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INSTITUTO MILITAR DE ESTUDIOS SUPERIORES LA BATALLA DE SARANDI (1825 d.c) A LUZ DEL MARCO DOCTRINARIO TÁCTICO DEL ARMA DE CABALLERÍA DE MEDIADOS DEL SIGLO X.X. Autor : Cnel. Pedro V Vidal Tesis presentada al I.M.E.S como requisito parcial para obtener el título de Licenciado en Ciencias Militares. Montevideo, República Oriental del Uruguay Octubre, de 2004

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INSTITUTO MILITAR DE ESTUDIOS SUPERIORES LA BATALLA DE SARANDI (1825 d.c) A LUZ DEL MARCO DOCTRINARIO TÁCTICO DEL ARMA DE CABALLERÍA DE MEDIADOS DEL SIGLO X.X.

Autor : Cnel. Pedro V Vidal

Tesis presentada al I.M.E.S como requisito parcial para obtener el título de Licenciado en Ciencias Militares. Montevideo, República Oriental del Uruguay Octubre, de 2004

SUMARIO Página

Capítulo 1 INTRODUCCIÓN. 5 A. Generalidades B. Marco teórico de referencia. 5

C. Aspectos relevantes al estudio extraídos del 5 Reglamento de Servicio en Campaña de Caballería (R.C 2-15) 6

D. Objetivo de la Investigación. 13 E. Hipótesis General . 13 F. Método de Investigación. 13

G. Instrumentos Empleados para la Recogida de Datos. 14

Capítulo 2 DEFINICIÓN DEL ACONTECIMIENTO HISTÓRICO. 15

A. Dimensiones del Acontecimiento Histórico. 15 B. Marco Estratégico en la que se circunscribió La batalla. 17 C. Motivo Histórico del Conflicto. 18 D. Sometimiento al Imperio del Brasil. 21

E. Conclusiones Parciales 27 Capítulo 3 CRUZADA LIBERTADORA. 28

A. Planificación de la Cruzada. 28 B. Preparación de la Cruzada. 29 C. Desarrollo de la Cruzada. 31 D. Desembarco en suelo Oriental. 34 E. La Segunda Provincia Oriental Autónoma. 35

F. Conclusiones Parciales 36 Capítulo 4 CARACTERÍSTICAS DE LOS EJÉRCITOS. 37

A. Ejército Imperial Brasilero. 37 B. Ejército Oriental. 40 C. Conclusiones Parciales 47

Capítulo 5 PRELIMINARES A LA BATALLA DE SARANDI. 49

A. Articulación del Ejército Imperial Brasilero. 48 B. Articulación del Ejército Oriental. 53 C. Conclusiones Parciales. 59

Capítulo 6 EMPLEO TÁCTICO ANTES DE LA BATALLA. 59 A. Ejército Imperial Brasilero. 59 B. Ejército Oriental. 65 C. Conclusiones Parciales. 68 Capítulo 7 EMPLEO TÁCTICO DURANTE LA BATALLA. 70 A. Ejército Imperial Brasilero. 70 B. Ejército Oriental. 72 C. Conclusiones Parciales. 78

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Capítulo 8 EMPLEO TÁCTICO DESPUÉS DE LA BATALLA. 79 A. Explotación de Éxito . 79 B. Persecución. 80 Capítulo 9 CONCLUSIONES FINALES. 80 BIBLIOGRAFÍA. 85 Anexos Nº1 BOLETÍN DEL MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL 87 Nº3136. Nº2 EXTRACTO BIBLIOGRÁFICO DE LOS JEFES ORIENTALES QUE PARTICIPARON EN LA BATALLA DE SARANDI. 88 Nº3 EXTRACTO BIBLIOGRÁFICO DE LOS JEFES IMPERIALES QUE PARTICIPARON EN LA BATALLA DE SARANDI. 123 Nº4 REGLAMENTO DE SERVICIO EN CAMPAÑA DE CABALLERÍA R.C 2-15. 125

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AGRADECIMIENTOS

EL AGRADECER, IMPLICA UN ACTO DELIBERADO A PARTIR DE NUESTROS PROPIOS CONSTRUCTOS, POR LO QUE ENCIERRA EN SI MISMO, ADEMÁS DE UN NOBLE RECONOCIMIENTO PARA AQUELLOS QUE DE UN MODO U OTRO NOS HAN APOYADO UN JUSTO HOMENAJE A LOS SUJETOS DE NUESTRO ESTUDIO. EN CUANTO A LOS PRIMEROS, QUEREMOS DESTACAR: EL DESINTERESADO APORTE RECIBIDO POR PARTE DEL SR. CNEL ® CARLOS CARDOZO QUE NOS ALLANÓ EL CAMINO METODOLÓGICO PARA VALIDAR NUESTRA INVESTIGACIÓN, AL LICENCIADO JUAN ESTEYRO QUE NOS FACILITÓ UNA INTERESANTE E INÉDITA COMPILACIÓN BIBLIOGRÁFICA ,AL PERSONAL ADMINISTRATIVO DEL CENTRO COORDINADOR DE OPERACIONES DE MANTENIMIENTO DE PAZ POR SU PERSONALIZADO ESFUERZO EN LA DIGITALIZACIÓN DEL TRABAJO Y FINALMENTE A NUESTRA SRA. ESPOSA ANA MARIA Y A NUESTRAS HIJAS MARIANA NOEL Y FLORENCIA MARIA POR SU COMPRENSIÓN AL ARREBATARLES EL TIEMPO QUE NO VUELVE ATRÁS. EN CUANTO A LOS SUJETOS DE ESTUDIO: AGRADECERLES, A LOS SOLDADOS DE CABALLERÍA QUE ME PERMITIERON INTRODUCIRME EN SUS VIDAS Y EN SU DERROCHE DE GLORIA PARA QUE FUESE ADVERTIDA POR TODOS NOSOTROS. GRACIAS, POR SIEMPRE GRACIAS.

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CAPITULO 1

I. INTRODUCCIÓN

A. Generalidades En el correr del año 2000 se festejaban los 175 años de la gesta emancipadora de 1825 y por lo tanto de la Batalla de Sarandí. La misma, se vincula explícitamente a partir del año 1952 con el día de creación del Arma de Caballería razón más que suficiente para motivarnos a llevar adelante un trabajo de investigación histórica que permitiese decodificar ese simbolismo. Como profesionales, al abordar este tema confluyen dos aspectos, por un lado, los acontecimientos militares objetivos que deberían arrojar la luz en el arte y ciencia militar cumpliendo con lo que expresaba el Gral Ramagli José L. (1956 :31) sobre la función de la Historia Militar en estos términos .. .” observa la guerra en el laboratorio de la realidad del pasado, auxiliando al estudioso con valiosas conclusiones relativas a principios, procedimientos, etc.,proporcionando así fundamentales aportes a la Organización ,Estrategia, Táctica, y la Logística.” Igualmente. no es poco relevante el otro aspecto que esta constituido por la perspectiva emocional, por los sentimientos que agobian al presentador cuando repasa las crónicas que hacen al relato histórico nacional y donde desfilan imágenes y atributos tan caros en esta dramática etapa de la génesis de nuestra identidad oriental . Ambos aspectos son recogidos con clara elocuencia por el Gral Sicco, Pedro (1952:36) en estos términos: “Hablar de los Ejércitos de la Independencia ,es hacer la historia misma de la República. Nuestra libertad como nuestra democracia fueron conquistados a punta de lanza..” ¿Qué fue nuestra libertad sin una batalla?¿Qué fue nuestra democracia sino una batalla? Las grandes glorias nacionales son glorias militares. Los acontecimientos más culminantes de nuestra historia, son hechos de armas....” Si bien nuestro enfoque es táctico terrestre, al abordar la Batalla de Sarandi no podemos obviar su implícita expresión estratégica jalonada por el casi inmediato abandono del territorio oriental por parte de los portugueses una vez sufrida su derrota.

B .Marco teórico de referencia. 1.Consideraciones Generales.

Como no escapa al conocimiento de los analistas la decisión de designar como día del aniversario del arma de Caballería fue materializada a través del Decreto del Poder Ejecutivo No. 19823 de fecha 27 de noviembre de 1951.En la misma se vincula directamente la magna fecha del 12 de octubre de 1825 en que las armas de la Patria obtuvieron la decisiva victoria en la Batalla de Sarandi con el Arma de Caballería.

A partir de esa constatación inferimos que naturalmente sobre los inspiradores de tal antecedente como de cualquier acto deliberado influenció la temporalidad evidenciada a través de los conceptos doctrinarios contemporáneos del Arma de Caballería, vale decir, de los vigentes en la mitad del siglo XX.

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En ese esfuerzo retrospectivo y para identificar con la mejor certeza posible los conceptos doctrinarios aludidos precedentemente recurrimos a lo contenido en el Reglamento de Servicio en Campaña de Caballería (R. C 2-15 ) que era el manual rector en ese período . Logrado ese propósito tratamos de vincularlo con las distintas etapas Antes, Durante y Después de la Batalla de Sarandí. Considerando las condiciones de tiempo histórico el trabajo se nutrirá también de algunos singulares aportes doctrinario del Gral. Carlos Von Clausewitz porque según interpretamos su visión trascendió al espacio europeo. 2.Conceptos iniciales para la comprensión de la temática. a. Táctica.(RC-1-1/Operaciones) La Táctica es el arte mediante el cual los Comandantes de División de Ejército y de unidades convierten la potencia de combate en batallas y combates exitosos. b. Batalla.(RC-1-1/Operaciones) La Batalla es una acción estratégica consistente en el choque violento de fuerzas adversarias de gran magnitud, mediante el cual una o ambas buscan modificar sustancialmente la situación estratégica operacional ,integra una maniobra estratégica en cuanto a su concepción y se materializa por operaciones tácticas. Las batallas constan de una serie de combates relacionados y con frecuencia producen condiciones que a la larga afectan el rumbo que tomará la campaña. Las batallas ocurren cuando fuerzas de gran tamaño-divisiones y ejércitos-se empeñan en combates para lograr metas de gran importancia.

C. Aspectos relevantes al estudio extraidos del Reglamento de Servicio en Campaña de Caballería (R.C 2-15)

1. Definición de la Caballería. La caballería es aquella de las armas combatientes terrestres organizada fundamentalmente para cumplir misiones que requieran gran movilidad y poder de fuego. Comprende elementos a caballo, transportados y mecanizados. Estos elementos son empleados combinados de modo que uno suplementa a otro; sin embargo, cada uno de estos elementos es capaz de operar independientemente dentro de la esfera de acción determinada por su capacidad y sus limitaciones. La Caballería puede operar en estrecha cooperación con otras armas o separadamente.

2. Características. Las características principales de la Caballería son la movilidad y la potencia de fuego. La movilidad de la Caballería le permite trasladarse rápidamente y operar sobre una amplia zona y a grandes distancias de las fuerzas de apoyo que actúan en el campo de combate. La movilidad de la Caballería en el campo de combate le permite concentrarse rápidamente para un ataque decisivo o romper el combate bruscamente para poder renovar la acción en otra parte. La movilidad de la Caballería depende del estado y condición de sus caballos y vehículos. Para mantener los caballos y vehículos a motor en buenas condiciones en el transcurso de una campaña se requiere un cuidado continuo, supervisión, previsión y planeación. Los animales pueden renovar su fuerza donde quiera que se encuentren si se les da alimento, agua y descanso. Los vehículos a motor dependen de los aprovisionamientos tales como combustible, aceite y repuestos para su funcionamiento. La efectividad de la Caballería actuando durante períodos

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muy extenso depende en gran parte de la eficiencia de los sistemas de aprovisionamiento y manutención. Normalmente los aprovisionamientos se efectúan por transportes a motor. Puede también ser aprovisionada por transporte aéreo o por tropas de cargueros y en casos de emergencia sus hombres y animales pueden subsistir durante considerables lapsos de tiempo aprovechando los recursos del lugar. Las grandes unidades a caballo, con hombres y animales bien entrenados y equipados, pueden marchar 55 kilómetros por día durante considerables períodos y en caso de emergencia pueden hacer 200 kilómetros en 48 horas. Las pequeñas unidades pueden exceder esos promedios de marcha. Las unidades a caballo pueden ser transportadas por barco, ferrocarril o transporte a motor de la misma manera que las otras tropas. La movilidad de los elementos a caballo se caracteriza por la habilidad de éstos de operar en casi todos los terrenos y bajo todo tipo de condiciones atmosféricas. Los elementos de Caballería mecanizada, con personal bien entrenado y vehículos perfectamente mantenidos, pueden marchar 300 kilómetros por día y en casos de emergencia 480 kilómetros en 24 horas o 720 kilómetros en 48 horas. Los terrenos ondulados, poblados de montes de árboles que ofrezcan cubierto y protección a las vistas, son favorables para el empleo de vehículos mecanizados. El barro, los terrenos pantanosos, la nieve espesa, la mala visibilidad y las condiciones atmosféricas adversas imponen limitaciones en las posibilidades de los vehículos a motor sobre ruedas. La Caballería está dotada de la mayor parte de las armas portátiles automáticas y semiautomáticas que corresponden a la Infantería. Posee armas de trayectoria tendida y curva y sus unidades han sido dotadas con cantidad de armas anti-tanques especiales. Todas las armas de fuego deben ser utilizadas como armas antiaéreas cuando la necesidad lo exija. Las grandes unidades de Caballería disponen orgánicamente de artillería liviana, pudiendo ser reforzadas por artillería mediana, unidades antitanque, antiaéreas, según sea necesario. Las armas portátiles son transportadas por el individuo en cargueros o en vehículos, lo cual las hace extremadamente flexibles y maniobreras en el campo de combate. La gran dotación de armas de que dispone le da a la Caballería una potencia de fuego igual, en proporción al número de efectivos, al de las otras grandes unidades.

3. Misiones. Las misiones generales que puede cumplir la Caballería son las siguientes: Combate ofensivo, incluyendo ataque, persecución y explotación de una penetración. Combate defensivo, incluyendo defensa, acción retardatriz y conservación de zonas importantes hasta la llegada de otras fuerzas. Reconocimiento. Seguridad para otras armas, incluyendo contrarreconocimiento y acciones de cobertura. Operaciones especiales, tales como taponeamiento de una brecha, reserva móvil de otras fuerzas y enlace entre GG.UU.

4.Doctrina Básica. a. La misión principal de las que corresponden a Caballería, es el combate. Su movilidad le permite extender, en el sentido del frente y de la profundidad, las operaciones de fuerzas menos móviles asegurándoles libertad de acción. En una guerra de movimiento, la caballería es empleada inicialmente en raids sobre

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territorio enemigo, reconocimiento y cobertura de otras fuerzas. Luego, su medio de acción más efectivo es en grandes masas y en acciones rápidas y decisivas. No debe dispersarse su masa en destacamentos, ni emplearse en el cumplimiento de misiones que exijan esfuerzos prolongados y que normalmente son cumplidas por las otras armas. b. La sorpresa es un factor importante para toda acción exitosa de caballería. La consigue, usando su movilidad oportunamente, en operaciones dirigidas con propiedad. Los ataques por sorpresa, lanzados simultáneamente contra flancos y las retaguardias enemigas, desde dos o más direcciones, aumentan considerablemente las posibilidades de éxito.

5.Combate Ofensivo. Generalidades. a. Método (1) La caballería busca resultados decisivos mediante la rapidez de maniobra y poderosos ataques sorpresivos contra los puntos débiles del dispositivo enemigo, debe estar imbuída de espíritu ofensivo. Ataca montada, desmontada ocombinando ambos métodos. b. Elementos hipo. Constituyen la fuerza principal de las pequeñas unidades del arma en el ataque. Las unidades pequeñas y aisladas, tales como patrullas del volumen de un grupo o de una sección, luchan generalmente a caballo o evitan el combate. En casos excepcionales, desmontan y combaten a pie empleando emboscadas. Las unidades mayores de caballería hipo, maniobran a caballo y combaten a pie. Generalmente, utilizan la movilidad que les brindan sus caballos para ganar por sorpresa el flanco o la retaguardia enemiga, desde donde puedan lanzar ataques a pie por el fuego, eficaces y decisivos. El terreno puede ser el factor determinante. Cuando existen cubiertos que permitan un avance a pie, las bajas se reducen al mínimo. A la inversa, cuando no existen cubiertos, un ataque a caballo, veloz, desde una base de partida cubierta, resulta a menudo con menor cantidad de bajas. No deben hacerse grandes movimientos a caballo contra un enemigo en posición ni tampoco ataques a caballo contra posiciones preparadas o contra tropas en condiciones de utilizar intensivamente sus medios de fuego. c. Factores que contribuyen para alcanzar el éxito y como deben ser explotados. Para que un ataque montado pueda tener éxito, es necesario que jueguen la mayor parte de los factores siguientes: Sorpresa completa, apoyo de fuegos, superioridad numérica, terreno favorable inclusive caminamientos desenfilados que conduzcan a la base de partida, objetivos limitados, reconocimientos completos y medidas de seguridad adecuadas. Estos factores deben existir en un grado tal, que el ataque pueda ser ejecutado sin demasiadas pérdidads y con resultado decisivos. 1) La sorpresa en el ataque montado puede ser obtenida por la rapidez del ataque, su dirección y hora de iniciación, buen aprovechamiento del terreno, de las cortinas de humo, neblina y otras condiciones meteorológicas que disminuyan la visibilidad. Los resultados serán más satisfactorios cuando el enemigo fuera encontrado en formaciones compactas o en posiciones poco apropiadas para resistir el ataque. 2) El apoyo de fuegos debe ser suficiente para fijar la atención del enemigo y neutralizarlo.

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3) La acción principal del ataque debe realizarse sobre un punto en el cual sea posible alcanzar la superioridad de fuerzas. La rapidez, la cohesión y el empleo eficaz de las armas individuales son indispensables. 4) El terreno debe proporcionar itinerarios de aproximación cubiertos para la maniobra y no tener obstáculos importantes, tales como cercos de alambre de púas, fosos infranqueables, minas y trincheras. 5) El objetivo debe ser bien definido y limitado. 6) Un perfecto reconocimiento es indispensable. 7) Deben tomarse medidas adecuadas de seguridad, antes, durante y después del ataque. 6.Persecución. a. Generalidades. La persecución enérgica del enemigo derrotado es único medio de obtener una victoria completa y decisiva. La persecución se inicia tan pronto como se aprecia que el enemigo está retirando sus fuerzas. Los elementos encargados de la persecución realizan una acción frontal, para evitar que se reorganice y una acción envolvente para aislarlo y destruirlo. Además de las tropas a pie y a caballo, la caballería puede perseguir a los elementos mecanizados derrotados del enemigo. En la persecución de tropas a pie y a caballo del enemigo, la caballería es empleada tanto en la acción frontal como en la envolvente. La acción frontal es realizada por elementos a caballo y la maniobra envolvente es llevada por tropas mecanizadas, a caballo o transportadas. b. Acción de la Caballería en la Persecución. Las acciones de la caballería en la persecución varían desde la ocupación y defensa de una posición en el itinerario de las columnas enemigas en retirada, hasta el ataque a caballo o en vehículos. La conducta a seguir es influenciada por el terreno y por la situación que se viva. c. Conducción. Cuando el enemigo se retire en orden, será hostigado por medio de los fuegos. Cuando se aprecie la desorganización de las unidades enemigas, los ataques a caballo y con elementos mecanizados tendrán grandes oportunidades para hacer prisioneros y capturar material. Es obligación de la caballería empeñar todos sus medios en la persecución y mantener su esfuerzo hasta el límite de la resistencia de sus hombres, animales y vehículos. d. Maniobra envolvente. La caballería es empleada en la maniobra envolvente cuando las fuerzas enemigas están constituidas principalmente por tropas a pie y a caballo. Su empleo en acciones de este tipo, contra elementos mecanizados, se justifica solamente cuando las condiciones le permiten desplazarse con mayor rapidez que ellos. Cuando la persecución ha sido decidida y la presión de la acción frontal se manifiesta, la caballería es lanzada a la maniobra envolvente. La acción envolvente intenta retardar el repliegue de las columnas, para que puedan ser alcanzadas y destruidas por los escuadrones que las persiguen. Sus objetivos son puntos de importancia vital en la retaguardia del enemigo, cuya conquista detendrá la retirada del mismo. Cuando esto no fuera posible, la tropa en acción envolvente procura accionar lo más cerca posible de las cabezas de la columna en retirada, para retardarlas o destruir la totalidad de las fuerzas adversarias.

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e. Reconocimiento. Antes de encarar la operación, el comando busca información para elaborar su plan; orienta los reconocimientos técnicos y tácticos, explotando al máximo los órganos de reconocimiento disponibles, inclusive la aviación. Los reconocimientos tácticos y técnicos deben ser realizados conjuntamente, lo cual facilitará la coordinación desde un principio. La información técnica expresará la ubicación de pasos y otros lugares aptos, jerarquizados según el volumen de tropa que puede explotarlos y tipo de trabajos que exigen para su mejora; además informará sobre las características de las márgenes del curso de agua. Las informaciones tácticas expresan; tipo, volumen y dispositivo de la fuerza enemiga en la margen opuesta, y formas del terreno en poder del enemigo. La mayoría de estas informaciones exigen el envío de patrullas de reconocimiento o simulación de intentos de pasajes en distintos lugares para provocar reacciones en el enemigo.

7.Reconocimiento. Generalidades. El reconocimiento consiste en la obtención de informes en el campo de batalla y es realizado por tropas enviadas con ese propósito. Su finalidad es suministrar la información necesaria para que los comandantes tengan una base que les permita tomar decisiones y desarrollar planes. La caballería reconoce de acuerdo a los principios establecidos en el F.M. 100-5. A fin de planear y conducir las operaciones y de protegerse contra la sorpresa, el comandante debe estar en conocimiento de todo lo que pasa en el teatro de operaciones y principalmente de las posibilidades del enemigo. Las informaciones deseadas pueden referirse al enemigo, al terreno o a los recursos del teatro de operaciones. Las informaciones referentes al enemigo pueden comprender: su ubicación, dispositivo, efectivo, organización, posibilidades, desplazamientos, actitud y moral. Las informaciones referentes al terreno pueden referirse a las posiciones de resistencia, al estado y tipo de los caminos, a los cursos de agua, a los abrigos y cubiertos existentes y a las zonas de estacionamiento. Las informaciones en cuanto a los recursos del teatro de operaciones, pueden comprender la actitud de los habitantes, los recursos de alimentación, forraje, materiales de construcción, posibilidades de acantonamiento y los medios de transporte disponibles. a. Destacamentos. Los destacamentos de descubierta son empleados cuando se hace necesario adelantar lo más lejos posible una unidad capaz de bastarse a sí misma, para obtener informaciones oportunas sobre el enemigo. La misión principal de un destacamento de descubierta, es avanzar hacia el frente en busca de las informaciones pedidas. Procurará evitar las resistencias enemigas; si esto no es posible, las vencerá para continuar en el cumplimiento de su misión. Los destacamentos de descubierta no deben ser encargados de la seguridad de lo grueso de las tropas, en cuyo beneficio están actuando. A pesar de ello, los destacamentos de descubierta y todos los elementos que generan están encargados de informar en tiempo útil a los gruesos de las tropas, sobre la aproximación de la aviación o elementos mecanizados enemigos. Esta misión es cumplida automáticamente, sin necesidad de instrucciones complementarias o

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especiales. Esta información debe ser transmitida por radio o signos convencionales. Cuando los destacamentos de descubierta son detenidos o rechazados, los gruesos que los generaron, acudirán en su ayuda solamente en casos de absoluta necesidad. Cuando la distancia entre los gruesos amigos y enemigos es tan reducida que no queda espacio para la acción de los destacamentos de descubierta, éstos son recogidos o empleados en la cobertura del despliegue del grueso para el combate. El efectivo y la organización de un destacamento de descubierta depende de su misión, de la distancia a que deberá desarrollar su acción, del número de patrullas que deberá destacar en el terreno, de la población civil, y de la naturaleza, efectivos y actitud de las tropas enemigas.

8.Destacamentos de Cobertura Generalidades Un destacamento de cobertura es un destacamento de seguridad empleado para proteger la progresión de las tropas, cuando se está en presencia del enemigo. Normalmente está constituido por un grupo de combate o sección o un escuadrón, bajo las órdenes de sus respectivos comandantes. Un destacamento de cobertura cumple alguna de las funciones generales de la vanguardia; preceder a su unidad con la misión principal de dar la seguridad y la misión secundaria de reconocimiento. El destacamento de cobertura es empleado para evitar sorpresas por el fuego; sus elementos pueden actuar como exploradores del terreno; pueden destruir cercos u obstáculos y guiar a la tropa de modo que ella pueda avanzar a cubierto por el mejor itinerario disponible. El destacamento de cobertura es empleado cuando el contacto con el enemigo es inminente y cuando debido a este hecho, el grueso despliega en una formación de aproximación. La necesidad de la existencia de un destacamento de cobertura surge durante el desplazamiento hacia la base de partida, desde donde se va a desencadenar el ataque. Los destacamentos de cobertura son empleados para el mismo fin y de la misma manera por las unidades de caballería a caballo y caballería mecanizada. Los elementos a caballo se prestan para el empleo en destacamentos de cobertura. Los elementos mecanizados debido a su vulnerabilidad y sobre todo cuando la libertad de movimiento es limitada, no son apropiados para destacamento de cobertura cuando la proximidad del enemigo es muy grande. Cuando las unidades mecanizadas están aisladas los destacamentos de cobertura serán constituidos por “jeeps” y vehículos de reconocimiento con el fin de señalar los movimientos enemigos que puedan interferir con la progresión de la unidad que los destacó. Los elementos mecanizados pueden ser afectados a un destacamento de cobertura. Se emplean en este caso para efectuar reconocimientos tendientes a descubrir el dispositivo enemigo y los movimientos que puedan interferir con la progresión del destacamento.

9.Misiones de los Destacamentos de Cobertura. Los destacamentos de cobertura pueden recibir las siguientes misiones: Informar al grueso de la presencia del enemigo y alertar sobre el terreno desfavorable para las operaciones. Dar seguridad al comandante de la tropa y su grupo de comando.

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Localizar obstáculos. Determinar el mejor itinerario desenfilado para desplazamientos. Cortar cercos de alambre. Forzar a los elementos enemigos a revelar su efectivo y posiciones.

10. Contrareconocimiento. El contrarreconocimiento efectuado por la caballería comprende todas las medidas tomadas a fin de impedir la observación o el reconocimiento terrestre enemigo sobre una unidad. Las unidades de caballería en misión de contrarreconocimiento procuran dificultar el reconocimiento terrestre enemigo eliminando o neutralizando los elementos de reconocimiento terrestre enemigo. En la ejecución de contrarreconocimiento, la caballería puede obrar ofensivamente, defensivamente o pude llevar a cabo una sección retardatriz valiéndose en suma de todas las formas de combate cuando fuera necesario. La cortina de contrarreconocimiento establecida por la caballería, puede ser móvil o fija. La cortina móvil aplicase en los casos en que se precisa encubrir el desplazamiento en ancho frente, de una unidad; la cortina fija es empleada para ocultar el dispositivo o la concentración de tropas o para evitar el reconocimiento enemigo de una zona. El contrarreconocimiento móvil es ejecutado más eficazmente cuando se eliminan los reconocimientos enemigos. El contrarreconocimiento fijo, produce mejores resultados cuando se establece detrás de un obstáculo que debe ser transpuesto por las fuerzas de reconocimiento enemigo.Cuando se tenga que cubrir un frente ancho, es necesario recurrir a la acción retardatriz como medio impedir temporalmente las operaciones de los reconocimientos enemigos. Todos los destacamentos de seguridad deben ser encargados de misiones de contrarreconocimiento. Ellos adoptan las medidas necesarias para evitar que las fuerzas terrestres enemigas observen el grueso de la tropa en cuyo provecho trabajan. Ellos observan con especial atención los puntos que ofrezcan buenos observatorios al enemigo.

11. Marchas Nocturnas. a .La caballería ejecuta marchas nocturnas con el fin de obrar por sorpresa, de escarpar a los ataques y observación enemiga, para disminuir el peligro de ataques motorizados o mecanizados del enemigo, para ganar tiempo, para huir del calor excesivo de las horas de sol o con fines de instrucción. b. El grado de visibilidad y el estado de los caminos determinan la velocidad de marcha a adoptar durante la noche. En las noches de luna o estrelladas la caballería puede mantener aproximadamente la misma velocidad de marcha que durante el día. En las noches oscuras la velocidad de marcha de los elementos a caballo se reduce, variando con el estado de los caminos y el terreno. La velocidad de marcha se realiza con luces encendidas, la velocidad de marcha no sufre gran influencia. Es necesario tomar precauciones especiales para mantener la dirección

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D. Objetivo de la Investigación.

El objetivo de este trabajo, ha sido el de explorar los fundamentos que permitiesen realizar la asociación de atributos entre el Marco Doctrinario de Empleo del Arma de Caballería en la mitad del siglo XX y su articulación retrospectiva en la Batalla de Sarandi. Los objetivos parciales estuvieron dirigidos a: -Desarrollar la Génesis y los Motivos que determinaron las variables contextuales del acontecimiento histórico analizado.(Batalla de Sarandi). -Comprender la importancia decisiva que representó la victoria de las armas orientales en la Batalla de Sarandi para nuestro proceso independentista.

E. Hipótesis General La hipótesis general que se demostró durante el desarrollo de la investigación fue: “Durante los distintos momentos (Antes, Durante, Después) de la Batalla de Sarandi se materializa predominantemente el Marco Doctrinario de empleo del Arma de Caballería vigente en nuestro Ejército en la mitad del siglo XX.¨

F. Método de Investigación. Empleando al vocablo ¨método¨ en su acepción de camino para alcanzar un objetivo nosotros nos apoyaremos en el método cualitativo desarrollado a partir de fuentes escritas y para ser mas explícitos se tratará de contestar las siguientes interrogantes: QUE se investigará: Se investigará la Batalla de Sarandi (Antes,Durante,Después) llevada a cabo el 12 de octubre de 1825. CUAL es la base del problema : Consistirá en confrontar(estudio comparativo) un sistema de variables que se ubican por un lado en la Doctrina de Empleo del Arma de Caballería y por el otro el comportamiento táctico de las tropas orientales en la Batalla considerada. COMO lo investigaremos : Tal cual lo expresa Muñoz ,Razo Carlos (1998: 4) podemos entender como Tesis

“La presentación de una obra escrita con el propósito de demostrar una teoría siguiendo el método y rigor científico de una investigación, la tesis estará compuesta por una teoría sugerida por probar, un método de investigación, la realización de pruebas que afirmen o refuten la teoría y la conclusión a la que se llega con esa tesis.” El método seleccionado fue el Hipotético – Inductivo , por lo cual no arriba a pruebas concluyentes. La investigación fue llevada a cabo en base a una lectura exploratoria de la documentación referida al tema donde tratamos de seleccionar aquella bibliografía que mas validez le proporcionase al estudio. Posteriormente confeccionamos el Diseño de la Investigación que constituyó el verdadero articulador de la estructura de trabajo.

G. Instrumentos Empleados para la Recogida de Datos

Para la composición del Marco Estratégico donde esta inscripto el acontecimiento histórico analizado se entendió que no era concebible presentarlo retrospectivamente en forma inconexa por lo que se consideró el

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Universo Histórico General que comprende la Génesis de la Patria Vieja (1811) a los acontecimientos que sellaron el año 1825.

La práctica de recolección de datos, apeló a la consulta de un conjunto de fuentes bibliográficas secundarias de los que destacamos el aporte de ambos contendientes.

A tales efectos nos parece oportuno exponer lo considerado por Muñoz ,Razo Carlos (1998:17) en relación al manejo de los instrumentos en las investigaciones históricas ;

“Se tratara de trabajos cuyos temas, la propia recopilación de datos y el contenido de sus tópicos están planteados a partir de hechos históricos, a los que se recurre para analizarlos y aplicarlos en una propuesta actualizada. Comúnmente son conocidos como registros del pasado (historia).”

En el desarrollo de estos temas quedan comprendidos tanto acontecimientos históricos como resultados de obras, eventos y hechos pasados, los cuales analizan para replantear una propuesta que se pretende ampliar ,reformar o refutar con la nueva investigación. En muchos casos sirven, además, para cimentar las nuevas aportaciones que se buscan con el tema que es objeto del estudio, apoyándose en ellos para proponer una nueva tesis.”

En cuanto a las operaciones metodológicas, el estudio utilizó como base, el análisis de fuentes secundarias en relación a la batalla a las que sometió a una síntesis comparativa con lo contenido en el Reglamento de Servicio en Campaña de Caballería.(RC2-15). Posteriormente y como producto de las operaciones anteriores se arribaron a las conclusiones que avalaron la Hipótesis planteada.

H. Estructura del Trabajo.

Luego de esta Introducción, en el Capítulo 2 realizamos la definición del acontecimiento histórico analizado, presentándolo en dos dimensiones del estudio de la Historia Militar, el espacio y el tiempo. En el Capítulo 3,buscamos generar continuidad al proceso independentista de 1825 para adquirir la capacidad crítica necesaria a su observación en toda su perspectiva. El Capítulo 4, presenta las características de los Ejércitos enfrentados buscando identificar a las fracciones constitutivas y vincularlas al Marco Doctrinario en estudio. El Capítulo 5, analiza el despliegue estratégico de los contendientes donde dando pie a la confrontación de los mismos con el empleo táctico del Arma de Caballería. En el transcurso de los Capítulos 6 al 8 se inicia el análisis del comportamiento táctico de los contendientes y la asociación de atributos con la doctrina del arma de caballería. En las Conclusiones Finales se valida la Tesis a través del método comparativo que permitió comprobar la Hipótesis de Trabajo.

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CAPITULO 2

II. DEFINICIÓN DEL ACONTECIMIENTO HISTÓRICO. A. Dimensiones del Acontecimiento Histórico. Este parágrafo nos permite introducirnos en dos de las tres dimensiones del estudio de la Historia Militar ( la temporal y espacial). 1.¿Cuándo tuvo lugar la Batalla de Sarandí?. La Batalla de Sarandí se desarrolla el 12 de Octubre de 1825. Sería oportuno extraer de uno de los Partes de la misma contenido en de F. Garcia (1975:40 )firmado en el Cuartel General del Durazno el 13 de Octubre de 1825 por Pedro Lenguas ( Enc. de la Mesa de Guerra). En el mismo se expresa: 2 ...“Los Orientales acaban de dar al mundo un testimonio indudable del precio en que estiman su libertad; dos mil soldados escogidos de Caballería Brasilera comandada por el Coronel Bentos Manuel han sido completamente derrotados el día 12 en la Costa del Sarandí, por igual fuerza de estos valientes patriotas que tuve el honor de mandar. Aquella división, tan orgullosa como su Jefe, tuvo la audacia de presentarse en campo descubierto, ignorando sin duda la bravura del Ejército que insultaban...” ...“ En una y otra línea no procedió otra maniobra que la carga y ella fue ciertamente la más formidable que pueda imaginarse, los enemigos dieron la suya a vivo fuego el cual despreciaron los míos y a Sable en mano y carabina a la espalda, según mis órdenes, encontraron, arrollaron y sablearon persiguiéndolos más de dos leguas hasta ponerlos en la fuga y dispersión más completa...”) 2.¿Dónde tuvo lugar la Batalla de Sarandí? Para disipar la interrogante nos apoyaremos en Vico H. (1975: 103).

Se desarrolló en el gran compartimento limitado: Oeste: Cuchilla Maciel divide aguas entre el Ao. Maciel y Sarandí).

Este: Cuchilla Sarandí (divide aguas

entre el Ao. Sarandí y de Castro).

Norte: Alturas inmediatas al S. del Arroyo del Tala de

Sarandí. Sur: Cuchilla Grande Inferior. Este compartimiento de 15 Kmts. de frente es recorrido por el Arroyo Sarandí el cual nace en la Cuchilla Grande Inferior con un recorrido del orden de 35 Kmts. Posee lagunas amplias y profundas. Sus orillas son limpias. Desemboca en el R. Yí 10 Kmts. al Oeste del Po. de Polanco del Yí.

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¿Quiénes eran los contendientes enfrentados en este espacio y tiempo? En esta parte del trabajo cuya misión es definir el acontecimiento vamos solamente a presentar a los contendientes que se encontraban en el escenario de Sarandí; no obstante a título de introducción se realizará alguna puntualización sobre la Maniobra Operacional Terrestre. Debemos tener en cuenta y posteriormente lo expondremos, cuales eran las posiciones previas de ambas fuerzas dentro de la Provincia Oriental. El Ejército Imperial Brasileño realizará una concentración de medios por líneas exteriores. El Ejército Oriental una concentración de medios por líneas interiores. Como maniobra táctica del Arma de Caballería nos interesa resaltar en esta primer fase (antes de la Batalla) la Misión de Cobertura explicitada por Ceferino de la Torre en Cnel. de Oliveira A (1975: 96) asignada por el Gral. J.A.Lavalleja a los siguientes Escuadrones: -2do. Escuadrón de Dragones Libertadores Sgto. Mayor Ignacio Oribe, 21 SS.OO. y 179 P/S. en Fraile Muerto (Cerro Largo), frontera N.E. en cobertura. 1er. Escuadrón de Dragones Libertadores Tte.Cnel.Manuel Oribe, 25 SS.OO. y 343 P/S en Canelones en Misión de Cobertura sobre la plaza de Montevideo, el que a su vez articuló el Escuadrón en 2 Partidas de Descubiertas. Cap. Ramón Pernas sobre Montevideo. Cap. Manuel Meléndez sobre el Tala. Puntualizamos aquí el concepto táctico que implicaba la cobertura, recogido del RC-2-15 y que ha continuación se cita: ¨Un destacamento de cobertura es un destacamento de seguridad empleado para proteger la progresión de las tropas, cuando se está en presencia del enemigo. Normalmente está constituido por un grupo de combate o sección o un escuadrón, bajo las órdenes de sus respectivos comandantes.¨ Ahora bien, a los efectos de delimitar el marco teórico nos restaría definir dentro de cual esquema organizativo de las armas combatientes debemos ubicar a los Dragones, tratando de zanjar así un frecuente y quizás inconducente diferendo .Para tal instancia nos pareció imprescindible recurrir a dos fuentes axiológicas militares a saber: El Diccionario Militar (D.José Almirante : 374) definirá a los Dragones de esta manera: ¨Instituto del Arma de Caballería que existió en España hasta el Reglamento de 1 de Junio de 1845 y continúa en algunos Ejércitos...¨ Diccionario Militar (G. Cabanelle de Torres Pag.401-Tomo II) ..¨Soldado que combate a caballo y a pie.- los regimientos de dragones, donde los hay, pertenecen al arma de caballería; y si en algunos casos llegan a batirse a pie, eso lo hacen todas las caballerías del mundo cuando les es necesario. Los dragones, pues, son regimientos de caballería, sin que el nombre signifique nada. Es imposible que un hombre ni un regimiento funcionen bien, a la par, como infantería y caballería. En todos los ejércitos del mundo, el infante se considera siempre en condiciones ventajosas para combatir con un jinete; a éste le sucede lo mismo respecto del peón; de donde resulta que el dragón, como soldado mixto, pierde la confianza desde que está en el secreto. Es inútil por consiguiente (y aún perjudicial) el antiguo instituto de dragones; lo más que puede hacerse en determinados casos es montar peones a la grupa de los jinetes para que puedan llegar todos a la vez a un punto dado, o bien montar a una parte de la infantería en caballos de requisa, u otros, para que llegue menos fatigada. Lo que no puede admitirse es que una tropa sea, al mismo tiempo, de infantería y de caballería. Si hemos dicho en otra parte que cada <<batallón>> debe tener algunos hombres montados –la escuadra de gastadores, por ejemplo- no incurrimos por eso en

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contradicción, pues al proponerlo así no hemos pensado en la necesidad de cuerpos mixtos, sino en la situación desventajosa y desairada en que recordamos haber visto en cierta ocasión a una fuerza que en operaciones de compromiso no disponía ¡ni de un caballo!.”... Apoyándonos en la conceptualización anterior consideraremos a los Dragones como un elemento táctico perteneciente al Arma de Caballería. Asimismo, debemos recordar que este escuadrón se articulo en 2(dos) partidas de descubiertas ,organización táctica esta que se encuadra dentro de las misiones estipuladas para las tropas de Caballería según nos aporta el Cap.Frnandez Zina(1955¨:159 ) ¨Las Partidas de Descubiertas: Hacían las veces de patrullas de reconocimiento, sin llegar a comprometerse, buscaban el informe, por vecinos, tomando prisioneros en emboscadas o golpe de mano¨ Por su parte el Ejército Imperial Brasileño accionará también medios de Caballería para tomar contacto con las tropas del Gral. J.A.Lavalleja inmediatamente que éste comience su progresión en la Provincia Oriental luego del desembarco el 19 de Abril de 1825, esa misión le será asignada al Tte.Cnel. José Tomás da Silva, Jefe del Regimiento 3°. de Caballería. Puntualizada esta Misión, impartida a los Escuadrones de Dragones Libertadores Nos.1 y 2 que como quedara reflejado en los partes de reconocimiento van a proporcionar al Gral. J.A.Lavalleja: Información continua, sobre la Sit. Enemiga, Terreno y Condiciones Meteorológicas. Seguridad, a la reorganización de las fuerzas orientales y alerta temprana sobre los movimientos imperiales. Nos parece significativo presentar lo recogido por don Ceferino de la Torre L en sus ¨Memorias¨ Cnel de Olivera A (1975:96). ...”Los dos Oribes recibieron la orden de seguir al enemigo y dar aviso”... Habiendo realizado estas puntualizaciones debemos pues entonces, presentar a los contendientes: El Ejército Oriental. El Ejército Imperial Brasilero.

B. Marco Estratégico en la que se circunscribió la Batalla.- La Historia de un país, es un cuerpo dinámico no lineal y que guarda su propia armonía y equilibrio. No se validan cortes transversales, sino por el contrario todos se relacionan, y cuando se interrumpen, cuan curso de agua, desvían su cause y finalmente sus aguas vierten en un mismo lugar. El investigador Compatriota Washington Reyes Abadíe es sus magistrales exposiciones decía que el alma del acontecimiento histórico era el motivo histórico y que éste se comportaba como punto de partida, vector y receptor a la vez de este acontecimiento. Denotamos que sería un desarrollo inconexo si apreciáramos a la Batalla de Sarandi fuera de su contexto. ¿Cuál es el motivo histórico del acontecimiento histórico que estamos desarrollando y que reaviva el entusiasmo de ese pueblo en armas?

