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INTRODUCCIÓN AL PERIODISMO CULTURAL1 Paula Andrea Cruz Aproximaciones al concepto
El libro “El Periodismo Cultural” del escritor y periodista Jorge Rivera
constituye una bibliografía imprescindible para los estudiosos del tema. Allí su autor
advierte acerca de la imposibilidad de definir rigurosamente al Periodismo Cultural
debido a la variedad de públicos al que se dirige, a la amplitud de sus objetivos y a
los diferentes grados de profesionalización de quienes ejercen esta forma de
periodismo especializado ya que comunicadores, periodistas, filósofos, titulados en
Letras y artes, sociológos, psicólogos, etc. se dedican a esta tarea. Otra cuestión
que acarrea dificultades para una conceptualización rigurosa del Periodismo
Cultural tiene que ver con la vasta y heterogénea circulación: en las secciones
culturales de los diarios, en suplementos, en revistas, en blogs, en páginas de
Internet, etc.
El Periodismo Cultural es una práctica especializada que se encarga de la
difusión de la cultura, de ahí su importancia para el crecimiento de los pueblos.
Dentro del campo cultural resulta de suma importancia en tanto da a conocer la
producción cultural y tiene una notable incidencia en la configuración de las ideas y
en el gusto público de una época. Reside en el campo de las artes, de las letras, del
pensamiento filosófico y de las ciencias sociales y humanas y, como toda práctica
social, está condicionada por factores políticos, económicos y sociales, por lo que la
propagación cultural adquiere al mismo tiempo un carácter simbólico y mercantil y
se debate entre el reconocimiento del valor de los productos culturales y las
imposiciones de la Industria Cultural.
Jorge Rivera (1995) da cuenta de estas y otras tensiones de la prensa
cultural en la que advierte una doble condición: creadora, al explorar ámbitos
estéticos e ideológicos totalmente nuevos con el riesgo de poner la cultura en
manos de unos pocos; y reproductiva, al difundir lo que ya está legitimado y hacer
caso omiso de la producción creativa. Precisamente, el Periodismo Cultural, según
este autor, hace referencia a una “línea de fractura (...) que deslinda pares de
conceptos opuestos como: elite/masa, cultura especializada/cultura general,
tradición/modernidad, palabra/imagen, erudición/vulgarización, homogeneidad/
1 Documento para uso interno de la cátedra: “Prácticas Críticas” de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Salta, 2014.
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heterogeneidad, etcétera” (Rivera, 1995: 21) De estos polos se desprenden una
serie de interrogantes al momento de ejercer el Periodismo Cultural: ¿los
contenidos y la forma de dar cuenta de ellos deben dirigirse a un sector amplio de la
sociedad o a una minoría erudita que comparta los mismos conocimientos?,
¿resulta conveniente abordar temas generales o propios de una sola rama del
campo artístico y cultural?, ¿se deben incluir los nuevos productos culturales o
reproducir aquellos que gozan de un buen nivel de recepción?, ¿hay que seguir
utilizando los soportes tradicionales y sus respectivas formas de leer o incorporar
las nuevas tecnologías y la nueva cultura de la imagen en la transmisión cultural?,
etc.
Veamos algunos ejemplos de cómo han resuelto estas cuestiones las
siguientes revistas culturales:
-La revista “Sur” fundada por Victoria Ocampo y en la que publicaron escritores de
renombre como Jorge Luis Borges, José Bianco, Waldo Gropius, Alfonso Reyes
Ochoa, Virginia Woolf, Aldous Huxley, entre otros, durante el tiempo en que se
difundió (desde 1931 a 1992) propuso un concepto cerrado -y en algunos casos
elitista- de la cultura por el tipo de lenguaje y la profundidad temática desplegada.
Frente a esta postura, la revista peruana “Amauta” de José Carlos Mariátegui
también se destacó por el nivel de sus colaboradores (Huidobro, Waldo Frank,
Marinetti, André Breton, Miguel de Unamuno) pero en sus páginas se permitió
cuestionar el concepto de “cultura” durante el poco tiempo en que vio la luz (de
1926 a 1930).
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-Sobre la oposición “público restringido/público masivo”, las revistas “Punto de
Vista” y “Ñ” constituyen casos paradigmáticos. La primera -fundada por Beatriz
Sarlo, Ricardo Piglia, Carlos Altamirano y Elías Semán- apareció en el periodo
comprendido entre 1978 y 2008 y fue una importante publicación dentro del ámbito
académico, pero no tuvo una recepción entre un público amplio como ocurre con
“Ñ”, una publicación fundada en 2003, editada por Juan Bedoain en sus inicios y
dirigida luego por Jorge Aulicino, que aún continúa siendo recepcionada los
sábados por un público masivo.
