interpretación bíblica en las comunidades de base

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Interpretación bíblica en las comunidades de base centroamericanas [1] "Cuando pasas por las aguas..." Esperanza Aguilar había sido una "delegada de la Palabra" en una provincia en el noreste de su patria, El Salvador. Pero en 1987, cuando la entrevistamos en un campamento de refugiados en el occidente de Honduras, había sido exiliada ahí por seis años. Como delegada de la Palabra, primero en El Salvador y después en el campamento de refugiados, su tarea era la de organizar y dirigir grupos de estudio inductivo de la Biblia. Los delegados lo llaman "celebrando la Palabra". En ese campamento en Mesa Grande, Honduras, Esperanza es una entre más de ochenta delegados de la Palabra que entrenan y movilizan un grupo muy grande de "servidores" laicos, para atiender a las necesidades espirituales de los más de once mil refugiados residents. Nuestro equipo de la Universidad Calvin (Grand Rapids, Michigan) visitó a Esperanza en la "salita" de su humilde habitación en el campamento, donde nos contó su historia. Llegó a Honduras, huyendo de la masacre del Río Lempa de marzo de 1981. El ejército los perseguía desde atrás y los forzaba a seguir hacia el río. Desde arriba, helicópteros los ametrallaban. Delante de ellos estaba el Río Lempa y, probablemente, había soldados hondureños al otro lado del río. Al ir huyendo del amenazante ejército hacia el también amenazante río, Esperanza, como estudiosa de la Biblia que era, pensaba por intuición en el éxodo de los israelitas de Egipto. Años de estudio bíblico en grupo habían saturado su mente con episodios bíblicos, verdades bíblicas, y lenguaje bíblico. Y por supuesto, sus circunstancias en ese momento no podrían haber sido más parecidas a las de los israelitas perseguidos por los carros de Faraón. "Aunque estábamos llenos de terror", nos contó Esperanza, "sabíamos que Dios estaba con nosotros, así como cuando los israelitas cruzaron el Mar Rojo". Su cara irradiaba una fe profunda, llena de gozo. Durante su testimonio, la presencia de Dios se hizo real también para nosotros.

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Interpretacin bblica en las comunidades de basecentroamericanas[1]"Cuando pasas por las aguas..."Esperanza Aguilar haba sido una "delegada de la Palabra" en una provincia en el noreste de su patria, El Salvador.Pero en 1987, cuando la entrevistamos en un campamento de refugiados en el occidente de Honduras, haba sido exiliada ah por seis aos.Como delegada de la Palabra, primero en El Salvador y despus en el campamento de refugiados, su tarea era la de organizar y dirigir grupos de estudio inductivo de la Biblia. Los delegados lo llaman "celebrando la Palabra".En ese campamento en Mesa Grande, Honduras, Esperanza es una entre ms de ochenta delegados de la Palabra que entrenan y movilizan un grupo muy grande de "servidores" laicos, para atiender a las necesidades espirituales de los ms de once mil refugiados residents.Nuestro equipo de la Universidad Calvin (Grand Rapids, Michigan) visit a Esperanza en la "salita" de su humilde habitacin en el campamento, donde nos cont su historia. Lleg a Honduras, huyendo de la masacre del Ro Lempa de marzo de 1981.El ejrcito los persegua desde atrs y los forzaba a seguir hacia el ro.Desde arriba, helicpteros los ametrallaban.Delante de ellos estaba el Ro Lempa y,probablemente, haba soldados hondureos al otro lado del ro.Al ir huyendo del amenazante ejrcito hacia el tambin amenazante ro, Esperanza, como estudiosa de la Biblia que era, pensaba por intuicin en el xodo de los israelitas de Egipto.Aos de estudio bblico en grupo haban saturado su mente con episodios bblicos, verdades bblicas, y lenguaje bblico.Y por supuesto, sus circunstancias en ese momento no podran haber sido ms parecidas a las de los israelitas perseguidos por los carros de Faran."Aunque estbamos llenos de terror", nos cont Esperanza, "sabamos que Dios estaba con nosotros, as como cuando los israelitas cruzaron el Mar Rojo".Su cara irradiaba una fe profunda, llena de gozo.Durante su testimonio, la presencia de Dios se hizo real tambin para nosotros.Esperanza prosigui con su historia.Cuando se acercaban al ro Lempa, nos dijo, un acto cruel hizo su problema infinitamente peor. "Apenas bamos a comenzar a cruzar el ro, los soldados abrieron las esclusas ro arriba y lleg una tremenda cabeza de agua".Un feroz torrente de agua se nos vena encima"."Seor, qu pasa aqu?", geman."Cuando Israel pasaba el ro, t paraste las aguas.Pero ahora, todo lo contrario, han abierto la represa y esta corriente nos va a matar".Aunque Esperanza y su esposo no eran fuertes nadadores, hicieron esfuerzos desesperados para mantener juntos a sus hijos y lograr cruzar el ro.Agarraron una tablita de madera, colocaron encima a su hijo infante, y de alguna manera lograron empujarlo poco a poco hacia el otro lado.("Eso es l, sentado ah" dijo Esperanza, mientras sealaba a un sonriente joven al otro lado del cuarto).Centenares se ahogaron o fueron asesinados por el ejrcito, pero toda la familia de Esperanza alcanz tierras hondureas.Sin embargo, en su paso el turbulento ro arranc casi toda la ropa de sus cuerpos."Caminamos varios das, casi desnudos, por la selva", nos dijo, "pero recordbamos a Adn y Eva, como no sentan vergenza cuando caminaban con Dios.Entonces ese asunto de sentir vergenza de nuestros cuerpos, simplemente nos lo olvidamos, para nada nos sentamos acomplejados.Tenamos tanto gozo, tan tremendo, en nuestros corazones, porque Dios nos haba salvado la vida, y sentamos esperanza.Siempre sabamos que Dios iba con nosotros.Dios prometi nunca dejarnos ni desampararnos.Podamos sentir la presencia de Dios todo el tiempo".Un problema quenotena la familia Aguilar cuando entraban a Honduras y marchaban por la selva era el de cargar pesadas maletas.En ese momento, no tenannada!Ni maletas, ni cartera ni billetera, ni comida, ni pasaportes, ni aun la ropa con que habn hudo. Pero tenan el regalo divino de la vida, tenan el don maravilloso del amor, tenan la solidaridad que les una en esta crisis, y tenan otro don precioso: un conocimiento de la palabra de Dios, que les fortaleca en su fe y su esperanza.Mientras Esperanza comparta esta experiencia con nosotros, casi seis aos despus de haberla vivido, podamos sentir la fe robusta que sostena esa familia."Dios est con nosotros, de eso estamos seguros".Y durante sus siete aos entre los refugiados de Mesa Grande, esa misma fe inspiraba su labor, junto con los y las dems delegados de la Palabra y los y las dems "servidores" y catequistas, para "celebrar la Palabra" que para ellos era su vida.