informe niklisson (1914)
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Boletn del Departamento Nacional del Trabajo
26 - Abril 30 de 1914
Buenos Aires
Imprenta Alsina Victoria. 1287
1914
Esta publicacin es rgano del Departamento Nacional del Trabajo
Sumario
El presente nmero del Boletn del Departamento Nacional del Trabajo ha sido
ntegramente dedicado a la investigacin relacionada con las condiciones de vida y
de trabajo del Alto Paran, que se divide en los captulos siguientes:
Pg.
Antecedentes de esta investigacin 1
A manera de introduccin 13
Sntesis de la cuestin obrera 21
Puertos y establecimientos industriales del Alto Paran 29
Territorio Argentino 31
Territorio Paraguayo 39
Territorio Brasileo 44
El Conchabo 51
Transporte de peones hacia los lugares de trabajo 61
Concepto legal sobre el anticipo 67
Las dos grandes formas de los trabajos del Alto Paran: establecimientos yerbateros
87
Las dos grandes formas en los trabajos del Alto Paran: el obraje 111
El trabajador del Alto Paran 125
Alimentacin 135
Habitacin obrera 139
Los salarios 145
Costo de vida 159
Las enfermedades 165
Reglamentos de trabajo 171
Descanso dominical 178
Trabajo de mujeres y nios 183
Hechos delictuosos 187
El caso de Puerto Segundo 199
Conclusin 229
Apndice 235
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Antecedentes
de esta investigacin
Boletn del Departamento Nacional del Trabajo
N 26. Buenos Aires, Abril 30 de 1914
Nota de la inspeccin elevando al presidente del Departamento Nacional del
Trabajo, el informe sobre la investigacin realizada en el Alto Paran.
Buenos Aires, abril 25 de 1914.
Al seor presidente del Departamento Nacional del Trabajo, doctor Julio B.
Lezama:
Tengo el agrado de elevar al seor presidente el informe que el inspector don Jos
Elas Niklison ha presentado a esta Inspeccin, relacionado con la comisin de
investigacin y estudio de las condiciones de vida y trabajo de los obreros del Alto
Paran. Creo conveniente indicar algunos antecedentes sobre este asunto, para la
mejor inteligencia del mismo.
I. Sin afirmarlo, indico mi creencia personal de que fue en el ao 1907 cuando por
vez primera comenzaron a realizarse publicaciones, en un rgano de nuestra prensa
diaria, relacionada con las condiciones de vida de los obreros de la referencia. En
aquella poca, recientemente fundado el Departamento Nacional del Trabajo, ni
tena recursos ni inspectores. Coincidieron aquellas primeras publicaciones con la
instalacin de este Departamento, por cuya razn la investigacin no pudo hacerse.
Desde 1907 hasta 1912, el tema fue tocado, muy de tarde en tarde, por uno o dos
diarios de la Capital Federal. Cuando en 1912 se cre la Divisin de Inspeccin, el
inspector Ruiz Moreno fue comisionado por el que suscribe, para adquirir los datos
previos relacionados con la zona norte del pas, a fin de elaborar un plan de estudio
y de investigacin. Ya el inspector Ruiz Moreno hizo notar en su informe la
existencia de los conchabadores, o intermediarios en la celebracin del contrato de
trabajo; y refirindose a las condiciones propicias que Posadas presenta para el uso y
abuso de la contratacin de peonadas, haca notar que en aquella ciudad existan 48
boliches y almacenes al menudeo, de los que 120 se encontraban situados en la zona
portuaria o Bajada Vieja. Casas con un capital de $ 50 a $ 500 -deca- consiguen
satisfacer $ 70 como patente y 200 en concepto global de impuestos municipales.
Y agregaba: Existen en el puerto tambin, un sinnmero de casas de prostitucin
clandestinas, con sus correspondientes despachos de alcohol y baratijas. Explcase
as el anhelo del peonaje por los anticipos. Careciendo de nociones de economa y
actuando en un ambiente falto de moral, lgico es suponer que en esos lugares los
exploten.
II. A esta informacin preliminar sigui un informe requerido por este
Departamento, del seor gobernador del Territorio de Misiones. En noviembre de
1913, el referido funcionario se expeda en la nota que a continuacin se transcribe:
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...El clculo aproximado de la poblacin obrera del territorio, en la cual estn
comprendidos no tan slo los obreros propiamente dichos, sino tambin los
jornaleros o mensualeros, como los puntos 2, 3 y 5 que van consignados en la
planilla adjunta, la cual est confeccionada a base de los datos recopilados por las
autoridades departamentales, por considerar a estos ms habilitados para
suministrarlos. En cuanto al punto 6 que considero de importancia, las industrias
principales que existen en el territorio, son la yerbatera y la forestal. Para el
desarrollo y explotacin de estas industrias, los capitalistas -que estn reducidos a
dos o tres, incluso los arrendatarios de los yerbales fiscales- reclutan la peonada por
lo general en esta capital por medio de conchabadores encargados de contratar los
hombres, previo un anticipo determinado, siendo inmediatamente embarcados para
el Alto Paran con destino a los obrajes y yerbales. Es l el punto digno de ser
tomado en consideracin y que a juicio de esta gobernacin puede ser objeto, si no
de una legislacin especial, por lo menos de tenerse en cuenta para ser incluido en la
reglamentacin de la ley nmero 9148. Esos hombres, que como he dicho, han
recibido un anticipo que por lo general vara de $ 200 a $ 300 y cuya cantidad no
siempre se entrega toda en efectivo sino que la mitad va en mercaderas (pues todos
los capitalistas tienen su casa de comercio que los provee), son embarcados en
chatas o vapores de la carrera, munidos ya de la libreta donde figura su debe.
Llegados a destino son desembarcados y distribuidos en los distintos trabajos,
internados en la selva, en donde ya escapan del amparo de las autoridades, por ms
que en ese sentido se han distribuido las policas lo ms convenientemente posible,
entendindose que ellas no intervienen para apoyar contratos entre empresarios y
peones, sino para llenar su verdadera misin, quedando por consiguiente bajo el
solo imperio de los patrones o sus capataces. Si el pen ya internado desea volver a
su punto de partida, no puede hacerlo si su patrn no desea, pues son dueos de los
vapores de la carrera y no los embarcan hasta que hayan cubierto la deuda contrada,
con el trabajo -cuya contabilidad llevada por la administracin del establecimiento
no es controlada, por ahora, por ninguna autoridad. Para garantir en lo posible a
estos hombres -analfabetos la mayor parte- la gobernacin opina que la Direccin
General del Trabajo debiera tomar una intervencin directa en la contratacin de las
peonadas destinadas al Alto Paran, abriendo al efecto un registro especial, en el
cual se consignara: nombre y apellido del dueo del obraje o yerbal, etc.; nombre y
apellido del pen -trabajo a que se destina- jornal que ganar, alimentacin y en
libro aparte, si es posible, la consignacin de formal compromiso de parte de la
casa, de restituir al pen a su destino cuando as lo desee y la prohibicin absoluta
de dar anticipos en ninguna forma, como asimismo, contratar menores de 22 aos.
Esta medida traer como consecuencia que la Direccin General del Trabajo sepa en
todo momento el nmero de obreros que trabajan en el Alto Paran y sus destinos,
lo que hoy se ignora, por no haber un control que, dentro de lo posible, ponga al
amparo de las autoridades esas peonadas que en la actualidad y una vez internadas
en la selva quedan a merced de sus patrones -menos mal cuando ellos son un poco
escrupulosos. Convendra tambin disponer las inspecciones continuas hechas por
empleados de la Direccin General del Trabajo para controlar las libretas de salarios
y gastos para garantir al pen de no ser explotado por aquellos que, poco
escrupulosos, abusan de su ignorancia. No es un slo caso sucedido ya que los
peones para rehuir el compromiso contrado, se han fugado de los mismos buques
en que eran conducidos, tirndose al agua con peligro de la vida. Respecto del punto
8 siempre faltarn brazos, sobre todo para los obrajes, habiendo recientemente un
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obrajero de esta localidad trado cincuenta peones de la Colonia Clorinda y otro
trajo ochenta de esa Capital Federal, contratados con la intervencin de la Direccin
General de Inmigracin. Sobre el punto 9 esta gobernacin opina que las mejores
perspectivas que podran ofrecerse para la radicacin o explotacin de industrias
sera: 1 el ofrecimiento a agricultores con familia de un rea de tierra determinada,
y 2 otorgarle de inmediato su ttulo provisorio de propiedad....
III. En el mes de octubre de 1913, el Departamento Nacional del Trabajo preparaba
el envo de un inspector a la zona del Alto Paran, cuando -coincidiendo en deseos-
la inspeccin recibi orden del entonces seor ministro del Interior doctor don
Indalecio Gmez, de despachar inmediatamente un inspector a la regin de la
referencia. Entiendo, sin llegar a afirmarlo, que la resolucin del seor ministro fue
tomada a raz de un viaje que personalmente realiz a los territorios del norte.
El suscripto encarg de dicha investigacin al inspector don Jos Elas Niklison.
Verbalmente le fueron indicados los procedimientos que en el desempeo de su
comisin deba seguir, y por escrito se le determinaron los puntos concretos a que
habra de ajustar su informe.
Es en cumplimiento de aquella orden que el inspector Niklison desempe, en
forma que satisface plenamente los deseos del suscripto, la investigacin del Alto
Paran, saliendo de Buenos Aires el 26 de octubre de 1913 y regresando el 5 de
marzo de 1914. El tiempo empleado en esta comisin no puede considerarse
excesivo, ya que las dificultades de la misma quedan de relieve con slo indicar que
el trayecto que media desde Posadas, (punto de partida de uno de los viajes) a
Puerto Espaa (Brasil, estacin terminal de uno de los viajes) es de (ida y vuelta)
280 leguas. Siguiendo las rdenes precisas de esta inspeccin, el comisionado, en
cada obraje, ha debido internarse varias leguas, costa afuera, para llegar a los sitios
de trabajos y ponerse en contacto con los peones, cuyas informaciones convena
recoger. Acaso la comisin hubiese durado menos tiempo, si el inspector Niklison
no se hubiese demorado varios das en Posadas -por orden del suscripto- para
investigar el asunto de Puerto Segundo, materia ocasional, que constituye un
captulo de esta informacin, y que en su poca dio motivo a una seria campaa
periodstica en esta capital.
Debo agregar, todava, que las referencias que el inspector Niklison me ha trado
respecto de la ayuda que de las autoridades paraguayas ha recibido, me permite
suponer la existencia de un buen ambiente, propicio a la idea de una accin conjunta
de parte de los gobiernos argentino, paraguayo y brasileo para mejorar las
condiciones comunes de trabajo de la zona del Alto Paran.
