introducciÓn - hijas de cristo rey · como un itinerario de progresiva asimilación de los...
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INTRODUCCIÓN
Conscientes de que la humanidad se halla hoy en un período
nuevo de su historia, caracterizado por cambios profundos y
acelerados que no dejan indiferentes a la Vida Religiosa y,
ante la necesidad de acoger las intuiciones y los pasos que
se han ido dando en la renovación eclesial e institucional,
surge la necesidad de nuevos planteamientos que afectan
fundamentalmente al campo de la Formación.
El Instituto, consciente de la importancia de una formación
integral para realizar la misión que la Iglesia le ha
encomendado, en 1995 revisó y adaptó el Plan de Formación
que, en 1984, se ofreció a cada Hija de Cristo Rey. Este Plan
supuso un gran impulso a la interiorización de la propia
identidad carismática, como elemento clave para responder
a la llamada del Señor, a seguirle más de cerca y hacerle
reinar en todos los corazones.
Valoramos las aportaciones recibidas de este Documento
que nos han servido como base para responder a la llamada
que el XX Capítulo General nos hizo: “tomar conciencia de
la corresponsabilidad que tenemos de la formación integral
en todas las etapas, para vivir como Hijas de Cristo Rey en
una comunidad en misión”. Esta llamada llevaba implícita
una revisión del Plan de Formación. Revisión que el
Capítulo pidió al Gobierno General.
Hoy la formación viene considerada como un camino de
progresiva configuración con los sentimientos de Cristo que
2
dura toda la vida e implica un dinamismo constante que
compromete a la persona a vivir en proceso su propia
formación.
En el intento de responder a las nuevas exigencias
formativas hemos considerado más adecuado cambiar el
término Plan por Itinerario ya que este da a la formación
un sentido de proceso y dinamicidad, así como de
personalización. . Va dirigido a cada Hija de Cristo Rey que,
al acogerlo y hacerlo suyo, avivará el proceso de
revitalización que necesita hoy la vida religiosa en nuestro
Instituto.
El trabajo comenzó en la Pascua de 2009, en Roma, con una
Comisión internacional coordinada por la Consejera General
de Formación. Durante dos años, en una búsqueda conjunta
y queriendo ser fieles a nuestros documentos
institucionales, la Comisión revisó y enriqueció el Plan de
Formación desde las orientaciones de la Iglesia y los retos
que nuestro mundo plantea a la vida consagrada.
Terminada la elaboración del Itinerario, la Comisión lo
presentó al Gobierno General para su estudio y aprobación.
El camino participativo que se ha seguido ha enriquecido
tanto al propio Documento como a las mismas hermanas
que han colaborado en el proceso.
Este Itinerario expresa con mayor amplitud lo que serían
los fundamentos de nuestra formación. Parte de un análisis
del momento histórico desde los distintos contextos
culturales en los que nos encontramos. Continúa con unas
3
pinceladas sobre la persona, desde una visión antropológica
cristiana, en sintonía con los rasgos carismáticos y la
riqueza de nuestra espiritualidad y desarrolla en
profundidad el modo de entender la formación hoy, con una
pedagogía y unos ejes que acompañan todo el proceso
formativo y van consolidando la identidad de la Hija de
Cristo Rey.
PRESENTACION DEL CONTENIDO
El documento contiene:
Parte Primera:
FUNDAMENTOS DE NUESTRA FORMACIÓN COMO
HIJAS DE CRISTO REY
Recoge la filosofía del documento. Cómo entendemos la
formación, en qué se fundamenta y hacia dónde se dirige.
Dentro de esta parte:
1. CONTEXTO:
Encontramos algunos rasgos del mundo actual, con su doble
mirada positiva y negativa que nos ayudan a situarnos y
nos aportan un marco real a la acción formativa.
2. LA PERSONA:
Se define el modelo antropológico cristiano de la Hija de
Cristo Rey, como aquel en el que Cristo es el centro de la
persona. Nuestro itinerario formativo considera en su
modelo antropológico:
4
2.1. La base humana
2.2. La dimensión cristiana de la formación
2.3. La luz que recibe del carisma de José Gras
3. OPCIÓN POR JESUCRISTO REY
Una breve descripción de la experiencia
cristocéntrica de José Gras, de la cual es fruto nuestro
Instituto.
La vivencia de los consejos evangélicos como desafío
para los hombres y mujeres de hoy, buena noticia y
profecía del Reino.
La llamada a seguir a Jesús como con-vocación:
Vivencia de la consagración y la misión en comunidad.
4. EL PROCESO FORMATIVO DE LA HCR:
Nuestra formación se presenta, a lo largo de toda la vida,
como un Itinerario de progresiva asimilación de los
sentimientos de Cristo.
4.1. Concebimos nuestra formación como un camino que hay
que recorrer durante toda la vida en proceso constante de
maduración y con unos rasgos que la caracterizan:
dinámica, en crecimiento
integral e integradora
que opta por la persona
vivida en experiencia de conversión que consolida
nuestra identidad con un sentido de revitalización de
nuestras vidas.
4.2. El Objetivo de esta Formación: Ayudar a cada Hija de
Cristo Rey, ya desde el comienzo de su formación, a realizar
5
la tarea nunca terminada, e ir madurando en la
identificación con el carisma del Instituto.
4.3. Tiene una pedagogía
Nuestro camino de formación requiere conducir el proceso
con un estilo pedagógico que ayude a vivir el talante que se
desprende de nuestro carisma:
Pedagogía del amor: la relación basada en el amor es
la más potente fuerza de la formación de la persona.
Pedagogía motivadora: Ayuda a descubrir las
motivaciones que nos llevan a optar en la vida.
Pedagogía experiencial: facilita aprender desde la
vida y para la vida.
4.4. Cuenta con unos medios que nos ayudan a aprender de
la vida, a escuchar a Dios y a los hermanos, y a asimilar con
fidelidad nuestra espiritualidad y carisma.
Son los siguientes:
La escucha y aceptación creyente de la vida
La interiorización, la reflexión y el silencio
La oración personal
La oración comunitaria.
La Eucaristía
La comunidad cristiana.
El Proyecto Personal
El Proyecto Comunitario
El Proyecto Provincial de Formación
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4.5. Con unos Agentes que son los responsables directos de
la Formación:
El Espíritu Santo
El Gobierno General
ElGobierno Provincial
Las Superioras de comunidades
Las Formadoras
La hermana
La comunidad local
4.6. Y con unos factores que influyen en el Proceso
Formativo. Son aquellas realidades que sin tener una clara
intencionalidad pedagógica, vivimos en clave formativa:
El entorno sociocultural concreto.
Las relaciones.
Medios de comunicación y las Nuevas Tecnologías
Los acontecimientos del día a día
Los estudios
La familia
4.7. Tiene unos ejes transversales que acompañan todo
proceso formativo y van consolidando nuestra realidad de
HCR. Recorren las distintas etapas de la vida y tocan todas
las dimensiones: humana, espiritual, fraterna y apostólica.
Estos ejes transversales son:
La Palabra de Dios.
El sentido eclesial.
La Palabra Institucional.
7
El discernimiento.
El acompañamiento
La Misión Educativa
La Inculturación – Interculturalidad
4.8. Desafíos del momento actual para la formación:
La creación “hábitat” de la persona humana
Espiritualidad del diálogo y la reconciliación como
vía hacia la paz.
Parte segunda: ETAPAS
Etapa previa
Después del acompañamiento vocacional, indicado por el
Instituto en el Plan de Pastoral Vocacional, se incluye, en
este Itinerario, una Etapa previa que sirve de preparación
inmediata a la etapa del Postulantado. Permite a la joven
hacer una experiencia de vida en el Instituto, para poder
discernir su vocación.
Postulantado
Etapa de formación que prepara y precede al Noviciado.
Supone un encuentro entre la aspirante y el Instituto para
facilitar el conocimiento mutuo. La joven discierne sus
motivaciones al tiempo que conoce el estilo de vida y el
sentido apostólico de la HCR.
Noviciado
Es el comienzo de la vida en el Instituto, en el que se
interioriza y se va madurando la vocación. Se prioriza una
8
fuerte experiencia de Dios. Es un tiempo privilegiado de
iniciación y profundización del carisma, en un proceso de
configuración con la propia identidad y pertenencia al
Instituto.
Juniorado
Es tiempo de consolidación del seguimiento a Jesucristo Rey
en el Instituto. Posibilita un proceso de integración que
prepare a la hermana para la Profesión definitiva en el
mismo y asegure el crecimiento en la identidad y el sentido
de pertenencia. Conviene favorecer una experiencia
apostólica y comunitaria suficientemente rica que le ayude
al discernimiento vocacional.
La etapa de preparación a la Profesión Perpetua tiene su
esquema específico para favorecer mejor los objetivos que se
pretenden.
Otras etapas de la vida
Tal y como ha sido concebido el Itinerario Formativo, este
bloque apoya la idea de la formación como un proceso
continuo que no acaba. Se orienta la formación en los
distintos ciclos vitales considerando lo que tienen de más
específico. Solo se señalan algunos matices característicos
de la etapa y pistas por donde puede ir encaminada la
formación en cada momento de la vida.
Se contemplan distintos momentos de Renovación espiritual
para favorecer una experiencia de Dios que permita
confrontar la vida a la luz del Evangelio y de nuestro propio
carisma.
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PARTE PRIMERA:
Fundamentos de nuestra formación como
Hijas de Cristo Rey
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11
12
1. CONTEXTO
Conscientes de que hemos de “poseer una profunda
experiencia de Dios y tomar conciencia de los retos del
propio tiempo”1, la formación de las Hijas de Cristo Rey
prepara para contemplar con mirada de fe nuestro mundo,
pero no está al margen de los contextos culturales donde
vivimos y nos movemos.
Tras los acontecimientos de la historia se esconde
frecuentemente la llamada de Dios a trabajar según sus
planes2, por ello necesitamos conocer y comprender el
mundo en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones y el
sesgo dramático que con frecuencia le caracteriza3. La
humanidad se halla hoy en un período nuevo de su historia,
caracterizado por cambios profundos y acelerados que no
dejan indiferente a la vida religiosa 4.
Estos cambios traen consigo grandes paradojas:
El ser humano se siente hoy más incierto que nunca
de sí mismo, pero esto le está abriendo a la difícil tarea de
replantearse sus convicciones más profundas y resituarse
ante nuevas búsquedas de sentido.
1 VC 73
2 cf. “Un Itinerario formativo para una Vida Religiosa profética” Comisión Justicia, Paz, Integridad de la Creación (JPIC) de la
Unión de Superiores Generales, n. 24 3 cf. GS 4 4 Ibíd.
13
Vivimos en un mundo globalizado en el que se borran
fronteras y el bien de toda la familia humana se siente como
un asunto de corresponsabilidad universal. Sin embargo, se
amplía la brecha entre los que tienen a su disposición tantas
riquezas, poder y posibilidades y los que son excluidos de
todo ello.
El ser humano está alcanzando hoy un agudo sentido
de la libertad, pero entretanto, van surgiendo nuevas
formas de esclavitud social y psicológica.
Los medios de comunicación social son hoy mejores
que nunca y contribuyen a difundir con rapidez los modos de
pensar y sentir, así las relaciones humanas se multiplican
sin cesar, pero ello no promueve siempre las relaciones
auténticamente personales.
También en el seno de esta humanidad, surgen nuevas
iniciativas como la creación de redes solidarias, sensibilidad
hacia lo ecológico, y la preocupación por la integridad de la
creación, la búsqueda de lo trascendente, el reconocimiento
de la dignidad humana y el respeto de sus derechos, así
como la tolerancia y atención a lo diferente.
Tampoco la cultura juvenil es ajena al cambio de
mentalidad y de estructuras en el mundo actual, que va
perfilando en la juventud unos rasgos característicos de los
que también participan las jóvenes que son llamadas a vivir
nuestro estilo de vida, y que señalamos a continuación:
Tienen una fuerte e impetuosa tendencia a la
búsqueda de sentido de la vida, a la solidaridad, al
14
compromiso social e incluso a la misma experiencia
religiosa. No han perdido la capacidad de cosas grandes,
siguen aspirando a un ideal.
Habituadas a la comunicación audiovisual y de redes
sociales, tienen un nuevo modo de concebir las relaciones,
más globalizado, sin fronteras, pero con fuertes carencias
para el encuentro interpersonal y donde el concepto de lo
personal y privado desaparece.
Buscan una preparación y formación cultural que les
lleve a entrar en el mundo laboral.
Se mueven en contextos de calidez afectiva, con
nuevas formas de encuentro desde lo corporal afectivo.
Viven con una gran turbulencia emocional. Tienen muy rico
el mundo de la emoción. Buscan seguridades, motivadas
desde su propia vulnerabilidad y fragmentación personal.
Valoran las relaciones significativas y la pertenencia
a grupos de referencia aunque al mismo tiempo buscan, a
toda costa, autonomía e independencia.
Vienen de una cultura que crea muchas necesidades
e invita a un consumismo incontrolado. Viven en un
ambiente en el que prevalece la “ética-estética”,
enganchadas a las marcas en el vestir y a los
comportamientos estereotipados, lo cual provoca que su
identidad esté más fundada en lo externo que en el interior.
Viven muy pendientes de sí mismas.
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Tienen miedo al compromiso estable, se entregan por
atracción, por seducción pero no por responsabilidad ni
compromiso.
Son muy críticas, sobre todo con las demás. Valoran
el ser “auténticas”, que una diga lo que es de verdad y no lo
que le gustaría ser.
Reflejan a menudo la precariedad de la formación
religiosa recibida y el alejamiento de la Iglesia.
No obstante, estos rasgos tienen sus matices propios
dependiendo de los contextos en los que se vive, porque
vivir en un mundo globalizado no significa necesariamente
pertenecer a un mundo “uniforme”. Es por ello necesario
conocer el contexto sociocultural donde nos encontramos las
Hijas de Cristo Rey, así como el universo cultural donde nos
movemos cada una para integrar en nuestro proceso
formativo todo lo que produce vida en los distintos
contextos.
2. LA PERSONA
Modelo antropológico de la Hija de Cristo Rey
Para nosotras, Hijas de Cristo Rey, es importante partir del
modelo de persona que queremos formar: El modelo
antropológico cristiano en el que Cristo es el centro de la
persona.
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Sabemos que la formación en la vida consagrada, no es solo
la adquisición de unos conocimientos, sino la ayuda al
desarrollo progresivo de la persona, que la lleve a una
coherencia de vida cada vez mayor, a la progresiva
asimilación de los sentimientos de Cristo y a la
identificación con los valores carismáticos propios.
Es central en el proceso formativo la preparación de la
persona para consagrarse totalmente a Dios en el
seguimiento de Cristo y al servicio de la misión5. Por esta
razón consideramos que desde los inicios, en la formación se
debe partir de la base humana y cristiana y que esta debe
ser materia de reflexión, discernimiento y cuidado a lo largo
de toda la vida.
Por ello, nuestro itinerario formativo considera en su
modelo antropológico:
2.1. La base humana
Consideramos fundamental partir de la realidad de cada
persona: su cultura propia, sus raíces familiares, las raíces
de su comunidad de origen y los condicionamientos y así
como los valores de la realidad social a la que pertenece.
Es necesario mantener una actitud de diálogo y
discernimiento constante con estos aspectos ya que son
clave en el crecimiento vocacional, trabajándolos desde los
siguientes ámbitos:
Desarrollo físico: desde el inicio tendremos una
especial atención al sano desarrollo fisiológico que tenga
5 cf. VC 65
17
como punto de partida el reconocimiento positivo del cuerpo
y de su significado.
Desarrollo psicológico: Junto a los aspectos físicos, ya
tratados, deben ir los aspectos psicológicos para que
vayamos logrando la madurez proporcionada a cada etapa
de la vida.
Es fundamental que la persona cuente con un
nivel de inteligencia normal con capacidad de
potenciarla.
Trabajar la propia aceptación y la integración de
las inevitables limitaciones.
La capacidad de valorar con objetividad los
acontecimientos y las personas, y de tomar
decisiones justas y autónomas, al mismo tiempo
que solidarias.
Desarrollo afectivo-sexual: es necesario orientar y
cuidar una adecuada educación a este nivel que nos haga
valorar e integrar la afectividad y la sexualidad como
valores positivos en el conjunto de nuestra personalidad.
En este sentido no podemos obviar:
La lectura de nuestra historia personal y
valoración de nuestra vida familiar.
El reconocimiento de nuestros propios
sentimientos, las necesidades, deseos y valores y
el dominio de sí. Es propio, sobre todo en las
18
etapas iniciales, la clarificación de la propia
identidad sexual.
La importancia de la relación, ya que estamos
llamadas a vivir en comunidad. Por ello,
cuidaremos la apertura al otro, la relación
simétrica y asimétrica, la relación de grupo, la
amistad, relación con el otro sexo, la dependencia
afectiva.
Desarrollo social: La maduración afectiva hace
posible lo que podríamos llamar una madurez social, que se
manifestará en relaciones abiertas y respetuosas, y en la
capacidad de vivir en grupo. El proceso de maduración irá
haciendo posible la adquisición de las destrezas sociales
fundamentales.
Desarrollo intelectual: El aspecto intelectual de
nuestra formación completa la formación humana y prepara
para llevar a cabo la misión educadora del Instituto. Da la
capacidad de readaptarse a las nuevas exigencias del
mundo actual en rápida evolución, que exige una renovación
permanente para responder a sus necesidades.
2.2. La dimensión cristiana de la formación
Entendemos que el ser humano está llamado a alcanzar una
forma perfecta que no está en su naturaleza, sino en Cristo.
Por eso se habla del nacimiento a una nueva vida, que viene
19
de Él y que es la vida del Espíritu.6 “Esa vida de Cristo, es
la que hemos de hacer penetrar en nuestra vida… es la que
ha de transformarnos en hombres nuevos…” 7
Y dado que el objetivo de la Formación es “un itinerario de
progresiva asimilación de los sentimientos de Cristo hacia el
Padre”8, el modelo clave sería, el antropológico bíblico,
porque habla de los sentimientos del yo de Jesús, Dios
encarnado y verdadero hombre por nuestra salvación, es el
Jesús de la pequeñez, de la pobreza, del servicio, de la
obediencia hasta la muerte que camina codo a codo con la
humanidad.
Desde este modelo, en nuestro itinerario formativo, será
importante hacer vida lo que el Padre nos pide: “…no
podemos dejar de trabajar para asemejarnos lo más posible
a Él...”9
Para que esto se lleve a término hemos de:
Evangelizar nuestra vida: trabajando la imagen de
Dios desde la confrontación con la imagen del Dios de Jesús.
Profundizando en el sentido cristiano de la vida, valorando
la vida como don de Dios y a Él presente en los
acontecimientos. Aprendiendo a tener una mirada
contemplativa de la realidad que nos haga ser testigos de
Dios en el corazón del mundo, participando de sus gozos y
6 cf. Jn 3 7 EB nov. 1894 8 VC 65 9 EB, jul. 1884
20
esperanzas, tristezas y angustias10. Cuidando la formación
bíblica.
Ir creciendo en el conocimiento y aceptación de la
persona de Cristo y profundizar en su vida y mensaje para
poder seguirlo y centrar en Él la propia existencia.
Cimentarnos en la vida teologal: Aprendiendo a
hacer una lectura creyente de los acontecimientos de la
propia vida y de la vida de los demás, que nos lleve a vivir
con esperanza cristiana y a la entrega por amor a los
hermanos.
Priorizar la escucha de la Palabra y privilegiar el
encuentro personal con Dios en la oración, porque vivir la
Palabra es saborear la gratuidad de Dios en primera
persona. La oración nos acerca al corazón de la Palabra y
nos educa en su escucha.
Vivir y asumir la misión de la Iglesia haciendo
presente el Reino de Dios. Desde el inicio de la creación
hasta el momento culmen de la encarnación de Jesucristo,
Dios quiere que el mundo tenga vida en abundancia. Este
querer de Dios se constituye en la misión de la Iglesia:
colaborar con Él para que su Reino venga, siendo
continuadores de la misión de Jesucristo.
2.3. La luz que recibe del carisma de José Gras
10 cf. GS 1
21
La Hija de Cristo Rey es una mujer que ha sentido la
llamada de Dios a vivir con mayor plenitud su consagración
bautismal según el Carisma de José Gras.
En base a lo que el P. Gras deseaba formulamos nuestro
modelo de persona:
Cristocéntrica: Enamorada de Jesucristo Rey, de fe
profunda y entrega apasionada. “… el Instituto y cada uno
de sus miembros debe tener una fe y adhesión tal a Cristo,
que le lleve a ponerlo en el centro de su existencia. En
Cristo ha de resaltar su título, gozoso para nosotras, de Rey
de nuestra vida. Nuestro esfuerzo continuo será procurar
restablecer su reinado, haciendo que reine en nosotras y en
los demás, teniendo como meta hacer realidad nuestro lema:
Cristo reina”11.
Abnegada: Siendo Cristo el Rey de su vida, es capaz
de olvidarse de sí misma para amar, servir, arriesgarse y
vencer todos los obstáculos: Cristo Rey quiere almas nobles,
animosas y perseverantes, vencedoras de todos los
obstáculos y de todas las traidoras perspectivas y, sobre
todo, quiere corazones que, olvidados de sí mismos, vivan
sola, total e infatigablemente consagrados a hacer sentir los
inefables esplendores de la Soberanía de su infinito
amor…”12
11 Const. 7 12 J. Gras,
22
Apostólica: Llamada a restaurar la Soberanía de
Cristo en el mundo con fidelidad siempre creativa,
entregada con entusiasmo a la misión confiada por la
Iglesia. Ser ante el mundo testimonios vivos de que
JESUCRISTO VIVE y REINA. “¡Hijas de la Omnipotente
Soberanía de Dios! ¿Habéis comprendido la grandeza del
nombre que os ha dado la Iglesia? ¡Hacer reinar a Cristo por
medio del Apostolado de la Educación…! ¿Podéis distraer un
minuto o un segundo de vuestra misión nobilísima?”13.
