. Según Malthus, la demografía cre-ce en proporción geométrica, en tanto quela producción de bienes lo hace de maneraaritmética, lo cual desemboca en la escasez,por lo que la única manera de garantizar elfuncionamiento del sistema es mediante elcontrol de la demo-grafía, de la natalidad.

Dicho control lo ejer-cerían las guerras, el ham-bre y las epidemias ensentido activo, o la pla-nificación familiar se-gún opciones más con-temporáneas. Los geno-cidios de la población delos países objeto de lacolonización, caso de ladevastación de comuni-dades enteras en América,África o Asia, como laaplicación, en la actuali-dad, de programas masi-vos de esterilización —o de “genocidio pre-ventivo” usando el tér-mino acuñado por UNICEF— en el tercermundo, son la consecuencia del principio deMalthus, cuya persistencia doctrinal muestrala resistencia del modelo socioeconómico arevisar sus planteamientos, aunque éstos noden solución a los problemas que pretendíanresolver. Esto crea más que fundadas sospe-chas sobre las verdaderas intenciones. Elprincipio malthusiano no ha sido demostra-do más que en función de los intereses de losgrupos humanos dominantes y de los paísesmás favorecidos, que ven en el crecimientode la población global una amenaza para sunivel de vida, dado que hay más bocas quealimentar, y un riesgo estratégico añadido, enun sentido meramente cuantitativo.

Homo homini lupus

De la misma forma que, al analizar la con-cepción moderna de la ciencia en el núme-ro anterior de Verde Islam, hablábamos dela influencia de las teorías de Charles Dar-win en la moral científica del siglo XX,hemos de mencionar aquí que el transplan-te del darvinismo a la economía, y la asun-ción de la filosofía de Hobbes —homo ho-

la única manera degarantizar elfuncionamiento delsistema es mediante elcontrol de lademografía, de lanatalidad.

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mini lupus, el hombre es un lobo para elhombre— abonaron el campo ideológicopara poder sembrar sin problema las semi-llas de la libre competencia en un mercadodonde —como en la propia naturaleza—triunfarán los más fuertes, que en este casoson aquellos que tienen aseguradas las fuen-tes de las materias primas, las vías comer-ciales, la tecnología de almacenaje, y sobretodo la financiación, herramienta especu-lativa que facilita la imposición de los pre-cios a los más débiles.

La otra cara de la moneda

A poco de nacer el liberalismo, a principiosdel XIX, eclosionó un movimiento de signocontrario. Todo el pensamiento de Marx yEngels iba a orientarse en una direcciónmuy distinta. Estos filósofos, cuyas ideasnacieron —como el moderno proletaria-do— al calor de las rugientes máquinas devapor, pusieron el énfasis en los aspectossociales del sistema, en el control de los me-dios de producción y en el interés colectivo.El aumento de la producción de bienes erauna cosa y el beneficio consecuente eraotra. Para ellos estaba claro que quien tuvie-se en sus manos los medios y herramientasde producción tendría consecuentemente,además de la riqueza, el control político delos individuos. El libre mercado por sí solono garantizaba la distribución de la riquezasino que, por el contrario, aceleraba aún másel proceso de concentración del Capital,

cuya consecuencia inmediata era un aumen-to de la desigualdad entre las diversas cla-ses sociales. El Materialismo Histórico, através del Método Dialéctico, explicaba laformación y desarrollo de las clases socia-les y los mecanismos de perpetuación de unstatus quo que hacía imposible cumplir conlos objetivos de Igualdad y Solidaridad,también enunciados por cierto en el IdearioIlustrado. La abolición histórica de las cla-ses sociales debería llevarse a cabo median-te la conocida fórmula de la construccióndictatorial y temporal de un Estado Prole-tario. Así pues, para Karl Marx y FriedericEngels, el Estado no sólo debía interveniren el proceso económico, sino que deberíaser su único administrador y regulador. Se-gún este modelo no ha de existir la propie-dad privada, pues todo pertenece a la colec-tividad, al Estado, quien ha de tomar la ini-ciativa en el proceso. El Estado ha de deter-minar, cuándo, qué, cuánto y cómo ha deproducirse, quiénes producen y para quie-nes se produce. Desaparece así en este mo-delo la iniciativa privada. Por contra, el Es-tado tiene la obligación de atender a lasnecesidades de los individuos, construyen-do viviendas, produciendo los alimentos ycreando fábricas y escuelas para todos. Sesacrifica aquí el primer principio del Idearioal segundo, la Libertad quedaría supeditadaal principio de Igualdad.

Una estrategia concertada

La pugna entre las dos concepciones mo-dernas segregadas por la Ilustración no sólose ha librado en las arenas de la Teoría y dela Ideología. Ambos sistemas, Liberalismoy Comunismo, han dibujado el mapa políti-co y bélico en la cartografía de casi todo elsiglo XX. Cada uno usaba del contrario enel dialéctico y analítico proceso de construc-ción del rostro final de la identidad moderna.

Durante el inicio de la llamada GuerraFría, se establecen las estrategias económi-cas para cerrar con éxito la Edad Moderna.

Se crean el Fondo Monetario Interna-cional (FMI) y el Banco Mundial bajo elauspicio de las ya fuertes compañías multi-nacionales. Estos organismos tendrán comomisión regular el intercambio económico anivel global y elaborar los planes para laimposición universal de lo que Roger Ga-raudy llama acertadamente el Monoteísmo

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quien tuviese en sus manoslos medios y herramientas

de producción tendríaconsecuentemente, además

de la riqueza, el controlpolítico de los individuos.

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del Mercado.Sobre ello dice el filósofo francésque “Así se prolongó el viejo desorden colo-nial, con lo que Bush denominó NuevoOrden Internacional, con la diferencia de

que éste es un colonialismounificado bajo la direcciónamericana, donde los antiguoscolonizadores europeos sonhoy los vasallos: el Tratadode Maastrich, que ha creadouna Europa de losMercaderes a partir del clubde los antiguos colonialistas(Inglaterra, Francia, Bélgica,España, etc...) precisa queEuropa será el pilar europeode la Alianza Atlántica.”La moderna división delmundo en bloques —Este/-Oeste, Capitalismo/Comunis-mo— deviene en la posmo-dernidad hacia el estableci-miento de la frontera Nor-te/Sur, como ya hemos se-ñalado en numerosas ocasio-nes. La antigua fractura era,en apariencia, ideológica, lanueva es descarnadamenteeconomicista.

Y sin embargo, tanto su base doctrinalcomo su rostro propagandístico siguenteniendo todos los ingredientes propios delas religiones indoeuropeas, naturalistas ymistéricas. La fe que antes era depositada enel Progreso —darwinismo social— trata derecolocarse ahora en el Mercado Único co-mo valor absoluto —neodarwinismo econó-mico.

El proceso de colonización ya ha dadosus frutos. Casi todos los pueblos y culturashan perdido su identidad o están en trance deperderla al paso de las cosechadoras multi-nacionales. La diversidad social y cultural essegada por un sistema único de valores, porun sólo código económico que se expandepor todos los rincones del planeta.

Podría argumentarse que tal vez sea éstauna visión catastrofista, que el capitalismohistórico ha tenido y tiene otros rostros. Escierto que el capitalismo que se practica enEuropa ha sido históricamente diferente deldesarrollado en Estados Unidos o Japón, quedentro del propio sistema existen mecanis-mos de redistribución de la riqueza, etc. Eso,en honor a la verdad, es cierto en el caso dela superposición del modelo político social-

demócrata al modelo económico capitalista,en las sociedades donde se ha producido esaconjunción, que han sido todas ellas miem-bros destacados del club de los países privi-legiados. Pero no es menos cierto el hechode que, de la misma manera que se ha sol-ventado la oposición Capitalismo/Comunis-mo —en el terreno de los modelos de socie-dad— en aras de la Globalidad, ahora tratande reducirse los diferentes modelos históri-cos liberales a uno solo. Dándose la circuns-tancia de que la variante que ahora se propo-ne como paradigma único tiene todos losinconvenientes del capitalismo primitivo ysalvaje, y ninguno o muy pocos de esos ele-mentos correctores que podrían hacerlo máshumano, menos descaradamente injusto.

Nuevo orden, nueva iglesia

Cuando finalmente uno de los dos conten-dientes arroja la toalla entre los cascotes delMuro de Berlín, el llamado Mundo Librecanta victoria y abre botellas de champagnecreyendo ilusoriamente que se han resueltotodos los problemas. Pero la cuestión no estan simple.

Ahora, los economistas liberales, aque-llos que se autodefinen como neoclásicos, sedan cuenta de que los problemas siguen ahí,de que asistimos a un tiempo en el que laspremisas que hicieron posible la historiaoccidental durante casi tres siglos ya no sir-ven, que las ideas se transforman, que los sis-temas caen y que urge obtener respuestas amuchos de los interrogantes que se ciernenhoy sobre el ser humano, un ser desacraliza-do y desvalorizado que ha pagado un altoprecio para ser miembro de la nueva iglesia.

Parece ser que las nuevas tecnologías noson sólo herramientas de producción de ob-jetos y bienes sino que albergan en su vien-tre posibilidades de relación e intercambiode información según pautas que poco onada tienen ya que ver con los ideales de losfranceses del siglo XVIII, con el mundo dela letra impresa o con los cenáculos de unaintelectualidad que no se encarna ya en nin-guna figura.

En este estado de la cuestión donde sepreconiza la continuidad del Nuevo ViejoOrden, aparecen problemas realmente nue-vos y distintos para los que no se tienen tana mano las soluciones, a pesar de la gravedadde muchos de ellos. Ya hemos analizado en

el Tratado de Maastrich,que ha creado una Europade los Mercaderes a partir

del club de los antiguoscolonialistas

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las páginas de Verde Islam el problemamedioambiental, que tan ligado está a unaconcepción determinada del mundo y a susconsecuencias. Dicha visión, desacralizada yalienante, ha fundamentado asimismo laconcepción económica cuyas secuelas pade-cen hoy la mayoría de los habitantes del pla-neta. El uso abusivo de los recursos, el des-pilfarro y la usura han compuesto un paisajenegativo que amenaza con convertirse enuna irresoluble paradoja.

El final de una historia

En los últimos años han aparecido algunasteorías que tratan de definir la situación pre-sente. Una de ellas preconiza el llamadoFin de la Historia. Su defensor, el japonésFukuyama nos habla de que vivimos en laépoca final de las edades y las naciones,que han de disolverse necesariamente enuna comunidad global que ya ha resueltosus diferencias, y por lo tanto, también suhistoria. Instaurado por doquier el sistemaeconómico único, desaparecidas las comu-nidades históricas, desdibujado ya el senti-miento de pertenencia a éste o a aquel mo-vimiento o cultura, la Historia como tal, se-gún nos dice, deja de tener sentido. Todoello a consecuencia de la necesaria asun-ción de los valores socioeconómicos quehoy predominan en el mundo, y con la con-dición —predecible— de un incrementodel bienestar general de la Humanidad.Estos postulados, bien defendidos por losteóricos del neoliberalismo norteamerica-no, y magistralmente propagados por losmedios de comunicación de masas, exigenun último esfuerzo de fe en el progreso —esta vez bajo la forma variante de fe en elmercado— para culminar un proceso,cuyos beneficios para la comunidad globalestán aún por demostrarse y cuyas negati-vas secuelas se evidencian por todas partes.

Teoría de la Confrontación

Una idea de signo contrario, que se manejacon cierta insistencia es la llamada Teoríade la Confrontación o Choque de civiliza-ciones, surgida de las tesis de Huntington,según las cuales, no pueden solventarse lasdiferencias porque existen aún en nuestroplaneta formas de vida que son incompati-

bles. Estas diferencias, según el escritoringlés, no son sólo de tipo político, religio-so o ideológico sino que se adentran en lasprácticas existenciales de las distintas áreasculturales que aún sobreviven en el planeta.Con el desarrollo económico predecible acausa de una tecnología cada vez máspotente y eficaz, las diferentes creencias ysensibilidades acabarán entrando en con-flicto. Cita el ejemplo de la relación actualentre el mundo islámico y el occidental co-mo prueba candente de sus tesis, predicien-do una inevitablemente confrontación entreambos. Aflora así de nuevo el pesimismomalthusiano en el pensamiento posmoderno,y no lo hace en el sentido del final de la His-toria, sino en el de una continuidad atroz,actualizando viejos y gastados estereotipos,que sólo pueden revitalizarse si tenemos encuenta el proceso de sustracción de la infor-mación histórica y su reescritura interesadacasi desde la introducción del papel en Eu-ropa por los árabes.

A pesar de la rotundidad de ambas propues-tas, no dejan de ser planteamientos teóricos.Tal vez lo más interesante sea la constataciónde que, en el seno de la cultura euroamerica-na, existe la sensación de que lo que está

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El uso abusivo de losrecursos, el despilfarro y lausura han compuesto unpaisaje negativo queamenaza con convertirse enuna irresoluble paradoja.

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ocurriendo es de una naturaleza diferente.

Los signos de la posmodernidad

Como fatal repetición en la historia del pen-samiento europeo, los filósofos francesesque esbozaron el ideario posmoderno, atis-baron hace escasos años que la edad cultu-ral que ahora nos llega es ya otra. La frag-mentación de los saberes y la descomposi-ción de las vanguardias intelectuales handado paso a una sociedad desesctructurada,sin proyecto social definido más allá de losvalores vigentes de la apariencia y el con-sumo de bienes, ya sean éstos productosmateriales o culturales, tecnologías o sig-nos. El postilustrado Jean Baudrillard anali-za la transformación social de los valores yde los símbolos, que caen o desaparecen alser sustituidos los escenarios tradicionalespor otros nuevos y virtuales: la televisión, elordenador personal, la videoconferencia, lasautopistas de la información...hasta desem-bocar en la realidad virtual. Son los nuevosmedios que acaban destrozando las pautasde lenguaje —modos de comunicación—con las que hasta hoy se han estado cons-truyendo los proyectos sociales. Así puesestá llegando otra cultura o tal vez otra civi-lización.

Todas estas descripciones de la contem-poraneidad han sido hechas desde ámbitosdiversos, con la conciencia de que la EdadModerna, como cualquier otra edad, tuvo suprincipio y tiene ahora su fin.

New Age

Por su parte, el pensamiento científico con-temporáneo comienza a manejar conceptose ideas que enlazan directamente con visio-nes unitarias del mundo, contenidas en lasgrandes tradiciones espirituales. La Cien-cia, el Arte, la Economía, parecen estar in-vocando un principio general que las arti-cule dentro de un sistema coherente de pen-samiento, no fragmentado, no roto como eldiscurso que ahora las soporta. La visiónholográfica de Karl Pribram, la Teoría delos Campos Morfogenéticos de RupertSheldrake, la Geometría Fractal de Man-delbrot o el Modelo de Formas de Color deKarl Gertsner, por no hablar de la Física dePartículas o de la Mecánica Cuántica Uni-

ficada de David Bohm, nos están hablandode un mundo que tiene que ver muy pococon ese universo de ruedas y palancas quenos legó la iconografía ilustrada. Es más bienun mundo de vasta complejidad y bellezaque sólo puede resolverse en la mente hu-mana a través del hilo conductor de la Uni-cidad, de una experiencia humana integra-da e integradora. Las nuevas tecnologíasnos aportan el concepto de Realidad Virtual,que debería contraponerse a una pretendidaRealidad Real. Ello nos remite a una expe-riencia en la que la relatividad de los valo-res está siempre presente, en tanto que el hiloconductor de la experiencia, el criterio quehace posible cualquier lectura e interpreta-ción de los acontecimientos se nos escapa.

Esta unicidad ausente pero necesaria estásiendo instrumentalizada por los poderes tra-dicionales en los ámbitos político y social através de la venta de la idea de Globalidad,de Mercado Único, fomentando la concien-cia de la necesidad de unificar las diversasestructuras socioeconómicas que hoy convi-ven en el planeta, los distintos mercados, enun solo Supermercado Global. Allí habránde exponerse al consumidor los productosfabricados por unas cuantas macrofábricasrobotizadas.

Pero en este asunto de la Economía nocaben los eufemismos. Los pueblos nacen,crecen y mueren, se relacionan entre sí,intercambiando signos y productos al mismotiempo. Sin embargo, la esperanza puesta enla tecnología de punta no ha generado en lasociedad la euforia que produjeron la máqui-na de vapor o el aeroplano porque la socie-dad es ya otra —es menos sociedad y más

Son los nuevos medios queacaban destrozando laspautas de lenguaje con lasque hasta hoy se hanestado construyendo losproyectos sociales.

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individuo— y entre ambos sucesos los pue-blos han visto cómo ese Progreso que se lesanunció no sólo no resolvió sus problemassino que, en la mayoría de los casos, les em-pobreció al despojarlos de un entorno rico ynatural que hasta ese momento había cubier-to sus necesidades básicas. También ahoratienen cierta conciencia de que el proceso lessustrajo las culturas que constituían su formacoherente de vivir en el mundo.

La Revolución Informática, que ha sidodenominada Tercera Revolución Industrialen función del poder transformador que sele atribuye, no tiene la fuerza sugestiva nece-saria como para implicar a las comunidadesen un proyecto común de futuro, porque lossignos que expresaron la idea del progresoestán gastados, porque se ha abusado de esaimaginería hasta la extenuación.

Los pueblos colonizados y las distintasculturas que los han soportado hasta hoy, hanvisto cómo el Progreso ha esquilmado susfuentes de aprovisionamiento tradicionales,cómo el monocultivo ha devorado la diversi-dad de sus especies compañeras, sumiéndo-los en la pobreza y el hambre.

La dictadura del mercado

Del colonialismo militarizado hemos pasa-do a la dominación económica mediante laimposición de unas determinadas e incues-tionables leyes de intercambio de bienes.

Los llamados “ajustes estructurales” queimpone el Fondo Monetario Internacionalson las herramientas para completar el plande homogeneización socioeconómica. Re-cordemos el análisis que hacíamos en VerdeIslam a propósito de la Cumbre Euromedite-rránea de Barcelona, donde se exigía a lospaíses de la Orilla Sur la introducción de po-líticas de ajuste acordes a los planes de glo-balidad inspirados por el FMI, aunque di-chos planes supongan un mayor empobreci-miento, un aumento de la deuda exterior yuna mayor desestructuración social, con elriesgo añadido que ello supone.

Pero el Nuevo Viejo Orden no tienemiedo a las revueltas, no siente ningún pudoral realizar las que hoy se denominan “inter-venciones quirúrgicas”, como pueden ser a-bortar un proceso electoral en Argelia, bom-bardear a la bestia negra de Libia o masacrara la población de Bagdad en aras de venderun producto electoral en Estados Unidos ohacer una demostración en clave reality-showde las nuevas tecnologías militares, permitirel genocidio anunciado de la población bos-nia o intentar el de los chechenos en el Caúcaso.

Estrategias

Las recetas que suele dar el FMI a los paí-ses en vías de desarrollo para que puedanacceder al Club Global, implican la implan-tación del Neoliberalismo en su más crudaversión, sin los elementos correctores queexisten en algunos de los países más ricos.Así, se impone la libertad de precios, con loque las grandes compañías multinacionalestienen asegurada una clientela dócil.

Para incrementar —en teoría— la pro-ducción y el empleo habrán de congelarselos salarios, con lo que aumentará el benefi-cio de las empresas. Disminución de la fun-ción pública, con lo que las prestaciones so-ciales disminuyen de manera significativa: laEscuela Pública, la Sanidad, las pensiones,etc. Las empresas públicas habrán de priva-tizarse para garantizar así que el mercadoestará exclusivamente en manos de las com-pañías multinacionales. Sin embargo, en la

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Los pueblos colonizados y lasdistintas culturas han visto

cómo el Progreso haesquilmado sus fuentes de

aprovisionamientotradicionales sumiéndolos en

la pobreza y el hambre.

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receta no aparece nunca la recomendaciónde reducir los gastos de defensa, ya que estasnaciones son clientes de una poderosa indus-tria multinacional del armamento que lessuministra en la mayoría de los casos unatecnología ya obsoleta comparada con la queproducen para sí mismos. Recordemos lapantomima de la Guerra del Golfo con elconsecuente incremento de las compras dearmamento por parte de los países del GolfoPérsico, operación que ha convertido a algu-nos de los países “ricos” de la zona en deu-dores a largo plazo de la corporación finan-ciera internacional y, por lo tanto, en aliadossin demasiado margen de actuación.

En esa dinámica, las pequeñas indus-trias, la agricultura tradicional, el negociofamiliar y las diversas fórmulas de transac-ción económica son arrasadas al paso de laGran Máquina que produce bienes, dinero yobjetos que son muchas veces ajenos a lapropia cultura de estos pueblos. Las sucesi-vas devaluaciones de las monedas naciona-les favorecen las exportaciones en detrimen-to del consumo de productos propios, con loque las ya maltrechas infraestructuras pro-ductivas nacionales y regionales reciben asíel rejón de muerte.

Como dice Garaudy “La imposibilidadde una subsistencia autónoma en los pue-blos cuya economía ha sido desestructuradapor quinientos años de colonización y cin-cuenta años de FMI, ha conducido a unendeudamiento tal de estos países, que elpago de los intereses de la deuda es superiora la pretendida ayuda financiera de los paí-ses ricos. Aunque, en realidad, en ese Mo-noteísmo del Mercado, cuya expresión eco-nómica es el liberalismo totalitario, son lospobres quienes subvencionan a los ricos.Desde 1980 hasta 1990, el nivel de vida deIberoamérica ha bajado en un 15%, el deAfrica en un 3O%.”

Un modelo enfermo

Sin embargo, en un mundo ya sólo defini-do por la cifra y por un consumo despro-visto en gran medida de finalidad, el agota-miento del proyecto social y el empobreci-miento paralelo en el terreno de las ideas —la incapacidad de plantear utopías realiza-bles— hacen que la mirada se vuelva denuevo hacia otro sitio, descubriéndose en-tonces que existen otras formas de vivir, de

pensar y sentir. En el mundo están todavíalos restos de las comunidades históricas co-mo los restos de la fauna y la flora. Los su-pervivientes, en muchos casos residuales ytestimoniales, de la Edad Industrial, apare-cen en algún caso concreto como alternati-va o como amenaza. Otras formas de vida,de pensamiento, de relación, otras formasde entender el arte o la economía están ahícomo las piezas vivas del Museo Ilustradode la Historia, a la vez que se pretende ter-minar el proceso de análisis, la viviseccióncultural, el inventario global.

El Interes por el Islam

La necesidad de hallar soluciones a los nue-vos problemas está llevando a muchoscientíficos y pensadores a escudriñar en el

pasado premoderno, no fuera a ser que laModernidad hubiese echado tierra --comoha sido habitual en todos los períodos histó-ricos— sobre alguna fórmula antigua inte-resante que pudiera ser hoy retomada, recu-perada para el presente.

Pero no es ahora el momento de las rece-tas mágicas. Lo que se hace necesario es uncambio profundo en la manera de vivir, deconcebir la existencia.

las sociedades islámicasfavorecen el comercio y elintercambio, procurandoun intenso incremento dela riqueza dentro de unsistema que incluye la

justicia social.

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Sin embargo, se siguen buscando solu-ciones que puedan permitir al sistema adap-tarse y sobrevivir, como un reptil a cuya vidase quisiera añadir una última y lustrosa epi-dermis. Tal ha sido hasta ahora la estrategiadel capitalismo: la adecuación de sus estruc-turas a las nuevas realidades para perpetuarun estado determinado del poder.

Los problemas de la economía son deter-minantes a la hora de elaborar planes y pro-yectos. Podríamos decir que la política estácasi por completo mediatizada por las reali-dades económicas, de tal forma que cuandose proponen foros internacionales o áreas decooperación, se hace en función de la capa-cidad de implantación de las empresas mul-tinacionales que controlan la producción debienes y, a través de la creación de necesida-des, el mercado.

En ese marco de nuevos intereses po-dríamos situar las iniciativas que, cada vezcon mayor frecuencia, tratan de analizar elIslam desde diversos puntos de vista, conevidentes intenciones de asimilación —en elcaso de los seguidores de Fukuyama— o deexterminio —en el caso de los creyenteshuntingtonianos.

En relación a la sociedad islámica, lacrónica siempre nos habló de un período deesplendor científico, tecnológico y cultural,de crecimiento económico y justicia social.En las valoraciones que el pensamientooccidental ha hecho sobre el mundo islámicosiempre hubo un tinte paradójico: atraso/evo-lución, dogmatismo/tolerancia, ignorancia/-sabiduría, han sido calificativos usados in-distintamente, según el interés del momento,para definir al mundo musulmán. Sin embar-go, los logros en el terreno de las ciencias yde las técnicas, los avances en el terrenosocial que tuvieron lugar entre los musulma-nes son hechos innegables. También elhecho de que el Islam preconizara un mode-lo social y político multinacional lo hace in-teresante/peligroso en este momento.

Todos estos factores, además de la cir-cunstancia de que las sociedades islámicasfavorecieran el comercio y el intercambio,procurando un intenso incremento de lariqueza dentro de un sistema que incluye lajusticia social, hacen que los economistas deEuropa y Estados Unidos se interesen de for-ma creciente por este aspecto poco o malconocido del Islam. La Economía Islámicainteresa hoy, sobre todo si tenemos en cuen-ta que, incluso en el área de los países de ma-

yoría musulmana, son pocos los que actual-mente desarrollan una economía de este tipoen sentido estricto.

Habría que mencionar aquí que el cam-bio global no sólo está afectando al llamadomundo occidental, sino a todas las áreas cul-turales. El letargo político, social, económicoy cultural sufrido por los pueblos musulma-nes durante el siglo XX, está dando paso aun cierto y claro despertar, sobre todo en elterreno del pensamiento.

Hacia otro discurso económico

Muchas son las voces islámicas que hoy díase hacen oír en los foros de debate, en losmás diversos ámbitos.

En el de la economía, que es el que ahoranos ocupa, hemos de destacar los trabajos delos doctores M. Umar Chapra y KhurshidAhmad, de la Islamic Foundation, con sedeen Londres.

El Dr. Umar Chapra es uno de los másprestigiosos economistas internacionales,conocedor en profundidad de los problemasque aquejan hoy al neoliberalismo económi-co. En su obra “Islam and the EconomicChallenge”, tras hacer un análisis exhausti-vo de los modelos económicos occidentalesde los últimos trescientos años y señalar susaciertos y deficiencias, pone el dedo en lallaga de la situación presente.

El estado de dependencia económica ytecnológica de los países de mayoría musul-mana, las secuelas de pobreza y margina-ción, las lacras sociales que les introdujo el

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La Economía Islámicainteresa hoy, sobre todo si

tenemos en cuenta que,incluso en el área de los

países de mayoríamusulmana, son pocos los

que actualmente desarrollanuna economía de este tipo

en sentido estricto.

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colonialismo, todo ello les está llevando auna reflexión acerca de las formas de vivir yde entender la sociedad. La conciencia deque el Progreso anunciado por occidente —bajo las fórmulas aparentemente antagónicasdel Capitalismo y el Socialismo— les llevósobre todo degradación y pobreza, está pro-vocando un despertar del pensamiento islá-mico en lo referente a la economía, una sali-da del estupor producido tras una experien-cia paradójica de hondo calado. Chapra re-conoce que la paradoja se explica desde lapropia naturaleza del Capitalismo, el So-cialismo y el Estado del Bienestar, cuyasseculares estrategias fueron siempre depre-dadoras de fórmulas diferentes a ellas.

Otro concepto del bienestar

En el caso de los países de mayoríamusulmana, la reflexión que se está produ-ciendo, afecta sobre todo a los conceptos de“Falah” y de “Hayat”, es decir, de Bie-nestar y Calidad de Vida, sobre todo a causade la diferente apreciación que los musulma-nes tienen de estas realidades en relación a lacultura europea.

Islam siempre ha defendido que es posi-ble para el ser humano gozar de bienestar yde calidad de vida dentro de los límites de laSharíah —Ley Islámica—; nunca fue, enese sentido, un sistema de vida ascético ne-gador del disfrute de los bienes terrenalescomo en el caso de un judeocristianismo alque fue necesario transformar para poderintroducir en las naciones cristianas deEuropa las pautas de la Modernidad y losprincipios del Liberalismo.

Falah no es sólo bienestar físico sino queatiende tanto a las necesidades materiales

como a las espirituales del ser humano.Hayat tayyibah es calidad de vida, fruto

de la atención a las necesidades integrales dela persona. No posee la connotación de sig-nificado de “buena vida”, en el sentido, porejemplo, de darse la buena vidaque tiene enotras culturas que sobrevaloran la diversión,o usan de fórmulas de bienestar del tipo“dinero, mujeres y alcohol” o la más recien-te “droga, sexo y rock & roll”.

La diferencia esencial entre el modeloeconómico occidental y el islámico, reside enque, para el primero, la economía es una cien-cia humana independiente, con leyes propias,cuyo funcionamiento endogámico sólo exis-te en relación a sus propias estructuras. Se tra-ta de un sistema desacralizado que está me-ramente basado en el cálculo y en la aritmé-tica. Admite las transacciones inciertas y per-mite el préstamo de capital con interés. Estesistema, basado en el impreciso concepto deOrden Natural no ha podido, evidentemente,unificar las distintas dimensiones del serhumano ni, por tanto, satisfacer integralmen-te sus necesidades. La economía islámica,por el contrario, como las restantes activida-des sociales de los musulmanes, hunde susraíces en un superior Criterio, en un Corpusnormativo trascendente que es el Corán, Re-velación Divina que en este caso atiende tan-to a las necesidades espirituales del ser huma-no como a aquellas otras que afectan a suvida material. Esa ética o moral económicaque buscaron en vano los precursores cristia-nos del Capitalismo, aparece con toda nitidezen la Sharíah —Ley Islámica. La síntesis,que para occidente ha sido hasta hoy imposi-ble, entre las necesidades individuales y elbienestar de la comunidad se encuentra per-fectamente descrita en el Corán.

Moralidad económica

El reconocimiento que se hace en el Islamde la propiedad privada no es obstáculopara que existan asimismo mecanismos deredistribución de la riqueza, como el Zakat,que equilibra las desigualdades propias deun sistema económico de libertades. Porotro lado, existen normas morales que afec-tan a la vida económica y que tienen porfinalidad proteger a los individuos de tran-sacciones inciertas y operaciones que lesllevarían irremediablemente a la decaden-cia moral y a la pobreza.

La síntesis, que para occidente hasido hasta hoy imposible, entre las

necesidades individuales y elbienestar de la comunidad se

encuentra perfectamente descrita enel Corán.

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El reconocimiento de la propiedad priva-da es manifiesto en el Corán y el Hadiz.Bujari transmitió el siguiente:

“El Día de la Resurrección, siete vas-tas tierras rodearán el cuello de quien seapodere injustamente de un palmo de tie-rra que no le pertenezca.”

Y también transmitido por Bujari:“Aquel que muere en defensa de sus

propiedades, es considerado Shahid–mártir—“

Contrariamente a lo que piensan algunosque desconocen el Islam, éste concedió a lamujer los mismos derechos económicos queal hombre: derecho a la propiedad privada, alcomercio, a contraer todo tipo de acuerdos ya realizar transacciones, a vender y alquilar,a hacer donaciones, participar en sociedadesmercantiles, etc. Esta equiparación supusoun auténtico proceso de liberación de la mu-jer de aquellas trabas que le impedían el libredesarrollo de sus capacidades, como ocurríaen las sociedades árabes, persas y romanaspreislámicas.

La prohibición de la usura —riba— nohabría de resultarnos hoy tan sorprendente,sobre todo teniendo en cuenta que su legali-dad ha sido cuestionada por todas las grandestradiciones, incluido el propio cristianismo.Hasta no hace mucho tiempo, la propia IglesiaCatólica veía en esta fórmula de préstamo unalacra y un peligro para la comunidad.

En relación al trabajo, el Islam reconoceel derecho al trabajo como uno de los dere-chos básicos de la persona. Sobre la explota-ción y abuso de unos hombres por otros, diceel hadiz Qudsi, transmitido por Bujari:

“Seré enemigo de tres personas en elDía de la Resurrección: de un hombreque dio en Mi Nombre y traicionó, de unoque vendió a un hombre libre y cobró suprecio, y de uno que hizo trabajar a otro,y habiendo cumplido éste con su trabajo,no le pagó lo acordado.”

Y además, la economía islámica no esuna disciplina separada de las demás cien-cias o saberes, sino la aplicación en un ámbi-to específico de un único criterio rector quedimana de la fe compartida por los miem-bros de la comunidad. Este carácter quepodríamos denominar “religioso” no implicaen el caso del Islam ---como pudiera haberocurrido en el caso de otras tradiciones, co-mo la judeocristiana— una actitud anticien-tífica o supersticiosa. Nunca el Islam negó elejercicio racional a la hora de desarrollar las

actividades humanas. Por el contrario, desdeel propio Corán se alienta al ser humano abuscar el conocimiento y a hacer un uso ade-cuado del aql —inteligencia creadora.

Ninguna de las modalidades socioeco-nómicas que occidente ha injertado en elcuerpo de las sociedades islámicas, tras ladestrucción del califato, ha conseguido me-jorar el falah o el hayyat tayyibah de las co-munidades donde se efectuó tan anormaltransplante.

La necesaria islamización

Según Chapra, el cambio que se debieraproducir en los países de mayoría musul-mana implica una actualización de la visiónislámica del Bienestar y la Calidad de Vidapara todos, contando con la limitación ydisminución de recursos que padecen. Estono sólo exige una moral elevada sino ade-más el desarrollo de la hermandad y de lajusticia social, la cual no puede realizarse amenos que sus mermados recursos sean u-sados para erradicar la pobreza, cubrir ne-cesidades y minimizar las desigualdades derenta y riqueza. En lugar de ello, muchospaíses de mayoría musulmana están, comomuchos otros en vías de desarrollo, sumer-gidos en un laberinto de dificultades macro-económicas, sin conseguir asumir esta visión.

La paradoja, según la reflexión de UmarChapra, estriba en que el concepto occiden-tal de riqueza no satisface las necesidades delhombre. Los países ricos no son más felicesque los países pobres. “¿Por qué hay ciuda-danos de los países ricos —se pregunta—que son infelices después de cuatro décadasde paz y prosperidad, y por qué existen difi-cultades —no por falta de dinero, sino debi-das a la alienación— en medio de la abun-dancia?

¿Cuáles son las razones que llevan aesta experiencia paradójica? La primera deellas sería que la felicidad no está solo enfunción de la satisfacción de las necesidadesfísicas, corporales, como enfatizaron las ide-ologías subyacentes al Capitalismo y al So-cialismo. En segundo lugar, dada la dismi-nución de los recursos, no es posible obtenerun nivel de calidad material de vida paratodos los individuos.

La felicidad, según se desprende de lalectura del Corán es el resultado de la pazespiritual.”

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Cabría insertar aquí el comentario deRoger Garaudy a propósito de esta cuestióncuando, al referirse a la insatisfacción de losjóvenes occidentales y a la búsqueda de lafelicidad por medio de las drogas dice que“...en el Sur se muere por falta de medios, enel Norte, por falta de fines.”

Una experiencia vital con sentido

En ausencia de una dimensión moral, la po-sesión de bienes materiales empieza y aca-ba en sí misma, no produciendo en este ca-so ningún bienestar. La ostentación, el des-pilfarro y el mal uso de los recursos puedensituarse entre las causas que hacen imposi-ble una distribución más equitativa de lariqueza.

Los países de mayoría musulmana nece-sitan desarrollar su propia estrategia, deacuerdo a sus principios y valores, a su modointrínseco de vivir.

El problema que hoy tiene planteado elEstado del Bienestar es cómo resolver losdesequilibrios que él mismo ha producido.La revitalización de la primitiva idea capita-lista de que el mercado, por sí solo, regula elsistema económico, está generando un au-mento de las desigualdades y una mayordesprotección de los desfavorecidos, con locual se hace difícil el crecimiento a un nivelgeneral, el incremento del consumo y, portanto, de la producción en los países pobres,que son los mercados más amplios en lo queal número de consumidores potenciales serefiere.

Frente a esto, la islamización de los paí-ses de mayoría musulmana implica un seriocompromiso de desarrollar una estrategia is-lámica que tenga en cuenta las dimensionesmaterial y espiritual que debe tener todoEstado del Bienestar, para que éste alcance atodos los individuos, estableciendo una si-tuación socioeconómica justa, con la refe-rencia central del Mensaje Islámico. En loque se refiere al bienestar espiritual, éste sólopuede obtenerse con el acercamiento del serhumano hacia su Creador, lo cual es posibledentro de Islam, pero no dentro de un siste-ma laico y secular. En el aspecto material, laislamización supone hacer un uso y distribu-ción adecuados de todos los recursos dispo-nibles, los cuales en sentido estricto pertene-cen a Allah, de los que somos usufructuarios.Así sí es posible componer un Estado de

Bienestar para todos en el sentido a que an-tes hicimos referencia. La islamización, portanto, no implica una ausencia de liberaliza-ción, sino que ésta se halla regulada pordeterminados mecanismos de control. Tantoel ámbito privado como el público debensometer sus decisiones y estrategias al filtrode los valores morales contenidos en laShariah antes de acceder a su inserción den-tro del mercado.

Hacia una economía de la calidad

La islamización supone, además de recono-cer el derecho a la propiedad y a la iniciati-va privadas, el desarrollo de valores de cali-dad como las motivaciones por un trabajobien hecho o las oportunidades de inversiónen actividades cuyos efectos sean benefi-ciosos para la colectividad. Así pues, aun-que en principio no existan contradiccionescon un cierto liberalismo, parece claro queuna economía islámica jamás podría estarbasada en un consumo ciego de productoso en la estrategia tan conocida de la creaciónde necesidades, sobre todo de aquellas queson claramente supérfluas. Si el Islam no re-sulta en sentido estrictouna barrera para el de-sarrollo de un proyectotransnacional, sí que esun muro infranqueablepara un sistema despro-visto de ética, que notenga en cuenta las ne-cesidades reales del serhumano.

Para reducir la e-norme deuda que tie-nen contraida los paísesislámicos, es necesarioeliminar las estructuraseconómicas obsoletasy aquellas cuyos objeti-vos no están de acuer-do con el modelo islá-mico, por las lacrassociales que generan, por la improductividadu otras razones. Quiere esto decir que existendeterminadas actividades que no podrándesarrollarse en el seno de una sociedad islá-mica, determinadas restricciones que haríanimposible, por ejemplo, el fomento y desa-rrollo de casas de juego, de empresas demáquinas tragaperras, la prostitución en

La ostentación, eldespilfarro y el mal usode los recursos puedensituarse entre las causasque hacen imposible unadistribución másequitativa de la riqueza.

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cualquiera de sus formas, etc. Mucho habríaque decir aquí sobre los medios de comuni-cación y su función dentro de una sociedadislámica, en relación, por ejemplo a losmodelos y formas de la publicidad, que estántan íntimamente relacionados con el sistemade mercado y con el desarrollo del consumo.

Será necesario hacer un profundo análi-sis para determinar qué formas de la activi-dad publicitaria serán las adecuadas. En mu-chos países europeos se ha asumido ya lanecesidad de limitar la publicidad de deter-minados productos, por sus efectos sobre lasociedad. En algunos casos existen ya legis-laciones al respecto del qué, cómo, cuándo ycuánto publicitarios.

Fáciles soluciones difíciles de aplicar

En contraste con esta fórmula en aparienciasencilla, los economistas neoclásicos occi-dentales siguen entonando la vieja cantine-la macroeconómica, asegurando a los nue-vos creyentes que la creciente liberaliza-ción traerá por fin la equidad y el desarrollopara todos. No cabe duda de que son nece-sarios ciertos ajustes para que el sistemaglobal funcione y se corrijan ciertos dese-quilibrios, pero ¿es eso suficiente para pro-mover la justicia social y económica? Des-de su perspectiva, la eficiencia y la dinámi-ca del sistema siempre tuvieron prioridadsobre la justicia social y la equidad.

Chapra termina su reflexión diciendoque, sin un proceso de islamización de laeconomía, los países de mayoría musulmanano serán capaces de hacer frente a los pro-blemas de la deuda y a las necesidades dedesarrollo y equilibrio social. Tristemente,en muchos de estos países, los dirigentes hanusado del Islam sólo como una marca o unslogan, y no se han propuesto realizar lapositiva contribución que el Islam podríaaportar a sus sociedades. La islamizaciónimplica, es cierto, un mayor esfuerzo quecontinuar dentro de la perspectiva secular.Requiere una dura y continuada labor. Lospueblos tienen ya conciencia de la necesidadde islamización de sus sociedades, pero elprincipal obstáculo está en que sus gober-nantes prefieren a toda costa mantener la di-námica actual que en muchos casos les favo-rece personalmente. Ésta es una de las razo-nes de fondo en la estrategia que existe paraimpedir un desarrollo de la Democracia en

los países de mayoría musulmana. En mu-chos de estos países, existe una clara ma-yoría de ciudadanos que optaría, ahora mis-mo, democráticamente, por la islamización.Sin embargo no deberíamos caer en la ideade que ésta es un antídoto para todos los pro-blemas que padecen estos pueblos. Algunosde estos problemas vienen arrastrándose trassiglos de degeneración social, política y mo-ral. Debe asumirse la islamización como unproceso lento y gradual, no como resultadode su imposición por la fuerza. La sabiduríay el conocimiento deben ser los pilares de laislamización, como exige el Corán:

“Llama al camino de tu Señor consabiduría y buena exhortación. Discutecon ellos de la manera más conveniente.Tu Señor conoce mejor que nadie a quiense extravía de Su camino y conoce mejorque nadie a quien está bien dirigido.”

(Corán, 16-125).

Y el Profeta, que la Paz y las Ben-diciones sean con él, recomendó una gradualtransición a través de su propio ejemplo.

Desgraciadamente, el estado de deca-dencia y pobreza, la dimensión de la deudade muchos de estos países no permiten de-masiado margen de actuación en términos detiempo. Sus problemas no pueden ser resuel-tos a corto plazo y el esfuerzo que se necesi-taría realizar parece a veces excesivo. El én-fasis en las reformas de ciertas estructurassocioeconómicas y el desarrollo de políticaseducativas pueden ser el comienzo del cam-bio social. Debería tener en cuenta lo quedice el Corán:

“Ten, pues, paciencia! Lo que Allahpromete es verdad. ¡Que no te encuen-tren ligero quienes no están convenci-dos!”

(Corán, 20-89)

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“No tomarás interés ni usura, antesbien teme a tu Dios y deja vivir a tu her-mano junto a ti. No le darás a interés tudinero ni le darás tus víveres a usura.”

(Levítico 25:36)

“No prestarás a interés... ya se tratede réditos de dinero, o de víveres, o decualquier cosa que produzca interés.”

(Deuteronomio 23 20)

“...[quien] no presta con usura nicobra intereses..., un hombre así esjusto.”

(Ezequiel 18 8-9)

Estas tres citas del Antiguo Testamento,representativas de bastantes más, mues-

tran que la prohibición de la usura se remontaa las raíces legales y éticas de la civilizacióneuropea. La prohibición fue confirmada y aúnreforzada por los primeros cristianos. “San”Agustín, por ejemplo, que define como usuratoda transacción en la que una persona espe-ra recibir más de lo que ha dado, considerabala usura tan prohibida, que cualquier benefi-cio obtenido de ella ni siquiera podía darsecomo limosna. “Santo” Tomás de Aquinoseguía manteniendo esta posición, con clari-dad y vigor, en el siglo XIV.

El mundo clásico

En la tradición clásica, encontramos queAristóteles rechaza la usura categóricamen-te. Decía que de todas las formas de comer-

HISTORIA DE LA USURA

AbdelHaqq Bewley

El hecho de que en la moderna sociedad occidental se considere elpréstamo con interés una fórmula imprescindible e inevitable de la

dinámica económica, no quiere decir, ni mucho menos, que no existanotras fórmulas de préstamo alternativas. Los males sociales queconlleva la usura han sido reconocidos por las más importantes

tradiciones de la humanidad, estando proscrita su práctica en lamayoría de las sociedades tradicionales. Los pueblos de la Tradición

Profética, las “Gentes del Libro” la han condenado durantemilenios. El Corán la prohibe taxativamente, considerándola comouna enfermedad social, fuente de numerosos males, tanto espiritualescomo materiales. El presente trabajo de AbdelHaqq Bewly recorredistintas etapas de la historia de la usura, tanto en el mundo clásicocomo en la tradición de los pueblos semitas, desentrañando el proceso

por el cual se produjo la secularización de la economía occidental,condición sine qua non del capitalismo moderno.

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cio, la usura es la más depravada y la másodiosa. La usura no sólo se propone un ob-jetivo antinatural, sino que hace un usoerróneo del dinero en sí, pues el dinero fuecreado para el intercambio, no para ser in-crementado con la usura. La usura es la re-producción antinatural de dinero con dinero.Cuando a esto añadimos la condena de Pla-tón, que afirmaba que la usura enfrenta ine-vitablemente a una clase contra otra y es,por lo tanto, destructiva para el estado, y lade los filósofos romanos Cicerón, Catón ySéneca, vemos que tanto la tradición judéo-cristiana como la greco-romana, que juntasconstituyen la principal fuente de la civili-zación europea, eran unánimes a este res-pecto. La tradición religiosa y la secularhablaban aquí con una sola voz.

Puede verse así que la práctica de lausura ha estado sometida a prohibición des-de los tiempos antiguos. Achacar esto al pri-mitivismo, la ingenuidad y la falta de com-prensión de la realidad económica —algoque muchos detractores han hecho y siguenhaciendo— es tan sólo arrogancia, y un mo-do de eludir las cuestiones intelectuales quesubyacen en este problema. La base de laprohibición era ética y teológica y por consi-guiente tenía en cuenta cuestiones más pro-fundas que la conveniencia económica y el

comercio internacional: a saber, la compren-sión —intrínseca en la prohibición de lausura— de que la esencia de la transacciónusuraria —que garantiza a alguien la obten-ción de algo por nada— constituye una vio-lación de la ley natural y está, por lo tanto,abocada a producir desequilibrio y desinte-gración. Así pues, cualquier inconvenienciaque se produjera a nivel de las transaccionescomerciales era sacrificada en aras del bienpúblico general, que era considerado siem-pre como de mayor importancia.

El mundo judío

Esto no quiere decir que no existieran tran-sacciones usurarias. Ciertamente, existían.En una época temprana, los antiguos judíosdeclararon poseer una licencia escripturalque les permitía practicar la usura, pero sonlas condiciones, bajo las cuales —decíanellos— les estaba permitido practicarla, lasque nos proporcionan una clave profundaacerca de la naturaleza real de la transac-ción usuraria. En Deuteronomio, capítulo23, versículo 21, se afirma: “Al extranjeropodrás prestarle a interés, pero a tu herma-no no le prestarás a interés.” La palabra“extranjero” en este texto es interpretada

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La batalla de lascajas fuertes y los

monederos.Breughel el Viejo.

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por lo general como “enemigo” y, armadoscon este texto, los judíos emplearon la usu-ra como un arma, hallando en ella un mediode obtener poder sobre sus enemigos: me-diante la usura, la necesidad de otra gentepodía transformarse en sometimiento.

Las actividades prestamistas de losjudíos se realizaron desde los guetos de lasgrandes ciudades de la cristiandad durantetoda la Edad Media. Se les permitió estapráctica bajo un severo control, y eran tole-rados por las autoridades siempre y cuandose considerara que prestaban un servicio útil.Sin embargo, aún dentro de una situación tanopresiva era posible para el prestamista acu-mular enormes ganancias mediante la prácti-ca de la usura. En un período de la historia deInglaterra, durante el siglo XIII, casi la mitadde los impuestos del país eran recolectadosde la comunidad judía, que en sí representa-ba menos del 5% de la población. Sin em-bargo, no les fue posible convertir su riquezaen poder, al verse frecuentemente sometidosa terribles purgas populares, que llevaron asu expulsión de ese país en el siglo XIV, y alque no regresarían sino pasados 350 años.

Los préstamos de dinero continuaron enpequeña escala durante la Edad Media. Al-gunos mercaderes locales carentes de escrú-pulos se aprovechaban de las gentes humil-des que estaban en dificultades por una malacosecha o por una mala administración, odesgracias similares y que se veían obliga-dos a buscar un préstamo para satisfacer susnecesidades cotidianas. En estos casos, seintentaba ocultar la naturaleza usuraria delpréstamo y si se descubría, el usurero era ob-jeto de severos castigos y en adelante eramarginado por la sociedad.

Cuestiones de Estado

Otra esfera en la que se daba la usura era enel extremo opuesto de la escala social. Losreyes y los príncipes se veían a veces obli-gados a pedir préstamos enormes a interés,en la mayoría de los casos para financiarsus campañas militares. Normalmente, es-tos préstamos que se obtenían de fuentesextranjeras, a menudo italianas, se pagabande los impuestos y eludían, por su tamaño,la prohibición general.

Sin embargo, a efectos prácticos, la usuraestaba excluida por completo de todas lastransacciones normales, tanto las comerciales

como las sociales. Era, como la prostitución,un hecho innegable, pero era condenada ydespreciada universalmente, como lo eranquienes la practicaban. En semejante climaera imposible que enraizara y floreciera.

La Reforma

Mientras la situación en Europa siguiera sincambios, esta actitud era la tónica domi-nante. Sin embargo, con el Renacimientoitaliano las cosas empezaron a cambiar gra-dualmente, socavando el orden tradicional,hasta que alcanzaron su punto crítico el 31de Octubre de 1717, cuando Martín Luteroclavó sus 95 tesis en la puerta de la iglesiaen Wittenberg y se inició la Reforma. Lasrepercusiones de este desafío a la autoridadde Roma, excedieron con mucho su inten-ción aparente de reformar una institucióncorrompida. Con esta acción suya, Luteroconsiguió más de lo que ningun ejército in-vasor había logrado: destruyó la unidad dela cristiandad occidental. Su intención ha-bía sido eliminar las barreras que se inter-ponían entre el individuo y Dios; pero elresultado fue que se abrieron las puertas auna ilimitada libertad individual de acción.Al romper con Roma, dejó a la gente a laderiva, libres del ancla de aquella morali-dad tradicional que había sido mantenidapor la Ley Canónica de la Iglesia, y de lacual formaba parte, por supuesto, la prohi-bición total de la usura. La Iglesia Católica,

alcanzaron su puntocrítico el 31 de Octubre

de 1717, cuandoMartín Lutero clavó

sus 95 tesis en lapuerta de la iglesia enWittenberg y se inició

la Reforma.

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a pesar de todas sus desviaciones y de sucorrupción, representaba sin embargo unatradición continuada que se remontaba a lasenseñanzas de Jesús y, antes de él, a Moi-sés. Al quebrarse su autoridad con la Re-forma, era inevitable que, en el clima más li-bre del Protestantismo, las antiguas restric-ciones a la usura fueran abandonadas.

