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IES N°1 “DRA. ALICIA M. DE JUSTO” METAFÍSICA Informe: “La noción de Bien Supremo en Kant”

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Kant y la noción de Bien Supremo

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IES N1 DRA

IES N1 DRA. ALICIA M. DE JUSTOMETAFSICAInforme: La nocin de Bien Supremo en Kant

PROFESOR: LUIS VARELAALUMNA: VALERIA RODRGUEZ

En este informe nos proponemos realizar un recorrido sobre la filosofa kantiana, especficamente en cmo este autor llega a la nocin de Bien Supremo como fundamento final de la razn pura. Sabemos que la Crtica de la Razn Pura (1781), la obra fundamental de Kant, comienza hacindose una pregunta: se pregunta por la posibilidad de la metafsica, y es esta cuestin la que servir de puntapi para un desarrollo que dar como respuesta (adelantando la conclusin de nuestro autor) la negacin de la metafsica, al menos como ciencia. Pero rpidamente vemos que Kant nos dir que se puede llegar a la metafsica desde la razn prctica, pasando por una tica para arribar a la idea de Bien Supremo.En la Crtica de la Razn Pura, como dijimos anteriormente, se parte de la pregunta por la posibilidad y por la cientificidad de la metafsica, pero para poder responder a esto el autor advierte que primero deber responder a la pregunta por las condiciones de posibilidad de la ciencia.Kant tomar del empirismo que todo conocimiento comienza con la experiencia pero le agregar que no todo conocimiento procede de la experiencia. Lo que el sujeto cognoscente puede alcanzar es la representacin que se hace del objeto, vamos a conocer lo dado a la experiencia, pero en tanto representacin, no vamos a conocer el objeto en s. Llamar fenmeno al objeto del conocimiento, y nomeno a la cosa en s.Para conocer necesitamos de lo dado a la sensibilidad, las impresiones que recibimos cuando somos afectados por las cosas; y adems, necesitamos de lo sabido a priori por el entendimiento que son los conceptos que nos permitirn organizar las impresiones.Lo que caracteriza a la ciencia como tal es poder formular juicios sintticos a priori. stos son los encargados del progreso de la ciencia, en ellos damos cuenta que, en tanto juicios sintticos, son extensivos, establecen un predicado que no est contenido en el sujeto, por ende amplan el conocimiento; y en tanto a priori es independiente de la experiencia y resulta ser universal y necesario. A partir de esto se establece como requisito para la ciencia tener juicios sintticos a priori. Kant se preguntar en el Canon de la Razn Pura: Por inclinacin de su naturaleza, la razn es impulsada a ir ms all del uso emprico, a arriesgarse ms all de los ltimos confines de todo conocimiento en un uso puro y mediante meras ideas, y no halla sosiego hasta que, despus de haber completado su ciclo, se encuentra en un todo sistemtico absoluto. Ahora bien, este anhelo se funda meramente en su inters especulativo o ms bien nica y exclusivamente en su inters prctico?[footnoteRef:1] [1: I. Kant, Crtica de la Razn Pura (2008), Pg. 473]

La metafsica intenta fundar conocimientos de manera apriorstica, supera los lmites del mundo sensible y se pregunta por cuestiones que van ms all de la experiencia. La razn busca lo incondicionado, reclama conocer la serie completa de las condiciones, hay una tendencia a la totalidad que nos es inherente en tanto seres humanos. El esfuerzo de la metafsica por conocer las cosas en s mismas ser en vano, ya que nunca podr conocer la cosa en s, slo conoceremos los fenmenos, de esta forma es caracterizada como ilegtima desde el punto de vista del conocimiento.En palabras del canadiense Jean Grondin:[] la razn humana se ve irresistiblemente dirigida a superar los lmites del mundo sensible y a plantearse cuestiones metafsicas. Por qu se ve impulsada a ello la razn? Porque busca conocer el porqu de las cosas: investigando la condicin de todas las cosas, la razn no puede sino interrogarse sobre la condicin de esta condicin. Esta bsqueda de la condicin de la condicin slo puede ser satisfecha por un trmino que sea l mismo incondicionado. Incapaz de contentarse con lo condicionado, porque esto nunca satisface su bsqueda de explicacin, la razn persigue lo incondicionado o lo absoluto.[footnoteRef:2] [2: J. Grondin, Introduccin a la metafsica (2006), Pg. 217 ]

