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I Encuentro Provincia Norte
Matrimonios, anunciemos la alegría
del amor en la familia
Ciudad de Mexico, octubre 13 al 15 de 2017
EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA PROVINCIA NORTE
Equipes Notre-Dame – Teams of Our Lady – Equipes de Nossa Senhora
BIENVENIDA
Queridos hermanos:
El equipo organizador les da la más cordial bienvenida al I Encuentro de Provincia Norte.
Queremos dar gracias infinitas a Dios y a nuestra Madre la Santísima Virgen de Guadalupe, patrona
de Mexico y de América, por haberlos traído hasta este lugar donde tendremos ocasión de formarnos
bajo el lema de “Matrimonios, anunciemos la alegría del amor en la familia”, y de compartir juntos
momentos fuertes de oración, de celebración, de intercambio y de amistad.
Los invitamos a recibir con corazón abierto y sensible todos los detalles que aquí viviremos.
Estaremos disponibles para cualquier inquietud y a continuación encontraran una información que será
de mucha utilidad para su participación en este Encuentro.
Equipo organizador del
I Encuentro Provincia Norte
TELEFONOS DE EMERGENCIA MEDICA Dr. Adrian Orozco Pelayo Equipo 4 de Guadalajara Celular. +52 1 3310655809. Medicina interna [email protected] Dra. Ana Lorena Gutierrez Fardacho Equipo 4 de Guadalajara Celular. +52 1 3311582993 [email protected]
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EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA PROVINCIA NORTE
Equipes Notre-Dame – Teams of Our Lady – Equipes de Nossa Senhora
VIERNES 13 DE OCTUBRE
DE 2017
SALUDO Y PRESENTACION DEL I ENCUENTRO
Leticia y Guillermo Muñoz Urbina Hogar Responsable Region Mexico
Queridos hermanos, matrimonios, viud@s y Sacerdotes Consiliarios, sean bienvenidos todos a México, a esta tierra que los recibe con gran alegría, a esta tierra en la que nuestra Madre, Nuestra Señora de Guadalupe, quiso hacerse presente para amarnos y consolarnos siempre. Dios bendiga el esfuerzo que ha significado para todos estar aquí. Deseamos que esta hermosa experiencia de la internacionalidad de nuestro movimiento sea una gran experiencia de fe, de fraternidad, de amistad y de amor entre nosotros. Gracias a la Provincia Norte, a la Súper Región Hispanoamérica y al ERI por brindar a la Región México, la oportunidad de ser los anfitriones de este bello Encuentro. Durante estos días tendremos la dicha de compartir fuertes momentos de oración, escucha de la palabra de Dios, hermosas charlas y reflexiones, reunión de equipos mixtos, convivencia con matrimonios y consiliarios de diferentes estados y países; y una gran fiesta de amistad, para celebrar la alegría de encontrarnos juntos. La temática de este encuentro está fundamentada en la Exhortación Apostólica Postsinodal "AMORIS LAETITIA" del Santo Padre Francisco sobre el Amor en la Familia. Este encuentro estará compuesto por 4 módulos de reflexión. El primer módulo que compartiremos durante el día de hoy se titula "El anuncio de la Buena Nueva del Matrimonio". Durante el primer medio día de mañana sábado, reflexionaremos en el Segundo módulo sobre "La mirada puesta en Jesús". Durante el resto del sábado compartiremos el tercer módulo titulado "El amor en el matrimonio". Finalmente, durante el domingo reflexionaremos el cuarto módulo titulado "Derribando muros y construyendo puentes", que ha sido nuestro tema de estudio del 2017. Además, tendremos la dicha de peregrinar para encontrarnos con nuestra Madre la Virgen de Guadalupe, y vivir la fiesta de la Eucaristía en su casa, la hermosa Basílica del Tepeyac, y gozar de esta bella experiencia, quizás por primera vez para muchos de nosotros. Queremos resaltar la grandeza de lo ocurrido en 1531. La historia de los últimos cinco siglos da testimonio de que el milagro del Tepeyac, creó una nación mestiza y una Iglesia latinoamericana con una fuerte identidad de pertenencia a toda la Iglesia Católica. Esa Gracia no la otorgó para beneficio particular de una sola nación; es un tesoro que el Papa San Juan Pablo II proclama y estimula a la Iglesia latinoamericana a compartirlo con la humanidad entera". En la homilía, de San Juan Pablo II en la Misa de canonización de San Juan Diego, menciona “Es conmovedor leer los relatos guadalupanos, escritos con delicadeza y empapados de ternura. En ellos la Virgen María, la esclava “que glorifica al Señor” (Lc 1, 46), se manifiesta a Juan Diego como la Madre del verdadero Dios. Ella le regala, como señal, unas rosas preciosas y él, al mostrarlas al Obispo, descubre grabada en su tilma, la bendita imagen de Nuestra Señora.
Emulando aquel hermoso día, aquí estamos haciendo presente a nuestra querida Madre en la advocación de Guadalupe. Llegó el día tan esperado, a pesar de que a algunos de nosotros pudo pasarnos lo mismo que a San Juan Diego, quien, por tener a su tío enfermo, quiso llegar de prisa a la ciudad, esquivando el camino donde comúnmente se encontraba con María de Guadalupe y pensó que, rodeando el cerro, ese día no lo entretendría la Señora. Aun yendo por otro camino, se le apareció nuevamente. Así, cuando ella se hace presente en nuestras vidas no importa que la esquivemos, Ella siempre saldrá a nuestro encuentro. Quizas pudo pasarnos que intentamos esquivar llegar aquí con tantas complicaciones en la vida, en el trabajo, con los hijos, con la salud; estamos aquí con muchas inquietudes, con muchas necesidades, con mucha esperanza, quizás con muchas preocupaciones, situaciones personales difíciles, problemas en nuestros equipos, en nuestros sectores, en nuestro movimiento; sin embargo a pesar de todos los inconvenientes, Ella sale a nuestro encuentro. Como buena Madre, Ella ve nuestro corazon, conoce el más profundo de nuestros pensamientos y necesidades para hacernos el milagro necesario. Nosotros hemos vivido el don de hacer realidad esto a lo largo de nuestra vida, antes de ser equipistas pertenecimos a la Sociedad de María y ha sido un regalo muy especial, vivir de una manera tan cercana el amor de madre e intercesión de María. Hoy los invitamos a que, a lo largo de este Encuentro, la escuchemos decirnos como a San Juan Diego: Oye, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige, no se turbe tu corazón, no temas esa enfermedad, ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester? No te apene ni te inquiete otra cosa. Acojamos a Maria en nuestro corazón y disfrutemos de la presencia de Dios entre nosotros; oremos juntos por los frutos que sea su voluntad regalarnos en estos días que estaremos reunidos. En nombre de todos los mexicanos, les damos la más calurosa bienvenida a este Encuentro. Estaremos todos a su servicio y atentos a cualquier necesidad para hacer su estancia placentera y feliz. Muchas gracias.
CELEBRACION EUCARISTICA Viernes 13 de octubre de 2017
RITOS INICIALES
Monición
Damos gracias a Dios por este 1er Encuentro de Provincia Norte, por permitirnos estar en este lugar,
por lograr vencer todos los contratiempos que se nos presentaron, hoy en torno al altar en compañía
de Jesús y María, los invitamos a vivir a plenitud esta Eucaristía, nos ponemos de pie y nos unimos al
canto de entrada.
Procesión de entrada
Canto de entrada: DIME SEÑOR
Hoy en oración quiero preguntar, Señor, quiero escuchar tu voz, tus palabras con tu amor. Ser como eres tú, servidor de los demás, dime cómo, en qué lugar te hago falta más. Dime, Señor, en qué te puedo servir, déjame conocer tu voluntad. Dime, Señor, en ti yo quiero vivir, quiero aprender de ti, saber amar. Hoy quiero seguir
tu camino junto al mar, tus palabras, tu verdad, ser imagen de ti. Ser como eres tú, servidor de los demás, dime cómo, en qué lugar te hago falta más.
Dime Señor…
Hoy vengo ante ti seguir tu voluntad, a vivir
según tu amor, ser testigo de mi fe.
En mi corazón se prepara tu lugar. Úngeme en
tu Espíritu, Dios en trinidad.
Dime Señor…
Saludo
V. En el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R. Amén
Acto Penitencial
Canto Señor ten piedad
LITURGIA DE LA PALABRA
Tú tienes Señor palabras de vida eterna, derrama tu Santo Espíritu en cada uno de los aquí reunidos
y escuchemos al profeta Joel que nos invita a hacer penitencia y a San Lucas que nos invita a estar
unidos y estar del lado de Jesús.
Primera lectura
Del libro del profeta Joel (1, 13-15;2,1-2)
Hagan penitencia y lloren, sacerdotes; giman, ministros del altar; vengan, acuéstense en el suelo
vestidos de sayal, ministros de mi Dios, porque el templo del Señor se ha quedado sin ofrendas y
sacrificios.
Promulguen un ayuno, convoquen la asamblea, reúnan a los ancianos y a todos los habitantes del país
en el templo del Señor, nuestro Dios, y clamen al Señor: “¡Hay de nosotros en aquel día!”. Porque ya
está cerca el día del Señor, y llegará como el azote del Dios todopoderoso.
Toquen la trompeta en Sion, den la alarma en mi monte santo; que tiemblen los habitantes del país,
porque ya viene, ya está cerca el día del Señor. Es un día de oscuridad y de tinieblas, día de nubes y
de tormenta; como la aurora se va extendiendo sobre todos los montes, así se extenderá el poderoso
ejército que viene: nunca hubo uno como él ni habrá otro igual a él por muchas generaciones.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Salmo 9
R. El Señor juzga al mundo con justicia.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón y
proclamaré todas tus maravillas; me alegro y
me regocijo contigo y toco en tu honor, Altísimo.
R.
Reprendiste a los pueblos, destruiste al
malvado y borraste para siempre su recuerdo.
Los pueblos se han hundido en la tumba que
hicieron, su pie quedó atrapado en la red que
escondieron. R.
El Señor reina eternamente, tiene establecido
un tribunal para juzgar; juzga al orbe con justicia
y rige a las naciones con rectitud. R.
Aleluya, aleluya
Ya va a ser arrojado el príncipe de este mundo. Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos
hacia mí, dice el Señor.
Aleluya…
Del santo Evangelio según san Lucas (11,15-26)
En aquel tiempo, cuando Jesús expulsó a un demonio, algunos dijeron: “Este expulsa a los demonios
con el poder de Belzebú, el príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una
señal milagrosa.
Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: “Todo reino dividido por luchas internas va a
la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo ¿cómo
mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Belzebú. Entonces,
¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero
si yo arrojo a los demonios con el dedo de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de
Dios.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más
fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus
bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.
Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo,
y al no hallarlo, dice: ‘volveré a mi casa, de donde salí’. Y al llegar, la encuentra barrida y arreglada.
Entonces va con otros siete espíritus peores que él y vienen a instalarse allí, y así la situación final de
aquel hombre resulta peor que la de antes”.
Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús
Homilía
Oración de los fieles
Por la Iglesia, para que se fortalezca en la comunión universal de todos los movimientos católicos y
grupos apostólicos que guiados por el Espíritu Santo, colaborarán en la fructífera construcción del reino
de Dios. Roguemos al Señor. “Escucha Señor nuestra oración”
Por los Sacerdotes, religiosos y religiosas, para que sean constantes en la búsqueda de la verdad y su
vocación crezca cual árboles frondosos que cobijan almas para el Señor y dan frutos permanentes de
fe, esperanza y caridad. Roguemos al Señor.
Por los gobernantes, que sepan dirigir a las naciones en ambientes de solidaridad, justicia y paz.
Roguemos al Señor.
Por los miembros de Equipos de Nuestra Señora que luchemos por vivir la santidad en nuestros
equipos y seamos signo de esperanza para el mundo. Roguemos al Señor.
Por los enfermos, necesitados y migrantes, por todos los que sufren, para que Dios, Padre de
misericordia venga en auxilio de sus necesidades. Roguemos al Señor.
Por los sacerdotes consiliarios de los Equipos de Nuestra Señora, para que se mantengan santos y
sigan fieles a su vocación sacerdotal. Roguemos al Señor.
LITURGIA EUCARISTICA
Procesión de las ofrendas
Monición: Te presentamos el vino y el pan como fruto del trabajo de los hombres, el material del
encuentro que nos invita a que anunciemos la alegría del amor en la familia y la Virgen de Guadalupe
como Reina de México y emperatriz de América.
Canto: RECÍBEME
Recíbeme con toda la miseria que hay en mí, con todos los deseos de seguir por tu camino. Iluminar es hoy el reto en la oscuridad, servicio, entrega en fidelidad hasta la muerte. Hoy es tiempo de dar a manos llenas lo que se nos dio. Brillar hasta consumirse, iluminar a un
mundo en penumbras, hasta que no quede yo sino tú. Recíbeme… No se enciende una lámpara para ponerla bajo el celemín. La luz que encendiste en mí la ponga yo en todo lo alto, y que María me ayude a decir “Sí”.
Plegaria eucarística
Canto: Santo, Santo…
Rito de comunión
Rito de paz
Canto: Cordero de Dios…
Cantos de comunión:
CRISTO ERES TÚ Tomando cada día mi cruz Cada paso que tu des yo daré Dispuesto estoy a dártelo todo Y así permanecer Mis ojos solo en ti fijaré En verdad mi corazón guardaré No dejes ni un momento de guiarme Solo en ti confiaré Cristo eres tú
La verdad que me llevó a libertad El camino que me lleva a encontrar Tu Hermosa Paz Tomando cada día mi cruz Cada paso que tu des yo daré No dejes ni un momento de guiarme Solo en ti confiaré Tomando cada día mi cruz Cada paso que tú des yo daré.
MILAGRO DE AMOR Jesús, aquí presente en forma real te pido un poco más de fe y de humildad Quisiera poder ser digno de compartir contigo el milagro más grande de amor. Milagro de amor tan infinito en que Tú, mi Dios, te has hecho tan pequeño y tan humilde para entrar en mí.
Milagro de amor tan infinito en que Tú, mi Dios, te olvidas de tu gloria y de tu majestad por mí. Y hoy vengo lleno de alegría a recibirte en esta Eucaristía. Te doy gracias por llamarme a esta cena, porque, aunque no soy digno visitas Tú mi alma. Milagro de amor tan infinito… (Bis)
NADIE TE AMA COMO YO Cuanto he esperado este momento Cuanto he esperado, que estuvieras así Cuanto he esperado, que me hablaras Cuanto he esperado, que vinieras a mí Yo sé bien lo que has sufrido Yo sé bien porque has llorado Yo sé bien lo que has vivido Pues de tu lado no me ido. Pues nadie te ama, como yo Pues nadie te ama, como yo Mira la cruz, esa es mi más grande prueba, Nadie te ama como yo
Nadie te ama, como yo Pues nadie te ama, como yo Mira la cruz, fue por ti fue porque te amo Nadie te ama, como yo... Yo sé bien lo que me dices Aunque a veces no me hables Yo sé bien lo que en ti sientes Aunque nunca lo compartas Yo a tu lado he caminado, Junto a ti yo siempre he ido Aún a veces te he cargado Yo he sido tu mejor amigo Pues...
ALMA DE CRISTO Alma de Cristo, santifícame Cuerpo de Cristo, sálvame Sangre de Cristo, embriágame Agua del costado de Cristo, lávame Pasión de Cristo, confórtame Oh buen Jesús, óyeme Y dentro de tus llagas escóndeme
No permitas que me aparte de ti Del enemigo defiéndeme En la hora de mi muerte llámame Y mándame ir a ti Para que con tus santos Te alabe por los siglos de los siglos.
Amen, Amen
Oración después de la comunión
Rito de conclusión
Oración para la canonización Del siervo de Dios Henri Caffarel
Dios, Padre nuestro, pusiste en el corazón de tu siervo Henri Caffarel, un impulso de amor que le unía sin reserva a tu Hijo y le inspiraba para hablar de Él. Profeta de nuestro tiempo,
enseñó la dignidad y la bondad de la vocación de cada uno
según la llamada que Jesús nos dirige a todos: “Ven y sígueme”.
Él despertó el entusiasmo de los cónyuges
ante la grandeza del sacramento del matrimonio,
imagen del misterio de unidad y de amor fecundo entre Cristo y la Iglesia.
Enseñó que sacerdotes y matrimonios
están llamados a vivir la vocación del amor.
Guio a las viudas: ¡El amor es más fuerte que la muerte!
Impulsado por el Espíritu
dirigió a muchos creyentes por el camino de la oración.
Poseído por un fuego devorador, estuvo lleno de Ti, Señor.
Dios, Padre nuestro,
por la intercesión de nuestra Señora
te pedimos que aceleres el día
en que la Iglesia proclame la santidad de su vida,
para que todos descubran la alegría de seguir a tu Hijo,
cada cual según la vocación del Espíritu.
Dios Padre nuestro, invocamos al padre Caffarel para …
(precisar la gracia a pedir)
Oración aprobada por Monseñor André VINGT-TROIS – Arzobispo de Paris. "Nihil obstat" : 4 enero 2006 – "Imprimatur" : 5 enero 2006 En el caso de obtener alguna gracia por la intercesión del Padre Caffarel, comunicarlo al postulador: Association "Les Amis du Père Caffarel" 49 rue de la Glacière – F 75013 PARIS
Canto de salida: MAGNIFICAT
Mi alma glorifica al Señor, mi Dios,
gozase mi espíritu en mi salvador.
Él es mi alegría, es mi plenitud,
Él es todo para mí.
Ha mirado la bajeza de su sierva
muy dichosa me dirán todos los pueblos
porque en mí ha hecho grandes maravillas
Él que todo puede cuyo nombre es santo.
Mi alma glorifica...
Su clemencia se derrama por los siglos
sobre aquellos que le temen y le aman
desplegó el gran poder de su derecha
dispersó a los que piensan que son algo.
Mi alma glorifica...
Derribó a los potentados de sus tronos
ensalzó a los humildes y a los pobres
los hambrientos se saciaron con sus bienes
y alejó de sí vacíos a los ricos
Mi alma glorifica...
Acogió a Israel su humilde siervo.
Acordándose de su misericordia. Como había
prometido a nuestros padres. A Abraham y
descendencia para siempre.
Mi alma glorifica...
EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA PROVINCIA NORTE
Equipes Notre-Dame – Teams of Our Lady – Equipes de Nossa Senhora
MODULO 1 El Anuncio de la Buena Nueva del Matrimonio
MEDITACION (1 Cor 13, 1-3) P. Manuel Rojas Consiliario Espiritual R. Mexico
13:1 Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy
como bronce que suena o címbalo que retiñe.
13:2 Aunque tenga el don de profecía, y conozca todos los misterios y toda la ciencia;
aunque tenga plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy
13:3 Aunque reparta todos mis bienes, y entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad,
nada me aprovecha.
Señor Lo que en un cuerpo realiza la funcionalidad orgánica, en la Iglesia lo realiza el Amor cristiano.
El amor todo lo vence, nos rendimos también nosotros al amor. El amor al prójimo enraizado en el
amor a Dios es ante todo una tarea para cada uno de nosotros, pero lo es también para toda la
comunidad eclesial, y esto en todas sus dimensiones: matrimonio, familia, comunidad (equipo),
parroquia, iglesia particular (diócesis), e iglesia universal.
La caridad es siempre algo más que una simple actividad. Este himno tuyo Señor, es la Carta Magna
de todo el servicio eclesial. Es como una radiografía tuya Cristo Jesús, el Amor del Padre hecho
Pan de Vida para nosotros.
Hoy Señor queremos preguntarnos ¿soy una expresión del amor de Dios a mi prójimo? ¿En verdad
mi vida matrimonial, sacerdotal, como viuda(o), es un darme a mí mismo?
O caigo en la cuenta que... ¿A veces humillo a los demás con mis actitudes? no basta dar algo mío,
sino darme yo mismo al otro, desde mi estado de vida.
Mi vida Señor tiene que ser un don para los demás.
Canto
CONFERENCIA
La alegría vivida en la vida del matrimonio y la familia
Constanza y Fabio Lopez Hogar Responsable Súper Region Hispanoamérica
Estamos muy contentos de poder compartir hoy con nuestros hermanos equipistas de la Provincia
Norte. Agradecemos profundamente a nuestro Señor el compromiso de tantos matrimonios y
sacerdotes que han hecho posible que este evento se haga realidad. En especial agradecemos el
entusiasmo de los Provinciales Norte Mario y Maritza García que con gran decisión emprendieron
este proyecto y al compromiso de Guillermo y Leticia Muñoz, como Regionales México que han
motivado a los equipistas de este hermoso país para ser unos excelentes anfitriones.
Para empezar nuestra charla acerca de LA ALEGRIA VIVIDA EN EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA,
queremos inicialmente hacer énfasis en que este enunciado en el que creemos fundamentalmente
es una realidad para todos los matrimonios de los ENS, no es tan común escucharlo hoy en día en
la vida diaria y menos aún en los medios de comunicación y que decir de los pocos hablan bien del
matrimonio.
Hoy en día es triste, como la sociedad de consumo se manifiesta en cuanto al matrimonio y sus
valores. Actualmente se hace énfasis en lograr la satisfacción personal y el cumplimiento de las
metas que cada uno se ha impuesto y llevó como propias al matrimonio, aunque para lograrlas se
tenga que pasar por encima del otro. La mayoría de los jóvenes le huyen al compromiso. La
infidelidad está en sus más altos índices y parece como si se estuviera compitiendo cuál de los dos
sexos es más hábil en ser infiel.
Se han creado verdaderos estereotipos en cuanto al matrimonio, como un mal para la vida y no
como una bendición. La connotación que se asocia al matrimonio es como si se acabara la libertad
para los contrayentes, como si se truncara el futuro y se estuviera haciendo una mala elección de
vida. En periódicos y revistas se publican estudios que invitan a tener una forma de vida diferente,
individual, competitiva y cada vez las parejas posponen más la decisión de optar por el matrimonio.
Pero hoy no vinimos a hablarles de lo que dice el mundo o los medios de comunicación a veces
repitiendo sin realmente reflexionar en lo que se dice. Venimos a hablarles de una realidad que
gracias a Dios hemos podido vivir: LA ALEGRÍA EN EL MATRIMONIO Y EN LA FAMILIA.
VIVIMOS LA ALEGRIA EN EL MATRIMONIO
Queremos llamar la atención primero sobre el amor de pareja, que es la raíz y fundamento de la
familia. La pareja, un proyecto de Dios donde el amor es el centro del matrimonio. Desde el
origen del hombre, tal como nos lo manifiesta Dios en el Génesis, creó a la pareja a su imagen y
semejanza:
“Creó Dios al hombre a imagen y semejanza: hombre y mujer los creo” Gen1,27 “Dios miró
todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y una mañana: este
fue el sexto día. Gen 1,31
Si, cada día de la creación Dios miraba lo que había hecho y le parecía bueno, pero cuando creo la
pareja a su imagen y semejanza le pareció MUY BUENO. Y así lo sentimos nosotros dos. Pensamos
que el matrimonio es el estado ideal. Somos felices de sentir que Fabio Alberto cuenta
incondicionalmente conmigo como yo con él. Sabemos que tenemos un compañero para la vida que
nos ama a pesar de nuestros defectos, nos escucha, nos ayuda y es un cómplice con quien
compartimos todo
Porque es un tesoro que Dios nos ha regalado
Adán exclamó: Esta si que es hueso de mis huesos y carne de mi carne se llamará mujer,
porque ha sido sacada del hombre. Por eso dejará a padre y madre, y se une a su mujer y
serán los dos una sola carne” Gen 2,23-24
Las cosas son útiles, pero no dan compañía ni felicidad. Por eso Dios nos creó con la capacidad de
ser el complemento y soporte del otro. No nacimos pues para algo sino para alguien. Esta vocación
al amor se cumple de manera particular en nuestra relación de pareja, porque, a través de nuestra
relación de amor, los dos hombre y mujer podemos alcanzar el máximo grado intimidad y
complementariedad que nos permite realizarnos. La única condición es que cada uno de nosotros
reconozcamos en el otro un regalo de Dios por el cual vale la pena entregarlo todo, con una amor
comprometido y matrimonial.
61. Frente a quienes prohibían el matrimonio, el Nuevo Testamento enseña que «todo lo que Dios ha creado es bueno; no hay que desechar nada» (1 Tt 4,4). El matrimonio es un «don» del Señor (cf. 1 Co 7,7). Al mismo tiempo, por esa valoración positiva, se pone un fuerte énfasis en cuidar este don divino: «Respeten el matrimonio, el lecho nupcial» (Hb 13,4). Ese regalo de Dios incluye la sexualidad: «No os privéis uno del otro» (1 Co 7,5). Cuando los dos nos casamos y debemos confesarlo, para ese momento no teníamos claro lo que
significaba el sacramento del matrimonio, pues la verdad recurrimos a él más por la tradición, a
través de la cual, toda pareja que deseaba oficializar su unión, lo hacía a través del matrimonio. En
ese momento de nuestras vidas teníamos claro que nos amábamos, teníamos una gran ilusión en
nuestro futuro y en afianzar nuestra relación, teníamos gran cantidad de sueños, entre ellos tener
nuestros hijos y conformar una familia. Pero no sabíamos exactamente cómo hacerlo. Sólo seis
(6) años después, que fuimos invitados a ingresar al equipo 101 de los Equipos de Nuestra Señora,
comenzamos a entender que el uno era un regalo de Dios para el otro, y era el mayor tesoro que
teníamos en nuestras vidas, fue cuando empezamos a construir un proyecto de vida diferente con
Dios en nuestro hogar.