*************No temas, que te he redimido,te he llamado por tu nombre,tu eres mo.Cuando cruces las aguas,yo estar contigo,la corriente no te anegar;cuando pases por el fuego,no te quemars,la llama no te abrasar.Porque yo soy el Seor, tu Dios,el Santo de Israel,tu Salvador.(Isaas 43:1-5 NBE)Esperanza no nos mencion este texto, y posiblemente ni lo conoca.Generalmente, su mente se asa a losacontecimientosbblicos, las grandes gestas divinas de salvacin, ms que a las promesas verbales, abstractas y generales, que suelen emocionar y fortalecer a los creyentes ms soficsticados.Sin embargo, estas palabras del profeta no slo eran literalmente apropiadas a la experiencia de ella, sino an ms, fueron comprobadas y cumplidas cuando ella "pas por las aguas".Si Esperanza reflexionara sobre este pasaje, cmo lo entendera?O por contraste, cundo nosotros meditamos sobre el mismo texto, cmo captamos su promesa?Se nos ocurrira aun la posibilidad obvia, que algn da nosotros tuviramos que cruzar un ro, aparte del simblico "ro Jordn"?Algunos de nosotros han tenido que pasar alguna vez "por el fuego"por ejemplo, el fuego de las ametralladoras, granadas y helicpteros?El cruzar ros y el andar por el fuego no son parte de nuestra experiencia diaria.Normalmente tenemos otros problemas, muy distintos, para llevar ante Dios: tensiones matrimoniales, crisis financieras, o cncer.Podra alguien esperar que Esperanza entendiera las palabras de Isaas en exactamente el mismo sentido que nosotros, o nosotros igual que ella?Cada lector de la Biblia trae consigo al texto toda su propia historia.Esperanza, como campesina pobre centroamericana, por su misma experiencia personal tiene una perspectiva hermenutica muy especial y valiosa.Y qu del profeta mismo, y el pueblo de Israel?Qu significaran esos "ros" y ese "fuego" para ellos?Cmo entenderan ellos la promesa de Isaas 43 de un regreso del exilio a Palestina?Quin est en verdad ms cerca de la zona de significado de este texto, Esperanza o nosotros?O ambas, a la manera de cada uno?Podran Esperanza y sus delegados de la Palabra ayudarnos a interpretar las escrituras ms fielmente y con mayor riqueza?*************La historia de Esperanza nos revela mucho sobre el uso de la Biblia en Centroamrica.Un movimiento muy significativo de estudio bblico est ocurriendo ah como en otros lugares de Amrica Latina, mayormente entre catlicos romanos. Este fenmeno notable se refleja tambin en la venta sin precedente de Biblia y Nuevos Testamentos en toda la regin.Es obvio que muchos centroamericanos encuentran que el mensaje de la Biblia es intensamente pertinente a su propia situacin.Muchas veces,para ellos, es como si estuvieran viviendo las mismas experiencias de la narrativa bblica.Sus vidas convergen en gran medida con las realidades y experiencias de muchos de los protaganistas de la historia bblica.Para Esperanza y miles de cristianos centroamericanos, mirar en las pginas de la Biblia es como mirar en un espejo.En trminos hermenuticos, la "fusin de horizontes" (Gadamar), tan difcil para los sofisticados lectores nor-atlnticos de la Biblia, es a menudo un proceso muy natural para lectores como Esperanza.Su "cmara hermenutica" a veces parece tener una especie de "enfoque automtico de lente" instalado.Aparecera que en eso consiste el "privilegio epistemolgico" de los que leen la Bible "desde el reverso de la historia".Carlos Mesters, al reflexonar sobre la interpretacin bblica en miles de comunidades de base enBrasil, ofrece el siguiente comentario grfico:Los exgetas bblicos, usando sus cabezas y sus estudios, pueden llegar bastante cerca de Abraham, pero sus pies quedan lejos de Abraham.La gente sencilla est muy cerca de Abraham con sus pies.Ellos viven una situacin muy parecida.Su proceso vital es de la misma naturaleza y pueden identificarse con l.La historia de Abraham se vuelve un espejo para ellos.Miran en ese espejo, ven sus propios rostros, y dicen, "Nosotros somos Abraham".En un sentido muy real, estn leyendo su propia historia, y eso se vuelve una fuente de gran inspiracin y nimo.Una vez un humilde campesino me dijo, "Ya entiendo!Nosotros somos Abraham, y si l lleg a la meta, tambin llegaremos".De la historia de Abraham, l y su pueblo derivan la fuente de su valenta hoy.[2]En una vasta red de clulas de estudio bblico a travs de Amrica Latina, este realismo concreto, con los pies bien puestos en la tierra, es lo que ms caracteriza la interpretacin de las escrituras.Es un error dar una importancia desproporcionada a ciertas declaraciones, muy excepcionales aunque frecuentemente citadas por los crticos, sobre Jess como revolucionario o el socialismo como reino de Dios y similares extremismos.Aun estas expresiones deben interpretarse en su contexto, con una mente abierta y una dosis saludable de caridad cristiana y empata humana, junto con el anlisis exegtico ms riguroso.Pero el efecto chocante de la constante repeticin de estas frases, convertidas en un estereoptipo de la teologa latinoamericana, da una impresin distorcionada del proceso total de reflexin bblica de base que est ocurriendo en Amrica Latina.Bien que mal, mucho es ms bien conservador, a menudo literalista, a veces aun fundamentalista.[3]En toda la variedad de perspectivas y expresiones, a esperarse en un proceso inductivo (Socrtico) de reflexin en grupo en todo un continente, el denominador constante ha sido el sentido fuerte de realismo histrico que siempre est presente.Su lectura del texto bblico se mueve, muy naturalmente, entre el mundo bblico y el mundo de ellos.Su enfoque hermenutico (aunque ellos no usaran el trmino) podra llamarse "realismo contextual".Algo sobre paradigmas[4]Este concepto muy realista de la Biblia, histricamente orientado, es generalmente tpico en la teologa latinoamericana de hoy.Aunque no enuncie alguna doctrina definitiva o uniforme de las escrituras, ni se obsesiona con preguntas tcnicas de crtica histrica, suele tratar a la narrativa bblica como historia real, que debe tomarse en serio como tal.Los hechos salvficos de la historia bblica de liberacin son "sucesos germinales"[5]o "arquetipos".