introducción a la filosofía de las emociones · introducción a la filosofía delas emociones 291...

10
Introducción a la filosofía de las emociones Antes de revisar la problemática filosófica de este ámbito de la philo- sophy of mitad, se hace precisa la consideración de dos asuntos cruciales pa- ra toda filosofía de la psicología. Qué validez nos es posible conceder a la psicología corriente (folk psychology, commonsense psychology) y cuál se- ría hoy el sentido y el alcance de la introspección suponen, en efecto, inte- rrogantes de cuya respuesta dependerá en buena medida el aspecto que asuma una reflexión sobre la vida emocional que no se desentienda de la psicología científica contemporánea. Hay desde luego una estrecha relación entre estas dos cuestiones pre- liminares, a veces incluso se confunden. Por eso debemos guardarnos de ver en la psicología tradicional mera psicología subjetiva: aquélla proce- dería a la atribución de estados mentales, y a la explicación/predicción de los procesos cognitivos y conductuales, sobre la base, tambiéta y sobre to- do, de normas de carácter lingílistico y social, no obstante hacer suyas al- gunas de las posiciones de la psicología subjetiva. Ha contribuido el Fun- cionalismo a prevenir la confusión, subrayando en consecuencia que nuestro sentido común algo tenía que decir sobre el papel funcional de los estados mentales. A partir de aquí, podemos reivindicar para el discurso cotidiano de las creencias, deseos y emociones, el valor heurístico y estratégico que le asigna Dennett, o bien consagrar su centralidad absoluta en el estudio dc la mente y la conducta humanas, al modo de Davidson, o también sus- cribir la alternativa realista encabezada por Fodor 2. Los climinacionistas parecen haber encontrado refugio en las posibili- dades de los modelos conexionistas recientemente desarrollados: las enti- dades y procesos de la psicología corriente dependerían de lo que Stich de- Cf BOGDAN. Rl.: «The Folklore of the Mmd», en BOGDAN, R.J. (ed.): Mindand (otamtamormsense. Philosophicai Essays un Commonsense Psychology. Cambridgc Uíaiv. Press, 199l,pp. 1-15. Cf. por ejemplo, DENNEIT, D.: The Intentional Stance. The MIT Press, Cambridge MA, 1978; DAVIDSON, D.: Essayx un Actions and Evenís. Oxford tiniv. Press, 1980: FO- DOR Psy<hoaenaanrics. The MIT Press. Cambridge MA, 1987. A u a/ende! Seo,i,m,mriu de Metafd¿ca, n. 28— 994. Edji unal Coma pm utense. telad ri d

Upload: others

Post on 24-Jul-2020

11 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Introducción a la filosofía de las emociones · Introducción a la filosofía delas emociones 291 La filosofía de las emociones se ha desplegado en nuestros días a par-tir de

Introduccióna la filosofía de las emociones

Antes de revisar la problemáticafilosófica de esteámbitode la philo-sophyof mitad,se haceprecisala consideracióndedosasuntoscrucialespa-ra toda filosofía de la psicología.Quévalideznosesposibleconcedera lapsicologíacorriente(folk psychology,commonsensepsychology)y cuál se-ría hoy el sentidoy el alcancede la introspecciónsuponen,en efecto,inte-rrogantesde cuya respuestadependeráen buenamedidael aspectoqueasumauna reflexión sobrela vida emocionalqueno se desentiendade lapsicologíacientífica contemporánea.

Hay desdeluego unaestrecharelaciónentreestasdoscuestionespre-liminares, a vecesincluso se confunden.Por esodebemosguardarnosdever en la psicología tradicional merapsicologíasubjetiva:aquéllaproce-deríaa la atribuciónde estadosmentales,y a la explicación/prediccióndelos procesoscognitivosy conductuales,sobre la base,tambiéta y sobreto-

do, de normasde carácterlingílistico y social, no obstantehacersuyasal-gunasde lasposicionesde la psicologíasubjetiva.Ha contribuido el Fun-cionalismoaprevenirla confusión,subrayandoenconsecuenciaquenuestrosentidocomún algo teníaquedecirsobreel papelfuncionalde losestadosmentales.A partir deaquí,podemosreivindicarparael discursocotidianode las creencias,deseosy emociones,el valor heurísticoy estratégicoquele asignaDennett, o bien consagrarsucentralidadabsolutaen el estudiodc la mentey la conductahumanas,al modo de Davidson,o tambiénsus-cribir la alternativarealistaencabezadapor Fodor2.

