introducción a la agroecología

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Introducción a la Agroecología.

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  • SEAECuadernos Tcnicos

    Dr. Manuel Gonzlez de Molina

    Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGA

  • Ttulo: INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGA

    Cuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    Autor: Dr. Manuel Gonzlez de Molina

    Edita: Sociedad Espaola de Agricultura Ecolgica (SEAE)

    Coordinacin: Dra. Juana Labrador

    Consejo Editorial: Dr. A Bello, Dr. JM Egea, Dra. C Fabeiro, Dr. M Gonzlez de Molina, V Gonzlvez, Dra. MC Jaizme, Dra. MC Jord, Dra. Juana Labrador, F Madaula, Dr. C Mata, Dr. JL Porcuna, Dr. JC Tello, Dr. J Vadell y Dr. XX Neira

    Diseo grfico y maquetacin: Florence Maixent

    Ao: 2011

    ISBN: 978-84-615-0214-1

    Depsito Legal: V-1841-2011

    Impresin: Imag Impressions, s.l.

    El texto de este Cuaderno Tcnico ha sido elaborado con el apoyo econmico del MARM quin sin embargo no asume los contenidos y posicin contenidos en el mismo

    Impreso en papel reciclado

    INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

  • 1PREMBULO 2 UN POCO DE HISTORIA 3

    QU ES LA AGROECOLOGA? 7

    BASES EPISTEMOLGICAS DE LA AGROECOLOGA

    13

    BASES ECOLGICAS DE LA AGROECOLOGA: LOS AGROECOSISTEMAS

    17

    ESTRUCTURA Y COMPONENTES DE LOS AGROECOSISTEMAS

    21

    LA ORGANIZACIN Y FUNCIONAMIENTO DE LOS AGROECOSISTEMAS

    27

    LOS FLUJOS DE INFORMACIN: LA IMPORTANCIA DEL CONOCIMIENTO LOCAL

    30

    BASES SOCIOECOLGICAS DE LA AGROECOLOGA

    34

    EL LUGAR DE LOS AGROECOSISTEMAS: EL METABOLISMO AGRARIO

    39

    LA TRANSICIN SOCIOECOLGICA EN EL CAMPO: LA INDUSTRIALIZACIN DEL METABOLISMO AGRARIO

    40

    UNA NUEVA TRANSICIN HACIA LA SOSTENIBILIDAD

    49

    UN NUEVO METABOLISMO AGRARIO SUSTENTABLE

    52

    CRITERIOS PARA EL DISEO DE AGROECOSISTEMAS SUSTENTABLES

    55

    LAS ESCALAS DE LA TRANSICIN SOCIOECOLGICA EN EL CAMPO

    61

    BIBLIOGRAFA 65

    INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    ndice

  • INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    2

    Prembulo

    Prambulo

    El sistema agroalimentario se encuentra en una crisis severa provocada por el agotamiento de sus posibilidades productivas y por su incapacidad para cumplir las tareas para el que fue diseado. Mientras que una franja muy importante de la poblacin mundial no alcanza las caloras mnimas para el mantenimiento de su organismo, convir-tiendo el hambre y la desnutricin en un fen-meno estructural, la poblacin de los pases ricos est sobrealiemetada, sufriendo por ello graves problemas de salud y suponiendo un extraordinario gasto a los sistemas sanitarios nacionales. Segn un informe que acaba de publicar el Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, 2010), la agricultura es, junto al consumo de combustibles fsiles, la actividad humana que origina problemas ambientales ms serios. Este sistema evidencia, sin embargo, sntomas de agota-miento, sobre todo en el mbito de la produc-cin. En los ltimos aos venimos asistiendo a la ralentizacin de su crecimiento, en un contexto de aumento del consumo y de la competencia por la tierra entre los distintos usos del territorio (alimen-tario, ganadero, energtico, etc.).

    El reto principal consiste en alimentar a una poblacin creciente sin degradar la base de los recursos naturales. Ello no ser posible sin un cambio significativo en el actual modelo agrario. La agricultura sustentable constituye la manera ms adecuada de lograrlo. Pero, el fracaso de la agricultura convencional es tambin el fracaso de la manera en que se ha abordado su estudio desde la ciencia convencional. El necesario giro hacia sistemas agrarios ms sustentables requiere tambin de un cambio de enfoque. La Agroecologa proporciona esa alternativa tanto terica como prctica.

  • 3INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    UN POCO DE HISTORIA

  • 4 Un poco de historia

    INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    a Agroecologa surgi a finales de los aos setenta como respuesta a las primeras manifestaciones de la crisis ecolgica en el campo. No obstante, si hemos de ser rigurosos, hemos de hablar con propiedad de redescubri-miento de la Agroecologa o de formulacin letrada de muchos de los conocimientos que atesoraban las culturas campesinas, de transmi-sin y conservacin oral. De hecho, la historia de la Agronoma est salpicada, de manera ms intensa en los ltimos aos, de descu-brimientos de saberes y tcnicas que haban sido ensayadas con xito por muchas culturas tradicionales. Pero el carcter positivista, parce-lario y excluyente del conocimiento cientfico

    moderno margin las formas en que tales expe-riencias se haban formulado y codificado para su conservacin. Por tanto, el conocimiento de que en el pasado de la humanidad, e incluso en las culturas marginadas por la civilizacin industrial, podan encontrarse muchas expe-riencias tiles para hacer frente a los retos del presente, constituy una de las razones de la emergencia, dentro de la ciencia establecida, de un enfoque ms integral de los procesos agrarios que llamamos Agroecologa.

    El trmino naci en los aos setenta para estudiar fenmenos como la relacin de las malezas y las plagas con las plantas culti-vadas y, poco a poco, se ha ido ampliando para aludir a una concepcin de la actividad agraria ms imbricada en el medio ambiente, ms equilibrada socialmente. Reflexiones tericas y avances cientficos desde disciplinas diferentes han contribuido a conformar el actual corpus terico y metodolgico de la Agroecologa. Aunque ya Klages desde la

    l

  • INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    5

    INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    Agronoma plante en 1928 la necesidad de tomar en cuenta los factores fsicos y agron-micos que influan en la adaptacin de deter-minadas especies de cultivos (Hecht,1991), hasta los aos setenta no se plante una rela-cin estrecha entre Agronoma y Ecologa de cultivos1. Aunque esta tradicin tiene ms tiempo, bien es verdad que centrada en relaciones muy concretas entre uno o varios factores de carcter climtico, edfico, fito-tcnico o entomolgico, hasta comienzos de la dcada de los ochenta no comenzaron a introducirse en el anlisis los aspectos sociales como variables explicativas rele-vantes, especialmente cuando se trataba de analizar y disear programas de desarrollo rural (Buttel, 1980; Blaikie, 1984; Hecht, 1985; Richards, 1986).

    Paralelamente, los movimientos ambienta-listas influyeron en la Agroecologa dotndola

    de una perspectiva crtica. El desarrollo del pensamiento ecologista y la nueva tica ambiental proporcionaron los fundamentos ticos y filosficos a la Agroecologa que surgi desde el principio con vocacin transforma-dora. Esta dimensin fuertemente aplicada de la Agroecologa, pese a su origen pura-mente cientfico, ha tenido su materializacin en los dos significados posibles del trmino, a los que nos referiremos ms adelante. As surgieron llamadas de atencin sobre los efectos secundarios de los insecticidas sobre el medio ambiente (Carson, 1964) o sobre el carcter ineficiente desde el punto de vista energtico de la agricultura ms industria-lizada (Pimentel y Pimentel, 1979); o sobre los efectos no deseados de este modelo de agricultura para los pases subdesarrollados (Crouch y De Janvry, 1980; Grahan, 1984; Dewey, 1981), poniendo de manifiesto los impactos negativos de los proyectos de desa-rrollo y transferencia de tecnologas, propias de las zonas templadas, sobre los ecosistemas de los pases pobres.

    Pero la influencia decisiva para la confor-macin de los supuestos tericos y metodol-gicos de la Agroecologa ha venido de manos de la Ecologa. Los estudios realizados sobre el impacto en los ecosistemas tropicales de los monocultivos comerciales (Janzen, 1973; Uhl, 1983; Uhl y Jordan, 1984; Hecht, 1985) y sobre la dinmica ecolgica de los sistemas agrcolas tradicionales (Gliessmann, 1982a y 1982b; Altieri y Farrel, 1984; Andersonetal.,1985; Marten, 1986; Richards, 1985 y 1986) cons-tituyeron un magnfico banco de pruebas donde comprobar la utilidad de los conceptos ecolgicos aplicados al anlisis del funcio-namiento de los sistemas agrarios. De gran

    1Un relato de este proceso con abundantes referencias bibliogrficas puede consultarse en Guzmn et al. (2000).

    Foto 1 La Agroecologa considera los sistemas agrarios como una forma particular (humanizada) de ecosistemas.

  • 6 Un poco de historia

    INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    QU ES LA AGROECOLOGA?

    importancia han sido tambin las investiga-ciones en el terreno de la Geografa y de la Antropologa dedicadas a explicar la lgica particular, la racionalidad ecolgica de los sistemas agrarios en las culturas tradicio-nales. Desde que Audrey Richards (1939) realizara su famoso estudio sobre la roza, tumba y quema en frica, muchos han sido los trabajos que, especialmente en los ltimos tiempos, han rehabilitado para la ciencia el conocimiento tradicional y muchas de las tcnicas utilizadas por dichas culturas. En ellas se ha podido analizar mejor que en otros campos las interacciones entre sociedad y naturaleza, cuestin esta que a la larga ha dado lugar a una especie de ecologa humana aplicada al funcionamiento de los sistemas agrarios que ha entrado a formar parte de la Agroecologa.

    Finalmente, la gnesis del pensamiento agroecolgico ha tenido bastante que ver con los estudios dedicados al desarrollo rural. El anlisis de los efectos, muchas veces negativos, de la creciente integracin de las comunidades locales en las economas nacionales e interna-cionales, ha servido para evaluar sus impactos sociales y ambientales de manera integrada, punto de vista este fundamental para la Agroecologa. Al mismo tiempo, aspectos de la investigacin sobre el desarrollo como las tecnologas adecuadas, el cambio de cultivos en la distribucin de la tierra, etc... e incluso la propia crtica formulada al crecimiento econmico han sido de especial importancia a la hora de reivindicar el carcter sostenible del desarrollo rural, no slo desde el punto de vista ambiental, sino tambin de manera indisoluble desde el punto de vista social y econmico. La crtica efectuada a los mtodos de difusin tecnolgica y extensionismo agrario que acompaaron a la revolucin

    verde han permitido esclarecer muchos de los defectos del pensamiento econmico y agrario convencionales desde perspectivas ecolgicas, tecnolgicas y sociales al mismo tiempo. Este tipo de enfoque totalizador ha mostrado el camino del tipo de estudios que se suelen abordar desde la Agroecologa (Rhoades y Booth, 1982; Chambers, 1983; Gowy VanSant,1983; Midgley, 1986).