[6]Sobre todo, el relato del xodo, interpretado esencialmente como un proyecto histrico de liberacin integral para un pueblo oprimido, viene a ser el paradigma central de liberacin para el futuro.El trmino "paradigma" se usa aqu en el sentido lingstico de los modelos para la conjugacin de los verbos (persona, nmero, tiempo, voz, modo) que se utiliza para aprender idiomas y para analizarlos.Los paradigmas estn dados (en la terminologa de la lingstica, "el eje paradigmtico"), pero tienen que aplicarse correctamente ("el eje sintagmtico").De la rica diversidad de formas paradigmticas, es necesario hacer las escogencias correctas para "conjugar" el paradigma en una oracin significante.Los paradigmas bblicos no deben copiarse mecnicamente, sino deben conjugarse segn la sintaxis de cada nuevo contexto histrico.As Croatto re-lee el paradigma del xodo, en su significado para Amrica Latina hoy, de la siguiente manera: "Mi propio proceso de liberacin tiene que ser arraigado en aquel otro que signific el designio de Dios y fue consignado en una palabra arquetpica, pero que a la vez, el proceso de liberacin mo debe re-presentar aquel otro."[7]Quien irrespeta los paradigmas verbales debe olvidarse de toda esperanza de ser entendido; decir "nosotros fueron" o "Dios amo a todos" no ayuda para nada a la comunicacin eficaz.Los verbos se emplean bien slo cuando se conjugan correctamente.De la misma manera, los paradigmas bblicos tienen que ser conjugados, pero no deben ser violados.En toda la fluidez de relecturas sucesivas a travs de los siglos, los paradigmas generadores establecen sus parmetros inviolables para sus futuras interpretaciones.Su significado no es un datum fijo y esttico, que habr de reproducirse mecnicamente en cada situacin futura, como una copia a carbn.Pero a la vez, todas las futuras relecturas deben ser siempre vlidas conjugaciones reconocibles y crebles del paradigma bblico, dentro de los parmetros de su sentido germinal.Eso significa que debemos emplear con el mayor cuidado todas las herramientas de la investigacin filolgica e histrica.As la interpretacin, como conjugacin de paradigmas, tiene que ser fiel tanto a la revelacin original como al nuevo contexto histrico de la vida y el testimonio cristianos.La "sintaxis histrica" de nuestro mundo contemporneo tambin impone parmetros hermenuticos para la conjugacin de los paradigmas bblicos.Adems de las herramientas filolgicas e histricas, que nos ayudan a analizar el paradigma original, necesitamos las herramientas histricas (sociologa, ciencias econmicas y polticas) que nos ayudan a interpretar con la mayor exactitud nuestra realidad contempornea y nuestro contexto regional.Es falsa cualquier interpretacin de la Biblia que surge de una interpretacin errada de la realidad contempornea, o resulta en tales interpretaciones, o que va contra la autntica responsabilidad cristiana dentro de esa realidad.Cualquier interpretacin de las escrituras que promueve o legitima la injusticia en vez de transformarla por la fuerza creadora "germinal" del paradigma original, es falsa.La hermenutica de la conjugacin de paradigmas procede dentro de los parmetros de un doble control.Ha entendido el intrprete correctamente el paradigma original, para que su relectura pueda ser fiel a la dinmica del pasaje?Pero, en segundo lugar, ha entendido correctamente la "sintaxis" de su propio contexto histrico concreto, de modo que se relectura es de hecho liberadoray no alienante, redentora y no represiva?La primera puede llamarse la prueba bblico-exegtica, y la segunda la prueba histrico-tica (socio-poltica e ideolgica).La tarea hermenutica es la de alinear estos dos parmetros para orientar la praxis cristiana eficaz en cada nuevokairshistrico que emerge (Ef 5:16a).Este mtodo de lectura de paradigmas es central al uso de la Biblia en Centroamrica, sobre todo entre los delegados de la Palabra y las comunidades de base.Un estudio de los paradigmas principales de la hermenutica popular centroamericana nos ofrece una clave muy til a su interpretacin bblica.En lo que sigue, analizaremos unos aspectos del tema.Un Cristo real en un mundo realPara muchos lectores centroamericanos de la Biblia, Jess es tan real como los miembros de su familia, y Palestina es tan concreta y vvida como el paisaje de su propia regin.No por casualidad mucho de este movimieto bblico comienza en grupos llamados "la familia de Dios", en que consideran a Jess como el hermano mayor.Leen la Biblia con un sentido muy vivo de realismo.Esto se ve, muy dramticamente, en los estudios bblicos de la comunidad de Solentiname de Nicaragua, comenzada por el poeta y sacerdote Ernesto Cardenal.[8]Los campesinos de Solentiname, un archipilago de pequeas islas en el sur del lago de Nicaragua, responden intuitivamente a todas las escenas de lagos en los evangelios.Cuando comentan la pesca milagrosa lo comparan con los peces que ellos cada da sacan del lago ("mojarras, laguneros, sabaletes, guabinas y guapotes"), casi huele a pescado!Apenas tres das antes de estudiar el milagro de Jess de calmar la tempestad, la lanchita de Ivn, Bosco y Chala se haba volcado en medio lago y tuvieron que esperar dos horas para ser rescatados.El relato bblico se volvi tan vvido que Chala llor durante el estudio.Sus comentarios sobre el llamado de los primeros discpulos, despus de la pesca milagrosa, estuvieron entrelazados con su propia vida de isleos, e incluyen una proyeccin misionera a las islas vecinas y a San Carlos, el puerto ms cercano en tierra firme:NATALIA: Entonces dejaron sus haberes.S, dejaron las lanchas as voladas y las redes.RODOLFO: A lo mejor una lancha podrida como la de la cooperativa.NATALIA: Eran pobres, pero tenan sus cositas.Como los pobres las tienen.Y dejaron sus cosas voladas y siguieron a Jess.DOA ANGELA: Se dejaron pescar de l. Otro de los muchachos dice: Esa fue la pesca milagrosa, y no las mojarras, laguneros, robalos, sabaletes, guabinas y guapotes que sacaron con la red.Y ellos nos pescaron a nosotros y por eso estamos aqu reunidos, como dice doa Olivia.MARCELINO: Porque ellos dejaron sus pertinencias all voladas, la palabra de Dios vino a estas islas.Tal vez ms tarde nosotros tambin podremos llevar esta palabra a la costa de enfrente. A