En lo que respecta a la parte econmica, debe mencionarse el hecho de que esta
investigacin no ha costado sino la suma que importa el estipendio de $ 10 diarios,
pasados al referido inspector como nico vitico para toda clase de gastos.
El informe que con la presente nota elevo, se aparta, en determinados prrafos, del
estilo que deben guardar los documentos oficiales. He respetado, sin embargo, todas
las apreciaciones del firmante, convencido de que sus modos de expresin traducen
impresiones personales que ayudan a la mejor comprensin del problema que el
trabajo plantea en el Alto Paran.
IV. He tratado de encontrar antecedentes de investigaciones anteriores, y he
encontrado a este respecto un gran vaco. El doctor Juan Bialet Mass, en la
investigacin que realiz en 1904 sobre el estado de las clases obreras en el interior
de la Repblica Argentina no se ocupa sino del obraje del Chaco, sin mencionar
los del Alto Paran. El doctor Juan A. Alsina, en su obra El obrero en la Repblica
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Argentina (Tomo I, pg. 331) consagra a este asunto las lneas que siguen: Los
obreros que se ocupan de la explotacin de maderas estn radicados en los
suburbios de Posadas, en Candelaria, Cerro-Cor, y Santa Ana; se conchaban para
una temporada que no baja de seis meses, recibiendo como anticipo una cantidad
que vara de $ 50 a $ 100, so pretexto de dejar recursos a la familia y aprovisionarse
de ropa. Desgraciadamente, la mayor parte de estos anticipos se invierten en orgas
en los das que preceden al embarque, en los vapores que hacen la carrera del Alto
Paran. Pues hay que tener presente que los obrajes de maderas estn situados en la
margen del Alto Paran, desde cuarenta hasta ochenta leguas de Posadas, que ir por
tierra y volver, es imposible, constituyendo el obraje un destierro del cual no se
puede salir sin que medie la intervencin del patrn para dar pasaje a bordo de los
buques de la carrera; internarse en los bosques es exponerse a sufrir mil penurias y
hasta morirse de hambre.
Estos obreros se subdividen en tres clases: volteadores, labradores y mensualeros.
Los volteadores derriban los rboles y abren picadas para acarrear las vigas. Le
pagan a razn de $ 5 a $ 6 nacionales los 100 metros de picada maestra de 4 a 5
metros de ancho, y a razn de $ 2 a $ 3 nacionales por picada secundaria de 2 a 3
metros de ancho.
Los labradores cuadran las vigas a razn de 30 a 40 centavos la vara (medida local
que equivale a un pedazo de viga de 0m866 por 0m25 de costado), es decir, a razn
de 5 a 7 $ de metro cbico de viga. A los volteadores y labradores el patrn presta
las herramientas y les vende la comida: charque, maz, porotos y grasa, a cuenta de
sus trabajos. Como en estas condiciones no hay competencia entre vendedores, el
precio de dichos alimentos es algo caro, so pretexto de que los fletes de conduccin
de dichos alimentos a los bosques es elevado.
En Posadas el charque vale de $ 2.50 a $ 3.00 los diez kilos; el maz, de 0.50 a
0.80 centavos; porotos, de $ 1.00 a 1.50.
En los bosques dichos artculos valen al menos el doble: se les vende igualmente
ropa, calzados, bebidas y golosinas en las mismas condiciones.
Los mensualeros se conchaban a razn de 18 a 25 $ mensuales, y reciben como
alimentacin: charque, maz, porotos, y algunas veces faria de mandioca. Trabajan
los domingos con un sobresueldo de $ 1 por cada domingo o da de fiesta. Se les
emplea en acarrear maderas con mulas y embalsarlas en el ro Paran.
Unos y otros deben permanecer en el obraje seis meses para tener derecho a un
pasaje de regreso; el pasaje de ida lo paga igualmente el patrn. El pasaje de regreso
no les es acordado si deben al patrn por compra de ropas o alimentos y no pueden
regresar sino despus de saldar su deuda.
El alojamiento consiste en abrigos provisorios.
Algunos volteadores y labradores vuelven a los seis meses con $ 200 a $ 300 de
economa, y otros regresan a los 2 aos sin un centavo.
Todos son criollos, paraguayos o brasileos.
Parece que no hay inconveniente, pues, en afirmar que esta investigacin ordenada
por el Departamento Nacional del Trabajo, es la ms completa de cuantas hasta el
presente se han realizado.
V. Desde esta ciudad, la inspeccin ha procurado, por todos los medios a su alcance,
reunir todos los datos concretos relacionados con la investigacin de la referencia.
Cada vez que ha llegado a la vista del suscripto algn suelto sobre las condiciones
del trabajo en el Alto Paran, se ha buscado la procedencia del mismo a objeto de
allegar nuevos datos. Desgraciadamente no se ha conseguido ninguna cooperacin
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eficaz ni directa. Un diario de la tarde public un interesante reportaje hecho a los
obreros recientemente llegados de los obrajes; pero dicho diario no pudo
suministrarme el domicilio o paradero de los denunciantes. Ningn obrero se ha
presentado a este Departamento a denunciar hechos relacionados con el Alto
Paran, ni ninguna persona ha aportado, ni siquiera en forma annima, su
colaboracin a esta obra civilizadora.
En el da en que elevo este informe, veo en un diario matutino dos artculos
firmados, relacionados con las condiciones de vida de los obrajes. Los firmantes han
sido invitados, sin contestacin, hasta ahora, a deponer todo lo que sepan respecto
de sus denuncias. Siguiendo esta misma norma de conducta, el inspector Niklison, a
su arribo a Posadas, solicit personalmente de todos los directores de diarios y de
los corresponsales, denuncias, vagas o concretas, sobre hechos delictuosos. No ha
recibido ninguna.
VI. El informe que elevo al seor presidente, es, sin duda, amplio y completo. De su
lectura atenta se desprende el convencimiento de que la situacin de trabajo de los
obreros del Alto Paran, es notoriamente deficiente. En presencia de los hechos
constatados y dejando de lado lo que refiere a delitos, materia de polica y de
justicia ajena a la esfera de accin de este Departamento, surge la necesidad de
preparar una ley que ponga remedio a la situacin actual de los obreros. Tratarase
de una legislacin regional y tpica, ya que regional y tpica es la industria del obraje
y de la yerba. Cierto es que en el territorio nacional de Chaco (informe del inspector
Raffo) la situacin del obrajero exige igualmente la adopcin de medidas de
proteccin, pero no menos cierto es que, por la diversidad de condiciones y
circunstancias una debe ser la legislacin para los obrajes del Chaco y otra para los
del Alto Paran. Una legislacin regional sobre los trabajadores del Alto Paran,
debe ser seguida de otra legislacin para los obreros del Chaco y empleo de
indgenas en los ingenios azucareros de Salta y Jujuy. Esta inspeccin espera la
llegada del inspector Vidal (actualmente en gira de inspeccin por el Chaco) para
pasar a la Divisin de Legislacin los elementos de hecho necesarios para los
proyectos enunciados.
VII. En lo que respecta a una ley de trabajo en los obrajes del Alto Paran, me
permito presentar como anteproyecto, el borrador siguiente: Artculo 1. Treinta
das despus de la sancin de la presente ley, ningn dueo, empresario o
arrendatario de obrajes de madera, o establecimiento yerbatero, situado en la zona
argentina del Alto Paran, podr emplear peones u obreros, nacionales o
extranjeros, que no estn provistos de libretas de trabajo. En la clasificacin de
establecimientos se encuentra comprendida toda empresa industrial que emplee ms
de diez trabajadores. En la clasificacin de peones u obreros, se comprenden los
trabajadores de los establecimientos mencionados, que se dediquen a cualquiera de
los trabajos que a continuacin se expresan: en el obraje: peones de puerto,
jangaderos, carreros, volteadores, labradores de madera, picaderos, carpinteros,
herreros, rosaderos y pindoceros. En el yerbal: peones de puerto, capataces de
comitiva, ures, guainos, tariferos, troperos.
Art. 2. Fjase el plazo de seis meses, a contar desde la sancin de la presente ley,
para que los peones a que antes se ha hecho referencia se provean de la libreta de
trabajo.
Art. 3. La libreta de trabajo contendr: 1 Nombre y filiacin del pen u obrero, a
cuyo nombre se extienda; 2 Fecha de su expedicin; 3 Anotacin del contrato de
trabajo celebrado entre el empresario o su representante legal y el obrero; 4 Un
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resumen de las leyes argentinas que protegen al obrero y la indicacin de los
nombres y residencia de las autoridades policiales y judiciales del territorio, ante
quienes pueden interponerse denuncias o quejas por incumplimiento del contrato,
inobservancia de leyes y malos tratos.
Art. 4. La anotacin del contrato de trabajo deber contener: 1 Nombre de los
contratantes; 2 Fecha en que comienza y en que termina el contrato. 3 Sueldo o
salario convenido, con todas las especificaciones que sean necesarias; 4 Epocas y
formas de pago; 5 En el caso de que el racionamiento sea por cuenta del patrn,
detalle de cantidad y calidad de los vveres; 6 Si es por cuenta del obrero, precio
mximo a que los artculos de consumo indispensables, sern expedidos en la
proveedura durante todo el tiempo de la duracin fija al contrato.
Art. 5.La libreta de trabajo, contendr, adems, diversas pginas en blanco, en las
que se anotarn los salarios devengados, por el obrero y abonados por el patrn, las
liquidaciones de sueldo, saldos y dems asientos que permitan conocer en cualquier
momento la situacin de los contratantes respecto del salario.
Art. 6. La libreta de trabajo ser expedida gratuitamente por el inspector regional
del Departamento Nacional del Trabajo, dependiente de la Inspeccin del mismo, y
cuyas funciones sern: 1 Expedir las libretas de trabajo; 2 Suministrar a los
obreros y a los patrones todos los informes que le sean requeridos; 3 Visitar una
vez al ao, por lo menos, cada uno de los obrajes de la zona, a objeto de verificar el
cumplimiento de los contratos de locacin de servicios, las condiciones del trabajo,
y recibir de los obreros las quejas o denuncias que quieran formular. Si se trata de
quejas por malos tratos, el inspector regional levantar un sumario que entregar a
las autoridades policiales del territorio; 4 Asesorar y patrocinar ante la justicia, todo
reclamo o demanda por salarios, accidentes del trabajo, incumplimiento del
contrato, etc.; 5 Vigilar el cumplimiento de esta ley y de las restantes sobre el
trabajo, levantando en caso de infraccin las constancias necesarias para su
comprobacin.