-Acerca de la preocupación por cuál ámbito cultural difundir, han surgido
publicaciones que deciden especializarse en una rama artística en particular y otras
que ofrecen al lector una cobertura politemática. Un ejemplo representativo del
primer grupo es la revista “Teatro XXI” editada por la Facultad de Filosofía y Letras
de la Universidad de Buenos Aires y dirigida por Osvaldo Pelletieri. Desde 1994, y
semestralmente, se ha dedicado a la difusión de información y crítica de las
prácticas teatrales. Por otro lado, la revista cultural “La maga”, gestada en 1991 al
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interior de la Escuela de Periodismo TEA, difundió notas y eventos vinculados con
el arte y la cultura en general. Su primer director fue Carlos Ares y se extendió hasta
1998 cuando Daniel Lalín, su último dueño, tuvo que cerrarla definitivamente por
problemas económicos.
-En relación con el debate entre palabra e imagen, algunas publicaciones resuelven
esta dicotomía inclinándose por una de estas alternativas, tal es el caso de
“Picadero”, la revisa del Instituto Nacional del Teatro dirigida por Marta Barnils y
cuya periodicidad es bimestral. Otras favorecen la confluencia de la palabra y la
imagen como sucede con la revista de música “Rolling Stone” dirigida por Víctor
Hugo Ghitta y editada por Fernado Sánchez, Fernando López y Leonardo Tarifeño.
Desde 1998 se distribuye mensualmente.
- Finalmente, la disyunción “tradición/ modernidad” puede apreciarse en dos
publicaciones: “Clásica” y “El amante”. En el caso de la primera, ya desde el título
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se observa la preferencia por lo clásico. Es una revista editada por Diego
Fischerman y dirigida por Gregorio Gordon que desde 1988 se dedica al campo de
la música siendo la clásica su principal preocupación en desmedro de otras
manifestaciones musicales como el folklore, por ejemplo. Por otro parte, por el estilo
progresista, innovador y polémico, podemos ubicar dentro de la modernidad a la
revista de cine “El amante” dirigida y editada por Eduardo Antín, Flavia de la Fuente
y Gustavo Noriega. Comenzó a circular en 1991 y hoy sigue difundiéndose
mensualmente tanto en papel como en su versión digital.
En todas estas decisiones, la noción de “cultura” adquiere una dimensión
particular y resulta crucial para el ejercicio de la práctica del Periodismo Cultural. Así
lo reconoce María José Villa (2000) quien ofrece un panorama bastante claro sobre
esta cuestión. Según la autora, la cultura puede entenderse desde dos posturas
básicas:
a. La cultura según el sentido dado por la Ilustración. Desde esta mirada,
quienes poseen “cultura” son aquellas personas poseedoras del “saber” y del “buen
gusto”. Por el contrario, los “incultos” serían quienes no cuentan con estas
“competencias”.
b. La cultura desde una mirada antropológica, sociológica y semiótica.
Desde estos aportes es posible definir a la cultura como:
-Toda la forma de vida de un pueblo (Raymond Williams)
-Una categoría ontológica: constituye el ser de los pueblos, su modo de pensar, de
sentir, de saber, que se construye históricamente a partir de normas que la
legitiman (Catalina González). Se revaloriza así a la cultura popular (Jorge
González) que permite a los grupos sociales organizar su experiencia de vida
mediante estructuras en las que confluyen tanto los aspectos prácticos de la
cotidianeidad como los imaginarios.
-Un proceso de producción de fenómenos que a través de la representación
simbólica coadyuvan a modificar un estado de cosas (Néstor García Canclini). Este
planteo se opone a la concepción antropológica tradicional del relativismo cultural:
hay diferencias entre las culturas y esas distancias son producto de la desigualdad
social.
-Un sistema significante por medio del cual se evidencia el dinamismo social al
poder los grupos comunicarse, experimentar transformaciones. (Estudios
culturales).
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-Un sistema de comunicación en el que circulan los discursos sociales y donde la
producción de sentidos está fuertemente atada al poder y a la ideología hegemónica
(Eliseo Verón).
-Un sistema dinámico que posee una signicidad particular que se define por su
ubicación dentro de un polisistema (Even Zohar).
La reflexión sobre la cultura resulta esencial en el Periodismo Cultural. Si
bien constituye una instancia obligada para quienes deseen incursionar en esta
práctica, no por ello es la única. También, es preciso establecer si la información
cultural circulará a través de revistas o suplementos culturales, en Internet o por
medio de programas radiales o televisivos, ámbitos que requieren de competencias
diferentes.
