interesante revista breve para todos los h...

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-;- Interesante Revista Breve Para Todos los H r I Z O N HÍMENINO L DIFÍCIL ARTE DI LA BUCOANCIA Dada Sarán Sernhardt-una de Isa estampas mis fina» del Parla de su época—que prefería une elefan- cía a mil bellesas, por cuanto en la elefancía ae echaba de ver el talento dt la* crlaturae, au arte y sutileza, en tanto que la perfección Malea era un don natural en la que no entraba para nada la parte mas noble del eer humano: la Inteligencia. Exacto do toda exactitud noa pa- reo» eate dictamen de la excelsa ac- triz, y haata si me apuráis un poco, diríamos que reneja en él su propia experiencia y caso, puesto que, aun siendo soberbiamente bella, cuidó mas cu elegancia que su palmito y oorno elegante la catalogó Francia entera al hacer la ficha de su figura. Ser bella—nos lo acaba de oeclr la gran comedíante—es un regalo divino que el cielo nos hace. Y 10 mismo puedo otorgar esta merced a la mujer de claro Juicio que a la roma de mollera. De ahí que vea- mos por el mundo a tanta baldad sin chispa de sindéresis, que es como decir, hermosa sin lucimiento, ya que a la lus que tiene que esplender btlleaa es a la del Ingenio y la discreción y no a otras. En cambio, la elegancia es una pura elaboración del intelecto, yo no diré que en superiores fundones ni muchísimo menos, pero si en aquella generosa medida que permite poner en Juego gracias y distinciones. La primera condición de toda ele- gancia, su espíritu y eeencia, como »1 dijéramos, es la senclllex. Una sencilles noble, estrictamente natu- ral, no rebuscada. Porque, aunque pareas* un contrasentido, existe la sencilles contrahecha, barrosa, aln pura línea, que, al en realidad, care- os de la cualidad de lo sencillo, la Imita edn bastante perfección. Ahora bien; no creáis que la po- sesión do esta sencilles es cosa fácil ni hacedera. Be necesita un punto depuradísimo, estudiar con tocio de- tenimiento loa ilustres modelos de uliéjurila, y eee otro ejemplo de la mujer desconocida, sin brillo, ni fa- ma de ninguna clase, pero que posee par modo claro e Irreprochable el aenttdB de la distinción y de la no- bles» do movimientos y atavies que, en definitiva, es la elegancia. Meóles» de movimientos: he ahí otro los puntos fundamentales de la elegancia. No atesorará nadie asta preciosa cualidad, con un andnr embaraaado y torpe, un ademan de- masiado violento, ros destemplada, gastos extremosamente actuados. La elegancia ea un superior compuesto que se nutre do muchas cosas, y asi como hay manjares delicadísimos al paladar que no admiten en su con- dimento especias ni ingredientes tuerta sabor, de la misma manera, la elegancia, ai de veras ha de me- recer el nombre de tal, repugna toda eos* espiritual o material que no so produsca bajo el signo de la má* «rata suavidad. Diréis: ¿Pero todo esto no es tam- bién un don del cielo? Por excepción, si Hay mujeres y hotnbres en la más franca defi- ciencia mental que son elegantes, pudiéramos decir que por natura- lega, que tienen infuso el sentido de la elegancia, como se cuenta que, en la antigüedad, alguno* sores tuvie- ron ti do la sabiduría. Pero ya he- me* dicho que esto es la excepción. Lo corriente es que la elegancia ata un fruto directo y Jugoso de la in- teligencia. De suerte que la pri- mera tarta dt cualquier mujer que aspire a ser verdaderamente ele- gante debe ser cultivar au Inteligen- cia, hacer más aguda au sensibili- dad, poner refinamiento y ligerea* allí donde el Impulso animal de la ejéTSona, como ente natural, pro- pende a lo violento y áspero, a lo dtaqulclado e instintivo. EL CULTIVO DE LA BELLEZA POR MME. OUI VIVE La herencia tiene mucho que ver ¡ con el cabello, como tiene que ver ¡ también con el color y con el tipo. 181 los padres tienen abundantes cabellos, es casi seguro que la joven tendrá todo el cabello que necesite. Los especialistas en enfermedades del cuero cabelludo nos aseguran que no han podido averiguar con certeza qué es lo que hace caer el pelo. Si el pelo se renueva, no hay nada perdido. Es como un rosal cuyas flores languidecen y se mar- chitan, para nacer de nuevo máa esplendorosas 1* próxima primavera Cuando las papilas, o pequeñas prominencia* cónica* formadas en la piel por laa ramificaciones de loa nervios y de los vasos, no fun- cionan, y por lo tanto, no renuevan el cabello, ha llegado el momento de dar la señal de alarma. Cuando se han destruido definitivamente. como en loa casos de calvicie, en- i tonees el caso es bien serlo. Por suerte, muy poca* mujeres ae que- dan calvas. El motivo principal es que no usan cintas de sombreros! tan ajustadas que Impidan la cir- culación de la sangre en el perl-! cráneo; ae cuidan mejor el cabello y son más cuidadosas én el uso de'. peines y cepillos. 8e cree que sean ciertos microbios, todavía descono- cidos, los que causen la calvicie. Lo mejor que podemos hacer e*, tener siempre escrupulosamente limpio el cuera cabelludo; hacer to- | do lo que podemos por estimular la * TENDENCIAS DI LA MODA En trajea para comidas. Impera la combinación de blusa fruncida de organdí blanco y amplia falda chiflón de seda, con dnturón bien ancho. Entre lo* de baile, pre- domina un elegantísimo modelo en tul negro, con volantes fruncidos dt gro color rota. SI escote ea en forma dt corasón, con vivo color do rosa. Sigue* usándose los trajes dt ballt interpretados en tela es- tampada. Los diseños de enormes s mapolea sobre un fondo blanco de chiflón forman un exquisito con- traste. On traje de elefante corte, confeccionado eon esta tela, lla- ma** agradablemente la atención en todas partes. Espontaneidades - SUPLICA Vengo s Implorar, Señor i a tus altares la divina limosna del consuelo. Una tregua que caima mis pesares y disipa las sombras de mi cielo. He venido, Señor! a suplicarte y mezclar * mis ruegos mi alábanse He venido también para ofrendarte mi fe, mi corasón y mi esperan**. Y aquí * tus plantes, de redi lis* pido que renasoa el fervor que habla perdido Que la lus que en cielo languidece vuelva a aer el fanal de mi exis- tencia. Y que un milagro divino de elo- cuencia permita a mi alma, que el amor exprese. Alfonso de 1* Pena. INTERMEDIO BOHEMIO Veo al Joven bohemio subir la rampa envuelto en alba veste de encaje y raso, ¿" como a blanca theorla misar ls pampa entre los esplendores ds orto y Véolo detenerse cabe las rejas de la casa en que mora la Bien Amada, arrancar de su lira dolientes quejas do palpita su pslquls apasionada. V en el límpido alféizar de la