Papaturro, o tal vez San Carlos, San Miguelito...DON JULIO: Aqu antes slo ramos pescadores de pescados del lago, ahora ya tambin podemos ser pescadores de hombres, si nos desprendemos de nuestras pertinencias.Y dice FELIPE: Esa es la cosa, Ernesto.Yo creo que nosotros como pescadores que somos y que vamos a ser, debemos tener mucho cuidado de no querer pescar para nuestros intereses personales.En las religiones cristianas hay muchos que lo que buscan es aprovecharse de los otros.Y la pesca de Jesucristo es para el bien de la humanidad.Es la pesca del amor (1:81).En la forma ms natural, la comunidad de Solentiname capt en seguida la correlacin dramtica entre las circunstancias polticas de los tiempos de Jess y las de su propia poca.Como los dibujos de nios que haban sufrido el holocausto, o haban experimentado el terror en muchos pases latinoamericanos, los comentarios de "la familia de Dios" en Solentiname tocaban las profundas emociones que haban internalizado durante dcadas de vivir bajo una dictadura diablica.Muchos de sus comentarios polticos, lejos de ser una "manipulacin" de la Biblia, eran la respuesta ms natural y legtima al texto en su contexto, y eran una catarsis por medio de la Palabra.Cristianos nor-atlnticos, que nunca han pasado tales horrores, podrn tener dificultades en entender esta osada aplicacin poltica del texto.Sin embargo, los campesinos de Solentiname compartan algo en comn con Jess de Nazaret, con lo cual los cristianos del primer mundo, acomodados y afluentes, difcilmente pueden empatizar: la experiencia de vivir constantemente en un vrtice de violencia y represin polticas.Este "puente hermenutico" los vincula visceral y existencialmente a muchas facetas del mundo bblico a las cuales la experiencia histrica de ellos les proporciona un acceso privilegiado.Para la comunidad de Solentiname, los Herodes de Palestina les sugeran la dinasta de los Somozas en Nicaragua; al leer acerca de los soldados romanos, pensaban en la temida Guardia Nacional de la dictadura (Tomo I:44-45, 63, 198 y a menudo).Un participante, con mucho sentido, compar a Pilato con "el embajador gringo" en Nicaragua y, muy pcaro, le hace hablar con el mal espaol tpico del extranjero: "Mi no saber nada, mi no meterme en poltica de ustedes.Mi ser inocente" (II:278,283).Al comentar el infanticidio de Herodes (1:44-51), no se les pudo escapar el hecho de que Somoza cometa crmenes similares contra la niez nicaragense.Esta analoga tan apropiada evoc un intercambio muy conmovedor, lleno de las percepciones muy osadas, las exageraciones problemticas, y la dinmica muy libre, a menudo auto-crtica, del estilo de estudio bblico en Solentiname:ELVIS: La importancia de la nacida de Cristo es que fue la nacida de la revolucin no?Hay muchos que le tienen miedo a la palabra como le tuvieron miedo a Cristo porque vena a cambiar el mundo.Desde entonces la revolucin ha estado creciendo.Va creciendo poco a poco pues, y va creciendo, y nadie la podr parar.ERNESTO CARDENAL: Y es necesario que crezca tambin aqu no?PANCHO: Es necesario que nos dejemos del egosmo, y hacer lo que dijo Cristo, y seguir con la revolucin como dice ustedes que son socialistas, yo no soy socialista, yo no soy revolucionario; me gusta or las plticas y agarrar lo que puedo pero en realidad no soy nada.Aunque s me gustara ver un cambio en Nicaragua.MANUEL: Pero para que haya un cambio tens que cooperar vos con l...PANCHO: Pero cmo se hace!Yo quisiera que alguien me dijera: "As se va a hacer..." no se puede!Cuando nos levantamos nos matan.ALEJANDRO:Mir, a l tambin lo mataron.PANCHO: Correcto, pero l era Cristo y nosotros nunca vamos a compararnos con l... Pods morir vos, y maana nosotros, todos nosotros, estaremos bailando y nunca pensaremos que vos moriste por nosotros.WILLIAM: Entonces vos penss que esas muertes son intiles completamente?PANCHO: Son intiles.Casi son intiles!LA JOVENCITA MYRIAM: Y digo que cuando haya alguien que libere nuestro pas habr un Cristo ms. (1:47)Deben observarse algunas caractersticas de este pasaje.Primero, cualesquiera que sean nuestras dudas sobre alguna que otra expresin, aqu encontramos un grupo de cristianos que toman la Palabra de Dios con total seriedad.Es obvia su bsqueda intensa y sincera por escuchar y obedecer las escrituras, y que la persona y vida de Cristo y el texto bblico tienen para ellos inmediatez luminosa y una intensa realidad.Menos evidente es algo aun ms importante: en el ltimo anlisis, lo que estn debatiendo es si estn o no dispuestos a entregar sus vidas por el evangelio. Elvis, quien abri el dilogo, despus fue asesinado por los esbirros de la dictadura.Toda la lectura del evangelio en Solentiname presupone su fe en un Jess totalmente real, de carne y hueso, viviente hoy, Hijo de Dios pero tambin Hijo de Hombre e hijo del pueblo.Esta fe se ha plasmado tambin en labrillante visin pictrica de centenares de escenas bblicas que han ganado reconocimiento en la pintura mundial.Dentro de Nicaragua, una frecuente crtica contra Solentiname y la "iglesia popular" es la de que "estn tratando de humanizar a Cristo".Lino Hernndez, abogado para el ferozmente anti-Sandinista "Comit Permanente de Derechos Humanos", repiti esta crtica en su entrevista con nuestro equipo de la Universidad Calvin.Como prueba de la acusacin, nos present un cuadro de la crucifixin, hecho por un campesino de Solentiname.El pintor haba tomado en serio el informe del evangelio, de que Cristo fue desnudado y sus vestiduras rifadas.Para tradicionalistas decorosos como el Sr. Hernndez, esto es sacrilegio; para el pintor campesino, sealaba la maravilla asombrosa de que Cristo era tan humano como todos nosotros.Aunque a primera vista el osado realismo del Jess desnudo podra parecer irreverente o hasta hertico a los que son excesivamente escrupulosos, sin embargo, la verdad es que la hereja est en el rechazo piadoso de un Cristo plenamente humano.Slo un docetismo --la hereja cristolgica ms antigua podra acusar al pintor de "querer humanizar a Jess".Como si las dos "naturalezas" de Cristo fuesen antitticas!Como si para serverdaderamente divino, el Verbo encarnado tena que ser menos humano!Al contario, o Jess es autnticamente humano, o no es Jess.Mucho ms ortodoxo y edificante de tales mistificaciones de Cristo es la formulacin, aparentemente paradjica, de Leonardo Boff: "Humano as, slo puede ser Dios mismo!".