Art. 7 Cuando la investigacin recaiga sobre malos tratos o cualquier otra clase de
delitos, el inspector regional del Departamento Nacional del Trabajo quedar
equiparado a comisario de polica, siempre que el asiento de la autoridad policial
diste ms de cinco leguas. En la instruccin de los sumarios tendr los mismos
derechos y atribuciones que los empleados policiales de tal jerarqua.
Art. 8 Declrase que los obrajes y establecimientos yerbateros, quedan
equiparados a los establecimientos industriales y comerciales a que se refiere la ley
8999 y por consiguiente le sern aplicables, en especial, los artculos 4 y 8 de la
citada ley.
Art. 9 La contratacin de peones para obrajes o establecimientos yerbateros
situados en la zona argentina del Alto Paran, no podr hacerse sino en Posadas y
exclusivamente por intermedio del inspector regional. Las personas que despus del
trmino fijado para la vigencia de esta ley, celebraren directamente, en el carcter de
conchabadores o intermediarios, contratos de trabajo sin la intervencin del
inspector regional sern pasibles de una multa de $ 500 a $ 1.000, o de arresto
equivalente, multa que ser doblada en caso de reincidencia. Las denuncias podrn
ser hechas por cualquier persona ante el juez letrado del territorio.
Art. 10. Ser pasible de una multa de $ 100 o arresto equivalente, doblada en casos
de reincidencia, todo patrn, arrendatario, contratista, subcontratista de obraje o
establecimiento yerbatero, que permita trabajar a un pen sin que est provisto de su
libreta de trabajo.
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Art. 11. Todo patrn o empresario de obraje o establecimiento yerbatero, deber
tener un botiqun provisto de los elementos necesarios para las primeras curas.
Art. 12. Es obligacin de los patrones y empresarios dotar de viviendas y de lechos
a los obreros. La vivienda puede ser de caa o lona, rancho o carpa, y en su
construccin y ubicacin se atendern las rdenes o instrucciones que de el
inspector regional. El lecho consistir, por lo menos, en un catre y colchoneta.
Art. 13. En la aplicacin de las penas que esta ley determina entender el juez
letrado del territorio.
Art. 14. Para el cumplimiento de esta ley queda autorizado el Poder Ejecutivo a
crear una inspeccin regional del Alto Paran, dependiente del Departamento
Nacional del Trabajo.
Sus fundamentos, constan en el informe del inspector Niklison, y si bien es cierto
que en dicho anteproyecto no se tocan puntos dignos de ser legislados (duracin de
la jornada, salario, higiene, seguridad, prevencin de accidentes, etc.), dbese ello a
que el suscripto piensa que una legislacin de mayor detalle exigira -para requerir
su cumplimiento efectivo- la existencia de un numeroso cuerpo de inspectores,
permanentemente destacado en los obrajes y establecimientos yerbateros. Piensa
que sobre la base de los lineamientos generales del anteproyecto que antecede, este
Departamento debe preparar un proyecto de ley, solicitando del Poder Ejecutivo su
remisin al Honorable Congreso.
Saludo atentamente al seor presidente.
Alejandro M. Unsain
Jefe de inspeccin.
A Manera de Introduccin
Seor doctor Alejandro M. Unsain, jefe de la Divisin de Inspeccin y Vigilancia:
El pliego de instrucciones que me diera el Departamento Nacional del Trabajo al
partir para cumplimentar la doble investigacin ordenada sobre el Alto Paran1,
llevme, sin mayores esfuerzos a la concepcin y adopcin del plan de trabajo ms
conveniente a su cabal desempeo. Pero si fcil fue concebir el plan y abarcarlo, as
en sus detalles como en la integridad de su conjunto, no result lo mismo la
inmediata tarea de conducirlo a la prctica bajo severas formas de ordenacin y de
riguroso mtodo. Posadas, la capital del territorio de Misiones, que necesariamente
deba constituir el centro o eje de la investigacin a realizar, ofreca, segn pude
apercibirme apenas iniciados los primeros tanteos de orientacin definitiva,
dificultades de todo orden, que, por un momento, al constatarlas en la dolorosa
evidencia de la realidad, llegaron a hacerme desconfiar del xito completo que yo
ansiaba para mi comisin. Ciudad surgida de improviso, casi espontneamente en
los confines del pas, impuesta por el trabajo primitivo y libre de una vasta regin
1 Este pliego, fechado el 22 de octubre de 1913, daba, en efecto, a la comisin un
doble carcter.
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que por muchos aos permaneci sustrada a esas altas influencias de ponderacin -
de gobierno, de orden, de control social- que plasman, inspiran y dirigen las
comunidades de mejor origen, presenta, en efecto, caractersticas y modalidades en
su comercio, en su industria -en gran parte de las manifestaciones de su conjunto
social- que la singularizan, en la actualidad, entre los otros centros de poblacin y
de progreso argentinos. El inters de empresa o el personal exclusivo,
profundamente egosta, rene, liga y mueve all, como en inmensa mquina, a los
diferentes componentes de esa sociedad, que desea y quiere a veces ser altruista,
pero que las conveniencias personales enlazadas siempre unas a otras, segn ya lo
he dicho, en mecnico engranaje, jams se lo consienten. Es as como el
procedimiento de la encuesta que yo trat de aplicar creyendo indispensable al
ntimo conocimiento de la compleja cuestin obrera del Alto Paran, fracas en
Posadas vergonzosamente. Los cuestionarios que distribu quedaron sin respuesta, a
excepcin de algunos pocos suscriptos por la polica y por amigos, y hubo
individuos de esos que en cmodo apostolado, en esferas protegidas por la
irresponsabilidad y al parecer extraos a las partes en conflicto, declaran, en la
intimidad confidencial o al amparo de complacencias periodsticas, su amor por las
clases inferiores u oprimidas de la sociedad, que, temindolos, dbiles ante la
posible asuncin de imaginarias responsabilidades evitaron mi presencia. He
decidido no consignar aqu ciertos casos tpicos que hubieran afirmado el concepto
anterior, por cuanto al hacerlo dara caracteres de permanencia a algo que
piadosamente es menester olvidar. A cada paso -insisto a los efectos de que conste-
en mi larga peregrinacin por esas tierras de ensueo y de trabajo, encontr hombres
que dijronme al odo, en voz baja, persiguiendo mezquinos y mal encubiertos fines
personales, inquietantes historias del Alto Paran, pero pocos, muy pocos, que se
hallaran dispuestos a rubricar, con viril y noble gesto, una declaracin formal y
categrica sobre el ms interesante de los asuntos de la regin2.
2 Durante mi comisin en el Alto Paran, la prensa del pas, en particular la de
Buenos Aires, ha acogido sin beneficio de inventario, comentndolas en todos los
tonos, diversas noticias referentes al maltrato de que son vctimas, por parte de sus
patrones, los peones de aquella regin. En forma vaga, imprecisa, ha llegado a
hablarse de crmenes horrendos, de asesinatos a montn... Un diario de los Estados
Unidos, public un telegrama que le dirigiera su corresponsal en Buenos Aires,
asegurando que el inspector Niklison haba comprobado treinta homicidios
perpetrados por un industrial del Brasil... y la propaganda que revela acentuados
caracteres de campaa sistemtica y firme, contina desarrollndose por los mismos
procedimientos.
Sorprende esta facilidad para divulgar noticias graves que no se precisarn, que
nunca se concretan y que sin embargo, perjudican el buen nombre del pas en el
exterior. El funcionario que suscribe, ha hecho todo cuanto le ha sido posible para
verificar algn caso que pudiera fundamentar esa propaganda y no ha conseguido
sino la denuncia que con visos de seriedad, presenta al Departamento. Esto no
obstante, lo repite, -ha desplegado todos sus recursos y empeos en procura de
hechos de comprobacin. En Posadas, una de mis primeras atenciones, fue visitar
las redacciones de los diarios locales, para suplicarles me pusieran en contacto con
los obreros que conocieran, en condiciones de formular denuncias sobre vejmenes,
malos tratos, etc., pues estaba autorizado para tomarlas en forma de acta con los
fines que son de suponer. Los directores de La Tarde, El Pueblo y El
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frecuentados por los obreros del Alto Paran, en la ciudad de Posadas, pesquisa en
la que ms de una vez fui amablemente acompaado por el joven secretario de la
Municipalidad don Pedro Rebollo y por mi particular amigo, el caballero Miguel
Sureda.
Se comprender, pues, despus de lo que queda consignado la atencin prolija y el
cuidado personal que era necesario dedicar a la investigacin y el tiempo que ella
reclamaba en consagracin firme excluyente y nica. La tan debatida cuestin
obrera regional impona, para poder llegar a conclusiones ms o menos exactas, un
minucioso estudio de los factores de intervencin directa o indirecta, y, ms que
Noticiero, seores Leiva, Rocha y Corts. Recibieron personal y deferentemente el
edido, pero no pudieron, quizs, satisfacerlo, por cuanto no obtuve, por tan indicado
y seguro intermedio la presentacin de un slo pen. El agente y corresponsal del
diario socialista de la Capital Federal La Vanguardia, seor Jacinto Cosa, a quien
por sus vinculaciones con la gente de trabajo y la confianza y simpatas que me
dispens, lo cre asimismo en situacin de cooperar eficazmente a la realizacin de
mis propsitos, solicitado en igual sentido, tampoco le fue dado encontrarlos. La
polica de Misiones, la Sub-prefectura del puerto y el cnsul del Paraguay en
Posadas, saben tambin, y podrn dar fe de la decisin puesta y demostrada por m
en el cumplimiento de esa parte del programa que se me haba trazado...
Y todo lo anterior sumado a la pesquisa personal y directa realizada en los lugares
frecuentados por los obreros del Alto Paran, en la ciudad de Posadas, pesquisa en
la que ms de una vez fui amablemente acompaado por el joven secretario de la
Municipalidad don Pedro Rebollo y por mi particular amigo, el caballero Miguel
Sureda.