ven- Una aparece la Virgen de sus amores; son sus ojos estrella*, sus labios grana, sus cabellos un manto de áureos co- lores. Y entre los esplendores de ocaso y orto ae esfuma la silueta del gran bo- hemio que cantó un epinicio brillante y corto que le valló dt Ere* ti dulce pre- mio... - Rafael dt la Trinidad. PARA EL AMA DE CASA Para obtener el mayor calor po- sible de las nemas, las estufas de ge* deben mantenerse siempre completamente limpias. Frecuente- mente lávense los quemadores con agua hirviendo a la cual se le halla agregado un poco de sosa cáustica El vinagre es muy eflcas para ali- viar el dolor dg la* quemadura*. El frió da los mismos resultados. Los Jare bes se mezclan mejor con los otros ingredientes, si se calien- tan un poco antes de mezclarlos con éstos. Para evitar que el repollo & la coliflor despidan el mal olor que producen al cocerse, pónganse algu- nos pedaeltos de corteza de pan en en el agua en que ae hierven. Loa botones de concha pueden teñirse de cualquier matis que se desee. Tíñanse siguiendo tas Ins- trucciones que aparescan en el pa- quetito de tintura, para evitar que se partan, no se dejen hervir rá- pidamente. Lo* botones y el hilo pueden teñirse de la misma manera Después de hervidos, enjuagúense en agua fría y déjense secar en un lugar caliente. Los limones durarán más sin po- drirse si se guardan en los anaque- les, cada limón tapado con un vaso Invertido. De acuerdo con el doctor P. R. 8haw, de la universidad de Ara- herst, ls* picadas de las abejas son menos dolores** en la primavera ¿Pero quién quiere ser picado en cualquiera época del año? *»« "El Niño," diminuto cañón de bronce que cualquier hombre puede levantar, fué la primera pies* de artillería usada en la costa eali- forniana hace 170 año*. Cancionero MIBAME A LOS OJOS (Caadtai Mexicana) Letra y Méate* «e O. Cartel Mírame a los ojos para que veas que no te miento, Mírame a loa ojos para que atentas lo que siento. Llévate en tu manos la* gotlte* de mi llanto. Llévate en el alma las tristes** de mi canto. Mírame a loa ojos para que vea* que no te miento. Mírame a los ojos . para que atentas lo que atento. Mírame a los ojos mírame hasta el alma. Porque ya no puedo quererte tanto. LA MUERTE DE IJEOPOLDO LUGONES Per HERNÁN! MANDOLÍN! circulación. La sangre es el ali- mento de las raices del cabello. Sin ella,' se mueren de hambre. El estado de la "divina pelusa" depende la salud general del cuerpo. Las personas de fuertes músculos, buen* circulación, buenos órganos digestivos y espléndida vi- talidad, generalmente tienen her- mosos cabellos. Estas mismas per- ón**, a 1* edad de treinta años, pueden tener el pelo ralo. Puede ser que esto se deba a alguna deficiencia en el régimen alimenticio; a la falte de alguno* elementos Indis- pensables para la salud del cabello. | O también puede ser que se hayan descuidado del cuero cabelludo. O que las glándulas tiroides no estén funcionando normalmente. Algunos ligeros tlroncitos a las I guedejillas, estimulan laa pequeñas fibras en las que descansan las raices del cabello. El champú con agua' bien callente, y luego con agua helada mejora la circulación y for- talece el cabello. Loa tónicos, cuan- do calienten el cuero cabelludo, también son muy saludables. La frotación acelere la circulación y hace caer la caspa. El uso del ce- pillo también ea muy beneficioso. Las cerdas quitan todo el cabello muerto, dejando sólo las hebras vi- vas y fuertes. Asi, pues, ten pronto como se note que el cabello comien- za s caerse, debe hacerse uso fre- cuente del cepillo. El cepillo es el mejor amigo de 1* belleza. ESPEJTTO (Dt la película "La Zandunga") Per L. Barcelata Eapejito compañero mírame qué tríate estoy, ae me fue el hombre que quiero y me muere por au amor. i Cuántas veces me ayudaste a vestirme para él! I Cuánta* veces te empañaste al llorar por mi querer I Pero hoy. ya lo ves, sólo tengo tristeza y dolor; cuánto lloro desde que se fue y no puedo vivir sin su «mor. Dime que eres fiel, si algún di* me vendrá * consolar pues' me mata esta pena tan cruel y me muero de tanto esperar. AGUA LE PIDO A MI DIOS Agua le pido a mi Dios... qué caray... y qué caray... p'a regar un plan que tengo por allá... Voy a mercarme una yunta p'a sembrsr . . el año que entra, qué caray... Teniendo un buen temporal, qué caray y qué caray... de seguro me voy a armsr porque si cabo los rancheros son felices, si señor , si train lleno su morral... qué caray ... y qué cara y ... Voy a mercarme un cuaco muy retegüeno... mi sombrero y mi gabán ... Para pasearme por onde está mi chata que es del puro Michoacán. Quiero decirte alma mía, que ya te arregué tu Jacal qué caray... y qué caray... p'a que vivas muy contente disfrutando las cartelas de un amor que te he de dar. qué caray y qué caray... Leopoldo Lugonea ha muerto. Ha muerto el hombre, pues el poeta hace rato que había desaparecido. Balbuceos otoñales, recuerdos de co- sa* olvidadas, superficiales y farra- ginosas criticas, tato es todo lo que en los últimos tiempos quedaba del que fué maestro literario de una generación. Un maestro, más defor- ma que dt fondo, arrastrado tam- bién él por todas la* corrientes poé- ticas del momento, a menudo simple Imitador hábil y talentoso; pero que sabía transfundir en las sugestiones recibida*, algo de su Intima perso- nalidad. Su poesía ya está en el pasada El énfals victorhuguiano de Las Montañas de Oro y la musicalidad puramente verbal de Loa Crepúscu- los del Jardín, El Libro Piel y Laa Hora* Dorad**, llega hasta nosotros I como un eco que no comprende- mos. Ni la pose apostólica, ni el culto del arte por el arte, pueden conmovemos. Necesitemos cosas mis recias y profundas en esta época trágica en que vivimos. Los suspi- ros verlainianos, las evocaciones melancólicas de Sanmnaln y las su- tiles»* sensuales del Poema Para- disiaco de D'Annunzlo, no pueden satisfacernos. Por esto, la obra lí- rica de Lugones nos parece pretérita y vieja, casi diría, de siglos. Pre- térita en su contenido, en sus in- tenciones, no en la corriente de belleza—un poco epidérmica—pero belleza, en fin. y a vece* de puros contornos clásicos—que surge de su obra. DESOLACIÓN Llevo mi senda sembrafle de abrojos aquel recuerdo que no morirá llevo en mi pecho sangrando una heM-' tu cruel falsía que me matará Juraste amarme fingiste quererme mas. yo te amaba con adoración un día te fuiste Y en mi tríate vida dejaste pena* y desolación. Ahora solo en mis nuches cuando sueño con tu amor veo tu imagen traidora y mt despierta el dolor mas si algún día te