inaugurada facultad octubre 2013. n º 2 -...
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Inaugurada Facultad
Eclesiástica de Teología.
Inaugurada Facultad Eclesiástica de Teología
Cuatro Facultades se unen
En Cátedra de la DSI.
Inaugurada Facultad
Eclesiástica de Teología
Artículo: Algunas consideraciones desde el Magisterio Eclesial sobre la EREC y necesidad de un diagnóstico.
www.cienciasreligiosas.ucv.cl
Dr. Faúndez expone para
Comités de Bioética en
Chile.
Octubre 2013. N º 2
Editorial
stimado (a) Ex alumno (a) ICR: Con mucha alegría les hacemos entrega de esta segunda edición de este Boletín Informativo. Queremos con él, hacer esfuerzos por estrechar vínculos con
ustedes y sobre todo ofrecerles un medio de información acerca de la vida y tarea que actualmente desarrolla nuestro Instituto. Te recordamos que puedes comunicarte con nosotros en la casilla electrónica [email protected]. En este número te ofrecemos noticias relacionadas a la inauguración de la Facultad Eclesiástica de Teología que acoge hoy en su seno al Instituto de Ciencias Religiosas; a la Cátedra de Doctrina Social de la Iglesia que mantiene nuestro Instituto; a diversas actividades realizadas por profesores de nuestra Unidad Académica y una noticia que puede serte de especial interés: el próximo año el Instituto de Ciencias Religiosas ofrecerá un programa académico de formación permanente especialmente pensado para nuestros ex alumnos (as) que versará justamente sobre la Educación Religiosa Escolar. Puedes revisarlo en nuestra web.
Nuestra sugerencia de lectura para este número es el artículo titulado “Algunas consideraciones desde el Magisterio Eclesial sobre la EREC y necesidad de un diagnóstico”. ¡Seguimos atentos a tus comentarios y sugerencias!
Prefecto de la Congregación para la Educación
Católica de la Santa Sede inaugura Facultad
Eclesiástica de Teología
l Cardenal Zenón
Grocholewski, Prefecto de la
Congregación para la
Educación Católica de la Santa
Sede, visitó la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso
para inaugurar la nueva Facultad
Eclesiástica de Teología.
Esta solemne ceremonia, realizada
en el salón Cardenal Samoré del
Obispado de Valparaíso, fue
encabezada por el mismo Cardenal
Zenón Grocholewski, junto al Nuncio Apostólico en Chile, Monseñor Ivo Scapolo; el Obispo de
Valparaíso y Gran Canciller de la Universidad, Monseñor Gonzalo Duarte; el Vice Gran Canciller,
E
E
Pbro. Dietrich Lorenz; y el rector Claudio Elórtegui, además de académicos y autoridades de la
Universidad.
En la oportunidad, el decano Kamel Harire señaló que entre los desafíos que tienen que afrontar la
ciencia teológica y la naciente Facultad, se encuentra la necesidad de pensar de manera armónica
la teología dogmática con la hermenéutica, la metafísica con la historia de la salvación y la
ortodoxia con la ortopraxis.
“Tan urgente como lo anterior, es la necesidad de elaborar una teología con acento más eclesial y
en diálogo con la cultura y las filosofías actuales, una teología abierta que sin perder su identidad
sepa articular una fe en búsqueda de una inteligencia metafísica, una teología en búsqueda de una
inteligencia existencial, una teología en búsqueda de una inteligencia social y, también, de una
inteligencia escatológica universal. Debemos saber recuperar al Dios de la revelación, sin que la
pluralidad rompa la unidad, inculturando el mensaje y con un método interdisciplinar. Es
imperativo, también, realizar una teología en diálogo con otras religiones y ofertas salvíficas
actuales”, manifestó.
Por su parte, el rector Claudio Elórtegui señaló que “tenemos buenas razones para estar contentos
y, por sobre todo, expectantes y agradecidos por la bienaventuranza que ha asignado el camino a
nuestra Universidad. Alcanzamos nuestros 85 años con la feliz coincidencia de estar iniciando la
puesta en marcha de una nueva Facultad Eclesiástica de Teología”.
Junto con agradecer a todos quienes tuvieron una labor fundamental en su creación, indicó que
“ahora descansa en nuestras manos honrar de la mejor manera la responsabilidad que adquirió la
Iglesia de Valparaíso al recibir este reconocimiento de parte de la Santa Sede. Es nuestro deseo
que la nueva Facultad Eclesiástica de Teología releve todo el acervo que nuestra Universidad
posee a partir de la trayectoria del anterior Instituto de Ciencias Religiosas”. Asimismo, agregó que
“ella será un foco que iluminará el quehacer académico de nuestra casa, propiciará nuevas
comprensiones a las perennes verdades de la fe y el magisterio. Y así, deseamos, será una fuente
que irrigue el agua fresca de la vaporosa verdad a los problemas de nuestra sociedad”.