Los climinacionistasparecenhaberencontradorefugio en las posibili-dadesde los modelosconexionistasrecientementedesarrollados:las enti-dadesy procesosdela psicologíacorrientedependeríandelo queStich de-

Cf BOGDAN. Rl.: «The Folklore of the Mmd», en BOGDAN, R.J. (ed.): Mindand(otamtamormsense.PhilosophicaiEssaysun CommonsensePsychology.CambridgcUíaiv. Press,199l,pp. 1-15.

Cf. por ejemplo,DENNEIT, D.: TheIntentional Stance.The MIT Press,CambridgeMA, 1978; DAVIDSON, D.: Essayxun Actions and Evenís.Oxford tiniv. Press,1980: FO-DOR Psy<hoaenaanrics.The MIT Press.CambridgeMA, 1987.

A ua/ende!Seo,i,m,mriude Metafd¿ca, n. 28— 994. Edji unal Coma pmutense. teladri d

Page 2: Introducción a la filosofía de las emociones · Introducción a la filosofía delas emociones 291 La filosofía de las emociones se ha desplegado en nuestros días a par-tir de

288 Martano Rodríguez

nonainara«modularidadproposicional».siendo así que las redesde ele-mentosquecomputanen paralelo resultanincompatiblescon la idea deque es en virtud de sítspropiedadessemánticasqu.elas acíitudesproposí-cionalestienen eficaciacausal’. Sin necesidadde rozar la cuestiónontolo—gíca.al fisicalista apocalípticose le respondeen su propio terreno,comohizo Popperal señalarque el conductismoestabaen lo cierto respectodelos enunciadoscon/ras/adoresde la Psicología,pero igiaorahael decisivopapel de las entidadesteóricasen la ciencia; o como haceen nuestrotemaMortoma al repararen la similitud entre la estrategiaexplicativa de la psi-cologíadel sentidocomúny la de esapartede la Físicadenominada«me-cánicacualitativa»4.Cuandofl05 referimosa creencias,deseosy enaocionesno vamosa daren ningúnasylum ig¡íoraníiae, sinoqueacudimosa un «dis-positivo» natural e inevitableque.por supuesto,no estáexentode proble-masy fallos.

¿Enquésentidose ha podidoafirmar, en segundotérmino,que la in-trospecciónes un mito de nuestracultura?Fundamentalnaente,ene]dequeesesupuestoconoctmíentodirecto, inmediato,de estadosy procesosmn-ternos,no pasaríade ser un repertoriode informesaltamenteelaboradose interpretados.nauyexpuestospor consiguienteal error y la distorsión.Loquehacemoscon la introspecciónes construirun modelode la mente,confinespragmáticos,utilizando los naaterialesqoc maossirvemalosprocesosper-ceptivosconscientes,la imaginacióny la memoria.Senaejanteconstrucciónsolo tienesentidoenun contextolingúisticoy culturaldeternainado,lo quesin embargono cierra la posibilidadde novedadesy refi tan naietatosi ntros-peeti vos.

Perola revisión radical de la noción no puedehacernospasarpor altoni el rendimiemato psicológicode la introspección:siguesie maelo i naprescin-dible un modeloy dequéotro íbamosa disponer.ni el hechode quehastael conceptoque tenemosde nosotrosmismoscomo personasdependeríabásicamentede estacapacidadconstructorade modelos.Deshacersede laidea tradicional de introspecciónno implica queno sepamoslo que pensa-mosy sentimosde un modoen que los demásno lo saben’.

Cf. ST It?1-1. 5. P.: Ero,,, Eotk Psyct;otogy lo <ognitne M icun e, ihe MII Press.Cani-bridge MA. 983. (/7 RAMSEY, W., STICH.SP.: GARON.J.: «Cunnectionisní,Eliníina-tivisní, ¿mmvi tlae Futume ol Folk Psychologv».cia t’hiloso

1,hvaoci Co,mnectioniscftíeors. t.¿mw—renteLib mona. Hilisdale. 1991. 199-228pp.

/ POPPER. K.R.: EC(’LES El yo y so cerebro(1977). Labor. Barcelona.1993 (2~).pp 7<I~~l < f MORTON.-A.•:4lht-lneximabititv ol

ttkLk Psycholog+>.cmi EQODAN(cd 1 op u,t 93—122 pta.

1 iN II tOS, ji..:» El oso científico de la experienciaiiiieríaa». en Em’alaaciá,mPsi~cmlogmí a ti 985). n’ 1—2.59—78pi’ CI’. LYONS. W,: ‘¡‘he Dtvappecmra¡mce of tímíro.s’pecuion. rlie

Mil Eres» C mnabridgeMA, 986, Sobretodo. pp. 142-156. (7/1 DAVIOSON. D .:» El cono-emmnmematodeti propiamente»(1986).en Mente,inane/o y acción, (‘laves aaraLina imaterpre—t¿memou ¡ idus¡t.(?.lY.-l.1.A.B.,Barcelona,1992, 119—153Pp.

