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Índice 1. Introducción 1 2. Desarrollo: Historia del Jean 1 3. Levi´s Strauss & Co. 2 4. LEE 8 5. Wrangler 9 6. La Crisis del Jean y su resurgir 11 7. Actualidad del Jean 13 8. Conclusión 13 9. Bibliografía 14

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Índice

1. Introducción 1

2. Desarrollo: Historia del Jean 1

3. Levi´s Strauss & Co. 2

4. LEE 8

5. Wrangler 9

6. La Crisis del Jean y su resurgir 11

7. Actualidad del Jean 13

8. Conclusión 13

9. Bibliografía 14

Introducción

En este informe se contará la historia del jean, cuáles fueron sus orígenes y como se fue

incorporando como una prenda fundamental a la hora de vestirnos. Se describirá la

historia de los fundadores del género, los pasos que condujeron a su utilización y como

lo emplearon con diferentes fines, según las necesidades del usuario al cual respondían.

También se detallará el éxito obtenido y las inestabilidades que presentó la prenda ante

la aparición de otras más cómodas que amenazaban su liderazgo y las modificaciones

que ha sufrido a lo largo del tiempo como una manera de mantener el producto vigente.

Desarrollo: Historia del Jean

Cuenta la historia que la palabra jean ya aparecía en el Oxford English Dictionary de

1567 y denim en la edición de 1695.

Los ingleses entendían por jeans a un basto tafetán de algodón que se conocía desde el

siglo XIV. Fabricado en Génova (de ahí deriva fonéticamente la palabra jean) y después

en todo el mediterráneo, sobre todo en Marsella, donde se llamaba cotonina,

proporcionaba las mejores telas para los barcos. El velamen de las carabelas de Colón

era de tafetán de Génova, ciudad natal del navegante.

A partir del siglo XVI se empezaron a fabricar con esta tela, mandiles para los trabajos

pesados y los pantalones de los marineros. Inglaterra país marinero por excelencia,

consumía tanto tafetán de Génova o jean, que no tardaron en imitarla en los talleres del

reino, en este caso con lino. Debemos recordar que el tafetán se obtiene tejiendo de la

manera más sencilla: 1 y 1.

Más resistente es la sarga que los ingleses denominan twill. A partir del siglo XVI, la

ciudad de Nimes, se especializó en la industria de la sarga, empleando lanas de calidad

muy inferior y cardazo (desechos de la seda). La ciudad francesa obtenía grandes

beneficios de la exportación de esta sarga denominada sayal y más tarde llamada denim

(de Nimes, que se pronuncia Nim) teñido con colorantes naturales como la granza (rojo)

o índigo o añil (tinta azul hecha con las hojas fermentadas de la planta indigorera). Las

principales exportaciones se hacían a Sudamérica y al sur de los futuros Estados

Unidos, carente de industria de tejido hasta la independencia, donde se utilizaba esta

tela para confeccionar la ropa de los esclavos. A finales del siglo XIX la fabricación

local sustituyó a la importación y el algodón cultivado por los esclavos negros, pasó a

sustituir definitivamente a la borra de lana o “seda” francesa.

En 1897 Adolph Bayer crea la tinta artificial imitando la coloración azul del añil.

LEVI’ S STRAUSS & CO.

El primer pantalón rústico y durable hecho en denim

fue inventado por el visionario Oscar Levi Strauss para

los mineros del Gold Rush de California, Estados

Unidos.

Strauss había llegado a New York en plena fiebre del

oro y se había trasladado a California buscando hacerse

de una fortuna como buscador de pepitas. Si bien el oro

lo atraía como un imán muy pronto se dio cuenta de

que la verdadera riqueza se podía obtener mucho más

fácilmente con el abastecimiento de insumos a los mineros, sobre todo lonas, agujas y

tijeras. Strauss pensaba vender carpas de lona marrones a los buscadores de oro que

dormían a la intemperie. Sin embargo no tuvo éxito ya que la mayoría de ellos preferían

dormir al costado de los pozos, para no perder el tiempo.

