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8 E-N.0 5. Santiago de Chile, 17 de julio de 1931

PRECIO: 20 CtvS. E&.ElpW.

el priiximo dtlrmero nues

-Leernos con mueho 1

. mib. “MAMITA” espera complacerios saempre, nuwan- 10s cuentos a dhrselos

I .

a yiernes. En. este niimero no van dibujos, porqlre el cuento en

versa nus ha tornado much- phginas, En el prdximo nu- - mew no Paltara tan l inh dibujo y pasiblemente ya ten-

8 premiss riaas que afiadir a 10s que hemos es-

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anduvieron elo a sw ma-

yos les quemaban im; pladablemente, h ' 'ndoles ahogarse de

/, ., calor. N o divisa a su alrededor vi- vienda alguna que les sirviera de refwgio, ni arbol a la sombra del cual pudieran acogerse.

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EL' P R I N C I P E Q U E SE V O L V I I I ) , C A B R , I T O

En la extensa llanara divisaron un es- ganqae a1 lado del cud pastaba un reba- .ii0 de vacas4

-Tengo sed-dijo Pedro. -No bebas, herrnanito le al rti6

.Marilinda-, porqwe si bebes te trans maras en un ternero

Pedro obedeci camino. --

Anduvieron m u . ~ urn rio, a la orilla del 'cu nada de caballos. -;Oh, liermanita! Si sup ql6, sled

-No bebas, hermanito, porque te

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tengo!-dijo otra vez

transformaris en un potri Pedro oblede& y continuaron andaa-

F?O. Anduvieror, anduvieron; el sol esta- ba todavia alto * el &lo y quemaba co- :-IO antes: la transpiraclon les corria por . # I

< = ' -, ..

U n dia, el Cabrito, que corria y salta- alrededor de su hermana, penetr6 en

La servidumbre 10s vi6 y un criado ,

-Sacra Rea1 Majestad, en el jardin del

o atado 'con un cord6n de se,da; es tan o ~ a que no se puede describir SIX be-

1 b y orden6 que se enterasen. de

jardin del palacio de un Rey.

.. -

para comer se sentaba a la mesa del 5 y - de su hermana, la Reina..

y la pobre Marilir so p6lida ~ x n o 1 Sl

. . 1 . . jarCn t O d 0 torno u 'i- flores sle marchitar

irboles se desprend hierbas' se secaro

cambiada, le pre

-Si, no me siento bie

-2Quieres curarte? Pues, ve a la orilla t

- 1

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a1 mar, donde lleg6 en el momento de ver desaparecer a la Reina, su herma- nil. iQuL podia hacer 61 sin0 balar y

vistio como

*Donde esta e l . Cabrito?-

* .

ii*ckbrito y mientras le apaleaba, le de..

E L P R I N C I P E Q U E SE V O L V I O C A B R I T * Q - b -

con tanta tenacidad que no tuvo mas r e medio que consentk que lo matasen.

Pocas horas despuks, el Cabrito, vien- do que ya estaban afilando 10s cuchillos para cortarle la cabeza, csrrio a d h d e el Rey y le rogo: 7 *Seiior! Permiteme ir a la orilla del

.r

-. ;

mar para tornaw un baiio antes que me matem

El rrio a la orilla y exclamo con voz lastimera:

- I *Marilinda, hermanita mia! sal a la orilla! endido y ollas esc de agua afilando 10s cuchillos grandes para mad tarme! iPobre de mi!

Marilinda le contestb: -;Hermanit0 mio, la piedra que est& :

atada a mi cuello pes% demasiado; las

-- plantas marinas se'enredaron a mis pies, la arena amarilla se amonton6 sobre mi--

:.. pecho; Ea feroz serpiente del mar ha cha; r pado toIda la sangre de mi corazbn!

El pobre Cabr Lii a llorar y

A medii rino otra vez a pedir per

cia el mar9

V O L V I O C A B R I T O

me orilla del malt paraiverlo por ultima vezn, Ee dej6 ir y se fw

que llamaba a su hermanq-:

orilla! ;€Ian encendido . . . ya 10s.f as e s t h llenas

tiin afilando 10s c matarme! iPobre de mi!

Llegados d , a la orilla, 0y6~ 'd C

-;Marilinda, hermanita mia, sal a

ilElos grandes- paras ~

Marilinda le contest6 : -1 .*Hermanito mio, la piedra que e

atada a mi cuello pesa demasiada; plantas marinas se enredaron 'a mis la arena amatilla se amonton6 sobre

*,-.-

pecho; la feroz serpientc del mar ha. pado toda la sangre de mi corazh!

llamkndola con voz carinosisima, .y-. PI

Pero el Cabrito empez6 'a suplicar, 8 M

tonces Marilinda, haciendo u profun

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cuello,, la sac6 a la orilla y lepreguntb Ile no de asombrot .

Ella le cont6 todo,' y le dijo, ademiis,

-- se alegr6 muchisimo de mo su esposa. Marili

mano a :comer la hierba e inmediatamente

d&ar mas a1 mundo, Y el Rey, la Reina y el Principe Pedxo vkieron felices, au1 mentaron sus ‘uienes no se separaron mas+

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r i l l +*.*O F E R T A E S P E C I A L!!!!

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- 1 -

que SUI unico deseo 8

.era morir. ;Tan cansado de la vida estaba! Cortaba lefia en el bosque un dia de invierno, cuando Jupiter ,se le aparece entre granizos y rayos *QuC I miedo el del pobre hombre!'

,fui mis ligero. El dichoso leiiador iba pensando en tanto que caminaba: (~Es precis0 obrar despacio y consultar a mi esposa a ver quL solicitamoss. En cuanto lleg6 a su casa di6 a SIX mujer un abrazo

1 a

i y le dijo: a iSomos ricos, buena Francisca! Encen a

un buen faego. ;Desde ahora nuestras penas se acabaron! B

Le refiri6 lo ocurrido, y a1 escuchar el welato traz6 Francisca mil y un proyectos de lujo y fausto. . Mas. luego, considerando

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O , ~ I H I ~ . . . ~ W ~ ~ ~ ~ ~ ~ * * ~ ~ ~ ~ ~ ~ * ~ ~ 0 e

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~ + . ~ r . . w . ~ . . ~ ~ , * ( H ~ ~ I t c ) l l ( C ~ . . f : ' ,+L

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leiiador; aun pensaba i * 9 0

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que Dios hizo un buen milagro, * e

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y que su tercer deseo9 .. Ue aun no habia formulado, pudiera hacerlo dichoso+ a m

aPedir6 ser soberano e a del reino mi's polder 0

porque no hay na que dominar en la tierra, .

Mas.+. va a ser un espec ver a la reina en el con esa nariz de a palmo. 7 .

Es preciso consultarl

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. . que elija con cuidado.

e un gran pais, ~c-ns~ervando;

quedarse en el estado

8 tre convertirse en rleina a

*i e enorrne narizoti

lefiadora humilde e * 0 8 e e e

...+(H.+~.+ ~ ~ o . . o + a ~ ~ ~ o . ~ * . ~ . . . * r ) + . ~ o . . * ~ * * * ~ * ~ . ~ o + d . . ~

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1 ALlR!Z!ITO NEY ER I I I €S EL MEJUR I