Page 3: Introducción a la filosofía de las emociones · Introducción a la filosofía delas emociones 291 La filosofía de las emociones se ha desplegado en nuestros días a par-tir de

Introduccióna la filosofía delas emoezones 289

EL CONCEPTO DE EMOCION

Teniendosuimportanciala diferenciaentreel análisisde lo quelas emo-cionesson y la determinacióndel comportamientológico de las emotionwords,seríapor lo generalacertadala estrategiade servirnosdelas conclu-sionesdeéstapararestringir y matizarel alcancede las tesisquepuedage-neraraquél. Perohay queestaren guardiacontrala posibilidad de consa-grar por estecaminoprejuiciosinmemoriales,encapsuladosen lasflexiblesestructurasdel lenguajecorriente.Y esquela oposicióndeaccióny emociónha venidoconstituyendodesdesusmismoscomienzosla filosofía occidentalde las pasiones,reproduciéndose,apartir dela Modernidadespecialmente,en las queenfrentabanla verdadal error y el conocimientoa la ilusión. Poresocuandodesdela Psicologíadesarrollamosteoríasdela emociónquepa-recendesmentirestaoposicióntradicional,a los filósofos les aguardala ta-readel ajusteo la de la subversión.Se puedeconcluir, por ejemplo,que ladistinciónentrelo quehacemosy lo quenosocurresiguesiendoesencialpa-ra el estudiodelas reaccionesemocionales,puestoque,mientrasquelas ac-etonesdependende nuestrosdeseostanto causalcomo racionalmente,lasemocionesseveríanlibres detal dependencia,dandotestimoniopor el con-trario de nuestroser-afectadospor el medio<.Los conceptosde «creencia»y«emoción»estaríantanalejadosqueotro mododehacerjusticiafilosófica alas teoríascognitivasconsistiríaen reconocera las emocionescomo difusasper~pecíivasdeinterpretación,paraasí conservarintactasu pasividad’.

Solomon se ha hechocélebrepor intentar ir hastael final por la otrasenda:y no se puedenegarque la investigaciónpsicológicaha tendido amostrarque si en la ansiedadextremaes cierto queno cabeacciónen ab-soluto—el yo fenoménicollegaríaadisolversecomo tal— enlas emocionesestándarla experienciade pasividadesunamerailusión’. Llevadopor al-gunassugerenciassartreanas,nosquiereconvencerde que lasemocionesserianpeculiarescursosde acción queelegimoscon unafinalidad deter-minada:supropuestatieneel valorde la provocaciónpero no consiguesal-var lasdificultadesdel radicalismo’.Pareceimprescindible,enordenaper-filar un conceptoválido delasemociones,repasarprimeramentelascríticas

Cf. CREEN. O.H ,:» Actions, Emotionsand Desires».en MARKS, J. (cd.): The Wayej Desire. New Essaysin PhilosophicalPsychologyon the Conceptof Wanting. precedentPub,Chicago,1986. 115-133Pp.

Cf CALHOUN, Ch.: «CognitiveEmotionsi~»,enCALHOUN, Ch.; SOLOMON. R.C.(eds.): Whatis An Emotion?Oxford Univ. Press,1984,327-342Pp.

Cf AVFRILL. iR,: «EmotionandAnxiety: Sociocultural.Biological audPsychotogi-cal Determinants»,extractadoenRORTY,AR. (cd.): Explamning EmotionsUCLA PRESS.1980,37-72 Pp.

Cf SOLOMON, R.C,: “Emotion andChoice».enCALI-IOUN, Ch.; SOLOMON, R.C.(eds.):op. cft. 305-326 Pp. Cf SOLOMON, R.C.: ThePossions.Doubleday-AnchorEooks,New York, 1977. Cf SARIRFí. P.: Bosquejodeunateoríade las en,ocione,s(1939). Alian-za, Madrid, 1971.

Page 4: Introducción a la filosofía de las emociones · Introducción a la filosofía delas emociones 291 La filosofía de las emociones se ha desplegado en nuestros días a par-tir de

290 Mariano Rodríguez

más relevantespresentadasa las diversasteorías,asícomo discutir en se-gundolugar el tópico de sucarácternaturalo cultural.

Contra la influyente teoría fisiológica y del sentimiento(feeting,sensa-non), hayquedecir queresultaincapazde distinguir las emociones,comodemostraronlos famososexperimentosde Schaehtery Singer”y comosu-brayaronpensadoresdela talla de Kenny y Bedford. Ni los estadoscor-poralesen cuantotalespuedenser identificadoscon emociones,ni pone-mos nombrea nuestrosestadosemocionalesa travésde la introspecciónde sentimientos.Y ademáslas sensacionescarecende dirección,mientrasquelas emocionessonintencionales.Bastapensarenla diferenciaentreelaccesode cóleray el amorpaternalparacaeren la cuentade la insuficien-cta de estaconcepción.