Ahora bien, durante su presentación, el Cardenal Zenón Grocholewski hizo alusión, entre otros
aspectos, a las facultades teológicas, refiriéndose a ellas en su naturaleza y en el dinamismo de sus
actividades, tanto en el ambiente intraeclesial como en su relación con la misma Universidad.
“Para que esta actividad sea fructífera, es necesario que también sea sólida desde el punto de
vista científico. Estoy convencido que la Facultad de Teología de esta Universidad encontrará la
valentía y la fuerza para construir un futuro luminoso, en el sentido que contentarse con la
mediocridad no es conciliable con el amor de Cristo y de la Iglesia. Al mismo tiempo, contrasta con
la misma naturaleza del centro científico”.
De igual forma, se refirió a la Constitución Apostólica Sapiencia Cristiana, respecto a lo cual señaló
que “las nuevas ciencias y los nuevos inventos plantean nuevos problemas que piden solución a
las disciplinas sagradas. Consiguientemente, es necesario que las personas dedicadas a las ciencias
sagradas fomenten el intercambio con los que cultivan otras disciplinas”.
En este sentido, agregó que las carreras que la conforman, “tienen que responder a los problemas
suscitados por el progreso de las ciencias y buscar a la luz de la revelación las soluciones de los
problemas humanos. Además, estos contactos asiduos con la realidad estimulan también a los
teólogos para que la verdad revelada sea considerada también en conexión con los adelantos
científicos del momento”.
De esta forma, indicó ésta no es sólo uno de los elementos del amplio abanico de facultades que
constituyen la Universidad, sino que también puede ser un motivo de enriquecimiento para las
demás facultades y un elemento que estimula reflexiones más profundas y un diálogo más
creativo.
El Cardenal Zenón Grocholewski también presidió una misa solemne en la Catedral de Valparaíso,
se reunió con académicos de la Facultad Eclesiástica de Teología y participó de un almuerzo con el
Consejo Superior, entre otras actividades.
Cuatro facultades se unen en Cátedra de la Doctrina
Social de la Iglesia
esde el 2011 la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso otorga un espacio para el
estudio y reflexión en torno a la Doctrina Social de la Iglesia. Bajo la organización de la
recientemente creada Facultad Eclesiástica de Teología, este año la actividad estuvo
centrada en “De la Populorum a la Caritas in Verítate. Del Desarrollo a la Globalización”,
oportunidad en que se abordó esta temática desde diversas perspectivas.
El evento fue encabezado por el Gran Canciller de la Universidad y Obispo de Valparaíso,
Monseñor Gonzalo Duarte; el Vice Gran Canciller, presbítero Dietrich Lorenz; y el rector Claudio
Elórtegui. Cabe destacar que la cátedra es única en el país, pues considera un trabajo conjunto
entre las facultades de Derecho, Ciencias Económicas y Administrativas, Filosofía y Educación, y
Eclesiástica de Teología.
La actividad contó con cuatro presentaciones de académicos de la PUCV. Así, Ana María Vallina, de
Ingeniería Comercial, abordó “La economía desde una perspectiva humana”; Jorge Negrete, del
Instituto de Geografía, expuso “Desarrollo y globalización. Una reflexión desde la geografía”;
María José Vergara, de la Escuela de Construcción, se refirió a “Globalización, territorios y
desarrollo humano”; y Eduardo Cavieres, del Instituto de Historia, presentó “Liberalismo y
Doctrina Social de la Iglesia. Fundamentos y desarrollos históricos”.
“Me parece que la Institución es un lugar espléndido para practicar la globalización desde el punto
de vista teórico y del conocimiento. Una universidad compleja como la nuestra, nos da los
D
elementos para poder hacer este trabajo intelectual muy importante para el mundo actual”,
señaló en la oportunidad Monseñor Gonzalo Duarte.
Por su parte, el rector Claudio Elórtegui indicó que “la cátedra de la Doctrina Social de la Iglesia es
un excelente instrumento para poder reflexionar y discutir acerca de las Encíclicas Papales y el
resto del Magisterio de la Iglesia, desde las distintas disciplinas que están presentes en la
Universidad y tienen que ver con la identidad más propia de ella en su catolicismo”.
Por su parte Kamel Harire, decano de la Facultad Eclesiástica de Teología, expresó su satisfacción
con esta actividad, ya que “se está cumpliendo el objetivo desde que creamos esta cátedra, que es
ser un espacio multidisciplinario”.
