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1 Imágenes y objetos de la Francia revolucionaria. La Libertad, Hércules, el Gorro frigio, las Fasces. Usos y simbologías. María Astrid Ríos Duran. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá y Palmira 1 . La Revolución en Francia produjo un conjunto de imágenes de los sucesos, los personajes y del ideario de la gesta revolucionaria. Estas se expresaron a través de las artes tradicionales como la escultura y la pintura de gran formato, y, de un modo particular en elementos de la cotidianidad como lozas, muebles, abanicos, prendas de vestir, monedas, sellos e impresos. Las imágenes instaladas en estos objetos fueron diversas. Algunas de ellas se consolidaron y hacen parte de los símbolos actuales de Francia y de su Revolución, como la Libertad hoy Marianne. Otras “fracasaron”, para usar la expresión de Geouvs Ives Saint., porque no lograron mantenerse en el tiempo hasta la actualidad como el farol, el gallo, el árbol y Hércules. En esta conmemoración del Bicentenario de nuestra Independencia varias de estas imágenes cobran vigencia. Debido a que con los inicios de la República en 1810 también se desarrolló una gráfica para representarla, de la cual algunas imágenes guardaban relación con las de la Revolución francesa. Es el caso de la Libertad, Hércules, el gorro frigio y las fasces, que se encuentran en sellos de documentos escritos, en loza, muebles y trajes. Estos 1 Este trabajo hace parte de los resultados de la investigación: La iconografía de la independencia y su presencia en los objetos de uso: imágenes de un cambio histórico y signos de renovación en lo cotidiano. Dirigida por la profesora María del Pilar López Pérez. Apoyado por la DIB (División de Investigación de Bogotá) de la Universidad Nacional de Colombia.

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Imágenes y objetos de la Francia revolucionaria.

La Libertad, Hércules, el Gorro frigio, las Fasces. Usos y simbologías.

María Astrid Ríos Duran. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá y Palmira1.

La Revolución en Francia produjo un conjunto de imágenes de los sucesos, los personajes y

del ideario de la gesta revolucionaria. Estas se expresaron a través de las artes tradicionales

como la escultura y la pintura de gran formato, y, de un modo particular en elementos de la

cotidianidad como lozas, muebles, abanicos, prendas de vestir, monedas, sellos e impresos.

Las imágenes instaladas en estos objetos fueron diversas. Algunas de ellas se consolidaron

y hacen parte de los símbolos actuales de Francia y de su Revolución, como la Libertad hoy

Marianne. Otras “fracasaron”, para usar la expresión de Geouvs Ives Saint., porque no

lograron mantenerse en el tiempo hasta la actualidad como el farol, el gallo, el árbol y

Hércules.

En esta conmemoración del Bicentenario de nuestra Independencia varias de estas

imágenes cobran vigencia. Debido a que con los inicios de la República en 1810 también se

desarrolló una gráfica para representarla, de la cual algunas imágenes guardaban relación

con las de la Revolución francesa. Es el caso de la Libertad, Hércules, el gorro frigio y las

fasces, que se encuentran en sellos de documentos escritos, en loza, muebles y trajes. Estos

1 Este trabajo hace parte de los resultados de la investigación: La iconografía de la independencia y su presencia en los objetos de uso: imágenes de un cambio histórico y signos de renovación en lo cotidiano. Dirigida por la profesora María del Pilar López Pérez. Apoyado por la DIB (División de Investigación de Bogotá) de la Universidad Nacional de Colombia.

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son símbolos de la primera etapa de la Revolución, antes de la llegada de Napoleón, quien

nuevamente reconfiguró el panorama icnográfico.

Teniendo en cuenta esta “relación” nos proponemos acercarnos a estas cuatro imágenes de

la “revolución” francesa plasmadas en objetos cotidianos para comprender especialmente

su simbolismo y uso. Dejamos para la reflexión la pregunta sobre la posible influencia entre

las iconografías “revolucionarias” de estas dos naciones. E invitamos a conocer el estudio

en este tema de María del Pilar López Pérez y Ca.