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C. Motivo histórico del Conflicto. 1. La Patria Vieja 1811-1820. Cuando en Febrero de 1811 surge la “Admirable Alarma” como le llamó el Gral. José Artigas, los Orientales llegan de todos los “pagos”, entre otros encontramos: En Minas: DON JUAN ANTONIO LAVALLEJA , los hermanos Bustamante. En Durazno: DON FRUTOS y Félix Rivera. En Canelones, al cura párroco Don Valentín Gómez (recibirá la espada de manos de Posadas en la Batalla de las Piedras), Capitán R.Bauzá y Don Tomás García de Zuñiga, ANDRÉS LATORRE . En San Carlos y Maldonado a DON PABLO PEREZ y Don Francisco Aguilar. Salto y Artigas: Don Francisco Reduello y JULIAN LAGUNA En Tacuarembó Don Baltar Ojeda y de Don Blás Blasualdo. En Arroyo Grande y Salsipuedes, al mando de Don Manuel Quinteros y Baltasar y Marcos Vargas. En el litoral desde el Arroyo Negro, hasta Mercedes, Don Francisco Haedo. En Mercedes y Soriano, a Don Celedonio Escalada, Don Mariano Chaves, Don Ramón Fernández, Pedro Viera y Venancio Venavidez. En San José a Don Francisco Vázquez. En Colonia, a los hermanos Gadea. En Casupá y Santa Lucía Don Manuel Francisco Artigas. En el Pantanoso y Rincón del Cerro a Don Fernando Torgués. En Cerro Largo Don Francisco Antonio Delgado. (Ponemos énfasis y los diferenciamos con letra mayúscula por ser aquellos Oficiales Artiguistas que tuvieron una actuación relevante en la Batalla de Sarandi.) El trascendental “espíritu” de esta “admirable alarma “ queda recogida en Traibel.J. M(1951:23) a través de las expresiones del “protector” en estos términos: ...”Permítame Usted que llame un momento su consideración sobre esta admirable alarma que simpatizó la campaña toda y que hará su mayor y eterna gloria. No eran los paisanos sueltos, ni aquellos que debían su existencia a su jornal o sueldo los que solos se movían; vecinos establecidos, poseedores de buena suerte y de todas las comodidades que ofrece este suelo, eran los que se convertían repentinamente en soldados, los que abandonaban sus intereses, sus casas, sus familias, los que iban, acaso por primera vez, a presentar su vida a los riesgos de una guerra, los que dejaban acompañadas de un triste llanto a sus mujeres e hijos, en fin, los que sordos a la voz de la naturaleza, oían sólo la de la Patria”... Artigas a la Junta del Paraguay. 7 Dic.1811. 2. La Primer Proclama de Abril. (1811) Pero este Ejército Popular (como lo denomina el Cap. Romeo Z. Fernández, en su obra ya citada) cargado de nobleza y arrojo le faltaba algo ¿qué era?, su Comandante, su Jefe, ese símbolo tan acuñado en nosotros. Pero este vacío no se prolongó demasiado, allí estuvo el Tte.Cnel. José Artigas, recientemente nombrado por la Junta Provisional Gubernativa, en su Puesto Comando de Mercedes el 11 de Abril de 1811, donde en su histórica proclama recogida en Reyes Abadie (1968 :65 ), les dirá a sus hombres: ...”He convocado a todos los compatriotas caracterizados de la campaña y todos se ofrecen con sus personas y bienes a contribuir a la defensa de nuestra justa causa. A la empresa compatriotas que el triunfo es nuestro: vencer o morir sea

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nuestra cifra y tiemblen esos tiranos de haber excitado nuestro enojo, sin advertir que los americanos del sur están dispuestos a defender su patria; y a morir antes con honor que vivir..." Vendrá mas tarde su denodada y agotadora Campaña contra: España en el período 1811-1814 siendo la intransigencia del directorio porteño que en el mismo 1814 los enfrentará nuevamente y mas tarde a instancias de su apoyo al imperio portugués los deberá combatir por una u otra causa entre 1818-1820 . En referencia al Plan Portugués el Gral. Sicco P (1952: 18 ) dirá: “El plan de esta segunda invasión, fue cuidadosamente elaborado bajo la alta dirección del mismo monarca Juan VI, asistido por el comando superior inglés que había destacado para ello, al General Beresford, ya conocido en el Plata, por su activa participación en las invasiones de diez años atrás.” Como peculiaridad de la reunión de sus medios para alcanzar su línea de partida debemos puntualizar que se complementaba en base a la convergencia de dos grandes agrupamientos bastante distantes en el espacio (700 Km) empleando el medio terrestre y marítimo con el siguiente dispositivo : -un movimiento marítimo que partiendo embarcado (los medios los enumeramos mas adelante) de Río de Janeiro el 12 de junio de 1816 al mando de Carlos F. Lecor y constituido por 3500 h pertenecientes a la División de Voluntarios Reales a los que se le debían reunir en S. Catalina 1500 h (Caballería y Artillería) para continuar por mar hasta el puerto de Maldonado . Cuando arriban a la isla de Santa Catalina el 26 de junio de 1816 y ante las condiciones meteorológicas adversas el Gral.Carlos F.Lecor decide continuar con los efectivos por tierra a los que organiza en 8 (ocho) columnas de marcha, informando que progresará coordinadamente a partir del 10 de agosto desde Porto Alegre (se realizará un movimiento marítimo a través de la Laguna de los Patos). Este agrupamiento a partir de la Región de Santa Victoria debía articular dos columnas de vanguardia una a cargo del Gral.Bernardo da Silveira (Cuchilla Grande) y la otra a cargo del Brigadier Sebastián Pinto de Araujo (Angostura) -una concentración del resto de las tropas terrestres en la Región Gral de Santa María a cargo del Tte. Gral. Javier Curado las que pertenecían a las Regiones Militares No.3 reforzadas con efectivos de las RRMM 2 , 3 y Milicias locales.(en el orden de 6500 hombres) Aquel inhóspito y duro invierno de 1818 encontrará al Ejército Artiguista en dos frentes: Sobre el Entre Ríos y Corrientes y en la frontera Norte y Noreste de la Banda Oriental. Vendrá después la prisión de J.A.Lavalleja (Feb.1818) en Puntas de Valentín; el ataque de Bentos Ribeiro a Purificación (2May1818) circunstancia en que es detenido el sacerdote Miguel Barreiro (que cumplía una sanción de arresto riguroso por no ajustarse a las órdenes del Gral J.Artigas) y donde la intervención de Rivera cubrirá al GralJ.Artigas ; vendrán también otros momentos para Bentos Ribeiro en 1825 que ya no serán de tanta gloria; caerán prisioneros entre otros, Manuel Francisco Artigas (próximo a S. José), Joaquín Suarez y Andrés Latorre (en Canelones), etc. A estos reveses lo precederá , el tristemente célebre Pacto del Pilar entre los caudillos federales Francisco Ramírez (Entre Ríos) y Estanislao López (Santa Fe) y el Gral. Manuel Sarratea (Directorio Porteño).

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No pocas veces nos hemos puesto a reflexionar, entre otras cosas: ¿Qué momentos vivirá el Protector? ¿Qué fin tendrá su “Sistema” ¿Qué luz alumbrará su destino? Con esta fisura entre hermanos americanos, la resistencia artiguista entra a debilitarse, mientras que los recursos materiales se agotan. Este mismo año el Gral. Bernardo O’Higgins en carta dirigida contenida en Reyes Abadie y otros (1968:80 ) se dirigía a Martín de Pueyrredón donde le expresaba “... V.E. está tan persuadido como yo de lo mucho que nos interesa concluir esta guerra entre hermanos; y por consiguiente, me lisonjeo de que nombrando V.E. por su parte un plenipotenciario que procede a la transacción de las diferencias con el que nombre el Gral. Artigas, bajo la mediación de los comisionados, se pueda conseguir una reconciliación que nos dé tiempo para realizar nuestros más interesantes proyectos. El Gral. José de San Martín en Traibel J.M (1951:23) en una correspondencia dirigida al propio Artigas (que se estima ni llego a su destinatario) expresará...”Cada gota de sangre Americana que se vierta por nuestros disgustos me llega al corazón. Paisano mío hagamos un esfuerzo, transemos todo y dediquémonos únicamente a la destrucción de los enemigos que quieren atacar nuestra libertad... Unámonos, contra los maturrangos bajo las bases que usted crea y el gobierno de Bs. As. más convenientes y después que no tengamos enemigos exteriores, sigamos la contienda con las armas en la mano, en los términos que cada uno crea conveniente: mi sable jamás se sacará de la vaina por opiniones políticas,.....” Como vemos sin lugar a dudas todos estos años de lucha no fueron en vano, los caudillos no renegaban de admitir un nuevo orden quizás más americanista y republicano. Estos nuevos vientos soplarán sobre una Banda Oriental que en 1819, militarmente, evidenciaba una total fragilidad no obstante de no renegar a sus postulados propulsores , a tal punto que se transformarán en el motivo inspirador de la Gesta Emancipadora de 1825. Queda explicitado que emerge como indiscutido referente en esta etapa dramática de nuestra etapa fundacional la figura del entonces Tte.Cnel. José Artigas fundador de nuestra nacionalidad, creador de nuestro Ejército, impulsor del Sistema Federal, y por sobre todo 1er. Jefe de los Orientales y Protector de los Pueblos Libres, será también reconocido por sus propios enemigos por boca del Gral. Tasso Fragoso (1922: 103) “y esa obra gigantesca, el llevar a cabo en medio de las mayores dificultades casi sin recursos materiales hostilizado por la ambición de los argentinos y portugueses comandando gauchos que todo les faltaba menos la fe inquebrantable en los destinos de su patria”... Sobre el final de esta lucha, el presente extracto de una carta, traduce la preocupación del Gral. José Artigas por la prosecución de la misma. ...“ Señor don Manuel Artigas Mi estimado hermano: Penetrado de los males que afligen a los infelices prisioneros y compañeros de armas y conmovido mi corazón por tan fatal desgracia, he resuelto librarte 2 mil pesos para que ellos sean distribuidos entre nuestros desgraciados compatriotas en los varios puntos que se hallan destinados, al efecto librarás seiscientos cincuenta pesos al comandante Lavalleja y demás existentes en Puerto Alegre”.....

( Extracto de la carta del Gral. J. Artigas a su hermano Manuel de fecha 13 de Marzo de 1819.)

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La misma, a nuestro criterio refleja 2 claros objetivos estratégicos del Protector, el primero su preclara intención de la prosecución de la lucha y la segunda, el valor asignado por él a sus incondicionales seguidores. Nos permitirá además apreciar que la figura de don Juan A. Lavalleja es particularmente considerada por éste a la luz de su referente prospectivo revolucionario como de vital importancia. Y finalmente, sus últimos días al sur del Río Paraguay ya sobre el ocaso de 1820 y en tierra misionera logrará reunir una agonizante resistencia de 600 hombres, con los cuales, junto con el Gobernador Méndez, marchará hacia el Sur, apoderándose de Curuzú Cuatiá, siendo rechazado ya definitivamente cerca de Asunción de Cambay. Vendrá después el Po. de la Candelaria, el interludio, y el recogimiento de la” bandera” del ¨sistema¨ por parte de sus antiguos Oficiales. Pensamos, que este es el ¨ Motivo Histórico¨ que trasciende a la Patria Vieja, que guiará a ese ejército refundado en 1825 y que se proyecta en nuestros días como única llama inspiradora de nuestro destino y sin la cual nuestra investigación carecería de consistencia histórica. Volvemos al memorista Gral. Tasso Fragoso (1922:84) que dirá...“la persistencia sobre todo del pueblo uruguayo en la triple lucha contra el español contra el argentino y contra los luso brasileños singularizado como un pueblo viril ardiente, patriota e indudablemente acreedor de todo nuestro respeto”... A continuación ya entrando en la década del año 20 apreciamos como significativo ilustrar la realidad histórica reinante a través de sus referentes contextuales mas relevantes. D. El sometimiento al Imperio del Brasil1.La Provincia Cisplatina. 1820. a. Situación General. 1) A partir de 1820 lograda la “pacificación” de la Provincia Oriental las autoridades lusitanas pudieron consolidar su soberanía en toda nuestra disputada Banda Oriental. Será proclamado como Gobernador y Cap. Gral. Carlos Federico Lecor (más tarde distinguido con el título de Barón de la Laguna) En Montevideo ejercerá la autoridad directa del Mariscal Sebastián Pinto de Araujo Correa (el vencedor de India Muerta). 2) El deterioro de la riqueza pecuaria de la provincia es acelerada .Los invasores realizaron grandes arreadas de ganado a través de la frontera con Brasil agotando la escasa riqueza que aún se conservaba en beneficio de los grandes saladeros de Río Grande, de 13 saladeros en 1817 pasaron a 120 en 1823. Se procedió al reparto de tierras a oficiales y soldados portugueses. Se ven favorecidos también grandes hacendados españoles y criollos (montevideanos y bonaerenses). –como expresa el propio Artigas en Reyes Abadie ,W (1968:85) “los malos europeos y peores americanos” como los categoriza Artigas en su “Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental para el fomento de la Campaña y seguridad de sus hacendados” de 1815. 3) Los escasos Cabildos existentes en nuestra Campaña, fueron desmantelados en casi su totalidad durante los años de solitaria resistencia y sus escasos cargos cubiertos por personas adictas a Carlos .F Lecor. 4) El “vaciamiento” de la pequeña Provincia Oriental, “frontera natural” del imperio Portugués, va ser galardonado por el humillante tratado de la ´Farola¨ (1819) por el cual se anexaba a la Capitanía de Río Grande todo el territorio al Norte del Río Arapey (casi 100 mil km. cuadrados) y las fortalezas de Santa Teresa y San Miguel a cambio de la construcción un Farol o Farola en la Isla de Flores.

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5) Los remanentes del Ejército Patriota se reducirá a dispersos y heterogéneos contingentes semi nómades en forma de milicias departamentales, pues como habíamos expresado los principales jefes artiguistas, estaban muertos, prisioneros o emigrados. El Gral. Fructuoso Rivera será nombrado Comandante General de la Campaña, y se genera en su entorno un peculiar sentimiento de referencia para amparar a sus malogrados compatriotas y ex camaradas de armas, aglutinando a la masa criolla, convirtiéndose en la figura de mayor prestigio en el medio rural; ese prestigio sería de enorme significación cuando se incorpore a la Cruzada Libertadora de 1825. 2.La . Situación Política. a. Ocurre un acontecimiento en el ¨viejo mundo¨ que tendrá un impacto inmediato en los dominios portugueses de América del Sur y será que la Familia Real Portuguesa presionada por la revolución liberal de Oporto de 1820, decide regresar a Lisboa por lo cual don Juan VI envía Instrucciones a Carlos F. Lecor para convocar a un Congreso Extraordinario para decidir sobre el destino de la Cisplatina, en base a 3(tres) opciones: -Su unión en forma cordial y franca al reino del Brasil Portugal y Algarbes. -Incorporación a alguna otra provincia. -Constituirse en un Estado independiente. Mencionado Congreso debía poseer una integración proporcional, precisión que no es respetada por Carlos F. Lecor, y en circunstancias “vergonzosas” para nuestra Patria este” Congreso” instalado el 15 de Julio de 1821 bajo la presidencia de Juan J. Durán “vota” el pacto de incorporación al Reino Unido de Portugal Brasil y Algarves. Naturalmente esta triste “desinteligencia” de los compatriotas será reparada por la espada del Ejército Oriental, años más tarde. b. El 7 de Setiembre de 1822 se proclama la independencia de Brasil fisurándose el frente interno del ocupante, realineándose las tropas portuguesas de la siguiente manera: -Grueso de las tropas Brasileñas con Carlos F. Lecor leales a Pedro I.(Imperiales) -Div. Voluntarios Reales con Alvaro da Costa leales a Juan VI. (Realistas) Cabe destacar que Carlos F. Lecor instala su Cuartel General en Canelones por lo pronto Alvaro da Costa permanece en Montevideo. Esta fractura va a ser aprovechada por los orientales particularmente el período que va desde Setiembre de 1822 a Noviembre de 1823; donde Alvaro da Costa va propiciar los levantamientos patriotas, pero como era de esperar llegará a un acuerdo con Carlos F. Lecor en base a su evacuación con su tropa de 1200 H. desde Montevideo a Lisboa y la incorporación de los voluntarios “lusitanos” a Carlos F. Lecor. Nuevamente los orientales serán librados a su propia suerte pero veamos sus acciones en ese período de activa preparación. Haremos hincapié en forma sintética sobre la Situación de los Orientales en este período insurreccional en 6 (seis) actores de enorme relevancia: los Caballeros Orientales, la Prensa, el Cabildo , los Comandantes, los Patriotas y la actitud de Buenos Aires. 3. Situación de los Orientales. a. Caballeros Orientales. Francisco Solano Antuña que fue secretario del Cabildo en 1817, escribió años más tarde el origen de esta sociedad...“cuando el Brasil se erigió en imperio independiente del Brasil, pensaron los buenos hijos de este país que era llegada la oportunidad de sacudir el yugo que nos oprimía, y volver a integrar la República Argentina a la que habíamos pertenecido. Con tal importante objeto establecimos

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en 1822 una sociedad política que se denominó de “Caballeros Orientales”. La componían todos los principales ciudadanos que habían resistido los halagos de la astuta política del General Barón de la Laguna tan liberal en conceder cruces, grados militares y otras dignidades...” b. La Prensa. Los Periódicos “La Aurora” dirigido por el Gral. Antonio Díaz y luego “El Pampero” dirigido por Santiago Vázquez y Juan Francisco Giró, delataban y fortalecían a la resistencia patriota. También emergen –“El Ciudadano”, “El Aguacero”, “La Aurora”, “El Trueno”. Desde la vecina orilla de Bs. As. la prensa también hacía lo propio: “El Piloto”, “La Gaceta Mercantil”, “El Argos de Bs. As.” entre otros, preparando a la opinión pública, dirá”La Aurora”.. los “portugos” son una gavilla de ladrones que a los pobres vecinos le robaron los ganados, les violaron las hijas y les quitaron hasta los cueros de desecho que cubrían las chozas de algunas familias infelices...” c. El Cabildo. El 31 de Diciembre de 1822 el Cabildo de Montevideo decidió negar la autoridad a Lecor y asumir el Gobierno Civil de la Provincia. Elige a Juan A. Lavalleja como Jefe Militar del Ejército Independiente (como en los tiempos de Artigas mas puntualmente en la Quinta de la Paraguaya). Lo más trascendente fue la Declaración de votos el 29 de Octubre de 1823. Se manifiesta: ... 1°. Que declara nulo, arbitrario y criminal el acto de Incorporación a la Monarquía portuguesa sancionado por el enunciado Congreso de 1821, compuesto en su mayor parte de empleados civiles a sueldo de Su Majestad Fidelísima, de personas condecoradas por él con distinciones de honor y de otras colocadas previamente en los Ayuntamientos para la seguridad de aquel resultado. 2°. Que declara nulas y de ningún valor las actas de Incorporación de los pueblos de la campaña al Imperio del Brasil, mediante la arbitrariedad con que todas se han extendido por el mismo Barón de la Laguna y sus consejeros, remitiéndolas a firmarse por medio de gruesos destacamentos de tropa que conducían a los hombres a la fuerza a las Casas Capitulares y suponiendo o insertando firmas de personas que no existían o que ni noticia tenían de estos sucesos, por hallarse ausentes de sus casas. 3°. Que declara: que esta Provincia Oriental del Uruguay no pertenece, ni debe, ni quiere pertenecer a otro Poder, Estado o Nación que la que componen las Provincias de la antigua Unión del Río de la Plata, de que ha sido y es una parte, habiendo sus diputados en la Soberana Asamblea General Constituyente desde el año 1814, en que se sustrajo enteramente del dominio español europeo. Esta declaración contiene a nuestro criterio una doble relevancia por un lado, el desconocimiento total al “congreso” de 1821 legitimado por Carlos F. Lecor y por otro observamos que ellos denotan una fuerte asociación y se transforman en referentes estructurales y dogmáticos de la Declaración de la Florida. Debemos precisar que el realineamiento del año 1823 genero en los distintos estratos sociales que interactuaban en los círculos de poder de Montevideo una marcada inclinación emancipadora. d.Los Comandantes. El extracto de la biografía de los Jefes orientales e imperiales que participaron en la Batalla de Sarandí donde queda evidenciado en cada uno de ellos entre otras muchas lecturas que podrán realizarse una entrega total a la vida nacional, será presentada al final del trabajo.

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Su referencia a esta altura del trabajo tendrá como única finalidad ubicarlos en esta etapa pre - insurreccional.- 1) Juan Antonio Lavalleja. A fines de 1821 es liberado de su cautiverio en Isla das Cobras (R. de Janeiro). Al arribar a Montevideo se pone a órdenes de su compadre el Gral. F. Rivera, que se desempeñaba como Jefe del Reg. Drag. de La Unión. Pasa luego a ocupar el cargo de mayordomo en Rincón de Clara Est. de Zamora (Dpto. de Tacuarembó). En 1822 debe emigrar a Santa Fe - Bs.As. ese año inicia la campaña. Estando en el exilio el Cabildo de Montevideo lo nombra Tte.Cnel. y le envía los despachos (como en los tiempos de Artigas). 2) Fructuoso Rivera Permanece durante la ocupación luso brasilera bajo las órdenes de Carlos F. Lecor (Imperiales), a la muerte del Brigadier Manuel Marqués de Souza lo nombran Cte. Militar de la Campaña,. Se incorpora a la revolución el 29 de Abril de 1825. 3) Manuel Oribe. El Tte.Cnel. Manuel Oribe había emigrado en 1817 junto a otros patriotas a Buenos Aires regresa en 1821 y permanece bajo las órdenes del General Alvaro da Costa (Imperiales). Se incorpora a la campaña en 1823. El 17 de Mayo de 1823 se enfrenta al Gral. F. Rivera en Casavalle, triunfando sobre aquel. e. Los Patriotas. El mismo año 1822 el imperio ante la marcada resistencia popular que tiene su ocupación tomará medidas con celeridad para sofocar a los sublevados es así que los Levantamientos de Rincón de Clara Est. de Zamora (1822) y el de Ao. Mayo (1823) fracasan, a raíz de este último Carlos F. Lecor va juzgar y ahorcar al Cap. de Milicias Pedro Amigó. Parece singular agregar lo aportado por Ferrand A (1976:124) cuando expresa : “..no fue menos importante los aportes de distintos patriotas en esta etapa, Pedro Trápani, Braulio Costa, Félix Castro, Gregorio Lecoq, Pedro F. Berro, Daniel Vidal, Manuel Oribe, Gabriel A. Pereira, Gregorio Gómez, Conrado Rucker, Pedro P. Vidal, Ramón Carreras entre otros. “ En estos términos expresa la actividad de los patriotas el Cnel. de Oliveira A (1975:6) ...”Una comisión del Cabildo de Montevideo, que también la integraba Lavalleja, fue comisionada ante las provincias en busca de apoyo y auxilio. Sólo el gobernador López, de Santa Fe, se mostró dispuesto a ayudar a los orientales, se comprometió a proporcionar un escuadrón de cien hombres, con armamento y montura pero sin caballos, porque escaseaban en su provincia. Por su parte, Lavalleja, con orientales dispersos y emigrados consiguió formar una compañía de más de cien hombres. Pero, todos los esfuerzos para invadir fueron vanos, pues, para ello había que atravesar por la Provincia de Entre Ríos y su gobernador, el coronel Lucio Mansilla había firmado un tratado de neutralidad con Lecor, y de esta forma los preparativos fracasaron, y las fuerzas reunidas en Santa Fe, fueron disueltas pasando Lavalleja a Buenos Aires, con otros patriotas, donde continuó sus trabajos para llevar adelante su idea emancipadora. Junto a Lavalleja se encontrarían Simón del Pino, Luis Ceferino de la Torre, Manuel Oribe, Pablo Zufriategui, Manuel Meléndez y Manuel Lavalleja. Además, debemos destacar la inteligente figura de don Pedro Trápani, de destacada actuación en los hechos, y más tarde será el verdadero líder de la idea y ejecución de nuestra independencia absoluta”...

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f. La actitud de Buenos Aires. No podemos obviar en esta etapa referirnos a un actor que institucionalmente tampoco renunciará a sus aspiraciones sobre la banda . Su situación si bien convulsionada y extremadamente inestable denotaba particularmente a nivel de sus ciudadanos un relativo sentimiento de culpa a consecuencia de sus actitud de apoyo a las invasiones lusitanas particularmente en año el 1818. Resaltamos cual es la posición de las otroras provincias federales a través del Cnel. de Olivera A (1975:7) ...” el Cabildo montevideano de 1823 despachó sendas misiones a los gobiernos de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. A la sazón dichas provincias, más la de Córdoba, hallábanse vinculadas por un tratado de tipo confederativo llamado “del Cuadrilátero”, celebrado en enero de 1822, por el que se puso fin a la “anarquía del año 20” que había enfrentado a aquellas provincias en una guerra sin cuartel. La misión de Santa Fe (marzo de 1823) encontró el más amplio apoyo de su gobernador, Gral. Estanislao López, de sus ministros, y del pueblo en general, llegándose a suscribir entre la diputación montevideana (Luis E. Pérez, Ramón de Acha y Domingo Cullen), y el gobierno de dicha provincia un primer tratado de alianza ofensivo-defensiva “contra el usurpador Lecor y demás de sus satélites americanos que ocupan el territorio oriental”; por las demás cláusulas se establecía la organización de un “ejército santafecino del Norte”, y la invitación “a las provincias hermanas a la cooperación y auxilio” (marzo 13 de 1823). La intervención directa del Gral. López pudo vencer las vacilaciones del gobernador de Entre Ríos, Gral. Lucio Mansilla, temeroso de una invasión portuguesa a su territorio desde la Provincia Oriental en favor de su ex gobernador depuesto Ricardo López Jordán, exiliado en Montevideo y apoyado por Lecor. Entre las provincias de Santa Fe y Entre Ríos fue celebrada entonces una convención para salvar al pueblo oriental “de la opresión en que se halla por las tropas imperiales”, y por la cual ambos gobiernos “invitarían a los de Buenos Aires y Corrientes para que tomen una parte en tan gloriosa empresa” (agosto 4 de 1823). Poco después aquellos mismos gobiernos y la diputación de Montevideo suscribían un nuevo tratado por el cual los primeros pondrían sus respectivas fuerzas en la costa del río Uruguay dentro de quince días, comprometiéndose el gobierno de Montevideo a dar cuenta a la liga “de la fuerza con que cuenta para el sostén de la guerra, en el término de veinte días” (agosto 16). Resulta interesante incursionar en la opinión de la historiografía argentina incorporada en La Revolución Oriental 1822-1823 :317 donde se reflexiona sobre el comportamiento de la provincia de Santa Fé en estos términos: ¨Hernán F. Gómez ..¨ha hecho resaltar que el movimiento federalista se impuso porque daba solución a problemas fundamentales de orden económico. Así lo sostiene en su Historia de la Provincia de Corrientes, cuando señala que Santa Fe se incorporó a la política de la mesopotamia porque buscaba independizarse económicamente de Buenos Aires. Refiriéndose a esa Provincia dice Hernán F. Gómez: “con amplia zona fluvial, ve, como Corrientes y Ente Ríos, la inconveniencia de sujetarse a los reglamentos de la Aduana de Buenos Aires, cuando resultaba tan fácil comerciar sin control y sin impuestos, sobre todo cuando el General Artigas da su conocido reglamento según el cual los productos que abonaban impuestos en una provincia no debían hacerlo en otra. Considerando estos antecedentes se comprende que en los revolucionarios germinase la idea de que en Santa Fe podrían encontrar un aliando que ayudase

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a realizar sus proyectos emancipadores. Además, es de suponer que habrían de presentir que la opinión santafecina, tradicionalmente unida a la de la Banda Oriental, no podría permanecer indiferente ante el pedido de los patriotas que resistían el dominio lusitano. Debe recordarse que los ideales políticos habían acercado a estas provincias. En Santa Fe, en materia de organización política, habían encontrado favorable acogida las ideas de democracia y federación y bajo la inspiración de Artigas los santafecinos habían defendido el principio de las autonomías provinciales, luchando junto al esforzado y prestigioso Jefe oriental contra la política hegemónica porteña. Pero no sólo las ligaba una arraigada afinidad política y la idea de resistir la autoridad de Buenos Aires que desconocía las autonomías provinciales; también los intereses económicos y comerciales tendían a reforzar esa unión.¨ En septiembre de 1823 es el propio Buenos Aires que envía al Dr. Valentín Gómez a Río de Janeiro a objeto de reclamar la devolución de la Provincia Oriental a las Provincias Unidas, en base a fundamentos de orden histórico, económico y social, al tiempo que se negaba la legitimidad y legalidad de su incorporación a Portugal votada por el Congreso Cisplatino. La Cancillería imperial brasileña respondió invocando como títulos a la posesión de la Provincia Oriental: su voluntad manifestada en dicho Congreso y ratificada por los juramentos y aclamaciones de sus autoridades; la paz de que la había dotado librándola del “despotismo de Artigas” y los abultados gastos que había realizado en la misma de los que tenía derecho a indemnización (febrero de 1824). Como complemento de lo anterior Castellanos A. (1998: 25-27) nos dirá: “Durante el tiempo que abarcó esta gestión al fin de cuentas fracasada, el gobierno de Buenos Aires despachó otras dos misiones: una ante el gobernador López de Santa Fe, y otra a la Provincia Oriental ante el Cabildo de Montevideo y los Generales Carlos F. Lecor y Alvaro da Costa. La primera, confiada al Dr. Juan García Cossio, tenía por objeto prevenir a López de los riesgos de una guerra contra un enemigo superior en recursos, que si resultaba vencedor consolidaría su dominio en la Provincia Oriental, invadiría la de Entre Ríos, Corrientes quedaría aislada, y las demás Provincias amenazadas e impotentes; y si fuera vencido, la plaza de Montevideo no sería entregada sino a España por orden de su aliada Portugal como se había acordado entre ambas. La artificiosa argumentación del diputado de Buenos Aires, unida a la retracción de Gral. L. Mansilla, ganado por la diplomacia bonaerense con iguales argumentos, hizo fracasar la concentración del acuerdo de ayuda mutua militar a la Provincia Oriental, de agosto 16 de 1823, entre los gobiernos de Santa Fe y Entre Ríos, poniendo obstáculos este último al pasaje de las tropas santafecinas por su territorio rumbo a las costas del Uruguay. La misión a Montevideo a cargo del Gral. Miguel Estanislao Soler, venía a obtener un armisticio entre las fuerzas de Lecor y da Costa a la espera del resultado de las gestiones de Gómez en Río de Janeiro, y a adquirir un exacto conocimiento del estado de opinión en la Provincia Oriental respecto de su destino político.¨ Cuando Soler arribó a nuestro territorio, los generales Lecor y da Costa habían celebrado ya el pacto que dirimía el conflicto entre ambos. Luego de algunos inevitables choques entre fuerzas lusitanas e imperiales en los alrededores de Montevideo, virtualmente sitiado por estas últimas, la situación de las primeras tornase muy difícil; máxime cuando su jefe Alvaro da Costa se hallaba en grave compromiso frente a los trabajos revolucionarios emprendidos por el Cabildo y los “Caballeros Orientales” usufructuando de aquella pugna. Recibida la orden de su soberano de evacuar Montevideo embarcándose para Lisboa con la guarnición portuguesa bajo su mando, Alvaro da Costa entró en

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negociaciones conciliadoras con el Gral. F. Lecor, dando cuenta de ello al Cabildo, Este se mostro sorprendido de que aquel jefe se hallase dispuesto a franquear la entrada a la ciudad de las tropas brasileñas, desentendiéndose del compromiso, contraído cuando la capitulación de la plaza en enero de 1817, de entregarla al Cabildo en caso de ser evacuada. Por lo cual, en sesión del 29 de Octubre de 1823, “después de una ilustrada y madura discusión”, resolvió el Cabildo por unanimidad”: ...la declaración ya expuesta cuando se trató las acciones del Cabildo. Aún, careciendo de un total auxilio de Buenos Aires la empresa tomará cuerpo bajo la complacencia del pueblo y gobierno de Buenos Aires pero fundamentalmente por el verdadero ¨Motivo Histórico¨ que inspiraba a los orientales, el que fuera expresado por el Gral. Artigas refiriéndose a la “Admirable Alarma” a la Junta de Paraguay el 7 de Diciembre de 1811 E. Conclusiones Parciales.1.La Batalla se desarrolló en el gran compartimento limitado por:

Oeste: Cuchilla Maciel divide aguas entre el Ao. Maciel y Sarandí). Este: Cuchilla Sarandí (divide aguas entre el Ao. Sarandí y de

Castro). Norte: Alturas inmediatas al S. del Arroyo del Tala de Sarandí. Sur:

Cuchilla Grande Inferior. 2.Como maniobra táctica del Arma de Caballería nos interesa resaltar en esta primer fase (antes de la Batalla) la Misión de Cobertura asignada por el Gral. J.A.Lavalleja a los Escuadrones de Dragones Libertadores 1 y 2. Puntualizamos aquí dos componentes, por un lado el concepto táctico que implicaba la cobertura, recogido del RC-2-15 : ¨Un destacamento de cobertura es un destacamento de seguridad empleado para proteger la progresión de las tropas, cuando se está en presencia del enemigo. Normalmente está constituido por un grupo de combate o sección o un escuadrón, bajo las órdenes de sus respectivos comandantes.¨ Por el otro lado la naturaleza de la tropa (Dragones) que el Diccionario Militar (D.José Almirante : 374) los definirá de esta manera: ¨Instituto del Arma de Caballería que existió en España hasta el Reglamento de 1 de Junio de 1845 y continúa en algunos Ejércitos...¨ A su vez el Diccionario Militar (G. Cabanelle de Torres Pag.401-Tomo II) ..¨Soldado que combate a caballo y a pie.- los regimientos de dragones, donde los hay, pertenecen al arma de caballería; y si en algunos casos llegan a batirse a pie, eso lo hacen todas las caballerías del mundo cuando les es necesario. Los dragones, pues, son regimientos de caballería, sin que el nombre signifique nada. Es imposible que un hombre ni un regimiento funcionen bien, a la par, como infantería y caballería...”

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CAPÍTULO 3

III. LA CRUZADA LIBERTADORA DE 1825

Como apreciamos este proceso pre-insurreccional de 1823 fue de enorme importancia y coinciden los distintos autores que como ya lo expresamos que fue parte integrada, que culmina en 1825 fundiendo en una misma causa, a sus armas y a su pueblo, en definitiva a los orientales. Donde se incorporará el término “cruzada” como una clara alusión a las campañas conducidas en el escenario europeo para en el Siglo XI y XII d.c para recuperar el “santo sudario”. Quedan atrás las diferencias y...” Los Pueblos de la Provincia Oriental han reasumido sus “derechos primitivos”, como los llamaba el Gral. Artigas en 1811, al comienzo de su “regeneración política”; y se declaran en libertad e independencia de hecho y de derecho, que el Jefe de los Orientales proclamará en su respuesta al Oficio del directorio bonaerense por el que se le comunicaba la Declaratoria de la Independencia de las Provincias Unidas del 9 de julio de 1816, en los siguientes términos: “Ha más de un año que la Banda Oriental enarboló su Estandarte Tricolor y juró su independencia absoluta y respectiva. Lo hará V.E. presente al soberano Congreso para su Superior conocimiento. Tengo la honra de saludar a V.E. con toda mi afección. Purificación, 24 de julio de 1816. -JOSE ARTIGAS”. En relación a esta singularidad Castellanos A. (1958: 51-52) nos dirá: “Ningún hecho posterior cambió esta situación de independencia de hecho y de derecho de la Provincia Oriental”... lo que sí estaba asumido era que esta Patria no pertenecía ya a los Portugueses. El año 1824 se va a cerrar con esa voluntad manifiesta, pero como acontecimientos históricos militares más importantes destacaremos los 2 siguientes: A. Planificación de la Cruzada.La imperiosa necesidad de realizar una distribución en la asignación de las tareas y responsabilidades determinó a que se hiciese imprescindible nuclearse entorno a un grupo de patriotas, cabe preguntarse como estaba integrado este rústico “Estado Mayor”, Ferrand A. (1976: 195) nos aclara esta interrogante en éstos términos: ...”¿ Quiénes eran esos emigrados que con Lavalleja combinaban los planes de la futura emancipación? Los que primero rodearon a Lavalleja y con él cooperaron en los primeros pasos, fueron, según todas las probabilidades, Manuel Oribe, Manuel Lavalleja, Simón del Pino, Manuel Meléndez, Pedro Trápani y Luis Ceferino de la Torre, a quienes se unirían después Pablo Zufriategui, Atanisio Sierra, Manuel Freire y Basilio Araujo. No hay discrepancia apreciable entre los historiadores acerca de los nombres de Oribe, Zufriategui, del Pino, Meléndez, de la Torre y Manuel Lavalleja; pero sí puede ser interesante precisar las personas que tuvieron la iniciativa de concretar un impulso que todas sentían, fuera mezquino retaceo sacar de esta sola circunstancia, ninguna otra consecuencia de entidad, máxime cuando hombres como don Pedro Trápani, que es, a nuestro juicio, con Lavalleja, la figura más saliente de todo el movimiento, no aparecen incluidos por algunos de los cronistas de la cruzada”...

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B. Preparación de la Cruzada. La operación revistará de carácter conjunta porque se valdrá de una aproximación naval en este caso de cabotaje que tendrá que ser cuidadosamente preparada dado que el lugar de desembarco constituirá el “centro de gravedad” de la operación en relación al secreto y la sorpresa aspectos que los patriotas extremarán sus precauciones pues como se recordará el Río Uruguay estará celosamente custodiado por la marina imperial. Por otro lado hay que acumular “fuerzas” materiales y morales para multiplicar rápidamente el esfuerzo ofensivo. Fernand A. (1976: 199) nos ilustra esta etapa de la cruzada en estos términos: ...”Don Manuel Lavalleja, don Atanasio Sierra y don Manuel Freire fueron destinados a la Banda Oriental en comisión, que partieron secretamente de Buenos Aires, desembarcaron en la Agraciada, dirigiéndose a la estancia de don Tomás Gómez (hoy Coronel), a quien comunicaron el objeto, y afiliándose a él les facilitó caballo para que se dirigiesen a Montevideo. Esta comisión era la de hablar en nombre de los firmantes a todos los patriotas conocidos en el tránsito, examinando sus opiniones a favor de la empresa. Puestos de acuerdo con inmensidad de ellos, como los Burgueño, Figueredo, Latorre, Durán, Calleros y muchos que no se recuerdan y que han figurado de jefes, regresaron para Buenos Aires, embarcándose por el mismo punto de la Agraciada”... Esta operación se ejecuta a través de una infiltración que según don Isidoro de María en su obra “Compendio de la historia de la República Oriental del Uruguay”, desembarcaron en las costas de la Agraciada disfrazados de peones, aparentando venir a buscar trabajo en alguna estancia, trayendo en rollos, ocultos en los bastos de su recados, cartas para varias personas. Es oportuno también lo aportado por Craviotto W(1981:33) cuando recoge las siguientes aseveraciones del Gral Juan Manuel de Rosas en estos términos: “Recuerdo, al fijarme en los sucesos de la República Oriental, la parte que tuve en la empresa de los 33 patriotas”. Y al hablar de su viaje, dice: “Ello era una trampa armada a las autoridades brasileras en esa Provincia para que no sospechasen el verdadero importante objeto de mi viaje, que era conocer personalmente la opinión de los patriotas, comprometerlos a que apoyasen la empresa, y ver el estado y número de las fuerzas brasileras. Así procedí de acuerdo en un todo con el Gral. Lavalleja; y fui también quien facilitó una gran parte del dinero necesario para la empresa de los 33”. Pero muchas veces los anales históricos recortan pasajes que son verdaderos referentes y reivindicadores de un protagonismo que sería anacrónico marginarlos. Nos referimos al aporte de la mujer oriental que no solo acuno la soledad en su hogar sino que fue la ballesta que con su entusiasmo arrojó el sentimiento de la libertad reprimida, evidenciando en algunos casos un decisión ilimitada. La reflexión anterior es también en parte reflejada por Craviotto W (1981: 87 ) : ¨Entre los trabajos para la empresa entraba una revolución en Montevideo con el Batallón de Pernambucanos de ideas republicanas y confiados en aquella plaza. Este trabajo le fue encomendado a la señora Doña Josefa Oribe de Contucci, patriota entusiasta que logró seducir a los sargentos que en prueba de su decisión remitieron a Buenos Aires un acta del compromiso y pidiendo una persona que se pusiese a la cabeza del movimiento. Don Pablo Zufriategui era el destinado, pero se creyó conveniente retardarlo hasta que al frente de Montevideo los patriotas pudiesen proteger el movimiento. Latorre les remitió de su peculio 18 onzas de

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oro para que fuesen repartidas entre los sargentos, y tres cajones de cartuchos a bala que clandestinamente consiguió extraer del Parque de Buenos Aires y que fueron conducidos a Montevideo en el Paquete Pepa, capitán Chentopé, a ser entregado a la misma señora de Oribe con quien se entenderían los sargentos.¨ Daría la impresión que una campaña de esta naturaleza debería contar con algún otro apoyo logístico auxiliar. Es en esta línea de pensamiento que el May. Corrales A. (1975: 11) nos aporta datos que abalan tal suposición en estos términos. ...” Quien si bien no intervino en la cruzada de los “33” lo hizo en la de los “32” patriotas que el día 14 de mayo, desembarcan de la goleta “Libertad del Sud” en el puerto del Buceo y a la vista de los enemigos cargan catorce carretas de pertrechos bélicos recién llegados”... También los buenos europeos entendieron el titánico esfuerzo oriental e hicieron los propio tal es lo anotado por Craviotto ,W(1989:85) ..¨ al patriota español vecino de Montevideo, Don José María Platero, a quien pidió unas 200 tercerolas que desde el año 1823 tenía depositadas en la Aduana, que le fueron cedidas generosamente del objeto a que se destinaban. Ese señor, amigo de don Manuel Oribe merece una particular mención por aquel servicio. 3. Ejecución de la Cruzada. El tomar contacto con el territorio, donde no podría faltar el súbito recuerdo de la noble sangre esparcida quedo plasmado según lo recogido por Ferrand A. (1976: 227) en éstos términos: ...”Amigos estamos en nuestra patria; Dios ayudará a nuestros esfuerzos, y si hemos de morir, moriremos como buenos orientales en nuestra propia tierra”...,estas palabras fueron pronunciadas por el Gral.J.A.Lavalleja con la Bandera Tricolor Artiguista con la inscripción de Libertad o Muerte, la que quedo perpetuada en la descripción realizada por la Revista Histórica Nº8 (1988: 85) de esta manera: ...”en cuya sigilosa preparación colaboró activamente Doña Josefa Cavia de la Torre (esposa del patriota L. Ceferino de la Torre), quien se encargó de los cortes de lanilla inglesa y pintó la inmortal consigna de Libertad o Muerte, de aquella también inmortal bandera de los 33 Orientales Parecería justo resaltar que don Luis Ceferino de la Torre, redactó valiosos Apuntes sobre los sucesos históricos de 1825.Falleció septuagenario el 5 de agosto de 1869, en su ciudad natal, Montevideo, precediendo apenas unas horas al deceso de su madre, doña Juana Noguera de la Torre. Paradójicamente se expresa que su última voluntad fue que – su deseo de que sus despojos mortales fueran cubiertos por la bandera tricolor, que él mismo regaló a los libertadores de la patria -, no pudo cumplirse, por requerirse un permiso especial del gobierno, al estar depositada en la época en el Museo Nacional. Es necesario recalcar que mencionada pieza histórica propiedad de los orientales fue hurtada el 16 de Julio del año 1969 del Museo Histórico Juan A. Lavalleja y aún (Año 2004) no ha sido reintegrada, constituyendo una imborrable herida en el sentimiento de todos los orientales.

