importancia de la deontología educativa

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IMPORTANCIA DE LA DEONTOLOGÍA EDUCATIVA El código deontológico en la labor de los docentes en nuestro contexto es de vital importancia, ya que nos permite clarificar algunos aspectos que tienen que ver con el desarrollo de nuestra carrera docente. Muchas veces en la práctica no se consideran estos puntos y se llega a realizar un trabajo caracterizado por la rutina, dejando de lado el real propósito de la profesión docente, el cual es el de servir a la sociedad pensando en el bien común o el buen vivir. Estos aspectos y lo que conlleva hablar de deontología docente serán desarrolladas en el presente ensayo. Los códigos deontológicos son mecanismos de autorregulación todos contribuyen a que una comunidad profesional fije sus propios límites, en muchos países esta regulación es a través de colegios profesionales. En nuestro contexto, en la práctica docente, podemos apreciar que en muchas de las instituciones educativas estos mecanismos de regulación se dan a través de documentos como: El Proyecto Educativo Institucional, el Reglamento Interno, las Normas de Convivencia, entre oros. Por otro lado Mallart Navarra (2011) manifiesta que: Por deontología entendemos la regulación positiva de la ética profesional propia de un campo de actividad bien definido. En el s. XIX, Bentham es el primero en usar esta denominación aplicada a la ciencia de los deberes o teoría de las normas morales. En efecto, el término procede del griego deont: aquello que es necesario, deber, obligación; puesto que el verbo de origen significa carezco de. Por tanto, esta ciencia tratará de establecer limitaciones, mandatos o reglas mínimas comúnmente aceptadas para el ejercicio de una profesión. Se comprende como su importancia crece cuando la profesión es susceptible de una gran repercusión social. Además agrega: “Las profesiones que se han preocupado por su deontología son, en primer lugar, aquellas relacionadas con el mundo de la salud (medicina, farmacia, enfermería, psicología…), las relaciones personales (la abogacía, el derecho), la comunicación (el periodismo) y, por supuesto, la educación en sentido amplio. Desde la docencia hasta la supervisión, la orientación, o incluso todas las facetas de esta actuación profesional. Es lástima que no haya

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Deontología educativa

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Page 1: Importancia de La Deontología Educativa

IMPORTANCIA DE LA DEONTOLOGÍA EDUCATIVA

El código deontológico en la labor de los docentes en nuestro contexto es de vital importancia, ya que nos permite clarificar algunos aspectos que tienen que ver con el desarrollo de nuestra carrera docente. Muchas veces en la práctica no se consideran estos puntos y se llega a realizar un trabajo caracterizado por la rutina, dejando de lado el real propósito de la profesión docente, el cual es el de servir a la sociedad pensando en el bien común o el buen vivir. Estos aspectos y lo que conlleva hablar de deontología docente serán desarrolladas en el presente ensayo.

Los códigos deontológicos son mecanismos de autorregulación todos contribuyen a que una comunidad profesional fije sus propios límites, en muchos países esta regulación es a través de colegios profesionales. En nuestro contexto, en la práctica docente, podemos apreciar que en muchas de las instituciones educativas estos mecanismos de regulación se dan a través de documentos como: El Proyecto Educativo Institucional, el Reglamento Interno, las Normas de Convivencia, entre oros. Por otro lado Mallart Navarra (2011) manifiesta que: Por deontología entendemos la regulación positiva de la ética profesional propia de un campo de actividad bien definido. En el s. XIX, Bentham es el primero en usar esta denominación aplicada a la ciencia de los deberes o teoría de las normas morales. En efecto, el término procede del griego deont: aquello que es necesario, deber, obligación; puesto que el verbo de origen significa carezco de. Por tanto, esta ciencia tratará de establecer limitaciones, mandatos o reglas mínimas comúnmente aceptadas para el ejercicio de una profesión. Se comprende como su importancia crece cuando la profesión es susceptible de una gran repercusión social. Además agrega: “Las profesiones que se han preocupado por su deontología son, en primer lugar, aquellas relacionadas con el mundo de la salud (medicina, farmacia, enfermería, psicología…), las relaciones personales (la abogacía, el derecho), la comunicación (el periodismo) y, por supuesto, la educación en sentido amplio. Desde la docencia hasta la supervisión, la orientación, o incluso todas las facetas de esta actuación profesional. Es lástima que no haya tenido tanta repercusión en otras actividades que tanto influyen en el bienestar colectivo, como la política o la economía” por lo que la deontología como tal surge en profesiones que no tenían que ver siempre con la profesión docente, debido a factores que tienen que ver con el contexto, el desarrollo de las ciencias, o el riesgo al cual se exponían estas profesiones al momento de ser ejercidas.