ves abatida si un desengaño te hace llorar ven * buscarme y cura la herida que tus pesares podré consolar. I-a Respuesta Sobrevivió en arte a su genera- ción, y a la generación nueva se amoldó, en lo que tiene de vuelta al pasado y exaltación de anacró- nicos y violentos principios. Sus ideas sociales y políticas constitu- yen, en función de nuestro tiempo, el extraño corolario de su obra de poete; pero sistemático y sin pises de belleza. Se puede ser reacciona- rio con altura, a veces con indiscu- tible genialidad—Aristófanes y Cha- teaubriand, entre muchos otros—lo prueban. Leopoldo Lugonea no aupo serlo. Manifestó, sobre todo en sus postrimerías, un encono brutal, una mentalidad sectaria, expresad* en form* harto mediocre. Amontonó libros y articulo* polémicos, llenos de Ingenuas minucias, referencias dudosas y Juicios dogmáticos. V es- to es imperdonable en un hombre, como él. de fina sensibilidad y am- plia y sólld* cultura. Pero, tal vez, 1* Inquietud, el re- sentimiento y, má* que todo, 1* am- bición insatisfecha, podrían aclarar este enigma. Lo sabremos algún di*. 8u trágica muerte nos ayuda a comprender ahora, algunos puntos de su vida. Gesto de ambición fra- casado, o algo más. doloroso y pro- fundo; ambición, si; pero no super- ficial y mesquln*. sino ansia del que aquilata su valor y se ve rele- gado a la sombra. Acritud del hom- bre que aspira a ser gula de su época y acaba por advertir que sólo ha abierto el camino del poder a un núcleo de audaces, interesados y mediocres. Esta fué. tal ves, su tra- gedla: la de su vida y la de su LA DIVISIÓN DEL TIEMPO 1 Prase muy común es 1* de que "el tiempo es oro", y'no dudo la habréis oído máa de una ves. El tiempo bien empleado en verdad da oro, pero vale más, mucho más que este vil metal; si no lo malgastáis, os Ins- truiréis, llegaréis a ser hombres útiles. La división natural del tiempo es el día y la noche; el hombre dividió el día en horas, las hora* en minu- tos, y éstos en segunde*. De cada periodo de siete dias formó una se- mana, de treinta días un mes, y de doce meses el año. Para representar el año usa la Iconografía diversas figuras: co- múnmente se representen con 1* fi- gura de un dios canteo, en cuya frente hay una venda eon los doce ven los atributos de las cuatro es- tacione*, teles como 1* corone de VIAJES DE 3 MINUTOS Por Templo Mannirq Calcuta, antigua capital de la India inglesa y de la presidencia de Bengala, es la metrópoli de los contrastes. Las dos terceras partes de la población son indios, y los demás musulmanes, existiendo úni- camente unos 38,000 cristianos, en- tre los cuales unos 5,100 son euro- peos, en su mayor parte Ingleses y el resto franceses, s lemanes, turcos e tállanos. flore*. 1* gavilla de triga ls cesta de uva* y el vaso lleno de fuego. Su * carro está siempre tirado por las cuatro estaciones. César dividió el- año en 365 dlss y seis hora*, pero. P°r * r incómodo comenzar el arto algún** horas des- pués de acabado el dia, determinó »e dejasen las seis horas de eads afto> huta que, al cebo de cuatro, for- masen un dia completo, que agres o al mes de febrero. El año se divide en eclesiástico, astronómico y civil. El eclesiástico es el que sirve pera lss fiestas de la iglesia, y tiene una división espe- cial; el astronómico es el tiempo qur tarda la tierra en recorrer su órbita alrededor del sol, y civil es aquel de que se sirven los pueblos para w> i signos del aodlsco; en sus manos »e. negocios, compuesto de 368, y 366 * 9 ¿Sabe Usted la Respuesta? ¿Puede usted decir si tos siguien- tes fueron, escritores, compositores, o pintores? N (*) Jane Austen. (b) Federico Chopln. (c) Thomas Beecham. (d> Juan Ingroc. (e) Safo. (f) Juan Pield. (g) Sandro Botticelli. (h) Lope de Vega. (1) Juan Boccaccio. (J) Arturo 8c h na bel. , <k) Virgilio. (1) Alberto Durero. (m) Ricardo Hardlng Davis. (n) Eugenio Isayo. (O) Francisco de Goya. (p) Sholtm Asch. <q> Olovannl Mkrtlnelli. (r) Juan Dryden. <s> Arturo Tosc*nini. (t) Lew Walmct. / Loa muchachos de quince año* de Newport, áfalne, BE. uu, están aprendiendo * cocinar, por al algún día se oasan con una mujer que no aepa preparar sus platos favoritos Hombre precavido vale por dos. (a) Jane Austen. Novelista ingle- sa. (1776-1817). (b) Célebre plañíste y compositor polaco. Sus composiciones son de mucho mérito por ls profundidad del sentimiento y ls sobriedad y expresión del estilo.' Su marcha fúnebre es muy popular. (1800-49). (O Músico. (d) Célebre pintor francés. Des- colló en el dibuje y el retrato. (1780-1887). (e> Célebre poetisa griega. Se le atribuya la invención del metro sá- fico, adoptado por Horacio. (Siglo VI antea de J.C.). (f> Compositor irlandés, autor de célebres nocturnos. (1782-1837). (g) Pintor italiano. Se hizo ten célebre por sus frescos que Sixto IV le llamó a Roma y le dló la super- intendencia de la* obras de pintura que se estaban ejecutando en el Vsticano. (1447-1510). (h) Célebre poeta y escritor es- pañol, llamado el Fénix de los in- genios (1862-1635). Escribió unos 2,000 drama* y autos. En sus pro- ducciones escénicas halla Alberto Lis* ocho clases: comedias de cos- tumbres; de capa y espada; pasto- riles, heroicas, trágica*, mitológicas, de santos y filosóficas. (i) Oran escritor italiano, uno de los más notables prosistas del mun- do. Sus obras principales son El Decamerón y la Genealogía de loa Dioses. (1313-1375). (J) Músico. (k) Principe de los poetes la- tinos. Murió antea de haber con- cluido au mejor obra, la Eneida, que quería destruir. (70-19 antes de J. C.) (1) Famosísimo pintor alemán, fundador de un* números* escuela de pintura, que se distinguió tam- bién como matemático y escritor de arquitectura. (1471-1528). (m> Escrltof. (n) Violinista y compositor belga célebre concertista y director de orquesta, autor de seis conciertos de violin. '"Poema Elegiaco" es la más conocida de sus páginas musicales (1858-1931). (o) Célebre pintor español, una de las má* legítimas glorias de Es- paña. Sobresalió en todos los géne- ros pero más particularmente en el de costumbres típicas de España, como demuestran sus admirables aguafuertes conocidas con el nom- bre de Caprichos, en los que se ve lo genial y maravilloso de au po- tencia pictórica, tanto en el atre- vimiento del dibujo, la originalidad y variedad de loa dibujos, como en la hermosura y brillantez del colo- rido. Nació en Aragón en 1746 y murió emigrado en Burdeos en 1828. (p) Escritor. (q) Músico. (r> Poeta y 1701). (a) Músico. (t) Escritor. En la ciudad, construid* sobre muerte Afl»dld 1* precaria