Imágenes y su simbolismo

Detrás de cada imagen había un concepto, se manifestaba un imaginario individual y

colectivo. Ellas son testimonios -“testimonage”- de esta época. El modo de representación y

los elementos de la composición son signos que remiten a un significado. Las imágenes de

la Libertad, Hércules, el gorro frigio y las fasces se habían usado en épocas anteriores a

1789, sin embargo, a partir de este momento se retomaron y “re-significaron” de acuerdo

con el ideario y los sucesos revolucionarios. En términos generales con ellas se quiso

representar la libertad obtenida con la caída del Antiguo Régimen, la ruptura de las cadenas

de la “esclavitud”, la soberanía del pueblo francés y la unidad de sus estados.

La Libertad

3

Fig. 1. En: Lynn Hunt. Hercules and the Radical Image in the French Revolution. Representations, No. 2 (Spring, 1983), pp. 95-117. University of California Press.

La primera de estas imágenes es la de la Libertad. De acuerdo con Agulhon por lo menos

tres factores incidieron en su uso. Dos de ellos estaban relacionados con el género. La

figura femenina generaba contraste con la representación de la real autoridad del Antiguo

Régimen y con la de los héroes que se habían hecho villanos en el proceso revolucionario.

Donde Mirabeau, Lafayette, y muchos otros habían decepcionado a sus seguidores y pasado

de la escena histórica, Marianne soportó gracias a su abstracción e impersonalidad.2 De otra

parte, afirma Lynn Hunt, la mujer y la madre, estaban tan desprovistas de cualquier derecho

político que podían, sin embargo (o quizá por esta razón?), convertirse en los emblemas de

la nueva República. Incluso Napoleón llegó a representarse a sí mismo, en 1799, salvando a

2 LYNN HUNT. Hercules and the Radical Image in the French Revolution. Representations, No. 2 (Spring, 1983), pp. 95-117. University of California Press.

4

la Libertad del abismo de discordia y división. El poder, para ser efectivo, debía inspirar

afecto, y por ello en ocasiones debía descender al nivel de lo familiar.3

El otro factor que operó en el uso de la imagen de la Libertad estuvo relacionado con la

influencia del catolicismo, el cual hizo que los franceses fuesen más receptivos a una figura

de tipo Mariana.4 Sucedió que la expresión de la Libertad, algunas veces abstraída y lejana,

así como su familiaridad con una joven muchacha o madre llevó a que se le conociera,

primero en broma y posteriormente con cariño, como Marianne, el nombre femenino más

común 5 y semánticamente el más cercano al nombre de María, madre de Jesús.6

La primera referencia del uso de la Libertad la encontramos en el nuevo sello de los

archivos de la Convención Nacional del 21 de septiembre de 1792. En este sello se

sustituyó la imagen del Rey por el de “una mujer inclinada con una mano sobre un fasces y

con la otra sosteniendo una lanza tapada por un gorro de la Libertad con la leyenda:

Archivos de la República Francesa”. Pronto este sello se empleó para todas las ramas de la

Administración Pública y la Convención ordenó que todos los actos públicos serían de allí

en adelante datados del año 1 de la República Francesa.

La apariencia de la Libertad en este sello es de pie y enérgica, aunque no exactamente

agresiva, sosteniendo la lanza de la revolución popular nivelada por el gorro frigio de la

liberación. En el año siguiente, esta representación cambió, fue más agresiva, al igual que la

3 ARIES PHILIPPE, Georges Duby. Historia de la Vida Privada. Tomo 4. De la Revolución francesa a la Primera guerra Mundial. Madrid: Santillana 2001. 4 LYNN HUNT. Hercules. Op. Cit. pp. 98. 5 ARIES PHILIPPE. Historia. Op. Cit. 6 LYNN HUNT. Hercules. Op. Cit. pp. 98.

5

Revolución. Apareció en una pose más radical, marchando con los senos descubiertos y el

rostro feroz. Este juego entre una pose más o menos agresiva fue planteado también en

1848 y después de 1871. Finalmente en los gobiernos tardíos del siglo XIX se le encuentra

nuevamente con una pose más conservadora, sentada, flemática, tranquila y frecuentemente

sin lanza o gorra de la libertad.