En 1853 asociado con su cuñado y aprovisionado con un cargamento de lona o denim

marrón traído desde New York, abrió un pequeño local decidido a vender tiendas y

cobertores para las carretas, pero los propios mineros que se acercaron al negocio le

hicieron cambiar rápidamente de idea ya que le informaron que lo que en realidad

necesitaban eran overalls de cintura (waist overalls), prácticos, sólidos, resistentes y con

muchos bolsillos. Levi Strauss, dándose cuenta que el peso de las armas y herramientas,

más el duro trajín de la vida a pleno campo influían en la duración de los pantalones; y

como disponía de una cantidad considerable de rollos de tela de algodón para las

tiendas, tuvo la visión de confeccionar pantalones fuertes y capaces de aguantar todo el

rigor de la tarea. El primer par que hizo no los confeccionó en azul, sino en marrón y no

tenían bolsillos traseros ni presillas para el cinturón y se sostenían con tiradores.

En 1860 al agotar el stock por el éxito de las ventas

pidió a New York el envío de más telas. Al recibir el

encargo de las lonas habituales, recibió además unos

paquetes de una tela asargada y compacta también muy

sólida pero flexible, de color azul por estar teñida con

añil, el hoy conocido y denominado denim. Con él

continúo fabricando el primitivo overall de cintura, un

pantalón sumamente elemental, amplio en las caderas,

bien cuadrado, con costuras reforzadas, ojales para

tiradores en lugar de presillas para el cinturón, una tira

ajustable en la parte posterior y sólo 3 bolsillos (un par

adelante y otro atrás, sobre la derecha). Estos nuevos jeans eran azules oscuros y duros,

pero con el tiempo se aclaraban y ablandaban. La botamanga estaba diseñada para ser

usada dentro de la bota. Eran estrictamente pantalones de trabajo y el azul oscuro

impedía notar la suciedad.

El tejido era fuerte y se volvió más fuerte cuando en 1872 un sastre de Nevada, Jacob

Davis, acostumbrado a trabajar con sillas de montar y productos de cuero, le propuso a

Strauss agregar tachas y remaches de cobre en las zonas del pantalón sometidas a más

tirantez como por ejemplo los ángulos de los bolsillos y la entrepierna. Junto a Strauss

patentaron la idea ya que Davis carecía de los 68 dólares que exigía la patente. Estas

tachas les permitieron a los mineros llenar hasta el borde los bolsillos con pepitas de

oro, sin miedo a que estos se rompieran.

Nació así la primera marca y por tanto la más antigua, Levi Strauss & Co. que

comercializó en California los primeros jeans, con su original “501”, número de uno de

los lotes de tela que había recibido ese año. En 1873 y frente a una competencia que

cada día se hacía más probable, Levi Strauss comienza a proteger su invento,

patentando una serie de detalles de aspecto no funcional, como ser la doble costura, la

doble fila de hilo naranja en el bolsillo trasero que simbolizaba la marca y estaba

inspirada en el vuelo de las águilas. Estos pespuntes junto con el dibujo de las montañas

rocallosas en la etiqueta, se convirtieron en la primera marca de fábrica propiamente

dicha de la Levis Strauss & Co. En 1886 se cosió la primera de las famosas etiquetas

impresas en rojo que mostraban un par de caballos, que exigidos por los latigazos de

dos granjeros, trataban inútilmente de romper un pantalón; las prendas de este nuevo

lote se comenzaron a conocer como “501S”.

En 1890 se agregó un pequeño y cuarto bolsillo en

uno de los delanteros que suele llamarse relojero o

monedero. Para ese entonces los mineros habían

desaparecido y las pepitas de oro fueron

reemplazadas por monedas. Ya a finales del siglo

XIX, la compañía de los dos caballos había

diseñado un gran catálogo de productos que incluían

desde sus tradicionales prendas en denim ribeteado,

hasta bombachos, canesú, ropa infantil, mandiles,

ropa de señoras, etc., aunque la joya de la marca

seguía siendo la ropa de trabajo. Hasta bien entrados

los años treinta los principales clientes de Levis continuaban siendo mineros y obreros

manuales, pero con la fiebre del “western” la compañía amplió su mercado orientando

su tradicional ropa de trabajo hacia este nuevo grupo de posibles compradores, los

cowboys y su entorno, quienes acogieron los nuevos pantalones con gran regocijo, pues

aparte de quedar estéticamente muy apropiados para la épica vaquera, resultaban

ciertamente prácticos para utilizarlos en las labores propias de este trabajo, ya que eran

ideales para montar a caballo y realizar duros trabajos en el campo, además se ajustaban

y no se deformaban después de lavarlos.

