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Alteridad Marzo de 2007 41 Homenaje al P. Silvio Broseghini 1949-2006 Silvio Broseghini nace el 21 de mayo de 1949 en Baselga di Piné, Italia. En 1961 ingresa al Seminario Salesiano de Trento y profesa sus primeros votos en 1967. Llega al Ecuador en 1969 como misionero entre los Shuar de la Amazonía y en 1975 se ordena como sacerdote sale- siano en Sevilla Don Bosco (Morona Santiago). A cumplido diversos roles como misionero y académico al fundar el Instituto Bilingüe Intercultural Shuar de Bomboiza (1983) y el Seminario Indígena del que fue rector desde 1997. Ha sido estrecho colaborador del Centro Cultural Abya-Yala y de la Carrera de Antropología Aplicada animando los primeros cursos presenciales a partir de 1987. Autor de algunos estudios sobre religiosidad shuar y antropología misionera ha contribuido notablemente a la reflexión de la presencia salesiana en culturas diversas. En 1995 fue nombrado Vicario de Pastoral Shuar y Achuar; en 1996 crea la Fundación Chakuap para el desarrollo de las comunidades indígenas y, en el 2003, es nom- brado ecónomo del Vicariato Apostólico de Méndez. El 6 de septiembre de 2005 se descubre la enfermedad que acaba con su vida el 11 de abril de 2006.

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Homenaje alP. Silvio Broseghini

1949-2006

Silvio Broseghini nace el 21 de mayo de 1949 en Baselga di Piné, Italia. En 1961 ingresa alSeminario Salesiano de Trento y profesa sus primeros votos en 1967. Llega al Ecuador en 1969como misionero entre los Shuar de la Amazonía y en 1975 se ordena como sacerdote sale-siano en Sevilla Don Bosco (Morona Santiago). A cumplido diversos roles como misionero yacadémico al fundar el Instituto Bilingüe Intercultural Shuar de Bomboiza (1983) y elSeminario Indígena del que fue rector desde 1997. Ha sido estrecho colaborador del CentroCultural Abya-Yala y de la Carrera de Antropología Aplicada animando los primeros cursospresenciales a partir de 1987. Autor de algunos estudios sobre religiosidad shuar yantropología misionera ha contribuido notablemente a la reflexión de la presencia salesianaen culturas diversas. En 1995 fue nombrado Vicario de Pastoral Shuar y Achuar; en 1996 creala Fundación Chakuap para el desarrollo de las comunidades indígenas y, en el 2003, es nom-brado ecónomo del Vicariato Apostólico de Méndez.

El 6 de septiembre de 2005 se descubre la enfermedad que acaba con su vida el 11 de abrilde 2006.

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IntroducciónP. Juan Bottasso

El padre Silvio fue sin duda un hombre de ac-ción: planificaba y ejecutaba sin descanso, de unamanera que podía parecer un poco caótica, perosólo en apariencia. El sabía muy bien a dónde que-ría llegar y era sumamente constante en su empe-ño por alcanzar sus metas.

Pero su vida no fue sólo actividad y trabajo. LaRevista Alteridad quiere ofrecer un material queayude a entender cómo, detrás de cada una de susmúltiples iniciativas, había una reflexión muyprofunda.

La entrevista que publicamos –también diálogoy conversación– fue realizada por el antropólogoJames Boster en el 2002, de la Universidad de

Berkeley, y uno de los mayores especialistas con-temporáneos sobre la relación entre las misiones yla reflexión antropológica. Las expresiones deSilvio ponen de manifiesto cuán trabajosamenteelaboró el tema del encuentro de la teología cristia-na con el pensamiento indígena y cómo le preocu-pó enfocar la presencia misionera de una formaque no resultara destructiva para la cultura shuar.Las respuestas al entrevistador no ocultan lo sufri-da y atormentada que fue la elaboración de supensamiento en este campo. Cada expresión es elcondensado de años de lecturas, meditaciones, au-tocrítica, confrontación con los compañeros delequipo pastoral, diálogo con los Shuar.

Misiones y antropologíaEntrevista al P. Silvio Broseghini

(1949-2006)

Por James Shilts Boster1

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Misiones y Antropología

Entrevista de James Boster

¿Cuál es su nombre y qué cargo desempeña en la ac-tualidad?

Me llamo Silvio Broseghini, soy de nacionalidaditaliana, trabajo desde 1969 aquí, en la zona shuar yachuar. Desempeño el cargo de Vicario de pastoralshuar y achuar y tengo a mi cargo el seminario in-dígena a escala nacional para lo que se refiere al ci-clo del trienio filosófico. Además, visito unas vein-te comunidades shuar, en la zona de Méndez, comopárroco.

¿De qué parte de Italia vieneUsted?: De Trento, deun pueblo cercano a Trento, en el extremo norte.

¿Y cómo llegó a la decisión de formarse como sacer-dote y misionero?

Yo estaba con los salesianos en Italia, y al ter-minar el liceo solicité trabajar en las misiones,contestando a una carta del Rector Mayor, nuestroSuperior General, quien pedía voluntarios paraAmérica Latina. Me destinaron a las misiones delVicariato Apostólico de Méndez. Llegué como es-tudiante todavía, para trabajar durante tres añosen las misiones.

¿En qué año fue eso?: En 1969

¿Cuál fue su primer contacto con los Shuar?El primer contacto con los shuar fue cuando

llegué al internado en Kuchantsa. Había la escuelaprimaria y un taller de carpintería. Consistió enacompañar a los muchachos que había, desde pri-mer grado hasta el tercer curso de carpintería, esdecir, niños, desde seis y siete años hasta jóvenes de18, 20 y 22 años, inclusive mayores que yo. Mi pri-mer trabajo consistió en acompañarles solamente,porque no sabía ni el castellano. Allí me tocóaprenderlo.

¿Pero, no es muy diferente del italiano?No es muy diferente, pero cada idioma tiene sus

peculiaridades. Yo acompañaba a los muchachos enlos momentos en que ellos no estaban en clase. Porejemplo, en el estudio, en el trabajo, en el juego.Después de un año en Kuchantsa, pasé dos años en

Bomboiza. Allí trabajé como profesor de quinto ysexto grado, durante el primer año, y al siguienteaño, también en Bomboiza, di clases en el ciclo bá-sico. Allí teníamos, desde niños de seis años hastajóvenes de 24 y 25 años. Algunos estaban ahí paraprepararse para el matrimonio. Así era la vida delas misiones en ese tiempo. El trabajo absorbíaprácticamente todo el día, desde la mañana hasta lanoche, porque se dormía en el mismo dormitoriocon los muchachos. El roce fue bastante importan-te para mí, sobre todo para conocer su forma dereaccionar, su sicología, su manera de ser.