La figura de la Libertad fue muy controversial. En varias ocasiones se intentó sustituirla por

otras imágenes. Por ejemplo en octubre y noviembre de 1793, los republicanos que

buscaban una imagen menos moderada para su creciente república radical propusieron usar

en reemplazo de la Libertad, el arca de la constitución, las fasces y Hércules. Después de

1799, con el fin de la República y la instauración del régimen del Imperio hubo un

debilitamiento en su representación. No obstante, múltiples artistas la perpetuaron, entre los

cuales cabe hacer especial mención de Eugène Delacroix en La liberté guidant le peuple

aux barricades (La Libertad guiando al pueblo en las barricadas) de 1830.

Tras generaciones de controversia sobre la república y su emblema, Marianne, la figura

cívica femenina, no sólo fue aceptada sino ampliamente difundida en Francia. 7

Hércules

7 Ibid.

6

En: Lynn Hunt. Hercules and the Radical Image in the French Revolution.

Después de la Libertad encontramos a Hércules. También constituyó una figura

emblemática de la Revolución. De género masculino, gigante y mítico le restó tamaño a

Marianne. Por ejemplo, en noviembre de 1793, en febrero y en abril de 1794 cuando la

Convención pensó en su imagen para su sello. La razón fundamental para dicho cambio

radicaba en la necesidad de tener una imagen más agresiva que estuviese más acorde con la

República Radical y que representara el poder del pueblo. La Libertad representaba una

república moderada que ahora era repudiada. De manera que en comparación con la

Libertad, Hércules personificó un estado más alto en el desarrollo de la Revolución,

7

caracterizado por la fuerza y la unidad del pueblo. Fue esta fuerza la que condujo a la caída

de la monarquía y a la derrota del federalismo.8

Sobre la elaboración del sello de la Convención con la imagen de Hércules no se tienen

referencia, sin embargo, varios dibujos de Dupré que se conservan en el Museo Carnavalet

coinciden con las directrices establecidas por la Convención (fig. 2). En ellos Hércules

aparece como una figura con su mazo distintivo y con una piel de león detrás de él.

La representación de este personaje también estuvo en constante cambio y en decadencia

con la caída de la República radical. Pero no desapareció. Por ejemplo, una ley de agosto de

1795 que dividió las monedas de la República en dos tipos, propuso unas monedas de

bronce con la imagen de la Libertad con la leyenda “República francesa” y otras de mayor

tamaño en plata con la figura de Hércules “uniendo Libertad e Igualdad” con la leyenda

“Unión y Fuerza”. Este era un Hércules diferente que había sido domesticado (fig. 3),

figuraba como un hermano de la Libertad y la Igualdad; ya no era más un gigante, no

cargaba a sus pequeñas hermanas en sus manos, no se agitaba con la maza del poder

popular.

En julio de 1798 muchos de los diputados trataron de eliminar al Hércules completamente

de las monedas de plata, en su reemplazo propusieron el uso de la leyenda “Libertad,

prosperidad”. La justificación de este cambio se debía al interés de desaparecer todo el

contenido radical que estaba asociado con el gigante Hércules. No obstante, éste continúo

en circulación hasta después de 1799 cuando desapareció a favor primero de Bonaparte y

8 Ibid. P. 102.

8

más tarde de Marianne. Sin embargo, cuando Marianne reapareció con las siguientes

repúblicas, también lo hizo Hércules, pero como una figura secundaria. El revivió en las

monedas francesas en 1848, 1870 – 1878, e incluso en 1965. Pero nunca fue tan prominente

como había sido durante el Terror de 1793 y 1794.

Fig 3. En: Lynn Hunt. Hercules and the Radical Image in the French Revolution.

