iglesia del calvario

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NOTAS MENDOCINAS A un cuarto de liora de automóvil dt> Mendoza, pre- cisamente en el límite de los departamentos Godoy Cruz y Lujan, se levanta nn templo bastante primi; tivo, conocido por la Iglesia del Calvario. El campanario de esta iglesia era lo más original que se pudiera ver; pero como sucedo a voces con las cosas interesantes, fué volteado para dar lugar a un prosaico armazón de tirantes que simula el esqueleto de un campanario común. Se trataba de dos árboles, uno cerquita del otro, sobre cuyas ramas se había colo- cado transversalmente un tirantülo de madera, al que estaban sujetas un par de campanas. Los árboles cre- cían y todos los años era necesario agregar un nuevo trozo a la soga que servía para tocarlas. Gracias a este procedimiento, la soga del campanario so parecía a un rosario y los encargados de la iglesia sacaban partido de esta originalidad, elogiando la pro- videncia divina que vigilaba para que los árboles cre- cieran los dos parejos a gloria y renombre del especia- lísimo aparato vegetal. En el día de hoy, como dije, no e'dste aquello y sí un vulgar armazón en madera, digno más bien de sostener molinos de viento... que bronces sagra- dos. Lo que todavía merece aten- ción es el estilo del templo en conjunto. Se entra a! lugar sa- grado por una puerta cancel que da a un espacioso camino flanqueado ])or unos pilares de ladrillos, que corresponden , a las estaciones doiorosas del Cal- vario. Los pilares están a una cierta distancia los unos de los otros y contienen cuadritos c inscripciones alusnas al miste- rio doloroso a que se icticitn A la izquierda, euti ando ^ tse una pequeña capi- lla, que, según rc/ a un epígrafe, os l.i prisión de N. S Jesús Cristo Re- dentor. Al fondo de la hilera de pi- lares se levantan tres cruces, colo- cadas sobre pedes- tales de granito, luego hay una es- pecie de galpón y al fondo del gal- pón el templo ver- dadero, todo en adobe blanqueado. Hay tres altares divididos del gal- pón por unas puer- tas cancel, desde las que se pueden contemplar las imágenes venera- das. Durante todo el año nadie frecuen- ta este templo, que permanece ri- gurosamente ce- rrado; pero el Viernes Santo y el Día de Difuntos acuden los fieles de las más lejanas comarcas y pasan en la iglesia del Calvario dos o tres días, entregados a piadosas prác- ticas, como también a libaciones abundantes y bailes animadísimos. Todo ello sin intención ninguna de faltar al respeto a la iglesia, sino para aliviarse un poco del dolor que les ocasiona el recuerdo de los finados y el martirio del Señor. Verdad ([ue son pocos los años en que no se verifique algún hecho de sangre ocasionado por celos, disputas acaloradas o amores contrariados, pero es lo de menos, y por eso no disminuyen ni la piedad, ni la concurrencia. En el frente de! edificio ha)' unas inscripciones bas- tante interesantes, pues dan una idea de lo que son los fieles muchas veces, y al mismo tiempo arraigan siem- pi'e más la conlia-nza. en las casas del Señor, sirviendo de lugares de refugio en los momentos más difíciles, como serían, por ejemplo, los en que se hacen sentir los temblores de tierra. Dice el epígrafe de la izquierda: « Sería injusto que lo que los devotos han regalado y << ofrecido única- « mente al Señor « del Calvario, se << lo lleven para < ' otra ]iartc. Con «los préstamos se «han p o r d i d o «muchas cosas. « Prohibido sacar nada afuera: El «llustrísimo señor « Obispo Auxiliar. « doctor Salvador « de la Reta, pro- «tcctor vigilante! « de este estable- « miento.» A la derecha hay otro epígrafe de carácter histó- rico, que consti- tuye una preciosa indicación. Helo aquí en su texto auténtico: «El Oratorio «del Señor, jnn- «tamente con las «columnas, no «sufrió detrimento alguno en el « espantoso terremoto del 20 Mar- « zo 1861. Se juntó en e.ste lugar « santo, en aquellos días, una gran « concurrencia de personas jiara li- « brarse en él do la Ira de Dios y « por eso no se ha querido agrandar « más para eterna memoria.» Lo que, francamente, no lo en- cuentro muy lógico, pues me pa- rece que sería el caso, vi^to el ic- sultado conseguido por el Orato- rio como aparato antisísmico, de agrandarlo lo más posible, para seguridad de la ijoblación en con- tinuo aumento en esas regiones. Seamos justos: ¿hay o no hay razón en esto? Con la diferencia que después de cada temblor de tierra, se podría en- sanchar la eterna 'El Calvario ; U Iglesia. memoria y también la capacidad del local. A la fecha tendríamos, en lugar de la Iglesia del Calvario, toda una Jerusalén y no vendría mal una pequeña modificación de nombres: ¡Santos Lugares, por ejemplo! Sería algo más apropiado y comprensivo. DB, VACCAHI

