intercambios activos en la diada hijo-madre

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Intercambios activos en la diada hijo-madre. Los estímulos que da la madre de Juan Ángel son estímulos muy positivos, por las mañanas la madre y el niño permanecen solos en casa, tiempo en el que el niño juega mucho, y la madre mientras hace sus quehaceres también le juega y le habla, considero que allí se produce una buena serie de actitudes que promulga la actitud de juego del niño, la madre le habla mucho con tono de alegría al niño, haciéndolo jugar cerca de ella, y cuando él juega alienta a la madre a jugar con él, se ve entonces parte de los estímulos que intercambian recíprocamente. El sector de controles que impone la madre al niño creo que es muy pequeño, en esa serie de controles de la casa de ha movido mucha parte de las decoraciones y de elementos de la casa para que el niño no las tome y se lastime o las dañe, se han situado entonces en lugares más altos o escondidos los teléfonos, cuadros, decoraciones en general, por lo tanto no se le tiene que repetir mucho al niño “no hagas o cojas eso” puesto que el niño no tiene nada a mano para tomar, al niño se le tiene de cierta manera “prohibido” el gritar, el niño de vez en cuando lo hace, o lo ha hecho, y la madre y demás miembros de la familia procuran no hacerle caso o decirle que mientras grite no se le dará nada, otra cosa del sector de controles y que tiene relación con sus impulsos y que no son aceptados socialmente y por tanto se le dice que “no lo haga” o simplemente no se le permite la movilidad para hacerlo, es que cuando el niño orina o defeca, se lleva las manos adentro del pañal para tocar lo que ha hecho, a esto entonces se le dice o no se le permite hacerlo.

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Intercambios activos en la diada hijo-madre

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Page 1: Intercambios activos en la diada hijo-madre

Intercambios activos en la diada hijo-madre.

Los estímulos que da la madre de Juan Ángel son estímulos muy positivos, por las mañanas la madre y el niño permanecen solos en casa, tiempo en el que el niño juega mucho, y la madre mientras hace sus quehaceres también le juega y le habla, considero que allí se produce una buena serie de actitudes que promulga la actitud de juego del niño, la madre le habla mucho con tono de alegría al niño, haciéndolo jugar cerca de ella, y cuando él juega alienta a la madre a jugar con él, se ve entonces parte de los estímulos que intercambian recíprocamente.

El sector de controles que impone la madre al niño creo que es muy pequeño, en esa serie de controles de la casa de ha movido mucha parte de las decoraciones y de elementos de la casa para que el niño no las tome y se lastime o las dañe, se han situado entonces en lugares más altos o escondidos los teléfonos, cuadros, decoraciones en general, por lo tanto no se le tiene que repetir mucho al niño “no hagas o cojas eso” puesto que el niño no tiene nada a mano para tomar, al niño se le tiene de cierta manera “prohibido” el gritar, el niño de vez en cuando lo hace, o lo ha hecho, y la madre y demás miembros de la familia procuran no hacerle caso o decirle que mientras grite no se le dará nada, otra cosa del sector de controles y que tiene relación con sus impulsos y que no son aceptados socialmente y por tanto se le dice que “no lo haga” o simplemente no se le permite la movilidad para hacerlo, es que cuando el niño orina o defeca, se lleva las manos adentro del pañal para tocar lo que ha hecho, a esto entonces se le dice o no se le permite hacerlo.

La comunicación en la diada hijo-madre y La comunicación animal y humana.

El niño aun se encuentra en una etapa de comunicación preverbal, el niño recibe mucho afecto de todo su grupo familiar en general, por lo que no identifica a la madre como única fuente de satisfacción, también llama la atención de su padre y de su hermana, pero si la reconoce como la más grande, puesto que con ella permanece la mayor parte del día, también está entre una comunicación egocéntrica y alocéntrica, para algunas cosas tiene unos gestos y reclamos dirigidos, pero para algunas otras necesidades sólo hace gestos sin dirección, por ejemplo cuando quiere jugar o dormir, el niño se dirige hacia su madre, pero cuando tiene hambre o si ha orinado o defecado en su pañal, no hace dirige hacia nadie, él sólo hace signos que la mama interpreta, otra cosa que se observa en el niño es que solo emite una especie de reclamos, o sonidos de queja, junto con movimientos o se dirige hacia su madre, pero no llora, según la madre el niño sólo

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llora cuando tiene mucha “rabia” o lo que ella interpreta como eso (con rabia se refiere a sonidos que se pueden interpretar como enojo) y algunas veces en las noches que el niño despierta llorando.

Elementos de la comunicación.