Fraterna: cultiva la vida en comunidad como espacio
cualificado para vivir el don de la vocación. ”La comunidad
debe ser para nosotras elemento vital, donde se dé una
unión espiritual, afectiva y apostólica que favorezca el
crecimiento de cada hermana”14.
Cuyo modelo es María: acompañada de María va
asimilando los sentimientos de Jesús, ella es el modelo de
entrega confiada, mujer abierta a acoger el misterio de Dios
y compartirlo con los demás. “María Inmaculada, Reina por
ser Madre, ha de estar de modo especial en nuestra vida,
porque fue la primera proclamadora humana de la
Soberanía de su divino Hijo. Ella, la mujer nueva, es el
modelo para la Hija de Cristo Rey, mujer nueva, en
María”15.
En nuestro itinerario formativo trabajamos este aspecto
para lograr una identidad de mujeres consagradas con un
13 EB ag. 1906 14 Const. 69 15 Const. 9
23
carisma y espiritualidad propios, que forje en nosotras el
sentido de pertenencia institucional.
3. LA OPCIÓN POR JESUCRISTO REY
Nuestro Instituto es fruto de la experiencia profunda que de
Jesucristo tuvo José Gras. Él nos transmitió ese deseo de
pertenecerle sólo a Él y de gastar la vida por su Reino. De
José Gras hemos recibido nuestra identidad carismática:
vivir centradas en Jesucristo y dar a conocer que Él, por
derecho propio, es el centro de la Creación, de la Historia, de
la sociedad y de los individuos. Hemos sido llamadas para
restaurar en el mundo la Soberanía de Cristo por medio del
Apostolado de la Educación, con espíritu de adoración y
abnegación.
De José Gras aprendemos una manera de vivir, de relación
de amistad con Jesús, el Rey, el Maestro y de servir al
Evangelio; un modo particular de leer los signos de los
tiempos, de situarnos ante la realidad y de participar en ella
desde nuestra misión educadora. José Gras es plenamente
consciente de que la respuesta a las necesidades del mundo
precisa radicalidad evangélica, de modo que nada impida,
dificulte ni siquiera distraiga… nuestro compromiso de
buscar el Reino de Dios y su justicia.
La llamada a seguir a Jesús en nuestro Instituto es con-
vocación: Vivimos nuestra consagración y realizamos
nuestra misión en comunidad. Comunidad orientada a
24
poner a la vista del mundo la maravillosa grandeza de
Cristo que reina16.
La Comunidad anima y acompaña el proceso de cada
hermana y de todas, en general. Es el espacio de crecimiento
personal, donde se comparten la vida y la misión, el espacio
donde se favorecen relaciones fraternas que construyen la
comunión y son signo profético en un mundo dividido17.
Movidas por el deseo de José Gras de formar un alma y un
corazón para que reine dichosamente Cristo en sus hijas y a
su vez lo hagan reinar18, nuestras comunidades, cada vez
más diversas por edad, lengua y cultura, son lugares de
esperanza y perdón; lugares en los que el amor se
transforma en lógica de vida y fuente de misericordia y de
compasión.
Haber sido llamadas como Hijas de Cristo Rey, con un
proyecto específico de vida consagrada apostólica, significa
llevar este seguimiento hasta las últimas consecuencias,
despojándonos de nosotras mismas para revestirnos de
Cristo, de su espíritu de humildad, de pobreza y de
caridad… como quería José Gras para las que aspiraban a
pertenecer al Instituto19.
Nuestro camino formativo se orienta a desencadenar
procesos personales y comunitarios que impliquen con
16 cf. Const. 21 17 cf. Const. 93 18 Carta 22-07-1900 19 cf. “Dos palabras a las Hijas de Cristo…”
25
responsabilidad a cada Hija de Cristo Rey en el seguimiento
de Jesucristo y en la configuración de su ser de apóstol.
Este camino de identificación con Jesús toca dimensiones
que afectan la totalidad de nuestra persona en la manera de
vivir y de relacionarnos: amor-afectividad, poder-poseer,
disponibilidad-libertad. Seguir radicalmente a Jesucristo,
como Hija de Cristo Rey, supone vivir estas dimensiones a
la luz del Evangelio y del carisma de José Gras.
Cada uno de los consejos evangélicos es un desafío para los
hombres y mujeres de hoy, es buena noticia y profecía del
reino.
La castidad consagrada al servicio del Reino nos
compromete a vivir en amor preferencial por Cristo20 y en Él
a los hermanos.
Con nuestra vida célibe por el Reino de los cielos,
anunciamos la alianza liberadora de Dios con el hombre y
su llamada a la fraternidad, y denunciamos todo lo que
separa de ella y se opone a la solidaridad universal
deformando el sentido y las exigencias del auténtico amor.
Vivida en un clima de acogida y amistad, en el seno de la
comunidad crecemos progresivamente en madurez afectiva21
y vamos creando la comunidad como familia reunida en el
nombre del Señor22. El celibato, además de don es una
conquista que va consolidando nuestra capacidad de amar,
es un proceso por el que nos vamos “virginizando”.
20 Const. 23 21 cf. Const. 30 22 cf. Const. 64
26
Como expresión de la comunión con Dios que no puede
separarse de la comunión fraterna en la comunidad, nuestro
celibato nos abre a relaciones más amplias que permiten ir
extendiendo la fraternidad que, edificada en un amor
generoso, denuncia el amor egoísta que sólo busca el placer
y la utilización de la persona. Nuestra comunidad está
llamada a ser, por la castidad consagrada, un testimonio de
la alianza de Dios con su pueblo, “Yo te llamé por tu nombre
y eres mía”.23
La pobreza voluntaria por el Reino de los Cielos, nos hace
partícipes de la vida de Cristo que, siendo rico, se hizo pobre
por nosotros, para que nos enriqueciéramos con su
pobreza.24
El voto de pobreza nos lleva a compartir los bienes en la
comunidad mostrando que una persona vale no por lo que
tiene sino por lo que es25. Viviendo la pobreza evangélica
aprendemos a abrirnos a Dios y a los demás; expresamos el
valor social de los bienes y hacemos perceptible la exigencia
de trabajar para crear una sociedad justa y humana para
todos.
Como comunidad nos sentimos llamadas a compartir lo que
somos y tenemos, estando siempre abiertas y disponibles a
las necesidades de la Iglesia y del hombre de hoy, sobre todo
de los más necesitados a los que atenderemos
23 Is 43, 1 24 Const. 33 25 cf. Dir. 38
27
preferentemente26. Testimoniaremos así ante la sociedad
que en el Plan de Dios los bienes son para utilidad de todos
en un compartir fraterno.
En nuestro proceso formativo aprendemos a ser pobres como
Jesús porque “la Hija de Cristo Rey estima como verdaderas
riquezas, conformarse con la pobreza que Nuestro Señor
Jesucristo y su Santísima Madre eligieron para sí en la
tierra”27. De ahí que nuestra pobreza:
nos marca un estilo de vida sencillo y austero28 que
brota de un corazón, humilde y confiado. La sencillez y
humildad de nuestra propia persona es, ante todo, lo que
puede sorprender en esta sociedad de tanta mentira y
apariencia
nos da un talante sin protagonismos en aquello que
hacemos porque nos sentimos instrumentos del Señor y se
percibe sobre todo en un trato de igualdad, sin preferencias,
en una disponibilidad para hacer con sencillez gestos
gratuitos para acoger y dejarse evangelizar.
La obediencia religiosa se fundamenta en la de Cristo que,
hecho obediente, vino al mundo para cumplir la voluntad
salvífica de Dios29.
26 cf. Const 40 27 Const. 33 28 cf. Const. 41 29 Const. 43
28
Vivir en obediencia a imitación de Jesucristo, testimonia
que la auténtica libertad debe tener en cuenta el bien de los
otros y que el sentido de la autoridad es el servicio para que
todos puedan crecer en su dignidad de hijos de Dios.
La obediencia religiosa vivida en su dimensión de búsqueda
de la voluntad de Dios, junto con quien tiene el servicio de la
autoridad, es camino de crecimiento y, en consecuencia, de
libertad porque permite acoger un proyecto o una voluntad,
distinta de la propia, libremente.
La obediencia es expresión del progresivo descentramiento
de sí por amor, que nos lleva a situar el querer de Dios en la
cumbre de nuestras aspiraciones, demostrando así, a un
mundo con deseo de ser y de afirmación, que nuestra
entrega libre por amor no disminuye nuestra dignidad
humana, sino que la lleva a su madurez pues desarrolla la
libertad de los hijos de Dios, aceptando realizar lo que Dios
nos manifiesta a través de las mediaciones30.
4. EL PROCESO FORMATIVO DE LA HIJA DE CRISTO REY
Nuestro proceso formativo parte del plan de Dios que quiere
que todos los hombres lleguen a la perfección en Cristo31.
Del deseo de la Iglesia de que los institutos cuiden la
formación de todos sus miembros para una adecuada
renovación de los mismos32, contribuyendo así al
enriquecimiento de la Iglesia con la vivencia del carisma
peculiar.
30 cf. Const. 46 31 cf. Col 1,28 32 cf. PC 18
29
Parte también de la necesidad del Instituto para su
renovación interior y para realizar la misión que la Iglesia
le ha encomendado,33 y del derecho y el deber que cada Hija
de Cristo Rey tiene de crecer y madurar en la fe, llegar a la
plenitud de su propia vocación, don singular de Dios, y
desarrollar sus capacidades34.
4.1. Cómo concebimos nuestra formación
Concebimos nuestra formación como “un itinerario de
progresiva asimilación de los sentimientos de Cristo con
respecto al Padre y con respecto a la humanidad”35. Esta
asimilación no se da de una vez para siempre. La
interiorización de los sentimientos, actitudes y valores de
Cristo, sigue todo un itinerario que empieza en la valoración
que hacemos de los mismos, para clarificar el concepto en
nuestra mente, para dejarnos afectar por ellos en el corazón
y para ponerlos en práctica en nuestra propia existencia.
La formación es un camino que se hace y en el que todas
tenemos que entrar para recorrerlo. El carácter de itinerario
da a la formación sentido de proceso y de dinamicidad,
también de personalización, porque nadie puede hacer el
camino por otro.
Concebimos nuestra formación de manera dinámica y como
un proceso integral y constante de maduración que abarca
33 cf. Const. 86 34 cf. Const. 87, 88 y 89. 35 VC 65
30
no solamente los valores espirituales, sino también todo
aquello que contribuye psicológica, cultural y
sociológicamente a la plenitud de nuestra personalidad
humana. Un proceso que no es lineal, supone retrocesos,
estancamientos, rupturas, crisis que pueden ser vividas
como oportunidades de crecimiento y nuevo impulso en el
proceso.
La maduración de la persona en formación no se
corresponde necesariamente con la edad cronológica. Puede
haber situaciones, heridas, a lo largo del desarrollo y de la
propia historia que de alguna forma dificultan o hacen más
lento el proceso de crecimiento. Esta complejidad de la
persona condiciona su posibilidad de respuesta al Señor. La
formación es un camino hacia la progresiva libertad interior
para vivir el seguimiento. La vivimos como experiencia de
conversión que va consolidando nuestra identidad de
mujeres consagradas.
4.2. El objetivo de la Formación
El Itinerario de Formación tiene como finalidad ayudar a
cada Hija de Cristo Rey, ya desde el comienzo de su
formación a realizar la tarea que nunca termina, su proceso
constante de maduración en conformidad con el Carisma del
Instituto36.
Llegar a ser cada día más una discípula de Cristo es el
objetivo del proceso formativo; viene a ser una
36 cf. Can. 659
31
profundización en nuestra relación interpersonal con el
Señor, que nos lleva a crecer en unión y configuración con
Él.
Aceptada por cada Hija de Cristo Rey como deber de
responsabilidad, la formación se convierte no sólo en
crecimiento personal, sino también en un enriquecimiento
para la comunidad y en fuente de energía para el
apostolado.
4.3. Pedagogía
El camino de la formación requiere una forma de hacer que
vaya conduciendo pedagógicamente el proceso y unas
actitudes para vivir la vida con el talante que se desprende
de nuestro carisma y que nos parecen esenciales en todo el
proceso formativo.
Pedagogía del amor
Nuestra acción formativa está cimentada en el amor que
vigoriza y favorece el crecimiento. José Gras concibe el amor
evangélico como la más potente fuerza de transformación de
la persona. Nada hay tan humano y tan eficaz como el amor
que enseña a enseñar. Siguiendo su pensamiento las Hijas
de Cristo Rey concebimos que la pedagogía del amor, en el
proceso formativo, es la más hermosa ayuda para conseguir
la plenitud de ser persona a imagen de Jesucristo. El amor
es el que nos acompaña en la búsqueda de la felicidad
formando nuestra mente en la verdad y nuestro corazón en
el bien y nos prepara para ser agentes transformadores de
32
la sociedad según los valores del Reino instaurado por
Jesús37.
José Gras en su relación personal con Jesucristo aprende a
amarle y hacerle amar, a establecer una relación de amistad
con él y con los otros, a tenerle como amigo, guía, maestro y
como su Dios-Amor que hace amar a su corazón38.
Hacer nuestra la experiencia de José Gras como camino y
método pedagógico en nuestro proceso formativo nos lleva a
sacar lo mejor de cada una en el servicio a los hermanos y
hermanas y a asumir que nos formamos en un ambiente de
confianza, interés, colaboración, respeto y aceptación;
comprensión mutua, estima y apertura a los demás39.
● Pedagogía motivadora
Nos ayuda a descubrir las motivaciones que nos lleva a
hacer opciones en la vida. Cuando Pablo hizo esta
afirmación, "sé de quién me he fiado"40, sabía "por qué" la
hacía. Se conocía a sí mismo y había tenido experiencia del
Dios en quien había puesto su confianza.
Siempre es importante saber "por qué hacemos las cosas",
"por qué" optamos por tal o cual camino. Esos "porqués" son
las motivaciones que nos mueven interiormente a decidir.
37 cf SÁNCHEZ OCAÑA, La pasión de un hombre de bien, p. 266-
267 38 cf. Libro de oraciones n. 1 39 cf. Const. 69 40 2 Tim 1, 12
33
La confianza en las propias posibilidades, capacidades y
valores y el deseo de crecer en fidelidad al don recibido, nos
mantienen motivadas en el proceso de nuestra propia
formación. José Gras nos anima a las Hijas de Cristo Rey a
mantener el deseo de crecer en el amor a Cristo, “Sí, amad
mucho a Cristo Rey y no le pidáis más que crecer siempre en
su divino amor y, con esto, seréis las más ricas almas de la
tierra”41, nos descubre así la riqueza de nuestro ser y esta es
nuestra gran motivación.
En nuestro proceso formativo vivimos momentos de
fragilidad, desaliento y las crisis propias de cada etapa. Se
requiere paciencia y perseverancia confiadas en quien nos
llamó y sostiene. “Nada temas, Cristo está con quien está
atribulado. Él te dará mayor victoria, cuanto más recio haya
sido el combate” 42.
Estamos llamadas, así mismo, a constatar los avances,
destacar lo positivo, desdramatizar, despertar los recursos
que cada hermana posee y alentar, como hacía José
Gras: “Serenidad, calma y confianza en Dios es lo que le
aconsejo” 43.
La comunidad es para nosotras elemento vital que favorece el
crecimiento de cada hermana y acrecienta la ilusión por su
consagración. La vida comunitaria sencilla y familiar, la
amistad y cercanía con las hermanas y con la gente que
comparte con nosotras, son valores que hemos de cultivar
41 Carta (sin fecha), (P. C-B,102) 42 J.Gras, Autógrafo nº 225 (sin fecha) 43 Carta 10-07- 1885 (C-A, 1)
34
siempre a lo largo de la vida: “Quiéranse mucho todas,
muchísimo, sin medida…”44
Para nosotras que fuimos llamadas y atraídas por el ideal de
hacer reinar a Cristo, la vida vivida como misión es la
motivación que sostiene nuestra fidelidad. La entrega en la
misión llena de sentido nuestro vivir cotidiano y nos estimula
en nuestra realización personal. Vamos creciendo movidas
por el Espíritu y contagiadas del celo apostólico de José Gras.
Pedagogía experiencial
Facilita el aprender desde la vida y para la vida.
Nuestra formación quiere ser, sobre todo, experiencial,
vivencial, para la vida y desde la vida. La experiencia es la
manera más eficaz y directa que tiene una persona para
asimilar los valores, consolidar las actitudes y modelar un
estilo de vida. Lo que se aprende por experiencia se
interioriza y se incorpora a la vida.
En nuestro proceso formativo aprovechamos oportunidades,
creamos condiciones para que se pueda hacer experiencia de
la vida religiosa como Hijas de Cristo Rey.
Nuestra pedagogía es activa y hace responsable a la persona
de su propia formación. Exige, por tanto, diálogo,
participación y reflexión.
Este método formativo sugiere unos pasos:
44 M. Inés de Jesús. Carta 14-01-1914
35
Partir de las experiencias personales que se suscitan
en la vida.
Reflexionarlas, interiorizarlas a la luz de la fe y
dando lugar a una nueva comprensión de la realidad y de sí
misma.
Para dar paso a un nuevo compromiso con la vida a
partir de esta visión.
Valorar lo experiencial como elemento formativo nos lleva a
reconocer la acción de Dios en lo sencillo y cotidiano. Supone
también que nos equivocamos, que el error, el límite, el
conflicto, son también parte del camino formativo y ámbito
de crecimiento personal y comunitario.
4.4. Medios de la formación
La formación, como proceso continuo de crecimiento,
necesita unos medios que nos ayuden a aprender de la vida,
a escuchar a Dios y a los hermanos, y a asimilar, con
fidelidad creativa, nuestra espiritualidad y carisma.
A continuación enumeramos algunos de estos medios:
La escucha y aceptación creyente de la vida. Desde
una actitud de escucha y aceptación creyente de la vida
consideramos la realidad como lugar de manifestación y
encuentro con Dios; desarrollamos una actitud
contemplativa capaz de escuchar su voz en la vida
36
concreta45. La vida diaria se convierte así para nosotras en
un espacio sagrado donde la Palabra se revela, interpela y
transfigura la realidad. Nos educa a aceptar las limitaciones
desde la perspectiva de la fe y se convierte en oportunidad
para cimentar y crecer desde la debilidad.
La interiorización, la reflexión y el silencio. Nuestra
capacidad de reflexionar sobre nuestra vida, nuestras
experiencias, nuestros sentimientos, reacciones… nos ayuda
en nuestro proceso formativo. Lo vivido debe ser
profundizado para que pueda transformarse en experiencia,
en lección de vida, en orientación existencial; en la medida
que la experiencia es profunda y auténtica se manifiesta en
el cambio de la persona, en sus actitudes y comportamiento.
La oración personal es un espacio privilegiado para
nuestra formación. Recorrer este camino con los ojos puestos
en Jesús cambia nuestras actitudes y sentimientos y nos va
configurando con Él. La relación con aquel que nos ha
llamado suscita en nosotras nuevas exigencias en el
seguimiento y de compromiso con la causa de su Reino.
Fieles a ella día a día, con una “actitud filial, humilde y
confiada”46 nos va centrando en Él y nos da la fuerza para
realizar nuestra misión de hacerle reinar en nuestros
hermanos47.
45
cf. “Un Itinerario formativo para una Vida Religiosa profética”
Comisión Justicia, Paz, Integridad de la Creación (JPIC) de la
Unión de Superiores Generales, n. 39 46 Const. 54; cf. RV, IV 47 cf. Const. 53
37
La oración comunitaria nos ayuda a crecer en la
comunión fraterna y nos abre a las necesidades del mundo
que nos rodea. Al compartir la experiencia de Dios
alimentamos nuestra fe, esperanza y amor y nos
compromete a actuar con coherencia en la Iglesia48.
La Eucaristía, elemento primordial de nuestra
espiritualidad. “El Sacramento de los Sacramentos, por el
que Jesucristo…viene a vivificar sobrenaturalmente a quien
dignamente le recibe” 49 La Eucaristía nos va forjando por
dentro, nos da la energía que necesitamos para vivir los
votos como camino de libertad, para construir la comunidad
con nuestra entrega permanente y nos da la fortaleza para
trabajar por el Reino. Cristo, por medio del Sacramento
Eucarístico, nos alimenta, conforta y transfigura50.
Recibir la Eucaristía significa adorar al que recibimos.
Precisamente así, y sólo así, nos hacemos una sola cosa con
Él. Solo en la adoración puede madurar una acogida
profunda y verdadera. Y precisamente en este acto personal
de encuentro con el Señor vamos configurando nuestro ser
de apóstol. “Quien practique este acto de adoración
permanente, ¿podrá dejar de ser apóstol ardiente de la
soberanía de nuestro amantísimo Salvador?51
48 cf. Const. 57 49 EB mayo 1883,15 50 cf. J. Gras, dic. 1892,10 51 EB jun. 1898, p.11
38
José Gras nos transmite su espiritualidad eucarística la
cual nos abre a celebrar y adorar la Eucaristía , Sacramento
de la Soberanía de Dios52.
La comunidad cristiana nos ayuda a crecer en la fe.
La fe se desarrolla compartiéndola y es verdadera fe si crea
el cuerpo de la comunidad de creyentes, Pueblo de Dios.
Nacemos en comunidades de fe, al lado de otros creyentes y,
junto a ellos estamos llamadas a vivir los misterios de
Jesús, a experimentar la dimensión comunitaria de la
historia de la salvación y a celebrar la vida sacramental.
El proyecto personal favorece nuestro crecimiento
integral como personas. Nos ayuda a vivir en radicalidad
nuestro seguimiento de Jesús en actitud de servicio y
disponibilidad a los intereses del Reino. Nos ayuda a crecer
en nuestra vocación y nos mantiene en una continua
renovación y actualización para vivir, ya desde las primeras
etapas de formación, nuestra consagración y misión.