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C. Desarrollo de la Cruzada. El Cnel. de Olivera O. (1975: 13,14) nos ilustrará de esta manera sobre esta fase : ...” La invasión tuvo lugar partiendo de San Isidro, en dos grupos. El primer grupo lo integraban: Manuel Oribe, Manuel Freire, Manuel Lavalleja, Atanasio Sierra, Juan Spikerman, Carmelo Colman, Andrés Areguatí, José Leguizamón, Andrés Chevéste. Según Spikerman, la partida fue el 1°. de abril, para otros historiadores, entre el 3 al 4; se dirigieron a la isla de Brazo Largo, donde esperaron el resto. Según el Historiador argentino Enrique de Gandía, en su trabajo sobre los 33, expresa que se trata de un error de Spikerman, pues, el nombre de Brazo Largo se daba a una extensión vagamente determinada; como así mismo que la citada isla está rodeada por un bajo que hace difícil la navegación. Indudablemente, no vamos a discutir el criterio del señor de Gandía; pero, debemos tener en cuenta que el gajo del Paraná, llamado Brazo Largo aún hoy figura en las cartas como también la isla de su desembocadura... ... Según Spikerman y Luis de la Torre: Oribe, Manuel Lavalleja y Cheveste, pasaron a costa oriental donde se pusieron de acuerdo con Tomás Gómez, para la aproximación de los caballos. Se trataba, parece de una segunda expedición, pues, según el acta levantada en 1860 por iniciativa del señor Ordeñana, Gómez manifestó ser cierto haberse comunicado con el general Lavalleja en diciembre de 1824 recibiendo una comisión compuesta por los señores don Manuel Freire, don Atanasio Sierra y don Manuel Lavalleja... (Reconocimientos ya expresados). ... Brito del Pino en su Diario describe el itinerario que recorrió para llegar al Arenal Grande. ... La fecha combinada era el 12 de abril en la noche en la cual condujo los caballos a la costa, pero que con motivo del fuerte viento reinante las chalanas de los expedicionarios no pudieron hacer camino en los canales del Paraná. Repitió en dos ocasiones más la operación, pero tuvo que emigrar a tierra argentina, por haber sido descubiertos sus propósitos y encomendó la tarea a Manuel y Laureano Ruiz”... Aporte del Lic. Fabián Melogno del Dpto. de EE.HH./E.M.E./2000. Ellos eran los cuñados de Tomás Gómez, éste estaba casado con Gavina Dolores Ruiz. Se puede agregar alguna noticia de estos intrépidos jóvenes. Laureano José Ruiz, nació en Dolores el 4 de julio de 1804, (Lo. 2º. De Bautismos de la Parroquia de Dolores, Fo. 95) y su hermano Manuel Isidoro, nació el 8 de abril de 1807 (Lo. 2º. De Bautismos de la Parroquia de Dolores, Fo. 125). Tenían por lo tanto 18 y 21 años, en la fecha del desembarco de los Treinta y Tres. Era su padre: Domingo Ruiz Tagle, un hacendado del Partido del Espinillo (Dolores) de donde fue Juez y era natural de la Provincia de Santander, como también lo eran los padres de Lavalleja y Oribe y del Cnel. Andrés Latorre. La madre de estos jóvenes era Juana Paula Luque, oriunda de dolores. Inicialmente, en junio de 1825, los hermanos Ruiz, revistan como soldados de la Primera Compañía del 2º. Escuadrón de la división Soriano, a órdenes del Capitán de ésta: Doroteo Vélez, para pasar pocos meses después a las milicias de Colonia. - 1.La Avanzada del movimiento. Es válido apreciar quienes eran esos patriotas que pasaran a la memoria colectiva del pueblo oriental como los ¨33 orientales¨.

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...”He aquí esa lista según Ferrand A (1976: 227). “Coronel Comandante en Jefe Don Juan Antonio Lavalleja Mayor ................................... “ Manuel Oribe “ ................................... “ Pablo Zufriategui “ ................................... “ Simón del Pino Capitán ................................... “ Manuel Lavalleja “ ................................... “ Manuel Freire “ ................................... “ Jacinto Trápani “ ................................... “ Gregorio Sanabria Teniente................................... “ Manuel Meléndez “ ................................... “ Atanasio Sierra “ ................................... “ Santiago Gadea Alférez ................................... “ Pantaleón Artigas Cadete ................................... “ Andrés Spikerman Sargento................................... “ Juan Spikerman Cabo 1° .................................. “ Celedonio Rojas Baqueano................................. “ Andrés Cheveste Soldado .................................. “ Juan Ortiz “ ................................... “ Ramón Ortiz “ ................................... “ Avelino Miranda “ ................................... “ Carmelo Colman “ ................................... “ Santiago Nievas “ ................................... “ Miguel Martínez “ ................................... “ Juan Rosas “ ................................... “ Tiburcio Gómez “ ................................... “ Ignacio Núñez “ ................................... “ Juan Acosta “ ................................... “ José Leguizamón “ ................................... “ Francisco Romero “ ................................... “ Norberto Ortiz “ ................................... “ Luciano Romero “ ................................... “ Juan Arteaga “ ................................... “ Dionisio Oribe “ ................................... “ Joaquín Artigas El Capitán don Basilio Araújo no vino incorporado a los Treinta y Tres, pero sí en la misma condición hizo el viaje por tierra, pasó el Uruguay, cumplió su comisión y se unió en la costa a los Treinta y Tres”... También disponemos de otra lista según Barrios Pintos ,A (1976 :11-12) de un informe esclarecedor de Manuel Oribe que a pedido, pues, del gobierno nacional y por indicación del Jefe de la Cruzada, el entonces coronel Manuel Oribe elevó al Ministerio de Guerra el siguiente Oficio: “Exmo. Sor. La adjunta lista comprende exactamente el número de los individuos que en Abril de 1825 se trasladaron de la Capital de Buenos Aires a esta banda a iniciar la guerra contra las fuerzas Imperiales que la dominaban. Verdad es que cuando se dio conocimiento a aquel Gobierno por medio de una lista nominal de los individuos de aquella empresa, la circunstancia de no hallarse reunidos por motivos del servicio, hizo incurrir en la involuntaria equivocación que ahora se nota. Las urgentes atenciones que en aquellos momentos críticos nos ocupaban

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no permitieron rectificar el error, que se mirón entonces como demasiado insustancial, y de ninguna trascendencia ulterior, pues a nadie se le ocurrió se le premiase como ha sucedido, no tampoco los interesados reclamaron por su propia gloria, como hombres de inferior extracción; y esta es la verdadera causa de los defectos que ha observado el Sor. Ministro en el cotejo de las listas de Abril de 1825 y Julio de 1830. Existen varios Oficiales de aquella procedencia a quienes puede consultar la superioridad con presencia de la lista que acompaña, y por ese medio arribar al punto de convencimiento que se desea; y las anotaciones marginales le ilustrarán respecto al movimiento y alteraciones que sufrieron los individuos que contiene, y la aparente sustitución que se advierte. Es cuanto el infrascripto tiene que decir en cumplimiento del Decreto antecedente. Montevideo Febrero 11, de 1832 Manuel Oribe” “Relación de los Oficiales y Soldados que pasaron el 19 de Abril de 1825 con el Señor General Dn. Juan Antonio Lavalleja Dn. Juan Antonio Lavalleja Manuel Oribe Pablo Zufriategui Simón del Pino Manuel Freyre Manuel Lavalleja Jacinto Trápani Pantaleón Artigas ... fue muerto persiguiendo desertores Fulgencio Sanabria Manuel Melendez ... Murió saliendo en comisión del Exército Atanasio Sierra Basilio Araújo Santiago Gadea Juan Piquiman Andrés Areguati ... Desertó Anrés Piquiman Celedonio Rojas Andrés Cheveste Juan Ortiz Ramón Ortiz Avelino Miranda Cornelio Colman Santiago Nievas Miguel Martínez ... Desertó al Janeiro en la División que marchó de esta Plaza Juan Rosas Tiburcio Gómez Ignacio Núñez Juan Acosta José Leguisamón ... Murió en Ijtuzaingó Francisco Romero Luciano Romero Norberto Ortiz ... Se ignora su destino Juan Arteaga ... Se ignora su destino después que fue hecho prisionero. Dionisio Oribe Agustín Velázquez ... Murió en Ituzaingó

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Joaquín Artigas Matías Alvarez ... Murió el 10 de Mayo de 1825 José Llaguareté ... Desertó a los 6 días de haber pasado Inocencio Medina ... Murió Felipe Carapé Montevideo, Febrero 10 de 1832 Manuel Oribe” Como apreciamos en la relación elaborada por el Coronel Manuel Oribe además de Basilio Araujo se agregan: José Llaguareté ... Desertó a los 6 días de haber pasado Matías Alvarez ... Murió el 10 de Mayo de 1825 Agustín Velázquez ... Murió en Ituzaingó Inocencio Medina ... Murió Felipe Carapé Andrés Areguati ... Desertó D. Desembarco en suelo Oriental 1.La “segunda” proclama de abril (1825) convoca por tercera vez nuestra soberanía Nos permitimos realizar los anclajes de aquel 5 de abril de 1813 donde el Gral J.G.Artigas antes de iniciar las sesiones correspondientes a la Provincia Oriental creyó necesario dirigir a la Asamblea una exposición del objeto de la convocatoria y donde nosotros encontramos la fuente de inspiración y una acentuada analogía con este 1825, veamos a través de un extracto de esa instancia conocida como la Oración Inaugural y contenida en Miranda, H (1910:11) el alcance de sus términos: ¨Ciudadanos¨-decía- El resultado de la campaña pasada me puso al frente de vosotros por el voto sagrado de vuestra voluntad general...¨-seguía- tengo la honra de volver á hablaros en la segunda vez que hacéis el uso de vuestra soberanía. ..¨En ese período yo creo que el resultado corresponde á vuestros designios grandes. El formará la admiración de las edades. Los portugueses no son los señores de nuestro territorio. De nada habrían servido nuestros trabajos si con ser marcados con la energía y constancia, no tuviesen por guía los principios inviolables del sistema que hizo su objeto.¨ Como dejar de reproducir las también acaloradas palabras profesadas por el Gral.J.A Lavalleja en aquel también inmemorable 19 de abril de 1825 así lo revive el Cnel. de Olivera (1975:15) ...” Compatriotas: Vuestros libertadores confían en vuestra cooperación a la honrosa empresa que han principiado. Colocado por voto unánime a la cabeza de estos héroes, yo tengo el honor de protestaros en su nombre y en el mío propio, que nuestras aspiraciones sólo llevan por objeto la felicidad de nuestro país, adquirirle su libertad. Constituir la provincia bajo el régimen representativo republicano, en uniformidad a las demás de la antigua unión. Estrechar con ellas los dulces vínculos que antes la ligaban. Preservarla de la horrible plaga de la anarquía y fundar el imperio de la ley. He aquí nuestros votos. Retirados a nuestros hogares después de terminar la guerra, nuestra más digna recompensa será la gratitud de nuestros conciudadanos. Argentinos – Orientales:

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El mundo ha fijado sobre vosotros su atención. La guerra va a sellar nuestros destinos. Combatid, pues, y reconquistad el hecho más precioso del hombre digno de serlo. – Campo volante, abril de 1825. – Juan A. Lavalleja”... E. La segunda Provincia Oriental autónoma. El Gral. J.A. Lavalleja asume la enorme responsabilidad de devolverle la fé al “sistema” y tratará por lo tanto de dirigirse a sus dispersos y desanimados compatriotas para reavivar su fe en la malograda “provincia” en los términos que Ferrand A. (1976: 228-229),reproduce: ...” El Congreso de la Provincia muy en breve será reunido; él determinará sobre la suerte del país y demás que corresponda. Intertanto, a vosotros Padres de la patria os encargo y os hago responsables ante ella, por la recta administración de justicia, el orden en vuestro vecindario, y demás que vos toca de obligación.” En estos términos, de neto cuño artiguista, se dirigía el Gral J.A Lavalleja a los Cabildos de la Campaña por oficio del 17 de mayo de 1825; diez días más tarde volvía a dirigirse a ellos instándolos a que “sin pérdida de instantes” designaran “un sujeto de virtudes, patriotismo, instrucción y responsabilidad” que “sin la menor demora” se hallare en la villa de la Florida el día 12 de junio, para que reunido con los demás formen un “gobierno provisorio” y “principien el trabajo de la grande obra de nuestra independencia y de nuestro destino.” El día 14 de junio, a dos meses de iniciada la “Cruzada Libertadora”, quedaba instalado en dicha localidad el “Gobierno Provisorio” de la Provincia integrada por los siguientes diputados de los Cabildos de la Campaña: Dn. Manuel Calleros (1763-1841), elegido su presidente, por el de la Colonia del Sacramento; Dn. Francisco J. Muñoz, por el de Maldonado; Dn. Manuel Durán, por el de San José; Dn. Juan J. Vázquez, por el de Santo Domingo de Soriano; y Dn. Juan P. Laguna, por el de Durazno. Ante él compareció el Gral. Juan A. Lavalleja manifestándole su respeto y obediencia, y haciéndole entrega de la “Memoria”, donde reseñaba lo realizado hasta el momento por la “Cruzada”: la información y distribución de sus fuerzas militares; el establecimiento de una Receptoría en Canelones para la percepción de los derechos sobre los artículos introducidos en Montevideo, y desde ésta en la Campaña; la preservación de los bienes de los vecinos refugiados en aquella plaza bajo dominio brasileño, poniéndolos bajo custodia de sus encargados hasta la presentación de sus legítimos dueños, o hasta resolución del futuro gobierno de la Provincia; el nombramiento de una Comisión provisoria de hacienda para la administración de las rentas públicas; la expedición de patentes de corso contra el enemigo, en los ríos de la Plata y Uruguay; la reunión de considerables recursos en armas, municiones y demás elementos bélicos, adquiridos en Buenos Aires por la Comisión Oriental constituida en dicha ciudad. Con fecha 17 de junio de 1825 el “Gobierno Provisorio” convocó a los pueblos de la Campaña para la elección de una Sala de Representantes de la Provincia, formulando la instrucción correspondiente acerca de la forma como realizar dicha elección. “Cuando los dignos hijos de la Patria han lanzado con heroísmo el noble grito de “libertad”, y empuñado las armas para recuperarla a toda costa, la suerte de los pueblos y su política existencia debe librarse a los órganos legítimos de su voluntad.” “Empecemos por plantear la Sala de nuestros Representantes, y este gran paso nos llevará a otros de igual importancia para la organización política del país, y para los progresos de la guerra”.

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Según la antedicha “Instrucción” la Sala contaría con un representante por cada pueblo, elegido por tres ciudadanos propietarios en el mismo o en su jurisdicción; estos tres electores serían a su vez elegidos por los vecinos varones establecidos en el pueblo, mayores de 20 años, a excepción de los esclavos. El voto era público, y el diputado elegido, por este sistema a dos grados, fuera civil, militar o eclesiástico, debía ser americano o con carta de ciudadanía, propietario, y residente, en cualquier punto de la provincia, “y conocido amigo de su independencia.” En pleno invierno de 1825, y bajo el constante peligro de las partidas brasileñas que recorrían el territorio, los Cabildos y Alcaldes reunieron a los vecinos de las villas y pueblos de su jurisdicción para proceder a la elección pública de sus Representantes. Según narra F. S. Antuña en Moral Cívica: “Llovía a cántaros... y penetrando donde los diputados lo esperaban, saturado del lodo del camino chorreando agua del uniforme, hizo entrega (Gral. Juan A. Lavalleja)del mando a los representantes del pueblo, que desde aquel día vincularon la revolución a la legalidad..”. Semejante a la Asamblea del 20 de abril de 1813 donde el Gral. José Artigas es designado gobernador militar y sin ejemplar presidente del Cuerpo Municipal. De este modo, el 20 de Agosto, a sólo cuatro meses de iniciada la “Cruzada Libertadora” pudo ser reunida en la villa de la Florida la “Honorable Sala de Representantes de la Provincia Oriental”, integrada por los diputados de Guadalupe de Canelones, San José, San Salvador, San Fernando de la Florida, Ntra. Sra. de los Remedios (Rocha), San Pedro de Durazno, San Fernando de Maldonado, San Juan Bautista (Santa Lucía), San Isidro de las Piedras, Rosario, Vacas, Pando, Minas y Víboras; el Pbro. Juan Francisco Larrobla (1774-1842) fue elegido su presidente. Esta 1ra. Sala de Representantes o la Legislatura, abarcó desde agosto de 1825 hasta julio de 1826, sesionando en la Florida y en San José, sucesivamente”... F. Conclusiones Parciales 1. La imperiosa necesidad de realizar una distribución en la asignación de las tareas y responsabilidades determinó a que se hiciese imprescindible nuclearse entorno a un grupo de patriotas .(“Estado Mayor”). 2.La operación revistará de carácter conjunta porque se valdrá de una aproximación naval en este caso de cabotaje que tendrá que ser cuidadosamente preparada dado que el lugar de desembarco constituirá el “centro de gravedad” de la operación en relación al secreto y la sorpresa aspectos que los patriotas extremarán sus precauciones pues como se recordará el Río Uruguay estará celosamente custodiado por la marina imperial. 3.El Gral. J.A. Lavalleja asume la enorme responsabilidad de devolverle la fé al “sistema” y tratará por lo tanto de dirigirse a sus dispersos y desanimados compatriotas para reavivar su fe en la malograda “provincia” en los términos que Ferrand A. (1976: 228-229),reproduce: ...” El Congreso de la Provincia muy en breve será reunido; él determinará sobre la suerte del país y demás que corresponda. Intertanto, a vosotros Padres de la patria os encargo y os hago responsables ante ella, por la recta administración de justicia, el orden en vuestro vecindario, y demás que vos toca de obligación.”

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CAPITULO 4

IV CARACTERÍSTICAS DE LOS EJÉRCITOS ENFRENTADOS.

A. Ejército Imperial Brasileño. 1.Organización. De acuerdo al Tte.Cnel. Wiederspahn. H. O.(1961:56) en su primera organización del E. Imperial en su conjunto debería disponer: -Ejército de 1ra. Línea: 27 Bns. de Cazadores. 7 Regs. de Caballería. 12 Cuerpos de A. de Posición. 5 Cuerpos de A. Montada. 3 Bns. Granaderos (Gdias. Imperiales). Este número fue aumentado a 29 Bns. de Cazadores. -Ejército de 2da. Línea (Reorganización de antiguas milicias). 52 Bns. de Cazadores (Infantería) en 1826 pasan a 89. 26 Regs. de Caballería en 1826 pasan a 38. 4 Brigadas Montadas de Guardacostas y 8 Bas. Según los Partes del año 1826 sus efectivos se estimaban en: 1ª. Línea: Oficiales Generales 78. Oficiales superiores Ingenieros en el Estado Mayor 8. Oficiales Superiores y Jefes en el Estado Mayor 133. Oficiales Subalternos y P/Sub. en el Estado Mayor 166. Oficiales Subalternos y P/Sub. en el Estado Mayor (Ing.) 73. Oficiales y P/S Bns. de Granaderos 1406. Oficiales y P/S Bns. de Cazadores 14563. Oficiales y P/S Regs. de Caballería 3153. Oficiales y P/S A. Montada 946. Oficiales y P/S A. a Pie 3883. Oficiales y P/S Auxiliares 369. Irregulares Montados 473. Policía Militar Montada 149. Policía Militar a Pie 1004. Veteranos 395. Total 26805. 2ª. Línea: Oficiales y P/Sub. de Infantería 71106. Oficiales y P/Sub. de Caballería 18367. Oficiales y P/Sub. de Artillería 3388. Total 92861. Las tropas empañadas en la Batalla de Sarandí serán enumeradas más adelante. 2.Reclutamiento. El Sistema vigente preveía 3 formas distintas para cubrir los reemplazos. Los reclutas provenían generalmente de las clases menos favorecidas de la población que se alistaban en forma voluntaria o compulsivamente entre elementos, revoltosos, desempleados o marginados.

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Para los voluntarios se exigían robustez física, 16 años como mínimo, altura de 57 pulgadas. 3.Instrucción. La Infantería brasileña se regía por Directivas Generales “Instrucciones Beresford (el oficial británico de las Invasiones Inglesas y asesor en la invasión portuguesa contra la Provincia Oriental en 1816).

Oficiais generais e de estado-maior, segundo oálbum de Gustavo Barroso e Wasth Rodrígues(Desenho de Henrique Carlos Wiederspahn).

Infantaria e cavalaria de 1ª. Linha á direita umcapitao do 1°. Regimento de Cavalaria, do Rio deJaneiro, segundo o álbum de Gustavo Barroso eWasth Rodrígues (Desenho de Henrique CarlosWiederspahn).

Milicianos e guerrilheiros do Rio Grande do Sul,inclusive da 2ª. Linha, segundo documentos existenteno Arquivo Público de Porto Alegre e outras fontes daépoca (Desenho de Henrique Carlos Wiederspahn).

Artilharia de posicao (a esquerda) e Artilhariamontada (a direita), segundo o álbum de GustavoBarroso e Wasth Rodrigues (Desenho deHenrique Carlos Wiederspahn).

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4.Armamento. Las tropas de infantería estaban armadas con el fusil llamado de “pederneira modelo 1822 y los de Caballería con una carabina con el mismo sistema. Contaban también con una pistola para la defensa personal con el mismo sistema. Se va a realizar una síntesis del fusil antes mencionado, dado que junto a la carabina con el mismo sistema, la lanza y el sable constituyeron el armamento más usado en la Batalla de Sarandí. El fusil según la Revista Aventura de la Historia N°. 5-.(2000: 100) media unos 150 cm. sin bayoneta, y pesaba unos 4,5 kilos. La secuencia de carga y disparo era compleja, y requería durante la instrucción de los reclutas la repetición de una serie de movimientos hasta que pudieran ser realizados instintivamente en medio de la tensión y confusión del combate; he aquí, pues, la primera necesidad del orden cerrado. El soldado montaba el arma, descubriendo la cazoleta de la llave de chispa; luego extraía de una cartuchera colgada en bandolera un cartucho (llevaba unos sesenta); éste se componía de una bolsita cilíndrica de papel que contenía una carga medida de pólvora negra y una bala esférica de plomo de unos 30 gramos de peso y unos 17,5 mm. De calibre (diámetro). A continuación, mordía el papel, ponía horizontal el fusil y depositaba una pequeña cantidad de la pólvora del propio cartucho en la cazoleta, que se cubría con la cobija para evitar que se derramara. Luego apoyaba el arma vertical en el suelo e introducía por la boca del cañón el resto del cartucho. En casos de emergencia, podía verterse a ojo pólvora suelta y cargar con los más extraños proyectiles. Para poder empujarlo hasta el fondo del cañón, extraía la baqueta, bastón metálico que iba sujeto al fusil en el baquetero o tubo bajo del cañón, y atacaba – esto es, empujaba – el cartucho; retiraba luego la baqueta y la volvía a guardar. Luego empuñaba el arma, armaba el pie de gato, pieza que sostenía un fragmento de pedernal, encaraba (normalmente no se apuntaba con precisión) y apretaba el disparador. En ese momento, un resorte impulsaba el pie de gato con el pedernal contra otra pieza metálica, el rastrillo. El impacto de sílex contra metal hacía saltar chispas que inflamaban la pólvora depositada en la cazoleta. Esta ignición se trasmitía hasta el fondo del cañón a través de un pequeño conducto u oído; la pólvora del cartucho allí depositada se inflamaba y los gases en expansión impulsaban la bala y calcinaban el papel. Luego, la secuencia comenzaba de nuevo. Muchas cosas podían ir mal en este proceso, sobre todo si el soldado no estaba bien entrenado. Podía, por ejemplo, derramar la pólvora de la cazoleta, con lo que las chispas del pedernal no tendrían donde prender; podía, en la confusión del combate, meter dos o más cartuchos, y reventar el cañón; podía – y esto era frecuente – olvidarse de sacar la baqueta, dispararla junto con la bala, con lo que el fusil quedaba inutilizado. Por eso se exigía siempre reintroducir la baqueta en el baquetero a cada disparo, pues si se clavaba en el suelo un súbito movimiento de la unidad podía hacer que se olvidara. Además de los errores, los fallos mecánicos eran frecuentes; si el tiempo era lluvioso, el pedernal podía no inflamar la pólvora húmeda; El alcance máximo era de 200 m. y eficaz de 75 m.

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Armamento empleado por el Ejército Imperial Brasilero. B. Ejército Oriental. 1.Organización. La campaña que se reabrió en el Teatro de Operaciones de la Banda Oriental a partir de 1823 pose a nuestro criterio la singularidad que las tropas orientales como producto de las alianzas y realineamientos que ya han sido acotados a lo largo del trabajo tendrá como peculiaridad que se nutrió de estereotipos criollos, indígenas españoles, porteños y lusitanos. Un aspecto relevante y que impactará sobre la Organización de los orientales será que en el plano estratégico se tratará de fragmentar claramente las Áreas de Influencia nombrando por un lado a un Gobierno Provisorio(14JUN25) que acompañe la refundación política ,económica y social a que estaba orientado el levantamiento y de este modo disponer de una estructura legal que proporcione la necesaria identidad oriental y por el otro depositar la conducción de la guerra en un Comandante Militar. Esta peculiaridad le proporciona al levantamiento una enorme credibilidad , proyección capacidad de negociación y descentralización. Todo ese marco coadyuvo para que el Ejército Oriental dispusiese de una organización con una equilibrada articulación de sus órganos de apoyo logístico ,comando y control que le fueron capitales en los primeros 30 días de la campaña, que como veremos será el Centro de Gravedad de la misma. Se logró disponer de órganos especialistas ,que asesoraban y nutrían de informes en forma permanente al Comandante del Ejército en Operaciones a través de un fluido sistema de correspondencia militar de los que se dispone voluminosas fuentes documentales primarias. Ese sistema fue determinante dado que la Campaña revistió de una gran descentralización y se debia de trasmitir las órdenes con la máxima prontitud.

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El Estado Mayor que podríamos denominarlo también como Plana Mayor o Escolta agrupaba a los hombres de mayor confianza de los comandantes, (este criterio obedecía a la concepción que se fundaba en un acentuado individualismo por parte de los caudillos). Tenía como tareas también dar trámite a la voluminosa correspondencia que se generaba en esta etapa, alistar ciudadanos, atender reclamos, procurar la remonta y el equipamiento en general. Las características de este incipiente Ejército lo llevo a dotarlo de la flexibilidad necesaria que le permitiese que sus integrantes en determinadas situaciones también comandaran fracciones tal como sucedió en la Batalla de Sarandí, (el Cnel. Zufriategui comandó las Mil. Can. y H. Orientales). El reclutamiento fue consistente en gran medida según el prestigio de los caudillos. DRAGONES DE LA UNIÓN Es sumamente ilustrativo el volumen que adquiere el Ejército a medida que avanza la Campaña a partir del 19 de abril y que llevará al Gral. Juan A Lavalleja expresar que sus filas aumentan permanentemente. No podemos marginar aquí, el hecho que pese a la indigencia, desgaste y pobreza a que estaba sometido el pueblo oriental, procuró reponerse quizás también entre otros motivos por una inusitada aversión hacia la ocupación portuguesa que no logró acoplarse a la identidad hispánica y oriental. El Ejército de Campaña evidenció una gran movilidad durante la Campaña como datos concluyentes se evidencian los movimientos y operaciones de este periodo (abril-octubre) o como se le llamaba en la época “ las marchas y contramarchas realizadas” . Enunciaremos a continuación a las Unidades que se entiende estaban constituidas en este período, dejando en último término al Regimiento de Dragones Libertadores al que haremos una síntesis de su formación por ser la Unidad que a nuestro criterio más se desgastó antes, durante y después de la Batalla de Sarandi. Estas son las Unidades que se podrían considerar organizadas : -El Regimiento de Dragones de la Unión. -El Regimiento de Húsares. -El Batallón de Libertos (constituidos sobre el plantel de los Voluntarios ligeros de Infantería). -Los Tiradores Ligeros de la Patria. -El Batallón de Orden.( constituido con milicias de San José, se encontraban organizándose, recibiendo la instrucción y disciplina de su especialidad) . -Las Milicias o “Divisiones” de los departamentos de Maldonado, Soriano, Canelones, San José y Colonia.(guardaban una improvisada organización y un equipamiento producto de sus posibilidades.) - El Regimiento de Dragones Libertadores.

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Es la primer unidad que se organiza en forma posterior al inicio del desembarco del 19 de abril de 1825.La fecha de su creación es el 1ro.de mayo de 1825, siendo designado como Jefe el Sgto. Mayor don Manuel Ceferino Oribe. Su organización base será binaria con 2(dos) escuadrones constituidos sobre dos compañias; esta unidad posee la peculiaridad que va operar en la Campaña en forma articulada. El 1er. Escuadrón accionará bajo las órdenes directas del Jefe del Regimiento orientado en la Zona de Acción del Sur de la Provincia Oriental, estando organizada al mes de agosto de 1825 sobre la base de 4(cuatro) compañias DRAGONES LIBERTADORES comandadas por los siguientes oficiales: -Compañía Nº 1-Cap. Manuel Lavalleja. - Compañía Nº 2-Cap. Manuel Meléndez -Compañía Nº 3- Cap. Manuel Freire. -Compañía Nº 4 Cap. Joaquín Figueredo. A fines del mismo mes de agosto se crea la 5ta.compañía a la que se le asigna al Cap. Tomás Burgueño (recientemente fugado de la fortaleza de Montevideo).En octubre se crean la 6ta y 7ma compañías al mando de los Capitanes José Villagrán y Lorenzo Perez respectivamente (ambas pertenecientes a las milicias de San José) OFICIAL DE DRAGONES LIBERTADORES

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Participa efectivamente pero sin empeñarse decisivamente en las acciones de ;Estancia del Rey, Rincón del Cerro, Panadería de Morales (acción que cae prisionero el Cap. Manuel Lavalleja) y Sarandi. Este Escuadrón le que cupo el honor de izar al pabellón patrio en el Cerrito de la Victoria y de que en sus filas revistasen 19 patriotas de los “treinta y tres orientales ,estos fueron: Mayor ................................... “ Manuel Oribe Capitán ................................... “ Manuel Lavalleja “ ................................... “ Manuel Freire Teniente................................... “ Manuel Meléndez “ ................................... “ Atanasio Sierra Alférez ................................... “ Pantaleón Artigas Cadete ................................... “ Andrés Spikerman Sargento................................... “ Juan Spikerman Cabo 1° .................................. “ Celedonio Rojas Soldado .................................. “ Juan Ortiz “ ................................... “ Ramón Ortiz “ ................................... “ Avelino Miranda “ ................................... “ Carmelo Colman “ ................................... “ Miguel Martínez “ ................................... “ Tiburcio Gómez “ ................................... “ Juan Acosta “ ................................... “ José Leguizamón “ ................................... “ Norberto Ortiz “ ................................... “ Luciano Romero. Con la integración del Ejército Republicano por Decreto del 19 de julio de 1826, trascripto en la Orden General de 27 de julio de 1826 de la cual se extracta ”Buenos Aires julio de 1826.Conviniendo al servicio público promover el al aumento del Ejército procédase a la formación de los Regimientos Nº8 y Nº 9 de Caballería de Línea, a sus efectos ,comuníquese a quienes corresponda. Rivadavia. Carlos de Alvear.” A tales efectos el Escuadrón pasa a denominarse Regimiento Nº9 de Caballería de Línea bajo el comando del Tte.Cnel Manuel Ceferino Oribe. Asimismo, cuatro integrantes que formaron en sus filas alcanzaron la jerarquía de Oficial general en el Ejército Oriental, estos fueron; Ignacio Ceferino Oribe, Félix Eduardo Aguiar, Manuel Freire y José R Villagrán. En cuanto al 2do.Escuadrón accionará bajo las órdenes directas del Sgto.Mayor Ignacio Oribe contando con 6 compañías . -Compañía Nº 1-Cap. Bonifacio Figueredo. -Compañía Nº 2-Cap. Fermin Lavalleja. -Compañía Nº 3-Cap. Francisco Elías Morales -Compañía Nº 4-Cap. Matías Beracochea (Fallece en la Batalla de Sarandi) -Compañía Nº 5-Cap. Luis Oviedo. -Compañía Nº 6-Cap. Claudio Berdúm Este Escuadrón operará en la Z.A del nordeste y tendrá como acción mas importante la Batalla de Sarandí. Después de julio de 1826 se constituirá en la base del Reg. Nº 3 de Caballería de Línea. En cuanto a su instrucción estas unidades se basaban en las ordenanzas españolas y lusitanas, aplicaban como éstas los procedimientos tácticos entonces en vigor, que consistían en presentar un dispositivo lineal inicial, cuya puesta en plaza constituía la línea de batalla. Este dispositivo, que algunos generales

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empleaban como un molde, consistía en una repartición uniforme de los medios de Infantería, Caballería y Artillería. En el centro se colocaba la Infantería a la que se pedía el esfuerzo principal de choque y sobre las alas de Caballería, pronta para realizar maniobras desbordantes. La Artillería se ubicaba en los intervalos sobre el centro y flanco sobre las alturas próximas como un medio de dar más alcance al proyectil. El centro tenía un comando y otro cada una de las alas, gozando de una independencia a veces demasiado peligrosa. Así se ha visto en muchos casos comprometer la acción por operaciones aisladas de algunos jefes con la parte del dispositivo a su comando. A veces una fracción especial se reservaba para empeñarse luego en beneficio del ala izquierda y centro, sea del centro y ala derecha. La maniobra de infantería consistía en especial modo en su preparación, en la formación del cuadro, procedimiento con que se aprestaba a recibir las cargas de caballería. La caballería avanzaba en línea, con sus carabinas amartilladas, las que descargaban casi a quemarropa, para después hacer uso del arma blanca. Pero el Gral. Lavalleja no quería estereotipar esta práctica por lo que ya había decidido no dar cargas en lo sucesivo, sino con “sable en mano y lanza en ristre. Nuestros hombres habían capitalizado la experiencias de los adversos resultados de la campaña del 16 y fueron muy cautos en el empleo lineal de las formaciones. 2.Logística. a Intendencia. El servicio de Intendencia estaba a cargo de la Comisaría de Guerra cuya misión consistía en: Recibir, almacenar y distribuir los abastecimientos que fundamentalmente la comisión oriental constituida en Buenos Aires o los que por Canelones llegaban

desde la plaza de Montevideo.

MILICIAS ORIENTALES

y útiles necesarios al ejército; (uniformes, calzado, camisas, papel de escribir, etc.) la mayoría a comerciantes de la plaza que en una u otra forma lograban burlar la vigilancia de las fuerzas brasileñas.

Comprar los víveres

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Administración de los dineros, pago del presupuesto del Ejército y emisión de vales para el pago de las compras realizadas. El abastecimiento de carne que estaba a cargo de un proveedor, el que disponía

nacio Oribe, desde Cerro largo, solicita repetidas

osé Bahía y Aleina, Oficial distribuidor.

s, encargado de la mesa de

vidad fue don Julián Alvarez, bien secundado por el

ortado de fusiles, construcción de lanzas, cartuchos,

ía

s Aires, que el Parque y

a al gobierno Provisorio que

de sesenta hombres del ejército para el servicio de carneada, (hasta tanto consiguiese peones diestros). Es interesante hacer notar que la propiedad privada se respetaba al extremo de inventariarse aquellas abandonadas por sus dueños por hallarse éstos al servicio del Brasil. – El Sgto. May. Igveces autorización para carnear, lo que se concede documentando las reses sacrificadas. El personal de Intendencia lo constituían: don Carlos Anaya, Comisario General de Guerra; Don Nicolás Rada, Oficial auxiliar y luego encargado del control de vales y Don JLa entrega a los cuerpos de tropa y el pago del Presupuesto se hacía por órdenes del General Lavalleja o del Jefe del Estado Mayor Coronel P. Zufriategui con intervención del Sargento Mayor Don Pedro LenguaGuerra del Gobierno Provisorio. b. Parque y Maestranza. Nuestro arsenal de Guerra tuvo en 1825 una actividad digna de la noble causa que animaba a los patriotas. Alma mater de esa actiMaestro Don Damián Marín y por el Guarda parque don Juan Atanasio Moreno. El arreglo del armamento, reccananas, tapa - fusiles, etc., era el cotidiano trabajo que se vio aumentado con “las grandes obras de Artillería” iniciadas por el Tte. Cnel. Virginio y que consisten poner en estado de uso las piezas abandonadas por los portugueses en Isla Gorriti, un cañoncito de a tres encontrado en Solís Grande y un obús de a 6 enviado por el Tte. Cnel. Quinteros desde Carpintería. Desde el 18 de Junio de 1825 la Armería del Estado tuvo su ubicación en la Comisaría General de Guerra para su distribución. El Gobierno Provisorio dispuso, guiándose por el Registro Oficial de BuenoMaestranza dependiera de la Comisaría de Guerra. Pero “las ramas de Parque y Maestranza con los de la Comisaría general de Guerra son enteramente independientes” y como aquél “debe ser desempeñado por un oficial de Artillería”, el Gral. Lavalleja solicitcontinue dependiendo directamente del Estado Mayor General.

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c. Armamento.

) Armas de fuego. La Artillería de batalla o campal, que era la que formaba parte de los ejércitos

la formaban cañones de 4, 6 y hasta de 8 y 12 libras; aligerados o adas.

añones de infantería).

l calibre de la bala de cañón se determinaba por el peso en libras de la bala era: peso de la bala K. 1.843 –

alibre en mm. 78,4.

re la artillería en la Batalla de Sarandi:

en Mercedes) o

CtTodas de chispa, de avancarga y de ánima lisa y con excepción del trabuco,

s de caballería y la

1

de campañacortos de 6 pulgSe dividía en: volante o de a caballo (destinada a operar con la caballería y los dragones); de montaña; y de batallones (especie de artillería de acompañamiento o de cLos cañones de a 4 podían ser: de “batallón”, de “ordenanza” y de “montaña”.

ARTILLERO

Emaciza esférica; así la equivalencia del calibre CLos cañones de los batallones eran siempre de a 4 libras. El alcance práctico de un cañón de a 4 era aprox. 400 metros. El May. Corrales Elhordoy (1975:20) nos dirá sob...”Poco es lo que se puede hablar de la Artillería Oriental en Sarandí la pieza de a cuatro comandada por el Subteniente José Joaquín Oliveira (Lavalleja en su parte detallado de Sarandí fechada el 26 de Octubre Sargento 1°. Francisco José Oliveira (lista de revista de comisario, en Archivo del Estado Mayor) fue la que inició la acción con tres disparos”... omo armas portátiles se usaba el fusil, la carabina, la pistola de arzón y el

rabuco o naranjero (sus características ya se detallaron).

disparaban proyectiles esféricos de plomo. La pistola era la única arma de fuego de las miliciacomplementaría de la carabina para los dragones y blandengues, entregándose un par a cada soldado. El trabuco era generalmente usado por los milicianos y como balas se le ponía una metralla de recortes de metal. 2) Armas blancas.

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Las más empleadas eran la bayoneta, la espada o sable y la lanza. La primera utilizada por la infantería y los dragones; la espada o sable por todas las armas

que la lanza de tres varas de largo, sólo por algunos.

Orientales, soldados de caballería ligera, de vistoso uniforme,

n ese destino.

. Conclusiones Parciales

montadas, mientrasTambién las lanzas se distribuían entre las milicias, totalmente o en parte, ya porque no alcanzaran las armas de fuego o ya porque no tenían aptitud para manejarlas. En Sarandí hubieron pocas lanzas. La mayoría tenía sable, los Oficiales de acero y la tropa de latón. Los Húsaresusaban sables y fusiles cortos, pues el Gral. Lavalleja había dispuesto recortarlos en el parque coEl Batallón del Orden debía estar armado con sables y tercerolas de las más chicas.

HUSAR

C

1.En cuanto a las características del Ejército Imperial Brasilero, su sistema de reclutamiento preveía 3 formas distintas para cubrir los reemplazos. Los reclutas provenían generalmente de las clases menos favorecidas de la

s Generales “Instrucciones

contra la Provincia Oriental en 1816).

personal con el mismo sistema.

población que se alistaban en forma voluntaria o compulsivamente entre elementos, revoltosos, desempleados o marginados. Para los voluntarios se exigían robustez física, 16 años como mínimo, altura de 57 pulgadas. a. La Infantería brasileña se regía por DirectivaBeresford (el oficial británico de las Invasiones Inglesas y asesor en la invasión portuguesab. Las tropas de infantería estaban armadas con el fusil llamado de “pederneira modelo 1822 y los de Caballería con una carabina con el mismo sistema. Contaban también con una pistola para la defensa2.En cuanto al Ejército Oriental, esta campaña que se reabrió en el Teatro de Operaciones de la Banda Oriental a partir de 1823 poseyó a nuestro criterio la singularidad que las tropas orientales como producto de las alianzas y

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realineamientos que ya han sido acotados a lo largo del trabajo tendrá como peculiaridad que se nutrió de estereotipos criollos, indígenas españoles, porteños y lusitanos. Su Estado Mayor que podríamos denominarlo también como Plana Mayor o Escolta agrupaba a los hombres de mayor confianza de los comandantes, (este criterio obedecía a la concepción que se fundaba en un acentuado individualismo

ntan permanentemente.

s el 1ro.de mayo de 1825,

por parte de los caudillos). Es sumamente ilustrativo el volumen que adquiere el Ejército a medida que avanza la Campaña a partir del 19 de abril y que llevará al Gral. Juan A Lavalleja expresar que sus filas aumeDebemos resaltar en su integración al Regimiento de Dragones Libertadores que fue la primer unidad que se organizó en forma posterior al inicio del desembarco del 19 de abril de 1825.La fecha de su creación esiendo designado como Jefe el Sgto. Mayor don Manuel Ceferino Oribe. Su organización base será binaria con 2(dos) escuadrones constituidos sobre dos compañias.

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CAPÍTULO 5

V. PRELIMINARES A LA BATALLA DE SARANDI.-

A. Articulación del Ejército Imperial.

El constante flujo de información que recibía Carlos Federico Lecor sobre las zar su litoral occidental.

u gran interrogante era ¿ Cuántos eran? ¿ Quién los Comandaba? ¿ Con qué

Cónsul del Brasil

y juntamente

los F. Lecor asigna el 18 de Abril al Reg.C.3, on 200 H. cuyo comandante era el Tte. Cnel. José Tomás Da Silva con Misión de

imiento permanece luego en Mercedes reforzando

,: Regimientos 24 y 25 de Caballería con 00 guaraníes de las Misiones, posteriormente reforzarán por órdenes del Gral.

io J. Cabral Da Costa: 200 H.

de Oliveira: 50 H. de

e la Colonia a órdenes del Cnel. Manuel Rodríguez 150 H de

iormente reforzada, alcanzando el orden de 500 H.

nciaremos en esta

actividades de los patriotas le hizo reforSmedios contaban? ¿ Se materializaría el refuerzo de Buenos Aires? Diversos historiadores aceptan que a través de don Pedro Sodréen Buenos Aires el gobernador de la Colonia es informado que el 18 de Abril habían pasado para esta Banda, “... Lavalleja, Oribe, Alemán algunos oficiales más con 20 ó 30 soldados con bastante armamento y dinero...” 1.Dispositivo, Movimientos y Operaciones del E. Imperial. Período Abril – Septiembre 1825. a. Dispositivo. (Esquema 1). - Alertado de la invasión patriota, CarcFuerza de Cobertura, este Regal Tte.Cnel. Francisco de Paulo. La situación del Interior de la Provincia acorde al Cnel. Vico H ( 1975:58) era la siguiente: -Frontera Norte en vigilancia sobre las Misiones a órdenes de los Cneles. José L. Mena Barreto y Jerónimo Gómez Jardim7José de Abreu la frontera del Uruguay (Paysandú). -En el departamento de Cerro Largo sobre el Yaguarón a órdenes de Bentos Gonzálvez: Milicias de Yaguarón con 350 H. de Caballería. -En la Región del Chuy a órdenes del Mayor Ignacde Infantería. -En la Región de Santa Teresa a órdenes Alf. Joaquín Infantería. -En la Plaza dInfantería y 100 Caballería. Esta plaza con motivo del sitio que le impone Lavalleja será poster-En Mercedes a órdenes del Tte.Cnel. Francisco de Paulo : 70 H. de Caballería. -En Paso de Palmar a órdenes del Gral. José de Abreu 2000 H. de Caballería que progresará posteriormente sobre Mercedes, por lo tanto la enuúltima ciudad. -En Rincón de las Gallinas a órdenes del Cap. José Joaquín da Luz con 150 H. y 2 piezas de A .y en el orden de 6 a 8 mil caballos.