En 1902 Levi Strauss muere dejando una

compañía prospera como pocas y una

fortuna de 1.600.000 dólares, a pesar de la

gran pérdida la producción continúa y los

pantalones continúan cambiando y

adaptándose a las nuevas necesidades de

los consumidores, que hasta bien entrado

en siglo XX seguirán siendo solo

hombres. El quinto bolsillo, posterior

izquierdo, aparece en 1905, las trabas para pasar el cinturón en 1922 y la típica tirita

roja cosida al bolsillo trasero se aplica por primera vez en el año 1936. En 1940 y

después de años de quejas de los usuarios, se retiran los remaches de cobre de la

entrepierna y de los bolsillos traseros, ya que los consumidores de estas prendas vivían

rallando todos sus muebles y rompiendo las monturas de cuero.

Después de la Segunda Guerra Mundial, los Levi’s (que ya por esta fecha había pasado

a ser sinónimo de pantalón vaquero por excelencia) conocieron la popularidad entre los

jóvenes urbanos ya que las pandillas, tantas veces inmortalizadas en el cine de los años

cincuenta, hicieron de los Levi’s y la camiseta el ícono de la juventud rebelde de la

postguerra. La razón no se le escapa a nadie, la moto era el nuevo caballo y las leyendas

de los outlaws eran la referencia más cercana de individuos rebeldes y al margen de las

normas, aparte de que la imagen de rebelde sin causa urbano sólo se puede concebir con

este tipo de prenda, ajustada, marcando la masculinidad y en absoluto formal. También

las chicas malas comenzaron a usar los vaqueros diseñados para hombres, lo que les

daba un aire agresivo, mientras que el cine inmortalizaba a jóvenes rebeldes como

Marlon Brando y James Dean, junto a grupos de delincuentes maduros, luciendo

camperas de cuero, botas texanas y blue jeans.

En los años cincuenta el jeans

se volvió subversivo y

cuando Elvis Presley

comenzó a agitar sus caderas

sugestivamente enfundado en

sus jeans, se volvió

directamente sexual. Fue

precisamente su carisma el

que logró imponer los jeans

negros de anchas botamangas

de la marca Blue Ridge,

acompañados por camperas de cuero y cinturones de grandes hebillas.

Así, los jeans y la ropa en denim tomarían una nueva identidad. Ya no eran ropa de

trabajo, sino de recreo. El estilo casual había nacido. Por primera vez los jóvenes no

tenían que vestirse como los adultos, tenían su propia manera de producir su imagen

para mostrarles a ellos que existía una nueva y más libre forma de vivir. “Rebelde sin

causa” fue el lema para la nueva cultura joven, que enseño a partir de entonces como se

debían usar las remeras y los jeans. Los fabricantes respondieron a la nueva demanda

diversificando los productos para grandes y chicos. En peligro de perder el mercado de

los adultos, aparecieron nuevos diseños en diferentes colores. Por ejemplo Wrangler

fabricó en 1956 las primeras camperas y Lee en 1959 las prendas en denim blanco,

además de los jeans pintados y con parches, destinados a los más pequeños. De esta

manera Lee apostó en 1957 a las rodilleras, como una solución para las madres que se

quejaban de las roturas en las zonas de las rodillas de los pantalones de sus hijos.

Cuando el jean dejó de ser funcional para convertirse

en indumentaria de moda, familias enteras lo usaron.