El proyecto comunitario nos estimula a mantener las
exigencias de nuestra vida consagrada53. Es un proceso de
discernimiento para ver lo que el Señor nos pide y lo que
queremos y podemos hacer juntas, apoyándonos unas a
otras. Nos ayuda a discernir todos los aspectos de la vida
compartidos con los demás miembros de la comunidad: la
vida de fe, las relaciones humanas, las actividades
domésticas y de misión, la formación permanente, etc.
52 J. Gras, “Un monumento…” p.65 53 cf. Dir. 40
39
Programamos y organizamos la vida fraterna en todas sus
dimensiones, buscando siempre el crecimiento de toda la
comunidad y de cada hermana individualmente utilizando,
sobre todo, la reflexión y el diálogo.
El Proyecto Provincial. El Gobierno Provincial, al
elaborar su Proyecto trienal de Formación, tendrá en cuenta
las líneas dadas en el Itinerario Formativo y, desde ahí,
favorecer en toda la Provincia un dinamismo de formación
orientado a fortalecer aspectos como:
La identidad y sentido de pertenencia de
hermanas y comunidades.
El cuidado y animación del crecimiento
vocacional de las hermanas.
La necesidad de renovación que exige la Vida
Religiosa actual y nuestras Constituciones.
La vivencia del Carisma que hace posible la
revitalización.
El sentido de Misión, las actividades apostólicas y
la apertura a nuevas presencias.
Apertura a la colaboración con los laicos en
Misión Compartida.
4.5. Agentes de la Formación
40
Para responder debidamente a los fines de la Formación y
ayudar a las personas en sus procesos, es necesario contar
con la iluminación, apoyo y colaboración de agentes
formativos:
El Espíritu Santo
Es el maestro interior por excelencia. Un maestro que está
en nosotras y permanece siempre realizando esta tarea
importante que el mismo Jesús le confió. Una de las
primeras cosas que el Espíritu hace es encarnar en la vida
de la persona, la Palabra, convirtiéndola en creyente y en
discípulo de Cristo para bien de la humanidad, a imagen de
María que no solo lo encarnó en su seno, sino que fue
Primera Proclamadora del Reino por encarnar en su corazón
los sentimientos del Hijo dejándose transformar
progresivamente por el Espíritu. Solamente el Espíritu
tiene la fuerza de transformar sentimientos, motivaciones,
opciones, deseos y disposiciones, en las personas, para
hacerles renacer a una nueva vida. No hay transformación
personal sin apertura y docilidad al Espíritu.
Él, además, es el que revela y da sentido evangélico a lo que
llamamos signos de los tiempos, dándonos a conocer en qué
medida tenemos que actualizarnos para dar respuesta a los
grandes reclamos de la vida con respecto a la vida religiosa,
para que sea significativa, para que sea fermento en la vida
del mundo.
Todos los programas y proyectos fracasarán si el Espíritu no
está. Las mediaciones humanas son importantes, pero sin la
41
presencia del Espíritu no hay transformación posible en una
vida.
El Gobierno General
El Gobierno General como responsable último de la
formación del Instituto da directrices de Formación, anima
y motiva según las líneas del Itinerario Formativo y las
orientaciones del Capítulo General. Procura un mayor
conocimiento del patrimonio espiritual y establece los
medios para su realización. Organiza encuentros y
convivencias y motiva la participación de las Hermanas en
los mismos. Evalúa periódicamente los resultados de las
distintas programaciones54.
El Gobierno Provincial
El Gobierno Provincial según las directrices del Gobierno
General estimula e impulsa la formación en los miembros de
la Provincia y lleva a cabo una Planificación de actividades
para responder a las necesidades concretas de las
Hermanas y al crecimiento cultural, humano, religioso y en
el carisma propio de nuestro Instituto55. Ofrece recursos que
dinamicen el proceso formativo de Hermanas y
Comunidades.
Las Superioras de las comunidades
Promueven, estimulan y facilitan la formación de las
Hermanas creando un ambiente de sinceridad y confianza
que favorezca la responsabilidad de su formación
54
cf. Dir. 64. 100. 124 55
cf. Dir. 63, 100. 132
42
permanente56. Procuran un clima en la comunidad que
ayude a cada uno de sus miembros a crecer y madurar en su
vocación como Hija de Cristo Rey57.
En la animación formativa de la comunidad juega mucho el
testimonio de la Superiora por lo que es importante que
transparente los valores de la consagración y misión como
Hija e Cristo Rey. “Uno de los medios más poderoso para
conservar en todas el buen espíritu –dice el P. Fundador–
es el ejemplo y, pues que las religiosas han de mirarse en
ella, mírese mucho la Superiora en el espejo de la vida de
nuestro Divino Rey Jesús”58.
Las Formadoras
Han recibido la misión de animar, impulsar y evaluar los
dinamismos formativos de las Hermanas, orientadas
siempre por las líneas que el Instituto va marcando en sus
Proyectos.
Acompañan a las Hermanas en su formación sobre todo con
su testimonio de vida “enséñelas con su ejemplo” , dice el P.
Fundador59, y en estrecha colaboración programan y
desarrollan los temas de formación que les corresponde,
teniendo en cuenta:
el sentir de la Iglesia y el estilo y espiritualidad
propias del Instituto60.
56
cf. Const.178; Dir. 138 57
cf. Const. 69 58 Const.de 1877 cap. IV 59 Ibíd. 60 cf. Const. 129
43
la intencionalidad en el contexto formativo que
supone la vida cotidiana, sabe a dónde va con sus gestos,
palabras, correcciones y desde ahí es creíble.
el camino recorrido personalmente, por lo que desde
ahí puede interpretar la realidad y proporcionar elementos
que sirvan para saber cómo cambiar, crecer y caminar.
el favorecer la internalización de los valores
posibilitando experiencias que ayuden a la integración y a la
vivencia de los mismos.
La Hermana
Cada hermana es y se siente responsable de su proceso
formativo en todos los aspectos y utiliza los medios
adecuados para ello. Intenta vivir abierta a la acción del
Espíritu, acogiendo las mediaciones que se presentan en su
vida. Es imprescindible que cada una llegue a la convicción
personal de que necesitamos una formación continuada para
realizar nuestra misión como Hijas de Cristo Rey. Para ello
hemos de sentir la necesidad y la urgencia de la formación.
Sin el convencimiento personal todos los medios y ayudas de
que se dispongan no producirán el efecto deseado.
Asimismo, cada una se sentirá responsable de la formación
de las otras hermanas, siendo testigos de la vida que surge
en cada una, ayudándoles a acrecentar la ilusión por su
consagración en el Instituto61. Juntas recreamos el carisma
61 cf. Const. 69
44
en cada realidad y lo compartimos a través de nuestra
manera de ser, hacer y vivir.
La Comunidad local
El testimonio de la comunidad motivará a las hermanas
para hacer la entrega gozosa de sus vidas al Señor al
servicio del Reino. “Una comunidad es formadora en la
medida en que permite a cada uno de sus miembros crecer
en la fidelidad al Señor, según el carisma del Instituto”62.
Una comunidad es agente formativo cuando es:
Una comunidad referente, que proporciona signos de
identidad para su vida y compromiso, donde las hermanas
pueden ver lo que desean llegar a ser.
Una comunidad que ayuda a las personas a descubrir
su identidad y a aprender a integrar la dimensión religiosa
de su personalidad. La identidad religiosa se entiende como
la absoluta dedicación a Jesús y a su Reino.
Una comunidad donde se aprende a servir, vivir la
simplicidad, compartir, aceptar, ser responsable, perdonar,
amar e integrar la soledad.
Una comunidad en continúa revisión y en búsqueda,
que permite confrontarse con los otros de una forma positiva
y adulta, expresándose con libertad y respeto.
62 OFIR n. 27
45
Una comunidad que vive en misión, que favorece una
atmósfera de serenidad, silencio y oración, que propicia el
compartir la fe, celebrarla y expresarla en el compromiso
Una comunidad que se siente corresponsable con las
jóvenes formandas en su proceso de crecimiento y que
posibilita un ámbito para ir madurando en su vocación. La
comunidad puede disponer a la persona para alcanzar la
madurez vocacional, pero no es la comunidad la que hace
retroceder o avanzar; el grupo puede favorecer el
crecimiento, pero no producirlo: se limita a ofrecer un
ambiente en el que ciertos aprendizajes pueden resultar
más fáciles” 63.
Una comunidad que se reconoce en situaciones de
conflicto y opta por afrontarlo posibilitando así la
integración del mismo, sabiendo que el conflicto puede ser
una ocasión para conocerse mejor y para que la comunidad
crezca
Una comunidad que tiene una actitud de amor,
servicio y fidelidad a la Iglesia y al Instituto, fomentando
así el necesario sentido de pertenencia que favorece la
identidad personal porque dice a la persona algo de sí
misma.
Una comunidad que favorece la internalización de los
valores posibilitando experiencias que ayuden a la
integración y a la vivencia de los mismos.
63 cf. MANENTI. A., Vivir en comunidad
46
4.6. Factores que influyen en el proceso formativo
Además de los agentes, existen unos factores que influyen
en el proceso formativo. Son aquellas realidades que sin
tener una clara intencionalidad pedagógica, las vivimos en
clave formativa:
El entorno sociocultural concreto
Este entorno nos aporta datos diferentes y cambia nuestro
modo de pensar, nos sensibiliza y compromete en la defensa
de los valores del Reino. Desde estos valores, hemos de
cuidar los lugares de vivienda, los estilos de vida, los medios
que utilizamos, intentando que la realidad que toca la vida
de quienes nos rodean, no nos sea ajena.
Las relaciones
Nos van configurando, nos contrastan, nos enriquecen, nos
ayudan a compartir el descanso, el aspecto lúdico de la vida
y de la amistad y ponen límite a nuestras necesidades. Son
ámbitos de constataciones donde vamos descubriendo y
experimentando quiénes somos. Nos ayudan a crecer, a salir
de nosotras mismas y a abrirnos a la realidad.
Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías
Hemos de tener presente que estamos envueltas en esta
cultura digital que afecta de un modo especial, si cabe, a las
nuevas generaciones de personas consagradas. Las jóvenes
que vienen a la vida consagrada pertenecen ya de lleno a
esta cultura digital. Es un desafío que se nos presenta. Las
nuevas tecnologías no son un espacio especialmente
47
pecaminoso, sino como ha dicho Benedicto XVI, “un
potencial que bien utilizado es un auténtico don”.
La persona consagrada nunca ha de perder de vista que
estos medios son instrumentos al servicio de la
Evangelización y de la dignidad de la persona, favoreciendo
el desarrollo humano integral; se trata de utilizar bien la
red y no de “enredarse”. “En el uso de los medios de
comunicación hemos de proceder con responsabilidad,
guiándonos de aquellos criterios que ayuden a nuestra
formación, necesidad apostólica o incluso distensión en
algunos casos” 64.
La Hija de Cristo Rey no es un mero usuario de estos
medios, es una mujer llamada a desenvolverse con sabiduría
en este mundo digital y a poner alma al continuo flujo
comunicativo de la red, al estilo de nuestro Padre Fundador,
que supo aprovechar los medios de comunicación que tuvo a
su alcance, como la prensa y la propaganda, para difundir el
bien, en la sociedad de su tiempo. No obstante, esta mirada
de fe y esperanza no nos debe llevar a ser ingenuas o
inocentes. Debemos indagar y profundizar en estos
fenómenos sociales que están afectando nuestra cultura,
nuestra sociedad y la vida social, tanto a nivel personal
como comunitario.
Acontecimientos del día a día
La realidad no es externa a nosotros, sino que es fruto de
nuestra interacción con otros actores sociales. Todos
64
Dir. 7
48
construimos el día a día desde nuestras acciones concretas,
y también la realidad, en muchas de sus facetas nos va
configurando. Así nos ayuda:
el poder vivir en verdad con nosotras mismas y con
los demás.
conocer lo que somos y vivimos, los acontecimientos y
sucesos.
desarrollar, contrastar, reflexionar, crear una
opinión propia que nos ayude a posicionarnos críticamente
ante lo que vemos, oímos o sabemos.
cultivar una vida teologal que nos permita sostener
la mirada sobre la realidad sin esconder sus sombras y
reconociendo los signos de esperanza.
vivir el respeto y la paciencia histórica para poder ir
asumiendo el realismo de la vida, apoyadas en la confianza
y la promesa de Dios.
La familia
El primer grupo humano de pertenencia es la familia al que
se está vinculado fuertemente. Este ambiente familiar del
que procedemos desempeña un gran papel en la formación
de nuestra personalidad y nos conduce a participar
socialmente de una cultura determinada que condiciona
nuestra formación. Por eso hemos de tener en cuenta que:
49
los comportamiento exponen situaciones y originan
determinadas conductas.
el modelo de identificación familiar puede
condicionar el desarrollo de la vocación.
El nivel socioeconómico a la que se pertenece así
como la religión, ubicación geográfica y orden en nacimiento
dentro de la misma familia pueden influir en el estilo de
vida de la persona consagrada.
Los estudios
Los estudios, han de vivirse con una dedicación profesional,
exigente. Un primer objetivo del estudio, por lo tanto, es
estudiar responsablemente, como pobres que agradecen una
oportunidad. Pero los estudios son también una oportunidad
que la Hija de Cristo Rey tiene para establecer un diálogo
con el mundo actual, una ocasión de abrir una ventana y
mirar con detenimiento lo que sucede en el área del saber
que le toca explorar, que pone en juego su propia visión de fe
y de consagrada.
La formación intelectual es parte fundamental en el
itinerario formativo de la HCR, exigencia intrínseca al
proceso de maduración de la persona y a la propia misión
educativa.
Tener una formación cultural es una necesidad sentida por
el Instituto desde los inicios y a la que ha tratado de dar
respuesta. Por tanto, para alcanzar la finalidad de preparar
50
a mujeres consagradas educadoras, debemos cuidar siempre
la formación cultural y profesional a diversos niveles.
La complejidad de la realidad sociocultural en que vivimos
nos hace más conscientes de que las Hijas de Cristo Rey
debemos permanecer con una formación cultural sólida y
continuamente actualizada para dar una respuesta
adecuada, desde nuestra misión de educadoras, a las
exigencias de los hombres y familias de nuestro mundo65.
4.7. Ejes transversales
Son ejes transversales porque acompañan todo el proceso
formativo desde el principio hasta el final y van
consolidando la identidad de la Hija de Cristo Rey. Recorren
las distintas etapas de la vida y tocan todas las dimensiones
de la persona.
Estos ejes que a continuación se detallan, se deberán
concretar, ampliar o modificar en los proyectos personales y
comunitarios, según el contexto:
La Palabra de Dios
La Palabra de Dios nos muestra la verdad de Jesús que nos
revela al Padre66 y el misterio de nuestra verdad personal.
La escucha de la Palabra se convierte en encuentro vital que
nos interpela y configura de un modo nuevo. De ella nos
65 cf. Const. 62 66 cf. Jn 17,3
51
nutrimos67, aprendemos a vivir de fe, a ver la realidad y los
acontecimientos con la mirada de Dios, hasta revestirnos de
Cristo, respirar por Cristo, movernos en Cristo, hablar en
Cristo, pensar y soñar en Cristo…68.
La palabra compartida y releída desde los rostros de hoy,
hace crecer el amor mutuo, el conocimiento de Dios y el
testimonio profético. Acompaña a personas y comunidades,
guía e ilumina sus procesos, fortalece la vida teologal, y
posibilita la lectura creyente de la vida y de la historia.
Como María, Primera Proclamadora del Reino, estamos
llamadas a acoger y guardar en el corazón la Palabra y a
consentir que se haga carne en el mundo.
Vivir abiertas a la Palabra de Dios supone:
Estudiar y conocer la Sagrada Escritura.
Educarnos en la escucha atenta y en hacer
experiencia cotidiana de la Palabra.
Disponibilidad para dejarnos confrontar por ella.
Lectura orante de la Palabra personal y compartida
en comunidad
67 cf. Const. 58 68 cf. M. Inés, carta 16-06-1881
52
Lectura creyente de la realidad a partir de la
Palabra.
El sentido eclesial
“Nuestra formación, en todas sus etapas, debe estar
impregnada de un fuerte espíritu eclesial, puesto que el
Instituto ha nacido de la Iglesia y para ella y hemos de
enriquecerla con nuestro carisma particular”69.
Formarnos en este sentido de Iglesia supone:
Educarnos en la fraternidad universal: “Convertir en
una gran familia todos los pueblos. Este es el ideal y la
misión de la Iglesia sobre la tierra. Este ideal sólo es la
Iglesia quien puede realizarlo y lo está realizando en el
mundo, porque ella sola ha dicho y probado a los hombres
que todos son hermanos”70.
Anunciar con espíritu combativo y con libertad la
buena Noticia del Reino.
Cultivar actitudes que favorezcan las relaciones con
la Iglesia local.
Valorar las distintas vocaciones dentro de la Iglesia.
Educarnos para la Misión Compartida.
Potenciar la intercongregacionalidad.
69 Const. 90 70 J. GRAS, “La Iglesia y la…” pág. 16
53
Compartir como Iglesia la expresión y la celebración
de fe de los pueblos.
Abrirnos al ecumenismo y al diálogo interreligioso.
Hacer de nuestras comunidades lugar de apertura y
comunión71.
Conocer los documentos de la Iglesia.
La Palabra Institucional
El encuentro de José Gras con Jesucristo Rey y su Pasión
por el Reino, llegan hasta nosotras como don y llamada del
Espíritu a seguir hoy a Jesús como apóstoles de su Reino.
No es posible ahondar en las raíces del Instituto, encontrar
el tesoro de valor infinito, único que puede satisfacer todas
las aspiraciones y ansias de nuestro corazón72 de donde
brota el agua viva del carisma, sin un diálogo constante con
José Gras, Fundador y guía, y con M. Inés, mujer que lo
cristalizó. De él aprendemos un modo propio de leer el
evangelio, de relacionarnos personalmente con Jesucristo
Rey y con las personas, un modo de mirar al mundo y de
responder a sus grandes desafíos y de ella el modo propio
femenino de encarnar el carisma.
La Espiritualidad de José Gras, sus escritos, ... así como el
legado de M. Inés, nuestras Constituciones y tantos otros
71 cf. Const. 80, Dir. 17 72 cf. EB agosto 1902
54
Documentos Institucionales que han dado respuesta a lo
largo de la historia y son para nosotras alimento, fuente de
inspiración y criterio de discernimiento de nuestra vocación
y misión en la Iglesia y en el mundo.
Somos conscientes de que no se puede ser Hija de Cristo Rey
sin impregnarse del pensamiento de José Gras, sin releerlo
a la luz de las actuales circunstancias, sin “hacerlo vivo” en
nuestros contextos culturales.
Vivir abiertas a la Palabra de José Gras y M. Inés supone:
Leer los escritos de José Gras, conocer su contexto
histórico-cultural para tomar conciencia de los límites y
condicionamientos de su concreción histórica. Verle, desde
su visión de Iglesia y sociedad, sensible a los grandes
problemas de su época, y comprometido, desde su
experiencia creyente, en la regeneración de la sociedad.
Saber interpretar su pensamiento en el hoy histórico
Descubrir en él su amor apasionado por Jesucristo
Rey y su Reino.
Reconocer con José Gras que “la Educación puede
considerarse de algún modo como una segunda creación”73,
de manera que seamos colaboradoras de Cristo orientando
el corazón del hombre hacia el bien.
73
EB nov. 1899
55
Educarnos en la relación de amor, haciendo “nuestro”
el itinerario creyente de José Gras, asumiéndolo como
proceso de discipulado en el Instituto.
Entrar en diálogo con M. Inés a través de sus cartas,
dejarnos interpelar y acompañar por su experiencia.
El discernimiento
Es un don del Espíritu mediante el cual se tiene la certeza
de que Él actúa continuamente en la historia y se deja
encontrar por quien lo busca con sinceridad; es orar la
Palabra haciendo propios los sentimientos de Jesús, en la
escucha de los acontecimientos, de la vida diaria, de las
personas; es también un proceso personal y comunitario
para buscar la voluntad de Dios y para realizar opciones de
vida y de misión74.
El discernimiento como actitud de vida se va aprendiendo
continuamente y tiene como puntos de referencia la Persona
de Jesús, el proyecto de Dios en el mundo y nuestro proyecto
institucional, la realidad y la historia.
Discernir ayuda a la persona a hacerse responsable de su
propio proceso. Este discernimiento se confirma en la
confrontación con otras/os y un signo de su autenticidad es
el crecimiento en los valores del Reino.
Formarnos para el discernimiento supone:
74 cf Vita consecrata, 66, 69. Caminar desde Cristo, 14.
56
Autenticidad, transparencia y libertad en la
búsqueda personal y comunitaria de la Voluntad de Dios.
Contacto asiduo con Dios, con su Palabra y con la
realidad.
Confianza en que el Espíritu se manifiesta en las
demás personas, en la Vida y en la historia.
Para la formación inicial necesitaríamos especialmente
partir de:
Conocimiento propio que ayude a la persona a
situarse ante sí misma, los demás y la realidad.
Disposición para dejarse acompañar.
Ejercitarse en la metodología del discernimiento.
Unas condiciones comunitarias que faciliten la
comunicación, el diálogo y la confianza.
El acompañamiento:
"¿De qué habláis mientras vais de camino?" (Lc 24, 17).
Es importante tomar conciencia de que el acompañamiento
es una práctica que la Iglesia recomienda para toda la vida
y no solo en formación inicial.
57
Partimos del acompañamiento como un “acoger la vida,
acompañando la vida”75, entendido como una relación de
ayuda total y espiritual en la que se propicia que la persona
crezca y madure en consistencia, responsabilidad y libertad
para descubrir en su vida el querer de Dios y concretarlo en
un compromiso orientado a la entrega de la vida y la
construcción del Reino.
La experiencia de acoger LA VIDA, es la experiencia misma
de la salvación. La iniciativa es de Dios. La responsabilidad
de la acogida es nuestra.