Un tesoro que debemos construir con voluntad férrea
Es muy fácil amar cuando todo marcha bien, pero es ineludible que las dificultades aparezcan en la relación conyugal. Para vivir en armonía, el amor del hombre y de la mujer, debe ser construido día a día con voluntad férrea, cuidado, entrega y perdón. Los problemas cotidianos, incluidos las más corrientes, ponen en crisis a los esposos aún hasta el riesgo de la separación. Aún, en los primeros años de matrimonio, la pareja se ve en dificultades tratando de buscar un equilibrio en la construcción del “NOSOTROS”. La fascinación, la belleza y la maravilla vividas en los primeros momentos del matrimonio son puestos a prueba por los hechos, es decir, por las dificultades reales; los dos se hieren con sus limitaciones respectivas, se dan cuenta de la dificultad de aceptarse mutuamente tal como son. El mundo del otro, ese mundo previsto como un “sueño”, se torna difícil para explorar y para comprender, así se vuelve hostil y crea distancia e incomunicación. Nuevamente damos gracias a Dios porque nos miró con sus ojos bondadosos y nos permitió conocer el camino propuesto por los Equipos de Nuestra Señora, porque a través de su metodología nos enseñó a poner todas las situaciones en sus manos, y cuando se presentaban esos problemas
cotidianos que nos ocasionaban desencuentros muy fuertes, al punto de querer salir corriendo e incluso decir; “separémonos”, nos enseñó a dialogar en presencia de Dios, para buscar una solución, a orar el uno por el otro para que nos diera fortaleza y esperanza en un futuro juntos, a orar juntos y escuchar su Palabra para que conociéramos el mensaje que cada día tenía para nosotros, nos enseñó a conocer el AMOR incondicional de Dios, como San Pablo nos habla en Corintios, un amor que todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo soporta, nos enseñó que así quería El que nos amaramos, incondicionalmente, así aprendimos a entregarnos totalmente el uno al otro, a perdonarnos el uno al otro, no una ni dos veces, ni 70 veces 7, sino todas las veces que ha sido necesario. Un tesoro que debemos cuidar
Más aún, es precisamente a través de estas dificultades como el Evangelio del Matrimonio se puede expresar con fuerza: cuando somos capaces de sobreponernos a nosotros mismos para acoger al otro tal cual es, con todas sus limitaciones y defectos, sabiendo exaltar sus cualidades, cuando aún depositamos nuestra confianza en el otro, cuando tenemos el coraje de perdonarnos mutuamente. Entonces, la Buena Nueva, no solamente salva a los esposos sino los convierte en testimonio para aquellos que los ven. En estos 26 años de matrimonio hemos aprendido que el amor de pareja debe ser alimentado todos los días, incluso esos en que no se tienen ganas, como una chimenea, que necesita madera, que avive el fuego para que no se extinga; cuando se está apagando es cuando más debemos avivarlo. Otro ejemplo que también nos gusta citar, es el de la regularidad de los medicamentos, que deben tomarse todos los días, para mantenernos sanos, no sirve que a veces los tomemos y a veces no, o que cuando nos acordemos nos tomemos el frasco completo. El amor debe ser alimentado todos los días, no solo con detalles especiales del uno por el otro, grandes y pequeños, en la forma de mirarnos, de hablarnos, de tratarnos; sino con la presencia de Dios en todo lo que hacemos. —“lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mt 19,6)— no hay que entenderla ante todo como un “yugo” impuesto a los hombres sino como un “don” hecho a las personas unidas en matrimonio […] Este versículo de Mateo nos habla de la indisolubilidad en el matrimonio, esta palabra que a muchos puede producir miedo, a nosotros por el contrario nos regocija, pues aunque no depende de nosotros, sabemos que es un don el permanecer juntos y trabajamos todos los días porque cuando se ha vivido un matrimonio maravilloso en el cual encuentras todo, la palabra indisolubilidad da confianza, da esperanza acerca del futuro y no se siente como una obligación de permanecer juntos, sino una bendición de continuar juntos en el camino de la vida. También es el momento de hablar de la fidelidad, de la confianza renovada en la promesa de amor
que nos hicimos un día y que diariamente renovamos. La pareja fiel es testigo con su fidelidad de
la fidelidad de Dios Padre que perdona y acoge a todos sus hijos en la confianza de que se unan a
Él
En el matrimonio podemos vivir episodios de infidelidad cotidiana por ejemplo le he sido infiel a
Fabio Alberto todas las veces que no lo he acogido como persona como esposo, como amante,
como padre; por ejemplo cuando durante un día con una gran carga de trabajo me ha llamado y le
he contestado a regañadientes o no le he contestado algún mensaje que me escribe, igual sucede
conmigo cuando he dejado que mi trabajo se interponga en nuestra relación y no dedico el tiempo
suficiente a Constanza, en muchas oportunidades cuando me excuso en mi cansancio en la noche
y no la escucho o no presto atención a sus necesidades.
Lo importante en estas situaciones como dice el papa Francisco “el éxito no está en no caer sino
en no permanecer caído” es decir poner todo de nuestra parte para hacer que cada día seamos
conscientes de nuestras infidelidades, buscando corregirlas y evitándolas. Que mejor escenario que
aprovechar la regla de vida para superar estas situaciones tan comunes que ensombrecen nuestra
vida de pareja pero que al superarlas, se llena de alegría nuestra vida conyugal.
Hoy más que nunca reflexionamos con gozo acerca de este don inmenso que Dios ha hecho al
mundo que es el misterio de la pareja humana. Es lo que de manera casi poética refería el Padre
Caffarel cuando hermosamente escribió:
“Dice Dios: esposos cristianos, ustedes son mi orgullo y mi esperanza. Cuando creé el cielo y la
tierra y en el cielo las grandes luminarias, vi en mis creaturas huellas de mis perfecciones y vi que
eso era bueno. Cuando hube cubierto la tierra con su gran manto de campos y bosques, vi que eso
era bueno. Cuando hube creado los innumerables animales según su especie, contemplé en esos
seres vivos un reflejo de mi vida desbordante y vi que eso era bueno. De toda mi creación subía
entonces un gran himno solemne y gozoso celebrando mi gloria y mis perfecciones. Y no obstante,
en ninguna parte veía la imagen de lo que es mi vida más secreta e intensa. Entonces se despertó
en mí la necesidad de revelar lo mejor de mí mismo, y fue mi más bella invención. Fue así que te
creé, pareja humana, a mi imagen y semejanza, y esta vez vi que eso era muy bueno. En medio de
ese universo en el que cada creatura deletrea mi gloria, había surgido por fin el amor para revelar
al Amor. Pareja humana, mi bien amada creatura, mi testigo privilegiado, ¿Comprendes por qué me
eres querida entre todas las creaturas? ¿Comprendes la esperanza inmensa que pongo en ti? Eres
portadora de mi gloria, eres para el universo la gran razón de esperar, porque tú, pareja humana,
eres el amor”.
VIVIMOS LA ALEGRIA EN LA FAMILIA
Vemos también que la familia siempre ha estado en el proyecto de Dios, para que podemos
evidenciarlo claramente en las Sagradas Escrituras, lo cual cita el numeral 65 de Amoris Laetitia:
65. La encarnación del Verbo en una familia humana, en Nazaret, conmueve con su novedad
la historia del mundo. Necesitamos sumergirnos en el misterio del nacimiento de Jesús, en
el sí de María al anuncio del ángel, cuando germinó la Palabra en su seno; también en el sí
de José, que dio el nombre a Jesús y se hizo cargo de María….
Dios quiso que su hijo viniera al mundo dentro de una familia, una familia amorosa y humilde donde
pudiera crecer y formarse en sus primeros años, una familia no exenta de dificultades, como
cualquier familia, recordemos el peregrinar de José y María huyendo de Egipto, buscando el mejor
lugar para el crecimiento de su hijo. Así mismo la vida de Jesús estuvo en permanente contacto con
los matrimonios y las familias. Su vida pública inició con el milagro en las Bodas de Caná, compartió
momentos cotidianos de amistad con la familia de Lázaro y sus hermanas, con la familia de Pedro.
Realizó milagros a los padres que clamaban por sus hijos, devolviéndoles la vida. Antes de morir
en la cruz, encarga a su madre al discípulo amado.
66. “La alianza de amor y fidelidad, de la cual vive la Sagrada Familia de Nazaret, ilumina el principio que da forma a cada familia, y la hace capaz de afrontar mejor las vicisitudes de la vida y de la historia. Sobre esta base cada familia, a pesar de su debilidad, puede llegar a ser una luz en la oscuridad del mundo. Lección de vida doméstica. Enseñe Nazaret lo que es la familia, su comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e inviolable; enseñe lo dulce e insustituible que es su pedagogía, enseñe lo fundamental e insuperable de su sociología:” (Pablo VI discurso de Nazaret, 5 de enero de 1964) Durante los primeros seis años de matrimonio manteníamos permanentemente diferencias con
Constanza sobre la forma como teníamos que llevar nuestra relación con los padres de ella. Primaba
más mi egoísmo y veía más los defectos en su relación con ellos, en lugar de simplemente
aceptarlos y compartir con ellos todas las actividades que realizábamos. Fue solo después de
muchos diálogos conyugales y reglas de vida que tome la decisión de tener más paciencia y
demostrar mi amor hacia Constanza aceptando su familia sin reproches ni haciendo comentarios
que de una u otra forma podrían indisponernos.
Llegamos a disfrutar todas las actividades que hacíamos con ellos y se convirtieron para nosotros en apoyo fundamental en muchos momentos de nuestras vidas. Hoy después de todos estos años ha llegado su vejez y con ella, las enfermedades. Hoy somos nosotros quienes estamos al tanto de los cuidados que requieren. Las discusiones y egoísmos que fueron al principio pan de cada día; dieron paso a la aceptación, al agradecimiento a la alegría y al amor. Queremos resaltar que el tema de estudio derribando muros construyendo puentes, en el capítulo tiene el gusto de la leche caliente al desayuno o de unas pantuflas confortables. Pero, al mismo tiempo, la familia narra historias de vidas frenéticas que algunas veces tienen dificultad de crecimiento, casi como el lugar de la incomunicación, de la dialéctica hostil de los sexos, incluso de la agresividad y de la violencia, de la soledad y de la incomprensión”. De nosotros depende que la familia sea un espacio de amor y de alegría, donde se encuentran no solo las realidades de la pareja y los hijos sino las realidades de cada uno de los miembros de la familia extendida, lo cual nos compromete a buscar en todo momento el despojarnos de nuestros egoísmos para dar paso a la entrega, comprensión y alegría de los momentos compartidos, lo cual nos lleva a crecer en el amor. La familia es el lugar donde se experimentan las formas más diversas de cuidado y atención, en particular, en relación con las personas más débiles: los niños, los ancianos y los enfermos. Recordamos especialmente, la conferencia que nos dio Monseñor Paglia en Roma durante el III Encuentro Internacional de matrimonios regionales en Roma 2015 y queremos citar algunas de sus palabras, que nos hicieron vibrar:
“Es vuestro testimonio el que debe convencer a los jóvenes para casarse y hacer una familia.
Es a las familias a las que se les da la responsabilidad de construir una nueva Iglesia y un
nuevo mundo”
Les contamos que este año tuvimos la alegría de asistir al matrimonio de nuestro hijo de 25 años
Fue un momento muy feliz porque en esta época en que nadie quiere adquirir compromisos, nuestro
joven hijo y su novia tomaron libremente la decisión de unir sus vidas contando con la bendición de
Dios, porque vieron el matrimonio como una opción de vida totalmente válido para ser felices. Y
realmente como se les ve en las fotografías, están radiantes de alegría y eso nos hace sentir que
hemos cumplido parte de una gran misión que el Señor nos encomendó con nuestros hijos. Hoy
oramos por ellos y por todos los matrimonios, en especial los de los equipos y le pedimos al Señor
que los ilumine en la construcción de sus familias, para que puedan disfrutar y vivir la alegría que
solo se siente cuando se comparte el verdadero amor, el amor de DIOS.
El Papa Francisco nos reafirma el mensaje que queremos compartirles hoy:
“Queridas familias, lo sabéis bien: la verdadera alegría que se vive en la familia no es cualquier cosa superficial, no es el producto de cosas o de circunstancias favorables. La verdadera alegría viene de la armonía profunda entre las personas que, todos sienten en el corazón y que les hace percibir la belleza de estar juntos, de sostenerse el uno al otro en el viaje de la vida.” (Papa Francisco) Para terminar, queremos citar las palabras que el papa Francisco nos regaló en su reciente visita a Colombia:
“No dejen que nadie les robe la alegría, no dejen que nadie les robe la esperanza” Y nosotros les decimos:
“No se dejen robar la alegría del matrimonio, no se dejen robar la esperanza en la familia”
REFLEXION
La familia en los documentos de la Iglesia
Mons. Pedro Salamanca M. Consiliario Espiritual Súper Region Hispanoamérica
GUIA PARA LA REUNION DE EQUIPOS MIXTOS
Módulo 1 – El anuncio de la buena nueva del Matrimonio
NOTA: Cada equipo contará con un matrimonio moderador de la reunión, previamente nombrado, quien se encargará de guiar al equipo al desarrollo de la reunión y a controlar el buen uso del tiempo. Se sugiere hacer una breve presentación de la siguiente forma: ELLA: Nombres, años de casados, número de hijos, tiempo en el Movimiento, ciudad y país de origen y servicios que han prestado al Movimiento. EL: Compartir brevemente la alegría que experimentaron el día de su matrimonio. LECTURA DE LA PALABRA: “Creó Dios al hombre a imagen y semejanza: hombre y mujer los creo” Gen1, 27 “Dios
miró todo lo que había hecho, y vio que era MUY BUENO. Así hubo una tarde y una
mañana: este fue el sexto día. Gen 1,31
MEDITACION: ¿Qué dice el texto? ¿Qué nos dice hoy? ¿Qué le decimos a Dios? GUIA PARA LA REFLEXION: 1. Compartir una razón por la cual el matrimonio ha sido MUY BUENO para sus vidas.
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2. Hemos sido conscientes que nuestro cónyuge, ¿es un regalo de Dios? ¿Cómo lo hemos cuidado? ______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
3. Compartir en equipo que sentimientos les produjo escuchar el siguiente texto del Padre
Caffarel, acerca del pensamiento de Dios sobre la pareja: Pareja humana, mi bien amada creatura, mi testigo privilegiado, ¿Comprendes por
qué me eres querida entre todas las creaturas? ¿Comprendes la esperanza
inmensa que pongo en ti? Eres portadora de mi gloria, eres para el universo la gran
razón de esperar, porque tú, pareja humana, eres el amor”. P. Henri Caffarel
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EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA PROVINCIA NORTE
Equipes Notre-Dame – Teams of Our Lady – Equipes de Nossa Senhora
SABADO 14 DE OCTUBRE
DE 2017
EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA PROVINCIA NORTE
Equipes Notre-Dame – Teams of Our Lady – Equipes de Nossa Senhora
MODULO 2 La mirada puesta
en Jesus
MEDITACION (1 Cor 13, 4-7) P. Manuel Rojas Consiliario Espiritual R. Mexico
13:4 La caridad es paciente, es amable; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se
engríe;
13:5 es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal;
13:6 no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.
13:7 Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.
Señor Jesús, concédenos la gracia de tu caridad, de ser personas pacientes en nuestro trato con
los demás. Danos el don de la amabilidad para con todos, comenzando en nuestros matrimonios y
en nuestra familia y vida en comunidad.
Arranca de nuestro corazón toda envidia, todo envanecimiento y toda prepotencia.
Danos un corazón humilde y alegre, fiel y prudente, que busque siempre el bien y no el mal; dame
la gracia de dominar mis enojos y controlar mis impulsos.
Enséñame a vivir una alegría sana, esperanzadora, como anunció evangélico y Buena Noticia.
Hazme un trasplante de corazón o ponme un marcapasos, para que perdone y ame a tu ritmo; dame
una fe que se muestre en el servicio al otro, una fe que sepa esperar en medio de las adversidades
y las pruebas, que sepa creer en medio de los problemas y persecuciones...Señor ámanos y
enséñanos a amar a los demás.
Canto
CONFERENCIA
La vocación al matrimonio
Graça y Roberto Rocha Hogar ERI Enlace de Zona América
Hermanos y hermanas de la Provincia Norte de la Súper Región Hispanoamérica que nos acogen aquí, en la Ciudad de México, matrimonios y sacerdotes de la Zona América presentes, hermanos del Equipo Responsable Internacional:
Estar aquí es un privilegio, pues así podremos comprender mejor la caminata de los Equipos en la Provincia, ya que ella se encuentra en el límite Norte de la frontera de expansión de su Súper Región. Además, podremos probar “in situ” el entusiasmo, la alegría y la fe que los anima.”
Por último, les expresamos nuestro cariño y reconocimiento por el empeño realizado para que
salieran de sus casas, de sus ciudades y, en algunos casos, de su país, para estar aquí presentes.
Como María, hermana de Marta, en Lucas (10, 42), ustedes han sabido elegir la mejor parte.
Introducción
El mensaje del Logotipo de este 1er Encuentro de la Provincia Norte nos impulsa al anuncio:
«Matrimonios, anunciemos la alegría del amor en la familia».
Tal apelación nos inserta en el esfuerzo actual de la Iglesia que nos anima a apreciar los dones del matrimonio y de la familia y nos estimula a que seamos signos de cercanía para la vida familiar, especialmente en donde ella no se realiza plenamente (cf. AL 5).
La pareja Maritza y Mario nos ha pedido que les habláramos sobre “La vocación al matrimonio”
y, en tal contexto, que enfatizáramos el sacramento del matrimonio y que examináramos sus
implicaciones en el campo de la fecundidad y de la educación de los hijos. Es lo que haremos.
1 – Vocación al matrimonio
El término vocación es altamente significativo para nosotros, cristianos, y para la Iglesia, una vez que concierne al sentido profundo de nuestras vidas. A ese interrogante, nuestra respuesta como cristianos es que la vida es vocación al Amor.
«...el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios ...porque Dios es Amor» (1Jn 4, 7b.8b).
Se suele identificar, en la práctica, vocación con llamado. Hay también el que considere vocación
como el resultado del llamado y de la respuesta. No es nuestro propósito abrir tal discusión, sino
subrayar esos dos vocablos (vocación y llamado) que revelan el designio eterno del Dios que llama.
Más allá de las causas naturales que puedan acompañar una vocación, esta resulta siempre de la
iniciativa libre y gratuita de Dios, “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al
conocimiento de la verdad» (1Ti 2, 4).
Todos tenemos una vocación, orientada a la respuesta a un llamado, a una apelación de Dios a cada cual, personalmente, aunque por caminos distintos o diferentes estados de vida (casado, soltero, consagrado o sacerdote), para que nos conduzca rumbo a la santidad y a la plenitud de la caridad.
Los sacramentos son los signos más eminentes de los llamados que sigue Dios, a realizar en el tiempo de la Iglesia. Todos ellos tienen sus raíces en el misterio Pascual de Cristo y en el don de Su Espíritu; además de tener como objetivo la santificación de una situación humana y vocacional particular.
El sacramento del matrimonio, por ejemplo, concierne al amor entre el hombre y la mujer, elevado a la condición de signo y transfigurado por el amor de Dios, revelado en Jesús y en la Iglesia.
Los textos del libro del Génesis presentados a continuación, nos ayudan a comprender en que ha
consistido la creación del ser humano. El tono solemne que presenta la deliberación divina, que
precede la creación del hombre a imagen y semejanza de Dios, es característico de la narración.
«Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra (Gn 1,26).
La expresión “hombre” aquí citada, pese a que esté en singular, tiene un significado colectivo, pues se refiere a toda la humanidad.
La narración del designio de Dios sigue, ahora marcada por una redundancia intencionada:
«Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó (Gn 1, 27).
El gesto creador se refiere al género humano, constituido de hombre y mujer, ambos creados a imagen de Dios.
La pareja humana nace de esta bendición original, con la vocación de formar una comunión de vida en el amor, sea para amparo mutuo, sea para dar vida humana y espiritual a los hijos, sea para que otros a su alrededor puedan vivir por el testimonio de su amor y por una forma de entrega más plena a servicio de la transformación social.
La Gaudium et Spes declara expresamente que «los esposos cristianos, para cumplir dignamente sus deberes de estado, están fortificados y como consagrados por un sacramento especial, con cuya virtud, al cumplir su misión conyugal y familiar, imbuidos del espíritu de Cristo, llegan cada vez más a su propia perfección y a su mutua santificación...” (GS 48).
Para finalizar este tópico, citamos al Papa Francisco que, en la Amoris Laetitia nº 72, así se refiere
al matrimonio:
«El matrimonio es una vocación, en cuanto que es una respuesta al llamado específico a
vivir el amor conyugal como signo imperfecto del amor entre Cristo y la Iglesia» (AL 72).
2 – El sacramento del matrimonio
“Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles” (Sl 126, 1).
Al empezar la preparación de esta ponencia, nos encontramos con una alerta del Papa Francisco
en el nº 72 de la Exhortación «Amoris Laetitia», que dice: el Sacramento del Matrimonio no es una
convención social, no es un rito vacío, tampoco un signo externo de compromiso.
Claro que el Papa se dirige a la humanidad entera, pero, en este caso, nos parecía que él nos
hablaba en directo a nosotros, cuyo matrimonio fue, en su inicio, todo lo que él ha afirmado:
convención social, rito vacío y signo externo de compromiso.
Seducidos por el encantamiento mutuo, vivíamos intensa e despreocupadamente el don del amor,
sin consciencia de que era un don. Tales anhelos ya aparecen en el Cántico de los Cánticos, que
celebra el amor de un Amado y de una Amada que se juntan, se pierden, se buscan y se
encuentran1.
Nuestra conversión y el encuentro con Jesús han venido con los Equipos, que dan testimonio desde
su nacimiento que el matrimonio es el lugar natural, el medio propicio y privilegiado en donde un
verdadero amor se puede desarrollar, puesto que los esposos cristianos son llamados a santificarse
en la vida conyugal.
El sacramento del matrimonio, “alianza en el Señor”
A través del sacramento del matrimonio Cristo inserta a los esposos en el misterio de su alianza con
la Iglesia.
En virtud del sacramento del matrimonio, se ponen a los esposos en una nueva condición de vida,
en Cristo y en la Iglesia, condición de alianza que Dios realiza con los cónyuges como pareja, no
tan solo como individuos, completando y especificando así la alianza bautismal.
Dicha alianza con los esposos expresa el compromiso de Dios con cada pareja, creando entre ellos
un lazo indisoluble y llamándolos a vivir la salvación en y a través del mismo dinamismo de su
comunión total de vida y de amor.
La presencia de Cristo en el matrimonio
Xavier Lacroix en la conferencia «El cordel de tres hilos», realizada en el Encuentro de Santiago de
Compostela en el año 2000, nos alerta acerca de la conciencia que debemos tener de la presencia
de Cristo en la pareja consagrada por el sacramento del Matrimonio. Esto en un tiempo en que el
estilo de vida debilita los vínculos familiares y dificulta la vida de la pareja en su núcleo más íntimo:
el amor conyugal.
“En este tiempo en que la relación conyugal es cada vez más pensada y vivida de acuerdo
con una lógica dual, es una misión para los cristianos RECORDAR o ANUNCIAR el lugar de
un Tercero en la relación. Me refiero a Dios, el Tercero primordial, el Tercero absoluto cuya
vida da más solidez a la relación de los cónyuges, en la medida en que se Le acoge.
... Pero es necesario que ello no les impida ver, oír, osar decir y, primeramente, probar en
qué medida el acogimiento del don de la vida divina; que es lo que nos es dado por la gracia
1 Introducción que precede al libro Cantar de los Cantares. (Biblia de Jerusalén. São Paulo: Paullus, 3ª impresión 2004. P. 1086).
del sagrado sacramento del matrimonio, consolida la relación, dándole la capacidad de
renacer y de recomenzar todos los días.”
El signo de la alianza matrimonial
El signo determinante de la alianza matrimonial es, sin duda, el deseo de los novios de juntar sus
vidas, haciendo de las dos una única, la pareja.
Así, el matrimonio no es el consentimiento en sí mismo, sino la comunión de vida y el proyecto
de vida inaugurado por el consentimiento2.
Por dichas razones, el matrimonio es un sacramento que posee la peculiaridad de ser permanente
y de realizarse siempre a dos. Además, se basa en un signo encarnado en las realidades humanas
propias de la unión afectiva de los esposos.
El signo sacramental consiste en las manifestaciones características del amor que une marido y
mujer. Es ese, al fin y al cabo, el contenido real y efectivo que traduce el SÍ declarado delante de la
comunidad eclesial. Esas realidades solo se vuelven signos sacramentales si son tomadas con la
mirada dictada por la fe, de lo contrario, no dejan de ser meras realidades humanas.