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-Plaza de Montevideo contando el refuerzo enviado desde R. de Janeiro y a órdenes de Carlos F. Lecor: 1800 H. de Infantería y 600 de Caballería. -Río Uruguay y de la Plata e Islas Martín García y Gorriti se encontraban las Escuadras denominados Flotilla Imperial del R. Uruguay al mando del Almirante Lema Pereira y la del R. de la Plata al mando del vicealmirante Rodrigo Lobo. Este componente naval actuaría en coordinación con el Comando Militar de la Plaza de la Colonia que como se expresó estaba a cargo del Cnel. Manuel Rodríguez. Como se aprecia del Dispositivo anterior el Ejército Imperial presentaba las siguientes peculiaridades: En cuanto a sus elementos de Maniobra podemos destacar que la concentración de sus Gruesos se ubicaba en: . Mercedes apróx. 2300 H. . Colonia apróx. 500 H. . Montevideo apróx. 2400 H. Sus órganos de Apoyo Logístico lo articularán en: -Rincón de las Gallinas. -Montevideo. Debemos tener particularmente presente que sus líneas de comunicaciones hacia R. Grande se encontraban abiertas, lo cual les va a facilitar volcar mayor cantidad de medios hacia el Teatro de Operaciones. Su dispositivo en forma global está decididamente presentando ciertas vulnerabilidades: -Demasiada dispersión. -Un esquema rígido y atado a las plazas mas importantes. -Concentración sobre el litoral occidental. Es lógico presumir que el mismo estaba condicionado por la orientación inicial de los movimientos patriotas, pero fundamentalmente para lograr aislar a los mismos, de sus bases logística, y del río de la Plata. Se estimaban en la Provincia Oriental en el orden de: 2200 H de Infantería. 3970 H. de Caballería.

b. Movimientos y Operaciones. (Esquema 1). Pretendemos a través de la presentación cronológica de los desplazamientos (ambos contendientes) resaltar la intensidad que alcanza el conflicto en este período según lo recogido por el Barón de R. Branco en la publicación Ephemérides Brasileiras. -8 de Junio. La columna del Gral. J. de Abreu de Paso Palmar y Cnel. J. Gómez Jardim costean el R. Negro y lo atraviesan por el Po. del Puerto y se dirigen a Mercedes . ...”Una de sus avanzadas, compuesta de treinta hombres, al mando del alférez Francisco Machado, chocó cerca de la casa de doña Juana Flores (barra del Arroyo Grande) con una partida del teniente Felipe Caballero de los Dragones de la Unión. Según Rivera, en comunicación desde el Yí de 28 de junio, tenía a Machuca en barra del Arroyo Grande. Lo mismo dice Pedro Almirán desde Trinidad a Lavalleja con fecha 30 de junio. La partida brasileña fue completamente derrotada, un oficial y cuatro soldados prisioneros; seis pudieron escapar, los demás murieron. De los patriotas perecieron: el capitán Justo Machuca de la 3ra. Compañía de las milicias de Soriano, de las que era jefe el teniente coronel Miguel Gregorio Planes y fueron heridos tres soldados.

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Como consecuencia de esta victoria, el gobierno de la Provincia, con la firma de don Manuel Calleros, asciende a capitán, al teniente Caballero, y dispone honores al capitán Machuca, los cuales se cumplirán en la Capilla de San Pedro del Durazno en la forma más decorosa que pueda practicarse debiendo ponerse en su tumba la siguiente inscripción: “Murió por la Gloria”. ES EL PRIMER OFICIAL QUE CAE CARGANDO AL ENEMIGO... -10 de Junio. Tropas de la Colonia tratan de salir de la Plaza con un efectivo de 150 h. de C. y 100 de I. y son rechazados por Leonardo Olivera y el Gral. Juan A. Lavalleja, ocasión que es herido levemente el primero. -23 de Junio. el Tte. Don Tomás Gómez, (el que en la Agraciada se vio imposibilitado para esperar con sus caballos a los patriotas) obtenía el triunfo que informa el siguiente oficio del Gobierno Provisorio: “El gobierno Provisorio devuelve a V.E. el parte original del feliz ensayo de las armas orientales en el Pueblo de las Vacas, ocurrido el 23 del pasado, día memorable para la Patria, pues en el mismo día tuvo lugar el año 14 de la destrucción de la tiranía Española en Montevideo. El Gobierno felicita a V.E. por tan digno acontecimiento y cree justo que V. E. En su nombre tribute las más expresivas gracias a los valientes que en número de 25 arrollaron a un grupo seis veces mayor de enemigos, acordándole un grado más al Tte. Don Tomás Gómez que comandó la empresa,... Dios Guarde a V. E. muchos años.- Juan José Vázquez – Francisco Araucho, secretario”. -10 de Julio. El Cnel.Bentos Gonzalves progresa desde Yaguarón a Fraile Muerto (Milicias de Yaguarón 350 h.), el Sgto. Mayor Ignacio Oribe 2do. Escuadrón del Reg. de Dragones Libertadores 21 SS.OO. y 179 Tpa. toma contacto con él. 14 de Julio 1825. Los Cneles. Mena Barreto y Gómez Jardim con los Reg. de C. 24 y 25 (Guaraníes) se encuentran en Paysandú.

-18 de Agosto. el Gral. Juan A. Lavalleja ataca la Colonia, arrollando a los defensores hasta sus muros. El sargento Mayor Mariano Pereyra y Mariño (que luego falleció) y el Capitán Santiago Gadea fueron heridos en esta acción. En cuanto a los brasileños en número de 300 a las órdenes del Coronel Juan Ramos sufrieron 24 muertos y heridos. El Tte. Cnel. Quirós, que era el comandante de las fuerzas sitiadoras de Colonia, se había pasado vergonzosamente al enemigo a poco de instalarse en Florida el Gobierno Provisorio

-21 de Agosto. El Cap.Julián Laguna derrotaba a la Guarnición de Paysandú en el Arroyo San Francisco, causándole 13 muertos, numerosos heridos, poniéndolos en completa dispersión y tomando la ciudad, salvándose el comandante huyendo en uno de los tres buques de guerra que estaban en el puerto.

- 22 de Agosto. El Gral. F. Rivera a su vez sobre la medianoche sorprendía a la guarnición de Mercedes mandada por el Tte. Cnel. Francisco de Paulo, la que pudo sostenerse gracias al auxilio de la cañonera D. Sebastián al mando del Tte. 1°. Cypriano José Pires. Fueron tomados prisioneros los siguientes oficiales: Manuel José de Abreu y Cándido José de Abreu, hijos del General Abreu, Marcos Pintos, Francisco Pintos Moraes y el Cadete Marcos José de Abreu, para los que pidió Rivera auxilios al general Abreu, por no tener el Ejército Patriota condiciones para su rango.

-22 de Agosto .Se incorpora a la división del Gral.F. Rivera el veterano Cnel.-Andrés Latorre, llegado de la Provincia de Entre Ríos.

-4 de Septiembre. El Capitán Felipe Caballero, a cargo de la vanguardia, se compromete en las Puntas del Aguila, y Rivera se ve obligado a concurrir con su división la que es derrotada haciendo una retirada en orden y sólo la oscuridad de la noche le causo alguna dispersión..

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Las pérdidas patriotas fueron: el Capitán Joaquín Tabárez muerto, el Mayor Ramón Mansilla, prisionero, el Alférez Manuel Rivero, prisionero o disperso y 14 soldados. -4 de Septiembre. El Gral. J. de Abreu destaca desde C. Mercedes al Cnel. Bentos Ribeiro con 600 h., cierra con el Gral. F. Rivera venciéndolo (Combate del Aguila). Posteriormente el Cnel. Bentos Ribeiro será reforzado con 1 Esc. del 5to. Regimiento y otro del 3er. de Línea y atravesará la campaña a marchas forzadas hacia la plaza de Montevideo . Bentos Ribeiro llegó a Montevideo ofreciéndose para”.. atacar a los patriotas en su propio campo” -22 de Septiembre . Desplazamientos de los Regs CC 24 , 25 y Guaraníes de las Misiones Ao. San Francisco – Paysandú hacia el Rincón de las Gallinas (24 de Septiembre, Batalla del Rincón). -24 de Septiembre. Luego de la victoriosa Batalla del Rincón donde las fuerzas al mando del Cnel. J. Gómez Jardim fueron completamente deshechas, por los 250 orientales que eligió el Gral. F. Rivera para tomar las caballadas brasileñas. Quedaron en el campo de batalla más de 140 muertos entre ellos un Coronel (José Luis Menna Barreto) y fueron remitidos a Mercedes 2 Tenientes, 1 Alférez, 2 Cadetes, 2 Sargentos y 28 soldados, para que “en obsequio de la humanidad, ordenase que recogieran al Hospital de la Capilla todos aquellos muy gravemente heridos de quienes yo no podía cuidar de ningún modo por falta de cirujano”. “Prisioneros se tomaron 1 Capitán, 3 Tenientes, 4 Alférez, 7 Cadetes, 10 Sargentos, 7 tambores, 2 cornetas, 20 cabos y 150 soldados”. En poder de los patriotas quedaron: “189 carabinas, 167 sables, 164 pistolas, 183 cananas, 7590 cartuchos... y 8000 caballos”.

- “El combate del Rincón fue el primer revés que sufrimos después de continuadas victorias en las campañas del Sur desde 1801 hasta 1820”(Barón de Río Branco). - A favor de la victoria de la Batalla de Rincón pudo ser posible la magnífica victoria de la Batalla de Sarandí, que 19 días después encontraría a las tropas orientales en posesión de buenas caballadas, y medianamente armadas, habiendo disminuido en gran número los efectivos enemigos y lo que es más, llevó a todos los patriotas el poderosos estímulo de sentirse los mejores en los campos de batalla.-“Vuestro General, asegura con su corazón que con tales valientes nada tiene que temer en lo restante de la campaña, y toda vez que lidiemos con nuestros enemigos la victoria coronará y esto formará la mayor gloria de vuestro Jefe y amigo. Viva la Patria”.. - “Arenga de Rivera a los vencedores de Rincón”. - Día 29 de Setiembre de 1825, ( Diario de Brito del Pino).

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B. Articulación del Ejército Oriental. Una vez de producida la”cruzada”, por lo cual podríamos decir que lo único que se encontraba constituido del E. Oriental eran sus órganos de comando, ya que si bien la abnegada comisión Oriental encargada de recolectar auxilios en Bs. As. donde don Ceferino de la Torre, Román de Acha, Pedro Trápani, Pascual Costa y José María Platero, trabajaron sin descanso para procurar el apoyo logístico necesario, se debían de disponer bases logísticas dentro de la Provincia para mantener el ímpetu de la campaña. Había ahora también rápidamente que organizar y ejercer el comando de ese ejército de campaña en formación. 1.Dispositivo inicial. (Período Abril – Setiembre 1825.) Pero veamos cual es la opinión del Gral. J.A. Lavalleja cuando dirige el 14 de Junio de 1825 su mensaje al Gobierno Provisorio según lo recogido por, Cnel. H. J. Vico.( 1975:69): “ los brillantes resultados obtenidos... Tales son el haber arrollado a los enemigos en todas las direcciones dejando en nuestro poder sobre doscientos soldados y diez oficiales prisioneros que existen en el Campamento del Durazno. El haber formado un ejército respetable, éste se halla dividido en diferentes secciones según he considerado necesario y que instruirá a V.E. el siguiente detalle: -Un cuerpo de mil Hombres en la Barra Santa Lucía Chica a mis inmediatas órdenes; -Otro de igual número a las órdenes del Brigadier Don Fructuoso Rivera en el Durazno y en observación con pequeños destacamentos sobre la columna enemiga que permanece entre el Río Negro y Uruguay. -Una división de 300 hombres al mando del Mayor Don Manuel Oribe sobre Montevideo; -Otra de igual fuerza al mando del Comandante Quirós sobre la Colonia y costas inmediatas. -Algunos destacamentos que montan por la costa del Uruguay y Río Negro hasta Mercedes, observando los movimientos de la flotilla enemiga; y asegurando en cuanto pueden ser nuestras relaciones con Buenos Aires.- -Además de estas fuerzas se halla sobre la frontera una división al mando de Don Ignacio Oribe, en observación sobre Cerro Largo y otra a órdenes del Teniente Coronel Don Pablo Pérez sobre Cebollatí . Todos estos cuerpos que se hallan bien armados engrosan diariamente y reciben una regular organización y disciplina”... Como se aprecia este Dispositivo Inicial,(esta denominación la adoptaremos en virtud de que en este período las fuerzas patriotas van a demostrar una capacidad de flexibilidad y movilidad sorprendente, presentando variaciones en su Dispositivo, difícil de esquematizar). Asimismo queríamos sintetizar ciertas peculiaridades que el mismo presenta:

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-Evidencia una muy rápida capacidad de concentración y organización de sus medios, a menos de un mes del 19 de abril, encuadra en el orden de 3000 efectivos. -Su despliegue va a estar orientado sobre: Concentraciones de tropas Imperiales. Líneas de Comunicaciones Exteriores. Puntos Lógicos de Refuerzo. A retaguardia de su Dispositivo. Estas condicionantes buscarán inducir a desplazar el lugar de la Batalla a una región, que dificulte a las fuerzas imperiales el apoyo de su maniobra. Este propósito estará avalado por la carta que el Gral. F. Rivera el 22 de Agosto le envía al Gral. Juan A. Lavalleja en Vico, H (1975:147) que expresa...”yo creo que a nosotros lo que nos conviene en las circunstancias es reconcentrar todas nuestras fuerzas sobre estos enemigos y estrecharlos lo posible a ver si logramos destruirlos o cuando no obligarlos a que abandonen el punto que ocupan que por ahora les es ventajoso por la facilidad con que se proporcionan recursos de Montevideo y demás puntos”... Apreciamos que los comandantes orientales buscarán como propósito también, además de quitarle libertad de acción al enemigo tomar contacto, y hostigarlos permanentemente a través de los Escs. de Dragones Libertadores ( en una de estas incursiones cae prisionero el Cap. Manuel Lavalleja hermano del Capitán Gral. Juan A. Lavalleja. El parte del Tte.Cnel. Manuel Oribe en Vico H (1975:98) manifiesta: ...“Ayer de noche marché a sorprender al quartel de guerrillas y conseguí llegar hasta la puerta donde maté algunos hombres, pero al retirarme con la oscuridad de la noche se extravió el Capitán Manuel Lavalleja, al que acabo saber lo tomaron prisionero”... 19 de Julio de 1825 ...Anoche tuve un Sargento herido de bala en un brazo por una emboscada que habían puesto a las patrullas que están de observación de noche sobre ellos. 9 de Octubre de 1825 .

2.Dispositivo Secundario. Luego del combate del Águila (4 Septiembre 1825) recordemos que el Cnel. Bentos Ribeiro progresa a Montevideo. Ante tal acción el Gral. J. A. Lavalleja aprecia que como se encuentra sobre la cuchilla del Biscocho y en la teoría de la peor posibilidad podría dirigirse hacia el Pueblo del Pintado donde se encontraba su Estado Mayor, a liberar a los prisioneros hechos hasta la fecha, allí concentrados. En cuanto a los prisioneros debemos precisar que ya el Gral. J.A. Lavalleja había enviado al Tte.Cnel. Atanasio Lapido a Entre Ríos a entrevistarse con el Cnel. Manuel Rodríguez jefe del Ejército de Observación con la misión de, Obtener refuerzos y disponer más medios para cumplir con la demanda de brindarle seguridad a los prisioneros capturados. Estos constituían un volumen considerable para la situación de reorganización que vivía el E. Oriental, se contaban en el orden de: 210 P/Sup. y Sub. (mensaje del Gral. J.A.Lavalleja al Gob. Provisorio. 14 Junio 1825). 204 P / Sup. y Sub. (resultado de la Batalla del Rincón de las Gallinas). Lamentablemente el Gral. J. A. Lavalleja no tuvo ventura en esta misión. Es obvio, que los prisioneros constituyeron desde la Patria Vieja hasta nuestros días una preocupación constante para el mando en relación a su estado, mantenimiento y seguridad, como un claro testimonio recordemos cuando el Gral.

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Carlos de Alvear es derrocado, sus enemigos le envían al Gral. José G. Artigas engrillados 7 jefes enemigos del “sistema” para que éste los fusile, el cual lejos de tal actitud los devuelve con el mensaje “El Gral. Artigas no es verdugo”. Ante la materialización de esta Hipótesis,(ataque sobre el P.Pintado) el 7 de septiembre el Gral. J..A. Lavalleja ordena: -La concentración de casi todas sus fuerzas sobre el Pintado. -Que se preparen las defensas sobre esta Región General (el Pintado). -Que el Gral. F. Rivera tome contacto con Bentos Ribeiro y posteriormente se repliegue al Pintado. La confirmación por parte del 1er. Esc. de Dragones Libertadores al mando del Tte.Cnel. Manuel Oribe de que el Cnel. Bentos Ribeiro se encontraba en Guadalupe de Canelones camino a la Plaza de Montevideo, permite nuevamente el reajuste del dispositivo. Ante la actualización de la información antes mencionada, el Gral. J.A.Lavalleja imparte la órden de ocupar nuevamente las regiones asignadas (en términos generales las enunciadas en el Dispositivo Inicial). Naturalmente estos desplazamientos buscan en todo momento explotar al máximo el efecto sorpresa por lo que van a tener como característica que se van a efectuar durante la noche. Apoyándonos en el R.C 2-1 destacamos el concepto de la sorpresa en éstos términos: “ La sorpresa es un factor importante para toda acción exitosa de caballería..” Pero el mes de septiembre que se caracteriza por la gran movilidad de las tropas patriotas va tener como consecuencia que su remonta alcanzara su punto decisivo por lo que la Incursión al Rincón de las Gallinas y la posterior Batalla (24.Set.1825), librada por el Gral. F. Rivera sera determinante en la perspectiva Moral (Derrota de los Cneles. J. Gómez Jardim y José Mena Barreto quien muere) y Material (captura de armamento y 6 a 8 mil caballos). Hay que tener en cuenta el alto número de adhesión que va teniendo el movimiento (“se engrosan diariamente” como dirá el Gral. J.A.Lavalleja). 3.Dispositivo Final.

Del Cnel. H. J. Vico H (1975:93) recogemos la síntesis del mismo: - Fructuoso Rivera se encuentra en Paso del Lugo sobre el Arroyo Grande, se le ha reunido el Cnel A Latorre a quien inicia una información sumaria por su actuación sobre Mercedes en la mañana del 24 de agosto. Tiene a sus inmediatas órdenes: Plana Mayor del Inspector: 9 Oficiales. Escolta del Inspector: 2 Oficiales y 26 de Tropa. Reg. de Dragones de la Unión, al mando del Coronel Andrés Latorre 31 Of. y 387 de Tropa. Milicias entre Yí y Río Negro, al mando del coronel Julián Laguna, 19 Of. y 176 de Tropa. Milicias de Soriano al mando del Tte. Cnel. Miguel Gregorio Planes, 11 Of. y 248 de Tropa. En total 72 Oficiales y 837 de tropa. Se ha dispuesto: -El Capitán Felipe Caballero permanezca frente a Mercedes en observación;.. que el Capitán Mariano Rivero fuese a Paysandú en observación de los dispersos de Rincón a quienes Jardim trataba de reunir en San José que el Capitán Miguel Saens quede en vigilancia sobre los pasos del Palmar, ...y de los Toros; y que el Tte. Coronel Bartolomé Quinteros permanezca en

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Carpintería en vigilancia sobre los Pasos de Polanco y de Bustillos sobre el Río Negro. - En el Durazno se encuentra el Regimiento de Libertos Orientales al mando del Coronel Felipe Duarte con un efectivo de 14 Oficiales y 226 de Tropa. -En Canelones en cobertura sobre la Plaza de Montevideo está el 1er. Escuadrón del Regimiento de Dragones Libertadores al mando del Tte. Coronel Manuel Oribe con 25 Oficiales y 343 de tropa.- -Ha dispuesto dos destacamentos de descubierta: uno al mando del Capitán Pernas sobre Montevideo y otro al mando del Capitán M Meléndez sobre el Tala, en vigilancia de los Pasos del Santa Lucía. - En Fraile Muerto en cobertura sobre la frontera N. E. el 2°. Esc. del Reg. de Dragones libertadores al mando del Mayor Ignacio Oribe con 21 Oficiales y 179 de tropa.

En el Campamento de la Barra del Pintado, en el Santa Lucía Chico: -Estado Mayor del General en Jefe, a órdenes del Coronel Pablo Zufriategui, 48 oficiales. -Milicias de Maldonado al Mando del Coronel Leonardo Olivera, 21 Of. y 149 de tropa. -Milicias de Canelones al mando del Sgto. Mayor Simón del Pino, 14 Of. y 189 de tropa. -Milicias de San José al mando del Coronel Juan José Quesada, 15 Of. y 145 de tropa. -Tiradores ligeros de la Patria al mando del Tte. Coronel Adrián Medina, 12 Of. y 86 de tropa. -Húsares Orientales al mando del Tte. Coronel Gregorio Pérez, 10 Of. y 109 de tropa. - En total 120 Oficiales y 763 de tropa a las inmediatas órdenes de Lavalleja. Además fuerzas de distintos efectivos se encontraban en el resto del territorio: - En Florida estaba toda la Artillería patriota al mando del Tte. Coronel Vicente Virginio. Su efectivo era: 1 Tte. Coronel, 1 Alférez, 1 Brigada, 6 Sargentos, 3 Cabos y 16 Soldados.- Solo un cañón de a 4 de montaña puede llevar a Sarandí. - En Colonia, manteniendo el sitio, las Milicias de Colonia al mando del Capitán Juan Arenas. - En San José el Escuadrón del Orden y Observación al mando del Tte. Coronel Pablo Pérez. - En Canelones quedará un piquete de Observación al mando del Capitán Mateo Quiroga. - En Rocha un piquete de Observación al mando del Capitán Agustín Píriz...”

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CONCENTRACION POSTERIOR AL COMBATE DEL AGUILA (4SET.) BATALLA DEL RINCON (24SET.) POSTERIOR A ESTA CONCENTRACION 1

C.Conclusiones Parciales. 1.Ambos contendientes los esquematizamos en un despliegue inicial , movimientos previos y el despliegue final . 2.En cuanto al despliegue inicial podemos determinar: a. El Ejército Imperial Brasilero presentará el siguiente despliegue: - En la Frontera Norte sobre las Misiones . -En el departamento de Cerro Largo sobre el Yaguarón -En la Región del Chuy -En la Región de Santa Teresa -En la Plaza de la Colonia -En Mercedes. -En Paso de Palmar -En Rincón de las Gallinas -Plaza de Montevideo -Río Uruguay y de la Plata e Islas Martín García y Gorriti se encontraban las Escuadras denominados Flotilla Imperial del R. Uruguay al mando del Almirante Lema Pereira y la del R. de la Plata al mando del vicealmirante Rodrigo Lobo. Sus núcleos mas importante se encontraban en: -Mercedes. -Rincón de las Gallinas. -Montevideo. Debemos tener particularmente presente que sus líneas de comunicaciones hacia R. Grande se encontraban abiertas, lo cual les va a facilitar volcar mayor cantidad de medios hacia el Teatro de Operaciones. Su dispositivo en forma global está decididamente presentando ciertas vulnerabilidades: -Demasiada dispersión. -Un esquema rígido y atado a las plazas mas importantes. -Concentración sobre el litoral occidental. Es lógico presumir que el mismo estaba condicionado por la orientación inicial de los movimientos patriotas, pero fundamentalmente para lograr aislar a los mismos, de sus bases logística, y del río de la Plata. b.El Ejército Oriental tendrá el siguiente despliegue: -Un cuerpo de mil Hombres en la Barra Santa Lucía Chica -Otro de igual número a las órdenes del Brigadier Don Fructuoso Rivera en el Durazno -Una división de 300 hombres al mando del Mayor Don Manuel Oribe sobre Montevideo; -Otra de igual fuerza al mando del Comandante Quirós sobre la Colonia y costas inmediatas. -Además de estas fuerzas se halla sobre la frontera una división al mando de Don Ignacio Oribe, en observación sobre Cerro Largo . -Algunos destacamentos que montan por la costa del Uruguay y Río Negro hasta Mercedes, observando los movimientos de la flotilla enemiga; y asegurando en cuanto pueden ser nuestras relaciones con Buenos Aires.-

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CAPÍTULO 6

VI. ANTES DE LA BATALLA.

A. Ejército Imperial Brasileño. En el marco del acontecimiento histórico que estamos tratando en este parágrafo presentaremos en forma cronológica en el Teatro de Operaciones a los Ejércitos en lo referente a su: -Maniobra General. -Intenciones. -Características de la Maniobra.

1.Maniobra General. (Esquema 2, 4 y 5). Como habíamos expresado el Cnel. Bentos Ribeiro luego del combate “del Aguila” (4.Set.1825), se dirige a la Plaza de Montevideo y se incorpora a la misma. Este desplazamiento sorprende al mismo Gral. J.A.Lavalleja el que estimaba que el Cnel. Bentos Ribeiro iba a continuar en una actitud ofensiva, pero se dirige marcha tras marcha hacia Montevideo. Se desconoce el motivo, pero podemos apreciar por el propio relato de historiadores brasileños cual era la actitud bélica del Gral. Carlos F. Lecor (Cte. Gral. De las Fuerzas Imperiales desde Montevideo). Tal cual lo recoge el Tte. Cnel. Wiederspahn. Henrique O (1961:68) los imperiales evidenciaban algún síntoma de fatiga o desmoralización actitud que él la recoge en éstos términos “ en cuanto el tiempo pasaba y Lecor nada decía, todo hacía Bentos Manuel (Ribeiro) para que desde Montevideo le fuese permitido progresar sobre las fuerzas aún separadas, de Lavalleja en torno a Durazno y Rivera próximo a Salto”......”pero Lecor siempre titubeante y temeroso, temía comprometer sus glorias y confort en Montevideo y prefirió esperar un poco más para constituir un destacamento de 3 armas para tal empresa”... En nuestra opinión el Cnel.Bentos Ribeiro marcha a Montevideo con la finalidad de estimular a Carlos F. Lecor a variar su actitud estática y defensiva y tratar de retomar la iniciativa, dado que no es entendible este desgaste en un momento crítico para las Fuerzas Imperiales. Recordemos que el Cnel.Bentos Ribeiro se había presentado en la Plaza de Montevideo con la firme decisión de atacar a los patriotas en su propio campo, y que además había recorrido, el litoral y centro de nuestra Provincia y poseía los últimos informes sobre el E. Oriental, habiendo batido y dispersado al Gral. F. Rivera en el Combate del Aguila. a. El Plan Portugués. El Gral. Carlos Federico Lecor según el Barón de Río Branco en “Esbozo Biográfico del Gral. José de Abreu”. Revista Histórica. Tomo II. Pág. 108 “ concibió entonces un plan netamente ofensivo que consistía en formar un fuerte ejército de las 3 armas para luego batir separadamente a las fuerzas orientales donde se encontraban”,... 1) Concepto de la Operación. La Ejecución concebía:

La progresión en 2 Columnas Convergentes y luego de su posterior reunión accionar ofensivamente sobre el Ejército Oriental.

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Detallemos ahora su desarrollo: Progresión desde la Plaza de Montevideo de una 1er. Columna

El Cnel. Tasso Fragoso. (1922: 147) nos describe las características de esta columna

“ al mando del Cnel. Bentos Ribeiro, que había llegado a la Plaza de Montevideo con un efectivo de 1000 H. (600 H. propios, refuerzos de 2 Esc. Provenientes del 3er. y 5to. Reg. de Línea) el que a su vez según lo manifiesta el Gral. Osorio que figuraba entre los Combatientes es reforzado con 400 H. (un contingente del 7mo. de línea armado como Caballería), 80 guaraníes, que fueron armados como lanceros, un pequeño contingente de conductores de Artillería, que con la infantería del 7mo., transformada en Caballería, unirían al escuadrón del 3 regimiento, según el Gral. Osorio ésta columna tendría 1200 hombres. Para nosotros el efectivo de esta columna podría tener en el orden de 1400 h., cifra que coincide con la de los patriotas el Tte. Cnel. Manuel Oribe 1er. Esc. Drag. Lib. En su –informe de Reconocimiento de fecha 4 de Octubre trasmitirá al Gral. J.A.Lavalleja contenido en Vico,H (1975:141-142) transcribe: ...” Exmo. Señor, Ayer avisaba a V.E. que Bentus Manl. marchaba a incorporarse con Bentus González por avisos positivos. Su número de tropa a lo más mil cuatrocientos hombres contando con las compañías de guerrillas de la Plaza. Esta fuerza reunida debe obrar toda sobre el cuartel General. Las caballadas estarán en el punto que V.E. me indica mañana a las 6 de la tarde a más tardar. En Pando no sé que haya fuerza ninguna pues si así fuese ya habría llegado aviso. Esta noche me pondré en marcha para el lugar que me ordena V.E.- A Don Migl. Esporga lo comisioné para la reunión de caballadas que iban hacer los Oficiales (termina con una palabra ilegible). Dios Guarde a V..E. ms. as. Octubre 4 de 1825. MANL. ORIBE. Exmo. Sor. Gobernador y Capitán Gral. de la Provincia.”.. Progresión desde el Nordeste de C. Largo de la 2da. Columna Nuevamente el Cnel. Tasso Fragoso. (1922: 147) aporta los detalles: “ al mando del Cnel. Bentos Gonzalvez, con un efectivo del orden de 354 según lo manifiesta el Gral. Osorio. El Sgto. Mayor Ignacio Oribe (2°. Esc. de Drag. Lib.) en su Informe de Reconocimiento de fecha 5 de octubre alertará al Gral. J.A.Lavalleja: ...” Son las nueve de la noche y recibo el parte de haber ayer pasado Bentos González por la sierra de Nico Pérez con dirección a Casupá llevando la marcha precipitada por lo que dejan muchas caballadas en su tránsito si V.E. me manda 300 hombres haré lo posible a alcanzarlos antes que pasen a reunirse con Bentos Manl. pues serán en número de seiscientos yo me hallo en la Costa del Tala y despacho una partida de observación mientras V.E. se digna impartirme órdenes. Dios guarde a V.E. muchos años para felicidad de la Patria. Costa del Tala Octubre 5 de 1825. IGNACIO ORIBE. Exmo. Sor. Gobernador y Cap. Gral. de la Provincia. Si tenemos en cuenta en forma aislada este informe del Sgto. Mayor don I. Oribe podría este efectivo complementar el efectivo total de 2000 H. que don Luis C. de la Torre informa(al final del trabajo) en el resultado de la Batalla (800 muertos, 200 heridos, más de 1000 prisioneros”...).

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Reunión de ambas Columnas en Minas. Según el Gral. F. Rivera la reunión se lleva a cabo el día 5 de Octubre en los campos de Víctor Barragán sobre el Ao. Godoy, permaneciendo reunidos hasta la madrugada del 10 de Octubre. La dirección de progresión luego del día 10 de Octubre es alertada por el 2do. Esc. de Dragones Libertadores en los siguientes informes de reconocimiento: “11 Octubre 1825. Oficio Gral. Fructuoso Rivera al Gral. Juan A. Lavalleja...”acompaña el parte pasado por Don Manuel Oribe, el cual instruye del movimiento de los enemigos en dirección al segundo y tercer gajo del Mansavillagra.”... “11 Octubre 1825-. Oficio del Tte. Cnel. Manuel Oribe al Cap. Gral. Juan A. Lavalleja... Anoche después que los enemigos fijaron su dirección hacia la espina de Cruz donde se hallan ahora que son las nueve de la mañana hice marchar toda la fuerza Timote abajo y se siguen su marcha por la costa de este arroyo me moveré sobre las Puntas de Castro pasando a V.E. el aviso con oportunidad...” La última fase sería como lo manifiesta Carlos F. Lecor el...“Exterminio de los orientales antes que llegue el fuego de la revolución a la Patria de San Pedro.”. Con mucha vigencia vemos aquí aquellos axiomas recogidos de la experiencia en el escenario europeo por Carlos Federico Lecor quien como se recordará junto al Duque de Wellington combatieron a Napoleón I .Es Clausewitz (1987: 107) mejor quien sintetiza esta visión en este pasaje de su obra maestra: “ Cualquiera sea el carácter que tome la dirección de la guerra; cualesquiera sea las modificaciones que las circunstancias particulares nos impongan como resultante de aducir las reglas generales que dejamos expuestas, desde ya se desprenden para nosotros, de la noción misma de la guerra, los siguientes axiomas: 1° El aniquilamiento de las fuerzas armadas del adversario es el principio fundamental de la guerra y constituye el medio de acción más eficaz para lograr el objetivo. 2° Dicho aniquilamiento se realiza, principalmente, por el combate. 3° Sólo las batallas y los combates de consideración conducen a grandes resultados. 4° Cuando los combates concurren dando lugar a una gran batalla, se logran entonces los mayores resultados. 5° Sólo en una batalla general el Comandante en Jefe pude dirigir la acción personalmente, y es muy natural que siendo así conceda la preferencia a la dirección de la misma. 2.Intención del E. Imperial. La intención del E. Imperial será procurar la concentración de los medios propios que no tuvieran fijados por el enemigo, para de esta forma batir separadamente a los 2 núcleos básicos que ellos los identificaban en: -Florida. Gral. Juan A. Lavalleja -Durazno. Gral. Fructuoso Rivera 3.Características de la Maniobra. La Maniobra se ejecutara por líneas exteriores. Implicará un importante desgaste de los elementos de maniobra, medios de transporte y personal los que previo a la Batalla deberán de recorrer en el orden de 500 Km.en 10 días. Resulta importante destacar que a los imperiales se les ha negado la libertad de acción para poder accionar los restantes medios que disponen en la Provincia Oriental, concretamente nos estamos refiriendo a las tropas que poseen en las plazas más importantes.

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Sus dos Columnas que progresan hacia una Zona de Reunión, lo van hacer en contacto permanente con el 1er. y 2do. Escuadrón de Dragones Libertadores. Esta situación les va a privar de información de Combate oportuna lo que le implicará dentro de otros aspectos incurrir en errores de apreciación sobre cual era la ubicación exacta de las fuerzas patriotas. Vale decir que están cumpliendo una misión de contra-reconocimiento ,que según nuestro Marco doctrinario de referencia R.C 2-15 (1952:66) implica: “El contra-reconocimiento efectuado por la caballería comprende todas las medidas tomadas a fin de impedir la observación o el reconocimiento terrestre enemigo sobre una unidad. Las unidades de caballería en misión de contra-reconocimiento procuran dificultar el reconocimiento terrestre enemigo eliminando o neutralizando los elementos de reconocimiento terrestre enemigo. En la ejecución de contra-reconocimiento, la caballería puede obrar ofensivamente, defensivamente o pude llevar a cabo una sección retardatriz valiéndose en suma de todas las formas de combate cuando fuera necesario.” Asimismo la apertura de estas direcciones les va implicar asumir los siguientes riesgos: Actuar descentralizadamente y a distancia de sus bases logísticas. Pero por sobre todas las cosas esta Batalla acorde a todas las previsiones imperiales debería ser el golpe fatal para la Insurrección, de ahí que traten de concentrar a sus mejores fuerzas y más selectos Comandantes imperiales.

B. Ejército Oriental. 1.Maniobra General. (Esquema 3 y 5). La actitud general del E. Patriota era netamente ofensiva, la primer parte de su estrategia de atraer a las fuerzas imperiales previo a su concentración se estaba materializando, ahora había que seleccionar el terreno y coordinar los medios, lo que se realiza mediante: Cobertura avanzada y táctica. Articulación de los Gruesos. Reajuste final del dispositivo. a. Plan Patriota. 1)Concepto de la Operación. a)Cobertura Avanzada y Táctica. Se asegurará la Cobertura Táctica por el Norte sobre la vigilancia de los lugares de pasaje del R. Negro (Cap. M. Rivero y Cap. M. Saens). Esta es una misión típica de las tropas de Caballería el R,C 15-1 la define en éstos términos: “Un destacamento de cobertura es un destacamento de seguridad empleado para proteger la progresión de las tropas, cuando se está en presencia del enemigo. Normalmente está constituido por un grupo de combate o sección o un escuadrón, bajo las órdenes de sus respectivos comandantes. Un destacamento de cobertura cumple alguna de las funciones generales de la vanguardia; preceder a su unidad con la misión principal de dar la seguridad y la misión secundaria de reconocimiento.” Como ya se expresó la misión de Cobertura Avanzada (donde esta implícitamente comprendida la misión de contra-reconocimiento) fue asignada a los 1er. y 2do. Escuadrones de Dragones Libertadores los cuales cumplirán su misión en forma descentralizada hasta el día 5 de Octubre, siempre en contacto con los gruesos imperiales.

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El día 5 de Octubre al reunirse los gruesos imperiales el Sgto. May. Ignacio Oribe se reúne con el Tte. Cnel. Manuel Oribe. El Tte. Cnel. Manuel Oribe costea el Río S. Lucía por su margen izquierda, lo cruza en Fray Marcos y el 6 llega a la barra del Ao. Milán. De allí se dirige a las Puntas del Timote para luego volver a la barra de Milán donde permanece hasta el 9. Cumple su misión accionando en base a 2 destacamentos de descubierta uno a órdenes del Cap. Burgueño a las puntas de Mansavillagra y otro con el piquete de Florida al mando del Alf. Rafael Díaz que destina al Ao. Godoy. Comienzan de esta manera a operar (los escs. de Libertadores 1y 2) en misión de Cobertura en forma centralizada y coordinadamente, hasta el día 10 de Octubre. La relevancia y sensibilidad de los informes en esta etapa de la Batalla donde nos consta que la incertidumbre sobre los factores de la Decisión constituye un componente por demás significativo para el comandante queda referenciado por las expresiones del propio Gral. J. A. Lavalleja en García F (1975:446) ..”dispuse al Tte. Cnel. D. Manuel Oribe que con los Escuadrones de Dragones Libertadores de su mando, formaba la vanguardia de este ejército en observación del enemigo ordené se replegase sobre mi campo... al siguiente día (11) participa el Comandante Oribe el movimiento de la fuerza imperial, de cuyas marchas equívocas no podía asegurarse su verdadera dirección y en esta duda esperé otro parte que pudiere proporcionarme aquel conocimiento, para levantar mi campo. En efecto al anochecer repite el referido comandante de vanguardia que el enemigo se dirigía a Castro; entonces ordené la reunión de aquella fuerza de avanzada y advertí al Sr. Inspector (Gral. Fructuoso Rivera) que en la noche, debíamos incorporarnos en su Campamento de Sarandí”... ...”serían las 2 de la mañana del día 12 cuando se incorporó el Comandante Oribe con la expresada fuerza a su mando Otro parte dirá...”El 11 estando acompañado en la Cruz después de repetidos partes del Tte. Cnel. Oribe que venía observando la columna de los enemigos”... A título expreso el Gral. J. A Lavalleja evidencia la importancia de la recolección de estos informes .Esta visión es coincidente con el R.C 2-15 (1952: ) en referencia a lo que contempla para esta misión “El reconocimiento consiste en la obtención de informes en el campo de batalla y es realizado por tropas enviadas con ese propósito. Su finalidad es suministrar la información necesaria para que los comandantes tengan una base que les permita tomar decisiones y desarrollar planes.” b) Articulación de los Gruesos. Primer Cuerpo. Este, estará bajo el comando del Gral Fructuoso Rivera y según el Documento recogido en el Suplemento el Piloto N°.19 (Bs.As.21 de Octubre de 1825) se comportará de esta manera : “ El Gral. Fructuoso Rivera el día 6 de Octubre se dirige al Ao. de la Cruz donde conferencia con el Gral. Juan A. Lavalleja en tanto sus gruesos continúan la marcha por el camino al Po. de Polanco y ocupan en el Ao. Sarandí sobre su margen izquierda, el 7 de Octubre llega el Gral. Fructuoso Rivera, su E.M. permanece allí hasta el 9 de Octubre, pensando que Bentos Ribeiro va atacar Durazno pasa a la margen derecha, pero el día 11 con la confirmación del Tte. Cnel. Manuel Oribe que se dirige al Sarandí cruza el curso de agua nuevamente.” Este Primer Cuerpo a órdenes del Gral. Fructuoso Rivera va a estar constituido: Órganos de Comando Plana Mayor del Inspector 9 SS.OO. ---------

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Escolta del Inspector 2 SS.OO. 26 P/S Elementos de Maniobra. Reg. Dragones Unión - Cnel. Andrés Latorre 31 SS.OO. 357 P/S Mil. entre Yí y R. Negro - Cnel. Julián Laguna 19 SS.OO. 176 P/S Milicias de Soriano–Tte.Cnel.Gregorio Planes 11 SS.OO: 248 P/S 72 SS.OO. 807 P/S

Segundo Cuerpo. Estará bajo el comando del Gral. Juan A. Lavalleja y según el mismo lo expresa en el Documento recogido en el Suplemento el Piloto N°.19 (Bs.As.21 de Octubre de 1825) ...”permanecí sobre el Ao. de la Cruz, disponiendo la división que se encontraba a mis inmediatas órdenes y comunicando desde allí al Sr. Inspector D. Fructuoso Rivera esperase mis avisos con la división de su mando que se hallaba acampada en la Orqueta del Sarandí cuyo punto no debía abandonar para realizar la reunión de ambos cuerpos”... ...“advertí al S. Inspector que en la noche debíamos incorporarnos en su campamento de Sarandí, en cuya costa juzgaba debía amanecer el enemigo, según el cálculo que pude formar de su movimiento...” ...”continúe mi marcha graduando el tiempo que restaba de la noche, para estar reunido con el Sr. Inspector al aclarar el día lo que pude conseguir antes de la 5 de la mañana”. Este Segundo Cuerpo a órdenes del Gral. Juan a. Lavalleja va a estar constituido: Organos de Comando. E. M. del Gral. en Jefe Cnel. P. Zufriategui 48 SS.OO Milicias de Maldonado Cnel. Leonardo Olivera 21 SS.OO. y 149 P/S. Milicias de Canelones Sgto. May. S. del Pino 14 SS.OO. y 189 P/S. Milicias de S. José Cnel. J. José Quesada 15 SS.OO. y 145 P/S. Esc. de Dragones 1er. Tte.Cnel. M. Oribe 25 SS.OO. y 343 P/S. Esc. de Dragones 2do. Sgto. May. I. Oribe 21 SS.OO. y 179 P/S. Tiradores de Maldonado Cap. Francisco Osorio.

Tiradores Lig. de la PatriaTte. Cnel. A. Medina 12 SS.OO. y 86 P/S. Húsares Orientales Tte. Cnel. G. Pérez 10 SS.OO. y 109 P/S.