Algo similar tenemosqueoponera la doctrinarival, nacidaen la críti-cade Dewey a Darwin,segúnla queserianel comportamientoy las dispo-sicionesconductualeslos constituyentesexclusivosde la emociónmisma:no parecefactible distinguir desdeella entrereaccionesemocionalesy noemocionales,como tampocounasemocionesde otras,ni entreestaremo-cionadoy fingir estarlo.El duelo, por otra parte,no parecetenerque en-carnarseen conductadeterminadaalguna:¿quépatrónde comportamien-to sería,en general,necesarioy suficientepara la identificación de unaemoción?InsistíaHedford en que al hablarde emocionesno estábamosdescribiendoconductaalguna,sino interpretándola.

Pudiéndoseconsideraral Psicoanálisisun saberdelos afectos,nossor-prendeel hechode que,engeneral2,la teoríafreudianade lasemocionesno hayasido sistemáticamenteabordada.Si separamosde ella los ele-mentosquecompartecon la primera de lascriticadas,quedaríacomo suaportacióndecisivala concepciónde la emocióncomo «residuode unare-miniscencia».Es decir, su identificaciónestructuralcon la crisis de histe-ria. Poresoalgunosfilósofos> aleganen sucontra la polarizaciónclínicade los interesesde Freud,ocupadosobretodo con el estudiode la ansie-dad,mostrándoseescépticosconla convicciónde queseríaprecisamenteel trastornoemocionalunaespeciede cristal de aumentoquenospermi-tiría hacernosunaideamáscabalde la vida psíquicadel sujetono neuró-tico.

Los sujetosexcitadospor unainyecciónde epinefrina,administradadeformaquenoadvirtieranque setesestabainyectandounadroga,no dijeron experimentaremociónalgu-nahastaqueselessituóen un contextode euforiao cólera.CJISCHACHTER,5.; SINGER,1.: «Cognitive,Social and Physiological Determinantsof EmotionalState”, enPsychologi-cal Review.69, (t962).

(Df KENNY, A.: Action, Emotionand Will (1963). Routtedgeand KeganPaul,Lon-don. 1979 (óá). p. 48. Cf BEDFORD, E.: «Emotions”.en Proceedingsof theAristotelianSo-c¡ety,57. (1956-57).

La excepciónclásicala constituyeci sinuosotrabajodeRAPAPORT,D.: «OnthePsy-choanalyticTheory of Affects>’, en InternationalJoarnal of Psychoanalysis,34, (1953).

Cf LYONS. W.: Emoción(1980). Anthropos,Barcelona,Pp. 38-46.

Page 5: Introducción a la filosofía de las emociones · Introducción a la filosofía delas emociones 291 La filosofía de las emociones se ha desplegado en nuestros días a par-tir de

Introduccióna la filosofíadelas emociones 291

La filosofía de las emocionesse ha desplegadoen nuestrosdíasa par-tir de la teoría que las identificaba o las hacía depender, lógica o causal-mente,de cogniciones,en el sentidoamplio de «modos de contemplar elmundo»’4. Aparte de lasdificultades a que de hecholleva la equiparaciónde emocionesy creenciasen elsentido estrictotm>, se han ido reconociendomuchas de las limitaciones de un primer cognitivismo demasiadoestrecho.Por ejemplo, no es posible pasar por alto el decisivopapel del deseoennuestravida emocional:miedo,alegría,ira, implican demanerano contin-genteel deseodeactuarapartir de ellaso parasalir de ellas,hastael pun-to de queunaemocióndifiere de otra por lascosasquecadaunanoshace

mequerer

Llegamosasí a lo quepodríamosdenominarconcepcionesintegrado-ras.Unas adoptanel expedientede la simpleyuxtaposición:en el modelode Oakley, pongamospor caso,seríanindividualmente necesariospara cons-tituir un caso de emoción tres elementos,cognitivo, conativoy afectivo,mientras que sólo su «conexióndinámica» llegaría a ser condición sufi-ciente4.Perosi no queremosconstruir la emocióncomo una composiciónde otros estadosintencionalesmásprimitivos, renunciando en cierto mo-do a suclarificaciónconceptual,habremosde recurrira las teoríasevalua-ti vas,que no por hacerjusticia a la complejidadde la vida emocionalre-nuncianaponerordenen ella. El núcleodeunaemociónseríaen todosloscasosvalorativo. A partir de él se irían estructurandolos diversosaspectosdela misma:ingredientescognitivos, apetitivos,fisiológicos,afectivosy con-ductuales,que puedeno no estarpresentesen el estadoemocionalfácti-co’<. Nos afectanlas valoracionesque hacemos:la estructuracomúna lasdiferentesemocionesla describiriamoscomo Oreenspan:afecto (con¡-fort/discomfon) intencionalmentedirigido a una proposiciónvalorativa’9.

