I¡--COMISION DE lA REVlS~111 ~

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FOTOGRAFIA DIBU JOManuel RiveiroManuel IricibarCarlos RovetaHugo D'amarioAngel Oleiro

Alberto CanzianiPedro Bras Harriott

Pablo GamboaCristian Coronado

CRONICA

LITERATURA

Julio César LongaCarlos Bídart

Fernando LamaisonCarlos Vijande

Enrique Romero C.Luis Pons

Leoncio GoitíaLux Wurm Hugo '

REDACCIONRoberto Fontanarrosa

Horado MichelisEduardo Gesualdo

COPISTAS

"-DIAGRAMACIONCarlos Espilondo

Rafael Alberto PalomequeEnrique Romero C. 'Héctor Valsecchi

Horado PazosLeopoldo Rosso

_ Colaboraron Además _ Sr. Profesor ArancetSr., L. Sánchez Caballero

NÚMERO 104

ESCUELA NAVAL MILITARRío Santiago "

Ex Cadete Eduardo A: GesualdoP.93

13-12-63

las últimas gotas de tinta de imprenta que vuelco sobre las

ácinas de "CIÑENDO".

:::e preguntaron ustedes alguna vez qué se siente al dejar la escuela,

cado anhelos e ilusiones? .. Les diré: un tropel de recuerdos fluye del

co azon y se anuda en la garganta. La conciencia golpea las sienes ·seña-

a do con dolor que hemos defrauda do a los seres más queridos.

Con el doble fih de despedirme de todos, aunque solo de una manera

iisica, pués a todos siento mis hermanos y los tendré siempre conmigo

a nque más no sea en el recuerdo y para que cada uno medite sobre su

opia conducta en la Escuela he escrito estas palabras.

Los vientos del destino han carnb iado mi rumbo.

Hasta siempre.

8~====~============~=======================8I ID EID1L4IIHR I~

•Agujas penetrantes, frias

11

que punzando mis carnes gimientes

llegan y van, intermitentes

en olas de fuego abrasador.

Gesualdo93

................

RU~JBO

ONCEJPCION DEL

URUGUAY

e etiembre en la mañanamisa para rezar por losrevolución de 1955. Eran

'''IDIS cuando la base del Santiagolitaria; es que zarpaban

bre las cubiertas filaseaban por un nuevo re-

stra fragata presenciaba laerto de los rastreadores yUna vez que habían zar-

___ !o. divisamos desde la torre el- hacían deseándonos el

Llevábamos con nosotrosquedaba de sueños y deseos.

•• a..rmlOS- haciendo maniobras y fae-_1Iri-ineras los dos días que siguie-

e por la tarde se escuchóierta el toque de formación

que la Flota de Mar cum-el operativo Unitas entraba

puerto de Buenos Aires. 17 hs._moles: Embarcamos dos prácti-

Intersección y nos preparamos~.~~.ontar el Río Uruguay. El pano-

e se nos presenta es hermoso.••• 1bI1S- márgenes los paisajes luchan

erdor.

nos acercamos tanto a lae podemos ver los brazos le-

en eñal de saludo que nos[uestra contestación es un

adiós con el birrete bien alto. El río senos presenta real y seductor.

Las chatas y botes isleños .nos cru-zan la proa, en ellos todo es un cordialademán de amistad. Pasan los días, ylas noches llegan... Las vergonzosaslámparas se prenden y apagan como se-ñal de cariño.

Luces verdes y rojas que bajan, pa-san tan cerca nuestro que parecen serlos ojos de algún monstruo del mar;pero luego, solamente un rugido de hé-lices queda de él.

La estatua de Stella Maris nos saleal encuentro y nos indica que ya esta-mos en Concepción. Alcanzamos a di-visar mucha gente, y la banda del Regi-miento comienza a tocar Curumalán ...Las estrofas rodean el buque y la emo-ción en los cadetes que regresan a suscasas se hace eco con la felicidad desus padres que están esperándolos,

Inolvidable fue la alegre bienvenidade un pueblo que sin conocernos nosdió todo lo mejor de sí, mujeres y ni-ños, ancianos y hombres, entrerrianostodos, nos tributaron un continuo ho-menaje, a la vez de enseñarnos un grany preciado concepto de hospitalidad pro-vinciana.