¿Cuál fue su primera impresión de la manera de serde los Shuar?

Nunca me hice esta pregunta. Con todo megustó el ambiente sereno en que viven. A pesar detener muchos problemas y dificultades, no pierdenla alegría y el humor.

¿En qué estado encontró usted al pueblo shuar cuan-do llegó? El padre Siro ha escrito que estaba un pocodesesperado

Llegué en 1969, cuando la Federación ya teníacinco años de camino y estaba en el proceso de le-galización de tierras y de contención de la colonia.Hubo momentos de tensión; ese mismo año los co-lonos habían quemado la misión de Sucúa, para ver“cómo quemaban los curas”, porque defendían losterritorios de las comunidades shuar. Se buscó con-tener la penetración de la colonia en territorioshuar. Entonces, todos los centros, por lo menos losque estaban organizados, abrieron las picas. Habíaun equipo que trabajaba con la Federación y la mi-sión salesiana. Fueron los primeros que hicieron,como práctica, las denuncias globales, que despuésfueron asumidas por la ley de Reforma Agraria. Laidea salió de allí: que el territorio sea comunal, detítulo global y el usufructo familiar.

- Voy a leer el pasaje que escribió el padre Pellizza-ro y quisiera que usted me respondiera si lo que éldice ha cambiado mucho desde que usted llegó. “Pe-ro me encontré con comunidades shuar destruidas,familias cristianas que, en nombre de un mal enten-dido cristianismo, querían romper con todas las tra-diciones shuar, una sociedad desorganizada, porquela autoridad nacional quería imponer sus leyes, des-

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conociendo absolutamente la organización shuar ysus costumbres, cuando no se añadían también losprejuicios egocentrístas. Los viejos tradicionalistaspensaban vivir sus costumbres, pero la juventud to-mó al blanco como ideal de vida, perdiendo así supersonalidad propia; explotados por los colonos; ne-cesitados de mano de obra; engañados por comer-ciantes; depravados por los vendedores de trago; lasprostitutas y los vagabundos y angustiados por suvacío espiritual y las continuas frustraciones de noser aceptados como blancos, sino despreciados siem-pre. Como indios caminaban hacía la marginaciónyel caos sin remedio”.

Esos eran los años cincuenta, cuando llegó elpadre, pero pienso que, ya desde un poco de tiem-po atrás, siempre hubo la preocupación de la mi-sión de poder parar un poco esta avalancha y laprevaricación de la colonia. De hecho, en 1935, elpadre Juan Vigna hizo la primera solicitud para lareserva de las tierras shuar, y en 1945 se dio. Claroque, desde el punto de vista misionero, había lamentalidad de ver lo religioso de las culturas comocreencias supersticiosas, por eso se pensaba que laevangelización consistía en introducirlos en el mo-delo de vida cristiana. Una idea de los misionerossalesianos en 1917 y 1918 fue la de traer coloniaspara mostrar un estilo de vida cristiana, para quelos shuar pudieran imitarlo. Yo llegué en un mo-mento en que la Federación ya tomaba fuerza y secomenzaban a formar las cooperativas. Yo vi, enBomboiza (en Kuchantsa no tanto) un pueblo queestaba encaminándose hacia un nuevo estilo de vi-da, que respondía a las situaciones actuales.

Los domingos, se reunían en la misión para lacelebración de la misa. En Navidad y Pascua llega-ba mucha gente. Ya había problemas, como la bo-rrachera. Pienso que en alguna zona había prosti-tución, pero no tanto. Eso sí, los colonos los enga-ñaban para comprarles tierras, y muchas veces, in-tervenía la misión para deshacer arreglos sobreventas. Nadie podía vender tierras si no tenía per-miso de la Federación, y la Federación deshacíamuchos negocios. Pienso que, posiblemente el pa-dre habrá tenido esa impresión. Los años setenta yochenta fueron de mucho fervor organizativo departe del pueblo, tanto como comunidades que co-mo Federación. Incluso obtuvieron la aprobación

de un reglamento de contravención interno. En-tonces el síndico tenía autoridad a la par de una au-toridad civil sobre ciertos pequeños delitos, quepodía castigar con tres, cuatro o siete días de cala-bozo. Era un esfuerzo para adaptarse a las nuevascircunstancias y para tener diálogo con la otra cul-tura que venía y, en cierto sentido, amenazaba lasobrevivencia del grupo.

El padre Pellizzaro llegó como 16 años antes. Pero,cuando usted llegó, ¿algo ya había cambiado?

Había cambiado un poco con todo este fer-mento y, además había cambiado el trabajo de losmisioneros. Por esa época, todo se había clarifica-do dentro del Vicariato, donde tomaron pie dospastorales específicas y con misioneros a tiempocompleto, y también con una mentalidad más cer-cana a las necesidades y a la mentalidad shuar. Elesfuerzo por apoyar al shuar en este camino orga-nizativo y en el proceso de asegurar su territoriollevó también a asegurar su propia educación yafianzar su identidad. Nacieron las escuelas radio-fónicas, que se difundieron muchísimo y hubomucho entusiasmo.

¿Cuáles son las cosas ocurridas, que más cambiaronsu manera de ver a los Shuar, a la misión y a la rela-ción entre ambos?

A medida que se fueron formando cuadros yprofesionales, también por el influjo de personasque venían a trabajar con la Federación, como vo-luntarios o antropólogos; creció un cierto deseopor parte de los shuar de asumir su situación comomayores de edad, que ya no necesitaban al misione-ro como intermediario y que ya podían actuar di-rectamente. Eso ocurrió en el proceso organizativoporque, hasta los años ochenta, había un salesianoa tiempo completo en la Federación. Dentro delservicio del sistema radiofónico, la presencia sale-siana, prácticamente, se ha reducido sólo a lo quees la formación religiosa a través de la radio, mien-tras que la parte administrativa y lo educativo lollevan ellos mismos.

A veces consultan, pero hubo, y hay, este deseode ser autosuficientes. Cómo misión hemos acom-pañado el proceso organizativo y estuvimos pre-sentes siempre en las asambleas de la Federación.