Sobre los temas del Periodismo Cultural, interesa determinar qué cuestiones
del arte, la literatura o el pensamiento se abordarán, elección que supone no sólo la
legitimación sino también la marginación de obras y autores. Además, resulta
fundamental establecer los géneros en que estas cuestiones se discursivizarán:
notas, entrevistas, crónicas, comentarios, reseñas, etc.. En éstos, el periodista
cultural se posiciona frente al tema y al público en tanto sujeto enunciador ya sea
como creador o como reproductor, con un estilo (refinado o superficial, erudito o no)
que prefigura un tipo de enunciatario, por lo que interesa saber qué modelo de
receptor construirá con sus dichos.
Breve evolución histórica
Aunque de modo diferente a la visión que hoy prevalece sobre el ejercicio del
Periodismo Cultural, Jorge Rivera (1995) ubica los orígenes de esta práctica en la
Europa del siglo XVIII, particularmente en los trabajos de escritores periodistas de la
talla de Swift, Defoe, Addison y Steele que aparecieron en los periódicos “The
Tatler”, “The Spectator”, “The Review”, “The Examiner”.
Más tarde, a comienzos del siglo XX, surgen una serie de publicaciones que
sentaron las bases tradicionales del Periodismo Cultural. Asi, en 1902 aparece el
“Times Literary Supplement” para conceder un espacio propio a las columnas
literarias y reseñas del periódico ingles “The Times”; en 1908 se funda en Francia la
“Nouvelle Revue Française” que ejerció una notable influencia en el campo literario
al dar a conocer no sólo obras y autores sino también corrientes estéticas; en 1922
T. S. Eliot funda la revista londinense “The Criterion” que se constituyó en la
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principal revista literaria de la época y en 1923 Ortega y Gasset crea en Madrid la
“Revista de Occidente” que divulga la producción cultural y científica de destacados
escritores, filósofos y ensayistas.
Varias son las publicaciones que contribuyeron a delinear la historia del
Periodismo Cultural en Argentina. Podemos mencionar a las siguientes:
- “Proa”: considerada uno de los medios literarios más importantes de América, fue
fundada en 1922 por Jorge Luis Borges, Macedonio Fernández y Eduardo González
Lanuza. Tuvo como colaboradores a Pablo Neruda, Raúl González Tuñón, Roberto
Arlt y Eduardo Mallea.
- “Martín Fierro”: apareció entre los años1924-1927. Dirigida por Evar Méndez, tuvo
como colaboradores a Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal, Oliverio Girondo,
Raúl González Tuñón, Conrado Nalé Roxlo, entre otros. Su preocupación fue
proyectarse hacia lo universal sin perder la identidad latinoamericana. Esta revista
se identificó con el grupo de pensadores de la calle Florida liderados por Oliverio
Girondo y Jorge Luis Borges quienes, influenciados por las vanguardias europeas,
propiciaron la renovación estética e impusieron los conceptos ligados al ultraísmo,
el simplismo y el cubismo. En oposición a este movimiento, se encuentran los
intelectuales de Boedo cuyas ideas se propagaron en la revista “Claridad”.
-“Claridad”: se difundió entre 1926 y 1941 y se encargó de la propagación de las
ideas del Grupo de Boedo cuyos integrantes cuestionaron las ideas del Grupo de
Florida en tanto se presentaban vacías de contenidos y desvinculadas de la
cuestión social. “Claridad” consideraba que el arte debía constituirse en una vía
para la expresión de los ideales revolucionarios de los sectores sociales más
desfavorecidos, por lo que los textos e imágenes seleccionados contemplan las
reivindicaciones y demandas de los trabajadores desde una estética realista.
-“Sur”: creada por Victoria Ocampo, se extendió desde 1931 hasta 1992. En ella
publicaron referentes del campo intelectual y literario local e internacional como
Jorge Luis Borges, José Bianco, Waldo Gropius, Alfonso Reyes Ochoa, Virginia
Woolf, Aldous Huxley, etc. La revista se propuso publicar la obra de escritores
prestigiosos, enaltecer la cultura europea contemporánea, erigirse en centro de
debate y transmisión de los problemas inherentes a la cultura de América y
reconocer el valor de las obras más allá de los proyectos políticos e ideológicos en
que se inscribieran.
-“Contra. La revista de los francotiradores”: de corta duración (abril a septiembre de
1933), fue fundada por Raúl González Tuñón y en ella escribieron Raúl y Enrique
González Tuñón, Pablo Rojas Paz, Ulises Petit de Murat, Nicolás Oliveri, Luis Cané.
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Su importancia estriba en constituirse en el primer proyecto en el que sus miembros
conjugaron los principios de la vanguardia estética con la práctica política en la
Argentina.
