hoja dominical n. 3561...salmo responsorial (129) desde lo hondo a grito, señor; señor, escucha mi...

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hoja dominical Arzobispado de Tarragona www.arqtgn.cat n. 3.561 a los 4 vientos ..... Se ha escrito «los santos son incómodos». Quizá lo sean tanto como Jesús, para quienes hacen bandera del individualismo, del egocentrismo y de una vida materialista. Es posible que también sean incómodos por una idea errónea de lo que es la san�dad, que se asocia a veces a personas hurañas, que se distancian de las otras o que las miran con desdén. Una condición de san�dad es la naturalidad, comportarse de forma natural en la vida de relación con los demás. Los Hechos de los Apóstoles cuentan que los primeros cris�anos gozaban «de la simpa�a de todo el pueblo.» En su reciente exhortación apostólica Gaudete et exultate, el Papa Francisco nos advierte del peligro de una religiosidad desencarnada: «No es sano amar el silencio y rehuir el encuentro con el otro, desear el descanso y rechazar la ac�vidad, buscar la oración y menospreciar el servicio.» Al mismo �empo señala el peligro de «querer dar lecciones siempre» y el de la falta de humildad, sin la cual la san�dad es imposible y un cris�ano en vez de ser ejemplo para otros puede ser un escándalo. En uno de los úl�mos puntos de su exhortación, el Papa recoge las palabras que figuran en el epitafio escrito en la tumba de San Ignacio de Loyola: «Es divino no asustarse por las cosas grandes y a la vez estar atento a lo más pequeño.» Esta magnanimidad y a la vez cuidado de las cosas que parecen sin importancia, es una experiencia que tenemos cuando contemplamos la vida de personas santas. Estoy pensando en † Jaume Pujol Balcells Arzobispo metropolitano de Tarragona y primado 10 de junio de 2018 X Domingo del �empo ordinario DESTACAMOS... dos santos que he conocido: Juan Pablo II y Josemaría Escrivá, calificado este úl�mo por el Papa Wojtyla como «el santo de lo ordinario.» Cuando Juan Pablo II me nombró Arzobispo de Tarragona, el Papa era ya una persona en los úl�mos meses de su vida. Llamaba la atención la sencillez de quien la historia considera ya un gran Papa que reformó la Iglesia y que tuvo influencia en el mundo. En cuanto a San Josemaría, fui tes�go de cómo apreciaba los pequeños detalles de la vida corriente y de su mensaje sobre la san�dad universal. Habiendo tenido la suerte de vivir con él en su misma casa de Roma, me parece que podría aplicarle, incluso materialmente, la calificación de «santo de la puerta de al lado» de que nos habla el Papa Francisco. Que seamos conscientes de que se puede ser santo siendo ama de casa, taxista, abogado, albañil, enfermera, sacerdote, seglar, jubilado, sano o enfermo… no necesariamente haciéndose teólogo, sino viviendo con naturalidad y esfuerzo el doble mandamiento del amor. Se pueder ser santo viviendo con naturalidad y esfuerzo el doble mandamiento del amor Jornada diocesana de pastoral de la salud en Tarragona Santos en la vida cotidiana Enfoca el código QR y accede al video «A los Cuatro Vientos» El próximo sábado, día 16 de junio, el Hospital Santa Tecla de Tarragona acogerá esta Jornada diocesana organizada por la Delegación diocesana de pastoral de la salud. Dará inicio a las 9.30 h. y contará con la ponencia sobre el tema «El lugar de la familia en el proceso de la enfermedad» a cargo del director del Hospital Universitario de Sant Joan de Reus, Dr. Òscar Ros Garrigós. Más información en vuestra parroquia. ...........................................................