La finalidad y tarea nuclear del acompañamiento: aprender
a vivirse y vivir desde el amor de Dios. El apoyarse en Dios
no ahorra el esfuerzo de la propia maduración para la
responsabilidad ni para la toma de decisiones, es más, lo
presupone. Por eso, en el acompañamiento también habrá
que ocuparse de este madurar en responsabilidad y libertad.
El acompañamiento en la vida cotidiana es, así planteado,
toda una escuela de vida en la que "los asuntos del querer",
los acontecimientos de nuestro mundo y la fe en Dios son
asignaturas troncales.
Vivir en clave de acompañamiento supone:
Actitud de confianza, agradecimiento y entrega ante
Dios, ante los otros y ante la vida.
75 Lola Arrieta, Revista Frontera nº 29
58
Deseo de búsqueda, actitud de apertura y
transparencia y de comunicación de lo que se vive para
descubrir el plan de Dios sobre la propia vida.
Sabiduría para captar los movimientos del Espíritu,
coraje para asumir las rupturas y renuncias que supone la
maduración del amor.
La mirada ante la vida: Porque, poco a poco, se puede
ir reconociendo la vida como manifestación del amor de
Dios; la propia, la de los otros y la del mundo.
Actitud de implicación y complicación en la vida por
la causa del Reino.
Educar la sensibilidad y adquirir el espíritu de
discernimiento como talante y actitud de vida.
La calidad de la propia vida cotidiana.
La Misión Educativa
Nuestra tarea evangelizadora tiene su esencia carismática
en “hacer reinar a Jesucristo, por medio del Apostolado de la
Educación”76. Esta es la frase que concentra el espíritu, la
vida y la misión del Instituto, el porqué de la convocación y
el para qué de la misión apostólica.
76 EB ag. 1906
59
Nuestro enfoque educativo nos hace optar por la persona,
promover proyectos que apuntan directamente a la verdad
del ser humano y de su crecimiento integral, teniendo como
base el Amor, la Verdad y el Bien: “A hacer triunfar la
Educación-Verdad y la Educación-Virtud, para acrecentar el
Bien individual y social, está consagrada la Institución de
las Hijas de Cristo”77.
Apostar de esta manera por la Educación implica poner “a
Cristo en el entendimiento y en el corazón del niño” 78.
La misión evangelizadora educativa se vive desde la
comunidad, portadora de la misión, que nos envía y que es
en sí misma anuncio del Reino.
Realizamos la misión desde el testimonio personal y
comunitario que transparenta la confianza filial en Dios y
unas relaciones fraternas que comportan interés y
colaboración, respeto y comprensión mutuas, estima y
apertura a las demás79.
Vivir este enfoque apostólico supone:
Formarnos y proyectar nuestra misión apostólica a
partir del Plan de Pastoral vocacional del Instituto.
77 EB may. 1886 78 EB en.1915; “…nuestro Apostolado de Educación, graba en el
corazón y el entendimiento de los párvulos y niñas de todas las
clases sociales, con el lema Cristo reina y con la explicación del
mismo, la sumisión universal a la divina Soberanía”.( EB mar.
1901,11) 79 cf. Const. 69
60
Conocer y valorar el estilo educativo de la HCR.
Aprender a educar de manera integral.
Situar la misión desde la relación con Jesús y el
proyecto del Reino como una sola realidad.
Discernir los lugares y modos de estar de nuestras
presencias educativas
Conocer la realidad y dialogar con la cultura y el
paso de la historia para implicarnos en ella y dar la
respuesta profética que necesita el momento actual.
Ser mujeres para el Reino: Con un punto de partida,
un horizonte de sentido y una dinámica de libertad
progresiva para vivir la relación de amor al Rey a la que
estamos llamadas.
Hacer que otros sean apóstoles.
Inculturación - Interculturalidad
“El Espíritu misionero, para implantar el Reino de Cristo y
su evangelio en el mundo, debemos considerarlo como algo
propio, no solo de nuestra vocación cristiana y religiosa, sino
del sentido universal de nuestra misión de Hijas de Cristo
Rey”80.
80 Const. 85
61
Necesitamos encarnar nuestro carisma allí donde estamos,
desde los distintos contextos. Encarnar el carisma, y
evangelizar la cultura deben ir de la mano, por eso
interculturalidad e inculturación son parámetros que no
pueden ir en paralelo sino profundamente ligados en todo el
proceso formativo y especialmente desde las etapas
iniciales.
Por la inculturación, el evangelio se encarna en las distintas
culturas y la buena nueva se convierte, por tanto, en una
fuerza viva que inspira, unifica, transforma, renueva y
recrea la cultura desde dentro. La inculturación es un
proceso creativo que da origen a algo nuevo desde dentro.
Para los llamados a implantar el Reino de Cristo la
inculturación no es una opción sino una consecuencia de la
universalidad del Reino.
Vivimos en un mundo globalizado en el que las fronteras no
existen, en el que la convivencia entre culturas se impone y
en el que nuestras comunidades están insertas.
En medio de esta multiculturalidad, nuestra comunidades
están llamadas a ser testimonio de encarnación y diálogo
posible, a ir más allá del respeto a la tolerancia, a vivir la
confianza en el otro, la escucha profunda, el conocimiento de
la propia cultura, la valoración y la acogida de lo diferente,
de manera que el carisma adquiera forma propia en cada
cultura y en cada Hija de Cristo Rey.
Nuestro Instituto arraiga en una cultura, crece y se
desarrolla en ella, pero no se limita a la misma. Como
62
seguidores de Jesús hemos recibido su mandato “Id, pues, y
enseñad a todas las gentes”. Participamos, por tanto en la
misión universal de la Iglesia. Esta universalidad con el
sello del propio carisma incita a trascender los modos de
pensar, sentir, proyectar, propios de cada tiempo y lugar. Y
así va formando esa cultura propia que le permite responder
a los más diversos problemas y situaciones.
Como en cualquier cultura, también en la cultura
institucional, existe un sistema de valores, de significados y
de visiones del mundo y de la Iglesia, que se expresan a
través del lenguaje, de los gestos, de los símbolos, de los
ritos y del estilo de vida.
La cultura institucional lleva dentro de sí “pensar
globalmente” y “actuar localmente”. Busca la unidad en la
pluralidad. Armoniza lo que es común y los aspectos
particulares de las culturas de donde proceden las
hermanas. Por eso, en estos tiempos de acentuada
pluralidad, es tan importante la sabiduría de lo esencial.
Nuestro Instituto, está llamado a formar comunidades
interculturales y debemos formarnos para ello.
Formarnos en esto supone:
Conocimiento y aceptación de nuestra propia cultura,
de nuestras raíces para estar abiertas a acoger lo diferente
sin perder nuestra identidad.
63
Una personalidad bien formada, integrada humana y
espiritualmente, exige igualmente completa libertad y
pérdida de nosotros mismos para aceptar al otro y para
colaborar con el otro en el proyecto misionero.
El respeto por nuestra cultura y por la de los otros
está subordinado a los valores evangélicos, al proyecto de
vida de comunión del Instituto, las Constituciones y a los
planteamientos pastorales de las Iglesias particulares.
Estar convencidas de que una comunidad
multicultural bien integrada es una respuesta actual y
válida a los desafíos de la evangelización, testimoniando que
es posible vivir en unidad, aun en medio de la diversidad de
culturas. La comunidad intercultural hace creíbles a sus
miembros y es signo profético en la Iglesia y en el mundo de
hoy. Lo cual implica asumir lo que hay de conflicto, de cruz,
de muerte y resurrección.
Una visión global y positiva del mundo de hoy
favorece una válida experiencia con diversas culturas y nos
ayuda a ser creativos en la evangelización de manera nueva.
4.8. Desafíos del momento actual para la formación
La creación “hábitat” de la persona humana
La creación debe ser objeto de nuestra contemplación y
compromiso. Como personas consagradas estamos llamadas
a cultivar una actitud de responsabilidad y
corresponsabilidad frente al hábitat, a la casa común que
64
Dios ha donado a la humanidad: con gratitud y
reconocimiento ante el Creador de los Cielos y de la tierra,
descubrimos en el mundo la huella del Rey de la creación,
como lo llamaba José Gras81 el lugar donde se revela su
potencia creadora, providente y redentora.
Con un estilo de vida sencillo, no consumista, solidario,
tanto a nivel personal como comunitario, podemos dar
testimonio de esta fe en el Creador e impulsar una ética
ecológica, alternativa al consumismo y a la devastación de
la naturaleza.
La salvaguardia de la creación, a partir de las acciones
concretas del cotidiano, ha de ser un distintivo de nuestro
seguimiento de Cristo que debemos asumir desde las
primeras etapas del proceso formativo.
La conciencia de la creciente crisis ambiental que afronta el
planeta nos reafirma a las Hijas de Cristo Rey, la necesidad
de una formación con una marcada espiritualidad ecológica
para que se reconozca que el “Hacedor del sol y de las
estrellas, de los montes que elevan sus cumbres hasta las
nubes y de los mares cuyos abismos no ha sondeado todavía
ningún navegante”82, sigue presente en todo lo creado para
beneficio del hombre83 .
81
cf. EB dic 1878; 1908, 2 82
EB en. 1886, 2 83
cf “Un Itinerario formativo para una Vida Religiosa profética”
Comisión Justicia, Paz, Integridad de la Creación (JPIC) de la
Unión de Superiores Generales, n. 42
65
Espiritualidad del dialogo y la reconciliación como vía hacia
la paz
Las Hijas de Cristo Rey nos formamos para ser
constructores de paz, colaborando de este modo para que el
mundo ofrezca nuevas y mejores posibilidades a la vida y el
desarrollo integral de la persona, según el proyecto de Dios
para la humanidad.
La apertura y fidelidad a este proyecto de Dios exige
cultivar, en todas las etapas del proceso formativo, una
espiritualidad de dialogo y de reconciliación, con sus
actitudes característica: escucha, respeto y valoración de la
diversidad, benevolencia y confianza.
En un mundo donde no hay igualdad de oportunidades para
todos y la distribución de los recursos es desproporcionada
nos formamos para luchar, como luchó José Gras, por los
valores del Reino y conseguir así que todos los hombres
puedan tener las mismas condiciones de vida.
Esta realidad en la que vive nuestro mundo, así como lo
multicultural, interreligioso y mediático caracteriza todos
los contextos de nuestra evangelización y constituye el
horizonte en el que debemos vivir la pasión por el Reino.84
84
cf. “Un Itinerario formativo para una Vida Religiosa profética”
Comisión Justicia, Paz, Integridad de la Creación (JPIC) de la
Unión de Superiores Generales, n. 39
66
Parte Segunda:
ETAPAS DEL ITINERARIO FORMATIVO
DE LA HIJA DE CRISTO REY
Considerada la formación como un itinerario de progresiva
configuración con los sentimientos de Cristo, está claro que
no existe más que un tipo de formación, la Formación
Permanente, que coge todo el arco de la vida. La formación
inicial no es más que una etapa en la que se enfatiza, de
una manera particular, este progresivo itinerario. Por eso
tenemos que decir que no existe verdadera formación inicial
para la vida religiosa, sin una formación permanente de
todos sus miembros, que garantiza así la de los miembros
más jóvenes.
Conscientes, pues, de que la formación durante toda la vida,
prolonga el proceso de la formación inicial, la Hija de Cristo
Rey la considera, desde el principio, como un proceso
continuo. Una buena formación inicial debe suscitar esta
necesidad. Dios nos sigue llamando en cada momento y en
cada circunstancia y hemos de responderle parar “llegar a la
medida de Cristo Jesús”.
Nuestra formación la situamos en un contexto histórico y
personal. El período de cambios rápidos, en el que nos toca
vivir, exige apertura de espíritu y de corazón, así como una
puesta al día renovada sin cesar.
La formación, de la Hija de Cristo Rey es, desde el principio,
un ejercicio responsable de integración gradual en el
67
Instituto. La formación inicial es una experiencia guiada; la
formación permanente es sustancialmente la misma pero
conducida ya de manera más autónoma, en medio de las
condiciones ordinarias de la vida del Instituto, en la plena
aceptación de la responsabilidad de su misión, y de su
fidelidad a las necesidades que surgen de la Iglesia y del
mundo en un continuo cambio.
Por lo tanto, hemos de esforzarnos para completar a lo largo
de toda la vida, sea cual fuere nuestro campo de trabajo, la
formación humana, técnica, bíblica, teológica, institucional y
apostólica, en una constante actitud de autoformación,
utilizando los medios más convenientes85.
Pasamos a describir las distintas etapas, lo haremos en un
orden cronológico que es lo que nos permite ver a la persona
en su dinamismo de crecimiento.
ETAPA PREVIA
Después del acompañamiento vocacional, indicado por el
Instituto en el Plan de Pastoral Vocacional, se incluye, en
este Itinerario, una Etapa previa que sirve de preparación
inmediata a la etapa del Postulantado.
Este período permite a la joven hacer una experiencia de
vida en el Instituto, ofreciéndole un acompañamiento y las
condiciones necesarias para continuar el discernimiento de
su vocación.
85
cf. Const. 88 y 89
68
Teniendo en cuenta nuestro Plan de Pastoral Vocacional,
este acompañamiento debe seguir siendo personalizado y
sistemático, buscando un real conocimiento de la joven y de
sus motivaciones86 .
Dada la diversidad de contextos de los que pueden provenir
las candidatas, nuestro Instituto ofrece diferentes
modalidades para llevar a cabo esta etapa:
Permaneciendo en su casa teniendo encuentros
periódicos en una comunidad.
Inserta en una comunidad
Viviendo en un grupo anexo a una comunidad.
Cada Provincia y Delegación tendrá una hermana que
asuma esta etapa, siempre en relación con las otras
instancias responsables de la formación. Esta hermana debe
estar clarificada en su propia vocación, conocer a la familia
de la joven y la realidad donde ha vivido. Asimismo teniendo
en cuenta los contenidos que se indican en este Itinerario se
elaborará el Programa de Formación que ha de seguir la
joven en esta etapa.
1. Requisitos para iniciar la etapa previa
Antes de empezar, la joven habrá tenido el
acompañamiento indicado por el Plan de Pastoral
Vocacional (pag 38).
Edad mínima de 17 y máxima de 28 años.
86
cf. PPV p. 38
69
Opinión favorable de la Comunidad local de HCR y/o
del párroco, si procede.
Condiciones físicas normales (certificado médico).
Salud psíquica normal.
Nivel intelectual normal.
Se muestra transparente y veraz.
Apertura para las relaciones interpersonales
Capacidad de relación con el otro sexo.
Es capaz de hablar de su experiencia familiar.
Capacidad para iniciar un proceso de crecimiento.
Actitud de búsqueda ante la llamada del Señor.
Frecuenta la Eucaristía.
Durante esta etapa, la joven que no ha terminado los
estudios requeridos para iniciar la universidad, los debe
concluir.
2. Objetivos:
Acoger y ofrecer a la joven la posibilidad de continuar
su proceso de discernimiento vocacional como respuesta a la
llamada de Jesús Rey.
Ayudarla a que se conozca y a que profundice en su
vida cristiana siguiendo a Jesús.
Conocer a la joven, sus motivaciones y su contexto
familiar.
En esta etapa para ayudar al crecimiento de la candidata
trabajaremos las siguientes dimensiones:
70
HUMANA: En esta dimensión se busca favorecer el
conocimiento personal y la aceptación de su historia como
parte del Plan de Salvación que Dios tiene para ella.
Crece en el conocimiento de ella misma y sabe
apreciar sus propios valores
Elabora a partir del conocimiento de ella misma, su
Proyecto de vida.
Se inicia en el sentido crítico de la realidad desde los
valores de la justicia y la solidaridad.
Aprende a administrarse y a compartir el fruto de su
trabajo.
Ayudarán a trabajar estos aspectos los siguientes
contenidos:
- Conocimiento y valoración del cuerpo humano.
- Educación sexual.
- Conocimiento de la persona.
- Importancia de la familia en su contexto.
- El trabajo como realización personal y proyecto
social.
- La importancia de lo lúdico en la persona.
CRISTIANA: En esta dimensión se procura que la joven
vaya descubriendo la persona de Jesús, que la ama, para
que, con actitud de gratitud, vaya respondiendo a su
llamada.
Se le ofrece espacios de encuentro personal con
Jesucristo como un Tú que acoge, escucha y llama desde lo
profundo del corazón.
71
Se le ayuda a leer la Biblia desde la vida.
Hace experiencia de Dios en la oración, la escucha de
la Palabra, la participación de los Sacramentos.
Comparte la fe con otros jóvenes.
Se inicia en el reconocimiento de su dimensión
trascendente para ir despertando en ella el espíritu de
adoración.
Percibe y discierne su vocación en la Iglesia como
respuesta al Proyecto de Dios.
Se relaciona con la Virgen María.
Ayudarán a trabajar estos aspectos los siguientes
contenidos:
- Breve introducción a la Sagrada Escritura.
- Jesús en los Evangelios.
- Seguimiento de Jesús.
- Los Sacramentos en la vida del cristiano.
- Iniciación en la vivencia de los tiempos litúrgicos.
- Iniciación a la oración.
- Devociones marianas.
CARISMÁTICA: En esta dimensión buscamos que la joven
tenga un encuentro con las Hijas de Cristo Rey que le ayude
a discernir su vocación.
Comenzar a conocer a:
José Gras, sus raíces y los motivos de su vocación.
El Instituto de Hijas de Cristo Rey, a través del
contacto y experiencias personales.
M. Inés de Jesús.
72
Ayudarán a trabajar estos aspectos los siguientes
contenidos:
- Breve introducción a la vida del P. José Gras.
- Conocimiento del libro de oraciones del P. José
Gras.
- Breve introducción a la vida de M. Inés de Jesús.
- Conocimiento de la misión de las HCR en la
actualidad.
- Alguna experiencia apostólica.
Indicadores para evaluar el proceso de la joven.
DIMENSIÓN HUMANA
Su persona:
Su salud física le permite hacer una vida normal y
entregada.
Su salud psíquica no hace de ella una persona
complicada en su trato ni en su vida personal.
Se acepta como mujer y ve en ello una riqueza, o bien
trabaja en ello.
Va viendo su cuerpo como un don sin que él sea un
motivo de complejo ni de tristeza o por el contrario un
motivo de orgullo y coquetería.
Se va desarrollando en ella el sentido del humor, y la
capacidad de saber prever un tiempo para su descanso.
Se esfuerza en la práctica del proyecto personal.
Relación con los otros:
Va aceptando a los otros, como diferente a ella
73
No ofrece dificultad para trabajar en grupo.
Su círculo de relaciones es amplio sin cerrarse a
ninguna persona ni grupo.
Su relación con el otro sexo es natural y normal. (ni
lo huye, ni lo busca con obsesión).
Tiene una relación de amor, de cariño y
reconocimiento hacia su familia.
Va tratando a las Hermanas con respeto y cariño.
Toma actitudes frente a la injustica, desea colaborar
para desterrarla.
Capacidad de apertura y deseo de colaborar en su caminar:
Acepta contar, en la medida de la claridad de su
vivencia, su historia personal.
Vive un espíritu de trabajo, no lo huye, está
disponible para cualquier tipo de trabajo.
Ante un trabajo ofrece su colaboración libre y
gustosamente.
Hace pruebas en lo cotidiano de su vida de
transparencia y sinceridad.
Va aceptando las correcciones e intenta trabajar en
ellas.
Vive con alegría las exigencias que va descubriendo
en su camino.
Es capaz de imponerse una cierta disciplina.
DIMENSIÓN CRISTIANA
Relación con el Señor
Va descubriendo la persona de Jesús Rey y establece
una cierta relación con Él.
74
Va viviendo su oración personal, como una decisión
suya.
Frecuenta la Palabra de Dios y empieza a tenerla
como guía.
Frecuenta el sacramento de la Eucaristía y el de la
Reconciliación.
Empieza a ver en su trayectoria personal el paso del
Señor, se va interrogando y descubriendo el misterio de su
vida como historia de salvación.
Participa a la adoración e intercede por el mal del
mundo.
Cuenta con la protección de María y va acudiendo a
Ella.
Se presta a hacer un apostolado como medio de
compartir su fe (hacer la catequesis a los niños, un
movimiento)
POSTULANTADO
El Postulantado es el período de la formación que precede y
prepara al Noviciado. Supone un encuentro serio entre la
aspirante y el Instituto, que pretende facilitar el
conocimiento mutuo y la clarificación, y el discernimiento de
las motivaciones iniciales.
Es el tiempo en el que la joven ahonda en el conocimiento
progresivo de sí misma y de Jesús. Conoce el estilo de vida
y el sentido apostólico de una comunidad de Hijas de Cristo
Rey.
En el proceso de esta etapa la joven se va resituando ante sí
misma, ante los otros y ante Dios, intuyendo las rupturas
que supone la nueva opción de vida.
75
1. Requisitos para iniciar la etapa
Haber alcanzado satisfactoriamente los objetivos de
la Etapa Previa.
Edad mínima de dieciocho años87 y máxima, de
treinta. En casos particulares que superen la edad
establecida, estudiar bien la situación de la persona.
Haber concluido los estudios que en cada país se pide
para acceder a la universidad.
Estar libre de cualquiera de los impedimentos
canónicos para ingresar en la vida religiosa88.
Salud física y psicológica suficiente para el estilo de
vida y trabajo del Instituto.
Capacidad inicial de relaciones interpersonales.
Independencia con respecto a vínculos familiares89 y
no haber tenido experiencias frustrantes que impidan la
vida comunitaria.
Estar en actitud de examinar y clarificar su
vocación90.
2. Objetivo
Llegar al conocimiento mutuo entre la postulante y el
Instituto, que ayude a la joven, desde la sinceridad y la
libertad, a clarificar la llamada comprobando sus
motivaciones vocacionales91.
