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I CUNCLUSIÓN FUNDAMENTAL D15p9n8^r]dOT105 un sei5alado honor que agradecemos tanto m^ís cuanto verdaderamente no nos juzgamos acree^Iores a él, la beno- mérita Unión de ti'iticultores de Cataluña, se ha servido distingnirnos con ls designacibn de ponente para uno de los dos ternas que pre- senta a la deliberación d© ésta sn undécima Asamblea que ha co- rrespondido celebrar este afio en Tarragona. Ma,s ol tema cuyo desa- rrollo 50 n08 11a enCOmendat^0 CLABIFICACIÓN Y CULTIVO DE LA9 CEPAB Y ELABORACIbN DE LO5 VINOS DE LA PROVINCIA DE TARRAQONA CON MI- RAS A LA ERPOItTAC16N, 10 ^UZga17rOS d6 Uria ]Il)portal7Cla y nna aln- plitud tan grandes que mucho tememos que defraudemos ]as espe- ranzas que puedan haberse pueato en las conclusiones que ptidié- ramos proponer para dar solución al problema con dicho tema planteado. Nos decidimos, no obstante, a aceptar tan para nosotros honrosa distinción, porque por el cargo que desernpei'iamos juzgamos que debemos sielnpre acudir a todas las dernandas que, relacionadas con las cu©stiones vino^vinícolas, se nos hagan y para atender las cuales hemos puesto siempre a contribución, a falta de otras colydi- ciones de que carecemos, todas nuestras fuerzas, bien débiles por

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Page 1: I CUNCLUSIÓN FUNDAMENTAL · constituida por tan ilustradoa elementos, puede dar(es. Por otra parte, el solo enumerado del tema que se nos ha enco-mendado revela las dificultades

I

CUNCLUSIÓN FUNDAMENTAL

D15p9n8^r]dOT105 un sei5alado honor que agradecemos tanto m^ís

cuanto verdaderamente no nos juzgamos acree^Iores a él, la beno-mérita Unión de ti'iticultores de Cataluña, se ha servido distingnirnos

con ls designacibn de ponente para uno de los dos ternas que pre-

senta a la deliberación d© ésta sn undécima Asamblea que ha co-

rrespondido celebrar este afio en Tarragona. Ma,s ol tema cuyo desa-

rrollo 50 n08 11a enCOmendat^0 CLABIFICACIÓN Y CULTIVO DE LA9 CEPAB

Y ELABORACIbN DE LO5 VINOS DE LA PROVINCIA DE TARRAQONA CON MI-

RAS A LA ERPOItTAC16N, 10 ^UZga17rOS d6 Uria ]Il)portal7Cla y nna aln-

plitud tan grandes que mucho tememos que defraudemos ]as espe-

ranzas que puedan haberse pueato en las conclusiones que ptidié-

ramos proponer para dar solución al problema con dicho tema

planteado. Nos decidimos, no obstante, a aceptar tan para nosotros

honrosa distinción, porque por el cargo que desernpei'iamos juzgamos

que debemos sielnpre acudir a todas las dernandas que, relacionadas

con las cu©stiones vino^vinícolas, se nos hagan y para atender las

cuales hemos puesto siempre a contribución, a falta de otras colydi-

ciones de que carecemos, todas nuestras fuerzas, bien débiles por

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cierio, y todos nuestros entusiasmos, buenos deseos y buena voluntad

y nos decidimos, tanibieu, a aceptnr, porque sl presentar y razonar

hoy nuestras concluaioi^es, hijas de los estudios que de la viticultura

y de la vinicultura de esta proviucia hemos realizado, de los resulta-

dos de los ensayos y experimentaciones por nosotros en la misma

efectuados y de la práctica adquirida en los ya largos a^ios que ve-

nimos ejerciendo nueatra misíón en sus viñedos y en sus bodegas y

habiendo elaborado en éstas miles y miles de hectolitros de vinos de

diversas clases, e hijas tambien de los antecedentes y datos que he-

mos podido recopilar como resultado precisamente del ejercicio de

nuestro cargo, al presentar y razonar, decimos, nuestras conclusiones,

acertadas o equivocadas, las presentamos aolamente para que airvan

de punto de discusión y, de ésta, con los datos y luces aportados por

los asambleistas, viti-vinicnltores todos, que podrán exponer cuanto

aus prufundos conocimi^ntos y su acreditada práctica les dicte, pue-

dan deducire las conclusionea dehnitivas que, de esta suerte, resul-

tarán reveatidas de toda la autoridad que ©sta importante Asamblea,

constituida por tan ilustradoa elementos, puede dar(es.