Matrimonio: fidelidad e exclusividad
La vocación es siempre una iniciativa de Dios, pero requiere una respuesta de la pareja. Por esto,
dos características del amor conyugal merecen atención y cuidado permanente de los esposos: la
Fidelidad y la Exclusividad.
El amor necesita de la Fidelidad, pues el SÍ dado a una persona es incondicional y para siempre.
Además, la Fidelidad entre los cónyuges es el modo concreto de expresar y de manifestar el
significado y el alcance de su alianza.
El amor conyugal, a su vez, tiene la particularidad de ser exclusivo, y la exclusividad es el horizonte
adecuado para desarrollar las auténticas funcionalidades de una unión estable y duradera entre un
hombre y una mujer en el ámbito de la realidad compleja del matrimonio cristiano.
Así, aquel mismo amor, que en sí ya implica indisolubilidad, es asumido y consagrado por Cristo en
el sacramento del matrimonio, lo que “confirma” la indisolubilidad del amor conyugal y “santifica” a
los cónyuges.
3 – El sacramento del matrimonio, la fecundidad y la educación de los hijos
Hay muchas acepciones para la palabra fecundidad. La multiplicación de los panes y pescados, por ejemplo, es un símbolo de la fecundidad de la palabra de Dios y de la abundancia de los frutos de la semilla que supo morir.
Importa aquí la comprensión de la dimensión de fecundidad que es esencial para la conyugalidad. Es ella inherente al matrimonio, aún que sea este, en primer lugar, “íntima comunidad de vida y del amor conyugal” (cf. AL 80 / GS 48).
2 Citación de Santo Tomás de Aquino acerca de las razones que llevan a considerar el matrimonio como
un sacramento permanente. In: “A espiritualidade do casal”, por EB&LM. P. 50.
«El amor entre un hombre y una mujer es fecundo por su propia naturaleza, o no es amor. El dinamismo que Dios le dio, se ensancha necesariamente, haciendo que la pareja sea fuente de vida para otros3». De esa forma, la fecundidad no se agota en la procreación. Ni siquiera en la educación de los hijos, a menos que la fidelidad y la exclusividad sean entendidas y vividas por la pareja, como tendencia intimista o egoísta. Por el contrario, la fidelidad y la exclusividad deben ser vividas como apoyo y potenciación de la apertura a la vida comunitaria, puesto que el amor conyugal debe volverse robusto, no para sí mismo, sino para la entrega y el servicio. Además, siendo el matrimonio un sacramento permanente, o sea, siendo la vida conyugal elevada a sacramento, se puede decir que:
La unión sexual es camino de crecimiento en la vida de la gracia sacramental para el matrimonio (cf. AL 74).
También la concepción de un nuevo ser está incluida en una realidad sacramental.
Los cuidados con el hijo (desde el nacimiento hasta su emancipación) forman parte de la realidad sacramental, como las alegrías y las angustias...
El padre y la madre tienen un verdadero poder ministerial, que los habilita juntos, cada cual, según su función, a retomar, a nivel sobrenatural, por la transmisión de la fe, el oficio original de la transmisión de la vida. Para tal, por la consagración matrimonial la pareja asume una función sacerdotal familiar, ejerciendo una función santificadora sobre los hijos, no solo educadora. Bendicen, anuncian la palabra de Dios, aconsejan, corrigen: todo ello es vivencia del sacramento del matrimonio.
La comunidad conyugal y familiar, en la calidad de célula de la Iglesia, debe ofrecer el “ambiente nutricional” más favorable para el enriquecimiento y el florecimiento de la fe en los hijos.
Así, por el sacramento del matrimonio, viviendo los esposos intensamente la realidad humana de la
conyugalidad y de la paternidad, contarán con el auxilio de la gracia sacramental que los habilitará
a la buena formación del hijo para la vocación humana, matrimonial, religiosa, sacerdotal...
4 – El apoyo a las parejas en dificultades
Aprovechando el tema matrimonio y la oportunidad del Encuentro, vamos revitalizar aquí el reto pastoral de la Iglesia relativo a las parejas y familias en dificultades.
Los últimos Papas (Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco) nos vienen exhortando
insistentemente sobre la actitud a adoptarse por los fieles en lo que toca a ese tema.
En la expresión – parejas en dificultad – nos referimos a las parejas en crisis, a cónyuges separados
que desean vivir nuevamente juntos, a las parejas separadas, a las parejas separadas y casadas
nuevamente, a los jóvenes que cohabitan y a tantas otras situaciones.
En julio de 1998, el Cardinal Daneels, Primado de Bélgica, le ha hablado al Colegio Internacional
del Movimiento, con los siguientes términos:
“El primer motivo por el cual deben ustedes trabajar y vivir para los demás es el hecho de ser
privilegiados en la Iglesia y en el mundo. Se es verdaderamente privilegiado cuando se puede
3 El amor y la fecundidad “ganan” del autor (Padre Flávio Cavalca) una amplitud que puede traer a los padres, madres e
hijos abre una perspectiva nueva que les permita avanzar en la búsqueda de la perfección cristiana. In: “O casamento, resposta de Deus”, P.231.
descubrir la profundidad del amor conyugal y paterno, conservarlo y cultivarlo como ustedes lo
hacen4».
«El Evangelio de la familia, alimenta también estas semillas que todavía esperan madurar, y tiene
que hacerse cargo de los árboles que han perdido vitalidad y necesitan que no se les descuide»
(Relatio Synodi 2014, nº 23). En esta cita, los padres sinodales tratan sobre cómo deben los fieles
responder en su manera de actuar a la misericordia de Dios a fin de que las parejas y familias que
sufren, que han perdido el ánimo o que se encuentran al borde del camino puedan alcanzar una
integración más plena del misterio del matrimonio en sus vidas.
Todo lo que hemos visto antes relativo al bien de los cónyuges (unidad, apertura a la vida, a la
fidelidad, a la indisolubilidad y al auxilio mutuo que lleva a una amistad más grande con el Señor)
es aplicable a las situaciones particulares aquí referidas.
A los que participan de manera imperfecta en la vida de la Iglesia, es importante invocar en ellos la
gracia de la conversión, encararlos a que realicen el bien, a que cuiden amorosamente el uno del
otro, a que se pongan al servicio de la comunidad en la que viven y trabajan. Cuando dichas uniones
alcancen una estabilidad notable, la situación se volverá una oportunidad para acompañar a la
pareja al sacramento.
A manera de conclusión Para finalizar, queremos decirles que “A nosotros nos ha sido dada la gracia y el privilegio de vivir en este mundo, y que estamos aquí para dar testimonio de que merece la pena ser pareja cristiana, y que el matrimonio es verdaderamente fuente de gracia, de vida y de amor. El amor que nos une es la manifestación de la bondad y de la misericordia de Dios, que quiere hacer de todos los hombres y mujeres, hijos e hijas, unidos en la partición de la felicidad.
"Que Dios nos conceda la gracia de ser dignos de la vocación a la que hemos sido llamados".
Canto al final de la charla: Himno a la familia
Autor: Padre Zezinho.
Cantante: Maryury Quiñonez
Que ninguna familia comience / en cualquier de repente
Que ninguna familia se acabe / por falta de amor.
La pareja sea el uno en el otro / de cuerpo y de mente
Y que nada en el mundo / separe un hogar soñador.
Que ninguna familia se albergue / debajo de un puente
Y que nadie interfiera en la vida / y en la paz de los dos.
Y que nadie los haga vivir / sin ningún horizonte
y que puedan vivir sin temer lo que venga después.
La familia comience sabiendo / por qué y dónde va
Y que el hombre retrate/ la gracia de ser un papá
La mujer sea cielo y ternura / y afecto y calor
4 Argumento publicado en el libro de estudio “Testemunhas a serviço dos casais”, preparado por la
Súper Región Brasil para el año de 2008, p. 72-73.
Y los hijos conozcan la fuerza / que tiene el amor.
Bendecid Oh Señor las familias, Amén.
Bendecid Oh Señor, la mía también.
Que marido y mujer tengan fuerza de amar sin medida
Y que nadie se vaya a dormir sin buscar el perdón.
Que en la cuna los niños aprendan el don de la vida,
La familia celebre el milagro del beso y del pan.
Que marido y mujer de rodillas / contemplen sus hijos,
Que por ellos encuentren la fuerza de continuar.
Y que en su firmamento la estrella que tenga más brillo
Pueda ser la esperanza de paz y certeza de amar.
La familia comience sabiendo / por qué y dónde va
Y que el hombre retrate / la gracia de ser un papá.
La mujer sea cielo y ternura / y afecto y calor
Y los hijos conozcan la fuerza que tiene el amor.
Bendecid Oh Señor las familias, Amén.
Bendecid Oh Señor, la mía también
BIBLIOGRAFIA
Documentos de la Iglesia
1. PAPA FRANCSCO. Exortação apostólica Evangelii Gaudium: sobre o anúncio do evangelho no mundo atual. São Paulo: Paulinas, 1ª ed. 2013.
2. PAPA FRANCSCO. Exortação apostólica pós-sinodal Amoris Laetitia: sobre o amor na família. 1ª ed. brasileira. São Paulo: Paulinas, 2016.
3. Papa JOÃO PAULO II. Exortação apostólica A missão da família cristã no mundo de hoje. 10ª ed. São Paulo: Paulinas 1981.
4. CONCÍLIO VATICANO. (2ª Ed.1962 – 1965). Gaudium et spes. P. 470. In: “Vaticano II: mensagens, discursos e documentos”. São Paulo: Paulinas, 1998.
5. CATECISMO DA IGREJA CATÓLICA. Ed Vozes. São Paulo: Loyola, 1992.
Otros documentos
1. BOFF, Leonardo. Os Sacramentos da vida e da vida dos sacramentos. 16ª ed. Petrópolis: Vozes, 1993.
2. CAFFAREL, Henri. Palestras e conferências. Ed brasileira. São Paulo: Nova Bandeira, 2012. 3. CAFFAREL. Henri. Missão do casal cristão: Surgimento e caminhada das Equipes de Nossa
Senhora, (Ed. Brasileira). São Paulo: Loyola, 1995. 4. CAFFAREL, Henri. O caminho da vida espiritual em casal. Ed brasileira. São Paulo: Nova
Bandeira, 2013. 5. CAVALCA DE CASTRO, Padre Flávio. O casamiento, resposta de Deus. Uma proposta às
Equipes de Nossa Senhora. São Paulo: Nova Bandeira, 2005. São Paulo. Paullus, 1993, P. 1187.
6. CONTE, Hildo. A vida do amor: A vida espiritual do Eros. Vozes: Petrópolis – RJ, 2001.
7. CORDOBÉS, José Manuel. Vocação. In: Dicionário de espiritualidade: mensagens, discursos e documentos. São Paulo: Paulinas, 1998.
8. ENS – SR Brasil. Carta Mensal nº 9 – Dez 1988. Ed. Especial de Lourdes. São Paulo Nova Bandeira, 1988.
9. ENS – SR Brasil. Testemunhas a Serviço dos Casais. Tema de estudo para 2008. São Paulo: Nova Bandeira, 2007.
10. ENS – SR Brasil. Crescer no amor: Projeto de evangelização de casais jovens que ainda não tiveram a graça de receber o Sacramento do Matrimônio. São Paulo: Nova Bandeira.
11. MOREIRA DE AZEVEDO, Esther e Luis Marcello. A espiritualidade do casal. Tema de um retiro espiritual. Aparecida – SP: Ed, Santuário, 2006.
12. ROCHETTA, Carlos. Os sacramentos da fé. Vol. 1 e 2. São Paulo: Paulinas, 1991.
REFLEXION
La familia y la Iglesia
Padre Manuel Rojas Consiliario Espiritual Region Mexico
Génesis 1,26-28
. Hagamos... hemos sido creados por la familia divina para ser familia sagrada
. A su imagen...y semejanza... En pareja, hombre y mujer, somos imagen de Dios, no separados,
sino en unidad complementaria y fructífera. Fuimos creados por el Amor y para Amar.
. Manden sobre toda la creación, embellezcan, cuiden, protejan, fomenten, administren
. Sean fecundos, multiplíquense, henchid la tierra, sométanla
Si Dios dejara de pensar en mí...
Dios nos mira porque piensa en nosotros, nos mira con amor porque piensa en nosotros con amor
desde toda la eternidad. Este pensamiento de Dios es el que nos ha lanzado a la existencia y el que
nos mantiene en ella. Es también el que hará que nos convirtamos, sino nos resistimos a su llamada,
en el santo que podríamos ser. (En presencia de Dios, cien cartas sobre la oración, Henri Caffarel).
LA FAMILIA Y LA IGLESIA
La iglesia considera a la familia como la primera sociedad natural, y la más importante de todas.
La familia es la célula fundamental de la sociedad. Esto vale para la sociedad civil, pero vale también
para la sociedad humana y divina que es la IGLESIA.
Es en la familia, a la que cariñosamente el Papa Paulo VI le llamo IGLESIA DOMÉSTICA, donde se
juega el futuro de la fe.
El Papa Francisco, varias veces ha hablado del lugar que tiene la familia, en la iglesia, que es: LA
PROPAGACIÓN Y LA TRANSMISIÓN DE LA FE.
Él ha hablado de cómo a través de las palabras y testimonio de su abuela, el llego a practicar la fe,
a acercarse a la oración y a la devoción.
La Familia tiene un lugar irremplazable en la vivencia y en la transmisión de la fe.
Familias: Gracias por ser testimonio vivo de Jesús
¡LUGAR IRREMPLAZABLE!!!
¿Cuáles son los aportes propios de cada miembro de la familia en esta misión que tiene como iglesia
doméstica en la vivencia y transmisión de la fe?
Por qué la iglesia no es una organización de cultura, de religión, tampoco social, no es eso. La
iglesia es: ¡¡¡LA FAMILIA DE JESUS!!! (Papa Francisco 2013)
¿Qué es propio del papá? ¿Qué es propio de la mamá? ¿Qué es propio de los hijos?
¿De cada miembro de la familia? Por qué cada uno tiene un lugar importante en la vivencia y
transmisión de la Fe.
La fe es un regalo para todos, pero no es propiedad de ninguno.
La fe la regala el Señor, eso quiere decir que cada miembro de la familia es transmisor, receptor de
ese regalo que es la fe, y por lo tanto cada uno tiene algo que dar.
Hablemos del Papá, ¿Qué es lo que hace único al papá en la transmisión de la fe?
El hombre es cabeza y tiene que ser el que manda sobre la casa. Por qué si el hombre no es cabeza
en la casa entonces se convierte en otro hijo. Y sucede entonces que la mujer que tiene por ejemplo
3 hijos, y un esposo, que funge como cuarto hijo, entonces esa mujer está separada o esta viuda, o
está sola con 4 hijos, de los cuales el más pesado, el más caprichoso, el más rebelde, se llama el
esposo.
¿Qué significa ser cabeza? En la Biblia ser cabeza significa ser el primero.
San Pablo lo dice en su carta a los Efesios: Al hombre le corresponde ser cabeza.
Y ser el primero significa:
* El primero en testimonio * El primero en sabiduría * El primero en el perdón * El primero en la reconciliación
Esto es lo que significa.
El problema del hombre es que a veces quiere ser primero, pero únicamente primero para que se
satisfaga, primero para que coma mejor, primero que los demás, primero para tener los mejores
placeres en la intimidad, por qué YO SOY EL HOMBRE.
Esta es una deformación, en la Biblia ser primero en todo es como decía San Ignacio de Loyola:
"Primero en amar y en servir". ¡¡¡¡PRIMERO EN TODO!!!!
Y esa es la labor irremplazable del varón en la familia, en el hogar, ser el primero también en la
enseñanza de la Fe, que es su misión como iglesia doméstica.
En el libro de los proverbios, ¿quién es el que da testimonio de la fe? ¿quién es el que enseña en
la casa? ¡¡¡El Varón!!!
Por eso dice el Salmo: "Venid hijos, escúchenme, los instruiré en el temor del Señor"
Es el papá el que convoca, es el papá el que evangeliza, es el papá el que tiene esa labor única, el
que tiene que hacer que, en la casa, la fe se tome en serio.
Esa es la labor irremplazable que tiene el papá.
Pregunta: ¿Por qué eso no lo puede hacer la mamá?
Respuesta: por qué la mamá es supremamente poderosa en muchos aspectos, y si también se le
pone como 'cabeza', entonces ya no tiene esposo, sino que tiene otro hijo. Esta es la primera parte
de la respuesta, la segunda parte de la respuesta la da la biología, vamos a ver cómo explicamos
esto que es muy bello.
Pensemos en un niño pequeño, sabemos que los niños que están en crecimiento tienen voces que
son muy delgadas, sabemos que cuando llega la etapa del desarrollo, la voz de los varones cambia
sustancialmente, se produce un alargamiento en la laringe y esto provoca que dejemos la voz de
niño y se comience a tener una voz más grave, de adulto.
La mujer cuando niña, tiene una voz de niña, y también tiene conforme crece un alargamiento en la
laringe, pero la voz no cambia tanto.
Pónganse en la situación de un niño, y oiga bien lo que le voy a decir: en un hogar, todas las voces,
incluyendo la voz de la mamá, de los hermanos, de las hermanas son parecidas, solo hay una voz
que suena distinta, una voz que es fuerte y que es potente y más grave, esa voz: ¡¡ES LA VOZ DEL
PAPÁ!!
Entonces el primer elemento que hace que un niño empiece a sentir algo por el papá o la mamá es
la voz.
Desde antes que un niño sepa razonar, pensar, imaginar, dibujar, bailar, o ponerse rebelde, El Niño
reconoce que hay algo distinto, algo muy fuerte que tiene poder sobre él, que tiene poder en su ser
y ese ser, es el Papá.
Los niños aman intensamente a su mamá, pero su héroe es el papá, y esa sensación de que mi
papá es el que manda, le da una autoridad automática sobre los hijos.
Vamos a ver un punto muy importante sobre el servicio que prestan los papás: para muchos hijos
su papá es el súper héroe, es lo máximo, mi papá lo sabe todo. Puede con todos. Imaginémonos
que ese papá viene a misa y que el hijo entra de la mano de su papá. El Niño entra a la iglesia con
el papá y el papá se arrodilla (signo universal de humildad y de reconocimiento de la grandeza de
Dios) y el papá como ve que está expuesto el santísimo se arrodilla; ¡¡¡este papá le está dando la
mejor catequesis a su hijo!!!
¡¡¡Por qué para El Niño lo máximo es su papá, y su papá se le arrodilla a Jesus!!! ¡Wow! ¿Cómo
será Jesús?
Yo no estoy desanimando a las mamás, no se sientan mal, pero dense cuenta que eso es lo propio
del papá.
¡Y esa voz de autoridad del papá es el que tiene el deber de transmitir la palabra! Es el papá el que
tiene que evangelizar.
! ¡Que valiosos esos papás que, en medio del hogar, convocan a la oración! En muchas familias se
acostumbra rezar el rosario en familia al menos una vez a la semana, ¡preciosa costumbre, que
debería dirigir el papá!
También tiene que ser cabeza en la oración. El papá aporta desde su pro fisiología y biología, aporta
el ser primero, el ser autoridad, el ser evangelizador de su familia.
¡Los gestos del papá tienen un impacto imborrable en los hijos, eso no lo puede hacer nadie más!
Un papá lejos de la fe, un papá perezoso para la misa, un papá distante de la iglesia, un papá que
no es amigo de Dios, hace muchísimo daño a los hijos.
La expresividad de amor y de fe es sanadora y ayuda a ubicarse a los hijos.
Por ejemplo, para una hija, sentirse amada, aceptada, aprobada por el papá, es decir: ¡estoy bien!
Si un papá es hombre de fe, un abrazo siembra en sus hijos seguridad y en una hija siembra la
posibilidad de elegir bien una pareja, por qué el amor del, padre es amor sin deseo, y ella podrá
identificar cuando a ella la abrazan por deseo sin amor.
¡TRANSMITIR LA FE, TAMBIÉN ES TRANSMITIR SANIDAD!!!
Todos los hombres: "Como hombre, esposo y padre,
soy un bien para la Iglesia"
PAPEL DEL LA MADRE EN LA TRANSMISIÓN Y VIVENCIA DE LA FE
Comencemos mencionando un dato sobre las madres musulmanas piadosas y devotas. Cuando
dan a luz, antes de cualquier cosa, apenas se sabe que El Niño respira, lo primero que hace una
mamá musulmana es tomar al niño, acercarlo a su regazo y decirle al oído: solo Ala es Dios y
Mahoma su profeta.
¡La primera voz que oye un niño musulmán, es la voz de su mamá proclamándole la FE!, la fe que
ellos tienen.
Las mamás sobre todo con su voz, con sus gestos, incluso con su aroma, se dice que un recién
nacido tiene problemas para enfocar con la vista, entonces a quien reconoce mejor es a la mamá
por su aroma.
La época de la vida donde se generan mayor número de confecciones neuronales por segundo es
la primera infancia, es decir, tú ves un bebe y con el solo hecho de escuchar, con el solo hecho de
ver, su cerebro está trabajando, la manera en que trabaja el cerebro de un niño es creando
conexiones neuronales que en biología se llaman sinapsis, y son las que cuando son fortalecidos
crean asociaciones emocionales, intelectuales y en la memoria.
Quién es la primera persona que nos atiende, nos limpia, nos cuida, nos mima, nos duerme, etc...
La mamá.
Y la mamá mientras hace todo esto nos habla también, le habla al niño de manera especial y esas
palabras crean conexiones infinitas, eso hace que se habrán en el cerebro de un niño canales
infinitamente únicos de ACEPTACIÓN.
La persona que me ama, me cuida, que jamás me va hacer nada malo es mi mamá, es la persona
que me habla en ese tono especial que se recuerda aun antes de nacer, desde que nos hablan en
el vientre.
El poder de la voz de una mamá para vencer todos los límites, por eso la mamá musulmana sabe
que es importante que apenas el niño(a) nazca escuche de su voz: solo alá es Dios y Mahoma su
profeta.
El Niño no sabe eso, pero ese sonido queda grabado en lo más profundo de su cerebro.
Las mamás tienen el poder de escribir en la memoria de sus hijos.
Mamás: ¡!¡No dejen de clamar a Dios por sus hijos, y sobre todo no dejen de hablar de Dios a sus
hijos!!, por qué sus palabras son como bombas, como cargas de Fe, que si no estallan ahora en
algún momento lo van a hacer, ese poder tiene la voz de la mamá.
Entonces la voz de la mamá cuando ora, cuando invita al hijo a orar, y le dice: hijo estoy orando por
Ti, se convierte en la asociación más grande de la fe que tiene un hijo.
La mamá no debe dejar de disparar a sus hijos esos dardos de amor, dardos de Fe: Hijo, siempre
estoy orando por ti.
La iglesia pide a las mamás usar su voz para transmitir la fe a sus hijos, por qué tienen un poder
grande de guiar la conversión de sus hijos, la voz de la mujer en la transmisión de la fe es
SAGRADA, por eso hay que cuidar siempre lo que se les dice a los hijos y bendecirlos.
¡El poder de la voz de la mamá es tan grande que desde pequeños debería llamarlos y decirles,
hijo, ven! Voy a orar por ti y hacerlo en voz alta.
Todas las mujeres: Como mujer, esposa y madre,
soy un bien para la Iglesia.
¿Los hijos? ¿Pueden ayudar en la fe? ¡Por supuesto que sí! Ellos muchas veces ayudan a la
conversión de los papás.
La iglesia recuerda el martirio de muchos niños santos, por ejemplo, Santa Inés que fue decapitada
por un soldado romano y la sangre de esta niña inocente multiplicó las conversiones en la ciudad
de Roma. Tarsicio, un niño martirizado por qué no quiso soltar la Eucaristía; por qué era utilizado
para hacer llevar Hostias consagradas a los que estaban presos. Lo mataron; y él prefirió que lo
mataran a soltar la Eucaristía, y esto provocó la conversión de los paganos de la época.
Santo domingo sabio: ¡antes morir que pecar!
Los niños en la familia tienen poder de convertir a su familia. Hay grupos de oración en donde los
papás perseveran por la insistencia de los niños.
¡Conozco a un niño que tiene tanta fe, que le puede faltar el dulce, le puede faltar el parque, le
puede faltar un juguete, le puede faltar la televisión, pero lo que no le puede faltar es la misa, es la
oración! Y es este niño quien jalonea en la fe a sus padres. Que su oración y su amor por Dios
sostiene la vida en familia.
Niños de gran fe, que no sólo son receptores pasivos, por qué Dios los toma para que transformen
sus familias.
Con respecto a los jóvenes no se olviden lo que dice la escritura, en la primera carta de Juan: ¡Les
escribo a ustedes jóvenes, por qué han vencido al maligno!
Tenemos que romper la idea tonta de que la juventud es para el vicio, para el capricho, para el
pecado, la rebeldía, para la borrachera, para el sexo irresponsable.
¡No, la iglesia espera de la juventud el heroísmo!
Santa Rosa de Lima era una mujer muy hermosa, y la juventud de su época se impacta por qué la
mujer más linda de Lima, escogió por esposo a Jesucristo. Y por qué la mujer más linda tenía por
lugar predilecto no los antros, sino su lugar predilecto era el templo.