- Revistas culturales de los años `50. En esta década surgen: “Poesía Buenos Aires”
(1950-1960) dirigida por Raúl Gustavo Aguirre, Jorge Enrique Móbili y Edgar Baley
tuvo como colaboradores a Francisco Urondo, Rubén Vela, Hugo Gola, Francisco
Madariaga, Clara Fernández Moreno, Miguel Brascó, Jorge Carrol y Alejandra
Pizarnik; “Ventana de Buenos Aires” (1952-1956) bajo la dirección de Mario Jorge
De Lellis y Roberto Hurtado de Mendoza y la colaboración de José Portogalo,
Alfredo Martínez Howard, Raúl González Tuñón, Miguel Ángel Asturias; “Letra y
Línea” (1953-1954) creada y editada por Aldo Pellegrini, recogió los trabajos de
Juan Esteban Fassio, Alberto Vanasco, Enrique Molina, Miguel Brascó, Carlos
Latorre, entre otros, y “Contorno” (1953-1959) dirigida por Ismael Viñas, a quien se
sumaría más tarde David Viñas, fue una publicación representativa de la
intelectualidad de izquierda de la época (León Rozitchner, Ramón Alcalde, Noé
Jitrik, Adelaida Gigli).
-“Crisis”: dirigida por Eduardo Galeano, se editó en la Argentina entre mayo de 1973
ya agosto de 1976. Sus contenidos plantearon la discusión sobre los pares de
opuestos: “Imperialismo versus Descolonización”, “Dictadura versus Democracia”.
Sobre estos ejes, se manifestaron Ernesto Cardenal, Aníbal Ford, María Esther
Gilio, Santiago Kovadlof, Eric Nepomuceno, Ángel Rama, Jorge Rivera, Héctor
Tizón y Haroldo Conti. Este último fue secuestrado en mayo de 1976 por la difusión
de sus ideas contrarias al poder de turno.
-“Punto de Vista”: circuló sobre todo en el ámbito académico por el lapso de treinta
años (1978-2008). Fundada por Beatriz Sarlo, Ricardo Piglia, Carlos Altamirano y
Elías Semán, fue una de las publicaciones más prestigiosas del país por su
contribución al campo de la crítica, la historia de las ideas, la sociología cultural y la
política.
-Periodismo Cultural en Salta: la información cultural en la provincia se dio en
publicaciones periodísticas como el Suplemento literario de “El Tribuno” y en “El
Intransigente” de la mano de Walter Adet, Juan José Botelli, Ramiro Peñalva y
Aráoz Anzoátegui en quienes recayó la labor de rescate y difusión de la cultura.
También merecen destacarse la revista “Diálogos”, dirigida por Ricardo Díaz Villalba
y “Eco del Norte”, a cargo de Juan Sagárnaga.
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Funciones y fuentes
Las fuentes del Periodismo Cultural padecen los influjos de las industrias
culturales y los organismos públicos y privados. En este contexto, Chacón Gutiérrez
y García Jiménez (2001: 51-52) se refieren a las funciones de los periodistas
culturales y a las fuentes a las que pueden recurrir:
“Entre las funciones del periodista cultural se encuentran la crítica y la divulgación
de las distintas manifestaciones artísticas que abarca. Para ello, no es necesario
que sea un profesional de las artes (escritor, pintor, músico, etc.), pero sí que tenga
el suficiente nivel cultural como para poder escribir sobre ellos. Sus necesidades
documentales no se centran únicamente en el trabajo que estén realizando en cada
momento, sino que se desplegará gracias a la adquisición de conocimientos
generales sobre las materias que trate. El periodista deberá acudir a todo tipo de
obras de consulta especializadas en distintas ramas de la cultura (enciclopedias de
arte, de cine, de música, etc.; diccionarios especializados; libros de texto, biografías,
etc.). Entre sus fuentes más utilizadas se encuentran los dossieres de prensa y los
catálogos que envían los productores culturales: editoriales, productoras de teatro,
productoras y distribuidoras cinematográficas, casas discográficas, galeristas de
arte, casas de cultura de los ayuntamientos, festivales de teatro, de cine, de música,
así como ferias, como la Feria del Libro”
Estos autores clasifican a las fuentes del Periodismo Cultural en cuatro grandes
grupos:
a) Fuentes oficiales
b) Fuentes privadas
c) Centros de investigación y documentación
d) Direcciones de Internet especializadas en cultura
Conforme a esta clasificación, procederemos a ejemplificar cada uno de
estos tipos de fuentes.
a) Fuentes oficiales
Al ser el Estado el principal referente de la actividad cultural de un país,
dentro de este tipo se incluyen las fuentes de la Administración Central que
brindan información a los medios sobre las acciones, programas y proyectos
culturales que lleva adelante. A nivel nacional, se encuentran los materiales
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producidos por la Secretaría de Cultura de la Nación y por las diferentes
subsecretarías (de Gestión Cultural, de Políticas Socioculturales) y direcciones
nacionales (Dirección Nacional de Promoción de los Derechos Culturales y
Diversidad Cultural, Dirección Nacional de Participación y Organización Popular,
Dirección Nacional de Patrimonio y Museos, Dirección de Artes Visuales, Dirección
Nacional de Artes, Dirección de Música y Danza, Dirección de Política Cultural y
Cooperación Internacional, Dirección Nacional de Industrias Culturales, etc.).