Por otra parte, el solo enumerado del tema que se nos ha enco-

mendado revela las dificultades que presenta su completo desarrollo

pues, si las ofrece ya el de cada nna de las materias que abarca, que

puede decírse eon todas Ias que constituyen, tecnicacnente, la resolu-

ción del problema viti-vinícola de la provincia, se complica extraor-

dinariamente por su amplitucl que réquerirla ir al detalle en cada

comarca, en cada pueblo, en cada caso y ser ubjeto, en muchos de

éstos, de la discusión de tos resultados de estudios y ensayos exclu-

sivamente locales. Para obviar 0stas dificultades hemos juzgado,

creyendo con ello tambien haber interpretado los deseos (y escusando

decir cuanto celebraríamos que asi fuese) del dignísimo Comité Re-

gional de la Unión de Viticultores de Cataluña que nos ha honrado

con esta ponencia, que debíamos tratar la cuestión solamente en ge-

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neral, en conjunto, procurando llegar a conclusiones que se8alasen

orientaciones y posibilidades con la seguridad de que, si lográsernos

Ilegar a ellas en esta Asamblea, tendrírtmos ya mucho adelantado

para ir, en lo sucesivo, profundizando, detallando y particularizando

hasta llegar a la resolución total del problema con las innumerables

facetas y puntos de vista que presenta.

Pero aun limitado el problema a su aspecto general y de conjun-

to, para llegar al setialamiento cle las indicadas posibilidades y orien-

taciories, quedan, para su resolución, las difcultades que presentan

por si misrnas las diversas cuestiones y aspectos vitícolas y enológi-

cos que nos han de ocupar, dificultades que hacen que uo }>odamos

tnenos de someter nuestro trabajo, que por otra parte hemos tenido

que formular con los agobios de tiempo a que estamos constante-

mente sometidos por las máltipl©s y heterogéneas obligaciones ane^

xas a nuestro cargo, a la benévola in^lulgeucia del Comité Regional

y de la Asamblea toda, indulgente benevolencia que abrigamos la

seguridad de que nos serrí concedida pues es bien sabido que, cuanto

mayor es la ilustración de los oyentes, más indulgente es en sus jui-

cios. Así, pues, con esta confianza, que tanto nos anima y conforta,

empezaremos nuestra tarea.

De la lectura del enunciado del tem;t que vamos a desarrollar, y

estando el vifiedo de la provincia de 'i'^trragona casi cotnpletamente

reconstituído, parece que deberfarnos plantear nuestro probletna pre-

guntándonos que vinos podem^s elaborar, con míras a su egporta-

ción, dados los vidueños con que contarnos y las condieiones agroló-

gicas y climatotógicas en que vegetan Pero encaminado el tema

precisamente al aspecto de la exportación y teniendo los diversos

mercados con quo coutamos actualmente y aquelloa que pudieran

serlo para nuestros vinos, sus características y exigencias especiales

a las cuales, por lo rnenos de momento, no hay más remedio que

atender, opinamos que debemos plantear dicho problema inverea•

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mente, ee decir, tratando de indagar que ciases de vinae convendria

que ae elaboraran, para favorecer y aumentar su exportación, y de-

duciendo luego la posibilidad o imposibilidad, para nosotros, de su

elaboración y, Hil tOC10 CABO, los diversos elen^entos con que conta-

mos para allo de momanto y los que pudiéramos irnplantar entre los

que nos faltan.

Puede afirmarse qrie hoy el mercado de los vinos de la provincia

de Tarragona es mundial, pues son exportados, en mayor o menor

eantidad y ya sólos o convenientemente mozclados unos con otros o

con loe de otras regiones, a todos los países que consumen vino, no

sienda raro asto ya que la inmensa variedad de clases, caract.erísti-

cas, tipos ,y graduaciones que produce la provincia en sus diversas

comarcas y, por si eeto fuera poco, el aporte de vinos de la Maucha,

Panadés, Aragán, Lérida, etc., que a los principales centros corner-

ciales acuden en cantidades respetables, per^niten la obtención de

caldos que satisfagan los gnetos de los mercados mrrs varios así como

los de los más exigentes, As{ pues, la privilegif^da caracterfstica eno-

1ógica de la provincia de Tarragona, que la hace apta, para produ-

cir tan extensa heterogeneidad de vinos, le proporciona una situa-

ción comercial también privilegiada ya que son innegables las ven^

tajas que suporie poder servir a tan extensa pluralidad de mercados

sobre las que ofrecería disponer de uno sólo o de un número muy

contado o restringido de ellos. Claro está que no todas las comarcas

de la pro ^incia disfrutan, a lo menas por si solas, de este privilegio

de mercado mundial sino que lo tienen rnás restringido, pero no hau

dejado de hacerse ensayos para aumentarles también su esfera de

expanaión y aun con los mismos excelentes vinos de la Conca de

Barbará, que tienen sus mae importantes mercados en Suíza, Fran-

cia y Alemania, se han hecho, con satisfactorio éxito, ensayos para

su exportación a Cuba y a la América del Sur.