Como el niño aun se encuentra en una etapa preverbal, sigue emitiendo signos y nada más que signos, no tiene ningún tipo de señal o seña para expresar algo, estos signos entonces han adquirido una significación por la madre a través de la experiencia, por ejemplo cuando el niño se dirige hacia su madre, ella, dependiendo de la hora lo interpreta como dormir, y cuando empieza a hacer una serie de gestos, sumado a su inmovilidad, ella lo interpreta como que ha defecado en su pañal y procede a cambiarlo, o a intentar hacerlo dormir, o a darle comida, según sea el caso, se nota entonces que el niño no le dice ni palabra ni seña, pero la madre ha aprendido a darle significado a esas cosas.

Formas de funcionamiento cenestésicas y diacríticas.

El lenguaje del niño aun no es diacrítico, por tanto es cenestésico, y su madre también ha adquirido un poco de esta sensibilidad cenestésica, por ejemplo cuando el niño ha hecho algo en su pañal, sin que él se dirija a ella, ella lo entiende y procede a cambiarlo, también cuando el niño tiene sueño, para él es muy incomodo, siente, o expresa al menos mucho malestar, tanto que llega al punto de que no le gusta dormir, el niño trata de jugar para no dormirse y ella trata de calmarlo para que pueda dormir, acá también se nota algo de sensibilidad cenestésica en la madre, puesto que reconoce aparentemente cuando quiere jugar porque lo quiere de verdad, o cuando está jugando tratando de luchar con el sueño, otro factor cenestésico en el niño se presenta cuando él empieza a gritar, y percibe que los miembros de su familia lo desaprueban, entonces para de hacerlo.

Los afectos la percepción y la comunicación.

No podemos conocer todo el clima afectivo que ha habido en los nueve meses de vida de Juan Ángel, pero podemos deducir que el clima que ha tenido es un clima, si bien no con muchos controles, ha guiado al niño a una actitud de actividad y juego constante, que funciona además, su actitud constante de juego es totalmente aceptada por su familia y la vida del niño se desarrolla en torno a esto, los estímulos recíprocos entre la madre y su hijo que más se pudieron apreciar

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son los de juego y actividad, el niño constantemente juega, motivando a la madre a jugar y tener un tono alegre con él, y esto hace que él lo siga haciendo,

Los órganos corporales la comunicación y la evolución.

El momento de alimento del niño, que ahora es mixto, entre teteros, comidas como sopas-frutas, y cuando su madre lo amamanta, es un momento cargado se estimulo, la madre nos cuenta que generalmente cuando le da tetero y cuando lo amamanta, desde siempre le ha cantado canciones, en especial “la carita redonda” esto ha hecho que el niño juegue hasta en el momento de la comida, imitando movimientos que la madre le hace cuando canta estas canciones, ha traído además que el niño tenga buen apetito y que coma con regularidad todos los alimentos que le da su madre.

Los afectos placenteros y no placenteros y su dinámica-El almacenamiento del recuerdo y la experiencia coloreada de afectividad.

El niño en general no presenta llanto ante la partida de su madre o de alguien de su familia, ha logrado tener una buena separación de su madre, tampoco presenta llanto cuando personas ajenas (por ejemplo nosotros) irrumpen en su sistema normal, por el contrario se torna curioso y se acerca, y aunque no se pueda identificar un objeto-juguete, como su “favorito” que no presente reconocimiento ante esto, si presenta reconocimiento ante situaciones, las reconoce precisamente por la carga de afecto que tienen para él, el más significativo de todos es el momento cuando llega su padre, que generalmente es sólo en las noches, cuando pasa esto el niño se pone mucho más inquieto y alegre de lo normal, también cuando va hacia su habitación junto con su hermana, reconoce que es un momento en el cual puede jugar con ella y de nuevo se pone inquieto y alegre, al parecer, en los únicos momentos en los que expresa gran desagrado antes de que pasen es cuando lo van a cambiar y se tiene que quedar quieto para que lo puedan hacer, cuando lo intentan dormir, puesto que le ponen su cobija y su chupa, él ya reconoce eso y se torna inconforme, se nota entonces en la anticipación del niño, que estos hechos han tenido para él una carga afectiva, llegando al punto de ponerlo ansioso o inquieto.

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El papel de la frustración en la educación y el desarrollo.

Como se había mencionado, de la casa donde vive el niño se han retirado o alejado la mayoría de cosas que él podría tomar y dañar o lastimarse, así que no muy constantemente tienen que decirle “No” con este tipo de cosas, por ejemplo, con lo que más le tienen que decir “no” es con tomar el teléfono, pues prefiere tomar el de verdad-general, que el que él tiene de juguete, quizá un “no” significativo y que si ha moldeado la personalidad del niño, es el “no” gritar, puesto que cuando lo hace, sus familiares ya le han dejado en claro que no le prestaran atención ni le darán nada, a esta situación sólo se suma el momento de cambiar pañal y el momento de dormir, momentos en los que el niño tiene que permanecer quieto, cosa que para él resulta muy molesto, y a pesar de que forcejea y se disgusta, obviamente por la esencia del momento se le impide que haga lo que él desea.