Dr. Juan Pablo Faúndez de la Facultad Eclesiástica de
Teología expuso en Santiago para comités de bioética
en Chile
n el contexto de las recientes Jornadas Nacionales de la Sociedad Chilena de Bioética
realizadas en la Universidad Diego Portales, el profesor de la Facultad Eclesiástica de
Teología de la PUCV, Dr. Juan Pablo Faúndez, expuso acerca de las opciones para
presentar una metodología de resolución de conflictos éticos en el contexto de la nueva
Ley 20.584 del año 2012 sobre Derechos y Deberes de las personas en la atención de salud.
El profesor de Ética lleva adelante un Proyecto de Iniciación en
nuestra Universidad, en el que está investigando, desde
nuestra realidad regional la forma cómo definir razonamientos
metodológicos efectivos que sean aplicables en los Comités de
Bioética en Chile, en el marco de la nueva ley. “Se trata de un
estudio que, a partir de la realidad probada en los Comités de
Ética Asistencial de España, en uno de los cuales participé por
tres años, permita configurar formas de resolución para
problemáticas bioéticas al interior de nuestros centros de
salud, aplicadas a nuestra propia idiosincrasia y a la luz del
marco legal que ofrece esta disposición”, señaló el Dr.
Faúndez.
E
Mientras realizaba su tesis doctoral en bioética en la Universidad de Salamanca, el profesor de la
Facultad de Teología tuvo la posibilidad de participar en el Comité de Bioética del Hospital Clínico
Universitario, donde se enfrentaba a diversas problemáticas que eran propuestas por los
pacientes o sus familias y a las que debían suministrar como Comité ciertas directrices de
actuación no vinculantes que ayudarán a los implicados a tomar decisiones en momentos
especialmente difíciles de la existencia.
Según comenta el profesor, “la nueva ley chilena se construye en torno a la explicitación del
principio de autonomía, uno de los cuatro en base a los cuales se articula la bioética desde su
matriz anglosajona. Dado que nuestra forma de ser en el país no tiene suficientemente asumida
esta concepción especialmente en las prácticas médicas, la tarea de consulta y consejo que
pueden dar los Comités concita una especial relevancia, funcionando como instancias de
catalización frente a la toma de decisiones que deben enfrentar los usuarios del sistema de
salud”.
Los resultados finales de esta investigación serán planteados en un artículo en el que se explicitará
un catastro de la situación constitutiva en la que se encuentran los Comités de Ética Asistencial en
nuestra Región de Valparaíso, justificando la necesidad de tomar directrices metodológicas como
las que sugiere el académico de la PUCV.
Boletín de Red Iberoamericana de Estudio de las
Sectas difunde curso que imparte el Instituto de
Ciencias Religiosas.
a Red Iberoamericana de Estudio de las
Sectas (RIES) dio a conocer en su último
boletín correspondiente al mes de agosto, la
información correspondiente al curso “Sectas,
religión y sociedad” que imparte desde 1996 el
académico y Dr. Juan Daniel Escobar de la
Facultad de Teología de la PUCV.
La información se titula “La Universidad
Católica de Valparaíso (Chile) dedica una
asignatura a las sectas”. La Red Iberoamericana
L
está presente en todos los países de Sudamérica e incluye también a España y Portugal. “Ellos son
los mayores especialistas a nivel iberoamericano. Así que esta es una enorme vitrina para la PUCV
considerando que sus informaciones llegan a expertos de diversos países. A través de esta red, es
posible compartir conocimientos y actualizar las últimas informaciones sobre la temática de las
sectas”, complementó Escobar, quien también integra la RIES.
En el boletín se informa que la asignatura “pretende que los alumnos se enfrenten críticamente al
problema de las sectas y nuevos movimientos religiosos, conociendo el origen y la doctrina de
algunos grupos más representativos en Chile y América Latina. También se pretende entregar
sugerencias que puedan ayudar a enfrentar y responder a sectas y grupos considerados peligrosos
y destructivos. Como asimismo se presentará el pensamiento del Magisterio de la Iglesia sobre
esta problemática”.
Entre los objetivos buscados por la asignatura, se espera que los estudiantes conozcan,
comprendan y argumenten las diferencias entre religiones, sectas y nuevos movimientos
religiosos, las causas de su avance, algunas respuestas al fenómeno, el origen y doctrina de
algunas sectas, la actual atracción a la magia y al ocultismo y la respuesta de la Iglesia católica a
este problema.
Instituto de Ciencias Religiosa participa activamente
en grupo de Investigación de la Red de Centros de
Formación de Profesores de
Religión.