Junto a éstas las administraciones provinciales y municipales se
convierten en fuentes relevantes de información cultural. En lo concerniente a la
provincia de Salta, figuran las secretarías de cultura de los municipios, la Secretaría
de Cultura de la Provincia y las subsecretarías de Promoción Cultural y de
Producción Cultural encargadas de la supervisión de las acciones culturales y
espectáculos que se llevan a cabo en la Casa de la Cultura y en el Teatro Provincial
de Salta. Asimismo, los organismos que dependen de la Secretaría de Cultura son:
la Dirección General de Patrimonio Cultural, la Dirección General de Gestión
Cultural, la Dirección General del Teatro Provincial y la Dirección General de la
Casa de la Cultura. Quien ejerce el periodismo cultural en Salta puede utilizar
fuentes informativas procedentes del Instituto de Música y Danza de la Provincia de
Salta y de los órganos que de él dependen (la Orquesta Sinfónica de Salta, el Ballet
de la Provincia, el Ballet Folklórico de la Provincia “General Martín Miguel de
Güemes”, la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil y el Departamento de Música de
Cámara). También los museos proporcionan materia prima para el ejercicio del
Periodismo Cultural. Entre ellos se encuentran: el Museo Arqueológico “Pío P. Díaz”
de Cachi, el Museo “Casa Arias Rengel”, el Museo de Antropología, el Museo de
Arqueología de Alta Montaña (MAAM), el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), el
Museo de Bellas Artes, el Museo de Ciencias Naturales “Profesor Rodolfo Parodi
Bustos” de Campamento Vespucio, el Museo de la Vid y el Vino de Cafayate, el
Museo de la Vida Rural de Finca La Cruz, el Museo y Sitio Arqueológico de Tastil
(Rosario de Lerma), el Museo Escuela “Benito Quinquela Martín” de Rosario de la
Frontera, etc.
Las instituciones públicas nacionales también se pueden considerar
fuentes de suma importancia para la difusión cultural. Algunas de ellas son: el
Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano; el INET
(Instituto Nacional de Estudios de Teatro); el Instituto Nacional de Investigaciones
Históricas “Eva Perón”; el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas “Juan
Manuel de Rosas”; el Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega”; el Instituto
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Nacional de Revisionismo Histórico “Manuel Dorrego”; la Comisión Nacional de
Museos, Monumentos y Lugares Históricos; la CONABIP (Comisión Nacional
Protectora de Bibliotecas Populares); el Fondo Nacional de las Artes; el Instituto
Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA); el Instituto Nacional del Teatro; el
Museo Nacional de Bellas Artes; el Teatro Nacional Cervantes; etc.
Los periodistas culturales también pueden recurrir a instituciones
internacionales como: la Organización de Estados Iberoamericanos para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI); la Corporación Andina de Fomento-
Dirección de Desarrollo Cultural y Comunitario (CAF); el Programa Ibermedia; el
Convenio Andrés Bello; la Red Internacional de Políticas Culturales (RIPC); la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO); el Observatorio Interamericano de Políticas Culturales (OIPC); etc.
b) Fuentes privadas
Se incluyen aquí las Asociaciones Culturales y Organizaciones No
Gubernamentales (Memoria Abierta, el Instituto Latinoamericano de Museos, la
Red Latinoamericana de Arte para la Transformación Social, la Red Iberoamericana
de Periodismo Cultural, la Cámara Argentina de la Cultura y el Arte, la Asociación
de Literatura Infanto Juvenil Argentina –ALIJA-, LECTURARTE- Sede Salta, Pro
Cultura Salta, etc.); las Organizaciones y Asociaciones profesionales (la
Asociación de Poetas Argentinos -APOA-, la Asociación Argentina de Autores de
Fotografía Cinematográfica –ADF-, el grupo Escombros, la Confederación
Interamericana de Profesionales de Danza –CIAD-, la Unión Salteña de Escritores –
USDE-, etc.) y las publicaciones (revistas, agendas y boletines oficiales de
entidades dedicadas a la cultura, suplementos culturales de diferentes medios de
comunicación).