El gorro frigio

Este elemento iconográfico podía encontrarse de manera aislada o junto con la

representación de la Libertad. Es la imagen más sobresaliente en la memoria de los

símbolos que se mantiene desde hace dos siglos en torno de la Revolución. Este gorro de la

9

libertad procede a la vez de una iconología clásica y de una tradición moderna de rebelión.9

En el primer caso se estableció una asociación con el gorro de forma cónica que llevaba el

esclavo libre de Roma, y con él se quiso asociar la emancipación de los esclavos, de los

libertos y al hombre libre. Su equivalente en el caso moderno francés eran aquellos

hombres que habían ganado su libertad por la destrucción de la Bastilla, acto de iniciación

de la gesta emancipadora.

El simbolismo del gorro estuvo en continua evolución, según Maurice Dommanget, para

1792 el gorro frigio había llegado a ser también un símbolo patriótico y anti-aristocrático

para ser usado en cualquier lugar público.10 Otros significados estuvieron asociados. Se

estableció una relación entre el antiguo gorro frigio de los libertos romanos con el gorro o

sombrero que usaban los más desvalidos de la sociedad como los campesinos pobres y con

el que llevaban en la cabeza los valientes hombres revolucionarios, los “sans culotte”.

Asociado a la pica, al pantalón listado y a la carmañola, el gorro rojo con la escarapela eran

el traje del patriota militante. Establecía además un elemento de contraste con la corona de

la realeza.

Esta asociación tradicional constituye una referencia para los revolucionarios, que

reintrodujeron el gorro de la libertad en la iconografía y más tarde en el vestido. Asimismo,

9 AGULHON MAURICE, Vovelle Michelle, De Baecque Antoine. 1789. Exposition realisee par intermedia, Ministere des affaires etrangeres. Secrétariat d´etat chargé des relations culturelles internacionales sous le patronage de la Mission du Bicentenaire de la Révolution française et de la Commission nationale de recherche historique pour le Bicentenaire de la Révolution française.. Paris: axiom Graphic, 1988. Pág.17. 10 HANLEY WANLEY. The transmisión of Revolutionary Ideals throug the Art of the Medal. Pág. 6

10

apareció de manera clásica pero abundante en las imágenes de carácter alegórico, género

importante a fines del siglo XVIII.11

Es un símbolo revolucionario que acompañó a la Libertad guerrera y subversiva como la

que observábamos en 1792. Razón por la cual en 1848 y hacia 1880, las versiones

moderadas de la República o de la Libertad evitaron el gorro, y las representaciones que lo

incluían fueron calificadas como subversivas, hasta fines del siglo XIX cuando se aceptó

nuevamente a “Marianne” como la mujer del gorro frigio y como símbolo de la República,

y posteriormente de la Nación.12

Las fasces

Las fasces representan la fuerza en la unidad. Durante la era revolucionaria, en los días más

excitantes de los Estados Generales, tomaron un significado adicional, representaron la

unión de los tres órdenes. En otros tiempos el haz de leñas, o picas o baguettes podrían

representar los departamentos de Francia o la unidad de Francia en general. Si 16 picas

componían el manojo (haz), las fasces representaban a Paris y sus 16 estados. La

composición del manojo fue también importante: la pica fue una simple herramienta que

podría ser empleado por ciudadanos ordinarios y que era asociado con el rol de la multitud

en la toma de la Bastilla y con las jornadas posteriores de la Revolución.

11 AGULHON MAURICE. 1789. Op. Cit. Pág.17. 12 Ibid.

11

Estos elementos cuando se encuentran junto con la leyenda “Vivre Libre ou Mourir” y la

flor de lis, como se observa en el Jeton del Museo de la Revolución Francesa, no sólo

conmemoran una de las grandes jornadas de la Revolución: la captura de la Bastilla, sino

que crean también un poderoso mensaje para la multitud: la fuerza descansa en la acción

colectiva. Esta fue la acción de la multitud del 14 de julio de 1789 que destruyó los

vestigios del despotismo y sería la fuerza colectiva de la multitud la que preservaría su

recién nacida libertad. Con pocas excepciones las medallas con esta leyenda conmemoran

la caída de la Bastilla como el nacimiento de la libertad.13

Medal: Vivre libre ou mourir. [Live Free or Die]

Source: Museum of the French Revolution 87.237 Medium: Copper token

Dimensions: Diameter 3.5 cm En: HANLEY WANLEY. The transmisión of Revolutionary Ideals throug the Art of the Medal.