Curiosamente, esto habría de producirse,aunque parezca difícil de creer, de la manode Calvino, el estricto moralista puritano. Mien-tras que anteriormente todo el asunto de lausura estaba sujeto a un cuerpo de doctrinaconsagrado por la tradición, él trató la éticade los préstamos como otro caso más, entrelos diversos problemas a que se enfrentaba lasociedad humana que debían ser resueltos deacuerdo con las circunstancias. En otras pa-labras, se tomó la ley en sus manos. Dese-chó, con absoluta arrogancia, aquellos pasa-jes del Antiguo Testamento que tratan de lausura y también los precedentes judicialesdel pasado, por considerarlos inaplicables alas circunstancias de su época, y al dar suaprobación al argumento de que cobrar in-terés sobre el capital es tan razonable comocobrar renta por la tierra, abrió las compuer-tas a una inundación que desde entonces haarrasado la tierra. Se encargó personalmentede la legalización de los préstamos de dinerocon interés, dando así confirmación legal auna práctica que había sido considerada ile-gal desde los tiempos más remotos. El hechode que permitiera sólo intereses moderados yde que matizara esta licencia suya con con-diciones estrictas, no vino a alterar nada. Elcomerciante tenía ahora un precedente basa-do en la opinión de alguien que hablaba con

autoridad religiosa. Para Calvino, la leymoral había cambiado y por lo tanto ya noera inmoral cobrar intereses. Desde esemomento, la polémica en el seno de lacomunidad mercantil no era ya si deberíapermitirse el interés, sino cual era la tasaadmisible.

El caso de Inglaterra

Pasamos ahora de la atmósfera puritana deGinebra en tiempos de Calvino a los mássaludables acontecimientos que se estabanproduciendo en la corte de Enrique VIII enLondres. Enrique, sumamente apegado a unade las doncellas de su esposa, una tal AnaBolena, había decidido casarse con ella. ElPapa se negó a anular su primer matrimonio,por temor a contrariar al poderoso empera-dor Carlos I de España, cuya hija menor,Catalina, era la esposa de Enrique, y segúnla Ley Canónica no existía ninguna otrafórmula para disolver el matrimonio. Asíque Enrique, que en su juventud idealista sehabía ganado la aprobación papal y el títu-lo de “Defensor de la Fe” por su condena deMartin Lutero, se dispuso a seguir el ejem-plo de éste rompiendo con Roma y erigién-dose él mismo en cabeza de la Iglesia deInglaterra.

Al no ser, en absoluto, tan escrupulosocomo aquellos cuyos pasos seguía, no vacilóen aprovecharse al máximo de la nueva si-tuación. La licencia que siguió otorgándoseen asuntos de matrimonio es notoria. Lo quees menos conocido, si bien infinitamentemás importante en términos históricos, esque una de sus primeras acciones, siguiendoel precedente de Calvino, fue conseguir delos comerciantes de la City un préstamo aldiez por ciento anual —índice que fue fijadocomo el límite del interés moderado—poniendo así el sello de la aprobación real yreligiosa a la usura en Inglaterra.

No obstante, no debe pensarse que laantigua prohibición fue abandonada sin quese alzaran voces de protesta. Durante más deun siglo se sostuvo un enfurecido debatesobre esta cuestión. Se publicaron numero-sos tratados y panfletos y se pronunciaroninfinidad de sermones y de discursos. Uneclesiástico, en tono irónico, dijo sobre eltema:“Éste ha sido el criterio unánime de laIglesia durante más de mil quinientos años,sin oposición, en este punto. ¡Pobre tonta

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Iglesia de Cristo que nunca pudo encontrarun usurero legal antes de esta edad doradaen la que vivimos!” El francés Bodin, cuyaautoridad en materia económica era incues-tionable y que carecía de intereses eclesiásti-cos que defender, reafirmó sin rodeos laposición tradicional al decir, refiriendose aCalvino: “Quienes mantienen, al amparo dela religión, que la usura moderada de uncuatro o un cinco por ciento es justa porqueel que recibe el préstamo gana tanto como elprestamista, van en contra de la Ley de Dios,que prohibe por completo la usura y nopuede ser revocada.” Pero nada de esto pu-do alterar realmente el curso que los aconte-cimientos estaban tomando inexorablemente.

La situación era en cierto sentido com-parable al debate nuclear en nuestros tiem-pos. Ninguno de los apasionados puntos devista debatidos públicamente a favor o encontra del desarme nuclear tiene el menorefecto real sobre la fabricación y el desplie-gue de las armas nucleares, por la sencillarazón de que las decisiones que afectan aeste tipo de cosas se toman en una esferatotalmente distinta y en ella la opinión públi-ca no cuenta para nada, en uno u otro senti-do. Así ocurrió también con la introducciónde la usura. La fuente del poder políticohabía cambiado y los guardianes de la mora-

lidad no tenían ya acceso real a ella.Con el tiempo, por supuesto, los propios

eclesiásticos capitularon y llegaron a un a-cuerdo para no aparecer ridículos —laIglesia de Inglaterra ha sido siempre propen-sa a la filosofía de “si no puedes vencerles,únete a ellos”. Oficialmente, redefinieron lausura para ajustarla a la práctica comercialen uso, de forma que ahora era usura sóloimponer tasas de interés excesivas, pero quéconstituía una tasa de interés excesiva,quedó sin definir claramente: de esta forma,a efectos prácticos, los comerciantes teníanrienda suelta. Mientras que antes la prácticacomercial estaba sujeta a la ley moral, ahorala ley moral podía ser alterada por la prácti-ca comercial.

La tendencia general al ultrapragmatis-mo en la Inglaterra de los Tudor, se vio inte-rrumpida brevemente —aunque a la largaresultó favorecida— al acceder al tronoMary, la hija mayor de Enrique VIII. Mary,que era hija de Catalina e hija del emperadorcatólico Carlos I, se casó con su primo, elfanático Felipe II, rey de España, y estabahorrorizada por todo lo que su padre habíahecho. Reaccionó con extrema brutalidad,estableciendo una inquisición y quemandovivos a muchos de los que habían jugado unpapel destacado en la ruptura con Roma. Alfinalizar su relativamente breve reinado, seprodujo una contra-reacción que permitió alos elementos pragmatistas y mercantalistasincrementar considerablemente su influenciacon el retorno del Protestantismo durante elreinado de su hermanastra Elisabeth.

La cuestión de la propiedad

Quisiera en este punto hacer un paréntesis enel desarrollo histórico para echar un vistazobreve a un aspecto de la vida en Inglaterraque se estaba viendo afectado drásticamentepor la relajación de las leyes de la usura y porla disponibilidad de crédito que esa había traí-do consigo.

En Inglaterra, desde tiempos remotos, lamayor parte del pueblo había vivido en y de latierra. Aunque muchos de los aspectos másrigurosos del sistema feudal instituido por losnormandos ya no se imponían, la situaciónseguía siendo la misma que en siglos pasados.

Estaban las grandes familias terratenien-tes que poseían enormes latifundios, por logeneral divididos en haciendas y fincas, y

Un eclesiástico, en tonoirónico, dijo sobre el tema:

“¡Pobre tonta Iglesia deCristo que nunca pudo

encontrar un usurero legalantes de esta edad dorada en

la que vivimos!”

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subyacente a todo esto discurría el procesonormal de la vida rural. La tierra era cultiva-da en parcelas dentro de un sistema de cam-po abierto, o sea, sin cercados. Había peque-ños terratenientes que eran dueños de susparcelas o que las arrendaban al terratenien-te local a perpetuidad, pero la mayoría de loscampesinos eran aparceros (copy holders),lo que significaba que tenían un derecho tra-dicional a ciertas parcelas a cambio de reali-zar un cierto trabajo y entregar al propietariouna cierta cantidad del producto recogido.Además de esta tierra cultivada, existía unarea de tierra comunal en la que todos teníanderecho a apacentar sus propios ganados.

Durante el reinado de los Tudor, empe-zaron a producirse ciertos cambios en estasituación tradicional. Enrique VII quiso cen-tralizar el poder y extender su control direc-to a todas las partes del país. Una de las for-mas en que emprendió esto fue elevar a laclase mercantil, asentada en las grandes ciu-dades, y animarles a que se convirtieran enterratenientes, para así dividir los grandeslatifundios de las grandes familias aristocrá-ticas. Este proceso continuó bajo Enrique VIIIy recibió un impulso aún mayor al expropiary vender éste las tierras de la Iglesia al clau-surarse los monasterios, siendo su mayorbeneficiario esta nueva clase de terratenien-tes.

Al mismo tiempo, se alentó a los noblespara que salieran de sus haciendas y pasaranmás tiempo en la Corte de Londres. El man-tenimiento de grandes palacios en Londres yen el campo, junto con la extravagancia y elgasto que traía consigo la vida en la corte,llevaron a muchos cortesanos a experimen-tar serios problemas de liquidez. Dado queahora se había hecho mas fácil, a la vista delos acontecimientos ya mencionados, conse-guir préstamos con interés, el cortesano enapuros podía acudír a ciertos comerciantesque por lo general estaban encantados decomplacerle, tomando como garantía de ladeuda los títulos de una o dos fincas de suspropiedades. De este modo muchas propie-dades empezaron a verse cargadas de deuday cuando el noble incumplía en el pago, lafinca que garantizaba la hipoteca pasaba amanos del comerciante-prestamista.

Hasta aquí, la riqueza y el poder habíanido aparejados al simple hecho de la pose-sión de la tierra. Los nuevos propietarios,tanto si habían adquirido sus tierras median-te compra, donación o impago, no estaban

interesados en los derechos y responsabilida-des feudales, sino sólo en los ingresos, y porconsiguiente, incrementaron la producción;y así mismo, a causa de sus deudas, los anti-guos propietarios tenían ahora que incre-mentar la producción de sus haciendas siquerían evitar que pasaran a manos de susacreedores. El sistema tradicional de campoabierto no era un sistema agrícola que favo-reciera la explotación intensiva que ahora seexigía y obedeciendo a los intereses de unamayor eficiencia económica se introdujo el“cercado”. La introducción del cercado delos campos probablemente tuvo mayor efec-

to en el modo de vida cotidiano de una in-mensa mayoría de gente, que ninguna otracosa anterior o posterior. Los campos abier-tos en los que cada uno había cultivado susparcelas de acuerdo con sus derechos dearrendamiento o de aparcería, fueron dividi-dos y cercados con setos, muros y vallas, ymuchos sitios corrieron la misma suerte lastierras comunales.

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...muchas propiedadesempezaron a verse cargadasde deuda y cuando el nobleincumplía en el pago, lafinca que garantizaba lahipoteca pasaba a manosdel comerciante-prestamista.

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Consecuencias

Para los aparceros, el sector más pobre —ytambién el más numeroso— de la sociedad,el resultado fue catastrófico. Hasta ese mo-mento habían sido en gran medida auto-suficientes: cultivaban sus parcelas y apa-centaban sus animales en las tierras comu-nales; pero esto había sido siempre por con-sentimiento común, por lo que, llegado elmomento, no pudieron demostrar derecholegal alguno a la tierra que utilizaban. Co-mo consecuencia de esto, un gran númerode ellos se vieron obligados a abandonarsus pueblos para buscarse el sustento en lasciudades, convirtiendose así en una fuerzalaboral que fue captada por la incipienterevolución industrial.

Asimismo también, muchos pequeñospropietarios fueron obligados a abandonarsus tierras por no contar con los medios ne-cesarios para realizar ese cercado de la tierra.Otros, quedaron ahora convertidos en arren-datarios de las mismas tierras que antes lespertenecían.

Dado que las operaciones necesariaspara el cercado de las propiedades, entre lasque se incluían la creación de setos, taludes,zanjas, drenajes; la reubicación de edificios ycaminos y muchas otras cosas, suponíangastos considerables, muy pocos terratenien-tes fueron capaces de hacerles frente con suspropios recursos. Y de nuevo entra en esce-na el usurero, dispuesto naturalmente a pres-tar dinero con interés para esos planes demejora de la tierra.

Vemos así cómo los prestamistas, y la acce-sibilidad de los préstamos, no sólo provocaroneste cambio drástico en el uso de la tierra —quealteró por completo la vida y el aspecto delcampo inglés— sino que siguieron beneficián-dose de sus resultados, obteniendo, sin riesgo,enormes riquezas a costa de arrebatar su mediode vida a un sector considerable de la población.

Me he adentrado en esto con cierto detalle,porque ilustra claramente lo que sucede cuandola usura se extiende en cualquier situación. Enprimer lugar, se producen cambios económicosy sociales de gran alcance que son, además, irre-versibles. En segundo lugar, los beneficios de lasituación van a parar a una élite a costa de lospobres y débiles, cuya situación empeora yalcanza nuevas cotas de privación y de dificul-tad.

Dejamos nuestra narrativa histórica con laBuena Reina Bess (Elizabeth I), y buena

ciertamente debió parecerles a los Comer-ciantes Emprendedores y a los financieros,que tanta influencia adquirieron durante elperíodo Tudor; pero no tan buena para losaparceros desposeídos de sus tierras por loscercados. Seguramente, el efecto más signi-ficativo del reinado de los Tudor, en térmi-nos históricos, fue el desplazamiento que seprodujo en el equilibrio de poder, que fuealejándose de la estructura tradicional depoder de la nobleza terrateniente en favor deuna nueva élite formada por miembros de laclase mercantil, cuyo poder era la riquezafinanciera, una riqueza que ahora se estabaincrementando exponencialmente debido ala utilización de técnicas financieras queantes habían estado prohibidas.

Elizabeth fue sucedida en el trono por suprimo segundo James Stuart, rey de Escocia.James y su hijo Charles después de él, aunsin ser católicos, representaban sin duda alviejo orden. La doctrina del Derecho Divino,por la que son famosos, no era —como sesuele describir— una mera asunción arro-gante del poder, sino que traía implícita laresponsabilidad por parte del monarca demantener el orden moral tradicional consa-grado por la Ley Canónica. Esto iba, porsupuesto, en contra del nuevo espíritu demercantilismo que tendía a identificarse conesa libertad respecto de la autoridad que seasocia con las formas más extremas delProtestantismo. La clase mercantil estaba re-presentada fuertemente en el Parlamento y laenemistad latente entre la monarquía, ansio-

había sido la revoluciónpuritana la que rompió elmecanismo mediante el cuallos valores religiosos podíanhacerse sentir en términospolíticos y legales, y dióentrada al estado secular.

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sa por restaurar el status quo, y el Parla-mento, que sentía amenazado su reciente-mente adquirido poder, estalló finalmente enla Guerra Civil. Se había demostrado cierta laobservación de Platón acerca de la usura: lasociedad se había dividido contra sí misma.

La ejecución de Charles I fue un golpedecisivo. Fue un hito histórico. El poder ha-bía cambiado de manos. El viejo orden habíadado paso al nuevo.

Irónicamente, había sido la revoluciónpuritana la que rompió el mecanismo me-diante el cual los valores religiosos podíanhacerse sentir en términos políticos y legales,y dió entrada al estado secular. La ciencia dela ética quedó divorciada de sus raices en lostextos revelados y se convirtió en algo queera decidido por los filósofos y los legislado-res de acuerdo con las modas y los imperati-vos del momento, mientras que el mercanti-lismo y las finanzas adoptaron con rapidezpapeles cada día más importantes en elgobierno.

Cromwell se había visto obligado a recu-rrir a los financieron holandeses, además delos locales, para pagar sus aventuras milita-res, que incluyeron, además de la propiaGuerra Civil y de la famosa expedición irlan-

desa, una guerra contra Holanda. Esta gue-rra, llamada la primera Guerra Holandesa,fue la primera guerra disputada por razonespuramente comerciales, y muestra cómo elcomercio empezaba a adquirir protagonismoen términos políticos. Demostró así mismo,en forma cínica, que los financieros se bene-fician con la guerra sin importar de qué ladoestén. A la luz de todo esto, es significativo,aunque no del todo sorprendente, que fueradurante este período cuando la banca, queera de hecho la institucionalización de lausura y la vía por la que consiguió su totalrespetabilidad, empezase a adoptar la formaque ha conservado hasta hoy.

El conde de Clarendon escribía pocosaños después: “Los banqueros fueron unatribu que surgió y creció en la época deCromwell, y de la que nunca se había oídohablar antes de los últimos problemas; hastaentonces todo el comercio del dinero habíapasado por las manos de los notarios: eranen su mayoría orfebres.”

Nacimiento de la banca

Las transacciones financieras que se agru-paron bajo el término de “banca”, se veníanrealizan, de una u otra forma, desde hacíamucho tiempo, y dada su importancia cen-tral para el tema que estamos tratando,pienso que sería útil en este punto echar unaojeada breve a cómo nació la banca. Lostres elementos principales que participan ensu formación son transacciones que impli-can usura: el cambio de moneda extranjera,la negociación de préstamos, y los depósi-tos bancarios, a los que va asociada la crea-ción de dinero.

El comercio internacional había existidodurante muchos siglos y, gradualmente, loscomerciantes fueron creando una forma depago por mercancías, en el extranjero, queevitaba la necesidad de transportar grandescantidades de oro y plata de un país a otro.Esto se consiguió por medio de las llamadasletras de cambio. En su forma más simpleconsistía en una carta, que el comprador delas mercancías daba al vendedor, en la queautorizaba a un agente del comprador en elpaís de origen del vendedor, a pagar por lasmercancías que había comprado, de formaque el vendedor pudiera cobrar el dinero quese le debía en su propio país y en su propiamoneda. Estas letras llevaban fecha diferida,

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...pronto apareció una clasede comerciantes a los queresultaba más provechoso

comerciar en letras de cambioque en mercancías reales.

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para dar tiempo a que se vendieran las mer-cancías y a que se pudiera transferir el dine-ro. Lo que ocurrió fue que los comerciantes,a quienes interesaba tener su dinero rápida-mente, vendían la letra de cambio a otro co-merciante, que se la pagaba al contado, porun precio inferior al nominal. Este segundocomerciante cobraba luego la letra, una vezcumplida su fecha, y obtenía un buen benefi-cio sin haber tenido que hacer nada en abso -luto. A esto se llamaba “descontar”. El nego-cio con estas letras se volvió cada vez mássofisticado y pronto apareció una clase decomerciantes a los que resultaba más prove-choso comerciar en letras de cambio que enmercancías reales. Su comercio era usurapura. Esta fue una de las transacciones en lasque se especializó el banquero.

El tercer elemento era el depósito banca-rio, y de él se ocupaban principalmente losorfebres. Dada la naturaleza de su comercioen metales preciosos y en lingotes, los orfe-bres contaban por lo general con cámaras deseguridad y durante siglos la gente les habíaconfiado sus excedentes de oro y plata yotros objetos de valor para su custodia, reci-biendo a cambio un recibo de lo que habíandepositado. Pasado un tiempo, algunas gen-tes empezaron a usar estos recibos en lugarde dinero, poniéndolo a nombre de otro alamortizar una deuda grande. Otra prácticacomún consistía en escribir al orfebre auto-rizándole a pagar al portador de la carta unacierta cantidad de lo que tenían en depósito,anticipándose así a lo que llegaría a ser el che-que moderno. El orfebre cobraba un tanto poralmacenamiento y por otros servicios de esamisma índole que realizase. De esta forma,empezaron a circular billetes expedidos porparticulares que se utilizaban como monedade cambio, si bien estaban aún ligados adepósitos en moneda real y su volumen eramuy pequeño en comparación con las tran-sacciones que se realizaban al contado.

Pasado un tiempo, sin embargo, los orfe-bres, viendo que los depósitos que almace-naban por cuenta de otra gente se manteníanmás o menos al mismo nivel, empezaron aexpedir recibos en cantidad excesiva, tantopara pagar artículos para ellos mismos y,cada vez más, según lo permitieran las cir-cunstancias, en forma de préstamos con in-terés. Lo más importante de esto es com-prender que este papel era totalmente ficticioporque no estaba respaldado por monedareal. Este dinero estaba siendo materializado

por arte de magia. Esta transacción, que noera sólo usuraria sino también francamentefraudulenta, entró asimismo a formar partede la nueva banca.

De esta forma, estas tres transacciones,que en un principio estaban conectadas alcomercio real, se reunieron en su forma usu-raria bajo el término de banca y quedarondivorciadas por entero de su contexto origi-nal. Se creó así un tipo de negocio que trata-ba sólo con el dinero en sí. Los buitres queCalvino soltó habían dado con la carroña.

Habíamos dejado a Cromwell luchandocontra los holandeses. Por supuesto ganó,como casi siempre que batallaba. Si hubierasido como político tan exitoso como fue degeneral, la historia de Inglaterra hadría sidobien distinta, pero de hecho la gente sealegró de que les dejara en paz, y no cabíanen sí de gozo al dar la bienvenida al hijo delrey ejecutado, que regresó al trono de Ingla-terra con el nombre de Carlos II.

Este acontecimiento fue denominado,falazmente, la Restauración: digo falazmen-te, porque en realidad no se restauró nada. Lasituación había cambiado por completo.Cierto que de nuevo había un rey, pero sólode nombre. No era ya en modo alguno ungobernante, sino sólo una figura. El controlejecutivo estaba ahora firmemente en manosdel Parlamento y el poder real servía a lasnecesidades de los intereses mercantiles y alos financieros que los respaldaban. Una delas condiciones que el Parlamento impuso alrey fue que debía renunciar a los antiguos tri-butos feudales, sobre los que se había apo-yado el poder real de la monarquía, a cambiode lo que, a fin de cuentas, era un salarioextraído de los impuestos. Carlos II fue enrealidad un empleado asalariado del Parla-mento. Su impotencia política queda refleja-da en su frívolo estilo de vida y en la nega-ción de sus esfuerzos encubiertos por restau-rar el poder de la monarquía.

Cuando su hermano James, que accedióal trono después de él, realizó un esfuerzomás decidido por restaurar el viejo orden, larespuesta inmediata del Parlamento fue invi-tar a William, el Príncipe de Orange —queestaba casado con Mary, la hija de James—a venir de Holanda para hacerse cargo deltrono. Los términos bajo los que debía acce-der fueron dictados por el Parlamento ymediante ellos fueron eliminados los últimosvestigios de poder político con que contabala monarquía. William era, literalmente, el

..en un período de menos dedos siglos, la usura pasó deser un delito condenadoabsolutamente desde lostiempos más antiguos,castigado severamente por laley y despreciado por todo elmundo, a ser consideradacomo una forma reconocida yhonorable de hacer negocios

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hombre que los banqueros estaban buscan-do. Se trajo consigo a un banquero personalde Amsterdam y detrás de él vinieronmuchos otros financieros de esa ciudad, queen esa época era el centro financiero deEuropa. Desde ese momento, sin embargo,Amsterdam entró en decadencia y Londres seconvirtió en el nuevo centro de las finanzasmundiales. Ésta fue la “Gloriosa Revolución”.

El reinado de William dejó básicamentetres cosas a la posteridad. La primera fueronlos problemas de Irlanda, de los cuales aúntenemos cada semana sangrientos recordato-rios. La segunda fue la Ley de la ToleranciaReligiosa, con la cual se conseguía de unavez por todas que el estado no se viera yaligado a ningun tipo de restricciones religio-sas, ya que ahora todos los puntos de vistareligiosos tenían la misma validez ante la ley.Con esta eliminación definitiva de lainfluencia religiosa directa en el gobierno, laidea del “gobierno de la justicia” que siem-pre había estado al menos implícita, fue“sustituida por la conveniencia económicacomo árbitro del sistema y como criterio dela conducta política”. Mediante esta ley, seeliminaron todos los obstáculos de base reli-giosa que se interponían aún en el camino delos financieros. La tercera cosa, derivada deesto y que consagraba el triunfo final de losprestamistas, fue la creación del Banco deInglaterra. Los usureros habían ganado labatalla. El nuevo Banco tenía licencia delgobierno para descontar letras de cambio eimprimir todo el dinero que quisiera. Para re-matar la obra, se estableció la Deuda Na-cional. El Gobierno encontró en el Bancouna enorme fuente de poder adquisitivo, acambio de la promesa de pagar interés alargo plazo. Una porción específica de losimpuestos recolectados fue asignada al pagode este interés. En otras palabras, de ahora enadelante la población entera estaba en deudaperpetua. Los más descabellados sueños delos prestamistas se habían hecho realidad. Apartir de este momento, las transaccionesusurarias fueron tomando un papel cada vezmás importante en los asuntos económicoshasta llegar a nuestros días, en los que hanpermeado de tal modo la existencia cotidia-na, que la vida sin ellas casi nos parece in-concebible. Tal como afirmaba recientemen-te un banquero, con toda seriedad: “Elinterés hace que el mundo gire”.

Conclusión

Me ha sido claramente imposible, al pre-sentar esta panorámica histórica, cubrir condetalle los cerca de doscientos años queabarca, por lo que me he visto obligado atomar una línea concreta, que he idosiguiendo a través del entramado de la his-toria. No obstante, una vez encajados en sulugar todos los detalles, podrá comprobarseque las conclusiones que he extraído siguensiendo ciertas y válidas. Mi propósito hasido mostrar cómo, en un período de menosde dos siglos, la usura pasó de ser un delitocondenado absolutamente desde los tiem-pos más antiguos, castigado severamentepor la ley y despreciado por todo el mundo,a ser considerada como una forma recono-cida y honorable de hacer negocios, cuyospracticantes recibían los más altos honoresque un estado puede otorgar.

La legitimidad de la posición de nuestrosmás lejanos antepasados en esta cuestión sevuelve cada día más clara, a medida que losefectos insidiosos de la usura se van hacien-do sentir cada vez más en el medio ambien-te y en nuestras vidas. Espero con este artí-culo poder contribuir a poner de manifiestoel carácter dañino y destructivo de la usura—¡que tan profundamente ha llegado a inva-dir la vida moderna!— y a conseguir que seapercibida como una cuestión de gran impor-tancia política. Nuestros antepasados demos-traron que la vida es posible sin ella y bienpudiera ser que la cura de la que, de ignorar-se, será la enfermedad terminal de la socie-dad en que vivimos, esté en la vuelta a laantigua prohibición de la usura con la que seiniciaba este artículo.

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Mi familia y yo tuvimos la oportunidadde viajar desde España a Nortea-

mérica este último verano, y pudimos, gra-cias a Dios, visitar allí a muchos de nuestroshermanos musulmanes. Nos encontramoscon una tierra extraordinariamente bella ycon una gente realmente amable y genero-sa. Podemos pues decir que, a pesar de laidea que habitualmente se tiene de Nor-teamérica como país enemigo del Islam,nos encontramos con una realidad bastantediferente. A pesar de que la mayoría de lagente vive en una nube de ignorancia acer-ca del pasado y el presente del mundo, ab-sorbidos como están en el Sueño Ameri-cano, aún así la luz del Islam sigue crecien-do allí y transformando a las personas hastatal punto que, si Allah quiere, con su ayudapueden producirse importantes cambios enel seno de la sociedad americana. En nues-tro viaje llegamos a Los Ángeles, donde ibaa tener lugar la Conferencia sobre la Unidaddel Islam, primer encuentro de este tipoorganizado en los Estados Unidos de Nor-teamérica. La convocatoria y organizaciónno partía de ningún gobierno sino que nacíade la iniciativa de algunos voluntariosmusulmanes seguidores del heredero de laorden sufí Naqshbandi, Sheij MuhammadNazim al Qudusi, y especialmente de suyerno y representante en América, SheijHisham al-Kabbani, residente en California,quien ha emergido como el exponente másimportante de las enseñanzas sufíes y comoaglutinador de los musulmanes en torno aAhlu -s- Sunna wa -l- Yama’ a, es decir, las

CONFERENCIA SOBRE LA UNIDAD DEL ISLAMCRÓNICA DEL ENCUENTRO EN LOS ÁNGELES, CALIFORNIA

Abdel Hadi Scott

La Conferencia sobre la Unidad del Islam, celebrada elpasado verano en California, Estados Unidos, ha sido

uno de los eventos sobresalientes en la reciente historia delIslam occidental. En los distintos foros se trataron temas

candentes que afectan hoy a los musulmanes de todo elmundo. Abdel Hadi Scott, uno de los primeros

musulmanes conversos del occidente contemporáneo, resideactualmente en Órgiva, bello pueblo de La Alpujarragranadina, donde desarrolla su trabajo de acupuntor ymaestro de Tai Chi y, como testigo excepcional de este

encuentro, nos ofrece su crónica apasionada.

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gentes de la Sunnay la Yama’ a, aquellos quesiguen la Tradición del Profeta Muhammad,la Paz y las bendiciones sean con él, y quepermanecen unidos sin segregar a nadie de lacomunidad de Sayydina Muhammad, la Pazy las bendiciones sean con él.

Objetivos

El mismo Sheij al-Kabbani, organizador dela Conferencia, ha descrito los objetivos enlos siguientes términos:

“La Conferencia Internacional para laUnidad Islámica ha sido pensada como unaforma de propiciar el contacto entre las co-munidades musulmanas, que por lo generalestán muy divididas. A medida que nos acer-camos al siglo XXI vamos siendo testigos degrandes cambios globales que están produ-ciendo trastornos ideológicos y políticos entodo el mundo y que afectan asimismo a lainformación. Representan un doble desafío,ya que nosotros esperamos enfrentarnos aestos cambios en nuestras vidas y mantener-nos firmes en los fundamentos de laTradición del Islam.

El objetivo de esta Conferencia es desa-rrollar un marco de diálogo dentro de laUmmah, entre sus doctores de todos los lu-gares del mundo, e intercambiar ideas acer-ca de la importancia de los ‘ulama en laguía de los musulmanes hacia un futuromejor y más brillante. La Conferencia serádirigida por doctores del islam y líderessociales, endulzada con distintos diverti-mentos y recreos dentro de la Sunnah, paraque así podamos revitalizar nuestras vidascon el siempre vibrante camino del Islam, lamás elevada de las tradiciones religiosas dela tierra.”

La Conferencia fue iniciada por SheijHisham al-Kabbani, fundador de As SunnaFoundation of América. Su visión fue com-partida por gentes de todo el mundo, y suspalabras hicieron rebrotar la esperanza en laUnidad Islámica, que yace dormida en lasmentes y en los corazones de los musulma-nes desde hace ya más de un siglo:

“La caída del Imperio Otomano y lacolonización del mundo islámico hicieroncreer que la unidad entre los musulmanes nopodría lograrse de nuevo. Pero esta Con-ferencia ha proyectado un primer rayo deesperanza.” La idea resultó contagiosa, y setransformó en el lema de la conferencia islá-

mica más amplia en la historia de Nortea-mérica. Como decíamos, la organizacióncorrió a cargo de voluntarios, sin donaciónde ningún gobierno, pudiendo desarrollarseasí, libre de cualquier ideología o régimen.Organizaciones islámicas de todo el mundo

han expresado un sincero interés por apoyaresta conferencia, como lo evidencia la parti-cipación de más de cien oradores.Esta Conferencia, con su rica diversidad dedoctores del Islam y sus distintas activida-des, ha significado un refuerzo de los lazosde amor, tolerancia y respeto a la diversi-dad, frente a las lamentables tendencias queproponen el extremismo y la estrechez. Talestado solo será posible mediante un com-prensivo entendimiento y una práctica sin-cera de la Shariah y de la Sunnah del últi-mo Profeta, la paz y las bendiciones seancon él.

Foros de debate

El Wastin Hotel de Los Ángeles se trans-formó durante tres días en una especie dehappening islámico. Aproximadamente unascinco mil personas asistieron a distintascharlas donde intervinieron más de ciendoctores, imames y activistas musulmanes,de muy distintas escuelas islámicas, perounidos en la intención de contribuir a unaacción positiva en favor de la Unidad Islá-mica. Paralelamente al programa oficial, seorganizaron distintos grupos de trabajo para

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discutir aspectos concretos. Yo mismo fuiuno de los tres o cuatro hombres que se en-contraron entre un grupo de setenta uochenta mujeres reunidas allí para debatirel tema de la mujer musulmana en el mun-do de hoy. Sus preocupaciones se centraronen el tema de la educación, considerándoseque ésta era la cuestión más necesaria y es-casa en sus respectivas comunidades, sien-do éste el problema que necesita abordarsede manera más urgente.

La positiva actitud con que se trataron lasdiversas y emotivas situaciones que afectana las mujeres musulmanas, y el mutuo res-peto que mostraron, me impresionaron pro-fundamente. Tales son la belleza y noblezade la mujer musulmana.

La hija mayor de Malcom X fue una delas participantes en aquella reunión. Elo-cuente y humildemente nos recordó cuánenorme había sido el crecimiento del Islamen Norteamérica, especialmente entre lasgentes de color, que forman la médula delIslam americano.

En la sala de conferencias principal, hu-bo tal variedad y número de oradores y te-mas, que sería imposible mencionarlos atodos.

Necesarias referencias

Sheij Ahmad Kuftaro, gran muftí de Siria ySheij Muhammad Nazim, muftí de Chipre,fueron los oradores más distinguidos. Nofueron los únicos en señalar que, en lamedida que la mayoría de los musulmanesno pueden alcanzar el grado de mujtahid (esdecir, alguien que es capaz de emitir juiciossobre cuestiones del Din) es imperativo pa-ra los musulmanes seguir a las gentes deconocimiento y autoridad, tales como loscuatro imames tradicionales del IslamSunnita.

En el origen de las dificultades de lascomunidades islámicas se sitúa la incapaci-dad de seguir las reglas de la Tradición.Cuando cada uno cree que sabe más que elotro o incluso que los musulmanes moder-nos saben más que los antiguos, que losgrandes imames del pasado, entonces losprincipios básicos del Islam se desvanecen.Tal ignorancia de los principios básicos dejaa muchos individuos y comunidades inde-fensos y aptos para ser manipulados fácil-mente por gentes de intenciones dudosas.

Los distintos sheijs y ‘ulamas recordarona la audiencia en numerosas ocasiones lanecesidad de evitar que se establezca un Is-lam mediocre que intente nivelar a todos porabajo. Respeto para todos, pero especialmen-te, respeto para aquellos cuyo conocimientoy autoridad es vital para restaurar las ade-cuadas relaciones entre las gentes, para quepueda surgir así una sociedad sana de la pre-sente situación de degradación.

La presencia del que fue rey de Afga-nistán y su hijo, y la nieta del Sultán Abd alHamid, último Jalifa Otomano, nos ayudó arecordar nuestro ilustre y reciente pasadoislámico, tan mal comprendido ahora, cuyahistoria ha sido tan desfigurada y cuyo signi-ficado es tan mal apreciado hoy.

Los académicos musulmanes de forma-ción occidental y los activistas islámicos,también desempeñaron un papel importanteen las distintas sesiones de esta Conferencia.Sayyed Hossein Nasr habló de la urgente ne-cesidad de encontrar la unidad entre los mu-sulmanes. Abd al Hakim Murad y Nuhl a MimKeller hicieron hincapié en la necesidad deuna educación tradicional, mencionando lafalta de calidad educativa, que se ha conver-tido en norma en las antiguamente prestigio-sas universidades islámicas.

Los distintos sheijs y‘ulamas recordaron a laaudiencia en numerosasocasiones la necesidad de

evitar que se establezca unIslam mediocre que intentenivelar a todos por abajo.

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El Reverendo Jesse Knox, pastor de laIglesia de Cristo en Chicago se convirtió enAbd al Quddus, después de haber reconoci-do humildemente la verdad del Islam y dehaber disertado sobre la necesidad de que loscristianos y musulmanes trabajen juntos paraencontrar sus raíces comunes y superar losmutuos prejuicios.

La alternativa de los desheredados

Dos antiguos líderes de importantes bandascallejeras de los barrios negros de Los Án-geles, que pocas semanas antes estaban ocu-pados en matarse entre ellos, hablaron congran emoción y fuerza de su llegada alIslam a través de Sheij Hisham, e hicieron lla-mamiento a los musulmanes para que salgande sus escondites y tomen contacto con lospobres y necesitados que no tienen a nadie nisitio donde buscar ayuda. “Islam es paranosotros también”, dijeron en un tono emo-cionado que impactó a los presentes. Unosdiez miembros de la banda aceptaron elIslam. Una organización, recientementefundada, llamada “Unity One”, está actual-mente llevando el Islam a las calles de LosÁngeles, tratando de contrarrestar la escala-da de violencia, trabajando con y a travésde esta gente. La situación allí es crítica.

Tuvimos también la suerte de tener connosotros a Sheij Ahmad, Sheij Bukairi ySheij Lutfi, tres recitadores tradicionales deCorán, egipcios, que embellecieron los inter-valos de las sesiones con sus recitaciones.Hubo también cantantes de qasidas de Ma-laysia, Inglaterra y Bosnia endulzando nues-tros corazones. La compañía de los herma-nos musulmanes en cada oración lo situabatodo en la perspectiva correcta.

Ocurrieron muchas más cosas quepodríamos narrar en esta pequeña historia.El último día terminó con un desfile por lacalle principal hasta llegar a un parque,donde se propuso la institución del “Día delos huérfanos”. Según los organizadores, “eltema principal de la Conferencia, sería lainstitución del Día Internacional delHuérfano. Tenemos la intención de sacar ala luz las dificultades que tienen los huérfa-nos de todo el mundo, y promover la mejorade su actual situación, tratando de proveer-los de los mejores medios disponibles. Elsímbolo de este evento y de toda la Con-ferencia será nuestro amado Profeta Mu-

hammad, la paz sea con él, ejemplo para loshuérfanos de todos los tiempos.”

Así, mientras pasamos juntos estos tresdías en la Conferencia Internacional sobre laUnidad Islámica, esperamos que la vida delprofeta Muhammad, la Paz y las bendicionessean con él, nuestro único símbolo verdade-ro de la Unidad, inspire e ilumine nuestras vi-das. Esperamos sinceramente que este soplobendito de Unidad, refresque nuestra prácticay que la fe se expanda en nuestros corazones,incremente nuestro sentido de hermandad yrealice la unidad de la Ummah–nación—delProfeta Muhammad, la Paz y las bendicio-nes sean con él, que nos ilumine por mediode los más grandes maestros vivos del Islam.

El desfile por el centro de Los Ángelesfue en una tarde de Domingo, en agosto, cuan-do la mayoría de la gente está en la playa odescansando en su casa. Los únicos especta-dores fueron los mendigos mejor educadosque he visto nunca, quienes daban las graciasen cada esquina, atestiguando la otra reali-dad que subyace bajo el rostro de la Mo-derna América.

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La economía es una de las facetas queinciden de manera más evidente en la

vida social y cultural de los pueblos. El Neo-liberalismo económico, paradigma que hoyse aplica de manera intensa y creciente en eldiseño político internacional, es un modeloteórico “científico” desvinculado de cualquiercondicionamiento ético o filosófico. Aunqueen sus orígenes el Capitalismo sufrió diver-sas lecturas, desde el pensamiento cristianoeuropeo, planteándose entonces cuestionesen las que aún se vinculaban la economía yla moral, progresivamente la Ciencia Eco-nómica, como el resto de los saberes, fueadquiriendo una autonomía teórica y for-mal que, por una parte ha favorecido sudesarrollo específico, pero que al mismotiempo la ha desvinculado de un modelo in-tegrado de conocimiento. Los nuevos teóri-cos del Capitalismo, los neoliberales o neo-clásicos, realizan hoy su autocrítica y parti-cipan del espíritu revisionista que caracteri-za a nuestro tiempo. Les interesan entoncesotros modelos, otras experiencias históricasdel hecho económico, que les permitan ex-tender el análisis y ayuden a revisar en pro-fundidad el modelo propio. La “Jornada deIntroducción a la Economía Islámica” esuna muestra más de esa necesidad que sien-te hoy el pensamiento occidental de mirarhacia otro sitio, de encontrar referencias.

Entre los asistentes a la Jornada, se en-contraban el Doctor Kurshi Ahmed, de laIslamic Foundation, el señor MuhammadAli Bujari, Director del Centro Cultural Islá-mico de Madrid, el Doctor Alejandro Lorca,catedrático de Economía de la UniversidadAutónoma de Madrid, el Doctor Abdul-hamid Temsamani, Presidente de la Asocia-

JORNADA DE INTRODUCCIÓN A LA

ECONOMÍA ISLÁMICA

En el marco del creciente interés que despiertan los temas islámicos enla actualidad, durante el pasado mes de Julio, se celebró la “Jornada

de introducción a la Economía Islámica” en el Centro CulturalIslámico de Madrid. La actividad se sitúa dentro de un proyecto de

colaboración entre esta institución islámica y la Universidad Nacionalde Educación a Distancia (U.N.E.D.)

El desarrollo de propuestas de este tipo viene a reafirmar la idea deque el pensamiento occidental está volviendo su mirada hacia formas

distintas de concebir la existencia en sus más diversos aspectos, conobjeto de hallar soluciones a los muchos y graves problemas que tiene

planteados el modelo vigente.

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ción de la Prensa del Norte de África y el se-ñor Ahmad Subh, encargado del Departamen-to Bancario de Aresbank Madrid.

El encuentro fue presentado y coordina-do por Don José Collado, profesor encarga-do del Área de Economía de la UNED, quienexpresó el hecho paradójico de la escasa acti-vidad académica y la falta de un interés con-tinuado por los temas islámicos en un paíscomo España, que tanto debe al Islam en elproceso de formación de su identidad y de suhistoria. Terminó su intervención presentan-do al Dr. Kurshi Ahmed, situando su trabajoen el contexto de la Teoría Económica Con-temporánea. Una Teoría cada vez más nece-sitada de revisión y de constraste debido alos cambios profundos que viven las socie-dades de este fin de milenio.

El Islam y el cambio económico

A continuación, el Dr. Ahmed desarrolló eltema “El Islam y el cambio económico”,título homónimo del libro que publicó encolaboración con el Doctor Umar Chapra.Comenzó su intervención constatando latendencia hacia un modelo global que sedetecta en todas las estrategias económicase hizo una amplia descripción de la realidadislámica contemporánea que podríamosresumir así:

Los 1.450 millones de musulmanes, quesuponen un quinto de la población mundial,se hallan hoy repartidos por todo el planeta,principalmente en África, Asia y a lo largode las más importantes rutas comerciales.Los principales sistemas socioeconómicosdel siglo XX, Capitalismo y Socialismo, hanafectado a las sociedades islámicas de mane-ra distinta en cada caso. Suele creerse que lacaída del Muro de Berlín ha sido el final delComunismo, pero la visión no puede ser tansimplista. Las ideas socialistas siguen aún vi-gentes en muchos aspectos. Así, los musul-manes dicen que, en general, el Capitalismoha sido más duro con ellos en tanto que elSocialismo, en ciertos aspectos, ha tenidomás en cuenta las necesidades humanas.

En cualquier caso, los economistas mu-sulmanes piensan que existen alternativassin necesidad de idealizar el Socialismo. Enfavor del Capitalismo argumentan el hechode haber tenido en cuenta la libertad huma-na, factor que fue minimizado por la ideo-logía comunista, pero a nivel de resoluciónde problemas y atención de necesidades, elSocialismo ha cumplido más objetivos comosistema en aquellos países de mayoría mu-sulmana que, en el pasado, asumieron susplanteamientos.

En el desarrollo del modelo capitalista, laEconomía se separa de la Ética, al igual quela Ciencia o la Filosofía. El único fin es elMercado. Ello da lugar a que el sistema asu-ma hoy, sin problemas de índole moral, queentre el 10 y el 40 por ciento de la humani-dad viva en la pobreza y que aumente la ten-dencia a la concentración del capital en muypocas manos.

Kurshi Ahmad ofreció una serie dedatos:

En los últimos 50 años, en EEUU, lainflación se ha multiplicado por cuatro. En elReino Unido, por tres. La evolución del mo-delo capitalista en la actualidad, tras el final

Los principales sistemassocioeconómicos del siglo XX,

Capitalismo y Socialismo,han afectado a las sociedadesislámicas de manera distinta

en cada caso.

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de la Guerra Fría, se caracteriza por la acen-tuación de las diferencias entre ricos ypobres. La cifra actual de estos últimos rondahoy los dos mil millones de personas. El paísmás rico de la tierra, EEUU, es también elque tiene la deuda más elevada. La crecientedesigualdad es, y será cada vez más, unafuente de problemas de todo tipo. Para el Dr.Ahmad, como para muchos economistasmusulmanes, es un deber moral explicar alas comunidades la situación que se está pro-duciendo en la actualidad, dar una informa-ción exhaustiva y comprensible del modelode economía y sociedad que se está consoli-dando.

Suele pensarse que sólo existe un mode-lo económico, el europeo, que es el que seexporta e impone al resto del mundo. Entodos los rincones del planeta el modelo aimponer habrá de ser el mismo: un modeloque implica crisis, desigualdad, crimen ypobreza. Pero no basta con exponer el pro-blema sino que habrán de aportarse solucio-nes. Es ahí, en la búsqueda de alternativas,donde el modelo islámico podría efectiva-mente solucionar muchas cuestiones deíndole global, aunque para ello habrían detenerse en cuenta, en los planteamientoseconómicos, aspectos sociales, éticos, etc,que en la mayoría de los casos hoy no se tie-nen en cuenta.

El Islam considera, por el contrario, quela economía debe tener una dimensión mo-ral, pues lo material y lo espiritual son im-portantes en la misma medida. Islam diceque somos parte de la Creación, que el Uni-verso es Uno, que la Conciencia es Única yque debemos respetar a Dios a través de susreligiones. A diferencia de otros sistemas yconcepciones trascendentales, en el Islamson importantes los aspectos materiales de lavida; el Islam no niega la vida, pero los sereshumanos hemos de aprender a convivir, acompartir desde el ejercicio de nuestros de-rechos individuales, pues cada cual será juz-gado solo, por la responsabilidad exclusivade sus propios actos.

En el Islam existe el derecho a la propie-dad privada, a disfrutarla, venderla, etc., perono existe el derecho a destruirla porque enúltima y primera instancia todo pertenece aDios. Así pues, los musulmanes no puedenhacer uso de los bienes para defraudar o es-pecular ni practicar el despilfarro. En esaconsideración de cualidad sagrada y moralde la propiedad es donde reside una de las

diferencias entre el Islam y el modelo capita-lista. En Islam existe lo haram y lo halal, lolícito y lo ilícito; hay un filtro moral que seaplica a todas las esferas vitales y, por tanto,también a la vida económica.

Además del sector privado, ampliamen-te contemplado en la concepción económicaislámica, existe asimismo un sector públicoque se encarga de proveer los servicios queno pueden generarse desde el primero.Frente a los planteamientos del socialismo,que no cree en la capacidad individual, elIslam dice que sí existe esa capacidad, peroque el Estado puede intervenir para asegurarque se cumplan y se observen las reglas.

Las gentes han de pagar una parte de lasganancias para equilibrar al sector de lapoblación más desfavorecido. En la socie-dad islámica, los pobres han de poder disfru-tar de los bienes básicos. Se concibe la po-breza pero no se admite la indigencia. Así, laeducación debe ser gratuita y correr a cargo

Es ahí, en la búsqueda dealternativas, donde el modeloislámico podría efectivamentesolucionar muchas cuestionesde índole global, aunque paraello habrían de tenerse encuenta, en los planteamientoseconómicos, aspectos sociales,éticos, etc, que en la mayoríade los casos hoy no se tienenen cuenta.

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de la comunidad. La solidaridad social esuna condición del sistema. Cada uno debeganarse la vida, pero existen diferenciasentre los seres humanos: hay individuos conmenos capacidad que otros, con menosrecursos personales. La sociedad en su con-junto ha de asumir este hecho y soportarlo,redistribuyendo los recursos, no en conceptode caridad, sino como consecuencia del de-recho. Entre los mecanismos de redistribu-ción de la riqueza que existen en Islam, Kur-shi Ahmad citó el Zakat, ese impuesto obli-gatorio sobre la riqueza anual acumulada —un 2’5% entre la mayoría sunni— que es unagarantía contra la indigencia, un instrumentode equilibrio económico.

En Islam se prohibe la Riba —préstamocon interés— porque se considera una formade explotación que sólo protege al capital.Existen otras fórmulas islámicas de présta-mo como la de participación del prestamistaen los beneficios de la empresa, según diver-sas fórmulas, compartiendo también los ries-gos. Islam ha optado siempre por el desarro-llo de la justicia social, y se ha comprobadocómo ésta incentiva la producción.

Podemos considerar la Economía Islá-mica como un acercamiento a los problemasglobales y a sus soluciones. Este tipo de eco-nomía está a favor de la tecnología. Pruebade ello es el enorme desarrollo tecnológicoque se produce siempre que ha llegado a es-tablecerse con amplitud una sociedad islámi-ca, según sabemos por la Historia. En la His-toria de España tenemos uno de los mejoresejemplos de ello.

Hoy en día existen muchos economistasoccidentales que están profundamente inte-resados en la Economía Islámica. Tal vez sedeba a que se empieza a considerar con cier-ta urgencia la necesidad de moralizar la vidaeconómica. En ese sentido —según dijo elDoctor Ahmed— la aplicación de la Eco-nomía Islámica beneficiará tanto a los mu-sulmanes como a los no musulmanes.

Por otra parte, la sociedad islámica con-temporánea quiere reencontrar su identidad,perdida tras un largo período de decadenciay colonización. Los musulmanes necesitanreconstruir sus países, sus sociedades, reto-mar de una manera clara su forma de vida.En general, la mayoría de las sociedadescontemporáneas quieren redescubrir el espí-ritu, tras una etapa de profunda desacraliza-ción de la experiencia humana en el mundo,de pérdida de referencias y valores.

Por un lado, el Islam está preocupadopor el problema de la educación y por la defi-nición del concepto de calidad de vida. Porotro, Occidente quiere ejercer un control dela población, manteniendo con ello la vigen-cia de los principios malthusianos. Se diceque hay actualmente unos seis mil millonesde habitantes en el planeta. Ello quiere decirque habrá que desarrollar la agricultura, laindustria y la cultura en función de las nece-sidades de esa población. Sin embargo, el e-norme y acelerado desarrollo de la tecnolo-gía sugiere consecuencias imprevisibles. Encualquier caso, en el Islam se acepta que na-da podemos saber sobre el futuro. Hay quie-nes piensan que el desarrollo de la tecnologíaresolverá las necesidades de un planeta su-perpoblado. En cualquier caso, la dimensióndel desarrollo tecnológico hace difícil cual-quier pronóstico, ya que los medios se trans-forman a un ritmo tal que los convierte enfactor poco fiable.

En el análisis económico que se hacedesde el pensamiento islámico no se consi-dera que existan razones reales para que ha-ya de producirse necesaria e inevitablemen-te una crisis económica. Si se produce, serádebido a un funcionamiento incorrecto de laactividad económica o a un mal uso de losrecursos. Según la concepción islámica, ungobierno no puede imponer a los individuosel número de hijos que habrá de tener, por-que estaría en contradicción con el principiode libertad individual implícito en la concep-ción islámica del ser humano.

Tras hacer un análisis en profundidad dela falta de criterios científicos de los plantea-mientos malthusianos, Kurshi Ahmad advir-tió que esas ideas están sufriendo un procesode revitalización en el seno de las nuevasconcepciones neoliberales, y acabó su expo-sición asegurando que más allá de la propa-ganda negativa sobre el Islam, es necesarioen nuestro tiempo tratar de entender susaspectos positivos y el beneficio que aporta-rían a un sistema que se declara abiertamen-te en crisis.