\

Luego todo es alegría. .. las madresabrazadas a sus hijos, las hermanasque esperan un beso, los padres quemiran ...

Mientras terminan de arrancharse to-das las maniobras, nos preparamos paradesembarcar y recorrer la ciudad. Unavez en tierra, paseando por calles y ave-nidas conocemos sus elegantes plazas yedificios. Lo :primero que hacemos eslocalizar el correo: desde allí mostramospor cartas lo hermosa que es.

Visitamos el antiguo y docto ColegioNacional, y pudimos admirar ademásel "Palacio San José", hogar de aquelque en un tiempo fuera figura cumbreDon J: José de Urquiza. También blancode nuestra atención fue la Catedral, quecon sus columnas majestuosas se levantaen el centro de la ciudad.

La primavera había abrazado a Con-cepción del Uruguay, y habíale rega-lado carrozas con flores y frutos.

El día de la zarpada está cerca ya ...queríamo quedarnos, pero había queregre aro Teníamos muchos preparati-vos todavía, mas la orden era esta:A 16 hs. e zarpa.

La visitas e tán sobre cubierta ...las últimas palabras.

Se comienzan a preparar las manio-bras y la lágrimas comienzan a des-prender e en las madres que quedan.

E tamo formados ... , y los saludoaparecen en nuestras manos ... el bu-que enfila hacia la salida mientras elpuerto se estremece cuando cantamola "Marcha de la Libertad".

Desde acá te damos Concepción delUruguay las gracias por habernos aco-gido y brindado tu argentino suelo.

j Nuestra Escuela te saluda!!

Enrique A. Romero e(P. 93)

vida me va demostrando que por regla general todo lo útil, enido práctico de las cosas, es feo, o por lo menos, no se distingue

-u- cualidades estéticas. Tú serías entonces el objeto más útil deldo. Eres rústica, tosca como las manos del labrador aquel, el de la

azada al hombro, y como ellas pareces haber sido hecha para el trabajo.caja es áspera, nudosa, sin intenciones siquiera de pulimento, porte distingo de entre la infinidad de elementos que me acompañanpre en mis trabajos a bordo, porque eres sincera, franca, como

- rostros de mujer sin maquillaje. De todas maneras para que sirvenlu tre y el barniz cuando llega el momento de cortar. ¿ No es cierto?

Te he dado tantos .golpes, tantos como para que tuvieras deseosno ayudarme más y sin embargo cuando te necesito, te encuentro

mpre, dispuesta a olvidarlo todo y empezar de nuevo.

Cuando empiéce a dirigir y el dorado me de' una vuelta enteraalrededor del brazo es muy probable que... bueno tú sabes que elhombre se aleja de lo que ya no le sirve. El día que te deje caer de mieintura ; grítame amiga, no me' dejes, ser ingrato.

Lamaison (P. 93).

gaucho .malomalo es inofensivo para

'riD~.s; no es un bandido, nosalteador el ataque a la vida no

idea ; roba caballos, es cier-es su profesión, su tráfico,

lo persigue desde' haceu nombre es temido,

_Eiado en voz baja, pero sin odiorespeto. Es un personaje

"rillllO;" mora en la pampa, son sucardales; vive de perdicesi alguna vez quiere rega-

lengua, enlaza una vaca,o, la mata, saca su bocado

_ abandona lo demás a las!III __ tesinas. De repente se presenta"BID malo en un pago de donde la

ha de salir; conversa pací-con los buenos gauchos quef~"__lo admiran; se provee de

i divisa la partida, montaaparato, desdeñando vol-

ver la cabeza, La partida rara vez losigue; mataría inútilmente sus caballos,porque el que monta el gaucho malo esun parejero pangaré, tan célebre comosu amo. Si el acaso le echa alguna vezen las garras de la justicia, acomete' alo más espeso de la partida, y merceda cuatro tajadas que con su cuchillo haabierto en la cara o en el cuerpo de lossoldados, se hace paso por entre ellos,y tendiéndose sobre el lomo del caballo, .para substraerse a la acción de las balasque lo persiguen, endereza hacia el de-sierto, hasta que, poniendo espacio con-veniente entre él y sus perseguidores,refrena su trotón y marcha tranquila-mente, Los poetas agregan siempre nue-vas hazañas a este héroe del desiertoy su nombradía vuela por toda la vastacampaña.