Sénecaplanteó la cuestiónde «si la ira nacede la ponderacióno del im-pulso0”. Interesadesafiarahorael prejuicio quetoma por evidentela sus-tanciabiológica de las pasiones,ya que desdela teoríavalorativacom-

A M. ARNOLOcorrespondeel mérito de haber resucitadopara la Psicologíaestacon-

cepelóncognitiva que sepuede hacer remontar nadamenosque a Aristóteles,Sto.TomásyEspinosa,en su EmotionarmóPersonaliry.2 vots.Columbia Univ. Press,1963.

Poresosehasubrayadoel carácterinarticuladoeintuitivo delelementocognitivo in-volucrado,llegándosea compararlasemocionesconlos paradigmasde Kuhn. Cf. DE SOU-SA, R.: «The Rationalityof Emnotions>m,en RORTY,A.O, (ed.):op. dL, 127-153Pp.

Cf TAYLOR, C.C.W.: «EniotionsandWants>’,enMARKS, 3. (ed.): op. éL, 217-231PP.

Cf OAKLEY, J.: Morality andtheEmotions.Routledge,London/NewYork, 1992,Pp.6-38.

Cf la completa«teoríacausal-evatuativa»propuestaen 1980 por LYONS, W. en op.ci!.

“ Cf. GREENSPAN,P.: EmotionsanóReason.An Inquiry into Emotional Justification.Routledge, London/New York, 1988.

‘“ SENECA: De/acólera (De Ira). Alianza, Madrid, 1986,11,p. 67.

Page 6: Introducción a la filosofía de las emociones · Introducción a la filosofía delas emociones 291 La filosofía de las emociones se ha desplegado en nuestros días a par-tir de

292 Mariano Rodríguez

prendemosque,por el contrario, las «emotionwords» tienen la virtud desituarnuestraconductaenun contextosociale histórico”. Se hallegadoin-cluso a sospecharla índole ideológicade la concepciónhabitual que nospresentalos fenómenosemocionalescomo la región biológicamentemásprimitiva de nuestravida psíquica.Así, partiendode la conclusiónantro-pológicasegúnla cual el carácterpanculturalde las emocionesno dejadeserun mito, y habiendoasumidoquelos valoresy normassocialespuedensertan constitutivosde la emocióncomo lasdisposicionesbiológicas,Ave-rílí llega a sostenerque las reaccionesemocionalesconstituyeninstitucio-nessocialesquepermitena los individuos descargarsede losconflictosquese dan en el sistemasocial mismo. De ahí la «irresponsabilidad»quenosasisteen nuestrosarrebatospasionales22.

EMOCION Y OBJETO

Especificamosnuestrasemocionespor referenciaa susobjetos,en cuan-to relacionadasconceptualmentecon ellosy no contigentemente,como sílo estáncon suscausas,con independenciade la posibilidadde quecausayobjeto de una emocióncoincidan2tPoresome hallo en situaciónde privi-legio paraidentificar el objetointencionalde mis emociones,aunquemico-nocimientode él no seadesdeluego incorregible.Identificar la emociónatravésde la investigaciónde suscausassólo parecenecesarioen los casosanómalosen que los objetosintencionalesdejande constituir fundamentoracionalde Ja misma. En el sentidode que cadatipo de emociónesapro-piado sólo paradeterminadosobjetos—su«objeto formal>~ restringedrás-ticamentelas posibilidades—,podríamoshablarde un aciertaobjetividadde las emociones:por el aprendizajedel vocabulariode las emocionesve-minosa serequipadostanto con las situacionesmodélicasque proporcio-nan los objetoscaracterísticosde la emocióncuantocon el repertorioderespuestas«normales»a lasmismas.Los objetos de las emocionesconectansituacióny respuesta,siendoen virtud de estosguiones-paradigma24comoquedaríaabiertaparanosotrosJa posibilidadde experimentaremociones.

¿Acasono sedanemocionessin objeto?¿Nocareceríandeterminadasformasde ansiedad,por ejemplo,de dirección de ajustey condicionesdesatisfacción?’>.Desdela perspectivapsicoanalítica,estaintencionalidad

Cf BEDFORD, Fi.: op. cii.22 Cf AVERILL, iR,: op. tic

Cf GRFSEN.O.)->.: «Wittgenstein¿mdthc Possibilitvola Phiiosophic¿mlTheoryof Ema-ti oma»,en Metaphilosophy.it), (1979), n” 3-4.