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Misiones y Antropología

Éramos asesores de las Asociaciones. Algunas toda-vía tienen esa figura, otras la dejaron. Todavía haycampos en los que, como Misión, estamos apoyan-do, sobre todo el área de la educación secundaria.Con el proceso de la inculturación la misión llevaadelante todo el proceso de formación de los mi-nistros, de los catequistas. Con todo se puede decirque, en cierto momento, se vivió distanciamiento ya veces un poco de resentimiento. Y de contrastes.Otras ocasiones hubo acercamientos y búsquedadel apoyo por parte de la misión.

Volveremos a este tema dentro de poco, pero primeroquiero preguntar otra cosa: ¿Hubo alguna personaque más influyó en la manera de ver a los Shuar y eltrabajo de los salesianos entre los shuar?

En el campo organizativo, sin duda, el padreJuan Shutka, porque los acompañó desde cuando élformó la Federación y hasta que caminó todo elproceso organizativo. Pero se trata de algo que elpadre Juan Shutka no hizo solo, sino apoyado porlos misioneros que trabajaban en las distintas zo-nas. Se trabajaba para que se organizaran, que tu-vieran sus autoridades, su asociación y que partici-paran en los proyectos, en los programas de la Fe-deración y en el campo educativo. Los misionerosapoyaron mucho. El que hizo mucho trabajo en elaspecto educativo fue el padre Alfredo Germani,que falleció en 1999. Prácticamente ideó el sistemaradiofónico.

Dominaba bien el idioma nativo y con losmaestros y profesores shuar elaboró los primerostextos bilingües, dentro de lo que es el área de in-fluencia católica, porque había el Instituto de Vera-no que comenzó unos años antes en la zona de Ma-cuma, con textos también bilingües. En relación ala nueva evangelización, el padre Siro comenzó enlos años sesenta a recoger mucho material y des-pués, en los setenta, en Chiguaza, empezó el traba-jo con los catequistas y su nueva forma de enfocar,sobre la base de los documentos del Vaticano II.

En Melgar, hubo en 1968 una reunión de misio-neros y antropólogos en la que se cuestionó el sis-tema de la tábula rasa y se propuso más atención alhecho cultural y a la cosmovisión. El encuentromarcó un hito muy importante en la historia denuestro Vicariato y de la evangelización en la Ama-

zonía. Apoyándose en esta reflexión de la iglesiamisionera de América latina, el padre Juan Bottas-so inició una serie de iniciativas. El trabajo del pa-dre Siro en 1976, fue apoyado por todos los misio-neros. En ese año se realizó la celebración de la Pas-cua shuar en la que se reunieron los representantede muchas comunidades. Fue la primera vez que sehizo la celebración de una fiesta cristiana en las co-munidades y no en las misiones. Ahí fue maduran-do la idea de que el centro de evangelización no esla misión, sino la comunidad.

Usted acaba de mencionar diversos temas que volve-remos a abordar, pero usted se adelanta a mis pre-guntas. De su trabajo, ¿qué es lo que más satisfacciónle proporcionó?

Los años de mayor creatividad fueron los quepasé en Bomboiza como Superior y donde fuimosgestando y formando el Instituto Pedagógico paralos shuar: Bilingüe, Intercultural; se elaboraron losprogramas y se buscó que una parte de los conteni-dos programáticos procediera de la cultura. Se pro-curó también, con la celebración de la semana cul-tural, rescatar formas tradicionales de bailes y así,valorizar a los ancianos. Las monografías que losalumnos de sexto curso tenían que elaborar previa-mente a la obtención del título, se orientaron a unainvestigación etnográfica. Resultó una recolecciónde datos etnográficos muy amplia, con grabacio-nes, cuadernos de transcripción y traducción. Esun material inmenso. Yo pienso que esos fueron losaños de mayor creatividad y, en este campo, yo meencontré bien. Fueron años muy buenos y tambiénahora, en el Vicariato, me siento bastante satisfe-cho. Claro que ahora hay muchas ocupaciones queme restan tiempo. Cuando comencé tenía sólo elcargo de vicario y podía organizar encuentros dedirigentes y catequistas, para clarificar un poco eltema de la inculturación, escuchando las inquietu-des de ellos. También se hicieron encuentros conlos profesores para que pudieran asimilar cuánto sevino elaborando a lo largo de estos años, procuran-do superar un proceder dogmático. También heemprendido un camino de confrontación y diálogocon el padre Siro sobre algunas cosas referentes a lainculturación que la gente no alcanza a asimilar.Pienso, que estos años me han dado satisfacción.

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Homenaje al P. Silvio Broseghini

Por otro lado, el padre Juan Bottasso ha escrito que“como misioneros, reconocemos nuestros límites yerrores y vislumbramos el riesgo de nuevas equivoca-ciones, pero sólo quien no se juega la vida y no hacenada, puede mantener sus manos limpias en el que-hacer de la historia”. Entonces, al recordar esto, que elser humano a veces comete errores, ¿hay algún erroro alguna equivocación que ahora, si tuviera la posi-bilidad, corregiría?

Siempre hay precipitación para llegar a conclu-siones y tal vez, en algunas de las decisiones que setomaron, no se consideró el parecer de la gente. Así,pienso que tal vez, una de esas cosas que corregiríasería tomar más en cuenta lo que la gente piensa.Pero, fundamentalmente, se ha buscado emprenderel camino junto con ellos.

Bueno, si esto es un error, entonces me parece que to-do el proceso de la misión salesiana es tratar de escu-char mejor al pueblo shuar. En tal caso, disculpe us-ted, pero según mi punto de vista, estas equivocacio-nes, digamos… forman parte del proceso.

Creo que acaba de mencionar uno de los cam-bios más importantes en la relación entre los shuarcomo pueblo, como Federación y la misión y estose dio a partir de 1975. Había un poco de depen-dencia de la Federación y el pueblo shuar respectoa la misión y, en esos años, los shuar eran conside-rados menores de edad. He tratado de repetir loque me acaba de decir.

Yo pienso que ese proceso comenzó un pocodespués, alrededor de 1985. Entonces hubo másgente que se había preparado y que se había forma-do en ambientes no necesariamente salesianos,gente que había salido a estudiar en otra parte.Además, hubo la influencia de antropólogos, degente que venía y hacía sus observaciones, les de-cían cosas. Y así los hicieron reaccionar. Hay unmotivo más: el campo político. Con el movimientoPachacutik y la entrada en la política, el distancia-miento se hizo mayor, porque pensaron que losproblemas del pueblo se solucionarían al captar elpoder de las administraciones locales. Y comenza-ron las oposiciones políticas dentro del gruposhuar, porque no todos coinciden en el mismo par-tido, en el mismo movimiento. Se juegan interesespersonales, de familia. Esa cuestión es característi-

ca del shuar, de moverse sobre la base del parentes-co y la familia; es una cosa que se ve muy clara, al-go que no han perdido.