situación I < terreno medio sumergido y cru- económica, rala o conaecuencie del *do por innumerables canales, hay desmedro social. Sus últimas pala- bras, sintetizadas en una carta, sue- nan a desesperada protesta: "Cansa- do de esta situación económica ten subalterna, cansado de esta vida de lodo, lodo y máa lodo." Pero el hombre que escribió estas lineas y fué al encuentro de la muerte en un gesto de rebellón o de náuseas, ¿cómo pudo, por años y años, prestigiar y exaltar un régi- men social que hunde a loe mejo- res? ¿Cómo pudo defender, con un ahinco digno de mejor causa, un mundo basado en el injusto valor económico del Individuo? ¿Y no ver, tras las nobles instituciones y los severos principios, el dominio incon- trastable de la Cifra? Contradicción lógica y terrible que halló su solu- ción en la muerte. En su infinito disgusto volvió, tal ves, inconscien- temente, a la actitud antiburguesa de sus mocedsdes y desmintió con un gesto ls propaganda de casi toda una vida. iXifioiuüirDir^ numeroFOs pantanos, como el 11a- critieo Inglés. (1631- Pimpante" es el nombre dedo a esta hermosa creación de Paria, para uso de noche. Está confeccionada con cintas de aguamarinas y satén blanco. Por su originalidad y elegancia, está llamada a aer ana de las creaciones más en boga asta temporada. Eaeena Tiple* de Célente nudo por los ingleses "L*go Sal»do." En el centro de 1* ciudad se en- cuentra el famosa Maidán, expla- nada donde maniobra la guarnición, a la que scude la buens sociedad de Calcuta. La ciudad se «divide en dos grandes porciones, la del 8ur. o europea, y la septentrional o in- dia, llamada también "Black Town" (Ciudad Negra), de calles tortuosas! con y estrechas, y easas bajas, y que presenta un aspecto oriental con sus grandes basares donde los mer- caderes tientan a los transceuntes, desplegando sus géneros de proce- dencia indostánlca o china, los diamantes de Hyderabad, loa ru- bia de Bengala, las perlas de Ceilán. chales de Cachemira, armas de magnificas empuñaduras y telas preciosas. La otra porción tiene calles muy animadas y de aspecto europeo, plazas con bellos Jardines y estan- ques. En sus arrabales están las residencias de gran número de europeos y las antiguas residencia* de tos principes indios. Hay her- mosa* «venid** de almendros, otras de palmas, otras de árboles de la caoba; invernaderos de orquídeas, palmas y grandes plantea; buenos hoteles y aristocráticos clubs, y un hipódromo en donde por Navidad ae corre la copa del virrey, consti- tuyendo esta fiesta un* de iaa más concurridas por la buena sociedad. En Calcuta abundan los templos y pagodas, mereciendo especial mención el de Jain, con sus her- mosos Jardines, paseos y estatuas, y el de Karlghat. construido en honor de Kari, o Durga, divinidad india esposa de Ziva, diosa de la sabiduría, emblema de la sagacidad armada e invencible. No lejos de este templo, hay un hermoso ejem- plar del Plcus indica, cuyas ramas vuelven a hundirse en la tierra. es bisiesto. Los nombres de los meses del ara son: enero, febrero, mano, abril mayo. Junio. Julio, agosto, septlem bre, octubre, noviembre y diciem- bre. Llamamos semana al periodo de siete día* seguidos. Loa judios fue- ron los primeros que usaron esta di- visión del tiempo. También los egip- cios dividieron la semana en siete dias, dando a cada uno el nombre de un planeta: al domingo le llama- ban Sol; al lunes, Luna; al martes. Marte; al miércoles, Mercurio; al jueves, Júpiter; al viernes, Venus; al sábado Saturno. La tierra gira sobre au eje con movimiento parecido al bailar de una peonza y así va presentando ai sol todas aus partes; pero como es de figura esférica, cuando el sol ilumina una mitad, la otra quede a obscuras, resultando de esto el dia y la noche, de modo que cuando en una parte del mundo comienza el dia, en la otra principia la noche. En la zona tórrida ae suceden ls luz y la* tinieblas casi bruscamente, sin que spenas haya crepúsculo. Los romanos tenían costumbre de dividir los dias en fausto* e infau«- tos: los primeros eran días de fiesta o bien aquellos en que hablan reci- bido algún galardón, y los señalaban con piedra blanca; loa segundos eran los funestos o melancólicos, y los señalaban con carbón. El dia se divide en 24 horas; la hora en 60 minutos, y el minuto en 60 segundos; en un di* hay 1440 minutos y 86.400 segundos. Estes subdivisiones del dis st miden por medio de instrumentos, teles como los relojes de arena, de sol. y tos or- dinarios. Antiguamente sólo se usa- ba el cuadrante solar y el reloj de arena. Con el reloj de sol se cono- cen las horas por la variación de las sombras en el cusdrante. Los relojes modernos son unas maqulnitas con movimientos uni- formes, y pueden ser de torre, de pared, de sobremesa, de bolsillo. El reloj se compone de un sistema de ruedeeltes dentadas, que engra- nan una* con otras; dos *de estas ruedeettas están en comunicación sendas manecillas que giran alrededor de una esfera en la que están marcada* las 24 hora* del día La manecilla •horario' asi llamada porque señala las horas, taxdn 12 horas en dar la vuelta s la esfera, mientras el "minutero" tarda sólo una hora. Hasta hace poco se contaban las horas de 1 s 12. pero ahora, oficial- mente, se cuenten hasta 24. si bien en general persiste la antigua cos- tumbre. El tiempo pasa con la rapidez del relámpago y con él pasamos noso- tros. No malgastéis el tiempo, sino empleadlo todo cuanto pódala Ins- truyéndoos, pues será vuestro bien El perezoso es muy desgraciado, no sabe él lo que pierde con matar el tiempo; es como el niño que rasga un billete de banco, o arroja al agua una piedra preciosa por ignorar su valor. No seáis nunca perezosos, no perdáis el tiempo, asi má* tarde no tendréis que arrepentlros y Iterar en balde el tiempo malgastado que no vuelve Jamás,—Helios. En 1913 el atleta finlandés E. Nicklander lanzó el disco a una distancia de 149 pies 6 1-8 pulga- das con la mano derecha, y a una distancia de 146 pies 2 1-8 pulgadas con la izquierda. "No obligue a sus hijos a Ir al colegio," es ti consejo dado a loe padres por el doctor Edward Ho- ward Ortega, catedrático. no van espontáneamente, perderán su tiempo." En California está la única gran- ja de chinchilla del mundo. Se calcula quév un abrigo largo, dt 28 pieles de este animal, cuesta unos 8300,000. A la señora Ernesto Smith, do 49 años dt Bay Road, Nueva York, le ha salido la tercera dentadura. después dt haber usado una caja postiza durarv d'er ano*. le z P n S t c ii ti S p d o< f c ( d y v c 9 ,* * M -'-- --- - gssmadw