El Viernes 27 de Septiembre el Instituto de Ciencias
Religiosas actuó como sede para una nueva versión de
reuniones de los Centros que forman profesores (as) de
Religión en nuestro país. Las entidades representadas
fueron la Universidad Católica de Temuco, la
Universidad Católica Santísima Concepción, la
Universidad Finis Terrae, el Hogar Catequístico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, la
Universidad Católica Silva Henríquez, la Universidad Alberto Hurtado, la Universidad Católica del
Norte y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Además participaron un representante del
EDEC de la Congregación Salesiana y el Padre Galvarino Jofré sdb. de parte de la CECH. Los
objetivos de esta reunión fueron seguir profundizando en la tarea de diagnosticar el impacto y
necesidad de renovación de los planes de estudio de la asignatura de Religión Católica en el
sistema escolar chileno y definir una línea común de investigación para las entidades que forman a
los futuros docentes de Religión de nuestro país.
Algunas consideraciones desde el Magisterio Eclesial sobre la EREC y necesidad de un diagnóstico.
Rudyard Loyola UCN- Francisco Vargas PUCV.
El presente apartado se compone de cuatro divisiones, una de ellas se refiere a algunos
aspectos del magisterio sobre la Educación Religiosa Escolar (EREC), la otra presenta parte del
diagnóstico hecho por los obispos en la carta a los profesores de Religión del año 1995,
principalmente sobre la situación de la clase de religión en el colegio, la tercera parte señala las
actuales líneas pastorales fuerza que el papa señala para la Iglesia Latinoamericana en el Discurso
al comité de Coordinación del CELAM, retomando los lineamientos dados por Aparecida. Para
concluir, tomando en cuenta estas directrices nos preguntaremos por la necesidad de una
renovación de la EREC y por el diagnóstico de la situación actual, como uno de sus pasos iniciales.
Algunas breves consideraciones señaladas por el magisterio
La relevancia del tema de la educación está fuera de discusión en el contexto social y
religioso, al menos en el católico, como se expresa en el Concilio vaticano II y en los documentos
del magisterio Latinoamericano de Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida. El Concilio en la
Declaración sobre la educación cristiana de la juventud1 expresa explícitamente una valoración
fundamental de la educación para el hombre, su necesidad e importancia para la vida social actual
y la ineludible tarea de la Iglesia por una educación integral. En este sentido, cabe destacar
también el reconocimiento eclesial de la educación como un derecho universal2.
El Magisterio Eclesial hace referencias puntuales al tema específico de la EREC. Es posible
identificar algunos rasgos distintivos de ella a partir de la lectura de algunos documentos
magisteriales.
1 Cf. Proemio y nº 1ss
2 Cf. Vat. II, Declaración sobre la educación cristiana de la juventud, n° 1.
La EREC busca despertar el proceso evangelizador, para que el “encuentro con Jesucristo”3
y su seguimiento sean valorados como opción de vida. Ella debe estar inserta en una cultura
escolar con las mismas exigencias de los demás saberes, abriéndose al diálogo interdisciplinar4 y
comprometiéndose en la formación íntegra del y la estudiante a nivel personal y comunitario5, en
colaboración con el resto de la sociedad y en especial de la familia6 .
La Congregación para la Educación Católica señala claramente una distinción, sin perjuicio
de su complementariedad, entre la EREC y la catequesis7, ella tiene sus características propias. La
catequesis “trata de promover la maduración espiritual, litúrgica, sacramental y apostólica que se
realiza en la comunidad eclesial local”8, en cambio la EREC “tomando en consideración los mismos
elementos del mensaje cristiano, trata de hacer conocer lo que de hecho constituye la identidad
del cristianismo y lo que los cristianos coherentemente se esfuerzan por realizar en su vida (…) Tal
enseñanza procura igualmente subrayar el aspecto de racionalidad que distingue y motiva la
elección cristiana del creyente, y antes aún la experiencia religiosa del hombre en cuanto tal”9.
Esto implica hacer una distinción entre los colegios confesionales católicos y los colegios no
confesionales. En estos últimos normalmente la catequesis no es parte de su proyecto educativo,
por lo que se debe procurar aquellos elementos de la EREC que le son distintivos, desde el
contexto específico de cada establecimiento educacional. Incluso más aún, tanto en colegios
confesionales y no confesionales las situaciones son diversas, al respecto señalan los obispos
chilenos que la acción del profesor requiere de gran plasticidad, pues las actitudes “ante la
propuesta religiosa escolar, son diversas”. En cada colegio e incluso en cada curso, se pueden
encontrar distintas opciones religiosas y diferentes niveles de participación y vivencia. Le
corresponde al profesor de Religión saber discernir la realidad y adecuarse a ella según las
circunstancias. Así, en ciertas ocasiones, el ambiente en que se mueve el profesor de Religión será
propicio solo para un llamado kerigmático y una primera invitación a la conversión. En un contexto
más favorable, podrá invitar a usar la Biblia y a hacer breves celebraciones litúrgicas. En otros
casos, si el nivel religioso de sus destinatarios es más profundo y el ambiente escolar es propicio,
el profesor podrá proponer la creación de una conciencia comunitaria eclesial, pudiendo llegar a
situaciones de compromiso apostólico"10.