[9]El Jess real, de carne y hueso, era, como nos recuerda la Biblia, un escndalo y un tropiezo a sus contemporneos.Hoy, tambin, un Jess verdaderamente humano, con el cual muchos campesinos centroamericanos se identifican, escandaliza a la gente religiosa tradicional.Resulta evidente que, mucho ms de lo que nos damos cuenta, nuestro Cristo ha sido deshumanizado y domesticado.Pero cuando los campesinos comienzan a leer el evangelio, de repente descubren "la memoria subversiva de Jess de Nazaret" (Johann Baptist Metz; Juan Hernndez Pico):Porque eran mayormente analfabetos, la gente sencilla no haban conocido la vida y la trayectoria concreta de Jess de Nazaret.En su lugar, les haban ofrecido una versin sublimada de su muerte, expresada en innumerables imgenes del Crucificado.La vida de Jess se reduca inexorablemente a una paz basada en sumisin y resignacin.El pueblo no saba nada de la vida de Jess como historia de lucha contra la injusticia, la desigualdad, la acumulacin de posesiones y la autoridad desptica.La historia del proyecto de Jess de dar valor a la dignidad de todos los excludos de la mesa del banquete de la vida, no figuraba en el catecismo ortodoxo.El Hijo de Dios eclips al carpintero y al profeta de Nazaret.[10]Esta cristologa profundamente encarnacional se articul en las palabras de Oscar Arnulfo Romero al recibir un doctorado honorfico de la Universidad de Lovaina:La encarnacin en lo socio-polticoes el lugar de profundizar la fe en Dios y su Cristo.Creemos en Jess que vino a traer vida en plenitudy creemos en un Dios vivienteque da vida a los seres humanosy quiere que todos vivan en verdad.Estas radicales verdades de fese hacen realmente verdades y verdades radicalescuando la Iglesia se insertaen medio de la vida y de la muerte de su pueblo.Ah se le presenta a la iglesia,as como a toda persona,la opcin ms fundamental para su fe:estar a favor de la vida o de la muerte.Con gran claridad vemos que en esto no hay posible neutralidad.O servimos a la vida de los salvadoreoso somos cmplices de su muerte.Y aqu se da la mediacin histricade lo ms fundamental de la fe:o creemos en un Dios de vidao servimos a los dolos de la muerte.[11]A escaso un mes de pronunciar este conmovedor "Credo",el Monseor Romero fue asesinado.La Cruz: una muerte violenta en una sociedad violentaHoy, cuando los centroamericanos leen los relatos de la pasin de Jess, se encuentran en terreno familiar.Viven todos los das en una sociedad permeada por la violencia y la injusticia, de oligarquas corruptas y ejrcitos crueles bajo la sombra del poder de un imperio mundial.Muchos centenares de sus hermanos y hermanas, incluso pastores amados como Msgr. Romero, han sido masacrados por mtodos espantosamente parecidos a muchos relatos bblicos.El mundo que ellos conocen es un mundo violento.Han visto cadveres en sus calles.Por eso, leen los relatos bblicos en la misma forma en que ellos mismos han experimentado situaciones similares.Ellos saben buscar los agentes y poderes detrs de los crmenes, los mecanismos de la maldad institucionalizada, que se empea en destruir a "el Justo" (uno de los primeros ttulos de Jess).Sin ningn problema entienden al hombre con el cntaro (Mr 14:13) o el beso de Judas (Mrf 14:14) como similares a las contraseas secretas que han sido parte de su propia experiencia.Cuando el texto evanglico denuncia el derramamiento de sangre inocente (Mt 27.24) y describe el dilema incmodo de lderes nacionales que tienen en sus manos "precio de sangre" (Mt 27:5-6), todo eso es demasiado conocido para ellos.Su propia experiencia de asesinatos poltico-religiosos lo reviste de una realidad concreta, la cual, lejos de distorsionar su teologa en herejas abstractas de las que ellos nunca han odo (teora de la expiacin como influencia moral, Abelardianismo o Socinianismo), al contrario, les da una percepcin de la dinmica histrica de la muerte de Jess para redimirnos.El Evangelio les dice que Jess muri por nuestros pecados; la experiencia propia de ellos les dice mucho sobrecmoeso podra haber ocurrido.En ese aspecto, ellos estn definitivamente mucho ms cerca de la fuente que nosotros, y debemos tener la suficiente humildad para escuchar su testimonio.El relato de la pasin nos da tambin la respuesta de los sacerdotes y ancianos al problema embarzoso del dinero de sangre:"Qu nos importa a nosotros?All, tu!" (Mt 27:4).Eso, tambin, lo han escuchado los cristianos centroamericanos, de una u otra manera, de sus lderes nacionales supuestamente "cristianos" (y hasta "demo-cristianos").De su propio sufrimiento, ellos han experimentado este pecado de indiferencia y silencio ante el derramamiento de sangre.La correlacin bblica entre la muerte redentora de Cristo en la cruz, realizada una vez para siempre (Heb 7.27; 10.10; Rom 6.0), y los martirios centroamericanos, que participan en ese sacrificio divino (Ap 12:11; Col 1:24), puede aclararse por medio de algunas categoras escolsticas.La relacin no esunvoca; el sacrificio de Cristo fue nico, y ningn martirio de nuestros tiempos puede ser unvocamente idntico con la cruz.Entender la relacin como unvoca de hecho sera Abelardiano o Sociniano.Pero tampoco se trata de una relacinequvoca: la muerte de Cristo en la cruz, y de Msgr. Romero detrs del altar eucarstico, no estn totalmente desconectadas y discontinuas.Si miramos la muerte de Cristo como desconectada de toda muerte humana, desconocemos la identificacin radical de Jess con nosotros aun en nuestro pecado y nuestra muerte (2 Cor 5:21; Fil 2:7-8).Estaramos negando la enseanza bblica y anulando la eficacia de la obra salvfica de nuestro Seor.Espiritualizar la muerte de Cristo, en sentido doctico o gnstico, equivale a negar esa muerte.Sin embargo, habra que preguntar si la interpretacin "evanglica" de la cruz no sera muchas veces desconectada de toda la realidad de la muerte humana y de las cadenas de causas y circunstancias humanas que aclaran, desde la perspectiva humana, por qu y cmo esas muertes (incluso la de Jess) ocurrieron.Si queremos tomar con toda seriedad la encarnacin, y tambin el texto bblico, nos conviene ver esta relacin, ni como unvoca ni como equvoca, sino comoanloga.En trminos hermenuticos, eso les da a los campesinos centroamericanos una gran ventaja epistemolgica sobre quienes hemos vivido con una seguridad y una comodidad muy alejadas a la realidad de los tiempos de Jess, como tambin de la vida de la gran mayora de seres humanos en nuestro mundo contemporneo.Cuando consideramos a fondo la comprensin intuitiva de la cruz entre los que viven constantemente frente al terror poltico y la violencia institucionalizada, sorprende que a nosotros, cuya experiencia est tan ajena a esas realidades, se nos hubiera ocurrido que pudiramos entender la cruz mejor que ellos.Aunque la muerte de Cristo fue soteriolgicamente nica, de una vez para siempre (efpax, Heb 7:27; 9:12; 10:10), antropolgicamente (y por supuesto, mdicamente) fue homognea y continua con todas las muertes humanas.