historias de miedo para campamentos
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Historias cortas de terror.TRANSCRIPT
HISTORIAS DE MIEDO
PARA CAMPAMENTOS
La leyenda de la Autoestopista Fantasma
La carretera principal que va de Baltimore a Nueva York al llegar al
kilómetro 12 se cruza con una importante autopista. Se trata de un cruce muy peligroso, y en muchas ocasiones se ha hablado de
construir un paso subterráneo para evitar accidentes, aunque todavía
no se ha hecho nada. Un sábado por la noche, el doctor Eckersall regresaba a su casa después de asistir a una sala de fiestas. Al llegar al
cruce redujo la velocidad y se sorprendió al ver a una deliciosa
jovencita, vestida con un traje largo de fiesta y haciendo auto-stop. Frenó de golpe y le hizo una señal para que subiera a la parte trasera
de su descapotable. - El asiento de delante está lleno de palos de golf
y de paquetes -se disculpó. Y a continuación le preguntó: - Pero, ¿qué está haciendo una chica tan joven como tú sola a estas horas de la
noche? - La historia es demasiado larga para contarla ahora -dijo la
chica. Su voz era dulce y a la vez aguda, como el tintinear de los cascabeles de un trineo. - Por favor, lléveme a casa. Se lo explicaré
todo allí. La dirección es North Charles Street, número XX. Espero
que no esté muy lejos de su camino. El doctor refunfuñó y puso el coche en marcha. Cuando se estaba acercando a la dirección que le
indicó ella, una casa con las contraventanas cerradas, le dijo: - Ya
hemos llegado. Entonces se giró y vio que el asiento de atrás estaba vacío. - ¿¡Qué demonios...!? -murmuró para sí el doctor. La chica no
se podía haber caído del coche, ni mucho menos haberse desvanecido.
Llamó repetidas veces al timbre de la casa, confuso como no lo había estado en toda su vida. Después de un largo tiempo de espera, la
puerta se abrió y apareció un hombre de pelo gris y aspecto cansado
que lo miró fijamente. - No sé como decirle qué cosa más sorprendente acaba de suceder -empezó a decir el doctor-, una chica
joven me dio esta dirección hace un momento. La traje en coche hasta
aquí y... - Sí, sí, lo sé -dijo el hombre con aire de cansancio-, esto mismo ha pasado otras veces, todos los sábados por la noche de este
mes. Esa chica, señor, era mi hija. Murió hace dos años en un
accidente de automóvil en ese mismo cruce donde usted la encontró...
La leyenda de la luz
Se cuenta la historia de una joven universitaria que acudió de
madrugada a su habitación para llevarse algunas de sus cosas antes de volver a marcharse y pasar la noche junto a su novio. Ella entró pero
no encendió la luz ya que su compañera estaba durmiendo. Anduvo
varios minutos por el cuarto a oscuras buscando algo de ropa y algunos libros, finalmente salió.
Al día siguiente de regreso se encontró a la policía. Le preguntaron si ella vivía allí y contestó que sí, le dejaron pasar y se encuentra en la
pared escrita con sangre estas palabras "Suerte que no encendiste la luz". Su compañera había sido asesinada la noche anterior estando ella
en la habitación.
Esta historia cuenta con muchas variantes y se conoce desde hace más
de 40 años en EE.UU. El tema es repetitivo y recurrente en colegios y universidades y pretende alertar a los adolescentes de ciertos peligros
mundanos que pueden sucederles cuando se apartan de sus
obligaciones o infringen ciertas normas. Así, unas veces la protagonista se marcha a dormir con su novio (infringe una norma
moral) o a una fiesta cuando al día siguiente tiene un examen (no
atiende a sus obligaciones).
La leyenda de la discoteca Androides
En los años ochenta, la discoteca Androides era una de las más
conocidas de la ciudad. Estaba situada en la Calle Alfares muy cerca de un cruce de calles denominado popularmente Cuatro Caminos.
Muchos son los hechos extraños que se contaron acerca de ese local.
Algunos hablaban de vasos que se estallaban sin nadie tocarlos. Una joven describió perfectamente como de los baldosines de las paredes
del cuarto de baño brotaban chorros de sangre. Alguien contó que
durante un apagón durante una nochevieja un frió intenso recorrió todo el local e hizo que las copas se congelaran en las manos de la
gente en cuestión de segundos.