La imagen de Marilyn Monroe gateando y mirando

hacia atrás al fotógrafo que la retrataba vestida sólo

con unos jeans, modificó el significado de prenda

viril por el de ultra femenino y sexy. Las formas del

pantalón femenino podían muy bien adaptarse a las

curvas de Marilyn y transmitir erotismo. Aunque

recién con el empuje de los movimientos feministas,

la mujer puede apropiarse de un símbolo que todavía

seguía siendo eminentemente masculino, como por ejemplo la bragueta en la parte

delantera del pantalón, ya que hasta ese momento los jeans femeninos se abrochaban al

costado. A partir de ese momento la vestimenta tiene una prenda que sin sexo podrá ser

compartida. Además y desde el beneficio económico, era necesario homogenizar las

formas masculinas y femeninas como una estrategia para multiplicar las series

industriales. A mayor igualdad en los diseños, mayor ganancia.

Los jeans se transformaron en un símbolo tan americano como la Coca-Cola y la

hamburguesa y se transforma en un importante vehículo de la internacionalización de su

cultura, cuando nuevos fabricantes entraron al mercado.

Europa tampoco quedaría al margen de esta fiebre por los jeans, pues la compañía

Levi´s había conseguido la exclusiva de vestir al ejercito americano, como en la Primera

Guerra Mundial lo había hecho su rival, Lee, por lo que tras su desembarco en

Normandía, los pantalones vaqueros se hicieron tan populares como el jazz, el chicle, la

coca-cola o cualquier manufactura “made in USA”. Sólo había una pequeña diferencia,

en Estados Unidos esta ropa era barata, mientras que en Europa los vaqueros sólo

podían ser usados por tres o cuatro snobs que frecuentaban los clubes americanos que

proliferaban alrededor de las bases militares de ocupación.

La llegada del Rock & Roll y la expansión colonial de los Estados Unidos provocó que

en los años cincuenta, la juventud mundial, o sea la occidental, definitivamente haya

hecho suyo el pantalón de jean, convirtiéndose en un símbolo clásico de la rebeldía,

porque a diferencia de otras prendas juveniles de vida muy efímera y coyuntural, esta

permanecería en cada una de las posteriores tendencias y modas entre las tribus

juveniles que asombrarían al mundo: rockers, beatniks, folkies, mods, hippies y punks.

Los años sesenta marcan un punto de inflexión en la historia de los vaqueros. Hasta el

momento su forma había permanecido casi inmutable si exceptuamos unos pequeños

cambios, como la desaparición en los años cuarenta de los botones para abrochar los

tirantes, la presilla trasera para ajustar la cintura y los remaches de los bolsillos traseros.

Ya existía un mercado gigantezco a escala mundial, y las grandes marcas con Levi´s a la

cabeza, tenían que ofrecer una mayor variedad de productos. Durante los sesenta, Levi´s

vivó una auténtica época de esplendor, debido a la fuerte competencia principalmente

con Wrangler y Lee, que posibilitó la aparición de grandes gamas de jeans de todos los

tipos, desde los “White Levi´s” a los “Staprest”. La tradicional hechura del pantalón

vaquero de 5 bolsillos y seis remaches ya se consideraba como algo clásico por lo que

comenzaron las variaciones a saber, patrones nuevos como la pata de elefante, cinturas

bajas y diferentes tipos de cierres y adornos.

LEE

En 1849 nacía Henry David Lee en el pueblo de

Vermont (EEUU), este hombre, de una gran

capacidad comercial y muy trabajador, luego de

armarse de una pequeña fortuna se trasladó a Kansas

donde adquirió varias compañías de aceite y un

almacén mayorista. Siempre alerta para detectar

nuevas oportunidades, no desoyó las quejas de su

chofer por la forma en que se le ensuciaba la ropa

cada vez que debía arreglar el auto, y decidió crear

su propia empresa de ropa de trabajo. Copiando a

Levi Strauss comenzó a utilizar tela denim para tal

fin, pero tuvo una idea revolucionaria al

confeccionar una serie de enterizo cosiendo una pechera a un pantalón. En 1911

comenzó a fabricar jardineros llamados “Lee Bib Overall”, que durante treinta años

fueron utilizados por los empleados del ferrocarril y de las fábricas. Hacia el año 1913

esta pieza única varió un poco y se transformó en una chaqueta cosida a un pantalón,

fue denominada overoll (más conocida por nosotros como mameluco) y dio comienzos

a las denominadas prendas Lee-Unión All. Las fuerzas armadas quedaron tan

impresionadas con el invento de la marca que lo contrataron para confeccionar los

uniformes para la Primera Guerra Mundial. En 1917 Lee tuvo además la brillante idea

de hacer publicidad de su marca en los diarios,

acuñando la famosa frase: “el jean que construyó

América”.