La lástima es que ]a corriente de exportación vínica tarraconense,

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ee efeetúa bajo la base principal de vinoe corrientes o comuue,a puee

aún cuando se elaboran en la provincia y en cantidades importantes

claees y tipos selectos y vinos como son los Prioratos especialea, los

Tarragona•Port, las Garnaches y Mistel^ ►s caracterfsticas, los Monta-

ña, algunos tipos blancos y rosados, los Verrnuts, etc , etc., asi

como vinos de tipos muy similares a los de otras regiones también

enológicamente privilegiadas, la masa general de eaportación queda

constituída, en su mayor parte, por dichus vinos corrientes o comu-

nea, y por los denomiuados de coupage, a pesar de que gran mayo-

ria de ellos son ausceptibles de Ilegar a constituir tipos característi-

oos y anri especiales con los cuules pocirian obtenerse aeguramente

marcas de vinos susceptibles de gran fiuura.

Y sucede que del exámen de las estadísticas de la exportación de

nuestros vinos se deduce, con toda evidencia, que la de los comunes

presenta un carácter de gran eventualidad eiguiendo llna línea qlle•

brada cou tendencias a adquirir, de año en año, valores más bajos y

en estrecha relacióu con la mayor o menor producción que se alcan-

ce, no sólo en España, sino que tainbién en los diversos países pro-

ductores de vinos similares a los rnencionados y en estrecha relación

también con las necesidades que de ellas tongan las Naeiones impor-

tadoras, así como con otros factores comerciales como son los cam-

bioa, las mayores o menores facilidades que ofrezcan sucesivamente

los tratados internacionales, etc. etc. Y hay que tener en cuenta, por

otra parte, que, a despeeho de éstos últirnos, no siempre son arar^ce-

Iarias las dificultades que se oponen a la exportación, a deterrnina-

das Naciones, de nuestros vinos corrienteo o comunes sino que,

cuan^3o éstos no les convienen por cualquier motivo, uo faltan otras

dificultades que oponer a ellos y bien sabemos todos cuan irnportan-

tes son las de orden quimico cou que tenemos que luchar por apli-

car dichas Naciones, a nuestros vinos corrientes, deterrninadas re-

glas, relaciones y coeficieutes analíticos a que un considerabilísimo

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tanto por ciento de eltos, absolutamente genuinoe y nsturalea, no

obedecen, cosa nada extraordit^aria ya que dichas relaciones y coefi-

cientes han sido calculados para vinos de una característica, compo-

sicibn y condiciones muy diferentes a las de los nuestros y produci-

do$ por viñedos muy distiutos ampelográfica, botániea y cultural-

mente y que vegetan en ambientes muy diferentes también, tanto en

calor como en lumiuosidad y d.enzás aspectos climatolbgicos, de los

que producen los vinos tarraconenses. Y éste carácter de eventuali-

dad qu9 presenta la exportacibn de nueatros vinos comunes o co-

rrientes resutta aún más inseguro para los considerados como de

coupage, cuya masa es precisamente una de las que más pesan en

importantes comarcas de esta provincia, y será segur^tnente cada

vez más incierta aún, a^nedida que aumente en otros países, como

Argelia, la producción de viuos que puede^i substituirlos y a favor

de los cuales es muv natural que sea mucho mayor el interés de Na-

ciones que, como Francia,, son las principales importadores de di-

chos caldos.

Resulta pues, y ello, por deagracia, lo tenemos todos olvidado de

puro sabido, que para au^nentar nuestra exportacibn no podemos

contar, en modo alguno, cou carácter de mediana seguridad, con los

vinos comunes y menos aún con los de coupage y ello eean los que

aean los tratados de comercio que puedan concertarse y sin que esto

último quiera decir que no debe procurarse establecer tales tratados

con todas cuantas Naciones puedan constituir mercados más o me-

nos amplios e importantes para nuestros vinos y procurarse, tam•

bién, que éstos resulten en elloa tan favorecidos como pueda con-

seguirse.