Enrique Á. Romero C.

(P. 93)

IIIIIIE 1IIIIt 1111118Il ~ lJ IIIIIIE

Es un personaje eminente que tieneen sus manos la suerte de los particu-lares y de las provincias. El baquianoes un gaucho grave y reservado, queconoce palmo a palmo veinte mil legua-cuadradas de llanuras, bosques y mon-tañas._ Un baquiano encuentra una enditaque hace cruz con el camino que lleva:él sabe a qué aguada remota condsi encuentra mil, y esto sucede eespacio de cien leguas, él la co oce

das, sabe de dónde vienen y adonde van.El sabe el vado oculto que tiene un río.más arriba o más abajo del paso ordi-nario, y esto en cien ríos o arroyos : élconoce en los ciénagas extensos un sen-dero por donde pueden ser atrave ado~sin inconvenientes, y esto en cien cié-nagas distintos. En lo más obscuro de-la noche, en medio de los bosques o en

. las llanuras sin límites, perdidos sus

L,",nc,oe A. Romero c. (P. 93)

••.viados, da una vuelta's, observa los árboles;

esmonta, se inclina aos matorrales y seen que se halla,

:- les dice para ase-glIr:lJrIe;: -~Es1ta!l205- en dereceras de tal

s de las habitacio-e ir al sur", y se

00 que señala, trane encontrarlo y sin'iecíone que el temor

iere a los otros.

E baquiano conoce la distancia quehay de n lugar a otro; los días y horasnecesario- para llegar a él, y a más unasenda extraviada e ignorada por dondese puede llegar de sorpresa y en la-mitad del tiempo; así es que las par-tida de montoneras emprenden sor-presas sable los pueblos que están acincuenta leguas de distancia, y casisiempre las aciertan.

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Tod - 0- gauchos del interior sonrastreadores, En llanuras tan dilatadas,donde 1 M endas y los caminos se cru-zan en todas direcciones y los camposen que pacen o transitan las bestias sonabiertos, es preciso saber seguir las hue-lla de un animal y distinguirlas entremil; conoce si va despacio o ligero, suel-o o tirado, cargado o vacío. Esta es

una ciencia casera y popular.

Me contaba un paisano que cayó ciertavez en un camino de encrucijada al de

Buenos Aires, y el peón que lo condu-cía echó, como de costumbre, la vista alsuelo. "Aquí va =-dijo luego- una mu-lita mora, muy buena... Esta es latropa de don N. Zapata, es de muybuena silla ... ; va ensillada ... ; ha pa-sado ayer". Este hombre venía de lasierra de San Juan, la tropa volvía deBuenos Aires, y hacía un año que élhabía visto por última vez a la mulita

mora, cuyo rastro estaba confundido conel de toda una tropa en un sendero dedos pies de ancho. Pues esto que pareceincreíble es, con todo, la ciencia vulgar;éste era un peón de arría y no un ras-treador de profesión.

El rastreador es un personaje grave,circunspecto, cuyas aseveraciones hacenfe en los tribunales inferiores. La con-ciencia del saber que posee le da ciertadignidad reservada y misteriosa. Todosle tratan. con consideración: el pobre,

porque puede hacerle mal, calumníán-dolo o denunciándolo ; el propietario, por-que su testimonio puede fallarle.

Un robo se ha cometido durante lanoche; no bien se nota, corren a buscaruna pisada del ladrón, y, encontrada,se cubre con algo para que el viento'no la disipe. Se llama enseguida al ras-treador, que ve el rastro y lo sigue sin

mirar sino de tarde en tarde el suelo,como si sus ojos vieran' de relieve estapisada que para otro es imperceptible.Sigue el curso de las calles, atraviesalos huertos, entra en una casa, y seña-lando un hombre que .encuentra, dicefríamente: "l Este es!". El delito estáprobado, y raro es el delincuente queresiste a esta acusación. Para él, másque para el juez, la disposición del ras-treador es la evidencia. misma; negarlasería ridículo, absurdo. Se somete pues,

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/

a es e es igo que considera como eldedo de Di - que lo señala.