De todas maneras la historia más extraña y terrorífica de la que
tenemos noticias, y que según muchos fue la causa de su cierre, fue la historia que narramos a continuación con nombres supuestos ya que
los protagonistas son una familia muy conocida en la ciudad: La
noche de un sábado cualquiera de invierno Pablo conducía su moto hacia la discoteca Androides. Aquella noche, sus amigos no habían
regresado de Madrid, pues estaban allí estudiando, pero Pablo decidió
tomar una copa con la esperanza de encontrar otra alma solitaria con quien hablar. De repente, cuando enfilaba la calle Alfares, un fuerte
aguacero comenzó a caer sobre la ciudad. Gracias a Dios, Pablo
estaba muy cerca de la discoteca, así que aparcó su moto en un callejón cercano llamado Cerrillo de San Roque y bajo una cornisa,
comenzó a atar con su cadena, los radios de la moto al poste de una
señal de tráfico. De repente un escalofrío rozó su nuca y miró atrás. La sombra de una joven de unos dieciséis años, vestida con una leve
blusa de seda y una falda también de tela muy ligera estaba
observándole. La chica estaba totalmente calada. El agua caía de su pelo rubio y lacio sobre sus hombros, y el color de rimel de sus ojos
formaba un reguero de lágrimas negras sobre su cara. Pablo, se puso
en pie y viendo que la chica temblaba, se quitó su chaqueta motera de cuero y se la echó encima. Pablo le sugirió llevarla a su casa pero ella
se negó, así que le invitó a entrar a la discoteca y tomar una copa. La
cara de la muchacha era pálida y triste, pero esgrimió una leve sonrisa y entró junto con el chico al local. Allí conversaron durante horas y
casi a las cinco de la mañana, Pablo cogió su moto y la llevó hasta su
domicilio. Una pequeña casa baja, en la calle de la Luna. Allí en la
puerta, la muchacha cuyo nombre no había preguntado le dio un pequeño beso en la mejilla y le entregó una fotografía de carnet.
Al día siguiente, Pablo, muy ilusionado por tener una nueva amiga
que además le gustaba como no le había gustado otra mujer en su vida, se encaminó hacia la casa de la muchacha. Tras varios golpes.
Una mujer de unos cincuenta y muchos años abrió la puerta. -¿Está su
hija? - Preguntó Pablo. - No haga usted bromas, joven - Contestó la mujer - Mi hija murió hace tres años en un accidente de moto.- Pablo
no daba crédito a lo que oía. La foto que había colocado bajo su
almohada coincidía con la hija de aquella triste señora. Pablo no se resignaba y creía que todo era una macabra broma. Tan empeñado
estaba Pablo en su afirmación que la mujer le acompañó hasta el
cementerio. Allí sobre una tumba con el nombre de su amada estaba colocada la chaqueta que la noche anterior le había prestado. Ahora
Pablo continúa en tratamiento psiquiátrico. Tras conocerse la historia
que incluso salió publicada en la prensa local, la discoteca Androides cerró.
La joven fantasma dicen que hoy sigue vagando por la zona y a
veces, las noches de lluvia algunos
motoristas al parar en el semáforo de Cuatro Caminos creen ver a
una joven vestida de seda que
calada hasta los huesos se esconde entre los bancos y los árboles de la
plaza de Zamora
.
La leyenda del Novio Decapitado
Como no se si sabrán en Ciempozuelos hay un famoso manicomio al
cual van a parar individuos de todas partes de España con todo tipo de
problemas mentales, algunos de ellos son realmente peligrosos. Un sábado por la tarde corría por el pueblo el rumor de que se había
escapado del manicomio un "loco" de los más trastornados y
peligrosos. Esa misma noche una pareja de enamorados de un pueblo vecino y a punto de casarse, se disponía a volver a casa después de
una noche de juerga. A un par de kilómetros de su casa el coche se les
queda sin gasolina y se detiene en el arcén de la carretera. Después de estar un tiempo esperando a que alguien les pudiese socorrer sin
fortuna, el novio decide acercarse a por una lata de gasolina ya que la
gasolinera estaba cerca, quedándose la novia al cuidado del coche. Habían pasado ya 2 horas, el novio aun no había regresado y estaba
ya muy nerviosa cuando de repente comienza a escuchar unos sonidos
fuertes, secos y entrecortados en el techo del coche, como si lo estuvieses aporreando. Aterrorizada decide salir corriendo del coche y
cuando esta un tanto alejada gira la cabeza y observa que sobre el coche hay una persona dando golpes sobre el techo con una cabeza
humana. (La de su novio) A partir de esa noche la chica cayó en una
profunda crisis nerviosa que no superó y fue internada en el manicomio, donde aun permanece. Esa misma noche, un par de horas
más tarde, la Guardia civil de Ciempozuelos detuvo al "loco" que se
había escapado con las manos y la ropa completamente empapada en sangre...