  • 7INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    QU ES LA AGROECOLOGA?

  • 8 Qu es la Agroecologa?

    on ya muchas las definiciones que se han dado del trmino Agroecologa. Se le ha calificado como una disciplina, como un campo de estudio, como un enfoque, como una ciencia, etc. que pretende estudiar los sistemas agrarios desde una perspectiva ecol-gica. El debate acerca de cmo denominarla afecta a su estatus cientfico, a la naturaleza del conocimiento que produce; por ello, la bsqueda de un calificativo que refleje bien este hecho resulta fundamental. No parece haber duda sobre que la utilizacin de los supuestos tericos y epistemolgicos de la Ecologa diferencia a la Agroecologa de las dems formas de enfocar la actividad agraria. Incluso el propio trmino Agroecologa da a entender que es una parte de la Ecologa que estudia los sistemas agrarios; pero no hay unanimidad en cuanto al alcance de esta afir-macin. Tampoco existe unanimidad respecto al objeto de estudio, pese a que aparente-mente deben ser los sistemas agrarios.

    La Agroecologa ha surgido como respuesta a la limitada capacidad de las disciplinas convencionales para entender la cada vez ms compleja realidad actual (Toledo, 1999). Se trata de superar la parcelacin del conoci-miento caracterstico de la ciencia tradicional, donde ni las ciencias del hombre tienen conciencia del carcter fsico y biolgico de los fenmenos humanos, ni las ciencias de la naturaleza tienen conciencia de su inscripcin en una cultura, una sociedad, una historia, ni de los principios ocultos que orientan sus

    elaboraciones (Morin 1984, 43). Como dice Rolando Garca (2000), ciertas situaciones donde confluyen mltiples procesos (por ejemplo, del medio fsico-biolgico, de la produccin, de la tecnologa, demogrficos y de la organizacin social) constituyen la estructura de un sistema que funciona como una totalidad organizada, a la cual denomina sistema complejo que slo es analizable desde un abordaje interdisciplinario. Ello obliga a plantear una estrategia de investigacin que no puede quedar limitada a la simple suma de los enfoques parciales de los distintos espe-cialistas, sino que debe constituir una verda-dera interpretacin sistmica que d lugar a un diagnstico integrado, a un marco concep-tual comn.

    El ejemplo ms ilustrativo de lo anterior lo constituyen los llamados problemas ambien-tales. Con el paso del tiempo se ha ido descu-briendo que estos pueden ser cabalmente descritos, interpretados y sobre todo resueltos, solamente a travs de un enfoque integrador. As han surgido una serie de disciplinas hbridas (Toledo, 1999), que operan como reacciones particulares al proceso general de parcelacin y especializacin excesiva y como expresiones de una suerte de ciencia de salvamento que busca ofrecer informacin para detener y remontar la crisis ambiental. En este fenmeno emergente ha tenido un papel decisivo la Ecologa, la disci-plina que ha logrado una sntesis original de los conocimientos provenientes de las ciencias de la tierra y del mundo vivo, as como de la fsica y de la qumica. Como consecuencia de ello han aparecido casi una veintena de disciplinas hbridas (Grfico 1), es decir, de formas interdis-ciplinarias de abordar la realidad, en las que el enfoque adoptado resulta de la integracin del estudio sinttico de la naturaleza (la Ecologa) con diferentes enfoques dedicados a estudiar

    sINTRODUCCIN A LA AGROECOLOGA

    Cuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

  • 9el universo social o humano (Toledo,1999). En suma, la Agroecologa, ha surgido en para-lelo a otras reas del conocimiento como la Economa Ecolgica, la Ecologa Poltica, la Historia Ambiental, etc. Quiere ello decir, que la Agroecologa no puede ser considerada estrictu sensu una disciplina propia y diferenciada de otras. Ms bien constituye una transdisciplina y por tanto un enfoque o campo de estudio que tiene su fundamento epistemolgico en la Ecologa y que, por tanto, utiliza un enfoque holstico y una metodologa sistmica.

    La Ecologa constituye, pues, la base sobre la que reposa la Agroecologa. El enfoque ecolgico de la actividad agraria permite ensamblar los componentes del

    agroecosistema (cultivos, animales, rboles, suelos, etc.), de manera que las interac-ciones temporales y espaciales entre estos componentes se traduzcan en rendimientos derivados de fuentes internas, reciclaje de nutrientes y materia orgnica, y de relaciones trficas entre plantas, insectos, patgenos, etc., que resalten sinergias tales como los mecanismos de control biolgico (Altieri, 2009, 7). Ello implica el estudio de todos los componentes del sistema agrario.

    Pero no se trata slo de que, como dice el propio Altieri, los agrnomos comprendan los elementos socioculturales y econmicos de los agroecosistemas, y a su vez los cien-tficos sociales aprecien los elementos

    Grfico 1 El surgimiento de al menos 17 disciplinas hbridas es resultado de la integracin de la ecologa (biolgica) con otras reas del conocimiento (Toledo, 1999).

    INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    Ecologa humana Sociologa ambiental

    Histora ambientalArqueologa ecolgica

    Paleontologa

    EcogeografaEcologa del paisajeGeografa ambiental

    Geognosia

    Economa ambientalEconoma ecolgica

    Ecologa culturalAntropologa ecolgica

    Etnoecologa

    Ecologa urbanaEcologa Industrial

    EksticaAgroecologa

    Educacin ambiental

    Ecologa poltica

    Psicologa ambiental

    bio-ECOLOGAHISTORIA

    PSICOLOGIA

    POLI

    TOLO

    GIA

    PE

    DA

    GO

    GIA

    AG

    RO

    NO

    MIA

    SOCIOLOGIA

    ANTROPOLOGIA

    URBANISTICA

    ECON

    OMIA

    GE

    OG

    RA

    FIA

  • 10 Qu es la Agroecologa?

    tcnicos y ecolgicos de stos. Junto con la descripcin de todos los componentes que conforman un sistema agrario, lo esencial es el entendimiento de las relaciones que existen entre ellos. En lugar de centrar su atencin en algn componente particular del agroecosistema, la Agroecologa enfatiza las interrelaciones entre sus componentes y la dinmica compleja de los procesos ecolgicos (Vandermeer, 1989). Esto tiende a reenfocar el nfasis en la investigacin agrcola ms all de las consideraciones disciplinarias hacia inte-racciones complejas entre personas, cultivos, suelo, animales, etc. (Altieri, 1995).

    Pese a lo dicho, la prctica agroecolgica se ha concentrado ms en los aspectos tcnico-agronmicos que en los sociales y en las rela-ciones entre ambos a la hora de explicar la dinmica de los sistemas agrarios. Stephen Gliessman ha advertido de ello: La discusin sobre la agricultura sostenible debe ir ms all de lo que sucede dentro de los lmites de la unidad de produccin individual. La produccin agrcola es un sistema mucho ms vasto, con muchas partes interactuando entre s, incluyendo componentes ambientales, econmicos y sociales, y los que se derivan de ellos, como los culturales, tecnolgicos y polticos. Son estas complejas interacciones y el balance entre todas estas partes lo que el enfoque agroecolgico nos invita a discutir (Gliessman et al. 2007,14). Pero lo cierto es que la Agroecologa apenas ha avanzado en la hibridacin disciplinar en el campo de las ciencias sociales. Algo trataremos de avanzar en este Cuaderno Tcnico, dado que daremos bastante importancia a las variables sociales, econmicas y polticas en su interaccin con las ambientales a la hora de explicar la din-mica de los sistemas agrarios y su transicin hacia un estado ms sustentable.

    En cualquier caso, esta consideracin ecol-gica de la actividad agraria significa un giro copernicano respecto a la ciencia tradicional ya que proporciona una visin integral de la estructura, funcionamiento y dinmica de los sistemas agrarios. stos no slo son el terreno en el que se realiza una actividad econmica llamada agricultura con la que se producen alimentos, fibras, sustancias medicinales y combustibles y que produce beneficios mone-tarios. La Agroecologa considera los sistemas agrarios como una forma particular de ecosis-temas que desempean tambin funciones ambientales, entre ellas las de suministro. Volveremos sobre esto ms adelante.

    Aparentemente, el objeto de la Agroecologa parece difano: el estudio de la agricultura o de la actividad agraria desde una perspectiva ecolgica. Pero la cuestin no es tan sencilla. En los sistemas agrarios tradicionales, que tenan su base en fuentes de energa biticas, la apropiacin de la naturaleza a travs de procesos como la agricultura constitua la fuente principal de alimentos, materias primas y energa que sostenan a las sociedades prein-dustriales. Las limitaciones que ello introduca en el tamao y amplitud del entramado social hacan que el resto de procesos productivos y consuntivos tuviese una dimensin muy redu-cida. No ocurre hoy lo mismo. Procesos como la satisfaccin del metabolismo endosomtico de los ciudadanos, es decir su alimentacin, invo-lucra no slo la produccin, sino la elaboracin y transformacin, el transporte, la distribucin, la conservacin y preparacin de los alimentos, etc. Procesos estos que obligan a adoptar una visin del fenmeno agrcola ms amplia que la meramente productiva.

    Algunos agroeclogos han adoptado este punto de vista ms general. Por ejemplo,

    INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

  • 11

    Gliessman et al (2007, 13), definen la Agroecologa como la aplicacin de los conceptos y principios ecolgicos al diseo y manejo de los sistemas alimentarios soste-nibles. Ello significa por un lado ampliar el objeto de estudio a todos los procesos involu-crados en la alimentacin, cuestin esta abso-lutamente necesaria para un correcto enfoque del problema. Ciertamente, la principal voca-cin de los sistemas agrarios es la produc-cin de alimentos, a lo que se dedican en la actualidad la gran mayora. La solucin inte-gral, desde la produccin al consumo, desde la huerta a la mesadel problema alimen-tario es esencial para el diseo y desarrollo de sistemas agrarios sustentables. Pero, por otro lado, esta consideracin de los sistemas alimentarios reduce la actividad agraria a la produccin de biomasa comestible, directa-mente o a travs de animales y deja fuera otro tipo de tareas. Por ejemplo, tareas de carcter ambiental (prestacin de servicios ambien-tales) y la produccin de biomasa destinada a otros usos no alimentarios o exosamticos como los energticos o la produccin de fibras y maderas, resinas, etc.