c) Centros de investigación y documentación
Forman parte de este tipo de fuentes el Archivo General de la Nación, la
Biblioteca Nacional, la Biblioteca del Congreso de la Nación, el Centro Documental
de Información, el Centro Documental de Información y Archivo Legislativo de la
Ciudad de Buenos Aires (CEDOM), el Sistema de Bibliotecas y de Información de la
Universidad de Buenos Aires, el Centro de Documentación de Teatro y Danza, el
Centro de Documentación e Información del Instituto de Investigaciones “Gino
Germani” de la Universidad de Buenos Aires, el Centro de Documentación “Juan
Alfonso Carrizo” del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento
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Latinoamericano, el Centro de Documentación, Investigación y Publicaciones
(CeDIP) del Centro Cultural Recoleta, la Biblioteca y archivo del Museo de Artes
Plásticas “Eduardo Sívori”, el Centro de Documentación y Videoteca del Museo del
Cine “Pablo Cristian Ducrós Hicken”, la Red de Bibliotecas Virtuales de Ciencias
Sociales de América Latina y el Caribe de la red CLACSO, etc. En Salta, se
encuentran la Biblioteca Provincial “Dr. Victorino de la Plaza”, la Biblioteca “Dr. Atilio
Cornejo”, el Archivo Histórico de Salta y las diferentes bibliotecas públicas y
privadas del interior de la provincia.
d) Direcciones de Internet especializadas en cultura
Existen múltiples recursos en Internet para periodistas culturales como
buscadores (Búsqueda avanzada de textos de la Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes, búsqueda de libros en Google Books, buscador de blogs periodísticos
en “Busca tema”, búsqueda de publicaciones culturales en “Tesauro de la
UNESCO”, etc.); directorios; bases de datos (hemerotecas en línea y demás
servicios ofrecidos por bibliotecas); archivos y bibliotecas on line, wikis como
“wikilibros”; weblogs; etc.
Géneros del Periodismo Cultural
Teniendo como base los aportes de Jorge Rivera (1995) y de Francisco
Rodríguez Pastoriza (2006), proponemos el siguiente sistema de clasificación de los
géneros del Periodismo Cultural:
1. Noticia cultural
Por medio de este género, se dan a conocer novedades en relación con la
cultura, ya sea sobre algo reciente que acaba de producirse, que se está llevando a
cabo o que se realizará. Los tiempos utilizados alternan entre el pasado ya que se
narra una situación y el presente por cuanto la noticia también describe. “Nuevo,
interesante y cierto” son las características que definen a la noticia, según Robert
McLeish (1985). Además de estos principios, cuando ocurre algún evento cultural
importante, se debe contextualizar la información con otros textos que acompañen a
la noticia como artículos de opinión, críticas o semblanzas de los protagonistas del
hecho. En el caso de la prensa escrita, la estructura de la noticia cultural sigue el
esquema de la pirámide invertida, es decir que los datos se agrupan al comienzo de
la narración; por el contrario en la radio y la televisión los datos deben diseminarse
a lo largo de la duración y, en lo posible, dejar la información más importante para el
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final. En estos formatos, las noticias culturales aparecen como flashes informativos
o con el agregado de fondos ambientales y musicales, en la radio, y de imágenes y
códigos sonoros, en la televisión.
2. Crónica cultural
Este género registra y evoca fenómenos y episodios de la vida intelectual y
artística. Se trata de un relato producido por un cronista que ha vivenciado como
testigo privilegiado los hechos narrados y, por lo tanto, conoce en profundidad las
circunstancias en que se han producido. Este carácter testimonial dotan al cronista
de cierta autoridad que le permite introducir valoraciones personales sobre lo
narrado. Por lo tanto, la crónica cultural consiste en una información interpretativa
sobre un hecho cultural que se narra y juzga al mismo tiempo. Ese grado de
subjetividad y de implicación del periodista se manifiesta en el lenguaje: a diferencia
de la precisión de la noticia, el estilo utilizado en la crónica roza con lo literario, es
más rico por la inclusión de detalles y anécdotas. Jorge Rivera advierte que en la
actualidad la crónica ha perdido el protagonismo de antaño y recomienda buscar un
equilibrio entre la información y el estilo.
3. Reportaje cultural
De extensión mayor a la noticia pero con más posibilidades creativas, el
reportaje cultural es una narración periodística que valiéndose de un estilo literario
particular intenta explicar el modo en que se han desarrollado determinados hechos
de la cultura, sus causas y consecuencias. Para su elaboración, se necesita
realizar un trabajo previo de rigurosa documentación, delimitar el tema y el enfoque,
planificar el tiempo de duración del trabajo, decidir el medio en que se publicará el
reportaje y el lenguaje a utilizar. Se trata de un género mayor que engloba a otros
menores como la noticia, la crónica o la entrevista y que suele ir acompañado de
imágenes, gráficos, estadísticas, etc. que permitan otorgar mayor intensidad al
relato, captar el interés del receptor y lograr en él una mejor comprensión del tema.