La leyenda del último adiós
Toda mi historia ocurrió en el año 1991. Por aquel entonces tenía 20
años para cumplir 21. Mi abuela. que vivía con nosotros, se rompió la
cadera al caerse de una silla, tenía 91 años, por lo que los médicos dijeron que no se la podía operar y quedó recluida a pasar lo que le
quedaba de vida en la cama. Fue un mes nada más pero fue horrible
ver como se iba debilitando hasta que dejó de comer. En una de las conversaciones que tuvimos, cuando aún hablaba, me dijo que se
estaba muriendo, a lo que yo contesté: "Aún te queda mucho tiempo
por estar con nosotros y además tienes que estar en mi cumpleaños (el 15 de Marzo)", "Dios te oiga, me contestó". A primeros de Marzo
estaba en mi habitación con mi sobrina cuando me vino a la cabeza el
pensamiento de que mi abuela se estaba muriendo, no hice caso creyendo que era una tontería. En ese momento entró un amigo a ver
a mi abuela y empezó a llamarnos diciendo que estaba agonizando, si
no llega a ser por él, ni siquiera habríamos estado en el momento de su partida.
Esa noche no pude dormir. La puerta de la habitación estaba abierta, y
de pronto vi que venía mi abuela por el pasillo, empecé a gritar como una loca. Mi padre se levantó enseguida y encendió las luces, me
agarraba diciendo que no pasaba nada, pero yo veía a mi abuela a su
lado, la cual se acercó a mi y me dijo: "Tranquila hija que no te voy a hacer nada, solamente vengo a despedirme". Me dio un beso y se
marchó otra vez por el pasillo. Aunque no volví a verla, por toda la
casa seguí notando su presencia y oyendo los lamentos de cuando estaba enferma hasta el día de mi cumpleaños. Ese día fue el último
en que la sentí. Cuando me ocurrió todo esto casi caigo en una
depresión, pues tenía sentimientos contradictorios, ya que quería mucho a mi abuela, sin embargo la rechacé cuando vino a despedirse
de mí y sentía pánico cada vez que notaba su presencia u oía su voz.
Logré superarlo gracias a una compañera del trabajo que conoce todos estos fenómenos y que me hizo comprender que mi abuela entendía el
terror que yo sentía.
La leyenda del extraño crimen
Hasta no hace mucho tiempo, justo antes de construir la Avenida de la Real Fábrica de Sedas o Ronda Sur de Talavera, existían las ruinas de
un viejo caserón en la zona de Entretorres. Este caserón fue utilizado
durante la posguerra y hasta bien entrados los años cincuenta como prostíbulo. La casa era regida por un hombre llamado Carlos el cual
iba siempre vestido de blanco. Llevaba un sombrero de ala ancha y
corbatas de lo más extravagantes. A pesar de que todo el mundo conocía la dedicación de ese lugar, Carlos era un hombre bien
acogido por la sociedad, y sus negocios si bien no estaban bien vistos,
se toleraban por parte de las autoridades.
Al parecer una noche de 1951, una de las prostitutas que ejercían su labor en la casa apareció muerta en su cama con una puñalada en el
vientre. La policía y la Guardia Civil, después de realizar sus
investigaciones concluyeron en que se trataba de un hecho muy extraño. Nadie oyó los gritos de la mujer mientras era asesinada. En
sus manos había heridas producidas por la hoja de un cuchillo y todo
aparentaba como si hubiera sido ella misma la que se lo hubiera clavado. Los análisis forenses determinaron un suicidio y algo más: la
prostituta estaba embarazada. Dos años después todo parecía haberse
olvidado, aunque la habitación donde murió la joven no volvió a ser
utilizada. Carlos, el amo del local, mandó cerrar con llave la
habitación y nadie entró allí durante varios meses.
En verano de 1953, una mujer de unos 30 años llegó al prostíbulo.
Como aquella noche de mercado, todo estaba lleno, Carlos no tuvo más remedio que alojarla en la habitación de la pobre prostituta
muerta dos años antes. Cuando abrieron la puerta la sorpresa y el
pánico aterrorizaron a ambas personas. En las paredes alguien había dibujado caras con terribles lamentos, también había cruces y
animales como lechuzas, gatos y ratones. Carlos alojó a la nueva
mujer junto con una compañera y a la mañana siguiente mandó pintar el cuarto. Sin embargo y a pesar de su esfuerzo, las caras de lamento
volvían a aparecer una y otra vez en la pared. Carlos empapeló el
cuarto, pero una súbita humedad hacía que los lienzos se cayeran y brotaran de nuevo las terribles imágenes. La voz se empezó a correr
por la ciudad y un mal día Carlos tuvo que cerrar su negocio y se
marchó de Talavera. Desde entonces la casa permaneció en ruinas hasta aproximadamente 1994 en la que fue derrumbada para hacer
una avenida. Existe una película en super8 en la que se reflejan las
horribles caras de pena que se suponen son de aquella mujer que se clavó un puñal desesperada por algo que nunca sabremos realmente...
