imagina el desierto

52
Imagina el desierto Gerardo Ferreira o

Upload: editorialsimbiosis

Post on 14-Jun-2015

593 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

poesía

TRANSCRIPT

Page 1: Imagina el desierto

Imaginael desierto

Gerardo Fer re i raGerardo

Page 2: Imagina el desierto

Poemas Gerardo FerreiraPortada Marisa RamirezPrólogo Luis Bravo R. D. A. Imagina el desiertoL. 31 Nº 1625.(Ley Nº 9739) [email protected] www.imaginaeldesierto.blogspot.comDiseño Alfonso Sánchez-Martí[email protected]

Otros Títulos

Der Archipelagvs, Revista de Poesía Nº1Der Archipelagvs, Revista de Poesía Nº2Adamita, Jaime QuezadaOpera para un ritual, Leonidas RubioEx, Cristián GómezCerrojo, Juan Gabriel ArayaImbunche, Leonidas Rubio

Page 3: Imagina el desierto

Prólogo

Page 4: Imagina el desierto
Page 5: Imagina el desierto

5

En la arena poética 1.

Los cuatro cardinales que estructuran este primer opus de Gerardo Ferreira (Montevideo,1981) exponen una alternancia del punto de partida de la voz y de la mirada. En las secciones impares la voz se presenta: ante sí (en la otredad de la escritura), ante el lector (la otredad del otro), y ante «la poesía», la otredad de una tradición. Su carta de presentación tiene algo de serpiente, astuta piel reciente surgida en un corpus ancestral: «soy nuevo» / (...) una piel que muda entre los siglos». En las secciones pares el ojo registra lo que está «afuera», dando cuenta de eso que llamamos Naturaleza; mientras, la voz descubre que ver es mirar y mirar es ver pero a través del propio lente: el sujeto imaginante. De ahí el título del libro, y esos conejos «del color que cada uno lleva dentro». El «color» reaparece, ya conceptual, en la imposible elección cromática del maestro Rafael, para dar cuenta cabal de las palabras mudas de Platón en «Escuela de Atenas», último «grano de arena» del viaje.

En «Ir», tras advertencia de S.Plath («no es buen abrigo un atado de sombras») se encuentra la diferenciación entre lenguaje poético y mera confesionalidad, actitud clave para comprender la maduración del joven poeta que es Ferreira, lo que no indica precocidad sino arduo aprendizaje que me consta, y elecciones: «quiero probar la potabilidad no el agua quiero potar hacer buches y gárgaras beber es una suma de confi anzas» (III)

Page 6: Imagina el desierto

6

Otros textos («Algarrobo»; «Dialecto») producen una introspectiva en segunda persona que confi rma una polifocalidad no sólo auspiciosa sino ya merecedora del Primer Premio del concurso Poesía Joven «Pablo Neruda»(2008), convocado por la Intendencia Municipal de San José (Uruguay) y por la Fundación Pablo Neruda (Chile), gracias al cual Ferreira viajara a Santiago, estableciendo la conexión transpoética de la cual surge la trasandina edición de este libro.

En la sección «imagina el desierto» el verso es «pequeña verdad en qué sentarme», según dice al oído A. Pizarnik. Se planta allí, como un liquen en la vasta arena, una síntesis de contemplación sutil y fi no humor:

«en la copa de los árboles el viento teje frases que no escuchamos

sueña con decirlas en enero (si le nacen)».

Y el ojo, a la caza de imágenes de hondura, verbaliza la búsqueda:

«encontrar esa pupila un tallo de oro en la profundidad: el acertijo de la caza.»

La sección «harén (que no es)» expande la línea refl exiva, lleva el humor a otros pliegues y rutas de lectura:

«algo me dice que los astros bajarán esta misma noche comerán uvas al pie de la parra, leerán bajo toda ella».

Page 7: Imagina el desierto

7

En el entrelazado de lo poético y lo vital se dicen cosas entre las palabras, y se plantan palabras entre las cosas. Tal índole evade el gesto dramático de corte retórico o inocente, y pone en ventaja a Ferreira. Su poesía es heredera de una lúdica verbal hecha de imágenes que giran con gracia transitiva en el sitio mismo del poema. Otra clave para entrar en consonancia con su poética es «ver» cómo las formas visuales adquieren estatuto conceptual, y viceversa:

«tallada a mano la sed tiene forma de cuenco».