13 HANLEY WANLEY. Op. Cit. Pág. 6.

12

El uso de la imagen

Varias razones justificaron el uso de la imagen durante la Francia revolucionaria. Algunas

de ellas son las siguientes, por ser un elemento de la cultura, por su valor si le compara

frente a otros medios de comunicación de mensajes como la palabra oral o la escrita; por su

efectividad como instrumento de poder político para la propaganda y el control de las

masas o para la conmemoración y glorificación de los hechos y actores; y porque se había

empleado tradicionalmente con estos fines.

La reflexión sobre el valor de la imagen estuvo vigente entre los críticos de la época. Ellos

la defendieron y la atacaron, no desconocieron su validez y efectividad para los propósitos

gubernamentales y como elemento característico de cada gobierno.

La imagen causa un efecto mayor (¿o menor?) que la palabra oral o escrita, en la conciencia

de quien la observa, independientemente de su condición económica y de su grado de

educación. Era exitosa tanto para los ilustrados como para quienes no lo eran, aunque para

finales del siglo XVIII predominaba este último grupo. Al respecto Diderot argumentó que

las representaciones gráficas son más poderosas que las palabras: El tipo de exhortación

que apela al corazón por medio de los sentidos, además de la permanencia, alcanza más que

al hombre común. Las personas hacen mejor uso de su vista que de su comprensión. Las

imágenes predican sin cesar y sin herir nuestra vanidad. 14

14 COHEN WILLIAM. Symbols of power: Statues in nineteenth – Century Provincial France. Indiana University.

13

No obstante, la fácil receptividad de la imagen frente al texto escrito o la posibilidad de que

el mensaje no fuese comprendido y que simplemente se viera en ella su materialidad, se

convirtió en su mayor debilidad. Algunos contradictores de su uso argumentaban que en

esta época de cambio, de una nueva sociedad ilustrada, debería dejarse de lado las viejas

prácticas en las cuales se usaba la imagen para los ignorantes, los iletrados. De modo que

mantener activo el uso de la imagen significaba seguir como en la vieja época. Así quedó

consignado en la discusión sobre los sellos para la Convención nacional, del 21 de

septiembre de 1792, en el cual estaría la imagen de la Libertad. En esa fecha el diputado

Grégoire hizo la siguiente pregunta: “¿Es necesario que haya un sello de la República?. El

diputado manifestaba que esto porque entendía que los sellos eran usados para compensar

la ignorancia o la imperfección de la escritura. Por lo tanto debería considerarse que la

fundación del nuevo régimen no necesitaba representación fuera de la clara escritura y

lenguaje desde que fueron grabados en los corazones de todos los hombres. Una persona

con acceso a la imprenta y a la discusión pública no necesita íconos”.15

Estas diferencias fueron superadas rápidamente cuando se advirtió el valor de la imagen, no

solo para quienes no sabían leer sino como un recurso para crear un imaginario, para grabar

un mensaje en la conciencia de las personas, dado que los humanos son esencialmente

orientados visualmente16, cuando se advirtió su utilidad política. Dentro de este propósito se

empleó para conmemorar una fecha trascendental, para olvidar los rezagos de toda época

15 LYNN HUNT. Hercules. Op. Cit. 16 DOWD DAVID L. Art as National Propaganda in the French Revolution. En: The public Opinion Quartterly, Vol 15, Nº 3 (Autumn, 1951), pp 532-546. Publicado por: Oxford University Press on behalf of the American Association for Public Opinion Research.

14

pasada vigentes en la memoria, en definitiva para educar y consolidar el nuevo marco

cultural.