Se han destacado en el magisterio oportunidades y desafíos a la EREC, por ejemplo, que el estudiante lleva consigo una cultura marcada por los medios de comunicación social: “No hay que extrañarse de que los alumnos lleven a la clase lo que oyen o ven en los modelos de pensamiento y de vida de la gente. Son portadores de las impresiones recibidas de la ‘civilización de las comunicaciones’. Algunos, quizá, demuestran indiferencia e insensibilidad. Los programas
3 Cf. Doc. Aparecida, n° 11
4 Congregación para el Clero, Directorio general para la catequesis, 1997, nº 73-74 (en adelante DGC), Sagrada
Congregación para la Educación Católica, Dimensión Religiosa de la Educación en la Escuela Católica. Orientaciones para la reflexión y revisión, 1988 (en adelante DREC) n° 66-67, 70 5 Vat II, Declaración Gravissimum Educationis, sobre la educación cristiana, 1995 (en adelante GE), n°1 y 5
6 GE,n° 3
7 DREC n° 68, véase también Carta a los profesores de religión, 1995, n°23)
8 DREC n° 69
9 Ibídem
10 Comisión Nacional de Catequesis, “Orientaciones para la Catequesis en Chile”, CECH, 2003, n° 175
escolares no tocan estos aspectos, pero el profesor los tiene muy presentes. Así pues, como experto, acoge a los alumnos con simpatía y caridad. Los acepta como son. Explica que la duda y la indiferencia son fenómenos comunes y comprensibles. Luego les invita amistosamente a buscar y descubrir juntos el mensaje evangélico, fuente de gozo y serenidad”11. Lo anterior exige del profesor de Religión una actitud de diálogo y apertura, ante los y las estudiantes, ante las otras disciplinas del curriculum, con sus colegas y con la realidad desde una perspectiva académica y de inserción, así como un conocimiento de sus problemáticas y de su cultura12. El diálogo ecuménico y con opciones de vida no cristianas hoy se hace necesario, pues los estudiantes que están en la clase de religión son diversos13. Diagnóstico hecho por los obispos chilenos en 1995
En la Carta a los profesores de Religión se señala que la EREC significa para la Iglesia un
gran potencial evangelizador14. El documento ubica la EREC inserta en una cultura que busca
afirmar su autonomía y en la que existe un sano pluralismo ideológico que exige de ella una
actitud de diálogo y respeto15.
El documento presenta a Chile inmerso en una economía de mercado que valora la competitividad, el consumismo, el éxito y el hedonismo. Este desarrollo ha contribuido al bienestar de muchos chilenos y chilenas así como ha generado inequidad e injusticias con los más desposeídos16. Es importantísimo en este sentido que la EREC proponga una cultura de la solidaridad que privilegie el ser por sobre el tener. En cuanto a la clase de religión se presentan difíciles desafíos. En primer lugar la poca valoración que dan los alumnos y colegios a la asignatura en virtud de su calificación conceptual que no influye en el promedio general del y la estudiante. La escasa colaboración de la familia y la crisis de algunas de ellas que a veces son causales de conflictos de convivencia y otras problemáticas escolares. La falta de condiciones favorables que pueden darse en colegios no confesionales, tales como el abuso de la “optatividad” y la ubicación en horarios poco pedagógicos. No pocas veces el ejercicio de la clase se ve afectada por la presencia de alumnos en la sala de clases que no optaron por la asignatura de religión17. Existe además, por múltiples factores, una escasa preparación de un número importante de profesores de Religión. Algunas consideraciones desde Aparecida en base al Discurso del Papa Francisco al Comité de
coordinación del CELAM, líneas pastorales actuales para América Latina y el Caribe.
La EREC se encuentra inserta en la misión evangelizadora tal como señala Santo Domingo
con respecto a la Educación en general18. Por esta razón las líneas pastorales actuales de la Iglesia
latinoamericana deben orientar su labor. Al respecto el papa Francisco ha realizado recientemente
11
DREC n° 71 12
DREC n° 72, véase también Carta a los Profesores de religión, n° 32. 13
La escuela deberá ser una verdadera comunidad, dinámica y viviente, transformándose en centro cultural, social y espiritual además de estar abierta al diálogo ecuménico (Cf. Medellín IV, 19). 14
Carta a los Profesores de Religión, n° 4. 15
Carta a los profesores de Religión, n° 11. 16
O.c., n° 13. 17
O.c., n° 17. 18
Cf. n° 271.