Como remate se incursiona en la naturaleza compleja de la ekfrasis; glosando a Leonardo Da Vinci, acaso el poeta intuye que no sólo la pintura sino también la poesía es «cosa mentale», al decir y al mirar así:

«Platón estaba parado ahí no Platón, el concepto de Platón estaba ahí».

En «Escuela de Atenas» la pintura de Rafael de 1509 y el poema de 2009 superponen títulos, tiempos y códigos, señalando una ruta de (re)lecturas / (re)escrituras de lo dicho y hecho en las universales arenas del arte, pero a distancia de facilistas ready-made verbales, tan en boga sin ton ni son.

Page 8: Imagina el desierto

8

2.

Imagina el desierto es un título atractivo y una poética en sí. En ese sintagma hay: una acción síquica —«imaginar» es clave poética desde el romanticismo inglés—, que (se) realiza (en) el topos abierto y potencial del «desierto», espaciosa soli(ci)tud que enfrenta al individuo a crear(se). Más simple: por analogía el desierto es la página en blanco — estrellada malla mallarmeana—en la cual la imaginación nómade halla / holla sus personales visiones.Los epígrafes de poetas «orientales» (así se nos dice a los nacidos del otro lado del río Uruguay y/o del estuario del Plata) ilustran tal orientación: lo que Horacio Quiroga propone, Juan Cunha lo realiza. Hacer del desierto un paraíso es creación que se aviene hasta con el mítico edén; hacer del cielo un espejismo de camellos que avanzan al lento ritmo de las nubes, es especular perceptiva puesta en arte por J. Cunha. Reunir ambas operativas es el «blanco» al cual la poética del desierto imaginante dirige sus fl echas desde el premeditado título.

Una cosa más. Si señalo el carácter «oriental» es porque la rala memoria y el insufi ciente calibre crítico de estos tiempos así lo demandan: nuestro pequeño país (puño o corazón geofísico) es una penillanura de suelo levemente ondulado, cuyas variaciones topográfi cas son mínimas en comparación a la exuberancia suramericana. Sin embargo, en cuanto a tra(d)ición poética ese breve suelo ha dado una prolífi ca, exultante fauna de poetas «raros» (Darío dixit). Con tanta frecuencia que, a esta altura, podría decirse que «lo raro» es su grifa. De ese menú o tábula esmeraldina que la poesía oriental ha fraguado, algunos, este joven incluido, fi nalmente abrevan sin (dis)culpas por la rareza.

Page 9: Imagina el desierto

9

Curiosamente, las vueltas del azar objetivo han querido que el primer libro de G. Ferreira (el mismo/otro que años ha, en un salón de clases de Secundaria, me perpetrara un libro con de todo, escrito a sus 18 años) vea la luz fuera de fronteras, y justito en el país donde habita el desierto de Atacama, el más seco del mundo, con pozos de agua salada que no quitarían la sed ni el delirio del extraviado... Según mi manera de ver ese topos chileno y la poética de G. Ferreira calzan de maravillas, máxime si se visualiza la notoria ascendencia huidobriana de una estética que funda territorios (desierto / paraíso) en lugar de imitarlos:

«los astros bajarán (...) bajarán y cada huella será un mundo que se abre ante ellos un mundo hecho de nada tierra que nadie ha conquistado»

Puntualizo: no se trata aquí de un imaginar delirante en formas desbocadas sino de una irracionalidad fraguada, que no sólo por accidente desafía la intelectiva habitual del lector.

Dejo por aquí, entonces, este puñado de piedras miliares para que al recorrer el topos textual alguien más pueda apreciar cómo van allí juntas inteligencia e imaginación, por arte de una palabra en la que

«los espejos se congelan, (y) las imágenes son jóvenes de nuevo».

Luis Bravo «Casa soles»(El bosque, Canelones, Uruguay), Julio de 2009.

Page 10: Imagina el desierto
Page 11: Imagina el desierto

Imagina el desierto

Page 12: Imagina el desierto
Page 13: Imagina el desierto

¿qué puede ofrecer el desierto a un hombre, si éste no se empeña en sacar de él un paraíso?

Horacio Quiroga

Las nubes de pronto fi ngen lentos camellos

en un desierto todo él espejismos.