Tradición

A continuación intervino el profesor AliBujari, director del Centro Cultural Islámi-co de Madrid, sede de la Jornada. Bujarihizo referencia al Corán, como Texto Cons-titucional que recoge los principios básicos

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por los que ha de regirse toda sociedad islá-mica, contrastados con la Tradición —Sunnah—. La economía es parte de la reli-gión porque Islam es un sistema integral.Según Ali Bujari, las pautas para la activi-dad económica que el Islam propone serían:

-- La libertad económica, el libre inter-cambio de bienes, la propiedad privada, etc.,dentro de la Sharía—Ley Islámica—comobeneficio tanto para el individuo como parala comunidad.

-- El uso racional de los recursos.-- Garantías de supervivencia para los des-

favorecidos y los débiles a través del Zakat,principal herramienta de solidaridad social queequilibra las relaciones individuo/comunidad.

-- El derecho a la iniciativa privada.-- El derecho a la herencia y a otros tipos

de transmisión de la propiedad.-- El respeto a los derechos de los no

musulmanes que viven en las sociedadesislámicas.

Las características del sistema económi-co islámico lo sitúan, en cuanto a sus meca-nismos de funcionamiento, en un terreno in-termedio entre los planteamientos del Capi-talismo y el Socialismo. La existencia de uncriterio moral implica la consideración delícito/ilícito, halal/haram, según los princi-pios de la Ley —Sharíah—. Así por ejem-plo, el comercio es lícito dentro de las innu-merables modalidades de intercambio que secontemplan en la Shariah.

Algunos de los procedimientos que seusan o se toleran en el sistema liberal capita-lista son ilícitos en la concepción económicadel Islam. Entre ellos estarían el monopolio,la usura —Riba—, la especulación sobreoperaciones inciertas, el juego, etc. En otroscasos existe coincidencia en considerar ile-gales algunas prácticas, como la falsificacióno el fraude. La usura es considerada ilícita—haram—debido a los males sociales que pro-duce, sobre todo la corrupción de la confian-za entre las personas que genera su práctica.Hemos de tener en cuenta que en la vidacotidiana de los musulmanes, la mutua con-fianza es un hecho que se protege y alienta,y su ruptura se considera un acto lesivo parala comunidad.

Los restantes aspectos tratados por Bu-jari, sobre el modelo económico islámico,vinieron a repetir en lo fundamental lo yadicho por el Dr. Kurshi Ahmad.

Tras un descanso, la Jornada reanudó suactividad con la intervención del Dr. Abdel

Hamid Temsamani Chebaguda, Presidentede la Asociación de la Prensa del Norte deÁfrica. Trató el tema del papel de la mujer enla economía islámica. (Los contenidos deesta conferencia nos han sido íntegramentefacilitados por D. José Collado, Director delArea de Economía de la UNED, por lo quevamos a publicarlos textualmente comocolaboración de esta Universidad en VerdeIslam, anexos al final de esta crónica de laJornada).

Banca islámica

La sesión matinal finalizó con la interven-ción del Dr. Abdelkader Chachi, Coordi-nador de la Islamic Economics Unit, delReino Unido, quien disertó sobre el tema:“Peculiaridades del Sistema BancarioIslámico.”

Como introducción, el profesor Chachiseñaló que la primera característica diferen-ciadora del sistema bancario islámico es laausencia del interés —Riba— como fórmu-la de préstamo, añadiendo que existen otrasfórmulas como la de coparticipación en ries-gos y beneficios.

Hasta no hace mucho tiempo, el interésbancario ha sido considerado como prácticamoralmente condenable tanto en Europacomo en otras sociedades. La misma IglesiaCatólica hasta pocos años y el Cristianismoen general consideraron un mal social lapráctica de la usura. En Occidente, para jus-tificar su legalización, surgieron determina-dos planteamientos economicistas que trata-ban de enfatizar teóricamente aspectos posi-tivos. Hoy en día, los teólogos cristianos es-tán pensando en la posibilidad de revisar suscriterios sobre elRiba, tal vez condenándolo,tal vez haciéndolo aparecer como causa delcreciente desempleo. El Brahmanismo de laIndia condena asimismo esta práctica econó-mica. El Corán la prohibe clara y taxativa-mente.

Por otro lado, el Islam trata de proteger alser humano tanto como a la comunidad. Laprotección de los más débiles se realiza me-diante mecanismos de redistribución de lariqueza, como es la aplicación del Zakat. Es-te sistema puede dar la impresión de que ha-ce disminuir el capital, pero esto no es así, yaque revierte en bien de la comunidad, que seve así dotada de mecanismos que atienden ala calidad de vida general.

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El Corán prohibe la usura y recomiendala caridad como fórmulas para alcanzar laprosperidad. En Islam se considera la Ribauna de los mayores faltas que puede cometerun ser humano sobre otro, hasta el punto deque en algunos hadices su gravedad es seña-lada como superior a crímenes de más evi-dente apariencia, como el asesinato. ¿Qué es

lo que convierte a esta práctica en algo tannegativo para el ser humano? En un sistemabasado en el interés, los económicamentepoderosos pueden desarrollarse porque tie-nen reservas, mientras que los débiles han deacudir irremediablemente al banco. En elcontexto de la usura, el único fin de los ban-cos es el aumento de su capital, mientras queen un sistema islámico se comparten tantolos beneficios como las pérdidas, prohibién-dose el dinero como medio para ganar másdinero. Se regula así la ética del mercado, lascondiciones de compraventa y contratación.

En la estructuración de la empresa islá-mica se acuerdan, mediante diversas fórmu-las, las condiciones contractuales, existiendola posibilidad de asociación mercantil: com-praventa conjunta, proindivisos en la heren-cia, etc.

En toda sociedad moderna, el sistemabancario moviliza la actividad económica.

Los bancos prestan el dinero para dinamizarla actividad y prestan asimismo servicios.Los más frecuentes son: depósito de dinerocontra cheque, cambio de moneda, etc. Elbanco siempre quiere maximizar sus márge-nes de beneficio.

Durante este siglo se creó una red debancos, agrupados alrededor de un bancomayor, normalmente de los llamados Ban-cos Centrales —en nuestro país sería elBanco de España— que tienen como misiónejercer un control sobre las transacciones, lasreservas. etc. Este banco, además, tiene lacapacidad de imprimir y emitir moneda.

En el caso de la Banca Islámica, tambiénexiste una estructura de ese tipo, donde elBanco Central Islámico sería, además desupervisor de los mecanismos financieros,controlador del crédito y emisor de moneda.Ha de ser una institución lo suficientementeelástica como para permitir al mismo tiempoel incremento del negocio y controlar la eco-nomía pública estatal sin practicar la riba —préstamo con interés— ni cobrar por el cam-bio de moneda. Entre sus funciones estaríanla de asesorar al gobierno sobre las formasde financiación pública, controlar las reser-vas del Estado y diseñar su distribución,defender los intereses de las economías na-cionales en el concierto económico interna-cional, proteger a los demás bancos, pre-viendo su posible colapso, ayudar a las insti-tuciones financieras y comprar participacio-nes de otros bancos.

Así pues, según siguió diciendo el Dr.AbdelKáder Chachi, el banco islámico pue-de ofrecer diferentes servicios. Entre ellosestarían: dirección y asesoramiento, cambiode divisas, bonos convertibles y acciones.También servicios a los demás bancos, comopor ejemplo a los bancos de depósito.

Entre las modalidades contractuales depréstamo que se contemplan en el SistemaBancario Islámico, las principales serían:

-- Al Mudaraba. El banco, en este caso,pone todo el capital, mientras que el clienteaporta el esfuerzo para realizar una comprapara negocio o desarrollo de una empresa.Ambos, banco y cliente, se reparten el bene-ficio y, en caso de que se produzcan pérdi-das, se comparten también.

-- Al Murabaha. El banco compra el pro-ducto solicitado por el cliente a un preciodeterminado, comprometiéndose a revenderloa éste, a otro precio, acordándose entre ambosla diferencia, que sería la ganancia del banco.

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En el contexto de la usura, elúnico fin de los bancos es el

aumento de su capital,mientras que en un sistema

islámico se comparten tanto losbeneficios como las pérdidas,prohibiéndose el dinero como

medio para ganar más dinero.

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-- Al Musharaka. Banco y cliente apor-tan capital como socios. Comparten ambosriesgos y beneficios según una determinadaproporción: 1/3 para el banco, 1/3 para elcliente y 1/3 para amortizar el préstamo.Sería una modalidad del primer caso.

En el caso de que alguien se viera obli-gado por cualquier circunstancia a recibir unbeneficio, fruto del Riba, tiene la obligaciónde destinarlo como sádaka —obras de cari-dad.

La intervención del Dr. Chachi cerró lasesión de la mañana, tras la que se ofreció unlunch a base de cwarman y refrescos en lasdependencias del Centro Cultural.

Tratamiento del interés

Por la tarde, abrió la sesión el Sr. AhmadSubh, manager correspondent del departa-mento Bancario de Aresbank Madrid, desa-rrollando el tema: “El tratamiento del in-terés en los bancos islámicos”. Comenzósu intervención agradeciendo a las institu-ciones organizadoras la oportunidad de unencuentro de esta naturaleza e inició loscontenidos de su ponencia hablando de lascualidades del sistema de vida islámico.Redundó sobre aspectos que habían sidodesarrollados por los anteriores conferen-ciantes, recalcando la naturaleza integral dela experiencia islámica y sus múltiplesdimensiones y aspectos que afectan a lamayor parte de las actividades humanas.Dijo también que en el Islam es de vitalimportancia la intencionalidad de las accio-nes y que cada individuo será juzgado porDios según sus intenciones, sin descuidarlos efectos que dichas acciones e intencio-nes tienen sobre la comunidad.

Citó, enumerándolas por orden, las fuen-tes jurídicas islámicas:

-- El texto Coránico, es decir, la LeyDivina o Palabra de Dios.

-- Al Hadiz AnNabawi y la aplicación delas sentencias proféticas.

-- La comparación entre acciones prece-dentes similares y las sentencias dictadas delfiqh –jurisprudencia—.

-- La unanimidad de los jueces en su dic-tamen y sentencia sobre una determinadacausa.

Centrándose en el tema de su disertacióndijo que Al-Riba —la usura--- en el idiomaárabe quiere decir "incremento que se produ-

ce en un bien o en una cosa". Econó-micamente significa el incremento acordadoentre prestatario y prestamista que se añadeal capital prestado al aplazar su amortización— pago--- bien sea satisfaciéndolo al iniciode la vida del préstamo o al final de lamisma, y fuese lo que fuese dicho incremen-to o el uso aplicado al monto del préstamo, oel resultado obtenido, ganancia o pérdida.

Al Riba, como práctica, era conocida yejercitada en las antiguas sociedades, pero almismo tiempo, criticada e incluso prohibida,como ocurría por ejemplo en Grecia. Las re-ligiones monoteístas, en general, han prohi-bido esta práctica. Y el Islam la prohibió deforma taxativa. Dice el Corán, en el Surat Al-Baqara:

"¡Creyentes! ¡Temed a Dios! ¡Yrenunciad a los provechos pendientes dela usura, si es que sois creyentes!

Si no lo hacéis así, podéis esperarguerra de Dios y Su Enviado. Pero si osarrepentís, tendréis vuestro capital, nosiendo injustos ni siendo tratados injus-tamente.

Si está en un apuro, concededle unrespiro hasta que se alivie su situación.Y aún sería mejor para vosotros que lecondonarais la deuda. Si supiérais..."

(Corán, 2:278, 280)

En el caso de que alguien seviera obligado por cualquier

circunstancia a recibir unbeneficio, fruto del Riba,

tiene la obligación dedestinarlo como sádaka —

obras de caridad.

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A pesar de esta prohibición, los investi-gadores islámicos tuvieron ciertas dudassobre el porcentaje del incremento de capi-tal que habría de ser considerado comoRiba. Como ejemplo tenemos las reflexio-nes de AbdulAziz Tawish, quien considerala existencia de Riba cuando el porcentajesube al 100%. Algunos, como Sheij MohdRashin Ridha, no consideran Riba el incre-mento aplicado al primer préstamo y sí al delos siguientes. Otros consideran Riba elincremento aplicado al préstamo destinadoal consumo pero no aquel que se aplica aactividades productivas, como dice el Dr.Dawalib.

El Islam considera Riba el incrementoaplicado sobre la compraventa de génerosidénticos, oro por oro, plata por plata. Trigo,cebada. dátiles y sal. En el caso de compra-venta de géneros similares, por ejemplo oropor plata, obliga:

-- A aplicar el cambio vigente en el mo-mento del establecimiento del préstamo, noen el de la fecha de amortización.

-- A realizar la entrega por el prestamistay la recepción del prestatario en el momentode concluir el acuerdo entre ambos.

En el Islam, la fuente principal de legis-lación es el Texto Coránico. La gobernabili-dad del poder ejecutivo recibe su legitimidaden tanto en cuanto observe y aplique la LeyDivina —Sharia— contenida en la Reve-lación. Siendo la convivencia y la solidari-dad las metas que el Islam pretende estable-cer en la comunidad, resultaría contradicto-rio consentir la injusticia entre sus miembros,permitiendo que alguien se aproveche de lanecesidad de un individuo o colectivo, ha-ciéndole pagar un incremento —Riba— so-bre el capital prestado que, en principio hasido tomado para cubrir dicha necesidad.

Llegamos así a la pregunta esencial deesta ponencia:

¿Son Riba los intereses bancarios, y porconsiguiente están prohibidos en el Islam? Ala luz de lo expuesto anteriormente, pode-mos decir: sí, porque se produce un incre-mento preestablecido sobre la cantidad apagar por el uso de un capital, ya sea paracompra o negocio. Pero permítanme aplazarmi respuesta personal y modesta opiniónhasta la conclusión final de esta ponencia —dijo en ese momento de su intervención elSr. Subh— para enumerar algunas de lasalternativas practicables que ofrece la eco-nomía islámica, y que son las siguientes:

(Dichas modalidades, ya habían sidoreseñadas y descritas perfectamente en laponencia del Dr. Abdulkáder Chachi, por loque ahora sólo las enumeraremos. Desa-rrollaremos tan sólo aquí la última, que nohabía sido tenida en cuenta por el ponente

anterior)Al Mudaraba, al Musharaka, al Mu-

rabaha y Baie Al Salam. Esta última consis-te en la compraventa de futuro —por ejem-plo de una cosecha agrícola— pagando anti-cipadamente el precio acordado.

Vemos así que en la Banca islámica exis-ten otras modalidades de préstamo, como seha mencionado en la intervención anterior,que implican distintas operaciones comercia-les islámicas, como la compra de una futuracosecha o la compra por alquiler (el actualsistema de lising).

En ese momento, ante la sorpresa degran parte de los asistentes a las jornadas, yen contradicción con lo que acababa de afir-mar, el señor Subh dijo tener serias dudaspersonales sobre el carácter de Riba de losactuales interesas bancarios.

Tras estas palabras, parte considerabledel auditorio mostró una evidente desapro-bación por asistir a una exposición tan con-tradictoria de un tema crucial dentro de laJornada.

Aspectos de la economía islámica

Tras una pausa, y alterando el orden pro-gramado, la Jornada se cerró con la inter-vención del profesor Doctor D. Alejandro

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Al Riba, como práctica,era conocida y ejercitada en

las antiguas sociedades,pero al mismo tiempo,

criticada e inclusoprohibida, como ocurría por

ejemplo en Grecia. Lasreligiones monoteístas, en

general, han prohibido estapráctica. Y el Islam la

prohibió de forma taxativa.

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Lorca, Catedrático de Economía de la Uni-versidad Autónoma de Madrid, que desa-rrolló la ponencia: "Aspectos destacados dela Economía Islámica".

Comenzó el profesor Lorca hablando delas diferencias entre los modelos culturalesislámicos y occidentales asegurando que enIslam, los aspectos materiales y espiritualesse encuentran muy unidos. Por contra, en elpensamiento laico existe una separación se-cular entre lo sagrado y lo profano. Esto haceque los economistas occidentales se preocu-pen sólo de los aspectos cuantificables. LaEconomía se convierte así en una ciencia po-sitiva. Una ciencia que atiende a lo que es. Elsistema islámico se preocupa por lo que de-bería ser, en este caso de cómo debiera ser laeconomía ideal. Trata aspectos sociales, tras-cendentes y religiosos.

En Occidente, los economistas neoclási-cos se preocupan tan sólo de los problemaseconómicos como la inflación, el precio, larenta, el PIB, realidades cuantificables; y esaha sido, tal vez, una de las razones de sus éxi-tos. La Teoría Neoclásica ha sido capaz deintroducir las matemáticas, aplicando fórmu-las. Sin embargo, esta concepción tiene lalimitación de que no hace referencia a nin-guna variable social. No hay en ella lugar pa-ra los valores. Estos están ubicados en otroslugares de la Ciencia, son variables exóge-nas, mientras que en el sistema islámico,estas variables están dentro del propio siste-ma económico. En Occidente, podemos super-poner al modelo económico distintos valoresexteriores a él, como el programa de un par-tido político, la Doctrina Social de la Iglesiau otros parecidos. Esta diferencia implicafuncionamientos diferentes en la dinámicaeconómica.

La definición general de SistemaEconómico está basada en el concepto deescasez. Como los recursos son siempre li-mitados, un sistema puede producir bienesque también lo son. Sin embargo, los deseosde consumo son ilimitados. Aparece el con-cepto de escasez cuando el mercado imponeun precio.

En todo sistema económico hay que de-cidir qué producir, qué consumir, cómohacerlo, con qué medios y para quien se pro-duce. A estas cuestiones trata de respondertodo paradigma económico. En el sistema li-beralcapitalista estos problemas ha de resol-verlos el mercado, que se convierte en elmecanismo regulador del sistema. Econo-

mía de Mercado en lo económico y Demo-cracia Liberal en lo político son hoy los mo-delos que componen la vida socioeconómicadel mundo occidental.

El sistema islámico acepta también elfuncionamiento del mercado, pero de unaforma distinta. En un zoco del Magreb noestán puestos los precios sobre los produc-tos. Existe una confianza entre comprador yvendedor, lo que dota a las transaccioneseconómicas de una cualidad especial. Losvalores morales implícitos en el Islam limi-tan los deseos de consumo, Podemos hablarasí de que existe en ese sistema un conceptodistinto de lo que es el consumo y un gradodistinto de la importancia de éste en la diná-mica económica general. Precisamente en laTeoría General del Consumo es donde qui-zás pueda producirse un mayor debate entrelos dos modelos, por la diferente concepciónque ambos tienen de esta realidad económi-ca.

En el modelo occidental se considera lanaturaleza como imperfecta. Hay algo quesiempre anda mal. No puede satisfacer ja-más, por muchos bienes que se produzcan,ese ilimitado deseo de consumo. En el Islam,se considera que el error está en el ser huma-no. Este ha de cuidar de la Creación —de laNaturaleza. Si algo falla, si la Naturaleza noresponde es a causa de que el hombre no hahecho un uso correcto de ella.

En Occidente, el individuo se consideraun bien en sí mismo, mientras que en el Is-lam existe el concepto de Ummah —co-munidad— que implica un bien colectivo.

El profesor Lorca terminó su exposicióndiciendo que en un mercado globalizado, co-mo el que se quiere construir hoy, es muy di-fícil que convivan dos sistemas económicostan contrarios, uno que contempla el uso delinterés bancario y otro que lo proscribe. Parasolventar esos escollos, los bancos islámicosactuales sustituyen el concepto de interés porotros conceptos que, finalmente, vienen acumplir la misma función dentro del sistemaglobal.

(Terminada su intervención y tras unaanimada sesión de interpelaciones y pregun-tas del público se dio por concluido el en-cuentro, cuya valoración general considera-mos positiva, a pesar de alguna deficienciasen la organización, entre ellas la mala cali-dad de la traducción simultánea, que obligóa que parte del debate con el público hubie-ra de realizarse en inglés. Pensamos que un

evento de esta naturaleza, con la necesidadde información existente y con el poder deconvocatoria que comporta, justificaría, porparte de los organizadores, una mayor aten-ción a estos aspectos de índole técnica quefavorecen el cumplimiento de los objetivosde la actividad).

Bibliografía:

CHAPRA, UMER. "Islam and the Economic cha-

llenge". The Islamic Foundation. London.

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Al hablar de Economía Islámica, nece-sariamente hemos de recurrir a, por un

lado, la obra del Profesor Muhammad Neja-hullad Siddiqi, profesor de Economía en elInternational Centre for Research in IslamicEconomics, perteneciente a la Universidaddel Rey Abdul Aziz, en Arabia Saudí; porotro, a los trabajos del Doctor M. Umar Cha-pra, Senior Economic Adviser de la SaudiArabian Monetary Agency también en ArabiaSaudita, y, finalmente, al Dr. Kurshid Ahmad,investigador de reconocido prestigio delInstituto de Estudios Políticos de Paquistán,actualmente Director de la Islamic Founda-tion en Gran Bretaña. Ellos han sido los quedurante años han animado el panorama eneste área de conocimiento con sus artículos,investigaciones y publicaciones técnicas.

La Economía Islámica, como rama de laEconomía Contemporánea se encuentra en laactualidad en sus fases iniciales de desarro-llo. Podríamos señalar la década de los 60como punto de inicio de la investigación or-ganizada en este área del conocimiento.

En esa época, a raíz de los movimientossocioeconómicos que se produjeron en lospaíses de mayoría religiosa islámica, los pen-sadores musulmanes comenzaron a examinarsu propia posición desde la perspectiva delIslam, articulando una aproximación islámi-ca a muchos de los problemas que se estabansuscitando en estos países1.

Este movimiento inicial se aceleró inme-diatamente debido al proceso descolonizadorque se estaba produciendo en el área, asícomo por la necesidad que tenía su pobla-ción de reconstruir sus esquemas sociales a

EL ISLAM Y LA ECONOMÍA

Dr. Jose Collado Medina

Transcripción de la ponencia realizada por el profesor doctordon José Collado, director del Área de Economía de la

Universidad Nacional de Educación a Distancia, UNED,en la Jornada de Introducción a la Economía Islámica, y que

nos ha sido facilitada por él mismo, juntamente con otrasponencias aportadas por dicha Universidad. El texto tiene el

valor añadido del análisis sobre la economía islámica hechodesde una prespectiva no islámica, es decir, teóricamente, desde

una posición de una mayor objetividad y distanciamiento dela cuestión que se trata.

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la luz del Islam2. En una primera fase, la con-frontación directa con la realidad la llevarona cabo los agentes sociales más radicales, en-tre los que se encontraban los de tendenciaizquierdista, y los reformadores sociales islá-micos radicales. En esta fase, se incidió en laaplicación de las enseñanzas económicas delIslam y la actuación se centraba en la crítica,desde el punto de vista islámico, de la TeoríaPolítica y Económica del Occidente contem-poráneo.

Más adelante, y una vez pasada la marearevolucionaria, el protagonismo de la acciónfue asumido por los economistas musulma-nes y otros profesionales afines, que se fue-ron interesando en esta nueva interpretaciónde la Economía.

Prolegómenos

La primera vez que se habla de la EconomíaIslámica como una ciencia es en 1.976, en laPrimera Conferencia Internacional sobre estamateria, celebrada en Mecca en Febrero dedicho año, bajo los auspicios de la Universidaddel Rey Abdul Aziz, teniendo como Presidenteal Dr. Muhammad Omar Zubeir.

En la historia del pensamiento islámicoeconómico actual, esta conferencia supuso elpaso desde “una enseñanza sobre la prácti-ca de la economía en el Islam” hacia “unaEconomía Islámica”.

Mas adelante, en 1.983, se publicó la pri-mera compilación bibliográfica, organizadaespecíficamente sobre este área de conoci-miento por la Islamic Foundation, contenien-do más de mil trescientas referencias biblio-gráficas actualizadas sobre el tema.

Hoy en día, en la segunda mitad de ladécada de los noventa, la Economía Islámicacuenta con Institutos de Investigación espe-cializados. En Europa hay instituciones co-mo la Islamic Foundation con sede en la ciu-dad de Leicester (Gran Bretaña). También enlos países tradicionalmente islámicos, comoel International Centre for Research in Isla-mic Economics, en Arabia Saudita, y el Isla-mic Research and Training Institute pertene-ciente al Islámica Development Bank (IDB)también en Arabia Saudita cuyo Deputy Di-rector, el Dr. Monzer Khaf, realiza tareas deinvestigación e implementacion en el áreabancaria. Asimismo en los Estados Unidos,donde paulatinamente van conformando sunicho de conocimiento, distante tanto de las

multicolores teorías clásicas de épocas pasa-das, como de una interpretación monolítica delcuerpo teórico, ajena a los tiempos que vivi-mos.

Pero quizás, antes de seguir adelante coneste trabajo, convendría delimitar, siquiera bre-vemente, el término Islam, con objeto de po-der definir después lo que entendemos porEconomía Islámica.

Necesarias distinciones

Al hablar coloquialmente del Islam hace-mos referencia a una serie de espacios geo-gráficos relacionados los unos con los otros,sujetos hasta nuestros días en sus delimita-ciones a variaciones muchas veces dramá-ticas. Cuando empleamos el término “islámi-co” conviene distinguir entre los que común-mente conocemos por “árabes” (termino queagrupa al mundo árabe, y a los países ára-bes) y el “islam no árabe” (en esta categoríaestán agrupados los musulmanes, y lo quese suele denominar mundo islámico), con-ceptos que se utilizan de forma indistinta yambigua en la mayoría de las ocasiones,pues ni son lo mismo ni significan lo mis-mo, estando unidos a veces por una historiay otras por una religión común.

Por delimitar más los términos que emple-amos, cita José U. Martínez3 tres caracteresque definen lo árabe y constituyen la arabi-dad: en primer lugar, hablar la lengua árabeen sus diversas variedades y considerarla sulengua natural; en segundo lugar, estimar patri-monio propio la historia y los rasgos culturalesde los árabes, que engloban a la religión islá-mica, y en tercer lugar reivindicar la identidadárabe, poseer conciencia de arabidad.

El Islam, como religión y sistema de vida,tiene una relación particularmente estrecha conlos árabes, siendo estos su núcleo y su agentedifusor y creador; pero el Islam, al difundirsepor variadas e inmensas zonas geográficas yentre muy diferentes pueblos, deja de ser unsistema exclusivo de los árabes. De esta mane-ra, en la historia y en la actualidad, pueblos noárabes asumen y representan en un primerplano la defensa del Islam, con el que se hanidentificado totalmente; fue el caso del ImperioOtomano entre los siglos XVI al XX, y el dePaquistán o Indonesia en la actualidad.

En el mundo Islámico de finales del mi-lenio, podemos diferenciar tres grandes áreasgeográficas, a saber:

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I-. Los países árabes de Asia Sudocci-dental, que integran lo que entendemos colo-quialmente como Oriente Medio y que, consu centro en Arabia Saudita, agrupan a Ye -men, Emiratos Arabes Unidos, Estados delGolfo, Irak, Siria, Jordania y Líbano.

Se trata de estados en los que predominala lengua y la etnia árabe, y que proclamansu arabidad.

II.- Los países árabes del Norte de Áfri-ca: Egipto, Libia, el Magreb —formado porTúnez, Argelia, Marruecos—. En este grupoincluimos también a Sudán y Somalia en elÁfrica Oriental, y a Mauritania y el Sáharaen el África Occidental.

III.- Los países islámicos no árabes deOriente, que se extienden desde las repúblicasislámicas de la antigua Yugoslavia,Turquía,las nuevas repúblicas islámicas surgidas deldesmembramiento de la Unión Soviética, Irán,hasta Afganistán, Paquistán, e Indonesia.

Estamos hablando en total de un colecti-vo de 850 millones de personas, aproxima-damente el 17 % de la población mundial

Así pues, al hablar de Economía Islá-mica, podemos definirla —basándonos en elconcepto de Economía que da Francisco Mon-chon4— como: “aquella ciencia que estudiala forma en que los individuos y la sociedadefectúan las elecciones y decisiones paraque los recursos disponibles, que siempreson escasos, puedan contribuir de la mejorforma a satisfacer las necesidades indivi-duales y colectivas de la sociedad, teniendocomo elemento diferenciador, que le da iden-tidad, el compromiso del investigador deesta materia en considerar el Corán y laSunna5 como su guía y punto de referencia.”

El racionalismo del consumidor

En esta primera aproximación, debemos pre-cisar qué entendemos por Ciencia Eco-nómica, para poder insertar nuestro estudioen un marco teórico compartido por los lec-tores. Entendemos la Ciencia Económica co-mo algo más que un lenguaje bien construido.La usaremos como un lenguaje de comunica-ción, a través de lo que Hempel ha denomi-nado “implicaciones contrastadoras”.

Enfrentamos el estudio de la EconomíaIslámica con la presunción de que el cambiocientífico se produce porque aparecen pro-blemas que la teoría no resuelve satisfacto-riamente. De forma que el motor del cambio

obedece a que la realidad de los países islá-micos ha cambiado, y a que el proceso dereforma conceptual —inherente al cambiocientífico— de la economía va adaptándose,con desfases o retrasos, a esa realidad.

En segundo lugar, sucede también quelos rasgos caracterizadores de la realidad quefiguran en las diversas etapas teóricas del cam-bio se abstraen mal, quedando incluso algu-nos al margen, debido principalmente al ace-lerado cambio que han sufrido las teoríassociales de corte izquierdista, principalmen-te el socialismo y el comunismo.

Por último, las distintas comunidades decientíficos sociales están atentas, desde pers-pectivas metodológicas dispares, a dominiostambién distintos de la realidad. Esto planteaproblemas verbales de comunicación, queinciden sobre la situación global de esta cien-cia.

En definitiva, deberemos hallar una leygeneral que nos explique la dinámica de estecambio.

Análisis del cambio

Llevado por mi interés sobre la contribuciónde Max Weber al conocimiento de los orí-genes del capitalismo como sistema eco-nómico, estaba yo leyendo el libro de HorstClaus Recktenwald. “Economía Política.Una perspectiva histórica”6. Buscaba elhilo metodológico conductor que me permi-tiera acercarme a la economía islámica conuna óptica científica actual. Revisando elEpilogo, un ensayo del Profesor ManuelJesús González me puso en la pista de loque andaba buscando, al decir que “las dis-continuidades intelectuales o la revoluciónpor reforma en el aparato conceptual quecada teoría supone, se realiza muchas vecespor etapas a través de un costoso procesode tanteos sucesivos, de ensayo y error”7.

Ciertamente, la experiencia histórica nosdice además que los sucesivos tanteos tienena veces errores lógicos que la crítica internade cada comunidad científica se encarga dedepurar.

La respuesta combinará, según el caso,factores internos y externos a la propia cons-trucción teórica, sustentándose el proceso enla realidad cotidiana.

Tomemos, por ejemplo, la Teoría delConsumo. Los actuales investigadores islámi-cos no aceptan la formulación actual de la

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Teoría del Comportamiento del Consumi-dor, dado que tiene que ver con los valoressociales e ideológicos de la sociedad no islá-mica en la que han sido desarrollados.

A pesar de ello, no aportan una soluciónalternativa. Su crítica parece centrarse direc-tamente en los valores del consumidor, envez de dirigirse a los instrumentos de análi-sis, aún cuando pudiera pensarse que un tipoconcreto de valores necesita dotarse de he-rramientas específicas. Estos investigadoressuelen ver la Teoría del Consumo desde laóptica de la legalidad de los bienes y servi-cios ofrecidos al consumidor, esto es, desdela perspectiva de su adecuación a los precep-tos de la ley islámica.

Existen otros autores, entre los que seencuentra el Dr. Monzer Kahft8, que hanenfocado el problema desde su raíz, estu-diando en la Teoría del Consumo, aspectostales como el racionalismo del consumidor,o el concepto de bienes de consumo en elmarco de una economía islámica.

Repasando la obra de Weber, y si habla-mos de racionalismo, el capitalismo aparececomo la materialización de éste. En cambiopara Marx, de haber podido contestarle,9 estaconcepción hubiera sido insostenible, aunquesolo fuese porque, para él, las fuerzas pro-ductivas se hallan coartadas y limitadas porlas relaciones sociales existentes. En su obra“La ética protestante y el espíritu del capita-lismo”10, Weber hizo una aportación esen-cial a la Teoría de los Orígenes del Capitalis-mo, de ahí que nos fijemos en él ahora. Re-calcó en este libro el funcionamiento inde-pendiente de las ideas como base del creci-miento económico.

Según pensaba Weber, si el capitalismohabía de funcionar bien, con eficacia, necesi-taba tener una personalidad en la que el asce-tismo espiritual y material fuesen un valor ensí mismos. Esto lo veía en el calvinismo. Elcalvinista trata de probar su dignidad de ele-gido poniendo sus principales miras en eléxito de sus negocios. La teología calvinistadictaba a sus fieles un duro trabajo y les ve-daba los placeres mundanos; las gananciassolo podían reinvertirse en negocios. Estaconducta ascética era el origen de la acumu-lación de capital.

La racionalidad, el trabajo incesante, elllevar unas cuentas exactas para poder expli-car lo que estuviera sucediendo en cualquiermomento, y el comercio pacífico eran las úni-cas cosas que cuadraban con su ethos.

Weber ilustró también el influjo de lareligión sobre la economía en un artículo enel que estudiaba las sectas protestantes de losEstados Unidos de Norteamérica. Observa-ba allí que el reconocimiento de la posicióneconómica de una persona tenía mucho quever con su calidad de miembro de alguna igle-sia. Según él, pertenecer a una secta religiosaera un certificado de moralidad y de rectituden los negocios. La exclusión de una sectapor alguna falta moral significaba a menudola pérdida de posición económica, mientrasque el estar vinculado a una religión atraía eléxito en las gestiones de negocios.

Al poner de relieve de este modo los fac-tores externos, venía a decir Weber que la eco-nomía podía explicarse no sólo por causasinternas —de dentro hacia afuera— sino queera necesario incorporar a su estructura teó-rica importantes influencias exógenas.

Con todo ello, no quería decir que el pro-testantismo hubiese sido el origen del capita-lismo; sólo pretendía determinar en qué pro-porción influían sobre el desarrollo econó-mico las fuerzas religiosas. La forma racio-nalista del capitalismo que se da en occiden-te, no se manifestó en la India ni en China.La causa de ello veíala Weber en que sólo enEuropa habían coincidido, en determinadasfases de la historia, las corrientes espiritualesy los intereses materiales que fundamentaronla economía que hoy nos es familiar. Webersostenía que, en el caso del capitalismo occi-dental, la religión contribuyó a formar uninstrumento muy eficiente para la creaciónde riqueza.

Problemas de injerto

Cuando se exportó el modelo occidental alos países con raíces islámicas, se produjoun severo rechazo por parte de estos últi-mos, pues el racionalismo islámico con-templa elementos ajenos a su propio esque-ma, como pueden ser:

1) El concepto del éxito.En el Islam, el concepto del éxito se

encuentra siempre asociado con los valoresmorales. La virtud, en el contexto islámico,implica una actitud positiva hacia la vida yhacia el ser humano.

2) La dimensión temporal en el compor-tamiento del consumidor.

El Islam une íntimamente su creencia enel Día del Juicio y la vida en el mas allá con

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su fe en Dios. De forma que estas creenciasamplían el horizonte temporal del musulmánmas allá de la muerte. Así, la vida de antes yla de después de la muerte se hallan íntima-mente ligadas de forma secuencial.

Esto tiene dos efectos sobre el comporta-miento del consumidor:

a) Todo acto de escoger, se divide en doscomponentes:

--Su efecto inmediato en esta vida.-- Su efecto posterior en la vida del más

allá.11

Por tanto, la utilidad derivada de esaelección es la suma total de los valores actua-les de esos dos efectos.

b) El número de usos alternativos de larenta de cada persona, se ve incrementadopor la inclusión de todos los beneficios quese obtendrán sólo en el más allá.

Como ejemplo de tales usos alternativos,están:

-- Los préstamos sin interés --al-qard al-hasan.

-- La limosna al pobre y al necesitado; aeste respecto conviene recordar que existendos clases de limosnas en el Islam: la prime-ra, sádaqa, se da voluntariamente, mientrasque la segunda, zakat12, es obligatoria, sibien ésta no se considera un impuesto sinoun préstamo a Dios, que Él retribuye purifi-cando la riqueza del que da la limosna. His-tóricamente, el zakat ha sido recaudado porel Estado, y se usa para hacer frente a diver-sas necesidades de la comunidad, tales comosocorrer a los pobres, las viudas y los huér-fanos.

-- Los gastos en seguridad social para lasgeneraciones futuras.

-- Las mejoras en las condiciones de vidade la comunidad, aún cuando no tengan unreflejo inmediato en la vida del individuoque las provoca.

--La propagación del mensaje del Islam,etc.

Tales usos alternativos de la renta en elmarco del Islam, producen un beneficio cuyautilidad en el marco de una economía capi-talista o socialista puede ser cero o negativo.

En el hadiz o tradición, tenemos abun-dantes citas incitando a aceptar las propiasresponsabilidades con la sociedad y a traba-jar por su mejora. Así, por ejemplo, podemosleer en el hadiz treceavo:

"Ninguno de vosotros cree, hastaque quiera para su hermano lo que quie-re para sí mismo."13

Anexo

Desde una perspectiva más amplia que abarquea todos los hechos económicos relaciona-dos con el dinero, no hay sistema económi-co que prospere si sus miembros no aho-rran. En nuestras economías modernas, estedinero que se ahorra suele ser retribuido porlos bancos e instituciones financieras median-te una cantidad fija. Así, decimos que nues-tras cuentas de ahorro tienen un interés fijo.Pero el cuerpo legal musulmán, la Shariah,une la retribución del capital con la res-ponsabilidad de obtener beneficios o pérdi-das.Nadie puede exigir una retribución fija delcapital que invierte en una empresa; a estehecho se denomina técnicamente Riba y,como hemos visto, está taxativamenteprohibido en el Corán.¿De qué forma puede un musulmán llevaradelante un proyecto empresarial? Básicamentede tres, a saber :a) Uno mismo es libre de actuar al mismotiempo como propietario y como financie-ro, usando su propio dinero.b) En el caso de necesitar la ayuda de otraspersonas, puede entrar en sociedad --shir-kah-- con ellas, sobre la base de aportar sutrabajo, su experiencia o su dinero a dichasociedad.c) Si, por último, nuestro sujeto no tiene laposibilidad de participar activamente en unnegocio junto con otras personas, le queda laposibilidad de realizar un contrato de muda-rabah.

En la figura del mudarabah, una personaproporciona capital, otra trabajo y ambos com-parten el riesgo de tener más o menos be-neficios en una cantidad prefijada con ante-lación.

Las pérdidas en el negocio recaen sobreel que ha puesto el capital, no recibiendo nin-gún salario en este caso el trabajador.

En el siglo VI, con el advenimiento delProfeta, que la salvación y la bendición deDios sean con él, como hemos visto, la circu-lación monetaria era intensa, aunque no entodas las antiguas regiones del Imperio Ro-mano y de los países asiáticos. Los comer-ciantes árabes, que estaban en contacto conlas regiones civilizadas del mundo conocido,estaban muy familiarizados con las monedasexistentes y las usaban en sus transaccionesdiarias. Por otra parte, el trueque aún estabavigente y se efectuaban gran número de tran-

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sacciones de este tipo, especialmente en elsector agrícola.

El Profeta, que la salvación y la bendi-ción de Dios sean con él, insistió en el uso dela moneda como medio de cambio frente altrueque, en el cual se daban prácticas que po-dían llevar a la explotación y a la injusticia,de forma que el uso del trueque quedó redu-cido a una serie concreta de casos.

Por ejemplo, el trueque podía tener lugarentre productos de diferente clase siempreque su posesión se traspasara simultáneamen-te de manos. El cambio de dos activos de lamisma clase no se podía realizar, excepto sila cantidad de ambos era la misma y se pro-ducía simultáneamente el cambio de titulari-dad entre ambas partes.

Como hemos visto con anterioridad, untrueque en el que se intercambian dos activosde la misma clase sin que se equiparen lascantidades o sin que se produzca la transfe-rencia inmediata de la titularidad de la pose-sión se conoce como riba al fadl.La ley tole-ra los trueques en estas condiciones debido asu común aceptación, pero no se estimulan.Otras veces, el Profeta, que la salvación y labendición de Dios sean con él, dio instruc-ciones concretas de no celebrar acuerdos co-merciales basados en el trueque. Aconsejóvender un producto por dinero, y comprar elotro al precio estipulado. De esa forma elProfeta, que la salvación y la bendición deDios sean con él, acepta el dinero comomedio de cambio.

Asimismo reconoció el papel del dinerocomo depósito de valor, cuando exigió tam-bién el zakat sobre los activos monetarios.

La Teoría General del Zakat se basa enque el zakat se exige en base a la riqueza delindividuo, la cual puede crecer potencialmen-te. El hecho de que se cargue el zakat sobrelos activos monetarios sugiere que se ha tra-tado también al dinero como un factor deproducción. Tiene la capacidad potencial decrecer y crear más valor.

Esto nos lleva a la discusión de la consi-deración del dinero como agente productivo,y de su remuneración por participar en laproducción.

En las economías capitalistas, se le haasignado al dinero un papel preeminente so-bre los demás factores de producción.

Con independencia de los resultados dela actividad productiva que tiene lugar por lacombinación de la tierra, el trabajo, el capitaly la actividad empresarial, es práctica común

en nuestras actividades financieras y banca-rias, el que la remuneración del dinero --como sinónimo de capital-- deba ser deter-minada y asegurada de forma previa.

En nuestra práctica financiera occidentalcontemporánea, llamamos a esta remunera-ción, interés. De esta forma, la institución delinterés en nuestros días está profundamenteligada con el concepto del dinero.

En el Islam se acepta al dinero como fac-tor de producción pero, contrariamente a ladoctrina imperante en la banca occidental,no se considera que su remuneración debaser determinada ni asegurada de forma pre-via, sino que más bien depende de los resul-tados de la actividad productiva.

En el caso de que esta actividad generealgún tipo de valor extra o adicional al inver-tido --esto es, beneficio-- se puede distribuirentre los factores participantes en el procesoproductivo.

En el caso de que se produzca una pérdi-da de capital, ésta también se distribuiría deforma proporcional entre dichos participan-tes. Cualquier remuneración del capital quese efectúe desconectada de su productividaddebida a la inversión efectuada, se considerafuera de la ley y es considerada Riba.

El capital no puede reclamar una retribu-ción periódica fija sin que se tenga en cuen-ta el nivel de su productividad. Puede encambio participar en la actividad comercialcomo un socio más a repartir tanto las pérdi-das como los beneficios.

Por tanto, aquellas formas de actividadeconómica que garantizan una remuneraciónfija, se consideran incluidas en la riba. Frentea este planteamiento, tenemos los canales dela shirkah y de la mudarabah, como formasasociativas mercantiles en las que compartircrecimiento y producción.

No obstante, la riba tiene una connota-ción más amplia que la retribución fija delcapital como factor de producción. En elcaso de que se realice un préstamo con dine-ro, no se puede reclamar ningún interés so-bre el principal, tal como se recoge en el Co-rán, Sura 2, Al-Baqarah --La vaca-- Ayats275-80 antes mencionadas.14

Tales incrementos del principal del prés-tamo constituyen riba, según la Shari´ah, elcuerpo legal musulmán, con independenciadel fin para el que se haya realizado el prés-tamo.

Este servicio financiero, se puede haberrealizado con diferentes fines:

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I) Con fines comerciales.En caso de que se haya prestado el dine-

ro con fines comerciales, el prestamista tienedos posibilidades acordes con la legislación:

A) Puede que no desee participar enel beneficio que obtenga el deudor, en cuyocaso deberá entenderse el préstamo como unprestamo sin interés, con fines humanitarios,también llamado solidario o qard al hasan.

B) Puede desear participar en elbeneficio obtenido por el deudor del présta-mo. En este caso:

1. Puede convertirse en socio sobre labase de compartir las pérdidas y los benefi-cios, o

2. En un financiero, también llamadorabb ul mal, que realiza un contrato tipo mu-darabah. En cualquiera de estas opcionesdeberá aceptar la responsabilidad de la pér-dida junto con el éxito del beneficio. En laprimera situación no podrá reclamar nadamás allá de la cantidad prestada.

II) Para adquirir bienes de consumo.Si el objeto del préstamo fuese la adqui-

sición de bienes de consumo, ha de consi-derarse como del tipo qard al hasan.

Tales incrementos del principal de estetipo de préstamo constituyen, según el cuer-po legal musulmán, la Riba un nasiyy´a.

Qard al hasan

La extensión del qard al hasan supone laaceptación de una obligación moral de soli-daridad con el más desfavorecido, por loque no se podrá pedir ninguna remunera-ción monetaria por ella.

El socorro al pobre y al necesitado ha si-do una virtud reconocida por todas las civili-zaciones a lo largo de la historia de nuestrahumanidad.

Si profundizamos un poco más en el qardal hasan, como institución de la EconomíaIslámica, veremos que es una fórmula queprovee el esquema general de la seguridadsocial basada en lazos familiares, locales,regionales y nacionales.

La principal obligación de los miembrosde una familia, dentro del esquema familiarislámico, es extender el qard al hasan a to-dos los miembros necesitados de la misma.En el caso de que eso no sea posible, por loscondicionamientos económicos en los que sevean envueltos, habrán de ser sus vecinos losque auxilien a los necesitados más próximos.

Globalmente hablando, habrá de ser elEstado el que corra con esta obligación, cuan-do no les sea posible ni a la familia ni a losvecinos. De cualquier forma, la instituciónhabrá de ser organizada de forma que ningu-na persona necesitada sufra explotación porotra, debido a la no existencia del conceptosolidario que supone el qard al hasan.

La institución del qard al hasan es her-mana del Infaq. Se entiende por Infaq, el gas-tar en el pobre y en el necesitado, entre losque nos incluimos nosotros mismos y nuestrafamilia.

El qard al hasan es un préstamo recupe-rable por el prestamista. La Shariah prefierela figura del qard al hasansobre la del Infaq,pues la primera produce autoestima en el queha pedido el préstamo y le deja en una situa-ción en la que, moralmente, debe recupe-rarse de la mala situación que ha pasado y,asimismo, debe recomenzar la empresa queresultó fallida.

El infaq se aplica más bien en aquelloscasos en los que no se puede devolver el di-nero, como ocurre en el caso de las viudas,huérfanos e inválidos, o en aquellos en queno es recomendable hacerlo, como ocurre enel caso de los padres que dependen de uno,la esposa, los hijos, etc.

La Teoría del qard al hasan ha cristaliza-do en un elaborado código de conducta, tan-to del deudor como del acreedor. Podemosresumirla en los siguientes puntos:

I. No se puede pedir un préstamo a me-nos que sea extremadamente necesario.

Pedir prestado para adquirir bienes su-perfluos y de lujo, está fuera de todo lugar enuna economía islámica.

Podemos pedir prestado si no tenemoscubiertas las necesidades básicas. De igualforma nadie está obligado socialmente a ex-tender el qard al hasansi el deudor desea lle-var una vida de relajo y disipación, tambiénllamadas israf o tana´um.

En el marco de la Shar´iah, no se aprue-ban ese tipo de peticiones.

II. Es deseable que las transaccionessean anotadas en presencia de testigos, ex-cepto aquellas que se celebran en el día a día.

III. El prestamista puede pedir una hipo-teca, conocida técnicamente como rahn. Enel fiqh, cuerpo de jurisprudencia, se da unadetallada regulación de esta materia.

IV. El deudor ha de ser instruído sobrecómo hacer efectivo el préstamo en la fechade caducidad.

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V. Una persona que desee devolver elpréstamo antes de la fecha de caducidad,debería poder hacerlo sin esperar necesaria-mente a su término.

VI. El acreedor deber tratar al deudorcorrectamente. No debería, en circunstanciasnormales, perseguir al deudor por causa desu dinero. No se debería faltar a la dignidaddel deudor con procedimientos indecentesde recuperación de los préstamos.

VII. En caso de que un deudor busque elextender el término de su crédito, se le debeconceder con generosidad.

VIII. El acreedor debería garantizar lacancelación del préstamo en caso de que eldeudor sea incapaz de devolvérselo en sutotalidad.

En el caso de que ni el acreedor deseegarantizar la cancelación, ni el deudor puedarealizar la devolución, habrá de ser el Estadoel que ayude al deudor con fondos sacadosdel zakat, lo cual se recoge en el Corán, Sura9, At-Taubah--El arrepentimiento-- Ayat60,donde se dice:

"Las limosnas son tan sólo para lospobres, los menesterosos, los recaudado-res, los pusilánimes; para la redenciónde esclavos, los insolventes; para la cau-sa de Dios y para el viandante; ello esun precepto dimanado de Dios; porqueDios es sapientísimo, prudente."15

Esta Sura, la 9 por orden tradicional, esla 113 por el orden de su revelación. Fue re-velada en Medina el día 24 del mes deYumada 1º del año 9 de la Hégira (29 deJunio del 631 después de Cristo).

De esta manera, el qard al hasan es unelemento del esquema general de la seguri-dad social de la comunidad, contempladopor la Shari´ah en el infaq y en el zakat.

Notas

1.- Más información sobre este particular se puede

encontrar en: MORALES LEZCANO, Víctor. "Situa-

ción y desarrollo de la UMA entre la CEE y la Crisis del

Oriente Medio." UNED. Madrid 1.993.

Del mismo autor: "España y mundo árabe: Miradas

cruzadas."Agencia Española de Cooperación Internacional.

Madrid 1.993

2.- Con referencia a la zona del Magreb, se puede

encontrar una aproximación más detallada en: BUR-

GAT, Francois. "L´Islamisme au Maghreb. La voix du

Sud." Karthala, Paris, 1988.

3.- MARTÍNEZ CARRERAS, José U. "La inde-

pendencia Árabe."Cuadernos Historia 16. Madrid 1.985.

4.- MONCHON, Francisco. "Economía Básica."

MacGraw-Hill. Madrid 1.994

5.- Los cinco pilares del Islam --fe, oración, limos-

na, ayuno y peregrinación-- forman parte esencial del

complejo sistema de legislación que regula la conducta

del musulmán. En realidad, esta legislación conocida

como "sharia", término que se podría traducir como:

"camino despejado a seguir", es el aspecto más carac-

terístico de la vida islámica. A diferencia de las culturas

occidentales en las que la ley y la religión están separa-

das, el Islam entreteje a las dos en una sola serie de

reglas que rigen las relaciones del hombre no sólo con

Dios sino con sus semejantes. La sharia tiene cuatro

fuentes fundamentales: El Corán, la Sunna o analogía,

que es una compilación de preceptos basada en los prin-

cipios que han servido de fundamento a otras decisiones

anteriores, el consenso, esto es, la aprobación colectiva

de los eruditos religiosos --ulemas-- que representan a

toda la comunidad musulmana, y el hadith o tradición,

que es una compilación de diversos actos y dichos atri-

buidos al profeta. Podemos encontrar más información

sobre este tema en el libro de DESMOND STEWART.

"El antiguo Islam." Time-Life. Amsterdam 1.971.

6.- RECKTENWALD, H.C.. "Economía política.

Una perspectiva histórica." Instituto Nacional de Pros-

pectiva y Desarrollo Económico. Madrid. 1977.

7.- RECKTENWALD op. cita. p. 525.