Al respecto también había conciencia entre los contemporáneos. Montesquieu, Voltaire,

Diderot y Rousseau enfatizaron en sus escritos la significancia social y política de las artes

para el estado así como para el individuo;17 el ya citado Abbé Henri Grégoire, que había

reconsiderado su posición frente a la imagen, señaló que el legislador que ignoraba la

importancia de los signos fallaría en su misión; él no perdería alguna ocasión para atrapar a

los sentidos, para despertar las ideas republicanas. Pronto el alma es penetrada por los

objetos reproducidos constantemente en frente de sus ojos: y su combinación, esta

colección de principios, de hechos, de emblemas que redibujan sin cesar para los

ciudadanos sus derechos y deberes, esta colección forma a manera del habla, el molde

republicano que les da un carácter nacional y el comportamiento de un hombre libre.18

Estas cualidades de la imagen y de las artes también habían sido empleadas

conscientemente por lo menos desde el reinado de Luis XIV y durante el de Luis XVI.

Angiviller, quien fue una clase de ministro de las artes finas de este úñtimo, escribió que el

gobierno debería incentivar el arte en orden a revivir las virtudes y sentimientos

patrióticos.19

Dentro de la conmemoración es de destacar la propuesta lanzada el 4 de agosto de 1789 por

el duque de Liancourt para “que la Asamblea decretara la acuñación de una medalla que

17 Ibid. 18 COHEN WILLIAM. Symbols. Op. Cit. 19 DOWD DAVID L. Art. Op. Cit.

15

perpetuara la memoria de la unión sincera de todos los estamentos, el abandono de todos

los privilegios y la fervorosa adhesión de todos los individuos a la prosperidad y a la paz

pública”.20 Así como la del sobresaliente Jacques-Louis David, quien en su discurso del 28

de octubre de 1792 hizo un llamado para la creación de una serie de medallas a la manera

de las monedas griegas y romanas con las cuales se conmemorarían “los eventos gloriosos

o felices” y “a los grandes hombres” que los hicieron posible.21

Si se estaba viviendo una nueva era, se hacía necesario republicanizar todo, expresó el ya

citado Gregoire.22 El desarrollo del nuevo imaginario era una necesidad. Para reconstruir la

unidad psicológica23 o el “marco cultural” 24, que requieren todas las autoridades políticas.

Es decir el sentido de centro sagrado que caracterizaba todo “marco cultural” y con lo cual

era posible crear un tipo de mapa social y político, para dar a los miembros de una sociedad

un sentido de lugar. Razón por la cual en el caso de la Revolución Francesa en la medida en

que los revolucionarios desafiaron a las autoridades políticas del Antiguo Régimen

debieron inevitablemente cuestionar su campo cultural.

En conclusión la revolución fue también de símbolos. Se desarrolló con ella una guerra de

imágenes e imaginarios. La caída del Rey, del Antiguo Régimen implicó también la de su

marco cultural, la de sus íconos, sus símbolos, sus imágenes. Esto condujo a la instauración

de un nuevo sistema de símbolos que trajo consigo la creación de nuevos íconos, el ataque

de varios de los emblemas de la antigua autoridad real como el cetro y la corona. Incluso 20 AGULHON MAURICE. 1789. Op. Cit. Pág. 7. 21 HANLEY WANLEY. The transmisión of Revolutionary Ideals throug the Art of the Medal. 22 LYNN HUNT. Hercules. Op. Cit Pág. 98 23 DOWD DAVID L. Art. Op. Cit. 24 LYNN HUNT. Hercules. Op. Cit. Pág 95. Para William Cohen, esta expresión es propuesta por Clifford Geertz. COHEN WILLIAM. Symbols. Op. Cit.

16

antes de la decapitación del rey, la realeza fue físicamente asaltada; en agosto de 1792 la

Asamblea revolucionaria decretó la destrucción de monumentos glorificando la casa real,

“erigidos al orgullo, superstición y tiranía”. Al retorno de la monarquía a Francia después

de 1814, muchos de los monumentos que habían sido previamente destruidos o removidos

fueron reconstruidos, restaurando no solo la monarquía, sino sus símbolos.25

Para finalizar

Llegados a este punto nos vemos en la necesidad de volver sobre las imágenes en estudio y

el tipo de soportes en los cuales fueron instaladas y entenderlas a la luz de los aspectos

señalados. Como habíamos anotado en las primeras líneas, las imágenes de la Libertad, el

gorro frigio, las fasces y Hércules representaban el nacimiento de la libertad, la unión del

pueblo y de los Estados de Francia. El objetivo de las representaciones en estudio era

transmitir este mensaje, contribuir en la conformación del nuevo marco cultural.