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Page 1: Hoja dominical n. 3561...Salmo responsorial (129) Desde lo hondo a grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. R. Del Señor viene la

hojadominicalArzobispado de Tarragona www.arqtgn.cat n. 3.561

a los 4 vientos.....

ominical

Se ha escrito «los santos son incómodos». Quizá lo sean tanto como Jesús, para quienes hacen bandera del individualismo, del egocentrismo y de una vida materialista. Es posible que también sean incómodos por una idea errónea de lo que es la san� dad, que se asocia a veces a personas hurañas, que se distancian de las otras o que las miran con desdén.

Una condición de san� dad es la naturalidad, comportarse de forma natural en la vida de relación con los demás. Los Hechos de los Apóstoles cuentan que los primeros cris� anos gozaban «de la simpa� a de todo el pueblo.»

En su reciente exhortación apostólica Gaudete et exultate, el Papa Francisco nos advierte del peligro de una religiosidad desencarnada: «No es sano amar el silencio y rehuir el encuentro con el otro, desear el descanso y rechazar la ac� vidad, buscar la oración y menospreciar el servicio.»

Al mismo � empo señala el peligro de «querer dar lecciones siempre» y el de la falta de humildad, sin la cual la san� dad es imposible y un cris� ano en vez de ser ejemplo para otros puede ser un escándalo.

En uno de los úl� mos puntos de su exhortación, el Papa recoge las palabras que fi guran en el epitafi o escrito en la tumba de San Ignacio de Loyola: «Es divino no asustarse por las cosas grandes y a la vez estar atento a lo más pequeño.»

Esta magnanimidad y a la vez cuidado de las cosas que parecen sin importancia, es una experiencia que tenemos cuando contemplamos la vida de personas santas. Estoy pensando en

† Jaume Pujol BalcellsArzobispo metropolitano de Tarragona y primado

10 de junio de 2018 X Domingo del � empo ordinario

DESTACAMOS...

dos santos que he conocido: Juan Pablo II y Josemaría Escrivá, califi cado este úl� mo por el Papa Wojtyla como «el santo de lo ordinario.»

Cuando Juan Pablo II me nombró Arzobispo de Tarragona, el Papa era ya una persona en los úl� mos meses de su vida. Llamaba la atención la sencillez de quien la historia considera ya un gran Papa que reformó la Iglesia y que tuvo infl uencia en el mundo. En cuanto a San Josemaría, fui tes� go de cómo apreciaba los pequeños detalles de la vida corriente y de su mensaje sobre la san� dad universal. Habiendo tenido la suerte de vivir con él en su misma casa de Roma, me parece que podría aplicarle, incluso materialmente, la califi cación de «santo de la puerta de al lado» de que nos habla el Papa Francisco.

Que seamos conscientes de que se puede ser santo siendo ama de casa, taxista, abogado, albañil, enfermera, sacerdote, seglar, jubilado, sano o enfermo… no necesariamente haciéndose teólogo, sino viviendo con naturalidad y esfuerzo el doble mandamiento del amor.

Se pueder ser santo viviendo con naturalidad y esfuerzo el doble mandamiento del amor‘

Jornada diocesana de pastoral de la salud en Tarragona

Santos en la vida cotidiana

Enfoca el código QRy accede al video «A los Cuatro Vientos»

El próximo sábado, día 16 de junio, el Hospital Santa Tecla de Tarragona acogerá esta Jornada diocesana organizada por la Delegación diocesana de pastoral de la salud. Dará inicio a las 9.30 h. y contará con la ponencia sobre el tema «El lugar de la familia en el proceso de la enfermedad» a cargo del director del Hospital Universitario de Sant Joan de Reus, Dr. Òscar Ros Garrigós. Más información en vuestra parroquia.