Juan Cunha

Page 14: Imagina el desierto
Page 15: Imagina el desierto

ir

No es buen abrigo un atado de sombras

Silvia Plath

Page 16: Imagina el desierto
Page 17: Imagina el desierto

17

I

Soy nuevo.Una cáscara ida, una piel que muda entre los sigloscomo algo tibio que emerge de la nadacomo la tibia nada que abunda en el silencio de un llantonacer es también un acantilado

no me abotono el primero de la camisano me guardo en un cajón como algo que no usaré en inviernono soy un llaveritoun arbusto que ha crecido débil en las afueras de Pekínsoy la onomatopeya del truenoo me asemejoel recuerdo fuerte que se oyó en algún momentoo ni siquiera esoel sonido que hace el recuerdo al gatear bajo la mesael espesor de sus fi nas piernas.

Page 18: Imagina el desierto

18

II

Estar despiertos a esta hora es poco importantea esta hora algunos escriben y otros leennadie mueve un músculo a esta horanadie es testigo de nadalos espejos se congelanlas imágenes son jóvenes de nuevo

a esta hora todos son lo que desearondoctores, pasajeros de tranvía, albañiles, argonautastodos son lo que sonduran lo que tienen que durarno hay secretos a esta horano hay soberbios monumentosa esta hora predomina la cresta de cualquier animala esta hora predomina la cresta de cualquier animal que no [sea un galloa esta hora predomina la cresta de los humanosrojas, amplias, disimuladas por el pelotodo tipo de crestas para ostentar en días festivos

tan larga es la vida y tan poco duramos.

Page 19: Imagina el desierto

19

III

Si digo «potabilidad»todo conduce al agua, a pensarlaa pensar en el sano proceso que la convierte en este día limpioquiero probar la potabilidad no el aguaquiero potar, hacer buches y gárgarasbeber es una suma de confi anzasdebo creer en un vaso con agua-tallada a mano la sed tiene forma de cuenco-comienzo a potar y nada pasasigo aquí, no hubo cicuta, no he caído bajo un charco de venenoentonces creo ya en aguamaniles y palanganascreo ya en bebederos, en los parques y plazas que surgen de ese chorro [oblicuoperpendicular a mi ansiedad, beboinclino la cabeza y bebo, me estoy purifi cando pienso, no me contaminoentonces creo ya en grifos y en duchas, en su efímera explosión de júbiloen su eyaculación precoz y solidaria, bebome sumerjo en fuentes y manantiales, hago la plancha y piensoen los largos acueductos del emperador Claudio y ahora síme convenzo, quiero beberquiero beberme al caer la noche.

Page 20: Imagina el desierto

20

IV

algarrobo

hasta cuándo soportar la embestidahasta cuándo el hastío de vercrecer torcidas las cosasde evitar las propiedades de la luzcandente y a mansalva como un sol ecuatoriano

hasta cuándo pronunciarse a favor de esta tierralevantarse cada noche y cada día (y cada noche)en el mismo montículo, algarrobolas hojas que te nacen son arrugas

no sentís los pies, no los tenésse fueron corriendo un díadetrás de aquella muchacha

una pena

dentro de ti aún habita aquel fulgoraquella cinta celeste:la vincha que te sostenía el pelo de pequeñolas mismas vaguesas, el animal preferido

dentro de ti aún corren carreras otros niñosjuegan a la mancha:moverse era eso, chocar contra el cementoquebrarse, llorar, y gasa de por medio volver a moversecorrer por el campo sin tener que huircorroborar el sentido de la corriente con tu rostroasí, correr hasta cansarse, o no cansarseo no correrda igual ahorahasta cuándo recordar mejores vidas.

Page 21: Imagina el desierto

21

V

dialecto a Pul

en determinado punto los edifi cios dejan de subirlas ventanas dejan de mirar embobecidas el espacio el vacío que en determinado punto asoma en nosotros o en la arista que se convierte en brazo o en el brazo que determina los demás puntos a seguir, la variableel codo, la mano, la manzana ahorcada dentro del puño, etc créelo es mucho más complicado que estoarriba golpea el día contra el pavimentocontra el lugar exacto en donde tú traduces laboriosa el lenguaje de las nubes que en determinado punto algo te dicen algo que no puedo escuchar desde acá y no entiendoalgo como que hacia algún lugar imposible se elevan los sueños en accesibles distancias, o parecidoen accesibles distancias, o parecidoen accesibles distanciasalgo que solo tú decodifi cas y no miento

el cielo es una cosa negra para algunos.