166 SS.OO. y 1200 P/S. Órganos de Apy. de Fuego. 1 Cañón de 4 Pulgadas Sub Tte. J. De Olivera

c. Intención del E. Oriental. El Gral. J.A.Lavalleja mantiene a sus fuerzas articuladas en 2 cuerpos en lo que denominaríamos en espera estratégica. La Articulación tendrá como finalidad: -Determinar claramente el dispositivo del E. Imperial. -Determinar sus Dirección General. -Confundirlo con respecto a la Ubicación de los Gruesos. Sobre la noche del 11 de Octubre ante la confirmación del informe por parte del Tte. Cnel. M. Oribe maniobra de la siguiente forma: -Recoge a su Cobertura Avanzada (1er. y 2do. Escs. Dragones Libertadores) . -Marcha hacia el contacto durante la noche, regulando su marcha para disponer de tiempo de preparación de la Batalla lo que le proporcionará secreto y sorpresa. El Gral J. A. Lavalleja en el plano táctico va ser conteste a una previsión en cuanto al empleo de los medios de caballería que determina R.C 2-15

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“.. su medio de acción más efectivo es en grandes masas y en acciones rápidas y decisivas.” Características de la Maniobra. La Maniobra la van a ejecutar por líneas interiores. El Ejército Oriental va a maniobrar con los gruesos a favor de su cobertura Avanzada en forma descentralizada a través de una oportuna información que le va permitir coordinadamente orientarse hacia el enemigo. Pero esta maniobra será posible por la naturaleza de sus tropas ,recordemos las oportunas reflexiones de Clausewitz (1987:180) en referencia a este aspecto “Con una caballería muy numerosa, buscaremos las llanuras dilatadas y preferimos los movimientos amplios. Manteniéndonos más alejados del enemigo, dispondremos de una comodidad y de una seguridad mayor, sin cederle por ello las mismas ventajas. Mediante nuestra gran movilidad, que nos permitirá adueñarnos del espacio, efectuaremos rodeos más arriesgados y maniobras más audaces; y si es lícito incluir a las demostraciones y a los destacamentos lejanos lanzados sobre el territorio mismo del enemigo entre el número de los grandes y eficaces medios de acción en la guerra, fácilmente podremos recurrir a ellos.” Su maniobra se va a destacar hasta el final de la propia Batalla por una ejecución descentralizada donde se preservará la Unidad de Comando, tengamos presente que el día 6 de Octubre tiene lugar la penúltima reunión de comando entre el Gral. F. Rivera y Gral. J.A. Lavalleja. Tanto el E. Oriental como el E. Imperial han realizado la misma apreciación y es que deben aprestarse a dirimir una contienda materializada por su capital expresión o sea la “Batalla” .La misma acuerdo a nuestro marco doctrinario tendrá la siguiente significación: “La Batalla es una acción estratégica consistente en el choque violento de fuerzas adversarias de gran magnitud, mediante el cual una o ambas buscan modificar sustancialmente la situación estratégica operacional ,integra una maniobra estratégica en cuanto a su concepción y se materializa por operaciones tácticas. Las batallas constan de una serie de combates relacionados y con frecuencia producen condiciones que a la larga afectan el rumbo que tomará la campaña. Las batallas ocurren cuando fuerzas de gran tamaño-divisiones y ejércitos-se empeñan en combates para lograr metas de gran importancia.” C.Conclusiones Parciales. El Plan Portugués, según el Barón de Río Branco en “Esbozo Biográfico del Gral. José de Abreu”. (Revista Histórica. Tomo II. Pág. 108) concebía: “ un plan netamente ofensivo que consistía en formar un fuerte ejército de las 3 armas para luego batir separadamente a las fuerzas orientales donde se encontraban”,... Su Ejecución se basaba en la progresión en 2 Columnas Convergentes y luego de su posterior reunión accionar ofensivamente sobre el Ejército Oriental. La actitud general del E. Patriota también era netamente ofensiva, la primer parte de su estrategia de atraer a las fuerzas imperiales previo a su concentración se estaba materializando, ahora había que seleccionar el terreno para la Batalla y coordinar los medios, lo que se realiza mediante: Cobertura avanzada y táctica, Articulación de los Gruesos, Reajuste final del dispositivo.

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CAPÍTULO 7

VII DURANTE LA BATALLA.

A. Ejército Imperial. 1.Adopción del Dispositivo. Los imperiales han cumplido con su intención que radicaba en estar reunidos previo a la Batalla, como el Gral. Tasso Fragoso (1922:147) en forma elocuente expresa: ...”La primer parte del “Plan” surgió efecto: Bentos Ribeiro y Gonzalvez se reunieron en las inmediaciones de Minas...”ahora había que ponerse a la caza de Lavalleja”... en la mañana del 12 de Octubre de 1825 atravesaron el Ao. de Castro, afluente del Yí y cerró con el enemigo en el lugar denominado Horqueta del Sarandí Cabecera del Ao. Sarandí...” Lavalleja no estaba solo como suponían los brasileños; Rivera ya se le había reunido...” en relación a los momentos previos de la Batalla expresará: “...en un efectivo de 1850 un verdadero Cuerpo de Caballería... ...al amanecer del 12 de Octubre al atravesar el Ao. de Castro afluente del Yí encontrarían al enemigo en la cabecera del Ao. Sarandí verificando lo que muchos temieron esto era la reunión de Lavalleja y Rivera. ...el Cnel. Calderón y B. Gonzalves fueron de la opinión de retirarse ...a pesar de que me di cuenta que la fuerza enemiga era superior a la de mi mando...” y con la ambición de solemnidad aquel día (cumpleaños del emperador) con salvar y vivar a S.M. Imperial, después de la derrota total de los rebeldes me apresté al combate y ataqué- Es significativo destacar la eficiencia con que a nuestro criterio cumplen la misión de contra-reconocimiento los Escuadrones de Dragones Libertadores 1 y 2 ,implicando generar la incertidumbre sobre los escalones de comando y control que evidencian estas palabras del Cnel Bentos Ribeiro. Es ilustrativo además sus otras manifestaciones donde llama la atención que un distinguido comandante Imperial se exprese de esta forma según Tte. Cnel. Wiederspahn H.(1961: 69) previo a confrontarse al E. Oriental: ...”estoy acostumbrado a vencer a estos gringos uno contra cuatro, no sería ahora que voy a evitar la lucha Pero a favor de esta situación de supuesta superioridad numérica según sus versiones y con su criterio determinista donde solamente el número, define los conflictos, parecería poco probable que un puñado de 50 patriotas en Abril de 1825 tuviesen en ese momento dando la última Batalla en suelo de la Provincia Oriental a un Ejército Imperial que encuadraba en la misma fecha en el orden de 6200 h. de todas las armas. Pensamos,¿a que gringos se referiría Bentos Ribeiro?¿ serán a aquellos que respondían a su majestad fidelísima?¿ o aquellos que a favor de la Bulla de Alejandro VI en 1493 se dividieron el mundo?¿ o los que vaciaron la Provincia Oriental? evidentemente deberían ser los que el Gral. Tasso Fragoso (1922:84) distinguía diciendo...”la persistencia sobre todo del pueblo uruguayo en la triple lucha contra el español contra el argentino y contra los luso brasileños singularizado como un pueblo viril ardiente, patriota e indudablemente acreedor de todo nuestro respeto”...

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O tal vez aquellos gringos que al decir de Artigas: ...”No eran los paisanos sueltos, ni aquellos que debían su existencia a su jornal o sueldo los que solos se movían; vecinos establecidos, poseedores de buena suerte y de todas las comodidades que ofrece este suelo, eran los que se convertían repentinamente en soldados, los que abandonaban sus intereses, sus casas, sus familias, los que iban, acaso por primera vez, a presentar su vida a los riesgos de una guerra, los que dejaban acompañadas de un triste llanto a sus mujeres e hijos, en fin, los que sordos a la voz de la naturaleza, oían sólo la de la Patria”.. Continuando con esta fase de la Adopción del Dispositivo estimamos que el Cnel Bentos Ribeiro ha tenido tiempo de reunir sus columnas y descansar dado que permanece en Z.R. desde el día 5 de Octubre . Se pone en marcha el dís 10 y alcanza el Ao. Sarandí a las 0600 el 12 de Octubre transponiéndolo en el Po. Sarandí a 4 leguas del enemigo y según lo relatado por el Gral. Osorio sorprendido de ver al Gral. F. Rivera sobre la margen izquierda busca envolverlo por el Oe. y ganar las alturas de Cuch. Maciel y aislarlo del Gral. J.A.Lavalleja que por sus informes lo hacía en La Cruz. A tales efectos cruza la Cañada del Medio y de los Patos y forma sobre las alturas con frente al Este. Con esta evolución el Comandante Imperial buscará maniobrar contra el dispositivo oriental para ponerlo en desventaja. Adoptara un dispositivo lineal y sin reservas, como el mismo lo manifestara. 2.Dispositivo para la Batalla. Comando Gral. de las Fuerzas. Cnel. Bentos Ribeiro.- Flanco Derecho. Comando: Cnel. Bentos Gonzalvez. Integración. 39°. Reg. de Caballería 2ª. Línea (C. Largo y Yaguarón). 40°. Reg. de Caballería 2ª. Línea (Lunarejo y Misionero). Centro. Comando :May. Joaquín de Alencastre. Integración. 1 Esc. del 3er. Reg. de Línea (Ex Leg. Cav. de S. Paolo). 1 Esc. del 4to. Reg. de Línea (Ex Esc. Prov. de R. Grande). 2 Esc. del 5to. Reg. de Línea (Ex Dragones de R. Pardo). Flanco Izquierdo. Comando: Cnel. Bentos Ribeiro. Integración. 23 Reg. de Caballería de 2da. Línea. 22 Reg. de Caballería de 2da. Línea. Lanceros Guaraníes. Ca. 7ma. de Cazadores. Varios. Milicias Orientales de Paysandú y Colonia. Esc. de Guerrillas del país y portugueses rebajados. Conductores de Artillería como Caballería.

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B. Ejército Oriental.

1.Adopción del Dispositivo. Cnel. de Olivera A (1975: 100) nos detallará los movimientos de aproximación de los medios orientales de esta manera: El Gral. J.A. Lavalleja, con su 2do.Cuerpo y los 1er. y 2do. Escs. Lib. en la madrugada del 12 de Octubre se reúnen en la Horqueta del Sarandí apróx. a las 5 de la madrugada. Acorde a las órdenes recibidas del Gral. J.A.Lavalleja el Gral. F. Rivera y su 1er. Cuerpo ya estaba listo. ...”estaba perfectamente montado y tenía caballos de reserva a la estaca así fue que al aclarar el día, estaba a caballo y en disposición de pelear ...el Gral. Lavalleja había llegado como una hora antes del día, tubo tiempo de tomar los caballos de reserva. ...empezaron nuestras descubiertas a tirotearse con el enemigo”... ...Lavalleja estaba entre la caballada haciendo mudar la gente, se encontraban con él Don Pedro Lenguas, Gabriel Velasco, Atanasio Lapido y otros... Asimismo, en su Parte el Gral Juan A Lavalleja expresa: ...”avisaron las partidas de descubiertas que el enemigo se hallaba media legua de la parte opuesta al Sarandí”... Por lo anteriormente expresado queda constatado que esta cobertura táctica (tropas de Caballería que se encontraban en vigilancia sobre el Ao.Sarandí y el Ao. Parma ) fue de acrecentado valor desde el punto de vista de la alerta temprana. 2.Dispositivo para la Batalla. Este dispositivo Oriental para la Batalla 2 momentos: 1er. Momento: Cuando los gruesos imperiales según lo alertan los elementos de seguridad se aproximan por el Sur (Po. Sarandí / Ao. Sarandí). Mientras el Gral. J. A. Lavalleja coordina el resto del dispositivo con el Gral. F. Rivera le da órdenes a Gabriel Velasco que haga formar su Cuerpo sobre las alturas del Cno. al Po. de Polanco / R. Yí. Dirá el Gral. J. A. Lavalleja...calculé entonces ventajoso esperar al contrario en la costa que ocupaba para que quedando un gajo del expresado Ao. a retaguardia de aquel sirviese de obstáculo a su retirada”...

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ESQUEMA 6: 1er. MOMENTO.

El Gral. J. A. L alleja se refiere al Ao. / Cda. del Medio y el dispositivo será el siguiente.

av

la :

ejor

o: Tropas de Caballería sobre las alas (Dragones Libertadores y de la Unión).

A Derecha Dragones Libertadores. Centro: Húsares Orientales y Mil. de Canelones. A la Izquierd Dragones de la Unión y Mil. Entre Ríos Ya: í y R. Negro. Reserva: Mil. de Maldonado, S. José y Tir. Patria. Como apreciamos y acorde a los factores de la Decisión debemos precisar : Sobre el Terreno, presentara: Espacio para la Maniobra, adecuados cubiertos y abrigos utilización de la mavda. de aproximac Ción ( no. a Polanco del Yí) y una observación dominante. Sobre el Enemigo: Predominantemente de Caballería de 1ra. y 2da. Línea, Milicias, I. y Artillería montada como Caballería Sobre el Dispositivo Propi

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Desde el 1er. momento del Dispositivo la Decisión en la Batalla iba ha ser conducida atendiendo los principios de empleo del tipo de medio mayoritariamente presente en la Batalla. Se aprecia la flexibilidad del Dispositivo adoptado con un adecuado distribución de fuerzas en 1er. y 2do. Escalón. Pero, el E. Imperial no acepta el combate bajo estas condiciones realizando el giro que ya se había expresado debiendo el E. Oriental adoptar el 2do. momento de su dispositivo. El Cnel Vico,H (1975:141-142) lo detallará de esta manera: ...”A la derecha: adelantada y sobre el flanco la compañía de tiradores de Maldonado al mando del Capitán Francisco Osorio: a su izquierda el único cañón de montaña de a 4 al mando del Sub teniente de Artillería José Joaquín de Olivera. Más atrás los escuadrones de Húsares Orientales al mando del Tte. Coronel Gregorio Pérez y a la izquierda las milicias de Canelones al mando del Sargento Mayor Simón del Pino. En el centro: 1er. Escuadrón de los Dragones Libertadores al mando del Capitán Manuel Freire; 2°. Escuadrón de los Dragones Libertadores al mando del Sargento Mayor Ignacio Oribe y 1 compañía de los Dragones de la Unión al mando del Capitán Bernabé Rivera. A la izquierda: Dragones de la Unión al mando del Coronel Andrés Latorre. Milicias de entre Yí y Río Negro al mando del Coronel Julián Laguna; y adelantada sobre el ala izquierda, las milicias de Soriano al mando del Tte. Coronel Miguel Gregorio Planes. En reserva: adelantados a la izquierda: los Tiradores Ligeros de la Patria al mando del Tte. Coronel Adrián Medina; y más atrás las milicias de Maldonado al mando del Coronel Leonardo Olivera y las milicias de San José a las órdenes del Coronel Graduado Juan José Quesada. Fueron los Jefes de las citadas divisiones: en la derecha el Teniente Coronel Pablo Zufriategui Jefe del Estado Mayor. En el centro el Tte. Coronel Manuel Oribe, Comandante de Dragones Libertadores. En la izquierda el Brigadier Inspector General Fructuoso Rivera y en la reserva el Coronel Leonardo Olivera de las milicias de Maldonado.”...

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LEONARDO OLIVERA

JOAQUIN A. DE ALENCASTRE

ESQUEMA N°. 7: 2do. MOMENTO.-

.

G. PEREZ Simón del PINO

MIL. CANELONES HUSARES ORIENTALES

1 3(-)5 4

40

39

722 23

LANCEROS

Julián LAGUNA Andrés LATORRE B. RIVERA M. FREIRE I. ORIBE

FRUCTUOSO RIVERA MANUEL ORIBE

Adrián MEDINA

TIRADORES de la PATRIA

MIL.ENTRE YI Y R.NEGRO DRAG. de la UNION DRAG. UNION DRAGONES LIBERTADORES

MIL.MALDONADO MIL.SAN JOSE

Juan José QUESADA Leonardo OLIVERA

PABLO ZUFRIATEGUI

Francisco OSORIO

TIRADORES DE MALDONADO

MIL.SORIANO

Miguel PLANES GRAL. JUAN A. LAVALLEJA

J. OLIVERA

CNEL. BENTOS

BENTOS RIBEIRO

BENTOS GONZALVES

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ESQUEMA 7 A: 2do. MOMENTO.

COMBATE DE SARANDI SEGÚN BEVERINA.

3. La Batalla. El Contacto. El Cnel de Olivera A.(1975:71) en función de la trascripción del Parte del Gral J. A. Lavalleja presenta de esta forma los hechos: ...”Presentada así nuestra línea, marchaba sobre ella la fuerza enemiga prevaliéndose del terreno para no ser vista en el todo, y descubierta a poco más de dos cuadras, mandé cargarla según tenía dispuesto con anticipación haciendo poner a todo el ejército la carabina a la espalda, y sable en mano. Este movimiento hizo desplegar a los contrarios con una rapidez extraordinaria. Un solo instante tardaron los enemigos en descargar sus armas, casi alcanzando a tocar con ellas los soldados de la patria los cuales cumpliendo el juramento que acababan de repetir, de preferir la muerte a la ignominia de la esclavitud, siguieron inalterables hasta desordenar a cuchilladas toda la línea enemiga que no pudiendo resistir la bravura de los Orientales”... ..” A las 9 horas del mismo día 12 de Octubre se inició el Combate con un ataque general de la Caballería Oriental cuyas cargas sobre los flancos brasileños fueron desde el comienzo coronados de éxito”...

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Esta maniobra que en forma muy detallada pudimos apreciar a través de lo anteriormente destacado la vinculamos directamente a la capacidad de los medios de caballería que son enumerados en el R.C 2-15 en estos términos: “La caballería busca resultados decisivos mediante la rapidez de maniobra y poderosos ataques sorpresivos contra los puntos débiles del dispositivo enemigo, debe estar imbuida de espíritu ofensivo.” Otro relato de gran significación nos llega a través de Ramón de Cáceres en Vico H(1975:106-108) de esta manera: ..”Son las ocho de la mañana. El pequeño cañón de a 4 entra en acción, un vértigo de libertad recorre las filas patriotas, Spikerman despliega al viento la bandera tricolor de “Libertad o Muerte” mientras Lavalleja asegura el triunfo. Relampaguean los sables y la orden de carga de Sarandí se hará clásica: “Carabina a la espalda y sable en Mano”. Tres disparos de cañón llegaron netamente a la izquierda brasileña donde se encontraban muchos jovencitos que sacados de Montevideo, recibían en esa forma su bautismo de fuego. Pero en ese momento dio Bentos Manuel la orden de avanzar. La línea brasileña se movió al trote “rompiendo al unísono sus clarines el toque a degüello y haciendo una descarga a quemarropa y casi alcanzando a tocar con sus armas a los soldados de la Patria”. Rivera que fue el primero en formar sus divisiones, fue el primero en adelantarse al galope sobre Bento Gonzalves, quien resistió el choque, pero no pudo impedir que un escuadrón que tenía la misión de flanquear la izquierda oriental, fuera arrollado y dispersado por las milicias de Soriano, al tiempo que cargaba Laguna con las milicias de entre Yí y Río Negro y acuchillando a las milicias de Yaguarón las empujaba contra el centro, iniciándose en ese momento el movimiento desbordante que obligaría a la completa dispersión de los brasileños. El centro Oriental se vio sorprendido por la carga que le llevó Alencastre. No había terminado Oribe de formar su línea, cuando ya tenía sobre él los batallones de línea del centro brasileño. En desorden les salió al encuentro, pero aquéllos consiguieron ventaja y por la brecha abierta llegaron hasta las posiciones de la reserva que aún no preparadas en aire de carga sufren también una indecisión a la que da término Lavalleja que tomando su mando directo, las hace meter como una cuña entre las tropas de Alencastre y las de Bentos Gonzalves, dando tiempo a Oribe a reorganizar su regimiento y quedando el centro brasileño cortado del resto de sus tropas. La derecha vivía una acción distinta. Colocada sobre las caídas del Piedras coloradas no domina lo que pasa en el centro y mucho menos en la izquierda. Ya el cañón de a 4 ha cumplido su misión en la batalla y la confusión que producen sus impactos es bien aprovechada por los Húsares que en valiente carga destruyen la izquierda enemiga. Los tiradores de Maldonado por el flanco y las milicias de Canelones de frente, desorganizan y sablean las tropas de Bentos Ribeiro que buscan apoyo replegándose al centro, pero Alencastre no está allí; son las milicias de Entre Ríos con Laguna que vienen cruzando el campo de batalla tras los dispersos de Bentos Gonzalves y son los tiradores y las Milicias de San José los que dominan el centro del campo. La dispersión es entonces completa. Los Dragones de Río Pardo tratan de cerrar la brecha y unirse a Alencastre, pero allí están los Dragones de la Unión que los obligan a volver grupas aun cuando su valiente carga cuesta una herida a Latorre. Las milicias de Maldonado están sobre Alencastre. Los Jefes brasileños ya perdida toda esperanza de rehacerse, sólo piensan en la retirada. Pero cada cual dispara para su lado y tras ellos las divisiones orientales.

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Bentos Ribeiro y Bentos Gonzalves han conseguido tomar el camino a Polanco. Van a tirarse al Sarandí y serán acuchillados en el pasaje. Rivera que ha recorrido todo el campo de batalla está sobre ellos. Es entonces cuando surge la intrépida figura de Alencastre que va a sacrificar sus tropas para proteger el paso. Rivera lo carga, lo rodea y lo toma prisionero, pero ha llegado hasta allí sólo con sus tropas y cuando está sobre el Sarandí, el enemigo ya había pasado. Dice Brito del Pino: “en este intermedio me mandó repetidas veces a decir a las otras divisiones que cargasen, que el enemigo iba en dispersión, pero no lo pudieron verificar y cuando llegaron al paso, ya el General Rivera había hecho rendirse prisioneros de guerra a todos los que componían la división del Tte. Cnel. Alencastre. Durante la Batalla vemos en forma relevante como las tropas al comando del Gral.J. A.Lavalleja aplica los factores que contribuyen a alcanzar el éxito según lo contemplado por el R.C 2-15 en estos términos: “Para que un ataque montado pueda tener éxito, es necesario que jueguen la mayor parte de los factores siguientes: Sorpresa completa, apoyo de fuegos, superioridad numérica, terreno favorable inclusive caminamientos desenfilados que conduzcan a la base de partida, objetivos limitados, reconocimientos completos y medidas de seguridad adecuadas. Estos factores deben existir en un grado tal, que el ataque pueda ser ejecutado sin demasiadas pérdidads y con resultado decisivos. a. La sorpresa en el ataque montado puede ser obtenida por la rapidez del ataque, su dirección y hora de iniciación, buen aprovechamiento del terreno, de las cortinas de humo, neblina y otras condiciones meteorológicas que disminuyan la visibilidad. Los resultados serán más satisfactorios cuando el enemigo fuera encontrado en formaciones compactas o en posiciones poco apropiadas para resistir el ataque.” C. Conclusiones Parciales 1.Continuando con esta fase de la Adopción del Dispositivo el Cnel Bentos Ribeiro ha tenido tiempo de reunir sus columnas y descansar dado que permanece en Z.R. desde el día 5 de Octubre . Se pone en marcha el día 10 y alcanza el Ao. Sarandí a las 0600 el 12 de Octubre transponiéndolo en el Po. Sarandí a 4 leguas del enemigo y según lo relatado por el Gral. Osorio sorprendido de ver al Gral. F. Rivera sobre la margen izquierda busca envolverlo por el Oe. y ganar las alturas de Cuch. Maciel y aislarlo del Gral. J.A.Lavalleja que por sus informes lo hacía en La Cruz. A tales efectos cruza la Cañada del Medio y de los Patos y forma sobre las alturas con frente al Este. 2.El Gral. J.A. Lavalleja, con su 2do.Cuerpo y los 1er. y 2do. Escs. Lib. en la madrugada del 12 de Octubre reúne su Ejército en la Horqueta del Sarandí apróx. a las 5 de la madrugada. Acorde a las órdenes recibidas del Gral. J. A. Lavalleja el Gral. F. Rivera y su 1er. Cuerpo ya estaba listo. El contacto se materializará a partir de las 0900 del día 12 y finaliza aproximadamente a hasta las 14.00.

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CAPÍTULO 8 VIII DESPUES DE LA BATALLA. A. Explotación del Éxito. Recordemos que comenzada la lucha y ya próximo a las once de la mañana la iniciativa es de los orientales por lo que éstos niegan a los imperiales todo intento de reorganización pasando a través de la dinámica de la lucha a la fase de explotación. Del Parte de la Batalla del Gral J.A Lavalleja se extrae: ..”Fue tan grande la dispersión brasileña que en el momento de que los elementos del 22 Reg. de Caballería de Línea (R. Pardo) tratan de cerrar la brecha los Dragones de la Unión lo obliga a volver grupa impidiendo que se reorganice...” Asimismo don Ramón de Cáceres recalca: “.. Los Dragones de Río Pardo tratan de cerrar la brecha y unirse a Alencastre, pero allí están los Dragones de la Unión que los obligan a volver grupas aun cuando su valiente carga cuesta una herida a Latorre.” Tengamos en cuenta que el 22 Reg. de Caballería de Línea se encontraba en el flanco derecho del dispositivo imperial y tratara de cerrar la brecha generada en el centro de su dispositivo (Alencastre). ¿Cuál fue el estado final del enemigo luego de esta contundente derrota que dio paso a la audaz explotación.? Veamos a través del Parte de don Pedro Lenguas cual fue el resultado de la batalla; ...”Los enemigos dejaron en el campo de batalla quinientos setenta y dos muertos y ciento treinta y tres heridos, cincuenta y dos oficiales, incluso tres tenientes coroneles, quinientos veintiún soldado prisioneros sin contar los heridos, mil doscientas carabinas, ochocientos cuarenta sables útiles, más de doscientos rotos, seiscientas cincuenta pistolas, cincuenta lanzas, mil setenta cananas, diez mil cartuchos a bala, y todas sus caballadas, cuyo número se aumentó posteriormente, habiéndose rendido el día 14 al teniente Aguilar que mandaba una partida de veintisiete hombres en la costa del Arroyo Grande una fuerza de dieciséis oficiales siento diecisiete soldados con noventa tercerolas, ochenta sables, y cuarenta y cuatro pistolas e igualmente en la costa de Maciel el teniente coronel Pedro Pintos, con ocho soldados, todos armados. El ejército de la Patria sufrió la pequeña pero sensible pérdida del capitán D. Matías Lasarte, de dragones libertadores, y treinta y cuatro soldados muertos; y heridos, el coronel D. Andrés Latorre, capitanes D. Pedro Correa, D. Juan Salado, D. Manuel Nal y D. Cayetano Pires tenientes, D. Gerónimo Berrueta, D. Juan Galvan, d. Lucio Donado, D. Tomás Aguilera, D. Felipe Almeida y D. Juan Fernández; los alférez, D. Abdon Rodríguez, D. Manuel Andion, y D. Francisco Marquez, y sesenta y siete soldados. Esta decisiva derrota dio pie a que sin transición se pasase a la próxima fase de la batalla. B. Persecución. El Gral. Lavalleja en su parte del 14 de Octubre dice...”los encontraron, arrollaron, sablearon y despedazaron persiguiéndolos más de 2 leguas hasta ponerlos en completa dispersión”...

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...”Producida la fuga de Bentos Manuel que del otro lado del Sarandí y según su parte, apenas puede reunir cuatrocientos hombres, aquello fue un verdadero sálvese quien pueda. En esos momentos en que la victoria embriagaba a los orientales, en donde muchos vieron hasta la posibilidad de equiparse y pocos de tomar un prisionero; cuando hasta los vecinos aprovecharon y pudieron contarse “setenta y tantos muertos a sus manos” y sólo eran prisioneros aquellos “caídos en buenas manos”; cuando los brasileños no sabían ya donde meterse y se encontraba al Tte. Coronel Pedro Pinto de Araujo con un soldado, metidos en las zanjas del Maciel; surge más gloriosa, más arrogante y sublime, la militar figura del General Rivera, del que fuera el primer soldado de nuestra Independencia, el mismo de los heridos del Rincón, que sabe su misión en la batalla, pero que es clemente para el vencido que sabe que el honor de la Patria está en el honor de sus servidores y allí, sobre el Sarandí, pudiendo masacrar a Alencastre cuando éste ya agotado ha puesto sus armas en pabellón, lo toma prisionero, deja custodias para su garantía y con todas sus tropas en la mano, sigue adelante; él quiere realizar la persecución para tener una oportunidad de proponer la paz a un enemigo que dispara. Siguiendo a Brito del Pino, dice: “Entonces pasó todo el Ejército y ya del otro lado llegó el General en Jefe; y el Sr. Inspector le dijo que iba en persecución de Bentos Manuel y que iba procurando ganar el Paso de Polanco en el Yí. Acto continuo marchó con su División con el Cuerpo de don Ignacio Oribe y las milicias de Maldonado”. “Pasamos Castro y Timote y llegamos al otro paso a las 3 y ½ pero ya los enemigos estaban del otro lado y habían hecho pedazos el bote. Siendo impracticable ya el paso, el Sr. Inspector mandó al Ayudante de tiradores Don José Leal para que invitara a Bentos Manuel a pasar a este lado a hablar con él; mas éste no quiso y sólo accedió a hablar río por medio. En efecto fue el Inspector con Don Goyo Mas y conmigo. Del otro lado estaba Bentos González y Mayor Bonifacio. El General le dijo que ya era tiempo que se acabase la guerra, que dónde estaban aquellos principios liberales del señor Bentos González, etc., etc.? a lo que respondió: que él era uno de los que más deseaban la paz; que ojalá estuviera en su mano; pero que él nada podía hacer y sí sólo el señor Bentos Manuel.- Entonces reparamos que éste estaba al lado de un grande árbol con una Chapza. Invitado por el General Rivera a lo mismo respondió: que había jurado al Emperador y había de morir por él. Entonces le responde aquél que se preparase pues lo iba a correr hasta la frontera y añadió: “No piense señor Bentos Manuel que ahora pelea con Artigas, o con Don Andrés Latorre”; y respondió Bentos Manuel: “pero hé con don Frutos Rivera”. Se despidieron y nos retiramos a la costa. Al anochecer el General hizo pasar una guardia del otro lado (pues los enemigos se habían puesto en marcha aquella hora)”. Es muy esquemática la actitud ofensiva materializada por las tropas orientales cuando rápidamente y sin transición pasan a la persecución de las tropas imperiales. Apoyándonos una vez más en nuestro marco teórico de referencia esta actitud esta en asociado a lo prescripto por el R.C 2-15: “La persecución enérgica del enemigo derrotado es único medio de obtener una victoria completa y decisiva. La persecución se inicia tan pronto como se aprecia que el enemigo está retirando sus fuerzas. Los elementos encargados de la persecución realizan una acción frontal, para evitar que se reorganice y una acción envolvente para aislarlo y destruirlo.”

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Recordemos que los patriotas continúan la presión del enemigo sin desfallecer sobre la profundidad del teatro y sobre las huellas de su Retirada más allá de fronteras. Las comunicaciones que se explicitan a continuación reflejan su acrecentado esfuerzo ofensivo. El mismo día 12 de Octubre el Gral.F.Rivera envía al Gral J.A. Lavalleja el siguiente oficio: “Exmo. Señor: al tiempo que llegaba con mi división al Paso de Polanco acababan de pasar los enemigos, cuyo número será como de trescientos cincuenta a cuatrocientos; y como el Río está bastante crecido y las caballadas muy caminadas no he querido seguirlos y espero que V.E. me ordene lo que debo hacer”. “Los enemigos llevan la dirección como para Malvalar, pero yo hago pasar una partida para que los vaya observando. Espero la contestación de V.E. para dirigir mis marchas. Dios guarde a V.E. ms. Años. Campo y Octubre 12 de 1825. Fructuoso Rivera. Exmo. Señor Capitán General don Juan Lavalleja (nota) Van entre los enemigos Bentos Manuel, Bentos González y Bonifacio Isas, con todos hablé río por medio”. El día 13 pasaron el Yí “a nado y en pelota, los Dragones, los tiradores y la Escolta. El pasaje terminó a las dos de la tarde. Las milicias de Maldonado se quedaron atrás por falta de caballos”... ... Don Ignacio Oribe al Capitán Lavalleja Exmo. Señor Los portugueses llevan la dirección para Valles y no he seguido para el Cerro por hallarme a pié y estar mi caballada y la más de mi gente en ese Campamento general, pues la pérdida de soldados en la acción podrán haber sido 50 pertenecientes a mi Escuadrón y espero los que se hallan reunidos en ese Campamento general y mis caballadas para marchar. Dios guarde a V.E. ms. As. Cordoves, Octubre 15 de 1825. Exmo. Sor. Capn. Gral. Ignacio Oribe. Don Ignacio Oribe al Capitán General Lavalleja Son las 7 de la mañana y sigo en marcha a la Barra de las Palmas con el Cordoves donde esperaré la caballada que se me quedó en ese Campamento General, haré todos los esfuerzos posibles a adelantarme con 50 hombres sobre el Cerro Largo pues la falta de cabalgadura me privan por ahora de seguir con más fuerza, de este entorpecimiento lo preveía en el momento de salir, pero como soldado no tuve más que obedecer y salir si fuese posible a pié. Recibí un oficio del Exmo. Señor Inspector General en que me dice lo siguiente: “Según noticias de algunos tomados Bentos González pensaba separarse así que pasasen el Río Negro y retirarse para el Cerro Largo a dentrar por Aceguá, en esta virtud apresure Vd. Sus marchas sobre el Cerro Largo cuanto le fuese posible sobre Yaguarón a no darles tiempo alguno a que se reúnan. Proclame Vd. A los moradores de la frontera, ofrézcale protección a nombre del Gobierno, etc., etc.”. Fechado en Puntas de Malvajar, Octubre 15 de 1825. Ignacio Oribe

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CAPÍTULO 9

IX. CONCLUSIONES FINALES

A.La primer consideración que resulta relevante en la etapa de los Preliminares a la Batalla lo constituye la incertidumbre evidenciada por el Gral J. A Lavalleja sobre la dirección que tomaría el Cnel Bentos Ribeiro luego del “Combate del Águila” (4SET.25) .Esta Incertidumbre fue despejada por el 1er. Esc de Dragones Libertadores al mando del Tte.Cnel Manuel Oribe que se encontraba en misión de cobertura próximo a la plaza de Montevideo. “1er. Escuadrón de Dragones Libertadores Tte.Cnel.Manuel Oribe, 25 SS.OO. y 343 P/S en Canelones en Misión de Cobertura sobre la plaza de Montevideo, el que a su vez articuló el Escuadrón en 2 Partidas de Descubiertas. Cap. Ramón Pernas sobre Montevideo. Cap. Manuel Meléndez sobre el Tala.” En base a este marco realizaremos las dos primeras vinculaciones entre la Doctrina del Arma y los medios empleados para esta misión: 1.En cuanto a la naturaleza de estas tropas (Dragones) tengamos presente su conceptualización según lo explorado en dos fuentes : a. ¨Instituto del Arma de Caballería que existió en España hasta el Reglamento de 1 de Junio de 1845 y continúa en algunos Ejércitos...¨ b-..¨Soldado que combate a caballo y a pie.- los regimientos de dragones, donde los hay, pertenecen al arma de caballería; y si en algunos casos llegan a batirse a pie, eso lo hacen todas las caballerías del mundo cuando les es necesario. Los dragones, pues, son regimientos de caballería, sin que el nombre signifique nada. 2.En cuanto a la misión cumplida por estos (cobertura) y a las partidas de descubiertas enfatizamos: ¨Un destacamento de cobertura es un destacamento de seguridad empleado para proteger la progresión de las tropas, cuando se está en presencia del enemigo. Normalmente está constituido por un grupo de combate o sección o un escuadrón, bajo las órdenes de sus respectivos comandantes.¨(R.C 2-15) Asimismo las Partidas de Descubiertas se definenen como: ¨Las Partidas de Descubiertas: Hacían las veces de patrullas de reconocimiento, sin llegar a comprometerse, buscaban el informe, por vecinos, tomando prisioneros en emboscadas o golpe de mano¨ ( Cap. Frnandez, Zina). B. El Ejército Oriental en el correr del mes de septiembre de 1825 producto de su despliegue estratégico dentro del territorio de la provincia y condicionado naturalmente por su dependencia logística y el dispositivo enemigo se va a encontrar muy disperso. Ponderando en forma muy precisa las intenciones del enemigo que como se recordará preveía: “ un plan netamente ofensivo que consistía en formar un fuerte ejército de las 3 armas para luego batir separadamente a las fuerzas orientales donde se encontraran” ( Río Branco “Esbozo Biográfico del Gral. José de Abreu”.) le era necesario al Gral. J. A Lavalleja disponer de elementos que proporcionasen información permanente sobre el enemigo. En función de estos elementos esenciales de información es que el Gral. J. A Lavalleja hipotecará en forma descentralizada a los Escuadrones de Dragones Libertadores según queda documentado por el memorista don Ceferino de la Torre en estos términos:

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...”Los dos Oribes recibieron la orden de seguir al enemigo y dar aviso”... y el cumplimiento a esta orden la vemos reflejada a través de solamente dos reportes de los tantos elaborados entre los días 4 al 11 de octubre : El Sgto. Mayor Ignacio Oribe (2°. Esc. de Drag. Lib.) en su Informe de Reconocimiento de fecha 5 de octubre alertará al Gral. J.A.Lavalleja: ...” Son las nueve de la noche y recibo el parte de haber ayer pasado Bentos González por la sierra de Nico Pérez con dirección a Casupá llevando la marcha precipitada por lo que dejan muchas caballadas en su tránsito si V.E. me manda 300 hombres haré lo posible a alcanzarlos antes que pasen a reunirse con Bentos Manl. pues serán en número de seiscientos yo me hallo en la Costa del Tala y despacho una partida de observación mientras V.E. se digna impartirme órdenes. Dios guarde a V.E. muchos años para felicidad de la Patria. Costa del Tala Octubre 5 de 1825. IGNACIO ORIBE. Exmo. Sor. Gobernador y Cap. Gral. de la Provincia.

Esc. de Dragones Libertadores en los siguientes informes de reconocimiento: “11 Octubre 1825. Oficio Gral. Fructuoso Rivera al Gral. Juan A. Lavalleja...”acompaña el parte pasado por Don Manuel Oribe, el cual instruye del movimiento de los enemigos en dirección al segundo y tercer gajo del Mansavillagra.”... “11 Octubre 1825-. Oficio del Tte. Cnel. Manuel Oribe al Cap. Gral. Juan A. Lavalleja... Anoche después que los enemigos fijaron su dirección hacia la espina de Cruz donde se hallan ahora que son las nueve de la mañana hice marchar toda la fuerza Timote abajo y se siguen su marcha por la costa de este arroyo me moveré sobre las Puntas de Castro pasando a V.E. el aviso con oportunidad...” Estos medios materializan dos características del arma de caballería, la primera en el objetivo que persigue su misión de cobertura que ya fue tratado anteriormente y la segunda tiene que ver con la autonomía y descentralización que le imprimieron a su misión. Sobre esta última nos comprende la doctrina del arma de caballería en sus principios cuando refiere a esta actitud de esta manera: “La movilidad de la Caballería le permite trasladarse rápidamente y operar sobre una amplia zona y a grandes distancias de las fuerzas de apoyo que actúan en el campo de combate.” (RC 2-15) C. Contribuyendo a la validación de nuestra Hipótesis tenemos también que destacar el esfuerzo de estos Escuadrones para engañar al enemigo ,volvamos a la propia crónica histórica brasilera: ”... en la mañana del 12 de Octubre de 1825 atravesaron el Ao. de Castro, afluente del Yí y cerró con el enemigo en el lugar denominado Horqueta del Sarandí Cabecera del Ao. Sarandí...” Lavalleja no estaba solo como suponían los brasileños; Rivera ya se le había reunido...” (Gral. Tasso Fragoso) Estas transcripciones son un aporte inobjetable a la misión de contra-reconocimiento cumplida ,vayamos a la doctrina: “El contra-reconocimiento efectuado por la caballería comprende todas las medidas tomadas a fin de impedir la observación o el reconocimiento terrestre enemigo sobre una unidad. Las unidades de caballería en misión de contra-reconocimiento procuran dificultar el reconocimiento terrestre enemigo eliminando o neutralizando los elementos de reconocimiento terrestre enemigo.

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En la ejecución de contra-reconocimiento, la caballería puede obrar ofensivamente, defensivamente o pude llevar a cabo una sección retardatriz valiéndose en suma de todas las formas de combate cuando fuera necesario.”(R.C 2-15) D. Es por mas elocuente que las consecuencias en el plano táctico y estratégico permiten sustentar que se desarrojó un golpe decisivo a las tropas imperiales, veamos la crónica : ...“Los Orientales acaban de dar al mundo un testimonio indudable del precio en que estiman su libertad; dos mil soldados escogidos de Caballería Brasilera comandada por el Coronel Bentos Manuel han sido completamente derrotados el día 12 en la Costa del Sarandí, por igual fuerza de estos valientes patriotas que tuve el honor de mandar. Aquella división, tan orgullosa como su Jefe, tuvo la audacia de presentarse en campo descubierto, ignorando sin duda la bravura del Ejército que insultaban...” ...“ En una y otra línea no procedió otra maniobra que la carga y ella fue ciertamente la más formidable que pueda imaginarse, los enemigos dieron la suya a vivo fuego el cual despreciaron los míos y a Sable en mano y carabina a la espalda, según mis órdenes, encontraron, arrollaron y sablearon persiguiéndolos más de dos leguas hasta ponerlos en la fuga y dispersión más completa...”) (Partes de la misma contenido en de F. Garcia (1975:40 )firmado en el Cuartel General del Durazno el 13 de Octubre de 1825 por Pedro Lenguas ( Enc. de la Mesa de Guerra). La doctrina en análisis acota: “.. su medio de acción más efectivo es en grandes masas y en acciones rápidas y decisivas.” “La movilidad de la Caballería en el campo de combate le permite concentrarse rápidamente para un ataque decisivo o romper el combate bruscamente para poder renovar la acción en otra parte.”(R. 2-15) E. En momentos que los imperiales llegaban al punto culminante durante la Batalla se exterioriza en las filas orientales una contundente determinación de definir y sellar la misma. El relato clarifica la situación: “.. Los Dragones de Río Pardo tratan de cerrar la brecha y unirse a Alencastre, pero allí están los Dragones de la Unión que los obligan a volver grupas aun cuando su valiente carga cuesta una herida a Latorre.” Tengamos en cuenta que el 22 Reg. de Caballería de Línea se encontraba en el flanco derecho del dispositivo imperial y tratara de cerrar la brecha generada en el centro de su dispositivo .(Alencastre).(Gral.Tasso Fragosso) Esta reacción de estas tropas de caballería (Dragones de la Unión) están enmarcadas en la doctrina revisada en estos términos: “la apertura de la brecha y la penetración son medios para alcanzar un fin: la explotación propiamente dicha.”(R.C 2-15.) F. Producida la derrota de los imperiales tengamos presente que su precipitada retirada estuvo cubierta por el May. Alencastre. Los Cnels. Bentos Ribeiro y Bentos Gonzalvez tratan de romper el contacto hacia el Po. Polanco del Yi actitud que decididamente es seguida por una ininterrumpida persecución. Se recoge la misma de esta manera: ...”los encontraron, arrollaron, sablearon y despedazaron persiguiéndolos más de 2 leguas hasta ponerlos en completa dispersión”...