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Page 2: Hoja dominical n. 3561...Salmo responsorial (129) Desde lo hondo a grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. R. Del Señor viene la

Edita: Arzobispado de Tarragona · Redacción y administración: Pla de Palau, 2 - 43003 Tarragona Directora: Anna Robert · Consejo de redacción: Mn. Joaquim Fortuny, Mn. Francisco Giménez y San� Grimau Secretaria: Montse Sabaté ·Teléfono: 977 233 412 · Web: www.arqtgn.cat · E-mail: [email protected] Imprime: Torrell S.A. · D.L.: T-519-01

Ciclo B / Liturgia de las Horas: Semana II

Domingo, 10: X Domingo del � empo ordinario [Gén 3, 9-15; Salmo 129, 1-2.3-4.5bc-7a.7bc-8; 2Cor 4, 13-5, 1; Mc 3,20-35 (LE/LH propias)]

Lunes, 11: San Bernabé, apóstol (MO) [Hch 11, 21b-26; 13, 1-3; Salmo 97, 1.2-3ab.3cd-4.5-6; Mt 5, 1-12]

Martes, 12: Santa María Rosa Molas, virgen. En Reus, ciudad (MO), en el resto de la archidiócesis (ML) [1Re 17, 7-16; Salmo 4, 2-3.4-5.7-8; Mt 5, 13-16]

Miércoles, 13: San Antonio de Padua, presbítero y doctor de la Iglesia (MO) [1Re 18,20-39; Salmo 15, 1-2.4.5 y 8.11; Mt 5, 17-19]

Jueves, 14: [1Re 18, 41-46; Salmo 64, 10 abcd.10e-11.12-13; Mt 5, 20-26]

Viernes, 15: [1Re 19, 9a.11-16; Salmo 26, 7-8a.8b-9abc.13-14; Mt 5, 27-32] Santa María Micaela del Santí simo Sacramento (ML)

Sábado, 16: [1Re 19, 19-21; Salmo 15, 1-2 y 5.7-8.9-10; Mt 5, 33-37]

Domingo, 17: XI Domingo del � empo ordinario [Ez 17, 22-24; Salmo 91, 2-3.13-14.15-16; 2Cor 5, 6-10; Mc 4, 26, 34 (LE/LH propias)]

LecturasX Domingo del tiempo ordinario

Lectura del libro del Génesis (3,9-15)

Cuando Adán comió del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo: «¿Dónde estás?». Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí». El Señor Dios le repli-có: «¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del ár-bol del que te prohibí comer?». Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí». El Señor Dios dijo a la mujer: «¿Qué has hecho?». La mujer respon-dió: «La serpiente me sedujo y comí». El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, maldita tú entre todo el ganado y todas las fi eras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; pongo hos� lidad en-tre � y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón».

Salmo responsorial (129)

Desde lo hondo a � grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.

R. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resis� r?Pero de � procede el perdón, y así infundes temor. R.

Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el cen� nela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el cen� nela la aurora. R.

Porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israelde todos sus delitos. R.

Liturgia de la semana

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corin� os (2Cor 4, 13-5, 1)

Hermanos: Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros cree-mos y por eso hablamos, sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará con vosotros ante él. Pues todo esto es para vuestro bien, a fi n de que cuantos más reciban la gra-cia, mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios. Por eso, no nos acobard-amos, sino que, aun cuando nuestro hombre exterior se vaya desmoronan-do, nuestro hombre interior se va reno-vando día a día. Pues la leve tribulación presente nos proporciona una inmensa e incalculable carga de gloria, ya que no nos fi jamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve; en efecto, lo que se ve es transitorio; lo que no se ve es eter-no. Porque sabemos que, si se destruye esta nuestra morada terrena, tenemos un sólido edifi cio que viene de Dios, una morada que no ha sido construida por manos humanas, es eterna y está en los cielos.

Lectura del santo Evangelio según san Marcos (3, 20-35)

En aquel � empo, Jesús llegó a casa con sus discípulos y de nuevo se juntó tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevár-selo. Porque se decía que estaba fuera de sí. Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios». Él los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas: «¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido interna-mente no puede subsis� r; una familia dividida no puede subsis� r. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsis� r, está per-dido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces

podrá arramblar con la casa. En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blas-femia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá per-dón jamás, cargará con su pecado para siempre». Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo. Llegan su madre y sus hermanos y, des-de fuera, lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dice: «Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan». Él les pregunta: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?». Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice: «Es-tos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».