Vaya esta nota, a manera de respuesta, leal y franca, a una parte de la prensa que se
manifiesta extraada de que el funcionario no haya visto los crmenes y cadveres
que ella tampoco vi, como posiblemente no fueron vistos por los que al informarla
no supieron concretar casos ni puntualizar hechos... El funcionario cumpliendo una
grave misin superior, solidario y responsable de su obra, no puede de ninguna
manera recoger y presentar al gobierno absolutamente nada de lo que no le sea
permitido responsabilizarse en todos los terrenos. Los obreros del Alto Paran
soportan un trabajo, que en sus formas actuales, equivale a una esclavitud a cuyo
sostenimiento ellos mismos contribuyen; viven en un estado de ignorancia y de
embrutecimiento que es indispensable suprimir; son explotados de todas manera y
no se les dispensa una sola de las consideraciones y comodidades a que todo
hombre es acreedor. Es eso, que sin duda no tiene color de cielo, -segn la frase
corriente,- lo que ha visto y comprobado en los lugares mismos de la labor
excepcional del Alto Paran, y lo que l cree expresar al gobierno sencillamente. Y
su obra, que es de patriotismo y honradez, abonada por antecedentes de que se
siente satisfecho, tiende as claramente a facilitar una tarea de legislacin prudente,
de reglamentacin necesaria, y de control til, y no a herir el crdito del pas,
presentando a un pedazo de su territorio -celosamente y honestamente gobernado-
por medio de bajas intrigas y ridculas patraas, como desprovisto de las ms
elementales garantas que toda sociedad medianemente organizada ofrece a la vida y
a los derechos de todos sus miembros.
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eso, su dominio completo realizado desde un plano superior de observacin
permanente. Aislado, solo a mi pesar, frente al problema de la investigacin
complicada y sin duda difcil, comprend que el recurso a la mano ms indicado
para obtener resultados efectivos, era el de la exploracin clnica de la cuestin y
con perseverante voluntad me dediqu a auscultarla atentamente. A travs de cuatro
meses de permanencia en Posadas y en los lugares de trabajo de Misiones, Paraguay
y Brasil, tom a diario lo que podra llamarse la temperatura del ambiente obrero
regional, anotando en mi cartera todo cuanto consider indicio, sntoma o
manifestacin reveladora del estado general. Y a la virtud de este mtodo, aplicado
con entusiasta fe, debo el estudio y la anotacin detallada de una serie de hechos
producidos a lo largo de este tiempo y que por s solos denotan y comprueban, en
forma clara, la verdadera situacin de los obreros, de los capitalistas y de los
factores intermedios en las zonas del Alto Paran.
He declarado mi situacin de aislamiento ante el cmulo de labor representada por
la investigacin a mi cargo, y es bueno aclarar un concepto, que, como el
precedente, podra quizs, presentarse a interpretaciones equvocas. El gobierno del
territorio, dirigido por el coronel Gregorio Lpez, -gobierno recto y honesto que
cuenta con el concurso eficaz de colaborados distinguidos, tales como el
comandante Bianqui, secretario de la Gobernacin y el comandante Cordero, jefe de
polica,- me prest, con el auspicio de sus simpatas, al objeto de mi comisin, el
concurso oficial a su alcance, concurso forzosamente limitado, que se exterioriz,
previa solicitud de mi parte, en dos informes de la polica agregados a estas notas y
en un pasaje de Posadas a Puerto Artaza, en el Brasil, utilizado en el viaje que en el
mes de diciembre realic al Estado de Paran. Los industriales de Misiones,
Paraguay y Brasil, pusieron, sin limitacin alguna, -en forma que obliga mi recuerdo
y gratitud,- todos sus establecimientos bajo la visual de mi observacin, y las
autoridades paraguayas de la parte de oriente, facilitaron notablemente el
desempeo de las tareas que deba cumplir. El aislamiento de que he hablado, es el
del funcionario que desconocido en sus antecedentes, en su capacidad y tal vez en el
objetivo de sus empeos, -en el medio hostil ya descripto- se ve precisado a
obtenerlo todo con su propio esfuerzo y recursos, en la escala completa de la
investigacin, desde la simpata y voluntad de los empresarios, hasta la amistad y
confianza de los trabajadores.
Al dar por terminadas las gestiones oficiales que me llevaron al Alto Paran y
volver naturalmente la vista hacia el distante punto de partida, experimento la
satisfaccin de quien ha cumplido con el deber, sin omitir esfuerzos ni sacrificios
para ello.
Yo creo y espero aportar al gobierno que me envi, con el presente trabajo, el
conocimiento de la cuestin, de su inters, como asimismo todos los elementos de
juicio que le son necesarios para cimentar una accin previsora, saludable, enrgica
y pronta, que regularice la marcha del trabajo en el Territorio de Misiones, que
salvaguarde los agentes de su progreso, y, sobre todo, que ampare y proteja la vida,
la salud y la penosa labor de los infelices obreros de la regin, tan dignos de mejor
suerte.
Sntesis de la cuestin obrera
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La cuestin obrera que desde un tiempo a esta parte viene preocupando hondamente
al gobierno, a la prensa y a la sociedad en general del pas, es una compleja y difcil
cuestin que por ms de treinta aos se ha mantenido sin que nadie intentara, ni
mucho menos afrontara, con fines prcticos, su estudio y solucin.
Las explotaciones forestales y yerbateras del Alto Paran, comenzaron mal,
desordenadamente, y en el transcurso de los aos los defectos y vicios de la
iniciacin no corregidos, han ido tomando mayores proporciones, agravando el
problema y hacindolo cada da ms difcil.
Los que por primera vez se lanzaron a la conquista de la selva, lo hicieron, como es
natural, con el nico propsito de enriquecerse pronto y escapar a sus miserias y
peligros. El mismo carcter de la empresa que haban de realizar, en el medio casi
desconocido de entonces, revela el temperamento y tendencias de aquellos hombres
rudos, obsesionados por el lucro, que hay que tomar y considerar, planteando el
problema, como uno de los factores de importancia.
Reclutados por ellos los peones en Corrientes, en las Bajas Misiones y en el
Paraguay, las cuadrillas que los acompaaron en los trabajos iniciales, fueron semi-
salvajes. A esos peones se les trat, sin asomos de resistencia o de protesta por su
parte, como elementos de produccin material, exclusivamente. Se les condujo por
todos los medios, an por los ms violentos, a la produccin desmedida dentro del
costo mnimo. Era la manera de amasar grandes fortunas en breve trmino. En el
clculo de ganancias de los empresarios entr, pues, el salario reducido, la
alimentacin escasa y las abrumadoras jornadas impuestas a los trabajadores, y,
poco despus, entr tambin la sustraccin que se realiz por medio de proveeduras
deshonestas, de injustas multas, de evidentes estafas al pen.
Por otra parte, las nuevas empresas no requeran capital para acometer sus
operaciones, dada la tendencia de los fundadores o directores. Segn estos, el
trabajo deba hacerse sin desembolso, sin aporte o riesgo pecuniario, y as fue en
efecto, obligndose a los obreros, como hasta hoy se les obliga, a proveerse ellos
mismos de los tiles y herramientas de trabajo. As se echaron las bases de las
empresas primitivas del Alto Paran; de sus sistemas de trabajo y de sus
procedimientos en las obligadas relaciones con los infelices hombres a cuyo
esfuerzo, jams recompensado ni agradecido, debieron en su tiempo el ms
lisonjero xito.
Aislados en la selva, en la regin casi ignota, libres de todo cuanto pudiera importar
el control o el ejercicio de una fuerza contraria al cumplimiento de sus programas de
trabajo y de ganancias, las empresas continuaron por largas dcadas extraas al
progreso general, y sin que sobre ellas gravitaran las leyes reguladoras de la
produccin y de la industria, del capital y del trabajo.
Y as, con honrosas excepciones, han llegado hasta hoy, en un asombroso
primitivismo de sistemas y en una lamentable despreocupacin del elemento obrero.
Este, con sus condiciones especiales de vida, de constitucin, de carcter, y sobre
todo de ignorancia, ha facilitado la obra de los patrones, haciendo posible su
mantenimiento por tantos aos, en las formas de la iniciacin.
Hombres organizados para la sumisin y la obediencia pasivas, acostumbrados
desde nios a soportar las asperezas de la existencia nmade en la selva o en los
campos de Corrientes, de Misiones y del Paraguay, sin ambiciones, por atavismo de
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raza, sin las necesidades de los trabajadores de otro origen y sin apego al dinero, al
que no le asignan su verdadero valor por desconocimiento de las comodidades y
ventajas de todo orden que l produce, han venido hasta aqu contribuyendo,
inconscientemente, al sostenimiento del estado anormal de cosas que se nota en toda
la vasta regin del Alto Paran.
Los empresarios y patrones no han pensado en ofrecerles casa, comida y jornales
suficientes, porque ellos, ignorantes, descuidados y desunidos, no se les han
impuesto; no han pensado en dotar a los establecimientos de mquinas y medios de
transporte que simplifiquen y hagan menos penoso el trabajo, porque ellos,
desplegando brutales energas en aniquiladores esfuerzos sin recompensa, gratuitos,
reemplazndolas, las han descalificado econmicamente en el concepto de los
primeros.
La influencia de los patrones ha sido permanente y decisiva sobre los peones,
entregados por entero a su autoridad omnmoda, al imperio de su voluntad en los
centros de trabajo. El embrutecimiento de la clase obrera ha continuado, porque as
convena a los intereses de los nicos que hubieran podido modificarla por medio de
una prudente accin educativa, y quizs, suprimirla a la larga.
Si la cuestin se ha agravado en los ltimos tiempos, si se ha exteriorizado en las
perturbadoras manifestaciones que la imponen a la preocupacin general, ello se
debe al abuso pertinaz de los patrones y a la intervencin de otros nuevos factores,
tales como el de los conchabadores, que tentados por las facilidades de buenas
ganancias ofrecidas por la explotacin directa del trabajador y la indirecta de las
empresas o industriales, practicada por su intermedio, la complican dndole raros
aspectos.
En el Alto Paran, se vive hoy en un permanente estado de desorden, de
intranquilidad, de guerra entre el capital y el trabajo. Y esa guerra es perjudicial,
daina cual ninguna otra, porque no tiene objetivos determinados y claros, porque
no es dirigida con habilidad y no tiene plan ni mtodo en sus operaciones, porque no
persigue fines verdaderamente prcticos ni tiles. Las empresas, con las pequeas
excepciones que ya se han marcado, explotan al pen; lo explotan de manera inicua,
defendindose, segn dicen. Los peones defendindose asimismo, defraudan a las
empresas, y se alzan, cada vez que pueden hacerlo, con los anticipos recibidos a
cambio de servicios que no estn dispuestos a prestar. Esa es la situacin.
Me he referido de paso al anticipo y es indispensable detenerse en l, porque sin
duda juega un rol de importancia suma en la cuestin que a grandes trazos se
bosqueja.
Operacin natural y necesaria en otros pases de sociedades definitivamente
constituidas, organizadas y cultas, en el nuestro, es decir, en Misiones, es operacin
inmoral, atentatoria a la libertad del obrero y a la seguridad del capital. Existe en las
populosas ciudades martimas de Europa y de Amrica, donde se reclutan las
tripulaciones para los largos viajes; existe en las explotaciones forestales de
Alemania, de los Estados Unidos, del Canad; existe, en fin, en todos aquellos
centros en que se contratan hombres para la ejecucin de trabajos adonde deban ir
solos, y permanecer, por un tiempo alejados de la familia y de la sociedad, pero su
existencia no la determina ni la mantiene el desorden, la embriaguez y la orga, sino
por el contrario, nobles necesidades de hogar y de familia.