Page 22: Imagina el desierto

22

VI

Y yo perseguía yaotros sueños al despertar

Gaspard de la Nuit

Si tratase de invertir el orden de las cosassi caminase en sentido opuesto al universodaría vueltas y vueltas hasta encontrarmede nuevo en este orden

y los hombres dirán por fi n que es ciertoavalarán el círculoy las mujeres no buscarán la explicacióny será sufi cientey seré recuerdo

apenas este gesto vivirá en mí.

Page 23: Imagina el desierto

imaginael

desierto

alguna palabra que me ampare del viento,alguna verdad pequeña en que sentarme

Alejandra Pizarnik

Page 24: Imagina el desierto
Page 25: Imagina el desierto

25

levedad

vuélvese blanda la tierradesgranada en parcelas de otoño

emparejan el pasto levementepequeños pájaros pisan.

Page 26: Imagina el desierto

26

nómade

entrar en la desnudez del mar desnudoes ir y venir por los tentáculos del agua

encontrar esa pupilaun tallo de oro en la profundidad:el acertijo de la caza.

Page 27: Imagina el desierto

27

huérfana

La tormenta descansa en el cuello de los viejoscome pandel que escapan nubes / migas.

Page 28: Imagina el desierto

28

agua quieta

contornease encintala superfi cie del estanque

gorrión fugaz pasea entre musgosy posa pico alegre entre las hojasque vuelan.

Page 29: Imagina el desierto

29

permanencia

bajo la lluvia encendí un fósforo y ni una gota interrumpía su pelaje de antorcha

confi eso que por muchos días busqué sobre esta misma hojala manera más mojada de decirlo.

Page 30: Imagina el desierto

30

fl uir

el viento es un ser volátil que al rozar el cuerpo-lo oblicuo del prisma-se pronuncia: escucha el gemido

es un grito hueco en constante desaparición de síel viento.

Page 31: Imagina el desierto

31

encandilada

Antídoto, pesca de la nochese adhieren los labios como anzuelosa la carne fi losa

una claraboya en la mirada del pez

en su bolsillo la red o la prolemedicina de las horas.

Page 32: Imagina el desierto

32

(…) algo que sólo en tus entrañasbate como el relámpago

Miguel Hernández

conejos

pierdo la vista bajo tres columnas de luzy salvo tres columnas de luznada

cruzan por aquí tres conejoschocan entre sí,no son blancosson del color que cada uno lleva dentro.

Page 33: Imagina el desierto

33

transparente

dedos llenos de líquidohumedecen el vidrio

ventanas que se miran a través de otras ventanascomo sonriendoabren y cierran los días.

Page 34: Imagina el desierto

34

frases

en la copa de los árbolesel viento teje frases que no escuchamos

sueña con decirlas en enero(si le nacen)

Page 35: Imagina el desierto

35

pinta

Miles los que vesmontones vuelan

afuera salpicado en la pared del mundoel cielo.

Page 36: Imagina el desierto
Page 37: Imagina el desierto

harén(que no es)

por todo lo que allana la acritud de las horas,por todo lo que alivia la angustia de los días.

Oliverio Girondo

Page 38: Imagina el desierto
Page 39: Imagina el desierto

39

Espacios

Las cosas nos rodeana tal punto que parecen invadirnos: una mesa el suelo un poemason cosas tangibles, cosas con raíz de aire(o espacios que uno tendría para esparcirse en verano)

las cosas procuran estar en el momento justoson el objeto hecho palabray cada cosa rejuvenece al ser nombrada:el suelo una mesatienen diez años menos cada vez

en la mente un poema, único espejoy allí el deseo de la cosa se postergacasi para siempre y se vuelve a perder espacioy uno ríe al tener que compartirlo con las cosas: círculo de sangre

cuánto demora una montaña en nacercuánto un río una ensenadason cosas tangibles, cosas que se gestan en el centro del mundoy de repente uno las ve, rebosantes, sacrosantas, pero quién inventó a la montañaquién es la montaña.