87 Dir. 69 88
cf. Can. 641-643 89cf. Dir. 69 90 Const. 98 91
Cf. Const. 94
76
2. Experiencia configuradora: Relación Personal con
Jesucristo Rey
En esta etapa se formará a la joven en el conocimiento y
aceptación de la persona de Jesús, su vida y el mensaje de
su Reino, para favorecer el encuentro personal con Él, como
un Tú que acoge, escucha y llama desde lo profundo del
corazón.
Para conseguir esta experiencia:
Iniciarse en el aprendizaje de la oración.
Se abrirá a la Palabra de Dios en el ejercicio
progresivo de la oración.
Tomará conciencia de las llamadas de Dios a través
de los acontecimientos de la propia vida e historia personal,
del mundo y del contexto en el que vive.92
Se iniciará en el compartir la vida desde la fe.
Irá conociendo las propias imágenes de Dios
iluminadas y contrastadas por la Palabra.
Se acercará a la vida de José Gras dejándose
interpelar por su experiencia y conocerá el papel que
desempeñó la M. Inés en nuestro Instituto.
Descubrirá el sentido comunitario y eclesial de la
oración litúrgica y vida sacramental.
4.-Dimensiones
HUMANA
92
Cf “Un itinerario formativo…” JPIC, n. 56
77
Crecer en el conocimiento propio desde la aceptación de la
historia personal, raíces familiares y la propia cultura.
Aspectos que nos ayudarán a trabajar esta dimensión:
Reconocimiento y aceptación positiva de su cuerpo y
su significatividad.
Integración de la afectividad y la sexualidad como
valores positivos en el conjunto de su personalidad.
Conocimiento y valoración de su identidad como
mujer
Conocimiento y aceptación de su historia personal,
familiar y de la propia cultura.
Reconocer y aprender a expresar los propios
sentimientos, necesidades, deseos y valores …
Elaborar el proyecto personal de vida en el grado de
exigencia propio de esta etapa y confrontarlo con la
Encargada de postulantes.
FRATERNA
Iniciar la experiencia de la vida en grupo teniendo como
referente la comunidad en la que está inserto el
Postulantado, cuyo testimonio ayudará a formar a las
jóvenes, para la vida fraterna.93
Aspectos que nos ayudarán a trabajar esta dimensión:
Un crecimiento en los niveles de comunicación, en el
diálogo, respeto y sinceridad
93
Cfr. Const. 99
78
Trabajar la apertura al otro, las relaciones simétricas
y asimétricas, la vida en grupo, la amistad y la relación con
el otro sexo.
Fomentar la disponibilidad y el servicio al estilo de
Jesús.
Experiencia de vivir de un presupuesto económico
contrastado con la Formadora.
La valoración de la diversidad como complemen-
tariedad y riqueza, aprendiendo a vivir con lo diferente, y
familiarizándose con la apertura y el respeto hacia las otras
culturas.
Tomar conciencia de las rupturas necesarias para
iniciar esta experiencia de una nueva identidad y
pertenencia.
APOSTÓLICA
Descubrir que el seguimiento de Jesús en nuestro Instituto,
al que la joven se siente llamada, lleva implícito el deseo de
extender su Reino.
Aspectos que nos ayudarán a trabajar esta dimensión:
Iniciarse en alguna experiencia apostólica propia de
nuestro Instituto.
Mostrar inquietud apostólica e ir descubriendo el
atractivo por nuestro carisma94.
Ejercitarse en la responsabilidad al trabajo y al
estudio orientados a la Misión Apostólica.
94
Cf. Const. 96
79
Formarse en un adecuado uso de los medios de
comunicación95.
Ir desarrollando sentido crítico, ante la jerarquía de
valores que presenta la sociedad96 y aprender a tomar una
posición evangélica en las situaciones de injusticia.
Conocer e implicarse en el Movimiento Apostólico
“Cristo Rey”.
Empezar a conocer lo que significa la Misión
Compartida en nuestro Instituto.
Valorar la creación como regalo de Dios y casa
confiada al cuidado de cada persona.
5.- Contenidos de la etapa
Los temas aquí anunciados se desarrollarán de forma
adaptada al nivel de las jóvenes, de manera iniciática y a
través de una metodología que facilite su comprensión y
vivencia. Siendo conscientes que, de algunos de ellos, solo se
darán nociones básicas que serán desarrolladas en
posteriores etapas.
Sería conveniente que muchos de ellos pudieran recibirlo en
plataformas de formación intercongregacionales, facultad de
teología, etc., según las posibilidades.
Teniendo en cuenta los bloques temáticos que se presentan
en este Itinerario, en las tres etapas, se elaborará la
Planificación general que se indica en el Directorio para las
Etapas iniciales97.
95
cf. Dir. 73 96 Ibíd 97 cf. Dir. 100
80
81
BLOQUES TEMÁTICOS
Conocimiento
personal
Consolidación de la
dimensión cristiana
Misión Instituto
Psicología Evolutiva I Introducción a la
Sagrada Escritura I.
El Apostolado en el
Instituto
La Etapa del
Postulantado
Modelos
Antropológicos.
Introducción.
Acercamiento a la
persona y al mensaje
de Jesús
El Movimiento
Apostólico “Cristo
Rey”
Introducción al
Carisma y a la
Espiritualidad de
la HCR.
Psicología social.
Dinámica de grupo I
Formas sociales.
La experiencia
creyente
La Misión
Compartida en la
pastoral
Acercamiento a
la vida del P.
Gras.
Autoconocimiento.
Historia Personal
Iniciación en la
experiencia de Dios
Toma de conciencia
de la realidad
mundial, de las
carencias de la
humanidad y del
deterioro ecológico
Introducción a la
Historia del
Instituto.
Vida de M. Inés
Acercamiento a la
Historia Vocacional.
Introducción a la
Liturgia
Sacramentología I
82
6. Indicadores para evaluar el proceso en esta etapa.
Ha ido conociendo y aceptando la persona de Jesús,
su vida y el mensaje de su Reino, iniciándose en el
encuentro personal con Él.
- Va adquiriendo capacidad de silencio e
interiorización.
- Busca tiempos de oración personal y se deja
iluminar por la Palabra.
- Es capaz de compartir la vida desde la fe
- Va reconociendo las imágenes de Dios presentes
en su vida y las contrasta con la Palabra.
Ha crecido en el conocimiento propio desde la
aceptación de su historia personal.
- Se conoce mejor a sí misma, va aceptando su
historia personal y leyéndola en clave de Historia
de Salvación.
- Reconoce y aprende a expresar los propios
sentimientos, necesidades, deseos y valores.-
- Va trabajando en la integración de su afectividad
y sexualidad como valores positivos en el
conjunto de su personalidad
- Está más abierta a dejarse acompañar y
confrontar.
Se ha iniciado en la experiencia de la vida en grupo
teniendo como referente la comunidad en la que está inserto
el Postulantado
- Crece en los niveles de comunicación, en el
diálogo, respeto y sinceridad
83
- Va captando las necesidades de los demás y
abriéndose al servicio.
- En sus experiencias de grupo y amistad, crece en
apertura, profundidad y libertad.
- Se siente a gusto en la comunidad
- Aprende a valorar la diversidad y se va
familiarizando con la apertura y el respeto a lo
diferente.
- Muestra capacidad de desprendimiento y
ruptura para iniciarse en esta nueva experiencia
de vida.
Ha ido descubriendo que el seguimiento de Jesús en
nuestro Instituto, lleva implícito el deseo de extender su
Reino.
- Muestra inquietud apostólica y atractivo por
nuestro carisma
- Muestra sintonía con las actividades apostólicas
de la comunidad.
- Va desarrollando una actitud crítica ante la
realidad y aprendiendo a tomar una posición
evangélica en las situaciones de injusticia
- Ha crecido en responsabilidad en su trabajo y
estudio
- Se implica en el Movimiento Apostólico Cristo
Rey
7. Otros aspectos a tener en cuenta
7.1. La postulante no ha de participar en todos los aspectos
de la vida de comunidad ya que ha de descubrir y asumir
progresivamente la opción de vida que desea iniciar.
84
7.2. Teniendo en cuenta lo que se ha dicho en la descripción
del contexto sobre la situación de los jóvenes en el mundo de
hoy, esta etapa tendrá una duración de dos años.
7.3. El Postulantado debe insertarse en una comunidad y obra idónea.98 Las postulantes estarán, generalmente, en
grupo bajo la dirección de una Formadora. La casa debe
encontrarse, en la medida de lo posible, en una ciudad
donde se favorezca la participación en un “inter-
postulantado”.99
7.4. En el segundo semestre del primer año de
Postulantado, se llevará a cabo el informe psicológico de la
postulante.
7.5.- Las postulantes tendrán vacaciones dos veces al año, y
podrán hacer otras visitas a su familia a juicio de la
Formadora.100
7.6.- En tiempo de vacaciones del primer año de
Postulantado, las postulantes participarán en alguna
actividad apostólica de la Provincia.
98 Dir. 71 99 “Las iniciativas intercongregacionales ofrezcan a los candidatos de los diversos institutos programas que afronten, con competencia y solidez, los contenidos fundamentales de la formación humana y cristiana, de modo que se promueva la formación integral y se puedan colmar posibles lagunas.” LA
COLABORACIÓN ENTRE INSTITUTOS PARA LA
FORMACIÓN, Instrucción de la Congregación para los Institutos
de VC y las SVA (8-XII-1998) 100 cf. Dir. 70
85
7.7.- Al terminar el primer año de Postulantado, las jóvenes
deben participar en ejercicios espirituales propios de su
etapa, al igual que antes de empezar el Noviciado.
8.- Orientaciones para la Encargada de Postulantes
En esta etapa la Formadora toma parte activa en el proceso
formativo de la postulante, respetando y encauzando la
espontaneidad, la iniciativa y el ritmo personal.
Debe:
Ayudar a discernir a la joven con responsabilidad la
llamada de Dios,
Motivarla y estimularla para que se responsabilice
gradualmente de su propia formación;
Iniciarla en la formación del sentido crítico.
Ponerla en situación para comprobar las aptitudes de
la postulante para las Obras del Instituto, principalmente
para la enseñanza, así como su disponibilidad para el
trabajo.
Ayudarla con su actitud y vida a que descubra el
estilo propio de la Hija de Cristo Rey.
NOVICIADO
El Noviciado es la etapa de la formación inicial, que da
comienzo a la vida en el Instituto, en la que se interioriza y
se va madurando la vocación. A lo largo de ella se conoce y
se comienza a experimentar el seguimiento de Jesucristo
como Hija de Cristo Rey.
La característica esencial de esta etapa es priorizar una
fuerte experiencia de Dios. A la vez, es un tiempo
privilegiado de iniciación y profundización del carisma, en
86
un proceso de configuración con la propia identidad y de
pertenencia al Instituto.
Como proceso de formación integral también es importante
la profundización en el conocimiento personal, la
integración comunitaria y el acercamiento al sentido de
misión de la Hija de Cristo Rey, para discernir su opción
vocacional y decidirse a seguir a Jesucristo, con la vivencia
de los consejos evangélicos.
El dinamismo de esta etapa requiere que la novicia pase del
egocentrismo a centrarse en el Señor, de poseerse a ser
poseída; de los vínculos familiares y de amigos a abrirse a
una comunidad de hermanas en la fe,… son rupturas que
nos hablan del nuevo estilo de vida al que se ha de
comprometer.
1. Requisitos para iniciar esta etapa101
Haber logrado satisfactoriamente la etapa anterior.
Haber cumplido los 20 años.
Haber logrado un nivel intelectual que permita
seguir con normalidad el proceso formativo.
Haber identificado sus motivaciones vocacionales y
estar trabajando en ellas.
Ser capaz de verbalizar la experiencia que va
teniendo de Jesucristo Rey.
Mostrar actitudes y capacidad idónea para nuestro
carisma y misión.
Suficiente apertura para continuar el proceso
formativo según las orientaciones y mediaciones que el
Instituto le ofrece.
Capacidad para dejarse confrontar.
101 cf. Can 643 – 645.
87
Ser admitida por la autoridad competente.
2. Objetivo
Llegar a conocer mejor la vocación divina, particularmente
la propia del Instituto, probando el modo de vida de este,
para conformar la mente y el corazón con su espíritu, y que
puedan ser comprobadas su intención y su idoneidad.102
Asimismo promover un crecimiento progresivo en Cristo que
lleve a la novicia a su unidad interior, asumiendo los valores
de la vida consagrada y experimentando el modo de vivir del
Instituto.103
3. Experiencia configuradora: Relación personal con
Jesucristo Rey.104
Durante este período la persona hace experiencia de una
relación profunda y transformadora con Jesucristo Rey,
para tratar de configurarse con Él y asumir la causa del
Reino, según nuestro propio carisma.
Tener a Jesucristo como Rey y Señor de nuestra vida es el
eje dinamizador de nuestra espiritualidad y encierra en él
mismo un proyecto de vida. Entrar en esta dinámica de
configuración con Cristo es conocer y sintonizar, con la
utopía del Proyecto de vida de José Gras.
A este camino de configuración ayudará:
Profundizar la vida de oración y ejercitarse en la
práctica de la misma, en el silencio, en la reflexión y en la
102cf. Can. 646. 103cf. Const. 101. 104cf. Const. 102, 103.
88
capacidad de interiorización para ir gustando la relación
amorosa con Dios, Rey de Vida, de Bondad y de Bien.
El conocimiento progresivo de la persona de Cristo a
través de la Palabra de Dios.
La profundización del misterio de la realeza de Cristo
y de las exigencias de su seguimiento en contacto con la vida
y los escritos de José Gras, Madre Inés y otros documentos
institucionales.
Formarse en el espíritu de adoración desde una vida
contemplativa del mundo para ir consiguiendo el espíritu de
adoración y reparación propio de la Hija de Cristo Rey.
Reflexión y experiencia inicial de los consejos
evangélicos en la Vida Consagrada y a la luz de nuestras
Constituciones.
Se inicia en la confrontación personal e
intercomunitaria a la luz de la Palabra.
4. Dimensiones
HUMANA:
Profundizar en el proceso de integración y de maduración
personal para ir adquiriendo la identidad propia de mujer
consagrada, Hija de Cristo Rey.
Aspectos que nos ayudarán trabajar a esta dimensión:
Aceptación positiva de su cuerpo y su identidad
sexual.
Relectura de la historia personal, familiar y social
que lleve a una aceptación y reconciliación con la misma.
Reconocimiento de los propios sentimientos,
necesidades, deseos y valores que le ayuden a crecer en el
dominio de sí.
Maduración relacional que le posibilite vivir
relaciones cada vez más interdependientes.
89
Crecimiento en la capacidad de valorar con
objetividad los acontecimientos y las personas.
Ir adquiriendo la capacidad de respuesta libre, de
toma de decisiones y el asumir las consecuencias de las
mismas.
Aceptar y elaborar las rupturas que conlleva la
opción de vida religiosa.
Profundizar la elaboración del Proyecto Personal.
FRATERNA:
Colaborar en la construcción de una comunidad de Hijas de
Cristo Rey, desde las exigencias propias de todo grupo
humano y desde la vivencia de los valores esenciales de una
comunidad cristiana.
Aspectos que nos ayudarán a trabajar esta dimensión:
Capacidad de vivir en grupo con relaciones abiertas,
sinceras, respetuosas e incluyentes.
Habituarse a las exigencias de la vida comunitaria.
Trabajar los valores que favorecen la vida fraterna:
autenticidad, respeto, sinceridad y prudencia, diálogo,
confianza, escucha y corresponsabilidad.
Educarse para acoger la diversidad como riqueza e
integrar las diferentes culturas.105
Ejercitarse en el discernimiento comunitario como
medio para sintonizar con el querer de Dios, tanto en los
momentos importantes, como en las circunstancias
ordinarias de la vida.
Ir descubriendo la necesidad de amar y ser amados,
perdonar y ser perdonados.
Participación activa en la elaboración del Proyecto
Comunitario.
Experiencia de un estilo de vida sencillo, sobrio y
solidario, coherente con el voto de pobreza, con expresión
105 Const. 104
90
concreta en un presupuesto personal que confrontará con la
maestra.
APOSTÓLICA
Iniciarse en el sentido de la misión descubriendo, desde el
carisma de nuestro Instituto, lo que implica ser Apóstol de
la Soberanía de Jesucristo.
Aspectos que nos ayudarán a trabajar esta dimensión:
Identificarse con el Carisma y la Espiritualidad de la
Hija de Cristo Rey.
Se concientiza de sus aptitudes y celo apostólico.
Conciencia del propio proceso formativo con sentido
de misión.
Descubrir la misión del propio Instituto como vía
para colaborar en la construcción de una sociedad más
justa, solidaria y pacífica, según el Proyecto del Reino.
Realiza experiencias apostólicas que le ayuden a
conocer la misión educativa de las Hijas de Cristo Rey y a
confrontar las aptitudes personales para la misma.
Vivencia del sentido eclesial y participación en la
Iglesia local.
Realizan experiencias solidarias como respuestas que
desde nuestro carisma se pueden dar a las nuevas pobrezas,
manifestando así preocupación por la justicia y los
problemas del mundo.
Responsabilizarse del cuidado del medio ambiente en
actitud de agradecimiento por el don de la creación.
5.- Contenidos de etapa:
En este período los estudios no tienen la finalidad de
alcanzar títulos civiles y eclesiásticos. Deben ser serios y
sistemáticos, están encaminados a iluminar la fe, formar
91
convicciones, sostener comportamientos y opciones
ordenadas a la iniciación y formación en la vida en el
Instituto.
Todas las actividades y trabajos que se realicen en el
Noviciado han de favorecer a la formación integral.
En el programa de formación del noviciado hay que tener
presente las áreas señaladas en los documentos oficiales de
la iglesia106 y completada por los textos institucionales107. Se
presuponen una formación humana, cristiana e intelectual
para en esta etapa contemplar cuatro áreas principales: una
formación doctrinal, espiritual, carismática y apostólica.
106
Can 652; OFIR 46.47 107
Const.103; Dir. 76
92
BLOQUES TEMATICOS Conocimiento personal Espiritualidad Teología Misión Instituto
Psicología
Evolutiva II
Profundización en la
experiencia de Dios.
Condicionantes.
Introducción a la
Sagrada Escritura II
La Misión en la
Iglesia
La Etapa del
Noviciado.
Modelos
Antropológicos.
Virtudes teologales Introducción a la
Cristología y
Mariología
La Misión de la
HCR en la Iglesia
Carisma y
Espiritualidad de la
HCR.
Psicología
social. II
Consagración
bautismal y religiosa.
Consejos evangélicos.
Introducción a la
Eclesiología
El Apostolado de
la Educación.
Estudio de la vida
del P. Gras.
Autoconocimiento.
Profundización
Iniciar en la vivencia
del Misterio Pascual
Estudio y vivencia de
la liturgia
Estudio de los
valores de
justicia, paz .y
salvaguarda de la
creación en los
documentos del
propio Instituto.
Historia del
Instituto.
Profundización en la
Historia Vocacional.
Movitaciones.
Sacramentología II Las virtudes
propias de la HCR
Estudio de las
Constituciones.
93
6. Indicadores para evaluar esta etapa
Ha ido creciendo en su experiencia de Dios a través
de su relación con Jesucristo Rey:
- Crece en conocimiento y amor a Jesucristo y se va
identificando con sus sentimientos.
- Cuida la oración personal y comunitaria
- Va creciendo en el gusto de la relación con Dios.
- Se aprecia sintonía con la espiritualidad del
Instituto.
- Crece en la acogida de los tiempos de silencio,
reflexión e interiorización
- Va incorporando en sus actitudes, acciones y
criterios, algunos matices de los consejos evangélicos.
Ha habido proceso inicial de integración y
maduración personal
- Se siente bien con su identidad de mujer.
- Va creciendo en conocimiento propio.
- Ha ido creciendo en dominio de sí, manifestando
mayor estabilidad emocional.
- Muestra un talante alegre y sereno
- Sus relaciones van siendo abiertas, constructivas e
incluyentes.
- Va creciendo su capacidad de respuesta en libertad.
- Va aceptando las rupturas que conlleva la Opción
tomada.
- Elabora su Proyecto personal.
94
Ha tenido buena integración en la comunidad
- Va descubriendo los valores que favorecen la vida
fraterna
- Ha descubierto en la vida, la necesidad de amar y
perdonar
- Va siendo capaz de renunciar a sus propios
planes en bien de los demás.
- Crece en disponibilidad en la vida cotidiana y se
anticipa en el servicio.
- Va aprendiendo las exigencias de un estilo de
vida sencillo y sobrio.
Ha participado en la misión de la comunidad
- Sintoniza con la misión educativa de las Hijas de
Cristo Rey
- Es sensible ante las realidades de mayor
necesidad y sufrimiento
- Se interesa y participa en la lglesia local
- Es responsable en las tareas y estudios que
realiza.
7. Otros aspectos a tener en cuenta
7.1. El noviciado estará en una comunidad y obra que
favorezca un clima de serenidad, silencio y oración para
favorecer el objetivo de esta etapa.
7.2. Durante esta etapa se realizarán ejercicios espirituales
adaptados a dicha etapa.
95
7.3. Se participará en Centros intercongregacionales que
favorezcan la formación y la relación entre iguales.
7.4. La Maestra realizará un proceso de seguimiento con
cada novicia, ayudándose de la entrevista personal.
7.5. Durante el año no canónico, la novicia realizará la
experiencia apostólica formativa, que tiene como finalidad:
Ayudarla a experimentar y conocer mejor la misión
educativa de las Hijas de Cristo Rey.
Conocerla en otro contexto diferente al del noviciado.
Un mejor conocimiento de ella misma
Ayudarla en la transición al juniorado
Esta experiencia tendrá una duración de un trimestre.
Es la Formadora, en diálogo con la Provincial de la novicia,
la que elabora el proyecto para la experiencia.
La comunidad que acoge a la novicia, conocerá los objetivos
propuestos, los favorecerá y se implicará en la evaluación de
los mismos.