(28 de Julio de 2013) una iluminadora reflexión sobre y desde la Quinta Conferencia General del
Episcopado Latinoamericano y El Caribe (2007), documento que puso “en común las
preocupaciones de los pastores ante el cambio de época”. Esta Conferencia del episcopado
latinoamericano ha prolongado su legado en la Misión Continental.
Desde el criterio hermenéutico de “misionariedad discipular” el papa señala que dos dimensiones
de ella son la renovación interna de la Iglesia y el diálogo con el mundo actual. El cambio de época
que señala Aparecida marca una necesidad de revisión de la pastoral, aunque no solamente de
ella, también “un cambio de estructuras” (de caducas a nuevas). Por otro lado, el papa pone como
fundamento del diálogo con el mundo actual las palabras del Vaticano II: “los gozos y las
esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los
pobres y de cuantos sufren, son a la vez los gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los
discípulos de Cristo”19. Esto nos lleva a preguntarnos por la misión, estructura y condición
dialogante de la EREC ante el cambio epocal arriba aludido. Criterios que consideramos
iluminadores para nuestros futuros propósitos de revisar los planes y programas de la EREC cuyo
primer paso será realizar un diagnóstico de la situación actual de la misma.
Son dos las dimensiones de la Misión, la programática y la paradigmática, con respecto a esta
última, señala el papa, que esta implica un cambio que significa una reforma de las estructuras
eclesiales. Esto no es sólo un problema de gestión organizacional, sino fruto de la dinámica de la
Misión. Se trata de una verdadera Conversión Pastoral, desde la realidad de la Encarnación, del
Dios con nosotros, y desde la atenta mirada a la irrupción del Reino en el mundo en el aquí y el
ahora, “en el ‘hoy’ se juega la vida eterna”. Este cambio de estructuras, esta conversión pastoral,
implica un cambio de actitudes20 , se trata de un programa dinámico siempre “en proceso”, lo que
nos impulsa a revisar nuestras actitudes de fondo en el ámbito de la pastoral y en particular de la
EREC.
La visión de la Iglesia de Aparecida y la señalada por Francisco es la que privilegia el Concilio
Vaticano II, Pueblo de Dios (LG 12). Este Pueblo no se restringe al magisterio o a un pequeño
grupo, sino que es la Iglesia en su totalidad. El discernimiento21 que exige esta reforma no
compete sólo a los Pastores, el papa se pregunta si ellos dan la libertad a los fieles para que
puedan realizarlo, usando la imagen del Pastor que va detrás de las ovejas para que ellas con su
olfato puedan encontrar el camino22.
La renovación de la Iglesia implica una actitud proactiva que difiere de una postura intimista que
no implique a la persona en comunidad y que evite la entrega hacia los demás.
19
GS n°1. 20
« La primera reforma debe ser la de las actitudes. Los ministros del Evangelio deben ser personas capaces de caldear el corazón de las personas, de caminar con ellas en la noche, de saber dialogar e incluso encender a su noche y su oscuridad sin perderse» (entrevista dada recientemente al padre Antonio Sparadaro, s.j. de la revista La Civiltà Cattolica en adelante sólo “entrevista”) 21
“el discernimiento nos empuja a hacer ya lo que inicialmente pensábamos hacer para más adelante” (entrevista). 22
“no hay que pensar que la comprensión del ‘sentir con la Iglesia’ tenga que ver únicamente con sentir con su parte jerárquica” (entrevista).
Con respecto al diálogo con el mundo actual el fundamento de ello es el principio anteriormente
señalado de GS n°123, es importantísimo destacar que en este sentido el papa señala que con
respecto al hombre de hoy, pero “especialmente de las nuevas generaciones”24 se debe dar
respuesta a sus preguntas existenciales en los nuevos escenarios (aerópagos) que hoy existen. Los
imaginarios colectivos son diversos, incluso en una misma ciudad. En la presentación oral, el papa
hace alusión, como un ejemplo, a las tribus urbanas. Son diversos los escenarios, el idioma y el
ritmo de cada realidad. En este sentido sigue siendo útil el criterio de “ver, juzgar y actuar”25, pero
no bajo la forma de asepsia, es decir de un ver neutro, sino bajo la mirada de discípulo26. Para esto
último no hay que caer en un reduccionismo socializante (análisis que va desde el liberalismo de
mercado hasta la categorización marxista de la realidad), en un funcionalismo o en el clericalismo:
desde estas posturas pueden darse tentaciones como una reducción de tipo intimista o desde una
reducción de tipo gnóstico donde se analice la realidad desde una desencarnada espiritualidad
superior que termina por quedarse en disputas de tipo ilustrado; tampoco bajo la forma de
reduccionismo restauracionista27 que busca renovar “conductas y formas separadas, que incluso
culturalmente, no tienen capacidad significativa” y que quieren cobijarse bajo una supuesta
“seguridad” doctrinal y disciplinaria28, usando terminología ignaciana el papa dice que el
restauracionismo, como proyección ante el pasado (así como todas proyección utópica hacia el
futuro), no es del buen espíritu. Otra tentación no menor es el clericalismo tanto de clérigos como
de laicos, esto implica una inmadurez y una falta de libertad cristiana, la libertad laical muestra sus
frutos cuando se desarrolla con mayor autonomía, el papa pone como ejemplos la piedad popular
latinoamericana, los grupos bíblicos, las comunidades eclesiales de base y los consejos pastorales.