    As pues, la cuestin est en considerar que el objeto de la Agroecologa es el sistema agroalimentario en su conjunto o la actividad agraria, entendida esta como la produccin de toda biomasa til para el ser humano o para la reproduccin de los sistemas agrarios. sta ltima es en realidad una versin ampliada de la definicin tradicional: La disciplina cientfica que enfoca el estudio de la agri-cultura desde una perspectiva ecolgica se denomina Agroecologa y se define como un marco terico cuyo fin es analizar los procesos agrcolas de una manera interdisciplinaria (Altieri, 2009). Una solucin aparente de esta disyuntiva entre una concepcin ms amplia

    del fenmeno alimentario o una concepcin integral de la actividad agraria consistira en considerar --como han hecho algunos autores recientemente (Len Sicard, 2010, 9-10)-- que la Agroecologa estudia la estructura y funcin de los agroecosistemas tanto desde el punto de vista de sus relaciones ecolgicas como culturales. Esta definicin (.) entiende que el objeto de estudio de la Agroecologa es el Agroecosistema.

    Pero considerar nicamente los agroeco-sistemas (concepto sobre el que volveremos ms tarde) no resuelve del todo el problema, puesto que no todos los alimentos provienen de la actividad agrcola directa o indirec-tamente ni toda la biomasa til es produ-cida en agroecosistemas. Otros espacios no agrcolas requieren ser apropiados por el ser humano, tanto para satisfacer determinadas necesidades endo y exosomticas como para reproducir de manera sostenible los propios agroecosistemas. En otros trminos, la Agroecologa debe tener una concepcin ms amplia de su objeto de estudio que englobe tanto la produccin de biomasa til como todos los procesos envueltos en la satisfaccin del metabolismo endosomtico y exosomtico que tienen relacin con las actividades agra-rias, por ejemplo la consideracin del sistema agroalimentario. Ms tarde veremos que esta concepcin amplia de la Agroecologa no se acaba en los mrgenes del concepto de agroe-cosistema ni este debe reducirse al mbito de la produccin agrcola.

    La Agroecologa puede definirse, para-fraseando a Altieri (1987) como un enfoque terico y metodolgico que, utilizando varias disciplinas cientficas, pretende estudiar la actividad agraria y agroalimentaria desde una perspectiva ecolgica. Su vocacin es el

    INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

  • 12 Qu es la Agroecologa?

    INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    Cuadro 1 Qu es la Agroecologa?

    La Agroecologa puede definirse, parafraseando a Altieri (1987) como un enfoque terico y metodolgico que, utilizando varias disciplinas cientficas, pretende estudiar la actividad agraria y agroalimentaria desde una perspectiva ecolgica. Su vocacin es el anlisis de todo tipo de procesos agrarios en su sentido amplio, donde los ciclos minerales, las transformaciones de la energa, los procesos biolgicos y las relaciones socioeconmicas son investigados y analizados como un todo (Altieri, 1995). Frente al enfoque convencional de la actividad agraria, que propicia el aislamiento de la explotacin agraria de los dems factores circundantes, la Agroecologa reivindica la combinacin de ciencias naturales y ciencias sociales para comprender las interacciones existentes entre procesos agronmicos, econmicos y sociales; reivindica, en fin, la vinculacin esencial que existe entre el suelo, la planta, el animal y el ser humano.

    anlisis de todo tipo de procesos agrarios en su sentido amplio, donde los ciclos minerales, las transformaciones de la energa, los procesos biolgicos y las relaciones socioeconmicas son investigados y analizados como un todo (Altieri, 1995). Frente al enfoque conven-cional de la actividad agraria, que propicia el aislamiento de la explotacin agraria de los dems factores circundantes, la Agroecologa reivindica la combinacin de ciencias naturales y ciencias sociales para comprender las interac-ciones existentes entre procesos agronmicos, econmicos y sociales; reivindica, en fin, la vinculacin esencial que existe entre el suelo, la planta, el animal y el ser humano.

    Es muy importante deslindar bien la Agroecologa de la Agricultura Ecolgica o de cualquier otra forma de manejo ms o menos sustentable de los sistemas agrarios. La Agroecologa es un enfoque cientfico de la actividad agraria o agroalimentaria y por tanto no puede usarse ms que como sustan-tivo. No debiera utilizarse, pues, como adje-tivo que califique un modelo de agricultura

    concreto, incluso aquel que se haya diseado con criterios agroecolgicos. La Agroecologa sirve para analizar cualquier sistema agrario en el pasado o en el presente, est donde est situado.

    Pero hay algo ms, la Agroecologa no es slo un enfoque cientfico que produce ms y mejores conocimientos sobre los sistemas agra-rios o alimentarios, es tambin una filosofa de la accin. La Agroecologa pertenece, como disciplina hbrida, al mbito de la ciencia para la sustentabilidad (Funtowicz y Ravetz, 2000; Holling, 2001) y como tal tiene una dimensin prctica indisolublemente unida a la analtica. Para algunos autores, esta dimensin aplicada de la Agroecologa es en realidad su propia razn de ser. El concepto clave, que gua el razonamiento metodolgico y epistemol-gico[de la Agroecologa]es el de sosteni-bilidad (Gliessman et al, 2007, 14). Eso quiere decir que los conocimientos que produce y la axiologa en la que se fundamentan invitan a la accin, al diseo y desarrollo de sistemas agra-rios sustentables.

  • BASES EPISTEMOLGICAS DE LA AGROECOLOGA

    13

    INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

  • 14 Bases epistemolgicas de la Agroecologa

    a Agroecologa pretende insertase en un nuevo paradigma emergente, producto de la crisis de los paradigmas tradicionales y de la racionalidad cientfico-tcnica que los ha sustentado (Garrido et. al, 2007). Sus races son bastante diferentes a las de las ciencias agrarias convencionales, que piensan an que la agricultura puede ser entendida en forma atomstica, es decir en cada una de sus partes de manera independiente del todo. Esta es la razn por la que los sistemas agrarios han sido analizados de manera fragmentaria, estanca, parcelaria. Se estudian separadamente las caractersticas fsicas del suelo, las biolgicas de las plantas y las caractersticas de la fauna que mantiene; se acta como si los procesos sociales la oscilacin de los precios agrarios por ejemplo, o el desigual acceso a la tierra no influyeran en absoluto en la estabilidad o cambio de las propiedades fsico-biolgicas de la explotacin agraria. De ah que, normal-mente, se desarrollen tecnologas de manera aislada para un fin concreto (control de plagas, aplicacin de nutrientes, etc.) sin tomar en cuenta lo efectos externos que tales tecno-logas producen en los distintos componentes que actan en finca y en el conjunto del sistema agrario. Se piensa, igualmente, que tales tecnologas y los experimentos desarro-llados en laboratorios pueden replicarse en cualquier tiempo y lugar, independientemente de las especficas condiciones edafoclimticas de cada agroecosistema.

    Frente a todo ello, la Agroecologa est estrechamente vinculada al paradigma ecol-gico, que ha emergido frente a la visin del mundo que ha sustentado la modernidad. Es resultado de un enorme esfuerzo de crtica y de bsqueda de alternativas. Su construccin se ha ido fraguando con diversos materiales aportados por la crtica pero tambin por nuevas teoras y disciplinas cientficas como la Ecologa, la Termodinmica y la Teora de Sistemas. De la primera de ellas ha tomado la importancia de la interaccin entre las partes, entre los componentes del mundo natural y social, el reconocimiento de la complejidad de lo real, la evolucin y el cambio, etc. De la Termodinmica una concepcin de los procesos fsicos y biolgicos marcada por la finitud, la irreversibilidad, la entropa (Atkins, 1992) y, al mismo tiempo, la posibilidad de la neguen-tropa y el orden, es decir de la sustentabi-lidad. De la Teora de Sistemas (Bertalanffy, 1976; Luhmann, 1998) el enfoque holstico y sistmico que permite articular conceptos y construcciones tericas provenientes de la Ecologa, de la Termodinmica, de la Teora de la Evolucin, etc...

    De todo ello han surgido, a su vez, tres conceptos fundamentales: el primero, el propio concepto de sistema, definido por las propie-dades emergentes que se originan en la interre-lacin de sus componentes, de tal manera que lo esencial no son los componentes sino las rela-ciones entre ellos; el segundo, el concepto de complejidad, resultado del nmero y cualidad de las interrelaciones; y el tercero, la impor-tancia del ambiente que le rodea a la hora de comprender el estado y el comportamiento del sistema. La complejidad es, pues, uno de los principios constituyentes del paradigma ecolgico. Quiz ninguno como ste muestre el contraste con la epistemologa tradicional.

    lINTRODUCCIN A LA AGROECOLOGA

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  • 15

    Frente al empeo excluyente de la ciencia mecanicista, reintroduce lo local y lo singular en la explicacin de los fenmenos. Frente a la reversibilidad del tiempo que traspasa la ciencia mecanicista, la afirmacin del tiempo como un proceso irreversible, dotando al cono-cimiento de historicidad. Contradice as la visin tan frecuente en las ciencias humanas que despoja las relaciones sociales de su dimensin temporal para singularizar la estructura que las rige. Mientras que el pensamiento simplifi-cante elimina el tiempo, o bien no concibe ms que un solo tiempo (el del progreso o el de la corrupcin), el pensamiento complejo afronta no solamente el tiempo, sino el problema de la politemporalidad en la que aparecen ligadas repeticin, progreso, decadencia (Morin, [1999] 2007, 61)

    Frente a la idea de que lo real puede ser reducido a su dimensin ltima o unidades elementales que lo constituyen, reafirma los ltimos desarrollos de la ciencia que hacen hincapi ms en las interacciones que en las partculas mismas; es as como el conjunto resulta ms que la suma de las partes. Frente a la idea de que el universo es una entidad ordenada donde no cabe el azar, el caos, la dispersin, el paradigma ecolgico reivindica la insuficiencia de las leyes que determinan su estructura y funcionamiento y la necesidad de contar tambin y de manera complemen-taria con la aleatoriedad de los procesos, de su improbabilidad. Frente a la idea de que toda consecuencia tiene una causa, la multi-causalidad como reflejo de la complejidad de lo real, donde las consecuencias contri-buyen a conformar las causas. Este principio de recursin es el que permite entender, a su vez, que las propiedades emergentes de cualquier organizacin acaben interac-tuando sobre sus componentes. Frente a la

    disyuntiva tpica del pensamiento cientfico tradicional entre objeto y entorno, entre sujeto y objeto, reintroduce al observador en la observacin (Woodgate y Redclift, 1998). Frente a la supuesta capacidad del mtodo cientfico para producir conocimientos verda-deros a partir de la verificacin emprica y la demostracin matemtica, reivindica la paradoja, donde la contradiccin no es sin-nimo de error sino reflejo de la existencia de dimensiones profundas o desconocidas de la realidad.