8.- KAHF, Monzer. "The Islámic Economy." The

muslim students ass. of the United States and Canada.

1.978.

9.- Recordemos que Carlos Marx muere en 1.883,

un año después de que Max Weber se matriculase como

estudiante de leyes en la Universidad de Heidelberg.

10.- WEBER, Max. "La ética protestante y el espí-

ritu del capitalismo." Península. Barcelona 1.973.

11.- El Corán habla del gozo en el mas allá en

numerosas ocasiones. Existen algunas suras específicas

que se refieren a la acción de medir y comparar los efec-

tos inmediatos y diferidos de una acción, tal como se

puede leer en la Sura 2, Al-Bakarah, ayats 263/61, en

las que se dice "quienes dan su riqueza en la senda de

Dios se parecen a un grano que da siete espigas, y en

cada espiga hay cien granos. Dios dobla la recompen-

sa a quien quiere. Dios es Inmenso, Omnisciente”

Usamos la primera edición del Corán, traducido

por Ahmed Abboud y Rafael Castellanos. Centro Islá-

mico de Venezuela. Valencia. Como texto complemen-

tario, usaremos la traducción de Juan Vernet. Planeta

Barcelona 1.983.

12.- Se puede encontrar mas información al res-

pecto en el libro de CAHEN, Claude. "El Islam. Desde

los orígenes hasta el comienzo del Imperio Otomano."

Historia Universal Siglo XXI. Madrid 1.980.

13.- IBN SHARAFUD-DIN AN-NAWAW, Yahia.

"Los cuarenta Hadices (An-Nawawiyah)." La casa islá-

mica. Barcelona 1.979. pagina 59 ss.

14.- Sagrado Corán, traducido por Ahmed Abboud

y Rafael Castellanos Op. cit.

15.- Usaremos la traducción del Sagrado Corán,

por Ahmed Abboud y Rafael Castellanos. Primera Edi-

ción. Editorial arábigo-argentina El Nilo. Autorizada por

la Liga Islámica Mundial. La Meca. Arabia Saudí.

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«Nuestro estado social no permite alas mujeres la posibilidad de valorar sucapacidad. Parecen destinadas única-mente a dar vida a los niños y a alimen-tarlos. Este estado de servidumbre haminimizado en ellas la facultad para lasgrandes realizaciones. He aquí por quéno se ven entre nosotros mujeres dotadaspara las virtudes morales. Su vida sedesarrolla como la de las plantas.»

Ibn Rushd (Averroes)

Posiblemente todo lo escrito sobre el pa-pel de la mujer en la Economía Islá-

mica, haya interesado más a la mujer —portratarse de algo referente a ella— que alhombre. Quizás porque éste considera queel tema corresponde especialmente a aque-lla, dado que tiene una relación directa consus problemas, sus inquietudes y esperan-zas, siendo ella la más apta para describirlos,representarlos y tratarlos. A pesar de todome propongo reflexionar sobre esta cues-tión, estimulado por diversas razones.

La economía, en el Islam, interesa a lamujer como musulmana, como productora ycomo consumidora. Por lo que respecta alprimer punto, es obvio que las mujeres “sonsemejantes a los hombres”, ya que la vidareligiosa y su destino dependen de las accio-nes de los musulmanes y de las musulmanaspor igual. En lo que concierne a la economía,la mujer produce igual que el hombre. Quisie-ra advertir que por producción no debe consi-derarse únicamente aquello que se refiere ala renta monetaria familiar. El trabajo delhogar es asimismo producción en el sentidode que, en el caso de que el marido contrate

PAPEL DE LA MUJER MUSULMANA EN LA ECONOMÍA

AbdelHamid Tensamani Chebaguda

Uno de los temas que más controversia suscita desde laperspectiva europea en relación a la sociedad islámica, es el de la

mujer en sus diversos aspectos: social, económico, psicológico,existencial, etc. Tal vez el menos conocido, por poco anecdótico, sea

el de su papel dentro de la economía islámica. El doctorAbdelHamid Tensamani Chebaguda, Presidente de la

Asociación de la Prensa del Norte de África, analiza en nuestraspáginas esa faceta femenina y la situación actual de la mujer en

algunos países de mayoría musulmana.

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una criada para la cocina y la limpieza de lacasa, ésta recibe una compensación moneta-

ria conforme a las horas empleadas en dichalabor. Por lo que surge la cuestión de cuálesserían los límites materiales y morales quedeberían establecerse para que la mujer mu-sulmana pudiese cumplir con sus responsa-bilidades en una familia sana y feliz, en unasociedad armónica donde se respete el honory esté basada en un orden económico trans-parente y justo.

Mi respuesta es que la mujer musulmanadebe cumplir con todos los deberes que laLey Divina —Shariah— le ha prescrito pues,como dice el Corán:

“Dios no pide nada a nadie, más alláde sus posibilidades.”

(Corán: II, 286)

Esto significa que no se exige a los sereshumanos sino en la medida de su capacidad.

Una segunda condición es que todomusulmán pueda superar su egoísmo, per-mitiendo a su fiel hermana ejercer todos losderechos que la Ley Divina le ha concedido.

La participación de la mujer musulmanaen la educación del niño y su influencia so-bre el gusto y el sentimiento de los adultos,conforma y modela el entorno más valiosode la civilización, garantizando a la comuni-dad la conservación de sus valores y su pros-

peridad. La dimensión de su función socialaumenta en profundidad conforme se elevael nivel cultural de la mujer. Asimismo, unasituación tecnológica y civilizada en generalle permite ampliar sus horizontes culturales,haciendo de ella pilar esencial, unas veces enel hogar y otras en los llamados sectores deproducción.

El Corán dedica una Sura entera a la mu-jer, “Surat an Nisa” —las mujeres— asícomo diversos ayats —versículos— inde-pendientes.

En el período preislámico —la yahiliy-ya o Edad de la Ignorancia— la mujer árabesufrió una situación de desastrosa humilla-ción. Fue considerada como simple objetoentre las demás propiedades del hombre.

Hablando de esta situación dice elCorán:

“Pues cuando se anuncia a uno de ellosel nacimiento de una hembra, su rostro seoscurece y se sofoca, se oculta de las gentesa causa de la desgracia que fue anunciada.

¿Cogerá la criatura a pesar del des-honor o la ocultará en el polvo? Cuánmalo es lo que juzgan.”

(Corán 16: 58)

Tampoco tuvo la mujer mejor suerte entrela mayoría de los demás pueblos de la Anti-güedad. Así, en algunos diálogos de Platón és-te nos recuerda cómo Sócrates la considera“parte de los demás bienes, así el arado, laburra y la mujer”.

Y siguiendo con nuestra reflexión sobrela situación de la mujer musulmana, quieromencionar que el Sagrado Libro igualó a lamujer con el hombre, pues siempre quemenciona a éste hace referencia a aquella:

“Los musulmanes y las musulmanas” “Los creyentes y las creyentes”“Los que oran, las que oran”Así, mientras que en tiempos de yahiliy-

ya la mujer era objeto de herencia, con elIslam se transformó en heredera, pudiendodisponer de sus propios bienes y realizaroperaciones comerciales con objeto de incre-mentar su riqueza.

La Ley Islámica —Shariah— es la quedetermina y garantiza sus derechos y su ho-nor. La aparición de esta Ley supuso para lamujer el reconocimiento del derecho a lanutrición y protección del mismo modo queal hombre, igualando los derechos entre ellosen todo aquello que puede considerarse bási-co en cualquier sociedad.

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La participación de la mujermusulmana en la educación

del niño y su influencia sobreel gusto y el sentimiento de

los adultos, conforma ymodela el entorno más

valioso de la civilización

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“Las mujeres tienen sobre los espo-sos idénticos derechos.”

(Corán: 2,228)

“...los creyentes, varones o hembras,que obren bien, entrarán en el Jardín yserán proveídos en él sin medida.”

(Corán: 40,40).

“Los hombres tienen una parte de loque han adquirido, las mujeres tienenuna parte de lo que han adquirido.”

Así pues, de la consideración islámica dela mujer no puede deducirse la afirmación desu inferioridad respecto del hombre, ya que“la inteligencia está repartida por igual en-tre el hombre y la mujer, y es lo que distinguea los seres humanos en general”, como dijoAl Kindi.

En la mayoría de los sistemas sociales —antiguos, modernos o contemporáneos—existen conceptos problemáticos e inquietan-tes, dado que se prestan a variadas interpreta-ciones y a diferentes puntos de vista que amenudo resultan contradictorios. Estos in-quietantes conceptos acaban aflorando casisiempre con el paso del tiempo, renovandola realidad cultural. Actúan objetivamente enun sentido clarificador, conduciendo al siste-ma hacia una situación más estable, donde es

posible aprehenderlos con claridad yarmonía.

Entre las cuestiones inquietantes alrede-dor de las cuales se sitúa la polémica en eldiscurso islámico moderno y contemporá-neo figuran, en un lugar importante, la cues-tión de la mujer y la dialéctica de su papelsocioeconómico.

Así, según la interpretación del Sr.Muhammad Husanin Fadl Allah: “La consi-deración de la participación activa de lamujer en la sociedad es variable y suscitapolémicas, sobre todo si tenemos en cuentalas numerosas ideas inquietantes que la gen-te se forma sobre dicha cuestión, máxime enel marco religioso islámico. Esto puede con-dicionar negativamente la integración de lamujer en la realidad social contemporánea,o bien llevarla a una pérdida de confianzaen sí misma, provocándole diversas suges-tiones que modifiquen su sentir, su manerade percibir el entorno vital, e incluso cuestio-nar la responsabilidad que sobre ellarecae.”1

El Sheij Muhammad Mahdi Shams ad-Dindescribe este desconcierto en una obra so-bre la legislación de la mujer, titulada“Asuntos pendientes en el estatuto de lamujer”. El Dr. Qaradawi Yusuf, por su par-te, describe esta problemática en la frasesiguiente:

“el tema de la mujer en nuestras socie-dades islámicas constituye un ejemplo diáfa-no que genera dos actitudes: la exageracióny la insuficiencia.” Y añade también en estesentido: “Unas hermanas me han expresadosu fastidio con respecto a las conferenciaspronunciadas en los congresos islámicos cu-yos contenidos se refieren a los problemasque conciernen a sus derechos, obligacionesy condiciones según el Islam. La repeticiónmonótona de aquellos y su audición revistenun carácter punible.”2

El punto esencial donde se expresan lasdeficiencias existentes en el tema de la mujerreside en la dialéctica de su papel social y suparticipación en las funciones públicas.Cuando Muhammad Rashid Rida escribiósu obra “Los derechos de las mujeres en elIslam” e insistió en lo que el Islam proponesobre la participación de las mujeres junto alos hombres en los actos culturales o religio-sos y en las actividades socioeconómicas, seopuso a sus afirmaciones el Sheij Muham-mad Nasr ad-Din al Albani, quien adujo queaquella consagración era informal en razón

Entre las cuestionesinquietantes alrededor de lascuales se sitúa ladesavenencia en el discursoislámico moderno ycontemporáneo figuran, en unlugar importante, la cuestiónde la mujer y la dialéctica desu papel socioeconómico.

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de su contradicción con el sentido del versí-culo coránico, mientras que el Sheij RashidRida consideraba que el versículo coránicohabía concedido a las creyentes la responsa-bilidad conjuntamente con los creyentes,introduciéndose así la mujer en los límites dela hermandad y la colaboración financiera ysocial.

Por su parte, Muhammad Gazzali distin-guía en este desacuerdo la divergencia meto-dológica entre los faquíes —sabios del fiqh,Jurisprudencia— y los tradicionalistas en loque concierne a la lectura de las concepcio-nes islámicas y a sus aplicaciones en el con-texto de la realidad.3

Haciendo valer la opinión de la mujer, ladoctora Muna Yaqún afirma que “la mujermusulmana está aún muy lejos de poderejercer su derecho a desarrollar el papelsocial y universal que le corresponde. Suarbitraria marginación limita su existencia,enturbia su quietud y la aparta de todaacción. Vemos así que el problema del reco-nocimiento de la capacidad de la mujer, desu participación y de su rechazo a una tute-la ilimitada sobre ella, vienen a constituir losaspectos más destacados que preocupan sumente.”4

En esta introducción trataremos de defi-nir el problema objeto de nuestra investiga-ción. Existen problemáticas auténticas y pro-fundas en relación a los temas de la mujer enel discurso y en el proyecto islámicos queson objeto de estas reflexiones y cuya esen-cia radica en la dialéctica de su rol socioeco-nómico. Si existen divergencias no es a cau-sa de una indefinición del problema, sinoque más bien reside en los métodos de aná-lisis y en sus aplicaciones.

El área que ocupa la cuestión de la mujeren la literatura islámica, desde un punto devista cuantitativo, es extensísima, pero quienobserva estos textos con actitud crítica des-cubre ciertas peculiaridades, entre las quepodríamos destacar las siguientes:

1) En la mayoría de los textos predomi-na un estilo emocional y defensivo. Están es-critos en un tono de réplica hacia los prejui-cios y problemas que generan las influenciasno islámicas sobre la mujer en general, y so-bre la mujer en el marco del discurso islámi-co en particular.

En vez de comprometerse con opinionesen un debate usando un discurso de réplica,parecería mucho más adecuado partir direc-tamente de los fundamentos islámicos, de

sus formas de conocimiento y normativa, ala hora de abordar la cuestión de la mujer, sintemor a las susceptibilidades de la parte con-traria.

Hemos de tener en cuenta que esta situa-ción se ha producido en unas circunstanciasen las que el pensamiento islámico —en lamayoría de sus actividades— se hallaba enuna posición defensiva. Aunque esta circuns-tancia está cambiando, un gran número detextos islámicos no han sufrido variaciónalguna.

2) La mujer musulmana no basa sus ex-pectativas en respuestas que para nada alte-ran su realidad efectiva, sino en aquellas queatienden a sus necesidades, como serían lapromulgación efectiva de los derechos que leotorga el Islam, lo cual afectaría realmente asu situación actual, cambiándola. Para elloes imprescindible conocer la interpretación is-lámica para adaptar la normativa con respec-to a ella.

3) La mayoría de los textos islámicos so-bre el tema de la mujer son escritos por elhombre y no por la mujer.

Cuando el profesor Munir Shafiq expo-ne las opiniones de los islamistas sobre lamujer, cita más de veinte de origen masculi-no frente sólo a dos provenientes de las mu-jeres. Ciertamente, la crítica de esta actitudno implica necesariamente que el hombrehaya de despreocuparse del mundo de la

mujer. Esta situación debería superarse tra-tando de conocer las propias valoracionessubjetivas de las mujeres, sus formas didác-ticas y metodológicas —pues ellas se hallanmás cerca del problema— con objeto dediagnosticar su situación, conocer su onto-

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La mujer musulmana nobasa sus expectativas en

respuestas que para nadaalteran su realidad efectiva,

sino en aquellas que atiendena sus necesidades, cuales

serían la promulgación efectivade los derechos que le otorga el

Islam, lo cual afectaríarealmente a su situación

actual, cambiándola.

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logía y por consiguiente definir sus necesi-dades y exigencias.

Por otro lado, la cuestión no debería cen-trarse necesariamente en hacer una crítica alhombre por el hecho de haber expresado suopinión en el tema de la mujer, sino que hade procurarse que ésta pueda exponer con lamisma intensidad y frecuencia sus opinio-nes, y reconocer el hecho de que no se haconcedido demasiada importancia al dere-cho que le corresponde a expresar su situa-ción en los medios de comunicación ni a laposibilidad de publicar sus ideas en la mismamedida que al hombre.

La forma más usual de tratar el problemaaquí planteado es preguntándose si los prin-cipios de la religión musulmana favorecen,entorpecen, frenan o prohiben la participa-ción de la mujer en las actividades económi-cas (o en cualquier otro modo de produc-ción); o bien si son indiferentes a dichas acti-vidades.5

A mi entender, como veremos posterior-mente, ésta no es la cuestión primordial. Sinembargo es una cuestión que se plantea porsu interés en relación con el problema en suconjunto. Así pues, la analizaré sucintamen-

te. Es necesario, desde luego, reconocer conhumildad y con toda clase de reservas quelas competencias que se requieren para tratarun tema de tal envergadura son muchas y dediferente naturaleza. Además de las cualida-des de un teólogo, se necesitan las de un eco-nomista, las de un jurista y las de un sociólo-go conocedor de las diversas sociedadeshistóricas de los musulmanes además de lascontemporáneas. Es obvio que, en el estadoactual de las cosas, un experto en uno ovarios de estos terrenos, no puede serlo conel mismo grado de competencia en todosellos. Una reflexión interdisclipinar sobre untema tan complejo nos obliga a intentar esta-blecer un balance e imaginar, a partir del pre-sente, un porvenir posible. Nos conduce ainterrogarnos sobre el papel de la mujer enlas sociedades musulmanas, lo cual es unaempresa muy delicada, ya que afecta a terre-nos muy diversos y específicos, incluso paracada país en concreto, ya que el tema estáprofundamente ligado a la religión.

El Islam, en los países objeto de nuestraencuesta ¿es un factor de emancipación delindividuo en la esfera familiar o, por el con-trario, es un obstáculo?

El freno al desarrollo de la mujer, si escierto que existe ¿está ligado a la religión, oa una cierta lectura del Islam hecha por losdirigentes políticos?

Este estudio plantea el problema de larelación, del intercambio, de la ambigüedaden el tratamiento del conflicto entre la auten-ticidad y la universalidad, entre la sacralidady la laicidad, entre el Derecho Islámico y elDerecho Positivo.

Resulta útil a la hora de tocar el fondo dela cuestión, realizar un análisis comparativode valores y de modelos culturales, estudiarla oposición entre la cultura occidental y la cul-tura islámica dominante cuando ésta ha sidoalimentada por otras fuentes: beréber, negro-africana, persa, turca, etc... Si el Islam fueraúnicamente una religión, esta reflexión seríasencilla pero tal vez resultaría inútil. Pero elIslam es ciencia del ser y de la colectividad,ley social que dispone de Criterio, no sólopara explicar metafísicamente la relaciónentre el hombre y Dios, sino también lascuestiones concretas y sencillas de la vidacotidiana. Este Criterio está expresado en laShariah —Ley Islámica— sujeta ésta últi-ma a lecturas que están en relación con lascircunstancias que vive el ser humano en latierra. El Islam es religión y sistema socio-

La forma más usual de tratarel problema aquí planteado espreguntándose si los principios

de la religión musulmanafavorecen, entorpecen, frenan oprohiben la participación de la

mujer en las actividadeseconómicas.

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político. No vamos a tratar aquí el tema delos fundamentos políticos del pasado y pre-sente de las sociedades islámicas. Sinembargo sí que debemos plantearnos eltema de la relación del Islam contemporá-neo con la economía, en aquellos países quedestacan por su nivel de desarrollo en ambosterrenos.

No existe, según las fuentes de la LeyIslámica —Shariah— contradicción algunaentre economía e Islam. Sin embargo, la in-troducción de determinadas prácticas puedeocasionar rupturas con claros efectos socio-lógicos, que no por serlo dejan de emanar decausas económicas. Recordemos las socie-dades islámicas del periodo colonial. Los mu-sulmanes aplicaban en su conducta un Islamque se consideraba correcto, aunque estuvie-se plagado de malentendidos y desviaciones(marabutismo y supersticiones, por ejem-plo). Existía en favor de la religión, vista co-mo último bastión unificador, una voluntadde salvaguardia tan fuerte y real, que permi-tió salvar muchos obstáculos en el procesode descolonización.

La relación con la Modernidad era deotro tipo. Se podría dibujar, a grosso modo,una frontera entre las sociedades islámicaspropiamente dichas y las sociedades europe-as modernas implantadas, porque éstas dis-ponían de todos los signos y atributos —materiales y sociales— necesarios para uncierto estado de bienestar. Algunos musulma-nes integraron ambos modelos, pero consti-tuían una pequeña minoría que vivía de unmodo occidental u occidentalizado, salvaguar-dando los aspectos tradicionales de sus socie-dades, a la vez que beneficiándose ampliamen-te de las condiciones materiales de la pobla-ción europea.

Hoy en día, en razón de su mayor inde-pendencia política, las sociedades islámicastienen, teóricamente, la posibilidad de acce-der a la vida moderna, o sea, a una vida en lacual el consumo de bienes necesarios paraprocurar el bienestar se vea facilitado al má-ximo. (El término “bienes” incluye tambiénla salud, la escolarización, la vida cultural,etc...) Asimismo, ahora que la administra-ción de los países de mayoría musulmana esllevada a cabo por los musulmanes según supropio criterio, todo musulmán se encuentracon la posibilidad de recoger los frutos de sulabor, participando en la vida económica o,por lo menos, puede aspirar a ello. Puedeigualmente salvaguardar con toda legitimi-

dad su vida sociocultural y religiosa frente alas dificultades que le impone su condiciónde agente económico. Por otra parte su acti-vidad económica no debe comprometer lacontinuidad sociorreligiosa en la cual hanacido y que tan bien conoce. Las socie-dades objeto de este trabajo se esfuerzan pordefender su especificidad dentro de un plangeneral, a la vez que asumen determinadosvalores occidentales.

Ha sido la evolución de las formas occi-dentales la que ha impuesto la emancipaciónde la mujer, en aquellas sociedades donde elpoder y el saber están acaparados por elhombre adulto. Este cambio ha creado, enconsecuencia, una ética que se pretende uni-versalizar. La dificultad estriba en el hechode que esa ética mundializada es un arma dedoble filo. Si unos se adhieren a ella, otros seresienten ante el cambio, ya que proviene dela cultura occidental y por lo tanto provocaen el individuo un sentimiento de rechazo,basado en motivaciones de orden religioso,histórico, político y económico.

Antes de proseguir, deberíamos hacer al-gunas observaciones. La reflexión sobre lamujer musulmana plantea el problema de laindependencia del investigador musulmáncon respecto a ciertas imposiciones. Supo-niendo que haya rebasado la autocensura, sudiscurso —porque molesta al orden estable-cido— es calificado de medieval, de ser norepresentativo o de estar alejado de la reali-dad.

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No existe, según las fuentes dela Ley Islámica —Shariah—contradicción alguna entreeconomía e Islam. Sinembargo, la introducción dedeterminadas prácticas puedeocasionar rupturas con clarosefectos sociológicos.

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Como toda investigación en ciencias so -ciales, este trabajo implica postulados inicia-les que conviene presentar con un afán dehonradez autocrítica. Nuestra aproximaciónrechaza la apología, la condescendencia y laautodesvalorización.

Anexo: La persona: mujer, hombre

Cada civilización toma conciencia, a su ma-nera y de modo gradual, de la noción de serhumano, de sus derechos, de sus deberes,de sus estatutos e incluso de su papel en lavida. En el itinerario histórico recorrido porel Islam para establecer su noción de perso-na —shajs—, la denominación y el con-cepto se refieren tanto al aspecto físico delser humano como a su comportamiento, obien a su apariencia visible —zil— encuando presencia perecedera.

En Occidente, la persona se integra en lavida social jerarquizada por medio de la apa-riencia externa, en tanto que en el Islam lohace a través de la forma interna, de maneraque cada ser individual participa de formaigualitaria en la vida del grupo. El individuono está reconocido por un sistema de dere-cho fijo, homogeneizado, sino únicamente me-diante su nivel de pertenencia dentro de lajerarquía del grupo.

En el campo psicológico, el rol y el esta-tuto del hombre y de la mujer en las socieda-des islámicas han sufrido grandes transfor-maciones. El hombre conserva todavía, comoen las demás áreas culturales, una posicióncentral y unos derechos privilegiados en elseno de la familia. Aún hoy, el hombre repre-senta la autoridad familiar, el lazo de uniónentre los miembros de la familia y la sociedad.

Pero sobre todo, han sido el estatuto de lamujer y su papel social los que han sufrido lasmayores modificaciones. La mujer está con-siderada en muchas sociedades de mayoríamusulmana como un ser secundario y, desdeel punto de vista social, está totalmente mar-ginada. Es tratada como una eterna menor.

El hombre representa todo lo que es pú-blico y exterior en relación con la comuni-dad —asuntos comerciales, poder político—en tanto que la mujer asume lo que es deldominio privado e interior, principalmenteen relación con el hogar —vida doméstica.

Desde hace medio siglo, y bajo el cho-que de la modernización, los estatutos de lasmujeres han sufrido modificaciones gracias

a las reformas legislativas. Las relaciones so-ciales entre la mujer y el hombre se han ree-quilibrado sensiblemente bajo la influenciade la enseñanza y la apertura al mundo deestas sociedades.

Muchas cosas se han modificado en elseno de algunos espacios de población urba-na. Las mujeres tienen mejor conocimientode sus derechos y, sobre todo, el trabajo asa-lariado requerido por las exigencias econó-micas y financieras de la familia nuclear lasha hecho más libres.

A pesar de todo, existe siempre una con-tradicción entre la situación de hecho y la si-tuación de los derechos de las mujeres. Enrealidad, éstas están aún muy lejos de la con-quista total y efectiva de sus derechos y, en elmejor de los casos, viven una etapa de tran-sición. Según la expresión de G. Tillon: “de-jan de ser consideradas primas sin llegar atener aún la condición de persona”.

Por desgracia la imagen de la mujer mu-sulmana en la literatura occidental no ha cam-biado desde la descripción imaginaria hechapor Montesquieu en sus “Lettres persanes.”Esta imagen permanece aún en nuestros días,y los autores musulmanes se han contentado—por su parte— con describir a la mujersegún el modelo tradicional, como un sersometido y dominado.

A nuestro juicio, ahora es el momentoadecuado para tratar de aclarar la realidad so-

Desde hace medio siglo, ybajo el choque de lamodernización, losestatutos de las mujereshan sufrido modificacionesgracias a las reformaslegislativas.

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cial y describir la verdadera situación de lamujer.

Considerada según este nuevo punto devista, la segregación de los hombres y de lamujeres en el mundo musulmán, no implicanecesariamente la relegación o la subordina-ción de las mujeres. Se trataría, más bien, dereconocer que, a pesar de la segregación delos espacios sociales y del reparto desigualde la formación social obtenida, esta forma-ción es estructurada de acuerdo a la fun-ción.6

En vez de considerar la dicotomía públi-co/privado en función de una jerarquía sim-ple y clara, donde “lo público” se antepone a“lo privado” o bien está en función de unantagonismo especial entre el mundo de loshombres y de las mujeres, las mujeres con-centran su atención en la relación dialécticaentre ambas esferas, contribuyendo con elloa facilitar la cooperación entre hombres ymujeres en el proceso social en curso.

Esta concepción más equilibrada querestituye a las mujeres una cierta autonomíay un papel activo en la sociedad, constituyeseguramente una contribución muy impor-tante que no se debe subestimar. La eco-nomía —según el modo de vida industrial—entra en conflicto con el modelo económicodoméstico. El trabajo de la mujer en el inte-rior y su papel como productora de ingresos,han repercutido en las relaciones de la parejamodificando las obligaciones de ambos se-xos. Entre las familias de clase media, la ac-tividad económica de la mujer es el resultadode la emergencia de una sociedad de consumo

y de las posibilidades derivadas de la educa-ción moderna.

Dentro de las familias de clase modesta, eltrabajo no es un fenómeno nuevo para la mujer,quien siempre ha sido, al mismo tiempo, res-ponsable tanto de las obligaciones exteriorescomo de las faenas del hogar.

En las regiones rurales y tribales, la apor-tación de las mujeres es indispensable en la vidaeconómica de la comunidad. En ellas, la mujeres responsable de numerosos trabajos.

De este modo podemos afirmar que, den-tro de una sociedad tradicional, el estatuto delos miembros de la familia no depende siem-pre del papel de la persona que se responsa-biliza de ello, así como que el intercambio delos roles tampoco es necesariamente origende conflicto en la familia.

La participación económica de las muje-res7en el trabajo lucrativo puede ser conside-rada como el fenómeno de cambio más im-portante y profundo conocido por el mundoislámico moderno. Es una realidad objetiva,simple en apariencia, pero muy compleja aun nivel más profundo. Esta realidad no im-plica sólo el ámbito económico, sino que a-fecta conjuntamente a los espacios sociocul-turales e ideológicos.

Ciertamente el trabajo es fuente de rique-za; es el fundamento de toda la vida social.Permite al individuo acceder a la autonomíay le confiere dignidad, le abre las puertas delconocimiento y de la formación y le integraen el mundo de la producción insertándoloen la comunidad.

La contribución de las mujeres al desarro-llo económico, sus actividades en el sistemade producción y la división del trabajo entrelos sexos han sido objeto de algunos estudiosestadísticos y de análisis económicos.

Este tipo de actividad queda oculto, silen-ciándose así una parte considerable de la acti-vidad femenina y eludiéndose con ello la con-secuente cobertura jurídica.

De igual modo, las relaciones inducidaspor el trabajo femenino, sus repercusiones enla familia y el cambio social, fueron mal estu-diados o examinados según una visióndicotómica de la relación hombre/mujer.

La mujer musulmana siempre ha ejercidouna actividad doméstica no retribuida ni con-tabilizada pero que alimentaba el presupuestofamiliar.

La madre de los creyentes Aisha dijo:"La rueca entre las manos de la mu-

jer tiene más valor y mérito que la lanza

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entre las manos del combatiente en lavía de Dios." 9

La otra madre de los creyentes, Zaynabbint Jahch, a pesar de su rango aristocrático,trabajaba con sus propias manos en el trata-miento del cuero.

Rayta, la mujer del compañero Abdullahibn Mas’ud era artesana y subvencionaba losgastos de su marido indigente.10

Ibn Falladh citaba en su “Historia de Cór-doba” lo siguiente: “Había en el rincón Estedel mercado de Córdoba 170 mujeres que sededicaban a la caligrafía. En ese caso, sieste número se halla en un solo rincón ¿cuálsería su totalidad en todo el mercado?”11

Así pues, en ese tiempo, la mujer partici-paba en la producción económica como fuer-za de trabajo efectiva y dinámica. Con el ad-venimiento de la sociedad urbana, la indus-trialización y la escolarización, la familia asu-mió una función primordial: la de consumi-dora. Así, se produce el acceso de ambos se-xos al mercado de trabajo, demandando unempleo que satisfaga tanto sus necesidadescomo las de los otros miembros de la fami-lia que no están en edad de trabajar. Todoello se hace necesario para la supervivenciay el bienestar de la familia.

En este caso, el trabajo femenino apare-ce impuesto por las necesidades económicasde la familia, y así el tabú de la participaciónde las mujeres al lado de los hombres en cier-tas profesiones se desmorona poco a poco.Sin embargo, otro problema se plantea cuan-do la mujer trabaja fuera del hogar: ¿quién seocupará de éste y de los niños? Quizás laabuela, una pariente o el marido cuando elcaso lo requiera. A pesar de ello, en el fondo,nadie puede reemplazar a la mujer, a la madre.

Aparece claramente la contradicción en-tre un sistema económico que creó e inclusoimpuso a la mujer musulmana la necesidadde trabajar, exigiendo el doble salario para lafamilia, y una ideología patriarcal que con-tinúa subestimando el papel económico de lamujer, añorando con nostalgia la figura de lamujer tradicional, ideología que considera elsalario femenino como una ayuda y no comouna participación efectiva a la buena marchadel hogar y al desarrollo económico y socialde la nación.

Las cifras actuales sobre el trabajo feme-nino demuestran que la evolución es, hoypor hoy, irreversible. La crisis económica, lainflación y la deuda, acentúan las contradic-ciones sociales y obligan a las mujeres a bus-

car un empleo. Resulta absurdo hablar delacceso de la mujeres al mundo del trabajocuando el 35% de la economía de los paísesislámicos es fruto de su labor.12

Ahora bien: ¿por qué trabajan las muje-res musulmanas? Será porque las necesida-des de la familia crecen, el alquiler aumenta,y los hijos son, hoy en día, mucho más exi-gentes debido a la transformación radical delnivel de vida y del concepto de bienestar.

Ante esta coyuntura económica y social¿cómo va a reaccionar la pareja frente al em-pleo femenino? ¿Cuáles son las consecuenciasque provoca este proceso en la vida familiar ysocial? ¿cómo debería ser vivido por ambossexos? ¿Constituye un factor transformador dela condición de la mujer? ¿implica otro tipo deorganización de la vida doméstica? ¿Crea otromodo de relación entre los cónyuges?

Esta exposición trata de realizar un aná-lisis en base a datos estadísticos y experien-cias individuales y colectivas --procedentesde hombres y mujeres que pertenecen a dife-rentes categorías socioeconómicas-- de losmúltiples aspectos de la labor femenina anivel económico.

Resulta absurdo hablardel acceso de la mujeres almundo del trabajo cuandoel 35% de la economía de

los países islámicos esfruto de su labor.

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Quiero llamar la atención sobre la dife-rencia que existe entre la participación de lasmujeres en la vida económica y los cambiossuperficiales de la mentalidades.

Tres puntos esenciales afloran en esteanálisis:

--El primero ofrece una síntesis históri-ca de la función laboral femenina. Este a-nálisis nos permite trazar un panorama dela evolución de la actividad femenina, de-mostrando cómo las mujeres se han intro-ducido dentro del sistema de producción ycómo han accedido a las distintas profesio-nes.

--El segundo trata de examinar el modopor el cual se efectúa la división del traba-jo entre la pareja, las esferas de poder delos cónyuges y la competencia de cada unoen la gestión de los asuntos domésticos.

--En cuanto al tercer punto, se dedica adesarrollar las pautas del trabajo femenino,sus repercusiones sobre la organización delhogar, la educación infantil y la vida de lapareja. También trata de poner de relieve larepresentación de la mujer confinada a unastareas que no responden a su actividad pro-fesional propiamente dicha ni a la forma-ción recibida.

La mujer musulmana asalariada en elmundo islámico: una historia reciente

La mujer musulmana, confinada en el ám-bito familiar --sociedad a cubierto de mi-radas extrañas-- tenía su campo de acciónen el hogar y su mundo de relación sedesenvolvía entre los miembros de la fa-milia. El éxito profesional correspondíaúnicamente al hombre. Sin embargo, aque-llas mujeres que no carecían de habilidadni de inteligencia, llegaron a realizar nume-rosos intentos para abolir la discriminacióne imponer sus derechos en la sociedad.

La colonización transformó de formaradical éste esquema, empujando a unagran cantidad de mujeres al mundo deltrabajo, tras haber fomentado un modeloque facilitaba la explosión demográfica.

La independencia política ha activadolos cambios, trazando las primeras fasesde una dinámica social, cuyo motor hasido la participación de la mujer en el mer-cado laboral.

Muchos autores han señalado la actitud decasi inmovilismo de la familia musulmana

durante la etapa colonial. En esta época, aquellaconstituía un refugio y un albergue de seguridadfrente a las agresiones culturales exteriores.13

El éxodo rural, la urbanización y la indus-trialización constituyeron los principales fac-tores de reestructuración de la familia amplia-da y del lazo familiar.

La mujer asalariada trata entonces de adap-tarse a una forma de vida, en la cual la auto-ridad familiar se restringe, y en la que se veobligada a asumir más responsabilidades pa-ra poder administrar su vida.

La vías del cambio empiezan a ser traza-das: una línea tímida al principio, que se pro-fundiza a lo largo del tiempo hasta provocara veces una ruptura entre lo real y lo ideal, yello pese a todas las resistencias religiosas,culturales y económicas.

Actitudes del movimiento nacionalistarespecto a la enseñanza de las niñas y altrabajo de la mujer

Los pensadores han concedido una aten-ción enorme a la cuestión de la enseñanza.Creían que era la única vía posible para laliberación de los pueblos y la gestión racio-nal de los asuntos del Estado. La escolariza-ción de la niñas se inserta dentro de esta visión:formar a la nueva educadora, a la madre cons-ciente, a la compañera prudente capaz deapoyar a su marido y soportar todas las agre-siones que pudieran amenazar el hogar.

En su obra “Al Murshid Al Amin Lil-Banat Wa’l-Banin”, publicada en 1872, AtTahtawi recomienda la enseñanza de lasniñas, encaminada a hacerlas esposas y com-pañeras eficaces de los hombres.

Es Huda Sharaui quien establece la rela-ción enseñanza/empleo diciendo que, a partirdel instante en que la mujer disponga del dere-cho a la enseñanza, ningún obstáculo podrá oponér-sele al ejercicio de cualquier profesión.

Tahar Hadad fue más progresista en cuan-to a la liberación de la mujer árabe. Si seexige la enseñanza de las niñas --reflexiona-ba-- éstas deberían también participar en lavida social: “No se debe limitar la actividadde la mujer al hogar, pues la sociedad pier-de entonces una parte de sus potencialida-des.”14

A. M. Al Akkad, conocido por su dog-matismo, se interroga asimismo sobre la mu-jer del mañana: “¿debe entregarse al traba-jo a fin de ganarse la vida y cubrir sus nece-

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sidades? Si es así, los principios y preceptosdel Islam no podrán constituir ninguna tra-ba u obstáculo, a condición de que ejerza unempleo noble.”15

La cuestión femenina ha encontrado en

Egipto, así como en el resto del mundo islá-mico, grandes reticencias. La oposición tra-dición/modernidad permanece firme y lalucha se radicaliza. Si el derecho de la mujera la educación ha llegado a admitirse, su dere-cho al trabajo asalariado ha sido muy cues-tionado.

En suma, la enseñanza impartida a lasmuchachas les asegura la adquisición de lasprácticas esenciales del Islam y les permiteacceder a aquellas profesiones que respon-den a su naturaleza femenina, caracterizadapor el afecto, la dulzura y la paciencia. Lamuchacha pueblerina queda totalmenteexcluida de este sistema.

En 1925, durante una conferencia en elInstituto Científico de Rabat, el Doctor AlHayui desarrolló el tema: “La enseñanza dela joven y su participación en la vidasocial.” A esta conferencia asistieron teólo-gos y el mismo ministro Al Moqri. Al Yiraniafirma en su libro16 que el conferenciantefue interrumpido desde el principio de su in-tervención por una objeción del ministro,

quien afirmó que “la religión islámica noconcede a la joven el derecho a adquirir unaenseñanza que le permita participar al ladodel hombre y hacerle la competencia.”

En cambio, el fin de la instrucción de lasjóvenes, según J.Y.S. Lacouture, sería prepa-rar a éstas para asegurar la educación moder-na de los hijos, vivir en armonía con el mari-do y acceder al mundo del trabajo si así lodesean.

En 1952, el libro publicado por Allal AlFassi “An Naqk ad Dati”, exponía las pro-blemas sociales de la época.

El autor resalta las contradicciones,especialmente las influencias occidentales quehabía sufrido la familia, subrayando asimis-mo la importancia de la enseñanza y de laeducación para elevar el nivel cultural, eco-nómico y social del pueblo. Defiende el tra-bajo de la mujer, pero un trabajo decente yasalariado, reivindicando el derecho de la mu-jer a ocupar el lugar que le corresponde den-tro de la sociedad y de la familia. La ense-ñanza aparecía así como el medio de accedera un modus nuevo y a un modo de produc-ción moderno.

Para las mujeres, la enseñanza tenía unsentido más profundo, significaba liberación,emancipación y trabajo. De este modo, laescuela ha favorecido actitudes positivas yha desarrollado motivaciones, impulsando alas mujeres a la vida profesional con todaslas consecuencias sobre su vida familiar ysocial.

La mujer que trabaja se encuentra asíconfrontada a dos tipos de argumentos: unatesis tradicionalista que predica el ideal demujer como madre y esposa, y un segundoargumento modernista que le concede el de-recho al trabajo, a la formación, a la promo-ción profesional, y que la considera comouno de los pilares fundamentales del desa-rrollo económico y social de la nación, argu-mentos todos que proponen su liberación.

¿Cómo se produce esta liberación? ¿Cuá-les son los conceptos derivados de la incor-poración de la mujer al mercado laboral yqué repercusiones tienen sobre la vida de lapareja y de la familia? Otros interrogantes seplantean. Se va esbozando una toma de con-ciencia de las antiguas y nuevas responsabi-lidades, se exige un estudio de las definicio-nes de los papeles del estatuto del hombre yde la mujer en el hogar.

La mujer musulmana debe tomar concien-cia de su papel de esposa y madre en el ho-

...los principios y preceptos delIslam no podrán constituir

ninguna traba u obstáculo, acondición de que ejerza un

empleo noble.

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gar, sin recelos hacia la posibilidad de apren-der una profesión y ejercerla, e iniciarse en lavida económica de su país. Sólo que el ries-go es grande si se produce una emancipaciónfuera del marco moral.

Ahora bien, es evidente que el acceso delas masas a la cultura está en función de lasolución de los problemas sociales y econó-micos y del aumento del nivel de vida. Tam-poco aquí los principios religiosos constitu-yen una barrera.

¿Podremos entonces confiar en estos úl-timos como solución?

Durante el esplendor islámico, los juris-tas y teólogos bosquejaron algunos princi-pios de ética económica, tomando como re-ferencia “las bases reveladoras del Corán yde la Sunna”. Concluyen en favor de lo quese podría denominar Solidaridad y comuni-tarismo:

--La idea de la lucha de clases es totalmen-te ajena a esta concepción económica.

--El rico es socio y amigo del pobre.¿Habrá sitio, en esta perspectiva de organi-

zación social urbana, para una posición re-formista que asuma los problemas contem-poráneos sin renegar de los principios islá-micos de la ética económica?

Para ello, según H. Laoust: “se necesi-tará un conocimiento de las teorías clásicasdentro del marco de la evolución históricajunto a un conocimiento de las doctrinas yde los hechos sociales y económicos delmundo”. Gracias a Dios estas dos condicio-nes se han reunido.

Notas

1. “Ta’ amulat islamia hawla al mar’a (Meditaciones

islámicas sobre la mujer)”. Beirut, Dar al malak, 1992

2. “Principios elementales del movimiento islámi-

co en la próxima etapa”. El Cairo, 1992. ( p. 66 )

3. As Sunna baïna ahl al fiqh wa ahl al hadit(la tra-

dición profética entre las sabios del fiqh, los tradiciona-

listas ).

4. “Al fiqr al haraqi al islami wa subulu taydidihi

(El pensamiento integrista islámico y los medios de su

renovación)”. Coloquio Kuwait 1993.

5. “Al fiqr al islami al mu’asir wa tahadillàt”

6. MASSIGNON., Louis. “Ópera minora”. t III.

Beirut p. 539.

7. RASSAM, Amal. “Condition féminine dans le

monde arabe”, vol VIII, nº 3, 1982 in Culture.

8. GARABAGUI, N. “Problématique renovée de

la participation des femmes à la vie économique”. Rev.

Sciences, 1983 p.p. 713-738.

9. Conferir Ibn Abdu Rabih, al Ikd al Farid 2/468.

10.AN NAWAWI,“Tahdid al Asma wa loghàt” 2/235

11.IBN HARITH Abu Abdullah Md..”Los jueces

de Córdoba”. p. 46. Madrid 1914.

12.BELARBI,“Le salaire de Madame”, Md. Fenec.

13. A. BOUHDIBA, La sexualité en Islam. París,

P.U.F., 1982, p. 28.

14. T. HADAD. Actua fi ach charia wa l imp.

national 1980 p. 205.

15. A.M. EL AKKAD,Al Mara fi l koraàn, Dar al p. 74.

16. A. EL YIRARI; Min´a lami al fikr al mo´asir.

Rabat, Matba´at 1971, p. 68.

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Desde que se abrió el proceso negocia-dor entre el Estado y la FEERI, en

1989, redactores de Verde Islam han segui-do al día el desarrollo de la organizaciónmusulmana (Comunidades, Federaciones, Con-federación) y, en cada nueva aparición dela Revista, el seguimiento de la FEERI y dela COMISIÓN ISLÁMICA DE ESPAÑA,en adelante CIE; el surgimiento de nuevasComunidades, la especial atención quemerecen Ceuta y Melilla, las ciudades es-pañolas más complejas en cuanto que tie-nen una importantísima población musul-mana, amén de otras consideraciones; elestudio y difusión de nuestra pequeñaConstitución, el Acuerdo de Cooperacióncon el Estado, han sido asuntos en los queVerde Islam se ha extendido. En realidad,Verde Islam es un poco el órgano de comu-nicación oficioso de la Federación y de laCIE y, desde luego, aspira a que sus pági-nas reflejen con precisión los esfuerzos quelas Comunidades musulmanas españolas,sujeto jurídico principal del Acuerdo deCooperación, están llevando a cabo para de-sarrollar esta ley.

En Verde Islam tendremos ocasión, insha-Allah, de conocer y comentar las actividadesy propuestas de las Comunidades y las inicia-tivas y gestiones de los órganos de gobierno delas diferentes Entidades Islámicas.

El período que vamos a considerar en es-ta primera crónica es el comprendido entre laúltima Asamblea General Ordinaria, el día

13 de Abril de este año y la Asamblea delConsejo Consultivo, celebrada el 12 de Oc-tubre. Seis meses, con el verano por medio,de mucha actividad que, ordenada por blo-ques, vamos a repasar seguidamente.

1. SHURAS: ASAMBLEA GENERALORDINARIA

Fecha: 13 de Abril de 1996 Lugar: Sede social de laFederación. C/ Salvador de Madariaga, 4. Madrid.

Asisten, como miembros de pleno derecho:

Comunidad Islámica de Canarias,Comunidad Al Yamaá de Granada, Junta Is-lámica, Liga de la Comunidad Islámica deGran Canarias, Comunidad Islámica Suhailde Fuengirola, Comunidad Mezquita AnNur de Benalmádena, Centro Cultural Islá-mico de Valencia, Centro Cultural Islámicode Madrid, Comunidad Temor de Allah deGranada, Comunidad Musulmana de Al Án-dalus de Granada, Comunidad Musulmanade Almería, Asociación Islámica de Al Án-dalus de Málaga, Comunidad Islámica deCeuta, Consejo Continental de Mezquitas deMadrid, Centro Islámico de Barcelona, Cen-tro Islámico de Granada, Centro Islámico deFormación Religiosa, Comunidad Unidadde Musulmanes de Bañolas.

Asisten como observadores, con voz, sinvoto:

FEDERALÍAACCIÓN FEDERAL: NOTICIAS, CONVOCATORIAS,ANÁLISIS DE LAS ACTIVIDADES DE LA FEERI.

José Miguel Coca

Desde el número cero, Verde Islamha querido servir de apoyo y difundirlos planteamientos y proyectos de laFederación Española de EntidadesReligiosas Islámicas, en adelante

FEERI o, sencillamente, Federación.No podía ser de otra forma. Los quehacemos esta Revista hemos estado

muy pendientes del interesantemovimiento organizativo islámico en

nuestro país.

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Asamblea Islámica de Madrid, Comuni-dad Religiosa Bushara y Asociación Islámicade Almería.

Principales asuntos tratados:

I. Presidencia de la Federación

Por mayoría absoluta, en votación se-creta, fue ratificado Mansur AbdussalamEscudero como Presidente de la FEERIpor un mandato de cuatro años de acuer-do a los Estatutos.

II. Enseñanza islámica en la escuelaPública.

Además de tratar por extenso los aspectosde procedimiento del Convenio de Enseñan-za, la manera correcta de actuar, tanto de lasComunidades como de la Federación o de laCIE, el debate se centró mayormente en lascualidades que deben reunir las personas de-dicadas a la enseñanza islámica en la EscuelaPública. Quedó claro para todos que es laComunidad quien selecciona y nombra, se-gún estime conveniente, a los Profesores yProfesoras. La Asamblea estuvo en todo mo-mento consciente de que eso era así: notenía capacidad jurídica para imponer crite-rios válidos de selección. En este entendi-miento, los líderes de las Comunidades fede-radas debatieron el asunto y acordaron unosmínimos orientativos que, por otra parte,son bastante obvios: dominio del español,nivel adecuado del árabe, conocimiento ca-bal de los contenidos del currículo y aptitudpedagógica.

III. Tatary frena

Este asunto de la selección de profesores ibaa traer cola a lo largo del verano y hasta ahora.Tendremos ocasión de ir viendo en este noti-ciario los efectos indeseables de la actitud deRiay Tatary en cuanto a este asunto. ¿Quecuál ha sido esta actitud? Adelantaremosésto: no ha respetado el derecho irrenunciablede las Comunidades a seleccionar. A estasalturas del curso, enero, su interferencia estáobstaculizando el normal desarrollo de laimplementación de la enseñanza islámica enla Escuela, proceso ya de por sí complicado.

(El lector de Verde Islam, si se ocupa enello, caerá en la cuenta de que sólo en unaocasión hemos hecho referencia a la Uniónde Comunidades Islamicas de España, enadelante UCIDE: en el número 2, hace casidos años, en un análisis de la historia de laFEERI, en el apartado que titulamos MitosisCelular)

Y una última nota para tener en cuentacuando escriba, si la escribo, esa BiografíaApasionada de la FEERI: la cuestión de laquiebra de la unidad que se produjo cuandosurgió, en 1991, la Unión de ComunidadesIslámicas de España, UCIDE y que ha lle-gado a ser tanto freno para el desarrollo po-tente del movimiento organizativo islámicopropiciado por el Acuerdo logrado con laAdministración. Los musulmanes nos la pro-metíamos felices en la negociación: estába-mos unidos en una sola Federación y nosconstaba que el Gobierno se hallaba decidi-do a tener listo el Acuerdo para las efeméri-des de 1992. Estas dos circunstancias noshacían prever una negociación cómoda, nosdaban una cierta fuerza para defender nues-tras tesis. Pero ocurrió lo indeseable: una delas comunidades que componían la FEERI,una de las dieciocho células que la forma-ban, hizo una mitosis, se subdividió en sieteu ocho, y estas hijitas se apresuraron a for-mar otra Federación. La célula que hizo lamitosis es la Asociación Musulmana deEspaña y la UCIDE fue el resultado busca-do. Dos Federaciones con génesis diametral-mente opuestas: la FEERI, que nace de lasuma y la UCIDE, que surge de la división.Extrañamente, esta nueva Federación nacecon idénticos objetivos que su progenitora¿A qué obedece entonces su existencia? Sólose me ocurren dos razones, que posterior-mente los hechos han ido confirmando: una,el deseo de protagonismo de Riay Tatary y,otra, la confabulación de éste con laAdministración para controlar, desde dentro,el proceso de desarrollo de un Acuerdo queen algunos puntos podía resultar incómodopara ésta.

Nadie confunda lo que es constataciónde hechos con una queja. Entiendo que laAsamblea General de la Asociación Musul-mana de España es soberana para tomar lasdecisiones que considere más oportunas yconsidero legítimo que sus dirigentes tenganvoluntad de liderazgo y quieran estar en lacúpula. El salto cualitativo que la FEERI dio

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el 11 de Noviembre del 95 al modificar susEstatutos para adaptarlos al nuevo escenarioy la masiva afluencia de Comunidades paraintegrarse en la Federación, ha puesto lascosas en su sitio y le dará a cada cual su esta-tura exacta...