24 1-aexpresión«paradigmscenarios»la lorja DeSousaparaayudarnosaentenderla pe-culiarracionalidademocional.Cf DE SOUSA,R,: op. cnt

Paraemplearaquí la traducciónsearleanade la intencionalidadal lenguajeestricta-mentenaturalisía,Cf SEARLE.J.: Inrencionah’daa:un ensayoen la tilosolía de la mente

Page 7: Introducción a la filosofía de las emociones · Introducción a la filosofía delas emociones 291 La filosofía de las emociones se ha desplegado en nuestros días a par-tir de

Introduccióna la filosofía delas emocmones 293

aquícomprometidaquedaríasalvaguardadaen la nociónde anomalíao in-congruenciaafectiva:postulandoobjetosinconscientesconseguimospre-sentarcomo aparienciassintomáticasa los «afectossin objeto»’6.Perosinnecesidadde entraren los vericuetosteóricosdel conceptode represión,la distinción entre«objetointerno o formal», identificadocon la categoríaevaluativade la emoción,y objeto particular haríael mismo trabajo: re-sultaimposibleunaemociónsin objeto interno.

Finalmente,parano reducirla intencionalidademocionala la de losde-seosy lascreenciasinvolucradosenla emoción,tenemosquecoincidir conSolomonen quelosobjetosemocionalesgenuinosserianellosmismosafec-tivos o normativos’7.Es el afectopsíquico,diferentedel mero feelingso-máticono intencional,el quecontaminano sólo la aprehensiónde los ob-jetosemocionales,sino tambiénnuestrosmismosdeseos,creencias,accionesy percepciones.Yéndonosaun planodiferentedel naturalista:«la emociónconstituyeel mundobajo forma mágica».Casinuncadecimos:«mepareceodiosoporqueestoyfurioso»,sino «estoyfurioso porquees odioso»26.

LA RAZON DE LAS EMOCIONES

Si desempeñala presuposiciónde la racionalidadbásicadel agenteunpapelconstitutivoparatodaatribuciónde estadosmentales,¿cómopuedeserque en nuestracultura las reaccionesemocionaleshayan venido pa-sandocasi siemprepor fenómenoscaracterísticamenteirracionales,esas«enfermedadesmentales»que lamentabaKant en suAntropología,esasperturbadorasde los procesosracionalesquedesdeñanlos actualesteóri-cosde la decisión?Las razonesaparecenen el mundocuandosurgencria-turascon intereses’9,y la hermandadevidenteentreactitud intencional yevolucionismoharíasumamenteimprobablequenuestravida emocionalseopusieracomo obstáculoa nuestrosintereses.

El de racionalidadesun conceptoteleológicoque seaplicaen primertérmino a las acciones.Perosin dudarequiereesencialmentede represen-tación,dandopor descontadala eficaciacausalde los procesosmentales.Y unade estasdos facetaspredominasobrela otra segúnlos casos:la ra-

(t983). Teenos,Madrid, 1992. Por otro lado. Thalhergconsideraen su clasiticacióntantoemocionesquepuedentomarobjetos,comola perplejidad,cuantolas que, comota depre-sión y la «íree-ftoatinganxiety>’.no puedentomarlos,estandosin embargofundamentadas,Cf TI-IALEERC, 1.: «Emotionand‘l’hought>t extractadoenCALHOUN. Ch.; SOLOMON,RE?. (eds4:op. cff, p. 3011.

EJ.SACHS, 1) .:e’OnFreudDoctrine of Emotions»,en WOLLHEIM, R.; HOPKINS,1. (eds.): Fhilosophical Essayson Freud.CambridgeUniv. Press,t982.Pp.92-106.

SOLOMON, R.C.: op. cit, p. 611.Cf SARTRE,J.-P,:op. cff, p. 125.(ji DENNETT, D,: La libertad de acción. Un análisisde la exigenciadel libre albe-

drio. (Time Elbow Room, 1984). Gedisa,Barcelona,1992.p. 37.

Page 8: Introducción a la filosofía de las emociones · Introducción a la filosofía delas emociones 291 La filosofía de las emociones se ha desplegado en nuestros días a par-tir de

294 Mariano Rodríguez

cionalidadde lascreenciasessobretodocognitiva, la de las intencioneses-tratégica.Perola «racionalidadmínima»,esadescripciónverdaderaquenuncapuedefaltar y quenos representacualquieractitudintencionalco-moracional,se refiere a la racionalidadrepresentacional,quepor estemo-tivo tambiéndenominamosintrínseca.