Corresponde a la Formadora acompañar y evaluar este
momento formativo.
7.6. En esta etapa se trabajará la dimensión económica
desde el punto de vista formativo, a través de la elaboración
del presupuesto personal, que confrontará con la Maestra.
7.7. La duración del Noviciado es de dos años. El primero se
requiere para la validez y no puede ser interrumpido por
más de tres meses continuos o discontinuos.
96
7.8. Dada la situación de escasez de vocaciones se
consideran necesarios los NOVICIADOS INTER-
PROVINCIALES donde se atienda adecuadamente a la
formación de las hermanas. Suponen una riqueza porque
favorecen la relación del grupo de iguales, la experiencia de
la diversidad y el intercambio cultural.
7.9. En la medida de lo posible se creará un EQUIPO DE
FORMACIÓN que junto con la Maestra colabora y evalúa la
labor formativa.
7.10. La Comunidad en la que está inserta el noviciado es
decisiva en la formación de la novicia, por lo que su estilo
debe ser acogedor, sencillo, testimoniante, en constante
actitud de búsqueda y conversión, conscientes de que las
limitaciones ayudan a que el proceso formativo sea más
real.
8. Orientaciones para la Maestra de novicias
La Maestra es la responsable directa de la formación
de la novicia, es Formadora con la palabra y sobre todo con
la vida.
Acompaña a la novicia en el proceso de asumir los
valores de la consagración como HCR y la orientación en la
elaboración de su Proyecto Personal.
Ayuda a crear un ambiente de sencillez, relaciones
fraternas, trabajo en común y libertad.
Forma con perspectivas de futuro.
Fomenta la participación y la colaboración, le ayuda
a valorar, discernir y juzgar.
97
La ayuda a crecer en responsabilidad y la orienta en
el uso crítico de los medios de comunicación.
Les transmite el amor al Instituto y a su Historia, al
Carisma y a la Misión.
JUNIORADO
El Juniorado abarca el tiempo destinado a madurar y
profundizar el deseo de entregarse totalmente a Jesucristo
Rey y consecuentemente a los hermanos.
Es la etapa más larga y más compleja de las etapas
iniciales. En un proceso gradual, la hermana, sintiéndose
seducida por Cristo, irá haciendo de Él, el centro de la
propia vida, abrazando la causa del Reino en favor de los
hombres sus hermanos
Por medio del acompañamiento personal y comunitario, la
hermana se irá incorporando, en la medida de sus
capacidades, a la vida apostólica del Instituto.
Conviene favorecer una experiencia apostólica y
comunitaria, suficientemente rica que le pueda ayudar al
discernimiento vocacional hasta su consagración perpetua
en el Instituto como Hija de Cristo Rey.
1.- Requisitos para iniciar esta etapa
Haber alcanzado satisfactoriamente los objetivos de
la etapa anterior
98
Apertura a continuar su proceso de formación según
las orientaciones y mediaciones que ofrece el Instituto.
Conocimiento y aceptación personal suficientes
Valoración del carisma e inicial sentido de
pertenencia al Instituto.
Capacidad de establecer vínculos afectivos y
experiencia de relaciones abiertas, sinceras e
interdependientes.
Experiencia de relación con el Señor, capacidad de
estar con Él.
Corresponsabilidad en la vida de la comunidad y en
las tareas encomendadas.
Deseo de compartir el proyecto personal y la fe.
Sensibilidad para la tarea apostólica, especialmente
ante la labor educativa.
2. Objetivo
Consolidar la Opción de seguir a Jesucristo Rey, en el
Instituto, favoreciendo un proceso de integración que
prepare a la hermana para la profesión definitiva en el
mismo, y asegure el crecimiento en la identidad y el sentido
de pertenencia.
3. Experiencia configuradora: Relación personal con
Jesucristo Rey
Es el tiempo de consolidar la experiencia cristocéntrica,
como núcleo fundamental que vaya configurando e
integrando su identidad de mujer consagrada Hija de Cristo
Rey al servicio del Reino.
99
Para conseguir esta experiencia configuradora:
Intensificar el conocimiento y amor a Cristo en la oración
que le lleve a entregar gratuitamente la vida por el Reino.
Nutrirse de la Palabra de Dios cada día para seguir
descubriendo su proyecto sobre la propia vida.
Ir haciendo una síntesis vivencial de contemplación-acción
que la lleve a la unidad de vida.
Adquirir una experiencia personal y responsable de la
práctica de los votos.
Celebrar y compartir la fe en comunidad en un ambiente de
serenidad, sencillez y confianza que lleve al compromiso
evangélico.
Profundizar en la Espiritualidad de José Gras, para
aprender de él, un modo propio de relacionarse
personalmente con Jesucristo Rey, y de mirar al mundo
para responder a sus grandes desafíos.
Ir asumiendo progresivamente las Constituciones, desde la
oración y la confrontación con la propia vida.
Sistematizar el estudio teológico de forma que le ayude a
dar razón de su fe108.
4. Dimensiones
HUMANA
Consolidar su identidad de mujer consagrada, integrando
progresivamente su historia personal y la realidad vivida,
siendo capaz de releerla
108
cf. Const. 117; Dir. 87
100
Aspectos que nos ayudarán a trabajar esta dimensión:
Acoger su propia historia y sus relaciones afectivas,
viviéndolas en libertad.
Ser capaz de tener un diálogo evangélico-crítico con
la realidad personal, comunitaria y social.
Asumir las dificultades que conllevan los ritmos
cotidianos y la rutina de la vida diaria para aprender a
crecer en fidelidad.
Jerarquizar los valores y organizar su tiempo de
manera que pueda atender a todo lo que esta etapa de
formación requiere.
Elaborar el proyecto personal, enriquecerlo y
dinamizarlo a medida que se integran las experiencias
propias de esta etapa.
Capacidad para vivir la soledad y la frustración.
Ir creciendo en la capacidad para afrontar el conflicto
y un manejo adecuado de las relaciones de poder.
Integración de la energía afectivo-sexual para vivir la
capacidad de amar y ser amada.
FRATERNA
Ahondar en el sentido y en la vivencia de la vida
comunitaria a la que somos convocadas para la misión,
implicándose en la construcción de la misma y sabiéndose
responsable del crecimiento de cada hermana109.
Aspectos que nos ayudarán a trabajar esta dimensión:
109 cf. Const 69, 70
101
Tener una actitud corresponsable en el proyecto
comunitario, buscando juntas la Voluntad de Dios.
Crecer en la actitud de escucha y discernimiento,
teniendo capacidad para la confrontación interpersonal y
comunitaria.
Capacidad de relaciones cada vez más
interdependientes, en gratuidad, verdad y en libertad.
Capacidad de acoger las posibilidades y límites
propios y de las demás; adaptándose a las nuevas
situaciones, personas de diferente condición, cultura y edad
y nuevo estilo de vida,
Capacidad de perdón.
Vivir con alegría las renuncias, el adelantarse en el
servicio a las demás y la práctica la abnegación110.
Descubrir que la vida fraterna es en sí misma
misión, profecía y anuncio del Reino.
Empeñarse en construir un estilo de vida sencillo,
austero y solidario.
APOSTÓLICA
Integrarse progresivamente en la acción apostólica del
Instituto111, de manera que se vaya asimilando la vida y
misión del mismo112.
Aspectos que nos ayudarán a trabajar esta dimensión:
Afianzarse en el carácter apostólico propio de nuestro
carisma en contacto con las obras113
110 cf. Const 68 111 cf. OFIR n. 60 112 cf. Const 115
102
Desarrollo del sentido eclesial de nuestra misión
educativa114.
Dejarse afectar por la Palabra de Dios y la realidad,
y vivir con pasión la causa del Reino.
Diálogo con las culturas, que lleve a una actitud de
conversión y compromiso en la acogida y la inclusión de las
distintas realidades sociales.
Preparación profesional y teológica, vivida con
sentido de misión115.
Equilibrio entre oración, trabajo y descanso.
Valoración y formación para integrar la dimensión lúdica y
celebrativa de la vida.
Compromiso en la vida diaria de cuidar el medio
ambiente.
Actualización en cuestiones ecológicas y la
responsabilidad de la comunidad internacional.
5. Contenidos de la etapa
Los contenidos, la función educativa y la instructiva, deben
formar una unidad tal, que el desarrollo intelectual en esta
etapa de formación, conduzca necesariamente a la madurez
de la persona y como mujer consagrada
113 cf. Const 117, 118, 119; Dir 187 114 cf. Const. 80 115 cf. Const 117
103
116 Contenidos específicos de la etapa juniorado, que deben capacitar a la junior para la inserción en la
vida apostólica. 117 En aquellos lugares donde sea posible, se adquirirán estos contenidos en centros específicos e
intercongregacionales
BLOQUES TEMÁTICOS
Conocimiento personal Pastoral Educativa116 Teología117 Instituto
Modelos antropológicos Pensamiento Educativo Sagrada Escritura La Etapa del Juniorado
Procesos Psíquicos
fundamentales.
La Misión Compartida desde la
Eclesiología de la Comunión.
Doctrina Social de la
Iglesia
Profundización en la realeza de
Cristo según la inspiración
carismática del P.F.
Psicología evolutiva La Catequesis Liturgia Profundización en el carisma,
espiritualidad y misión de la HCR
Psicología social. III.
Dinámica de grupo
Principios generales de
Misionología. Multiculturalidad,
interculturalidad, inculturación.
Antropología Teológica Profundización en el Instituto:
Constituciones y Documentos
Institucionales actuales.
El MAR Cristología y Mariología Estudio comparativo de la figura y
espiritualidad del P. Gras y M.
Inés
Gestión y Organización de
Centros Educativos
Eclesiología
Formación Pastoral Moral Fundamental y de
la Persona
Estudio de los actuales
documentos de la Iglesia sobre
justicia, paz y ecología
Teología de la Vida
Religiosa
Conocimiento del camino
interreligioso y ecuménico
Derecho Canónico de los
Religiosos
Sacramentología III
6. Indicadores para evaluar el proceso en esta etapa
Ha ido consolidando su identidad desde la
experiencia de relación personal con Jesucristo Rey y de la
consagración religiosa.
- En sus actitudes y opciones se aprecian criterios
evangélicos.
- La oración personal y comunitaria van siendo un
valor en su vida.
- Va descubriendo la presencia de Dios en los
acontecimientos de su vida.
- Va configurándose con Jesucristo Rey desde la
vivencia y radicalidad de los consejos evangélicos.
- Se va identificando con la espiritualidad de la
Hija de Cristo Rey y tiene manifestaciones de
amor al Instituto.
- Su modo de vivir se va orientando hacia la
sencillez, la abnegación, la confianza, el
descentramiento y la búsqueda de la Voluntad de
Dios.
Va creciendo en integración personal
- Se va aceptando en su identidad de mujer con sus
valores y límites.
- Sus relaciones en los distintos ámbitos se
perciben más maduras y libres.
- Realiza su proyecto personal y lo confronta.
- Su visión e interpretación de la realidad es más
objetiva.
2
- Va priorizando en su escala de valores y organiza
su tiempo para responder de manera responsable
a todo lo que se le encomienda.
- Se percibe mayor serenidad ante la soledad, la
rutina, la frustración y el conflicto. Mayor
estabilidad emocional.
Asume como suya la tarea de construir la comunidad
y las decisiones de la misma.
- Está más abierta a sacrificar tiempo e intereses
personales por los demás.
- Acepta el diálogo y la confrontación en las
situaciones de conflicto.
- Valora el acompañamiento personal y
comunitario y acoge las mediaciones desde la
obediencia
- Corresponsabilidad en las decisiones y compromisos comunitarios.
- Tiene gestos concretos de un estilo de vida sencillo, austero y solidario.
Se Ha hecho suyo el proyecto apostólico de la
comunidad
o aprecia responsabilidad en los estudios y en las tareas
encomendados.
o Comparte lo que hace y se comunica, pide ayuda y se deja
evaluar, sabiéndose enviada por la comunidad.
o Se percibe un equilibrio en los tiempos de oración, trabajo y
descanso.
o Se percibe entusiasmo e implicación en lo que hace.
o Va teniendo una actitud crítica constructiva consigo misma,
con la comunidad, con el Instituto y con la Iglesia.
3
7.- Otros aspectos a tener en cuenta
7.1. El juniorado es un tiempo prolongado que tiene
periodos diferentes en el proceso formativo. En unos se
priorizará más el estudio, en otros el trabajo apostólicos,
siempre cuidando la formación propia de la etapa y la
participación de la vida y misión de la comunidad.
Ordinariamente su duración será de 7 a 9 años.
7.2. Siempre que haya un grupo, las juniores estarán
en el juniorado los dos o tres primeros años, bajo la
dirección de la Maestra de Juniores.
7.3. Antes de los votos perpetuos, se posibilitará a la
junior realizar una experiencia de interculturalidad, de una
duración de un año. Para ello, habrá comunidades en los
tres continentes (una comunidad en cada continente),
designadas para esta experiencia con una persona
responsable de orientar la misma.
7.4. En esta etapa se debe cuidar la preparación
teológica y cuando se vea conveniente la formación
profesional de las hermanas, en función de los contextos y
de manera que lo que se clarifiquen sean las motivaciones
de cara a la Opción definitiva. Se cuidará especialmente la
formación carismática. 118
118
Cfr. Const 118, 119; Dir.87
4
7.5. Donde haya grupo, se propiciará un tiempo de
formación en vacaciones, acompañadas de la Maestra de
Juniores.119
7.6. El Instituto es responsable del acompañamiento
personal de la Junior, aunque tuviera otro acompañamiento
psicológico o espiritual.
7.7. Dada la importancia de esta etapa, el Gobierno
Provincial facilitará la preparación de las Formadoras y
Superioras Locales para que puedan acompañar a las
Juniores.
8.- Preparación a la Profesión Perpetua
“Antes de los votos perpetuos, a los que se debe dar
la máxima importancia porque nos incorporan
definitivamente al Instituto, se tendrá un período de
preparación intensa, que se dedicará fundamentalmente al
retiro, reflexión y oración, sin descuidar la formación, sobre
todo, de vida religiosa e institucional”. Const. 121
En la medida de lo posible se buscará que las
juniores formen grupo bajo la dirección de una hermana
Responsable.
8.1.-Requisitos para iniciar esta etapa
119
Cf Dir 91
5
- Sería conveniente solicitar la admisión a la Profesión
Perpetua, tras seis o siete años de Votos temporales120.
- Haber realizado un camino de suficiente consolidación
según los objetivos del juniorado.
- Un nivel satisfactorio de estabilidad y claridad vocacional
- Expresar el deseo de entregarse libremente y de manera
definitiva a Jesucristo en el Instituto.
- Que haya realizado una experiencia de interculturalidad en
alguna de las comunidades designadas para ello.
8.2.- Objetivos:
“Confirmar la Opción Vocacional y prepararse para la
Pertenencia definitiva a Jesucristo Rey en el Instituto”
- Revisar las experiencias vividas durante los años de votos
temporales en confrontación con el proyecto personal.
- Profundizar en la consagración y misión desde las
Constituciones.
- Ahondar en el espíritu del Instituto para participar más
activamente en su vida y misión.
8.3 Descripción de la preparación específica
120
Se considera que el tiempo de maduración de la joven hoy es más lento y al mismo tiempo no debe agotarse el tiempo de Votos Temporales prescrito por el Derecho Canónico.
6
La preparación será inmediata a la Celebración de
los Votos y tendrá una duración de al menos dos meses
incluyendo la experiencia de los Ejercicios Espirituales.
9.- Orientaciones para la Maestra de Juniores
El Juniorado, requiere, como las etapas anteriores,
un seguimiento cercano y bien orientado.
La Maestra de Juniores tiene en cuenta el Proyecto
personal de cada junior que se va enriqueciendo a medida
que va integrando todas las experiencias de este periodo.
Es necesario ayudarle a conjugar:
Lo que quiere y busca como ideal con la aceptación de
sÍ misma y su realidad.
Lo que ha descubierto como proyecto de vida y de
misión en el Instituto, con la realidad que éste le ofrece para
realizarlo.
La ilusión de la entrega al Señor y el dinamismo de
su inquietud apostólica.
Favorecerá el crecimiento de la junior en la vida que la
ayuda a:
Superar las crisis en las que la fe se hace fuerte.
Comprender el sentido de la esperanza y fidelidad.
Comprobar en la vida su capacidad de amar y
entregarse.
Para completar y actualizar el conocimiento teórico y
vivencial del Instituto y de lo que exige nuestra misión hoy,
la Maestra de juniores organizará encuentros y trabajos de
grupo, jornadas de estudio, días de retiro y oración. Esto
7
favorecerá la integración del grupo de juniores y el estímulo
que puede darse en la vivencia de sus compromisos121
Nuestra formación en otras etapas de la vida
“Las Hijas de Cristo Rey debemos mantenernos en actitud
constante de renovación y perfeccionamiento que nos ayude
a vivir las exigencias de nuestra consagración y nos impulse
al mejor cumplimiento de nuestra misión. Esto nos lleva al
compromiso personal de una continua formación que
desarrolle nuestras capacidades y valores”. (Const. n. 122)
Para mantener la fidelidad a la opción que hemos
hecho en diálogo con la cultura y para vivir con gozo nuestra
consagración, necesitamos estar atentas al Espíritu que
suscita en nosotras una dinámica de crecimiento hasta el
final de nuestra vida.
Cada una somos responsables de la respuesta que
damos a la llamada que día a día nos hace el Señor por ello
aunque se presentan las indicaciones propias de este
momento de la vida cada una recorre un camino único de
crecimiento y de configuración con Cristo, condicionado por
su propia historia, la cultura y otras circunstancias de la
vida.
121
Cf Const 135, Dir 90, 91, 106
8
1.- Objetivo
Dinamizar un proceso de maduración personal,
comunitaria y apostólica, a fin de integrar todo en torno a
Cristo para revitalizar nuestra vida consagrada como Hijas
de Cristo Rey.
Alcanzaremos este objetivo si trabajamos en procesos
de formación permanente que nos ayuden a:
a. Renovar la adhesión personal a Cristo Rey, por una
respuesta de amor y como razón de nuestra consagración
religiosa, que da sentido a la globalidad de nuestra vida. La
adhesión a Cristo es la única capaz de darnos la libertad,
disponibilidad y creatividad que deben caracterizar nuestra
respuesta vocacional.
b. Integrar mejor todos los aspectos de nuestra vida (humanos,
espirituales, intelectuales, pastorales) en una síntesis que
vaya alcanzando su unidad interior por la experiencia de fe
y consagración. Renovando nuestra identidad religiosa
viviremos con gozo la vocación recibida como el espacio de
nuestra plenitud personal.
c. Renovar la capacidad de hacernos hermanas en Cristo,
participando de modo activo, cotidiano y fraterno en la vida
de la comunidad y de todo el Instituto en sus diversos
niveles. Conformamos así comunidades creíbles, visibles y
proféticas que inviten a seguir a Jesús, de vivir
9
comunitariamente la misión122 y de construir una auténtica
fraternidad.
d. Revitalizar nuestro impulso apostólico, desde un
renovado celo por hacer reinar a Jesucristo y una más
profunda comprensión de nuestros tiempos y de las
necesidades de nuestro mundo. Buscamos ser más ardientes
apóstoles de la Soberanía de Jesucristo 123
e. Crecer en la aceptación serena de nosotras mismas y de
nuestra realidad, a fin de ponernos lealmente al servicio del
Evangelio desde nuestra propia pobreza personal. Que la
experiencia de fragilidad no nos paralice en nuestra
creatividad y capacidad de esforzarnos por vivir una vida
significativa.
f. Profundizar el carisma a la luz de las urgencias y desafíos
de los tiempos, lugares, culturas y sujetos sociales para
acoger la novedad del Espíritu y colaborar a transformar la
realidad social con la fuerza del don carismático recibido en
la Iglesia.
2.- Experiencia configuradora de esta etapa: Relación
Personal con Jesucristo Rey.
En un progresivo itinerario de fe y amor vamos haciendo de
nuestra vida un “No yo , sino Cristo” para que sea solo Él
quien ocupe nuestro corazón: “Cristo solo ha de ser el
122
Cf. Const. 21 123
Cfr. J. Gras, Carta 22-11-1905
10
Soberano de todos nuestros pensamientos, palabras, afectos y
obras” 124
La formación permanente, vivida en proceso, nos ayudará
al progresivo crecimiento en el amor a Cristo como deseaba
para nosotras José Gras: “Sí, amad mucho a Cristo Rey y no
le pidáis más que crecer en su divino amor” 125
Nuestro itinerario formativo nos ha de ayudar a
pasar “de la propia afirmación” a la “afirmación de “mi
persona en Cristo”, que no es otra cosa que tender
continuamente a afirmarnos en el propio carisma. El “que
sólo Cristo reine en mí”, implica una disposición siempre
nueva, radicalmente descentrada de sí misma que es un ir
“in crescendo” según el pensamiento de José Gras para que
nada impida, dificulte, o siquiera distraiga vuestra alma del
nobilísimo pensamiento y de la más laudable ocupación de
glorificarle y hacerle glorificar.126
Este crecimiento progresivo supone:
a. Imitar a Cristo
Nuestro seguimiento de Jesús no se reduce a creer en una
persona, ni a cumplir una serie de normas. Requiere
conocerlo a fondo para imitarlo y así seguirlo cada vez más
de cerca para llegar a ser memoria viva de su modo de ser y
actuar. José Gras nos dice: : “Las Hijas de Cristo han ser
fidelísimas imitadoras de su divino Padre y Rey”127. “Imagen
viva de Jesús, empleará cada cual todos los días de su
124
J.Gras. Cartas 25-09-1892 125
Cartas (sin fecha) C-B 102
126
Cf. Dos Palabras… 127
Carta 10-1-1889
11
peregrinación en la tierra, en la imitación de su Divino
Maestro”. 128
b. Asimilar su estilo de vida
Nuestro proceso formativo nos debe suscitar el deseo
de asimilar las actitudes de Jesús para llegar a ser como Él.