Page 40: Imagina el desierto

40

Constelación

¿de dónde ese salto oscuro que negaba,blanco y dormido,

el lomo del sentido?

Roberto Appratto

va el animalsabe que todo acabael pasto el agualas ganas de aparearse con todas y cada una de las estaciones

alejándose del resto en una loma se detienecomo en un aparte habla con la nochebusca su idéntico constelado alláen donde hay parpadeos

el animal y la noche vanla noche y la fi gura del animal que se proyecta en el cielodibujo, anatomía, posibilidad de cuerpo punta de estrella en donde comienza una cabeza el Antares de su eternidadluego torso y luego el sexo en brillante cinturón pélvico

piernas guerreras de Aldebarán en posición de calmasandalias verdes como un pastizal

la noche el animal y la fi gura de un hombre que se proyecta en [el cieloel hombre el animal y la noche vanacátrilogía sin relieves, trilogía sin un juego de contrariosel hombre el animal y la noche acáel hombre el animal y la nocheallá.

Page 41: Imagina el desierto

41

juego en lo alto

de un árbol a otro vuelan las hojascruzan la frontera en exilio

una hoja

el ramaje impide ver si su manolisa como el lomo de un delfínha resistido la embestida del aire(un vendaval azotó el nicho hace poco)

cerca del lugaruna choza de viejos insectos levanta cueros en procura de otro templo,sobre el suelo a pie ligero un saltamontes domina el llanoy al ras muda de color la tarde

dos hermanas hojas lo ven todo, caducaspeinan el asombro:morir es una fi na operación dice la menor.

Columpian.

Page 42: Imagina el desierto

42

convivencia

esa palmera no debería estar aquítiene frondosa la copa y amarillo el copeteal mediodía le caminan por la frente diez puntitos hormigas -creo-no alcanzo a ver por el acné

no debería estar aquídesperté una mañana y la vi como un peaje inevitable vacación, aquelarre, maniquí

sudan mis manos cuando la tocoy sin rubor reduce el vientre por las cosquillasy tose cuando le da ganas

y si cae un coco lo recogepara luego dedicarse a la serenidad de siempre.

Page 43: Imagina el desierto

43

Descenso

Los astros bajan de vez en cuando

bajan luego de que sea la hora en la que los astros bajana buscarle nombre a las fl ores que uno jamás riegaa escribir toc-toc en cada puertaa reírse a decir «joven, en qué puedo ayudarle»

hay grandes chances de que hoy sea un buen día

algo me dice que los astros bajarán esta misma nochecomerán uvas al pie de la parra, leerán bajo toda ella sí, hay grandes chances hay grandes chances de que hoy me toque verlos en faena panza arriba entre la viña limpiándose la ausencia con un paño pisándose los camisones largos largos como la vía láctea, o peorcamisones largos como la espera en la vía láctea

algo me dice que bajaránalgo me dice que deberán ser verdes las uvas que se lleven a la boca oculta (conocen el sabor del labio embebido en esa fruta)algo me dice que las sillas deberán ser de roble:reposa mejor en la madera de años el cuerpo beodolos astros bajarán bajarán sin saber donde pisarbajarán y cada huella será un mundo que se abre ante ellosun mundo hecho de nada tierra que nadie ha conquistado

sí, puede que hoy sea un buen día.

Page 44: Imagina el desierto

44

La correcta hondura

Muchas sogas atan a un hombrey nadie lo libra de ese pleito,muchos hombres son su propia soga ofrecen pies y manos a la suerte

porfían abrazos estos hombrescuestionan la trenza y es el nudo al fi n de cuentas quien elige ser el moldela correcta hondura de sus cuellos magros

hay sogas sin cabos sueltos, sogas buenas (estas sogas van felices a sujetar las cosas:mantienen erguidos los adornos amarran los navíos a la costa, son buenas sogas)

hay sogas que obedecen preceptos sogas que danzan beatassolo responden a un ritmo, dúctiles, domesticadasatan a un hombre y lo crían para sí, lo acuñan lo mandan a la calle a pedir limosnaa ganarse el día de cada pan.

Page 45: Imagina el desierto

45

Mirror sand

Esta hora es de agua verdede mojarritas que se arriman curiosas a la costa

como un tobogán el aire se fi ltraen el rostro de alguaciles que luchan contra el tiempoy es cierto

llueve tan igual como otros días.