4. Entrevista cultural
Consiste en un encuentro concertado entre un periodista (el entrevistador) y
una figura pública o privada (el entrevistado) con el objeto de obtener información.
Mientras que el entrevistado debe ser una figura de cierta conspicuidad y haber
realizado aportes al campo cultural, el entrevistado debe cumplir los siguientes
requisitos: conocimiento general del tema, capacidad de audiencia, habilidad para
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preguntar y repreguntar, aptitud para percibir las ideas generales del entrevistado,
tacto para abordar y crear la situación de entrevista, aptitudes para representar el
discurso no dicho. Se busca que el lector obtienga información sobre temas
específicos o generales pero también que conozca datos de la intimidad del
personaje.
5. Encuesta cultural
Es un método de recolección de datos cuyo objetivo apunta a indagar en la
realidad cultural para reconocer sus circunstancias. Para su realización se deben
seguir los siguientes pasos: selección de un tema, selección de una muestra
colectiva representativa y autorizada y selección de preguntas o conjunto de
preguntas cerradas, abiertas o categorizadas.
6. Perfil
Es la presentación rápida, esquemática e informativa de una figura literaria,
un figura artística o un intelectual que adquiere notoriedad a propósito de un premio,
una visita, el aumento de la notoriedad de una persona del campo cultural, etc.
Aparece para contextualizar una obra y es más escueto que la nota biográfica.
7. Biografía o semblanza
Es un texto más profundo que el perfil y que resalta la trayectoria de una
personalidad destacada en el campo de la cultura. Consiste en narrar la vida del
personaje desde sus orígenes hasta la actualidad y focalizar la atención en la obra,
de ahí que suele ir acompañada por reseñas y críticas producidas por especialistas
y conocedores del autor.
8. Nota necrológica
Se escribe con motivo de la muerte de personalidades relevantes de las
artes, las letras o el pensamiento y se publica de modo inmediato al fallecimiento de
la persona. Tiene su origen en los epicedios griegos por lo que su carácter es
apologético o elogioso y con un tono elogioso y respetuoso. Se prepara con
anticipación y se actualizan luego siendo su atención proporcional al reconocimiento
del público.
9. Efemérides
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Son conmemoraciones de hechos culturales como ser el nacimiento y muerte
de un artista; el aniversario de aparición de un libro, film, obra de arte; etc. Surgen
como ratificación o rectificación de juicios valorativos sobre el hecho histórico, el
personaje o la obra que se conmemora y se acompañan con imágenes relacionadas
con el tema. En todos los casos, cada época construye a través de los medios un
pasado que puede ser arbitrario o pertinente.
10. Crítica
Se propone la exégesis del sentido de la obra y el establecimiento de un
juicio de valor sobre ella, por lo tanto resulta uno de los géneros más difíciles del
Periodismo Cultural por sus pretensiones de rigor y conocimiento de la obra que se
juzga. Dos son los componentes que deben primar en la crítica: la interpretación y
la estimación o valoración. Para la realización de una crítica se deben considerar los
aportes de las diferentes disciplinas y los que provienen de la sensibilidad y la
experiencia. Puede aparecer bajo la forma de un comentario o de una reseña.
Mientras que el primero es más extenso y consiste en proponer una mirada en
profundidad y una valoración rigurosamente argumentada sobre un determinado
producto cultural; la reseña es más breve y busca “proporcionar una idea resumida
de los contenidos de una obra, de una exposición o de un espectáculo, sin apenas
bagaje crítico, una descripción con el fin de que los lectores o la audiencia del
medio de comunicación tengan una idea genérica de su calidad o de sus valores
con el fin de acceder a la obra con una cierta fiabilidad” (Rodríguez Pastoriza, 2006:
157)
11. Editorial
Es un texto que se ubica al principio de una publicación cultural para informar
a los lectores sobre un programa a cumplir. Se trata de un discurso doctrinario,
dogmático y declarativo. Junto al manifiesto y la carta abierta constituyen géneros
residuales del Periodismo Cultural.
A continuación, se presentan ejemplos de cada caso:
Comentado [PA1]: En la versión impresa hay ejemplos. Aquí no
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El futuro del Periodismo Cultural
Indudablemente, los cambios ocurridos con las nuevas tecnologías afectan y
modifican las prácticas sociales. Estas transformaciones también inciden y van a
modificar las formas de ejercer el Periodismo Cultural, tal como lo afirma Esteban
Hernández (2009):
“(...) más allá de que nos encontremos ante una continuación mejorada de lo
existente o ante una mutación radical de modelo, algo que llevará tiempo conocer,
en lo que sí coinciden los expertos es en que habrá tres tipos de cambios seguros
en el periodismo cultural:
a) Vamos hacia un mundo híbrido, en el que el término periodista cultural ya no
tendrá un perfil bien definido. En primer lugar, porque lo que buscarán los medios
será colaboradores con capital simbólico, independientemente de su profesión.