Cuando una joven sabe la dignidad que tiene, sabe lo que vale, sabe que es templo del Espíritu, y
sabe que el cuerpo de Cristo late en su corazón, entonces será una joven de fe, que estará
fortalecida en la fe para poder formar una familia.
Los demás miembros de la familia, como los tíos, los abuelos, están llamados a ser en la familia,
personas de acogida. Ver a un tío, unos abuelos llenos de gozo, llenos de alegría, irradiando el
amor de Dios, tiene un impacto en la familia de anhelar esa alegría.
Mi familia es un bien para la Iglesia
Mi matrimonio es un bien para la Iglesia
La Iglesia es un bien para mi familia y para mí matrimonio.
La familia debe ser lugar donde todos los miembros aprendan de la misericordia en sus tres
casas:
La casa del corazón La casa de la familia La casa de su fe: la iglesia Al orar tenemos a nuestra disposición mucho más que nuestros recursos personales, tenemos
también estos recursos inagotables que son el amor y la oración de todos los miembros de la familia
de Dios (P. Caffarel).
Hazte capacidad y yo me haré torrente (S. Catalina de Siena)
Deben ser los hogares escuelas de amor. Solo la casa puede ser escuela de amor y
misericordia.
GUIA PARA LA REUNION DE EQUIPOS MIXTOS
Módulo 2 – La mirada puesta en Jesus
1- "Dios creo al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creo, hombre y mujer los
creo" (Gn 1,27).
A la luz de este texto, intente percibir cómo esta vocación viene sucediendo hoy en la convivencia
entre hombres y mujeres. ¿Imagínese cómo Dios se siente mirando hacia ese paisaje humano?
Trate de percibir también cómo se siente ante el regalo que Dios pone en su vida a través de su
cónyuge.
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2- ¿En qué consiste el hecho de que el sacramento del matrimonio sea un sacramento
permanente? ¿Cómo definen esta afirmación?
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3- El término "vocación" es muy significativo para nosotros cristianos y, en especial, para
nosotros de los Equipos de Nuestra Señora. ¿Cómo hemos respondido al llamado a
nuestra vocación al sacramento del matrimonio?
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4- La comunidad conyugal y familiar, en calidad de célula de la Iglesia, debe ofrecer el
"ambiente nutricional" más favorable al enriquecimiento y al florecimiento de la fe de los
hijos. ¿Cómo educar a nuestros hijos a la fe en un mundo secularizado y tantos
llamados al consumismo y la falta de valores cristianos?
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EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA PROVINCIA NORTE
Equipes Notre-Dame – Teams of Our Lady – Equipes de Nossa Senhora
MODULO 3 El Amor en el
Matrimonio
CONFERENCIA
El amor conyugal
To y Ze Moura Soares Hogar Responsable del ERI
(cap IV de Amoris Laetitia)
Cuando nos pidieron dar una comunicación sobre el capítulo IV de la nueva encíclica
"Amoris Laetitia", que de una forma tan bella nos habla sobre el Amor Conyugal, pensamos
inmediatamente que solo lo podríamos hacer si compartiésemos con vosotros lo que ha sido nuestra
vida, donde lo pusimos todo en común con alegría y nos lanzamos muy jóvenes en esta aventura
maravillosa, teniendo al Señor como compañero de viaje.
De este modo, nos es posible hablaros del Amor Conyugal, hablaros del servicio que
hemos prestado el uno al otro y los dos a los hijos. Solo en este compartir recíproco el Evangelio
fue transmitido y aceptado por todos, y así podemos traerlo aquí y compartir con vosotros lo que
han sido estos 54 años de vida en comunión, que ciertamente servirán para nuestra salvación, como
san Pablo afirma frecuentemente en sus Epístolas.
El Señor distribuyó a cada uno su carisma, no para gloria personal, sino para servir al otro,
y para que a quienes recibimos el don del Espíritu pudiésemos mantener su amor para que la
salvación de uno pasase al otro.
Para seguir una orientación más o menos lógica, y para que haya una consonancia con el
recorrido que hemos hecho, elegimos un esquema para abordar más fácilmente este tema. Como
es de Amor de lo que os vamos a hablar, consideraremos tres áreas: Amor al otro, Amor a los
hijos y Servicio a la Iglesia.
Elegimos, como habéis visto, una variable común y le pusimos un nombre: Amor. Amar a
Cristo en los demás.
Amar al otro
En realidad, fuimos privilegiados por este Amor. El Señor nos llamó personalmente y
sirviéndose de nuestra condición humana, nos anunció realidades divinas, poniendo en el corazón
de cada uno el otro, diciéndonos claramente que necesitaría nuestra ayuda para que este amor se
realizara.
Es innegable: ¡Dios nos ama ... entonces amémosle nosotros también!
De hecho, cuando nos enamoramos y nos hacíamos el uno al otro, promesas de amor
eterno, no sabíamos hasta dónde nos llevarían aquellos votos... Apenas sabíamos que teníamos el
mismo ideal y que el amor que sentíamos el uno por el otro orientaría todo nuestro proyecto de vida.
Cuidar de este ideal y mantenerlo siempre vivo fue, y es, para nosotros prioritario,
transformándolo en la brújula que nos ha guiado en la travesía del océano, evitando que las vueltas
de nuestra vida fueran al son de las olas. En él depositamos todos nuestros sueños y esfuerzos
para construir una familia, donde juntos, pero cada uno con su propio don, creásemos un espacio
en el que todos nos sirviéramos unos a otros. La fe nos alimentaría y la esperanza no nos dejaría
sucumbir en las caídas y fracasos.
Al salir de las casas de nuestros padres llevamos con nosotros la estabilidad de nuestras
familias, una manera de estar en la vida, de comprenderla y de darla a los demás. Ella iba dando
ritmo a nuestra vida y nos hacía regresar todos los días a lo más genuino de nuestro bautismo,
cultivando cada uno su especificidad, femenina y masculina.
El contenido de este sacramento salvífico nos purifica, nos ayuda a pasar del pecado
a la gracia, de la muerte a la resurrección. La fe sacramental del bautismo nos libera, nos
transforma y al mismo tiempo nos compromete.
Ninguno de nosotros nació con una libertad completamente madura y clara, y a veces, sin
darnos cuenta, el egoísmo nos esclavizó, nos engañó e intentó desviarnos de nuestra ruta.
Por eso, nuestra unión ha sido un puro camino, donde nos sentimos guiados por la
mirada de Dios, en el que han ocurrido encuentros y desencuentros, donde a veces sentimos miedo
y aburrimiento, pero siempre es un camino que nos llevará al Padre porque cuando
sobrepasamos este miedo y aburrimiento salimos más fuertes y revigorizados.
Nuestro amor, como el de cualquier otra pareja unida por el sacramento del matrimonio, es
tan único que, como decía el cardenal Danneels: "Es preciso conservarlo y proponerlo al mundo, a
pesar de todas las heridas y fracasos".
Camões, gran poeta portugués y que tantos sonetos consagró al amor, afirma: "El amor
es fuego que arde sin verse ... y un dolor que enloquece sin doler".
Cuando se ama verdaderamente sufrimos también muchas veces, y ese sufrimiento nos
vuelve frágiles e inseguros. Cada uno ha tenido, sin duda, esta experiencia en el curso de su vida y
Dios estaba allí - encubierto, silencioso, pero siempre presente-.
Él nos enseñó a aprender de las pequeñas cosas y a hacer de nuestra vida una continua
comunión. Sabemos que el amor entre un hombre y una mujer unidos por el matrimonio está
animado e impulsado por un dinamismo interior que lo conduce sin cesar a una comunión cada
vez más profunda e intensa.
Aprendemos también a eliminar de nuestras conversaciones lo que más nos separaba, lo
que nos hacía extraños e incluso enemigos, agravando diferencias y divergencias.
Aprendimos a servirnos el uno al otro, a escuchar y a dar, a entender los silencios
avergonzados, a comprender que el otro nos quiere decir "sí", aunque sus palabras digan "no".
Descubrimos que cuando el otro perdonaba gratuitamente nos curaba las heridas.
Perdonar no siempre es fácil, pero siempre es necesario, porque el perdonar implica también
aceptar nuestras imperfecciones. Al cabo de estos años hemos aprendido que no hay ofensas
imperdonables por mucho que nos hagan sufrir y nos hieran en lo más profundo de nosotros
mismos.
Nos entrenamos mutua y pacientemente, percibiendo que quien más y mejor ama es el
que se preocupa en enseñar a perdonar, sin olvidar nunca que el Señor nos ha confiado el uno al
otro y que nos ha dado un don que no se agota en la celebración del matrimonio, sino que nos
acompaña a lo largo de nuestra vida.
No hay duda que las actitudes que transmitimos a través del perdón mutuo son
decisivas para crear en la familia un ambiente de comprensión, tolerancia y paz. Será mucho
más fácil hacer comprender el sentido y la necesidad del sacramento de la penitencia si lo
practicamos, gozando plenamente de sus beneficios al testimoniarlo. Perdonar y ser perdonado
hace permanecer a Dios en medio de nosotros.
Creemos que nos estamos evangelizando el uno al otro en la existencia diaria, de forma
permanente, a través de palabras, gestos, actitudes, comportamientos, actos ... mediante los cuales
el Evangelio va penetrando poco a poco en toda nuestra vida.
Ambos fuimos ministros del sacramento del matrimonio para que fuese un signo
permanente del amor indisoluble de nuestra unión, como la de Cristo con su Iglesia. "Por eso
abandonará el varón a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne”
(Gén 2, 24). ¡Qué grande es este misterio!
El amor, en esta unión de ser "los dos una sola carne", alcanza entonces su máxima
expresión. Sin cuerpo no existiría comunicación humana, es el cuerpo el que posibilita el encuentro,
la comunión de amor total.
También aquí la entrega tiene que ser recíproca y total. Nuestra unión tuvo que pasar
por el constante aprendizaje y valorización del otro, porque si es por el cuerpo que el lenguaje
del amor encuentra el lugar más alto de su expresión, es por la sexualidad que tenemos la
posibilidad de vivir y experimentar las más verdaderas relaciones interpersonales.
¿No estará entonces en el matrimonio el espacio privilegiado para que se viva y se enseñe
a vivir la verdadera y auténtica sexualidad sellada con la fidelidad del amor? En ella se expresa el
verdadero amor, en ella los dos se ofrecen y se ofrecen mutuamente a los hijos. Los hijos son, al
final, la manifestación de la gracia que Dios nos ha dado y que hemos recibido, del amor que se ha
hecho carne, pero que supera a lo humano y alcanza casi lo divino.
El verdadero acto de amor está en el hecho de que esta entrega tiene un significado
de donación recíproca y total, independientemente de poder o no ser fecundo. Siempre existe
una fecundidad implícita, aunque no se produzca transmisión de la vida.
En una época en la que la sexualidad está tan maltratada, tan a culturada, ¿no estaremos
nosotros, los matrimonios cristianos, llamados a intervenir dando testimonio de lo que creemos y
practicamos?
En este sentido, queremos destacar que el Movimiento acaba de lanzar unos cuadernos
sobre la Espiritualidad y la Sexualidad para ser tratados por los matrimonios en sus diálogos. (Deber
de sentarse).
Cuanto más tratamos todo esto, mejor entendemos que nuestra vida solo tiene sentido
pleno cuando está integrada en una unión total de los dos en Cristo.
En efecto, es como personas distintas como nos realizamos en Cristo, y siendo distintos y
diferentes nos realizamos en pareja, conociendo y respetando a la persona total que existe en el
otro, pero ambos integrados en una espiritualidad conyugal.
Una espiritualidad desencarnada jamás podrá ser nuestra, hombre y mujer que vivimos en
este mundo ... aunque no seamos de este mundo ....
Amor a los hijos
Fue con todos nuestros defectos y virtudes que Dios, al permitir nuestra unión sacramental,
nos concedió el sello de la fecundidad. No solo la que se toca y que tuvo su expresión máxima en
nuestras hijas, sino también en la maravillosa fecundidad espiritual, en el testimonio de la
caridad que nos es continuamente exigido en este camino que nos propusimos hacer en
familia.
Pasar el testimonio de fe y vida a nuestras hijas fue para nosotros, una vez más, un
factor de unión para que el servicio que les prestábamos fuera siempre hecho en el nombre
del Señor. Siempre quisimos e intentamos tener una relación con espíritu de pobreza y humildad
en cuanto a nuestras hijas. Humildad en aceptar la voluntad de Dios al respecto, humildad en
el día a día, en el fracaso consecutivo en nuestra misión de educadores.
Entendemos que son seres que Dios nos ha confiado, y de nuestro desprendimiento y
humildad tendremos que darle cuentas. Nos asustaba extremar los valores en su educación, porque
creíamos que fácilmente caeríamos en la destrucción de la unidad familiar. De hecho, es difícil,
pero atractivo, lograr un equilibrio entre libertad y justicia, derechos y deberes, exigencia y
condescendencia.
La libertad y el respeto por los hijos, la aceptación de la pluralidad de opciones, el
reconocimiento de sus concepciones sociales o culturales no nos deben dejar indiferentes.
Frecuentemente sentíamos cómo era necesario pararnos de vez en cuando y, juntos,
hacer una revisión, un reajuste al método utilizado en nuestro servicio como padres.
Cada uno conocía bien las dificultades del otro, las alegrías íntimas, los desánimos
escondidos, la palabra a dar sobre el camino recorrido y en el camino por recorrer. Y solo con gran
unión, para recibir y dar ayuda en esta tarea tan grande, conseguimos sacar fuerzas para continuar
nuestro ministerio.
Ser familia significa también aceptar las tensiones existentes en su seno, no como
irremediables, sino asumidas como parte esencial del propio crecimiento.
Nos corresponde a nosotros, como padres, vivirlas en una perspectiva de fe, porque van
balizando caminos, a través de las sucesivas opciones que los hijos van tomando, ayudados a
crecer en la fe por nuestro testimonio, muchas veces silencioso, pero perseverante, durante estos
años que intentamos vivir según el Evangelio.
La célula familiar requiere estabilidad y seguridad donde también el soporte económico
tiene gran importancia. ¿Cómo vivir y hacer vivir aquí el Evangelio cuando se nos dice que no nos
importe el día siguiente?...
En el "todo lo demás se os dará por añadidura" está la seguridad del pan de cada día, los
valores de ayuda fraterna que la familia, al convertirse cada vez más en comunidad cristiana,
desarrollará poniendo a dar fruto sus talentos.
La educación de nuestras hijas, y toda nuestra subsistencia, nos llevó continuamente a
elegir entre esto y aquello, y no fue fácil resistir para no resbalar y caer en el consumismo exagerado
y en el materialismo.
En este mundo materialista a veces las tensiones se agudizaban y frecuentemente nos
sentíamos interpelados por nuestras hijas en nombre del Evangelio. Aceptar esta confrontación, o
progresar en ella para servir mejor, fue esencial para el crecimiento de todos.
A veces, hacíamos y decíamos cosas que serían imposibles sin la presencia real de Dios.
Los padres, como ministros de su matrimonio que se va realizando día a día, hacen una
actualización dinámica de la gracia matrimonial que Dios les distribuye permanentemente para que
sea derramada diariamente sobre toda la familia.
Para hablar del amor conyugal no basta que cada miembro tenga fe, es necesario que cada
uno esté dispuesto a comunicar esa fe a los demás, a intercambiarla, a vivirla y a expresarla en
todas las relaciones, principalmente en las familiares.
En este ambiente familiar sentimos con mayor verdad lo que es la marcha hacia el Padre,
porque el crecimiento de nuestras hijas y nietos, con la velocidad de la juventud y no con el paso
lento de nuestros años, nos ofrece perfectamente la noción de lo provisional, ayudándonos a
rechazar la instalación y aceptando el mañana con Dios.
Ayudar a la educación y formación de los nietos donde, con otra mirada y más dulzura,
podemos saborear la belleza de un florecer es aún una gracia que Dios nos concede.
En realidad, el amor y la caridad que existen en la vida familiar contienen simultáneamente
dos fuerzas con dos vertientes distintas: "ad intra" y "ad extra". Por la primera, la familia se realiza
en su interior, haciendo del amor y la caridad los dos principios fundamentales de las relaciones
entre padres, hijos y hermanos, de modo que las tensiones se resuelvan en la fe estimulada por el
Evangelio. En la segunda, la familia procura insertarse en la Iglesia y en el mundo, haciéndose
cada vez más abierta y comunicativa, promoviendo relaciones basadas en la libertad y el amor.
Servicio a la Iglesia
Si la Iglesia es un punto de referencia para la familia, también la familia es un punto de
referencia para la Iglesia.
Pensamos que la Iglesia no puede dejar de verse en nosotros, familias cristianas y
pequeñas comunidades, piedras vivas sobre las que se edifica.
Por motivos profesionales, en los primeros años de casados, estuvimos en varios lugares
en África y Portugal. Situaciones diversas, unas más fáciles de soportar que otras, pero todas fueron
importantes para darnos la noción perfecta de la peregrinación que hacemos.
La vida que vivimos nos ayudó a crear una disposición interior que facilitó el rechazo a
instalarnos y la necesidad sentida de integración inmediata en la comunidad por donde pasábamos
y residíamos temporalmente. La gracia de haber conocido los E.N.S., cuando éramos muy jóvenes,
contribuyó a despertar la voluntad y la responsabilidad de ayudar a otros matrimonios a descubrir
mejor su amor y a asumir tareas comunitarias.
Conocer la comunidad familiar en África fue una gracia, funcionó como estímulo para
integrarnos más rápidamente en la realidad de aquellas tierras y así poder evaluar sus carencias y
la necesidad que tenían de ayuda.
El agua del bautismo que ayudamos a verter sobre algunas cabezas, nos dio una alegría
inmensa. Nos lavó muchas heridas y sirvió de alimento cuando nos invadía el desánimo, porque no
todo iba siempre como queríamos y las dificultades eran grandes, agravadas con el alejamiento de
la familia y la diferencia de culturas y mentalidades.
También, por vocación, caminamos durante diez años de la mano con los jóvenes, jóvenes
que, con toda alegría y vigor, tiraron por nosotros.
Durante estos años que trabajamos en la Pastoral Juvenil hicimos un camino pedagógico
de crecimiento mutuo, para que, a partir de lo que recibimos de Cristo, pudiésemos conducir y ser
conducidos, pero donde siempre recibimos más de lo que dimos.
¡Éramos constantemente interpelados y puestos en confrontación con la verdad de vida
que anunciábamos y la vida que vivíamos! ¡Saben, tan bien como nosotros, cómo de exigentes son
los jóvenes!
Pero también gracias a su generosidad, que fue inmensa, nos evitaron grandes desvíos,
exigiéndonos una búsqueda constante en el reconocimiento de las faltas que íbamos cometiendo y
que contribuían, ciertamente, a la formación que les queríamos proporcionar.
En esta perspectiva considerábamos necesario estimular la espiritualidad, rezando juntos,
anunciando la palabra de Dios que los orientaba en un camino donde el amor era siempre valorado.
Tenían sed de la verdad y querían que le habláramos de todo sin ambigüedades.
Queríamos mucho que todo lo que les dijésemos fuese fruto de nuestra fe siempre viva y
que, al testimoniar nuestra unión conyugal, física y espiritual, no les quedasen dudas sobre la
realidad de nuestro amor. También sabíamos, aunque ellos no lo confesaban, que las referencias y
los valores éticos que les transmitíamos eran muy importantes para el rumbo de sus vidas.
El Señor nos proporciona siempre medios de salvación dejando que su Espíritu nos
ilumine y conduzca, en cada momento, a la misión de servicio más adecuada.
Los Equipos de Nuestra Señora son para nosotros el lugar donde el carisma evangelizador
de las familias se manifiesta con un sentido de unidad y especialidad muy propios.
Nuestra pertenencia y disponibilidad a este Movimiento de la Iglesia, y no a otro cualquiera,
fue la respuesta sin condiciones al carisma de los ENS.
Este don de Dios, que acogemos reconocidamente, no lo debemos guardar para
nosotros mismos, sino compartirlo con otros matrimonios, para que esta riqueza no se pierda
y para que haya cada vez más matrimonios que quieran pertenecer a los ENS, como recuerda (Lc
12, 48): "A quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá
más".
Por mucha importancia que se quiera dar a la educación de la fe y a la transmisión de
valores, estamos convencidos de un principio elemental: nadie transmite lo que no tiene, nadie
educa en aquello en que no cree ...
Así, fuimos avanzando, siguiendo al Señor, unidos y fortalecidos por un amor especial que
nos hace seguir adelante sin miedos.
Cuando el Padre Caffarel nos dijo y nos interpeló de una manera muy clara sobre cuál era
la misión de un matrimonio de los ENS, quiso llevarnos a poner en juego los dones que
gratuitamente nos fueron dados en el sacramento del matrimonio. Vocación y misión siempre van
ligadas.
El discurso que el Papa Francisco ofreció a los ENS, el 10 de septiembre de 2015,
constituye también una rica base de trabajo, no solo porque insistió en el papel misionero de los
matrimonios, sino por el enfoque que dio a la obligación que tenemos de testimoniar y transmitir lo
que ya recibimos en los ENS. Y, sobre todo, mostrar al mundo cómo es de bello el Amor entre un
hombre y una mujer.
En su reciente Exhortación Amoris Laetitia, el Papa Francisco afirma que el matrimonio
como signo es "un proceso dinámico, que avanza gradualmente con la progresiva integración de
los dones de Dios" (FC 9, cit. en AL 122). Pero, por otro lado, afirma que “en la naturaleza misma
del amor conyugal está la apertura a lo definitivo” (AL 123).
En este capítulo IV, de una belleza poética impresionante, describe el amor humano en
términos concretos, donde nos habla, como sabéis, de las alegrías, fatigas, sufrimientos,
satisfacciones y placeres, pero donde tampoco deja margen para dudas que el amor se debe
transformar: La prolongación de la vida genera la necesidad de renovar repetidas veces la reciproca
elección; para poder tener un proyecto común estable y comprometerse a amar y a vivir unidos y
con una rica intimidad hasta que la muerte nos separe (cf. AL 163).
Reconocer y afirmar que el sacramento que elegimos para unir nuestras vidas no es una
carga, sino un don, es una decisión personal que nos permite pasar con alegría y firmeza este nuevo
período de la historia, alentando a todos los matrimonios a profundizar y a vivir con perseverancia
la espiritualidad de los Equipos de Nuestra Señora.
Conclusión
Después de todo lo que os hemos dicho, de las confidencias que os hemos hecho,
consideramos que ha sido un abuso por nuestra parte haceros escuchar esta comunicación. Damos
gracias a Dios por poder revisar nuestro pasado sin quedarnos cargados de nostalgia o tristeza, en
la certeza de que Dios hizo con nosotros una alianza y es fiel a sus promesas, ayudándonos siempre
a abrirnos al futuro.
Ni el ideal del matrimonio ni el de la familia son realidades ya alcanzadas, sino
objetivos por los que seguimos luchando. Seguimos queriendo que en nuestra familia exista un
ambiente de conversión y reconciliación permanentes, y que siga siendo un lugar de esperanza.
El Señor no vino a indicarnos el camino de las situaciones fáciles y cómodas, sino el de la
salvación que pasa siempre por la Cruz. En él tenemos la medida y el patrón de todo el trabajo
pastoral que debemos realizar.
Como María, que aguardó con confianza el nacimiento de su Hijo, creyendo en la palabra
del ángel Gabriel, incluso durante los largos períodos en que nada acontecía, seguiremos siempre
confiados y expectantes. Que María nos siga enseñando a creer en su Hijo, que murió y resucitó
por nosotros, para que fuésemos testigos de Esperanza, a través de la palabra y la vida.
Que todos los matrimonios adopten como ejemplo la Sagrada Familia de Nazaret, donde
el Hijo comparte toda la intimidad con María y José.
Al final fue en un hogar normal, donde se equilibraban los silencios y las palabras,
donde el agua viva brotó hacia el mundo, irrigando montes y valles ... llegando hasta los
confines de la tierra ...
Tó y Zé Moura Soares
REFLEXION
Himno del Amor
Padre Jacinto Farias Ferreira Consiliario Espiritual ERI
Queridísimos matrimonios:
Es para mí una gracia y un privilegio poder estar aquí con vosotros, participando en este encuentro
maravilloso en el que podemos sentir el entusiasmo con que los matrimonios de los Equipos de
Nuestra Señora en esta zona de México, el Caribe y Centroamérica, viven la espiritualidad y el
carisma de nuestro Movimiento de los Equipos de Nuestra Señora. Desde el gran Encuentro de
Brasilia y animados por las palabras que el Papa Francisco dirigió en el Encuentro de los
Responsables en Roma en septiembre de 2015, estamos todos, como Movimiento, muy
comprometidos en vivir el carisma y la espiritualidad que recibimos como gracia y misión desde que
la Iglesia reconoció la verdad del carisma del Padre Caffarel y de los primeros matrimonios, ya en
el lejano año de 1947, para vivir la santidad del sacramento del matrimonio como matrimonio.