    El paradigma ecolgico tiene tambin tras de si una nueva axiomtica y un nuevo modelo de organizacin social basado en la sostenibilidad; objetivo cuyo logro depende de la orquestacin de varias ciencias, entre ellas las sociales, que deben cooperar a la proposicin de formas de relacionarnos con la naturaleza que sean sostenibles. Por ello el nuevo paradigma obliga la transdiscipli-nariedad. Estos y otros elementos constitu-yentes del paradigma ecolgico no suponen una alternativa a la ciencia sino otra forma de concebirla y practicarla igualmente cientfica. El paradigma ecolgico no pretende rivalizar con otros paradigmas existentes, aspira a inte-grarlos y a cooperar con ellos. Se interroga sobre la utilidad social del conocimiento que produce, de tal modo que su calidad no sera el resultado de mediciones realizadas por los propios cientficos en funcin de la propia lgica cientfica, sino tambin de la evalua-cin del resto de la sociedad en funcin de criterios ticos (Fantoviz y Ravets, 2000). Esta integracin entre tica y epistemologa muestra la forma normal de operar del para-digma ecolgico que en combinacin con los movimientos sociales y, en especial con el ecologista, est cooperando a la bsqueda de soluciones a la actual crisis civilizatoria.

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  • 16 Bases epistemolgicas de la Agroecologa

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    Consciente de la incertidumbre del propio conocimiento cientfico y de las a veces impre-visibles consecuencias de los propios descu-brimientos que produce, la ciencia posnormal se cuida de tomar las medidas necesarias para garantizar que las decisiones y el control del propio desarrollo cientfico y, consecuente-mente tecnolgico, sean socialmente compar-tidas. Funtowicz y Ravetz proponen cambios de orden epistemolgicos (modificar la rela-cin entre hechos y valores, fomentar el plura-lismo axiolgico y estratgico, introduccin de la incertidumbre y de los procesos caticos, enfoque sistmico, articulacin de mtodos cualitativos y cuantitativos, etc.) y en el plano social la introduccin de un criterio de calidad para evaluar socialmente la actividad cientfi-co-tcnica. La ciencia posnormal es dinmica, sistmica y pragmtica y, por ello, exige de una nueva metodologa y organizacin social del trabajo. (..) el principio de calidad nos permite manejar las incertidumbres irreductibles y las complejidades ticas que son centrales a la reso-lucin de los problemas en este nuevo estilo de ciencia (Funtowicz y Ravetz, 2000, 58).

    En ese sentido, el lugar de la tica y su funcionalidad es similar al que ocupan los instintos y el aprendizaje condicionado en especies animales evolutivamente cercanas como los mamferos superiores. tica fundada en criterios de valoracin propiamente ecolgicos y orientados hacia la estimula-cin y produccin de conductas y acciones ecolgicas, es decir a aquellas que generan beneficios sociales y ambientales. tica que requiere, para serlo de manera consecuente, la ampliacin de los lmites de la comunidad moral. Todos los seres vivos, cuya organi-zacin ecosistmica hace posible la vida, deben formar parte tambin de ella ya que su contribucin al mantenimiento de la vida

    humana es fundamental. De esa manera, el paradigma ecolgico adopta una perspectiva biocntrica opuesta a la ontologa antropo-cntrica que subordina la naturaleza en su conjunto al ser humano y es responsable de las conductas causantes de la crisis ecolgica. sta es precisamente el fundamento esencial de la Agroecologa, el reconocimiento de que la agricultura, en su sentido amplio, es producto de la interaccin entre la sociedad con su medio ambiente, entre la naturaleza y la sociedad.

    El paradigma ecolgico reposa, en defini-tiva, sobre una axiologa alternativa, cons-truida sobre una tica consciente tanto de los lmites ecolgicos de la libertad como de que la equidad es uno de sus principales valores, incluyendo la igualdad intergeneracional e interespecfica. Reposa, finalmente, en el principio de prudencia o precaucin. Frente al viejo axioma, especialmente operativo en el campo de la ciencia, de que todo lo que puede ser hecho debe ser hecho, este prin-cipio obliga antes de la accin a la reflexin y al cuestionamiento de la utilidad social y ambiental de la misma. Esta simbiosis entre epistemologa (ciencia posnormal) y tica (principio de responsabilidad) en la elabora-cin y el uso del principio de precaucin, es otro buen exponente del modo integrador de operar del paradigma ecolgico.

  • BASES ECOLGICAS DE LA AGROECOLOGA:

    LOS AGROECOSISTEMAS

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  • 18 Bases ecolgicas de la Agroecologa: los agroecosistemas

    n fundamento bsico de la Ecologa es el concepto de ecosistema, definido como sistema funcional de relaciones comple-mentarias entre los organismos vivientes y su ambiente, delimitado por fronteras definidas arbitrariamente, en un tiempo y espacio que parece mantener un estado estable de equi-librio, pero a la vez dinmico (Odum, 1992; Gliessman, 2002). Todo ecosistema es, pues, un conjunto en el que los organismos, los flujos energticos y los flujos biogeoqumicos se hallan en equilibrio inestable, es decir, son entidades capaces de automantenerse, auto-rregularse y autorrepararse independiente-mente de los hombres y de las sociedades y bajo principios naturales (Toledo, 1985). Pero los seres humanos, al artificializar dichos ecosis-temas para obtener biomasa til, interfieren en mayor o menor grado en los mecanismos por los que la Naturaleza se renueva conti-nuamente. En ese sentido, podemos distin-guir dos formas de intervencin humana en los ecosistemas: la propia de las sociedades de cazadores-recolectores (o las actividades de caza, pesca, extraccin de productos fores-tales y ciertos tipos de pastoreo), donde los recursos naturales son obtenidos y transfor-mados sin provocar cambios sustanciales en la estructura, dinmica y arquitectura de los ecosistemas naturales (Guha y Gadgil, 1993); y aquella que se produce cuando los ecosistemas naturales son parcial o totalmente reempla-zados por conjuntos de especies animales o vegetales en proceso de domesticacin. La agricultura, la ganadera, la silvicultura, etc. seran los ejemplos ms claros de esta segunda forma de intervencin. Frente a los primeros,

    que como ecosistemas conservan an su capa-cidad de automantenerse, autorrepararse y autorreproducirse, los sistemas manipu-lados por los seres humanos son inestables, requieren de energa y tambin materiales del exterior para su mantenimiento y repro-duccin (Toledo,1993).

    Pues bien, a estos ambientes trans-formados o ecosistemas artificiales se les denomina agroecosistemas. La Agroecologa se sirve de ellos como unidad de anlisis o espacio de observacin. En otras palabras, un agroecosistema es aquel trozo de naturaleza que puede ser reducido a una ltima unidad con arquitectura, composicin y funciona-miento propios y que posee un lmite teri-camente reconocible, desde una perspectiva

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    Foto 2 Los agroecosistemas son ecosistemas artificializados por el ser humano.

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    agronmica, para su adecuada apropiacin por parte de los seres humanos. Con l se quiere aludir a la especfica articulacin que presentan los seres humanos con los recursos naturales: agua, suelo, energa solar, especies vegetales y el resto de las especies animales. En este sentido, la estructura, dinmica y arqui-tectura de los agroecosistemas resulta ser una construccin social, producto de la coevolu-cin de los seres humanos con la naturaleza (Redclift y Woodgate, 1993). En otras palabras, es producto de la manipulacin socialmente organizada de un ecosistema para la produc-cin de biomasa til y, como tal, reflejo de relaciones de naturaleza socioecolgicas.

    El trabajo de Norgaard (1994), a quien se debe la fundamentacin de este principio,

    hace hincapi en que las actividades de la gente modifican los ecosistemas y, a su vez, las respuestas de estos proveen de un marco tanto para la accin individual como para la organizacin social. Ahora bien, la mutua determinacin de ambos mundos, el social y el natural, no implica concebirlos como sepa-rados uno del otro, donde cada uno pueda explicarse separadamente por las ciencias sociales o por las naturales. La naturaleza y la sociedad no son dos mundos distintos, con dinmica propia, que interactan a lo largo del tiempo. En coherencia con esa declara-cin, la Agroecologa considera la sociedad en la naturaleza, con quien establece rela-ciones materiales de intercambio de energa, materiales e informacin. Para describir esta relacin de determinacin mltiple se ha

  • 20 Bases ecolgicas de la Agroecologa: los agroecosistemas

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    propuesto el concepto de metabolismo social del que luego hablaremos. La Agroecologa entiende, pues, la relacin entre naturaleza y sociedad de manera integrada, esto es, parte de la consideracin del sistema social como una parte ms de los sistemas natu-rales (Berkes y Folke, 1998) o a las sociedades como subsistemas de la biosfera, negando el excepcionalismo que, segn demostraron Catton y Dunlap (1978), fue y en buena medida sigue siendo el paradigma domi-nante en las ciencias sociales. Barbara Adam lo ha expresado de manera contundente: Desde una perspectiva temporal, no existe la dualidad naturaleza-cultura: somos natu-raleza, constituimos naturaleza y creamos naturaleza a travs de nuestras acciones en condiciones que estn preestablecidas amplia-mente por nosotros, por la evolucin y por la historia (Adam, 1997, 171).

  • ESTRUCTURA Y COMPONENTES DE LOS AGROECOSISTEMAS

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  • 22 Estructuras y compnentes de los agroecosistemas

    on el surgimiento de la agricul-tura, los seres humanos reemplazaron parcial o totalmente los ecosistemas naturales por conjuntos de especies animales o vegetales en proceso de domesticacin (Toledo, 1993). As surgieron los agroecosistemas (Altieri,1989) o ecosistemas manipulados y artificializados por el hombre para capturar y convertir energa solar en alguna forma particular de biomasa que pudiera ser usada como comida, como medicina, fibra, esto es como materia prima, o como combustible (Margalef, 1979). Estos ecosistemas manipulados son inestables, requieren energa y tambin materiales del exterior para su continuidad en el tiempo (Pimentel y Pimentel, 1997; Gliessman, 1998).