Para Kant son tres las cuestiones principales que le ataen a la metafsica: la libertad de la voluntad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios. Por ms que pensemos que son cuestiones insolubles no pueden sernos indiferentes, se trata de una disposicin natural del hombre preguntarse por dichas cuestiones. En una palabra: estas tres proposiciones siguen siendo siempre trascendentes para la razn especulativa y no tienen ningn uso inmanente, es decir, lcito para objetos de la experiencia y, en consecuencia, til de algn modo para nosotros, antes bien, consideradas en s mismas son esfuerzos de nuestra razn totalmente ociosos y por aadidura sumamente difciles.Por consiguiente, si estas tres proposiciones no nos son necesarias para nuestro saber y, sin embargo, nos son insistentemente recomendadas por nuestra razn, no cabe duda de que propiamente slo a lo prctico deber afectar su importancia.[footnoteRef:3] [3: I. Kant, Crtica de la Razn Pura (2008), Pg. 475]

Ahora bien, la pregunta que se realiza el autor es si podemos llegar a tener conocimientos metafsicos. Como dijimos anteriormente, la metafsica pretende establecer un saber sobre cuestiones que exceden el campo de la experiencia, por lo tanto, podemos adelantar que la respuesta a la pregunta que plantea Kant sobre la posibilidad de la metafsica como ciencia, ser negativa. Pero a la vez, nos mostrar el camino posible para poder establecer una nueva metafsica denominada metafsica crtica: que estar conformada por la metafsica de la naturaleza y la metafsica de las costumbres. Siguiendo con el anlisis de Grondin:Convencido de que su reflexin crtica propona un giro histrico de la metafsica, proclama con orgullo, en la ltima pgina de su Crtica, slo queda el camino crtico. Esta declaracin quiere decir varias cosas:1. Histricamente, Kant constata con ella la inviabilidad de toda metafsica desplegada antes de l y que aspiraba a un conocimiento suprasensible, sobrepasando el marco de la experiencia posible; esta metafsica no habra reflexionado nunca sobre sus propias condiciones de posibilidad y, por ello, sobre sus propios lmites;2. A partir de Kant y de su camino crtico, la metafsica debe ante todo ser una ciencia de los lmites de la razn pura: nuestra razn pura no puede conocer a priori ms que las condiciones de la experiencia posible;3. Por esta razn, la metafsica, en su vertiente ms positiva, podr tomar la forma de una doctrina de la legislacin a priori de nuestra razn en los dos campos en que se ejerce de manera legtima y justificable, es decir, en el orden de la naturaleza y en el de las costumbres.[footnoteRef:4] [4: J. Grondin, Introduccin a la metafsica (2006), Pg. 229]