Le formulo una pregunta que debería dirigir sobretodo al padre Juan ¿se sabe por qué salió de su traba-jo con los shuar y vino a Quito?: Pienso que hubociertas dificultades con el obispo, por lo tanto, elpadre Juan Bottasso fue enviado a trabajar afuera;trabajó en Cayambe y ahí nació Abya- Yala.

Pero esta es una obra muy importante.Muy grande, pese a que el padre Juan Bottasso

está lejos físicamente, siempre ha estado próximoal proceso, porque cuando yo estaba en Bomboi-za, de director encargado de la misión y en el pro-ceso de formación del Instituto, lo invité variasveces para que hablara a los profesores, sobre to-do, desde la perspectiva de la revalorización cultu-ral. El trabajo del padre Juan tiene mucho peso,porque publicó mucho sobre los shuar, comen-zando en Sevilla, con Mundo Shuar y luego, si-guiendo con las investigaciones del padre Siro Pe-llizzaro y de otras personas. Si no hubiera habidolas publicaciones, tampoco habría habido difu-sión del material entre nosotros, los misioneros, yeso fue parte de la reflexión.

El padre Juan Bottasso se las ingenió para buscarfondos y publicarlos. Incluso, hubo talleres para eso.

Hay otra cosa muy importante. Estuvimos hablandode los cambios en la relación de la Federación y losmisioneros, la Misión Salesiana. Por casualidad, ten-go, aquí un documento de Sucúa, de marzo de 1975.Dice así: “Somos ex alumnos y continuadores de la la-bor misionera, debe haber una relación íntima entrela Federación y la Misión como Institución”. Y añade:“Después de muchas cosas, con este análisis, con laspropuestas y sugerencias, deseamos que la misión sedeslinde de sus compromisosy se dedique a su labor es-piritual, dejando a nosotros los aspectos de promo-ción. La Federación, se cree capacitada para llevaradelante los aspectos de promoción del grupo shuar através de la organización de los centros y solicita a lamisión el asesoramiento espiritual”. Yo tengo dos pre-guntas: ¿Hay actualmente una relación íntima entrela misión y la Federación, como instituciones?

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Prácticamente, la mayoría de los misioneros vi-ve deslindado de lo que es el trabajo de Federación.Ahora, el único vínculo soy yo, que al final quedé,porque me eligieron miembro de la Comisión devigilancia. En este último año, tampoco pude man-tener mucho los contactos, por el trabajo que tengo.Pero, con todo, pienso que en el aspecto educativosiempre se ha buscado mantener cierta relación, so-bre todo para obtener, de parte del gobierno, ciertosapoyos. Ahora es mayor el distanciamiento y es nor-mal. Es normal que crezca la Federación y que ca-mine por su cuenta, aunque, a veces, quieren todo,pero sus falencias son muy graves. La misma orga-nización social, basada sobre las familias, hace quese formen centros de poderes antagónicos. Enton-ces, los proyectos de desarrollo a veces no pasan atodos, sino se quedan encerrados en grupos.

¿Sigue la Federación solicitando a la misión el aseso-ramiento espiritual?: No, dentro de la Federaciónno hay la presencia salesiana; antes había el asesorde la Federación, pero en este momento, no.

Entonces, comencemos con uno de los temas del queantes hablábamos: los misioneros salesianos han se-guido la política de ver la presencia de Dios, desde elprincipio, en todas las religiones nativas, en busca dela semilla del Verbo, y que el papel evangelizadorconsiste sólo en descubrir esta presencia que siempreha existido.

El padre Siro ha explicado el método así: en la evan-gelización se decía que Cristo hizo muchos milagrospara que todos se dieran cuenta de que era el mismoDios, que ayudó en todos los tiempos al pueblo Shuar,y que vino a corregir lo que había de equivocado yperfeccionar lo que era incompleto. El método usadoen la evangelización consiste en una serie de compa-raciones, de mitos religiosos shuar con un milagro deCristo; comparar un mito ético con una enseñanza ohecho de vida de Cristo; comparar los medios de sal-vación tradicionales con los nuevos medios y compa-rar los sacerdotes tradicionales con los nuevos profe-tas. Un poco más tarde dice que una verdadera cris-tianización debe asumir todo lo bueno enseñado porEtsa y mejorarlo aún más, y darle una nueva fuerza.Una cristianización colonizadora cuando destruyelas tradiciones míticas en lugar de valorizarlas y pu-rificarlas, lejos de mejorar al pueblo shuar, lo llevaciertamente a una mayor degeneración. Mi primerapregunta sobre esto es: ¿lo que ha escrito el padre Si-ro representa la política que han desarrollado otrosen la misión salesiana entera?

Bueno, pienso que hemos utilizado su material.Lo hemos revisado juntos. De hecho, en las celebra-ciones litúrgicas, en las comunidades shuar se usabásicamente ese material. En la celebración de laPalabra consta como parte integrante un mito, untexto del Antiguo o Nuevo Testamento y un pasajedel Evangelio. En la homilía se trata de encontrarlas relaciones y referencias mutuas que puedan ilu-

El P. SilvioBroseghini en el díade su ordenación, conel P. Juan Bottasso ySor Victoria Bozza

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minar estás lecturas y llegar a un mensaje funda-mental: el Dios que se ha manifestado a los antepa-sados es el mismo Dios de Jesucristo.

El principio teológico de fondo de la mayoría delos misioneros es un poco distinto del principioteológico de fondo de padre Siro. El principio teo-lógico que comparte la mayoría de los misionerosconcuerda con cuanto ha escrito el padre AlfredoGermani en una nota del libro “Federación Shuar,una solución original a un problema actual” (Su-cúa, Ecuador: 1976). Enfoca el problema de la in-culturación y del aporte del Evangelio de Jesucristoa la cultura shuar, en la relación religión cristiana ycultura shuar. Es un hecho que la cultura shuar haevolucionado y se abre a nuevas situaciones, por lotanto, se encuentra en la necesidad de ampliar sushorizontes sociales, culturales y también religiosos.En este contexto la evangelización puede aportarcon la apertura hacia una universalidad que permi-ta dar pasos certeros de interculturalidad, mante-niendo una identidad que permita establecer esasrelaciones en un plano de igualdad. Es en este sen-tido que la evangelización no puede prescindir delas intuiciones de los Shuar en el campo religioso yespiritual, que tiene que asumir esta experienciacomo una preparación al evangelio de Jesucristo.Teológicamente hablando, la cultura y la expresiónreligiosa de los Shuar tienen que ser vistas como fi-nalizadas a Cristo; ésta es una novedad con relacióna la posición tradicional. En esto estamos todos deacuerdo, pero nos encontramos con dificultadcuando el padre Siro afirma, que todo lo reveladopor Jesucristo ya existe en la tradición shuar: esto,teológicamente, no se puede aceptar simple y llana-mente. Hablando de la semilla del Verbo, cierta-mente que está, pero está en potencialidades e in-tuiciones en el ámbito de una experiencia humanaque busca respuestas al problema existencial de unhombre de selva. No está de una manera específicay unívoca.