Nunca, hasta ahora, habíamos analizadoen profundidad y públicamente la conductaseguida por el responsable de la UCIDE,Tatary. Siempre hemos creído que la pacien-cia es una cualidad inestimable y que mien-tras más la practicas menos te expones aentorpecerte la vida y el desarrollo rítmicoque Allah ha decretado para Su Creación. Laimpaciencia hubiera sido plantarle cara pú-blicamente aquel día que, en plena negocia-ción con el Estado, la representación de laFEERI, para presionar a la Administraciónen pos de nuestros derechos, rompió la ne-gociación. Tatary, a pesar de que la noche an-terior, en su sede, en una reunión con losnegociadores de FEERI, que traían la pro-puesta, entendió su justicia y oportunidad, semostró entusiasmado (24 horas después sa-bríamos, de verdad, el origen de su entusias-mo) y se comprometió a la ruptura. A pesarde todo esto, Tatary, el día acordado, a lahora de la verdad, dejó sola a la representa-ción de la FEERI, que se retiró de las nego-ciaciones por considerar que lo que se iba afirmar no se correspondía con las aspiracio-nes legítimas y las expectativas que teníanlos musulmanes en España.

Paciencia hemos tenido y tenemos y ten-dremos, si Allah lo quiere, porque sin ella, eldirigente (y cualquiera) confunde el ritmo yla sazón de los asuntos, interviene cuandodebe permanecer quieto, se aplica a tareasque debería posponer y descuida las que seadecuan a sus fuerzas y pueden producirresultados.

La impaciencia hubiera sido arriesgarentonces denuncias no fundamentadas, basa-das en indicios insuficientes, en informaciónfragmentada y contradictoria. Hubiera sidoimpaciencia decir de Tatary entonces que, dehecho y de derecho, estaba más sintonizadocon el Ministerio de Justicia que con la Co-misión Islámica de España. Hoy ya no. Hoyes necesario que se sepa que Tatary, comoiremos viendo con claridad meridiana, estáobstaculizando el normal desarrollo del A-cuerdo de Cooperación. Con su actitud loestá ralentizando, lo está parando. ¿Que cuáles su actitud? Su actitud consiste en impedirque la Comisión Permanente se reúna, impe-

dir cualquier modificación de unos Estatutosque cuando se redactaron se consideraronprovisionales, imposibilitando de esa formael funcionamiento de la Comisión Islámicade España, interlocutora única con el Estadopara el seguimiento y desarrollo del Acuer-do. Esto se llama en lenguaje llano sabotajepuro y duro. Hoy no es impaciencia sino eltiempo de establecer una fundamentada hi-pótesis de trabajo: su doble calidad de infor-mante del Ministerio de Justicia y de Se-cretario General de la CIE está en el origende su comportamiento irresponsable. Vol-veremos más tarde sobre esta hipótesis y aver dónde nos lleva.

La Asamblea discutió ampliamente esteenojoso asunto y calificó la actitud de Tatary,según consta literalmente en el Acta, como“saboteadora de las tareas propias de laInstitución”.

2. ASAMBLEA DEL CONSEJOCONSULTIVO DE LA FEERI

Fecha: 12 de Octubre de 1996. Lugar: UniversidadIslámica Averroes. C/ La Hoguera, 4. Córdoba.

Asistieron:

Comunidad Islámica de Canarias,Comunidad Al Yama´a de Granada, Junta Is-lámica, Comunidad Islámica Suhail deFuengirola, Comunidad Mezquita An Nurde Benalmádena, Centro Cultural Islámicode Valencia, Centro Cultural Islámico de Ma-drid, Comunidad Mezquita de El Temor deAllah de Granada, Comunidad Musulmanade Al Ándalus de Granada, Asociación Islá-mica de Al Ándalus de Málaga, ComunidadIslámica Andalusí-Ceutí, Centro Islámico deFormación Religiosa de Madrid, Comu-nidad Islámica Badr de Huelva, AsambleaIslámica de Madrid, Comunidad Islámica deMallorca, Yama´a Islámica de Al Ándalus deCórdoba y Comunidad Hijra de Granada.

Fue una convocatoria abierta a todas lasEntidades religiosas islámicas inscritas en elRegistro del Ministerio de Justicia, a las Co-munidades hermanas de la UCIDE, a las quese invitaron por medio de su Presidente,abierta a cualquier asociación de musulma-nes, sin importar que fuera religiosa o cultu-ral o deportiva, porque con ser musulmana yestar interesada en el desarrollo de los temas

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objeto del Acuerdo de Cooperación ya es su-ficiente acreditación para participar en unashura de consejo.

Al final acudieron a la llamada las En-tidades arriba relacionadas, miembros todasellas de la FEERI. Es conveniente, no obs-tante, seguir en este camino de apertura, in-sistir en convocatorias abiertas, sin exclusio-nes. No hay secretos, no hay estrategiasocultas, fines inconfesables. Se trata simple-mente de ponernos a desarrollar el Acuerdode Cooperación suscrito entre la CIE y elEstado. Ésa es la táctica, ésa es la estrategia,ésa es la política. Es fácil. Es una tarea quedepara beneficios para toda la sociedad.

Sería interesante pararse a reflexionar si-quiera un poco, queridas lectoras y lectores,en un asunto de capital importancia, a mientender, relacionado con lo anterior. Se tratade tomar conciencia del poderío que tiene laminoría musulmana en nuestro país. Vamosa verlo.

Los musulmanes, tomados de uno enuno, están satisfechos con el Acuerdo, aun-que esperan mucho más de él. Les pareceincreíble que lo que tenía que haber comen-zado en el curso 93/94, la Enseñanza Is-lámica en la Escuela Pública, empiece, si esque empieza, en el curso 96/97, es decir, tresaños más tarde. ¿De dónde proviene esa len-titud? ¿De Palacio o de Anastasio? La culpala tiene Anastasio Palacio que no consienteque se reúna la Comisión Permanente de laComisión Islámica de España. y ¿qué pode-mos entonces hacer los que queremos quefuncionen nuestras Instituciones como tie-nen que funcionar? Pues lo dicho: insistir enel camino de las convocatorias abiertas, pro-mover encuentros de distinto formato: asam-bleas, consejos, cursos, contacto personal, te-léfono, fax, correos, la Internet. Contactofácil entre las Comunidades, debate constan-te, consejo, adab del que disiente. Adab.Insh´Allah.

¿Qué es el Consejo Consultivo?

El Consejo Consultivo es un órgano de ase-soramiento y consulta del Presidente, forma-do por un miembro de cada Entidad, a talefecto designado por la misma..

La finalidad del Consejo Consultivo serála de asegurar la comunicación entre el Con-sejo de Gobierno y las distintas EntidadesFederadas.

El Consejo Consultivo se reunirá discre-cionalmente por decisión presidencial o cuan-do así lo decidan, al menos un tercio de loscomponentes, teniendo facultad para convo-car al Presidente y al Consejo de Gobierno.En cualquier caso el Consejo Consultivo sereunirá al menos dos veces al año.

Principales asuntos tratados:

Consejo de Fatwa

Según el artículo 30º Bis de los Estatutos, laAsamblea General nombrará un Consejo deFatwa para asesorar a la Federación y a lasComunidades miembros en todos los asun-tos que se le puedan requerir relativos alFiq.

La trascendencia de este Consejo es detal importancia que ocupó la mayor parte dela Consulta. “Quien da un dictamen falsotiene un asiento en el Fuego.” Este hadiziluminó los debates con luces de prudencia yde delicadeza, que son unas luces muy fuer-tes. Los musulmanes tienen necesidad de unConsejo de esta naturaleza, eso parece evi-dente y más en un lugar donde la Sharia noimpera. Queremos auxiliarnos con nuestrossabios, que conocen las Ciencias del Islam,losulemas e imames, que comprenden la rea-lidad social donde se desenvuelve nuestravida. Ciencia y Experiencia podríamos decirque son las condiciones mínimas que sedeben exigir a un miembro de ese Consejode sabios.

El Consejo tendría que estar compuestopor gente de diferentes Escuelas, como co-rresponde a nuestra realidad social. Un se-guidor de la Escuela del Imam Jaffar expresósu deseo de que esa Escuela estuviera repre-sentada en el Consejo, siendo su propuestaaceptada por la Asamblea. Pienso que, delograrse, este Consejo va a garantizar mu-chos avances para nosotros. Quizás ayudedecisivamente en el proceso que nos llevanaturalmente a los musulmanes hacia la uni-dad. La unidad musulmana es una meta fácilsiempre que logremos identificar con preci-sión los obstáculos “artificiales” que se nosinterponen. Una vez identificados será mássencillo librarse de ellos y esperar el favor deAllah, subhana wa ta ala, que es Quien da eléxito y la derrota. No hay obstáculo imper-turbable. Si el ánimo es llegar a la unidad denuestra religión aquí en España, ningún obstá-

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culo que hayamos identificado claramente nosdesviará porque para cada problema (obstá-culo) hay una solución cierta que lo desen-traña y aclara.

Hubo un momento en el que, disgusta-dos por la tesis que alguno defendía de queel Consejo de Jurisprudencia Islámica teníaque ser aceptado por unanimidad, algunos delos sheijs propuestos anunciaron que se reti-raban de la candidatura, aunque manifesta-ban su entera disponibilidad.

También quedaba claro en los debatesque el Consejo no sería viable si no estabasostenido por todas y cada una de las Enti-dades, sin reservas. Aquí se tropezaba conuna dificultad que, a priori, parece laboriosade superar. El Consejo no quiere ser, no puedeser de una Federación sino, como poco, debeestar sostenido por las Entidades y Asocia-ciones de la Comisión Islámica de España yeste apoyo debe traducirse naturalmente enel seguimiento de las orientaciones y dictáme-nes que el Consejo elabore cuando así se losoliciten o por propio impulso.

En el transcurso de la Asamblea, se nom-braron diversos ulama como posibles integran-tes del Consejo. Al parecer ni estaban todoslos que son ni son todos los que estaban. Loque siíquedó claro es la disponibilidad y elinterés que mostraron en esta cuestión tanimportante de asesoramiento.

Propuestas y comentarios

Recogemos aquí una serie de intervencio-nes, explicativas del clima que había en lareunión.

--Adib Muhafel propone que haya sheijsespañoles entre los integrantes del Consejo.

--Hassan Salama explica el derecho quele asiste para integrar el organismo. Sus razo-nes son aceptadas.

--M. Harchis dice que el Consejo debeintegrar a sabios de la UCIDE ¿Qué Asocia-ciones representan estos ulemas?

--Abdel Mayid, de Valencia, cree que esteConsejo es lo mas importante, más que laFEERI. Insiste que no tiene que ser repre-sentativo. Que sean personas de Sharia.Quien hace fatwa sin conocimiento hace suasiento en el infierno.

--M. Mubin: este Consejo debe estar san-cionado por altas instancias islámicas. Queesté formado por todas las Escuelas que exis-

ten en el mundo. De tal manera que si musul-manes cuya Escuela no está representada,proponen un alim, éste no sea rechazado enningún caso.

--Zacarias: si los fatwas son por encargoo de motu propio y si pueden ser en contradel Gobierno de la Federación, contra algu-na de sus actuaciones.

--Abdel Bari propone dar el cometido detraducciones de tafsir, hadiz, etc., al Consejo.Que propongan y coordinen

--Nombres: Hassan Salama, KamalMustafa, Umar al Faruk, Mounir, M. Autah,Hamid Umar al Waly, y asistentes españoles:AbdurRasak, Zacarías al Kurtubi, Abdullahel Mallorquí, AbdurRahman Jiménez.

--Mansur: que sea el Consejo de Fatwade la CIE. Todos los órganos que cree laFEERI para desarrollo del Acuerdo, debenser a la vez de la CIE. Convocatoria a todaslas Entidades inscritas en el Ministerio de Jus-ticia para una Asamblea que cambie losEstatutos de la CIE para que resulten opera-tivos.

--Valencia y H. Salama se quejan de faltade información.

--Desde la Mesa se precisa que no sólohay que esperar a recibir información sinoque hay que ir a buscarla y proporcionarla.

--Hashim propone como nombre ConsejoSuperior de Ulemas. El término Fatwa tieneconnotaciones negativas y puede generar re-chazo.Propuesta de que sean cinco los miem-bros del Consejo. 10 parece excesivo.

--Yusuf Idriss: quizás se camina muydeprisa. No ve el objetivo de este Consejo.¿Representa un algo represor o de control delos musulmanes? Este es un riesgo. Muchosulamas del mundo pueden dar fatwas si se lopiden. Es algo muy sencillo.

--Abdel Karim propone que los ulamasse reúnan con la Presidencia, para elaborarun Estatuto que se aprobaría, el nombra-miento definitivo de ulamas y el Estatuto, enla Asamblea General, como es preceptivo.No debe haber enfrentamientos, no deben te-ner votos negativos de ninguna Comunidad,si no, esto no irá a ningún sitio. Si tiene unvoto negativo, no debe ir. Propone, pues, launanimidad.

--Adib propone una mayoría cualificada, dosterceras partes, pues la unanimidad es muy difícil.

--Mansur: unanimidad en las decisiones.--Yusuf Idriss: títulos avalados por Uni-

versidades, ulamas reconocidos.. Independenciade los consejeros, no influidos por gobiernos.

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--Mubin: prudencia, no prisa. ¿Hay algúnproblema con que en el Consejo esté representa-do el mahdab Yafar? (No había problemas, noapareció ninguno).

--El sheij Kamal no puede integrar elConsejo. Está muy ocupado. Dice que no estáconforme con la actitud de la Asamblea.

--Abdel Mayid, de Valencia, dice que no, quetiene que aceptar.

--Kamal dice que el nombre adecuadono es el de fatwa (ayuda ideal). ProponeConsejo Científico, escribir libros, hacer jui-cios. Es una cosa muy seria. Él está listo, dis-ponible.

--Abdel Mayid, de Valencia, proponeque el grupo Presidencia/Ulamas prepare unbreve currículo de cada sheij y el Estatutoque establezcan. Propone al Imam de la Mez-quita de Valencia, Sheij AbdurRahim Tawil,para integrar el Consejo.

--Sidi Umar al Faruk no quiere poner sunombre, por lo que escucha. Nos van a ponersin respeto a las fatwas ni a los sabios. Él,como Kamal, se ofrece para cualquier con-sulta en su casa.

--Valencia: En Suecia tienen dos o treshermanos que llevan las cosas del fiqh ycuando no saben, ellos se encargan de pre-guntar a los ulamas mas importantes.

--Kamal dice que, como sostiene M. Amin,si una asociación veta, ya el alim no es váli-do, y que eso no puede ser.

--Adib: que no haya veto sino dos terce-ras partes.

Unificación de las Federaciones

--Mansur hace su propuesta: a) Asamblea General de todas las En-

tidades inscritas en el Registro de EntidadesReligiosas Islámicas con un único asunto atratar: la reforma de los Estatutos de la CIE yel nombramiento de su Presidente.

b) Mandar una carta al Ministerio deJusticia para que consulte el tema del asesor.

c) El asesor está obligado a proporcionaral Ministro los informes que se le pidan.Dirigente y Asesor no son compatibles: oque dimita de Asesor o que dimita de diri-gente o bien, que se nombre otro asesor de laFEERI

--Valencia pregunta por las gestiones queha hecho el Gobierno para arreglar lo deUCIDE. Propone que le mandemos un infor-me con todas las iniciativas que hemos

hecho para contactar con la UCIDE. No sólocontactos por arriba sino a nivel de base.

--A.Karim propone que en todas las pro-vincias donde haya Comunidades de UCIDEy FEERI, éstas se agrupen para trabajar jun-tas y coordinarse.

---Valencia dice que hay que dar muchainformación, pues la gente, la base, no cono-ce bien la situación.

--Mansur informa de las dificultades quetenemos por falta de financiación para poneren práctica el Acuerdo de Cooperación, quetodo está muy caro, los viajes, el teléfono, losenvios, etc. Y lo estamos haciendo con lo po-co que podemos personalmente. Una llama-da a la justicia y a la solidaridad entre losmusulmanes.

--Mahdi propone que cada Comunidadpague cinco mil o diez mil pesetas para gas-tos de la FEERI.. Las Comunidades son elsujeto principal del Acuerdo de Cooperación.Ellas, en correspondencia, tienen la obliga-ción de velar por su cumplimiento. Debenfinanciar a la Federación y procurar su buenfuncionamiento porque si la FEERI funcio-na, es señal de que las Comunidades que laintegran son reponsables y cumplen.

--Abdel Bari: que se pague una cuota.--Yusuf Idriss se pregunta de qué forma

podemos colaborar las Comunidades paraayudar a desbloquear los impases.

--Mahdi, propuesta desde Ceuta:La FEERI carece de infraestructura. Hay

unos pocos que están pagándolo todo. Quecada Comunidad ponga 10.000 pts. para or-ganización. 1/5 de lo que cobren los profe-sores, por ejemplo. Que todos se suscriban ala Revista, que ésta sea órgano oficial. Tieneque haber liberados para organizar, para es-tructurar de cara a un futuro, que será muycomplejo. Un equipo de abogados para tratarnuestros temas: pagar a los profesores estecurso, financiación del Estado a la CIE, etc.

--Adib pregunta acerca del Patrimonio.Mansur lee el artículo 39 del Acuerdo deCooperación, que dice así:

“El Estado, y la Comisión Islámica deEspaña, colaborarán en la conservación yfomento del patrimonio histórico artístico ycultural islámico en España, que continuaráal servicio de la sociedad para su contem-plación y estudio.

Dicha colaboración se extenderá a larealización del catálogo e inventario delreferido patrimonio, así como a la creación

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de Patronatos, Fundaciones u otro tipo deinstituciones de carácter cultural, de los queformarán parte representantes de la Comi-sión Islámica de España.”

Hacen falta medios para arrancar, des-pués el Estado dará. Para encontrar el apoyoprimero hay que poner. Se hace necesarioconfeccionar un Presupuesto.

--Hay propuestas para sacar Verde Islammensualmente.

--Hashim interviene para expresar sudeterminación de que la revista siga siendode información y análisis y que no se con-vierta en un simple noticiario.

--Mubin: ¿hay fecha para esa Asambleade todos los musulmanes?

--A. Karim propone que en cada ciudadse hagan miniasambleas como paso previo ala Asamblea General. Un miembro de la CIEdebe estar en ellas para informar.

--Mubin, en la preparación, sugiere, unabreve exposición de los avatares y la inten-cionalidad de esa Asamblea. Hay gente queno sabe y sería bueno para ellos conocer lahistoria de la Comisión ¿Cómo está el temade los cementerios?

--Mansur lee el Artículo 2. 1. A todos los efectos legales, son mez-

quitas o lugares de culto de las Comuni-dades Islámicas pertenecientes a la Comi-sión Islámica de España, los edificios o loca-les destinados de forma exclusiva a la prác-tica habitual de la oración, formación o asis-tencia religiosa islámica, cuando así se cer-tifique por la Comunidad respectiva, con laconformidad de dicha Comisión.

2. Los lugares de culto de las Comu-nidades Islámicas miembros de la ComisiónIslámica de España gozan de inviolabilidaden los términos establecidos por las Leyes.En caso de expropiación forzosa, deberá serantes oída previamente la Comisión Islá-mica de España, y no podrán ser demolidossin ser previamente privados de su caráctersagrado, con excepción de los casos previs-tos en las Leyes por razones de urgencia opeligro. También quedarán exceptuados dela ocupación temporal e imposición de ser-vidumbres en los términos previstos en elArtículo 119 de la Ley de ExpropiaciónForzosa.

3. El Estado respeta y protege la inviola-bilidad de los archivos y demás documentospertenecientes a la Comisión Islámica de Es-paña, así como a sus Comunidades miembros.

4. Los lugares de culto podrán ser obje-

to de anotación en el Registro de EntidadesReligiosas.

5. Los cementerios islámicos gozarán delos beneficios legales que el Artículo 5 esta-blece para los lugares de culto. Se reconocea las Comunidades Islámicas pertenecientesa la Comisión Islámica de España, el dere-cho a la concesión de parcelas reservadaspara los enterramientos islámicos en los ce-menterios municipales, así como el derechoa poseer cementerios islámicos propios. Seadoptarán las medidas oportunas para laobservancia de las reglas tradicionales islá-micas, relativas a inhumaciones, sepulturasy ritos funerarios, que se realizarán con in-tervención de la Comunidad Islámica local.

Se reconoce el derecho a trasladar a loscementerios pertenecientes a las Comunida-des Islámicas, los cuerpos de los difuntos mu-sulmanes, tanto de los actualmente inhuma-dos en cementerios municipales como deaquellos cuyo fallecimiento se produzca enlocalidad en la que no exista cementerioislámico, con sujeción a lo dispuesto en lalegislación de Régimen Local y de Sanidad.

--Mansur: estamos dispuestos a ir dondelas Comunidades nos pidan para explicar elAcuerdo.

--A. Karim explica que Tatary no infor-ma a la UCIDE. Insiste en su propuesta depropiciar miniasambleas ciudadanas y pro-vinciales, así como coordinadoras.

Propone que cada Comunidad escribauna carta al Ministerio, la envie a la FEERIy vaya la dirección con ella al Ministerio.Entrevista con el Rey

--¿Para qué?, pregunta Valencia--Mansur contesta que a efecto de ima-

gen y espaldarazo, la visita es importante.--Valencia y A. Karim proponen que an-

tes de ver al Rey, arreglemos el contenciosode la CIE. El Gobierno español está intere-sado en la división, con la anuencia de Tatary

--Hassan Salama pregunta acerca de laUniversidad Averroes. El profesor Abder-Rahman Jiménez, hablando en nombre delrector, Kettani, dice que la Universidad es detodos los musulmanes, que hemos de sentir-la nuestra.

--Al Hakam, presidente de la Yamaa deAl Ándalus, se incorpora a la Asamblea, unavez que han tenido constancia oficial porparte de la FEERI.

--Sheij Kamal recita el Corán y se levan-ta la Asamblea.

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OASIS de GRANADA

Navas 20, 1º18009. GRANADA.

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¿Se podría hablar con propiedad de unaEconomía Islámica? ¿Acaso la Economía

no es una ciencia neutra, con leyes propias,ajenas a cualquier concepción religiosa ofilosófica? Vamos a tratar de responder aestas preguntas desde una perspectiva glo-bal y objetiva.

El ser humano es una globalidad queabarca diferentes facetas que se manifiestancomo expresión de una realidad única. Desdeesta perspectiva, consideramos la Economíacomo una aplicación derivada de la actua-ción humana. Dependiendo de la concep-ción de la vida que tengamos, nos com-portaremos de una forma u otra. Por tanto laEconomía, como conjunto de formas ymétodos que organizan el mercado, la gene-ración y distribución de riqueza, los impues-tos, leyes que regulan las finanzas, bolsa devalores, bancos, etc. y sus mecanismos depago —cheques, letras, pagarés—, necesa-riamente nacen a partir de una forma y unosobjetivos concretos respecto al modo devivir de una comunidad y de sus gobernan-tes, además de la concepción del mundo queportan. Por todo ello deberemos diferenciarentre lo que podríamos llamar leyes natura-les, como la oferta y la demanda, la escasezde los recursos frente a la inacabable fuentede deseos humanos y las decisiones huma-nas a través de los reglamentos jurídicos cre-ados para la ordenación de los medios enfunción de los fines.

El Islam tiene una visión global del uni-verso, de la vida y del hombre. Esto generauna ciencia global y jerarquizada; global, entanto en cuanto abarca la teoría y la vivenciapráctica del hombre, tanto individual como

¿EXISTE UNA ECONOMÍA ISLÁMICA?

Adib Mohafel

Adib Mohafel es un hombre de negociosinteresado por las cuestiones del dawa y ha escritovarios ensayos sobre el tema. En la actualidad, es

Presidente de la Comunidad Islámica deCanarias. Sirio de origen, establecido en nuestro

país, concretamente en las Islas Afortunadas,desde hace muchos años, analiza en el presentetrabajo algunos problemas relacionados con la

aplicación de la Sharía Islámica a diversascuestiones económicas de enorme importancia en

nuestra vida cotidiana.

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socialmente. La prueba de la fe en el Islamno consiste en la aceptación mental o pasio-nal de un salvador o de un dogma, es másbien una forma de vida espiritual/material,en la que la concepción teórica se convierteen un hecho vivo y cotidiano. Consideremospor ejemplo el concepto de solidaridad, queemana de la creencia de que “todo pertene-ce al Creador: de Él venimos y a Él volvere-mos”; este paradigma se traduce en la mi-sión profética cuyo texto reza así: “no es cre-yente quien duerme mientras su vecino estáhambriento y él lo sabe”. El ProfetaMuhammad, la paz y las bendiciones seancon él, al afirmar la anterior sentencia mati-za precisamente que el amor se traduce enobras tangibles y no en mera declaración deintenciones.

Los conceptos de jerarquía y globalidadson principios casi universalmente acepta-dos, no por el hecho de que lo menor proce-da de lo mayor, sino más bien en razón deque prevalezca el bien común sobre el bienparticular, de forma escalonada, como afir-mación de la unicidad, rasgo diferenciadorde todas las revelaciones divinas, de las queel Islam es su último y máximo exponente.Consecuentemente hay una concepción muyconcreta de la Economía dentro del Islamque intentaremos mostrar someramente.

Causa principal

Partimos del principio o axioma islámico:“todo procede del Creador”, contenido enlos textos sagrados. “Todo procede y perte-nece al Creador” y es Él el amo y Señor detoda la Creación”. A este principio añadi-mos el fin último del hombre en la tierra y supapel de vicario del Creador tal como afirmael Altísimo en el Sagrado Corán: “No he cre-ado a los hombres y a los seres de luz sinopara que Me adoren”; y otra sentencia corá-nica que dice: “estableceré un vicario en latierra”, refiriéndose al hombre. Vemos asíque el hombre es el encargado de mantener laarmonía y el equilibrio en la Creación, es elportador del mensaje divino y el único res-ponsable de sus actos. Todo acto humano,aún moviéndose en el plano de lo material,debe tener y tiene una proyección trascen-dente en lo espiritual y un objeto que emanade la esencia y del fin último.

De ello deducimos que en el Islam lapropiedad tiene un carácter transitorio y admi-

nistrativo. Los títulos de propiedad en el Islamestán sujetos al buen uso de los objetos, sien-do su naturaleza temporal. Poco tiene quever con el concepto contenido en el DerechoNapoleónico sobre la propiedad, que nos di-ce que ésta consiste en el derecho al uso yabuso de las cosas. Este mismo concepto —el de la propiedad islámica— es mucho másmatizado y clarificador respecto a las pose-siones agrícolas, donde las propiedades estánsujetas textualmente a la explotación indivi-dual de las mismas. Cualquier propietarioque abandone su finca por un período supe-rior a tres años pierde todos los derechossobre la misma. en favor de aquel que co-mience a explotarla.

En cuanto a las actividades industrial ycomercial, siguen el mismo principio delbuen fin, con matizaciones propias en cadaestamento y caso. Quedando siempre de ma-nifiesto que la propiedad es el derecho a laadministración, este derecho es absoluto. Lalegislación islámica prohibe la propiedadindividual de los bienes libres, tales como elagua o el aire, y también prohibe la propie-dad individual de materias primas básicascomo yacimientos mineros o petrolíferos y,en algunos casos, las extensiones de bosque.Respecto al agua, a pesar de ser un bien libre,ésta tiene la consideración de bien escaso olimitado. La propiedad sobre los pozos esfactible siempre y cuando el agua sea sufi-ciente para cubrir todas las necesidadessociales; si, por el contrario, aquella fueraescasa y hubiera de recurrirse a otros mediospara su obtención, estaría prohibida su admi-nistración individual.

A todo ello habría que añadir la tajanteafirmación coránica que prohibe la existen-cia de monopolios de cualquier índole, espe-cialmente los de carácter financiero. “Nodebe haber una élite de ricos en la comuni-dad”. Texto que ilumina más aún el modeloeconómico islámico en su dimensión social.El fin último de la Economía es servir a lacomunidad, ordenando los recursos con ob-jeto de satisfacer las necesidades humanas.Lo mismo vale para la industria y el comer-cio. Muchos doctores del Islam consideran ala industria pesada, susceptible de constituiruna forma de propiedad comunal en suadministración, pero ésta no debe ser con-fundida con el tipo de propiedad estatal pla-nificada que preconiza el marxismo. No obs-tante, sigue siendo objetivo de la industriasatisfacer necesidades y contribuir a la ele-

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vación del nivel de vida de la comunidad.Conceptualmente, la Economía de inspi-

ración islámica pertenece al género de lossistemas económicos mixtos, dándose en ellaespecial importancia a la propiedad co-munal, como figura propia que nada tieneque ver con el concepto de propiedad estatalde corte socialista, pero sí con la idea deadministración comunitaria. Podríamos, porejemplo, relacionarla con un tipo de admi-nistración local o autonómica según el mo-delo actualmente vigente en el Estado Espa-ñol. Según sea la naturaleza de los bienes asídefiniríamos el tipo de propiedad. No es lomismo el cauce de un río que un bosque depinos, por citar dos ejemplos. El cauce de unrío, bajo ningún concepto puede ser un bienprivado perteneciente a una sola persona oentidad empresarial, sino que ha de pertene-cer a la comunidad en toda su plenitud. Encuanto al concepto de Economía Mixta, cre-emos que en ella deben prevalecer los obje-tivos sociales sobre los privados y sobre lomecanismos económicos puros, al contrariode lo que ocurre en el capitalismo salvaje.

En el Islam, la actividad económica , aúnteniendo su propia dinámica, debe estar suje-ta a los fines sociales. Esta sujeción no se ar-ticula, ni mucho menos, mediante la depen-dencia respecto de unas oficinas u organis-mos burocráticos centrales y planificadores,al estilo del socialismo soviético, sino queimplica la implantación de mecanismos co-rrectores que impiden el abuso y el monopo-lio en cualquier actividad productiva.

En el sistema financiero actual, las fami-lias propietarias de los bancos poseen tan só -lo del 3% al 7% del capital. Estos exiguosporcentajes sobre los títulos de propiedad delas entidades financieras les concede un e-norme poder sobre las mismas y sobre lospequeños accionistas que depositan en losbancos los ahorros de toda su vida. Un ejem-plo que ilustra perfectamente lo expuesto esel siguiente: un banco cuenta con un capitalsocial de doscientos millones de pesetas. Supresidente tiene acciones por valor de docemillones de pesetas, suma que equivale al6% del total del accionariado, repartiéndoseel 94% restante entre pequeños inversorescuyas acciones alcanzan un valor estimadoentre trescientas mil y un millón de pesetascada uno. Al final, este pequeño porcentajedel 6 %, controla una fortuna: no sólo losdoscientos millones de pesetas del capital delbanco sino que a ellos habría que añadir los

depósitos de los cuentacorrentistas y el poderde definir la política a seguir con los fondosde inversión, de los cuales el banco es solodepositario y que, en algunos casos, superanel billón de pesetas.

Este ejemplo, que tiene validez en cuan-to a los datos manejados en relación a Es-paña, sería extensible al poder de algunasfamilias que controlan hasta varios billonesde pesetas de dinero ajeno, manejado a es-paldas e inclusive en contra de los interesesde los propietarios del mismo. Si tenemos encuenta que el factor psicológico es una varia-ble importante para la subida o bajada de losmercados bursátiles, podremos entender elenorme poder de presión económica del quedisponen algunas personas para alterar lasfluctuaciones económicas. Todo ello invita apensar que el capitalismo debería tener bri-das y frenos. El potencial de los especulado-res es tan enorme, que puede provocar crisiscomo la del ataque producido por los brokersfinancieros contra el franco francés, que obli-gó a intervenir a todos los bancos centraleseuropeos, especialmente al Bundesbank, pa-ra evitar una devaluación que amenazaba alSistema Monetario Europeo.

Precisamente el Islam pretende poner unfreno a la especulación, dada su naturalezano productiva, siendo miel para pocos y ham-bre para muchos. De ahí que la concepciónislámica de la economía asocie el capital alriesgo y al esfuerzo humanos, en aras de laeconomía productiva y al servicio del bie-nestar social.

La regresión y decadencia de la sociedadislámica fue debida a varias razones: a inva-siones extranjeras y masacres, como las per-petradas por los mongoles, al gobierno depríncipes ignorantes, o a lo que Garaudyllama el constantinismo islámico del periodoabassí, que bloqueó la investigación e inter-pretación del Islam, y que dio lugar a un es-tancamiento intelectual agudizado por el do-minio otomano. Todo ello provocó una deca-dencia en todo los órdenes que llevó al des-moronamiento de la sociedad islámica a prin-cipios del siglo XIX. Por tanto, cuando nosreferimos al Islam en modo alguno nos esta-mos refiriendo a los países cuya población eshoy mayoritariamente musulmana.

Hecha esta aclaración, el sistema finan-ciero islámico debe prestar los mismos ser-vicios que el actual sistema financiero mun-dial: cuenta corriente, cartillas de ahorro, fon-dos de inversión etc., pero con dos salveda-

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des que marcan profundamente la diferen-cia. Esta diferencia se evidencia no sólo en elconcepto sino en la forma de actuación y enlos mecanismos de todo el sistema.

La primera diferencia existente entre elsistema financiero islámico y el capitalismo,es la ausencia de un interés fijo sin riesgo porparte del capital, lo que se traduce en ausen-cia de usura; la segunda es el freno a la espe-culación en general y al mercado financieroen particular, por lo que, en una economía is-lámica, las cuentas de crédito no existiríancomo las conocemos en la actualidad; másbien, la banca sería administradora de capi-tales para su inversión, a la vez que jugaríaun importante papel en la creación, adminis-tración e impulso de las nuevas empresas.

Partiendo del principio de asociaciónentre esfuerzo, capital y riesgo, la banca ha-bría de intervenir en el proceso productivocomo socio, asumiendo al mismo tiempo losriesgos y la cotitularidad de los bienes, envez de ser un simple prestamista que hipote-ca y que, independientemente de los resulta-dos del negocio, cobra los intereses estipula-dos y el principal del préstamo.

Un ejemplo que podría ilustrarnos mejorsería el siguiente. Imaginemos que un co-merciante decide ampliar su negocio com-prando una nave industrial, y para ello pideun crédito a un banco. El banco y el empre-sario compran la nave industrial a un precioya fijado por el vendedor. De esta forma, elbanco se convierte en dueño, junto con elempresario, de la mencionada nave. Su-pongamos que el precio de la misma fue denueve millones, y el empresario sólo teníatres. Los seis restantes, como es lógico, lospuso el banco. En términos de propiedad, elempresario es dueño del 34 % y el banco del66 %. La cuestión que surge es la siguiente:¿como adquiere el empresario el 66 % res-tante?. La respuesta es sencilla. El banco fijaun alquiler al empresario, que se irá descon-tando del 66 % y, aparte, tendrá un porcenta-je igual al principal restante de cada pagosobre el alquiler del almacén. Dicho de otraforma: en el primer pago del alquiler elbanco tendrá el 66 % sobre el beneficio opérdida existente durante este período y ésteirá decreciendo a medida que se vayan reali-zando los pagos. Al final, el propietariotendrá su nave y el banco habrá compartidolos riesgos inherentes a la explotación delnegocio, evitándose así la usura, medianteeste mecanismo tan simple. Otro punto im-

portante que conviene aclarar es que, en casode fallecimiento del titular del préstamo, elbanco no puede quedarse con el negocio,sino que éste pasa a sus legítimos herederos,continuando el crédito en las mismas condi-ciones.

En cuanto a los ahorradores, tendrán susahorros en circuitos financieros a través de labanca o fondos de inversión, pero en lugarde cobrar un interés fijo por su dinero, reci-ben un porcentaje sobre los beneficios. Porejemplo, las entidades financieras realizan dife-rentes actividades económicas, invirtiendoen los diversos sectores productivos. Fina-lizado el ejercicio en la cuenta de pérdidas yganancias, el capital invertido de la entidades la base sobre la cual se reparte el benefi-cio existente, previo cobro por parte la enti-dad financiera, en concepto de gastos de ad-ministración, de una cantidad que suele ron-dar sobre el 10 % de los beneficios. O sea,queremos decir que la entidad financiera de-duce de los gastos un porcentaje como bene-ficios para la misma, repartiendo el resto por-centualmente sobre el capital invertido. Unaparte revierte en la entidad, o sea en la bancacomo propietaria de una parte del capital, yel resto entre los ahorradores.

Para que se vea más claro, supongamosque un banco maneja un total de diez millo-nes de pesetas de los cuales el dos por cien-to son recursos propios, y obtiene dos millo-nes de beneficios por un ejercicio. De los dosmillones retrae doscientas mil como gastosde administración y el millón ochocientasmil pesetas se divide porcentualmente entrelos diez millones, resultando un beneficioneto del 18 %.

Esta fórmula es la misma que la de losfondos de inversión inmobiliarios que exis-ten en España y otras partes del mundo, ycreemos que esta fórmula es más justa y máspura para las relaciones comerciales entre loshombres y los pueblos.

Esperamos arrojar una pequeña luzsobre la concepción islámica de la econo-mía, siendo imposible describir toda laEconomía Islámica en un artículo tan redu-cido. Allah es nuestro guía, de Él procede-mos y a Él volvemos.

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Durante las ultimas décadas se han pre-sentado muchas propuestas de refor-

ma, y muchos médicos del espíritu hanintentado crear un medicamento que cure elcuerpo enfermo del Islam. Pero hasta hoytodo ha sido en vano porque todos esosmédicos listos —al menos los que se hacenescuchar en nuestros dias— se olvidan sinexcepción de recetar, junto a sus medicinas,tónicos y elixires, ladieta natural en laque se basó el desa-rrollo de los primerosaños del paciente.Esta dieta, que es laúnica que el cuerpodel Islam, sano oenfermo, puede real-mente aceptar y asi-milar, es la Sunna denuestro Profeta Mu-hammad. La Sunna esla clave que nos ayu-da a entender el sur-gimiento del Islamhace mas de trece si-glos y ¿por qué no hade ser también unaclave para la com-prensión de nuestradegeneración presen-te? La práctica de laSunna es sinónimo de la existencia delIslam y de su progreso y, por el contrario,su abandono es sinónimo de su descompo-sición y decadencia. La Sunna es elarmazón de hierro de la Casa del Islam; y si

despojamos a un edificio de su armazón,¿podrá sorprendernos que se derrumbecomo un castillo de naipes?

Esta simple verdad, aceptada casi unáni-memente por todos los eruditos de la historiaislámica, es hoy —como bien sabemos—menos popular que nunca por razones queobedecen a la creciente influencia de la civi-lización occidental. A pesar de esto sigue

siendo verdad y es, de hecho, la única verdadque puede salvarnos del caos y de lavergüenza de nuestra decadencia actual.

El término Sunna es usado aquí en susignificado mas amplio, o sea, el ejemplo

que el Profeta nos ofrece en sus actitudes,acciones y palabras. Su maravillosa vida fueuna ilustración y una explicación del Corán,y no existe mejor forma de hacer justicia alLibro Sagrado que siguiendo a aquél a travésdel cual fue revelado.1

Hemos visto que uno de los principaleslogros del Islam, que lo distingue de todoslos demás sistemas transcendentales, es la

completa armoniza-ción entre los aspec-tos morales y mate-riales de la vida hu-mana. Ésta fue unade las razones delfulgurante éxito del Is-lam dondequiera quesurgió durante su apo-geo. El Islam trajo ala humanidad el nue-vo mensaje de que laTierra no tenía queser despreciada a finde ganar el Cielo.Esta característica pro-minente del Islamexplica por qué nues-tro Profeta, en sumisión de guía apos-tólico de la huma-nidad, estaba tan pro-fundamente interesa-

do en la vida humana y su polaridad comofenómeno a la vez espiritual y material. Nose demuestra, por lo tanto, una comprensiónmuy profunda del Islam si uno establecediferencias entre los dichos del Profeta que

HADIZ Y SUNNA

Muhammad Asad

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se refieren a asuntos puramente devociona-les o espirituales y aquellos que tienen quever con cuestiones sociales y de la vida coti-diana. La opinión de que estamos obligadosa seguir aquellos mandatos que pertenecen alprimer grupo, pero no estamos obligados aseguir los del segundo, es tan superficial y,en su espíritu, tan antiislámica como la ideade que ciertas órdenes generales contenidasen el Corán iban destinadas solamente a losárabes ignorantes del tiempo de la revelación,y no a los refinados caballeros del siglo vein-te. En el fondo de esto subyace una sub-estimacion extraña del verdadero papel delProfeta árabe.

De igual forma que la vida de unmusulmán debe ser dirigida hacia una coo-peración plena y sin reservas entre su cuerpoy su espíritu, así también el liderazgo delProfeta abarca la vida como una entidadcompuesta: una suma total de manifestacio-nes morales y prácticas, individuales y socia-les. Éste es el significado más profundo de laSunna. El Corán dice:

“¡Pero no, por tu Señor! No serán(realmente) creyentes hasta que te hagan(Oh Profeta) juez en todas sus disputas,y luego no encuentren dificultad en suscorazones para aceptar tu decisión y sesometan plenamente.”

(sura 4:65).

Y también: “Di [Oh Profeta]: ‘si amáis a Dios,

seguidme, [y] Dios os amará y perdo-nará vuestros pecados. Dios es indulgen-te, misericordioso.’ Di: ‘¡Obedeced aDios y al Enviado!’”

(sura 3:31-32).

La Sunna del Pro-feta es, por lo tanto, la segunda

fuente de la Ley Islámica, después del Co-rán. De hecho, debemos considerar a la Su-nna como la única explicación vinculante delas enseñanzas coránicas; el único medio deevitar disensiones constantes sobre su inter-pretación y adaptación al uso práctico. Mu-

chos de los versículos del Corán tienen unsignificado alegórico y pueden ser entendi-dos de diversas maneras. Y existen asimismomuchas cuestiones de importancia prácticade las que el Corán no se ocupa explícita-mente. El espíritu que impregna el LibroSagrado es ciertamente uniforme en toda suextensión; pero deducir de él la actitud prác-tica que debemos adoptar no es siempre unasunto sencillo. Dado que creemos que esteLibro es la Palabra de Dios, perfecto en suforma y propósito, la única conclusión lógi-ca es que no fue revelado para ser usadoindependientemente de la guía personal delProfeta que se encuentra contenida en el sis-tema de su Sunna; y nuestra razón nos diceque no podía haber existido un mejor intér-prete de las enseñanzas coránicas que aquela través del cual fueron reveladas a la huma-nidad.

Y llegamos así a la importantísima cues-tión de la autenticidad de las fuentes que nosrevelan la vida y los dichos del Profeta. Estasfuentes son los hadices o Tradiciones de losdichos y acciones del Profeta, comunicadosy transmitidos por sus Compañeros y recopi-lados críticamente en los primeros siglos delIslam. Muchos musulmanes modernos ase-guran que estarían dispuestos a seguir la Su-nna si estuvieran convencidos de que pue-den confiar en el cuerpo de hadices sobre elque se apoyan. Se ha puesto de moda ennuestros días el negar, en principio, la auten-ticidad de la mayoría de los hadices y, enconsecuencia, de la Sunna en su conjunto.¿Se apoya esta actitud sobre una base cientí-fica? ¿Existe una justificación científica pararechazar los hadices como fuente fiable de laLey Islámica?

Quienes se oponen alpensamiento ortodoxodeberían haber presen-tado ya argumentos real-

mente convincentes quedemuestren, de una vez por

todas, que las Tradiciones atribui-das al Profeta no son dignas de confian-za. Pero no ha sido así. A pesar de todos

los métodos empleados para cuestionar laautenticidad de los hadices en su conjunto,estos críticos modernos, en el Este y en elOeste, no han sido capaces de respaldar suscríticas puramente subjetivas con argumen-tos extraídos de una auténtica investigacióncientífica. Y les sería bastante difícil hacerlo,porque los recopiladores de las primeras co-

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lecciones de hadiz, en particular Bujari y Mus-lim, hicieron todo lo humanamente posiblepara someter a un examen muy riguroso laautenticidad de cada una de las Tradiciones—un examen mucho más riguroso que losaplicados por los historiadores occidentales acualquier documento histórico.

Se saldría de los límites de este artículoentrar en detalles sobre el método escrupulo-so con el que los primeros muhaddizún, eru-ditos dedicados al estudio de los hadices, in-vestigaron la autenticidad de las Tradiciones.Bastará a nuestro propósito decir que fuecreada una ciencia completa cuyo único ob-jetivo era la investigación del significado, laforma y el modo de transmisión de los hadi-ces del Profeta. Una rama histórica de estaciencia consiguió establecer una cadenaininterrumpida de biografías detalladas detodas aquellas personalidades que han sidomencionadas como narradores de Tradiciones.Las vidas de esos hombres y mujeres hansido investigadas concienzudamente desdetodos los puntos de vista, y sólo se han acep-tado como dignos de confianza aquelloscuya forma de vida, así como de recibir ytransmitir hadices, cumple exactamente conlas normas estipuladas por los grandesmuhaddizún, las cuales se consideran lo másrigurosas que puedan concebirse. Por ello, sialguien desea hoy cuestionar la autenticidadde un hadiz concreto o del sistema en gene-ral, sobre él recae la responsabilidad dedemostrar tal error. No es en absoluto admi-sible científicamente impugnar la veracidadde una fuente histórica a menos que se estédispuesto a probar que tal fuente es defec-tuosa. Si no se encontrara una prueba razo-nable, es decir, científica, en contra de la ve-racidad de la fuente misma, o en contra deuno o varios de los transmisores, y si no exis-tiera además ningún otro texto contradictoriosobre tal asunto, estaremos entonces obliga-dos a aceptar tal Tradición como auténtica.

Supongamos, por ejemplo, que alguienestuviera hablando de la campañas de Mah-mud de Ghazni en India y tú de repente televantaras y dijeras: “Yo pienso que Mah-mud nunca vino a India. Se trata de una le-yenda que carece de base histórica.” ¿Queocurriría en ese caso? Inmediatamente alguienversado en Historia trataría de corregir tuerror citando crónicas e historias basadas endocumentos de la época de ese famoso Sul-tán, como prueba definitiva del hecho de queMahmud sí estuvo en la India. En ese caso

tendrías que aceptar las pruebas o ser consi-derado un chiflado que rechaza, sin razónjustificada, hechos históricamente probados.Si ésto es así, uno debería preguntarse porqué nuestros críticos modernos no aplicantambién la misma imparcialidad al problemade los hadices.

El elemento esencial de la falsedad de unhadiz sería una mentira consciente por partede la primera fuente, es decir, el Compañeroque lo relató, o uno o varios de los que lotransmitieron posteriormente. En lo que res-pecta a los Compañeros, tal posibilidad pue-de ser descartada a priori. Sólo es necesariotener una idea mínima del lado psicológicodel problema para relegar tales suposicionesa la esfera de la pura fantasía. La enorme im-presión que la personalidad del Profeta cau-só en aquellos hombres y mujeres es un he-cho destacado en la historia humana; y está,además, sumamente bien documentado porla historia. ¿Es posible imaginar que unasgentes que estaban dispuestas a sacrificar susvidas y todo cuanto poseían cuando lo orde-nara el Mensajero de Dios, serían capaces dejugar con sus palabras? ¿Acaso no dijo elProfeta:

"Aquel que intencionadamente mien-ta acerca de mí ocupará su lugar en elFuego"?

(Sahih al-Bujari, Sunan Abi Da'ud, Yami' at-

Tirmidhi, Sunan Ibn Mayah, Sunan ad-Darimi,

Musnad Ibn Hanbal).

Esto lo sabían los Compañeros, quecreían sin vacilaciones la palabras del Pro-feta, al que consideraban portavoz de Dios.¿Es probable, desde el punto de vista psi-cológico, que hicieran caso omiso de unaorden tan clara?

En un proceso criminal, la primera cues-tión que ha de resolver el juez del tribunal, esa quién beneficia el crimen cometido. Esteprincipio judicial puede también aplicarse alproblema de los hadices. A excepción deaquellas Tradiciones que se refieren directa-mente al estatus de ciertos individuos o gru-pos, así como aquellas Tradiciones clara-mente falsas y rechazadas por la mayoría delos muhaddizún --que están conectadas conlas reivindicaciones políticas de los diferen-tes partidos en el siglo primero después de lamuerte del Profeta-- no existe razón “prove-chosa” para que un individuo falsifique losdichos del Profeta. Además, en justo recono-cimiento de la posibilidad de que se inventa-

Las vidas de esoshombres y mujeres han

sido investigadasconcienzudamente desdetodos los puntos de vista

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ran hadices con fines personales, las dosautoridades mas destacadas entre los Tra-dicionistas, Bujari y Muslim, excluyerontajantemente de sus recopilaciones todasaquellas Tradiciones que tenían relación conla política de partidos. El resto estaba por en-cima de la sospecha de favorecer personal-mente a nadie.

Existe otro argumento con el que sepodría impugnar la autenticidad de un hadiz.Es concebible que el Compañero que lo oyóde los labios del Profeta o uno de los narra-dores posteriores, aun siendo subjetivamen-te veraz, cometiera un error, ya fuese debidoa que malentendió las palabras del Profeta, oa un lapso de memoria o a alguna otra razónpsicológica. Pero la evidencia interna, esdecir, psicológica, señala la escasa probabili-dad de semejantes errores, al menos por par-te de los Compañeros. Para la gente que vi-vió con el Profeta, cada una de sus palabrasy acciones era de la mayor importancia, nosolamente por el atractivo que su personali-dad tenía para ellos, sino también por su fir-me creencia en que era la voluntad de Diosel que debían regular sus vidas conforme a ladirección y el ejemplo del Profeta. Por esto,no podían tomar a la ligera la cuestión de susdichos, sino que se esforzaron por conser-varlos en su memoria aun a costa de gran in-comodidad personal. Se cuenta que los Com-pañeros que estaban asociados inmediata-mente con el Profeta formaron entre ellosgrupos de dos hombres cada uno que se al-ternaban en estar uno siempre cerca del Pro-feta mientras el otro se ocupaba en trabajar oatender a sus asuntos; y cuanto oían o veíanhacer a su Maestro, lo comunicaban al otro:tal era su temor de que algún dicho o accióndel Profeta escapara a su atención. Pose-yendo tal actitud, no es probable que fuerandescuidados en la exactitud de las palabrasde un hadiz. Y si fue posible que cientos delos Compañeros memorizaran por entero elCorán, hasta el mas mínimo detalle, fue sinduda posible también, para ellos y para losque les siguieron, mantener en su memorialos dichos individuales del Profeta sin aña-dirles ni restarles nada.

Además, los Tradicionistas sólo atribu-yen una autenticidad perfecta a aquelloshadices que han sido transmitidos en lamisma forma a través de cadenas de trans-misores diferentes e independientes. Y éstono es todo. Para que un hadiz sea denomina-do sahih (correcto), debe ser corroborado en

cada etapa de transmisión por el testimonioindependiente de al menos dos, o posible-mente mas, transmisores, de tal forma que latransmisión no se apoye en la autoridad deuna sola persona en ninguna de las etapas.Esta demanda de corroboración es tan exi-gente que en un hadiz transmitido a travésde, digamos, tres “generaciones” de transmi-sores desde el Compañero que lo relató hastael recopilador final, están involucrados unaveintena, o más, de tales transmisores, distri-buidos a lo largo de esas tres “generaciones”.