- éste del rastreador ?microscópico se desenvuelve"

órzano vista de estos hom-;".UJ.LU· ne criatura es la que

. agen y semejanza! '

Enrique A, Romero O,

(P. 93)

Tomó el nombre de Rosario aproxima-damente a comienzos del siglo XVIII.

Entre los días 16 y 23 de setiembre,en cumplimiento del embarco del se-gundo término lectivo, los .patrulleros"King" y "Murature" y el rastreador"Py" de la Flota de Instrucción de laEscuela visitaron la ciudad de Rosario,luego de ejercicios conjuntos en el Ríode lá Plata.

A guisa de epílogo me toca, comorosarino, hacer un comentario en el quetrataré de mostrar (en función de dueñode casa) algunas cosas que pudieronpasar inadvertidas o dar detalles bio-gráficos de la ciudad que pudieran re-sultar de interés.

Esto no es, pues, una crónica del em-barco, sino una semblanza de Rosario.

Pese a lo que se creía hasta no hacemucho se puede afirmar hoy que estaciudad no fue fundada por Francisco de.Godoy en 1725. Rosario no fue trazadapor ningún conquistador o colonizadory no posee acta de fundación ni de bau-tismo.

Puede decirse que nació espontánea-mente al agruparse las casas de los pri-meros pobladores en los contornos de lacapilla de la estancia "La Concepción".

La mayoría de estos habitantes lo ha-bía sido de las zonas inmediatas a laciudad de Santa Fe.

Con el nombre de Pago de los Arro-yos ya era conocida a comienzos delsiglo XVII.

En abril de 1796 el Capitán de Fraga-ta Juan Francisco Aguirre, al referirsea Rosario en el diario del viaje que hizocomo Comisario de la demarcación delos límites en los dominios de las coro-nas española y portuguesa, dijo que era"pueblo más que decente para villa". Sinembargo Rosario no tenía entonces otraautoridad que el alcalde, como existíadesde 1725.

El año 1852 señaló el fin de una etapade lento progreso a la que siguió otrade vertiginoso desarrollo. El 5 de agostode ese mismo año, por gestión de Ur-quiza, el gobierno de la Provincia con-cedió a Rosario el rango de ciudad.

La modificación de las estructuras po-lítico-económicas imperantes hasta Ca-seros permitió recibir grandes aportes.El 19 de julio de 1856, a raiz de lasegregación del estado de Buenos Aires,el puerto de Rosario se vió beneficiadocon recargos impuestos por la Confede-ración a la mercadería que entrara porBuenos Aires.

En la guerra del Paraguey fue elpuerto de embarque de la mayor partede las fuerzas argentinas. Eri esa épocay como necesidad bélica surgieron nu-merosas industrias.

Las líneas de comunicación con el in-terior la convirtieron en principal puer-

to de la República y posteriormenteprimer puerto exportador de cereales delmundo.

En 1863, 1868 Y 1869 el CongresoNacional la nombró capital de la Repú-blica pero estas leyes fueron vetadaspor los presidentes Mitre y Sarmiento.

Hacia 1900 Rosario contaba 113.000- habitantes. Esta cantidad se incrementó

hasta llegar en 1930 a casi medio mi-llón.

Rosario, la metrópoli del Litoral. lasegunda ciudad argentina en todo:: . -

, órdenes de la actividad humana y q E

se enorgullece de er obra de sí misma,cuenta hoy con 700.000 habitantes.

En e • nciona actualmente el dia-,:,nti0"110 del país, "La Capital",

la es e ómnibus más grande de1 - silos subterráneos para

yor capacidad en el mun-res plantas industrializa-e de udamérica, grandes

mdnszrsas e -000 tipo, un comerciorr'l,.,.,,,,;:- cosa más que la hacen

entre la urbes argentinas.

GESUALDO

(P,93)