Los mitos, que son, en definitiva, una interpre-tación del hombre y de su existencia en el cosmosa partir de la observación y de la experiencia decuanto acontece en la misma naturaleza, encierranen sí muchas de las expectativas del hombre, en vis-ta de una superación de su condición contingente yfinita, como puede ser la esperanza o la expectativa

de que la vida no termine con la muerte. Por ejem-plo, la experiencia del nacer, crecer y morir del mis-mo hombre, comparada y relacionada con el nacer,crecer y morir (desaparecer) de la luna, que renue-va su ciclo, abre al mismo hombre una expectativade esperanza en la renovación de la vida, en la se-guridad de que la muerte no puede terminar, defi-nitivamente, con la vida. Hay la intuición de unavida que perdura y se recupera, pero es difícil veren ella una revelación de la resurrección de Jesu-cristo. Pero sí hay un subtrato que puede permitiral hombre shuar comprender el misterio de la resu-rrección de Jesucristo y la esperanza de la resurrec-ción de los muertos, en la que nosotros, los cristia-nos, creemos. De otra manera se corre el riesgo deestirar el mito y adaptarlo a nuestras exigenciasdogmáticas. No es tan fácil encontrar las corres-pondencias entre mitos y verdades reveladas. Díga-se lo mismo en referencia al mito del nacimiento deEtsa, héroe cultural que emprende una lucha con-tra Iwia, para liberar a los Shuar de su antrofagia,que puede inscribirse en el ciclo de los mitos cos-mobiológicos que nos hablan del nacimiento virgi-nal del hijo muerto y resucitado, pero no lo pode-mos referir directamente al misterio de la encarna-ción de Cristo. Ofrece un substrato para que esaverdad del dogma de la concepción virginal de Je-sús sea comprendida por los destinatarios de laevangelización. Establecer una correspondencia esforzar los mitos a decir lo que no dicen.

Este es el punto de divergencia que tenemos conpadre Siro y que aún no logramos superar para lle-gar a un punto de encuentro y de acuerdo. Esta di-ficultad se encuentra también en el uso del térmi-no shuar para expresar conceptos relacionados conlas verdades cristianas.

Por ejemplo: si yo quiero traducir: Dios es purí-simo espíritu, encuentro una serie de dificultades.Si adopto la palabra Iwianch y traduzco: ArútamIwianchiti, corro el riesgo de crear confusión en lagente y hacer que esta entienda que “Dios es dia-blo”, todo lo contrario de los que quiero anunciar.Leyendo los textos del padre Vacas Galindo y de losprimeros misioneros salesianos (fines del sigloXIX) en que relatan las costumbres del puebloshuar, se encuentra este término y, en el contextoen que es usado, se denota que se refiere al concep-

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to de “espíritu” en general. Si bien tiene esa acep-ción de término general y neutro, vivencialmentees percibido más por su valencia negativa -espíritumalo- relacionada con las situaciones de brujería ode desgracia. La acepción positiva -espíritu bueno-que existe también, queda circunscrita a determi-nadas experiencias que, generalmente, no son muyresaltadas en el plano vivencial y existencial. El tér-mino Iwianch, fundamentalmente, define el almadel hombre (wakán) separada del cuerpo, despuésde la muerte. Se habla de las almas en algunos mi-tos o relatos, como espíritus “molestosos”, queasustan y que quieren lle-varse a los vivos y puedenhacer daño, sobre todo, alos niños. Esta acepciónnegativa ha sido incultu-rada por los misioneros dela primera hora para tra-ducir el concepto judeo-cristiano de diablo y fueasimilada, profundamen-te, por los mismos Shuar.En este contexto, no es fá-cil hacer prevalecer unaacepción que sí existe, pe-ro que queda en un se-gundo plano y necesita deun rescate positivo, cadavez que se la quiere usar.

Como puede darsecuenta, no es fácil encon-trar correspondencias fi-jas y exactas: se necesitaun proceso de desliza-miento semántico.

Bueno, acaba de contestaruna de mis preguntas:¿Cuáles son los problemas que surgen al usar esta po-lítica? ¿Es que, si se buscan demasiado las correspon-dencias exactas, se tuerce un poco la definición? Encambio, ¿qué consecuencias buenas tiene esta política?

La consecuencia buena es que no hay una sepa-ración entre el ser shuar y ser cristiano; se produceuna unidad. Es el proceso que tuvieron que hacerlos judíos en tiempos de Jesús Cristo: es el mismo

Dios de Abraham, el mismo Dios de Jacob y en es-ta confesión de fe se da, se mantiene una unidad in-terior. De otra forma se daría una dicotomía entrelo shuar y lo cristiano. ¿Y qué pasa entonces? Segúnlas conveniencias, soy shuar o soy cristiano; llego atener una doble moral, una doble consciencia; en-tonces pierdo la unidad de la persona y esto creatensiones y dificultades en las mismas personas, enlas comunidades.

Un comportamiento que se fundamenta en unadoble moral, al final trae contradicciones muygrandes. El aceptar y creer que Dios, desde el prin-

cipio, estuvo presente, esver una continuidad delDios de los padres en elDios de Jesucristo, ya queDios, en su providencia,siempre estuvo con elpueblo shuar por el hechoque le dio la fuerza de vi-vir, le dio, desde un puntode vista de la fe y no de laantropología, la sabiduríapara utilizar las cosas ybienes de la tierra, sabi-duría para organizarse so-cialmente y para ver loque es bueno y lo que esmalo, aunque principal yúnicamente dentro delámbito de la familia.

En cambio, con la fa-milia enemiga el compor-tamiento era otro y valíala ley del talión. El aportedel cristianismo, segúnmi manera de ver, es su-perar las barreras familia-res y, en nombre de una

raíz común, proyectarse a nuevas situaciones querespondan a los problemas actuales.