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...”Producida la fuga de Bentos Manuel que del otro lado del Sarandí y según su parte, apenas puede reunir cuatrocientos hombres, aquello fue un verdadero sálvese quien pueda. “Entonces pasó todo el Ejército y ya del otro lado llegó el General en Jefe; y el Sr. Inspector le dijo que iba en persecución de Bentos Manuel y que iba procurando ganar el Paso de Polanco en el Yí. Acto continuo marchó con su División con el Cuerpo de don Ignacio Oribe y las milicias de Maldonado”. Queda documentada en esta fase de la batalla la efectiva participación nuevamente del 2do Escuadrón de Dragones Libertadores del Sgto. Mayor Ignacio Oribe y la vinculación de su operación con el R.C 2-15, tal como a continuación se transcribe: “La persecución enérgica del enemigo derrotado es único medio de obtener una victoria completa y decisiva. La persecución se inicia tan pronto como se aprecia que el enemigo está retirando sus fuerzas. Los elementos encargados de la persecución realizan una acción frontal, para evitar que se reorganice y una acción envolvente para aislarlo y destruirlo.” G. Superada le reflexión en plano táctico apoyados del análisis contemporáneo haremos mención ,de una consideración que es a nuestro criterio totalmente aceptable para esta Batalla .La misma refiere al impacto y la dimensión con que se ve afectado un contendiente que sufre una derrota decisiva. A tales efectos Clausewitz (1988:365) expresará : “decisión es un concepto que los historiadores militares utilizan en forma ambigua, mediante la batalla decisiva simplemente se refieren a una batalla que tiene un resultado que termina con la clara victoria de un bando sobre otro, pero también –sigue el autor- ä una batalla cuyo resultado causa algún cambio real en la dirección de los asuntos humanos lejos del campo de batalla, provocando la caída de un poder hasta entonces dominante ,poniendo fin a una ala irresistible hasta ese momento de expansión imperial derribando un sentido político, cortando en seco la carrera de un héroe conquistador.” Traemos a consideración que como consecuencia inmediata de esta acción el 27 de octubre de 1825 Buenos Aires reconocerá a la Provincia Oriental en su aspiración de unión a las Provincias Unidas del Río de la Plata proclamada el 25 de agosto de 1825 entrando en guerra con el Imperio del Brasil en diciembre del mismo año. Y de que manera tan elocuente en esa época contemporánea se rememoraba la acción decisiva de la caballería ,recordemos que la gloria perdida del Emperador Napoleón I en Waterloo en la tarde del 15 de Junio de 1815 donde Keegan ,J.(1990:144) nos ilustra sobre la Decisión que protagonizó la caballería británica precipitando la derrota de los franceses en tan trágica jornada, de esta manera:“..A la orden del Duque de Wellington, toda la línea avanzó detrás de la caballería británica que quedaba. La batalla de Waterloo casi había terminado-porque los prusianos aún estaban trabados en combate con los franceses en el flanco este-y Napoleón había sido vencido.” H. Finalmente, es por mas elocuente que se le infligió al enemigo una gran derrota, pero entendemos que si bien la destrucción y el material capturado fue de grandes dimensiones, mayor fue el efecto sobre su moral .Aconteció lo que Clausewitz (1987:44) sostenía en estos términos: “ Es una experiencia reconocida que excepcionalmente las pérdidas materiales presentan diferencias sensibles entre uno y otro bando durante el combate, a menudo son iguales y a veces también, en el momento en que la suerte se decide

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a su favor, es el vencedor quien más ha sufrido. Para el vencido, las mayores pérdidas comienzan recién con la retirada, y desde ese momento su adversario no las comparte ya con él en la misma medida. Los hombres, agotados, no pueden marchar más; los batallones, quebrantados y disgregados, son derribados por la caballería; los cañones y carros de munición en parte destrozados, en parte demorados por los malos caminos, caen en manos del vencedor; los destacamentos aislados se extravían en la oscuridad y son copados sin poder defenderse; la victoria, en una palabra, no toma realmente cuerpo sino cuando ella ya está decidida. Sin embargo, las fuerzas materiales no se agotan solas durante el combate; también se conmueven y se quebrantan las fuerzas morales. No es sólo como resultante de las pérdidas en hombres, caballos y armas que uno se resigna a abandonar el campo de batalla, sino más aun por lo perdido en punto a valor y confianza, y esto es de un orden tan universal que cada vez que las pérdidas materiales han quedado equilibradas entre ambos bandos, la conservación de las fuerzas morales es la que, por sí sola, ha decidido la victoria. I. Finalmente, debemos precisar que uno de los anexos del trabajo refiere a la biografía de los comandantes de fracción que participaron en la Batalla. Tal inclusión estuvo pautada por dos motivos, el primero por haber sido éstos resaltados a título expreso en la O.I.G.E No. 2883 del 4 de diciembre de 1951 y por el otro apropiarnos en forma indirecta de una reflexión que Hart, L (1943:21) en relación a la perspectiva sicológica que anima a los comandantes y que tiene mucho que ver con su foja de servicios , ese conocimiento él lo asociaba con la siguiente interrogante ¿“que hay del otro lado de la colina”?. J. A modo de corolario nos gustaría aportar la opinión de la historiografía brasilera sobre la Batalla donde explícitamente reafirma las características de ambos contendientes: ...”cuando Lavalleja levanta el grito de rebelión, nuevamente la Banda Oriental reactiva sus antiguas aspiraciones de patriotismo y de gloria y la CABALLERIA BRASILERA, que adormecía sobre los laureles logrados, despierta, otra vez, de espada en la mano. Son diferentes los acontecimientos que vendrán, pues la táctica de las fuerzas irregulares de Artigas, alimentadas por un ideal, sucumbe cuando Lavalleja, la CABALLERIA LIGERA que predomina en las formaciones, con su entusiasmo patriótico y el arma blanca, VENCE, GLORIOSAMENTE, a la vieja táctica de la guerra.( Contribución para la Historia de la Guerra entre Brasil y Bs. As. Pág.167.) K. Acorde a las inferencias desarrolladas precedentemente se ha logrado validar la Hipótesis de Trabajo con que se encaró el estudio. A tales efectos y por propiedad transitiva se ha logrado cumplir con el Objetivo propuesto en la presente investigación.

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BIBLIOGRAFÍA

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ANEXO Nº1 : BOLETÍN M.D.N 3136

Orden de la Inspección General del Ejército Año XVII – N°.2883 – Montevideo, 4 de Diciembre

de 1951 Para su cumplimiento y demás efectos, se hace saber al Ejército lo siguiente: Boletín del Ministerio de Defensa Nacional N°. 3136.- Día de Celebración del Arma de Caballería y de Aeronáutica.- - A fin de que se conozcan los principales fundamentos de la determinación

del día del Arma de Caballería y de la Aeronáutica, se transcriben a continuación los decretos respectivos.

Decreto N°. 19823, de fecha 27 de noviembre de 1951. Ministerio de Defensa Nacional. – Montevideo, 27 de noviembre de 1951. –

Visto: estos antecedentes por los cuales la Inspección General del Ejército propone la fecha -12 de Octubre- como día de celebración del Arma de Caballería. – Considerando: que la fecha propuesta, aniversario de la Batalla de Sarandí, a juicio del Poder Ejecutivo es la que mejor se aviene a la finalidad perseguida, dado que en dicha Batalla ocurrió una coincidencia de circunstancias honrosas para el Arma, como lo son la intervención del Regimiento de Caballería más antiguo, la decisión de la batalla obtenida por una carga de caballería y la participación de todos los próceres de la Cruzada Libertadora, que empeñados en la emancipación de la Patria no los había separado todavía la pasión partidaria. – Atento: a que habiéndose ya establecido los días de celebración de otras Armas de nuestro Ejército, corresponde en razón de lo expuesto acceder a lo propuesto. – El Presidente de la República, Declara: Artículo 1°. – Institúyese como día de celebración del Arma de Caballería el –12 de Octubre- Artículo 2°. – Comuníquese, publíquese y archívese. – MARTINEZ TRUEBA. – Celiar Ortiz.

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ANEXO Nº 2 :EXTRACTO BIOGRÁFICO DE LOS COMANDANTES

ORIENTALES QUE PARTICIPARON EN LA BATALLA DE SARANDI.

La determinación de incluir a los principales comandantes que participaron en la batalla nos generó un conflicto que finalmente se disipó . El mismo estuvo constituido por el temor de soslayar el protagonismo de nuestros “paisanos –soldados” dado que también ellos y sus precarias ,harapientas e indigentes familias más que nadie soportaron la desolación, la pobreza, en definitiva el sacrificio que fue infinito y sin compasión. Aquel “sacrificio” que el General San Martín en Marquéz G.( 1999:106 ) refiriéndose a la entrega de sus paisanos con agobio y dolor decia: “ siempre les pido sacrificio y más sacrificio y dudo que vendrá después de éste” No obstante ,nos reconforta el hecho que ya la historiografía haya recuperado de su anonimato y ubicado en su merecido sitial a los beneméritos protagonistas de aquel amanecer glorioso del 12 de octubre de 1825 . Obviamente el haber incluido las listas de revista de este personal si bien hubiese sido una justa realidad no dejamos de pensar que para la finalidad de la tesis hubiese carecido de relevancia.

LA INDUMENTARIA DE LOS HEROES

Los jefes orientales de 1825 usaron uniformes modestos, sin los distintivos adornados obordados de oro y plata comunes en otros ejércitos. Se asemejaban en su sencillez a losutilizados por Artigas, cuyo ejemplo indudablemente siguieron. En cambio montaron en buenoscaballos, como se lo permitían y facilitaba nuestra campaña, abundante en diversísimas clases ypelajes. Se tiene el testimonio del Teniente de Húsares José Costa, de las prendas usadas por Lavalleja,Rivera (ambos llevaban banda a media espalda), e Ignacio Oribe, cuando peleó a su lado en labatalla de Sarandí. La indumentaria de LAVALLEJA consistió en una casaca corta (ropa ceñida al cuerpo conmangas hasta la muñeca y faldones hasta la parte opuesta de la rodilla) de paño azul, con vivos(filetes en los bordes) encarnados (colorados). Pantalón azul. Una gorra con galón ancho, concapirusa que la cubría en caso de lluvia. Bota granadera de vaqueta. Espada con vaina de suela ychapas de metal. Comandó la acción, jinete en un “malacara” con una lista en la frente. Sumodesta montura llevaba pistoleras. RIVERA usó chaqueta azul (prenda con mangas y sin faldones), con piel o cuero renegridoalrededor, en el cuello, bocamangas y pecho, alamares (ojales superpuestos) y muletillas(botones largos), que la ceñían hasta la cintura. Pantalón azul. Gorra con galón ancho. Botagranadera de cuero. Espada con vaina de metal. Jineteó con hermoso “tordillo” mezclado denegro y blanco. En tanto que ORIBE vistió casaca y pantalón azul, poncho a media espalda, sombrero de “jipi-japa” con penacho punzó en el cintillo. Montó un “zaino” negro de soberbia presencia.

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Brigadier General JUAN ANTONIO LAVALLEJA (Comandante Ejército Oriental).

Prócer de la independencia, Jefe de los Treinta y Tres y miembro del Triunvirato de Gobierno de 1853. Respecto a la fecha de su nacimiento, el historiador Angel H. Vidal la fija en 24 de junio de 1784, en Santa Lucía (Depto. de Minas), coincidiendo en varios detalles con lo que expresa el registro de bautismos constante en la Iglesia de Minas. En él se dice que el 8 de julio de 1784, en esa Capilla de la Purísima Concepción de las Minas, el cura Juan Tomás Chiasuca bautizó solemnemente a Juan Antonio, de algunos días de nacido, hijo legítimo de Manuel Pérez de La Valleja, español, de Huesca, y de Ramona Justina de la Torre, española asimismo.... Partícipe en las faenas rurales, robusto mozo, aunque de estatura no muy aventajada, excelente jinete, el alzamiento patriótico de su país respondiendo al grito del 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires, tuvo en Lavalleja desde la hora primera un decidido y entusiasta soldado, que PELEÓ EN LAS PIEDRAS Y QUE EN 1813 ERA YA OFICIAL DE LA DIVISION DE MANUEL FRANCISCO ARTIGAS. A órdenes de Fructuoso Rivera en la lucha entablada entre Artigas y los porteños centralistas, tuvo el cometido de mantenerse sobre las huellas del coronel Manuel Dorrego, hasta que, en los campos de Guayabos, éste se vio obligado a dar batalla para perderla y salir en derrota perseguido por Rivera vencedor, el 10 de enero de 1815. Sobrevino el año 16 la invasión portuguesa, si no sugerida, bien vista, a lo menos, por los enemigos de Artigas de ultra-río, y Lavalleja supo desempeñarse con buen éxito contra los extranjeros en la región minuana, los pagos de origen, cuyas abruptas sierras conocía como sus manos. En el 1817, capitán comandante de escuadrón, se sostuvo vigorosamente junto a Rivera en el Paso de Cuello, contra muy superior número de soldados del general portugués Lecor. El 3 de abril del año 18, una fuerza del teniente Oliverio Ortiz que marchaba a Paysandú, desprendida del ejército de Curado, sorprendió a Lavalleja en puntas del arroyo Valentín (ahora departamento de Salto) y lo hizo prisionero. El general enemigo lo remitió a Montevideo, río Uruguay abajo, con segura custodia y con barra de grillos. Lecor, por su parte, sin dejarlo siquiera bajar a tierra, lo trasbordó en primera oportunidad al buque que lo llevaría a Río Janeiro, donde quedó confinado en un pontón. Una hermana suya y su esposa la señora Ana Monterroso, mujer varonil y patriota, siguieron al preso a la capital brasileña. Ensayando en la Corte los trabajos de atracción del elemento vencido, que le tenía recomendado a su general Lecor ensayara en la provincia cautiva, el príncipe regente –futuro rey Juan VI- dulcificó la prisión de Lavalleja transfiriéndolo a la isla Das Cobras, y hasta parece que llegó a dispensarle algunas atenciones de índole personal. Después de estar tres años prisionero, en 1821, pacificada ya la Provincia Oriental que se incorporaba al Reino Unido, se autorizó su vuelta a Montevideo. Así que llegó al país tomó servicio en el Regimiento de Dragones de la Unión, cuyo jefe era el coronel Fructuoso Rivera, con empleo de teniente coronel y funciones de 2°. Jefe. Cuando proclamada la independencia del Brasil para constituirse en Imperio, estalló en 1822 la discordia entre Lecor, portugués que apoyaba el nuevo régimen, y Da Costa, que se conservaba fiel a Portugal, Lavalleja estuvo con Lecor, siendo uno de los militares que firmó el acta de aclamación y

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reconocimiento de Pedro I como emperador del Brasil, suscrito por su unidad en el arroyo de la Virgen el 17 de octubre de 1822, conforme la firmaron todos sus compañeros y su comandante. Más tarde aprovechó la oportunidad para ausentarse de la provincia y pasar a Buenos Aires en 1824, por lo cual las autoridades imperiales lo declararon desertor confiscándole los bienes.... Renovadas y activadas las inteligencias de los patriotas emigrados con los jefes que tenían algún mando en la Banda Oriental y se hallaban dispuestos a secundar una tentativa de revuelta, tanteando y tal vez apalabrando antes que nadie al coronel Fructuoso Rivera, jefe de uno de los mejores cuerpos de línea con que contaba el gobernador Lecor y poseedor de su plena confianza, se logró reunir al mismo tiempo y tras muchos esfuerzos, el dinero necesario para el equipo de la pequeña expedición que desembarcando en la costa oriental, debía provocar el levantamiento del país contra los odiados ocupantes. Juan Antonio Lavalleja fue el elegido para jefe de la peligrosa empresa, recomendado por su temerario valor y su probada audacia.... Comprendiendo Lavalleja que los factores sorpresa y rapidez eran decisivos, apenas montados sus hombres en los caballos que se les arrimó a la costa por diligencia de los hermanos Manuel y Laureano Ruiz, se emprendieron operaciones ofensivas, atacando y venciendo el 23 a Julián Laguna y Servando Gómez en el pueblo de San Salvador, logrando al día siguiente entrar en Santo Domingo de Soriano y seguir luego en busca del coronel Fructuoso Rivera, al cual se le encontró en el paraje llamado Monzón el día 29. Tras corta entrevista de los antiguos compañeros y amigos, Rivera quedó incorporado a las fuerzas patriotas con los soldados a sus órdenes. La adhesión de Rivera, atento su gran prestigio y sus vinculaciones en la campaña, equivalió sin duda alguna a una primer batalla ganada. Prosiguiendo las operaciones con idéntica actividad pero ya acrecentadas las fuerzas, las villas de San José y Canelones cayeron en poder de los patriotas, y el 14 de junio era establecido en Florida un Gobierno Provisorio bajo la presidencia de Manuel Calleros, que ascendiendo a Lavalleja a brigadier general lo confirmó en el mando en jefe que ejercía de hecho, mientras Fructuoso Rivera, con grado de general, entraba a ser Inspector de Armas. Desconocidos los actos de incorporación al Brasil el 25 de agosto de 1825, la Sala de Representantes proclamó la independencia de la provincia y de inmediato declaró su unión a las demás del Río de la Plata. Rivera ganó la acción del Rincón de Haedo el 24 de setiembre y el 12 de octubre Lavalleja obtuvo un hermoso triunfo en Sarandí. Los sucesos se precipitaron entonces y el gobierno de Buenos Aires, constreñido por la creciente presión de la opinión pública, vióse en el caso de intervenir en la lucha aceptando la Provincia Oriental como unida a las otras, lo que significaba la guerra con el Imperio del Brasil. El Ejército de Observación destacado hasta entonces en la costa del Uruguay, atravesó el río en enero de 1826, abriendo las hostilidades. En el intertanto ya habían surgido las primeras disensiones entre Lavalleja y Rivera, que si bien se acallaron casi enseguida, quedaron en punto que volverían a estallar. Lavalleja fue incorporado al Ejército Republicano precisamente para alejarlo del campo de la política y marchó a la campaña de Río Grande, tocándole hallarse en la jornada victoriosa de Ituzaingó el 20 de febrero de 1827. Poco tardó en desavenirse también con el general en jefe Carlos Ma. de Alvear, acrecentándose por ese motivo la inacción del Ejército Republicano, mientras los

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imperiales se preparaban activamente para reabrir las hostilidades. Hubo necesidad de retirarse y establecer cuarteles de invierno en Cerro Largo. Lavalleja, por su lado, sentó reales en el Durazno, hasta que a la separación de Alvear, en julio de 1827, ocasionada por un cambio de la política de Buenos Aires, fue envestido con el mando superior del Ejército Republicano, en momentos en que se hallaba en la capital porteña; y al procederse el 6 de julio a la elección de presidente provisorio de las Provincias Unidas, Lavalleja obtuvo 4 votos. Envuelto en el torbellino de disidencias y ambiciones de la época, deseoso naturalmente de mando y sin las luces que son atributo esencial de los hombres de gobierno, el general Lavalleja se extravió pronto en una serie de violencias de orden político - administrativo, culminados en la disolución de la Junta de Gobierno que presidía Joaquín Suárez, ejecutada por su orden el 12 de octubre de 1827. Felizmente, la Convención Preliminar de Paz del 27 de agosto de 1828, que se convino entre el Imperio y las Provincias Unidas, cambió las normas gubernativas de la Provincia. Lavalleja depuso la dictadura y el general Rondeau se hizo cargo del Gobierno Provisorio el 1°. de diciembre.... Pronunciado contra el orden institucional en julio de 1832, ganó la prioridad de rebelde a los poderes constituidos de su patria y fue derrotado y obligado a refugiarse en el Brasil. En 1834 reincide en su actitud, invadiendo la República con el auxilio de un gobierno extranjero enemigo del país, para finalizar de igual manera que antes. El valeroso guerrero había caído en esa época dentro de la órbita de influencia funesta del gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, que lo manejaba, que le proporcionó o le prometió elementos bélicos para sus desgraciadas expediciones y se encargó de seguir alimentando sus esperanzas de revancha. Rosas se valió de él, que seguía emigrado en la Argentina, en la primera época de la presidencia de Oribe –1835-36- usándolo como elemento de amenaza contra ésta. Sin embargo, cuando el general Rivera alzó pendón de guerra contra el gobierno de Oribe, a mediados del año 36, su actitud tuvo una completa variante y vino a ofrecer su espada a Oribe, desembarcando en Colonia el 1°. de agosto de 1836 al frente de un centenar de hombres, cuya reunión le facilitaron las autoridades del gobernador de Buenos Aires. Venía Lavalleja transformado en un entusiasta hombre de Rosas, según los términos del manifiesto que dio al país en esos momentos, y así lo expresa el doctor Eduardo Acevedo. Fue restablecido en su grado del ejército nacional, del que había sido radiado y compartió con el general Ignacio Oribe los laureles de Carpintería, el 19 de setiembre de 1836, y la responsabilidad de la derrota de Palmar, el 15 de junio de 1838. En octubre de 1838, cuando el presidente Oribe renunció el poder, Lavalleja, previa entrega a los riveristas de la plaza de Paysandú, cuya defensa le estaba confiada, se fue otra vez a la República Argentina para ponerse a servicio directo del tirano Rosas, y sólo tornó a la patria con el ejército del general Pascual Echagüe, como jefe de la caballería, en la invasión de 1839. Tuvo sitio en el ala derecha argentina en la batalla de Cagancha, donde el 29 de diciembre el ejército invasor sufrió una estrepitosa derrota y su actuación en la jornada no fue una actuación feliz. El general Manuel Oribe, en carta datada en Mandisoví, lo acusó abiertamente de ser “el único causador del desastre”, pero

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este juicio absoluto debe tomarse con reservas por obvias razones de política. No convenía a Oribe cargar demasiado al jefe rosista. El largo período de la Guerra Grande transcurrió oscuramente para el Jefe de los Treinta y Tres. Residente en el campo del Cerrito, donde tenía su pretendido gobierno legal el ex presidente Oribe, pasó desapercibido de todos –y si hemos de dar crédito a la palabra de Antonio Díaz- hasta sufrió verdaderas privaciones materiales. Después de la paz del 8 de octubre de 1851, fue dado de alta en el ejército como brigadier general, confiándosele la Comandancia Militar de los departamentos de Cerro Largo, Minas y Maldonado con fecha 5 de noviembre, y luego, en febrero de 1852, se le nombró Comandante de la 2ª. Sección Militar, por unas cuantas semanas. Desvinculado de ambos mandos tradicionales por esta época, pese a que blancos y colorados reclamen para sí lo que ya era solamente una reliquia de los tiempos heroicos, el coronel Melchor Pacheco y Obes, que en esos últimos años tenía mucho ascendiente sobre el débil espíritu del anciano brigadier, lo incluyó entre los miembros del Triunvirato de Gobierno que el 25 de setiembre de 1853 vino a sustituir al gobierno constitucional de Juan Francisco Giró, pero antes de cumplir un mes en sus funciones, el 22 de octubre de 1853, Lavalleja falleció repentinamente mientras despachaba en el fuerte de Gobierno. Este sumario aporte de Craviotto W (1981:109) nos parece también relevante : ... El Ministerio de la Guerra publicaba el 23 de octubre de 1853 un decreto por el cual se acordaba levantar una tumba por cuenta del erario público en la Iglesia Catedral, para depositar allí los restos de Lavalleja. Lucirían, a su frente la inscripción “El Pueblo Oriental a su Libertador”, en el costado derecho, “Al frente de 32 compañeros desembarcó en el Arenal Grande el 19 de abril de 1825, para libertar la Patria dominada por ocho mil soldados extranjeros”, y en el costado izquierdo, “Sirvió a la Patria 43 años, estuvo al frente de su primer gobierno, ganó la batalla de Sarandí, desempeñó por varias veces los destinos más elevados y murió pobre”. Y el 24 de octubre, en decreto del Ministerio de Gobierno, se expresaba: “El Gral. Lavalleja, después de haber consagrado su vida y su haber al servicio de la República ha muerto en un estado de pobreza tan público como honroso; ha muerto dejando a su desgraciada familia al borde de la miseria; ha muerto lleno de deudas que no ha podido satisfacer, porque el Estado había dispuesto de su fortuna. En su consecuencia es para la Nación un deber, impedir que su familia conozca necesidades, que serían una mengua para el pueblo de quien el Gral. Lavalleja fue el Libertador.” Por lo expuesto, a continuación se declaraban deudas de la Nación las del Gral. Lavalleja, se le otorgaba a su viuda el sueldo íntegro que le correspondía y la pensión de premio que oportunamente se les acordara a los 33. Firman este noble decreto: Flores, Juan Carlos Gómez, Lorenzo Batlle, Santiago Sayago. Honroso destino el de los Próceres: dar todo por la Patria, ocupar los más altos cargas y las más importantes posiciones y morir pobres.

General FRUCTUOSO RIVERA. Sabemos que era nacido un día 17 de octubre –fecha que se festejaba como de su cumpleaños- pero no hay, por ahora, documento auténtico que acredite el año y el sitio de la patria en que vino al mundo este soldado prócer. Ateniéndonos a una declaración suya, bajo firma, que hay en el libro de bautismos de la Iglesia de San Pedro de Durazno, habría nacido en el departamento de Florida, Isidoro de

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María, en sus “Hombres Notables”, edición de 1879, dice: “El general Rivera nació por el año 1788 en el Miguelete”, pero con posterioridad se rectificó, diciendo “nació poco más o menos por el año 1784”. Sus padres, Pablo Hilarión Perafán de la Rivera, cordobés, y Andrea Toscano, de Buenos Aires, vivían en Montevideo desde 1752, y después pasaron a poblar una estancia en Chamizo. No recibió Fructuoso Rivera instrucción aventajada y hubo de dedicar sus primeros años a las tareas de campo, en que vino a encontrarlo, en 1810, el levantamiento del país contra la dominación española. JUNTO CON SU HERMANO FELIX, SE PRESENTÓ VOLUNTARIO DE LA PATRIA EN DURAZNO, EN 1811 Y EN CLASE DE ALFEREZ HALLÓSE EN LA ACCION DEL COLLA, PARTICIPANDO DESPUÉS EN LA TOMA DE SAN JOSÉ Y EN LA BATALLA DE LAS PIEDRAS EL 18 DE MAYO DE 1811, luego de la cual se le promovió a capitán graduado. Durante el sitio de Montevideo en 1812, fue herido y tuvo ocasión de hallarse en la batalla del Cerrito el 31 de diciembre, alcanzando entonces la efectividad del grado. Señalado como uno de los más activos y ADICTOS JEFES DE ARTIGAS, después de dos años de constantes operaciones –1813-14- al romperse las hostilidades entre el jefe de los Orientales y los prepotentes directores de Buenos Aires, llevó a cabo su brillante retirada del Rabón, para aceptar luego la batalla que le ofrecía el coronel argentino Manuel Dorrego, y en Guayabos, el 10 de enero de 1815, le infligió una derrota tan a fondo que el jefe porteño escapó penosamente con un puñado de hombres, deshecho su ejército de unos 1500 soldados, Artigas, premiando la hazaña, dio a Rivera el grado de coronel. A la fecha de la segunda invasión portuguesa –el año 16- operando según el bien combinado plan de su prestigioso jefe, para hacer frente a enemigos tan numerosos y tan superiores militarmente, fue el primero en tomar contacto con la vanguardia invasora de India Muerta, Rocha, el 19 de noviembre. La desigualdad evidente de ambos ejércitos permitió a los portugueses doblar a los patriotas después de una lucha tenaz, y estos abandonaron el campo con más de trescientas bajas. Quebrada totalmente la resistencia nacional “al cabo de cuatro años de pelear solos”. Traicionado Artigas por Ramírez en Entre Ríos;; prisioneros Andresito y Lavalleja, Rivera únicamente se mantenía en pie, y en pie se sostuvo hasta el 28 de marzo de 1820, en que consintió en deponer las armas mediante un convenio con el general Lecor. “Esta provincia –ofició el portugués a su rey- está pues pacificada. Finalmente, señor, está vuestra majestad obedecido”. Prueban las palabras del jefe enemigo que Rivera no había entregado la particular espada de un vencido, sino que había depuesto - en ese momento- la espada del país. . . Diputado por Extramuros en 1821, firmó el acta de incorporación al Reino Unido de Portugal y Brasil. El mismo año se le confirió el mando del Regimiento de Dragones de la Unión, con el grado de coronel que tenía por la patria, y en 1822, en la disensión entre realistas portugueses e imperialistas brasileños, unióse a éstos, y en el curso de las hostilidades entre ambas facciones conquistadoras, Rivera fue el más valioso elemento con que Lecor pudo contar para la resistencia en campaña. A la hora del triunfo, Pedro I lo agració con el hábito de Caballero de la Orden del Cruzeiro, por carta imperial de 22 de enero de 1823, para promoverlo a brigadier general del Imperio el 23 de mayo de 1823 y darle la efectividad el 12 de octubre.

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Dueño de la confianza del gobernador Lecor, se le hizo Comandante General de campaña al siguiente año reteniendo el mando de sus Dragones, y en el desempeño de tan importante cargo tuvo lugar la invasión del 19 de abril de 1825, encabezada por Lavalleja, con miras de sublevar el país. Convertido ... en segundo jefe del ejército libertador, ganó el 24 de setiembre la batalla de Rincón, y participó del triunfo de Sarandí el 12 de octubre. A la hora de entrar a territorio oriental el ejército de las Provincias Unidas como estas declararon la guerra al Imperio del Brasil, fue reconocido como general de división; pero por diferencias con Lavalleja, que sobrevinieron, abandonando el ejército, pidió el 21 de abril su pase a Buenos Aires y de aquí enseguida, se puso en marcha para Santa Fe, donde gobernaba el general Estanislao López. En Santa Fe, de acuerdo con López y auxiliado por él, planeó –apartado según se hallaba de la lucha- una operación militar independiente que consistía en invadir el territorio brasileño de Misiones, llevando la guerra a un escenario remoto donde nadie podía esperarlo. El 25 de febrero de 1828, dando comienzo a una empresa audaz, digna de un militar de verdaderas aptitudes, entró a la patria por el departamento de Soriano, y atravesando una distancia enorme, alcanzó las márgenes del río Ibicuy y lo vadeó el 21 de abril, después de rechazar una gran guardia brasileña. Ya en territorio enemigo organizó rápidamente, con ayuda de los pocos jefes y oficiales que lo acompañaban, el Ejército del Norte abriendo un nuevo frente de pelea ante la sorpresa del Imperio. Basculada la lucha por esta brillante campaña, la gravitación de Rivera se hizo sentir inmediatamente en el cuadro general de las operaciones de guerra, apresurando el ajuste de la Convención Preliminar de Paz. La conquista de las Misiones fue decisiva en el curso de los acontecimientos y el Ejército del Norte quedó reconocido como ejército nacional. Ministro de Guerra del Gobierno Provisorio el 28 de agosto de 1829, el 24 de octubre de 1830 resultó electo Primer Presidente Constitucional de la República. En su período de mando, aunque tuvo que debelar por las armas dos movimientos anárquicos provocados por el general Juan Antonio Lavalleja, se estructuró la nación, con la colaboración de los más eminentes hombres civiles que fueron llamados y utilizados. Sin embargo, Rivera, carente de un concepto cabal de sus obligaciones y de sus atribuciones, y por natural desordenado, comprometió el crédito de su administración en materia administrativa. Sustituido en la presidencia por el general Manuel Oribe, cuya candidatura patrocinó hasta llevarla al triunfo en la certeza de que podría prolongar su predominio a través de su compañero y amigo, pronto se desavinieron entre sí, y Rivera tomó la determinación, demasiado radical y difícilmente justificable, de lanzarse a campaña enarbolando bandera de rebelión contra los legítimos poderes, el 16 de julio de 1836. Obtuvo algunas ventajas parciales, pero el 19 de setiembre la derrota de Carpintería lo puso en el caso de salir del país, yendo a refugiarse al Brasil. De aquí con nuevos y mayores elementos, tornó a la lucha el 12 de mayo de 1837, y el 22 de octubre, en Yucutujá, obtuvo un triunfo sobre el propio presidente Oribe, que había asumido personalmente el mando del ejército. Batido a su turno en el Yí, en noviembre de ese mismo año, el 15 de junio del 38 consiguió derrotar a los generales gubernistas Ignacio Oribe y Juan A. Lavalleja en Palmar, y desde entonces fue dueño virtual de la situación. Oribe abandonó la República, después de haber renunciado la Presidencia el 23 de octubre, de acuerdo con un pacto que ponía fin a la guerra civil, y Rivera, asumiendo el gobierno de facto, retuvo en sus manos la suma del poder público,

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hasta que fue elegido Presidente una nueva vez, para el período 1839-43, el 1°. de marzo. Diez días más tarde, la República declaraba la guerra a Rosas, gobernador de Buenos Aires, que mandaba en la confederación Argentina, y descubierto enemigo de nuestro país. Rosas respondió enviando a la República un fuerte ejército mandado por el general Pascual Echagüe, junto con el cual venían los generales uruguayos Juan A. Lavalleja y Eugenio Garzón. Rivera les ofreció combate en Cagancha, lugar del departamento de San José, a corta distancia de Montevideo, el 29 de diciembre de 1839 y Echagüe fue derrotado completamente, viéndose en el caso de repasar en fuga el río Uruguay, a la par de todos sus generales. Continuando la guerra en 1842, pasó Rivera a la provincia de Entre Ríos, en operaciones combinadas con los unitarios argentinos, pero el general Oribe, a servicio de Rosas, lo batió en Arroyo Grande el 6 de diciembre, aniquilando el ejército nacional a la vez que se colocaba en situación de invadir, a su turno, la República.... De inmediato el Presidente, delegando el mando en el presidente del Senado Joaquín Suárez, quedó en campaña al frente de los ejércitos, y con fortuna pudo mantener en constante jaque a las fuerzas enemigas. Su período de gobierno había concluido el 1°. de marzo de 1843 y seguía la presidencia cuando a fines de 1844, Rosas creyó llegado el momento de modificar el cuadro, urgiendo al gobernador de Entre Ríos, general Justo José de Urquiza, que operaba con miras de batir a Rivera, para que, mediante una persecución tenaz y sistemática destruyese las fuerzas del caudillo. El general Servando Gómez, moviéndose concertadamente con el entrerriano, cooperó al plan y hasta el general Eugenio Garzón, acampado en Arroyo Grande, movilizó gente por la parte del Salto. Obligado a levantar el sitio, que por segunda vez ponía a la Villa de Melo, Rivera volvió al sur atravesando el departamento de Minas, con un ejército respetable armado y equipado, proponiéndose tomar contacto con el gobierno de Montevideo y hacerse de nuevos recursos por vía marítima, por el puerto de Maldonado. Urquiza marchó en su seguimiento y la batalla, inminente desde varios días, se dio el 27 de marzo de 1845 en los campos de India Muerta –fatales ya otra vez al general Rivera. Este, después de oír a sus jefes en consejo, aceptó el encuentro, pero fue derrotado completamente en las horas de la mañana. “Pocas veces se registrará en los fastos luctuosos de las guerras de los pueblos –dice Antonio Díaz- un hecho revestido de más bárbaros procedimientos”. Al día siguiente de la batalla, Urquiza hizo degollar a todos los prisioneros. Rivera, perseguido de cerca, tuvo que ganar el Brasil y el general Anacleto Medina salvó, por Santa Teresa, los restos del ejército. El gobierno de Suárez, por decreto de 10 de agosto, había creído oportuno alejar temporalmente a Rivera de la República, y el vencido de India Muerta vivió en Río Janeiro hasta que en marzo del año siguiente, embarcándose para Montevideo, presentóse en el puerto el 1°. de abril, dando pie a una sublevación de sus partidarios, los cuales, después de triunfar, obtuvieron para el ex Presidente la jefatura de armas de la capital y enseguida el cargo de general en jefe del ejército de operaciones. Volvió de esta manera a salir a campaña, pues bien comprendía que su presencia en la capital sitiada era incompatible con la marcha de cualquier gobierno, y obtuvo éxitos como la toma, de Mercedes, el 14 de junio, y la de Paysandú en enero de 1847.

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Pero estos triunfos, que eran más espectaculares que de positivas consecuencias para el resultado de la guerra, no le permitieron sostenerse en el oeste, y atravesando la República diagonalmente, luego de sufrir un contraste en las Animas durante el trayecto, vino a encerrarse en la plaza de Maldonado –sitiada en esos días por los oribistas- para hacerse cargo de la defensa, a principios de febrero de 1847. Con fecha 19 de este mes el gobierno decretó el cese de Rivera en la jefatura del ejército, nombrándolo en cambio Inspector General. Rivera, que no podía despojarse de sus atributos de caudillo, estaba en interdicto muy serio con las autoridades de la República, pues con prescindencia de éstas, y por su cuenta y riesgo, tenía iniciado tratos directos con el general Oribe a través de las líneas defensivas de Maldonado, buscando entenderse, de igual a igual, en cosas que no estaban en sus atribuciones de simple jefe militar. Suárez, en posesión de esa certeza, le quitó el mando por resolución de 3 de octubre y el día 5, el Ministro de la Guerra coronel Lorenzo Batlle, constituyéndose en un barco en Maldonado, procedió a su aprehensión, obligándolo a embarcarse para el Brasil. Cuatro años prolongase la expatriación llena de amarguras de todo género, pues vino a mezclarse a la pobreza, la falta de salud. El decreto por el cual se le levantó el destierro y la prohibición de volver a la República, lleva fecha 30 de octubre de 1851, y lo firman como ministros de Suárez, Manuel Herrera y Obes y Lorenzo Batlle. El gobierno imperial, de su lado, levantó constantes obstáculos a la vuelta del caudillo, cuya decadencia física era evidente, de igual modo que lo retuvo preso en una fortaleza casi todo el año 51. Por todas estas cosas, Rivera vióse en la precisión de continuar viviendo en la Corte imperial hasta abril de 1852, cada vez más debilitado. La esperanza de que remedio alguno le probaría como los aires de la patria, lo impulsaba, todavía más, a emprender el retorno. Libre al fin, se puso en marcha para el país el 20 de enero de 1853, en buque que previa escala en Santa Catalina lo condujo a Río Grande el 26 del mismo mes, para de allí seguir a la ciudad de Yaguarón en una diligencia particular. Todavía encontrábase en territorio brasileño cuando tuvo noticias de que una revolución triunfante en Montevideo, lo había designado para ocupar el primer puesto de un Triunvirato de gobierno, el 25 de setiembre de 1853. Era la hora del triunfo –inesperado por cierto- pero sonaba cuando su ya muy debilitada salud lo tenía imposibilitado para cualquier actividad y en gravísimo peligro de muerte. Habiendo tenido alguna mejoría cruzó la línea del Yaguarón y se internó en el departamento de Cerro Largo haciendo su recorrido en muy pequeñas etapas, pero sus males lo obligaron a detenerse en Melo, y en las proximidades de esta Villa, costa del arroyo Conventos, falleció en la mañana de enero de 1854. Su cuerpo, transportado a Montevideo, recibió sepultura con los máximos honores oficiales en la Iglesia Catedral.

Coronel Pablo ZUFRIATEGUI (Jefe de Estado Mayor). Militar distinguido en las guerras de la independencia, compañero del general Lavalleja en el augural desembarco del 19 de abril de 1825. Hijo de Francisco Zufriategui y de Catalina Más de Ayala, había visto luz en Montevideo el 25 de enero de 1783.

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Incorporado a la marina del rey en 1803, hizo el corso contra los ingleses en el Sud Atlántico y dos años más tarde obtuvo el empleo de subteniente de artillería. Al producirse el levantamiento de las colonias contra la dominación de España, Zufriategui abrazó la causa de la patria, incorporándose a las fuerzas de Artigas en Canelón Chico el 16 de mayo de 1811, y dos días después tomaba parte en la batalla victoriosa de Las Piedras, pasando inmediatamente a servir en las líneas sitiadoras de Montevideo a órdenes del coronel José Rondeau. Llevó parte en el ataque y toma de la isla de Ratas, grupo de rocas en la bahía de la capital que los realistas tenían como arsenal. En la acción, llevada a cabo el 15 de julio del mismo año 11, tocó a Zufriategui dirigir como piloto los lanchones de los independientes y fue una audaz hazaña de armas que la sorpresa y las sombras de la noche favorecieron. El jefe español perdió la vida, los cañones fueron clavados y un rico botín de guerra vino a constituir el premio de los patriotas. Por este hecho el gobierno de Buenos Aires decretó a los vencedores un escudo de honor, pero ese acuerdo no tuvo posterior ejecución ni llegó nunca a materializarse en medalla o distintivo. El 26 de setiembre, junto con el capitán Eusebio Valdenegro, logró capturar la fragata española “Consolación” y por decreto del 1°. de enero del año 12 le fue otorgado el ascenso a teniente efectivo, con el cual entró a mandar la Batería del Regimiento N°.6. Transferido al Regimiento de Dragones de la Patria, peleó en la batalla del Cerrito el 31 de diciembre de 1812 y poco después, embarcado en las naves patriotas del almirante Brown, hizo el corso en las aguas del Este los años 1813-14, comandante de la goleta “Fortuna”. Presente en la caída de Montevideo, que se entregó al general porteño Alvear, tuvo grado de capitán de artillería el 14 de noviembre de 1814. Retiradas las tropas argentinas, Zufriategui no quiso seguir al cuerpo de que formaba parte, optando por permanecer en Montevideo a servicio de Artigas, donde estuvo al frente de la Capitanía del Puerto y sirvió como Capitán del Batallón de Cívicos. Esta actitud le ocasionaría más tarde el proceso por deserción, que de acuerdo a las ordenanzas, se le formó en Buenos Aires en octubre del año 15. Perdida la causa de la patria emigró y entonces se le encuentra en Buenos Aires afiliado al bando político del general Alvear en las contiendas intestinas de las Provincias Unidas, en cuyo ejército alcanzó al grado de sargento mayor. Hecho prisionero por Dorrego en la toma de San Nicolás de los Arroyos, consiguió fugar pasando a Montevideo, que los portugueses ocupaban. En esta lucha Zufriategui seguía a su hermano Juan, oficial que tuvo una vinculación muy grande con Alvear, por causas que parecen ligarse a la debatida cuestión Alvear – Vigodet, a raíz de la caída de Montevideo. En la capital de la Cisplatina, donde también habíase refugiado su jefe y probablemente por sugestiones del mismo, tomó servicio en el ejército portugués. En 1823 era sargento mayor del Batallón Cívico, pero al producirse la divergencia entre lusitanos e imperiales, Alvaro Da Costa le ordenó abandonar el país en término perentorio. De nuevo en Buenos Aires, residía allí al tiempo que comenzó a planearse la invasión del año 25 destinada a provocar el levantamiento del país, y al desembarcar los Treinta y Tres, era Zufriategui el jefe de más graduación entre los compañeros de Lavalleja. Se halló en la acción de San Salvador el 23 de abril, el 28 en Monzón y el 30 en la toma de San José, siendo promovido a teniente coronel el 1°. de mayo, encargándosele la jefatura del Estado Mayor. En Sarandí, el 12 de octubre, mandaba el ala derecha patriota.

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En la campaña contra el Imperio llegó a coronel graduado el 6 de julio de 1826 y el 15 del mismo mes fue hecho Jefe del Regimiento de Infantería Libertos Orientales. Actor en Ituzaingó el 20 de febrero de 1827, la división a sus órdenes estaba constituida por los regimientos 8°. y 18°. de Lanceros. Poco antes de ajustarse la paz del año 28, que daba nacimiento a la República, solicitó su separación del ejército en el mes de febrero y fue electo diputado por Colonia a la Asamblea General Constituyente. Incorporado a la Sala el 29 de noviembre, su permanencia en el cargo se prolongó nada más que hasta febrero del año siguiente, pues el día 9 se le designó Capitán del Puerto. Jefe licenciado de las Provincias Unidas, de los que pasaban a ser jefes del ejército uruguayo, ingresó en los cuadros de la nueva patria con el mismo grado que entonces tenía. El 18 de noviembre de 1830 se dispuso su cese en la Capitanía del Puerto, siendo reemplazado por el coronel Ignacio Oribe. Habiendo participado en 1832 en el movimiento subversivo a favor del general Lavalleja, en cuyo término, del 11 al 31 de julio, fue jefe del Estado Mayor revolucionario en Montevideo, se le dio de baja el 20 de agosto, en cumplimiento de resolución superior de fecha 17. En el gobierno de Oribe volvió a servicio cuando la revolución encabezada por el general Fructuoso Rivera en 1836 y el 30 de noviembre tuvo nombramiento de Fiscal Militar. Triunfante Rivera, éste mantuvo a Zufriategui en su cargo hasta el 18 de enero de 1840, en que pasó como agregado al Estado Mayor General, situación en que la muerte vino a sorprenderle en Montevideo el 23 de mayo de 1840..

Coronel Andrés Felipe LATORRE (Regimiento Dragones de la Unión).- SOLDADO DE LA INDEPENDENCIA, UNO DE LOS PRIMEROS Y VALEROSO CAPITANES DE ARTIGAS. Hijo de Antonio de la Torre, santanderino, y de Josefa Abalos, de Buenos Aires, vio la primera luz en Montevideo el 16 de agosto de 1781. Criado en la campaña de Canelones, sentó plaza de voluntario a los diecisiete años en un CUERPO DE MILICIAS DE CABALLERIA del mismo departamento, reclutado para combatir las incursiones de los portugueses, que por la frontera de Cerro Largo avanzaban en tierras que pertenecían a España. Destinado un tiempo a servicio en la línea del Yaguarón, durante las invasiones inglesas participó en la defensa de Montevideo, sirviendo de sargento en la compañía de Granaderos del Cuerpo de Húsares. Distinguido por su serenidad cuando el enemigo cargó por la brecha de la muralla del sur, salió del combate con dos heridas. A servicio de la causa de la independencia el año 11, ARTIGAS HALLÖ EN LATORRE UN OFICIAL DE PRIMER ORDEN A QUIEN TUVO COMO AYUDANTE EN LA BATALLA DE LAS PIEDRAS. Partícipe en las operaciones contra los realistas sitiados en Montevideo, poseía a la caída de la plaza el grado de ayudante mayor. Capitán del Regimiento de Blandengues en 1815, más tarde, toma el mando de la vanguardia del ejército de operaciones, APARECE AL FRENTE DEL REGIMIENTO DE BLANDENGUES, y asciende a mayor.