    Esa energa es aadida mediante una serie de labores o manejos que tienen por objeto asegurar la produccin de biomasa y su repe-ticin en sucesivos ciclos de cultivo. En los agroecosistemas manejados de manera tradi-cional ese input de energa adicional viene de fuentes biolgicas: trabajo humano y trabajo animal, que a su vez depende directamente de la capacidad del agroecosistema de producir biomasa. sta depende de la cantidad de tierra ocupada donde realizar el proceso fotosint-tico, manteniendo, pues, una dependencia muy estricta de su dotacin territorial. En los agroecosistemas manejados de manera industrial, la energa adicional proviene en su gran mayora del empleo directo e indirecto de combustibles fsiles. En tales sistemas, la mayora de la energa generada como biomasa se dirige hacia fuera del sistema tanto en forma de alimento o fibra como de residuos

    de cosecha. A estos ltimos no se les permite adems quedarse dentro del sistema para contribuir al funcionamiento de importantes procesos internos. Estos agroecosistemas son meros transportadores de energa y dif-cilmente pueden considerarse sostenibles (Gliessman et al., 2007, 17).

    En cualquier caso, las principales labores guardan cierta similitud y han perdurado en su esencia hasta ser sustituidas en muchas zonas del planeta por las prcticas propias de la agricultura industrial. Tienen por objeto alterar los ciclos del carbono, del nitrgeno y del fsforo, del ciclo hidrolgico y de los mecanismos de regulacin bitica. El suelo, por ejemplo, debe ser cultivado no slo para la siembra sino tambin para el control de la flora arvense, para incorporar materia org-nica y permitir el crecimiento de las races, para favorecer la infiltracin del agua, etc. Tambin deben controlarse los daos potenciales que la labranza puede provocar, especialmente en suelos en pendiente, expuesto a la accin erosiva sobre todo del agua. Una de las solu-ciones ms difundida por todas las culturas ha sido la construccin de terrazas.

    En muchos agroecosistemas en el pasado e incluso en la actualidad, el uso del ganado es imprescindible para realizar las labores ms duras: arar, trillar, transportar el grano, extraer aceite y sacar agua para regar. Ello permite cultivar una porcin de territorio mayor que si se hace con trabajo humano. Los bueyes, las vacas, bfalos acuticos y caballos y otras razas equinas, con ayuda de aparejos especiales, han hecho tradicionalmente estas labores pesadas. Proporcionan tambin estircol, leche, carne y pieles. El estircol se ha convertido en muchos agroecosistemas en el elemento clave de la reposicin de la fertilidad, especialmente

    cINTRODUCCIN A LA AGROECOLOGA

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    cuando se alcanza cierto nivel de inten-sidad en los cultivos. No obstante, el ganado invierte gran cantidad de biomasa vegetal en los procesos metablicos requeridos para su mantenimiento y reproduccin. La complemen-tariedad entre el trabajo animal y el trabajo humano resulta ideal mientras que el ganado puede mantenerse de los pastos existentes en suelos que no pueden o no conviene usar para la agricultura o bien de biomasa vegetal que no puede ser consumida directamente por los seres humanos (Gliessman, 2002, 273-274; GonzlezdeMolina y Guzmn Casado, 2006). En cualquier caso, las sociedades agrarias necesi-taron histricamente cuatro veces ms biomasa que los cazadores-recolectores (Fischer-Kowalski y Haberl, 1997,64) debido precisamente al uso de animales domesticados.

    Como en el caso de los sistemas naturales, la productividad de los agroecosistemas est limitada por la disponibilidad de agua y nutrientes. Los agricultores aprendieron pronto que el incremento de los rendi-mientos est asociado a la abundancia rela-tiva de estos factores y desarrollaron prcticas culturales que trataron de maximizar su uso interfiriendo en los ciclos biogeoqumicos (Gliessman,2002; GonzlezdeMolina,2002; Garrabou y GonzlezdeMolina, 2010). El manejo del carbono se hace mediante la aplicacin de materia orgnica, que contiene tambin cantidades apreciables de nitrgeno, fsforo y potasio. De esa manera la reposicin de la fertilidad fue siempre un factor crucial del que dependi el volumen y la estabilidad de la produccin agrcola.

    Como es sabido, el nutriente ms limitante de la productividad de los agroecosistemas es el Nitrgeno (N), no slo porque es el ms deman-dado por las plantas sino tambin porque su

    disponibilidad en el suelo es escasa, depen-diendo de las posibilidades de su captura de la atmsfera. Por su parte el fsforo, cuyas reservas no estn en la atmsfera sino en el suelo y suelen ser abundantes, se convierte en factor limitante debido a su baja disponi-bilidad para las plantas. Una vez depositado en los tejidos de estas y consumido en forma de biomasa por los organismos hetertrofos (animales herbvoros, animales domsticos y el hombre) su vuelta al suelo y el correspondiente cierre del ciclo depende del uso que se haga de las excretas de los dos ltimos. Las prc-ticas agrarias tratan a falta de la produccin sinttica de fertilizantes y de reservas de rocas fosfatadas de movilizar los nutrientes de las distintas partes de los agroecosistemas y de la atmsfera que los envuelve. Con tales practicas, los agricultores tratan de reponer las prdidas provocadas por la cosecha y procesos naturales como la lixiviacin, volatilizacin, etc.

    Son muchas, muy variadas e incluso algunas sofisticadas, las prcticas de fertilizacin que se han desarrollado en las agriculturas no industriales, obligadas por la necesidad de no agotar sus fuentes de aprovisionamiento. La mayora de los nutrientes se reponen devol-viendo a la tierra los residuos animales y vege-tales, esto es, reciclando los residuos orgnicos (estircoles, materia orgnica del sotobosque, huesos triturados, aguas fecales, pozos ciegos, quema de biomasa y adicin de cenizas, uso de sedimentos, etc.). Quiz el ms extendido ha sido la aplicacin de las excretas ganaderas, cuyo manejo ha ido perfeccionndose a lo largo del tiempo. La recogida, fermentacin y trans-porte de estos residuos comporta prdidas muy importantes en el contenido de los nutrientes. Los agricultores deben aplicar enormes canti-dades de estircol para reponer la fertilidad. Su disponibilidad estuvo siempre limitada.

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  • 24 Estructuras y compnentes de los agroecosistemas

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    Efectivamente, no en todos los agroeco-sistemas se puede hacer el mismo acopio de materia orgnica. La escasez ha sido en muchos territorios algo estructural, por ejemplo en climas con pocas precipitaciones y baja produccin de biomasa, donde la cabaa ganadera no puede ser (sin auxilio de recursos externos) lo suficientemente grande como para atender las necesidades de fertiliza-cin (Gonzlez de Molina, 2001). En ausencia de fertilizacin qumica, la escasez ha obli-gado en muchas latitudes a la utilizacin del barbecho y al desarrollo de estrategias de reposicin de nutrientes mediante el uso de abonos verdes y la siembra de leguminosas en rotacin con otros cultivos, maximizando el aporte de nitrgeno. Por ejemplo, el abono verde fue bastante utilizado en Europa en el pasado y tambin fue usado en el este asi-tico. La combinacin de leguminosas y abonos verdes, barbechos y cereales ha dado lugar a la prctica de las rotaciones, que consti-tuyeron la manera energticamente ms eficiente de optimizar las posibilidades de la agricultura tradicional. Con ellas no slo se procura reponer la fertilidad sino que se controla la proliferacin de la flora arvense y de las plagas y enfermedades de las plantas. La sucesin de varios cultivos (granos, tubrculos, oleaginosas, fibras, etc.) disminuye adems el riesgo de fracaso de la cosecha y permite una mejor adaptacin tanto a las condiciones de suelo y clima como a las preferencias diet-ticas. Rotaciones y policultivos constituyen en definitiva una manera eficiente de asegurar la autosuficiencia alimentaria e incluso de mantener altas densidades de poblacin con la misma cantidad de tierra.

    Dada la importancia capital del agua para la produccin de biomasa, los agricul-tores deben interferir tambin en el ciclo

    hidrolgico. En algunas regiones del planeta las precipitaciones son demasiado abundantes y crean serios problemas para el adecuado desarrollo de los cultivos. En este tipo de socie-dades se han tenido que desarrollar sistemas de drenaje para crear las condiciones idneas de humedad. Muchas de estas soluciones han sido imaginativas, sin necesidad de provocar grandes modificaciones en los agroecosistemas. En otras zonas, sin embargo, el problema es el contrario, ya sea porque llueve poco o porque no lo hace en determinadas pocas del ao. Las disponibilidades de agua condicionan los tipos de plantas que pueden cultivarse. Algunos cultivos (ctricos, ciertos frutales, hortalizas, forrajes, tabaco, algodn, caa de azcar, etc.) slo pueden desarrollarse con un suministro abundante y estable de agua, esto es con riego. La diversificacin y especializa-cin de cultivos, y por supuesto el incremento de la productividad primaria neta en zonas ridas y semiridas ha dependido de las posi-bilidades tecnolgicas del riego.

    En las agriculturas preindustriales, los riegos han sido movidos por gravedad, aprovechando la energa cintica proveniente de su desplaza-miento por las pendientes. La orografa y los coeficientes de escorrenta condicionan, pues, su amplitud, en tanto que el rgimen de los ros y arroyos condiciona la dotacin de agua dispo-nible a lo largo del ao. Las posibilidades de riego estn determinadas, pues, por la existencia de cursos de agua ms o menos caudalosos y de pendientes ms o menos pronunciadas que la hagan fluir con la fuerza suficiente. Son riegos basados en pequeas presas de derivacin, sin apenas capacidad de almacenamiento, y en una red de canalizaciones que transportan el agua hasta las parcelas. Una cantidad impre-sionante de artilugios fueron inventados para almacenar, transportar y elevar el agua,

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    INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    Ecosistema naturalAgroecosistema

    CampesinoAgroecosistema

    Industrial

    Productividad netaInteracciones trficasDiversidad de especiesDiversidad genticaCiclo de nutrientesEstabilidad Control humanoPermanencia temporalHeterogeneidad del hbitat

    MediaCompleja

    AltaAlta

    CerradoAlta

    IndependienteLargaAlta

    AltaBaja complejidad

    MediaBaja

    SemicerradoMedia

    DependienteCortaMedia

    Muy AltaSimple y lineal

    BajaMuy BajaAbierto

    BajaDependiente

    CortaBaja

    Fuente: adaptado de Gliessman, 2002, 26.