*************En este contexto especfico, otro factor profundiza y enriquece para los campesinos de Solentiname su reflexin sobre la cruz.Al hablar de la muerte violenta de Jess, ellos estn hablando tambin del riesgo de su propia muerte.Ya hemos estudiado un pasaje de Solentiname en el cual una reflexin sobre la masacre de los inocentes llev lgica y naturalmente a la cuestin de su propia entrega hasta la muerte.Dietrich Bonhoeffer, en la Alemania nazi, entendi con toda claridad que "cuando Cristo nos llama, nos llama a morir" (Mt 16:24).De la misma manera, para los cristianos de Solentiname bajo la dictadura,La enseanza es que uno debe seguir a Cristo, y tambin hasta la muerte... El amor lo lleva a uno a morir, y que eso, a fin de cuentas, esvivir ms (II:276).Es duro ser cristiano, porque l que es cristiano tiene que estar dispuesto a todo eso, esas torturas... Bonito es decir yo soy cristiano; pero lo dems... (II:272).La vida y el amor son lo mismo, y el que se entrega al amor es el que realmente vive.Y la vida del egosta no es vida.Y por eso conservar la vida egostamente es estar en la muerte y no en la vida (I:258, sobre Mat 16:24)."Slo el amor es revolucionario, el odio es siempre reaccionario".[12]Si odiamos, ya no estamos luchando contra el enemigo... sino que somos el enemigo, porque somos malos.Dice que amemos al enemigo, pero no dice que no lo combatamos... La cuestin es cmo lo vamos a combatir.Si ellos odian, el arma contra ellos es el amor.La diferencia que hay entre nosotros y los enemigos, es que nosotros los combatimos sin querer oprimirlos, slo para liberar (I:193).Cuando Jess anunci a los discpulos que pronto l iba a sufrir una muerte violenta, Pedro intent desviar la conversacin de un tema tan desagradable.Pedro quera ser un buen "cristiano", muy cmodo, para vivir bien lejos del alcance de la violencia y la muerte.Pero la respuesta de Jess coloc a Pedro cara a cara con su propia muerte: la cruz, dijo Jess a los doce, no es slo para el Maestro sino para todos los que siguen al Cordero.Eso es parte esencial del sentido de la cruz, y los campesinos de Solentiname, en su propia sociedad sacudida por constante violencia, parecen haberlo entendido perfectamente bien.La Biblia y la dignidad humanaUna caracterstica que permea la vida de las comunidades de base es un profundo respeto hacia todo ser humano, como personas que llevan la imagen de Dios y que reciben sus dones.Se da por sentado que cada uno trae a la comunidad talentos an no descubiertos.Se da por sentado que la palabra de Dios se dirige a todos por igual, y que todos aportarn para que la comunidad escuche fielmente el mensaje.Esto fue un objetivo primordial del movimiento de comunidades de base desde sus inicios, y aparece con frecuencia en sus documentos oficiales.Cuando los capuchinos comenzaron a organizar los delegados de la Palabra en la costa atlntica de Nicaragua, la meta era entrenar a todos "a respetar su propia dignidad como hijos de Dios y conocer mejor sus propios derechos.... descubrir su capacidad de realizar su propio destino... especialmente por trabajar en equipo."[13]La desventaja educativa, especialmente el analfabetismo, es siempre un obstculo principal al desarrollo personal de los pobres en Centroamrica.Por eso, la experiencia del estudio inductivo de la Biblia, en la dinmica de la discusin en grupo, a menudo inspira un significativo despertar en muchas personas que nunca haban tenido los privilegios de la educacin formal.Casi siempre mejoran mucho sus capacidades de lectura, como tambin de anlisis de textos y de crtica de ideas.Desenvuelven capacidades de liderazgo y de resolver problemas interpersonales.Todo este proceso les revela, poco a poco, la verdad ms grande sobre s mismos: que ellos son imagen y semejanza de Dios!Muchas veces me he maravillado del muy gallardo sentido de dignidad personal de los campesinos, como tambin su chispa y agudeza al reflexionar sobre un texto y sobre su propia realidad.En un taller sobre 1 Corintios, por ejemplo, un grupo de indgenas Mam en Guatemala lograron cortar el nudo gordiano sobre la hermenutica y la cultura.Cuando trat de armarles una trampa pedaggica sobre la afirmacin de 1 Corintios 11:14, que el cabello largo del varn es "deshonroso" pues, los hombres Mam suelen llevar el pelo bien largo un anciano (con cabello largo, y sin dos dientes en el centro de su ancha sonrisa) me contest:"Pero don Juan, aqu no es Corinto".Trat de insistir en este aparente dilema para ellos, igual que con otros problemas del contexto cultural (velos para las mujeres, sculos santos, bautismo por los muertos), el anciano me replicaba cada vez con el mismo principio hermenutico:"Aqu no es Corinto".Carlos Mesters, al discutir el "literalismo servil" como obstculo al estudio bblico fecundo, afirma que "el buen sentido del pueblo" tiene una sabidura muy suya para superar este problema:En una comunidad campesina, que se dedicaba a criar cerdos, estudiaban los textos del AT que prohben el comer carne de puerco.La gente pregunt, "Qu nos quiere decir Dios hoy por medio de este texto?" Su conclusin fue: "Hoy, por medio de este texto, Dios nos ordena comer carne de cerdo".Cmo llegaron a esa conclusin tan contradictoria?Explicaron: "Dios se preocupa primero que nada por la vida y la salud.En aquellos tiempos comer cerdo era muy peligroso para la salud del pueblo.Se prohibi en nombre de Dios para proteger la vida y la salud de la gente.Pero hoy sabemos cmo cuidar bien a la carne de cerdo, y lo nico que tenemos para alimentar a nuestros hijos son los chanchitos que estn en el patio.Por lo tanto, en este texto Dios nos ordena comer carne de cerdo".