El trabajador se aleja temporariamente de los seres que viven a su amparo, madre,
mujer o hijos y es indispensable que los provea de cuanto puedan necesitar en su
ausencia. Por eso pide y obtiene el anticipo, por eso existe como una prctica
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regular y legtima. Otra cosa. Ese anticipo lleva al hombre al trabajo y a la
respetuosa consideracin de su patrn, nunca a la disimulada esclavitud, a la
privacin de libertad que implica el nuestro.
El anticipo de Misiones se practica con los ms inconfesables fines, por parte de
muchos patrones y de la generalidad de los trabajadores. El patrn y su agente en
Posadas y en los dems centros de conchabo argentinos, conceden anticipos al pen
porque les conviene, a pesar de todo, mantenerlo embrutecido, ignorante y relajado,
para disfrutarlo, exprimirlo mejor en los largos perodos de su vida en la selva; el
trabajador lo solicita o exige porque es libertino, corrompido, absolutamente
amoral. Muy rara vez el anticipo satisface necesidades de familia u otra noble
necesidad cualquiera. La suma de poderosas energas que l representa, va ntegra,
convertida en dinero, a sumirse en la codicia de despreciables traficantes o a costear
los placeres canallescos de la crpula.
De los factores que intervienen en la cuestin obrera del Alto Paran, que se han
expresado, el primero, constituido por la accin de los patrones, debe merecer la
mayor atencin del gobierno, cuando resuelto a resolverla en forma que consulte los
intereses generales, legisle sobre el trabajo de la regin y lo reglamente
definitivamente. Lo cual no obsta para que el factor obrero y el intermedio de los
conchabadores, sean descuidados en su incuestionable importancia.
Dgase lo que se quiera en contrario, es lo cierto que la tendencia al abuso,
demostrada por los patrones, es tendencia tan perjudicial como violenta y firme.
Slo la ley, atenta y celosamente vigilada en su cumplimiento, ser capaz de
contenerla. Impelidos por la actitud de defensa asumida a su manera por los
trabajadores, a la accin solidaria y colectiva, dieron no ha mucho en establecer una
oficina de conchabo, con el nombre de Oficina Informativa. En ella, destinada a
atender y satisfacer las necesidades y pedidos de brazos de todos los
establecimientos, se llev un registro prolijo de los peones de la regin,
identificados y prontuariados por los mismos procedimientos en uso en las oficinas
antropomtricas policiales. Psose entonces de manifiesto el pensamiento colectivo
de los patrones, en un contrato de locacin de servicios que se puede clasificar como
el ms torpe de los agravios inferidos a las ideas humanitarias de la poca. Copio
por va de demostracin y en carcter de antecedente, algunas clusulas de ese
contrato que en frmula impresa he obtenido: Art. 3. Todo pen que abandone el
trabajo sin permiso del patrn, ausentndose del establecimiento, incurre en una
responsabilidad por los perjuicios que ocasiona; en cuyo caso ser considerado
como prfugo, y el patrn queda autorizado a perseguirlos por las autoridades o
comisiones para hacerlo cumplir su compromiso. Si el pen perdiera su libreta
tendr que someterse a los datos que arrojan los libros del establecimiento. Art.
5. Es obligacin del pen trabajar todos los das que el patrn o mayordomo
habilite para ello, sin excluir domingos, das feriados o lluviosos, como asimismo
de noche, siempre que la inclemencia del tiempo impidiera hacerlo de da. El pen
que trabajara da domingo tiene derecho a cobrar un peso m/n c/l, por da. Art. 6.
La falta de uno o dos artculos de manutencin no da derecho al pen a negarse a
continuar el trabajo, sindosele admisible con carencia total. Art. 7. Si por falta
de voluntad alegase enfermedad a fin de no trabajar, sobre todo en da domingo,
pagar por la comida cincuenta centavos diarios, descontndosele a ms el sueldo.
Art. 9. La falta de cumplimiento al artculo 3, por parte del pen suscripto, ser
considerada como estafa, sujetndose a la pena que para ella aplique la autoridad.
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El contrato aludido no se mantuvo el tiempo que sus autores hubieran deseado. Las
circunstancias lo vencieron, cay en desuso, pero la idea que le diera forma qued
ah marcando la tendencia de los compromisos verbales que le sucedieron, de los
compromisos actuales, ms humanos en cuanto a algunos detalles, como el de
descanso dominical -hoy en prctica en todos los obrajes argentinos y paraguayos-
pero siempre leoninos.
Luego, atendiendo el factor obrero, debe procurarse moralizar, educar en lo posible
a la clase trabajadora, ejerciendo sobre ella una tutela que la redima y a la vez
controle severamente en sus relaciones con el capital, hacindolas serias y honradas.
Toda iniciativa que se dirija a fomentar la radicacin de los obreros en los lugares
de trabajo, a acercarlos a los vnculos de familia, y al ahorro previsor, ser siempre
saludable y digna de los mejores auspicios, como lo ser asimismo cualquier medida
que se dicte contra las actuales formas de anticipo y contra la intervencin actual de
los conchabadores, que si por el momento no fuera posible suprimir, podra por lo
menos reglamentarse, eliminando de tal modo, algo de lo que perturba mayormente
el trabajo e impide el progreso industrial y el bienestar econmico de Misiones.
Puertos y establecimientos industriales del Alto Paran
Territorio argentino
I Rosetti.-Martn Errecaborde.-Obraje.-Buen concepto de empresa seria. Poblacin
obrera en este y siguiente establecimiento, 170 hombres. El trabajo se desarrolla
bajo formas primitivas.
II. Martn Errecaborde en Uruguay. -De la misma propiedad. -Obraje.
III Puerto Segundo. -Compaa Tierras y Maderas del Iguaz (sociedad annima).
Franklin Herrera, Limitada. -Obraje.- Establecimiento modelo y como se consigna
en el mapa, el mejor de los argentinos. Dirigido y administrado por el ingeniero
seor Luis Pastoriza, -quien tiene como segundo, en el centro de los trabajos, al
ingeniero Walter Rastoff,- la administracin y las diversas labores que en l se
realizan llevan el sello de un criterio superior y de una aptitud de organizacin
verdaderamente rara. En Puerto Segundo se construye el primer ferrocarril de los
obrajes de Misiones, obra costosa y difcil que ha de mejorar en gran parte las
condiciones generales del trabajo, realizado ahora bajo formas primitivas casi en la
totalidad de los establecimientos de esa rica zona del pas. En la fecha de mi visita
de inspeccin, -fines de enero de 1913,- la locomotora llegaba al kilmetro 4, pero
hoy debe alcanzar al kilmetro 14, pues la obra en lo referente a desmontes,
terraplenes y puentes estaba entonces terminada hasta esa distancia. No faltaba sino
tender los rieles sobre los durmientes. La planimetra de la lnea y una rpida gira
por los trabajos, exhiben el trazado del ferrocarril ms ondulante que puede
imaginarse. Es una lnea serpentina, arte nuevo, debido a la necesidad de
aprovechar en aquel terreno, tan lleno de accidentes, las pocas y relativas facilidades
que poda ofrecer a una obra de esa naturaleza. Los trabajos del obraje se extienden
sobre una zona cuyo fondo no baja de siete leguas, a contar desde el puerto. El
ferrocarril ir ms lejos, y la direccin de la empresa alienta la esperanza de hacerlo
rebasar los lmites de su primitivo trazado, para llevarlo hasta la frontera del Brasil.
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Y las yerbas brasileas que hoy vienen conducidas a lomo de mula para ser
embarcadas en el vecino puerto, a travs de cuarenta y seis leguas de distancia
(contando las dieciocho que separan al campamento de la frontera) y veinte das de
viaje, llegaran al de la Compaa de Maderas del Iguaz, en algunas horas, libres de
todo riesgo, absolutamente seguras. La Compaa tiene asimismo el proyecto de
colonizar, en condiciones que hagan posible la colonizacin en esas ricas pero
remotas tierras, una importante zona, en fajas paralelas a la de la lnea frrea. Las
construcciones de Puerto Segundo, talleres, pabellones de administracin, casas
para empleados, etc., aunque casi todas de mandera, tienen un carcter de
estabilidad, de solidez, que impresiona bien, en una regin donde todo lo que se
hace es frgil, mezquino, transitorio... Ya se ha comenzado a fabricar ladrillo de
muy buena calidad3, con destino al alcantarillado del ferrocarril y en breve se
alzarn en el puerto, a la vista del viajero, elegantes edificios.
La poblacin obrera en Puerto Segundo, el 28 de enero, era de 530 hombres,
distribuidos en la siguiente forma:
270 ocupados como mensualeros y jornaleros en trabajos diversos.
180 en la construccin ferroviaria, con jornales de $ 1.50 a $ 2.00 y manutencin
por cuenta de la empresa.
80 que trabajaban por un tanto, en labranza y aserraje de maderas, picadas, cultivos,
etc.
Se consigna el jornal de los peones ferroviarios a ttulo de ser ese el jornal mximo
de la regin. De los otros me ocupo en la nota especial sobre jornales y salarios.
Las horas de trabajo para mensualeros y jornaleros son de 5 a.m. a 6.30 p.m., con
los intervalos siguientes:
Desayuno 7 a 7.30 a.m. hora
Almuerzo y siesta 11 a 2 p.m. 3 horas
Mate 3 a 3.30 p.m. hora
La empresa de Puerto Segundo ha roto el rgimen rutinario de la alimentacin
obrera, reemplazando el famoso revirado, tan nocivo para la salud de los
trabajadores, por el caf, que a los mensualeros y jornaleros se les sirve a la maana
con ocho galletas, algunas de las cuales se reservan para acompaar el mate de la
tarde. Ntese que es este el nico establecimiento que aporta, sin recargo, este
artculo de primera necesidad para la comida de los peones.
Las picadas del obraje son hermosas, cmodas, perfectamente niveladas y -detalle
sugerente- la lnea del telfono con que la administracin central se comunica con
todos, an con los ms avanzados puestos de trabajo, corre a lo largo de ellas, como
una amable sensacin de cultura y de progreso.
Los artculos de consumo son buenos. Botiqun completo. Asistencia prolija a los
enfermos. Severa disciplina en los trabajos. Personal culto y bien remunerado en la
administracin.