Y si no es posible coutar para asegurar, y mucho menos para in•

crementar, la egportacibn de nuestros vinos, con los corrientes o

comunes y de coupaqe, creemos que para alcanzar tales segurídades

e incrementos contribuyendo con ello también, en gran parte, a la

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reaolución de las crisis vitícolas qve venimos sufriendo cada vez con

mayor gravedad, no queda otra solución más que la de intensificar,

cada vez Inás, la producción de los vinos finos y eapeciales que ya

venimos elaborando, ensayar la de otras clases igualmente eapeciales

y afinar, al propio tiempo, la elaboración de los comuues hasta llegar

a coustituir con ellos tipoa peculiares y caractertsticos de carácter

conatante y de calidad aúu con los que hoy elaboramoa y eaporta•

mos en canlidad. Y de que ésto daría por resultado alcanzar el fin

que perseguimos, tenemos un ejemplo, bien patente, en Italia que

©a la NacicSn que se encuentra en condicionee más análogas a la

muestrR, pue5, es exportadora y solo iniporta, como nosotros y en

cantidRdes relativamente poco ilnportantea, V]T109 IllUy 83peC1&16a y

de renombre univ©rsal y resutta, efectivameute, que mientras en di-

cho país la exportación de vinos corrientes, en vagones-cubas o en

barric,^s, vieue representada, como en España, por una linea que-

brRda COIl marCRCIRS OSC11aC70T]eS y con t©ndencía constante a dismi-

nuir, la de vinos finos y especiales embotellados o en barricas, viene

representada por una línea siempre ascendente con notable rapidez

y aún, durante el período de la guerra Inuudial, ai bieu deacendió

algo la exportación de dichos vinos especialea y finos muchíaimo

más, absoluta, y relativamente, descendió la de sua vinoa corrientes

a pesar de que éatos fueroli muy solicitados, como los españoles, para

las necesidades de los ejércitos. Y eu la misma ltalia, mientras la

exportación de sus Permuts adquiere cada vez más desarrollo, ]a de

su tan Rcreditado Marsala va disminuyendo a medida quo su elaba

ración, atendiendo solo a la ganancia inmediata, se ha ido descui-

darido, no salvándose del desastre, y con gran ventaja, más que la

exportación en botellas que se hace con productos, más coatosos, si,

pero tau^bién más finos. Pero no tenemos que ir a buscar fuera de

nosotroe loa ejemploa demostrativoa de lo que hemos afirmado pues,

en esta misma provincia, los tenemoa bien patentea. Así sucede con

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nueatroa célebrea y delicadíaimos liancios que alcanzaroa un biAn

merecido renombre universal en todoa los mercadoa y cuya elabora•

ción, lejos de aumentar, como aconsejaba el poaible incremento de

su exportación, se lla ido reduciendo cada vez máe hasta el extremo

de que hoy dia son escas{simos a pesar de ser muy solicitados y

alcanzar precios muy remuueradorea como lo comprueba el dato

qua puedo indicar de que, no hace aún muchos días, han sido ven-

didas en la propiedad doa barricas de Rancio a 150 pesetas el hectó^

litro, el de que vinoa del año 1920, enranciadoa por la insolación, han

alcanzado últirnamente, al cabo tan solo de un año y medio, 125

pesetas el hectólitro y el de qne vinos ranc{os de esta clase con solo

depurarlos convenientemente óan sido vendidos, há poco, a casas de

Burdeos al precio de cuatro pesetas el litro, manifestaudo allí que

aceptar{an cantidades respetables de tales vinos. Y es un dolor

ver que se venden como vinos comunes o de coupaqe, a tanto el

grado y con todas las COntlrlgenClaa, inseguridades y menosprecio

que esto supone, caldos que podrían aer convertidos fácilmente en

tales vinos Rancios finos y especiales. Extens{simos viñedos de im-

portantea comarcas tarraconenses, como sotl el Priorato alto y bajo

y buerra parte del Campo de Tarragorla (Montroig, Roda, etc.), pro-

ductoras de mostos de elevada riqueza glucométrica capaces de pro-

ducir vinos de 15 y rnejor 16 ó 17 gradoa (pues, hay que tener en

cuenta, que en el enranciamiento se suelen perder unos doa grados)

sou aptos para lfl obtención de esta clase de vinos.