Necesitarán prescriptores y éstos, como afirma Martín Gómez, `no tienen por qué
ser periodistas. Ahora mismo tenemos a un Vila-Matas o un Goytisolo que pueden
ayudar con su recomendación a que un libro se convierta en un fenómeno de
ventas`.
En segunda instancia están quienes aseguran que ese poder de prescripción, que
nos pertenece a todos, se encuentra con mucha más frecuencia entre los miembros
de las redes que en esos viejos expertos que dicen poseer un gusto superior. Así,
Nacho Fernández asegura que ‘hay una legión de hombres y mujeres que dicen lo
que quieren, sienten y les apetece, y otra muchedumbre de hombres y mujeres que
leen, se identifican y valoran la opinión o la información que les proporciona un tipo
en chándal en su casa. Además de ese 'crítico', conocen su gusto, el conocimiento
que tiene de los temas que trata, cómo actualiza la información, con quién se
relaciona, qué fuentes consulta, y además nadie le paga por hacerlo. Si el tipo que
me da todo esto, además me identifico con él bien generacionalmente o por la forma
de decir/escribir lo que piensa... sinceramente, para qué quiero una crítica o un
periodista que me lo cuente. Quiero el yo digital, el yo de quien me fío, el que valoro
como referencia (si luego es un crítico o un periodista especializado, mejor)`.
b) La información primará por completo sobre la opinión y ni siquiera los
suplementos culturales permanecerán al margen de esa tendencia. Guillermo
Altares, director de 'Babelia', suplemento literario de El País, cree que lo que salvará
a los periódicos de pago `será la capacidad del periodista de descubrir historias
interesantes. Tenemos que ofrecer cosas que los demás no tengan». De lo que se
trata es de competir con aquello que los demás no pueden dar y eso no puede ser la
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opinión, que vive momentos de inflación (todo el mundo tiene su blog), sino que las
bazas a jugar serán las exclusivas, las entrevistas a los grandes creadores y los
adelantos. Y las historias, sobre todo las historias: por eso, el periodista cultural
tiene que dejar de serlo para convertirse en periodista sin más. Esto es, en alguien
que sabe narrarnos lo que ocurre ahí fuera con una mirada fresca y atractiva`.
c) Los nichos de mercado serán de gran importancia también para la información
cultural. Como destaca Martín Gómez, los medios digitales que se concentran en
pequeños nichos están ante una gran oportunidad, en la medida que `con un coste
muy bajo se pueden producir contenidos que llegarán a un número limitado pero
asiduo de lectores´. Una tendencia que será muy útil al periodista cultural, como
subrayan Jiménez y Gil, si sabe abrirse camino en esos pequeños entornos: `La
hiperfragmentación de las audiencias puede ser una oportunidad para que el
periodista cultural se recicle y trascienda el modelo de mercado de masas, propio de
los suplementos en prensa escrita liderados por grupos mediáticos. Si logra
adaptarse a estos nuevos nichos de mercado, preservando su independencia y
utilizando las herramientas de la Web 2.0, el periodista cultural, mediante su
bitácora, blog o portal, logrará visibilidad virtual y preservará su credibilidad ante los
lectores. Estos periodistas deberán también entender que los nuevos modelos de
comunicación han cambiado: de la linealidad a la circularidad. De pontificar en un
suplemento de libros a interactuar con lectores y usuarios en redes circulares
multiexponenciales en sus posibilidades de interacción`.
Sin embargo, todas estas certidumbres que están modelando el presente del
periodismo genéricamente considerado no dejan de tener sus inconvenientes, a
menudo mucho mayores de lo que su formulación, atractiva y amable, deja entrever.
En todo caso, son las pautas dominantes, aquellas a partir de las cuales se está
intentando trazar el futuro del periodismo cultural.
Si es que lo hay...”
Bibliografía
Chacón Gutiérrez, I. y García Jiménez, A. (2001) “Documentación para el periodismo especializado” en Revista General de Información y Documentación. Vol. 11,2, pp. 33-60 Hernández, E. (2009) “Tres crisis en una: el periodista cultural” en Trama & Texturas Nº 9, Octubre. McLeish, R. (1985) Técnicas de creación y realización en radio. Madrid: IORTV. Rivera, J. (1995) El periodismo cultural, Buenos Aires: Paidós Estudios de Comunicación. Rodríguez Pastoriza, F. (2006) Periodismo cultural. Madrid: Síntesis. Villa, M. J. (2000): "Una aproximación teórica al periodismo cultural", en Revista Latina de Comunicación Social, número 35, La Laguna.