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    -;- Interesante Revista Breve Para Todos los H r I

    Z O N HÍMENINO ■L DIFÍCIL ARTE DI LA BUCOANCIA

    Dada Sarán Sernhardt-una de Isa estampas mis fina» del Parla de su época—que prefería une elefan- cía a mil bellesas, por cuanto en la elefancía ae echaba de ver el talento dt la* crlaturae, au arte y sutileza, en tanto que la perfección Malea era un don natural en la que no entraba para nada la parte mas noble del eer humano: la Inteligencia.

    Exacto do toda exactitud noa pa- reo» eate dictamen de la excelsa ac- triz, y haata si me apuráis un poco, diríamos que reneja en él su propia experiencia y caso, puesto que, aun

    siendo soberbiamente bella, cuidó mas cu elegancia que su palmito y oorno elegante la catalogó Francia entera al hacer la ficha de su figura.

    Ser bella—nos lo acaba de oeclr la gran comedíante—es un regalo divino que el cielo nos hace. Y 10 mismo puedo otorgar esta merced a la mujer de claro Juicio que a la roma de mollera. De ahí que vea- mos por el mundo a tanta baldad sin chispa de sindéresis, que es como decir, hermosa sin lucimiento, ya que a la lus que tiene que esplender 1» btlleaa es a la del Ingenio y la discreción y no a otras.