¿Piensa que la misión salesiana, al seguir esta políti-ca, ha cambiado la manera en que el pueblo shuarpiensa su propia cultura?

Sí, ha influido, porque se ha buscado encontrarun punto de fuerza, para recuperar el orgullo de la

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cultura que se estaba debilitando. Decirle al puebloshuar, y hacerle ver, por ejemplo, que también den-tro de sus tradiciones hay elementos que puedenser actuales, es un aporte importante. Cuando, enlas comunicaciones, se explican los mitos y tradi-ciones, ilustrando en qué fenómenos naturales losantepasados posiblemente se basaron en determi-nados mitos, y se les hace ver cierto comporta-miento de la naturaleza, de la luna, de las semillas,del cosmos, la gente cae en cuenta de que sus ante-pasados tenían sabiduría, tenían conocimientos, te-nían una interpretación de la vida y al final, querertirar todo eso, no tiene sentido. Pienso que sí, esuna revalorizaciónde la cultura.

De manera que -y si le atribuyo algunas palabras,por favor, corríjame –me parece que está diciéndo-me que las consecuencias buenas y los problemas,ambos tienen repercusión en el comportamientoshuar. Por una parte, tienen más orgullo de su pro-pia cultura, pero, con las distorsiones, hay algunascosas confundidas.

No se trata de distorsiones: diría que se trata deperplejidad. El esfuerzo de querer encontrar dema-siados paralelismos, hace que la gente, muchas ve-ces, diga: No, esto no lo podemos aceptar. Un Wis-hin hace cuatro o cinco años, se me acercó y me di-jo: “Padre, yo le pido una cosa: respete nuestra reli-gión, en el sentido de que, el shamán tiene su mun-do, pero también tiene sus intereses de prestigio”.Al final, el esfuerzo que se ha hecho da pie para que

la gente, por ejemplo, hable con tranquilidad deArutam. Lo podemos decir, y es correcto, pero ellostodavía no lo perciben en el sentido que se quiererescatar. Algunos lo aceptan y con mucha reserva,pero la gente lo percibe en la acepción negativa ydice: Dios no puede ser diablo. Hay un consensomuy grande; pero si usted dice Arutam (Dios), esEspíritu, crea una tensión. Es entonces, que fracasala comunicación. De esta manera, el esfuerzo de lainculturación, corre el peligro de desvanecerse,porque dicen: ahora nos quieren meter gato porliebre o algo así.

Después volveremos a algunos de estos ejemplos, peroahora quiero preguntarle una cosa específica. ElkeMader ha escrito un libro en el que dice que los shuardel valle del Upano siempre han sido confrontadospor otras maneras de pensar; que se han vuelto muyaptos para explicar sus creencias, más que otros gru-pos shuar y achuar. Como usted tiene mucha expe-riencia con los achuar y también con los Shuar delvalle del Upano, ¿piensa que esa autora tiene razónen esto?

La gente del valle del Upano, ya tiene un po-co más de categorías nuestras para hacernos enten-der sus pensamientos.

Entonces, ¿por eso parece que son más aptos para ex-plicar?: Porque tienen a su disposición un materialmás cercano a nosotros.

Pero eso es, digamos, una ilusión.Es más práctico para nosotros. Pero si nosotros

conociéramosa fondo el idioma, como el padre Bo-lla, por ejemplo, que capta bien su forma de pensar,la situación sería distinta. El padre Bolla, que traba-jó y trabaja con los achuar, hace muchos años tieneuna visión un poco distinta. El también habla de lassemillas del Verbo pero no hace comparaciones tanestrechas y paralelas, porque al final ve que es im-posible. Se puede dar un desarrollo, partiendo deintuiciones sobre el ser humano y su condición,dentro de una cultura, puedo encontrar su comple-mento y perfeccionamiento dentro de una visiónteológica. Esas intuiciones pueden ser asumidas einterpretadas como semillas del Verbo, porque laverdad del hombre es una sola, al final.

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Los mitos, que son, en definitiva, una in-terpretación del hombre y de su existenciaen el cosmos a partir de la observación yde la experiencia de cuanto acontece en lamisma naturaleza, encierran en sí muchasde las expectativas del hombre, en vista deuna superación de su condición contingen-te y finita, como puede ser la esperanza ola expectativa de que la vida no termine conla muerte.

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No entiendo bien. El padre Domingo Bottasso siguióun poco está misma línea del padre Bolla y hace 25años, planteó o expuso la pregunta de si se puede cris-tianizar toda la cultura; por ejemplo: ¿es posible, cris-tianizar el uso de los alucinógenos?¿ Es posible trans-formar el uso de natém y la maikiua en un sacra-mento cristiano?

Esa sería una cosa muy difícil, porque el cristia-nismo conlleva una gran interiorización de la pala-bra de Dios. El alucinógeno generalmente hace vercosas que nosotros ya tenemos dentro. Entonces, so-lamente si uno ya tiene interiorizada la palabra deDios, sólo entonces, la pudiera ver. Hay personas quehicieron experiencias de los alucinógenos y cuentanque han tomado natém y ¿qué vieron a través de esavisión del natém? “Tomé consistencia de mi voca-ción o deseo de ser catequista”. En definitiva, sintie-ron reforzada su voluntad de servir como catequis-tas y como ministros, porque vieron esto y vieron lootro. En el uso del natém y del tabaco, creo que la vi-sión depende de lo que la persona ha vivido.

Entonces, si entiendo bien, es posible, aunque difícil:sólo es posible llegar a esta etapa después de un proce-so largo de evangelización, de interiorización. Mi pre-gunta es ésta, y ojalá usted la entienda en el sentido enque la formulo. ¿Cómo puede usted responder a al-guien que sostiene que los protestantes, al decir quemuchas creencias nativas son del demonio, actual-mente están dando a los shuar y achuar un espacio se-guro para sus creencias, para separarlo totalmente delos católicos? Por supuesto, precisamente, el valorizarlas tradiciones y creencias nativas y tratar de ver lascorrespondencias con la cristiandad, actualmente tie-ne un efecto más colonizador para asimilar los pensa-mientos nativos y confundir las diferencias.

Eso puede ser verdad y, a lo mejor, nosotros co-rremos el riesgo de tener una nueva forma coloni-zadora, es decir, de alejarnos de su cultura tradicio-nal, pero, por otro lado, pienso que hay un esfuer-zo de nuestra parte para que nazca algo nuevo,donde ellos puedan ser los gestores de lo que es laiglesia intercultural. Es lo que pasó con la culturaoccidental, greco-romana y germana, que asimilólos valores cristianos y los introdujo dentro de lacultura propia y nació una cultura cristiana, tam-bién con expresiones propias de cada pueblo.