Sabemos cómo representó una gran novedad esta iniciativa de los primeros matrimonios y del Padre
Caffarel que se empeñaron, correspondiendo a la gracia que les fue dada, de buscar juntos -
(buscamos juntos, fue la respuesta del Padre Caffarel a los cuatro matrimonios que lo buscaron) -,
los medios para concretar ese deseo de vivir la santidad del matrimonio como matrimonio. Incluso
los retiros, que eran ya una práctica entre los laicos, por influencia de la Acción Católica, eran
siempre individuales. Y no había, en todo caso, retiros mixtos, mucho menos había retiros para
matrimonios. Fue por eso un problema para el Padre Caffarel y para los primeros matrimonios
conseguir espacios en casas religiosas que permitieran que grupos de matrimonios hicieran retiros.
Por eso, fue seguramente providencial que surgiera nuestro Movimiento para ayudar a los
matrimonios a vivir la santidad como matrimonios y, por tanto, introducir esta dinámica espiritual que
animaba a la Iglesia a una mayor solicitud pastoral por los matrimonios y las familias, como después
fue sucediendo.
El Concilio Vaticano II recogió los frutos de este movimiento de renovación y de interés pastoral por
los matrimonios y las familias, y hoy, la pastoral de la familia y la preocupación por los matrimonios,
en formación y ya formados, se inscribe en las prioridades pastorales de la Iglesia. La metodología
y la mística de nuestro Movimiento fueron el coronamiento de esta búsqueda de los caminos y de
los instrumentos más aptos para ayudar a los matrimonios a poder vivir juntos la santidad según su
estado.
Pero la novedad no se quedó aquí. Hasta entonces, se entendía el matrimonio sobre todo como un
contrato entre dos personas desiguales, el hombre y la mujer, en orden a determinados fines y la
adquisición de determinados bienes. Se hablaba entonces de los bienes y de los fines del
matrimonio, que podemos resumir en los siguientes: eran bienes del matrimonio la fidelidad, el
sacramento y los hijos; son fines del matrimonio, la educación de los hijos, la ayuda mutua y el
remedio contra la concupiscencia. El contrato matrimonial, con consecuencias canónicas y civiles,
tenía como objetivo la consecución de estos bienes y de estos fines; era por lo tanto una alianza
que involucra no sólo a los novios, sino también a las familias.
Esta comprensión social del matrimonio aún perdura hoy, pero no con tanta fuerza como
antiguamente, incluso en la comprensión del matrimonio cristiano. Creo que también aquí, para una
nueva comprensión del matrimonio y de la familia, nuestro Movimiento ha contribuido
significativamente. De hecho, al subrayar la importancia de procurar vivir la santidad como
matrimonio la tónica de la mística del matrimonio ya no está en el contrato social, aunque este
aspecto sigue siendo importante, sino en la realización personal del matrimonio, o sea, en el lazo
matrimonial como el coronamiento de un camino de amor.
Aquí reside el gran cambio operado en la comprensión del matrimonio en los tiempos modernos
más recientes: la transición de una comprensión del matrimonio como un contrato entre dos
personas desiguales, un hombre y una mujer, para la comprensión del matrimonio como la unión
de dos personas que se aman. Mientras que en el primer caso la tónica se colocaba en la fidelidad
a un contrato, a una palabra dada en el acto del consentimiento matrimonial, ahora la tónica se pone
en el amor.
Estas dos comprensiones tienen sus puntos fuertes y sus puntos débiles. En el primer caso, la
fuerza del matrimonio está colocada en la fidelidad a la palabra dada, para la realización de sus
objetivos concretos en los bienes y en los fines del matrimonio. Aquí el amor estaba también
presente, pero hasta podía no estar. El amor resultaría de un proceso de conocimiento que, en
algunos casos, comenzaba el día de la boda. La fragilidad de esta comprensión del matrimonio es
evidente: podía haber matrimonios sin amor, hechos por simple conveniencia que, en algunas
culturas, excluía a los propios novios del acto de decisión. Eran los padres, de ambas partes, que
decidían. Esta comprensión del matrimonio también se encuentra en la Escritura, ej., en el
matrimonio en el tiempo de los patriarcas.
La fuerza de la segunda modalidad también es evidente: ella está en el amor. El matrimonio ocurre
porque dos personas desiguales, un hombre y una mujer, se aman y de tal manera que ya no
pueden vivir una sin la otra y por eso deciden casarse, unir sus vidas para siempre. Si en el primer
caso la nota dominante era en cierto modo objetiva, en los bienes y en los fines del matrimonio, que
los novios deseaban alcanzar, ahora la nota dominante es en cierto modo subjetiva, es decir, el
amor, la felicidad que los dos desean en conjunto alcanzar. Los bienes y los fines del matrimonio
como se reducen a la felicidad, que puede pasar por la ayuda mutua, y quedarse ahí. La fuerza de
la primera modalidad es la fidelidad a la palabra dada; la fuerza de la segunda es el amor. La
fragilidad de la primera es que, en el matrimonio, incluso en su inicio, puede que no haya amor; la
fragilidad de la segunda es que el amor puede desaparecer y perderse. Y si se pierde, se pierde la
razón para vivir en comunidad de amor, porque el amor ya no existe. Este es el drama de nuestro
tiempo.
De hecho, el amor es el sentimiento más fuerte que puede tener el hombre. Puede ser tan fuerte
que se transforme en pasión, que puede llevar a la muerte. El amor es en el hombre un sentimiento,
una emoción que no tiene que ver con la libertad; no es una cuestión de la voluntad, pues está
inscrito en la naturaleza y puede afectar a la propia libertad, que el amante está dispuesto a perder
ya morir por amor. El amor es más fuerte que la muerte. Como dice uno de nuestros poetas: el amor
es un fuego que arde sin verse; es en sí mismo contradictorio, pues puede llevar a desear perder la
libertad por amor -porque es querer estar preso por voluntad-, pero que tanto puede estar vivo como
morir. Y si muere, todo termina. El drama del divorcio y de todas las violencias pasionales están
aquí inscritos en la naturaleza paradójica y contradictoria del amor. Como se interroga el poeta:
¿cómo puede haber entre los humanos amistad, «si tan contrario a sí mismo es el mismo Amor»?
El desafío ante el que hoy nos encontramos es de operar una síntesis lo más perfecta posible entre
estas dos modalidades sobre las cuales el proyecto matrimonial se edifica, es decir, la síntesis entre
fidelidad y amor. Podemos servirnos de una comparación para percibir lo que acabo de decir.
La fidelidad puede ser comparada a la roca sobre la cual se hacen los cimientos de una casa. Jesús
en el evangelio llama la atención sobre esta comparación cuando se refiere al hombre que construye
su casa sobre la roca (Mt 7,24-27); la roca es la fe, la fidelidad. Entonces la primera modalidad pone
la tónica sobre la roca firme sobre la cual se construye el edificio sólido del matrimonio y de la familia.
A su vez, el amor puede ser comparado a una piedra preciosa, como el diamante. Jesús habla de
ello en una de sus parábolas sobre el Reino de Dios (Mt 13,44-46), comparable a un comerciante
de piedras preciosas, que habiendo encontrado una de gran valor, vendió todo lo que tenía para
adquirirla; o semejante a alguien que descubrió un tesoro en un campo, vendió todo lo que tenía
para adquirir ese campo y así quedarse con el tesoro que en él estaba escondido. El amor es esa
perla preciosa, que se descubre de repente, es una sorpresa admirable, algo tan preciso por el que
se deja todo; el amor es ese tesoro escondido por el que vale la pena vender todo. Pero sobre
piedras preciosas no se construyen casas; las piedras preciosas adornan nuestros ambientes; son
el coronamiento de belleza de una construcción de vida que se hace sobre la piedra sólida de la
fidelidad, que es en sí misma la victoria del amor sobre el tiempo.
2. La delicadeza del amor justifica el cuidado que en la historia del pensamiento se ha puesto a
reflexionar sobre este tema. El amor es el gran tema, si no el único, que preocupa verdaderamente
al hombre, de hoy como de todos los tiempos. Yo diría que hay tres grandes temas que concentran
en sí todo el pensamiento: la verdad, la libertad y el amor. Pero es el amor que da sentido tanto a
la verdad como a la libertad, pues sólo el amor verdadero es el que libera, y la libertad se dice en
relación al bien y el bien que ofrece la felicidad al hombre es el amor.
¿Pero qué es el amor?
Para expresar este sentimiento, que es algo divino en nosotros, los griegos tenían tres palabras: el
eros, la philia y el ágape.
El eros designaba una fuerza instintiva inscrita en todo el ser vivo, pero especialmente en el hombre,
que inclinaba al hombre hacia el bien, que se reconocía escondido en todo lo que se presentaba
como bello. Era la fascinación de la mirada ante la belleza que seducía al hombre y lo inclinaba
espontáneamente hacia el bien que se creía escondido detrás de todo lo que se presentaba como
bello. Razón tiene Benedicto XVI cuando escribe en su encíclica Deus caritas est que el amor, en
este nivel de la atracción, como en los niveles más elevados, no tiene que ver con la voluntad: el
amor está inscrito en la naturaleza. En cuanto a la inclinación traducida por el eros, el amor es un
deseo de unión, un deseo de comunión con todo, una especie de éxtasis que lleva al hombre fuera
de sí, en un movimiento de ascenso hacia lo trascendente siempre mayor, siempre más distante,
en una búsqueda de perfección que el hombre no tiene en sí, pero que desea encontrar, desea
poseer.
La philia es el grado superior del amor, traducido en nuestras lenguas por amistad. La mejor
definición de amistad se encuentra en Aristóteles [384-322 a. C.], según el cual la amistad es querer
bien al otro por lo que es y no por lo que él pueda dar. El filósofo griego percibía que la amistad
representa una actitud oblativa, en la que hay mayor felicidad en dar que en recibir. La nota de la
gratuidad está así inscrita en la noción de amistad. Pero el filósofo griego reconocía que son pocos
los hombres que viven una amistad así, de querer bien al otro por lo que es y no por lo que él pueda
dar. La amistad así no es interesada. San Pablo, que debía tener algún conocimiento de la filosofía
griega, va en esa línea en el himno sobre la caridad (1Cor 13), en que ya no habla de philia / amistad,
sino de ágape, término que prácticamente no es usado por los griegos y que sirve para traducir el
sentimiento verdaderamente cristiano del amor al prójimo y hasta al enemigo.
En la historia del pensamiento cristiano, Santo Tomás [1225-1274] asume la definición de amicitia /
philia de Aristóteles concordando con él y diciendo que la amistad verdadera consiste en querer
bien al otro por lo que es y no por lo que él puede dar. Es el amor de benevolencia, de querer bien.
Pablo VI [1897-1978], en la encíclica Humanae Vitae (1968) asume esta misma definición,
recomendando a los matrimonios que cultiven la amistad conyugal en este sentido: que los esposos
se amen por lo que cada uno de ellos es y no por lo que cada uno puede dar al otro. Entonces la
amistad verdadera es aquella que reúne estos requisitos de un amor desinteresado que quiere el
bien del otro por lo que es y no por lo que él puede dar.
Benedicto XVI insistía mucho en este punto: el amor nos precede y nosotros sólo podemos amar si
somos amados primero. Cuando se habla del amor al prójimo -y el amor conyugal pertenece a este
tipo de amor, porque los esposos son uno para el otro el prójimo más cercano-, en el pensamiento
cristiano, heredero de la gran tradición que nos viene de San Pablo, entiende si esta relación tiene
su fundamento en el amor de Dios que nos precede. En este sentido, el valor de cada uno depende
de la intensidad del amor con que es amado por Dios. Debo amar al otro porque él es amado por
Dios y yo también lo soy y éste es el valor infinito de cada uno de nosotros, que justifica, según la
lógica del Evangelio, el amor al enemigo: también el enemigo, como criatura, es amado por Dios, y
si es cristiano, es amado por Dios como hijo, que me ama personalmente también a mí, pues, en
su Hijo Jesús, 'me amó y se entregó por mí' (Gál 2,20).
En la encíclica Humanae Vitae (1968), un texto breve, pero admirable, sobre el amor conyugal y sus
características, Pablo VI enuncia las notas del amor verdaderamente humano y cristiano: un amor
personal, exclusivo, total y fecundo (HV 9). El amor verdadero no tiene la dimensión de la eternidad,
de uno para siempre: «el amor busca la eternidad». El verdadero amor es esencialmente marcado
por la capacidad de renuncia, de abnegación, según la lógica de la cruz, que necesita, para que se
realice, no sólo de los demás, sino también y sobre todo de la gracia de Dios, de acuerdo con la
palabra de Jesús: "Sin mí no podéis hacer nada" (Jn 15,5).
3. El himno de la caridad se encuentra en la primera carta de San Pablo a los Corintios, al final de
las enseñanzas sobre la relación conyugal, que debe ser castamente respetuosa, porque si no se
vive en el Señor, no es verdaderamente digna, llevada por la fuerza de las pasiones (1Cor 7,39).
San Pablo tiene el cuidado de dar indicaciones a los cristianos como vivir verdaderamente como
tales, comparando la vida de los cristianos, en la relación de unos con otros, a lo que pasa con el
cuerpo: nosotros los que participamos del mismo pan y del mismo cáliz formamos un solo cuerpo y
somos miembros unos de otros: «vosotros sois cuerpo de Cristo y sus miembros, cada uno en la
parte que le toca» (1 Cor 12,27). Es esta relación tan profunda que une a los cristianos entre sí que
justifica que no se viva en la inmoralidad, porque tanto nuestro cuerpo como el de los demás nuestro
prójimo y nuestro hermano, son templo vivo del Espíritu Santo: «¿no sabéis, vuestro cuerpo es
templo del Espíritu Santo, que habita en vosotros, que habéis recibido de Dios, y que no os
pertenecéis a vosotros mismos? Por eso, en su enseñanza sobre la Eucaristía, san Pablo advierte
a los que participan en el ágape cristiano para que examinen bien su conciencia, porque, si no están
en la caridad y en gracia, comen y beben la propia condenación: examínense cada uno a sí mismo
y, entonces, coma de ese pan y beba de ese cáliz. El que come y bebe sin distinguir el cuerpo del
Señor, come y bebe su propia condena» (1Cor 11,28-29).
Pero más allá de este contexto en el que se encuentra el himno sobre la caridad, hay otro aún más
profundo al anterior: el cristiano es llamado a vivir siguiendo al Señor en el camino de la cruz. Al
principio de su carta San Pablo dice claramente: mientras los judíos piden milagros y los griegos
piden sabiduría, él anuncia a Cristo y Cristo crucificado (1Cor 1,22-24). Es decir que no hay vida
cristiana en ninguno de sus estados-en el celibato a causa de los Reino de los cielos o en el
matrimonio- que no pase por la lógica de la cruz, no de una cruz cualquiera, sino de la cruz de
Cristo: «si alguno quiere venir después de Mí, reniegue a sí mismo, tome su cruz y sígueme» (Mt
16,24).
El filósofo alemán F. Nietzsche (1844-1900) acusó al cristianismo de haber envenenado el amor y
ser por ello responsable de todos los males que afectan al hombre moderno. Pero esta es una
ilusión. La cruz forma parte de la condición humana como tal y no sólo del creyente y del cristiano.
Un día un oficial del ejército, comandante de una unidad militar de la que fui capellán, me desafía
en estos términos: «Si Dios existe, cómo usted dice que sí y cree, ¿cómo hay tanto sufrimiento,
tanta injusticia en el mundo? le devolví la pregunta: «y tú, que no crees en la existencia de Dios,
¿cómo explica el sufrimiento y tanta injusticia que hay en el mundo»? Y él se quedó sin respuesta
y desistió de provocarme.
En la antigua cultura griega había el mito de Sísifo que representaba la condición humana en la
figura de este titán condenado a empujar un gran peso por una pendiente arriba. Cuando llegaba a
mitad de la ladera ya estaba tan cansado que no aguantaba y volvía todo al principio. Aquí está
evocada la condición humana, marcada como tal por el sufrimiento y por tantos otros males que la
afectan. La Sagrada Escritura habla en el pecado de los primeros padres, el pecado de Eva y de
Adán, que consistió en querer ser como dios, en el sentido mismo de poder ofrecer el uno al otro la
plena felicidad: en el momento en que comáis del fruto del árbol que se encuentra en medio del
jardín, vuestros ojos se abren y seréis como dios, dijo la serpiente a la mujer que comió del fruto y
lo dio al hombre. Los ojos se abrieron, pero para ver que estaban desnudos, eran criaturas, no Dios
(Gn 3, 1-13).
La mujer y el hombre de todos los tiempos, de hoy también, son Eva y son Adán, o sea, tienen la
ilusión de pensar que pueden ofrecer el paraíso al otro, y esta ilusión es más fuerte cuando se trata
del amor, entendido en el amor toda su amplitud semántica: parece que el amor entre el hombre y
la mujer es tan intenso que representa lo que es el amor por excelencia, la realización de una
comunión tan profunda que une los cuerpos, los corazones, pero, no consigue por sí mismo unir de
tal modo que sean un solo corazón y una sola alma. Es que el amor necesita ser redimido, necesita
ser curado en su raíz, para que pueda pasar del amor pasional al amor oblativo y casto: «nada de
esto es posible, si no se invoca el Espíritu Santo, sino se clama todos los días pidiendo su gracia,
si no se busca la gracia su fuerza sobrenatural, si no le hacemos presente el deseo de que derrame
su fuego sobre nuestro amor para fortalecerlo, orientar y transformar en cada nueva situación».
Lo que distingue la cruz, que cada ser humano tiene que cargar, como nos recuerda el mito de
Sísifo, de la cruz que el cristiano también tiene que transportar, es la certeza de no llevarla solo,
sino que es soportado y ayudado por una comunidad creyente y en esa comunidad es confortado
por el Señor que lleva la cruz de cada discípulo, pues la cruz que él transportó hasta el calvario y
en la que fue crucificado es nuestra cruz, la cruz de cada uno de nosotros, como él mismo dijo:
vengan a mí todos ustedes que están cansados y oprimidos, que yo os aliviare. Toma mi yugo sobre
vosotros, y aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis alivio para vuestras
almas, pues mi yugo es suave y mi carga es leve» (Mt 11,28-30).
Y esta palabra se realiza en la vida de los creyentes, que dejan que el Señor les dé fuerza, los
conforte. Esta fuerza y esta comodidad le son dados en los sacramentos (y en la oración, en sus
diversas formas), sobre todo en los sacramentos de la vida cotidiana: la penitencia, la unción de los
enfermos y la eucaristía. El sacramento de la Penitencia es la celebración del gran misterio del amor
de Dios, que no desiste de nosotros, sino que nos pone de pie y nos dice, como a la mujer adúltera,
ve en paz, pero no vuelva a pecar. (Jn 8,11).
Estamos celebrando el centenario de las apariciones de Nuestra Señora en Fátima. Entonces ella
pidió a los Pastorcitos: ¿queréis ofreceros a Dios? Ellos respondieron: queremos. Y continuó:
tendréis mucho que sufrir, pero la gracia de Dios será su fuerza. Y en otra ocasión: tendréis mucho
que sufrir, pero mi corazón será su consuelo y el camino que os conducirá hasta Dios
.
También pidió: no ofendéis más a Nuestro Señor, que está muy ofendido. ¿Y qué es lo que ofende
a Dios más que nuestra pretensión de querer encontrar nuestra felicidad en ausencia de su voluntad,
como si pudiéramos ser como Dios?
En Fátima Nuestra Señora sugirió algunos puntos concretos de esfuerzo para alcanzar la paz: rezar
todos los días el tercio; celebrar los primeros sábados, confesándonos y participando en la misa en
reparación; y haciendo unos minutos de compañía (30). Y a quien hiciera eso, ella prometió que
estaría con él en la hora de la muerte, haciéndole compañía.
Podemos pensar que la hora de la muerte se refiere a la hora que deseamos distante. Pero, en
realidad, la hora de nuestra muerte es cada hora que vivimos, que estamos invitados a vivir con la
solemnidad propia de las grandes horas, como si fuera la primera y la última de nuestra vida.
Aquí está, queridísimos matrimonios, lo que se me ocurre compartir con vosotros en esta hora
solemne de nuestro encuentro aquí en la Ciudad de México. Si somos fieles a los puntos concretos
de esfuerzo tenemos un instrumento simple, pero eficaz para realizar en nuestra vida, como
matrimonios y consejeros espirituales, el ideal del amor vivido en el matrimonio cristiano y en el
celibato sacerdotal. La conjugación armónica de nuestros dos sacramentos puede manifestarse en
esta complementariedad de los dos modos y estilos de vida: los matrimonios muestran a los
sacerdotes que el amor / amistad debe ser fecundo en los hijos y en una vida comprometida por el
bien común del matrimonio, de la familia, Iglesia y sociedad. A su vez, el amor vivido en el celibato
muestra a los matrimonios que el amor verdadero y pleno debe ser casto. Y la castidad, tanto en el
celibato y en el matrimonio, tiene como señal evidente la apertura a la vida, la disponibilidad para el
servicio, para que el reino de Dios sea construido en la tierra, un reino que tiene como fundamento
el primer mandamiento: amar a Dios sobre todas las cosas, nada ante todo a su voluntad. O, lo que
pedimos todos los días en el Padre nuestro: «sea hecha vuestra voluntad así en la tierra como en
el cielo».
Para ello necesitamos la ayuda de Nuestra Señora y pedirle con fe y confianza de hijos lo que
decimos en la Salve-Reina: Muéstrame a Jesús. Y en la segunda parte del Ave María: Rogad por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Que sea para todos nosotros
verdaderamente nuestro consuelo y el camino que nos conduce hacia Dios.
P. José Jacinto Ferreira de Farias, scj
Consejero Espiritual del ERI
GUIA PARA LA REUNION DE EQUIPOS MIXTOS
Módulo 3 – El amor en el Matrimonio LECTURA DE LA PALABRA:
"A quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más". (Lc 12, 48)
MEDITACION: ¿Qué dice el texto? ¿Qué nos dice hoy? ¿Qué le decimos a Dios? GUIA PARA LA REFLEXION: 1) AMOR AL OTRO
- ¿De qué forma la Oración Conyugal y el Deber de Sentarse han contribuido a fortalecer el amor
en vuestro matrimonio?
- ¿Cuáles son las mayores dificultades que habéis tenido?
- ¿Consideráis prioritaria vuestra vida afectiva?
2) AMOR A LOS HIJOS
- ¿Cómo habéis acompañado la formación integral de vuestros hijos? ¿Qué aspectos os tienen más
preocupados, como padres?
- ¿Cómo habéis transmitido la fe a vuestros hijos?
- ¿La educación sexual de vuestros hijos constituye una preocupación para vosotros?
3) SERVICIO A LA IGLESIA
- ¿Cómo creéis que los Equipos de Nuestra Señora pueden contribuir a mejorar la vida de los matrimonios y familias en dificultad?
ROSARIO GUADALUPANO Sábado 14 de octubre de 2017
PEREGRINACIÓN
Peregrinar es ir al encuentro del hombre, al encuentro de otros. Es dar unos pasos fuera de nuestra
realidad, de nuestra vida ordinaria, con cierto esfuerzo, con desprendimiento, con el riesgo de cierto
cansancio, quizá con inseguridad de lo que va a pasar en el camino, para encontrarnos con alguien
mejor que nosotros.
Peregrinamos para renovar nuestra fe, a veces tan débil, para revitalizarla al contacto de la fe de
otros, de la fe de la Iglesia.
La vida es un viaje, un peregrinar para encontrarnos con el mismo Dios, con nuestra Madre Santa
María de Guadalupe.
María peregrinó. No escatimó esfuerzos para acercarse a Dios. En el Evangelio aparece de viaje,
peregrina civil y religiosa. La notamos en actitud de servicio cuando:
Acude a visitar a su prima Isabel.
Participa en el censo que impone el gobierno romano.
Va al encuentro de su Señor a renovar la alianza en Jerusalén.
Sigue los pasos de su hijo.
Anda en el camino del dolor humano acudiendo al calvario, solidaria al pie de la Cruz.
Participa en el peregrinar de la esperanza compartida en la primera comunidad.
En México con gran ilusión peregrinamos a la Basílica de Guadalupe, al Tepeyac Para encontrarnos
en la presencia íntima y continua de María. Nos pone en contacto entre nosotros, como hermanos
y nos invita a poner nuestra vida en manos de Dios “Hagan lo que Él les diga” Jn 2,1-11
De María queremos aprender a seguir a Jesús.
¡Vayamos con alegría al encuentro de María y de nuestros hermanos de Equipos de Nuestra
Señora!
Guía: Con María Nuestra Madre,
Todos: conocemos, amamos, seguimos y servimos a Jesús.
Guía: Ella nos ayudará a construir la civilización del amor. San Juan Diego, hermano nuestro,
modelo de entrega a María.
Todos: Camina con nosotros y enséñanos a amarla y servirla como tú.
ROSARIO GUADALUPANO
Está basado en los siete grandes acontecimientos de los primeros días de la gran revelación
Guadalupana. Cada una de las consideraciones corresponde a cada uno de esos hechos y se reza
como cada misterio del Rosario clásico. (Basado en el Nican Mopohua NM).
Primera consideración
La Santísima Virgen María se aparece a Juan Diego en el Tepeyac por primera vez (NM 1-39)
Guía: El centro de la narración de este primer encuentro de María Santísima con Juan Diego está
en la manifestación cariñosa que hace de Dios y de sí misma. Viene a presentársenos como Madre
cariñosa que quiere atendernos. Su manifestación más clara es darnos a conocer y amar al
verdadero Dios por quien se vive.