A pesar de ésto, ningún musulmán hacreído nunca que las Tradiciones del Profetatengan la indiscutible autenticidad del Co-rán. La investigación crítica de los hadicesno ha cesado nunca. El hecho de que existannumerosos hadices falsos no ha escapadopor un instante a la atención de los muhha-dizún, tal como suponen ingenuamente loscríticos no-musulmanes y algunos musul-manes. Al contrario, el estudio crítico de loshadices se inició por la necesidad de discer-nir los auténticos de los falsos, y los imamsBujari y Muslim, así como los Tradicionistasmenos conocidos, son un producto de estaactitud crítica. La existencia de hadices fal-sos no puede invalidar a los hadices en suconjunto --de igual manera que un cuentomaravilloso de Las Mil y Una Noches nopuede ser usado como prueba en contra de laautenticidad de un documento histórico delcorrespondiente período.

Hasta el presente, ningún crítico ha sidocapaz de probar de forma sistemática que elcuerpo de hadiz considerado como auténticosegún las normas de verificación de los prin-cipales Tradicionistas es inexacto. El recha-zo de Tradiciones auténticas, tanto en partecomo en su conjunto, es un asunto puramen-te emocional, y no el resultado de una inves-tigación científica imparcial. El motivo deque muchos musulmanes adopten semejanteactitud es fácil de localizar. Éste reside en laimposibilidad de elevar nuestros degenera-dos modos de vivir y de pensar actuales alnivel del verdadero espíritu del Islam que serefleja en la Sunna de nuestro Profeta. Estospseudo-críticos de hadiz tratan de eliminar lanecesidad de seguir la Sunna para así justifi-car sus deficiencias y las deficiencias de suentorno y porque, si lo consiguieran, podríaninterpretar las enseñanzas del Corán a suantojo --es decir, cada cual de acuerdo con supropia inclinación y carácter. Y de esta formala excepcional posición del Islam como códi-

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Para la gente que vivió conel Profeta, cada una de suspalabras y acciones era de lamayor importancia, nosolamente por el atractivoque su personalidad teníapara ellos, sino también porsu firme creencia en que erala voluntad de Dios el quedebían regular sus vidasconforme a la dirección y elejemplo del Profeta.

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go moral y práctico, para el individuo y para lasociedad, quedaría totalmente destruida.

En estos días, en que la influencia de lacivilización occidental se hace sentir cadavez más en los países islámicos, otro motivoviene a añadirse a la actitud negativa de lallamada “intelectualidad musulmana” eneste asunto. Es imposible vivir de acuerdo ala Sunna de nuestro Profeta y al mismo tiem-po seguir la forma de vida occidental. Peromuchos de los musulmanes de la generaciónactual reciben con adoración todo lo que esoccidental, venerando esta civilización extran-jera simplemente porque es extranjera, pode-rosa y materialmente impresionante. Esta“occidentalización” es la razón más fuerte deque las Tradiciones de nuestro Profeta y, juntocon ellas, el conjunto de la Sunna, se hayanvuelto tan impopulares en la actualidad. LaSunna es tan radicalmente opuesta a lasideas de base sobre las que se apoya la civi-lización occidental que aquellos que estánbajo la fascinación de ésta no ven otro cami-no de salida que el describir la Sunna comoun aspecto insustancial, y por tanto no obli-gatorio, del Islam –porque se “apoya enTradiciones dudosas”. Hecho esto, se vuelvemucho más fácil torcer las enseñanzas delIslam de tal forma que parezca que se adap-tan a la civilización occidental.

Casi tan importante como la justificaciónformal, o si se quiere "legal", de la Sunna,mediante la demostración de la fiabilidadhistórica del cuerpo de hadiz, es la cuestiónde su justificación espiritual interna. ¿Porqué debería considerarse indispensable lapráctica de la Sunnapara llevar una vidaen un sentido verda-deramente islámico?¿No existe otraforma de acceder ala realidad del Islamque a través de lapráctica de eseextenso sistema deacciones y costum-bres, de mandatos yprohibiciones extraí-dos de la vida delProfeta? No hayduda de que fue elhombre más grandeque haya existido,pero ¿acaso norepresenta la necesi-

dad de imitar su vida en todos sus aspectosuna violación de la libertad individual de lapersonalidad humana? Esta es la vieja obje-ción presentada por críticos enemigos delIslam, de que la necesidad de seguir estricta-mente la Sunna fue una de las causas princi-pales de la decadencia del mundo islámico,al suponer que dicha actitud entorpece, a lalarga, la libertad de acción del individuo y elnatural desarrollo de la sociedad. El que sea-mos capaces o no de enfrentarnos a esa obje-ción es de la mayor importancia para el futu-ro del Islam. Nuestra actitud con respecto ala cuestión de la Sunna determinará nuestraactitud futura hacia el Islam.

Nos sentimos orgullosos, y con razón, delhecho de que el Islam, como religión, no estábasada en un dogmatismo místico sino queestá siempre abierto a la inquisitividad críticade la Razón. Tenemos derecho, por lo tanto,no sólo a saber que la práctica de la Sunnanos ha sido impuesta sino también a entenderla razón intrínseca de su imposición.

El Islam lleva al ser humano a una unifi-cación de todos los aspectos de su vida. Ysiendo un medio hacia tal fin, esta religiónrepresenta en sí misma un conjunto de con-cepciones al que nada puede ser añadido nirestado. No hay lugar en el Islam para eleclecticismo. Allí donde se reconozca quesus enseñanzas han sido pronunciadas por elCorán o por el Profeta, debemos aceptarlasen su totalidad; si no, pierden su valor. Es unerror básico pensar que el Islam, al ser unareligión racional, permite que el individuosea selectivo con sus enseñanzas: éste es un

argumento basadoen un malentendi-do popular del“racionalismo”.Existe un anchoabismo --recono-cido suficiente-mente por las filo-sofías de todas lasépocas-- entre larazón y el “racio-nalismo” talcomo se entiendecomúnmente hoy.La función de larazón, en relacióncon las enseñan-zas religiosas,tiene un carácterde control; su

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deber es vigilar que no se imponga a lamente humana nada que no pueda soportarfácilmente, es decir, sin la ayuda de malaba-rismos mentales. Por lo que al Islam respec-ta, la razón imparcial le ha dado sin reservas,una y otra vez, su voto de confianza. Esto nosignifica que todo contacto con el Coránacepte necesariamente sus enseñanzas; estodepende mucho del temperamento, delentorno y --no menos importante-- de la ilu-minación espiritual. Es cierto que nadie librede prejuicios afirmaría que haya en el Coránnada contrario a la razón. Sin duda, hay en élconceptos que van más allá de los límitesactuales de nuestra inteligencia; pero nadaque ofenda a la inteligencia humana en cuan-to tal.

El papel de la razón en los asuntos reli-giosos es, como hemos visto, de control,como un regulador de entrada que según seael caso, diga “sí” o “no”. Pero ésto no escierto en el llamado “racionalismo”, el cualno se contenta con la regulación y control deentradas, sino que se lanza al campo de laespeculación; no es receptivo y distante co-mo la razón pura, sino extremadamente sub-jetivo y temperamental. La Razón conoce suslímites, pero el “racionalismo” superficial esabsurdo en su pretensión de abarcar el mun-do y todos sus misterios dentro de su propiocírculo individual. En los asuntos religiososni siquiera acepta la posibilidad de que cier-tas cosas estén, bien temporal o permanente-mente, fuera del alcance de la comprensiónhumana; pero es, al mismo tiempo, lo bas-tante ilógico como para conceder tal posibi-lidad a la ciencia y a sí mismo.

La sobrestimacion de este tipo de racio-nalismo falto de imaginación es una de lascausas de que muchos musulmanes moder-nos se nieguen a someterse a la guía delProfeta. Pero no necesitamos hoy a un Kantpara demostrar que las posibilidades de lacomprensión humana son muy limitadas.Nuestra mente es incapaz, por naturaleza, decomprender la idea de totalidad: sólo somoscapaces de captar los detalles de las cosas.No sabemos lo que significa la infinidad o laeternidad; no sabemos siquiera lo que es lavida. Por esta razón, en los problemas de unareligión que se apoya en bases transcenden-tales, necesitamos un guía cuya mente poseealgo mas que las cualidades normales derazonamiento y el racionalismo subjetivo co-mún a todos nosotros; necesitamos a alguieninspirado --en una palabra, a un Profeta--. Si

creemos que el Corán es la Palabra de Dios,y que Muhammad fue el Mensajero de Dios,estamos obligados moral e intelectualmentea seguir su guía implícitamente. Esto noquiere decir que debamos renunciar a nues-tra capacidad de razonamiento. Al contrario,tenemos que usar esa capacidad al máximode nuestra habilidad y conocimiento; tene-mos que descubrir el significado y el propó-sito que encierran las órdenes que nos hansido transmitidas por el Profeta. Pero encualquier caso --tanto si somos capaces de dis-cernir su propósito como si no-- debemosobedecer la orden. Quisiera ilustrar ésto conel ejemplo de un soldado que ha recibido desu general la orden de ocupar una cierta posi-ción estratégica. Un buen soldado obedeceráy ejecutará tal orden inmediatamente. Si,mientras lo está haciendo, es capaz de enten-der el propósito estratégico que el generalquiere alcanzar, tanto mejor para él y para sucarrera, pero si no consigue entender inme-diatamente el propósito ulterior detrás de lasórdenes del general, no por ello puede aban-donar su ejecución o posponerla. Nosotros,los musulmanes, tenemos la confianza pues-ta en que nuestro Profeta es el mejor jefe quela humanidad haya podido tener. Creemosnaturalmente que tenía un conocimiento deldominio de la religión, en sus aspectos espi-ritual y social, mucho mejor del que nosotrospodríamos alcanzar. Cuando nos ordena onos prohibe hacer algo, es siempre paraalcanzar ciertos objetivos “estratégicos” queconsideraba indispensables para el bienestarespiritual y social del ser humano. A veces esposible discernir claramente la meta, y otrasestá más o menos oculta a los ojos inexper-tos del hombre común; a veces podemosentender el propósito más profundo de unaorden del Profeta, y otras veces solo supropósito más inmediato. En cualquiera delos casos, estamos obligados a seguir lasórdenes del Profeta, siempre que su autenti-cidad y su contexto estén plenamente verifi-cados.2 No se necesita nada más. Desde luegoque existen órdenes del Profeta que son deextrema importancia y otras que lo son me-nos, y tenemos que dar precedencia a aque-llas más importantes sobre las otras. Peronunca tendremos derecho a hacer caso omi-so de ninguna de ellas porque nos parezca“secundaria” – porque el Corán dice delProfeta:

"No habla por capricho." (surah 53:3).

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Esto es, sólo habla cuando surge unanecesidad objetiva; y lo hace porque Dios leha inspirado a ello. Por esta razón, estamosobligados a seguir la Sunna del Profeta enespíritu y en forma, si queremos ser fieles alIslam. Nosotros no consideramos su ideo-logía como otro camino entre muchos, sinocomo el camino; y el hombre que nos trans-mitió esta ideología no es para nosotros unguía entre otros, sino el guía. Obedecerle entodo lo que ordenó es practicar el Islam, ydesechar su Sunna es desechar la realidad delIslam.

Notas

1. Quisiera resaltar aquí que el concepto de la Su-

nna del Profeta ha sido ampliado sin justificación por

los eruditos del período post-clásico del Islam. Su único

significado fundamental válido es el de "la forma de

vida" del Mensajero de Dios. En primer término, com-

prende las actitudes morales y éticas que adoptó en rela-

ción a diversos problemas humanos de naturaleza per-

manente --tanto individuales como sociales. En segun-

do término, la Sunna abarca aquellas órdenes del Pro-

feta --tanto mandatos como prohibiciones-- que se refie-

ren a las circunstancias inmutables de la vida social y de

la conducta humana: es decir, que no abarca de por sí

aquellas ordenes que el Mensajero de Dios promulgó

para una ocasión histórica particular o una situación

ligada a un momento. En tercer término, la Sunna com-

prende aquellas valoraciones morales pronunciadas por

el Profeta --"esto es bueno" o "esto es malo"-- que están

ancladas en la situación humana, y que son, por lo tanto,

inmunes a los cambios de tiempo o circunstancia. A me-

nos que nos atengamos estrictamente a esta triple defi-

nición de la Sunna del Profeta, nos arriesgaremos a

oscurecer el principio de que es válida para todos los

tiempos y a perder de vista su carácter de segunda fuen-

te, en el propósito divino, de la Ley Islámica, después

del Corán.

2. En relación a esto ver nota 1 más arriba. Aparte

de lo ya dicho en esa nota, uno debería recordar siempre

que muchos hadices individuales, aun algunos de los

más auténticos, nos han sido transmitidos en forma de

fragmentos, sin una referencia clara a su contexto. En

tales casos, sólo la más meticulosa reconstrucción

puede definir las circunstancias a que se refiere el hadiz

en cuestión y, en consecuencia, establecer el carácter

permanente, si lo hubiera, que el Mensajero de Dios

quería dar a esa orden particular.

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El Nacimiento de María

Ciertamente, Dios encumbró a Adán,a Noé, a la Casa de Abraham y a la Casade Imrán sobre toda la humanidad, enuna misma línea de descendencia.

Y Dios fue oyente y conocedor cuan-do una mujer de [la Casa de] Imrán dijo:

“¡Oh Señor mío! Hago el voto deofrecerte lo que hay en mi vientre, paraque se dedique exclusivamente a Tu ser-vicio. ¡Acéptamelo! ¡Ciertamente, Tú eresQuien todo lo oye, Quien todo lo sabe!”

Pero cuando dio a luz a una hija,dijo: “¡Oh Señor mío! He dado a luz auna hembra” --cuando Dios sabía bienlo que iba a dar a luz y [sabía bien que]el varón [que ella esperaba] nunca po-dría haber sido como esta hembra-- “yle he puesto por nombre María. E implo-ro Tu protección para ella y su descen-dencia contra Satán, el maldito.”

Y su Señor la aceptó favorablemente, lahizo crecer armoniosamente y la confió aZacarías.

Siempre que Zacarías la visitaba enel santuario, encontraba junto a ella pro -visión de alimentos. Decía: “¡Oh María!¿De dónde te viene esto?”

Decía ella: “Viene de Dios; cierta-mente, Dios provee sin medida a quienÉl quiere.”

(3: 33-37)

JESÚS Y EL CRISTIANISMOSU POSICIÓN EN EL CORÁN*

Sheij Saleh Al Husayin

Para poder establecer una relación con otra persona sobre unabase firme, es necesario conocer su modo de pensar acerca de ti.

Para un musulmán es difícil saber qué piensan los cristianosacerca del Islam; sin embargo, resulta fácil para un cristiano

conocer el modo de pensar de los musulmanes acerca delCristianismo, ya que no tiene más que acudir al Corán, que es

la fuente básica de la enseñanza religiosa de los musulmanes.Éste es el propósito con el que se ha preparado este trabajo. Loque sigue es una recopilación de aquellos versículos del Sagrado

Corán que hacen referencia a Jesús y al Cristianismo.

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La Eminencia de María

Y he aquí que los ángeles dijeron:“¡Oh María! Ciertamente, Dios te haescogido, te ha purificado y te ha exalta-do sobre todas las mujeres de la crea-ción. ¡Oh María! Conságrate por enteroa tu Señor, póstrate en adoración, e inclí-nate con los que se inclinan [ante Él].”

(3:42-43)

Y [Dios presenta otro ejemplo a losque creen] María, la hija de Imrán, queguardó su castidad, y luego insuflamosalgo de Nuestro espíritu en su [vientre];y que aceptó la verdad de las palabrasde su Señor —y de Sus revelaciones— yfue de las verdaderamente devotas.

(66:12)

Y [recuerda a] aquella que guardó sucastidad, y luego insuflamos en ella algode Nuestro espíritu e hicimos de ella, yde su hijo, un signo [de Nuestra gracia]para toda la humanidad.

(21:91)

Y [tal como exaltamos a Moisés, asítambién,] hicimos del hijo de María y desu madre un signo [de Nuestra Gracia], yles asignamos una morada en un lugarelevado de paz permanente y aguas cris-talinas.

(23:50)

El Nacimiento de Jesús

He aquí que los ángeles dijeron:“¡Oh María! En verdad, Dios te anunciala buena nueva, mediante una palabraprocedente de Él, [de un hijo] que seráconocido como el Ungido Jesús, hijo deMaría, de gran eminencia en este mundoy en la Otra Vida, y [será] de los allega-dos a Dios.

Y hablará a la gente desde la cuna yde adulto, y será de los justos.”

Dijo: “¡Oh Señor mío! ¿Cómo podré te-ner un hijo si ningún hombre me ha tocado?”

Respondió [el ángel]: “Así ha de ser:Dios crea lo que Él quiere: cuando dis-pone algo, le dice tan sólo: ‘Sé’ —y es.

Y Él enseñará a tu hijo la revelacióny la sabiduría, la Tora y el Evangelio, y

[hará de él] un enviado a los hijos deIsrael.”

(3:45-49)

[Jesús dijo]: “Os traigo un mensajede vuestro Señor. Os modelaré en barrola forma de un pájaro y soplaré en él, yse convertirá en un pájaro con la veniade Dios; y sanaré al ciego y al leproso, yresucitaré a los muertos, con la venia deDios: y os informaré de lo que podéiscomer y de lo que debéis almacenar envuestras casas. En todo esto hay, cierta-mente, un signo para vosotros, si sois[realmente] creyentes.”

Y [he venido] a confirmar la verdadde lo que aún queda de la Tora y a hace-ros lícitas algunas de las cosas que[antes] os estaban prohibidas. Y he veni-do a traeros un mensaje de vuestro Se-ñor; sed, pues, conscientes de Dios yobedecedme.”

En verdad, Dios es mi Señor y tam-bién vuestro Señor; así pues adoradle[sólo] a Él: éste es un camino recto.”

(3:49-51)

Y recuerda, por medio de esta escri-tura divina (-el Corán-), a María. Heaquí que se retiró de su familia a unlugar en el este y se recluyó apartada deellos, y entonces le enviamos a Nuestroángel de la revelación, que se aparecióante ella en la forma perfecta de un serhumano.

Ella exclamó: “¡En verdad, me refu-gio de ti en el Más Compasivo! [No teacerques a mí] si eres consciente de Él!”

[El ángel] respondió: “Soy sólo unemisario de tu Señor, [para anunciarte] elregalo de un hijo puro.”

Ella dijo: “¿Cómo voy a tener unhijo si ningún hombre me ha tocado? —pues, no he sido una mujer licenciosa.”

Dijo: “Así es; [pero] tu Señor dice,‘Eso es fácil para Mí; y [tendrás un hijo,]para que hagamos de él un signo para lahumanidad y una gracia venida deNosotros’.”

Y era un asunto ya decretado [porDios]: y quedó embarazada de él, yluego se retiró con él a un lugar lejano.

Y [cuando] los dolores del parto la llevaronal tronco de una palmera, exclamó: “¡Ojaláhubiera muerto antes de esto, y hubiera desa-parecido por completo en el olvido!”

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Y entonces [una voz] la llamó desdeel pie [de la palmera]: “¡No te aflijas! TuSeñor ha puesto a tus pies un arroyo;sacude hacia ti el tronco de la palmera ycaerán sobre ti dátiles maduros. ¡Come,pues, y bebe, y que se alegren tus ojos! Ysi ves a algún ser humano, hazle saber:`He hecho voto de silencio al MásCompasivo y no puedo, por ello, hablarhoy con nadie’.”

Después regresó a su familia, llevan-do consigo al niño.

Dijeron: “¡Oh María! ¡En verdad,has hecho algo inaudito!

¡Oh hermana de Aarón! Tu padre nofue un hombre malvado, ni fue tu madreuna mujer licenciosa.”

Ella entonces señaló hacia él [el niño].Dijeron: “¿Cómo vamos a hablar

con quien es [sólo] un bebé en la cuna?”[El niño] dijo: “En verdad, soy un

siervo de Dios. Él me ha entregado larevelación y ha hecho de mí un profeta, yme ha hecho bendito dondequiera queesté; y me ha ordenado que establezca laoración y la caridad mientras viva; y queame y respete a mi madre; y no me hahecho arrogante ni falto de compasión.

“De ahí que la paz fue sobre mí eldía en que nací y [será sobre mí] el díaen que muera, y el día en que sea devuel-to [de nuevo] a la vida.”

Así fue, en palabras veraces, Jesús elhijo de María, sobre cuya naturalezadiscrepan tan profundamente.

Resulta inconcebible que Dios tomepara Sí un hijo. ¡Gloria a Él! Cuandodispone algo, le dice tan sólo: ‘Sé’ —y es.

Y [por eso Jesús dijo siempre]: “Enverdad, Dios es mi Señor y también vues-tro Señor; adoradle [pues, sólo] a Él:[sólo] este es un camino recto.”

(19:16-36)

La Eminencia de Jesús

He aquí que Dios dirá: “¡Oh Jesús,hijo de María! Recuerda las bendicionesque te concedí a ti y a tu madre —cómote fortalecí con la sagrada inspiraciónpara que pudieras hablar a la gentedesde la cuna y siendo adulto; y cómo teimpartí la revelación y la sabiduría, y laTora y el Evangelio; y cómo, con Mi

venia, creaste de arcilla la forma de unpájaro y soplaste en él, y se convirtió enun pájaro, con Mi venia; y cómo curastea los ciegos y a los leprosos, con Mivenia, y cómo resucitaste a los muertos,con Mi venia; y cómo evité que los hijosde Israel te hicieran daño cuando vinis-te a ellos con las pruebas claras de laverdad, y [cuando] quienes estaban em-peñados en negar la verdad decían:‘Esto no es sino pura magia.’

“Y cuando inspiré a los apóstoles[diciendo]: ‘¡Creed en Mí y en Mi envia-do!’ Respondieron: ‘¡Creemos! ¡Sé testi-go de que nos hemos sometido [a Ti]!’”

[Y] he aquí que los apóstoles dije-ron: “¡Oh Jesús, hijo de María! ¿Puedetu Señor hacer descender para nosotrosun ágape del cielo?”

[Jesús] respondió: “¡Sed conscientesde Dios, si sois [realmente] creyentes!”

Dijeron: “Queremos sólo participarde él para que se tranquilicen nuestroscorazones y saber así que nos has dichola verdad, y para que seamos de los quedan testimonio.”

Dijo Jesús, hijo de María: “¡OhDios, Señor nuestro! ¡Haz descenderpara nosotros un ágape del cielo que seauna fiesta conmemorativa para nosotros—para los primeros y los últimos denosotros— y un signo procedente de Ti.Y provéenos de sustento, pues Tú eres elmejor de los que proveen!”

Dios respondió: “¡En verdad, lo harédescender [siempre] para vosotros: deforma que, si alguno de vosotros niegaluego [esta] verdad, ciertamente, harérecaer sobre él un castigo como el que[aún] no he impuesto jamás a nadie!”

(5:110-115)

Dimos, ciertamente, a Moisés laescritura divina y enviamos a una suce-sión de mensajeros después de él; y di-mos a Jesús, hijo de María, las pruebasevidentes de la verdad, y le fortalecimoscon la sagrada inspiración. [Sin embar-go,] ¿no es cierto que cada vez que lle-gaba a vosotros (-los hijos de Israel-) unmensajero con algo que no era de vuestroagrado, os mostrabais altivos, tachandoa algunos de mentirosos y a otros dán-doles muerte?

(2:87)

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A algunos de esos enviados les he-mos favorecido más que a otros: entreellos hubo algunos a los que Dios hablóy otros a los que Él ha elevado en rango.Y dimos a Jesús, el hijo de María, todaslas pruebas de la verdad y le fortalecimoscon la sagrada inspiración. Y si Dios lohubiera querido, los seguidores de esos[enviados] no habrían combatido unoscontra otros después de haberles llegadotodas las pruebas de la verdad; pero [dehecho] adoptaron posiciones divergen-tes, y algunos alcanzaron la fe, mientrasque otros llegaron a negar la verdad. Noobstante, si Dios lo hubiera querido, nohabrían luchado unos contra otros: peroDios hace lo que quiere.

(2:253)

E hicimos que Jesús, el hijo de Ma-ría, siguiera los pasos de esos [profetasanteriores], como confirmación de lo queaún quedaba de la Tora; y le dimos elEvangelio, en el que había guía y luz,como confirmación de lo que aúnquedaba de la Tora y como guía y amones-tación para los que son conscientes de Dios.

(5:46)

Después de ellos (-Noé y Abraham-)enviamos a [otros] mensajeros Nuestros;y enviamos a Jesús, el hijo de María, y ledimos el Evangelio; y engendramos enlos corazones de quienes [de verdad] lesiguieron, piedad y compasión. En cuan-to al ascetismo monástico —no se loimpusimos Nosotros: lo inventaron ellosbuscando la complacencia de Dios.Pero, aún así, no [siempre] lo observa-ron como debería haber sido observado:y otorgamos su recompensa a los que[verdaderamente] alcanzaron la fe, aun-que muchos de ellos fueron perversos.

(57:27)

Y he aquí que el hijo de María dijo:“¡Oh hijos de Israel! Ciertamente, soyun enviado de Dios a vosotros, [venido]para confirmar la verdad de lo que aúnqueda de la Tora [original], y para darosla buena nueva de un enviado quevendrá después de mí, cuyo nombre seráAhmad.” Pero cuando vino a ellos contodas las pruebas de la verdad, dijeron:“¡Esto no es sino pura magia!”

(61:6)

Cuando se les cita como ejemplo alhijo de María, ciertamente [Oh Muham-mad] tu gente (-los incrédulos entreellos-) manifiestan su indignación anteel ejemplo, y dicen: “¿Quienes son me-jores, nuestros dioses o él?” [Pero] sólote ponen esta comparación por afán dediscutir: ¡sin duda, son una gente con-tenciosa!

Él no fue sino un siervo [Nuestro], aquien favorecimos [con la Profecía] y dequien hicimos un ejemplo para los hijosde Israel.

Y si hubiéramos querido, os habría-mos reemplazado por ángeles que sesucedieran unos a otros sobre la tierra.

Y, ciertamente, (-Jesús y/o el Corán-)será un Signo [de la venida] de la Hora[del Juicio]; no dudéis, pues, acerca deella, y seguidme: [sólo] éste es un cami-no recto. Y no dejéis que Satán os apar-te [de él] - pues, en verdad, es enemigodeclarado vuestro.

Y cuando Jesús vino [a su gente] conlas pruebas claras de la verdad, dijo:“He venido a vosotros con la sabiduría ypara esclarecer parte de aquello sobre loque discrepáis: así pues, sed conscientesde Dios y obedecedme.

“En verdad, Dios es mi Señor y tam-bién vuestro Señor; así pues, adoradle [sólo]a Él: ¡[sólo] éste es un camino recto!”

Pero las distintas facciones [surgidasdespués de Jesús] discreparon entre sí:¡Ay de aquellos que se empeñan en hacerel mal! —[¡Ay] del castigo [que caerásobre ellos] en un Día penoso!

(43:57-65)

La Resurrección / Ascension de Jesús

Y cuando Jesús percibió su negativa aaceptar la verdad, preguntó: “¿Quienesserán mis auxiliares en la causa de Dios?”Los apóstoles respondieron: “¡Nosotrosseremos [tus] auxiliares [en la causa] deDios!; ¡Creemos en Dios: sé testigo deque nos hemos sometido a Él!

¡Oh Señor nuestro! Creemos en loque has revelado y seguimos a este envia-do; ¡cuéntanos, pues, entre aquellos quedan testimonio [de la verdad]!”

Y los incrédulos intrigaron [contraJesús]; y Dios también intrigó [contra ellos]:

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y Dios es el mejor de los que intrigan.He aquí que Dios dijo: “¡Oh Jesús!

Ciertamente, te haré fallecer y te exal-taré hacia Mí, y te libraré de [la presen-cia de] los que se obstinan en negar laverdad; y situaré a los que te siguen[muy] por encima de los que se empeñanen negar la verdad, hasta el Día de laResurrección. Entonces, volveréis todosa Mí y Yo juzgaré entre vosotros sobreaquello en lo que discrepabais. Y a losque se empeñan en negar la verdad, lesimpondré un castigo severo en esta viday en la Otra, y no tendrán quien les auxi-lie; mas a los que alcanzan la fe y hacenbuenas obras, Él les recompensará cum-plidamente: pues Dios no ama a los mal-hechores.”

Este mensaje te trasmitimos [OhMuhammad] y esta nueva llena de sabi-duría: Ciertamente, para Dios, la natu-raleza de Jesús es como la naturaleza deAdán, a quien Él creó de tierra y luego ledijo: ‘Sé’ —y es.

[Esta es] la verdad que viene de tuSeñor; ¡no seas, pues, de los que dudan!

(3:52-60)

Y [-los hijos de Israel- han incurridoen el rechazo divino] por violar su com-promiso, por negarse a aceptar los men-sajes de Dios, por matar a los profetascontra todo derecho y por alardeardiciendo: “Nuestros corazones están yarebosantes de conocimiento” —¡No!,sino que Dios ha sellado sus corazonespor haber negado la verdad y [ahora]creen sólo en unas pocas cosas—; y pornegarse a aceptar la verdad y por laenorme calumnia que profieren contraMaría, y por alardear diciendo: “¡Cier-tamente, hemos matado al Ungido Jesús,hijo de María, [que decía ser] el enviadode Dios!” Sin embargo, no le mataron nile crucificaron, sino que les pareció [quehabía ocurrido así] y, en verdad, quienesdiscrepan acerca de esto están cierta-mente confusos, carecen de [verdadero]conocimiento de ello y siguen merasconjeturas. Pues, con toda certeza, no lemataron: sino al contrario, Dios lo exal-tó hacia Sí —y Dios es en verdad pode-roso, sabio.

(4:155-158)

La Naturaleza de Jesús

Y, he aquí, que Dios dijo: “¡Oh Je-sús, hijo de María! ¿Dijiste acaso a lagente: ‘Adoradme a mí y a mi madrecomo divinidades junto con Dios’?”

[Jesús] respondió: “¡Gloria a Ti!¿Cómo habría de decir algo que notengo derecho [a decir]? ¡Si lo hubieradicho, ciertamente Tú lo habrías sabido!Tú conoces todo lo que hay en mí, mien-tras que yo no conozco lo que hay en Ti.En verdad, sólo Tú conoces plenamentetodo lo que está fuera del alcance de lapercepción del ser humano. No les dijesino lo que Tú me ordenaste [que dije-ra]: ‘Adorad a Dios, [que es] mi Señor ytambién vuestro Señor!’ Y fui testigo desus acciones mientras permanecí entreellos; pero desde que Tú me hiciste falle-cer, sólo Tú has sido su supervisor: puesTú eres testigo de todas las cosas.

Si les castigas —en verdad, son Tussiervos; y si les perdonas— ¡en verdad,sólo Tú eres poderoso, realmente sabio!”

[Y en el Día del Juicio] Dios dirá:“En este Día, su veracidad beneficiará atodos aquellos que han sido veraces:tendrán jardines por los que corren arro -yos, en los que residirán más allá delcómputo del tiempo; Dios está complaci-do con ellos y ellos están complacidoscon Dios: éste es el triunfo supremo.”

De Dios es el dominio sobre los cie-los y la tierra y todo lo que contienen; yÉl tiene el poder para disponer cual-quier cosa.

(5:116-120)

¡Oh seguidores del Evangelio! Noexcedáis los límites [de la verdad] envuestras creencias religiosas y no digáisacerca de Dios sino la verdad. ElUngido Jesús, hijo de María, fue sólo unenviado de Dios —[el cumplimiento de]Su promesa, que Él había hecho llegar aMaría— y un espíritu creado por Él.Creed, pues, en Dios y en Sus enviados,y no digáis: “[Dios es] una trinidad”.Desistid [de esa afirmación] por vuestropropio bien. Dios es sólo un Dios Único;muy distante está, en Su gloria, de tenerun hijo: suyo es todo cuanto hay en loscielos y todo cuanto hay en la tierra; ynadie es tan digno de confianza comoDios.

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El Ungido nunca desdeñó ser siervode Dios, ni tampoco los ángeles que estánpróximos a Él. Y aquellos que desdeñanservirle y se muestran altivos [deberíansaber que en el Día del Juicio] Él les reu-nirá ante Sí: entonces a aquellos que lle-garon a creer e hicieron buenas obras, Élles dará sus justas recompensas y aúnmás de Su favor; pero a aquellos que semostraron altivos y se vanagloriaban ensu arrogancia, les castigará con un dolo-roso castigo; y no hallarán quien les pro-teja de Dios, ni quien les auxilie.

(4:171-173)

En verdad, quienes dicen: “Cierta-mente, Dios es el Ungido, hijo de Ma-ría,” niegan la verdad. Di: “Y, ¿quiénpodría haber impedido a Dios que, dehaberlo querido, hubiera destruido alUngido, hijo de María, a su madre, y atodos cuantos hay en la tierra? Pues, deDios es el dominio sobre los cielos y latierra y lo que hay entre ambos; crea loque Él quiere: ¡y Dios tiene el poder paradisponer cualquier cosa!”

(5:17)

En verdad, quienes dicen: “Cierta-mente, Dios es el Ungido, hijo de María”,niegan la verdad —pues [el propio] Jesúsdijo: “¡Oh Hijos de Israel! ¡Adorad[sólo] a Dios, [que es] mi Señor y tambiénvuestro Señor!” Ciertamente, a quienatribuye divinidad a otro ser junto conDios, a ése Dios le vedará el paraíso ytendrá por morada el fuego; y tales mal-hechores no tendrán quien les auxilie.

En verdad, quienes dicen: “Cier-tamente, Dios es el tercero en una trini-dad”, niegan la verdad —pues no haymás deidad que el Dios Único. Y a menosque desistan de esa afirmación, un dolo-roso castigo ha de caer sobre quienes deellos se obstinan en negar la verdad.

¿Es que no van a volverse a Diosarrepentidos y a pedirle Su perdón?Pues Dios es indulgente, misericordioso.

El Ungido, hijo de María, fue sólo unenviado: todos los [otros] enviados ante-riores a él habían fallecido; su madrenunca se desvió de la verdad; y ambostomaban alimentos [como los demásmortales]. ¡Ved cuán claros les hacemosestos signos, y ved luego la perversiónde sus mentes!

Di [Oh Muhammad]: “¿Vais, acaso,a adorar junto con Dios a lo que nopuede causaros daño ni traeros beneficio—cuando Dios sólo es quien todo lo oye,quien todo lo ve?”

(5:72-76)

Los Musulmanes Creen en lasRevelaciones Anteriores

La religión de todos los profetas es unamisma, si bien sus leyes son distintas.Ningún musulmán (-seguidor del ProfetaMuhammad-) puede ser considerado comotal a menos que crea en todos los profetasincluido Jesús, y en sus escrituras reveladas.

¡Oh Enviados! Comed de las buenascosas y haced buenas obras: en verdad,tengo pleno conocimiento de todo cuan-to hacéis.

Y, en verdad, esta comunidad vuestraes una sola comunidad, y Yo soy el Señorde todos vosotros: ¡manteneos, pues,conscientes de Mí!

Pero aquellos [que dicen seguiros]han fragmentado su unidad en sectas ycada grupo se vanagloria de [las doctri-nas] que le son propias.

(23:51-53)

En verdad, [Oh vosotros que creéisen Mí, ] esta comunidad vuestra es unasola comunidad y Yo soy el Señor detodos vosotros: ¡así pues, adoradme[sólo] a Mí!

Pero la gente ha fragmentado su uni-dad en pedazos [olvidándose] de quetodos han de retornar a Nosotros.

(21:92-93)

Decid [Oh musulmanes]: “Creemos enDios y en lo que se ha hecho descendersobre nosotros y en lo que descendió sobreAbraham, Ismael, Isaac, Jacob y sus des-cendientes, y lo que fue entregado a Moisésy a Jesús, y en lo que fue entregado a todoslos [demás] profetas por su Señor: no hace-mos distinciones entre ninguno de ellos. Yes a Él a quien nos sometemos.”

(2:136)

Di [Oh Muhammad]: “Creemos enDios y en lo que se ha hecho descender

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sobre nosotros, y en lo que se hizo des-cender sobre Ibrahim, Ismael, Isaac, Ja-cob y sus descendientes, y en lo queMoisés, Jesús y todos los [demás] profe-tas han recibido de su Señor: no hace-mos distinción entre ninguno de ellos. Ya Él nos sometemos.”

(3:84)

Esta escritura divina --sin lugar aduda-- es una guía para todos los cons-cientes de Dios; que creen en [la existen-cia de] lo que está fuera del alcance dela percepción humana, son constantes enla oración, y de lo que les proveemoscomo sustento gastan en los demás; yque creen en lo que ha descendido sobreti [Oh Muhammad], y en lo que se hizodescender antes de ti: ¡porque ellos sonlos que, en su interior, tienen certeza dela Otra Vida!

(2:2-4)

El enviado (--Muhammad--) cree enlo que se ha hecho descender sobre élprocedente de su Señor, y [también] loscreyentes: todos creen en Dios, en Susángeles, en Sus revelaciones y en Sus en-viados, sin hacer distinción entre ningunode Sus enviados; y dicen: “Oímos y obe-decemos. ¡Concédenos Tu perdón, Oh Se-ñor nuestro, pues a Ti es el retorno!”

(2:285)

Él os ha decretado, en asuntos de fe,lo que prescribió a Noé —y de lo cual tehemos dado [Oh Muhammad] conoci-miento por medio de la revelación— asícomo lo que prescribió a Abraham y aMoisés, y a Jesús: que os aferréis confuerza a la [verdadera] fe y no fragmen-téis su unidad. [Aunque] eso (-la unidaden la fe-) a lo que les llamas les resultepenoso a aquellos que atribuyen a otrosseres o fuerzas parte en Su divinidad,Dios atrae hacia Sí a quienes quieren yguía hacia Él a quienes se vuelven [a Él].

(42:13)

Una Misma Fe Común

El Corán explica claramente que la religiónde todos los profetas es, en su origen, unamisma; esta religión comprende un idéntico

concepto de Dios y un idéntico concepto enlos principios morales. Él Corán llama a estafe común Islam, y a todos aquellos que creenen ella musulmanes. Dado que los seguido-res de Muhammad (-la paz y las bendicionesde Dios sean sobre él-) creen en esta religiónúnica, son denominados musulmanes y sureligión se denomina el Islam.

Y dicen: “Sed judíos” o, “cristia-nos” —“y estaréis en el camino recto.”Di: “¡No!, sino [que seguimos] la creen-cia de Abraham, que se apartó de todo lofalso, y no fue de los que atribuyen divi-nidad a algo distinto de Dios.”

(2:135)

Abraham no fue “judío” ni “cristia-no”, sino uno que se apartó de todo lofalso, sometiéndose a Dios; y no fue delos que atribuyen divinidad a algo dis-tinto de Dios.

(3:67)

Y cuando Jesús percibió su negativa aaceptar la verdad, preguntó: “¿Quiénesserán mis auxiliares en la causa de Dios?”Los apóstoles respondieron:”¡Nosotrosseremos [tus] auxiliares [en la causa] deDios! ¡Creemos en Dios: sé testigo de quenos hemos sometido a Él!”

(3:52)

Cuando su Señor le dijo (-a Abraham-):“¡Sométete a Mí!” —respondió: “Me sometoa [Ti,] el Señor de todos los mundos.” Y estofue lo que Abraham legó a sus hijos, y [lomismo hizo] Jacob: “¡Oh hijos míos! Enverdad, Dios os ha escogido la fe máspura; no dejéis que os sobrevenga lamuerte sin haberos sometido a Él.”

¡Pero no! Y eso que vosotros [mis-mos, Oh hijos de Israel,] dais testimoniode que Jacob, estando próxima su muer-te, dijo a sus hijos: “¿A quien adoraréiscuando yo ya no esté?” Ellos respondie-ron: “Adoraremos a tu Dios, el Dios detus padres Abraham, Ismael e Isaac, elDios Único; y a Él nos sometemos.”

(2:131-133)

Y dicen: “Nadie entrará jamás en elparaíso a menos que sea judío” —o,“cristiano”. ¡Esas son fantasías suyas!Di: “¡Presentad una prueba, si es ver-dad lo que decís!”

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¡No!, en verdad: todo aquel que so-meta su ser por entero a Dios, y ademásobre rectamente, tendrá su recompensajunto a Su Señor; esos nada tienen quetemer y no se lamentarán.

(2:111-112)

Pues los judíos nunca estarán com-placidos contigo, ni tampoco los cristia-nos, mientras no sigas sus creencias. Di[Oh Muhammad]: “Ciertamente, la guíade Dios es la única guía verdadera.” Y,ciertamente, si siguieras sus erróneasopiniones, después de todo el conoci-miento que te ha llegado, no tendríasquien te protegiera de Dios ni quien teauxiliara.

(2:120)

Di [Oh Muhammad]: “¡Oh seguido-res de una revelación anterior! (-judíos ycristianos-) Convenid con nosotros unprincipio aceptable a ambas partes: queno adoraremos sino a Dios y no atribui-remos divinidad a nada distinto de Diosy no tomaremos por señores a sereshumanos en vez de Dios.”

Y si se apartan, entonces decid: “Sedtestigos de que, ciertamente, nosotrosnos sometemos a Él.”

(3:64)

Revertidos, No Convertidos

El cristiano sincero hallará que el ISLAMestá muy cercano a su corazón y a su mente,si busca el auténtico ISLAM, tal como esdescrito en el Corán, y si sus opiniones noestán influenciadas por el estilo de vida demusulmanes ignorantes. De esta forma,cuando acepte el Islam, no se habrá “con-vertido” sino que habrá “revertido” al Islam.El Corán se refiere al Islam como la religióncomún de todos los Profetas y llama musul-manes a todos sus seguidores (auténticos).

¡Oh vosotros que creéis! ¡Inclinaos ypostraos, y adorad [sólo] a vuestroSeñor, y haced el bien, para que al-cancéis así la felicidad!

Y esforzaos por Su causa con elesfuerzo debido a Él; que es quien os haelegido [como portadores de Su mensa-je] y no os ha impuesto la dificultad en

[nada relacionado con] la religión, [y osha hecho seguidores de] la fe de vuestropadre Abraham.

Él os ha llamado —en tiempospasados y también en esta [revela -ción]— “musulmanes (-los que se hansometido a Dios-)”, para que el En-viado (-Muhammad-) dé testimon i o dela verdad ante vosotros , y voso -t ros de i s t e s t imonio de e l la an tetoda la humanidad. Así pues, se dconstantes en la o ración, dad limos-na y aferraos a Dios. Él es vuestro SeñorSupremo: ¡qué excelente Señor y quéexcelente Auxiliador!

(22:77-78)

Hallarás sin duda que las gentes máshostiles a los que creen en el Corán sonlos judíos y los idólatras; y hallarás sinduda que las gentes más próximas por suafecto a los musulmanes son los quedicen: “En verdad, somos cristianos”:porque entre ellos hay sacerdotes y mon-jes, y porque no son arrogantes.

Y cuando llegan a entender lo que hasido revelado al Enviado (-el Corán-),puedes ver como sus ojos se llenan delágrimas, porque reconocen algo de suverdad; [y] dicen: “¡Oh Señor nuestro!Creemos; inscríbenos, pues, entre losque dan testimonio de la verdad. ¿Cómopodríamos dejar de creer en Dios y en laverdad que nos ha llegado, si deseamosfervientemente que nuestro Señor noscuente entre los justos?”

Y por esta fe suya, Dios les recom-pensará con jardines por los que correnarroyos, en los que residirán: pues esa esla recompensa de los que hacen el bien;mientras que los que se obstinan en ne-gar la verdad y desmienten nuestros sig-nos —esos están destinados a un fuegoabrasador.

(5:82-86)

Y, en verdad, hemos hecho llegar estapalabra [Nuestra] a la humanidad, gra-dualmente, para que puedan [aprendera] tenerla presente

Aquellos a quienes dimos la revela-ción con anterioridad —[están obligadosa] creer también [en esta]; y cuando seles transmite [claramente], [están obliga-dos a] declarar: “¡Creemos en ella,porque es la verdad que viene de nuestro

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Señor; en verdad, aún antes de esto ya[éramos musulmanes] estábamos some-tidos a Él!”

Estos recibirán recompensa doblepor haber sido pacientes en la adversi-dad, y por haber respondido al mal conbien, y por haber gastado en los demásde lo que les proveímos como sustento, yporque al oír conversaciones vanas, seapartan y dicen: “Habremos de rendircuentas de nuestras acciones y vosotrosde las vuestras. La paz sea con vosotros—[pero] no buscamos la compañía delos ignorantes [del significado del bien ydel mal].”

(28:51-55)

Y, ciertamente, entre los seguidoresde la revelación anterior hay quienescreen [verdaderamente] en Dios y en loque se ha hecho descender para vosotrosy en lo que se hizo descender para ellos.Reverentes ante Dios, no malvenden losmensajes de Dios por un provecho insig-nificante. Esos tendrán su recompensajunto a su Señor —¡pues, ciertamente,Dios es rápido en ajustar cuentas!

(3:199)

Por tanto, si disputan contigo, [OhMuhammad], di: “¡Me he sometido porentero a Dios, como [han hecho] todoslos que me siguen!” —y pregunta aaquellos a quienes fue dada la revela-ción con anterioridad y a quienes no laconocen: “¿Os habéis sometido vosotros[también] a Él?” Y si se someten a Él,están en el camino recto; pero si se apar-tan —tu deber es sólo transmitir el men-saje: pues Dios ve todo cuanto hay en [elcorazón de] Sus criaturas.

(3:20)

* Traducción de Abdur Rassak Pérez.

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La voz nostálgica del regreso

En una calle recoleta de la judería cordobe-sa, a escasos metros de los muros de la GranMezquita Al Yamaa de Córdoba, se abreuna puerta singular que permite acceder a laprimera Universidad Islámica existente enla ciudad desde los tiempos, ya casi legen-darios, del esplendor de Al Andalus. El edi-ficio expresa su voluntad de conformidadcon la historia que cuentan estas calles an-gostas y empedradas, en sus paredes enca-ladas, en su portón de maderas nobles y encada detalle de su interior: patio andaluz,empedrado con esos cantos de río tan pro-pios de nuestra arquitectura popular. Arcosde herradura califales de ladrillo árabe tra-bado con mortero tradicional, tributo aaquellos otros que un día cobijaron a unapujante comunidad de creyentes. De nuevo,tras muchos siglos de silencio, cada día, encinco ocasiones, suenan los ecos del mue-cín en este espacio sobrecargado por laHistoria.

Su pequeña mezquita, como más tardenos diría Ali Kettani, ha querido reflejar consus formas un humilde homenaje a la her-mana mayor que duerme a escasos metros.Esa pequeña mezquita que acoge a todosaquellos que son agredidos cuando intentanrezar sus oraciones en la Mezquita Aljamapor la expresa intolerancia de los guardianesdel Cabildo, recibe, por el contrario, a todoslos creyentes, no rechaza a nadie que quieraadorar a su Señor.

Subimos al piso superior y allí nos

EL RETORNO DEL MUECÍN

Entrevista con el profesor Ali Kettani, Rector de la UniversidadIslámica Internacional Averroes de Córdoba

Hace ya más de dos años que vio la luz la primeraUniversidad Islámica Internacional española, que

desarrolla sus actividades en la ciudad de Córdoba. Haescogido el nombre de Averroes, como una clara

referencia a la voluntad de recuperar el espíritu delibertad intelectual y de difusión del conocimiento quecaracterizaron la obra de este filósofo cordobés de la

época del esplendor cultural de Al Andalus. El rector,doctor Ali Kettani, ha mantenido con Verde Islam un

interesante diálogo sobre la situación de los nuevosmusulmanes dentro del contexto fecundo de una tradición

viva como es la andalusí, que experiementa ahora unarecuperación de sus referencias y una reelaboración de sus

relatos fundamentales.

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encontramos con el rector, el doctor AliKettani, hombre afable y buen conocedorde las vicisitudes del Islam andalusí, tantodesde el punto de vista del erudito que cono-ce la historia, como del musulmán apasio-nado que siente con emoción el proceso derecuperación de una identidad y de una cul-tura que se perdieron hace siglos. Des-cendiente de los moriscos andaluces expul-sados tras el violento genocidio que acabócon las culturas de nuestra tierra, Kettanimuestra sin embargo la inmensa nostalgiadel esplendor, sentimiento ese que hemosencontrado en los musulmanes de todas lastierras del Islam. Habla de los cordobesescomo de “su gente”, reconoce su sensibili-dad como propia, y siempre le puede lacompasión hacia los que un día se encontra-ron desposeídos, no tanto de sus casas ypropiedades, cuanto de su intimidad y de su

creencia. Viéndole hablar así, uno podríapensar que está delante de un cordobés deSanta Marina, que no quiere que acaben conla belleza de su barrio. Su rostro y su talan-te son profundamente andaluces en el senti-do del gesto apasionado que pone en lo que

dice, en ese convencimiento en la Verdadque no han podido desterrar ni la Inquisiciónni su imaginería.

De las enseñanzas

Hablamos de la Universidad, de ese bello ynecesario proyecto que tanto tiene que vercon la historia común, con el saldo que alfinal presentan las cuentas de la Historia.Sus aulas reciben a cualquier ciudadano quequiera aprender Filología Árabe o Cienciasdel Islam, sea del credo que sea. En eso, laUniversidad Islámica Internacional Ave-rroes quiere hacer honor a su nombre de“islámica” y de universal, como lo fuera enotros tiempos la Madraza de la GranMezquita Aljama, donde estudiaron tantossabios ilustres del judaísmo y de la cristian-dad. A nadie se le pregunta si es creyente ono, o a qué credo pertenece.

Kettani nos explica que los contenidosque se imparten son los propios de una ins-titución de esta naturaleza. Sobre la LenguaÁrabe se trabaja en diferentes niveles: gra-matical, conversación, modalidades de lalengua clásica y moderna y otras afines.

En el apartado de Ciencias del Islam, seimparten las disciplinas tradicionales: estu-dios del Qur´an, Sunna –a través del cono-cimiento de la Ciencia del Hadiz—, Ju-risprudencia (fiqh), Ciencias de la Unicidad(Tawhid), estudios biográficos sobre el pro-feta Muhammad (Sirah), que la Paz y lasbendiciones sean con él, etc.

También se imparte un área de conteni-dos generales que incluyen Geografía eHistoria y Pensamiento y Literatura árabe-islámicos.

En el segundo nivel se estudian asimis-mo los dialectos árabes actuales, tales comoel magrebí, egipcio o sirio, y otras lenguas yculturas islámicas como el turco, el persa oel beréber.

En los niveles tercero y cuarto, los con-tenidos girarán en torno a tres especialida-des: Lingüística Árabe, Ciencias del Islam yEstudios Mediterráneos y Andalusíes.

La Universidad dispone asimismo de unsistema de enseñanza a distancia. El alumnorecibe los materiales con una periodicidadestablecida y tiene la posibilidad de contac-tar por correo o teléfono con los profesores.

Los estudios que se realizan se constitu-yen en estudios de Licenciatura, con una

Esa pequeña mezquitaque acoge a todos aquellosque son agredidos cuando

intentan rezar susoraciones en la MezquitaAljama, por la expresa

intolerancia de losguardianes del Cabildo...