Descubrir que sólo Cristo Rey es nuestro tesoro es lo que
aviva o enciende este deseo, porque “donde está tu tesoro
allí estará también tu corazón” 129. La propia experiencia de
José Gras nos lo confirma: “…yo necesito un tesoro que me
aliente, que me vivifique… Ese tesoro de valor infinito,
único que puede satisfacer todas las aspiraciones y ansias
de mi corazón, ese tesoro es Jesucristo” 130.
c. Dejar que Cristo se forme en nosotras (nos vaya
trasformando)
Nuestro camino de formación permanente nos tiene
que ir llevando a poner a Jesús en el centro de nuestra
existencia, a que sea el absoluto de nuestra vida. No aspirar
nada, no buscar otro aliento, no tener otra ilusión fuera de
Cristo. "Sí, solo Cristo y siempre Cristo y en todas partes
Cristo ha de ser la divisa de vuestra alma y la victoria y
gloria de vuestra abnegación"131.
3.- Dimensiones en esta etapa
Para que el proceso de nuestra formación
permanente sea integral ha de tener en cuenta en el
desarrollo de sus contenidos estas dimensiones:
128
Regla de Vida.., V 129
Mt.6,21 130
E.B. Ag. 1902 131
R.V,II.
12
La vida en el Espíritu donde la Hija de Cristo Rey
encuentra su identidad y experimenta una serenidad
profunda es el clima propicio para crecer en fidelidad en el
seguimiento de Cristo. Bajo la acción del Espíritu aprende a
leer la vida a la luz de la Palabra de Dios y de las
Constituciones. Cuida intensamente los tiempos de oración,
de silencio, de soledad, y busca el don de la sabiduría en las
fatigas diarias.
La dimensión humana y fraterna nos exige el
conocimiento de nosotras mismas y de los propios límites.
Como mujeres consagradas experimentamos, la importancia
de la libertad interior, de la integración afectiva y de la
capacidad de comunicarnos con todos, especialmente en
nuestra propia comunidad. Ser mujeres serenas en el
espíritu y sensibles hacia aquellos que sufren. El amor por
la verdad y la coherencia entre el decir y el hacer, nos harán
testigos auténticos en nuestro mundo.
La dimensión apostólica nos abre la mente y el
corazón, disponiéndonos a ser apóstoles ardientes de la
Soberanía de Cristo. Esto significa, en la práctica, la
actualización de los métodos y de los objetivos de las
actividades apostólicas, en fidelidad al espíritu y al fin
pretendido por José Gras para nuestro Instituto, teniendo
en cuenta las condiciones cambiantes de la historia, la
cultura, y del ambiente en el que vivimos.
La dimensión cultural y profesional, fundada en una
sólida formación teológica, nos capacita al discernimiento,
nos exige una actualización continua y una particular
atención a los diversos campos a los que se orienta nuestro
carisma. Es necesario, por tanto, mantener una mentalidad
lo más flexible y abierta posible, para que nuestro servicio
13
sea comprendido y desempeñado según las exigencias de
nuestro tiempo, sirviéndonos, para realizar la misión, de los
instrumentos ofrecidos por el progreso cultural132
La dimensión carismática nos llama a tener especial
interés en todo lo que se relaciona con nuestro propio
carisma y espiritualidad, que iremos haciendo vida
asimilándolos a través de la lectura, estudio y reflexión de
José Gras y M. Inés, documentos institucionales y los que se
refieren a la historia y actividades de nuestro Instituto.133
Estas dimensiones de la formación, ayudarán a cada
Hija de Cristo Rey, según sus capacidades y necesdades, a
una permanente renovación y actualización. Se irán
desarrollando de acuerdo a la Programción Provicial, el
Proyecto comunitario y el Proyecyo personal.
4.- Etapas de la vida
a.- Primeros años después de la profesión perpetua.
En este tiempo la entrega a la misión, vivida en comunidad,
va configurando el ser de apóstol como Hija de Cristo Rey.
La hermana tiene conciencia de su propio valer, de su
creatividad, de sus deseos y proyectos. Siente su fuerte
vitalidad, la resistencia que la misma realidad le impone y
la necesidad de dirigir todas sus fuerzas a hacer reinar a
Cristo. Va asentando su personalidad ante las pruebas de la
vida y la misión propia del Instituto.
b.- Hermanas de mediana edad: alrededor de los 45 años.
Es una época de madurez, si las tensiones y
conflictos se han ido resolviendo e integrando desde la fe en
132
Cf. Const.n. 88, 89 133
Cf Dir, 61
14
las etapas vitales anteriores. Desde la experiencia se hace
posible afrontar la vida con mayor serenidad y seguridad
aprendiendo a darle más calidad y hondura.
Se va alcanzando una visión más global de la vida
aprendiendo a diferenciar lo esencial de lo accesorio.
Es una etapa de despliegue de las capacidades y de
asumir mayores responsabilidades apostólicas. La misión,
cada vez más, da sentido a la vida.
Se experimentan de diferentes maneras las crisis de
realismo. La mayor maduración afectiva no impide que
broten con fuerza necesidades que parecían integradas:
búsqueda de gratificaciones afectivas, relación dependiente
con la familia, deseos de pertenecer a un tú humano, deseos
de valoración… La hermana está llamada a afrontar la
soledad y vulnerabilidad inevitables y a reconocer en ellas
la presencia del Señor.
Es necesario tomar conciencia de los riesgos de esta
etapa y de sus posibilidades. Cierto desencanto puede
disfrazarse de activismo, de instalación o individualismo.
En este tiempo es importante poder contrastar la
vida de manera personal y dejarse acompañar por la
comunidad y otras relaciones de amistad.
c.- Hermanas mayores: alrededor de los 65 años.
La persona ha adquirido una cierta plenitud, posee
experiencia y una personalidad más consolidada y, por eso,
mejor que en cualquier otro momento puede vivir el tiempo
como experiencia de salvación, es decir, como plena
manifestación de Dios. Tiempo de gratuidad, de asombro, de
disponibilidad, de transparencia, de alegría por la
consagración, de ternura y bienaventuranza. Tiempo de
serenidad y sabiduría, de libertad interior después de tantos
15
años permaneciendo en la entrega. Tiempo de integración
de vivencias y de experimentar la cercanía y misericordia de
Dios que nos lleva a proclamar su grandeza.
Es una época de cambios importantes en la vida de la
persona: retiro profesional, disminución física, añoranza por
el pasado, dificultad para iniciar nuevos proyectos
pastorales. Tiempo no exento de tensiones, soledad y límites
que se van experimentando.
Es un espacio privilegiado para el re-descubrimiento
en más hondura del sentido religioso de la vida y de la
experiencia pascual; para re-aprender a confiarse en otros y
a traspasar la antorcha a las más jóvenes. Conlleva
exigencias fuertes: renuncia a las satisfacciones de la
actividad apostólica, asumir la enfermedad y limitación,
sentimientos de fracaso, incomprensión, marginación;
sensación de insignificancia e inutilidad.
Sabemos que en la opción de seguir a Jesús no hay
jubilación. Pero, cuesta resituarse y ver este tiempo como
oportunidad de abrirse a un nuevo servicio gratuito a los
más necesitados de nuestro entorno, de establecer una
relación más profunda con el Señor y de crecer en la calidad
de los encuentros.
d.- En la enfermedad y en la edad avanzada: alrededor de
los 75 años.
La edad avanzada presenta problemas nuevos, que se han
de afrontar previamente con un esmerado programa de
apoyo espiritual. El progresivo alejamiento de la actividad,
la enfermedad en algunos casos o la inactividad forzosa, son
una experiencia que puede ser altamente formativa.
Aunque sea un momento frecuentemente doloroso, ofrece
sin embargo a la persona consagrada anciana la
16
oportunidad de dejarse plasmar por la experiencia pascual,
conformándose a Cristo crucificado que cumple en todo la
voluntad del Padre y se abandona en sus manos hasta
encomendarle el espíritu. 134 Esta edad plantea nuevos
desafíos. Cada hermana la vive de un modo distinto, pero,
tarde o temprano, ha de experimentar la enfermedad y los
límites de la existencia.
En la vida religiosa, como creyentes, queremos testimoniar
que “aunque se desmorone nuestro ser exterior, el hombre
interior se rejuvenece”135 y tiene sentido por tanto, hablar
del corazón joven como la sede de nosotras mismas que
nunca muere: el amor, las grandes aspiraciones, los deseos
de paz, justicia, reconciliación.
Para nosotras, que hemos buscado toda nuestra vida
encontrarnos con Jesús, tiene sentido prepararnos para el
encuentro definitivo con el Señor, activando la confianza, la
esperanza y el amor.
Es el tiempo de vivir en plenitud el dejar hacer a Dios. Nos
pone en contacto con la dimensión del misterio de la vida.
Podríamos decir también que es el tiempo de la cosecha, el
momento de transparentar de una manera más nítida el
carisma recibido. Es la historia de una libertad conquistada
por Dios y para el Reino.
5.- Ámbitos concretos de la formación
5.1.- Nivel personal
Cada hermana es la principal responsable de su
formación136, para ello es preciso llegar a este
convencimiento. “Puesto que el sujeto de la formación es la
134
Cf V.C. n. 70 135
1Cor. 6 136
Cf. Const. 88. Direct. 59
17
persona en cada fase de la vida, el término de la formación
es la totalidad del ser humano. El amor a Dios y a los
hermanos es un dinamismo vigoroso que puede inspirar
constantemente el camino de crecimiento y fidelidad”137
Nos serviremos de los distintos medios y posibilidades
formativas que nos ayuden en nuestro crecimiento personal:
lecturas sistemáticas, cursos de formación presenciales y/u
on-line, encuentros…
Participaremos en cursos relacionados con nuestro servicio
concreto que deberán ser aprobados por la comunidad y
reflejados en el Proyecto Comunitario.
Cuidaremos nuestros ritmos de crecimiento formativo a
través del proyecto personal.
5.2.- Nivel comunitario
Un elemento fundamental para nuestra formación es
la comunidad138. La comunidad local “es la sede y el
ambiente natural del proceso de crecimiento de todos, donde
cada uno se hace corresponsable del crecimiento del otro. La
comunidad es, además, el lugar donde, día a día, se nos
ayuda a responder, como personas consagradas portadoras
de un carisma común, a las necesidades de los más
postergados y a los retos de la nueva sociedad”139.
La vida fraterna en comunidad es el contexto donde
vamos aprendiendo cada día el arte de crecer juntas,
dejándonos formar y modelar por cada una de las hermanas,
que son instrumento de la acción formadora del Padre. La
comunidad que ha de cultivar una mentalidad favorable a la
formación, dispone de abundantes instrumentos para favorecerla:
137
V.C. n. 71 138
Const. n. 93 139
Vida Fraterna en Comunidad n. 43
18
encuentros, retiros, convivencias, espacios y tiempos para la
interiorización y el silencio.
Cada comunidad al elaborar el proyecto comunitario ha de concretar los medios y formas para la formación de sus miembros.
Será generosa en favorecer la participación de las hermanas en los distintos cursos que favorezcan su formación.
Un medio importante para la formación de la comunidad es el compartir semanalmente la Palabra y dedicar un tiempo para la reflexión de diversos temas.
Mantendremos actualizadas nuestras bibliotecas con libros y revistas referentes a las distintas dimensiones de la formación.
5.3.- Nivel provincial
Para ayudar a las hermanas en su proceso de formación la Provincia establece líneas operativas y ofrece recursos personales y comunitarios que ayudan en la formación.
Equipos Provinciales.
Programación trienal
La planificación anual
La organización de cursos
5.4.- Nivel general
El Gobierno General estará abierto a impulsar la formación en todos los niveles del Instituto usando para ello los diversos medios de acción y comunicación de los cuales dispone. Podrá organizar actividades especiales de formación como los cursos de renovación espiritual internacionales e interculturales y estar atento a la formación para servicios específicos (gobierno, formación,
19
economía, etc.) La animación de esto se lleva a cabo por la responsable general de formación140.
6.- Tiempo específico de renovación.
El Instituto nos ofrece tiempos fuertes de renovación interior y conversión en los que se da una verdadera experiencia de Dios que permite confrontar la vida a la luz del Evangelio y de nuestro propio carisma. (Cf. Const. 106) Dispondremos de un tiempo suficientemente largo para redimensionar la propia vocación al servicio del Reino. Este periodo estará dinamizado por la riqueza de la interculturalidad y universalidad de nuestro Instituto y abierto a la realidad de nuestro mundo. Viviremos esta experiencia partiendo de nuestra situación personal y desde nuestra propia libertad y responsabilidad.
Esta renovación se nos propone en tres momentos de nuestra vida:
Transcurridos diez años de votos perpetuos.
En torno a los 25 años de consagración.
En torno a los 50 años de consagración. Transcurridos diez años de votos perpetuos. “Galilea”
“Subió al monte, convocó a los que Él
quería y se acercaron a Él. Entonces constituyó a doce, para que estuviesen con Él y para enviarlos a predicar…” (Mc 3, 13-14)
Después de varios años de plena actividad en la misión cada Hija de Cristo Rey contaremos con un tiempo de renovación que nos ayude a reavivar nuestro ser de apóstol.
140
Cfr. Dir. n. 124
20
Objetivo Vivir una fuerte experiencia de la propia vocación que nos posibilite hacer una nueva síntesis de nuestra vida y redimensionar así el seguimiento radical de Jesucristo Rey. Propuestas orientativas
Tiempo: alrededor de tres meses
Lugar: una casa que reúna condiciones para ayudar a conseguir el objetivo propuesto.
Contenidos:
Conocimiento del grupo y de la riqueza del Instituto en sus diversas culturas.
Contacto con los lugares más significativos de P. Gras y M. Inés.
Experiencia fuerte de Dios que posibilite una renovación vocacional.
Profundización en la Identidad propia de la Hija de Cristo Rey.
Ejercicios Espirituales. En torno a los 25 años de consagración. “Emaús”
“Quédate con nosotros, que se hace tarde y el día va de caída. Entró para quedarse con ellos”. (Lucas 24, 13-35)
Después de 25 años de entrega en la misión, el Instituto nos ofrece un tiempo para confrontar las motivaciones de nuestra opción y renovar nuestra donación a Dios y a los hermanos.
21
Objetivo Ayudar a recuperar un tono más alto de vida espiritual y apostólica para entregarnos con mayor generosidad a los hermanos de manera más sosegada y discreta a la vez que más transparente y rica de gracia. Propuestas orientativas
Tiempo: alrededor de tres meses
Lugar: una casa que reúna condiciones para ayudar a conseguir el objetivo propuesto.
Contenidos:
Conocimiento de los límites humanos y cambios psicofísicos propios de esta edad, como medio para madurar y crecer en el amor, la libertad y la donación en la misión.
Conocimiento de las distintas culturas donde se lleva a cabo la misión del Instituto.
Experiencia fuerte de Dios en la oración que nos ayude a una mayor entrega en la misión.
Carisma, espiritualidad y misión.
Ejercicios Espirituales. En torno a los 50 años de consagración. “Betania”
“Yendo de camino, entró Jesús en una aldea. Una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, la cual, sentada a los pies
22
del Señor, escuchaba sus palabras”. (Lc, 10, 38-39)
Después de 50 años de vida en el Instituto, dispondremos de un tiempo de renovación que nos ayude a integrar y aceptar, con serenidad, las limitaciones propias de esta edad para seguir siendo fecundas apostólicamente desde esta nueva realidad existencial. Objetivo Confirmar a la Hija de Cristo Rey en la misión que todavía puede llevar a cabo y ayudar a mantener, desde la fe y la Palabra de Dios, una actitud serena, alegre y esperanzada en su nueva situación vital. Propuestas orientativas
Tiempo: alrededor de tres meses
Lugar: una casa que reúna condiciones para ayudar a conseguir el objetivo propuesto.
Contenidos:
Nuestra realidad de mujeres consagradas en este momento de la vida y en esta historia.
Relaciones fraternas y testimonio gozoso de entrega al Señor.
Dinamismo de la vida teologal.
Relectura de nuestras fuentes carismáticas.
Ejercicios Espirituales.
7.- Indicadores para evaluar nuestro proceso de formación
Para mantenernos en una tónica de crecimiento constante nos ayudará el preguntarnos cómo vamos respondiendo a las distintas exigencias de nuestra propia formación:
23
Vida en el espíritu:
Voy creciendo en mi relación personal con el Señor a través de la oración, la lectura de la Palabra de Dios y de las Constituciones.
La relación con el Señor me ilumina verdaderamente la vida, me ayuda a vivir en un clima de fe lo cotidiano y a superar las dificultades.
El silencio y la soledad son espacios propicios para crecer en mi vida interior.
Dimensión humana y fraterna:
Voy conociendo y aceptando mis propios límites.
Voy resolviendo e integrando las tensiones y los conflictos desde la fe y el diálogo
Me siento libre interiormente para expresarme y para acoger lo diferente.
Mi relación con los hermanos, especialmente dentro de mi propia comunidad es abierta, y basada en el respeto, estima e interés por el otro.
Mi vida es coherente entre el decir y el hacer.
La dimensión apostólica:
Crece mi ardor y deseo de hacer reinar a Cristo en el puesto de misión que el Instituto me encomienda.
Busco los medios más adecuados para evangelizar en el lugar y momento histórico donde realizo la misión.
Me siento identificada con la misión de hacer reinar a Cristo a través del apostolado de la educación.
La dimensión cultural y profesional:
24
Enriquezco mis conocimientos del mundo y de la realidad del entorno por medio de la lectura y de lo que me llega a través de los medios de comunicación.
Estoy abierta a acoger los nuevos métodos e instrumentos ofrecidos por el progreso cultural.
Voy completando mis conocimientos teológicos, bíblicos y doctrinales que me ayudan en mi crecimiento como persona consagrada para la misión.
La dimensión carismática:
Me siento satisfecha, en este momento, de mi conocimiento del carisma y espiritualidad propios. Profundizo en ello a través de la lectura y reflexión de los documentos que me ofrece el Instituto.
Acercarme a los escritos del Padre y de la Madre Inés me ayuda a mantener vivo el entusiasmo de ser Hija de Cristo Rey.
Acojo todos los recursos que se me ofrecen para mi formación institucional.
8.- Centro Internacional de Estudios del Fundador (CIEF)
El CIEF es un recurso importante para la formación continua de las hermanas en las distintas etapas formativas y de la familia Cristo Rey. El Instituto nos ofrece la posibilidad de conocer y profundizar en la riqueza carismática e institucional, desde el pensamiento del Padre Fundador y de Madre Inés.
Depende directamente del Gobierno General delegando en una hermana la responsabilidad del mismo.
25
ANEXOS
Instituto Hijas de Cristo Rey
FICHA DE SEGUIMIENTO DEL PROCESO FORMATIVO Datos personales Nombre y apellidos: Fecha de Nacimiento: Ciudad: País: Documento de Identidad: Nombre del padre y de la madre: Cualidades humanas: Salud: Carácter:
- Inteligencia y sentido práctico: - Integración de la afectividad: - Capacidad de comunicación - Capacidad de reflexión: - Modo de emplear el tiempo libre: - Antecedentes familiares
26
- Características familiares: - Ambiente socio-religioso: - Relación de la joven con los padres y hermanos (armonía-
confianza, agresividad , dependencia…): - Estilo de vida: costumbres familiares
Relaciones sociales:
- Capacidad para vivir en grupo: - Experiencias de amistad. - Relaciones con el otro sexo - Libertad/dependencia en estas relaciones: - Capacidad de comunicación: - Capacidad de compartir - Actitud ante la realidad social, eclesial, política (radical,
indiferente, comprometida…): - Actitud ante el trabajo - Responsabilidad: - Creatividad: - Disponibilidad: - Servicio:
En las tareas apostólicas:
- Capacidad de entrega - Gratuidad, disponibilidad - Preparación adecuada - Celo apostólico
Relación con Dios
- Conciencia de la acción de Dios en su vida - Trayectoria de la experiencia de Dios, vivencias que la han
marcado. - Proyección de esta experiencia en el compromiso con los otros y
con la realidad. - Procesos de su vida de oración.
Relación con el Instituto
- Interés por conocerlo - Sintonía con su espíritu y misión - Respuestas ante las exigencias que se le presentan
27
- Como asume e integra el ideal y la realidad que el Instituto le ofrece.
NB: Esta ficha es confidencial y sólo será conocida por la formadora. Al llegar el momento de los Votos Perpetuos se destruirá.
Cuestionario de motivaciones al finalizar la etapa previa
LA LLAMADA
Crees que estás realizando tu vida?
Qué es lo que piensas te falta?
Qué te gustaría vivir?
Qué te ha llevado a seguir este camino?
Estas en el sitio que tu siempre has ideado?
Por qué crees que el Señor te llama? Cuáles son los signos, las señales?
En que campo de su Reino sientes la llamada y tú te sientes más útil?
Que significado das en tu vida a la persona de Jesús Rey?
Que congregaciones religiosas conoces?
HIJAS DE CRISTO REY
Por qué has escogido caminar con las Hijas de Cristo Rey?
Qué es lo que te atrae más en las Hijas de Cristo Rey?
Eres feliz con la opción que has hecho? Te sientes llamada para la educación?
Vives con alegría las renuncias que esta llamada te pide?
Piensas que tienes salud y fuerzas para vivir la vida de las HCR?
Si te pidieran dejar estudios, cambiar de carrera, hasta dejar tu país, lo harías?
28
Si te dijeran que no eres apta para esta vida, qué harías en tu vida, como trabarías por el Reino?
EL ENTORNO FAMILIAR
Vives un clima de relación normal con los tuyos?
Tus padres están de acuerdo con este planteamiento?
Quien te ha ayudado mas de tu familia a dar este paso?
Quien menos?
Qué es lo que más les cuesta a los tuyos de esta decisión tuya?
Necesita tu familia de tu aporte económico?