    Tabla 1 Diferencias en la estructura y funcin entre ecosistemas naturales y agroecosistemas

    especialmente en oriente medio y en el este de Asia. Quiz la contribucin ms importante que hizo China a la agricultura de base org-nica haya sido precisamente el diseo, cons-truccin y mantenimiento de los sistemas de irrigacin. Gracias a ellos, los sistemas de arroz inundable constituyeron la mxima represen-tacin de una agricultura tradicional intensiva y una expresin sofisticada de la adaptacin del paisaje a las necesidades humanas, inclu-yendo la domesticacin de especies (el arroz y el bfalo), especialmente diseadas para esos sistemas (Mc Netting, 1993: 41). Con la apari-cin de las grandes tecnologas hidrulicas, ya en el siglo XX, en los pases con acceso a estas tecnologas se pudieron realizar obras de regu-lacin mediante grandes presas y extraer agua del subsuelo en cantidades significativas.

    Pero los agricultores no slo han alterado los

    flujos de energa y de materiales de los ecosis-temas sino que, al cultivar la tierra y manejar los agroecosistemas, han alterado tambin las plantas mediante seleccin y mejora. Con ello alteran tambin la flora y la fauna que afecta a los propios cultivos. La pretensin de los agri-cultores ha sido, hasta que penetr la lgica de la agricultura industrial, cultivar una mayor

    variedad de plantas, hacerlas ms productivas y ms resistentes. En otros trminos, obtener la mxima cantidad de biomasa til. Para lograrlo han desarrollado a lo largo del tiempo procedi-mientos de domesticacin, seleccin y mejora de las plantas cultivables con el fin de mejorar la relacin entre la biomasa cosechable y la biomasa total. El proceso de seleccin se ha orientado hacia las especies y variedades de plantas tiles que destinen la mayor proporcin de fotosintato a la parte cosechable, en detri-mento de otras partes de su morfologa. Ello no quiere decir que, como ocurre con la agricultura industrializada, el proceso de seleccin y mejora haya tenido como nico objetivo el incremento del rendimiento comercial de la planta. En las ltimas dcadas el proceso de seleccin de semi-llas ha buscado unos determinados parmetros de altos rendimientos, apariencia, uniformidad gentica, respuesta rpida a fertilizantes y apli-cacin de agua, facilidad de cosecha y proce-samiento, resistencia a daos de transporte y menor caducidad. En las agriculturas preindus-triales, los campesinos tienen tambin otros objetivos, no slo los comerciales, a la hora de seleccionar variedades, por ejemplo la alimen-tacin animal y la utilizacin de la paja como material de construccin o combustible en el

  • 26 Estructuras y compnentes de los agroecosistemas

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    caso de los cereales. Ello explica las diferencias significativas que existen en los coeficientes de cosecha entre las variedades tradicionales y las actuales.

    La mejora actual de plantas que busca la acumulacin de biomasa en la parte cosechable ha reducido la cantidad de energa destinada a aquellas caractersticas que les confieren una mayor resistencia ambiental. Debido a ello, las especies y variedades actuales necesitan unas condiciones ptimas de humedad del suelo, disponibilidad de nutrientes, ausencia de plagas y enfermedades, temperatura y luz solar, de las que no se poda disponer en el pasado. No es extrao que las especies y variedades tradicio-nales tengan menores rendimientos comerciales, pero a cambio estn ms y mejor adaptadas a las condiciones de su entorno (Odum, 1992, 204), a la sequa, a la carencia estructural de nutrientes o a los ataques de insectos-plaga.

    Todo intento de maximizar la cosecha til implica necesariamente la simplificacin de la diversidad biolgica mediante el aumento de la densidad de las plantas cultivadas, la elimi-nacin de las competidoras y el control y, en su caso eliminacin, de la fauna perjudicial. Sin embargo, en agriculturas no industrializadas, los campesinos deben mantener la mxima biodiversidad en campo para ganar en esta-bilidad y seguridad en las cosechas. Por ello, los agroecosistemas campesinos tienen en general mayor diversidad gentica dentro de sus poblaciones, diversidad de cultivos, de espe-cies no agrcolas, de plantas silvestres dentro y alrededor de los campos de cultivo, etc. En esas condiciones, la vulnerabilidad a las plagas

    y enfermedades es menor2. La diversidad constituye, pues, una estrategia de seguridad que abarca ms mbitos que los hasta ahora descritos. Los campesinos estn obligados a mantener no slo una elevada diversidad de flora y fauna, de su correspondiente carga gentica, sino tambin deben mantener cierta diversidad en el arreglo espacial de los compo-nentes de las zonas de cultivo.

    Una de las principales caractersticas del proceso de domesticacin de especies ha sido su extraordinaria variacin gentica. Dentro de cada especie se pueden distinguir an cientos e incluso miles de variedades o razas. Cada raza o variedad por lo comn constituye un diseo gentico que responde a condiciones ecolgicas especficas: diversos rangos de humedad, temperatura, ciclos o ritmos natu-rales, umbrales climticos o de suelos (factores fsicos y qumicos) y necesidades del consumo humano (tamao, color, sabor, aroma, maneja-bilidad, disponibilidad espacial y temporal, valor nutricional o artesanal, etc.). Estas adaptaciones particulares y especficas han producido toda una gama de variaciones y han sido el producto de un significativo conocimiento ecolgico de las condiciones locales (incluyendo micro-climas y variaciones mnimas de suelo y relieve, ritmos y ciclos naturales, interacciones de organismos, eventos regulares y sorpresivos, etc.) de quienes mantienen y manejan estas variedades y razas. El producto final ha sido, tras 10.000 aos de diversificacin agrcola y pecuaria, de cientos y miles de diseos genticos originales, que a su vez son la consecuencia de creaciones de innu-merables culturas locales a lo largo del espacio y del tiempo (Toledo y Barrera-Bassols, 2008).

    2La presencia de arvenses, por ejemplo, cuyo control implica la realizacin de labores de escarda, puede tener efectos positivos sobre el mantenimiento de insectos benficos y el control de los insectos-plaga. Del mismo modo, la presencia de policultivos y de rotaciones mantiene a los insectos herbvoros en desventaja, ya que disponen de menor concentracin de alimento.

  • LA ORGANIZACIN Y FUNCIONAMIENTO

    DE LOS AGROECOSISTEMAS

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  • 28 La organizacin y funcionamiento de los agroecosistemas

    ada una de las formas de orga-nizacin de los agroecosistemas imprime su particular huella sobre el territorio, configu-rando paisajes especficos. O dicho de otra manera, cada arreglo del agroecosistema tiene un coste en trminos de territorio en funcin de la procedencia y calidad de los flujos de energa y materiales que hacen posible su funcionamiento y del manejo de la biodiversidad. El paisaje es la huella visible que el mismo deja sobre el terri-torio, en tanto puede existir una huella oculta que se materialice en un territorio, a veces distante, del que provengan recursos natu-rales (ghost acreage) o funciones ambien-tales que resultan imprescindibles para el funcionamiento del metabolismo en cuestin (GuzmnCasado y Gonzlez de Molina, 2008). En agriculturas preindustriales, el funciona-miento de los agroecosistemas necesita la apropiacin de grandes cantidades de terri-torio para producir biomasa til; un coste que no paga la agricultura industrializada que se

    nutre de fuentes energticas y de materiales que provienen del subsuelo.

    Por ejemplo, en las agriculturas orgnicas tradicionales o agriculturas campesinas, las necesidades de traccin animal, de reposicin de la fertilidad, de combustible para las nece-sidades domsticas o de la industria artesanal, de la mayora de las actividades econmicas, del transporte, etc. al ser satisfechas con la quema o ingesta de biomasa, requeran, junto con la alimentacin humana, una cantidad determinada de territorio. La casi imposibi-lidad de importar cantidades significativas de energa externa a los ecosistemas manejados, obligaba a satisfacer las necesidades propias y las demandas ajenas con el territorio dispo-nible, fragmentndolo para usos alternativos. Por ello, el campesino estaba obligado a esta-blecer una estrategia de complementariedad entre distintos usos del territorio. Las tierras de cultivos iban destinadas a la alimentacin humana o la produccin de fibras y otras materias primas de inters para el ser humano. Los terrenos de pasto iban destinados a la alimentacin animal y, finalmente, los terrenos forestales a la produccin de combustible y

    cFotos 3-4-5 Diversos usos alternativos del territorio: agricola, pecuario o forestal

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    materiales de construccin, madera y lea3. Cuando alguno de los usos era insuficiente para satisfacer las demandas, se procuraba que los otros lo compensaran. Por ejemplo, cuando el crecimiento del ganado de labor superaba la capacidad de alimentarlo en las zonas de pasto, las zonas agrcolas deban destinar una parte de la produccin a cereales y legumi-nosas para pienso o de la biomasa sobrante de los cultivos (los residuos de cosecha).

    Ciertamente, los tres grandes usos alter-nativos del territorio podan darse conjunta-mente en una misma explotacin, combinando diversos cultivos y aprovechamientos (sistemas agroforestales, por ejemplo), pero su factibi-lidad dependa de las condiciones edafocli-mticas de cada ecosistema y de su capacidad productiva. En climas en los que la produccin primaria resultaba deprimida por la escasez de precipitaciones o la escasez de nutrientes, los costes territoriales de la produccin de

    biomasa eran mayores que en las zonas de abundancia de estos factores. En algunas regiones secas, semiridas y ridas, donde el agua escaseaba, los usos del territorio podan incluso competir entre si y ser prcticamente excluyentes, obligando a un alto consumo de territorio. La superficie agraria til quedaba, pues, dividida segn sus aprovechamientos, en terrenos agrcolas, pecuarios y forestales, cuyo grado de incompatibilidad dependa de las aptitudes de cada agroecosistema. Incluso en zonas semidesrticas o ridas, en las que la productividad natural era baja y el terri-torio objeto de apropiacin tena que ser demasiado extenso, la mejor opcin era el pastorialismo y el nomadismo (Giampietro, Bukkens, Pimentel, 1997, 155). En definitiva, la distribucin en distintos usos del territorio, esto es la heterogeneidad espacial, consti-tua una forma de imitar la dinmica de los ecosistemas naturales y lograr as la mxima estabilidad.

    3Como ha sealado Sieferle (2001b, 20), los distintos usos del suelo estaban vinculados con los diversos tipos de energa. Las tierras cultivadas estaban asociadas con la produccin de energa metablica para proveer la alimentacin humana; las tierras de pasto que alimentaba a los animales de labor con la energa mecnica y los bosques con la energa trmica que proporcionaba el combustible necesario para la cocina, calefaccin y la manufactura.