Pero, aparte de ta elaboración de éstoa caldoa especiales, así como

la de otros que pudieran obtenerse poniendo a contribución las con-

diciones también especialísimas de varias de las comarcaa tarraco-

nenses, coustituyendo caracteres poco menos que excluaivos de las

mismas, contribuir{a seguramente a que lruestros vinos alcanzasen

renombre y fuerarl, por tr^nto, mtía solicitados para au exportación

despojando a ésta, al propio tiempo, del carácter aleatorio que hoy

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tiene, la substitución de nuestros vinos cotnunes y de coupage, que

hoy constituven como hetnos dicho la masa geueral de los que obte-

nemos, de tipos variables e inciertos (ya que hoy reaultan buenos,

medianos o deficientes segúu las circunstaucias y su calidad varía

no sólo de año en año y de co^narca en comarca, sino que también

de localidad en localidad, de bodega en bodega, de casa eu casa y,

aún dentro de éstas, de recipiente eii recipiente, y la mayor parte de

los cuales se vende dentro del año cuaudo no han tenido tiempo to-

davía de desarrollar sus condicioues y 6nura) por otros más finos de

tipo constante obteniendo, en cada comarca, alguno o algunos ca-

raeterísticos de ellas, que de esta suerto serían conocidas y podrían

acreditarse cosa que hoy no sucede. Y hay que tener en cuenta que

estos vinos de tipo constante es lo que va buscando el consumidor

y por no poseerlos muchas de nuestras comarcas, por lo antedicho,

resulta que éstas no pueden alimentar directamente al gran conaumo

y el exportador encueutra también grandes dificultades para ello,

pues, de mil vinos tiene que hacer uno que, por ser hijo de tantos,

ha de ser forzosamente innominado o recibir un nombre impreciso

1o cual se comprende ha de redundar en perjuicio de las comarcas

productoras pues, de esta manera, no es posible que se dén nunca a

conocer ni ellas ni los vinos por las mismas producidas, como po-

drfan serlo, seguramente, a poco que dichos vinos se especializaran

y del mismo modo que alcanzaron, bien merecidamente por cierto,

renombre universal aquellas comarcas que, aprovechándose de sus

earaeterísticas peculiares, en sus caldos las reflejaron constituyendo

tipos también peculiares y característicos.

Vemos pues, nosotros, la solución del problema de la intensifica^

ción y progreso de la corríente egportadora de los vinos de la pro-

vincia de Tarragona, despojándola, al propio tiempo, de su carácter

aleatorío, en dar suceaivo y creciente desarrollo a la obtención de

los indicadoe y renombrados vinos especiales que en ella se produ-

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cen ya hoy, en procurar la elaboración de otroa tipos también espe-

ciales que reflejasen igualmente las condicipnes aef miamo eapecia-

lísimee y peculiarísimas de varias de aus comarcas y en el ir a la

aucesiva y creciente transformación o substitución de la mayor can^

tidad posible de los vinoe corrientes, comunes y de coupage, que

constituyen hoy la masa general de los que ae obtienen, por otroa

de tipoa más conatantes y máe finos, y alcanzando incluso los hono-

rea de la botella, que podrfan ser característicos también de varias

de nuestras comarcas, para cot^seguir todo lo cual opinamos que

tenemoa ya hoy largo camiiio recorrido con la conatitución, en buen

número de nueatros pueblos, de los beneméritoa Sindicatos de viti-

vinicultorea y eon el funcionamiento de sus magníficas Bodegas que

constituyen un legítimo orgullo de los miamos. EI paso principal

eatá dado y serfa una verdadera lástima que no se aprovechara para

dar loa que faltan.

Por tanto, y no hablando, por no encajar dentro del tema que se

nos ha encomendado, del incremento en la obtención de uvas selec-

tas para mesa ni de la elaboración de productoa sin alcohol a base

de los riquieimos y azucaradoa mostos tarraconensea, produccionea

ambaa qua creemoa podrían contrarrestar, con crecea, laa bajas oca-

sionadas en nueatra exportación vínica por las leyes secas promulga-

das en algunoa países, uvas y productos ain alcohol que en gran

escala y de inmejorables calidades son susceptibles de procurarnoa

nusatros viñedos, juzgamos que podemos sentar y proponer a esta

ilustrada Asamblea, para ezaminar a continuación si lo que creemos

conviene hacer es o no posible hacerlo, la siguiente eoncluaión que

conceptuamoa como fundamento para la reaolución del problema

que no^ ocupa :

I. FUNDAMkNTAL.-De ias estadísticas de exportacián de nuestros

vinos se deduce, con toda evidencia, que la de los comunes es muy even-

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tual no preaentando nunca un carúcter de ae•quridad si no mcrs bien

siguiendo una línea muy oscilante con tendencias a adquiri.r, de año en

a9^o, valores múa bajos. Teniendo cccda vez mras difícil salida los vinos

comunes, pa^•a dar mayor incremento y segu^•idad a nuestra eaporta-

ción, la ú^aica solución consiste era organizar e inlensificar la ^roducción

de vinos finos y especiales.

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