Es a travs de la metafsica de las costumbres que Kant encontrar el camino para dar respuesta a los interrogantes de la metafsica clsica. La razn prctica propondr leyes en la esfera del deber-ser, buscar los principios racionales y universales que guan la accin. El autor comenzar a desarrollar lo que conoceremos como imperativo categrico, una mxima que rige la accin pero que no depende de la experiencia, debe ser a priori, universal: acta slo segn aquella mxima que puedas al mismo tiempo querer que se convierta en ley universal de la naturaleza. Estamos ante una tica pero al mismo tiempo ante una metafsica ya que trata sobre los principios a priori que rigen la accin moral.Recordemos que para Kant son tres las ideas fundamentales de la metafsica: la libertad de la voluntad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios. La metafsica de las costumbres rpidamente la podremos relacionar con la libertad de la voluntad, ya que la accin moral slo tendr lugar si somos seres libres, si estuviramos condicionados no tendramos posibilidad de elegir hacer tal o cual cosa. Habra en el hombre una dualidad; por un lado, estamos sometidos a las leyes de la naturaleza (mundo sensible), pero en tanto somos seres dotados de libertad formamos parte de un mundo inteligible:() la conciencia moral es un hecho indisputable, un hecho de razn tanto como lo es la ciencia natural y su exigencia determinista-. Y el hecho del deber seala que el hombre no se agota en su aspecto natural, sensible; por el contrario, la conciencia moral, incompatible con el determinismo, exige suponer que en el hombre hay, adems del fenomnico, un aspecto inteligible o noumnico, donde no rige el determinismo natural, sino la libertad. sta es la nica manera de comprender la presencia en nosotros del deber, pues slo tiene sentido hablar de actos morales (buenos o malos) si se supone que el hombre es libre..[footnoteRef:5] [5: Carpio, A. Principios de Filosofa, pg. 286, Ed. Glauco.]

La accin moral debe ser desinteresada, no puedo actuar segn lo que me conviene ya que la accin perdera todo su valor, de la misma manera no puedo buscar, a travs de mis acciones, ni recompensas ni mi propia felicidad. A lo sumo puedo esperar, si obro moralmente, ser digno de ser feliz. Llegamos de esta manera al Canon de la razn pura, all Kant plantear tres preguntas en las que se resumen todo el inters de nuestra razn:Qu puedo saber?Qu debo hacer?Qu puedo esperar?La primera pregunta trata sobre el saber, qu podemos conocer, a lo cual Kant responder que podemos conocer el mundo fenomnico y las condiciones de posibilidad a priori de la naturaleza. Para responder a esta primera pregunta se ha escrito la Crtica de la razn pura en donde se dan todas las respuestas concernientes a este primer punto.La segunda pregunta gira en torno a la accin, aqu es donde entra en escena la razn prctica, debo obrar acorde a los principios que me dicta la razn, de acuerdo al imperativo categrico, sin esperar recompensa alguna, ya que si mis acciones son interesadas pierden su valor moral. La ltima pregunta es la ms importante, ya que se centra en la esperanza, qu puedo esperar. A lo que Kant responder que toda esperanza aspira a la felicidad suprema.La esperanza de Kant, y de la razn pura, es que ese vnculo es efectivamente apremiante: pasar del obrar moralmente a la consecucin de una felicidad proporcionada a la moralidad de nuestras mximas es una consecuencia correcta, o por lo menos permitida. Ese vnculo entre la moralidad y la felicidad esperada permitir tambin levantar un puente entre la filosofa de la libertad y las grandes cuestiones de la metafsica natural, que concierne a Dios y a la inmortalidad del alma [][footnoteRef:6] [6: J. Grondin, Introduccin a la metafsica (2006), Pg. 235]

Este sistema de moralidad estar ntimamente relacionado con el Ideal del Bien Supremo, ste ser el fundamento ltimo de la razn pura, es un principio supremo identificado con Dios, el cual estara dotado de una inteligencia y de una voluntad infinitas. En palabras de Kant:Yo denomino ideal del bien supremo la idea de esa inteligencia en que la voluntad moralmente ms perfecta, combinada con la felicidad suprema, es la causa de toda felicidad en el mundo, en cuanto sta est estrechamente relacionada con la moralidad (como lo que hace digno de ser feliz).[footnoteRef:7] [7: I. Kant, Crtica de la Razn Pura (2008), Pg. 480]