En esta primera consideración, trataremos de descubrir el amor de Dios por nosotros que se nos
quiere entregar, que nos quiere dar a María como Madre y a los demás como hermanos.
Un Padre Nuestro y diez Ave Marías.
Guía: Mi corazón en amarte eternamente se ocupe.
Todos: Y mi lengua en alabarte, Madre mía de Guadalupe.
Canto: Desde el Cielo
Desde el cielo una hermosa mañana (2)
La Guadalupana (3) bajó al Tepeyac
Suplicante juntaba sus manos, (2)
Y eran mexicanos (3) su porte y su faz,
Desde el cielo …
Su llegada llenó de alegría, (2)
De luz y armonía (3) todo el Anáhuac.
Desde el cielo …
Junto al monte pasaba Juan Diego (2)
Y acercó se luego (3) al oír cantar.
Desde el cielo …
Juan Dieguito, la Virgen le dijo (2)
Este cerro elijo (3) para hacer mi altar.
Desde el cielo …
Y en la tilma entre rosas pintada (2)
Su imagen amada (3) se dignó dejar.
Desde el cielo …
Desde entonces para el mexicano (2)
Ser guadalupano (3) es algo esencial.
Desde el cielo …
En sus penas se postra de hinojos (2)
Y eleva sus ojos (3) hacia el Tepeyac.
Desde el cielo …
Segunda consideración
Primera entrevista de Juan Diego con el Obispo y segunda aparición (NM 40-67)
Guía: En esta consideración vamos a contemplar cómo Juan Diego va con el Señor Obispo
a llevarle el mensaje de la Virgen, él lo oye con atención, pero no le cree; le dice que vuelva
otro día. Regresa Juan Diego con la Virgen, muy desalentado y triste, y ya no quiere hacer
el servicio. Le pide a ella que mande a otro más calificado que él. La Virgen le dice que es
muy importante que sea él quien haga el servicio y lo vuelve a enviar.
Un Padre Nuestro y diez Ave Marías.
Guía: Con María, Nuestra Madre, conocemos, amamos y seguimos a Jesús.
Todos: Con Ella aprendemos a Ser hermanos de todos.
Canto: Salve, Reina de los cielos
Salve, Reina de los cielos,
Y Señora de los Ángeles,
Salve, raíz, salve puerta,
Que dio paso a nuestra luz.
Alégrate, Virgen gloriosa,
entre todas la más bella,
Salve, reina de la Iglesia
Ruega a Cristo por nosotros.
Tercera consideración
Segundo encuentro de Juan Diego con el Obispo y tercera aparición (NM 68-93)
Guía: Juan Diego, confortado por la Virgen, le ruega al Obispo que acepte el mensaje de
la Virgen. El Obispo pide una señal para confirmar que María lo envía
Un Padre Nuestro y diez Ave Marías.
Guía: Mi corazón en amarte eternamente se ocupe.
Todos: Y mi lengua en alabarte, Madre mía de Guadalupe.
Canto: Santa María del camino
Mientras recorres la vida tú nunca solo
estás,
Contigo por el camino, Santa María va.
Ven con nosotros al caminar, Santa
María, ven (2)
Aunque te digan algunos que nada puede
cambiar,
Lucha por un mundo nuevo, lucha por la
verdad.
Ven con nosotros…
Si por el mundo los hombres sin
conocerse van,
No niegues nunca tu mano al que contigo
está.
Ven con nosotros…
Aunque parezcan tus pasos inútil
caminar,
Tú vas haciendo caminos, otros los
seguirán.
Ven con nosotros…
Cuarta consideración
Cuarta aparición y entrega de las flores a Juan Diego (NM 94-142)
Guía: Después de que Juan Diego dejó a la Señora del Cielo, se fue a donde vivía con su
tío Bernardino. Lo encontró tan grave que el martes 12 salió antes del amanecer para ir por
un sacerdote que atienda a su tío con los sacramentos. Se fue por otro camino para no
encontrar a la Señora del Cielo. La Madre de Dios le sale al paso y le dice:
“Escucha, ponlo en tu corazón hijo mío, el menor, que es nada lo que te asusta y aflige; no
se turbe tu corazón; no temas esta enfermedad ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No
estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No
estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más necesitas? (NM 118-119)
Con estas palabras lo consuela, y le da las flores como señal para el obispo.
Un Padre Nuestro y diez Ave Marías.
Guía: Con María, nuestra Madre, conocemos, amamos y seguimos a Jesús.
Todos: Con Ella aprendemos a ser hermanos de todos.
Canto: Gracias María
Gracias María
Por decirle sí a tu Dios,
Por tu vida llena de generosidad.
Gracias María por tu docilidad,
tu silencio y tu sonrisa,
Por hacer su voluntad.
Diste al mundo la vida,
El camino y el amor.
Y el mundo como Madre
En la Cruz te recibió.
Eres pequeña y humilde
La alegría de tu Dios
Y Él por todos los tiempos,
de Gloria te llenó.
Gracias María …
Eres tu quien nos manda
Hacer lo que hizo el Señor,
Eres tu quien se alegra
En Dios tu Salvador.
Eres quien sufre la muerte
Y espera la resurrección
Eres quien ama a los hombres
Aunque ofendan a su Dios.
Gracias María…
Quinta consideración
Juan Diego ante el obispo por tercera vez; la señal de las flores y la impresión de Santa
María de Guadalupe en el ayate de Juan Diego (NM 144-191)
Guía: Juan Diego le narra todo lo acontecido al obispo y le dice que le trae la señal que lo
envía la Señora del Cielo. Al desenrollar el ayate caen las flores y, en ese momento, se
hace la estampación de María en el ayate. El obispo se convierte, llora y hay gran alegría
entre todos, quienes admiran a la Virgen y oran ante Ella.
Un Padre Nuestro y diez Ave Marías.
Guía: Mi corazón en amarte eternamente se ocupe.
Todos: Y mi lengua en alabarte, Madre mía de Guadalupe.
Canto: Madre
Madre eres ternura Eres una flor Blanca y preciosa Llena de amor (Bis) Sí, señora ven a mí Ven, ven a mí Cúbreme con tu manto Lleno de amor
Sexta consideración
Encuentro de Juan Diego y Juan Bernardino. Testimonio de su curación ante el obispo. El
nombre de Guadalupe (NM 192-211)
Guía: Al día siguiente de la estampación, Juan Bernardino le cuenta a Juan Diego cómo la
Virgen lo sanó, le dice que la Virgen quiere que la nombren Santa María de Guadalupe y
que de testimonio al señor obispo de su curación.
Un Padre Nuestro y diez Ave Marías.
Guía: Con María, nuestra Madre, conocemos, amamos y seguimos a Jesús.
Todos: Con Ella aprendemos a ser hermanos de todos.
Canto: Oh María, Madre mía
Oh María, Madre Mía, Oh consuelo del mortal, / amparadme y llevadme a la patria celestial. / (2) Con el ángel de María las grandezas celebrad; / transportados de alegría sus finezas publicad. / (2) Oh María … Quien a ti ferviente clama
halla alivio en el pesar; / pues tu nombre luz derrama, gozo y bálsamo sin par. / (2) Oh María …
De sus gracias tesorera la nombró tu Redentor; / con tal Madre y medianera, nada temas, pecador. / (2) Oh María … Pues te llamo con fe viva
muestra oh, Madre, tu bondad; / a mí vuelve compasiva tu mirada de piedad. / (2) Oh María … Hijo fiel quisiera amarte y por ti sólo vivir; / y por premio de ensalzarte,
ensalzándote morir. / (2) Oh María … Del eterno las riquezas por ti logré disfrutar / y contigo sus finezas, para siempre publicar. / (2) Oh María …
Séptima consideración
El traslado de la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe desde México – Tenochtitlan al
Tepeyac (NM 212-218)
Guía: Después de que pasaran los primeros días de las apariciones, el obispo Zumárraga,
ante la cantidad de gente que quería ver a María, tuvo que trasladar la imagen de su oratorio
particular a la iglesia mayor. Imaginémonos ese traslado grandioso entre cantos y alegrías,
la primera manifestación de regocijo que se da en México después de la conquista.
Un Padre Nuestro y diez Ave Marías.
Guía: Mi corazón en amarte eternamente se ocupe.
Todos: Y mi lengua en alabarte, Madre mía de Guadalupe.
Canto: Un día del cielo un Ángel
Un día del cielo un ángel
A una virgen habló.
Le dijo que si aceptaba ser madre
Del mismo Dios.
Ave María, ave María, ave María (2)
La Virgen dijo humilde:
Esclava soy del Señor.
Y Dios se hizo hombre,
Y el hombre se hizo Dios.
Ave María, ave María, ave maría (2)
Ramillete de letanías Guadalupanas
Señor ten piedad de nosotros
Cristo ten piedad de Nosotros
Señor ten piedad de nosotros
Cristo óyenos.
Cristo escúchanos
Dios Padre celestial Ten piedad de
nosotros
Dios Hijo redentor del mundo Ten…
Dios Espíritu Santo Ten piedad…
Santísima Trinidad que eres un solo Dios
Ten piedad…
Santa María Ruega por nosotros
Hija predilecta del Padre
Madre del Hijo unigénito de Dios
Esposa del Espíritu Santo
Templo del verdadero dios por quien se
vive
Madre del Dios único de todos los
hombres y pueblos
Madre de Dios siempre cercana a
todos
Madre del Dios de la alianza
Reveladora de Jesús en el Tepeyac
Portadora de salud y vida
Alegría de nuestra tierra
Felicidad de México
Río de Luz de nuestro pueblo
Arrullo de nuestra tierra
Manantial de esperanza
Estrella de la Evangelización
Mujer flor
Mujer vestida de sol
Camino predilecto para llegar a Cristo
Cumbre y monte de nuestra alegría
Portadora de un mundo nuevo
Aurora de nuestro caminar
Profeta reveladora del triunfo de Tu Hijo y
de Tu Iglesia
Flor y Canto de América
Reina de toda la Creación.
Tú, la de la palabra suave que acaricia Enséñanos a vivir
Tú, la que nos das al que es la Vida
Tú, la que tienes en Ti al Corazón del cielo
Tú, la que nos traes al Sol de la verdad y
de la Luz
Tú, la que nos entregas la Flor de la gran
verdad
Tú, la que realizas en nuestra tierra la
alianza de Dios con nosotros
Tú, jovencita hermosa, modelo de todas
las jóvenes
Tú, la que haces florecer y das vida al
Tepeyac
Tú, la que nos pides tú casita sagrada
para atendernos
Tú, la que te haces solidaria con la suerte
de nuestro pueblo
Tú, la que promocionas al pobre y
desamparado
Tú, la que ayudas a promover y dignificar
a los humildes de la tierra
Tú, la que nos quietas el corazón
Tú, la que nos atraes y nos pones en tu
regazo
Tú, la que nos acerca más y más a Jesús
y a nuestros hermanos
Tú, la que convierte a los poderosos en
servidores de los demás
Tú, la que haces la unión de tantas razas
y pueblos dispersos
Madre, que conoces nuestros andares y pesares Enséñanos a amar
Madre, que nos acoges y arrullas con cantos celestiales
Madre, que apaciguas nuestras violencias y nos llamas a la reconciliación
Madre, modelo y guía de todas nuestras madres
Madre, la más hermosa y gloriosa mujer de toda la creación
Tú, vida y dulzura y esperanza nuestra
Guía: Tú, María de Guadalupe, río de amor y consuelo para todo el mundo:
Todos: Intercede ante tu hijo para que el Padre nos dé su Espíritu para construir, todos juntos, la
civilización del amor. Amén
ACONTECIMIENTO GUADALUPANO Sábado 14 de octubre de 2017
Han sido ya casi cinco siglos de intervención divina en esta tierra, en la colina elegida por Dios para
hacerse llegar en el vientre inmaculado de Santa María de Guadalupe, la intervención de Dios para dar
todo su amor a través de su Madre se da del 9 al 12 de diciembre de 1531 en el cerro del Tepeyac de
la Ciudad de México.
El Acontecimiento Guadalupano se sitúa en un contexto de tragedia y devastación, atraído por la
conquista española de esta tierra, que suscitó la depresión, la desesperanza y la soledad indígena,
además el cruel y dramático proceso estuvo acompañado de la peste de viruela que produjo millones
de muertes, seguramente que todo esto suscitaba en las mentes de los sobrevivientes a tales sucesos
el sentir desolación por constatar que de nada habían servido los miles de sacrificios ininterrumpidos
que ofrecían a los dioses a fin de su estabilidad en el cosmos.
La conquista de la mano con la peste de viruela no sólo fue lo más palpable a los ojos de los
conquistados, sino también la avaricia española por los tesoros que resguardaban celosamente los
indígenas, pues los mismos conquistadores a fin de adquirir grandes botines tramaban la muerte de
sus connacionales; testimonios a lo largo de la historia denotan que los mismos ibéricos intentaron
asesinar al primer obispo de México, fray Juan de Zumárraga, lo vivido entre los conquistadores era
una especie de autodestrucción por su soberbia y codicia. Fue el mismo obispo de México Tenochtitlán,
quien decretó la excomunión para los gobernantes católicos españoles.
En sus escritos, Fray Toribio de Benavente Motolinía, misionero del S. XVI, testifica la gravedad de lo
que se estaba viviendo en esta tierra, el reto de los primeros evangelizadores era titánico y ante la
dificultosa realidad según Motolinía, los misioneros planeaban abandonar la Ciudad de México para
regresar a España, además también el obispo determinó sacar el Santísimo Sacramento de todos los
templos de la Ciudad de México. ¡México se había quedado sin Dios!
En este contexto de una ciudad sufrí ente, con dolores de muerte cruel y desolada, con sentimientos
de desesperanza y tristeza, de vagar errantes y carentes de Dios, nace una luz y con ella la esperanza
que se había desvanecido muy lentamente a través de estos últimos años, una luz que se lanza de
1531 hasta nuestros días, una luz que les hizo encontrar su nueva y verdadera identidad, un pueblo
que terminaba una era en el año trece caña para que comenzará a germinar la civilización del Amor.
El fin del dolor y la tragedia se dan con el encuentro de Dios con el hombre por medio de su Madre
Santa María de Guadalupe, el único encuentro a lo largo de miles de años que tiene la humanidad, en
el que María no da un mensaje apocalíptico, sino lleno de esperanza y de amor.
Fue un laico, humilde macehual, Juan Diego Cuauhtlatoatzin, "el águila que habla", el embajador, el
portador del mensaje para todos los hombres que en esta tierra habitan, Santa María de Guadalupe,
realza la imagen del laico, re-dignifica a la persona, se vale de lo más sencillo y dócil, para hacerlo su
intercesor, el laico es el intercesor de nuestra Madre, quien es portador de su voz, portador de su
voluntad, "mucho quiero, mucho deseo, que aquí me levanten mi casita sagrada, en donde lo mostraré,
lo ensalzaré al ponerlo de manifiesto lo ofreceré a las gentes, a Él, que es mi Amor-Persona, a Él que
es mi mirada misericordiosa, a Él que es mi auxilio, a Él que es mi salvación". María es una mujer cristo
céntrica, es una mujer que pone de manifiesto su voluntad: "mostrarlo, ensalzarlo, manifestarlo y
ofrecerlo", ella no quiere engrandecerse, ella quiere un templo para darlo a Él.
Santa María de Guadalupe quiere hacer llegar su mensaje con Juan Diego, por su humildad y en su
humildad la capacidad indígena de comprensión del mensaje: in Xochitl in Cuicatl, flor y canto, (lo
primero que escucha al acercarse al Tepeyac es el canto de las aves, después María ocupa otro
elemento sagrado que son las flores, como la prueba que enviará al obispo), además deja claro al
indígena la importancia de la obediencia y diligencia al Obispo pues es a Zumarraga a quien va dirigida
la petición.
El acontecimiento guadalupano trasciende épocas, culturas y naciones, pero lo más importante: llega
al corazón del hombre, María que no es enviada por Dios, sino que viene con Dios en su vientre, suscita
la conversión de miles de millones de indígenas después de la aparición en el Tepeyac, pero que hasta
hoy el mensaje llega claro, verbaliza pedagógicamente lo dicho por Jesús en la Cruz..."Hijo ahí tienes
a tu Madre, mujer, ahí tienes a tu Hijo", es diciembre de 1531 con la sequedad del invierno y la
desolación del pueblo, que ve salir miel de la boca de María al decirle a Juan Diego: ¿no estoy yo aquí
que tengo el honor y la dicha de ser tu madre? ¿No estás bajo mi protección y mi resguardo? ¿No soy
yo la fuente de tu alegría? ¿no estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Acaso
tienes necesidad de alguna otra cosa? es el mensaje de Jesús en María que nos recuerda que en la
Cruz nos la dejo a ella como nuestra Madre y a nosotros como sus hijos.
El encuentro de San Juan Diego con María es un encuentro lleno de compasión, lleno de misericordia
y de un derroche de amor brota te de las entrañas de Madre de la Guadalupana, además el
acontecimiento Guadalupano aunque no es un dogma, en la canonización del indígena Macehual si va
implícita la infalibilidad del Papa (Dogma) lo que confirma la veracidad del suceso, no sólo eso, también
en el mensaje se percibe la teología, la pastoral, la filosofía y la evangelización, ella, Guadalupe, es
modelo de perfecta inculturación del Evangelio.
Las últimas líneas de Nican Mopohua son el testimonio escrito de lo que sucedía en el Tepeyac
momentos después de la aparición y que se vive hasta nuestros días en la Casita Sagrada de Nuestra
Madre...la vino a sacar de su palacio, de su oratorio en donde estaba, para que todos la vieran, se
admiraran de su preciosa imagen. Y absolutamente todos, toda la ciudad, sin faltar nadie, se
estremecieron cuando fueron a admirar su preciosa imagen, venían a conocerla como algo divino.
Venían a presentarle sus plegarias... La ciudad de la desolación, tiene ahora las semillas nacientes de
la civilización del amor de Dios, así como narra el texto lo acontecido días después de la aparición, hoy
mismo, hombres de todos los rincones del mundo, vienen a venerar la sagrada imagen, a presentarle
sus plegarias, pero principalmente a ensalzarlo a él, como mucho ella deseó y expresó a su embajador
San Juan Diego.
Es la conquista del amor de Dios en María que nadie nos ha contado, es la entrega de Jesucristo como
sacrificio humano-divino, que los indígenas aceptaron de María, no más muertes, no más sacrificios,
ella ofrece a su Hijo como Verdaderi y Único Sacrificio, ella entrega el corazón de Jesús por todos los
hijos primogénitos de los indígenas.
Desde Gregorio XIII en 1573 a solo unos años de qué murió Fray Juan de Zumarraga y San Juan Diego
quien declaró indulgencia plenaria para quienes asistieran a la ermita y recitarán a María piadosas ore
es, pasando por Benedicti XIV que utiliza las palabras del salmo 147 "No hizo cosa igual con otra
nación", para dirigírselas a México después de escuchar la narración del acontecimiento Guadalupano;
Pío XI la nombra patrona de las Filipinas, por su parte el Papa Pío XII ofreció una alocución por el 50
aniversario de la coronación, Juan XXIII el 12 de octubre de 1961 declaró sobre toda América Latina,
"la siempre Virgen María, Madre del Verdadero Dios, por quien se vive derrama su ternura y delicadeza
maternal en la colina del Tepeyac"...hasta llegar a Juan Pablo II, quien en el cerro del Tepeyac
consagra su pontificado y años después dice de ella: "En el rostro mestizo de la Virgen del Tepeyac,
en Santa María de Guadalupe, un gran ejemplo de evangelización perfectamente inculturada",
Benedicto XVI se dirige a ella como la mujer y virgen que preside desde el Tepeyac el Pentecostés de
América y silencioso y reverente Francisco, como suele firmar y hacerse llamar, la contempla, se deja
amar y guiar por ella como un peregrino de misericordia y paz.
San Juan Diego se dirige a ella como muchachita, mi niña, la más hermosa", los pontífices con
reverencia y respeto, los obispos se congregan alrededor de ella, millones de fieles a sus pies llegan
para dejarse enjugar sus lágrimas, ¿Cómo tú y yo nos dirigimos a María de Guadalupe? ¿Cómo tú y
yo nos dejamos cuidar, guiar y amar por María? ¿Cómo dejamos que María nos conduzca a su Hijo
Jesucristo?...
Santa María de Guadalupe, ruega por nosotros.
San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, ruega por nosotros.
CELEBRACION EUCARISTICA Sábado 14 de octubre de 2017
RITOS INICIALES
Monición introductoria:
Renovemos en esta tarde, reunidos a los pies de la Virgen de Guadalupe como comunidad de Los
Equipos de Nuestra Señora nuestro compromiso con la profundización de la Espiritualidad Conyugal y
Ayuda Mutua, el Señor nos ha llamado a dar fruto abundante, agradezcamos al Señor y María, Madre
de Nuestros Equipos, la alegría de la conversión y el servicio al prójimo. Los invitamos a vivir a plenitud
esta Sagrada Eucaristía.
Procesión de entrada
Canto de entrada: DE PIEL MORENA
Camino a Tlatelolco, iba Juan Diego,
Su fe inquebrantable, su motor,
el viento trajo música del cielo,
visión maravillosa, anuncio del amor.
Andante de mi pueblo, fiel testigo,
mensaje de un kerygma salvador,
revuelo de campanas en el corazón,
presencia majestuosa, la Madre del Señor.
De piel morena, apareció,
amor materno de rosas y de color,
camino del cerrito, María se mostró,
Cenzontles de mi tierra en oración.
De piel morena, su corazón,
preñada del Mesías, de mí Redentor,
vestida de mí tierra, cubierta por el sol,
manos morenas en acto de oración.
Cubierto de un ayate, por el frío,
llevando entre sus brazos el amor,
corriendo con las rosas del milagro,
un gran portento, la imagen se grabó.
María de Guadalupe, Virgen Madre,
amor que con nosotros se quedó,
imagen que a la gente le recuerda,
que para Dios, no importa el color.
De piel morena...
(Tú él más pequeño...)
Virgen de Guadalupe,
Reina de mi Nación.
Saludo
V. En el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R. Amén
Acto Penitencial
Canto: Señor ten piedad
/:Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.:/
/:Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.:/
/:Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad.:/
LITURGIA DE LA PALABRA
Monición: El profeta Joel nos invita a empuñar las hoces por que la mies está madura, es el momento
de buscar la dicha que el Señor nos otorga después de los problemas. Y en el Evangelio se nos invita
a ser dichosos por escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica.
Escuchemos con atención.
Primera lectura
Del libro del profeta Joel (4, 12-21)
“Que se levanten las naciones y acudan al valle de Josafat: allí me sentaré a juzgar a las naciones
vecinas. Empuñen las hoces, porque ya la mies está madura; vengan a pisar las uvas, porque ya está
lleno el lagar, ya las cubas están rebosantes de sus maldades.
Multitudes y multitudes se reúnen en el valle del juicio, porque está cerca el día del Señor. El sol y la
luna se oscurecen, las estrellas retiran su resplandor. El Señor ruge desde Sión, desde Jerusalén
levanta su voz; tiemblan los cielos y la tierra.
Pero el Señor protege a su pueblo, auxilia a los hijos de Israel. Entonces sabrán que yo soy el Señor,
su Dios, que habitó en Sión, mi monte santo. Jerusalén será santa y ya no pasarán por ella los
extranjeros.
Aquel día los montes destilarán vino y de las colinas manará leche. Los ríos de Judá irán llenos de
agua y brotará un manantial del templo del Señor, que regará el valle de las acacias.
Egipto se volverá un desierto y Edom una árida estepa, porque oprimieron a los hijos de Judá y
derramaron sangre inocente en su país.
En cambio, Judá estará habitada para siempre, y Jerusalén, por todos los siglos. Vengaré su sangre,
no quedarán impunes los que la derramaron, y yo, el Señor, habitaré en Sión”.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Salmo 96
R. Alegrémonos todos con el Señor.
Reina el Señor, alégrese la tierra, cante de
regocijo el mundo entero. Tinieblas y nubes
rodean el trono del Señor, que se asienta en la
justicia y en el derecho. R.
Los montes se derriten como cera ante el Señor
de toda la tierra.
Los cielos pregonan su justicia, su inmensa
gloria ven todos los pueblos.
R.
Amanece la luz para el justo y la alegría para
los rectos de corazón. Alégrense, justos con el
Señor y bendigan su santo nombre. R.
Aleluya, aleluya…
Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica, dice el Señor.
Aleluya…
Del santo Evangelio según san Lucas (11,27-28)
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la multitud, una mujer del pueblo, gritando, le dijo: “¡Dichosa
la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!”. Pero Jesús le respondió: “Dichosos
todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”.
Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús
Homilía
Plegaria universal:
Oremos al Señor, Dios de nuestros padres, para que nos escuche y tenga piedad de nosotros.
