ibsen martínez

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Chávez: candidato de derecha Ibsen Martínez “¿Quién es Henrique Capriles Radonski?”. “Es el candidato de la derecha” es la respuesta corta que sabe dar el buen activista bolivariano. También la gran prensa extranjera. El habla chavista, cuyo léxico básico recopila y difunde desde hace quince años los escarnios, infamias, improperios, provocaciones, mentiras, blasfemias y, en fin, cualquier despropósito proferido en un descuido de los alterados neurorreceptores de Hugo Chávez, no titubea a la hora de meter en el saco de lo que llama “la derecha” a todo opositor a la autocracia inconstitucional del paciente terminal de cáncer más sano del planeta. Tal es la magnitud y musculatura del aparato difusor del chavismo que la oposición –y no sólo la de a pie: también sus voceros políticos y sus periodistas de opinión— ha terminado por hacer suyos muchos calculados disparates chavistas. Que la voz castellana “escuálido” haya dejado de significar entre nosotros lo que recoge el Diccionario de la Real Academia Española es sólo un indicio de cómo, en un clima de demencial polarización, un neutro e inocuo vocablo del lenguaje coloquial que significa “flaco, macilento”, puede ser desnaturalizado y subvertido por una mente superlativamente obcecada por el odio y por su peor correlato viviente –una fanatizada pandilla de sicofantes--, en un dicterio definidor de convicciones e intenciones perversas. Paradójicamente, demasiados adversarios del chavismo, a la hora de definirse políticamente, han hecho suyo el vocablo, dándole la misma “acepción” que le otorga el glosario chavista. “Escuálido” ha venido a ser, para tirios y troyanos, sinónimo de “derechista”, pero no en el sentido, digamos, mitigadamente thatcheriano del término, sino en el “sentido Pinochet” que la hipócrita parla castrocomunista ha dado a la palabra.

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Chvez: candidato de derecha

Chvez: candidato de derechaIbsen MartnezQuin es Henrique Capriles Radonski?. Es el candidato de la derecha es la respuesta corta que sabe dar el buen activista bolivariano. Tambin la gran prensa extranjera.El habla chavista, cuyo lxico bsico recopila y difunde desde hace quince aos los escarnios, infamias, improperios, provocaciones, mentiras, blasfemias y, en fin, cualquier despropsito proferido en un descuido de los alterados neurorreceptores de Hugo Chvez, no titubea a la hora de meter en el saco de lo que llama la derecha a todo opositor a la autocracia inconstitucional del paciente terminal de cncer ms sano del planeta.Tal es la magnitud y musculatura del aparato difusor del chavismo que la oposicin y no slo la de a pie: tambin sus voceros polticos y sus periodistas de opinin ha terminado por hacer suyos muchos calculados disparates chavistas.Que la voz castellana esculido haya dejado de significar entre nosotros lo que recoge el Diccionario de la Real Academia Espaola es slo un indicio de cmo, en un clima de demencial polarizacin, un neutro e inocuo vocablo del lenguaje coloquial que significa flaco, macilento, puede ser desnaturalizado y subvertido por una mente superlativamente obcecada por el odio y por su peor correlato viviente una fanatizada pandilla de sicofantes--, en un dicterio definidor de convicciones e intenciones perversas.Paradjicamente, demasiados adversarios del chavismo, a la hora de definirse polticamente, han hecho suyo el vocablo, dndole la misma acepcin que le otorga el glosario chavista. Esculido ha venido a ser, para tirios y troyanos, sinnimo de derechista, pero no en el sentido, digamos, mitigadamente thatcheriano del trmino, sino en el sentido Pinochet que la hipcrita parla castrocomunista ha dado a la palabra.2.- La seora que, exasperada ya por tanto atropello chavista, se declara esculida en alguna tertulia lo hace slo porque no quiere ser malinterpretada en medio de la confusin imperante. Quiere ser inequvoca en su oposicin a Chvez. Pero, al proferir esa palabra, no est pensando en una solucin final a la calamidad chavista que nos agobia semejante a la que los nazis dieron a la cuestin juda.Esa seora solamente desea ser gobernada por un presidente civil razonablemente eficiente, con poder limitado por los contrapesos de la separacin de poderes y que est dispuesto a dejar Miraflores sin pataleo dentro de seis aos su as lo decidiese la mayora.El a veces sorprendente deslizamiento de sentido que experimentan algunas palabras es cosa para la que lingistas y lexicgrafos tienen, hasta donde alcanzo a ver, mltiples explicaciones, a menudo distintas pero concurrentes.Convengamos, sin embargo, que esta chifladura de llamar derechista a todo opositor demcrata a los desafueros tirnicos de Chvez desafa los mejores cerebros que pueda uno conocer. La perplejidad y la rabia, digmoslo todo nos arrebata cuando leemos un despacho de prensa extranjera, en especial la europea, consignando una distincin tan falaz y descaminadora: Chvez y su coalicin de narcogenerales manifiestamente dispuestos a desconocer resultados electorales adversos, de irregulares colectivos armados hasta los dientes, de fsiles vivientes, verdaderos gliptodontes escapados de la llamada IV Repblica, de reumticos routieres de la izquierda insurreccional de los aos 60 del siglo pasado, de avispados hombres de negocios, de interventores de banca nacionalizada, de legisladores que ni debaten ni mucho menos legislan y tan slo refrendan todo tipo de desafuero alzando la mano, de embusteros telepolitlogos, de palabreros telefilsofos, de oprobiosos telecomunicadores de ignominias: en fin, todo esa zahrda impresentable es la izquierda. Todo lo dems ms del 52% del total de votantes en las ltimas parlamentariassomos la derecha.3.- Mientras observaba la marcha opositora del domingo pasado, un buen amigo hizo ver a un corresponsal extranjero algunas verdades incontrovertibles que aqu comparto. Una de ellas es la de que todos los partidos adscritos a la Internacional Socialista apoyan a Capriles y no a Chvez. El propio candidato opositor se ha definido de viva voz como de centro-izquierda. Su gestin como gobernador avala esa afirmacin, pues ha privilegiado los planes sociales con tal eficiencia y ausencia de sectarismo que ha logrado neutralizar hasta al ms cerril chavismo mirandino.Por otro lado, todos los tpicos, por cierto algo ms que simblicos, de la derecha totalitaria tan semejante sta a la izquierda totalitaria--, que arriman su ideario a las realidades cubana o norcoreana, definen cabalmente a Chvez: el personalismo caudillista, el culto a la personalidad, el nacionalismo militarista, la fulminacin del adversario como enemigo del pueblo, la extorsin del voto del empleado pblico, la usurpacin hegemonizante de todos los recursos de la nacin, el discurso guerrerista, la simpata y los acuerdos con regmenes como el de Irn y Siria, el antisemitismo, la vocacin continuista, la sujecin de los poderes a la voluntad del Jefe, etc.La policlasista marcha del domingo, con su clamoroso mestizaje racial y poltico, acredit claramente por qu en las elecciones primarias la mayora se decant por el candidato ms moderado y propicio al dilogo social. Y me hizo recordar una frase cien veces escuchada de labios del insustituible Jos Ignacio Cabrujas: Poeta, en este pas la derecha desentona: Venezuela es de centro-izquierda y est con Disneyworld.Chvez es la derecha y Capriles est a su izquierda, bien ubicado en el centro demcrata.Alguien quiere apostar?