Este recorrido planteado por Kant dar como resultado dos condiciones o presupuestos de la felicidad suprema que nos est permitido esperar: por un lado la existencia de un Dios omnisciente que otorgue la felicidad a quien le corresponda; por otro lado, una existencia, una vida futura en donde acontece esa felicidad. Por consiguiente, solamente en el Ideal del Bien Supremo Originario puede la razn pura encontrar el fundamento del enlace prcticamente necesario entre ambos elementos del bien supremo derivado, es decir, de un mundo inteligible o sea moral. Ahora bien, como mediante la razn tenemos que representarnos necesariamente como pertenecientes a un mundo de esta ndole, aunque los sentidos no nos expongan ms que un mundo de fenmenos, tendremos que suponer que aqul es consecuencia de nuestra conducta en el mundo de los sentidos, como ste no nos ofrece ese enlace, tendremos que suponer que es un mundo futuro para nosotros. Por lo tanto Dios y una vida futura son dos supuestos que no pueden separarse de la obligacin que la razn pura nos impone segn principios precisamente de la misma razn.[footnoteRef:8] [8: I. Kant, Crtica de la Razn Pura (2008), Pg. 481 ]

Vemos que, a travs de la razn prctica, Kant retoma los tres objetos de estudio de la metafsica clsica: la libertad de la voluntad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios. La originalidad de Kant, nos comenta Gmez Caffarena, reside en haber buscado la conexin entre Dios y la religin, ya que en Alemania en el siglo XVIII Dios era un tema central pero no as la religin: Para la moral no es necesario presuponer la religin. Pero:La moral conduce ineludiblemente a la religin, por la cual se ampla, fuera del hombre, hasta la idea de un Legislador moral poderoso, en cuya voluntad es fin final (de la creacin del mundo) aquello que al mismo tiempo puede y debe ser fin final del hombre.[footnoteRef:9] [9: J. Gmez Caffarena, Estudio preliminar en La contienda entre la facultades de Filosofa y Teologa (1999), Pg. XVII ]

Con este recorrido terico quisimos mostrar cmo llega Kant a la nocin de Bien Supremo, y a la vez logra salvar a la metafsica. Por una parte, prueba que ella no ser posible como ciencia, es decir, no nos es legtimo pretender conocer las cosas en s, lo noumnico; pero por otro lado, nuestro autor nos provee de un nuevo camino para poder desarrollar la metafsica de una forma legtima. Ser a travs de la razn prctica, que nos dicta un imperativo categrico para poder dirigir nuestro obrar en el mundo sensible y esto tendr como consecuencia que, al obrar moralmente, podamos aspirar a la felicidad. Esta felicidad se condensar en dos ideas centrales: la idea de un Bien Supremo (identificado con Dios) y la idea de una vida futura en donde pueda acontecer dicha felicidad. De esta manera se retornan a las problemticas esenciales de la metafsica clsica: la libertad de la voluntad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios. En palabras del propio Kant: De esta manera conduce la ley moral, a travs del concepto del bien supremo como objeto y fin final de la razn pura prctica, a la religin, es decir, al conocimiento de todos los deberes como mandamientos divinos; no como sanciones, es decir, rdenes arbitrarias y por s contingentes de una voluntad ajena, sino como esenciales leyes de cada voluntad libre para s misma, que deben, no obstante, ser miradas como mandamientos del Ser supremo, por cuanto nosotros slo podemos esperar el supremo bien de una Voluntad moralmente perfecta (santa y bondadosa) y al mismo tiempo todopoderosa; siendo as que el proponernos el bien supremo como objeto de nuestros esfuerzos es algo que la ley moral nos hace obligatorio [mientras que] la esperanza de alcanzarlo nos viene de la concordancia con dicha Voluntad.[footnoteRef:10] [10: J. Gmez Caffarena, Estudio preliminar en La contienda entre la facultades de Filosofa y Teologa (1999), Pg. XVII]

Bibliografa:Carpio, A. (2004) Principios de Filosofa, captulo X, seccin II, Buenos Aires. Editorial Glauco.Gmez Caffarena, J. (1999) Estudio preliminar en La contienda entre las facultades de Filosofa y Teologa, Madrid. Editorial Trotta.Grondin, J. (2006) Introduccin a la metafsica, Barcelona. Editorial Herder.Kant, I. (2008) Crtica de la Razn Pura, Buenos Aires. Ediciones Libertador.