[14]El desarrollo de una capacidad tan impresionante de analizar situaciones complejas y articular bien sus ideas representa un aporte obvio a la dignidad humana de estos campesinos.Y, como se ve en estos ejemplos, el estudio bblico fue una herramienta clave (el "machete", como deca el cura rebelde salvadoreo Benito Tovar) en un dinmico proceso educativo.El proceso de humanizacin comunitaria de los campesinos nicaragenses de Solentiname fue aun ms dramtico."Antes de venir el poeta con la Palabra", nos han contado muchas veces, "vivamos ms como animales que como gente".Pero cuando comenzaron a reunirse con Ernesto Cardenal en "los ranchitos de la familia de Dios", para estudiarDios llega al hombre, pasaron cosas sorprendentes.Los tomos deEl evangelio en Solentinamedan evidencia de su impresionante capacidad de interpretar creativamente y articular coherente y elocuentemente sus percepciones.El proceso inductivo de estudio bblico les abri el descubrimiento de la imagen de Dios en ellos.Pronto preguntaron: slo pueden ser poetas la gente rica de Granada y Managua?Distribuye Dios sus dones de canto y verso slo entre la gente bien-nacida?Comenzaron a realizar talleres de poesa, y naci una escuela de poesa campesina que sigue cantando su propia meloda autntica.Despus, personas que nunca haban visto una pintura antes, se pusieron a pintar.Organizaron talleres de artes visuales, formaron una cooperativa con fondo comn, y llegaron a ser una escuela mundialmente famosa de pintura primitiva.El proceso de humanizacin y socializacin, mediante estudios bblicos y reflexin comunitaria, engendr todo un conjunto de valores ticos muy profundos.En la base de todo estaban el respeto y el amor hacia el prjimo como imagen de Dios, hija o hijo de un mismo Seor.El gran mandamiento tom el lugar central en sus vidas, al explorar juntos los desafos del amor cristiano, comenzando con los pobres y necesitados.La comunidad les enseaba a vivir en solidaridad evanglica.El amor significa:Considerar a los otros como a uno mismo, y la causa del pueblo como la causa de cada uno de nosotros.En realidad todos los hombres formamos , y todos juntos somos, un solo yo; por eso cada uno de nosotros debe amar a los dems como parte de la persona de uno (eso quiere decir como a uno mismo).Si no, no pertenecemos al hombre completo, estamos separados de la humanidad (I:126).Uno puede estar en una iglesia cantando da y noche pin pon pin pon y no importarnos que haya tantos presos, y que estemos rodeados de injusticia, con tanto corazn afligido, tanta gente sin instruccin que son como ciegos. tanto mal trato en el pas, tantas mujeres que tienen todos los das los ojos llenos de lgrimas.y si a otro ms, all lo llevan preso, qu perdemos; "si algo hizo", dicen, y se acab el cuento (I:72).El Reino de Dios y la lucha por la justiciaAunque algunas comunidades de base optan por retirarse de la sociedad en vez de luchar por transformarla, la mayora se han dirigido hacia el mundo que les rodea como lugar donde el amor que han aprendido de Cristo mediante la Palabra.Lo ms comn es que cuando los grupos descubren la visin bblica del reino de Dios, son motivados para la accin responsable contra los males de la sociedad.Se inspiran sobre todo en dos verdades bsicas del Nuevo Testamento.Primero, el reino de Dios es un reino de justicia (Mat 6:33), de amor y reconciliacin, de igualdad (2 Cor 8:13,14) y de abundancia (Apoc 21-22).El reino trae la bendicin integral deShalom.El reino trae vida abundante (Jn 10:10).En segundo lugar, el reino no puede ser slo futuro, porque en Cristo el reino ya ha venido (Lc 11:20).Cristo ha resucitado y derrotado a los poderes del mal, y "es preciso que l reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies" (1 Cor 15:25).Por eso Jess nos ense a orar para que el reino venga a este mundo y que la voluntad de Dios se haga en la tierra (Mat 6:10).Segn el cuarto evangelio, la vida eterna, en abundancia, comienza ahora como una realidad presente (Jn 5:24).En cuanto a los problemas sociales, entonces, la conviccin ms revolucionaria de los cristianos puede formularse muy sencillamente: las cosas pueden cambiar!Por la fe, el evangelio ha roto las cadenas de fatalismo y resignacin:En el ncleo de la fe cristiana, segn esta visin, est la conviccin de que el cambio es posible.[Ernesto] Cardenal afirma que la novedad en la predicacin de Jess fue el afirmar que el reino ya estaba cerca, y Felipe dice, "Una persona que cree que la sociedad no puede ser cambiada, que siempre ser injusta, no cree que el reino est cerca".Comentando sobre Mateo 16:13-20, William seala que Jess llam "bienaventurado" a Pedro porque Pedro "crea en la transformacin del mundo", y que la comunidad de Solentiname podra sentirse feliz porque tambin creen que el mundo puede ser cambiado.[15]Marcelino, en lenguaje derivado de la vida islea de ellos, reflexiona sobre cmo debe ser una ciudad (aunque l nunca vivi en una).Visualiza la ciudad como luz;Una ciudad iluminada que est sobre un cerro se ve desde lejos, como San Miguelito desde muy lejos cuando uno viene navegando de noche en el lago.Una ciudad es una gran unin de personas, y como hay muchas casas juntas vemos mucha luz.As ser nuestra comunidad, que se ver encendida desde lejos, si est unida por el amor... Por esta unin brillar y se va a ver desde San Miguelito, desde Papaturro, desde San Carlos.Y hasta seremos despus una ciudad, porque entonces ya no vamos a estar en chozas dispersas como estamos ahora, y tendremos luz elctrica, y cuando otro pasa en su barco ver esas luces de nuesta unin.Pero lo que ms va a brillar, y de eso es que habla Cristo, es el amor (I:103).Estos centroamericanos encuentran esta visin, transformadora del mundo, en muchas partes de la Biblia.Sus races ms profundas estn en la afirmacin de la buena creacin (Gn 1), a consumarse un da por "nuevos cielos y nueva tierra" aun mejores.Encuentran en el relato del xodo, entendido con gran realismo histrico, un paradigma convincente de la marcha, por fe, hacia la libertad.El "Manifiesto" programtico de Jess (Lc 4:18-20) y el estilo de vida comunitaria de los discpulos y de la iglesia apostlica, tambin inspira en ellos un compromiso fuerte con el cambio social.Para ellos, creer en Cristo significa creer en el Dios que "hace nuevas todas las cosas" (Ap 21:5; 2 Cor 5:17), comenzando ya!Conclusin: Desafos a la iglesia desde