IV. Puerto Esperanza. -Nez y Gibaja. -Embarque de yerbas del Brasil.- Las
yerbas que salen por este puerto proceden de los yerbales de Campoar, ms all de
Barracn, arrendados por Nez y Gibaja y por Diego P. Krieger. Los primeros
trabajan en la actualidad a una distancia aproximada de 18 leguas del lmite
3 En Misiones hay tierras que como las de San Ignacio son inaptas para la
fabricacin de ese material.
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argentino, y los productos vienen al puerto, como ya se ha dicho, a lomo de mula.
La mayor parte de los peones que trabajan en los yerbales de Campoar, se
contratan en Barracn argentino o en Barracn brasileo, que son en realidad dos
barrios de un mismo pueblo, divididos por un diminuto arroyuelo, y que constituyen
unidos, el nico centro obrero de las Altas Misiones, de escasa importancia por
cierto. He odo a algunos ex-peones de la primera de dichas empresas, quejarse de la
presin que ejercen sobre los obreros, las autoridades brasileas a pedido del
encargado de los trabajos en los yerbales en explotacin. 25 tropas de mulas -23 de
la empresa y 2 particulares,- hacen el servicio de transporte desde los
campamentos al puerto, 46 leguas, 28 dentro del territorio argentino y 18 en el del
Brasil. El viaje de ida y vuelta se hace generalmente en mes y medio, emplendose
20 das, si el tiempo es bueno, en la conduccin de la yerba desde los lugares del
trabajo al punto de embarque. Cada tropa se compone de 28 o 30 mulas, y su
personal lo constituyen invariablemente 3 hombres: un capataz, un pen y un
madrinero, muchacho casi siempre. Este sistema de transporte de yerba y
mercaderas, exclusivo hasta ahora en Misiones, aniquila, destruye por igual a
hombres y a bestias. El penossimo trabajo de los hombres ya ha sido descripto en
todos sus detalles en otra nota, como asimismo el esfuerzo a que estn condenadas
las mulas que cargan en un par de bruacas 170 kilos de yerba y an ms, como he
tenido oportunidad de comprobarlo en los registros de la administracin del puerto,
donde existen anotaciones de 186, 190, 200, 201, 206 y hasta de 220 kilos! El
personal de Puerto Esperanza se descompone as:
Un encargado, un dependiente y seis peones Total 8
Personal de tropas 75
Total 83
No ha sido posible conocer con exactitud el nmero de peones que trabajan en el
Brasil, por cuanto, segn queda dicho, la mayor parte de ellos se contratan lejos, en
Barracn, pero la administracin cree que ese nmero no bajar de 80, cantidad que
unida a la anterior hace un total de 163 hombres.
Puerto Esperanza embarc en 1913, 654.892 kilos de yerba.
Las necesidades del trabajo imponen el horario de la jornada en el puerto. Lo comn
es trabajar de sol a sol, con un descanso intermedio de tres horas para el almuerzo:
11 a.m. a 2 p.m..
V. Puerto Krieger. -Diego P. Krieger. -Anlogo al anterior. -Yerbales de Campoar.
- Explotacin en menor escala. -Iguales formas de trabajo y medios de transporte.-
Se calcula una poblacin de 120 a 130 obreros.
VI. Puerto Pampa Piray. -Alfonso Guardile y Portalis y Ca. -Yerbas argentinas.-
Los yerbales llamados de San Pedro y San Antonio, hacia la parte central y oriental
de las Altas Misiones, son explotadas, desde 1895 por la Empresa de Puerto Pampa
Piray, que en el transcurso de esos aos ha girado bajo distintas firmas. La
produccin yerbatera de Misiones ha decrecido sensiblemente en los ltimos
tiempos, a tal punto que las campias de Amrico que en 1899, en la primera zafra,
produjeron 120.000 kilos, hoy no alcanzan a producir 40.000. Y en esa proporcin
se mantiene la produccin de los otros yerbales. Es opinin general en Misiones,
que la falta de una fiscalizacin severa por parte del gobierno sobre los yerbales del
Estado, ha ocasionado la disminucin apuntada, pues ella ha permitido las zafras
inconsideradas y destructoras. El trabajo de la yerba se realiza en la parte argentina,
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de acuerdo al reglamento en vigencia, durante los meses comprendidos de marzo a
agosto inclusive. No he presenciado su corte y elaboracin sino en el Paraguay,
donde empieza antes y en el Brasil donde por lo general es permanente, pero las
formas del trabajo, son iguales o muy semejantes en toda la regin del Alto Paran.
En Puerto Pampa Piray y en San Pedro, en la fecha de mi visita, fines de febrero de
1914, se aprestaban ocho comitivas para iniciar las labores prximas, siete
trabajaran en San Pedro y una en San Antonio. Las comitivas son organizadas,
dirigidas y pagadas por habilitados quienes reciben de la empresa, como
remuneracin nica, la cantidad de $ 1.30 por arroba de 11 kilos de yerba
canchada puesto en noque. Cada una de estas comitivas, cuenta regularmente
con un personal de 18 a 20 hombres y sus jornales o salarios podrn verse en el
captulo correspondiente. Hasta hace poco, 30 tropas de mulas hacan el transporte
de la yerba en 17 leguas de recorrido; en la actualidad trabajan slo 8; -con 20 o 22
cargueros- 3 de la empresa y 5 de sus habilitados. Las distancias entre las zonas de
trabajo de San Pedro y el puerto, se cubren por estas en seis jornadas. Cuando el
transporte de la yerba lo hacen las tropas de los habilitados, la empresa les paga
en tal concepto $ 0.80 por cada arroba de 11 kilos. El establecimiento de Puerto
Pampa Piray goza de merecidos prestigios entre los trabajadores del Alto Paran y
en general entre todas las gentes de la regin. Alfonso Guardile, uno de los ms
antiguos industriales de Misiones, -su propietario-, ha sabido organizarlo y
mantenerlo a una altura que le honra. Es afable, generoso, paternal con los hombres
que de l dependen en el trabajo. El botiqun, mejor dicho, la farmacia de Puerto
Pampa Piray, es la mejor surtida, la ms completa del Alto Paran, desde Posadas al
Iguaz. Los servicios que ella presta salen de los lmites del propio establecimiento
para expandirse en muchas leguas a la redonda. Estando all, vi llegar a un pen de
Pampa Alvez en solicitud de asistencia y de remedios. Y pude constatar que fue
atendido con prontitud y sincera complacencia por el encargado del Puerto, Juan
Ramrez.
Contando el personal al servicio de la administracin y del puerto, el de las tropas y
el de los yerbales, la poblacin obrera del establecimiento asciende a un total de 197
hombres.
VII. Canalejas. -Nez y Gibaja. -Obraje. -Trabajos al fondo a 5, 6 y 7 leguas de la
costa. -Establecimiento primitivo, bajo cualquier punto de vista que se le observe.
Carece hasta de un pequeo botiqun. Se trabaja con orden pero sin que el personal
est sometido a la frrea disciplina de otros obrajes ni a las arbitrariedades de malos
directores. Los encargados y capataces tratan bien a los peones y entre unos y otros
existe un afectuoso compaerismo que impresiona agradablemente. En
cumplimiento del deber y a especial solicitud del seor Lzaro Gibaja, -uno de los
propietarios-, visit el establecimiento en toda la extensin de sus trabajos, y en
ambiente propicio a la confidencia, en completo aislamiento con los trabajadores,
los interrogu cuidadosamente. Todos se manifestaron contentos, satisfechos de sus
superiores, en particular del administrador Venancio Bez y del encargado del
centro, o comisara San Juan, N. Centurin.
El personal de este obraje se distribuye en la forma siguiente:
Administracin 4
Jangaderos 7
Comisara San Juan 3
Exploradores 3
-
19
Carpinteros 3
Rozaderos 30
Picaderos mensualeros (2 comitivas) 16
Picaderos por un tanto (1 comitiva) 6
Volteadores (3 yuntas) 6
Labradores (8 yuntas) 16
3 carreras (12 hombres cada una) 36
Pindoceros 12
Total 142 hombres
Horario del trabajo: desde el amanecer a la puesta del sol, con un descanso de dos
horas y media para el almuerzo -de 11 a.m. a 1.30 p.m.-. Los artculos de
proveedura son de mediana clase y dada su calidad, de subido precio. No hay en
Canalejas otro medicamento que las pldoras Brandet.
Estas se venden a $ 1.20 la caja (48 pldoras).
VIII. Puerto Pampa. -Leoncio Alvez. -Yerbas del Brasil. -Leoncio Alvez, arrienda
los yerbales del Pepir y los explota por su propia cuenta. Establecimiento similar al
de Esperanza y Krieger, no exige nota especial. Por la picada de Barracn, Fraceram
y San Pedro, vienen las yerbas canchadas del Pepir a Pampa, -a lomo de mula-, y
desde all se las transporta a Posadas. Los peones se manifiestan descontentos de los
sistemas de trabajo, as como del tratamiento que reciben de la empresa, en los
centros de produccin del Brasil.
Las deserciones son frecuentes, hacindose notar, por extrao, el caso de fuga de
una comitiva completa, ocurrida en agosto o septiembre de 1913; no se sabe
fijamente el nmero de hombres que forman la poblacin obrera de la Empresa,
pero es dable creer que ella no sobrepase la de Krieger: 130 hombres.
IX. San Lorenzo.- Se le designa con el mismo nombre de la colonia paraguaya
situada del otro lado del ro, al pequeo punto de trnsito, donde un viejo morador
de esos parajes, cultiva algunas frutas y hortalizas que hacen el regalo de los
pobladores de los alrededores, improductivos y desolados por la inercia y el
abandono proverbial de la gente de la regin.
X. Puerto Haack .-Misiones, Land Ca.; Obraje. -Escasa importancia en la
actualidad. Casi inactivo. Poblacin obrera: 25 hombres.
XI. Puerto Echage o Caraguatay .-Misiones, Land Ca.; Obraje. -En iguales
condiciones al anterior. -Yerbales de cultivo en formacin. -Dos quejas; la de
Gottliel Hein y la de Virgilio Cruz, por demora de la empresa en la exigida
liquidacin de sus haberes. La poblacin obrera no es mayor que la de Haack, pues
reunidos se les asignan 50 hombres.
XII. Puerto Avellaneda. -Misiones, Land Ca.; Obraje. -Escaso trabajo. En lo que
respecta a la forma de trabajo, rgimen de alimentacin y jornales, no se distingue
entre los establecimientos de su clase. Poblacin obrera: 120 hombres.
XIII Puerto Paranay.-Nez y Gibaja.-Obraje.-Segundo y ltimo obraje de la
antigua empresa de Misiones. De menor importancia que Canalejas, su organizacin
administrativa y sistemas de explotacin son, no obstante, idnticos. Las maderas de
Paranay se trabajan a 4 leguas al interior. Limitacin transitoria en los obrajes.