El origen de lo que luego sería el famoso Lee

Riders (utilizados esencialmente por hombres de

campo) fueron unos pantalones confeccionados en

un pesado y resistente denim de 30 onzas, cuando

los Levis´s eran de 10 onzas. En 1926 Lee había

creado una serie de modelos diferentes, incluyendo

jeans con cierres.

En 1928 muere como consecuencia de un ataque al corazón. Además de estar siempre

alerta y ser astuto para los negocios, sabía ser agradecido ya que su chofer heredó una

pequeña parte de su herencia a su muerte.

Salvo en ocasiones muy puntuales y significativas, esta marca siempre estuvo y sigue a

la sombra de Levi´s, sin embargo durante los año treinta, Lee fue la mayor empresa de

ropa de trabajo de su país. Con la crisis de los noventa en lo que vaqueros se refiere, Lee

a sabido sobrevivir gracias a que uniformó, a principios de siglo, a los mecánicos de

Estados Unidos y, actualmente, viste a los jóvenes urbanos que gustan del hip-hop y de

los pantalones muy caídos y holgados, con su línea Lee Pipes y Dungarees.

WRANGLER

Es la marca más tardía en completar el prestigioso

círculo de las Big Three (las tres grandes), es decir,

las tres empresas originales y básicas en el universo

de los jeans. En 1904, fue fundada una empresa de

ropa de trabajo en Carolina del Norte, la Hudson

Overall Company, ya que la compañía primigenia se

funde y dos de sus empleados deciden hacerse cargo

de lo que queda de la misma. En 1919 fue llamada la

Blue Bell Overall Company, el nombre surge de la

mano de un obsequio que el gremio de los

trabajadores ferroviarios le realiza a la empresa, una

enorme campana que obviamente va a ser forrada

con denim azul. En 1936 cambia su nombre por el

de Blue Bell Globe Manufacturing Company y siete

años mas tarde adquiere a la Casey Jones Company

y pasa a llamarse Blue Bell Incorporated; esta última

era la que poseía los derechos del nombre Wrangler,

siendo este el apodo más común usado por los

trabajadores del campo en Estados Unidos hasta el

día de hoy.

Durante la Segunda Guerra Mundial la

empresa se expandió al fabricar pantalones y

camperas militares además de toda la ropa

que necesitaban los soldados. Pero, terminada

la guerra, tuvo que dar un giro y comenzó a

confeccionar sus prendas solamente para

cowboys y asistentes a las competencias de

rodeo. Esta nueva línea fue denominada

Wrangler y el prototipo con cierre relámpago

Wrangler 13 MWZ para hombres del Oeste se

transformó en el pantalón más vendido en todo Texas. Nace así en 1947 la Wrangler

Western Wear, gracias a que un año antes tuvieron la brillante idea de contratar a la

estrella de rodeo del momento Rodeo Ben, para encargarle, en base a sus conocimientos

profundos de la ropa vaquera, la creación de un jean específico para cowboys. Junto a

Hopalong Cassidy y Roy Rogers, logro diseñar exactamente lo que los campesinos y

concursantes de rodeo necesitan, el modelo 13MWZ, el primer jean de 5 bolsillos

straight leg (de piernas rectas) con cierre relámpago, bolsillos delanteros profundos y

traseros grandes. Esto pantalones tenían una W bordada con hilos dorados en los

bolsillos traseros que significaba Western Wear (ropa de vaqueros).

Wrangler fue la primera marca en fabricar ropa vaquera pensada para la mujer, con su

línea “Jeanies”, en 1949. Fabricar los primeros vaqueros negros, diseñados para el

cowboy cantante de prominente sombrero negro Hopalong Cassidy, que luego se

comercializaron como “Hoppys”, y usar el nuevo y revolucionario proceso llamado

“sanforizad” (sanforizado), un tratamiento de la tela que conseguía no encoger

demasiado tras los sucesivos lavados (se aseguraba que, tras aplicarles este proceso,

sólo encogían un 1%); este logro teórico no lo consiguió Levi´s hasta 1959 con su

primer 501 “pre shrunk”. Desde el momento de su lanzamiento Wrangler se orientó al

mundo del lazo, en las preciosas etiquetas de cartón que acompañan a todos sus

pantalones, aparecían glorias clásicas del rodeo cantando las excelencias de la prenda.