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duración de cuatro años, conformados en loque respecta a su estructura, duración y nú-mero de créditos a la normativa del EstadoEspañol sobre tales estudios, y en cuanto asu configuración, contenidos y asignaturas,al modelo de otras universidades islámicasdel mundo musulmán.

La Universidad organiza asimismo unprograma de cursos de extensión universita-ria durante el año lectivo –congresos, confe-rencias, cursos monográficos—que tienencomo objetivo divulgar temas de interés enel ámbito extrauniversitario.

Tras la descripción de las actividades dela Universidad, y conociendo la larga expe-riencia que el profesor Kettani ha acumula-do durante muchos años en el tema del des-pertar del Islam en Andalucía, siguiendo decerca la evolución de muchos proyectos ygrupos, le solicitamos una entrevista paranuestra revista. Accedió gustosamente, y co-menzamos pidiéndole que nos diese una vi-sión general de ese proceso de retorno delIslam a Al Andalus que comenzó hace pocomás de veinte años.

A.K.- La mayoría de los miembros de mifamilia son musulmanes de origen anda-lusí, moriscos exactamente. La herida deAl Andalus ha estado marcada en nuestrocuerpo, pasando de una generación a otra.Nunca podré olvidar cuando mi padre vinoaquí, como en peregrinación, en el año cin-cuenta. Yo tenía entonces ocho años. Cómohablaba de Córdoba, de su mezquita, deSevilla, del alminar de la Masyid al Man-sur, que ahora llaman la Giralda, de Grana-da...y de tantas otras cosas que le impresio-naron. Por eso, cuando tuve la oportunidadde viajar por primera vez a Al Andalus lohice. Fue en 1960, cuando era estudianteen Suiza. Yo siempre he tenido la convic-ción de que el pueblo andaluz fue vencido,nunca fue convencido por otra religión queel Islam. De hecho, en la primera oportuni-dad que el pueblo andaluz ha tenido demanifestarse libremente desde la conquistade Granada por los cristianos fue en 1975,con el advenimiento de la democracia. Estademocracia ha provocado un resultado.¿Cual? Que las gentes se han liberado de laimposición cristiana sobre sus conciencias,de la Inquisición, que fue una Inquisiciónde sangre y de hierro durante los siglosXVI, XVII, hasta el XVIII y XIX, y luegose continuó como inquisición legal y pre-

sión social hasta 1975. No olvidemos quehoy, aunque el pueblo andaluz está desisla-mizado, conserva un amor secreto por elIslam. Eso se ve en los pueblos por todoslados. Por ello, creo que es necesario queeste pueblo aprenda de nuevo qué es elIslam, sin mentiras, ahora que dispone dela libertad para ello. Mi sueño ha sido verel Islam de nuevo en su casa, en esta tierra.Eso lo tuve muy claro desde los primerospasos de las comunidades musulmanas enEspaña. Todo empezó a finales de lossetenta. A un nivel más individual en elsetentaiocho, setentainueve, y ya con aso-ciaciones desde 1980. Ahora se puede verque este asunto de Al Andalus, deAndalucía, no implica un nacionalismociego como se considera en Occidente, no,es la expresión del amor por una tierra,nada más. El amor por esta tierra no es unasunto étnico. El musulmán debe amar a sugente, a su tierra. Por eso, el deseo de ver elrenacimiento del Islam en Andalucía, no seproduce como rechazo a otros musulmaneso a otras gentes.

Sin embargo, aquí puede constatarseque el Islam ha venido por dos caminos yque ahora, alhamdullillah, se juntan. Unavía sufí —no olvidemos que la tradición sufí

Yo siempre he tenido laseguridad de que el puebloandaluz fue vencido, nunca fueconvencido por otra religiónque el Islam.

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fue muy importante en las tierras de Al An-dalus—, y la vía, entre comillas, “nacionalis-mo andaluz”. Entre comillas porque no es unnacionalismo cerrado, sino que acepta a todoel mundo. Esas fueron las dos asociacionesmás importantes. Por un lado, la Asociaciónpara el Retorno del Islam en España, y laYamaa Islámica de Al Andalus. Después sur-gieron muchas más. Si vamos a compararcon lo hecho posteriormente vemos que hayuna evolución que continúa. Si tenemos en

cuenta el número de personas que han acep-tado el Islam --el nivel de aceptación delIslam por parte de la población en general--la evolución es palpable. Hay muchos másmusulmanes españoles y andaluces hoy quehace quince años. Podemos decir que todoempezó en 1980, con la formación de laComunidad Autónoma Andaluza. Ahora, laexistencia de un musulmán, digamos indíge-na, de aquí, se considera algo normal. Hacequince años se veía como una cosa rara.Aquella historia de guerra de moros y cris-tianos por el asunto de la mezquita de SantaClara, todo eso denotaba un rechazo. Ahorarealmente no existe ese rechazo.

El Acuerdo en el que se reconoce elIslam, es un acuerdo histórico. Ahora es

necesario hacer que se cumpla y que no que-de sólo en papel mojado. Los musulmanesespañoles en general, y los andaluces en par-ticular, tienen por primera vez unos dere-chos. Eso es histórico.

V.I. Me gustaría destacar, de su discur-so, algunos aspectos. Sobre el tema delnacionalismo andaluz o andalusí, en surelación con el Islam, porque ha sidoun tema controvertido y, a veces, malinterpretado. El anterior presidente dela Yamaa Islámica de Al Andalus, Abdur-Rahmán Medina, expresó en algunasocasiones unos puntos de vista que fue-ron discutidos desde el punto de vistaislámico, en el sentido de que, muchosmusulmanes consideran como hechoscontradictorios la sociedad islámica y elnacionalismo. ¿En qué sentido? En elsentido de que, si se propone un nacio-nalismo que instituya fronteras, iría untanto en contra de la idea de Ummah,de esa comunidad transnacional que inclu-ye a todos los creyentes. Pienso que esimportante que usted explique ese con-cepto de nacionalismo, porque haymuchas personas que no terminan deentenderlo bien.

A.K. Yo jamás he tenido problemas coneso. El hermano AbdurRahmán Medina, alque conozco desde hace más de quinceaños y con quien he trabajado durante todoese tiempo, casi dos tercios de su vida adul-ta y la mitad de la mía, no es un nacionalis-ta que rechace a los demás, eso no es ver-dad. El pueblo andaluz es un pueblo herido,que ha sufrido un aplastamiento total de suidentidad y de su historia hasta hoy. ¿Cómose puede aceptar aún las celebraciones delas Tomas de Granada o de Sevilla? Parececomo si un pueblo esclavizado celebrara laderrota de sus antepasados. El pueblo anda-luz se siente como de segunda clase. Seacepta en el Estado Español ser nacionalistacatalán o vasco sin mayor problema, pero seve raro ser nacionalista andaluz, es decir,que la trayectoria inquisitorial continúa...

V.I. ...y además, parece ser que estáimpresa en el alma colectiva de nuestropueblo...

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A.K.- Exactamente. También en el mundoárabe hay un desconocimiento total de esenacionalismo andaluz. Lo comparan a ve-ces con el nacionalismo árabe, que es unaclara creación del colonialismo...

V.I.- Perdone: cuando usted habla denacionalismo andaluz, quizás habríaque explicar mejor que lo que se pre-tende decir con ello es la necesidad derecuperar unas señas de identidad y unsentido de conciencia común, comopueblo...

A.K.- El nacionalismo árabe se ha consti-tuido como antiislámico, eso es algo claro,porque fue una creación de la inteligenciaoccidental en el seno del Imperio Otomanopara acabar con la unidad de los musulma-nes, con la Ummah, y que alentó los nacio-nalismos turco, árabe, etc. Por el contrario,el nacionalismo andaluz no se puede enten-der sin la historia del Islam. Jamás podráconcebirse “contra el Islam”. Al contrario,el nacionalismo andaluz crea un ambienteque favorece el dawa, porque todos lossímbolos que le caracterizan son islámicos.

V.I. Hay un hecho, incluso reconocidopor los historiadores españoles que noson musulmanes —recuerdo ahora aAmérico Castro— de que la primera vezque se define una unidad territorial dela Península Ibérica, con una concien-cia común, de pueblo, de nación queintegra la diversidad de las culturas quela forman es, precisamente, durante eltiempo del esplendor de Al Andalus.

A.K. Exactamente. Yo veo el nacionalismoandaluz como una experiencia culturalhistórica común; primero como experienciadel Islam, luego, como Inquisición, quema,destrucción, y finalmente como esclavitudy servidumbre de unas gentes expulsadasde sus tierras. Esa es una de las razones porlas que hoy en día el nacionalismo andaluzes tan débil. Los políticos no son capaces deexplicar en qué consiste realmente esenacionalismo andaluz. La persona que ex-plicó perfectamente esa realidad fue BlasInfante, pero los políticos contemporáneosno siguen a Blas Infante en todo su sentido,

sino tan sólo al nivel de la reivindicaciónpolítica, no de la cultural, que es la dimen-sión más importante, la que respondería apreguntas como ¿Qué es el pueblo anda-luz?¿Quienes somos los andaluces?. Paramí, el pueblo andaluz son todos los ciuda-danos musulmanes del Estado Español. Unmusulmán de Cataluña será andalusí en elsentido islámico, pues no existen barrerasen la Ummah. Un marroquí que llega aquíy se integra, es andalusí por deseo. En laYamaa Islámica de Al Andalus, hay gentesde Castilla, del País Valenciano, de Ma-rruecos, de Turquía, que son líderes...y nopasa nada. Por ejemplo, uno de los más im-portantes, el profesor Manaán, de Melilla,es un líder de la Yamaa y no pasa nada.

V.I. Usted es un buen conocedor deldestino de muchos de aquellos musulma-nes, moriscos, que tuvieron que aban-donar Al Andalus en siglos pasados,cruzando el Estrecho en dirección in-versa a la que hoy recorren los emi-grantes magrebíes, y del papel culturalque jugaron en esas tierras hermanasdel Islam. Para un andaluz resultaríainteresante conocer la pervivencia de sucultura en aquellas tierras. ¿Qué podríadecirnos sobre ello?

A.K. Cuando yo camino por estas callesy veo a estas gentes, yo siento que son migente. No les pregunto si son o no musulma-nes. El factor andalusí está muy presente enMarruecos. Todos somos producto de la His-toria. Lo que se hizo aquí en el siglo dieciséisfue algo horroroso que aún está clavado aambos lados del estrecho. Los marroquíesque vienen en verano, y no precisamente a laplaya, son en su mayoría descendientes deandalusíes, que vienen en peregrinación enbusca de sus gentes, para verlas, para soñarAl Andalus...eso es verdad. En el caso de quelos andaluces se islamizaran, la distanciadesaparecería por completo, porque no haydiferencia.

V.I. No hay tanta diferencia étnica nicultural en muchos sentidos.

A.K. Por esa razón, los musulmanes es-pañoles se entienden mejor con los herma-

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nos magrebíes que con los del MedioOriente. No hay nada de malo en ello.Somos prácticamente el mismo pueblo,tenemos casi la mitad de nuestra historiaislámica común. Yo me siento aquí en mipueblo, y a sus gentes como mi gente.

V.I. Centrándonos ahora en el temamás actual de su presencia en Córdobacono Rector de la Universidad IslámicaInternacional Averroes, me gustaríaque nos hablase acerca del talante y delos objetivos de este proyecto que es hoyya una realidad.

A.K. Esto es el fruto de un largo proceso,que arranca de los primeros tiempos delIslam contemporáneo en Andalucía. Yo hetenido siempre las ideas muy claras al res-pecto desde el año 1980. Me dije a mí mis-mo que para que hubiese un movimientoislámico netamente andaluz, de aquí, eranecesario cuidar y proteger a esos primerosmusulmanes. ¿Qué quiere decir ésto? Queera necesario que tuviesen tiempo deaprender y comparar, de ver las distintasparticularidades dentro de la Ummah, lobueno y lo malo que hoy existe entre lasdistintas comunidades de musulmanes,para que pudiesen valorar y decidir, poderser ellos mismos, no unos meros seguido-res de éste o de aquel movimiento o escue-la, sino líderes. Darles tiempo para conocerel Islam. Mucha gente del mundo mu-sulmán no ha entendido eso. Lo han malin-terpretado como nacionalismo, racismo...nosé. Pero no es eso.

El primer problema a que nos enfrenta-mos fue cómo enseñar Islam a la gente quehabía hecho la Sháhada. Tú sabes perfecta-mente que hacer la Sháhada no es el finaldel camino. Es una declaración de Islam,pero hace falta toda la vida para mejorarse.El camino del ser musulmán no se acaba.Comenzamos trayendo imames de los paí-ses islámicos para que enseñaran el Islamaquí. Teníamos entonces el grave problemade la lengua. Los que venían debían apren-der bien el castellano para poder enseñaraquí. La mayoría de las gentes que sienteninterés por Islam no hablan árabe, ni inglés,ni francés.

Así que empezamos con imames deMarruecos. Pero aquella no fue una buenaexperiencia. No voy a entrar en detalles,

pero tuvimos muchos problemas, algunosgraves. Empezamos a enviar estudiantesfuera, más de cincuenta, para aprender Islamen Argelia, Jordania, Turquía, Malasia, Pa-kistán. Yo organicé personalmente ese pro-grama y tenía un gran temor. Yo quiero quela gente aprenda Islam, Qur´an y Sunna. Noquiero que vayan a una tierra y les enseñenque un mal musulmán es un cáfir. Todos losmusulmanes somos hermanos. Debemosestar abiertos a los demás, y no rechazar anuestra propia gente por ser de una escueladiferente o tener un punto de vista distinto.Eso es algo horroroso. Que una personadiga que los sufíes son cafires —astaghfiru -llah— o que los otros son cafires: ¡No! sonpersonas de opiniones diversas. Todos sonmi gente. Yo respeto a los sufíes, a los sala-fis...los respeto a todos. Por eso he queridoevitar mandar a los estudiantes a lugaresdonde van a aprender un Islam del rechazo.

Pero también tuvimos el problema delcoste. El gasto fue enorme porque las becaseran muy costosas y, aunque algunos de losque volvieron se integraron, muchos se per-dieron en la naturaleza. Así que empezamosa concebir la idea —¿por qué no?— dehacer la escuela aquí, una Universidad Is-lámica aquí. Podemos entonces invitarahora a los profesores a que enseñen Islamaquí. Podremos –inshaAllah— desarrollaruna institución en la que los grandes profe-sores, musulmanes andalucesy españoles puedan desarro-llar su actividad.

Desde el principio se tuvoclara la idea de hacer que estaUniversidad retomara paulati-namente el gran papel quetuvo la Universidad de laGran Mezquita Al Yamaa deCórdoba. La Mezquita Al Ya -maa o Aljama de Córdoba esnuestro templo, tanto paramusulmanes como para nomusulmanes. Es la mezquitadonde el Islam fue más bri-llante. Esta pequeña mezquitanuestra, junto a la Gran Mez-quita, quiere hacer renacer eseespíritu que alentó a tantoshombres sabios. Fue el lugaren el que se produjo la granapertura, donde por ejemplo,estudió un gran judío, Ibn Maimún, o el pro-pio Papa Silvestre y otros menos conocidos.

El primer problema aque nos enfrentamos fuecómo enseñar Islam a lagente que había hecho laSháhada.

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Esta Mezquita Aljama, cuando fue musul-mana, tuvo abierta sus puertas a los judíos ya los cristianos. Ahora, me da pena ver a lapolicía del Cabildo pegando a los turistasmusulmanes que, sin saber nada, hacen laoración por respeto a este templo. Si estosclérigos tuvieran un mínimo amor por sucatedral, deberían respetar a aquellos otrospara los que este bello edificio es todavía unaMezquita Aljama. A mí me da mucha pena.Nuestra pequeña mezquita está abierta a todos:cristianos, budistas, ateos, judíos, sean los quesean. Aquí enseñamos la apertura del Islam,Islam al Fatiha, apertura de los corazones. Noinquisición, ¡jamás! Nosotros, como tú sabesperfectamente, aceptamos lo que la gentenos dice. Cuando un musulmán dice “Ashá-hadu Allah illaha illah Allah” (Testifico queno existe otro dios que Dios), sabemos queesto es algo entre él y su Creador. Aquí uncreyente está en su casa. Ningún musulmántiene derecho a meterse en el corazón de otrapersona. Por eso nuestra casa es un lugar deFatiha, de Apertura.

V.I. Esa situación de la Mezquita Aljamade Córdoba es ciertamente triste. Es unasunto pendiente. Sobre todo la tristezade ver hoy un lugar que fue de apertura,de encuentro, matriz del espíritu islámicode la tolerancia, que imprimió un sentidouniversalista a la vida cordobesa y fuemodelo de muchas sociedades europeas,convertido en escenario de situacionescomo las que ha descrito. Que alguien,después de pagar una entrada para visi-tar un monumento histórico que es usadopor una determinada confesión religiosa,pueda verse agredido y expulsado por elhecho de orar en un lugar que fue erigi-do precisamente para ello, por cuyo nom-bre de Mezquita es conocido universal-mente hoy –incluso como monumento—eso es algo trágico e incomprensible. Yohe conocido a muchos musulmanes quellegan desde el Magreb o el Mashreck yque, tras visitar la Mezquita Aljama hansalido con una enorme sensación de tris-teza, de sentir ese universalismo hoytachonado de símbolos de muerte y oscu -ridad. Esos mismos arcos que hoy estáncegados, en otro tiempo estuvieron abier-tos. Lo que fue un templo de luz es hoyun lugar de sombra y de muerte. Todosellos salen con una sensación amarga.

A.K. Un amigo mío, una gran personalidadque ha venido, quiso entrar a la MezquitaAljama. El guía, antes de entrar, le dijo queestaba prohibido hacer la oración. Tras lavisita, el guía le preguntó si sentía tristezaporque aquello que fue mezquita es hoycatedral. Mi amigo le respondió. “sí, perola gran tristeza no es esa. La gran tristezaes que, este templo que fue levantado paraadorar a Dios, hasta en un día como hoy,que es Domingo, está vacío de creyentes”,refiriéndose a la falta de fieles católicos enla catedral. Cuando dejó de ser mezquita seconvirtió en un templo vacío.

Esta actitud da una falsa impresión deCórdoba y de sus gentes. Los turistas quevienen aquí, se ven agredidos por hacer sa-lat, como en tiempos de la Inquisición.

V.I.- A pesar de que muchos lleganatraídos por el eslógan de las tres cultu-ras y todo eso.

A.K. Entonces piensan que Córdoba es unaciudad de rechazo, de fanatismo...y eso noes verdad. La gente de Córdoba es gente ala que acaba queriéndosela. Es gente ama-

Esta Mezquita Aljama,cuando fue musulmana,

tuvo abierta sus puertas alos judíos y a los cristianos.Ahora, me da pena ver a

la policía del Cabildopegando a los turistas

musulmanes que, sin sabernada, hacen la oración por

respeto a este templo.

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ble, tolerante y no tienen nada de ese espí-ritu de rechazo. Pero la mayoría de la genteque viene a Córdoba, van a visitar la mez-quita. Y especialmente los musulmanes,salen con una idea muy equivocada deCórdoba por esa razón. Yo creo que el pue-blo de Córdoba merece algo mejor.

V.I.- ¿Qué proyectos tiene actualmentela Universidad?

A.K.- Queremos colaborar con todas lasfuerzas vivas de la ciudad, de la Comuni-dad Andaluza y del Estado, para ayudar ahacer de esta ciudad un lugar de encuentroy apertura. Por eso, como te he dicho, alestudiante que llega no le preguntamos dequé religión es, o si tiene religión o no latiene. Tratamos a todo el mundo igual. Esees el espíritu islámico. Tratamos de dar elmejor conocimiento posible, el mejornivel. Por ejemplo, en los Cursos de Árabeo en Ciencias del Islam, ya al final del pri-mer año pueden hablar árabe, leer árabe. Alos mejores los enviamos a los países ára-bes para vivir “en la lengua”, un “baño cul-tural” como decimos nosotros. Viven confamilias musulmanas, viven el Islam, lalengua. A su regreso conocen mejor la cul-tura islámica.

Enseñamos las Ciencias del Islam comoen cualquier país musulmán: el Qur´an, laSunna, hasta Tayyud al Qur´an... a todos, amusulmanes y no musulmanes, no diferen-ciamos...la Sirah del Profeta Muhammad, laPaz y las Bendiciones sean con él, Historiadel Islam, Historia de Al Andalus, Pensa-miento islámico, Literatura, Lenguas Islá-micas como el Turco, Persa, Aljamiado ,etc.Vamos ahora a comenzar el segundo año.Cuando los estudiantes alcancen el cuartoaño, van a tener un alto nivel, realmente, unnivel que no pueden dar ni las universidadesdel estado español ni las del mundo mu-sulmán, porque esta Universidad Islámicaes andaluza, es de aquí, y hay muchas cosasque las universidades islámicas de otros lu-gares tendrán que entender por fin. AlAndalus tiene gigantes del pensamientoislámico, que vamos a tratar de enseñarmejor, llenando ese vacío que existe en laenseñanza oficial del estado español,inshaAllah.

V.I. Como Rector de la UniversidadIslámica, ¿Qué opinión le merece elAcuerdo de Cooperación suscrito entrela Comisión Islámica de España y elEstado Español?

A.K.- Estupendo. Espero que nuestros her-manos se acerquen más.

V.I. ¿En qué sentido podría beneficiar-se la Universidad islámica del recienteAcuerdo sobre la Enseñanza firmadodentro del desarrollo del Acuerdo deCooperación?

A.K.- Espero mucho. Por ejemplo en eltema de los profesores de árabe o en rela-ción al imam de la mezquita, debemos reci-bir apoyo. Como los niños musulmanesaquí en Córdoba están dispersos, podría-mos crear una escuela, tanto para musul-manes como para no musulmanes, empe-zando por los niveles primarios, secunda-rios, etc. Deberíamos unirnos todos. Plan-tear una Universidad sin tener en cuentaesos niveles básicos no tiene sentido. Va -mos a dar tiempo para discutir, empezar atrabajar desde el próximo curso.

V.I. ¿Y sobre el tema de la enseñanzadel Islam en la Escuela Pública Es-pañola?

A.K.- También, por supuesto, podemos lle-gar a un acuerdo, Por ejemplo, que losalumnos que acaben sus estudios en estaUniversidad pudieran incorporarse comoprofesores de Islam en la escuela Pública.Eso debería ser un acuerdo entre laUniversidad, la FEERI y la Comisión Is-lámica de España. Si vamos a enseñar elIslam en la Escuela Pública, vamos a nece-sitar profesores. ¿Dónde van a formarseesos profesores? Pueden formarse aquí,perfectamente.

V.I. Sobre este mismo tema, y siendo usted unbuen conocedor de la docencia. ¿Qué impac-to puede tener, a su juicio, en la sociedadespañola, la oferta de la enseñanza islámicaen los centros públicos, en lugares comoMurcia o Zaragoza u otras ciudades, tanto amusulmanes como a no musulmanes?

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A.K. En Australia se lleva haciendo eso másde veinte años. Yo conozco personalmente amuchos musulmanes australianos que estánviviendo la experiencia. También en otrospaíses donde los musulmanes son minoría.En Holanda, por ejemplo, el Estado subven-ciona totalmente a las escuelas islámicas.Allí tratan al Islam exactamente igual que alCristianismo. De la misma manera que hayescuelas cristianas donde se imparte,además de los programas oficiales, laenseñanza de la religión cristiana, ya desdehace cuatro años, los musulmanes puedenabrir escuelas donde, además de impartir elprograma del Estado, puede enseñarse lareligión islámica. Actualmente hay enHolanda treinta y dos escuelas musulmanas.El hecho de que en España se empiece aenseñar el Islam en la Escuela Pública esmuy bueno, pero hay un problema en ello,en dos cuestiones: en primer lugar, yo pien-so que será mejor enseñar Islam a todos losciudadanos, no solamente a los musulma-nes, como apertura, para acabar con la igno-rancia de siglos de Inquisición, especial-mente en esta tierra española que fue unatierra víctima de la Inquisición, del rechazohacia otras religiones. Deberían enseñarsetodas las religiones a todos los alumnos, esosería lo mejor. A mí, como musulmán no mesupone un problema que mis hijos puedancomparar entre las diferentes religiones, notengo temor. Pero eso no se hará.

Por otra parte, como los musulmanesestán dispersos, en la mayoría de los casosvan a haber dos o tres alumnos en un centroy no van a poder tener la posibilidad de reci-bir la enseñanza islámica. Los que puedanrecibir la enseñanza islámica serán pocos. Alfinal, la solución será abrir escuelas, comodicen los americanos de “nomination”, esdecir, de la comunidad a la que pertenecenlos alumnos, escuelas islámicas secundarias,para musulmanes y no musulmanes, dondese enseñe el programa oficial del estado y elIslam cada día: Qur´an, Sunna...donde hayaun ambiente islámico.

V.I.- Como aquí los Centros católicosconcertados con el Estado.

A.K. Efectivamente, Centros de enseñanzaislámica concertados con el Estado. Pode-mos comenzar este proyecto aquí en Cór-doba. Debemos unirnos para hacerlo, para

poder cumplir todos los requisitos. Lacomunidad musulmana no puede sentirserealmente protegida si no tiene sus propiasinstituciones educativas, pensando en lasgeneraciones venideras. A eso se ha llegadoya en la mayoría de los países occidentales,como en Suecia, Holanda, Austria --habla-mos de Europa— desgraciadamente lasituación en Francia es mucho peor...no va-mos a hablar de ello. En Estados Unidos ylos países anglosajones la situación es mu-cho mejor: Australia, África del Sur, etc. Enlos Estados Unidos hay ya más de trescien-tas escuelas musulmanas y más de mil mez-quitas. Lo que queremos hacer aquí en Es-paña es ya historia en otros países occiden-tales.

Pero la evolución aquí ha sido enorme.Antes del 75 era imposible aquí el ser mu-sulmán. Todos los musulmanes que se cono-cen anteriores a esta fecha eran prácticamen-te secretos. Antes del 80 era muy difícil orga-nizarse como asociación musulmana. Ahoraeso es historia. Antes del 89, el Islam fue tole-rado pero aún no había un reconocimiento.Ahora está reconocido. Este año se ha firma-do el Acuerdo sobre la Educación. Me pro-duce alegría ver la disposición del Estado Es-pañol de colocarse al nivel de los otros paísesoccidentales.

V.I. Ha tocado usted un tema que siem-pre suscita un gran interés y a veces po-lémica. Cuando se habla del criptoisla-mismo, de aquellos musulmanes quesupuestamente practicaron su Islam ensecreto en los tiempos en que no se reco-nocía su legalidad. ¿Existe constanciade una pervivencia de la práctica del Is-lam, de una continuidad islámica en AlAndalus durante los últimos doscientosaños?

A.K. Yo he escrito un libro sobre la situacióndel Islam andaluz, de más de seiscientaspáginas, y he tratado este tema. Por ejemplo,hasta los años setenta hubo una emigracióncontinua de españoles que marchaban aMarruecos, aceptaban Islam, y luego sequedaban allí.

V.I. ¿Nuevos musulmanes?

A.K. Nuevos o viejos, no se sabe.

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V.I. Esa emigración ¿era desde el con-tinente o desde Ceuta o Melilla?

A.K. No, no, desde el continente. Llegan,hacen la Sháhada, se casan y tienen sufamilia allí hasta hoy. Si vamos a la épocade los moriscos, por ejemplo, tenemos quelos Vargas llegaron en el siglo XVIII. Unade las familias importantes de Rabat sonlos Vargas. Hay otras familias mucho másrecientes en todas las ciudades de Ma-rruecos, que se integran y ahora son marro-quíes a pesar del apellido o el nombre es-pañol. Yo, personalmente me he encontra-do con gentes de esa procedencia. Voy acontarte algunas anécdotas, que me puedenhacer pensar que había un Islam escondidoque se siguió practicando. Por ejemplo,encontré en 1973, en Dinamarca, a un her-mano de Granada, musulmán, casado conuna musulmana sueca. Le pregunté que có-mo había llegado a ser musulmán. Me dijoque, cuando era niño, estuvo junto al lechode muerte de su abuela y ella le dijo “...elcristianismo no es tu religión. Cuando seasmayor, estudia la historia de tu país y des-cubrirás cuál es tu verdadera religión...”Más adelante este hombre se preocupó deestudiar y se dio cuenta de que el Islam erasu religión y se islamizó.

Otra historia se refiere a uno de nuestroshermanos de Almería. Su mujer contaba que,siendo niña, en su pueblo de las Alpujarras,se dio cuenta de que su abuelo, cada maña-na, tras lavarse las manos, se ponía a hacerprosternaciones en dirección a Oriente.Cuando le preguntó a su abuela sobre aque-llo, la abuela le dijo: “Déjalo, es un viejoque no sabe lo que hace”. Cuando estamujer, después, aceptó Islam, se dio cuentade que el abuelo estaba haciendo su salat.

V.I. De otras entrevistas hemos extraí-do asimismo otros casos. Uno de ellosnos lo relató la historiadora IsabelÁlvarez de Toledo, Duquesa de MedinaSidonia, que está haciendo un intere-sante trabajo sobre la presencia de losmusulmanes en América antes de lallegada de Cristóbal Colón. Un trabajointeresantísimo, muy documentado...

A.K. Yo tengo un respeto enorme por estafamilia de Medina Sidonia...Yo conocí a unarquitecto de Málaga, que me dijo que

aprendió el Islam de sus padres, que fueronmusulmanes como sus abuelos, etc, quemantuvieron su Islam en secreto, y quehacían su Ramadán en Diciembre. ElCorán que aprendió era un poco diferentepero, cuando contactó con los musulmanesaprendió el Qur´an. Se fue a Fez, a Al Qa-rawin, donde hizo su Sháhada, dondedeclaró su Islam. Al volver al hotel tenía ungran cargo de conciencia. Se decía a sí mismo:“Qué torpe soy: ¿Cómo puedo hacer unaSháhada, si mis abuelos han estado prote-giendo mi Islam todo el tiempo, y he sidodurante todo ese tiempo musulmán? ¡Nonecesitaba hacer Sháhada aquí!” Heconocido otras anécdotas de gentes en los

pueblos que dicen haber visto mihrabs enlos sótanos de las casas, etc., pero yo no heencontrado realmente una familia que hayasido musulmana de siempre aquí, aunqueen Argentina he encontrado a una personade la familia Mulay, originaria de España,que están repartidos entre España, Argen-tina y Bolivia, y que eran originarios de lasAlpujarras.

V.I. En Andalucía han pervivido algu-nos apellidos, como Mudarra o Benjumea.

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A.K. Ha pervivido algo más que eso enel pueblo andaluz: sensibilidades, actitudes,palabras, un cierto amor secreto por el Islam,eso está en todo el mundo, realmente.

Cuando hablo de Al Andalus, hablotambién del sur de Portugal. Tuvimos unencuentro con unos amigos en Silves, en elAlgarve. Un hermano se subió a la azotea ydio el Adhán. Hicimos luego el salat, y alsalir de la casa, todo la gente del pueblodecía: “qué canto más bonito” ....les suena,lo reconocen. Si tú das un adhán en Francia,no les suena...te pegan. Aquí en nuestramezquita, el adhán se hace con un altavoz.Nunca nadie ha protestado. No tenemosproblemas con los vecinos.

V.I. Hay otro caso que yo encontré en el82 en Almería. Un día, en un kiosko deesos antiguos, en la playa, vi a uno deesos vendedores ambulantes del Ma-greb que van con sus alfombras, ha-blando con el dueño del kiosko. Me acer-qué. El dueño del kiosko era un ancia-no almeriense y me sorprendió queestuviese hablando en árabe. Yo no co-nocía para nada esta lengua. Cuandoel vendedor se marchó le pregunté:¿habla usted árabe? Y me respondió:“No, yo lo que hablo es el indaliano”.Quise indagar sobre esa lengua pecu-liar y me dijo “el indaliano es una len-gua que ha habido aquí de siempre queya no la sabemos más que cuatro vie-jos. Con esta lengua nos entendemosnosotros con la gente de Marruecos.”

A.K. Eso es fantástico. Habría que regis-trarlo. Que haya pervivido hasta hoy esincreíble. Eso es muy fuerte.

V.I. Estamos hablando del año 82. Yohe preguntado posteriormente a filólo-gos y a lingüistas que han estudiado lasformas dialectales sobre el tema y nin-guno tenía referencias de esa forma delhabla ni han sabido explicar la razónde por qué un anciano, en el año 1982podía entenderse bien en esa lenguacon un marroquí.

A.K. Yo creo que debería buscarse por laAlpujarra Almeriense. Hay por ejemplo unpueblo en la provincia de Málaga, Casa-

rrabonela. Ellos, a sí mismos se llaman moris-cos.

V.I. En Cazalla de la Sierra, en la pro-vincia de Sevilla, también se llaman

moriscos.

A.K. Ellos celebran el nacimiento delProfeta cada año como la fiesta del pueblo.Hemos ido a veces allí con recitadores deMarruecos para celebrarla con ellos.

V.I. Pero ¿lo han celebrado desde siem-pre?

A.K. No desde siempre. Empezaron en elaño 90 por decisión del Ayuntamiento. Todoel mundo acude. Estamos en contacto conellos. Ahora, en esa comarca, que ha forma-do una mancomunidad de seis o siete muni-cipios quieren recuperar tradiciones islámi-cas. Eso no se explica sólo por el turismo.Lo mismo que ocurrió en Almonaster, o enCortegana, en Huelva. Se siente mucho lahuella del Islam en los pueblos.

V.I. Cambiando un poco en tema, y yaen relación a nuestra ciudad de Cór-doba, recuerdo hace dos años una con-versación con don Rafael Ramón, que

Lo mismo que ocurrió en Al-monaster, o en Cortegana, enHuelva. Se siente mucho la huelladel Islam en los pueblos.

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entonces era catedrático de FilosofíaÁrabe y Pensamiento Islámico de laUniversidad de Córdoba, en la que aca-bamos hablando de uno de los musul-manes cordobeses que la historia haincomprendido más, Ibn Masarra. Measeguró que hacía poco se habían des -cubierto en la Universidad Al Azhar deEl Cairo, algunos de los escasos ma-nuscritos de este enorme pensador, queechaban por tierra muchas de las acu-saciones que se han vertido sobre supersona y sobre su obra, de la que noquedó prácticamente nada. Esos textosoriginales que están siendo traducidosen la Universidad de la Sorbonne,algunos de cuyos fragmentos ya tradu-cidos me facilitó, explican muy biengran parte del pensamiento andalusíposterior, sirven para entender mejor loque sería el núcleo de la mística de IbnÁrabi y de otros sufíes posteriores. Estetipo de trabajos ¿Entrarían tambiéndentro de las actividades de la Uni-versidad Islámica InternacionalAverroes?

A.K. Exactamente eso es lo que queremoshacer, buscar las raíces islámicas del pue-blo andaluz. Buscar en los archivos tantainformación escondida que la inteligencia

oficial no quiere que salga a la luz.Debemos trabajar en

ese espaciointocable.

P o r

e jem -plo, esa

historia del al-meriense que habla-

ba indaliano en el 82, debería-mos buscar cómo descubrir sus huellas. Esosería increíble. Hay muchas cosas que pode-mos hacer, pero para ello necesitamos gente,musulmanes de aquí.

V.I. ¿Con qué apoyos cuenta laUniversidad?

A.K. Ahora estamos haciendo acuerdoscon otras universidades. No queremos haceracuerdos con estados porque queremosdefender nuestra independencia. Hemoshecho un acuerdo con la Universidad ho-landesa de Leiden, para desarrollar confe-rencias sobre el aljamiado aquí. Estamos ennegociaciones con la Universidad de As-turias para publicar un libro de fotografías.Tenemos acuerdos ya suscritos con las uni-versidades islámicas de Islamabad, KualaLumpur, etc., para intercambio de profeso-res y otros temas.

Hay proyectos muy interesantes. Hacepoco he leído un libro en aljamiado que sepuede entender perfectamente. Queremospublicarlo, Se llama “Tratado para mante-ner y seguir el din del Islam”, que fue escri-to por Isa Al Shadili, faqih de Segovia en1452. Es un libro de dawa.Todo el din estáahí. No es necesario otro libro. Escrito enpleno siglo XV, antes de la toma deGranada.

Debemos saber que el Islam estaba entodo el territorio peninsular antes de la tomade Granada, porque los mudéjares eran muynumerosos. Todos los pueblos de la Pe-nínsula Ibérica, grandes y pequeños, teníanmorerías, hasta la frontera con Francia. Elcrimen de los Reyes Católicos no fue sola-mente con las gentes de Granada sino contodos los musulmanes de la península.Hasta fines del siglo XVI, el 25 por cientode la población de lo que hoy es Aragón, eramusulmana, cristianos nuevos que teníansus mezquitas y producían libros en alja-miado, muchos de ellos escritos en el sigloXVI. En el País Valenciano llegaban al 35por ciento en las mismas fechas. En Ca-taluña, casi el 40 por ciento.

V.I. ¿Cuál debería ser, a su juicio, larelación de esta universidad con la ciu-dadanía de Córdoba?

A.K. Aquí no hacemos distinción entre losmusulmanes y los no musulmanes. No se-paramos a nadie. Nuestro trabajo consisteen presenta el Islam tal y como es. Muchosde los que aquí llegan tienen ya mucho delIslam en sus corazones. Hace poco, entre-vistaron a una alumna en la radio, en un

Exactamente eso es lo quequeremos hacer. buscar lasraíces islámicas del pueblo

andaluz. Buscar en losarchivos tanta información

escondida que la inteligenciaoficial no quiere que salga a laluz. Debemos trabajar en ese

espacio intocable.

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programa dedicado a esta universidad, lepreguntaron si era musulmana. La mucha-cha respondió: “Oficialmente no soymusulmana, pero preguntar a una andalu-za o a un andaluz si es o no musulmán esalgo relativo, porque hay un poco de Islamen cada uno de nosotros”.

Otra estudiante portuguesa, que hizodespués la Sháhada, en el mismo programay respondiendo a la misma pregunta, dijo:

“Yo soy portuguesa oficialmente, peroPortugal es el Algarve de Al Andalus. Hevenido aquí para aprender mis raíces. Sermusulmana es una cuestión muy seria. Meconsidero como una aprendiz de musulma-na.” Sería una locura horrorosa no admitir aquien no sea musulmán si quiere venir aquía aprender. Damos la bienvenida a todos.Nosotros, los musulmanes no tenemos esetemor, porque sabemos que el Islam es bello.Si el que viene aquí se hace musulmán,alHamdulillah, si no, será siempre amigo delos musulmanes, y en cualquier caso puedenaprender que la relación con Dios es directa,es entre ellos y su Creador.

V.I. También es importante decir esto,porque es poner las cosas en su sitio.Frente a esa imagen de intoleranciaque se atribuye al Islam en los mediosde comunicación no musulmanes.

A.K. Toda esa propaganda es falsa. Una delas muchas bellezas del Islam es su toleran-cia. Eso se ve hasta en los pueblos agredi-dos. Fíjate aquí, en el siglo XVI, en losmomentos más duros de la Inquisición, ha-bía cristianos viejos que aceptaban el Islam.Eso es muy significativo.

V.I. Eso hizo que la única fórmula deerradicación fuese el genocidio sis-temático.

A.K. Exactamente. Hoy hemos visto enBosnia toda la matanza que los serbios ycroatas han hecho en nombre del cristianis-mo, unos ortodoxos, otros católicos. Des-trozando mezquitas, quemando aldeas,matando a los imames, quemando los librosde historia, la cultura islámica de Bosnia,atacando y violando a las mujeres, matando

como animales...limpiando la tierra decualquier huella del Islam...edificios, mez-quitas, etc. Al mismo tiempo, cristianos,católicos y ortodoxos, y judíos han vividoen libertad en los territorios controlados porlos musulmanes. No se han destruido igle-sias ni se han quemado libros. Esa es lafuerza del Islam.

V.I. Se dan circunstancias tan paradóji-cas como que en un país tan criticado ydenigrado como es la República Islámi-ca de Irán, tienen representación parla-mentaria tanto los judíos como los cris-tianos, por ese talante que tiene el Islamde reconocer los derechos de las mino-rías. De eso no suele hablarse. Ni deque en ese país, el índice de poblaciónfemenina universitaria es superior al dela media de los países europeos, porejemplo.

A.K. La propaganda antiislámica quierepresentar el Islam precisamente dando laimagen de lo que en realidad son sus ene-migos: fanatismo, actitudes en contra de lamujer...

V.I.- ...una proyección de sus propiosfantasmas y carencias...

A.K. Exactamente. Aquí, en la universidaddebemos proteger no sólo la identidad de

...preguntar a unaandaluza o a un

andaluz si es o no mu-sulmán es algo relativo,porque hay un poco deIslam en cada uno de

nosotros.

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los nuevos musulmanes andaluces, sinotambién los derechos de nuestros hermanosemigrantes. Es nuestro deber. Ellos vienenaquí a trabajar y debemos ayudarles a vivirsu Islam.

V.I. Me gustaría ahora que abordáse-mos un tema que hemos tratado reitera-damente en Verde Islam. Me refiero altema “Islam y Democracia”. Sabemosque se ha querido lanzar la falsa idea deque el Islam es enemigo de la democra-cia, de que son realidades incompati-bles, a veces de manera muy hipócrita,como en el caso argelino. Si vemos larealidad de una sociedad islámica ensentido estricto, cualquier musulmánsabe que no tendría por qué haber con-tradicción entre Islam y democracia, pues-to que la sociedad islámica es democrá-tica en sí misma.

A.K.Por supuesto. La institución de la Shura,la consulta mutua. El Profeta mismo, que lapaz sea con él, no tomó decisión algunadurante toda su vida sin discutirla con lacomunidad, con la Yamaa. En el Qur´an sedice que toda decisión debe realizarse enShura entre los musulmanes. El Bayá, esdecir los poderes que la comunidad confie-re a sus líderes son por un tiempo siemprelimitado. Ciertamente el Islam es una demo-cracia dentro de los límites del Qur´an y laSunna. En el Islam, el Soberano no es ni lacomunidad ni el pueblo sino Allah Subhanawa Ta´ala. Por ejemplo, si toda una comu-nidad decide acabar con otro pueblo, estono está permitido, es haram, Si la comuni-dad opta por decisiones que dañan al pue-blo, eso es haram a pesar de la mayoría. Porejemplo, no se puede, por decisión demo-crática, decretar que el alcohol es halal. Enesto, el Criterio que establece los límitesestá contenido en el Qur´an.La democraciaislámica es más perfecta que la democraciaal estilo occidental, porque existe un meca-nismo de control que ésta no tiene. Un pue-blo, como una persona, puede equivocarseen conjunto. Ya lo hemos visto en el caso delos serbios de Bosnia. Según la fórmulaoccidental de la democracia, la destrucciónmasiva de otro pueblo es fruto de una deci-sión democrática, puesto que todos los ser-bios lo han decidido mayoritariamente. Pe-ro esto no puede ser así, eso es horroroso e

inaceptable. O una democracia como la ale-mana, que en tiempo de Hitler hicieron tan-tas cosas inaceptables.

El Islam se asienta en una tierra y se

desarrolla cuando hay libertad. Cuando haydictadura, aunque sea esta en nombre delIslam, el Islam no puede sobrevivir. Eso seve. Por eso ahora se desarrolla el Islam enOccidente, porque, a pesar de todo, haylibertad, relativa, pero hay libertad. Si lacomparamos con la situación de los siglosXVII y XIX hay libertad y por eso se estáproduciendo un desarrollo del Islam. Hoy, enmuchos países de mayoría musulmana nohay libertad y por tanto no hay un desarrollodel Islam. También en Occidente hay contra-dicciones en la aplicación de la democracia,como en Francia con la cuestión del Hiyab.Eso muestra la cara hipócrita de la democra-cia europea.

El Islam, en principio, vale tanto para unmusulmán como para un no musulmán. Siestá prohibido robar, está prohibido hacerlotanto a un musulmán como a un no mu-sulmán. Si está prohibido matar, tanto de lomismo. Esto se aplica tanto a los individuoscomo a las comunidades y a los pueblos.

En las democracias occidentales no ocu-rre lo mismo. Lo que es válido dentro de lasfronteras de un estado, no se aplica, porejemplo, en relación a los países subdesarro-llados. ¿Cómo se puede entender que un paíscomo Francia, cuna de la democracia occi-

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El Islam se asienta en unatierra y se desarrollacuando hay libertad.

Cuando hay dictadura,aunque sea esta en nombre

del Islam, el Islam nopuede sobrevivir.

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dental, apoyase en Argelia un golpe deEstado en pleno proceso electoral? Y aún tie-nen la hipocresía de decir que algunas veceses necesario usar métodos antidemocráticospara proteger la Democracia. ¿Cómo sepuede entender que los países más podero-sos del mundo, ahora, apoyen las más fero-ces dictaduras en África y en Asia? Esedoble rasero es un peligro para toda la huma-nidad.

Un musulmán siempre se encontrará agusto donde exista un mínimo de libertad.Un musulmán no siente temor a la libertad,ni para él ni para los demás. Hasta en paísesde mayoría musulmana que pretenden teneruna democracia, dicen que no se puede acep-tar un partido islámico. ¡Qué hipocresía!Cuando un noventa por ciento de la pobla-ción tiene una identidad islámica y quierenresolver sus problemas buscando solucionesen sus raíces islámicas. ¿Cómo puede el otrocinco por ciento de occidentalizados hablarde democracia? ¿Es esa la democracia quequiere occidente para los países musulma-nes?? Ahora el problema es para Occidente.Occidente ya no resulta atractivo. Por ejem-plo: cuando mi padre me envió a Suiza paraestudiar ingeniería, tenía lágrimas en susojos, porque al mandarme a Occidente, teníatemor de perderme, de verme occidentaliza-do. Cuando yo he enviado a mis hijos aOccidente no he sentido ningún temor, por-que en occidente han aprendido a amar alIslam mejor, porque lo que hoy se ve enOccidente no atrae mucho, al contrario.Occidente necesita al Islam. Podemos ayu-dar mucho a Occidente, mucho. Como digoyo en todas mis charlas por las universida-des, es un error enorme pensar que el Islames un enemigo de Occidente. El Islam no esenemigo de nadie. El Islam es universal. Elmusulmán es ciego para las nacionalidades,las razas. Para él, cualquier musulmán decualquier lugar es un hermano. Un musul-mán debe respetar la Ummah de Muha-mmad, la Paz y las Bendiciones sean con él.Debe respetar la conciencia de los demás.

Los musulmanes pueden vivir perfecta-mente en minoría sin ningún problema, res-petando las leyes. En España misma, desdeel siglo XII hasta el siglo XVI, en todo elterritorio peninsular, antes de la creación delos estados cristianos, vivían comunidadesmusulmanas, minorías organizadas, fuera delas fronteras de Al Andalus. Por ejemplo enZaragoza, en Valencia, en Toledo después de

la conquista...hasta el siglo XVI. Cuatro ocinco siglos. Esa comunidades no desapare-cen. Sólo lo hacen por la fuerza del hierro dela Inquisición y la posterior expulsión. EnChina, los musulmanes son ahora más decien millones, viven allí como minoría desdeel comienzo del Islam hasta hoy. Fueronmuy importantes para el desarrollo de China.Los musulmanes respetan siempre las leyesde los países donde viven...si son musulma-nes, claro. Si pierden su Islam, ya es otracosa. Aquí en Occidente, los musulmanesque producen problemas son, precisamente,los desislamizados. Ahora, alhamdullillah,hay menos hermanos de esos. Hay un rena-cimiento del Islam en el seno de los emi-grantes. Eso es algo estupendo para los paí-ses donde estas gentes viven y para el Islam,claro.

Nos encontramos ahora en un momentohistórico muy interesante. En los países de laUnión Europea, los quince, hay actualmenteonce millones de musulmanes, hay cinco milmezquitas. La mitad de esa población son ciu-dadanos europeos, no son extranjeros. Secalcula que, dentro de veinte años, el núme-ro de musulmanes será en ese área entreveinticinco y treinta millones, con una enor-me proporción de conversos de esos países.

En Francia, por ejemplo, más de doscien-tos mil franceses de origen son musulmanes.Es decir que, por primera vez desde hacemucho tiempo, el Islam va a vivir en éstas tie-rras, en el siglo XXI, en Europa Occidental.El fenómeno es más intenso en los países delnorte que aquí en Andalucía, por ejemplo.Eso es una realidad histórica nueva. Por eso,es muy importante que se entienda bien elIslam en occidente, que se acepte el Islam yse le reconozca sus derechos.

V.I. Hace poco, en Madrid, se celebra-ron unas jornadas sobre Economía Islá-mica, a las que tuve ocasión de asistir.Algunos expertos occidentales, catedrá-ticos de economía, liberales de la Es-cuela Neoclásica que asistieron comoponentes, decían estar sorprendidosporque, al estudiar los procedimientoseconómicos y financieros islámicos,distintos de los que funcionan aquí enoccidente, fórmulas que prescinden dela usura, por ejemplo, estaban descu-briendo que muchas de esas fórmulaspodrían aportar soluciones a algunos

de los problemas que hoy tiene plantea-dos la economía occidental. Alguien deentre el público, preguntó si una eco-nomía de ese tipo no iría en detrimentodel desarrollo. Sorprendentemente, losmismos economistas españoles, entrelos que estaba el catedrático de Eco-nomía de la Autónoma de Madrid, elprofesor Alberto Lorca, llegaron a decirque no, que incluso hay casos en losque el crecimiento económico es mayor.Hablamos de Economía, pero podría-mos estar hablando de Arte, de Ciencia,de cualquier rama de la actividad hu-mana. Cuando los especialistas occi-dentales escarban un poco, aunque seasuperficialmente, en la Tradición Islá-mica, se dan cuenta entonces de queIslam, lejos de ser un enemigo, les estáaportando soluciones.

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Suenan muchas voces en la noche. Bajoel velo del silencio los murmullos que

permanecen ocultos habitualmente irrum-pen con tesón de agua. La noche es suave yacogedora como un útero materno, teenvuelve y recoge, difuminando los límitesusuales de la percepción, dando paso a vi-siones, indicios o razonamientos inusitados;en ese magma tibio, turbio, las intuicionesse convierten en rayo lúcido y adquieren,por contraste, un relieve y una claridad deevidencia.

Día y noche se complementan y precisancomo las consonantes a las vocales, como ladificultad a la facilidad para cerrar el círculo

de la existencia. El ser humano se abre alUniverso y en su profunda soledad, que es sucondición más primigenia y que parecehacerse más patente cuando los quehacerescotidianos no distraen la conciencia, tienediversos modos de articular el asombro y lamaravilla que le produce el encuentro con larealidad ¡Ay, pájaro solitario que no sufrecompañía!