    En cambio, la elegancia es una pura elaboración del intelecto, yo no diré que en superiores fundones ni muchísimo menos, pero si en aquella generosa medida que permite poner en Juego gracias y distinciones.

    La primera condición de toda ele- gancia, su espíritu y eeencia, como »1 dijéramos, es la senclllex. Una sencilles noble, estrictamente natu- ral, no rebuscada. Porque, aunque pareas* un contrasentido, existe la sencilles contrahecha, barrosa, aln pura línea, que, al en realidad, care- os de la cualidad de lo sencillo, la Imita edn bastante perfección.

    Ahora bien; no creáis que la po- sesión do esta sencilles es cosa fácil ni hacedera. Be necesita un punto depuradísimo, estudiar con tocio de- tenimiento loa ilustres modelos de uliéjurila, y eee otro ejemplo de la mujer desconocida, sin brillo, ni fa- ma de ninguna clase, pero que posee par modo claro e Irreprochable el aenttdB de la distinción y de la no- bles» do movimientos y atavies que, en definitiva, es la elegancia.

    Meóles» de movimientos: he ahí otro dé los puntos fundamentales de la elegancia. No atesorará nadie asta preciosa cualidad, con un andnr embaraaado y torpe, un ademan de- masiado violento, ros destemplada, gastos extremosamente actuados. La elegancia ea un superior compuesto que se nutre do muchas cosas, y asi como hay manjares delicadísimos al paladar que no admiten en su con- dimento especias ni ingredientes dé tuerta sabor, de la misma manera, la elegancia, ai de veras ha de me- recer el nombre de tal, repugna toda eos* espiritual o material que no so produsca bajo el signo de la má* «rata suavidad.

    Diréis: ¿Pero todo esto no es tam- bién un don del cielo?

    Por excepción, si Hay mujeres y hotnbres en la más franca defi- ciencia mental que son elegantes, pudiéramos decir que por natura- lega, que tienen infuso el sentido de la elegancia, como se cuenta que, en la antigüedad, alguno* sores tuvie- ron ti do la sabiduría. Pero ya he- me* dicho que esto es la excepción. Lo corriente es que la elegancia ata un fruto directo y Jugoso de la in- teligencia. De suerte que la pri- mera tarta dt cualquier mujer que aspire a ser verdaderamente ele- gante debe ser cultivar au Inteligen- cia, hacer más aguda au sensibili- dad, poner refinamiento y ligerea* allí donde el Impulso animal de la ejéTSona, como ente natural, pro- pende a lo violento y áspero, a lo dtaqulclado e instintivo.

    EL CULTIVO DE LA BELLEZA POR MME. OUI VIVE

    La herencia tiene mucho que ver ¡ con el cabello, como tiene que ver ¡ también con el color y con el tipo. 181 los padres tienen abundantes cabellos, es casi seguro que la joven tendrá todo el cabello que necesite.

    Los especialistas en enfermedades del cuero cabelludo nos aseguran que no han podido averiguar con certeza qué es lo que hace caer el pelo. Si el pelo se renueva, no hay nada perdido. Es como un rosal cuyas flores languidecen y se mar- chitan, para nacer de nuevo máa esplendorosas 1* próxima primavera Cuando las papilas, o pequeñas prominencia* cónica* formadas en la piel por laa ramificaciones de loa nervios y de los vasos, no fun- cionan, y por lo tanto, no renuevan el cabello, ha llegado el momento de dar la señal de alarma. Cuando se han destruido definitivamente. como en loa casos de calvicie, en- i tonees el caso es bien serlo. Por suerte, muy poca* mujeres ae que- dan calvas. El motivo principal es que no usan cintas de sombreros! tan ajustadas que Impidan la cir- culación de la sangre en el perl-! cráneo; ae cuidan mejor el cabello y son más cuidadosas én el uso de'. peines y cepillos. 8e cree que sean ciertos microbios, todavía descono- cidos, los que causen la calvicie.

    Lo mejor que podemos hacer e*, tener siempre escrupulosamente limpio el cuera cabelludo; hacer to- | do lo que podemos por estimular la

    * ■     —

    TENDENCIAS DI LA MODA En trajea para comidas. Impera

    la combinación de blusa fruncida de organdí blanco y amplia falda dé chiflón de seda, con dnturón bien ancho. Entre lo* de baile, pre- domina un elegantísimo modelo en tul negro, con volantes fruncidos dt gro color rota. SI escote ea en forma dt corasón, con vivo color do rosa. Sigue* usándose los trajes dt ballt interpretados en tela es- tampada. Los diseños de enormes s mapolea sobre un fondo blanco de chiflón forman un exquisito con- traste. On traje de elefante corte, confeccionado eon esta tela, lla- ma** agradablemente la atención en todas partes.

    Espontaneidades - SUPLICA

    Vengo s Implorar, Señor i a tus altares

    la divina limosna del consuelo. Una tregua que caima mis pesares y disipa las sombras de mi cielo. He venido, Señor! a suplicarte y mezclar * mis ruegos mi alábanse He venido también para ofrendarte mi fe, mi corasón y mi esperan**. Y aquí * tus plantes, de redi lis*

    pido que renasoa el fervor que habla

    perdido Que la lus que en cielo languidece vuelva a aer el fanal de mi exis-

    tencia. Y que un milagro divino de elo-

    cuencia permita a mi alma, que el amor

    exprese. — Alfonso de 1* Pena.