Te lo pedimos Señor
Por la Iglesia, que tú has querido Santa e Inmaculada ante tu rostro, se renueve sin cesar para que
sea instrumento eficaz del anuncio de la buena nueva en el mundo entero. Oremos
Por el Papa Francisco, los obispos y sacerdotes que están dispuestos a seguir a Cristo para continuar
la proclamación del reino, dale la luz y fortaleza que los acompañe siempre. Oremos
Por los que gobiernan el mundo, para que practiquen la solidaridad universal, colaborando en la
construcción de un mundo de paz y de justicia. Que el mundo sea un lugar de encuentro y fraternidad.
Oremos
Pidamos por todos y cada uno de los Equipos de Nuestra Señora de la Provincia Norte, para que sigan
nutriéndose de la Palabra de Dios, que ella sea alimento y sostén espiritual, y sepamos aprovechar el
legado dejado por el padre Caffarel para poder ser reflejo del amor de Dios para la humanidad entera.
Oremos
Pidamos al Señor para que como familias, como esposos y como consiliarios sepamos cultivar el don
de la fe y transmitirla en nuestro entorno. Oremos
Por todos los aquí presentes para que seamos testimonio, del reino de la verdad y de la vida, de la
justicia, del amor y la paz, instaurado por Jesucristo. Oremos
LITURGIA EUCARISTICA
Procesión de las ofrendas
Señor, te ofrecemos estas ofrendas de pan y vino, que en la consagración se convertirán en tu cuerpo
y sangre. Te entregamos esta despensa que representa la generosidad que recibimos de ti. Acéptalas
como muestra del trabajo fecundo dentro de nuestra misión de dar testimonio de familias cristianas.
Canto: ESTO QUE TE DOY
Esto que te doy es vino y pan, Señor. Esto que te doy es mi trabajo.
Es mi corazón, mi alma, es mi cuerpo y mi razón, el esfuerzo de mi caminar.
Esto que te doy, mi vida es, Señor, es mi amor, también es mi dolor, es la ilusión mis sueños, es mi gozo y mi llorar, es mi canto y mi oración. Toma mi vida, ponla en tu corazón, dame tu mano y llévame. Cambia mi pan en tu carne y mi vino en tu sangre
y a mi, Señor, renuévame, límpiame y sálvame. Esto que te doy no solo yo, Señor, esta voz también es de mi hermano. Es la unión, la paz, el orden, armonía y felicidad, es un canto en comunidad. Toma mi vida…
Procesión de las ofrendas
Plegaria eucarística
Canto: Santo
Santo, santo es el Señor.
Santo, santo es el Señor.
Hosanna en las alturas.
Hosanna en las alturas.
Bendito es el que viene en nombre del Señor.
Bendito es el que viene en nombre del Señor.
Santo, santo es el Señor.
Santo, santo es el Señor.
Rito de comunión
Rito de paz
Canto: Cordero de Dios
Cordero de Dios, Cordero de Dios.
Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, Cordero de Dios.
Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, Cordero de Dios.
Tú que quitas el pecado del mundo,
danos las paz.
Cantos de comunión:
JESÚS AMIGO Hoy te quiero contar Jesús amigo Que contigo estoy feliz Si tengo tu amistad lo tengo todo Pues estás dentro de mí Después de comulgar me haces como Tú Me llenas con tu paz En cada pedacito de este pan Completo estás, y así te das Estás ahí por mí, porque conoces Que sin Ti pequeño soy De ahora en adelante nada nos separará, ya lo verás Te escondes en el pan Y aunque no te puedo ver Te puedo acompañar, es mi lugar preferido Hoy quiero comulgar Abrirte mi corazón Así de par en par, eres mi mejor amigo
Dos mil años atrás a tus amigos Invitaste a cenar y ahí les prometiste Que con ellos por siempre ibas a estar Y ahora cada vez que el sacerdote Eleva el pan en el altar Me pongo de rodillas porque sé Que en esa hostia Tú estás Te escondes en el pan... Me vuelves a salvar como lo hiciste en la cruz En cada misa Tú repites tu sacrificio Hoy quiero comulgar, abrirte mi corazón Así, de par en par, eres mi mejor amigo: Jesús
MILAGRO DE AMOR Jesús, aquí presente en forma real te pido un poco más de fe y de humildad Quisiera poder ser digno de compartir contigo el milagro más grande de amor. Milagro de amor tan infinito en que Tú, mi Dios, te has hecho tan pequeño y tan humilde para entrar en mí. Milagro de amor tan infinito
en que Tú, mi Dios, te olvidas de tu gloria y de tu majestad por mí. Y hoy vengo lleno de alegría a recibirte en esta Eucaristía. Te doy gracias por llamarme a esta cena, porque aunque no soy digno visitas tú mi alma. Milagro de amor tan infinito… (Bis)
GETSEMANÍ
Más allá de mis miedos, Más allá de mi inseguridad Quiero darte mi respuesta Aquí estoy para hacer tu voluntad Para que mi amor sea decirte sí Hasta el final. Para que mi amor no sea un sentimiento Tan solo un deslumbramiento pasajero Para no gastar mis palabras más mías Ni vaciar de contenido mi “te quiero” Quiero hundir más hondo mis raíces en Ti Y cimentar en solidez éste mi afecto Pues mi corazón que es inquieto y es frágil
Sólo acierta si se abraza a tu proyecto. Más allá de mis miedos... Dame a comprender Señor tu amor tan puro Amor que persevera en cruz, amor perfecto Hazme serte fiel aun cuando todo es oscuro Para que mi amor sea más que un sentimiento Pongo mi pequeña vida hoy en tus manos Por sobre inseguridades y mis miedos Y para no hacer mi querer sino el tuyo Hazme en Getsemaní fiel y despierto. Y Más allá... (Bis)
ALMA DE CRISTO Alma de Cristo, santifícame Cuerpo de Cristo, sálvame Sangre de Cristo, embriágame Agua del costado de Cristo, lávame Pasión de Cristo, confórtame Oh buen Jesús, óyeme
Y dentro de tus llagas escóndeme No permitas que me aparte de ti Del enemigo defiéndeme En la hora de mi muerte llámame Y mándame ir a ti Para que con tus santos Te alabe por los siglos de los siglos. Amen Amen
Oración después de la comunión
Rito de conclusión
Canto de salida: MAGNIFICAT
Mi alma glorifica al Señor, mi Dios, gozase mi espíritu en mi salvador. Él es mi alegría, es mi plenitud, Él es todo para mí. Ha mirado la bajeza de su sierva muy dichosa me dirán todos los pueblos porque en mí ha hecho grandes maravillas Él que todo puede cuyo nombre es santo. Mi alma glorifica... Su clemencia se derrama por los siglos sobre aquellos que le temen y le aman desplegó el gran poder de su derecha dispersó a los que piensan que son algo. Mi alma glorifica... Derribó a los potentados de sus tronos ensalzó a los humildes y a los pobres los hambrientos se saciaron con sus bienes y alejó de sí vacíos a los ricos.
Mi alma glorifica...
Acogió a Israel su humilde siervo.
Acordándose de su misericordia. Como había
prometido a nuestros padres. A Abraham y
descendencia para siempre.
Mi alma glorifica...
EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA PROVINCIA NORTE
Equipes Notre-Dame – Teams of Our Lady – Equipes de Nossa Senhora
DOMINGO 15 DE OCTUBRE
DE 2017
EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA PROVINCIA NORTE
Equipes Notre-Dame – Teams of Our Lady – Equipes de Nossa Senhora
MODULO 4 Derribando muros y
construyendo puentes
MEDITACION (1 Cor 13, 13) P. Manuel Rojas Consiliario Espiritual R. Mexico
13:13 Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas
es la caridad.
Tu amor, querido Dios, es la fuerza renovadora de la humanidad. Cuánto nos urge en el mundo, en la
sociedad, en las familias, en los matrimonios, en los sacerdotes, tu Amor siempre nuevo y fiel.
Enséñanos a ser conscientes que la fe la esperanza y el amor son regalos tuyos, concédenos la gracia
de creer para esperar y esperar para amar, de amar creyendo y amar esperando, de esperar creyendo
y esperar amando.
Señor, tu amor todo lo puede. Tú naciste entre nosotros por amor y para amar, viviste amando y
perdonando, moriste por amor y amando. Y nos llamas a ser tus discípulos de amor.
Amar, no para quedar bien con los demás, sino que esa es nuestra naturaleza, amar y solo amar.
Canto
CONFERENCIA
Salir a anunciar la alegría del amor en el matrimonio
Maritza y Mario Garcia Zuñiga Hogar Responsable Provincia Norte
(cap VI de Amoris Laetitia)
Para nosotros es motivo de inmensa alegría estar acá junto a todos ustedes compartiendo nuestro
Encuentro, que sabemos es muy importante para la vida del Movimiento y de los equipistas en nuestra
Provincia. Nos sentimos dichosos de tener esta oportunidad de dirigirnos a ustedes, y poder compartir
algunas enseñanzas y experiencias de nuestra propia vida de matrimonio y de familia.
Nos toca a nosotros compartirles en conjunto con el Padre David la última conferencia y reflexión de
este Encuentro, el cual ha estado centrado en la alegría del amor en la familia, y como podemos llevarlo
a los demás.
Ya nos han hablado de la buena nueva del matrimonio, de la vocación del matrimonio, de lo que dice
la Iglesia del amor; y ya tenemos un camino y una experiencia de vida en el matrimonio.
Ahora tenemos que salir con mucha alegría a anunciar ese evangelio de amor, ya que como equipistas
y como bautizados es nuestra misión. Hemos recibido tanto en estos años en los ENS, que ahora
estamos con un corazón lleno de alegría que arde de amor, para darlo a los demás.
"La alegría es oración; la alegría es fortaleza: la alegría es amor; la alegría es una red de amor en la
que se pueden atrapar almas." - Teresa de Calcuta
Nos dice el papa Francisco en “Amoris Laetitia”: “La alegría del amor que se vive en las familias es
también el júbilo de la Iglesia… y a pesar de las numerosas señales de crisis del matrimonio, «el deseo
de familia permanece vivo, especialmente entre los jóvenes, y esto motiva a la Iglesia». Como
respuesta a ese anhelo «el anuncio cristiano relativo a la familia es verdaderamente una buena
noticia»”.
También nos dicen los Padres sinodales: que las familias cristianas, por la gracia del sacramento
nupcial, son los principales sujetos de la pastoral familiar, sobre todo aportando «el testimonio gozoso
de los cónyuges y de las familias, iglesias domésticas». Por ello, remarcaron que «se trata de hacer
experimentar que el Evangelio de la familia es alegría que “llena el corazón y la vida entera”, porque
en Cristo somos “liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento” (Evangelii
gaudium, 1).
A la luz de la parábola del sembrador (cf. Mt 13,3-9): “Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: «El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. ¡El que tenga oídos, que oiga!”
En su palabra El Señor nos enseña que debemos salir a sembrar, que debemos luchar, y que nuestra
siembra es a lo largo del camino, que son todas aquellas personas que nos encontramos en nuestra
vida. Que la semilla que sembremos tendrá diferentes resultados, desde que se pierda totalmente,
hasta que de muchos frutos. Por eso, debemos cuidar de esa semilla, preparar el terreno, regar, limpiar
la mala hierba, y sobretodo sembrar en el momento oportuno.
Nuestra tarea es cooperar en la siembra: lo demás es obra de Dios.
Nosotros acostumbramos dar consejería a parejas en problemas, y verdaderamente, el gozo y la
alegría que sentimos cuando hemos podido ayudar a algún matrimonio o familia es indescriptible.
Nosotros como pareja, luchamos por cada matrimonio que Dios pone en nuestro camino.
Tuvimos el caso de una pareja vecina de un terrenito que tenemos en un lugar rural llamado San
Carlos, quienes siempre estaban juntos. Un día que estábamos por allá, vimos a la señora sola, nos
acercamos y preguntamos por el marido, y ella nos contó que se habían separado por un error que
había cometido. Empezamos poco a poco a ayudarles a ellos, y terminamos ayudando hasta las hijas
pues se habían hecho mucho daño. Y Dios nos regaló la alegría de verlos juntos de nuevo y luchando
por su matrimonio y su familia. Siguieron nuestros consejos iluminados por Dios y ahora son una familia
dedicada a Dios y a ellos mismos. Es la misión que Dios nos ha encomendado.
Hace muchos años nosotros fuimos un matrimonio en crisis, que, gracias a Dios, a matrimonios de los
ENS, a sus oraciones, y al amor que nos dieron, pudimos restaurar nuestro matrimonio. Y desde ese
momento decidimos servir en los ENS, a través de retiros matrimoniales, de consejería matrimonial,
y sobre todo en el servicio y responsabilidad en los ENS.
Han pasado por nuestras manos muchos matrimonios, que con nuestro ejemplo y consejo hemos
logrado entregárselos de nuevo al Señor. Para nosotros los ENS han sido los que nos han dado
todo el amor para devolverlo a otras parejas. Con cada responsabilidad que se nos da, nos sentimos
más comprometidos con nuestro Señor, a ser mejores personas, esposos, padres, hermanos, amigos,
cristianos.
Llevamos los equipos muy dentro de nuestro corazón, pues sin ellos no estaríamos aquí en este
Encuentro, tomados de la mano amándonos cada día más. Por eso, todo esto que nos han regalado
Dios y los ENS, se lo damos a todos lo que nos rodean, es nuestra misión.
El Papa Francisco en su mensaje a los ENS en Roma 2015 nos dice: “Me gustaría, en efecto, insistir
sobre este papel misionero de los Equipos de Nuestra Señora. Cada matrimonio comprometido
recibe mucho, ciertamente, de lo que vive en su equipo, y su vida conyugal se profundiza y se
perfecciona gracias a la espiritualidad del movimiento. Pero, después de haber recibido de Cristo y
de la Iglesia, el cristiano se encuentra irresistiblemente enviado hacia afuera para dar testimonio
y transmitir lo que ha recibido. “La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de
cada uno de los bautizados.” (Evangelii gaudium, 120). Los matrimonios y las familias cristianas son,
a menudo, los mejor situados para anunciar a Jesucristo a las demás familias, para apoyarlas,
fortificarlas y animarlas. Lo que vivís en pareja y en familia –acompañado por el carisma de este
movimiento-, esta alegría profunda e irreemplazable que Jesucristo os da a experimentar por su
presencia en vuestras casas en medio de las alegrías y las penas, por el gozo de la presencia de
vuestro cónyuge, por el crecimiento de vuestros hijos, por la fecundidad humana y espiritual que os
concede, todo eso es lo que tenéis que testimoniar, anunciar, comunicar hacia afuera para que
otros se vean, a su vez, puestos en camino”.
La Iglesia quiere llegar a las familias con humilde comprensión, y su deseo «es acompañar a cada
una y a todas las familias para que puedan descubrir la mejor manera de superar las dificultades
que se encuentran en su camino».
No basta incorporar una genérica preocupación por la familia en los grandes proyectos pastorales.
Para que las familias puedan ser cada vez más sujetos activos de la pastoral familiar, se requiere «un
esfuerzo evangelizador y catequístico dirigido a la familia», que la oriente en este sentido. «Esto exige
a toda la Iglesia una conversión misionera: es necesario no quedarse en un anuncio meramente
teórico y desvinculado de los problemas reales de las personas».
En el tema de estudio “Derribando muros y construyendo puentes” – reunión N. 6, se nos indica: “Hablar
y testimoniar son, pues, privilegios del ser humano: cada uno con su talento, su belleza, con sus
miserias y la fascinación de sus recursos y de sus proposiciones. Por consiguiente, «sin el testimonio
alegre de los esposos y de las familias, iglesias domésticas, el Anuncio, aun si es correcto,
corre el riesgo de ser incomprendido o de ahogarse en el mar de palabras que caracteriza
nuestra sociedad» (Sínodo Lineamenta, N. 30)
La compleja realidad social y los desafíos que la familia está llamada a afrontar hoy, requieren un
compromiso mayor de toda la comunidad cristiana en la preparación de los prometidos al
matrimonio.
En la Encíclica “Amoris Laetitia” los Padres sinodales han dicho de diversas maneras “que
necesitamos ayudar a los jóvenes a descubrir el valor y la riqueza del matrimonio. Deben poder
percibir el atractivo de una unión plena que eleva y perfecciona la dimensión social de la existencia,
otorga a la sexualidad su mayor sentido, a la vez que promueve el bien de los hijos y les ofrece el mejor
contexto para su maduración y educación”.
Respecto a esta necesidad, los Padres sinodales están de acuerdo en subrayar la exigencia de una
mayor implicación de toda la comunidad, privilegiando el testimonio de las familias, además de un
arraigo de la preparación al matrimonio en el camino de iniciación cristiana, haciendo hincapié en el
nexo del matrimonio con el bautismo y los otros sacramentos.
Del mismo modo, se puso de relieve la necesidad de programas específicos para la preparación
próxima al matrimonio que sean una autentica experiencia de participación en la vida eclesial y
profundicen en los diversos aspectos de la vida familiar
Guiar a los prometidos en el camino de preparación al matrimonio
Necesitamos ayudar a los jóvenes a descubrir el valor y la riqueza del matrimonio.
Tanto la preparación próxima como el acompañamiento más prolongado debe asegurar que los
novios vean el casamiento como una vocación que los lanza hacia delante, no como el final de
un camino.
La preparación próxima al matrimonio tiende a centrarse en las invitaciones, vestidos, la fiesta
y en cantidad de detalles que consumen el presupuesto, las energías y la alegría. Sabemos
que esto no es lo primordial, y debemos de transmitirlo así a las jóvenes parejas que se
preparan para contraer matrimonio.
Hay diversas maneras legítimas de organizar la preparación próxima al matrimonio, y cada Iglesia local
discernirá lo que sea mejor, procurando una formación adecuada que al mismo tiempo no aleje a los
jóvenes del sacramento.
En el pasado Encuentro de Responsables de los ENS en Roma 2015, Monseñor Vicenzo Paglia,
presidente del Pontificio Consejo para la Familia, nos decía: “Es vuestro testimonio el que debe
convencer a los jóvenes para casarse y hacer una familia. Es a las familias a las que se les da la
responsabilidad de construir una nueva Iglesia y un nuevo mundo”.
Nosotros somos responsables de preparar y guiar a nuestros hijos en el camino hacia el matrimonio.
En algunos casos debemos ayudar e influenciar en nuestros familiares cuando vemos que no están
haciendo las cosas bien. Randall, quien es nuestro sobrino y ahijado, había decidido juntarse (irse a
convivir) con su novia; y nosotros nos acercamos a ellos, les aconsejamos sobre el Sacramento del
Matrimonio, les propusimos darle la preparación para el matrimonio, con el permiso del Sacerdote; y
que al final decidieran si se juntaban o se casaban por la Iglesia. El año pasado cumplieron 12 años
de estar felizmente casados.
Otro ejemplo de cómo podemos ser testigos y portadores de la buena nueva de la alegría del amor en
la familia, es a través de nuestros propios hijos. Nuestra hija Rebeca, psicóloga de profesión, en su
época de noviazgo, al decidir que quería unirse con Alekcey, se vio muy influenciada a juntarse y no
casarse, por sus compañeros de estudio, sus compañeros de trabajo, sus amigos, todos ellos jóvenes
cuyos valores no incluyen la vida sacramental de la pareja. Pero lo maravilloso y que nos llenó de gran
alegría y satisfacción, fue la respuesta clara y decidida que ella les dio: “si yo me voy a unir a Alekcey
es pensando en que es para siempre, pues si no fuera así, ni siquiera pensaría en unirme a él”. Y hoy
día llevan 7 años de vida matrimonial, y dos hijos maravillosos, nuestros nietos.
Del mismo modo se nos invita a las comunidades cristianas a reconocer que acompañar el camino de
amor de los novios es un bien para ellas mismas. Como bien dijeron los Obispos de Italia, «los que se
casan son para su comunidad cristiana un precioso recurso, porque, empeñándose con sinceridad
para crecer en el amor y en el don recíproco, pueden contribuir a renovar el tejido mismo de todo el
cuerpo eclesial: la particular forma de amistad que ellos viven puede volverse contagiosa, y hacer
crecer en la amistad y en la fraternidad a la comunidad cristiana de la cual forman parte».
Les proponemos que en este momento en donde la invitación a ser testigos del amor en la familia, a
ser misioneros llevando esta buena nueva del amor en la familia; veamos hacia dentro de cada uno de
nosotros, y de nosotros como matrimonios, y nos preguntemos que estoy, que estamos haciendo para
cumplir con esta misión que EL Señor me (nos) ha pedido.
¿Verdaderamente podemos decir con honestidad, sin sentir dolor en el corazón que estamos siendo
parte de esa pastoral de las familias, que esfuerzos hacemos o hemos hecho para acercarnos a otros
que piden a gritos ayuda?
En su dialogo conyugal tendrán oportunidad de analizar en conciencia esta pregunta, y poder darle al
Señor su respuesta, y que van a hacer para lograrlo.
Hace un rato les mencionábamos que fuimos un matrimonio en crisis, que nos llevó a la separación, al
dolor, y que gracias a la ayuda y al perdón de Dios, y gracias a la ayuda, el apoyo, los consejos, las
oraciones de muchos hermanos y amigos equipistas de varios lugares logramos levantarnos del polvo,
como el ave fénix; y reconstruir nuestro matrimonio y familia, hasta el punto de ser hoy día un
matrimonio consolidado, feliz, misionero, comprometido. Recordamos con mucho cariño equipistas de
Colombia, de Mexico, de Guatemala, de Costa Rica, quienes nos manifestaron su amor, sus oraciones,
su consejo; y todo ello fue clave para salir del hoyo, y posteriormente consolidar nuestro matrimonio, y
nuestro servicio.
Y en nuestro caminar hemos tenido la oportunidad de servir a otras parejas, casadas y no casadas, a
quienes hemos podido testimoniar nuestra experiencia de vida, y sobre todo darles esa luz de
esperanza, de que, si se puede, de que EL Señor nos espera siempre con los brazos abiertos. De cada
uno de ellos hemos aprendido mucho, y nos ha servido en nuestro camino de mejora.
Tenemos una pareja que hoy día forman parte de nuestro equipo base, que hace unos años fueron
parte de nuestra consejería de pareja, y que después de esto decidieron servir en su Parroquia en la
Pastoral Familiar, y que tiempo después decidieron integrarse a los ENS, buscando un mayor
crecimiento y fortalecer su fe para servir.
Somos parte de un grupo de matrimonios equipistas (llamado Bodas de Cana) que, a través de retiros
para parejas casadas y no casadas, hemos podido apoyarlos en su búsqueda de mejorar sus vidas,
de acercarse a Dios, de salir de algunas de sus crisis; y también a los ENS, con la formación de equipos
nuevos producto de la invitación que siempre les hacemos a ellos para su seguimiento. Algunos de
ellos han aceptado esta invitación, otros han buscado caminos de servicio dentro de la Iglesia, y otros
no han dado frutos. Y este ha sido un servicio que hemos ofrendado a la Iglesia y a los ENS en
diferentes lugares del país, con experiencias muy lindas y llenas de alegría.
El Señor también nos ha permitido salir a anunciar la alegría del amor en la familia, en otros lugares y
países, a través de nuestro servicio en los ENS, donde hemos tenido la dicha de compartir mensajes
de animación, de motivación, de formación; siempre basados en nuestra propia experiencia de vida,
en nuestras vivencias, en nuestras alegrías y tristezas, y en los aprendizajes que hemos recibido de
los ENS.
Podemos decirnos y sentirnos dichosos de que EL Señor se haya fijado en este par de humildes
servidores, con muchos defectos y virtudes, pero que sí hemos dispuesto nuestra vida a servir, y a
aceptar los llamados que se nos han hecho. De todo esto, podemos decirles con mucha honestidad
que hemos sido nosotros los más beneficiados, pues hemos tenido que formarnos, que crecer, que
dejar de lado ciertas cosas, que acercarnos y unirnos más para asumir y enfrentar todos estos
servicios. Y la experiencia de escuchar, de tratar de entender, de servir, de aconsejar, nos ha hecho
mejores personas, y por tanto mejores esposos.
Hoy queremos invitarlos a que no tengan miedo de ese llamado que EL Señor nos hace día a día. En
nuestro caso en particular, como les compartimos hemos hecho del servicio en los ENS una fuerza en
nuestras vidas, en nuestro matrimonio, e inclusive en nuestra familia.
A lo largo de nuestra pertenencia en los ENS, hemos recibido muchas llamadas al servicio y a la
responsabilidad; y confiando en la voluntad de Dios, a la ayuda y el soporte de nuestra familia, hemos
dado ese sí. Hemos tenido momentos muy alegres, de mucha motivación, pero también hemos tenido
otros no tan buenos, en los cuales ha costado tener esa paz, esa alegría. Entonces, no siempre ha
sido fácil, hemos tenido que orar al Señor, pedir el consejo de otros equipistas, y sacerdotes, quienes
nos han ayudado a entender que el camino de seguir al Señor a veces no es fácil; pero que les
podemos decir con toda claridad y sinceridad, de que no nos hemos sentido abandonados o
derrotados, pues siempre EL Señor nos acompaña, nos ayuda, nos guía.
A veces las situaciones familiares, nuestros trabajos, nuestros múltiples compromisos, nos hacen
pensar que es muy difícil y que no tenemos tiempo para ayudar, para servir. Pero de verdad que Dios
nos ayuda, y nos regala el tiempo, los recursos, y los medios para salir adelante, a pesar de nuestras
debilidades.