Las pautas eclesiológicas que Aparecida propuso se centran en el camino que “Dios quiere para
este ‘hoy’”, chispa de eternidad, en el hoy “se juega la vida eterna”. En este sentido el discípulo
misionero debe ser un “des-centrado”29, siempre en tensión hacia el encuentro con el maestro y
23
Recordemos que la encíclica Ecclesiam Suam en su tercer punto, que se dedica expresamente al diálogo como actitud, se nos recuerda que como Iglesia es imprescindible tener una actitud dialogal en el mundo actual. Una actitud que se sustenta en una clara identidad cristiana que evangélicamente nos llama a no ser ni ingenuos ni pesimistas respecto del hombre y el mundo (ES, 20). La real diferencia que plantea el evangelio entre la Iglesia y mundo no es separación, indiferencia, temor o desprecio, recordándonos que cuando la Iglesia se distingue de la humanidad no se opone a ésta, sino que une a ella y le ofrece la salvación (ES, 21). 24
“la cultura para ser educativa debe insertarse en los problemas del tiempo en el que se desarrolla la vida del joven. De esta manera las distintas disciplinas han de presentar no sólo un saber por adquirir, sino también valores por asimilar, y verdades por descubrir” (Doc. Aparecida 329). 25
Doc. Puebla n° 19 26
Doc. Aparecida n°s 20 al 32. 28
“Un cristiano restauracionista, legalista, que lo quiere todo claro y seguro, no va a encontrar nada. La tradición y la memoria del pasado tienen que ayudarnos a reunir el valor necesario para abrir espacios nuevos a Dios. Aquel que hoy buscase siempre soluciones disciplinares, el que tienda a la ‘seguridad’ doctrinal de modo exagerado, el que busca obstinadamente recuperar el pasado perdido, posee una visión estática e involutiva. Y así la fe se convierte en una ideología entre tantas otras. Por mi parte, tengo una certeza dogmática: Dios está en la vida de toda persona. Dios está en la vida de cada uno. Y aun cuando la vida de una persona haya sido un desastre, aunque los vicios, la droga o cualquier otra cosa la tengan destruida, Dios está en su vida. Se puede y se debe buscar a Dios en toda vida humana. Aunque la vida de una persona sea terreno lleno de espinas y hierbajos, alberga siempre un espacio en que puede crecer la buena semilla. Es necesario fiarse de Dios” (entrevista). 29
Cuando insisto en la frontera de un modo especial, me refiero a la necesidad que tiene el hombre de cultura de estar inserto en el contexto en que actúa y sobre el que reflexiona. Nos acecha siempre el peligro de vivir en un laboratorio. La
con los hombres que esperan el anuncio, es un enviado a las periferias existenciales. La Iglesia no
debe erigirse como centro, en el sentido de la auto-referencialidad, pues abandona su ser
misionero para convertirse en administradora y controladora, a esto apuntaban las tan
comentadas expresiones de una Iglesia como ONG piadosa. Siguiendo con el espíritu de Aparecida
el discipulado misionero debe ser de “la cercanía y el encuentro”, esto no tiene nada que ver con
pastorales lejanas, disciplinarias, moralistas y legalistas30, lo importante es la “revolución de la
ternura”31, que implica cercanía y acogida para lograr el encuentro con el hermano. Esta “cercanía
toma forma de diálogo y crea una cultura del encuentro”32.
A manera de conclusión, necesidad de un diagnóstico
La comunidad cristiana habita el mundo, es parte de él y comparte su historicidad y dinamismo33. La Iglesia no es una realidad cerrada en sí misma sino una realidad compenetrada por los valores y las culturas en que está inserta. Esta situación es la que demanda de la propia comunidad cristiana el reconocimiento del hecho de que está con otros y, por lo tanto, no puede caer en la tentación del ghetto, del ostracismo o de la automarginación. Aunque no todo el mundo comparta sus convicciones básicas, ella está llamada a dirigirse a todos, en actitud de diálogo, de servicio respetuoso y ternura, transmitiendo la Buena Nueva del Evangelio que cuestiona radicalmente la lógica de la exclusión, la segregación y la desigualdad. Un horizonte que debe orientar una educación cristiana hacia una madurez capaz de responder a los desafíos de la realidad que se impone con un característico pluralismo cultural y religioso.