Comoveremosen el casode las emociones,la crítica racionalpodríajustificar un estadomentaldesdeun punto de vistay censurarlodesdeelotro: la verdaddeunacreenciano tienepor quégarantizarnecesariamen-tesuvaloradaptativo.¡Haycosasqueprefierono saberlas!,dijo Nietzscheunavez.

Una vez más,no hayqueconfundirla racionalidadde las emocionesconla de lascreenciasquelas acompañan:seriaposibleconsiderarapoya-dasporrazonesa reaccionesemocionalescuyo núcleo evaluativono nosvengagarantizadodel modoen que la evidenciarespaldael correspon-dientejuicio. Si bien análogaa ella, lapertinencia («appropriateness»)oéxito representacionalde unaemociónno debeversecomolaverdaddeunacreencia,puestoqueno aguardar al cuerpo total de la evidenciaresul-tu esencialparadar cuentade la eficaciamotivacionalde lasemociones.Enefecto,sujustificaciónen términosde «objetividad»supondríatan sólo elnivel elementalsobreelquese montanlaracionalidadinstrumentaly lare-levanciamoral de nuestravida emocional.Al enfocaríasadecuadamentecomoreaccionesmasivasaevidenciasnadamásquefragmentarias,la tra-dicional denigraciónfilosófica de las emocionesvienedandoexpresiónala preeminenciade la razónteóricasobrela práctica:y esqueen vez de alos hechos,las reaccionesemocionalesatiendena significados(subjetivos)de la situación.Perose olvidabaque ese significadopuedehacerde unaemociónalgoexigible,no sólo excusable,comoen el casodela cóleraqueponeen segurola propiaestimación.

Asimismo, la ambivalenciaemocional,característicapor ejemplodelamorsexual,no tieneporquésermarcade irracionalidadintrínseca~’.Másqueciega,la lógicadela pertinenciaemocionalseriamiope,apegadaa ho-rtzontesdemasiadopersonales,propios.Por esoparecepoderquebrarseconfacilidad la racionalidadcomunicativade las emociones,pudiéndoseentoncesreconstruir,en el mejorde los casos,al tiempoquela capacidadde actuarracionalmenteen el mundo,en el diván del analista’. Laseva-luacionesde pertinencia,porconsiguiente,no tienenmásremedioquepo-ner enjuegocriteriosde «normalidad»,quedesdeluegotienenfuerzanor-mativay quepuedensermáso menosrígidosparalos diferentestipos deemoción,desdeel miedoal amor. En el casoideal de un agenteperfecta-mentesocializado,todaactitud emocionalaportaríapor definición la ga-

Cf GREENSPAN.P.: op. oir, p. 110.Cf. SACHS, D.: op. dr, ycompáresecon el trabajode DE SOUSA,R.: «Normsand

the Normal>’, enWOLLHEIM, R.; HOPKINS, J. (3eds.):op. oir, 139-163Pp.

Page 9: Introducción a la filosofía de las emociones · Introducción a la filosofía delas emociones 291 La filosofía de las emociones se ha desplegado en nuestros días a par-tir de

(ntroducciórm « la filosofíade lasemociones 295

rantíadeobjetividad:tenemosqueentenderel «error»emocionalcomolaconfusióndediferentesguionesquehaceinviableladebidarelaciónentrelas causasde la emocióny las razonesquese aducenparajustificarla.

No cabedudade quelas reaccionesemocionalesse revelanconmuchafrecuenciaimpertinentes,injustificadasen el mero nivel representacional.Tambiénse dancreenciasfalsasy deseosimposibles.¡Cuántomáspor ra-zónde la situación en la quesurgen,por lo generalunasituaciónconflicti-va e inusualqueponeen gravesaprietosa nuestracapacidaddiscrímína-dora!>’. Con todo, si la conductaemocionalsuelesercontraproducentedesdeel puntode vistade la racionalidadestratégica,ello muchasvecessedebea esaobjetividad«miope»de quehablábamos.Porquelas emocionessonpeligrosamentefieles al guión paradigmático—excesivamenteobjeti-vas,sepodríadecir: losclásicosdenunciabanqueencadenannuestraaten-ción a un único objeto. Racionalidadrepresentacionaly estratégicapare-censepararseenlas emociones:por fidelidadpasanpor alto la complejidady la jerarquizaciónde los interesesdel agente.

LAS EMOCIONESCOMO RAZONES

Que utilicemoslos conceptosemocionalespara explicar las accionespropiasy ajenashacenecesariotenderun puenteentreemocióny acciónsubrayandoparaello la importanciadel deseoemocional,en cuantoaspectodependientedel núcleovalorativo.Tal vez se podríaredescribircualquieremocióndadade maneraqueentrafieel deseode «actuar»,bienen ordena laconsecuciónde un objetivo,ya seasimplementeparaexpresarun de-terminadosentimiento,o inclusoen ambossentidosalavez,comocuandoinsultamosal quenosha ofendidoen un arrebatode ira».