Cuestionario Evaluación Primer año Postulantado
Pidiendo Luz al Señor en la Oración y con la máxima libertad y transparencia posible, contesta estas preguntas por escrito:
1. Si tuvieras que definir estos meses de Postulantado en dos o
tres palabras ¿qué dirías? 2. De todo lo vivido…,¿qué es lo que más te ha ayudado en
relación con los demás, contigo misma y con el Señor? 3. ¿Qué es lo que más te ha costado? ¿y qué lo que más te
cuesta? ¿Qué crees que Dios puede estar diciéndote en medio de esa dificultad?
4. De los temas de formación ¿Cuál te ha llamado más la atención o te ha llegado más?
5. De las tareas apostólicas ¿qué has aprendido? 6. En relación con tu familia, tus amigos, tu ambiente, tus
“lazos” ¿qué es lo que más te ha costado dejar? ¿a qué o quiénes crees que estás todavía de alguna manera atada?
7. En tu relación con el Señor ¿qué has descubierto en este año? ¿crees que has crecido en ella? ¿qué puedes poner aún de tu parte?
29
8. En tu proceso humano ¿has caminado, o te ves como cuando llegaste aquí?
9. ¿Qué crees que podría ayudarte a sentirte cada día más “postulante de las HCR”?
NB. solo para uso interno de la formadora y autoevaluación de la postulante
Cuestionario de motivaciones al finalizar el Postulantado
1. Haz una descripción de ti misma en la que pongas de
manifiesto aquellos aspectos en los que te has ido
conociendo durante estos dos años.
2. ¿Qué hechos de tu vida te han ido descubriendo que Dios te
llama a la Vida Religiosa?
3. Los dos años de postulantado ¿te han ayudado a clarificar tu
vocación? ¿en qué lo has notado?
4. ¿Qué es lo que ahora te mueve a decir Sí al Señor en una
nueva etapa?
5. En tu relación con el Señor ¿crees que has crecido en este
tiempo?
6. ¿Por qué quieres elegir la consagración a Dios sobre otros
estados de vida?
7. ¿Cómo te has sentido con la comunidad de Hijas de Cristo
Rey en este tiempo de formación?
8. Con respecto al Instituto: ¿Por qué lo eliges? ¿Qué
exigencias te presenta?
9. ¿Qué es lo que más te llama la atención de las Hijas de Cristo
Rey?
30
Cuestionario de motivaciones para el primer año de noviciado
1. ¿Me ha ayudado este año de formación a afianzar mi
vocación como Hija de Cristo Rey?
2. ¿Qué he descubierto como motivaciones fuertes que
alientan mi seguimiento al Señor?
3. ¿Qué valores humanos me reconozco? ¿Cuáles he
descubierto en este tiempo?
4. ¿Cómo y en qué aspectos ha influido en mí la vida
comunitaria?
5. ¿Qué es lo que más me ha enriquecido este año en mi
formación personal?
6. ¿En qué aspectos de la vida religiosa quisiera seguir
profundizando?
7. ¿Qué sugiero para enriquecer mi Proyecto Personal?
Cuestionario de motivaciones para el segundo año de noviciado
1. ¿Qué es lo que más me ha ayudado este año a dar una
respuesta libre y consciente a la llamada de Dios?
2. ¿Qué me mueve a consagrar mi vida a Cristo y a la extensión
de su REINADO?
3. ¿De qué forma la vida de oración experimentada en el
Noviciado ha ido centrando mi vida en Cristo?
4. ¿Qué aspectos de la vida religiosa han influido más en mí?
31
5. ¿Qué ha sido para mí la experiencia de vida comunitaria?
6. ¿Qué valores he descubierto en la comunidad de Hijas de
Cristo Rey en este tiempo de formación?
7. ¿Qué exigencias ha creado en mí la vida de comunidad?
8. Durante este tiempo de formación, ¿Cómo he procurado
integrar en mi vida la relación con Dios y con las hermanas?
9. ¿Qué es lo que más me ha ayudado para asumir los valores
de la vida consagrada?
10. La experiencia de los votos, ¿Qué exigencias ha despertado
en mí?
11. ¿Qué características he descubierto a través de la
formación, del espíritu y misión del Instituto?
12. ¿Qué me ha ayudado a ir asimilando las notas características
de la espiritualidad de la Hija de Cristo Rey?
13. ¿Hasta qué punto todo lo recibido en el Noviciado ha
despertado en mí una inquietud apostólica que me
comprometa a extender el Reinado de Cristo?
Fecha………………………………………… Firma…………………………………………
El Proyecto Personal
El Proyecto Personal tiene como objetivo capacitarnos para dar una adecuada respuesta a los diversos desafíos que experimenta nuestra vida religiosa apostólica. Este nos obliga a tomarnos la vida en serio y nos hace entrar en un proceso de autentificación personal y de crecimiento humano, espiritual y como Hija de Cristo Rey.
Las Pautas que ofrecemos del Proyecto Personal nos deben ayudar a elaborar nuestro propio Proyecto. Partiendo de nuestra
32
realidad, iluminada por el Evangelio y las Constituciones, llegaremos a adoptar compromisos concretos y graduales. DIMENSIONES DE NUESTRA VIDA
Experiencia configuradora. Relación personal con Jesucristo Rey. 1.- Mi relación con el Señor. 2.- Confrontación con la Palabra de Dios y la Palabra Institucional. 3.- Carisma y espiritualidad 4.- Identidad y pertenencia. 5.- Desde la centralidad del seguimiento de Jesús, vivir los votos como algo positivo, como respuesta evangélica a la humanidad.
Dimension humana. 1.- Cultivar y recuperar entre nosotras todo lo humano, sobre todo la ilusión y la felicidad de la vida. O somos expertas en humanidad o difícilmente diremos algo. 2.- Cuidar y atender el momento vital en que estamos cada una. 3.- Conocimiento y valoración de nuestra identidad como mujeres.
Dimension fraterna.
33
1.- Cómo es el mundo de nuetras relaciones. Nuestro ecosistema personal y comunitario. El mundo de la pluralidad y la variedad. 2.- De una forma especial, cuidar y trabajar la comunidad como espacio de relación, de acogida y referencia humana, y ámbito de crecimiento y maduración de nuestra fe. La comunidad como espacio de celebración y fiesta. 3.- Promover el diálogo, superando tanto la intolerancia como el relativismo. Valoración de la diversidad como complementariedad y riqueza, aprendiendo a vivir con lo diferente y familiarizándose con la apertura y el respeto hacia las otras culturas.
Dimensión apostólica.
1.- Sentido eclesial de nuestra misión educativa. 2.- Confrontar con la Palabra de Dios y la realidad y vivir con pasión la causa del Reino. 3.- Diálogo con las culturas, que lleve a una actitud de conversión y compromiso en la acogida y la inclusión de las distintas realidades sociales. 4.- Formación, vivida con sentido de misión. 5.- Equilibrio entre oración, trabajo y descanso. 6.- Vivencia gozosa y testimoniante de la consagración.
En cada una de las dimensiones debemos preguntarnos:
1. ¿Cómo ando en este tema? 2. ¿Por qué estoy así? 3. ¿Cómo puedo mejorar para ser más coherente con
mi opción de vida como Hija de Cristo Rey?
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4. ¿A qué me comprometo? (Uno o dos compromisos
para el año) 5. ¿Qué medios concretos voy a utilizar?
Una vez examinadas las dimensiones, elaborar el Proyecto
Personal en un esquema sencillo. A modo de ejemplo:
MI PROYECTO PERSONAL
Lo ilumino con la siguiente Palabra de Dios y del Instituto: …………………………………………………
Me comprometo en este año:
………………………………………………….. …………………………………………………..
Voy a utilizar los medios siguientes: …………………………………………… …………………………………………… ……………………………………………
Voy a evaluarlo cada:
………………………………
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………………………………
Lo voy a confrontar con: ……………………………………………….. ………………………………………………..
MODELOS DE INFORMES
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Hijas de Cristo Rey
INFORME DE LA ENCARGADA DE POSTULANTES Objeto del Informe: Admisión al Noviciado Nombre: Fecha y Lugar de Nacimiento:
1.- Características de su personalidad: ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ 2.- ¿Ha ido conociendo la persona de Jesús e iniciándose en el encuentro personal con Él?
o Busca tiempos de oración personal y se deja iluminar por la Palabra. Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Va adquiriendo capacidad de silencio e interiorización. Muy poca poca algo bastante mucha
o Es capaz de compartir la vida desde la fe Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Va reconociendo las imágenes de Dios presentes en su vida y las contrasta con la Palabra. Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
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VALORACIÓN:-_______________________________________________________ _______________________________________________________ _______________________________________________________ _______________________________________________________ 3.- ¿Ha ido creciendo en el conocimiento propio desde la aceptación de su historia personal?
o Se conoce mejor a sí misma, va aceptando su historia personal y leyéndola en clave de Historia de Salvación. Muy poco poco algo bastante mucho
o Reconoce y aprende a expresar los propios sentimientos, necesidades, deseos y valores Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Va trabajando en la integración de su afectividad y sexualidad como valores positivos en el conjunto de su personalidad Muy poco poco algo bastante mucho
o Está abierta a dejarse acompañar y confrontar. Muy poco poco algo bastante mucho
VALORACIÓN:-__________________________________________________________ __________________________________________________________ __________________________________________________________ __________________________________________________________ 4. ¿ Se ha iniciado en la experiencia de la vida en grupo?
o Crece en los niveles de comunicación, en el diálogo, respeto y sinceridad
Muy poco poco algo bastante mucho
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o Va captando las necesidades de los demás y abriéndose al servicio. Muy poco poco algo bastante mucho
o En sus experiencias de grupo y amistad, crece en apertura, profundidad y libertad. Muy poco poco algo bastante mucho
o Se siente a gusto en la comunidad Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Aprende a valorar la diversidad y se va familiarizando con la apertura y el respeto a lo diferente. Muy poco poco algo bastante mucho
o Muestra capacidad de desprendimiento y ruptura para iniciarse en esta nueva experiencia de vida.
Muy poco poco algo bastante mucho
VALORACIÓN:-_______________________________________________________ _____________________________________________________ _____________________________________________________ _____________________________________________________ _____________________________________________________
5.- ¿Ha ido descubriendo que el seguimiento de Jesús en nuestro Instituto, lleva implícito el deseo de extender su Reino?
o Muestra inquietud apostólica y atractivo por nuestro carisma Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
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o Muestra sintonía con las actividades apostólicas de la comunidad. Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Va desarrollando una actitud crítica ante la realidad y aprendiendo a tomar una posición evangélica en las situaciones de injusticia Muy poco poco algo bastante mucho o Ha crecido en responsabilidad en su trabajo y estudio Muy poco poco algo bastante mucho o Se implica en el Movimiento Apostólico Cristo Rey
Muy poco poco algo bastante mucho
VALORACIÓN:_______________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ Otros: ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ Síntesis de las motivaciones dadas por la postulante:
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
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Orientaciones para el futuro:
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
¿Ofrece suficiente garantía para ser admitida al Noviciado?
En________________ a _____de______________de___________ Fdo: La Encargada de Postulantes
Hijas de Cristo Rey
INFORME DE LA MAESTRA DE NOVICIAS
Objeto del Informe: Admisión a la Primera Profesión Nombre: Fecha y Lugar de Nacimiento: 1.- Características de su personalidad: _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
- Ha ido creciendo en su experiencia de Dios a través de su relación con Jesucristo Rey:
o Crece en conocimiento y amor a Jesucristo.
41
Muy poco poco algo bastante mucho
o Cuida la oración personal y comunitaria
Muy poco poco algo bastante mucho
o Va creciendo en el gusto de la relación con Dios. Muy poco poco algo bastante mucho
o Se aprecia sintonía con la espiritualidad del Instituto. Muy poco poco algo bastante mucho
o Crece en la acogida de los tiempos de silencio, reflexión e interiorización Muy poco poco algo bastante mucho
o Va incorporando en sus actitudes, acciones y criterios, algunos matices de los consejos evangélicos. Muy poco poco algo bastante mucho
VALORACIÓN _______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
- Ha habido proceso inicial de integración y maduración personal
o Se siente bien con su identidad de mujer. Muy poco poco algo bastante mucho
o Va creciendo en conocimiento propio.
Muy poco poco algo bastante mucho
o Ha ido creciendo en control y autodominio, manifestando mayor estabilidad emocional.
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Muy poco poco algo bastante mucho
o Muestra un talante alegre y sereno Muy poco poco algo bastante mucho
o Sus relaciones van siendo abiertas, constructivas e incluyentes. Muy poco poco algo bastante mucho
o Va creciendo de respuesta en libertad. Muy poco poco algo bastante mucho
o Va aceptando las rupturas que conlleva la Opción tomada. Muy poco poco algo bastante mucho
o Elabora su Proyecto personal. Muy poco poco algo bastante mucho
VALORACIÓN _______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
- Ha tenido buena integración en la comunidad o Va descubriendo los valores que favorecen la vida fraterna
Muy poco poco algo bastante mucho
o Ha descubierto en la vida, la necesidad de amar y perdonar Muy poco poco algo bastante mucho
o Va siendo capaz de renunciar a sus propios planes en bien de los demás. Muy poco poco algo bastante mucho
o Crece en disponibilidad en la vida cotidiana y se anticipa en el servicio. Muy poco poco algo bastante mucho
o Va aprendiendo las exigencias de un estilo de vida sencillo y sobrio. Muy poco poco algo bastante mucho
VALORACIÓN
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_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
- Ha participado en la misión de la comunidad.
o Sintoniza con la misión educativa de las Hijas de Cristo Rey Muy poco poco algo bastante mucho
o Es sensible ante las realidades de mayor necesidad y sufrimiento Muy poco poco algo bastante mucho
o Se interesa y participa en la lglesia local Muy poco poco algo bastante mucho
o Es responsable en las tareas y estudios que realiza. Muy poco poco algo bastante mucho
VALORACIÓN _______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Síntesis de las motivaciones dada por la novicia:
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ Orientaciones para el futuro:
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_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ Ofrece suficiente garantía para ser admitida a la Primera Profesión _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ En________________ a ________de___________ de___________
Fdo: Maestra de Novicias
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Hijas de Cristo Rey
INFORMES Objeto del Informe: Renovación por_____ años/ Profesión perpetua
Nombre: Fecha y Lugar de Nacimiento:
1.- Características de su personalidad: __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ 2.- ¿Ha ido consolidando su identidad desde la experiencia de relación personal con Jesucristo Rey y de la consagración religiosa?
o En sus actitudes y opciones se aprecian criterios evangélicos.
Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
La oración personal y comunitaria van siendo un valor en su vida. Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Va descubriendo la presencia de Dios en los acontecimientos de su vida. Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Va configurándose con Jesucristo Rey desde la vivencia y radicalidad
de los consejos evangélicos.
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Muy poco poco a veces casi siempre siempre
o Se va identificando con la espiritualidad de la Hija de Cristo Rey y
tiene manifestaciones de amor al Instituto. Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Su modo de vivir se va orientando hacia la sencillez, la abnegación,
la confianza, el descentramiento y la búsqueda de la Voluntad de Dios. Muy poco poco a veces casi siempre siempre
VALORACIÓN: __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ 3.- ¿Va creciendo en integración personal?
o Se va aceptando en su identidad de mujer con sus valores y límites. Muy poco poco a veces casi siempre siempre
o Sus relaciones en los distintos ámbitos se perciben más maduras y libres. Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Realiza su proyecto personal y lo confronta.
Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Su visión e interpretación de la realidad es más objetiva.
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Muy poco poco algo bastante mucho
o Va priorizando en su escala de valores y organiza su tiempo para
responder de manera responsable a todo lo que se le encomienda. Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Se percibe mayor serenidad ante la soledad, la rutina, la frustración
y el conflicto. Manifiesta mayor estabilidad emocional. Muy poco poco algo bastante mucho
VALORACIÓN: __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ 4.- Asume como suya la tarea de construir la comunidad y las decisiones de la misma.
o Está más abierta a sacrificar tiempo e intereses personales por los demás. Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Acepta el diálogo y la confrontación en las situaciones de conflicto.
Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Valora el acompañamiento personal y comunitario y acoge las
mediaciones desde la obediencia Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
48
o Corresponsabilidad en las decisiones y compromisos comunitarios.
Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Tiene gestos concretos de un estilo de vida sencillo, austero y
solidario. Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
VALORACIÓN: __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________
5.- Ha hecho suyo el proyecto apostólico de la comunidad
o Se aprecia responsabilidad en los estudios y en las tareas
encomendados. Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Comparte lo que hace y se comunica, pide ayuda y se deja evaluar,
sabiéndose enviada por la comunidad. Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Se percibe un equilibrio en los tiempos de oración, trabajo y
descanso. Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Se percibe entusiasmo e implicación en lo que hace.
49
Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
o Va teniendo una actitud crítica constructiva consigo misma, con la
comunidad, con el Instituto y con la Iglesia. Nunca casi nunca a veces casi siempre siempre
VALORACIÓN: __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________
Otros: __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________
Síntesis de las motivaciones dadas por la junior:
__________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________
50
Orientaciones para el futuro:
__________________________________________________ __________________________________________________ __________________________________________________
¿Ofrece suficiente garantía para seguir su Juniorado, ser
admitida a la renovación de Votos/ Profesión Perpetua?
En________________ a _____de_______________ de______ Fdo: La Superiora/Formadora
51
INDICE GENERAL
PRESENTACION………………………………………………………………..….. 2 INTRODUCCIÓN ........................¡Error! Marcador no definido.
PRESENTACION DEL CONTENIDO ............. ¡Error! Marcador no
definido.
PARTE PRIMERA: ......................¡Error! Marcador no definido.
Fundamentos de nuestra formación como Hijas de Cristo Rey 9
1. Contexto ...........................¡Error! Marcador no definido.
Contexto sociocultural europeo ...... ¡Error! Marcador no
definido.
La mujer europea: ............¡Error! Marcador no definido.
Contexto cultural latinoamericano .. ¡Error! Marcador no
definido.
La mujer latinoamericana ¡Error! Marcador no definido.
Contexto cultural africano: .............. ¡Error! Marcador no
definido.
La mujer africana: ............¡Error! Marcador no definido.
2. La persona .......................¡Error! Marcador no definido.
2.0.- Modelo antropológico de la Hija de Cristo Rey ....... 15
2.1.- Dimensión humana: ................................................. 16
2.2.- Dimensión cristiana .¡Error! Marcador no definido.
2.3.- Dimensión carismática ............. ¡Error! Marcador no
definido.
3. La opción por Jesucristo Rey ........................................... 23
4. El proceso formativo de la Hija de Cristo Rey .................. 28
4.1. Cómo concebimos nuestra formación ...................... 29
4.2. El objetivo de la Formación ....................................... 30
4.3. Pedagogía .................................................................. 31
Pedagogía del amor .................................................. 31
Pedagogía motivadora .............................................. 32
Pedagogía experiencial ............................................. 34
52
4.7. Ejes transversales ..................................................... 50
Parte segunda .......................................................................... 66
ETAPAS DEL ITINERARIO FORMATIVO ..................................... 66
DE LA HIJA DE CRISTO REY ....................................................... 66
ETAPA PREVIA ...................................................................... 66
1.- Requisitos para iniciar la etapa previa ........................ 68
2.- Objetivos: .................................................................... 69
POSTULANTADO ...................¡Error! Marcador no definido.
1.- Requisitos para iniciar la etapa ................................... 75
2.- Objetivo ....................................................................... 75
3.-Experiencia configuradora: Relación Personal con Jesucristo Rey ................................................................... 76
4.-Dimensiones ................................................................ 76
5.- Contenidos de la etapa ............................................... 79
6.- Indicadores para evaluar el proceso en esta etapa. ... 82
7.- Otros aspectos a tener en cuenta ............................... 83
8.- Orientaciones para la Encargada de Postulantes ....... 85
NOVICIADO ........................................................................... 85
1.-Requisitos para iniciar esta etapa ................................ 86
2.- Objetivo ....................................................................... 87
3.- Experiencia configuradora: Relación personal con Jesucristo Rey. .................................................................. 87
4.- Dimensiones ................................................................ 88
5.- Contenidos de etapa: .................................................. 90
6.- Indicadores para evaluar esta etapa........................... 93
7.- Otros aspectos a tener en cuenta ............................... 94
8.- Orientaciones para la Maestra de novicias ................ 96
JUNIORADO .......................................................................... 97
1.- Requisitos para iniciar esta etapa ............................... 97
2.- Objetivo ....................................................................... 98
3.-Experiencia configuradora: Relación Personal con Jesucristo Rey ................................................................... 98
53
4.- Dimensiones ................................................................ 99
5.- Contenidos de la etapa ............................................. 102
6.- Indicadores para evaluar el proceso en esta etapa ...... 1
7.- Otros aspectos a tener en cuenta ................................. 3
8.- Preparación a la Profesión Perpetua ............................ 4
9.- Orientaciones para la Maestra de Juniores .................. 6
NUESTRA FORMACIÓN EN OTRAS ETAPAS DE LA VIDA ......... 7
1.- Objetivo ......................................................................... 8
2.- Experiencia configuradora de esta etapa: Relación Personal con Jesucristo Rey. .............................................. 9
4.- Etapas de la vida ......................................................... 13
5.- Ámbitos concretos de la formación ............................ 16
6.- Tiempo específico de renovación. .............................. 19
7.- Indicadores para evaluar nuestro proceso de formación ......................................................................... 22
8.- Centro Internacional de Estudios del Fundador (CIEF) .......................................................................................... 24
ANEXOS .................................................................................... 25
FICHA DE SEGUIMIENTO DEL PROCESO FORMATIVO .......... 25
Cuestionario Evaluación Primer año Postulantado ............. 27
Cuestionario de motivaciones al finalizar el Postulantado .. 29
Cuestionario de motivaciones para el primer año de noviciado .............................................................................. 30
Cuestionario de motivaciones para el segundo año de noviciado .............................................................................. 30
El Proyecto Personal ............................................................ 31
MODELOS DE INFORMES ..................................................... 35