Las horas en las que toma cuerpo lo quenos anda rodando por el magín, son horasque se arrancan al sueño, horas íntimas yarrebatadas que movilizan la creatividad, laplasman, la concretan. Pienso en personasexcepcionales por diversos conceptos, gente

que se exige mucho, trabajadores incansa-bles, que nos ofrecen después los frutossabrosos de su labor y todos los que acuden ami pensamiento toman la madrugada comosituación principal, recorren un largo y arduocamino, se inventan, se hacen a sí mismosconscientemente en cada jornada, no puedenmenos que exigirse lo mejor cada noche,artistas del instante, artesanos de lo constan-te, piedra a piedra, idea a idea construyen unedificio para retirarse y un ámbito para reci-bir, un recinto que ofrecer para el intercam-bio, para el goce y disfrute de una vida plenay luminosa. Quien sigue firme el rastro, per-siste en seguir el hilo, indaga con inocenciaen los distintos mundos que se abren ante elavance del pensamiento, al final se ve satis-fecho: consigue la perfecta quietud de lacomprensión y el sosiego.

Nuestro Profeta, Muhámmad, la paz y lasbendiciones le acompañen, oraba en esashoras mágicas de la noche, se levantaba alrayar el alba, se concentraba y regresaba adiario con su espíritu renovado y un pocomás cerca de la Infinita Presencia, purificado.Y pensemos en el extraordinario legado quenos dejó, en la grandiosa transmisión que noshizo, dando voz y estilo a algo que, en esemomento, no estaba al alcance de los demásseres humanos. Laboriosamente, con esfuer-zos y pruebas que sobrepasan nuestra imagi-nación, renovó la Revelación y estableció laciudad musulmana, ese hábitat que se extien-de a todos los rincones de la tierra y se con-centra como un púlsar en el corazón del cre-yente.

LA NOCHE

Sabora Uribe

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Hoy vamos a hablar del ciprés, un árbolque todos conocemos pero del que, en

realidad, sabemos muy poco.El ciprés es un árbol alto, enhiesto, pe-

rennemente verde y de gran longevidad. Sumadera, dura, incorruptible, desprende un sua-vísimo y agradable olor.

Simbólico árbol de la Muerte es tambiénel balsámico árbol de la Vida, porque es ca-paz de devolver la salud a cuantos acuden aél, enfermos del pecho, a respirar sus esen-cias. Su porte delgado y estrecho, altísimo,parece un dedo señalando al Cielo, señalan-do a Allah.

En el mundo occidental estaba el ciprésantiguamente consagrado a Plutón, cuyafrente se coronaba con su ramaje, y por esotambién se solían esparcir sus ramas a laspuertas de las casas de los difuntos. Desdeentonces, hace más de veinte siglos, adornalos cementerios de los pueblos de la culturacristiana en toda la cuenca mediterránea. Eincluso ha dado nombre a una isla, Chipre,cuyos habitantes le rindieron culto en épocasremotas.

Una de las más antiguas representacio-nes del árbol de la vida -el ciprés- la encon-tramos en el Egipto faraónico, concretamen-te en la tumba de Inkerkhaoni ( XX Dinastía ).En la pintura al fresco vemos a la serpienteApopis --divinidad del mundo de los muer-tos-- muerta por un felino --símbolo solar--;con éllo se impone el optimismo, la vida, laesperanza; muy lejos, por lo tanto, de lasconcepciones latinas del ciprés.

También la civilización islámica sintió

LA FARMACIA DE AL-ÁNDALUS:EL CIPRÉS Y EL ÁRBOL DE LA VIDA

Habibullah Casado

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admiración por el ciprés, como lo hiciera conla palmera. En la decoración de mosaicosdel Palacio Imperial de Topkapi, en Estam-bul, vemos representados siete altivos cipre -ses emparejados con doce ramos. Los epita-fios de las tumbas musulmanas de Anatolia,en Turquía, están decorados, en su mayoría,por cipreses, artísticamente representados, loque les confiere un halo de serenidad y deinmortalidad. Lo que vuelve a contrastar conel sentido necrológico que en occidente, ycomo herencia de los romanos, le damos anuestros cementerios.

Durante los dos siglos y medio de esta-blecimiento del Islam en Sicilia, los musul-manes introdujeron en la isla el cultivo delciprés. Ahora, mil años después, estos esbel-tos árboles, envueltos en rosadas buganvi-llas, sirven de telón de fondo a los impresio-nantes templos griegos y romanos. Y en lacapital, el Jardín Botánico de Palermo con-serva los mayores cipreses de Europa, conmás de 1.200 años de historia.

Pero volvamos a nuestra tierra, al jardínde Al-Andalus. En la localidad granadina deVélez Benaudalla se está rehabilitando unhermoso jardín islámico correspondiente alreino nazarí (siglos XIII y XIV), en donde seencuentran los más altos cipreses de nuestropaís, con más de cuarenta metros de altura.Desde la terraza central, donde se hallan losrobustos árboles que flanquean un antiguoaljibe, podemos contemplar el impresionan-te desfiladero de los “caracolillos de Vélez”,con el sofisticado sistema de regadío árabetodavía en uso -azud- que garantiza la fertili-dad de estas tierras de la España tropical. Ycómo olvidar el paseo de cipreses más legen-dario de la España islámica, el del Generalifede la Alhambra de Granada, donde los alti-vos árboles, con más de seis siglos de histo-ria y 30 metros de altura, constituyen unadoble pared natural, siempre verde, en cuyointerior los rayos solares no pueden entrar.

Y ahora vayamos al lejano Oriente. Loschinos no distinguían con claridad entreThuya y Cupressus. Por eso los comentariosque siguen se refieren por igual a ambasespecies.

En la China antigua se suponía que elconsumo de las semillas del ciprés procura -ba la longevidad, pues eran ricas en substan-cia yang. La llama obtenida por la combus-tión de las semillas permitía la detección deljade y del oro, igualmente substancias yangy símbolos de la inmortalidad.

En el Japón, una de lasmaderas más usadas en losritos del shinto es una varie-dad del ciprés, el hinoki. Seutiliza en la fabricación dediversos instrumentos, comoel shaku (cetro) de los sacer-dotes y, sobre todo, es dedestacar que el fuego ritualse enciende por frotamientode dos trozos de hinoki. Estamadera es igualmente la quesirve para la construcción delos templos, como el de Isé.Se vuelven a encontrar aquímanifiestamente las nocio-nes de incorruptibilidad ypureza.

En cuanto a los usosmedicinales del ciprés pode-mos decir que la mayoría sederivan de la cantidad de ta-nino que contienen sus fru-tos, sobre todo antes de al-canzar su completa madurez.Dicho tanino le confiere unapoderosa acción astringentey vasoconstrictora, equipa-rable y aún superior a la delavellano de bruja (Hama-melis virginica). Esta pro-piedad se utiliza, tanto porvía interna como externa, pa-ra tratar con eficacia proble-mas como las hemorroides,las varices, las hemorragiasuterinas, la diarrea, la hemo-ptisis (tos que arrastra sangrede los pulmones), la inconti-nencia urinaria (nocturna) delos niños. También, y por sucontenido en esencia y otrosprincipios, se utiliza comodiurético, suavemente febrí-fugo, sedativo de la tos, cal-mante bronquial (inclusocontra el asma) y expecto-rante.

Para uso interno se reco-mienda utilizar el cocimien-to de la nuez, no completa-mente madura, a razón de25-30 gramos de la misma,bien machacada, y un litrode agua, en el cual se dejahervir durante 10 minutos.

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Se toma un vaso antes de cada comida (entotal 3 vasos al día), con el estómago vacío.

El mismo cocimiento, pero con mayorcantidad de agua y más concentrado, se uti-liza para uso externo. Por ejemplo en bañosde asiento para las hemorroides, en compre-sas empapadas con el mismo para las herniasy prolapsos, las úlceras y heridas abiertas, ylas varices.

También la esencia de ciprés, similar a ladel cedro, tiene propiedades medicinales. Essobre todo un excelente antiespasmódico.Echada, por ejemplo, en agua hirviendo davahos adecuados contra los accesos de tosconvulsiva y para el asma. El complejo efec-to que ejerce sobre la respiración la hace ade-cuada para el tratamiento de la bronquitis yel enfisema, por no hablar de su reconocidaeficacia para tratar la gripe (Valnet). Tambiéntiene un profundo efecto, por sus cualidadescuasi-hormonales, sobre el aparato repro-ductor femenino. Por ello se viene utilizandopara el tratamiento de la dismenorrea y dealgunos trastornos de la menopausia.

Su color es claro, y su perfume poseeuna cualidad leñosa que evoca un poco elolor de las especias. Los antiguos decían queera un olor que ofendía al cerebro, pudiendoprovocar en personas predispuestas un ata-que de “gota coral” (epilepsia).

También a la Tuya o Pinotea, muy simi-lar al ciprés, se la conoce con el sobrenom-bre de “árbol de la vida”. Hay dos especies,la Thuya orientalis del Japón y China, conhojas asurcadas en el dorso, y la Thuya occi-dentalis, del NE de Norteamérica, que notiene este carácter folial. Ambas se cultivanmucho como ornamentales. Si se corta unaramita y se la coloca en un vaso de agua alcabo de medio año el agua permanece igual,ni se ha evaporado ni se ha enturbiado. Enciertos países islámicos la gente suele cortarramas de este árbol y las echa a los pozos ycisternas. Flotan sobre la superficie y man-tienen “viva” el agua.

Esta conífera tiene también notables pro-piedades terapeúticas. Es un buen expecto-rante y excitante de la sudoración, diuréticoy sedante de los estados inflamatorios de losórganos urinarios, estando indicado en lasafecciones de la próstata y en la incontinen-cia de la orina. Por vía externa se emplea conéxito para combatir papilomas, verrugas,condilomas y otras excrecencias anales.Estudiosos de indiscutible seriedad y com-petencia (Raliquet, Bardeau, Valnet) la cali-

fican de apta para detener el desarrollo detumores y en los “estados cancerosos” (terre-no cancerígeno). También es un excelenteantiparasitario, y P.Belaiche lo consideramuy útil para los “accidentes alérgicos”.

Tampoco hay que olvidar el gran usoque de la Tuya hace la medicina homeopáti-ca, considerándola uno de sus medicamentosconstitucionales más importantes.

En cuanto a su modo de empleo alopáti-co se pueden usar el cocimiento (hervir 20grs. de ramitas secas durante pocos minutosen un litro de agua y dejar reposar un cuartode hora, tres ó cuatro tazas al día), la tintura(macerar durante una semana 20 grs. deramitas secas desmenuzadas en una mezclade 55 grs. de alcohol puro y 25 grs. de aguadestilada. Exprimir bien y colar. Conservaren frasco de vidrio oscuro con cuentagotas.(Tomar 8-12 gotitas dos ó tres veces al día enun poco de agua u otra bebida) o el aceiteesencial (tres ó cuatro gotas , 2-3 veces aldía, en una cucharadita de azúcar o mezcla-do con miel disuelta en agua caliente).

Para uso externo, diluir la esencia enigual cantidad de aceite de oliva y de alcohol.Aplicar en dermatosis, forúnculos, micosis,papilomas, verrugas, hemorroides, etc.

Y con esto acabamos el artículo de estemes. Nos veremos en el próximo número dela revista, si Dios quiere.

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SEGÚN TODOS los testimonios exis-tentes, este sura constituye una de las

últimas secciones del Corán reveladas alProfeta. El consenso de las opiniones lasitúa en el período de su Peregrinación de laDespedida, en el año 10 heg. Su título pro-viene de la petición de un "ágape celestial"hecha por los discípulos de Jesús (versículo112), y de la oración de Jesús a este respec-to (versículo 114).

El sura comienza con una llamada a loscreyentes al cumplimiento de sus obligacio-nes espirituales y sociales, y acaba recordan-do la total dependencia del hombre en Dios,de quien es "el dominio sobre los cielos y latierra y todo lo que contienen". Por ser unade las últimas revelaciones transmitidas alProfeta, establece una serie de preceptos re-lacionados con los ritos religiosos y condiversas obligaciones sociales; pero al mis-mo tiempo, advierte a los seguidores delCorán en contra de ampliar el alcance de lospreceptos divinos mediante deduccionessubjetivas (versículo 101), pues esto podríadificultarles la práctica de la Ley de Dios ypodría llevarles, a la postre, a la negación dela verdad de la propia revelación (versículo102). Se les previene asimismo en contra detomar a los judíos y a los cristianos por "alia-dos", en el sentido moral de la palabra: esdecir, imitar su modo de vivir y sus concep-tos sociales en detrimento de los principiosdel Islam (versículos 51 ss.). Esta adverten-cia se hace obligada por el hecho --destaca-

do repetidas veces en este sura-- de que tantolos judíos como los cristianos han abandona-do y corrompido las verdades que les fuerontransmitidas por sus profetas, y por tanto nosiguen ya el mensaje original verdadero de laBiblia (versículo 68). Se reprende en parti-cular a los judíos por haberse vuelto "ciegosy sordos [de corazón]" (versículos 70-71, ypassim), y a los cristianos por haber deifica-do a Jesús, en clara contravención de suspropias enseñanzas inspiradas por Dios(versículos 72-77 y 116-118).

El Corán declara en el versículo 48, diri-giéndose a las distintas comunidades religio-sas: "Hemos asignado a cada una, una ley yun modo de vida [distintos]...¡Competid,pues, entre vosotros en hacer el bien!" Y denuevo se asegura a todos los verdaderos cre-yentes --de todas las creencias-- de que"todos los que crean en Dios y en el ÚltimoDía y hagan el bien --nada tienen que temery no se lamentarán" (versículo 69).

La declaración que corona este sura seencuentra en el versículo 3, revelado alProfeta poco antes de su muerte: "Hoy heperfeccionado para vosotros vuestra ley reli-giosa y os he otorgado la medida completade Mis bendiciones, y he dispuesto que elautosometimiento a Mí (al-Islam) sea vues-tra religión".

EL SIGNIFICADO DEL CORÁNSURA AL-MA’IDA (EL ÁGAPE)

Período de Medina

Tafsir de Muhammad AsadTraducción al español: Abdur Rassak Pérez

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117

(1) ¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! ¡Sed fieles avuestros compromisos!1

Os está permitida la [carne de toda] bestia que se alimente deplantas, a excepción de lo que se os menciona [más adelante]2: perono se os permite cazar cuando estéis en estado de peregrinación.Ciertamente, Dios ordena según Su voluntad.3

(2) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! No profanéis lossímbolos que Dios ha establecido, ni el mes sagrado [de la Pere-grinación], ni las ofrendas engalanadas,4 ni a quienes acuden al Tem-plo Inviolable buscando el favor de su Sustentador y Su complacen-cia; y [sólo] una vez finalizada vuestra peregrinación5 podréis cazar.

Y no dejéis que vuestro odio hacia aquellos que os impiden elacceso a la Casa Inviolable de Adoración os lleve a transgredir:6 sinoal contrario, colaborad en fomentar la virtud y la consciencia de Dios,y no colaboréis en fomentar la maldad y la enemistad; y manteneosconscientes de Dios: ¡pues, ciertamente, Dios es severo castigando!

(3) OS ESTÁ prohibido todo animal hallado muerto, la sangre,la carne de cerdo y aquello sobre lo que se ha invocado un nombredistinto del de Dios,7 y el animal muerto por asfixia, o apaleado, o deuna caída, o de una cornada o devorado por una fiera, salvo si estan-do aún vivo lo sacrificáis [vosotros]; y [os está prohibido] todo aque-llo que haya sido sacrificado en altares idólatras.8

Y [os está prohibido] que intentéis saber por medio de la adivi-nación lo que el futuro os depara:9 esto es una abominación.

Hoy, quienes se empeñan en negar la verdad han perdido todaesperanza de [que abandonéis] vuestra religión: ¡no les temáis, pues,a ellos, sino temedme a Mí!

Hoy he perfeccionado para vosotros vuestra ley religiosa y os heotorgado la medida completa de Mis bendiciones, y he dispuesto queel autosometimiento a Mí sea vuestra religión.10

Pero quien se vea empujado [a usar lo prohibido] por necesidadextrema11 y no con ánimo de transgredir --ciertamente, Dios es indul-gente, dispensador de gracia.

(4) Te preguntarán qué les está permitido. Di: "Os están permiti-das todas las cosas buenas de la vida."12

Y en cuanto a esos animales de caza13 que adiestráis impartién-doles parte del conocimiento que Dios os ha impartido a vosotros --comed de lo que cacen para vosotros, pero mencionad antes el nom-bre de Dios sobre ello, y manteneos conscientes de Dios: en verdad,Dios es rápido en ajustar cuentas.

(5) Hoy se os han hecho lícitas todas las cosas buenas de la vida.Y os es lícita la comida de quienes recibieron la revelación con ante-rioridad14 y vuestra comida es lícita para ellos. Y [os están permiti-das] las mujeres creyentes [en esta escritura divina], y las mujeres deentre quienes recibieron la revelación antes que vosotros --si les dais

sus dotes, tomándolas en matrimonio, no en fornicación ni comoamantes secretas.15

Pero aquel que rechace la creencia [en Dios] --todas sus obrasserán en vano: pues en la Otra Vida será de los perdedores.16

(6) ¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! Cuando os dis-pongáis a rezar, lavaos la cara, las manos y los brazos hasta los codos,y pasaos las manos [mojadas] ligeramente por la cabeza, y [lavaos]los pies hasta los tobillos. Y si estáis en un estado que requiera laablución mayor, purificaos.17 Pero si estáis enfermos o de viaje, oacabáis de hacer vuestras necesidades, o habéis cohabitado con unamujer y no encontráis agua, recurrid a tierra limpia y pasáosla lige-ramente por el rostro y las manos. Dios no quiere imponeros la difi-cultad, sino que quiere purificaros y concederos la medida completade Sus bendiciones, para que esto os mueva a ser agradecidos.

(7) Y recordad [siempre] las bendiciones que Dios os ha conce-dido y el solemne compromiso por el que os vinculó a Sí18 cuandodijisteis: "Oímos y obedecemos". Manteneos, pues, conscientes deDios: en verdad, Dios conoce bien lo que hay en los corazones [delos hombres].

(8) ¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! Sed firmes envuestra lealtad a Dios, dando testimonio de la verdad con toda equi-dad; y que el odio hacia otros19 no os haga desviaros de la justicia.Sed justos: esto es lo más afín a la consciencia de Dios. Y mantene-os conscientes de Dios: en verdad, Dios está bien informado de todocuanto hacéis.

(9) Dios ha prometido a quienes lleguen a creer y hagan buenasobras que obtendrán perdón y una magnífica recompensa; (10) peroquienes se obstinan en negar la verdad y en desmentir Nuestros men-sajes --esos están destinados a un fuego abrasador.

(11) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Recordad las ben-diciones que Dios os dispensó cuando una gente [enemiga] estaba apunto de poneros las manos encima20 y Él contuvo sus manos.Manteneos, pues, conscientes de Dios: y que en Dios pongan los cre-yentes su confianza.

(12) Y, EN VERDAD, Dios aceptó un compromiso solemne[similar]21 de los hijos de Israel e hicimos que doce de sus jefes fue-ran enviados [a explorar Canaán].22 Y Dios dijo: "¡Ciertamente, Yoestaré con vosotros! Si sois constantes en la oración, gastáis en limos-nas, creéis en Mis enviados y les apoyáis, y hacéis a Dios un buenprestamo,23 ciertamente, he de borrar vuestras faltas y os haré entraren jardines por los que corren arroyos. ¡Pero quien de vosotros, des-pués de esto, niegue la verdad, ciertamente se habrá extraviado delcamino recto!"

EN EL NOMBRE DE DIOS, EL MÁS MISERICORDIOSO, EL DISPENSADOR DE GRACIA

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118

Notas

1. El término aqad ("compromiso" o "contrato")

designa un convenio o pacto solemne que comprome-

te a más de una parte. Según Ragib, los compromisos a

que se alude en este versículo "son de tres tipos: los

compromisos entre Dios y el hombre [e.d., las obliga-

ciones del hombre para con Dios], entre el hombre y su

alma, y entre el individuo y su prójimo" --abarcando así

toda la esfera de responsabilidades morales y sociales

del hombre.

2. E.d., en el versículo 3. Literalmente, la expre-

sión bahimat al-anaam podría traducirse por "una bes-

tia del ganado"; pero como esto sería una tautología

innecesaria, muchos comentaristas se inclinan por la

opinión de que esto quiere decir "cualquier bestia que

se asemeja al ganado [doméstico], por alimentarse de

plantas y no ser un animal depredador" (Rasi; también

Lisán al-Aarab, art. naama). En mi traducción de esta

frase he seguido esta convincente interpretación.

3. Lit., "lo que Él quiere" o "juzga conveniente":

e.d., de acuerdo a un plan del que sólo Él tiene pleno

conocimiento. Sobre la prohibición de cazar durante la

peregrinación, véanse los versículos 94-96 de este sura.

4. Lit., "ni las ofrendas, ni las guirnaldas" --alu-

sión a los animales que son traídos a Mecca en el tiem-

po de la peregrinación para ser sacrificados en el nom-

bre de Dios y cuya carne es distribuida en su mayor

parte entre los pobres. Tales animales suelen engala-

narse con guirnaldas colgadas alrededor del cuello para

distinguirlos y para evitar que sean usados por error con

fines profanos (e.d., comerciales). Véase también

2:196. -- El término shaa’ir Allah (lit., "símbolos de

Dios"), que aparece antes en la última frase, denota los

lugares reservados para ritos religiosos especiales (p.e.,

la Kaaba) y también los propios ritos religiosos. (Cf.

2:158, en donde As-Safa y Al-Marwa se denominan

"símbolos establecidos por Dios"). En este pasaje se

hace referencia en particular a los ritos de la peregrina-

ción.

5. Lit., "cuando estéis libres de las obligaciones

que conlleva el estado de peregrinación” (ida halaltum ).

6. Dado que, sin lugar a dudas, este sura fue reve-

lado en el año 10 heg. (Tabari, Ibn Kazir), resulta difí-

cil aceptar la opinión de algunos comentaristas de que

este versículo alude a los meses que desembocaron en

el tratado de Hudaibiyya, en el año 6 heg., cuando los

paganos de Quraish lograron impedir que el Profeta y

sus seguidores entraran en Mecca para hacer la pere-

grinación. En el momento de la revelación de este sura,

Mecca estaba ya en poder de los musulmanes y no

existía por tanto el problema de que los Quraish, que

por entonces eran ya en su mayoría musulmanes, fue-

ran a impedirles el acceso a ella. Debemos deducir, por

consiguiente, que la susodicha orden no puede circuns-

cribirse a una circunstancia histórica sino que tiene

carácter intemporal y general: en otras palabras, se

refiere a todo aquel que intente impedir a los creyentes

--tanto física como metafóricamente-- el ejercicio de

sus obligaciones religiosas (simbolizadas por la "Casa

Inviolable de Adoración") para así apartarles de su fe.

Es más, tomando en consideración la frase siguiente,

esta interpretación parece la única verosímil.

7. Véase 2:173.

8. Los nusub (sing. nasiba) eran altares de piedra

erigidos alrededor de la Kaaba antes del Islam, en los

cuales los paganos de Quraish solían sacrificar anima-

les a sus ídolos. Sin embargo, parece ser, por la historia

de Said ibn Aamr ibn Nufail (Bujari), que no sólo eran

sacrificadas allí víctimas propiciatorias, sino también

animales destinados al consumo ordinario, buscando

con ello una supuesta "bendición" (véase Fath al-Bari

VII, 113). Algunos filólogos consideran que la forma

nusub es singular y que su plural es ansab. En ambos

casos, el término designa una asociación con todas

aquellas prácticas que podríamos describir como "idó-

latras", y no debería tomarse simplemente en su senti-

do literal. Cf. a este respecto también el versículo 90 de

este sura y la nota 105 correspondiente.

9 Lit., "intentar adivinar [el futuro] usando fle-

chas". Esta es una alusión a las flechas adivinatorias, sin

punta ni plumas, que eran usadas por los árabes antes

del Islam para adivinar el futuro. (En Lane III, 1247

puede hallarse una descripción exhaustiva de esta prác-

tica). Como es usual con este tipo de alusiones históri-

cas en el Corán, ésta también es empleada metoními-

camente e implica una prohibición de todos los méto-

dos de adivinación o de predicción del futuro.

10. Este pasaje --que pone, por así decirlo, un

sello al mensaje del Corán-- fue revelado, según todas

las Tradiciones existentes, basadas en testimonios de

los Compañeros del Profeta, en Arafat, la tarde del vier-

nes, 9 de Dul-Hiyya del año 10 heg., ochenta y uno u

ochenta y dos días antes de la muerte del Profeta.

Ningún otro precepto legal fue revelado después de

este versículo: lo que explica la alusión a que Dios ha

perfeccionado la religión y ha otorgado la medida com-

pleta de Sus bendiciones sobre los creyentes. En él se

postula el autosometimiento (islam) del hombre a Dios

como base, o ley básica, de toda religión verdadera

(din). Este autosometimiento se expresa no sólo en la

creencia en Él, sino también en la obediencia a Sus

mandatos: y por esta razón, el anuncio de la finaliza-

ción del Corán se sitúa en el contexto de un versículo

que contiene los últimos mandamientos legales revela-

dos al Profeta Muhammad.

11. Lit., "en [un estado de] vacuidad" (fi majna-

sa). En general, esto se interpreta como "un hambre

extrema"; pero si bien esta expresión significa, en pri-

mer lugar, un "vacío provocado por el hambre", la alu-

sión a la adivinación en el versículo anterior apunta a

un uso metonímico también en el caso de majnasa: es

decir, que es aplicable no sólo a casos de hambre extre-

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119

ma (en los que es permisible comer aquellos tipos de

carne que de otro modo están prohibidos, tal como se

afirma explícitamente en 2:173) sino también a otras

situaciones en las que fuerzas mayores de carácter

excepcional y fuera del control de una persona, la obli-

guen, en contra de su voluntad, a hacer algo que nor-

malmente está prohibido por la Ley Islámica --como,

por ejemplo, la utilización de drogas estupefacientes,

cuando una enfermedad haga su uso imperativo e inevi-

table.

12. Esto implica, en primer lugar, que lo que está

prohibido no pertenece a la categoría de "las cosas bue-

nas de la vida" (at-tayyibat), y, en segundo lugar, que

todo lo que no ha sido prohibido expresamente, está per-

mitido. Hay que destacar que el Corán tan sólo prohibe

aquellas cosas o acciones que, ya sea física, moral o

socialmente, son perjudiciales para el hombre.

13. Lit., "aquellos animales entrenados para la

caza" (min al-yawarih mukal.libin). El término mukal-

.lib significa "entrenado como un perro [de caza]", y se

aplica a cualquier animal usado para cazar --un perro,

un halcón, un guepardo, etc.

14. Esta autorización, que permite compartir la

comida de los miembros de otras religiones reveladas

,excluye, por supuesto, los tipos de carne que se men-

cionan como prohibidos más arriba, en el versículo 3.

De hecho están también prohibidos explícitamente en la

Ley de Moisés; y no existe en los Evangelios nada que

indique que tales prohibiciones fueran canceladas por

Jesús: al contrario, se afirma que dijo: "No penséis que

he venido a abolir la Ley [de Moisés]...: No he venido a

abolir sino a dar cumplimiento" (Mateo 5 17). Así pues,

la laxitud que se permiten los seguidores de Jesús, pos-

teriores a Pablo de Tarso, en cuestiones de comida, no

se corresponde con lo que él practicaba y prescribía.

15. Si bien se permite a los musulmanes casarse

con mujeres de entre los seguidores de otra religión

revelada, a las musulmanas no les está permitido casar-

se con no-musulmanes: la razón de esto se encuentra en

que el Islam ordena respetar a todos los profetas, mien-

tras que los seguidores de otras religiones rechazan a

algunos de ellos --p.e., al Profeta Muhammad o, en el

caso de los judíos, a Muhammad y a Jesús. Por esto, si

bien una mujer no-musulmana que se case con un

musulmán puede estar segura de que --a pesar de todas

las diferencias doctrinales-- los profetas de su religión

serán mencionados siempre con el mayor respeto en su

entorno musulmán, una mujer musulmana que se casa-

ra con un no-musulmán se vería expuesta a tener que

soportar que, quien ella considera el Enviado de Dios,

sea insultado.

16. Este pasaje sirve, por así decirlo, de broche

final a las frases iniciales de este sura: "Oh vosotros que

habéis llegado a creer, sed fieles a vuestros compromi-

sos" --de los cuales la creencia en Dios y la aceptación

de Sus mandamientos, son los principales. Va seguido

inmediatamente de una alusión a la oración, pues es pre-

cisamente en la oración donde la dependencia del hom-

bre de Dios encuentra su expresión más consciente y

deliberada.

17. En el versículo 4:43 y sus correspondientes

notas, podrá hallarse una explicación de este pasaje y

del siguiente. La alusión que aquí se hace a la oración

enlaza con la última frase del versículo anterior, que

habla de la creencia en Dios.

18. Lit., "Su solemne compromiso por el que Él os

vinculó". Dado que el compromiso lo hacen los creyen-

tes con Dios y no Él con ellos, el pronombre posesivo

en "Su compromiso" sólo puede tener un significado: a

saber, la vinculación que Dios establece así entre los

creyentes y Él Mismo.

19. Lit., "una gente".

20. Lit., "alargar sus manos hacia vosotros": alu-

sión a la debilidad de los creyentes al comienzo de la

revelación coránica e --implícitamente-- a la debilidad

inicial de todo movimiento religioso.

21. La interpolación de "similar" se justifica por la

clara alusión al versículo 7 más arriba. El compromiso

fue similar, por referirse también a la obediencia a los

mandamientos de Dios.

22. Lit., "y enviamos a doce de sus jefes". Esta es

una alusión a la historia bíblica (Cf. Números, 13),

según la cual Dios ordenó a Moisés que enviara a una

personalidad destacada de cada una de las doce tribus

"para explorar la tierra de Canaán" antes de que los hijos

de Israel la invadieran. (El sustantivo naqib, traducido

aquí por "jefe", tiene también el significado de "investi-

gador" o "espía", ya que se deriva del verbo naqaba,

que significa, entre otras cosas, "inspeccionar" o "inves-

tigar"). El posterior conato de rebelión de los hijos de

Israel --provocado por su miedo a las poderosas tribus

que habitaban Canaán (Cf. Números, 14)-- es mencio-

nado brevemente en la primera frase del versículo 13 y

descrito con más detalle en los versículos 20-26 de este

sura.

23. E.d., haciendo buenas obras.

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121

1. Transmitido de Yaber: “El Profeta, la paz sea con él, maldijo a quien

cobra interés y a quien lo paga, al escribano y a los dos testi-gos de la transacción, y dijo: ‘Son todos iguales [de culpa-bles]’”.

Muslim, Kitab al Buyuu, Bab laani akili ar-

riba wa muaakilihi; también en Tirmidi y

en el Musnad de Ahmad.

2. Yaber ibn Abdallah, en su testimonio sobre la Peregrinación de la

Despedida del Profeta, dijo: “El Profeta, la paz sea con él, se diri-

gió a la gente, y dijo: ‘Queda anuladatoda la riba de la época anterior al Islam(Yahiliyya —lit., “ignorancia”). La pri-mera riba que anulo es nuestra riba, lade Abbas ibn Abd al-Muttalib [tío delProfeta]; queda cancelada por comple-to’”.

Muslim, Kitab al-Hach, Bab Hach al-Nabí,

la paz sea con él; también en el Musnad de

Ahmad.

3. Transmitido de Abdallah ibn Hansalah:

“El Profeta, la paz sea con él,dijo: ‘Un dirham2 de riba que un hombre recibe a sabiendas,es peor que cometer adulterio treinta y seis veces’”.

Mishkat al-Masabih, Kitab al-Buyuu, Bab

ar-Riba, tomado de Ahmad y Darqutni.

Baihaqi incluye también este hadiz en Shuaab

al-imáncon la adición, “El infierno es el justo

merecido de aquellos cuya carne ha sido

nutrida con lo ilícito” (ibid.).

4. Transmitido de Abu Huraira:“El Profeta, la paz sea con él, dijo: ‘En la noche de

la Ascensión me encontré con una gente cuyos estómagos erancomo casas en las que, desde afuera, se veían serpientes.

Pregunté a Gabriel quiénes eran. Respondió que eran gentesque habían cobrado interés’.”

Ibn Maya, Kitab at-Tayarat, Bab at-taglisi

fi ‘r-riba; también en el Musnad de Ahmad.

5. Transmitido de Abu Huraira: "El Profeta, la paz sea con él, dijo: ‘La riba tiene setenta divisiones, de las cuales la

más leve es equivalente al incesto de un hombre con su propiamadre’."

Ibn Maya, ibid.

6. Transmitido de Abu Huraira:"El Profeta, la paz sea con él,

dijo: ‘Ciertamente, llegará una época ala humanidad en la que todo el mundoaceptará riba y aunque alguien no lohaga, su polvo le alcanzará’."

Abu Da’ud, Kitab al-Buyuu, Bab fi ichti-

nabi ‘l-shubuhat; también en Ibn Maya.

7. Transmitido de Abu Huraira: "El Profeta, la paz sea con él,

dijo: ‘Dios prohibirá justamente el acce-so de cuatro personas al paraiso osiquiera gustar sus bendiciones: al bebe-dor habitual, al que cobra riba, al queusurpa la propiedad de un huérfano sin

derecho, y al que es desconsiderado con sus padres.’" Mustadrak de Hakim, Kitab al-Buyuu.

1. Transmitido de Usama ibn Seid: “El Profeta, la paz sea con él, dijo: ‘No existe riba

excepto en nasiiah [aplazamiento]’ ."Bujari, Kitab al-Buyuu, Bab baia al-dinari

bi’l-dinar nasaan; también en Muslim y en

el Musnad de Ahmad. "No existe riba en

las transacciones de toma y daca [en el

DICHOS DEL PROFETA MUHAMMAD ACERCA DE LA RIBA1

Traducción y Notas: AbdurRasak Pérez

GENERAL

RIBA AN-NASIIAH

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122

acto]." Muslim, Kitab al-Buyuu, Bab baia at-

taami mizlan bi mizlin; también en Nasa’i.)

2. Transmitido de Ibn Masuud: “El Profeta, la paz sea con él, dijo:‘Aunque el interés sea cuantioso, está abocado a acabar en

mezquindad’."Ibn Maya, Kitab at-Tiyara, Bab al-taglisi fi

‘r-riba; también en el Musnad de Ahmad.

3. Transmitido de Anas ibn Malik: “El Profeta, la paz sea con él, dijo:‘Cuando uno de vosotros haga un préstamo y el beneficia-

rio le ofrezca un plato, no deberá aceptarlo; y si el beneficia-rio le ofrece un animal como cabalgadura, no deberámontar, excepto si ambos solían ya intercambiartales favores con anterioridad’."

Sunan de Baihaqi, Kitab al-Buyuu, Bab

kul.li qardin yarra manfaatan fa hua riban.

4. Transmitido de Anas ibn Malik: “El Profeta, la paz sea con él, dijo: ‘Si alguien hace un préstamo a otro, no deberá aceptar de

él regalo alguno’." Mishkat, op. cit., tomado del Tarij de

Bujari y de al-Muntaqa de Ibn Taimiyya.

5. Transmitido de Abu Burda ibn Abi Musa: "Visité Medina y me encontré con Abdallah ibn Salam, que

me dijo, ‘Vives en un país en el que la riba está muy extendida; por ello, si alguien que te debe algo te regala una carga de

heno, o una carga de cebada, o una cuerda, no loaceptes porque es riba’. "

Mishkat, op. cit., tomado de Bujari.

6. Fadala ibn Ubaid dijo:

"El beneficio obtenido de un préstamo es uno de los dife-rentes aspectos de la riba."

Sunan de Baihaqi, op. cit.) Este hadiz es

mauquf, es decir que no es necesariamente

del Profeta; podría ser una explicación del

propio Fadala, que fue Compañero del

Profeta, la paz sea con él.

RIBA AL-FADL

1. Transmitido de Umar ibn al-Jattab:"El último versículo en ser revelado era sobre la riba y el

Profeta, la paz sea con él, falleció sin habérnoslo explicado;así pues, abandonad no sólo la riba sino también la ribah.”

Ibn Maya, op. cit.

2. Transmitido de Abu Said al-Judri:"El Profeta, la paz sea con él, dijo:

‘No vendáis oro por oro, excepto si es igual porigual, sin que lo uno exceda a lo otro; y no vendáisplata por plata, excepto si es igual por igual, sin quelo uno exceda a lo otro; y no vendáis lo que no tenéis

en mano [de éstos] por lo que está a mano’."Bujari, Kitab al-Buyuu, Bab baia al-fidda-

ti bi ‘l-fiddah; también en Muslim,

Tirmidi, Nasa’i y en el Musnad de Ahmad.

3. Transmitido de Ubada ibn as-Samit: "El Profeta, la paz sea con él, dijo: ‘El oro que se venda

por oro, [así como la] plata por plata, el trigo por trigo, lacebada por cebada, los dátiles por dátiles, o la sal por sal --deben ser iguales en calidad y medida, y en mano; si las mer-cancías difieren, podéis entonces vender como queráis, siem-pre que el canje sea en mano’."

Muslim, Kitab al-Buyuu, Bab as-sarfi wa

baia ad-dahabi bi ‘l-waraqi naqdan; tam-

bién en Tirmidi. Existe un hadiz similar

transmitido de Abu Said al-Judri, que

añade: "Quien pague más, o cobre más, ha

incurrido en riba. El que la entrega y el

que la recibe son igual [de culpables]."

(Muslim, ibid; y en el Musnad de Ahmad.)

4. Transmitido de Abu Said y Abu Huraira:"Un hombre contratado en Jaibar por el Profeta, la paz sea

con él, compró para él yanibs [dátiles de excelente calidad]. Alpreguntarle el Profeta si todos los dátiles de Jaibareran como esos, el hombre respondió que no era asíy añadió, ‘dan un saa [una medida] de esta clase acambio de dos o tres [de la otra clase]’. El Profeta, la

paz sea con él, respondió: ‘No lo hagas. Vende [los dátiles debaja calidad] por dirhams y luego usa los dirhams para com-prar yanibs. [Cuando se cambian dátiles por dátiles] deben serde igual peso’."

Bujari, Kitab al-Buyuu, Bab ida arada

baia tamrin bi tamrin jairun minhu; tam-

bién en Muslim y en Nasa’i.

5. Transmitido de Abu Said: "Bilal trajo al Profeta, la paz sea con él, cierta can-tidad de dátiles barni [de buena calidad] y el Profetale preguntó como los había conseguido. Bilal respon-

dió: ‘Tenía algunos dátiles de peor calidad que cambié porestos --a dos saas por saa’. El Profeta dijo: ‘¡No! ¡Eso es exac-tamente riba! No lo hagas, sino que cuando quieras comprar,vende los dátiles de inferior calidad por algo [al contado] y

luego compra los dátiles mejores con lo que hayassacado’."

Muslim, Kitab al-Buyuu, Bab at-taami

mizlan bi mizlin; también en el Musnad de

Ahmad.

6. Transmitido de Fadala ibn Ubaid al-Ansari:"Compré en el día [de la victoria] de Jaibar un collar de

oro y perlas por doce dinares. Se lo mencioné al Profeta, lapaz sea con él, y él dijo, ‘[Las joyas] no deben venderse antesde que sus partes sean valoradas por separado’."

Muslim, Kitab al-Buyuu, Bab baia al-qila-

da fiha jarazun wa dahab; también en

Tirmidi y en Nasa’i.

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7. Transmitido de Abu Usama:"El Profeta, la paz sea con él, dijo: ‘Quien hace una reco-

mendación para su hermano y acepta un regalo que éste leofrece, ha entrado en la riba por una de sus puertas mayores’."

Bulug al-Maram, Kitab al-Buyuu, Bab ar-riba, tomado de las recopilaciones

de Ahmad y Abu Da’ud.

8. Transmitido de Anas ibn Malik:"El Profeta, la paz sea con él, dijo: ‘Engañar a un mustar-

sal [un incauto que entra en un mercado] es riba’."Suyuti, al-Yamii as-Sagir , bajo el término gabn; Kans al-Ummal, Kitab al-

Buyuu, al-Bab az-zani, al-fasl az-zani, tomado del Sunan de Baihaqi.

9. Transmitido de Abdallah ibn Abi Aufa: "El Profeta, la paz sea con él, dijo: ‘Un nayish [alguien que

puja para que suba el precio en una subasta] es un malditoreceptor de riba’."

Citado por Ibn Hayar al-Aasqalani en su comentario del Bujari conocido

como Fath al-Bari, Kitab al-Buyuu, Bab al-naysh; también Suyuti, Al-Yamii

as-Sagir, bajo el término an-nayish , y Kans al-Ummal, op. cit., que lo toman

ambos de Al-Kabir de Tabarani.

Notas

1. Riba significa literalmente "incremento", "adición", "expansión" o "creci-

miento". El Islam, sin embargo, no proscribe todo incremento o crecimiento. En la

Sharia, riba es el término técnico empleado para indicar la "bonificación" que ha de

pagar el beneficiario de un préstamo al prestamista, junto con el capital principal,

como condición para que aquel se conceda o para que se extienda su plazo. En este

sentido, la riba tiene, según el consenso unánime de los juristas musulmanes (fuqa-

ha’), el mismo significado y alcance que el "interés".

Por el contrario, tal como apunta Malik en el Muwatta’, en un modelo de tran-

sacción justo:"No hay mal en que alguien que haya tomado prestado oro, plata, ali-

mentos o animales, devuelva a quien se lo prestó, algo mejor que lo que recibió en

préstamo, cuando esto no es una estipulación entre ellos ni una costumbre. Si es por

estipulación, o promesa o costumbre, entonces es reprobable, y no hay en ello bien

alguno." Y prosigue: "Esto es porque el Profeta, la paz sea con él, pagó su deuda con

un camello excelente de siete años en lugar del camello joven que había recibido en

préstamo, y Abdullah ibn Umar tomó prestada cierta cantidad de dirhams, y los devol-

vió con dirhams mejores, y cuando se le llamó la atención sobre el hecho, dijo: ‘Lo sé,

pero me complace que sea así’. Si tal acción procede de la bondad del que recibió el

préstamo, es aceptable y no hay mal en ello."

2. Moneda de plata usada tradicionalmente en varias épocas y países islámicos,

y que equivale a unos 3.5 gramos.

3. El término nasiiah proviene de la raiz nasaa, que significa "aplazar", "diferir",

o "esperar". En la Sharia designa el tiempo que se concede al beneficiario de un prés-

tamo para que lo devuelva, a cambio de una "bonificación" o "añadido". Por tanto,

riba an-nasiiah denota el interés en los préstamos usurarios. Es en este sentido en el

que se usa el término en el Qur’an, en el versículo "Dios ha hecho lícito el comercio

y ha prohibido la usura[riba]" (2:275). La prohibición de la riba an-nasiiah implica

esencialmente que la fijación anticipada de un incremento de la cantidad a devolver

en un préstamo, como compensación por la espera, no está permitido en la Sharia. Es

indiferente que el interés sea un porcentaje fijo o variable del principal, o bien una can-

tidad fija a pagar por adelantado o al vencimiento, o un regalo o servicio que se reci-

ba como condición del préstamo. El elemento esencial es la bonificación predetermi-

nada para la devolución del préstamo. No existen en absoluto diferencias entre las

escuelas de jurisprudencia islámica sobre que la riba an-nasiiah está prohibida

(haram), y que la naturaleza de tal prohibición es estricta, absoluta e inequívoca.

4. El término fadl (lit., "excelencia" o "predilección" o "superioridad"), denota en

este contexto la existencia de un elemento, en una de las partes del trato, que le apor-

ta una ventaja sobre la otra en la transacción. Este elemento puede tomar formas muy

distintas, como puede verse en el conjunto de los hadices reunidos bajo este encabe-

zado. La riba al-fadl, al contrario que la riba an-nasiiah, no estaba tipificada como

práctica comercial indeseable antes del Islam, y su proscripción responde a los más

estrictos criterios éticos que la legislación islámica introduce en todos los aspectos de

la actividad humana y, por tanto, también en el comercio. -- En cuanto al hadiz de

Usama ibn Seid (#3), que a primera vista parece presentar una transacción a todas

luces improductiva, "El oro por oro, la plata por plata,...etc., iguales en cantidad y cali-

dad y en mano...", lo que se quiere indicar es que en todas las transacciones en que

estas materias de primera necesidad se truequen, previo peso o medida, por mercan-

cias de la misma clase, el trato debe ser escrupulosamente justo, sin que entre en él

ningún elemento, en los parámetros de calidad, cantidad y forma de pago (--pues, tam-

bién la dilación en el pago desequilibraría la transacción al introducir en ella la incer-

tidumbre de un pago futuro--) cuya discrepancia pueda conducir a un abuso, y si no

es posible, entonces deberá usarse el dinero como vehículo de comercio, para vender

y comprar dichas mercancías (hadices #4 y 5).

5. Ribah proviene de raib, que significa "duda" o "sospecha", y se refiere aquí a

ingresos que se asemejan a la riba o que despiertan sospechas en la mente acerca de

su rectitud. Cubre, por tanto, todos los beneficios derivados de la injusticia para con,

y de la explotación de, otros.

6. Del Lat. Denarius. Moneda de oro de aproximadamente cuatro gramos.

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LIBROSLIBROS

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FARUQUI, MUHAMMAD IQTEDAR. “Plants of the Qur´an”. Sidrah Publishers. Lucknow 1989.

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MUTAHHARI, ALLAMAH. TABATABAI, ALLAMAH Y

KHUMAYNI, IMAM. “LIGHT WITHIN ME.” ANSARIYA

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VARIOS AUTORES. “The world of Islam: Faith, people,cultu-re.” Thames and Hudson Ltd. London 1994.

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IRVING, TOMÁS. “El cautiverio babilónico de Andalucía”.Publicaciones de la Mezquita Madre. Iowa. 1989

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PUBLICACIONES RECIBIDASPUBLICACIONES RECIBIDAS

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REVISTASREVISTAS Y PERIÓDICOSY PERIÓDICOS

AL YAMA’ARevista Mensual, nº 25. Editado por la Comisión Islámica deMelilla. 1996

INETEMAS

Publicación del Instituto de Estudios Transnacionales de Córdoba.Verano 96. Año III. Nº 7.

MAHJUBAHThe Islamic Magazine for Women. Núms. 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11.Islamic Thought Foundation. Teherán 1994.

INSHA ALLAHRevista trimestral núms. 3, 4 y 7. Asociación Cultural Insha Allah.Barcelona 1995.

ISLAMIC FUTURE Publicación mensual. World Assembly of Muslim Youth. Riyadh.Octubre, 1996.

PERIODICA ISLAMICA Volume 4. Number 1. Berita Publishing. Kuala Lumpur 1994.

PROYECCIONTeología y Mundo Actual. Facultad de Teología de Granada. 182.Julio-Septiembre 1996.

MUSLIM KALEIDOSCOPE Volume 1. Issue 3. America Publishing House. Seattle W.A. 1996

SISTERSThe magazine of dialogue among Muslim women. Premiere issue.America Publishing House. Seattle. W. A. August-September 1996

ECHO OF ISLAM

An International Socio-Political Journal. Islamic Thought

Foundation. Nº 146. August 1996

KAYHAN INTERNATIONALKayhan Group of Newspapers. Teherán. September 1996(Varios números).

Q-NEWS INTERNATIONAL Q-News international Ltd. Wembley. U.K. September 1996

DIF, MALIKA. “Ser mujer musulmana.”Suplemento al núm. 3 de InshaAllah. Barna. 1995

CHOYE, FÁTIMA. “Estudio de algunos conceptos coránicosen la Biblia.”Suplemento al núm. 4 de InshaAllah. Barna 1995

LOS ÁNGELES (Malaikas).

Suplemento al núm. 7 de Insha Allah. Barcelona 1996.

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Una de las cuestiones que más preocupan hoy a los teóricos del pensamiento posmoderno es el de la legi-timación de los saberes y de las ciencias. Los relatos que hasta ahora sustentaban los distintos discur-

sos --científico, filosófico, sociológico, etc. -- del mundo civilizado y civilizador se diluyen en el vasto océa-no de los lenguajes y herramientas que articulan la era de la información. Sin embargo, en la práctica sedesempolvan viejos capítulos de esos mismos relatos seculares.

Apesar de que las nuevas tecnologías prometen una igualdad de oportunidades en el acceso a la infor-mación y a los medios de comunicación, éstos están aún sometidos a la tiranía de los viejos --por

modernos-- relatos legitimadores.Ya hemos señalado en Verde Islam, la importancia estratégica que paraalgunos sigue teniendo la conformación de la imagen de un Otro distinto, diferente, disidente de ese MundoFeliz que precisamente nos prometen incesantemente los iconos de la potente cultura de la imagen.

Que no es un problema nuevo lo demuestran los propios relatos. Pero que adquiere hoy un valor distin-to lo apuntan la creciente complejidad del mundo en que vivimos y la naturaleza paradógica de las pro-

puestas. Junto a la descripción consensuada del Oriente contemporáneo, actualización del discurso orienta-lista tradicional, que denota las carencias y maldades de un mundo incapaz de ofrecer una alternativa salu-dable, se escribe también otra distinta, crítica y analítica, que trata de encontrar algunas de las razones quese esconden tras el nuevo y no tan refinado maniqueísmo de los medios de comunicación.

La propia revisión del término “Orientalismo” con toda la carga política e ideológica que conlleva, nosremite a la génesis y desarrollo de los más importantes imperios coloniales. La realidad contemporánea

de muchos países de mayoría musulmana es, en gran medida, consecuencia de lo relatado por los orienta-listas. El próximo número de Verde Islam tratará el tema del orientalismo, partiendo de uno de los más lúci-dos análisis que sobre el tema se han hecho, el del escritor palestino Edward Said, cuyo pensamiento dis-curre con la lucidez de quien ha conocido y vivido los efectos de las ideas y de las formas culturales en eldestino de esos pueblos que están en trance de perder, ya no la guerra, sino la misma historia.

Através de una investigación de Lingüística Histórica, Zahra Contreras nos conduce por los avatares deuna lengua, el Árabe, que en nuestro país vivió episodios esplendorosos, sufrió persecución y quedó

adherido en múltiples expresiones y términos en el habla de los españoles contemporáneos.

La organización de los musulmanes españoles es hoy una de las tareas prioritarias de las distintas comu-nidades. El proceso vivido en otros países europeos puede servir de referencia en algunos casos, aun-

que las problemáticas sean diferentes. El caso de Holanda resulta especialmente interesante, por lo queincluiremos un informe sobre la organización islámica en este país.

Asimismo, incluiremos, inshaAllah, un trabajo crítico del profesor Mikel de Epalza sobre los nombresdel profeta Muhammad, la paz y las bendiciones sean con él, recogidos, fundamentalmente, de hadi-

ces y de otros textos de la tradición islámica.

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JuntaIslámica

FuentedeArriba. ALMODÓVARDELRIO 14720(Córdoba)-FAX:957-338041

Has de saber que todo lo bueno sereúneenlagenerosidadde darse uno mismo y en la generosidad con el dinero.El valordelsímismoesmayorqueelvalordeldinero.Todo el valor que tienen los seresestáresumidoenlaayudaalsí mismo y a las criaturas de la Creación.Estoesposibleenlacompañía de un sabio que reconoce losaspectossutilesdelosseres mismos y viaja por la tierra que habitan.Se hadichoquetodo lobuenoestácontenidoen el darse y que l omalo reside en oponerse.