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En tiempo de la segunda invasión portuguesa fue uno de los bravos jefes de la resistencia nacional, pero la suerte de las armas que se le había mostrado esquiva en distintos encuentros parciales, puso a prueba su temple en forma cruel el 22 de enero de 1820, día de la memorable batalla de Tacuarembó. Tan desdichado desastre para la causa patriota anuló totalmente las ventajas reportadas hacía un mes – el 14 de diciembre de 1819 – por la hermosa victoria de Artigas en Santa María sobre José Abreu, después barón de Cerro Largo. El conde de Figueira, comandante de las fuerzas portuguesas reforzadas por nuevos contingentes, alcanzó a Latorre en las nacientes del arroyo Tacuarembó chico, destinado a dar nombre a la batalla. Las fuerzas debían estar más o menos equilibradas, aunque probablemente fuese un poco mayor el número de los nuestros, pero inferiores en armas y en calidad por tratarse de un conjunto heterogéneo donde predominaban elementos misioneros. En unos quinientos muertos estima Río Branco–en sus Efemérides–los patriotas que quedaron tendidos en el campo, entre los cuales hallábase el valeroso coronel Pantaleón Sotelo, y el número de prisioneros dice que pasó un poco de la misma cifra. Artigas, que recién se había separado del ejército para atender exigencias en la línea del Uruguay, supo del contraste hallándose en Mataojo del Arapey, y carece de fundamento la versión que el ilustre canciller brasileño recoge, tomada de boca de algún prisionero, de que el Protector de los Pueblos fugó del campo apenas iniciada la pelea, dejando la dirección del ejército a Latorre. Este, con los restos de sus fuerzas, pasó a Entre Ríos seguidamente para luchar contra el traidor Ramírez, y después de vencido y emigrado el gran caudillo tuvo que refugiarse en Santa Fe, bajo la protección de Estanislao López. Permaneció allí hasta después de la invasión libertadora del año 25. Entonces vino de nuevo a la patria donde Lavalleja, “con quien estaba emparentado de cerca, lo reconoció en su grado de coronel con fecha 8 de setiembre” y AL FRENTE DEL REGIMIENTO DE DRAGONES FUE ACTOR EN LA BATALLA DE SARANDÍ EL 12 DE OCTUBRE, DONDE TUVO EL PECHO ATRAVESADO POR UNA BALA. Ayudante adjunto del Estado Mayor del Ejército Republicano en la campaña del Brasil, hallóse en Ituzaingó el 20 de febrero de 1827, y asimismo en Bagé y en Camacuá. Ajustada la convención de Paz del año 28, continuó al frente del Regimiento de Dragones Orientales durante un cierto tiempo. En la primera guerra civil, sospechoso de hallarse en connivencia con el general Juan A. Lavalleja, jefe de la sublevación DEL AÑO 32, FUE DADO DE BAJA DEL EJERCITO con fecha 3 de diciembre, por cuyo motivo emigró nuevamente a Santa Fe. Reincorporado más tarde, fue comprendido en la reforma militar de julio de 1835 y dejó de pertenecer al ejército, pero volvió a él y puso su espada a servicio del gobierno constitucional de Oribe cuando Rivera, al año siguiente, alzó bandera de guerra. Desempeñó en el curso de la misma la Comandancia Militar de Durazno y una vez que los suyos fueron vencidos se fue a la Argentina, para regresar formando parte del ejército invasor que el tirano Rosas había confiado al general Pascual Echagüe. Deshecho éste en Cagancha el 29 de diciembre de 1839, el coronel Latorre abandonó el campo del desastre sangrando por dos heridas y luego de atravesar el río Uruguay ganó de nuevo Entre Ríos. Acompañando al general Oribe el día que vino a la República como jefe del Ejército Unido de Vanguardia de la Confederación Argentina a fines de 1842, estuvo en el campo sitiador de Montevideo todo el curso de la Guerra Grande,

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pero Oribe no le dio cargo militar de especie alguna, participando de la misma situación del general Lavalleja, de quien Latorre continuaba muy adicto. Ajeno desde entonces a las luchas internas, el coronel Latorre vivió hasta el 15 de noviembre de 1860, en que vino a morir octogenario en la villa de Durazno, lugar de su residencia. En 1870, por gestiones de su esposa y resolución del gobierno del general Batlle, sus restos mortales se trajeron a Montevideo para depositarlos en el Panteón Nacional.

Coronel Leonardo OLIVERA (Milicias de Maldonado). Soldado de la independencia, que llegó en el ejército al grado de coronel. En su partida de bautismo existente en San Carlos, donde vio la luz el 26 de noviembre de 1793, el apellido está precedido de la partícula de, conforme con el de su abuelo, de origen portugués como su padre, uno de los primeros pobladores de Pan de Azúcar. Sin embargo, el coronel firmó con el apellido simplemente. Criado en el campo, hizo los años de escolar en Maldonado y tornó a las estancias paternas, que abandonaría cuando la población, soliviantada por el entusiasmo patriótico, FUE A INCORPORARSE EL AÑO 11 A LOS PRIMEROS CAUDILLOS ARTIGUISTAS. Operando en la zona Este, sea en campaña, sea en las guarniciones de Maldonado y San Carlos, obtuvo en 1814 grado de alférez de milicias y pasó luego a servir a órdenes del comandante Fructuoso Rivera, tocándoles hallarse en el desastre de India Muerta el 19 de noviembre de 1816. Teniente 1°. el mismo año, fue transferido a las fuerzas de vanguardia del comandante Juan A. Lavalleja. Capitán el año 18, era comandante de la plaza de Rocha y cayó prisionero junto con unos cuarenta oficiales y soldados, el 5 de julio de 1819, cuando el coronel portugués Almeida sorprendió la población. PREVIAMENTE ASEGURADO CON GRILLOS FUE CONDUCIDO A RIO GRANDE Y LUEGO A LA PRISION DE LA ISLA DAS COBRAS, EN RIO JANEIRO, DONDE ESTUVO HASTA 1822, en que por empeños de Lavalleja pudo retornar al país. Tomó servicio con los brasileños a órdenes de Rivera, que lo hizo su capitán ayudante y junto con el caudillo plegóse a los expedicionarios de la Agraciada, enseguida del desembarco del año 1825.Comando la Reserva en la gloriosa batalla de Sarandí. Coronel el 1°. de junio del mismo año, figuró hasta 1830 como sirviendo en las MILICIAS DE MALDONADO, sin perjuicio de que hubiese operado en la Colonia y participara del triunfo de Sarandí. Hallándose en el pueblo de Minas, planeó, descontando sus inteligencias con soldados compatriotas de la guarnición enemiga del Fuerte de Santa Teresa, un golpe de mano sobre este importante reducto de los imperiales, Al cabo de cinco días de cautelosas marchas, mucha parte de ellas efectuada de noche, cayendo primero de sorpresa sobre la guardia de vigilancia de Angostura, cargó Olivera al frente de su división, al amanecer del 31 de diciembre de 1825, con rapidez y empujo tan extraordinarios, que la guarnición tuvo que rendirse con su jefe el alférez Joaquín de Olivera. El mismo día sorprendió igualmente al destacamento imperial del Chuy, que mandaba el mayor Ignacio Cabral da Costa.

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Los enemigos perdieron un capitán y ocho soldados en ambas acciones, y un mayor, dos tenientes, un alférez y sesenta y cuatro inferiores y soldados fueron hechos prisioneros, lográndose además un rico botín de guerra. Incorporado con sus hombres al Ejército Republicano, invadió la provincia de Río Grande y encontróse el 20 de febrero de 1827 en la batalla de Ituzaingó, donde fue herido, tocándole colocación en el centro, y obtuvo las condecoraciones correspondientes. Constituida la provincia en República independiente y soberana, los servicios militares del coronel Leonardo Olivera se tornan oscuros y confusos en el período, inaugurado inmediatamente, de las discordias civiles. En la presidencia de Oribe desempeñó funciones de Jefe Político y jefe de la Guardia Nacional de Maldonado. Cuando la invasión del general argentino Pascual Echagüe, sirvió con el extranjero que favorecía la revancha de los suyos vencidos en 1838 y fue derrotado y disperso por las fuerzas capitaneadas por el comandante Fortunato Silva, cerca de Santa Teresa, el 8 de agosto de 1839. Después de Cagancha tuvo que emigrar a Entre Ríos donde se puso a órdenes del ex presidente Oribe, que entonces mandaba allí como jefe de Rosas. Empleado sucesivamente, siempre fuera del país, en ejércitos de Echagüe y de Urquiza, retornó a la República bajo el mando de éste último para ser – el 27 de marzo de 1845- uno de los vencedores de su antiguo jefe el general Fructuoso Rivera, en la sangrienta jornada de India Muerta. Enfermo por este tiempo, solicitó licencia para atender su salud, sirvió luego junto al general Ignacio Oribe y cuando el general Urquiza se hizo sentir nuevamente en territorio nacional, pero esta vez no como lugarteniente del tirano de Buenos Aires sino como libertador, para finalizar con veinte años de dominación y de barbarie rosista, el coronel Olivera, obedeciendo órdenes del general Eugenio Garzón, reunió la división Maldonado. En 1853, por el mes de julio, se le halla como agregado al Estado Mayor Pasivo, y en setiembre del mismo año aceptó del gobierno del Triunvirato, del cual formaba parte el general Juan A. Lavalleja, que siempre conservó ascendiente sobre el ánimo de Olivera, EL GRADO DE CORONEL DE CABALLERIA con antigüedad de 20 de febrero del año 27, el día de Ituzaingó. Sin destinos ulteriores, alcanzó el bravo soldado hasta los 70 años de edad, viniendo a fallecer en su villa natal el 12 de abril de 1863, vencido, según el consenso general, por el dolor que le causara la pérdida de su esposa, ocurrida quince días antes. El gobierno, en conocimiento de su muerte, le decretó con fecha 17 exequias oficiales en Montevideo, y la Cámara de diputados dio aprobación al proyecto del Dr. Enrique Arrascaeta, costeando por el Tesoro Público un sepulcro de mármol en cuya lápida estaría escrito: “La Nación al vencedor de Santa Teresa”.

Coronel Juan José QUESADA (Milicias de San José). Nació en la ciudad de Corrientes el 1°. de marzo de 1790, siendo sus padres D. Alonso de Quesada y Bernabeu (1), teniente coronel de los reales ejércitos y que vino al Río de la Plata con la expedición del general D. Pedro de Ceballos; y de doña Tomasa de la Torriente, primera esposa del teniente coronel Quesada, quien contrajo segundas nupcias el 5 de noviembre de 1792 con Vicenta de Herrera, porteña, hija del notario mayor del Cabildo y del Santo Oficio, D. Antonio de Herrera y Caballero, gaditano, y de doña Isabel de Izaguirre, porteña. El padre del

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futuro coronel Quesada, terminada la guerra con los portugueses, fue nombrado teniente gobernador de corrientes, en el ejercicio del cual nació Juan José, cuyos otros dos hermanos, Dionisio y Sito, también fueron coroneles de los ejércitos de la Patria. Inició su carrera militar el 28 de septiembre de 1803, en calidad de cadete del REGIMIENTO DE DRAGONES VETERANOS de las tropas reales. En 1805 se embarcó en el buque corsario “NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES” (a) “ORION”, como oficial de la guarnición, en su clase de cadete, haciéndose a la mar la fragata de referencia para realizar una correría con el fin de capturar presas: frente a las costas de Africa chocó contra unidades británicas y después de un combate librado en las proximidades del Cabo de Buena Esperanza, Quesada y los demás que salvaron fueron desembarcados y mantenidos presos en la Colonia del Cabo, por espacio de casi tres años, hasta la celebración de la paz, en que pudo regresar a Buenos Aires. Por esta causa aquél no se halló en el rechazo de las invasiones británicas, pero se tuvo en cuenta la desgracia que le había pasado y a su regreso fue incorporado el 1°. de septiembre de 1807, como teniente agregado al Cuerpo Voluntarios del Río de la Plata, en el cual recibió puesto efectivo, el 29 de diciembre del mismo año, pasando después al Batallón de Montañeses, que mandaba al teniente coronel Murgiondo, con el grado de capitán, en razón de haberse disuelto el Cuerpo de Voluntarios, en Montevideo, Juan José de Quesada quedó fuera del servicio activo antes del movimiento emancipador de mayo. Producido éste, en febrero de 1811, Quesada solicitó incorporarse a las fuerzas que marchaban a la Banda Oriental para operar contra los españoles y apoyar el pronunciamiento de algunos patriotas en aquella Provincia, lo que fue concedido por la Junta en los términos siguientes: “Concédesele que vaya al alcance de la expedición en que solicita servir, sin goce alguno y costeando de su peculio las marchas”. Quesada, a pesar de la irregularidad del decreto, se trasladó al ejército y se presentó al general Belgrano como simple particular: este último lo destinó inmediatamente a la vanguardia, agregado a una compañía de Patricios, autorizándole a usar los distintivos de capitán que le correspondían y que honró con sus hechos. El coronel Rondeau respetó la merecida concesión de su antecesor, Y CUANDO QUESADA ACREDITÖ SU BRAVURA EN EL COMBATE DE LAS PIEDRAS, el 18 de mayo de 1811, solicitó al Gobierno en términos honrosísimos el reconocimiento de su grado por nota a la Junta de fecha 29 de junio de aquel año. Fue Quesada el oficial que más se distinguió por sus proezas en el primer sitio de Montevideo: el 10 de junio de 1811, salió de la plaza una columna de ataque compuesta por 200 infantes y 60 jinetes: Quesada sin ninguna vacilación, les salió al encuentro al frente de 50 Patricios, y alguna fuerza miliciana, conteniendo, arrollando y persiguiendo hasta bajo la protección de los fuegos de Montevideo, a la columna enemiga, incendiando los independientes, en su retirada, dos grandes depósitos de municiones del enemigo. Incorporado poco después, al Regimiento de Dragones de la Patria, de nueva creación, Quesada fue reconocido como Capitán de la 3ª. Compañía del 3er. Escuadrón, con fecha 16 de junio, antigüedad que le fue reconocida en los despachos correspondientes que le fueron extendidos el 23 de diciembre de 1811. Estrenó el mando con su compañía en un hecho heroico: a las 10 de la noche del 15 de julio del mismo año, el capitán Quesada a la cabeza de 70 hombres pertenecientes a varios cuerpos, embarcados en dos excelentes lanchones de la fragata “EUGENIA” que providencialmente habían sido conducidos por la corriente hasta el alcance de los patriotas que sitiaban la plaza, se lanzó al asalto de la Isla de Ratas, enclavada en

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el centro de la Bahía, logrando sorprender a la guarnición, que se rindió: el comandante de la Isla, Francisco Ruiz, pistola en mano y una mecha encendida, corrió hacia uno de los cañones, pero Quesada lo dejó tendido de un hachazo antes de que lograra su intento; también fue muerto un centinela. Los patriotas embarcaron en sus botes unos 20 quintales de pólvora, el armamento de la guarnición y otros elementos bélicos y clavando los 10 cañones que habían capturado, se retiraron conduciendo 7 prisioneros, que era el máximun que cabía dentro de aquellas frágiles embarcaciones, regresando al campamento independiente con aquellos trofeos. El coronel Rondeau, en su parte, recomendó a la Junta la conducta de los expedicionarios, solicitando la concesión de un escudo de distinción que sería el perpetuo testimonio de su bizarría, condecoración que nunca fue otorgada, no obstante la comportación notable de los actores de este hecho de armas. Quesada continuó sirviendo con distinción durante el restante tiempo del asedio, hasta que éste fue levantado a raíz del armisticio ajustado con Elío el 20 de octubre de aquel año. De regreso en Buenos Aires, el 7 de diciembre del mismo año, Quesada contribuyó a la represión de la sublevación que estalló en el Regimiento de Patricios, acto en el cual se distinguió el coronel Rondeau a la cabeza de los Dragones de la Patria, habiendo sido difícil la tarea de someter a los rebeldes, en atención a que habían colocado en la puerta de acceso al cuartel, dos piezas de artillería, coronando las alturas principales del edificio y adyacencias con hombres bien armados. Por sus merecimientos en estas operaciones de guerra, Quesada fue graduado de teniente coronel el 17 de febrero de 1812, marchando en octubre de este año al segundo sitio de Montevideo, donde se distinguió por su comportación valerosa en la batalla del Cerrito, el 31 de diciembre, acción en la cual, el brigadier enemigo Muesas murió a manos de la compañía de Quesada. El Gobierno acordó una medalla a los vencedores. Quesada fue más de una vez citado en los partes del General sitiador, siendo destacado posteriormente para cuidar la zona costanera desde Santa Lucía hasta la Colonia, fraccionada su compañía en pequeñas partidas, destinadas a operar con sujeción a un plan a cuya previsión no escaparon jamás los marinos peninsulares, batidos siempre por fuerzas numéricamente inferiores: los triunfos de Arazaty, Rincón de Solsona y estancia de Gallegos, escarmentaron a los españoles, que en los tres encuentros dejaron 44 prisioneros, 12 muertos y varias embarcaciones, sin un herido de parte de los patriotas. Por tantos merecimientos, el 13 de abril de 1814 fue ascendido a sargento mayor efectivo del Regimiento N°. 9 de Infantería, siendo Quesada el verdadero organizador de este cuerpo de nueva creación (formado a propuesta de Rondeau de 3 de marzo de 1814), pues su jefe, el coronel Manuel Vicente Pagola, debía el mando más al favoritismo que al mérito, siendo escasa su instrucción y educación militar. Fue uno de los que entraron a Montevideo al rendirse el mariscal Vigodet el 23 de junio de aquel año, mereciendo Quesada además del título de “Benemérito de la Patria en Grado Heroico” y la condecoración otorgada por el Supremo Director del Estado, la efectividad de teniente coronel del Regimiento N°. 9, otorgada por despachos que llevan fecha 14 de julio de aquel año. Meses después aquel cuerpo marchaba a incorporarse al Ejército del Norte, donde Quesada participó de la asonada dirigida por los principales jefes del mismo, el 7 de diciembre de 1814, para apartar del ejército a los jefes adictos a la persona del general Alvear, que había sido designado comandante en jefe del mismo y cuya autoridad fue desconocida por esta fuerza. Quesada fue uno de los firmantes del Manifiesto del

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30 de enero de 1815, desconociendo la elevación del propio Alvear a la Dirección Suprema del Estado. Participó en la desgraciada campaña de 1815, a las órdenes de Rondeau y en la batalla de Sipe-Sipe, el 29 de noviembre de aquél año, habiendo ordenado el coronel Pagola el retiro del Regimiento N°. 9 por resentimientos personales con el coronel Forest, del punto donde se sostenía con éxito, Quesada rehizo una parte del cuerpo y lo condujo al combate, pero cargado por toda la derecha enemiga, fue arrollado y dispersado, habiendo él salvado la bandera de su regimiento y a su hermano Sixto, teniente del 9, que se hallaba herido. Quesada solicitó un puesto en el Ejército de los Andes que cuadrase a sus aspiraciones de soldado y patriota, pero no habiendo vacante en ninguno de los cuerpos, fue nombrado vocal del Tribunal Militar permanente del ejército. Hizo la campaña de Concepción a fines del año 1818 y comienzo del siguiente. Posteriormente pasó a desempeñar las funciones de Primer Ayudante en el E.M.G. del Ejército de los Andes (1), cargo con el cual coadyuvó a preparar la expedición al Perú, pero allí permaneció breve tiempo, regresando a Buenos Aires a fines del año 1820, según consta en documentos de aquella época existentes en el expediente gestionado por su viuda para cobrar sueldos devengados en las guerras de la Independencia y del Brasil; habiendo salido de Santiago de Chile el 22 de junio de 1820 con el pasaporte otorgado por el general San Martín. El 2 de enero de 1821 se le concedió una licencia temporal para pasar a Montevideo, en donde se hallaba su esposa, y antes de terminar aquella, solicitó desde este último punto una prórroga por hallarse enferma la señora de Quesada, pero el 2 de marzo del mismo año, habiendo expirado el plazo de dos meses concedidos y no habiendo llegado a tiempo la nueva solicitud como consecuencia de las contingencias de la navegación, fue dado de baja del ejército, al cual había sido incorporado a su regreso del Perú, y destinado al E.M. de plaza en Buenos Aires. Posteriormente, el 27 de abril de 1822, se le aplicó la ley de Reforma y su importe abonado en 1825 al interesado, habiéndosele extendido el pase a esta situación con fecha 1°. de enero de 1822. Revisto en el E.M. de Plaza desde el 2 de septiembre de 1820 hasta el 16 de marzo de 1821, en que se le dio de baja con fecha 2 del mismo mes. Con motivo de la guerra de la Banda Oriental a consecuencia de la expedición de los Treinta y Tres encabezados por Lavalleja, Quesada se incorporó a los libertadores y en el combate de Sarandí, LIBRADO EL 12 DE OCTUBRE DE 1825 MANDÓ LAS MILICIAS DE SAN JOSE, cuerpo que formó parte de la reserva de Lavalleja, la que estaba bajo el mando superior del coronel Leonardo Olivera. Perteneció a las milicias de San José hasta el 31 de diciembre de 1825. Al estallar la guerra con el Brasil, Quesada se incorporó al ejército argentino. Donde fue ascendido a coronel graduado el 1°. de mayo de 1826, y en julio de este año se incorporó a las fuerzas de operaciones como primer ayudante del general en jefe, pero al tomar el mando el general Alvear, éste designó al coronel Quesada como Fiscal Militar del Ejército Republicano en el Cuartel General, en el mes de octubre del mismo año, en el ejercicio de cuyas funciones tomó parte en la batalla de Ituzaingó, el 20 de febrero de 1827, hecho de armas por el cual se le concedió el escudo y cordones decretados por el H. Congreso Nacional el 19 de marzo de igual. Después de separado del mando en jefe el general Alvear, Quesada pasó al 4°. Cuerpo, como ayudante del general Soler, como revista en junio y julio de 1827; y posteriormente pasó agregado AL REGIMIENTO N°. 1 DE CABALLERIA DE LINEA, en su clase de coronel, permaneciendo en campaña hasta la terminación de la guerra. El 29 de octubre de 1829 quedó fuera de servicio a

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contar del 1°. del mismo mes por hallarse comprendido en el decreto del 2 de septiembre de igual año. El coronel Juan José Quesada falleció prematuramente en Montevideo el 13 de abril de 1832. Fue casado en Canelones el 6 de enero de 1814, con Tomasa Méndez, de esta última ciudad, hija de Juan Méndez y de Agustina Muñoz, la que sobrevivió a su esposo más de medio siglo. Tenía 74 años el 24 de febrero de 1873, fecha en que residía en Villa de la Unión, departamento de Montevideo, y en que solicitó pensión argentina que se le negó el 20 de junio del mismo año por tener pensión del Estado Oriental por Ley de julio de 1869. Los restos del coronel Quesada fueron repatriados a bordo del transporte “VILLARINO” el 10 de julio de 1891, conjuntamente con los de otros próceres argentinos.

Coronel Julián LAGUNA (Milicias entre Yí y Río Negro). Distinguido militar de las luchas de la independencia. Ministro de Guerra y coronel mayor (general) del ejército. Nacido en Colonia en 1782, se le halla en los años 1811 y 1812 sirviendo en clase de subteniente en los EJERCITOS DE LA PATRIA, CASI SIEMPRE COMO OFICIAL QUE ACTUA ALREDEDOR O A LAS ORDENES DE FRUCTUOSO RIVERA, bajo cuyo mando hizo la campaña contra los centralistas porteños, teniendo destaque en la derrota del coronel Dorrego en Guayabo el 10 de enero del año 15. Continuó luego batiéndose contra los portugueses, siendo el 19 de noviembre de 1816 uno de los gloriosos vencidos de India Muerta. Oponiéndose tenazmente a la invasión resistió con un puñado de hombres en el Paso de Cuello a enemigos superiores en alta proporción y sólo rindió las armas cuando Rivera las depuso en 1820, en un acto que el general portugués vencedor consideró como la pacificación definitiva del país. Sometido al régimen imperante tuvo puesto de capitán en el Regimiento de Dragones de la Unión en 1821, y en 1825, cuando Lavalleja invadió el país salió a combatirlo, pero sus soldados se le dispersaron después de un choque apenas, en las costas de San Salvador. En esas circunstancias Laguna se unió a los patriotas, recibiendo orden de Lavalleja de reclutar gente por el actual departamento de Durazno, con categoría de coronel. Actor en las acciones de Rincón el 24 de setiembre de 1825 y en Sarandí el 12 de octubre del mismo año, en la primera figuró como 2°. Jefe y tuvo a sus órdenes el centro de la línea compuesto por las Milicias de Durazno, y Fructuoso Rivera, que mandaba el ejército patriota, guardó para la conducta de Laguna los más calurosos calificativos. Cuando las tropas de las Provincias Unidas, rotas las hostilidades con el Imperio del Brasil, traspusieron el Río Uruguay en 1826, Laguna, que operaba en el antiguo departamento de Paysandú, prestó al general Martín Rodríguez una ayuda sin precio en la iniciación de las operaciones y después tuvo a su cargo las fuerzas acantonadas en la línea del Queguay. Ascendió a coronel mayor el 6 de diciembre de 1826, fue destinado a la vanguardia del Ejército Republicano, a órdenes del general Lavalleja. El Regimiento de Milicias de Paysandú, fuerte de casi quinientos soldados, se incorporó al ejército junto con Laguna que los había reclutado y disciplinado en lo más esencial. Al frente de él le tocó participar en la batalla victoriosa de Ituzaingó – en la derecha de la línea – el 20 de febrero de 1827, ganando la medalla y cordones decretados a los vencedores.

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Durante todo el año 28 desarrolló actividades militares en territorio de la Provincia dando cumplimiento a múltiples cometidos de importancia, siendo Comandante General de Fronteras el 23 de diciembre y 2°. Jefe del Estado Mayor General del Ejército en febrero de 1829. Constituida la nueva República se le nombró Ministro de Guerra y Marina el 9 de marzo de 1830, en calidad de interino con retención de su anterior cargo, ocupando la cartera hasta el 30 de abril. En las sublevaciones anárquicas del general Juan Antonio Lavalleja de 1832-34, tuvo gran participación en la lucha para reducir a la obediencia al mal aconsejado cuanto obcecado caudillo. Estos deberes de guerra le impusieron reiteradas soluciones de continuidad en el desempeño de la jefatura del Estado Mayor, que seguía invistiendo. Por un tiempo, la salud del general Laguna, que ya le había exigido una licencia en 1829, época en que principió a mostrarse resentida, volvió a obligarle a pedir una nueva en marzo de 1835, teniendo la esperanza de recobrarse en el reposo de la Calera de las Huérfanas, donde poseía una estancia. La enfermedad, en vez de mejorar tomaba tan rápido cuerpo, que fue preciso recurrir a la ciencia de los médicos de Buenos Aires. Poco pudieron hacer éstos a favor del soldado lleno de gloria y ciudadano íntegro e intachable que venía a confiarse a ellos, pues el General dejó de existir en la capital porteña el 30 de octubre del mismo año 1835.

Coronel Mayor Manuel FREIRE. Nació en San Isidro de las Piedras (R.O.U.), el 13 de marzo de 1792, siendo sus padres legítimos D. Manuel Freire y doña Margarita Varela. En 1814 se incorporó como sargento en la división del comandante Bartolomé Ramírez, y dos años después revistaba con la misma jerarquía en la fuerza comandada por el capitán Venancio Gutiérrez. El 1°. de marzo de 1823, ostenta los galones de capitán en el Arroyo Malo a las órdenes del comandante Leonardo Olivera, destino que conserva hasta el 1° de mayo del mismo año. En enero de 1825, de Buenos Aires se traslada a la Banda Oriental en misión relacionada con el próxima pasaje de los 33, y el 19 de abril integra este número en la Cruzada Libertadora de Lavalleja, el que lo designa el 1°. de mayo, capitán de la 3ª. Compañía del Regimiento de Dragones Libertadores, con el cual asiste a la batalla de Sarandí, el 12 de octubre del mismo año. Por ley del Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, se le acuerda un premio especial como a uno de los componentes de los 33 Libertadores, ley dictada el 23 de mayo de 1826. En noviembre de este año, el Regimiento de Dragones Libertadores en parte, es transformado en el N°. 9 de Caballería, formando parte Freire de este último cuerpo, ya como teniente coronel, ascenso otorgado el 15 de septiembre y comandante del 2°. Escuadrón. El Regimiento N°. 9, pasa a incorporarse al 2°. Cuerpo del Ejército Republicano, el que marcha en funciones de vanguardia en el avance de los argentinos, desde Arroyo Grande a Bagé, que ocupan el 24 de enero de 1827. El 20 de febrero se bate en el ala derecha republicana, bajo las órdenes del general Lavalleja, por lo que el 19 de marzo se le concede el escudo y cordón de honor acordado a los vencedores. El teniente coronel graduado Manuel Freire, se hace cargo del comando del 9 de Caballería, en diciembre de 1828, estando el cuerpo acampado en lo de Chopitea. Al tomar aquel Regimiento el N°. 1 de Caballería oriental, Freire recibe el

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comando efectivo de uno de sus escuadrones, el 15 de marzo de 1829 y en aquella fecha se le reconoce antigüedad de teniente coronel, el 15 de mayo de 1826. El 27 de junio del mismo año se le promueve al grado de coronel, con antigüedad de 24 de mayo. El 23 de septiembre de 1829, accidentalmente jefe del Regimiento 1 de Caballería, pasando con el cuerpo de guarnición al Cerro Largo, permaneciendo en aquel puesto hasta el 23 de diciembre, en que pasa a la Plana Mayor Activa. Prestó juramento a la Constitución del Estado Oriental, según lo dispuesto por la H.H.A.A. en Ley de 26 de junio de 1830. El 23 de julio de 1830 se incorpora a la lista militar de los 33, de acuerdo a la Ley de agosto de 1829. El 23 de julio de 1831 pasa agregado al E.M.G., y por ausencia del titular, quedó a cargo del despacho del mismo desde el 8 al 22 de diciembre. El 30 de julio de 1835 se le aplica la ley de reforma con el empleo de teniente coronel. En 1840 forma parte del ejército de operaciones a las órdenes del general Enrique Martínez. El 17 de diciembre de 1842, al organizar el general Paz las fuerzas de la defensa de Montevideo, llama al coronel Freire al servicio, destinándolo el 24 de enero de 1843 a la jefatura de la 1ª. División de Caballería, creado en esa fecha. Toma parte en el curso de los años 1843 y 44, en todas las acciones de guerra entre sitiadores y sitiados, bajo el mando superior del general Paz. En abril de 1845 pasa a la Plana Mayor del cuerpo de oficiales agregados al E.M. de la línea de Montevideo. El 27 de marzo de aquel año, había asistido a las órdenes de Rivera a la batalla de India Muerta, por lo cual se vio obligado a emigrar... En mayo de 1848, de nuevo al frente de la comandancia de Maldonado. El 20 de julio, vocal del Consejo de Guerra. En 1850, edecán del Gobierno, permaneciendo en Montevideo hasta el levantamiento del sitio, el 8 de octubre de 1851. El 9 de enero de 1853, jefe de la 3a. Sección militar formada por los departamentos de Cerro Largo, Minas y Maldonado, hasta el 29 de septiembre, en que es designado edecán del Presidente de la República. El 9 de noviembre de 1854, Jefe Político y de Policía interino, en el Departamento de Minas. El 26 de mayo de 1855 es promovido a Coronel Mayor, siendo designado el 13 de agosto, Jefe de la 3ª. Sección Militar, creada en la fecha. El 3 de diciembre es nombrado Jefe del E.M.G., puesto que sólo desempeñó por espacio de 10 días, el cual, al fin de ellos renunció. El 27 de marzo de 1856 es designado Comandante General de Armas, cesando el día 7 de abril. El 29 de noviembre es nombrado 2°. Comandante General de Armas del Departamento de la Capital. El 16 de diciembre de 1857, comandante general de la 2ª. División territorial. El Gral. M. Freire es ejecutado el 1°. de Febrero de 1858 en el Po. de Quinteros. El 17 de marzo de 1865, el general Manuel Freire, glorioso soldado de la Independencia, era declarado mártir de la Libertad de la Patria. El general Manuel Freire contrajo enlace el 23 de septiembre de 1814, con doña Bernardina Severa González, también de Montevideo, e hija de D. Bartolomé González y de doña Manuela Falconero, porteños, vecinos de Casupá. Habiendo enviudado el general Freire, contrajo segundas nupcias, en Montevideo, el 10 de abril de 1831, con Gregoria Martínez, hija de D. Félix Martínez y de doña Petrona Villavicencia. Teniente Coronel Manuel Ceferino ORIBE (2do. Esc. del Reg. de Drag. Libertadores). Nacido en Montevideo el 26 de agosto de 1792, hijo del Teniente Coronel del Real Cuerpo de artillería, Francisco Oribe, y de María Francisca Viana, se enroló en las filas patriotas como voluntario cuando el levantamiento del país. El estreno de

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armas fue en la acción del Cerrito el 31 de diciembre de 1812, cuando los españoles sitiados en Montevideo efectuaron su salida y su tentativa infructuosa de apoderarse de aquella altura estratégica. ENTRO EN LA PLAZA EL DIA QUE LOS INDEPENDIENTES LA RINDIERON Y EN LA DISENCION DE ARTIGAS CON LOS GOBERNANTES DE LAS PROVINCIAS UNIDAS, SE MANTUVO FIEL A LAS BANDERAS DEL CAUDILLO, y participó de la resistencia nacional contra la invasión Portuguesa desatada por el centralismo porteño. Muy adelantado el año 1817, y caído ya Montevideo en poder del extranjero, engañado Oribe a la par de otros oficiales por las promesas del director Pueyrredón cuyo empeño era restarle elementos al Protector de los Pueblos, entró en el plan de abandonar la lucha, pasando a Buenos Aires junto con su hermano Ignacio y el coronel Rufino Bauzá, llevándose consigo el Batallón de Libertos y un batallón de artillería. Lamentable en sí misma esta actitud, en que el desaliento de lograr la victoria pudo haber influido mucho, adquirió caracteres antipáticos por el hecho de que en ella entraba en juego el odioso portugués general Lecor, facilitándoles los medios de navegación con que pasaron a Buenos Aires, no sin haber tentado decidirlos a que sumasen sus hombres a los de la ocupación extranjera, proposición que nuestros oficiales rechazaron con dignidad. El gobierno directorial, como no podía ser de otro modo, recibió muy bien aquellos soldados que aún podían servir para combatir a España o ser “conservados para libertar algún día su país”. Oribe, que por esa época tenía grado de capitán en el ejército de Artigas, fue reconocido con categoría idéntica en el de las Provincias Unidas. En el año 1821 volvió a Montevideo y el día en que se produjo la lucha entre los portugueses, realistas fieles y los partidarios del Imperio del Brasil que venía de proclamar el Príncipe Pedro, Oribe, que había tomado partido por los primeros, recibió ascenso a sargento mayor en las fuerzas del general realista Alvaro Da costa, el cual continuaba dueño de Montevideo, mientras el imperialista Lecor hallábase en sus cuarteles de Canelones. Parecía que lo conveniente – con miras hacia la liberación de la provincia natal – era eliminar la influencia del Brasil, como más poderosa y más cercana. Pero Da Costa, carente de medios para resistir mucho tiempo, depuso las armas por el convenio del 18 de noviembre de 1823, y el 24 de febrero de 1824 embarcó para Lisboa con sus adictos. Oribe entonces emigró, para pisar tierra nativa recién el 19 de abril de 1825, formando parte de los temidos expedicionarios de la Agraciada como Segundo Jefe. Tenía grado de sargento mayor y RECIBIO ENCARGO DE ORGANIZAR Y MANDAR UNO DE LOS PRIMEROS CUERPOS REGULARES QUE TUVIERON LOS PATRIOTAS Y QUE SE DENOMINO “DRAGONES LIBERTADORES”, conforme a resolución del 1°. de mayo, siendo promovido a teniente coronel el 1°. de setiembre; asistió el 12 de octubre a la batalla de Sarandí, llegando a coronel con esta fecha. Operando en las líneas sitiadoras de la capital, al frente de sus Dragones, Oribe obtuvo próximo al Cerro, el 9 de febrero de 1826, una completa victoria sobre la fuerte columna brasileña, a la que atacó con un vigor espléndido, castigándola mucho en la retirada. Destinado al Ejército Republicano cuando la guerra del Brasil, marchó a la campaña al frente del REGIMIENTO N°.9 DE CABALLERIA, NUEVA DENOMINACION RECIEN DADA A LOS DRAGONES LIBERTADORES POR RAZONES DE ORDEN MILITAR. Actor en la batalla de Ituzaingó, en este mismo día de victoria se ha situado el episodio de las charreteras, que hace medio siglo fue origen de una curiosa y apasionada controversia, pero acerca del cual hay en la actualidad cosa juzgada.

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EL 23 DE SETIEMBRE DE 1829 CESÓ EN EL MANDO DEL 1°. DE CABALLERIA, NUMERO NUEVO ASIGNADO AL 9°. EN EL MES DE ABRIL Y EN MAYO DE 1830 FUE NOMBRADO JEFE DEL 4°. ESCUADRON DE CABALLERIA, siendo incluido en la lista “Premios a los 33” en agosto del propio año. Ministro de Guerra y Marina el 9 de octubre de 1833, resultó electo Presidente el 1°. de Marzo de 1835. Sin que dejara de ser un candidato presidenciable, no era el general Manuel Oribe, ni el único ni el más señalado para suceder a Rivera en la presidencia, y se podría agregar, todavía, que éste necesitó vencer resistencias entre sus amigos para sacarlo triunfante. Pero el conquistador de las Misiones no podía, en función de presidente, haber escapado – él solo en América – a la tentación, funesta, de darse el sucesor que procuran a su semejanza, y el cual, por deber de gratitud, les ha de permitir que sigan gobernando como por fideicomiso. Y según sucede siempre también, el poder tiene la virtud, condicionada al tiempo, pero infalible, de que ambos personajes amigos al comienzo concluyan por hacerse enemigos, como sucedió en el caso de Rivera y de Oribe. Producida la escisión, el maquiavelismo de Juan Manuel Rosas, gobernador de Buenos Aires, hombre funesto para el Uruguay, vino a complicar nuestro pleito interno. Rivera, hostigado con elemental falta de tino político, primero, y agraviado después por las resultancias a que arribó una comisión nombrada para examinar las cuentas de su período de gobierno, recurrió a las armas alzándose contra el poder constituido, tal cual el general Lavalleja había hecho con él; y como su prestigio en el país se mantenía intacto, la revolución, iniciada en julio de 1836 y bautizada con el caprichoso nombre de “Constitucional”, tomó al poco tiempo un desarrollo alarmante... La suerte pareció favorable al gobierno y el 19 de setiembre los generales Ignacio Oribe y Juan Antonio Lavalleja lograron un gran triunfo en campos de Carpintería, en el departamento de Durazno, y el jefe rebelde tuvo que refugiarse en el Brasil. Al año siguiente volvió a cruzar la frontera, internándose en el país, y el 22 de octubre de 1837, Oribe, que había delegado la Presidencia para comandar personalmente el ejército, fue derrotado en Yucutujá, departamento del Salto. Los rebeldes perdieron a su turno la acción del Yí – de relativa importancia -, pero la victoria de Palmar, el 15 de junio de 1838, dejó la República en manos de Rivera. Había llegado el momento de que se entablaran negociaciones de paz. Y ésta se hizo sobre la base de la renuncia del presidente Oribe, aceptada el 24 de octubre de 1838. Inmediatamente dejó el país, pasando a Buenos Aires con un gran número de correligionarios –vicepresidente, ministros, legisladores y algunos militares de alta graduación. Concluyó así, trunca, después de haber sido hondamente perturbada en su marcha por la revolución, la presidencia de este valeroso soldado, cuya propiedad personal y cuyas condiciones de buen administrador, le reconocieron hasta sus enemigos políticos. Una vez cerca de Rosas, Oribe desconoció por sugestiones de éste la validez de su renuncia, para seguir titulándose presidente legal del Uruguay, en cuyo carácter el gobernador de Buenos Aires apresuróse a reconocerlo, dispuesto a sacar provecho de sus servicios. Oribe consintió en aceptar grados y mando en una nación extranjera. Su período presidencial en la patria había concluido, de acuerdo con la ley, el 1°. de marzo de 1839, y no podía ser tenido como presidente de la República a fines de ese año... Al frente de un poderoso ejército denominado “Ejército Unido de Vanguardia de la Confederación Argentina”, que mandaba en jefe, derrotó en Arroyo Grande, el 6

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de diciembre de 1842, al ejército de Rivera, que en guerra contra el tirano Buenos Aires había invadido la provincia de Entre Ríos. Los horrores de la campaña de las provincias se repitieron en esa ocasión, porque los métodos rosistas, si no estaban infiltrados en el ejército, era necesario que pareciera así para dar satisfacción a Rosas. El presidente Rivera repasó el Uruguay y Oribe no demoró en vadearlo a su vez, frente al Salto, avanzando por el territorio nacional indefenso sin detenerse hasta Montevideo, cuya plaza debía sitiar por espacio de casi nueve años, para luego, militarmente vencido, desistir de su propósito merced al tratado de paz de 8 de octubre del 51. Como no es el caso hacer la historia de la Guerra Grande ni del asedio y defensa de Montevideo, pues comportaría escribir diez años de la vida nacional, diremos que al ajustarse la paz del 8 de octubre de 1851, impuesta por las armas vencedoras de Urquiza, los propósitos de Rosas respecto a nuestro país “las altas miras de la confederación” estaban satisfechos. Esa política del tirano porteño, de la que el ex presidente se había hecho cómplice a título de una fidelidad absurda si se aceptan los argumentos de Pintos, se dirigió siempre a la reconstrucción del virreynato platense en beneficio de Buenos Aires, y se dedicó desde luego a arruinar el Uruguay, a cuyas expensas hizo vivir largo tiempo un poderoso ejército, disponible para darle el empleo que conviniere. Rosas había oprimido brutalmente a su país, pero asegurándole la paz. Aquí, en cambio, fueron diez años de guerra civil, devoradas las riquezas y asolados los campos por propios y extraños – especialmente por extraños – a los cuales importaba poco nuestra miseria y nuestra ruina.... ...Pero en 1853, después de los sucesos de julio, el gobierno, creyendo que su conducta lo hacía sospechoso, le impuso que abandonara el país, dándole pasaportes para Europa, a donde marchó, para no regresar sino en agosto de 1855, cuando era presidente el general Venancio Flores. Obligado éste a renunciar el mando por la oposición de los colorados conservadores, el 10 de setiembre, su despecho lo llevó a celebrar con Oribe el Pacto de la Unión -–11 de noviembre – por el cual ambos generales de acuerdo, dieron la presidencia a Gabriel Antonio Pereira, esperando cada uno ser la influencia poderosa que primara sobre el ánimo del anciano magistrado. Pero éste se deshizo primero de Flores que marchó a la Argentina y en cuanto a Oribe, no sólo lo puso de lado, sino que temeroso de que su influencia pudiera gravitar en las elecciones que estaban por efectuarse, y en las cuales Pereira tenía dispuesto ganar la mayoría, lo señaló como presunto perturbador del orden por el decreto del 29 de noviembre de 1856, “haciéndolo responsable –además – de cualquier alteración del sosiego público”. Residía el brigadier general, sobrellevando de largo tiempo atrás una dolencia crónica, en su quinta de Paso del Molino, casi al final de la hoy llamada calle Uruguayana, y allí falleció el 12 de noviembre de 1857, a las 2 de la mañana, a los 67 años y después de ocho días de extrema gravedad. Se le decretaron honores oficiales y recibió sepultura en el cementerio del Paso, de donde se los trasladó el 19 de abril del año siguiente a la Iglesia de San Agustín, en la Unión, fundación suya de la época del Sitio.