También es importante indicar que en el contexto de las sociedades modernas, el diálogo de la Iglesia con otros en el mundo no debe articularse a nivel institucional, sino a nivel de la cultura. Hoy es claro que ni la esencia de la Iglesia se realiza en su mera institucionalidad jerárquica, ni la esencia de la sociedad se realiza en la mera institucionalidad del Estado, por lo que el encuentro debe articularse dialogalmente a nivel de la cultura y de los valores que hoy están en juego en el proceso educativo. Recordamos a partir de las palabras del papa Francisco, algunas características que señala la encíclica Ecclesiam Suam sobre el diálogo: Claridad ante todo, lo que supone y exige la inteligibilidad, es un intercambio de pensamiento que demanda de nosotros la revisión de nuestro lenguaje y presupuestos para ver si son los adecuados hoy; la afabilidad, el diálogo no es orgulloso, no es hiriente, no es ofensivo, su autoridad es intrínseca por la verdad que expone, por la caridad que difunde, por el ejemplo que propone, no es nunca un mandato o imposición; es pacífico, evita la violencia es paciente y generoso; la confianza, tanto en el valor de
nuestra no es una fe-laboratorio, sino una fe-camino, una fe histórica. Dios se ha revelado como historia, no como un compendio de verdades abstractas. Me dan miedo los laboratorios porque en el laboratorio se toman los problemas y se los lleva uno a su casa, fuera de su contexto, para domesticarlos, para darles un barniz. No hay que llevarse la frontera a casa, sino vivir en frontera y ser audaces” (entrevista). 30
“La religión tiene derecho de expresar sus propias opiniones al servicio de las personas, pero Dios en la creación nos ha hecho libres: no es posible una injerencia espiritual en la vida personal… En esta vida Dios acompaña a las personas y es nuestro deber acompañarlas a partir de su condición. Hay que acompañar con misericordia” (entrevista). 31
«Veo a la Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla. ¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas. Ya hablaremos luego del resto. Curar heridas, curar heridas... Y hay que comenzar por lo más elemental”» (entrevista). 32
“Las lamentaciones que se oyen hoy sobre cómo va este mundo ‘bárbaro’ acaban generando en la Iglesia deseos de orden, entendido como pura conservación, como defensa. No: hay que encontrar a Dios en nuestro hoy” (entrevista). 33
Cf. GS nº 36-37.
la palabra como en la disposición para acogerla por parte del interlocutor, lo que excluye el egoísmo; la prudencia pedagógica que tiene en cuenta las condiciones del que oye34.
En el diálogo se descubren los diversos caminos que conducen al fin buscado y cómo es posible converger a un mismo fin. Se entiende que a pesar de existir caminos diversos, éstos pueden llegar a ser complementarios, empujando nuestro razonamiento fuera de los senderos comunes, obligando a profundizar las investigaciones y a renovar las expresiones. La dialéctica de este ejercicio de pensamiento y paciencia nos hará descubrir elementos de verdad aun en las opiniones ajenas. Santo Domingo recalca que la educación debe estar fundada en una antropología abierta hacia
Dios, hacia los demás, hacia el mundo y hacia la naturaleza35. El crecimiento del y la estudiante
debe estar abierto a valores vividos en el contexto latinoamericano: “En la nueva educación se
trata de hacer crecer y madurar la persona según las exigencias de los nuevos valores, a esto hay
que agregar la armonización con la tipología propia del contexto latinoamericano”36.
Bajo las dos directrices principales señaladas por el papa a la luz de Aparecida, la renovación de las
estructuras eclesiales y diálogo con el mundo, creemos que es importante revisar lo que estamos
haciendo en la EREC a partir de lo que nos manifieste el diálogo con la realidad y con las personas
concretas que en ella se desenvuelven. Aunque resulte paradójico el “ver” de Puebla (que no debe
ser aséptico, sino hacerse desde la mirada del discípulo) requiere la escucha atenta de las
necesidades del hombre de hoy, en especial de los jóvenes y de aquellos que tienen la misión de
impartir la clase de religión. Es por ello que consideramos que el replantear la clase de Religión
exige un diagnóstico previo serio y situado.
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Cf. n° 27. 35
Cf. Doc. Santo Domingo n° 264 36
Santo Domingo n° 266