El soporte en el cual se instalaron estas representaciones favoreció la difusión de las ideas y

la constitución del nuevo marco cultural. Tal y como lo advierte David Down, desde el

decorado interior, los periódicos, juegos, panfletos, vestidos, bailes, discursos, festivales,

canciones, pinturas, esculturas y monumentos hicieron parte de las técnicas

propagandísticas que se perfeccionaron y emplearon en la revolución.26

25 COHEN WILLIAM. Symbols. Op. Cit. 26 DOWD DAVID L. Art. Op. Cit.

17

Por su tamaño, uso y facilidad de adquisición se difundieron entre gran parte de la

población, llevaron la revolución al orden de lo cotidiano, de lo privado y de lo doméstico.

Estas imágenes así como los objetos en los cuales estuvieron, jugaron el papel de

recordatorios, de maestros de la revolución, fueron también modeladores de nuevas

conciencias. Estuvieron presentes tanto en los interiores burgueses como en los de personas

más humildes como sastres y zapateros. “Aunque no lograron reemplazar por completo las

tablas y grabados de la Virgen María y los santos, y no es posible asegurar que las actitudes

populares experimentaran un cambio profundo durante este ensayo de educación política,

no cabe duda de que la invasión del espacio privado por parte de los nuevos símbolos

públicos constituyó un elemento esencial en la creación de una tradición revolucionaria, del

mismo modo que todos los retratos de Bonaparte y las diversas representaciones de su

victoria colaboraron en la instauración del mito napoleónico.”27.

En conclusión bien porque hacían parte del marco cultural o por propósitos políticos se

desarrolló con la revolución una nueva iconografía. En ella quedó plasmada el sentir de un

pueblo, de sus gobernantes, los sucesos y eventos más significativos. Estas imágenes se

dispersaron en todo el ambiente de diferentes maneras, a través de las artes mayores y de un

modo significativo también por las artes decorativas, a través de los enseres de uso

cotidiano, de los impresos, de las monedas y de los sellos que por su tamaño y uso,

hicieron de la revolución un asunto de todos, o de la gran mayoría.

Las imágenes estudiadas indiscutiblemente corresponden a los primeros momentos de la

Revolución. En ellas está expreso el sentimiento de un grupo, de un pueblo que en la lucha

27 ARIES PHILIPPE. Historia. Op. Cit. Pág. 30.

18

derrocó al Antiguo Régimen. Que pretendía beneficios para una gran mayoría. Desde este

punto de vista contrastan con las imágenes que tomaron importancia tras la llegada de

Napoleón al poder, las cuales se justifican desde el Emperador, más que desde un grupo.

Los principales símbolos que lo representaron como la abeja, la letra N rodeada por una

corona de laurel, estrellas, el águila, los exóticos motivos jeroglíficos seleccionados de la

campaña de Egipto (mayo de 1795 a "Octubre 1799) y los cisnes, se desarrollaron teniendo

en cuenta los intereses particulares de este gobernante.

Al volver sobre el panorama iconográfico nuestro en los inicios de la República, es

innegable la relación de varios signos nuestros y los franceses. Dentro de ellos se

encontraban además de los ya descritos, otros como el árbol de la Libertad, las cadenas

rotas, las picas, las coronas de laurel, el águila y los cisnes. Su presencia en nuestro medio

es desconcertante y hasta anacrónica si se tiene en cuenta la fecha para la que se usaron en

Francia. Al respecto, no podemos desconocer la relación que existe en términos de las

representaciones, sin embargo, la apropiación, el significado y el uso distan de lo observado

en el caso francés. Nuevamente y para terminar, remitimos al trabajo de María del Pilar

López Pérez, para entender esta situación.