Poblacin obrera al 16 de febrero de 1914: 83 hombres (poblacin mnima).
XIV. Puerto Paranay. -Escalada .-Carlos Escalada. -Yerbas argentinas. Paralizado
en la fecha de la visita, ausente el personal de la administracin, no fue posible
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obtener datos precisos referentes a los trabajos y poblacin obrera del
establecimiento. El 14 de enero ocurri en Paranay un hecho de sangre. A raz de un
altercado entre el encargado del puerto, Narciso Martos Jurez y el tropero Damasio
Olivera, el menor Antonio Martos Jurez, -hermano de aquel-, hizo, a sus espaldas,
tres disparos de revlver sobre el tropero, hirindole en el brazo izquierdo y en el
cuerpo. La polica y el juzgado letrado del territorio intervinieron a su debido
tiempo. El caso se marca a ttulo de antecedente, pues el 18 del mes siguiente, otro
pen del mismo establecimiento, Santiago Melgarejo, formul la denuncia, que en
forma de acta, se agrega a los documentos de otro captulo.
XV. Puerto 3 de Mayo. -Pedro C. Labat. -Obraje. -Poblacin obrera: 60 hombres.
XVI. Puerto Garuap. -Pedro C. Labat. -Obraje. -Actualmente paralizado.
XVII. Colonia San Alberto. -Se iniciaron en este punto cultivos que no han
prosperado. Pocos pobladores. Sin importancia.
XVIII. Puerto Len. -Misiones, Land y Ca.; Obraje. -Aserradero a vapor.
Establecimiento moderno. Chatas y remolcadores para el transporte de la madera de
propiedad de la empresa. Buena organizacin. Poblacin obrera: 105 hombres.
XIX. Puerto Tabay Alvez.-Viuda de Alvez e hijos.-Yerbas argentinas. Trabajos en
yerbales fiscales. Poblacin obrera: 100 hombres.
XX. Puerto Tabay Arrechea.-Alfonso Arrechea.-Yerbas argentinas. Trabajos en
yerbales fiscales. Operaciones en limitada esfera. Poblacin obrera: 30 hombres.
XXI. Puerto Tabay Damus.-Damus Hermanos.-Obraje.-Poblacin obrera: 140
hombres.
XXII. Santo Pip. -Damus Hermanos. -Obraje. -Este y el obraje anterior, son
mirados con particular simpata por el elemento obrero de la regin. Una simple
investigacin en los centros de conchabo lo comprueba. Son los obrajes ms
prximos a Posadas. Los peones, -dentro de las formas de vida peculiares del Alto
Paran- son bien tratados y alimentados. Poblacin obrera: 130 hombres.
XXIII. Corpus.-Colonia.-Cultivo de poroto, mandioca, bananas, arroz, caa de
azcar, man, yerba mate y tabaco.
XIV. San Ignacio. -En torno de las ruinas de esta antigua reduccin jesutica, se
extienden los yerbales de cultivo ms importantes del territorio de Misiones. Dos
grandes empresas, Martn y Compaa y La Plantadora, han acometido con el
mayor entusiasmo, desde tiempo atrs, la importante obra de repoblar de yerbales a
Misiones, asegurando as una fuente de inagotables riquezas. La primera de esas
empresas, ya ha elaborado yerbas de cultivo, y se calcula que en pocos aos ms, la
produccin de los yerbales de San Ignacio, sobrepasar a la de los silvestres de toda
la zona. Las plantaciones se han hecho por mudas -plantas pequeas tradas de los
manchones cercanos- o por ejemplares de viveros, pues la yerba se reproduce
perfectamente de semilla, y casi todas ellas se desarrollan al amparo del monte,
limpio de malezas. El impulsor principal e inteligente director de las plantaciones,
ha sido y es en la actualidad el ingeniero agrnomo francs Pablo Allain, de la
empresa Martn y Ca., en la iniciacin de los trabajos, y hoy de La Plantadora.
San Ignacio es tambin centro de conchabo, aunque de menor importancia.
XXV. Santa Ana. -Ayudanta. -Colonia y pueblo, una legua al interior. Cultivos
generales de la regin. Centro de conchabo.
XXVI. La Mina. -A. Perasso y Ca. -Aserradero a vapor, fbrica de casas y construcciones en general de madera desmontable y pequeo astillero.
Establecimiento provisto de modernos y perfeccionados elementos de trabajo.
Simptico exponente de progreso industrial. Organizacin, rgimen interno, horario,
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jornales y salarios iguales a los del mejor establecimiento de cualquiera de los
grandes centros industriales de la Repblica. El trabajo temporariamente reducido,
con escaso personal de talleres. La Mina ha llegado a tener hasta 230 hombres,
entre empleados, operarios y peones.
XXVII. Candelaria. -Ayudanta. -Colonia y pueblo a una legua al interior, a la vista
de Posadas. Diversos cultivos. Centro de conchabo.
Territorio Paraguayo
I. Puerto Espaa. -Victoriano Bentez. -Ultimo puerto a que llegan los vapores de la
carrera del Alto Paran, desde Posadas en adelante. Elaboracin de yerbas en
pequea escala. En los trabajos se emplean indios, casi con exclusividad.
II.Puerto Amelia. -Del establecimiento contiguo de Espinosa y Allica. Punto de
arribo de peones y de recepcin de provisiones.
III. Puerto Adela. -Espinosa y Allica (Daniel). -Obraje y explotacin de yerbas. De
este establecimiento arranca el camino a Matto Grosso. Poblacin obrera calculada:
200 hombres.
IV. Puerto Itembey. -Misiones. Land y Ca. -Obraje. -Punto de embarque de las
yerbas elaboradas por Parody Hermanos.
V. Puerto Santa Teresa. -Sucesin Dioverti. -Obraje y explotacin de yerbas.
VI. Puerto Senz Pea. -Portalis y Ca. -Obraje. -En liquidacin. Escaso personal
ocupado en traer al pueblo la madera trabajada y embalsarla.
VII. Puerto Las Palmas.-Ayala y Vega.-Yerbas. Excelente produccin.
VIII. Puerto Tacur-Puc. -La industrial Paraguaya S.A. -Yerbas. -Por este puerto
y por los siguientes de Embalse y Miseria o Flor de Lis, tiene salida buena parte de
la produccin yerbatera de la ms grande de las empresas paraguayas en el ramo.
Fundada en 1887, en no interrumpida marcha prspera, ha ido ensanchando
paulatinamente la zona de su dominio y trabajos. Los tres puntos nombrados
forman, sobre el ro, el extremo oriental del paralelogramo que pone en fcil
comunicacin con los grandes mercados, a una buena parte de las 1.150 leguas
cuadradas de propiedad de la empresa, y que se extienden, con breves
interrupciones, desde las sierras de Mbaracay-Amambay hasta el centro del
territorio paraguayo, por ese lado. Son pocas las acciones de La Industrial Paraguaya
que no hayan sido adquiridas por la empresa financiera y de negocios
sudamericanos presidida por M. Percival Farquhar, que piensa ampliar
considerablemente sus operaciones. Los trabajadores de esta empresa son en su
totalidad paraguayos, contratados en los centros de conchabo del mismo pas y
algunos indios guayans, cang o teyhy, del interior y de la frontera brasilea. La
poblacin obrera es de las ms numerosas y aunque no se conoce bien su nmero, se
supone que l no baja de 3.000 a 3.500 hombres. La Industrial Paraguaya entrega
anualmente al consumo 10.000.000 de kilos de yerba, elaborada en sus molinos de
Asuncin, Corrientes y Rosario de Santa Fe. En la segunda de dichas ciudades
posee tambin un poderoso aserradero a vapor. Sistemas de trabajo y jornales en los
yerbales, anlogos a los del resto de la regin. Como medio de transporte para la
yerba la empresa emplea, entre otros, el especial de carritos tirados por bueyes.
Estos carritos cargan 80 arrobas en caminos regulares y hasta 120 en los buenos.
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IX y X. Puerto Embalse y Puerto Flor de Lis o Miseria. -La Industrial Paraguaya
S.A. -Obraje y embarque de yerbas, el primero. Obraje solamente el segundo. Vase
la referencia VIII.
XI. Puerto Mara Luisa.-De la propiedad del doctor Bertoni, en la desembocadura
del Ro Monday. Por dicho ro salen al Alto Paran las maderas de los obrajes
interiores de A. Perasso y Ca.
XII. Puerto Flores. -De la misma propiedad.
XIII. Puerto Bertoni. -Doctor Moiss Bertoni. -Colonia experimental agronmica.
Importantsimos cultivos definitivos y de ensayo.
XIV. Puerto Bertoni o Pir-Puit; Reto Bertoni y A. Perasso y Ca. -Yerbas. -En el
establecimiento de los segundos trabajan, bajo las formas usuales, alrededor de 400
indios guayans.
XV. Puerto Paranamb. -A. Perasso y Ca. -Obraje. Paralizado.
XVI. Puerto It Ipit. -Domingo Barthe. -Yerbales de cultivo en formacin. Vase
la referencia siguiente.
XVII. Puerto acunday. -Domingo Barthe. -Maderas y yerbas. Tres obrajes y un
yerbal dependen de la administracin de acunday, que abarca la parte Norte -52
leguas cuadradas, 2 x 26- de otra de las zonas de propiedad particular ms vastas del
Paraguay: 412 leguas. Los obrajes son: el Maroma a 2 leguas al interior, sobre
el precioso ro acunday, el Boca a 4 leguas y el Tigre -obraje y yerbal- a 7
leguas. Creacin de Jorge Barthe, cuidadosamente pensada en conjunto y en detalle,
ser al cabo de algunos aos -vencidos ciertos obstculos que dificultan o
entorpecen su avance-, una obra industrial de positivo mrito. La administracin
general del establecimiento est a cargo de don Roque Rojas, viejo trabajador de la
regin, hombre de limpio criterio y de bondadosos sentimientos, a quien los peones
respetan y quieren de veras. Los sistemas de trabajo y formas de produccin son
hasta ahora los que desde el comienzo de las explotaciones en el Alto Paran se
mantienen en uso, pero ellos se encuentran suavizados por detalles que los hacen
ms aceptables.
Al solicitar en acunday el dato de su poblacin obrera, se me proporcion la
gratsima sorpresa de presentrseme en un censo, recientemente levantado en todas
sus dependencias, censo en que la operacin aparece clasificada por sexos y
dividida en mayores y menores de 14 aos. No existe en la regin otro
establecimiento que lo tenga. Y a la fecha, es muy posible que acunday ofrezca
otra nota rara y fuertemente simptica; una escuela elemental para los hijos de los
obreros radicados all. Durante mi visita, en enero del ao pasado, se construa el
edificio de madera en que haba de instalarse, para iniciar los cursos el 1 de marzo.