La Asociación Mundial de Rodeo escogió a Wrangler como su prenda oficial y para los

aficionados han quedado hasta el día de hoy modelos como el “Blue Bell”. Aunque

Wrangler por supuesto tiene varias colecciones de ropa casual de todo tipo, el vaquero

clásico de la marca sigue estando asociado a la gente tejana en general, que son sus casi

únicos usuarios en Estados Unidos. Esta marca logró monopolizar el mercado en

Inglaterra debido a que allí existe una fábrica de la compañía que vistió a casi toda la

juventud vaquera inglesa. Si se observan las fotos de los grupos musicales ingleses que

florecieron durante los años setenta se puede comprobar que nueve de cada diez

músicos llevaban los pantalones de la “Blue Bell”.

Hoy los jeans Wrangler siguen siendo los pantalones oficiales de rodeo de cowboys

profesionales, siendo este el único deporte en el cual el público puede usar el mismo

vestuario que los participantes.

La Crisis del Jean y su resurgir

A principios de los 80, la aparición del jogging como una nueva forma de vestir, en

principio para correr y luego para el tiempo libre, resultó un gran desafío para la

vigencia del jean. La comodidad y la morbidez del jersey de algodón, sedujo a los

primeros 5 años de la década a grupos importantes de consumidores, pero la respuesta

de las marcas especializadas en jeans, fue inmediata. Desde el diseño, entre 1984 y 1989

se buscaron propuestas alternativas que incentivaron los consumos como los nevados,

que eran estampados que simulaban manchas de lavandina y los prelavados. Comenzó

además un despliegue nunca visto de publicidades que proporcionaban jeans,

asignándole un significado de alto erotismo y seducción juvenil.

A partir de ese momento se le asignan al jean (que había comenzado su trayectoria

como prenda de trabajo para pasar luego a ser un clásico de la moda) el rol de prenda

sexual por excelencia. Se había convertido en una prenda capaz de otorgar atracción

juvenil por el sólo hecho de usarla. El diseñador Calvin Klein fue el primero en

reconocer la tendencia sensual para publicitar sus jeans cuando utilizó a Brooke Shields

diciendo “entre mi Calvin y yo no hay nada”. Era un modelo de cintura exageradamente

alta, con dos bolsillos pegados al frente, arabescos en los bolsillos traseros, caro y de

diseño, que provocó que las clases más pudientes pudieran vestirse de manera chic con

aquellas groseras prendas que habían llevado desde siempre sus subalternos, pero ahora

hechas de forma exclusiva y fuera de su alcance. Pero muy pronto las clases populares

concretamente los hooligans ingleses también empezaron a vestir estas creaciones,

aunque en pret-a-porter, pero diseñados por Armani o Valentino y propagando así por

toda Europa la fiebre del vaquero latino. Parecía difícil que una prenda, citemos el caso,

del “501”, de diseño inmejorable, se pudiera modificar de tal manera, pero así sucedió.

Los creadores de la alta y baja costura italiana tuvieron la genial idea de adaptar su

tradicional pantalón globo y con caída a la tela vaquera y con nuevos nombres y

apellidos: Liberto´s, Pepe´s, Furio´s. También los grandes diseñadores de la vanguardia

de la moda de lujo se sustrajeron a la tentación de transformar el vaquero: Versace,