Amrica CentralDesde este anlisis del uso de la Biblia en Centroamerica, podemos proponer algunas conclusiones:1) Una renovacin bblica muy significativa est ocurriendo de Amrica Central, especialmente entre los delegados de la Palabra y las comunidades eclesiales de base.2) Dicha renovacin es evidente tanto en la envergadura del movimiento (nmero de grupos y de participantes, venta de Biblias) y en la dinmica del proceso (mtodos inductivos, encuentro creativo con el texto, impacto transformador en vida personal y comunitaria).3) La constante experiencia de los grupos inductivos de estudio bblico genera una fe robusta, capaz de hacer frente a las pruebas ms severas.Tambin produce un cambio fundamental en la mente de los participantes: aprender a pensar con cabeza propia.4) El estudio bblico en estos grupos se concentra con mucho nfasis sobre los acontecimientos bblicos, y algo menos sobre los conceptos verbalmente articulados o las promesas generales.Adems, los centroamericanos suelen leer las escrituras con una conciencia muy viva de la "convergencia" de la historia bblica con su propia experiencia histrica.5) En un proceso tan dinmico como ste y eso, en medio de la realidad turbulenta del istmo en esta poca sera ilusorio esperar que sugiera una "ortodoxia" total en todas las expresiones generadas por el mtodo inductivo.Al luchar estos creyentes por acercarse lo ms posible al mensaje de la Palabra de Dios para ellos, tienen el derecho de cometer sus propios errores, as como nosotros cometemos los nuestros.Tanto ellos como nosotros hemos de ser juzgados slo por la Palabra de Dios, y no por las tradiciones o perspectivas culturalmente acondicionadas de otros pases u otra poca histrica.Sera insoportablemente etnocntrico negar a los creyentes centroamericanos el legtimo espacio hermentico para interpretar de nuevo, y aun para equivocarse, en su esfuerzo sincero de escuchar la Palabra, como si la cristiandad anglo-europea tuviera un monopolio de la inteligencia hermenutica o alguna especie de superioridad cualitativa para percibir el sentido ms profundo de las escrituras.No es cierto que Esperanza Aguilar y los delegados de la Palabra, por su parte, poseen ventajas hermenuticas que exigen de nosotros el mayor respeto?Sera adems muy anti-pastoral de parte de cristianos nor-atlnticos despreciar, o condenar dogmticamente, este proceso de estudio bblico y sus frutos no siempre previsibles.Tales juicios intolerantes tenderan a destruir el proceso de estudio bblico creativo que es tan fecundo en su promesa de renovacin.6) Es justo tambin sealar que este proceso de reflexin inductiva tiende a auto-corregirse sobre la marcha.Una opinin atrevida por un participante en un momento a menudo se balancea por otro participante despus.Lo normal es que todo el grupo crece y avanza hacia una mayor madurez.De hecho, a veces la tendencia en las comunidades de base es hacia posturas muy conservadoras, hasta fundamentalistas.Por lo tanto, es injusto e inexacto hacer juicios genarizadores sobre la interpretacin bblica latinoamericana con base en citas aisladas, quiz extremistas o radicales, de algunos autores o participantes.7) El movimiento carismtico y las comunidades protestantes de Centro Amrica comparten algunas, pero no todas, de las mismas caractersticas en su lectura de las escrituras.Sin embargo, se puede decir con mucha base que ninguno de esos dos grupos est viviendo un proceso igualmente amplio y dinmico de reflexin bblica como el que est ocurriendo en las comunidades de base.Oscar Arnulfo Romero, con admirable humildad y honestidad, confes poco antes de su muerte, "Los pobres me han enseado a leer la Biblia".A todos nosotros, los pobres de Centroamrica nos pueden ensear mucho en cuanto a lo que "el Espritu est diciendo a la iglesia" (Ap 2:7).

[1])Esta ponencia fue leda en el Instituto para Estudios Cristianos en Toronto, Canad, y por lo mismo asume la perspectiva de sus oyentes.Por eso, en este caso, se debe entender por "nosotros" los canadienses y estadounidenses que escuchaban la conferencia, en contraste especfico con los campesinos centroamericanos. Al leer este artculo, tanto el lugar (Toronto) como la fecha (1987) deben tomarse en cuenta.No se haba publicado anteriormente.[2])Carlos Mesters, "The Use of the Bible in Christian Communities of the Common People", enThe Challenge of BasicChristian Communities, ed. Sergio Torres and John Eagleson (Orbis: 1981), p.203.[3])Mesters trata con esto bajo el ttulo, "Algunos obstculos y como el pueblo los supera... Fundamentalismo servil en algunas comunidades de base" ; cf. Alfredo Fierro,The Militant Gospel(London: 1977), pp. 142-5.Fierro, un telogo espaol radical, rechaza la teologa de la liberacin por lo que considera su uso literal, fundamentalista de las escrituras.[4]) Este inciso es adaptado de mi artculo, ""The Hermeneutics of Liberation Theology",Bangalore Theological Forum(Vol. XI, No.2, 1979) pp. 122-141.Vase tambin Stam, "La Biblia, el lector y su contexto histrico",Boletn Teolgico#10-11 4.1982, pp 27-72.[5])Jose Miguez Bonino,Doing Theology in a Revolutionary Situation(Philadelphia: Fortress, 1975),p.98.[6])Severino Croatto, "Liberacin y Libertad: Reflexiones hermenuticas en torno al Antiguo Testamento",Revista Biblica1971:1, pp. 3-7, p.3.[7])Ibid., p.3. Sobre "paradigmas" y cmo "conjugarlos" vase tambin Jose Miguez Bonino,Ama y haz lo que quieras.[8])La historia de esta comunidad se ha contado muchas veces; vase p.ej. Phillip Berryman,The Religious Roots of Rebellion(Orbis: 1984), pp. 7-24.Los estudios bblicos inductivos, grabados en la comunidad, han sido publicados en muchas ediciones con el ttuloEl Evangelio en Solentiname(p.ej. San Jos: DEI, 1979, 2 tomos).[9])Leonardo Boff,Jesucristo el Liberador(Bs.As.: Latinoamericano Libros, 1974), p.187.[10])Juan Hernndez Pico, "The Experience of Nicaragua's Revolutionary Christians", citado enChallenge(n.1), p.66, traducido del ingls.[11]) ""La dimensin poltica de la fe desde la opcin por los pobres", Lovaina, 2 de febrero de 1980;Monseor Romero: Seleccin y notas, Arnoldo Mora ed (San Jos: Editorial Universitaria Centroamericana, 1981), pp. 193-194.[12])La frase es una cita de Che Guevara.[13]Berryman,Roots, (n.8), p.17 (traducido del ingls).[14])Mesters, inChallenge(n.2), p.201, traducido del ingls.[15])Berryman,Roots, (n.8), p.17.