Tengo entendido que el personal docente ser costeado, en parte por el gobierno
paraguayo, y en parte por la empresa. Se proyecta la instalacin de grandes talleres y
de mquinas destinadas a transformar los torpes y primitivos sistemas de las labores
actuales. A unos pasos del puerto y de la administracin, se precipitan desde treinta
y seis metros de altura, en extensa lnea uniforme, las aguas del ro acunday, y es
esa potente cada la que ha de utilizarse como fuerza motriz para los talleres y
mquinas.
Existe en acunday una va de acero de 4 kilmetros, en la primera parte de la gran
picada que liga los obrajes y el yerbal dependientes de la administracin. El servicio
de transporte se hace en esa va por medio de zorras tiradas por mulas, y ms
adelante, por carros polacos iguales a los de Santa Elena. Se produce
abundantemente yerba de cultivo; hay en viveros 250.000 plantas de un ao, y
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trasplantadas en lugar definitivo (ejemplares de dos aos) ms de 10.000 plantas. La
poblacin obrera, dentro de las divisiones del censo a que he aludido se detalla as:
Administracin, maestranza y diversos servicios, 78 hombres.
Obraje Maroma
Varones mayores de 14 aos 95
Mujeres mayores de 14 aos 35
Nios de 6 a 14 aos 19
Nios menores de 6 aos 23
Total 172
Obraje Boca
Varones mayores de 14 aos 80
Mujeres mayores de 14 aos 22
Nios de 6 a 14 aos 18
Nios menores de 6 aos 28
Total 148
Nota de la tipeadora: Faltan prrafos para completar cuando se consiga nueva
fotocopia de pg.43 del Boletn.
La situacin es buena y la tierra es rica, cubierta de bosques. La administracin
general est confiada a Jos Ambrosio Schller, consocio de los concesionarios
Raverchon y Schller, fundadores de la colonia Hohenaw, situada ms abajo, casi
frente a Corpus. La nueva colonia ha sido fraccionada en chacras de 30 hectreas y
todas tienen agua, -arroyos o manantiales-. Las primeras 30 chacras se ofrecen gratis
a los colonos que quieran establecerse en ellas y las otras se vendern a $ 6 o/s., la
hectrea. No se entrega o vende tierra sino a los agricultores con familia. La
empresa ofrece, persiguiendo el objetivo de su particular inters ya expresado, toda
clase de facilidades a los colonos, tales como fletes y pasajes reducidos en sus
vapores, alojamiento gratis por 14 das en la casa de inmigracin, plantas de yerba y
naranjas, etc., pero hasta ahora la obra se mantiene en estado de embrin.
Puerto San Rafael. -Domingo Barthe. -Yerbas. -Trabajos en la forma corriente de
los dems establecimientos de la regin y de la misma propiedad.
XXIII. Puerto Yatitay. -Domingo Barthe. -Obraje.
XXIV. Puerto Tembey. -Domingo Barthe. -Obraje
XXV. Puerto Triunfo. -Domingo Barthe. -Obraje.
XXVI. Puerto Pirayuy. -Domingo Barthe. -Obraje.
XXVII. Puerto Edelira. -Domingo Barthe. Obraje. -Primer puerto de la propiedad
cuyas
dimensiones han sido expresadas en la referencia XVIII. De Puerto Edelira partir el
ferrocarril, -proyectado- que llegar a acunday, cruzando la selva a distancia de
siete leguas de la costa lnea media de la propiedad y en recorrido aproximado de
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150 kilmetros. Los presupuestos presentados por casas francesas, alemanas y
norteamericanas son para un ferrocarril de 0.75 de trocha.
XXVIII. Colonia Mayntzhusen. -Fundada hace aos, por un animoso empresario
alemn, no ha progresado; pequeo centro agrcola de cultivos regionales, se
mantiene estacionario.
XXIX. Puerto Yagurazap. -Pedro C. Labat. -Obraje.
XXX. Puerto Carendy. -Pedro C. Labat. -Obraje.
XXXI. Puerto Lafontaine. -(Pirap) Lafontaine y Ca. -Obraje.- Se inicia
actualmente la organizacin de este establecimiento que promete descollar entre los
de su clase. Los trabajos abarcan 50 leguas de bosque. Se hacen importantes
construcciones, instalndose asimismo un poderoso aserradero a vapor. La
poblacin obrera de este y de los obrajes de Pedro C. Labat -que ha contratado la
ejecucin de algunas obras para la empresa de Puerto Lafontaine-, era, en enero
ltimo, de 400 hombres en conjunto.
XXXII. Puerto Mboror.-Lea.-Sin importancia.
XXXIII. Colonia Hohenau.-Ncleo de poblacin agrcola, digno de mencin.
Cultivos intensivos, inteligentemente dirigidos. Colonos brasileos, alemanes
emigrados de Ro Grande.
XXXIV. La Cantera. -Yerbales de cultivo. -Herrera Vega. -Grandes viveros y
plantos que parecen prolongar sobre el Paraguay, los esplndidos cultivos
argentinos de San Ignacio. Establecimiento moderno. Empresa bien conceptuada.
Territorio Brasileo
I. Puerto Artaza. -Julio T. Allica. -Yerbas.- Produce alrededor de 1.500.000 kilos
anuales. 500 a 600 obreros. Establecimiento moderno, excelente organizacin. Los
trabajos se realizan, en parte sobre tierras de propiedad particular, y en yerbales
fiscales arrendados al Estado de Paran. Varias hectreas libres de monte dedicadas
a diversos cultivos. La limpieza de cada hectrea -volteo, destronque, etc., la obra
ms completa de la regin- cuesta, segn clculos del propietario, $ 55.
II. Pontn Aragn, de la empresa Larangeira, Mndez y Ca. -Yerbas.- Trabajos en
el Estado de Matto Grosso, al oriente del Estado de Paran y norte del Paraguay.
Exporta por esta va fluvial de 5 a 6.000.000 de kilos por ao. Difcil es saber
exactamente la poblacin obrera de sus yerbales, pero basndose en el dato obtenido
sobre el nmero de su personal de transporte, puede calcularse aquella en algunos
miles de hombres, en tiempo de produccin intensa. La empresa por medio de
agentes especiales contrata la mayor parte de su personal en los departamentos del
centro y norte paraguayo y por caminos de la frontera, se les interna en los lugares
del trabajo. Hasta hace algunos aos, el gran mercado de brazos de Posadas
suministraba un buen contingente de obreros a dicha empresa, pero en la actualidad
son muy pocos los que contratados all, llegan a Pontn. Los conchabadores hacen
toda clase de esfuerzos y recurren a todos los medios, an al del engao, como lo
comprueba el caso ocurrido en el puerto, en los primeros das de enero, caso en el
cual intervino el seor cnsul de Paraguay en Posadas don Elas Baldobino, y que
debidamente documentado se presenta en otra parte de estas notas. No hay empresa
que en el acto del conchabo ofrezca mayores anticipos a los obreros (alcanzan hasta
quinientos pesos moneda argentina) y ninguna, a la vez, que sea ms temida por
ellos.
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No trato de formular cargos a una empresa, que como la de Larangeira, Mndez y
Ca., me es desconocida, por no haber llegado a sus dominios, sino de apuntar, en
cumplimiento del deber, una notable modalidad del ambiente obrero regional.
Desde el Pontn, los hombres contratados en Posadas, Candelaria, Santa Ana, etc.,
son conducidos en chatas remolcadas por lanchas a nafta -de propiedad de la
empresa- hasta Puerto San Juan, a tres leguas de Artaza en lnea recta, ms o menos,
pero en realidad a cinco por las grandes curvas que describe el ro a esa altura.
Puerto San Juan es el punto de arranque de un ferrocarril de la misma empresa -
actualmente en construccin- que lo unir a puerto Mongol, ya sobre el famoso
salto del Guayr, 40 kilmetros. La navegacin desde Pontn a Puerto San Juan, se
hace con elementos exclusivos de la empresa, lo mismo que desde puerto Mongol
en adelante, en muchas leguas de extensin. El trayecto entre los mencionados
puntos lo hacen los peones, en la parte de vas construidas, en zorras tiradas por
mulas y desde all se dirigen a pie o se transportan en chatas, si lo exigiera la
distancia, a las zonas de labor. El trabajo de la elaboracin de yerbas es continuo en
el Estado de Matto Grosso. Segn informaciones suministradas por algunos ex
obreros de la compaa y por corredores de hacienda que operan en la regin, esta
tiene establecido, desde tiempos atrs como tipo nico de remuneracin el sueldo
mensual de cien pesos moneda paraguaya y la comida para todos los trabajadores
cualesquiera sean las tareas a que se dediquen. La alimentacin es buena, quizs
mejor que en los otros establecimientos del Alto Paran, pues a la mayor parte de
las cuadrillas obreras se les suministra, semanalmente, abundante provisin de carne
fresca. En los casos de enfermedad, de imposibilidad fsica temporaria para el
trabajo, a los obreros se les descuenta el da y se les carga el valor de los alimentos.
En las dependencias de la compaa no existe el descanso dominical.
A propsito de esta fuerte compaa y de los procedimientos de trabajo en los
yerbales de Matto Grosso, conviene consignar la impresin favorable producida por
una y otros en el nimo del diputado al Congreso de aquel Estado, seor Vctor de
Araujo, que en el mes de enero del corriente ao lleg a Posadas, despus de una
larga gira de inspeccin ordenada por el gobierno de su pas, sobre los yerbales y
trabajos de referencia. El diputado Araujo declar, interrogado sobre el particular,
que haba visitado las zonas de uver, Santo Toms, Puerto Mongol, Iguatim,
Amanbay, Dorados, Brillante y Hiema, y que en ninguno de ellos le fue dado
recoger la menor queja relacionada con los malos tratos que segn se afirmaba
reciban los peones de parte de los empresarios o encargados de trabajos. Dijo,
asimismo, que en su obligacin de inquirir si la empresa (Larangeira, Mndez y
Ca.) cumple o no el contrato de explotacin de yerbales y la forma de tratamiento a
los peones, haba podido comprobar que cumple a satisfaccin las obligaciones
contraidas y que a estos se les trata bien. En lo que respecta al ltimo punto, hace
notar que slo en Puerto Mongoli se sacrifican de 180 a 200 reses mensuales con
destino a la manutencin de las gentes de trabajo.
Particularizndose con la empresa, agreg que cuenta con un gran taller mecnico y
fundicin de hierro