Gaultier y hasta Viviane Westwood dieron su artística visión de la prenda tradicional y

que, generalmente consistía en coserle dorados y pedrerías (rhineston) o en

deshilacharlos con gusto. El jean ya no se podía vender como se había hecho siempre,

había que adaptarlo, el vaquero se lavaba al láser o sino no se vendía y también se

buscaban nuevos tejidos high tech para darle un nuevo aspecto. En los años 90 el

vaquero clásico parecía estar muerto para el mercado de la moda, ya que este nuevo

estilo de jeans era usado por las tres cuartas partes del planeta. La firma Levi´s tras un

estudio de mercado, llegó a la conclusión de que el público ya no quería vaqueros,

quería “chinos” o “dockers” y a mitad de la década lanzó estos nuevos pantalones. Sin

embargo, el resultado fue un fracaso estrepitoso, que obligó a la multinacional a cerrar

fábricas y a prescindir de los servicios de muchos empleados. En medio de esta crisis, la

salvación vino de parte de la filial japonesa que tuvo la feliz ocurrencia de fabricar unos

“501 vintage” (de época), o sea una recreación de los patrones y los tejidos de los

modelos clásicos. La solución nipona tuvo como resultado la llamada línea “Levi´s

Vintage”, con modelos legendarios como las cazadoras de los cincuenta o los

pantalones “501XX” o los “starprest” a precios ultra caros. Debido al éxito de esta

vuelta a las raíces, las demás marcas con historia, hicieron lo propio. Tras años de

excentricidades tales como confeccionar jeans en neoprene o en lycra plateada, echaron

la vista atrás y la moda revival de los noventa llegó al denim. Hasta la mismísima Lois

ha resucitado sus viejos modelos de los años sesenta, haciendo un increíble catálogo de

modelos en los que cabe destacar los “Yoko-B”.

Actualidad del Jean

En 1999 Levi´s creó diseños ergonométricos (que acompañan el cuerpo) con la línea

Engineer con nuevas telas especiales más livianas. Esta fue el inicio de una corriente

por la cual todas las marcas en el mundo comenzaron a usar modelaje acompañando al

cuerpo con cortes no convencionales.

Entre las marcas que explotaron muy bien los diseño ergonométricos se encuentra la

marca alemana G-Star que sigue su camino con telas pesadas logrando texturas más

agresivas por utilizar sargas más gruesas. Estas prendas son diferentes a las de Levi´s,

para un segmento diferente.

El jean es la prenda que ha uniformado a la humanidad del siglo XX y que con casi

siglo y medio de antigüedad y habiendo sobrevivido a todos los vaivenes de la moda,

sigue siendo indispensable. Desde los primeros overolls de los mineros de la fiebre del

oro a los pantalones de la más rabiosa actualidad “cyber”, el jean como ninguna otra

clase de ropa tiene tal trascendencia debido a su historia, estética, permanencia y poder

de adaptación, todas ellas únicas en la historia de la moda.

Conclusión

A partir de la realización de esta investigación, cuyo propósito era brindarnos

información en detalle acerca de esta prenda que en la actualidad es utilizada a diario

por todos y empleada como un elemento básico en nuestros atuendos, pudimos

evidenciar como en un principio tenía un claro propósito, el ser utilizado como una

prenda destinada a los trabajadores mineros para ofrecerles mayor comodidad y

practicidad y como hoy a partir de un sinfín de modificaciones realizadas con una

finalidad, enteramente comercial, ha obtenido un lugar preferencial en los vestidores de

cada persona en el mundo, que elige al jean como una prenda que ofrece versatilidad al

momento de seleccionarla por encima de otras opciones y que puede ser fácilmente

complementada. De esta manera, podemos concluir que el jean pertenece a esa gran

lista de inventos que han hecho historia, pero que no se limita a la idea de ser sólo un

recuerdo, sino de continuar permanecer vigente por muchos años más.

Bibliografía

Eco, Humberto (1976) Psicología del vestiré. Editorial Lumen. Barcelona

García Canclini, Néstor (1991, abril) “El Consumo sirve para Pensar”. Revista

Diálogos.

Saulquin, Susana (2004) Jeans: La Vigencia de un Mito, Argentina, Editorial Nobuko.

Buenos Aires

Sualquin, Susana.(1990) La Moda en la Argentina. Emecè. Buenos Aires

(1991 mayo/junio)“El Jean: Evolución de una prenda de uso cotidiano”. Revista Base

Textil Nº 94

Historia del Denim Buenos Aires.

Diponible en: http://www.buenastareas.com/ensayos/Historia-Del-Denim/1065296.html