Teniente Coronel Miguel Gregorio PLANES (Milicias Soriano). Nació en Buenos Aires en 1789, siendo sus padres, D. Miguel Tadeo Planes, persona de distinción, fallecido en esta ciudad en 1823; y doña María Josefa

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Pesoa. Se inició en la carrera de las armas con motivo de la primera invasión británica, en 1806, asistiendo a la Reconquista, el 12 de agosto, así como también a la memorable Defensa en julio del año siguiente, siendo nombrado subteniente de bandera del Regimiento de Infantería Ligera de Montevideo, el 14 de agosto de 1807, recibiendo la efectividad de aquel empleo, el 4 de julio de año siguiente. Formaba parte de la guarnición de Montevideo en 1811, cuando los patriotas orientales se pronunciaron por los ideales proclamados por los porteños, el 25 de mayo del año anterior: Planes pasó a incorporarse a las filas independientes, a fines de mayo de 1811, ya con el empleo de teniente, formando parte del ejército sitiador de Montevideo, en el que continuó hasta el mes de octubre del mismo año, en que fue levantado el sitio a raíz de los acuerdos ajustados con el general Elío. El 23 de diciembre del mismo año era promovido a ayudante mayor del Regimiento de Dragones de la Patria, con antigüedad de 1°. de junio de 1811. Nuevamente perteneció al ejército sitiador de Montevideo, cuando se estableció el asedio por segunda vez, en octubre de 1812, distinguiéndose en la batalla del Cerrito, el 31 de diciembre del mismo, en calidad de ayudante del general Rondeau, quien en su parte de la acción, refiriéndose a Planes, dice: “cuyo desempeño fue bastante activo”, por lo cual mereció el honor que le discernió el general en jefe D. Manuel de Sarratea, de conducir a Buenos Aires el comunicado de la victoria, y según este parte, Planes ya ostentaba entonces el grado de capitán. Permaneció en las fuerzas sitiadoras hasta el 19 de mayo de 1814, fecha en que habiendo sido relevado el general Rondeau por Alvear, Planes acompañó al primero en su calidad de ayudante, al ejército del Norte, comando que le había sido conferido por el director Posadas. Planes marchó para el alto Perú el 14 de junio de 1814. Allí fue promovido a capitán de la 5ª. compañía del Regimiento de Dragones de la Patria, el 1°. de septiembre de 1814, acompañando al nuevo comandante en jefe de su desastrosa campaña al Alto Perú, en 1815, la que terminó con la derrota de Sipe-Sipe, el 29 de noviembre. Planes gozaba, según expresa el general Paz en sus Memorias, de la especial privanza del comandante en jefe Rondeau, al que acompañó en la poco afortunada expedición a Salta contra Güemes, en marzo de 1816, y cuando aquel marchó a Buenos Aires, por haber dejado el mando del Ejército del Norte, Planes le acompañó, ostentando la jerarquía de sargento mayor graduado a partir del 17 de mayo de 1817. En septiembre de 1818 formó parte del ejército directorial que mandaba el general Juan Ramón Balcarce, destinado a operar contra los anarquistas de Santa Fe, hallándose en todos los hechos de armas que tuvieron lugar en la misma, especialmente en el del Paso Aguirre, el 27 de noviembre. Perteneció a aquel ejército hasta que terminó la campaña a consecuencia del armisticio del 5 de abril de 1819. Planes revistó por segunda vez en el Regimiento de Dragones de la Patria desde el 1°. de diciembre de 1815 hasta el 30 de septiembre de 1819, fecha en que pasó al Cuerpo de Edecanes del Superior Gobierno. En este último carácter asistió a la batalla de Cepeda y a otros sucesos militares del fatal año 20. Hizo la campaña mandada por Dorrego contra Alvear y López, asistiendo a la toma de San Nicolás, el 2 de agosto, donde Planes que era ayudante de Dorrego, con un escuadrón de Cívicos atacó a los enemigos, reforzando la columna que había sufrido dos rechazos en su intento por apoderarse de la plaza. Se halló en las acciones de Pavón y del Gamonal, contra los santafecinos. Después del triunfo del gobernador Rodríguez contra los amotinados de Pagola, el coronel Dorrego, que se había mantenido a la expectativa en Luján, hizo

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reconocer el 8 de octubre por sus tropas al nuevo mandatario y envió a la ciudad al sargento mayor Miguel Planes, con felicitaciones para el general Rodríguez. Comprendido en la Ley de Reforma el 28 de febrero de 1822, después de haber revistado en la P.M. de Edecanes todo el año anterior, Planes TOMÓ PARTE ACTIVA EN LA INICIACION DE LA LUCHA EN LA BANDA ORIENTAL PARA DESALOJAR A LOS BRASILEÑOS. El mayor Planes asistió a la Junta de Guerra convocada por Rivera el 21 de septiembre de 1825, en la que se tomó la resolución de atacar al enemigo que se hallaba en el Rincón de las Gallinas, y al pueblo de Mercedes. Tomó parte en la primera función de guerra nombrada, el día 24 del mismo mes, por lo que fue graduado teniente coronel. El 9 de octubre de igual fue nombrado Fiscal para levantar la sumaria información al coronel Andrés Latorre por su fracasado ataque a Mercedes. A las órdenes directas del coronel Laguna, Planes asistió a la batalla de Sarandí, el 12 de octubre de 1825. Poco después fue nombrado por Lavalleja, comandante militar del departamento de Santo Domingo de Soriano y a comienzos de 1826 se reunió con la fuerza a sus órdenes a la división del coronel Juan Arenas, desempañando Planes las funciones de teniente coronel; división aquella que sitiaba la Colonia. Desde abril a fines de junio de 1826 se le encuentra formando parte de la línea sitiadora, fecha esta última, en que la fuerza mandada por Planes la constituía un escuadrón de 400 milicianos, que se llamó “Escuadrón Soriano”, con el cual se incorporó al Ejército Republicano mandado por Alvear y con el que asistió a la batalla de Ituzaingó, el 20 de febrero de 1827, por la que se le otorgó el escudo y cordón de honor acordados a los vencedores. El 31 de marzo del mismo año, Planes fue enviado al Durazno y desde el mes siguiente figura como teniente coronel en la P.M. de la “División de la Costa”, que el 30 de mayo de 1827 fechaba sus listas de revista en la Colonia. El 6 de agosto del mismo año se le encuentra como comandante militar del departamento de Mercedes. Figurando en la P.M. del Ejército Republicano, Planes obtuvo despachos de TENIENTE CORONEL DE CABALLERIA EL 29 DE NOVIEMBRE DE 1826; y el 5 del mes siguiente, se le nombró comandante del Escuadrón de nueva creación. El 31 de octubre de 1827 se le acordaron despachos de coronel graduado de caballería. Terminada la guerra, continúo al servicio del nuevo Estado Oriental, donde obtuvo la efectividad de coronel. Complicado en la revolución que estalló en aquel país, en julio de 1832, encabezado por Lavalleja y Garzón contra el presidente Rivera, Planes fue encarcelado, y al ser puesto en libertad, a comienzos de octubre del mismo año, aquél devolvió sus despachos al Gobierno Oriental, llegando a Buenos Aires con su esposa el día 8 de octubre del mencionado año. El 8 de marzo de 1833 fue dado de alta en la P.M. del Ejército de la Provincia de Buenos Aires, como coronel de caballería y en calidad de agregado, por haberse incorporado a la “División Izquierda” el 1°. del mes siguiente, con la cual marchó a la campaña del Desierto bajo el mando superior del general Juan Manuel de Rosas. Hallándose en las márgenes del río Colorado, en julio de 1833, el General en Jefe reunió a todos los jefes y les hizo saber la falta de cooperación del gobernador Balcarce para la continuación de la campaña invitó al mismo tiempo a los que no deseasen continuar con él, a marcharse a Buenos Aires; estando Rosas, por su parte, dispuesto a llevarla adelante, costase lo que costase. Tal reunión se realizó al pie de la colina “Clemente López de Osornio”, y el coronel Planes, conjuntamente con otros 11 jefes y oficiales más, pidieron su pasaporte para

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regresar a la Capital. El 7 de marzo de 1834 fue dado de baja de las listas de la “División Izquierda”, en Napostá, “por haber obtenido su pasaporte”. Se hallaba en su establecimiento de campo en el Sur de la Provincia de Buenos Aires, cuando en marzo de 1834 el general Lavalleja invadió el Estado Oriental con objeto de derrocar a Rivera; Planes abandonó sus intereses para acompañar en la tentativa a su antiguo jefe, el que como es sabido, fue fácilmente derrotado por el general Anacleto Medina, en el Paso del Correntino, al Sur del Río Negro, el 16 de aquel mes, con lo que fracasó la empresa. Planes continuó revistando en la P.M. del Ejército todo el año 1834, figurando en las listas del mes de septiembre de 1835 “Con licencia de 4 meses”. Revistó en la P.M.A. desde que Rosas escaló el poder dictatorial, figurando “Sin destino” todo el año 1836 y el 37. Falleció en Buenos Aires el 26 de diciembre de 1838 (según la constancia de las listas de revista, fue el 31 del mismo mes). Fue casado con doña María Trinidad Trápani, hermana de los patriotas Pedro y Jacinto Trápani. Teniente Coronel Adrián Alejandro MEDINA (Tiradores Ligeros de la Patria).

MILITAR DE LA INDEPENDENCIA DE AMERICA, SOLDADO DE ARTIGAS EN LAS PRIMERAS CAMPAÑAS DE LA PATRIA, que alcanzó al grado de coronel del ejército. Era hijo de Juan Bautista de Medina, oficial del ejército español, uno de los primeros pobladores de San José, y de Ana Manuela Alen, y había visto luz en aquel incipiente caserío el 8 de setiembre de 1783. Su carrera de armas la inició al servicio del rey, donde tuvo su galón de alférez, pero cuando el levantamiento de la provincia secundando el Grito de Mayo, ofreció su espada a la patria y la Junta de Buenos Aires le OTORGO DESPACHOS DE CAPITAN DE CABALLERIA EL 12 DE AGOSTO DE 1811. En el sitio de Montevideo, entre la gente de Otorgués, distinguióse por proezas guerreras que acreditan su extraordinario valor, y que Acuña de Figueroa recogió en su prolijo Diario Histórico. Asistió a la batalla del Cerrito a órdenes de Rondeau el 31 de diciembre del año 12, y por sus vinculaciones con este jefe, el 3 de marzo de 1814 pasó a servir en el Regimiento de Infantería N°.9, que comandaba Manuel Vicente Pagola. Era ésta una unidad que el general Rondeau se proponía llevar consigo como jefe del Ejército de Operaciones en el Alto Perú, para que había sido designado. En el curso de esa campaña desgraciada, el español Pezuela le infligió la tremenda derrota de Sipe-Sipe el 29 de noviembre de 1815, siendo nuestro bravo Regimiento número 9 el que salvó a los patriotas de un completo desastre. Agregado al Estado Mayor en enero del 17, sirvió luego en la provincia de Mendoza y se le promovió a sargento mayor graduado. Residente en Buenos Aires, entró en los planes de Lavalleja para invadir la Cisplatina y levantar en armas la población a fin de incorporarla a las Provincias Unidas, expulsados que fueran los extranjeros ocupantes. Con propósito de secundar la acción de los libertadores vino ocultamente a San José, donde tenía reunido un grupo de hombres cuando los expedicionarios del 19 de abril se acercaron al pago y al mando de ellos participó en la victoria de Sarandí el 12 de octubre de 1825. En el Ejército Republicano, las fuerzas a sus órdenes se habían transformado en un Escuadrón de Tiradores y, con grado de comandante, fue de los vencedores de Ituzaingó el 20 de febrero de 1827, formando en la ala izquierda de Alvear. Las divisiones del primer cuerpo resultaron las más castigadas del ejército patriota, contándose a Medina entre los ciento y tantos heridos. Luego de recibir asistencia

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en el Cuartel General, que vino a establecerse en Cerro Largo, se le nombró Comandante Militar de San José en el mes de agosto y transformada la provincia en República libre y constituida, pasó el 1°. de setiembre de 1830 con igual destino a la Colonia. Sirvió al gobierno constitucional cuando los movimientos anárquicos de Lavalleja, desempeñando una nueva vez la Comandancia de San José. El gobierno de Oribe lo incluyó en la lista de jefes reformados por resolución del 30 de julio de 1835 con grado de teniente coronel y prescindió de él cuando el 15 de noviembre del año siguiente, repuso en actividad temporal a una cincuentena de los anteriormente excluidos de los cuadros. Simple ciudadano, después de tantos servicios rendidos al país, permaneció ajeno a las luchas civiles de 1836-38 y vino a morir en su pueblo natal el 26 de octubre de 1842.

Teniente Coronel Gregorio Ramón PEREZ (Húsares Orientales). Militar de la independencia, que alcanzó grado de coronel en el ejército de la República y cuya actuación remonta a las primeras luchas por la patria. Vino al mundo en Montevideo el 12 de marzo de 1791, hijo de Manuel Pérez y de María del Carmen Gomar. SUS SERVICIOS DE ARMAS COMENZARON EN EL AÑO 1811,... Alférez del 2°. Regimiento de Dragones de la Patria, se halló en la acción del Cerrito el 31 de diciembre del año 12, y estuvo en las líneas del segundo sitio los veintidós meses que duró, siempre en calidad de ayudante de Nicolás de Vedia, en cuya compañía pasó a la Argentina con las tropas porteñas, luego que evacuaron la plaza. Capitán agregado al Regimiento de Húsares el año 1818, no quiso participar en las disensiones internas de aquel país, y cuando Lavalleja inició la campaña libertadora de abril de 1825, Gregorio Pérez, en clase de sargento mayor, formó parte de la expedición patriota que salió de Buenos Aires en el “Libertad del sur”, para desembarcar en el Buceo el 10 de mayo. Incorporado inmediatamente al ejército en formación , se le promovió en junio a teniente coronel y jefe del Regimiento de Húsares Orientales, al mando de cuya unidad participó en la victoria del Sarandí el 12 de octubre del mismo año 25, formando en el ala derecha. Transferido a comandante del 2°. Escuadrón de Regimiento N°. 3 en el Ejército Republicano, cuando la guerra fue llevada al Imperio en 1826, alcanzó a hallarse en la batalla de Ituzaingó el 20 de febrero de 1827, pero su deficiente salud lo puso en el caso de retornar a las líneas de Montevideo, donde lo hallaría la Convención Preliminar de Paz. Agregado a la Comandancia de Armas en diciembre de 1828, pasó a revistar a la Plana Mayor Pasiva desde el 1°. de mayo de 1829, y el 5 de julio lo nombraron Fiscal del Tribunal Militar. En el desempeño de tal cargo obtuvo el ascenso a coronel graduado el 23 de julio, y lo sirvió hasta el 15 de octubre de 1831 fecha en que pasa como agregado al Estado Mayor. En diciembre de 1832, por enfermedad del coronel Pedro Lenguas, interinó la 2a. Jefatura del Estado Mayor Divisionario. Apenas electo Presidente de la República el 1°. de marzo de 1835, el general Manuel Oribe designó a Pérez como uno de sus edecanes, en cuyas funciones permaneció hasta febrero de 1837.

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Coronel efectivo en noviembre de 1834, estuvo a servicio del gobierno constituido cuando el general Rivera alzó bandera revolucionaria en 1836 y el 10 de julio de 1838 se hizo cargo del despacho del Estado Mayor, al separarse del servicio el general Miguel E. Soler. Emigrado en la Argentina como otros muchos militares cuando el presidente Oribe dimitió la presidencia y abandonó la República, el coronel Pérez estaba a sus órdenes cuando éste se puso al servicio de Rosas y revistaba entre sus jefes en el cuartel general de las Conchas en noviembre de 1842. Invadida la República después del triunfo de Arroyo Grande en diciembre de 1842 y principiado el sitio a Montevideo en febrero del año siguiente, Pérez aparece en las listas del Cuartel General del Cerrito con la nota de “ausente en Buenos Aires”, hasta el 1°. de julio de 1845, día en que falleció de “enfermedad natural” en la capital porteña.

Sargento Mayor Ignacio Abdón ORIBE (2do. Esc. del Reg. de Dragones Libertadores). Militar de las guerras de la independencia, brigadier general del ejército, con nutrida foja de servicios en las luchas por la organización del país. Nacido en Montevideo el 30 de julio de 1795, era hijo de Francisco Oribe, Tte. Cnel. del Real Cuerpo de Artillería, y de María Francisca Viana. SU CARRERA DE SOLDADO TUVO PRINCIPIO EN EL AÑO 1812, CUANDO LA PROVINCIA ALZADA EN ARMAS BAJO EL MANDO DE ARTIGAS, ENTRO A SECUNDAR LA CAUSA DE MAYO. Asistió a los dos sitios de Montevideo, participando de las alternativas con que la discrepancia de idealidades entre nuestro caudillo y los políticos centralistas de Buenos Aires interfirió la lucha por la causa común y permaneció junto a aquél cuando fue preciso combatir a Soler y obligar a Dorrego a traspasar el Uruguay, después de deshacerlo totalmente en Guayabos el 10 de enero de 1815. Capitán en el Batallón de Libertos que mandaba Rufino Bauzá, de guarnición en la capital durante los períodos gubernamentales de Otorgués y de Barreiro, salió de la plaza el 19 de enero de 1817, cuando los portugueses vencedores iban a ocuparla, sin posibilidad de ofrecerles resistencia. El general Lecor, una vez posesionado de la capital, vino a hallarse, como se sabe, en situación por demás precaria, virtualmente sitiado por los patriotas y dueño apenas del área que pisaba y en ese trance vióse en la obligación de tentar alguna salida para aprovisionarse de ganado. Tuvo Ignacio Oribe muy buena actuación frente al enemigo, siendo su conducta distinguida particularmente en los choques de Casavalle y Paso de Cuello. Pero en ese mismo año, promediando setiembre, en los días en que la resistencia al invasor parecía llegada al extremo y la derrota, que había labrado hondamente en los espíritus, era entonces, como sucede siempre, mala consejera, Ignacio Oribe, a la par de un grupo de meritísimos jefes oficiales que integraban las fuerzas de Otorgués, cayo en el lamentablemente extremo de defeccionar de las filas envuelto en una hábil red de maniobras, tejida de consuno por los políticos porteños y el gobernador portugués de Montevideo. Embarcaron entonces los nuestros para Buenos Aires, en buques proporcionados por Lecor, consentidos de que iban a servir a la causa de América, pero en cambio les tocaría verse mezclados y participar en las contiendas de la otra banda.

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Subyugado el país, retornó Oribe en 1821 presa de amarga decepción, para vivir vida de simple particular bajo un gobierno extraño. Cuando los conquistadores, divididos en imperialistas o brasileños y realistas o lusitanos, en 1822, permitieron abrigar una pequeña esperanza de redención, el capitán Oribe, sospechoso a los ojos de los primeros, fue aprehendido hallándose en Cerro Largo donde trabajaba de estanciero. Se le remitió en tal calidad a Río Grande, destinado a permanecer allí hasta 1824, cuando la situación en la Cisplatina estuvo totalmente despejada y consolidado aparentemente el régimen imperial. En contacto de antemano con el grupo patriota que preparaba la audaz invasión del 25 y pronto a darle valiosa ayuda, mantúvose en su establecimiento de campo de Cerro Largo a fin de no despertar sospechas al enemigo. A los pocos días de efectuado el desembarco de Lavalleja y sus treinta y dos compañeros en la Agraciada, el 19 de abril, levantóse en armas y prestamente tuvo a sus órdenes un nutrido contingente de soldados con los cuales se incorporó a las fuerzas patriotas. EN EL MES DE JUNIO YA ERA CAPITAN COMANDANTE DEL 2°. ESCUADRON DEL REGIMIENTO DE DRAGONES LIBERTADORES, CON EL QUE FUE DESTINADO EN OBSERVACIÓN SOBRE LA FRONTERA DE CERRO LARGO. Sargento Mayor el 13 de setiembre de 1825, tocóle participar del triunfo de Sarandí el 12 de octubre, y fue promovido a teniente coronel en junio de 1826. Invadida la provincia brasileña de Río Grande por el Ejército Republicano a órdenes del general Alvear, el comandante Oribe fue de los triunfadores de Ituzaingó el 20 de febrero de 1827 y fue ascendido “por los servicios prestados en la campaña y muy especialmente en la batalla”. Poco después, hallándose de guarnición en la Villa de Melo desde hacía dos semanas, el imperialista teniente coronel Bonifacio Isás Calderón, lo atacó sorpresivamente, en la madrugada del 10 de marzo, obligándolo a rendirse y entregarse prisionero con dieciséis oficiales. El general Alvear, que no desaprovechaba ocasión de disminuir a nuestros soldados, comentó la sorpresa con palabras imprudentes. Concertada la paz del año 28, se le dio el mando del Regimiento de Dragones Libertadores el 20 de diciembre, promovido a coronel graduado en la misma fecha, para obtener la efectividad de coronel el 24 de mayo de 1829.designado Jefe de las Policías de todos los departamentos del país el 1°. de agosto siguiente, se mantuvo en el cargo hasta el 20 de marzo del año 30. En el gobierno provisorio del general Lavalleja, se le hizo Ministro de Guerra y Marina el 30 de abril de 1830, manteniendo el puesto hasta el 28 de mayo. Dos días después confiósele el mando del 4°. Escuadrón y volvió al Ministerio el 29 de julio, donde estuvo hasta el 6 de noviembre. Cuando el general Rivera asumió la primera Presidencia constitucional, habiéndose sublevado el general Juan Antonio Lavalleja, estuvo de parte del gobierno legal, desempeñando una misión conciliadora ante aquél, y fue nombrado jefe interino de la frontera de Cerro Largo el 12 de junio de 1832 y COMANDANTE DEL 1er. ESCUADRON DE CABALLERIA DE LINEA EL 14 DE DICIEMBRE siguiente en virtud de reunir en su persona los predicados de patriotismo, aptitudes y decisión para el sostén de los poderes constitucionales. En la segunda tentativa de Lavalleja mandó la división de Operaciones sobre el Yaguarón, desde el 18 de julio de 1834, y tuvo el cargo de jefe de Estado Mayor de las divisiones en campaña, el 11 de agosto.

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Elegido segundo Presidente de la República su hermano el general Manuel Oribe, lo ascendió a coronel mayor el 27 de febrero de 1836, cuando estalló la sublevación del general Rivera.... ... Solicitó “pasaporte para irse a presentar al gobernador de Buenos Aires”, hacia donde se dirigió inmediatamente, por cuya razón el gobierno lo declaró desertor, dándolo de baja y borrándolo de los cuadros del ejército el 31 de enero de 1841. Sirviendo con su hermano en las huestes extrañas que aquél mandaba, hallóse el 6 de diciembre de 1842 en la batalla de Arroyo Grande, donde la imprevisión del general Rivera permitió que las armas nacionales sufrieran el descalabro fatal que abrió el país a la invasión. En el largo y terrible período de la guerra Grande, Ignacio Oribe mostróse como uno de los jefes superiores más circunspectos, en una época en que era fácil perder la línea de una conducta atinada, y es fama que desaprobó o negó su asentimiento a muchos errores de su hermano el “Presidente”. Por eso tal vez no tuvo rol militar muy destacado, circunscripto, puede decirse, a las operaciones en los departamentos de Colonia y Soriano en los años 46 y 47.... En julio de 1853, Ignacio Oribe, presentándose al Jefe Político de Canelones, Zacarías Fonticelly, se puso a sus órdenes para defender la autoridad de Juan Francisco Giró y tomó el mando de las milicias locales. Pocos días más tarde – y ante la circular del Ministro coronel Flores – esas fuerzas se desarmaron y licenciaron, y el general se puso a servicio del nuevo gabinete. En noviembre de 1855 – siguiendo los rumbos políticos del hermano – adhirió al Pacto de la Unión, y en el gobierno de Pereira, nacido de aquel infeliz arreglo, no tuvo ningún rol activo. INSPECTOR DEL EJERCITO EN EL ARMA DE CABALLERIA EL 19 DE SETIEMBRE DE 1861, en la presidencia de Berro, en los comienzos del 65 o sea en las postrimerías del gobierno de Aguirre, tuvo el cargo de miembro del Consejo Militar de Defensa, el 17 de enero. El general Antonio Díaz le confió, pocos días más tarde, el mando del 4°. Cuerpo de Ejército de la Capital. Era un cargo casi nominal, pues los sucesos se precipitaban con marcha avasalladora, y el 21 de febrero el general Flores entraba victorioso en Montevideo. El general Ignacio Oribe no fue molestado para nada por los vencedores, pues altamente considerado, en cualquier sentido, no levantaba resistencias ni atraía odios. En el retiro de su casa falleció, víctima de una larga y cruel dolencia, el 26 de diciembre de 1866.

Sargento Mayor Simón DEL PINO (Milicias de Canelones). Militar que formó en calidad de sargento mayor entre los 33 expedicionarios patriotas que el 19 de abril de 1825 desembarcaron en la Agraciada, bajo las órdenes del general Lavalleja, en un audaz esfuerzo para provocar el levantamiento del país contra los brasileños que lo dominaban, convertido en la Provincia Cisplatina del Imperio. LOS SERVICIOS DE DEL PINO, SIN EMBARGO, REMONTABANSE A TIEMPOS MÁS LEJANOS, PUES HABIA SIDO SOLDADO Y OFICIAL DE ARTIGAS, tocándole pelear en la batalla de Las Piedras y ser de los sitiadores de Montevideo. Sólo después de abatido el gran caudillo – y cuando ya tenía grado de capitán – aceptó como tantos otros compatriotas las prepotencias extranjeras, del mismo

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modo como se aceptan, con todas las reservas necesarias, las cosas carentes de remedio inmediato. Cuando los rumores de que se estaba gestando un movimiento armado contra la dominación tomaron cuerpo y por ciertos motivos se les pudo creer revestidos de un manto de verdad, Del Pino, a quien las autoridades extranjeras tenían catalogado como un elemento irreductible y disimulado enemigo, escapó a Entre Ríos, para no volver sino el 19 de abril del 25. Oriundo del actual departamento de Canelones, donde era propietario rural, allí había hecho y allí conservaba el prestigio que le aportó hombres para remontar las milicias locales, cuyo mando se le dio por Lavalleja casi enseguida y con ellas fue partícipe de las operaciones subsiguientes al 19 de abril, hallándose en la batalla de Sarandí el 12 de octubre del mismo año. Sus coterráneos de la jurisdicción de San Juan Bautista lo votaron para diputado a la Asamblea Nacional Constituyente y Legislativa de la Florida, siendo uno de los firmantes de los actos de soberanía del 25 de agosto. Cuando el levantamiento de Lavalleja contra los poderes públicos en julio de 1832, los vínculos de amistad y compañerismo de armas que lo unían a varios de los sublevados, principiando por el que hacía cabeza, pareció que lo arrastraría a secundar el alzamiento anárquico pero – según Melián Lafinur – el coronel Manuel Oribe, a servicio de la administración de Rivera, consiguió neutralizarlo y mediante una nota elevada a la superioridad el 22 de agosto, satisfactoria respecto a su actitud, se le aceptó a servicio del gobierno y vuelta la tranquilidad fue promovido a teniente coronel. La Ley de reforma militar del año 35 incluyó a Del Pino, el cual vino a hallarse fuera de los cuadros del ejército, y no obstante su amistad con el presidente Oribe, no figuró entre los jefes reformados que se llamaron temporalmente a servicio en 1836 a mérito de la rebelión encabezada por Rivera, permaneciendo como simple ciudadano en la Villa de Canelones, donde más tarde fue elegido para desempeñar funciones municipales y el cargo de Alcalde Ordinario. No se tiene fecha de su muerte.

Capitán Francisco OSORIO (Tiradores de Maldonado). Militar de la independencia, con largos y señalados servicios, que alcanzó al grado de coronel. Era nacido en la Villa de San Fernando de Maldonado el 3 de agosto de 1797, hijo de José Osorio y María Sándana, gallegos ambos. Su carrera de armas principia en la EPOCA ARTIGUISTA, AL SENTAR PLAZA DE SOLDADO EN 1816 POCO ANTES DE LA BATALLA DE INDIA MUERTA, FATAL PARA LAS ARMAS DE LA PATRIA, LIBRADO EL 19 DE NOVIEMBRE Y EN LA QUE SE HALLO Promovido a alférez en 1817 en el Cuerpo de Cazadores, ascendió a teniente 2°. el año 18. Sojuzgado el país por el invasor lusitano, permaneció Osorio a la expectativa de mejores días y cuando éstos alborearon apenas en 1825, en el mes de mayo hacía reunión de elementos patriotas a órdenes del mayor Mariño. Ayudante de la división Maldonado que a la sazón sitiaba la plaza de Colonia, en junio de 1825, a propuesta del coronel Leonardo Olivera se le ASCENDIO A CAPITAN DÁNDOSELE EL MANDO DE LA COMPAÑÍA DE TIRADORES, con informe del jefe del Estado Mayor, donde se consigna que “el Comandante de la Colonia nunca pudo hacer mejor elección en oficial más meritorio que es la

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persona del teniente, tanto por su comportamiento honrada cuanto por los conocimientos que reúne dicho oficial en la milicia”. Gozaba de tal confianza ante su jefe, que en circunstancias de haberse producido en agosto del mismo año 25 un malentendido entre éste y Lavalleja, Olivera lo envió al Cuartel General para que aclarara personalmente la situación. Al año siguiente, en abril, Osorio pasó a servir en su grado en la Compañía de Granaderos de la Escolta de Lavalleja y luego tuvo mando en las Milicias de Paysandú, con las cuales estuvo en Ituzaingó donde lo hirieron gravemente. Participa efectivamente en la batalla de Sarandí. En setiembre de 1829 se le encuentra en el Regimiento N°. 2 de Caballería de línea hasta noviembre de 1830, fecha en que fue nombrado Edecán del gobierno y en esta condición, en el mes de diciembre, acompañó al Presidente de la República general Rivera, en su viaje de inspección al interior del país. En agosto de 1831 solicitó y obtuvo la absoluta separación del servicio, ignorándose las causas de tal actitud; pero al estallar la revolución lavallejista del 32, Osorio se presentó al general Manuel Oribe, jefe del Estado Mayor, con 120 hombres del departamento de Maldonado para servir al gobierno e intervino en toda la campaña. Con fecha 24 de agosto del 32 llegó a sargento mayor “en consideración a los relevantes servicios que ha rendido a la República, a la causa de sus leyes y al gobierno constitucional”.... Al formarse el 4°. Escuadrón de caballería de línea en noviembre del año 34, Osorio fue nombrado jefe de la nueva unidad, acuartelada en Maldonado, y retuvo el cargo hasta el mes de julio de 1835, fecha en que, por haberse disuelto el 4°., pasó como agregado al Estado Mayor general. En el comando de este escuadrón y con fecha 4 de julio del 35, había sido promovido a coronel graduado. Durante su permanencia en Maldonado, logró apresar un cargamento clandestino de africanos que se trataba de introducir por dicho puerto de un patacho portugués llamado Delfino, y formó con Tomás Burgueño, por orden del Poder Ejecutivo, la comisión encargada del reparto de tierras en la jurisdicción fernandina. Incluido en la ley de Reforma, dejó de pertenecer al ejército de línea el 31 de julio de 1835. Cuando en julio de 1836, el general Rivera se alzó en armas contra el gobierno constituido del presidente Oribe, Osorio fue de los primeros jefes que acudieron a ponerse a sus órdenes y por su influencia personal y prestigio lográronse valiosas adhesiones a la revolución en la zona del Este. Atraído a una emboscada que se le preparó en el sitio conocido por Palmares de Lemos, en territorio brasileño, Osorio fue asesinado alevosa y traidoramente, con varios hombres que lo acompañaban, el 7 de setiembre del propio año 1836. Rivera, en ejercicio del Poder Ejecutivo una vez triunfante y como general en jefe del ejército Constitucional, decretó al coronel Osorio, el 14 de enero de 1839, honores póstumos, ordenando que sus restos mortales fueran a la capital, enterrándoseles en lugar preferente del cementerio. Una comisión distinguida, nombrada ad-hoc, recibiría el cuerpo fuera de la ciudad, “y cubriéndolo con la bandera a cuya sombra había combatido por la libertad y la independencia de la República”, haría los honores del convoy.

Capitán Bernabé RIVERA. Jefe militar de la independencia, cuya carrera se interrumpió en grado de coronel, muerto a manos de los indios charrúas.

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Nacido en 1799, era hijo de Luisa Rivera, hermana del general del mismo apellido. Su padre Alejandro Duval, había perecido en una emboscada en los años 1819 o 20, pero es común tenerlo por hermano antes que por sobrino de don Frutos, situación que, por lo demás, parece que tuvo corrientemente en la familia por motivos explicables, añadidas a las razones de edad. A servicio de la patria desde que era un muchacho, los portugueses lo tomaron prisionero el año 1818, conduciéndolo a Río Janeiro, donde estuvo encerrado en una fortaleza hasta 1820, en que por influencia de su tío el coronel obtuvo la libertad y la licencia para regresar al país. Aquí entró a servir en el Regimiento de Dragones de la Unión, en cuyas filas revistaba como capitán el año 1825, y al cual vino a tener a sus órdenes, ascendido a sargento mayor, un poco más tarde. Cuando las maniobras porteñas para disolver los cuerpos orientales, Bernabé Rivera negó obediencia a la autoridad del general Martín Rodríguez, hallándose en su campamento de Arapey en agosto del año 26, y en esa actitud lo secundaron Ravía, Raña, Manuel de Araúcho y otros prestigiosos elementos. Hecho prisionero por las autoridades logró evadirse, no obstante la barra de grillos que se le había remachado, grillos que luego envió como recuerdo al general Alvear, que había dado las correspondientes órdenes. Según tradición, fue el oficial José M. Luna quien hizo limar las prisiones y facilitó la evasión. Jefe de la 2ª. División al invadir el general Fructuoso Rivera el territorio misionero, su cometido era llegar a San Borja, y en el curso de las operaciones logró tomar una caja del ejército imperial que contenía una gruesa suma de dinero, la cual repartió entre los soldados expedicionarios, pues la oficialidad hizo renuncia a favor de éstos de lo que pudiera corresponderle en el botín de guerra. En agosto de 1829, siendo coronel graduado, se le nombró jefe del Regimiento N°. 2 de caballería, acantonado en Bella Unión y perteneciente al ex - Ejército del Norte. Llegó a coronel efectivo el 18 de julio de 1831, cuando por la República se concedieron los primeros ascensos del ejército nacional, y a principios de ese mismo año, estando destacado por Tacuarembó, cooperó a la fundación del pueblo de San Fructuoso con algunas familias de soldados de sus escuadrones de caballería, reunidas al núcleo inicial en el mes de febrero. Sublevados en mayo de 1832 los colonos indios de Bella Unión, en el extremo noroeste de la República, el presidente Rivera le dio el encargo de batirlos y someterlos. El movimiento de los últimos aborígenes indudablemente a maniobras del bando lavallejista, al cual servía de intermediario el indio Tacuabé, ha quien luego se le halla figurando entre los secuaces del vencedor de Sarandí. Derrotados los charrúas en varios encuentros parciales que el gobierno consideró decisivos, sus elementos se dispersaron por los campos circunvecinos en grupos poco numerosos pero activos, ansiosos de vengar a sus muertos y poseedores de abundantes medios de movilidad. Sorprendido uno de los grupos mayores que obedecía al cacique Sepé, en el potreo de Yacaré-Cururú, actual departamento de Artigas, por las fuerzas que mandaba personalmente Rivera, la persecución se prolongó en un trayecto de varias leguas hacia las puntas del río Arapey, durante el día 20 de junio. En el curso de la lucha, los indios, que parecían en plena fuga, dieron vuelta caras cuando calcularon que los caballos de los perseguidores estaban cansados, y cargando a su turno sobre el coronel y los suyos, lo mataron conjuntamente con el comandante Pedro Bazán, el alférez Roque Viera y nueve soldados, los cuales rindieron caras sus vidas, según todo hace creer.

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Los detalles del episodio no se aclararon nunca bien, y en los primeros días llegó a suponerse que el coronel Bernabé podía haber sido hecho prisionero. Una exploración detenida del campo, ordenada por el sargento mayor Jos´4e María Navajas, dio con los cadáveres, que recibieron sepultura en el cementerio de Durazno. El prematuro y trágico fin de este jefe, generalmente muy apreciado, consternó el espíritu público. El general Oribe, Presidente de la República, decretó con fecha 9 de octubre de 1835, que se le erigiera un sepulcro en el Cementerio Central de Montevideo y el día de la inauguración de éste, el 1°. De agosto, sus restos fueron depositados en su recinto.

Sub Teniente José Joaquín DE OLIVEIRA (Pza. 4 Pulgadas) El subteniente José Joaquín de Oliveira fue uno de los evadidos junto al capitán don Tomás Burgueño el 31 de julio de 1825 de la Ciudadela. Don Pablo Zufriategui sin duda lo dejó a su lado, dado que como viejo artillero no vería con muy buenos ojos los conocimientos del artillero europeo y dejando a su lado a Oliveira, por la diferencia de jerarquías y tal vez de conocimientos ejercería así el mando de la pieza. José A. Costa, oficial de Húsares en esa acción recordaba en 1861 que el cañoncito estaba mandado por el “mayor” D. Pablo Zufriategui. El cañón estaba ubicado al frente, a la izquierda de los tiradores de Maldonado del capitán Francisco Osorio. Es decir frente al punto en cual se tocaban la izquierda de las fuerzas de Zufriategui (ala derecha) y la derecha del centro (Manuel Oribe). Es interesante seguir los pasos de la carrera del subteniente Olivera a través de las listas de revista de la Artillería Oriental. Se ordena darlo de alta en la Artillería Oriental, con fecha 1ro. de octubre. Esta orden es posterior a Sarandí, donde interviene, aparece como Francisco José. Quien dio la orden es sin duda Lavalleja (orden superior). Marcha a Canelones en noviembre con su asistente, Caetano Nicolás. Es de los que irá a Paysandú (Casablanca) donde a pesar de aparecer como sargento primero, en la anotación correspondiente a Nicolás, aparece: Ayudante del SubT. Olivera. Desertor el día 16 de diciembre junto con cuatro soldados. Se pasa al Ejército de Observación que está acampado frente a Casablanca en el arroyo del Molino. En mayo de 1826 luego del pasaje de dicho Ejército lo vemos como penúltimo soldado de la lista, el último es un recluta los dos que lo anteceden, Gerardo Onores y José Gusañola, también habían desertado el 16 de diciembre. En la nota aparecen como “aprendidos desertores nel Exto. Nacional”. No habían abandonado las banderas de lucha contra el Imperio, cambiaron de ejército. En junio última lista existente ya aparece como sargento.

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MONUMENTO EN LA CIUDAD DE SARANDI GRANDE (FLORIDA), EN LA PLAZA GALLINADISPUESTA POR LEY N°. 6916 DE FECHA 17/6/1919 E INAUGURADA EL 12 DE OCTUBRE D

OBELISCO A LA BATALLA DE SARANDI, UBICADO EN EL ESCENARIO

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Anexo No.3 :EXTRACTO BIOGRÁFICO DE LOS COMANDANTES

BRASILEÑOS QUE PARTICIPARON EN LA BATALLA DE SARANDI. Coronel Bentos Manuel Ribeiro (Comandante de las tropas Imperiales)

Militar, nacido en Sorocaba – San Paulo, en 1783 y fallecido en Porto Alegre – Río Grande Do Sul en 1855. Prestó servicios en 1800 en el Regimiento de Milicias de Río Pardo (RS), habiendo participado en todas las guerras del Sur de 1801 a 1851. Coronel al final de la Guerra de Cisplatina, participó en la guerra de los Farrapos, primeramente al lado de Bento Gonzalves; contra quien se volcó apoyando a los Imperios . Una vez derrotado este antiguo compañero en el Combate de la Isla de Fonfa se disgustó con sus mandos por haber sido sustituido, en el comando de las Armas de la Provincia, por el Mayor Lima y Silva. Debido a estos hechos retornó a las filas revolucionarias; pero en 1839 deja las armas y se refugia en Uruguay, desde donde le escribe al Gobierno Imperial, solicitando su amnistía y la de sus compañeros. Después de conseguida se dirige a Río de Janeiro para agradecer personalmente el perdón concedido al emperador y pasa a prestar servicios a órdenes de Caxias en la fase terminal de la Guerra de los Farrapos. Como Comandante de las Fuerzas Imperiales en Poncho Verde. Al final de la Guerra fue promovido a Mariscal de Campo y Jefe de la Primera División del Ejército en operaciones contra Oribe y Rosas (1851-52). Por motivo de salud dejó el campo de batalla y volvió a Brasil ocupando el Cargo de Mariscal del Ejército.

Coronel Bentos Gonzalves

Jefe Revolucionario Gaucho (RS), líder Republicano en la Guerra de los Farrapos, una figura casi legendaria en Río Grande del Sur. Aunque se sabe muy poco de él, era hijo de portugués y se crió en la vecindad de la República Cisplatina donde se desenvolvió con la denominación de Rocha Pombo (una especie de banditismo heroico) rebeldes a los predominios de extraños como también a la propia orden legal interna. Una vida movida y agitada, hizo del gaucho un verdadero vaqueano en campaña. Este gaucho crió su propio Caudillo, en 1817 participó de las luchas en la Banda Oriental, Provincia Cisplatina, 1825 – 1827, distinguidamente en los combates de la Guerra Cisplatina y notablemente en las Batallas de Sarandí, Ituzaingó y Paso del Rosario. Una vez establecida la Paz en 1828, con la Independencia de la Provincia Cisplatina la que se denominó República del Uruguay, volvió a Río Grande del Sur como Coronel del Regimiento de Caballería de Yaguarón en la frontera uruguaya. En 1833 fue llamado a Río de Janeiro, por acusaciones de mantener secretos con Juan Antonio Lavalleja, para incorporar a Río Grande del Sur, a la nueva República del Uruguay, lo cual no fue comprobado debido a que lo mantuvieron en el cargo. Fue participante activo del Grupo de Políticos exaltados más conocidos por FARRAPOS o FARRAPILHAS, dos años después se volcó contra sus autoridades permanente y organizó la Revolución que empezó el 20 de setiembre de 1835 cuando en las proximidades de Porto Alegre, en el puente de Azenha, sorprende y derrota las fuerzas legalistas, invadiendo la Capital y entregando el cargo de

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Presidente de la Provincia al entonces Vice – Presidente Marciano Pereira Ribeiro, pasando la propaganda intensiva de los ideales republicanos y consiguiendo innumerables adhesiones en el interior. Antonio de Souza Neto realiza la Proclama la República Río Grandense el 11 de setiembre de 1836, cuando el 4 de octubre en la Isla de Fonfa, en el Río Jacuí, fue derrotado por los legalistas comandados por Bento Manuel Ribeiro un ex – jefe Farrapilha que se había volcado para el enemigo. Fue enviado preso a Río de Janeiro con otros al Fuerte del Mar en la bahía, de donde huyó en 1837 para reasumir la Jefatura de los Farrapos. Al año siguiente concedió carta libre al guerrillero italiano Giuseppe Garibaldi y con auxilio de éste extendió la acción revolucionaria a la vecina Provincia de Santa Catarina, donde Davi Canabarro proclamó la República Catorinense o Juliana, confederándose a la República Río Grandense. Reforzados los imperiales a mando del Barón de Caxias, los Farrapos pierden batallas decisivas y el propio Bento Gonzalves que ya renunciara la presidencia a la República Río Grandense, finalmente fue vencido en Conjuncú por Chico Pedro (1843). No obstante luchó por la República y la Federación hasta el 01de marzo de 1845 cuando Caxias y Canabarro dieron por finalizadas las diferencias que habían durado casi 10 años.-

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ANEXO Nº 4. REGLAMENTO DE SERVICIO EN CAMPAÑA DE CABALLERÍA RC 2-15

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