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  • LOS FLUJOS DE INFORMACIN: LA IMPORTANCIA DEL CONOCIMIENTO LOCAL

    30 Los flujos de informacin: la importancia del conocimiento local

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    a Agroecologa no slo se nutre de los conocimientos de diversas disciplinas cientficas, tambin se nutre de los saberes de los propios agricultores. Se alimenta de ambos para convertirse en un enfoque de investigacin que se puede aplicar para convertir agroeco-sistemas convencionales o no sostenibles, en sostenibles (Gliessman et al., 2007, 21). Ello es debido a que, a lo largo del tiempo, los campe-sinos han ido generando un importante arsenal de conocimientos tiles. Se trata de saberes, transmitidos por va oral de generacin en generacin, por medio de los cuales han ido perfeccionando sus relaciones con su medio ambiente. Su lgica es distinta de la ciencia actual y por ello se le ha dado el nombre de saberes (Toledo y Barrera-Bassols, 2008). Son de conocimientos ecolgicos que generalmente tienen una dimensin local, colectiva, diacr-nica y holstica. El conocimiento campesino est basado en observaciones en una escala geogr-fica ms bien restringida, provee informacin detallada de todo el espacio apropiado, esto es, conocimientos acerca de la estructura o los elementos de la naturaleza, las relaciones que se establecen entre ellos, los procesos o din-micas y su potencial utilitario. De esa forma, en el conocimiento local se han acumulado conocimientos de carcter taxonmico sobre constelaciones, plantas, animales, hongos, rocas, nieves, aguas, suelos, paisajes y vegeta-cin, o sobre procesos geo-fsicos, biolgicos y ecolgicos tales como movimientos de tierras,

    ciclos climticos o hidrolgicos, ciclos de vida, periodos de floracin, fructificacin, germina-cin, celo o nidacin, y fenmenos de recupe-racin de ecosistemas (sucesin ecolgica) o de manejo de paisajes. Estos conocimientos han constituido la base del flujo de informacin que ha hecho funcionar los agroecosistemas.

    El conocimiento campesino utiliza normal-mente sistemas complejos para clasificar plantas y animales de tal suerte que el nombre tradicional de una planta o animal revela el status taxonmico de ese organismo (Altieri,1991:16-24). Algunas culturas desa-rrollaron sistemas de clasificacin de suelos en funcin de su origen, color, textura, olor, consis-tencia y contenido orgnico, por su potencial agrcola y el tipo de cultivo que resultaba ms adecuado. Est demostrado por mltiples trabajos que, en general, hay una alta corre-lacin entre la taxa campesina y la cientfica (Berln, Breediove y Raven, 1973: 214-242; Bulmer, 1965: 1564-1566). Ejemplos muy inte-resantes se puede encontrar entre los aztecas (Willians, 1980), en las culturas andinas del Per (McCamant, 1986) y otros lugares de Latinoamrica (Chambers, 1983). Algo pare-cido ocurre con las taxonomas campesinas de animales y plantas que no tienen nada que envidiar a las cientficas. Se sabe que los Mayas de Tzeltal y de Yucatn y los Purpechas podan conocer ms de 1.200, 900 y 500 espe-cies de plantas respectivamente (Toledo, 1985); o los agricultores de Hanunoo en Filipinas que distinguan ms de 1.600 (Conklin, 1979). Estos sistemas de clasificacin, de una gran comple-jidad, explican que el nivel de diversidad biolgica en forma de policultivos y sistemas agroforestales de muchas comunidades campe-sinas no fuera resultado de la casualidad sino de un conocimiento muy aproximado del funcionamiento de los sistemas agrarios. La

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  • 32 Los flujos de informacin: la importancia del conocimiento local

    diversidad gentica de tales sistemas les haca menos vulnerables a las enfermedades espec-ficas de tipos concretos de cultivos y provocaba usos mltiples de las plantas en el terreno de la medicina, los pesticidas naturales o la alimenta-cin, mejorando la seguridad de las cosechas.

    Los campesinos desarrollaron, pues, a lo largo del tiempo una gran cantidad de prcticas agrarias en confrontacin con los problemas que debieron superar (vasetabla2). Las prc-ticas exitosas son las que interesan especial-mente a la Agroecologa. Prcticas tendentes al mantenimiento de la diversidad y la continuidad temporal y espacial; a la utilizacin ptima de los recursos y del territorio; al reciclaje de nutrientes; a la conservacin y el manejo del agua, y al control de la sucesin y provisin de proteccin de cultivo (Altieri,1991:18). Ese corpus de conocimientos se suele encontrar integrando en la lgica de la produccin de los sistemas campesinos, de tal manera que existe una clara conexin entre la gestin de los recursos naturales y su propia cultura (Wilken, 1987: 167-190). Como dice Toledo (Toledo, 1993: 213), parece claro que en la perspectiva de los problemas concretos y prc-ticos que han de resolverse durante la gestin de los ecosistemas, los productores campesinos deben poseer conocimiento de los recursos al menos en cuatro escalas: geogrfica (incluyendo macroestructuras y asuntos como clima, nubes, vientos, montaas, etc.); fsica (topografa, mine-rales, suelos, microclima, agua, etc.); vegetacional (el conjunto de masas de vegetacin), y biol-gica (plantas, animales y hongos). En el mismo sentido, basada en la literatura antropolgica es posible distinguir cuatro tipos de conocimiento: estructural (relativo a los elementos naturales o a sus componentes); dinmico (que hace referencia a los procesos o fenmenos); relacional (unido a la relacin entre o en el seno de elementos

    o acontecimientos), y utilitario (circunscrito a la utilidad de los recursos naturales).

    Fruto de la aplicacin de todo este arsenal de conocimientos y prcticas campesinas, las socie-dades agrarias modelaron una gran variedad de paisajes humanizados alrededor del mundo, que incluan bosques, selvas, praderas, desiertos y semidesiertos, humedales y costas. Sobre este enorme cmulo de conocimientos se han desarrollado en los ltimas dcadas multitud de estudios (una recopilacin puede verse en Toledo y Barrera-Bassols, 2009) que han logrado acabar, al menos en el terreno cientfico, con la idea preconcebida de que las prcticas y cono-cimientos campesinos eran primitivos e inefi-cientes. No pocos han sido incluso adoptados por la agronoma convencional. En definitiva, el conocimiento formal, social y biolgico obtenido de los sistemas agrarios tradicionales y el conoci-miento y algunos de los inputs desarrollados por las ciencias agrarias convencionales, junto con la experiencia acumulada por las tecnologas e instituciones agrarias pueden combinarse para mejorar tanto los agroecosistemas tradicionales como los modernos y hacerlos ecolgicamente sostenibles.

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    Limitacin ambiental Objetivo Prcticas de manejo

    Espacio limitado Maximizar uso de recursos ambientales y tierra disponible.

    Policultivos, agroforestera, huertos familiares, zonificacin altitudinal, fragmentacin del predio, rotaciones.

    Laderas/pendientes Controlar la erosin, conservar el agua.

    Terrazas, franjas en contorno, barreras vivas y muertas, mulching, cubiertas vivas continuas, barbecho.

    Fertilidad marginal del suelo Sostener la fertilidad y reciclar la materia orgnica.

    Barbechos naturales o mejorados, rotaciones y/o asociaciones con leguminosas, composta, abonos verdes y orgnicos, pastoreo en campos en barbecho o despus de la cosecha, uso de sedimentos aluviales, etc.

    Inundaciones o excesos de agua Integrar la agricultura y las masas de agua.

    Cultivos en campos elevados (chinampas, waru-waru, etc.)

    Lluvias escasas o poco predecibles

    Conservar el agua y utilizar en forma ptima la humedad disponible.

    Uso de cultivos tolerantes a sequa, mulching, policultivos, cultivos de ciclo corto, etc.

    Extremos de temperatura y/o de radiacin

    Mejorar el microclima. Reduccin o incremento de la sombra, podas, espaciamiento (de) cultivos, uso de cultivos que toleran sombra, manejo de viento con cortinas rompeviento, cercos vivos, labranza mnima, policultivos, agroforestera, etc.

    Incidencia de plagas Proteger los cultivos, reducir las poblaciones de plagas.

    Sobresiembra, tolerancia de cierto dao, uso de variedades resistentes, siembra en pocas de bajo potencial de plagas, manejo del hbitat para incrementar enemigos naturales, uso de plantas repelentes, etc.

    Fuente: Altieri, 2009

    Tabla 2 Ejemplos de sistemas de manejo de suelo, vegetacin, agua, etc., utilizados por campesinos

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  • BASES SOCIOECOLGICAS DE LA AGROECOLOGA

    34 Bases socioecolgicas de la Agroecologa

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    INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    as sociedades humanas pueden ser consideradas, pues, como un hbrido entre cultura, comunicacin y el mundo material (Fischer-Kowalski y Haberl, 2007, 8-10). De acuerdo con este supuesto de partida, los agroecosistemas son parte de la naturaleza y, al mismo tiempo, de la sociedad. Son sistemas fuertemente antropizados, en los que su dinmica se explica por la interaccin de las sociedades rurales con su medio ambiente. Ello requiere de una teora que tenga las interacciones entre sociedad y naturaleza como principal objeto de estudio, esto es las relaciones socioecolgicas. En ese sentido, la Agroecologa debe superar el marco terico restringido en el que se ha movido hasta ahora para ocuparse de todas las relaciones socioeco-lgicas que se establecen en la actividad agraria y, en una concepcin ms amplia, en el complejo proceso de alimentacin humana. Pero no slo esto, debe tener en cuenta que las actividades agrarias y alimentarias han formado y forman parte del conjunto de relaciones socioecolgicas ms amplias, que la especie humana ha establecido a lo largo de la historia para subsistir como especie. Esto es, las actividades agrarias han desem-peado un papel cambiante en el devenir de la especie humana, sin cuyo conocimiento es imposible disear un futuro sostenible para ellas. Una agricultura sostenible ser imposible en un mundo insostenible, donde la actividad agraria siga siendo un mero instrumento de negocio. En consecuencia, la Agroecologa

    necesita elevar la calidad del conocimiento que produce identificando el lugar de ste en el conjunto de los conocimientos socioeco-lgicos que impulsen la transicin hacia una relacin con la naturaleza ms sostenible.