Eso es lo que nos auguramos con este esfuerzo.Tal vez sea un camino que puede pasar por un mo-mento en que, al parecer, de lo suyo no le quedaránada. Pero también puede darse que los valorescristianos puedan darles una dimensión nueva ymayores posibilidades de vivir: el ser shuar o lashuaridad, vivida en una dimensión que rebasa elgrupo familiar y se abre a una dimensión de pue-blo, que es la aspiración que tienen: conformar lanación shuar. Pero la nación shuar, si no supera losfacilismos, se vuelve un choque de intereses quepueden llevar a enfrentamientos y no a alianzas pa-ra buscar el desarrollo de la población. Al final tie-nen que buscar mecanismos que permitan superarlos obstáculos que provienen de su cultura tradi-cional. El cristianismo puede dar esa amplitud, ladimensión de la universalidad, tener valores que secomparten y que se proyectan hacia una nueva si-tuación que, al final, no está creada por nosotros,sino por las circunstancias históricas.

Volvamos a ambas cosas. Lo bueno de esta política esla valoración de la cultura; el problema es buscar lascorrespondencias precisas. Tal vez se supone que hayuna tercera manera de caminar, al valorar no lascreencias que son del demonio, sino dejarlos buscar lacorrespondencia, por ellos mismos.

Eso será un proceso que ocurrirá una vez que sehayan afirmado las instituciones y todo el bagaje.Al final, tendrán que ser ellos los que asimilen.Ahora lo asimilan, tal vez, de una forma más esco-larizada; pero una mañana puede ser que se dé elproceso de reflexión. También por eso lo que sepretende es buscar, con el seminario indígena, queya comenzó, proporcionar a la gente instrumentosde reflexión. Ese es el sueño: darles instrumentoscon los que ellos puedan sustentar un camino pro-pio de interpretación y de reflexión filosófica sobrelos mitos.

Es evidente que el padre Siro está sometido a muchosdebates, así como su obra sobre la mitología shuar.Incluso, es evidente que algunos artículos que ustedescribió hace unos 25 años también están muy fluidospor esos textos. Y, también, acaba de decirme, igualque padre Juan Bottasso, que en la introducción alprimer volumen de la mitología shuar ha escrito que,

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en este momento, Siro estaba con estos textos para 20años o más. El padre Juan Bottasso escribió que Siroestaba esperando llegar a un punto que le ayudara aver todo el conjunto, o sea, a ver todos los mitos indi-viduales como parte de una mitología orgánica. Y, ental caso, es Siro quien mejor puede responder a esto,sobre todo, según su manera de pensar, que fue elprincipio sistematizador que encontró para la mito-logía shuar.

Los cursos de misionología recibidos en la Uni-versidad Gregoriana, en Roma, sobre todo, los delpadre Goetz (la figura de la madre virgen, el hijomuerto y resucitado, el héroe, propias de la biocos-mología), han dado una clave de interpretaciónimportante. Eso permitió a Siro tener un esquemade interpretación. Así también, los tratados de his-toria de las religiones, donde en cada aspecto de losagrado se ve la fuente natural de donde el hombresacó el mito; qué experiencia humana y qué con-frontación con la naturaleza está a la base del mito.Según el padre Siro el elemento que unifica es elArutam. Pero, más que el Arutam, yo pienso que loque unifica es la experiencia desde dentro de lacomprensión shuar, es el Arutam como experienciashamánica, a través de las visiones. Hay uwishínque vieron a Tsunki, hay mujeres que vieron a Nun-kui. Las visiones son múltiples, aunque estereotipa-das. Otro aspecto que el padre Siro establece, comoprincipio unificador, es que todos los seres mitoló-gicos salieron del agua: Nunkui estaba en el agua,

Etsa nació en el río, Tsunki vive en el río. La unifi-cación y las manifestaciones de Arutam se dan cer-ca de los ríos, Arutam viene a ser, digamos así, la fi-gura conceptual que engloba todo. Es también laconclusión de Elke Mader. Arutam es un conceptounificante.

Bueno, pero este concepto de Arutam unificante esmuy diferente a lo que escribieron Harner y Karstenhace años. Para ellos, la palabra Arutam se refiereprincipalmentea lo que se ve, tomando ayahuasca omaikinua. El Arutam Wakani es el espíritu de un an-ciano, un ancestro, que entra después de la visión y lellena con el poder de hacer lo que se necesita hacer,incluso matar a sus enemigos y salir sano y salvo. En-tonces esto es bastante diferente de una esencia que semanifiesta en las distintas figuras de la mitologíashuar. Incluso, cuando Siro empezó a escribir, usóuna palabra bien rara -hipóstasis- que según el dic-cionario de la Real Academia española, es un térmi-no de teología que se refiere a una supuesta persona,refiriéndose a las tres personas de la Santísima Trini-dad. Y así, ver Arutam como una esencia que se pre-senta en las distintas personas de la mitología shuares una analogía bien exacta de la esencia de la Trini-dad, que se manifiesta en el Padre, Hijo y EspírituSanto. Entonces, ¿de dónde viene esta diferencia? ¿es-taban equivocados Harner y Karsten?

No creo que Harner y Karsten estuvieran equi-vocados. En el fondo, sobre todo Harner, recoge

“Yo pedí venir para vivir enun ambiente de pobreza y

vivir con los pobres: piensoque el haber sido enviado aEcuador, responde a eso.”

P. Silvio Broseghini

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con bastante precisión la experiencia del puebloshuar. Arutam, en una primera aproximación, sepuede clasificar dentro del término mana o, cómoespíritu de los ancestros, más que como una esen-cia, aunque de los anent de súplica se deduce queno es un ser impersonal, sino un ser personal al quese dirigen llamándolo apachiza, y no tiene ningúnrasgo mágico. Las conclusiones de padre Siro sonuna reflexión, no sólo de él, sino del grupo de mi-nistros laicos de la iglesia shuar. Arutam, más queuna esencia, es una experiencia.

Entonces aquí explica qué es Arutam. Es Dios om-nipotente, que vive en la tuna, cascada sagrada,desde toda la eternidad, llega a los shuar por mediode los ríos; por eso los Shuar lo llaman con las ple-garias y construyen cobertizos de palmera cerca delos ríos y las cascadas. Arutam es puro espírituIwianchi; por no tener cuerpo se manifiesta a losShuar de muchas maneras: No es la interpretacióncristiana de Arutam.