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Iglesia del Calvario de Mendoza en Caras y Caretas

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  • NOTAS MENDOCINAS

    A un cuarto de liora de automvil dt> Mendoza, pre-cisamente en el lmite de los departamentos Godoy Cruz y Lujan, se levanta nn templo bastante primi; tivo, conocido por la Iglesia del Calvario.

    El campanario de esta iglesia era lo ms original que se pudiera ver; pero como sucedo a voces con las cosas interesantes, fu volteado para dar lugar a un prosaico armazn de tirantes que simula el esqueleto de un campanario comn. Se trataba de dos rboles, uno cerquita del otro, sobre cuyas ramas se haba colo-cado transversalmente un tirantlo de madera, al que estaban sujetas un par de campanas. Los rboles cre-can y todos los aos era necesario agregar un nuevo trozo a la soga que serva para tocarlas.

    Gracias a este procedimiento, la soga del campanario so pareca a un rosario y los encargados de la iglesia sacaban partido de esta originalidad, elogiando la pro-videncia divina que vigilaba para que los rboles cre-cieran los dos parejos a gloria y renombre del especia-lsimo aparato vegetal.

    En el da de hoy, como dije, no e'dste aquello y s un vulgar armazn en madera, digno ms bien de sostener molinos de viento . . . que bronces sagra-dos.

    Lo que todava merece aten-cin es el estilo del templo en conjunto. Se entra a! lugar sa-grado por una puerta cancel que da a un espacioso camino flanqueado ])or unos pilares de ladrillos, que corresponden , a las estaciones doiorosas del Cal-vario. Los pilares estn a una cierta distancia los unos de los otros y contienen cuadritos c inscripciones alusnas al miste-rio doloroso a que se icticitn

    A la izquierda, euti ando ^ tse una pequea capi-lla, que, segn rc/ a un epgrafe, os l.i prisin de N. S Jess Cristo Re-dentor. Al fondo de la hilera de pi-lares se levantan tres cruces, colo-cadas sobre pedes-tales de granito, luego hay una es-pecie de galpn y al fondo del gal-pn el templo ver-dadero, todo en adobe blanqueado.

    Hay tres altares divididos del gal-pn por unas puer-tas cancel, desde las que se pueden contemplar las imgenes venera-das.

    Durante todo el ao nadie frecuen-ta este templo, que permanece ri-gurosamente ce-r r a d o ; pero el Viernes Santo y el Da de Difuntos acuden los fieles de las ms lejanas comarcas y pasan en la iglesia del

    Calvario dos o tres das, entregados a piadosas prc-ticas, como tambin a libaciones abundantes y bailes animadsimos.

    Todo ello sin intencin ninguna de faltar al respeto a la iglesia, sino para aliviarse un poco del dolor que les ocasiona el recuerdo de los finados y el martirio del Seor.

    Verdad ([ue son pocos los aos en que no se verifique algn hecho de sangre ocasionado por celos, disputas acaloradas o amores contrariados, pero es lo de menos, y por eso no disminuyen ni la piedad, ni la concurrencia.

    En el frente de! edificio ha)' unas inscripciones bas-tante interesantes, pues dan una idea de lo que son los fieles muchas veces, y al mismo tiempo arraigan siem-pi'e ms la conlia-nza. en las casas del Seor, sirviendo de lugares de refugio en los momentos ms difciles, como seran, por ejemplo, los en que se hacen sentir los temblores de tierra.

    Dice el epgrafe de la izquierda: Sera injusto que lo que los devotos han regalado y