    INTERMEDIO

    BOHEMIO Veo al Joven bohemio subir la

    rampa envuelto en alba veste de encaje y

    raso, ¿" como a blanca theorla misar ls

    pampa entre los esplendores ds orto y

    Véolo detenerse cabe las rejas de la casa en que mora la Bien

    Amada, arrancar de su lira dolientes quejas do palpita su pslquls apasionada. V en el límpido alféizar de la ven-

    Una aparece la Virgen de sus amores; son sus ojos estrella*, sus labios

    grana, sus cabellos un manto de áureos co-

    lores. Y entre los esplendores de ocaso y

    orto ae esfuma la silueta del gran bo-

    hemio que cantó un epinicio brillante y

    corto que le valló dt Ere* ti dulce pre-

    mio... - Rafael dt la Trinidad.

    PARA EL AMA DE CASA

    Para obtener el mayor calor po- sible de las nemas, las estufas de ge* deben mantenerse siempre completamente limpias. Frecuente- mente lávense los quemadores con agua hirviendo a la cual se le halla agregado un poco de sosa cáustica

    El vinagre es muy eflcas para ali- viar el dolor dg la* quemadura*. El té frió da los mismos resultados.

    Los Jare bes se mezclan mejor con los otros ingredientes, si se calien- tan un poco antes de mezclarlos con éstos.

    Para evitar que el repollo & la coliflor despidan el mal olor que producen al cocerse, pónganse algu- nos pedaeltos de corteza de pan en en el agua en que ae hierven.

    Loa botones de concha pueden teñirse de cualquier matis que se desee. Tíñanse siguiendo tas Ins- trucciones que aparescan en el pa- quetito de tintura, para evitar que se partan, no se dejen hervir rá- pidamente. Lo* botones y el hilo pueden teñirse de la misma manera Después de hervidos, enjuagúense en agua fría y déjense secar en un lugar caliente.

    Los limones durarán más sin po- drirse si se guardan en los anaque- les, cada limón tapado con un vaso Invertido.

    De acuerdo con el doctor P. R. 8haw, de la universidad de Ara- herst, ls* picadas de las abejas son menos dolores** en la primavera ¿Pero quién quiere ser picado en cualquiera época del año?

    — ■ *»«

    "El Niño," diminuto cañón de bronce que cualquier hombre puede levantar, fué la primera pies* de artillería usada en la costa eali- forniana hace 170 año*.

    Cancionero MIBAME A LOS OJOS

    (Caadtai Mexicana) Letra y Méate* «e O. Cartel

    Mírame a los ojos para que veas que no te miento, Mírame a loa ojos para que atentas lo que siento. Llévate en tu manos la* gotlte* de mi llanto. Llévate en el alma las tristes** de mi canto. Mírame a loa ojos para que vea* que no te miento. Mírame a los ojos . para que atentas lo que atento. Mírame a los ojos mírame hasta el alma. Porque ya no puedo quererte tanto.

    LA MUERTE DE IJEOPOLDO LUGONES

    Per HERNÁN! MANDOLÍN!

    circulación. La sangre es el ali- mento de las raices del cabello. Sin ella,' se mueren de hambre.

    El estado de la "divina pelusa" depende dé la salud general del cuerpo. Las personas de fuertes músculos, buen* circulación, buenos órganos digestivos y espléndida vi- talidad, generalmente tienen her- mosos cabellos. Estas mismas per- ón**, a 1* edad de treinta años, pueden tener el pelo ralo. Puede ser que esto se deba a alguna deficiencia en el régimen alimenticio; a la falte de alguno* elementos Indis- pensables para la salud del cabello. | O también puede ser que se hayan descuidado del cuero cabelludo. O que las glándulas tiroides no estén funcionando normalmente.

    Algunos ligeros tlroncitos a las I guedejillas, estimulan laa pequeñas fibras en las que descansan las raices del cabello. El champú con agua' bien callente, y luego con agua helada mejora la circulación y for- talece el cabello. Loa tónicos, cuan- do calienten el cuero cabelludo, también son muy saludables. La frotación acelere la circulación y hace caer la caspa. El uso del ce- pillo también ea muy beneficioso. Las cerdas quitan todo el cabello muerto, dejando sólo las hebras vi- vas y fuertes. Asi, pues, ten pronto como se note que el cabello comien- za s caerse, debe hacerse uso fre- cuente del cepillo. El cepillo es el mejor amigo de 1* belleza.

    ESPEJTTO (Dt la película "La Zandunga")

    Per L. Barcelata Eapejito compañero

    mírame qué tríate estoy, ae me fue el hombre que quiero y me muere por au amor.

    i Cuántas veces me ayudaste a vestirme para él! I Cuánta* veces te empañaste al llorar por mi querer I

    Pero hoy. ya lo ves, sólo tengo tristeza y dolor; cuánto lloro desde que se fue y no puedo vivir sin su «mor.

    Dime tú que eres fiel, si algún di* me vendrá * consolar pues' me mata esta pena tan cruel y me muero de tanto esperar.

    AGUA LE PIDO A MI DIOS Agua le pido a mi Dios...

    qué caray... y qué caray... p'a regar un plan que tengo por allá... Voy a mercarme una yunta p'a sembrsr . . • el año que entra, qué caray...

    Teniendo un buen temporal, qué caray y qué caray... de seguro me voy a armsr porque si cabo los rancheros son felices, si señor , si train lleno su morral... qué caray ... y qué cara y ... Voy a mercarme un cuaco muy retegüeno... mi sombrero y mi gabán ... Para pasearme por onde está mi chata que es del puro Michoacán.

    Quiero decirte alma mía, que ya te arregué tu Jacal qué caray... y qué caray... p'a que vivas muy contente disfrutando las cartelas de un amor que te he de dar. qué caray y qué caray...

    Leopoldo Lugonea ha muerto. Ha muerto el hombre, pues el poeta hace rato que había desaparecido. Balbuceos otoñales, recuerdos de co- sa* olvidadas, superficiales y farra- ginosas criticas, tato es todo lo que en los últimos tiempos quedaba del que fué maestro literario de una generación. Un maestro, más defor- ma que dt fondo, arrastrado tam- bién él por todas la* corrientes poé- ticas del momento, a menudo simple Imitador hábil y talentoso; pero que sabía transfundir en las sugestiones recibida*, algo de su Intima perso- nalidad.