No es tanto una explicación de un concepto shuar:No es la cristianización de Arutam.

Entonces, hay otro detalle, que para mí fue interesan-te. En su primer comentario sobre Etsa, dice: Etsa esArutam, que sale de las aguas del río para ayudar alos shuar en la caza. Su hipóstasis puede ser el sol, elfuego, los ajíes y todos los animales diurnos, sobre to-do el colibrí, las hormigas que pican, las ardillas, losgrillos, las lagartijas. Es el Señor de los animales de laselva y la fuerza para cazarlos. Con estos mitos setransmite toda la experiencia de los cazadores, lastécnicas de caza, la vida de los animales y los peligrosde la selva. Explica a Etsa así: Arutam se manifiestacomo Etsa, el hijo de Arutam, nacido de mujer, paracrear los animales que viven sobre la tierra, civilizan-do a los hombres para que se libren de Iwia, organi-cen su hogar y lo alimenten por medio de la caza. Ental caso, ¿cómo explicaría usted la diferencia entreambos?

Aquí se quiere buscar un paralelismo con elDios cristiano. Con todo, y aparte de esto, el térmi-no Arutam es el término apropiado. Esto ya es unacatequesis, es para expresar el concepto de Dios,como lo entendemos nosotros.

Entonces, es una etapa más, es un nuevo tratamien-to de la mitología; Cristo se prefiguraba en los mitosshuar; se trata de la madre de Etsa como Guanupa,parecida a la virgen.

Esas son las estridencias que existen. Cuandohablan de Guanupa, usan el término “Tsanirtin”,que quiere decir: aquel o aquellos que están juntosy se usa para definir a los convivientes.

Al final se quiere explicar una cosa y se enreda.El concepto de un nacimiento virginal puede en-contrarse en los mitos, pero no se puede hacer unparalelismo tan estricto…

Porque es estridente. Esos son los puntos de di-vergencia con el padre Siro, puntos de discusión,porque no se puede encontrar toda la verdad de Je-sucristo en la mitología shuar, no puedes, porque,sino, corres el peligro de hacer decir al mito lo queel mito no dice.

Entonces, otra vez, por favor, rechace cualquier malainterpretación. Pero antes me decía que hay proble-mas de distorsion, y este es un ejemplo: Querer en-contrar a toda costa…

Eso significa empujar demasiado lejos la búsqueda:Ya no es la semilla; es la revelación completa.

Es el árbol entero. Antes de que terminemos, hayotros temas que quiero abordar con usted: los cam-bios de la misión, de la organización misma. Usted serefirió a algunos de éstos, así como a un cambio alprincipio, en la misión, que fue el centro de la evan-gelización y después hubo un proceso de descentrali-zación y se hizo mucho más el trabajo en las comuni-dades. ¿ve algo bueno en este procesoque ocurrió?

Decididamente sí, porque las pequeñas comuni-dades cristianas, dentro de las comunidades, sí exis-

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Lo que se pretende con el seminario indí-gena es proporcionar a la gente instrumen-tos de reflexión. Ese es el sueño: darles ins-trumentos con los que ellos puedan susten-tar un camino propio de interpretación y dereflexión filosófica sobre los mitos.

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ten. Algunas con más conciencia, y otras con menosconsciencia, pero al final constituyen un fermento.De hecho, ahora, en la misión, no se hace nada. Losque llevan todo el proceso catequístico son los quellamamos wea (responsables de comunidades).

Cada vez más se hace una reunión con ellos, serepasan un poco las celebraciones, se escuchan losproblemas de la comunidad, se buscan y proponensoluciones y se programan las visitas. La adminis-tración de sacramentos, las celebraciones, todo, yase hace en las comunidades; la misión es, más bien,una residencia misionera y lugar de reuniones. Se-ría interesante poder, por ejemplo, y eso sería algoque habría que plantearse, hacer que la misión pu-diera ser una especie de centro de debates. Un cen-tro donde, los que quieren, pueden venir y debatirsobre varios temas: política, inculturación, madu-ración de la comunidad. Durante este año hice al-gunas reuniones con los profesores, por ejemplo,sobre el uso del catecismo, porque con la ley de lalibertad educativa en el Ecuador, hay la posibilidadde enseñar formación religiosa en la escuela que es-tá a cargo de los profesores. Fue ahí donde me en-contré con mucha resistencia: por más que uno ex-plique, no logra cambiar su percepción. Más biensomos nosotros los que tenemos que estar másatentos a la percepción de ellos, para ayudarles aorientar su reflexión.

Este es el mismo proceso del que venimos hablando des-de el principio: siempre escuchar a la propia cultura.

También ha sido un cambio en el carisma de laeducación salesiana. Siempre se habló de la educa-ción de los jóvenes. Se dio un cambio al poner elcentro no sólo la educación, sino también la salud,el terreno, todos los aspectos de la vida. Ahora laeducación está en las comunidades: la salud tieneun sistema de promotores, en Sucúa hay un dis-pensario médico, que debería ser el que organiza elaspecto de salud. Mucho depende de los financia-mientos, la posibilidad de desarrollar los diversosproyectos del programa. El Ministerio asumió ladirección de la salud dentro de la Federación. Estatendría que ser la coordinadora de toda la labor desalud que hacen los promotores en las comunida-des; debería ser la que abastece de remedios. De ahídeberían salir las brigadas médicas. Depende mu-cho de la capacidad de gestión de los que están alfrente. Dígase lo mismo en el campo educativo. Laeducación ahora depende de la dirección provin-cial de Educación Bilingüe Intercultural, en Macas,y del SERBISH (Sistema Educativo Radiofónico Bi-cultural Shuar, iniciado por la misión) que es partede la dirección. Prácticamente, la misión, como di-go, se puede pensar como únicamente residenciamisionera. También hay estudios de secundaria enlas comunidades, porque el sistema educativoshuar ya comprende todo: primaria, ciclo básico ydiversificado y ¿por quéno? podemos ver en un fu-turo, una iglesia shuar, parte de la iglesia universal(católica) con expresiones litúrgicas, teológicas yministros propios.

1 James Shilts Boster es B.A. en Antropología por el Harvard College (1973), M.A. en Antropología por la

Universidad de California (Berkeley, 1976) y Ph.D. en Antropología por la misma Universidad (1981).

Actualmente es profesor del departamento de Antropología de la Universidad de Connecticut. Cuenta con varias

publicaciones y artículos relacionados con el pueblo Shuar y Aguaruna.