    La adopcin de un enfoque metablico de la actividad agraria puede ayudar a este fin. Este enfoque est teniendo cada vez ms xito, superando su fase inicial en que se propuso como una metodologa para el anlisis de la sustentabilidad a partir de los flujos de energa y materiales. En los ltimos tiempos han surgido propuestas que tienden a considerarlo como algo ms que un mtodo de anlisis de la sustentabilidad, como una teora de la evolucin y transformacin de las relaciones socioecolgicas (Toledo y GonzlezdeMolina, 2007; GonzlezdeMolina y Toledo, en prensa). En efecto, las relaciones que los seres humanos establecen con la naturaleza son siempre dobles: individuales biolgicas y colectivas o sociales. A nivel individual los seres humanos extraen de la naturaleza cantidades suficientes de oxgeno, agua y biomasa por unidad de tiempo para sobrevivir como organismos, y excretan calor, agua, dixido de carbono y substancias mine-ralizadas y orgnicas. En el plano social, el conjunto de individuos articulados a travs de relaciones sociales se organizan para garan-tizar su subsistencia y reproduccin y extraen tambin materia y energa de la naturaleza por medio de estructuras meta-individuales o artefactos, y excretan calor y toda una gama de diferentes clases de residuos o dese-chos. Estos dos niveles corresponden a lo que Lotka y despus Margalef (1993) han llamado energa endosomtica y energa exosomtica, una distincin con valor axiomtico para los fundamentos de la ecologa humana. Estos representan adems los flujos de energa

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  • 36 Bases socioecolgicas de la Agroecologa

    bio-metablica y socio-metablica respec-tivamente, y juntos constituyen el proceso general de metabolismo entre la naturaleza y la sociedad (Giampietro, 2004). Las relaciones entre sociedad y naturaleza se han denomi-nado de esa forma por analoga a la relacin biolgica que cada individuo mantiene con su medio ambiente (Schmidt,1976). Dicho metabolismo comprende, pues, el conjunto de procesos por medio de los cuales los seres humanos organizados en sociedad se apropian, circulan, transforman, consumen y excretan, materiales y/o energas provenientes del mundo natural4.

    Mientras que en los primeros estadios societarios, la energa endosomtica fue casi la nica clase de energa arrancada a la naturaleza, con una mnima cantidad de energa transformada en instrumentos de uso domstico, vestimentas y materiales para la vivienda, en las actuales sociedades indus-triales la energa exosomtica sobrepasa en treinta o cuarenta veces la suma de la energa utilizada por los individuos que las conforman. As, a escala global, la extraccin de recursos minerales (combustibles fsiles y minerales

    metlicos y no metlicos) medido en tone-laje, triplica la extraccin de la biomasa (los productos de la fotosntesis) obtenida a travs de las prcticas agrcolas, pecuarias, fores-tales, pesqueras y de recoleccin y extraccin (Naredo, 2000).

    El metabolismo entre la naturaleza y la sociedad comienza cuando los seres humanos socialmente agrupados se apropian materiales y energas de la naturaleza (input) y finaliza cuando depositan desechos, emanaciones o residuos en los espacios naturales (output). Pero entre estos dos fenmenos ocurren adems procesos en las entraas de la sociedad por medio de los cuales las energas y materiales apropiados circulan, se transforman y terminan consumindose (Grfico2). Por lo anterior, en el proceso general del meta-bolismo social existen tres tipos de flujos de energa y materiales: los flujos de entrada, los flujos interiores y los flujos de salida. El proceso metablico se ve entonces represen-tado por cinco fenmenos que son terica y prcticamente distinguibles: la apropiacin, la transformacin, la circulacin, el consumo y la excrecin.

    4La mayor parte de los contenidos de este epgrafe estn tomados del manuscrito del libro titulado Metabolismo, naturaleza, historia. Una teora de las transformaciones socioecolgicas, que he escrito conjuntamente con Vctor Toledo y que actualmente se encuentra en proceso de edicin. En este cuaderno se cita este texto como Gonzlez de Molina y Toledo (en prensa). Agradezco a Vctor Toledo la amabilidad que ha tenido de dejarme utilizar parte de los materiales incluidos en el libro.

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    Grfico 2 Esquema general del proceso metablico entre la sociedad y la naturaleza

    (Gonzlez de Molina, Toledo, en prensa)Transformacin

    Distribucin

    Apropiacin Consumo Excrecin

    TransformacinDistribucin

    (Capacidad deabsorcin

    de los ecosistemas)

    (Capacidad deregenaracin

    de los ecosistemas)

    OUTPUTINPUT

    El metabolismo social

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    Los cinco procesos metablicos se articulan de manera especfica, particular y estable a lo largo del tiempo, lo que permite hablar de formas especficas de articulacin entre ellos y con la naturaleza. Y son las instituciones, que expresan relaciones estrictamente sociales como la familia, el mercado, las reglas de acceso a los recursos, el poder poltico, la fiscalidad, el parentesco, el apoyo recproco, etc., junto con otras dimensiones igualmente intangi-bles, las que suelen organizar socialmente esa articulacin de los procesos metablicos. Efectivamente, los seres humanos, agrupados en sociedad, no slo comen, beben, sudan, crecen, fornican, excretan y mueren. Tampoco estn dedicados solamente a construir estructuras o a elaborar utensilios, instrumentos, armas, mecanismos o mquinas. Tambin suean, imaginan, creen, conocen, inventan signos y lenguajes para comunicarse, establecen rela-ciones entre ellos, producen reglas, normas y leyes, disean tecnologas, hacen transacciones y construyen instituciones con diferentes fines y en distintas escalas. Y es esta parte intangible de la sociedad la que opera como un armazn para los procesos materiales del metabolismo.

    Mientras que stos ltimos operan como la parte dura o visible de las sociedades humanas, como su blindaje material y ener-gtico, las instituciones, y sus consiguientes sistemas simblicos, reglas jurdicas y/o sociales funcionan como la parte blanda invisible e inmaterial. Por lo anterior resulta pertinente afirmar que todo metabolismo social tiene un hardware y un software, los cuales se determinan recprocamente a lo largo de la historia en procesos que hoy resultan an incomprensibles y que es necesario descubrir y analizar (Gonzlez de Molina y Toledo, en prensa).

    En toda sociedad existe, por lo tanto, una articulacin especfica de los cinco procesos metablicos, y una constitucin especfica de las relaciones sociales que configuran cada uno de ellos, que tienden a la reproduccin, a la continuidad en el tiempo, al mostrar cierto consenso social a la hora de satisfacer las necesidades bsicas. No obstante, se pueden singularizar formas ms o menos estables de configuracin y articulacin de los cinco procesos metablicos.

    Sociedades de cazadores-recolectores

    Sociedades agrarias

    Sociedades industriales

    Input de energa (Gj/capita al ao)

    10-20 Ca. 65 223

    Biomasa(Alimentos, madera..)

    Biomasa(3 vegetales50 forraje

    12 madera)

    Varios portadores de energa125 energa fsil

    23 energa hidrulica33 madera

    42 biomasa agrcola

    Input de materiales (t/capita al ao)

    Ca. 1 Ca. 4 21,5

    Biomasa(Alimentos, madera)

    Biomasa(0,5 alimentos vegetales

    2,7 forraje0,8 madera )

    Varios materiales3,1 biomasa agrcola

    3,3 madera3,0 portadores de energa fsil

    9,0 grava, arena, etc.3,2 otros

    Fuente: (Fischer-Kowalski y Haberl, 1997, 70)

    Tabla 3 Perfiles metablicos (per capita) y ao de distintos tipos de sociedad

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  • 38 Bases socioecolgicas de la Agroecologa

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    Tanto Gadgil y Guha (1992) como Toledo (1994) han coincidido en distinguir al menos tres grandes modos de uso de los recursos o de apropiacin de la naturaleza que corres-ponderan a otros tres grandes tipos de orga-nizar el metabolismo social con la naturaleza: modo de los cazadores-recolectores, en el que la apropiacin de los recursos no consigue transformar la estructura y la dinmica de los ecosistemas; de hecho los seres humanos podran considerarse como una especie ms dentro de cada ecosistema. El modo campe-sino o agrario establece un tipo de meta-bolismo que produce an transformaciones ciertamente limitadas sobre la dinmica de los ecosistemas; no obstante se domestican plantas y animales, se manipulan especies y se transforman -aunque de manera muy limi-tada- determinados materiales en objetos tiles (aperos agrcolas, arados, arneses, herra-duras y por supuesto armas). Esta capacidad limitada de intervencin en los ecosistemas y en el propio planeta es producto de la base energtica sobre la que se asientan este tipo de sociedades: la energa solar. En cualquier caso, este tipo de metabolismo coexisti con una gama muy amplia de sistemas sociales que, pese a tener distintos grados de comple-jidad, tenan como base de su economa las actividades agrarias, desde la aparicin de la agricultura hasta el feudalismo, los sistemas tributarios asiticos o el propio capitalismo.

    El metabolismo propio de las sociedades industriales utiliza como base energtica los combustibles fsiles o la energa atmica, lo que le proporciona una alta capacidad de intervencin en la dinmica de los ecosistemas, una enorme capacidad expansiva, subordi-nante y transformadora (a travs de mquinas movidas por combustibles fsiles). Ello explica que se haya producido con su introduccin un

    cambio cualitativo en el grado de artificiali-zacin de la arquitectura de los ecosistemas. La investigacin, aplicada a los suelos y a la gentica, ha dado lugar a nuevas formas de manipulacin de los componentes naturales al introducir fertilizantes qumicos y nuevas variedades de plantas y animales. Por primera vez, con la promocin de este tipo de meta-bolismo, la produccin de residuos -producto de toda transformacin de la energa y la materia- super la capacidad de reciclaje y la velocidad en la extraccin de recursos ha comenzado a ser muy superior al tiempo de produccin. El tipo de organizacin propio de este modo de uso es bien conocido por actual; slo resaltar que se basa en criterios esencial-mente materiales de clasificacin social, en la promocin de valores culturales antropocn-tricos, en pautas de conducta urbanas y en lgicas o racionalidades maximizadoras, muy alejadas de las propias de los dos modos de uso anteriores.

    Con estos tres grandes tipos de metabo-lismo social no se pretende reconstruir una nueva lnea evolutiva ms o menos lineal, entre otras cosas porque los tres coexisten en la actualidad. El primero es, no obstante, relic-tual, en tanto que el segundo sigue siendo -si tomamos en cuenta el conjunto del planeta- la forma ms extendida en que se organiza el metabolismo con la naturaleza; aunque su hegemona est amenazada por la capacidad expansiva del metabolismo industrial, que ha hecho que sea dominante en Occidente y que se encuentre en plena expansin por el Tercer Mundo tanto en nmero de los que se ven involucrados en l como en superficie contro-lada (vase un anlisis de este proceso para el caso de Mxico en Toledo et al, 2001).

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    INTRODUCCIN A LA AGROECOLOGACuadernos Tcnicos SEAE - Serie: Agroecologa y Ecologa Agraria

    EL LUGAR DE LOS AGROECOSISTEMAS:

    EL METABOLISMO AGRARIO

  • Grfico 3 Niveles de apropiacin y artificializacin de los ecosistemas

    40 El lugar de los agroecosistemas: el metabolismo agrario

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