    Su poesía ya está en el pasada El énfals victorhuguiano de Las Montañas de Oro y la musicalidad puramente verbal de Loa Crepúscu- los del Jardín, El Libro Piel y Laa Hora* Dorad**, llega hasta nosotros

    I como un eco que y» no comprende- mos. Ni la pose apostólica, ni el culto del arte por el arte, pueden conmovemos. Necesitemos cosas mis recias y profundas en esta época trágica en que vivimos. Los suspi- ros verlainianos, las evocaciones melancólicas de Sanmnaln y las su- tiles»* sensuales del Poema Para- disiaco de D'Annunzlo, no pueden satisfacernos. Por esto, la obra lí- rica de Lugones nos parece pretérita y vieja, casi diría, de siglos. Pre- térita en su contenido, en sus in- tenciones, no en la corriente de belleza—un poco epidérmica—pero belleza, en fin. y a vece* de puros contornos clásicos—que surge de su obra.

    DESOLACIÓN Llevo mi senda sembrafle de abrojos aquel recuerdo que no morirá llevo en mi pecho sangrando una heM-' tu cruel falsía que me matará Juraste amarme fingiste quererme mas. yo te amaba con adoración un día te fuiste Y en mi tríate vida dejaste pena* y desolación. Ahora solo en mis nuches cuando sueño con tu amor veo tu imagen traidora y mt despierta el dolor mas si algún día te ves abatida si un desengaño te hace llorar ven * buscarme y cura la herida que tus pesares podré consolar.

    I-a Respuesta

    Sobrevivió en arte a su genera- ción, y a la generación nueva se amoldó, en lo que tiene de vuelta al pasado y exaltación de anacró- nicos y violentos principios. Sus ideas sociales y políticas constitu- yen, en función de nuestro tiempo, el extraño corolario de su obra de poete; pero sistemático y sin pises de belleza. Se puede ser reacciona- rio con altura, a veces con indiscu- tible genialidad—Aristófanes y Cha- teaubriand, entre muchos otros—lo prueban. Leopoldo Lugonea no aupo serlo. Manifestó, sobre todo en sus postrimerías, un encono brutal, una mentalidad sectaria, expresad* en form* harto mediocre. Amontonó libros y articulo* polémicos, llenos de Ingenuas minucias, referencias dudosas y Juicios dogmáticos. V es- to es imperdonable en un hombre, como él. de fina sensibilidad y am- plia y sólld* cultura.

    Pero, tal vez, 1* Inquietud, el re- sentimiento y, má* que todo, 1* am- bición insatisfecha, podrían aclarar este enigma. Lo sabremos algún di*.

    8u trágica muerte nos ayuda a comprender ahora, algunos puntos de su vida. Gesto de ambición fra- casado, o algo más. doloroso y pro- fundo; ambición, si; pero no super- ficial y mesquln*. sino ansia del que aquilata su valor y se ve rele- gado a la sombra. Acritud del hom- bre que aspira a ser gula de su época y acaba por advertir que sólo ha abierto el camino del poder a un núcleo de audaces, interesados y mediocres. Esta fué. tal ves, su tra- gedla: la de su vida y la de su

    LA DIVISIÓN DEL TIEMPO 1

    Prase muy común es 1* de que "el tiempo es oro", y'no dudo la habréis oído máa de una ves. El tiempo bien empleado en verdad da oro, pero vale más, mucho más que este vil metal; si no lo malgastáis, os Ins- truiréis, llegaréis a ser hombres útiles.

    La división natural del tiempo es el día y la noche; el hombre dividió el día en horas, las hora* en minu- tos, y éstos en segunde*. De cada periodo de siete dias formó una se- mana, de treinta días un mes, y de doce meses el año.

    Para representar el año usa la Iconografía diversas figuras: co- múnmente se representen con 1* fi- gura de un dios canteo, en cuya frente hay una venda eon los doce

    ven los atributos de las cuatro es- tacione*, teles como 1* corone de

    VIAJES DE 3 MINUTOS Por Templo Mannirq

    Calcuta, antigua capital de la India inglesa y de la presidencia de Bengala, es la metrópoli de los contrastes. Las dos terceras partes de la población son indios, y los demás musulmanes, existiendo úni- camente unos 38,000 cristianos, en- tre los cuales unos 5,100 son euro- peos, en su mayor parte Ingleses y el resto franceses, s lemanes, turcos e tállanos.

    flore*. 1* gavilla de triga ls cesta de uva* y el vaso lleno de fuego. Su * carro está siempre tirado por las cuatro estaciones.

    César dividió el- año en 365 dlss y seis hora*, pero. P°r *r incómodo comenzar el arto algún** horas des- pués de acabado el dia, determinó »e dejasen las seis horas de eads afto> huta que, al cebo de cuatro, for- masen un dia completo, que agres o al mes de febrero.

    El año se divide en eclesiástico, astronómico y civil. El eclesiástico es el que sirve pera lss fiestas de la iglesia, y tiene una división espe- cial; el astronómico es el tiempo qur tarda la tierra en recorrer su órbita alrededor del sol, y civil es aquel de que se sirven los pueblos para w>

    i

    signos del aodlsco; en sus manos »e. negocios, compuesto de 368, y 366 * 9

    ¿Sabe Usted la Respuesta?

    ¿Puede usted decir si tos siguien- tes fueron, escritores, compositores, o pintores? N

    (*) Jane Austen. (b) Federico Chopln. (c) Thomas Beecham. (d> Juan Ingroc. (e) Safo. (f) Juan Pield. (g) Sandro Botticelli. (h) Lope de Vega. (1) Juan Boccaccio. (J) Arturo 8c h na bel. , Poeta y

    1701). (a) Músico. (t) Escritor.

    En la ciudad, construid* sobre muerte Afl»dld 1* precaria situación I