Por otro lado,parahacernoscomprensiblesno sólo la potenciade lamotivaciónemocionalsino ademásla característicadiferenciaen nuestramaneradever lascosasqueelplaceremocionalintroduce,nosseríade granayudaanalizarentérminosde malestar(«¿discomfort»)el deseoemocionalmencionado.Así logramostambiénponeren evidenciaque las emocionesfuncionancomo causas-y-razonesde la acciónconsiguiente,al podercon-ceptuarías,atendiendoal análisisdavidsonianode las razonesprimarias,comoese«impulso racional» del quenos hablaríauna autoracomo Gre-enspan’4.Se trataen efectoderepararen queelvínculo entreemocionesyconductaademásde causales racional:unaconexióncausal«dirigidaporla razón».Porqueno es sólo quesiemprehayaopcionesparadescargarel

32 (Df. SOLOMON,R.C.: op. éL, pp. 319-321.Cf. TAYLOR, C.C.W.:op. cit

W CF. GREENSPAN,P.: op. cii., p. 154. Cf. DAVIDSON, D.: «Actions,ReasonsandCauses»,en op. cit., 3-19Pp.

Page 10: Introducción a la filosofía de las emociones · Introducción a la filosofía delas emociones 291 La filosofía de las emociones se ha desplegado en nuestros días a par-tir de

296 Mariano Rodríguez

malestaremocional,es sobretodoque lasemocionesconstituyenrazonesparala acciónqueresultaninsustituiblesparacorregiresadisonanciaprác-tico-cognitiva,ladebilidadde lavolu9tad,quetanbientolerael agentera-cional. Estáclaroque las emociones‘funcionan comomotivos: apelandoaellas justificamostantocomoexplicamosnuestraconductaintencionada.Ni pasividadni irracionalidad:hastala melancolíapodríaentenderseco-mo dandocursoaunaacciónexpresivaquelibera el malestardel agente.

Comopoderososmotivos parala acción,las emocionesse encuentransometidasaponderacionesde racionalidadinstrumental:determinadosde-seosemocionalesse revelaránmáso menosconsistentesconlos interesesgeneralesdel agente,favoreciéndolosenocasiones.Peroocurrequeen míes-tra cultura, y seguimosen estoa Solomont,la estrategiaemocionalno seconsideraunabuenaestrategia.De ahí quela reivindicaciónfilosófica delpapelde las emocionestiendaa subrayarquela solidaridadentreel inte-respersonaly elpúblico,el sueñodoradode la étiea,dependeríadela iden-tificaciónpasional del agenteconsuspropiosfines. Es decir: sóloel reco-nocimientode la racionalidadinstrumentalde las emocionescerraríaelcaminoalnihilismopráctico,siniestrolugar decruceentrela sinrazónadap-tiva y la inoperanciasocial.

Llegamosconestoa un resultadoun tantochocante:laestrategiaemo-cional habráde ser en lo sucesivosocialmentevaloradatambiénporcausadela relevanciamoral de lasreaccionesemocionales.Descubrimosquelasemocionesrefuerzanelaltruismoconrazonesinteresadas:nopodemosso-portar las desgraciasdel otro y le prestamosayudainmediatamente.Perono tienepor quésorprendernos,comosí sorprenderíaa Sartre,quelas con-ductascontroladassemuestrenen determinadassituacionesmenosefica-cesque la acción quebrotadel deseoemocional.

Paraconcluir diremosque la revalorizacióncultural de las emocionestendríaque iniciarsecon unarevisión filosófica del triple criterio que lesresultaobviamenteaplicableen el discursopsicológicocomún:el deperti-nencia o ajusterepresentacional;el deutilidad o promocióndelos finesdelagente;el de moralidad, en fin, o interéshumanitariode la acción quege-neran.No por casualidadla psicologíade lasemocionessiguedesafiandoal enfoquecomputacional:porquesomoscapacesde sufrir, es decir, por-quetenemosun cuerpoy noshicimosen unacultura dada,por esomismonosconsideramospersonas?.

Mariano RODRÍGUEZ(UniversidadComplutensede Madrid)

Cf SOLOMON. R.C.: op. cit. Creoqueestaes unadelasrazonespor lasquela perti-nenciadeunaemociónno garantizael éxito delasaccionesa queda lugar.

Ci? REY,G .: «FunctionalismandtheEmotions>’,enRORTY,A.O. (ed.):op. <‘it. 163-197 Pp.