Hoy día tenemos esta responsabilidad de la Provincia Norte, con el gran compromiso de llevar adelante
este Encuentro, de animar, de motivar, de enlazar nuestra Provincia, donde actualmente tengo una
carga laboral muy fuerte que requiere de mucho trabajo adicional, con la situación de cuidar a la madre
de Maritza, de apoyar a nuestra hija con los nietos, con el fallecimiento de nuestros padres; y aun así
EL Señor nos permite cumplir con nuestros compromisos y responsabilidades. Y sabemos que todos
podemos hacerlo, que tenemos la capacidad, el tiempo para lograrlo. Es cuestión de decir si, e iniciar
el camino, y no descansar hasta lograr nuestros objetivos, y nuestros sueños.
Para concluir nuestra conferencia queremos compartir parte del cierre del mensaje de Monseñor Paglia
a los ENS en Roma 2015: “En este sentido, queridos amigos, debemos mostrar una Iglesia llena de
misericordia, y vosotros antes que nadie, vosotros familias, antes que los sacerdotes, tenéis la
responsabilidad de ayudar en este mundo individualista a las familias sanas, a las familias frágiles, a
las familias heridas, y en todo caso sostener todos los pequeños signos de familia que encontréis. Es
una clase de misión para ayudar a la “familiaridad” a ganar al mayor número de personas posible,
porque el mundo se salvará en esa perspectiva. El mundo se salvará si viene a ser, con el esfuerzo
del Espíritu Santo y el nuestro, una familia de pueblos”.
Sin temor hermanos, pues no estamos solos en esta misión, sino que en primer lugar tenemos a Dios,
tenemos la guía, la formación, la animación de los ENS, y también el apoyo de nuestros equipistas y
familias.
Muchas gracias.
Maritza y Mario Garcia Zuñiga
REFLEXION
La alegría y la belleza de la vida cristiana
Padre David Panezo Asprilla Consiliario Espiritual Provincia Norte
Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su
encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de
intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para
él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor»
Con esta invitación del Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, deseo iniciar
esta reflexión, que en primer lugar me ha invitado a revisar la forma en la que vivo la alegría del
Resucitado. Espero poder contribuir a una vivencia auténtica de nuestro cristianismo, especialmente
como Equipos de nuestra Señora.
La Buena noticia que nos trae la verdadera alegría
Jesús, en su nacimiento, vida muerte y resurrección, en el contenido de su Buena Noticia en el Evangelio, es la alegría y admiración para las personas de todos los pueblos y razas.
El Santo Padre resaltó que “la alegría cristiana no es una simple diversión, no es una
alegría pasajera; la alegría cristiana es un don, es un don del Espíritu Santo. Es tener el corazón
siempre alegre porque el Señor ha vencido, el Señor reina, el Señor está a la derecha del Padre, el
Señor me ha mirado y me ha enviado, y me ha dado su gracia y me ha hecho hijo del Padre… Esa es
la alegría cristiana. Un cristiano vive en la alegría”. Para el cristiano, que por definición es el seguidor
de Cristo, la alegría consiste en la coherencia de vida, en ser, por lo tanto, fiel discípulo de Cristo. Esta
es la fuente de la verdadera alegría. Así pues, para el auténtico seguidor de Cristo, la verdadera alegría
se encontrará en buscar agradar en todo a su Señor, en hacerlo feliz con cada una de sus acciones.
El don o Gracia, es lo que se obtiene sin esfuerzo por parte del que lo recibe; por eso, dar
gracias o dar las gracias es reconocer esa gratuidad. El gozo, la alegría, es el resultado de poseer un
bien, y precisamente un bien grande, que sólo gratuitamente puede recibirse. Entre todos estos bienes,
hay uno de calidad superior, el amor. Por todo esto el cristiano tiene que ser definitivamente alegre. El
optimismo del cristiano está basado en que se le ha abierto un camino real hacia lo Óptimo, y lo Óptimo
es Dios.
Con el bautismo recibimos el don de ser cristianos
El beato Antonio Rosmini afirma que “el bautizado sufre una secreta, pero potentísima operación, por
la cual es elevado al orden sobrenatural, es puesto en comunicación con Dios (Del principio supremo
de la metódica, Turín 1857, n. 331). Todo bautizado adquiere el carácter de hijo a partir del nombre
cristiano, signo inconfundible de que el Espíritu Santo hace nacer “de nuevo” al hombre desde el seno
de la Iglesia, es el inicio de la vida espiritual, que encuentra su plenitud por medio de la Iglesia. Esta
vida espiritual nos hace testigos de Jesús. Pero hay una humanidad, con dolores de parto (cf. Rm
8,22), que está a la espera de que se la manifestemos y demos a conocer quiénes somos. La profunda
crisis de fe de muchas personas que nos rodean necesita urgentemente el testimonio gozoso de
nuestra fe, la creatividad y belleza de nuestra fe. Nuestros contemporáneos, nuestros vecinos, nuestros
familiares y amigos, quienes están a nuestro alrededor, necesitan ver en nosotros el amor, percibir en
nosotros la alegría de la esperanza, descubrir nuestra fe, o mejor dicho descubrirle a Él a través de
nosotros. No podemos esconder tan gran tesoro. La renovación de la Iglesia, está ligada al testimonio
de vida que vayamos ofreciendo como creyentes en el Dios de la Vida. Desde nuestra propia
experiencia, es necesario es necesario que nos interroguemos y cuestionemos cómo es nuestra
calidad de fe, nuestro modo de vivir y sentirnos cristianos en pleno siglo XXI, discípulos de Jesús
invitados a anunciarlo al mundo, a ser sus testigos, a invitar a los hombres de todas las naciones a ser
discípulos. (cf. Mt 28,19)
La alegría del enamorado
El misterio de la Encarnación de Jesús, es misterio de amor, que hemos puntualizado ha sido
gratuito y expresado hasta el extremo de la dar la vida por nosotros.
Si el arquetipo del bien gratuitamente recibido es el amor, entonces, el amor humano es realidad
cierta y, a la vez, figura o analogía del amor divino. Quizá para entender la alegría cristiana hay que
tener en cuenta la alegría del enamorado, no a pesar de los dolores, sino precisamente en los dolores,
en la continua vigilancia, un cuidado en el que se realiza la persona. El enamorado, si ama y es amado,
si da y es objeto del don, está alegre, goza, canta, refleja la gracia de Dios en su vida, expresada en
la relación con su pareja.
El amor conyugal es signo del amor de Dios
Se puede afirmar con seguridad que el amor entre dos personas unidas en matrimonio es signo del amor de Dios a los hombres, sacramento de su presencia; este amor es reflejo del amor de Dios hacia el mundo. Esta es la vocación cristiana como matrimonio, hacer a Dios presente en ellos los impulsa a hacerlo visible.
Él es la fuente de la que mana el amor. Para amar al amado como Él quiere, se debe ir a esa fuente, que está en su Palabra, y el culmen de ella es su hijo encarnado, que nos mostró su misma vida de entrega, lo máximo a lo que se puede llegar en el amor.
Por esta razón, el testimonio cristiano de alegría y gozo de su vocación conyugal son luz que iluminará la vida de quienes le rodeen. Su tarea es vital para gritar al mundo que Cristo sigue vivo, que su amor, manifestado en amor de los esposos.
Se manifiesta a quienes puedan tener dudas de su fe, que con Cristo es posible superar las dificultades y hacer que triunfe el amor.
Vivir en la verdad del amor
Vivir en la verdad del amor es una tarea difícil y costosa que necesita no solo de la colaboración del hombre, sino que resultaría imposible sin la ayuda de la gracia porque por grande que haya sido el pecado del hombre, mayor es la gracia de Dios.
La gracia que los esposos han recibido a través del sacramento los capacita para poder vivir según los planes de Dios. Pero esta gracia ha de ser cultivada a través de la oración, la participación en la Eucaristía y en la Reconciliación y, todo ello, inserto en una comunidad de fe y de vida.
Esta es nuestra tarea: creernos de verdad lo que un día manifestamos a nuestra esposa o esposo delante de Dios y de la comunidad que nos acompañaba.
Creer en el amor humano significa volver a asombrarnos de su misterio. Podemos entender el asombro como el sentirse interpelado por la belleza, de tal modo que aquella nos lleva a cuestionar sobre la existencia y bondad de la suma Belleza, Dios, de la que mana y, a la vez, a la que remite. Esta belleza la podemos ver reflejada en la naturaleza, en el arte, en las personas…, pero hay una que las sobrepasa a todas ellas, esto es, el amor verdadero entre un hombre y una mujer.
Asombrarnos del misterio de amor en el matrimonio significa que es tal su belleza, su bondad, que supera nuestra razón, pero, en el fondo, es lo que anhelamos profundamente vivir.
Hay que volver a asombrarse de la grandeza matrimonio, de nuestra familia, de nuestra comunidad, no dando nada por supuesto, sino abriendo el corazón y la mente a vivir en sintonía con ese amor siempre nuevo al que un día fueron llamados por el sacramento.
Quiero terminar con una invitación que hiciera el papa Benedicto XVI a los jóvenes, pero considero que
es aplicable para todo cristiano y para los matrimonios. «Tenéis la tarea de volver a proponer, con
vuestra competencia, la belleza, la bondad y la verdad del rostro de Cristo, en quien todo hombre está
llamado a reconocer sus rasgos más auténticos y originales, el modelo que hay que imitar cada vez
mejor. Así pues, vuestra ardua tarea, vuestra alta misión consiste en indicar a Cristo al hombre de hoy,
presentándolo como la verdadera medida de la madurez y de la plenitud humana».
Que estás palabras también animen a todos los matrimonios a vivir la alegría y el gozo de ser cristianos.
GUIA PARA EL DIALOGO CONYUGAL
Módulo 4 – Derribando muros y construyendo puentes
LECTURA DE LA PALABRA: “Después de esto, el Señor eligió a otros setenta y dos discípulos y los envío de dos en
dos, delante de él, a todas las ciudades y lugares a donde debía ir. Les dijo: La cosecha
es abundante, pero los obreros son pocos. Rueguen, pues, al dueño de la cosecha que
envíe obreros a su cosecha. Vayan, pero sepan que los envío como corderos en medio
de lobos. No lleven monedero, ni bolsón, ni sandalias, ni se detengan a visitar a
conocidos.
Al entrar en cualquier casa, bendíganla antes diciendo: La paz sea en esta casa.
Sanen a los enfermos y digan a su gente: El Reino de Dios ha venido a ustedes.
Quien les escucha a ustedes, me escucha a mí; quien les rechaza a ustedes, me rechaza
a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado. (Lucas 10, 1-5; 9; 16)
MEDITACION: ¿Qué dice el texto? ¿Qué nos dice hoy? ¿Qué le decimos a Dios? GUIA PARA LA REFLEXION:
1. ¿Verdaderamente podemos decir con honestidad, sin sentir dolor en el corazón que
estamos siendo parte de esa pastoral de las familias, que esfuerzos hacemos o hemos
hecho para acercarnos a otros que piden a gritos ayuda? Incluya sus vivencias al respecto.
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2. ¿Qué van a hacer para lograr ser verdaderos discípulos enviados de dos en dos en misión?
Incluya actividades o tareas concretas, que les sirvan para establecer sus prioridades y
próximas acciones.
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3. ¿Cómo consideran que son vistos por sus propios hijos, familiares, amigos, como un
matrimonio que testimonia la alegría del amor en la familia? Hagan un análisis a conciencia,
basado en sus experiencias y vivencias con ellos.
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4. ¿Qué podemos hacer para derribar los muros y construir los puentes que nos permitan
acercarnos a aquellas parejas y familias que viven situaciones difíciles y se encuentran en
crisis (divorciados, vueltos a casar, parejas en unión libre, otros)?
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GUIA PARA REUNION INTERCONSILIARIOS
Módulo 4 – Derribando muros y construyendo puentes
1. Conforme a la experiencia ¿Qué situaciones de la realidad actual empañan el poder vivir la
alegría y el gozo de ser cristiano en los esposos?
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2. ¿Qué actitudes pueden introducirse en los equipos de nuestra señora que desdigan del gozo y
la alegría de ser cristiano?
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3. ¿Cuáles serían los pasos deberían dar los equipos de nuestra señora para ser más evidente la
alegría y gozo de ser cristiano?
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CELEBRACION EUCARISTICA Domingo 15 de octubre de 2017
RITOS INICIALES
Monición
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, estamos aquí reunidos para participar en el Banquete
Eucarístico, alimento que sustenta nuestra fe en Cristo Vivo y Resucitado, seguros de su presencia
entre nosotros, y que lo hemos experimentado en éste primer Encuentro de Provincia Norte. Alabemos
al Señor y démosle gracias por todas sus bendiciones. Recibamos a nuestros Sacerdotes Consiliarios.
Procesión de entrada
Canto de entrada: ALMA MISIONERA
Señor, toma mi vida nueva antes que la espera desgaste años en mí Estoy dispuesto a lo que quieras no importa lo que sea Tú llámame a servir Llévame donde los hombres necesiten tus palabras necesiten tus ganas de vivir donde falte la esperanza donde falte la alegría simplemente, por no saber de ti. Te doy mi corazón sincero, para gritar sin miedo
lo hermoso que es tu amor Señor, tengo alma misionera condúceme a la tierra que tenga sed de Dios. Llévame donde los hombres… Y así, en marcha iré cantando, por pueblos predicando, tu grandeza, Señor Tendré mis brazos sin cansancio Tu historia entre mis labios tu fuerza en la oración. Llévame donde los hombres… simplemente, por no saber de ti.
Saludo
V. En el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R. Amén
Acto Penitencial
Canto Piedad
Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad.
Ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad.
Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad,
ten piedad, ten piedad. (2x)
GLORIA
Gloria al Señor que reina en el cielo Y en la tierra paz a los hombres que ama él
Señor te alabamos, señor te bendecimos Todos te adoramos, gracias por tu gloria Gloria… Tú eres el cordero que quitas el pecado Ten piedad de nosotros y escucha nuestra oración
Gloria… Tú solo eres santo, tú solo el altísimo, Con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre Gloria al Señor que reina en el cielo Y en la tierra paz a los hombres que ama él, Y en la tierra paz a los hombres que ama él.
LITURGIA DE LA PALABRA
Monición
El profeta Isaías nos dice que el Señor preparará un banquete y enjugará las lágrimas de todos los
rostros, es el gozo de nuestra salvación, el apóstol San Pablo nos recuerda que todo lo podemos
unidos a aquel que nos da fuerza, y en el Evangelio de San Mateo se nos invita al banquete de bodas,
porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.
Primera lectura
Del libro del profeta Isaías (25, 6-10)
En aquel día, el Señor del universo preparará sobre este monte un festín con platillos suculentos para
todos los pueblos; un banquete con vinos exquisitos y manjares sustanciosos. El arrancará en este
monte el velo que cubre el rostro de todos los pueblos, el paño que oscurece a todas las naciones.
Destruirá la muerte para siempre; el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y borrara de
toda la tierra la afrenta de su pueblo. Así lo ha dicho el Señor.
En aquel día se dirá: “Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara. Alegrémonos y
gocemos con la salvación que nos trae, porque la mano del Señor reposará en este monte”.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Salmo 22
R. Habitaré en la casa del Señor toda la vida.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes
praderas me hace reposar y hacia fuentes
tranquilas me conduce para reparar mis
fuerzas. R.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía
por el sendero recto; así, aunque camine por
cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás
conmigo. Tu vara y tu cayado me dan
seguridad. R.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de
mis adversarios; me unges la cabeza con
perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán
todos los días de mi vida; y viviré en la casa del
Señor por años sin término. R
Segunda lectura
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses (4, 12-14. 19-20)
Hermanos: Yo sé lo que es vivir en pobreza y también lo que es tener de sobra. Estoy acostumbrado
a todo: lo mismo a comer bien que a pasar hambre; lo mismo a la abundancia que a la escasez. Todo
lo puedo unido a aquel que me da fuerza. Sin embargo, han hecho ustedes bien en socorrerme, cuando
me vi en dificultades.
Mi Dios, por su parte, con su infinita riqueza, remediará con esplendidez todas las necesidades de
ustedes, por medio de Cristo Jesús. Gloria a Dios, nuestro Padre, por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor.
Aleluya
Aleluya, aleluya…
Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes para que podamos comprender
cuál es la esperanza que nos da su llamamiento. .
Aleluya…
Del santo Evangelio según san Mateo (22,1-14)
En aquel tiempo, volvió Jesús a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del
pueblo, diciendo: “El reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para
su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero estos no quisieron ir.
Envió de nuevo a otros criados que les dijeran: ‘Tengo preparado el banquete; he hecho matar mis
terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda’. Pero los invitados no hicieron
caso. Uno se fue a su campo, otro a su negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los
insultaron y los mataron.
Entonces el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, que dieron muerte a aquellos asesinos y
prendieron fuego a la ciudad.
Luego les dijeron a sus criados: ‘La boda está preparada; pero lo que habían sido invitados no fueron
dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos y conviden al banquete de bodas a todos los que
encuentren’. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y
buenos, y la sala del banquete se llenó de convidados.
Cuando el rey entró a saludar a los convidados, vio entre ellos a un hombre que no iba vestido con
traje de fiesta y le preguntó: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de fiesta?”. Aquel hombre se
quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados: ‘Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las
tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación’. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.
Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús
Homilía
Credo
Oración de los fieles
Presentemos al Padre nuestras plegarias, llevando en nuestro corazón las necesidades de los hombres
del mundo entero.
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos.
Por el Papa Francisco, Los obispos, presbíteros y diáconos. Que el Espíritu Santo los ilumine en su
labor y los sepa conducir a la iglesia según la voluntad amorosa de Dios. Oremos.
Por la Iglesia, Que demos siempre en nuestros países un testimonio fiel del amor inagotable de Dios.
Oremos.
Por nuestros gobernantes, que lleven a cabo su labor con dedicación y espíritu de servicio, para el
progreso y el bienestar de todos los ciudadanos. Oremos.
Por los que sufren la pobreza y la mala distribución de los bienes que Dios ha querido que fueran para
todos. Que crezca el espíritu solidario, especialmente en aquellos que tienen mayores posibilidades
económicas. Oremos.
Por nosotros. Que, como María, seamos portadores de la bondad y la vida de Jesucristo. Oremos.
Que demos frutos de los dones recibidos en éste I Encuentro de Provincia Norte y que regresemos con
bien a nuestros hogares. Oremos
LITURGIA EUCARISTICA
Procesión de las ofrendas
Te presentamos el pan y el vino, que representan nuestro esfuerzo; recibe este cirio como signo de la
unidad en la Provincia Norte y el libro en presencia de Dios del P. Caffarel para que nos ilumine en
nuestro caminar hacia la santidad.
Canto: RECÍBEME
Recíbeme, Con toda la miseria que hay en mí Con todos los deseos de seguir Por tu camino. Iluminar, Es hoy el reto en la oscuridad, Servicio entrega en fidelidad Hasta la muerte. Hoy es tiempo de dar a manos llenas Lo que se nos dio
Brillar hasta consumirse Iluminar a un mundo en penumbras Hasta que no quede yo sino tú Recíbeme… No se enciende una lámpara Para ponerla bajo el celemín La luz que encendiste en mí La ponga yo en todo lo alto Y que María me ayude a decir sí.
Plegaria eucarística
Canto: Santo
Santo es el Señor mi Dios, digno de alabanza.
A Él el poder, el honor y la gloria.
Santo es el Señor mi Dios, digno de alabanza.
A Él el poder, el honor y la gloria.
Hosanna. Hosanna. Hosanna al Señor.
Hosanna. Hosanna. Hosanna al Señor.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Con todos los santos cantamos para ti.
Hosanna. Hosanna. Hosanna al Señor.
Hosanna. Hosanna. Hosanna al Señor.
Rito de comunión
Rito de paz
Canto: Cordero de Dios
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
danos la paz, danos la paz,
danos, danos, danos la paz,
danos, danos, danos la paz.
Cantos de comunión:
COMO PERFUME A TUS PIES Cuando pienso en tu amor y en tu fidelidad No puedo hacer más que postrarme y adorar Cuando pienso en como he sido y hasta donde me has traído Me asombro de Ti Y no me quiero conformar, he probado y quiero más Yo quiero enamorarme más de Ti, enséñame a amarte y a vivir Conforme a tu Justicia y tu verdad, con mi vida quiero adorar
Con todo lo que tengo y lo que soy, todo lo que he sido te lo doy Que mi vida sea para ti como un perfume a tus pies Cuando pienso en tu cruz y en todo lo que has dado Tu sangre por mi, por llevar mi pecado Cuando pienso en tu mano, que hasta aquí hemos llegado Por tu fidelidad Yo quiero enamorarme más de Ti…
SI CONOCIERAS CUANTO TE AMO
Si conocieras como te amo, si conocieras como te amo Dejarías de vivir sin amor
Si conocieras como te amo, si conocieras como te amo Dejarías de mendigar cualquier amor Si conocieras como te amo, como te amo Serias más feliz. Si conocieras como te busco, si conocieras como te busco Dejarías que te alcanzara mi voz Si conocieras como te busco, si conocieras como te busco Dejarías que te hablara al corazón
Si conocieras como te busco, como te busco Escucharías más mi voz Si conocieras como te sueño, si conocieras como te sueño Preguntarías lo que espero de ti Si conocieras como te sueño, si conocieras como te sueño Buscarías lo que he pensado para ti Si conocieras como te sueño, como te sueño Pensarías más en mí.
AQUÍ ESTOY YO No quiero perder las cosas que me quedan por hacer, las cosas que me quedan por vivir en ti No quiero olvidar las cosas que planeaste para mí Los sueños que me diste lograré por ti. No tienes que buscar a nadie más yo quiero ir
Aquí está mi tiempo, aquí están mis horas, aquí estoy yo Mi vida es para ti y en ti la quiero yo invertir Aquí están mis manos, aquí está mi voz Aquí estoy yo, aquí estoy yo. Ou ou Listo quiero estar los dones que me diste voy a usar, Los años que me has dado viviré por ti Voy a conquistar la tierra que me diste y sin dudar Haré lo que me pidas viviré por ti.
ALMA DE CRISTO
Alma de Cristo, santifícame
Cuerpo de Cristo, sálvame
Sangre de Cristo, embriágame
Agua del costado de Cristo, lávame
Pasión de Cristo, confórtame
Oh buen Jesús, óyeme
Y dentro de tus llagas escóndeme
No permitas que me aparte de ti
Del enemigo defiéndeme
En la hora de mi muerte llámame
Y mándame ir a ti
Para que con tus santos
Te alabe por los siglos de los siglos.
Amen
Amen
Oración después de la comunión
Rito de conclusión
Oración para la canonización Del siervo de Dios Henri Caffarel
Dios, Padre nuestro, pusiste en el corazón de tu siervo Henri Caffarel, un impulso de amor que le unía sin reserva a tu Hijo y le inspiraba para hablar de Él. Profeta de nuestro tiempo,
enseñó la dignidad y la bondad de la vocación de cada uno
según la llamada que Jesús nos dirige a todos: “Ven y sígueme”.
Él despertó el entusiasmo de los cónyuges
ante la grandeza del sacramento del matrimonio,
imagen del misterio de unidad y de amor fecundo entre Cristo y la Iglesia.
Enseñó que sacerdotes y matrimonios
están llamados a vivir la vocación del amor.
Guío a las viudas: ¡El amor es más fuerte que la muerte!
Impulsado por el Espíritu
dirigió a muchos creyentes por el camino de la oración.
Poseído por un fuego devorador, estuvo lleno de Ti, Señor.
Dios, Padre nuestro,
por la intercesión de nuestra Señora
te pedimos que aceleres el día
en que la Iglesia proclame la santidad de su vida,
para que todos descubran la alegría de seguir a tu Hijo,
cada cual según la vocación del Espíritu.
Dios Padre nuestro, invocamos al padre Caffarel para …
(precisar la gracia a pedir)
Oración aprobada por Monseñor André VINGT-TROIS – Arzobispo de Paris.
"Nihil obstat": 4 enero 2006 – "Imprimatur": 5 enero 2006 En el caso de obtener alguna gracia por la intercesión del Padre Caffarel, comunicarlo al postulador: Association "Les Amis du Père Caffarel" 49 rue de la Glacière – F 75013 PARIS
Canto de salida: MAGNIFICAT
Mi alma glorifica al Señor, mi Dios,
gozase mi espíritu en mi salvador.
Él es mi alegría, es mi plenitud,
Él es todo para mí.
Ha mirado la bajeza de su sierva
muy dichosa me dirán todos los pueblos
porque en mí ha hecho grandes maravillas
Él que todo puede cuyo nombre es santo.
Mi alma glorifica...
Su clemencia se derrama por los siglos
sobre aquellos que le temen y le aman
desplegó el gran poder de su derecha
dispersó a los que piensan que son algo.
Mi alma glorifica...
Derribó a los potentados de sus tronos
ensalzó a los humildes y a los pobres
los hambrientos se saciaron con sus bienes
y alejó de sí vacíos a los ricos
Mi alma glorifica...
Acogió a Israel su humilde siervo.
Acordándose de su misericordia. Como había
prometido a nuestros padres. A Abraham y
descendencia para siempre.
Mi alma glorifica