Page 46: Imagina el desierto

46

solo el alma sabe

subir la escaleracomo yendo a ningún sitioamortiguado en el cemento que levitadebajo de ti y de mísubirla, como si fuese un deseo

mirar atrás y verlas manos suaves del pasado,mirar atrás como solo el alma sabecomo si de ello dependiese vivirlograr cosas, prometer felicidad y debatirseentre escalones de sueñosentre cajones de piedra

pararme descalzo en su blanco centrorespirar y seguircaminando en la ceniza oscuracomo si fuese montañacomo si yendo a ese grave sitio me purifi casecansado de la luz que rebota en el corazón de un prisma:amar y dejarse

como si vagase el tiempo encima de cada peldañocomo si de ello dependiese esta enfermedad de plantasllenarse los pies con el sueloy contra la muerte subirsiempre subir.

Page 47: Imagina el desierto

últimograno

dearena

Page 48: Imagina el desierto
Page 49: Imagina el desierto

49

Escuela de Atenas (1509 - 1510)(1509 - 1510)(

Platón estaba parado ahí no Platón, el concepto de Platónestaba ahítenía el dedo levantado como lo imaginó Rafael barba lanuda y ojos duros rodeados de gente que no conoció(se animó Rafael a pintar convencimiento en los ojos de Platón)

tenía el dedo levantado, la idea del dedoel eterno capricho de que todo esto es aparienciala versión de este lápiz, la reproducción falsa del rapsodala reminiscencia que me dice que en alguna edad del almayo ya escribí esto

Platón recogió hacia atrás la toga discutió con no se quién antes de acomodarse frente al lienzo tosió -Timeo en manoTimeo en manoTimeo -y en ese momento uno espera comprender por fi n todola respuesta, la maravilla, un par de segundos de agradecida luzalgo digno de atesorar emanando desde la boca misma del sabio

y habló por fi n y Rafael su sauna sudó

buscó en su paleta la combinación perfecta pintar el color de una voz…

pero jamás pudo encontrar tal cosa.*

* Años después, para explicar la ausencia de voz Años después, para explicar la ausencia de voz Años después, para explicar la ausencia de del afamado griego, a Rafael le pareció justo decir que de repente a Platón -aquel día- le habían comido la lengua los colores.

Page 50: Imagina el desierto
Page 51: Imagina el desierto

Índice

Prólogo 3

irI 17 II 18III 19IV 20V 21VI 22

imagina el desiertolevedad 25nómade 26huérfana 27agua quieta 28permanencia 29fl uir 30encandilada 31conejos 32transparente 33frases 34pinta 35

harén (que no es)Espacios 39Constelación 40juego en lo alto 41convivencia 42Descenso 43La correcta hondura 44Mirror sand 45solo el alma sabe 46

último grano de arenaEscuela de atenas 49

Page 52: Imagina el desierto

Imagina el desierto es editado e i m p r e s o p o r e d i t o r i a l s i m b i o s i s e n o c t u b r e d e2 0 0 9s e u s ó t i p o g r a f í aG o u d y o l d s t y l e .La edicion consta de 150 e j e m l a r e s e n p a p e l b o n d a h u e s a d ode 90 grs./metro cuadradop o r t a d a e n p a p e lg a l g o v e r j u r a d o marfi l 220 grs./metro cuadradoc o s i d o s , e n c u a d e r n a d o sy n u m e r a d o s a m a n od e 1 a 1 5 0f i r m a d o s p o r e l a u t o r.

____________________________

n º y f i r m a

G e r a r d o F e r r e i r a(Uruguay -1981) estudiaL e t r a s e n l a F H C E d eMontevideo. Ha publicado algunos poemas y cuentos en diarios locales y revis-tas. Obtuvo con algarrobo (2008) el primer premio en poesía del concurso orga-nizado por la Municipali-dad San José (Uruguay) y laFundación Pablo Neruda (Chile), viaja a Chile en vir-tud de este premio y da razón y existencia al presen-te libro. Recientemente haobtenido el primer premio en poesía del V concurso para jóvenes organizado por la filial JAI DE B´NAI B´RITH Uruguay, así como también una mención honorífi ca por Harén (que no es), en el mis-mo concurso. Esta es su pri-mera publicación individual.