De por si el trabajo que se desarrolla en las instituciones educativas de nuestro contexto conlleva a una serie de responsabilidades. La institución educativa es una pequeña sociedad, en la cual interactúan docentes, estudiantes, padres de familia, personal administrativo y otros y, en esa interacción se presentan una serie de casos particulares y peculiares en la que la deontología juega un rol preponderante, para poder solucionarlos de manera eficaz.

En muchos de los casos los profesores que laboran en contextos rurales, se dejan llevar por el trabajo rutinario dejando de lado la deontología de la profesión docente, la misma que permite, como podemos ver, la superación profesional del maestro, es decir, darle un sentido a su trabajo a su labor de maestro de escuela, algo que muchos de los docentes en la actualidad han olvidado.

Page 2: Importancia de La Deontología Educativa

Ahora bien, presento el siguiente código deontológico:

1.- El deber de que todo acto de enseñanza sea por principio intrínsecamente un acto ético, por lo cual cada acto y/o discurso del docente debe ser en función del bien común de sus alumnos.

2.- El deber de no caer en faltas éticas, como por ejemplo suspender su actividad o abstenerse de ella utilizando determinadas justificaciones que entren en conflicto con las normas éticas y morales de las cuales debe ser el crisol para sus alumnos.

3.- El deber de constante perfeccionamiento en sus conocimientos, lo cual importa un respeto ético hacia su formación y perfeccionamiento, como así mismo un respeto hacia sus alumnos. Capacidad investigativa.

4.- El deber de consolidar un modo de ser, su ethos, configurado por virtudes profesionales, esto es, capacidades que destaquen su profesionalidad.

5.- El deber de formarse y perfeccionarse en el conocimiento y no en la información puesto que información no es sinónimo de conocimiento, lo cual marca la gran diferencia entre la verdadera acción docente intencionalmente educativa y la mera entrega de datos.

6.- El deber de alcanzar los grandes objetivos de aprender a conocer y aprender a aprender, lo cual sólo puede ser alcanzado en un marco ético con el concurso de la voluntad y los afectos individuales y comunitarios.

7.- El deber de no ser solamente un profesional que maneja su disciplina, sino también el "sabio" que conoce como obrar, en la ciencia y en la vida.

8.- El deber de encarnar una ética facilitadora del encuentro entre iguales, congruente con la exigencia de ampliar los horizontes de respeto a todos y cada uno de los seres humanos.

9.- El deber ser de formar hombres y mujeres libres capaces de autonomía moral.

10.- El deber de estar consciente de que la docencia como profesión se única en un contexto social, institucional, grupal e individual, de ahí su deber moral de no poder desconocer las relaciones y determinaciones en ninguno de estos niveles, pues no todos los obstáculos a los que se enfrenta el docente en el salón de clases se originan ahí solamente, sino que son reflejo de un problema social más amplio que repercute en la sociedad misma.

Finalmente concluimos que el código deontológico de la profesión docente permite en primera instancia el BUEN VIVIR, en el sentido más amplio de la palabra. Así mismo permite el desarrollo de la profesión docente de manera tal que el maestro le dé sentido a su labor. Por otro lado, es menester manifestar que el código deontológico no es estático, más bien esta obedece a cambios que tienen que ver, por ejemplo, con el avance y desarrollo de la ciencia y la tecnología, es decir debe estar a la vanguardia de estos adelantos para lograr ser pertinente en el tiempo y en el espacio.