La leyenda de Madame V
El siguiente suceso fue recogido y estudiado por el gran
parapsicólogo francés Robert Tocquet, profesor de la Escuela de
Antropología y miembro del Consejo Directivo del Instituto Metapsíquico Internacional de París. En el cual el fantasma fue,
además, fotografiado dos veces. El principal testigo de este caso fue
una señora, quien confió sus notas escritas a Robert Tocquet, rogándole que no revelase su nombre, a medida que se desarrollaban
los hechos. Por sugerencia de Tocquet, "Madame V." trató de hacer
algunas atrevidas experiencias en un gran caserón del siglo XVII, Le Prieuré (El Priorato), donde tuvieron lugar los hechos. Allí,
efectivamente, había residido una comunidad de frailes, que fue
disuelta durante la Revolución Francesa, y su prior fue torturado y muerto. "Madame V." quiso pasar una temporada de descanso en el
lugar arriba mencionado, le Prieuré. El día 6 de julio de 1955 se alojó
allí con sus dos hijos, de veinte y treinta años, cuyos nombres respectivos eran Jean y Gaston. A los cuatro días de estar instalados
allí, el fantasma de un monje encapuchado y sin manos se apareció a la señora en su habitación, que había sido, en tiempos pasados la
habitación del prior. "Madame V." relató su experiencia: Aquella
noche del 10 de julio, vi por primera vez vagar por mi habitación una sombra oscura, formada por una niebla opaca, detrás de la cual
parecía haber una luz. Aquella sombra, de forma humana, llevaba una
larga vestimenta, un manteo, y parecía tener la cabeza cubierta por una capucha.
La sombra avanzó lentamente hacia mí. Presa de espanto, me senté en la cama, con la espalda contra la pared y la garganta seca. Estaba
helada pero al mismo tiempo sudaba. Quise levantarme, gritar, pero ningún sonido salía de mi boca: un terror indescriptible me mantenía
clavada allí. La sombra avanzó hasta situarse ante la chimenea,
entonces se arrodilló y yo sentí el golpe de sus rodillas contra el pavimento. Se prosternó tres veces, con las mangas juntas, en un
gesto de súplica. Después de permanecer mucho tiempo arrodillada,
se prosternó de nuevo tres veces más, se alzó poco a poco y se encaminó hacia la puerta de una pequeña habitación que se encuentra
al lado de una alcoba. Pocos segundos después noté como la caída de
un cuerpo a tierra, dentro de la pequeña habitación. La pobre señora pasó el resto de la noche despierta, mientras su corazón latía
desordenadamente. La luz del día, por fin, entró en la habitación y la
señora se levantó para ir al jardín, donde lucía un sol radiante.
Pasaron unas cuantas semanas sin que nada sucediera. "Madame V.", interiormente, deseaba el retorno de la aparición, porque lamentaba no
haber trabado conversación con ella. Este deseo, no formulado, no
tardó en cumplirse. Una tarde, cuando ya se había acostado, la puerta de la habitación se abrió lentamente y el espectro del viejo monje
entró. Traía consigo un fuerte olor a moho, a tumba. Muy espantada,
la señora vio que la aparición lloraba; sus espaldas se sacudían como si sollozase, y por tres veces, dio golpes en el suelo con la cabeza.
Cada vez, una voz extraña, indescriptible, que parecía venir de lejos,
decía: "Dios mío, misericordia, tened piedad de mí; tened piedad, Dios mío, perdonadme, Jesús."
Se inició entonces un extraordinario diálogo entre la señora y la
aparición: ésta comenzó por recriminarla por alojarse en un lugar que pertenecía a los religiosos; después le hizo una serie de profecías.
Dijo que el globo terrestre estallaría por la locura de los hombres;
Europa, Asia y África se sumergirían y no quedaría emergida más que la parte sur de América. Luego el fantasma habló de un cautivo al que
había dejado morir en un calabozo; en otras entrevistas con la señora,
le habló de una imagen de la Virgen que estaba rota y enterrada en un
lugar del jardín -donde, efectivamente, fue encontrada- y dijo que a él
lo habían matado los revolucionarios, que le cortaron las manos y lo emparedaron. Rogó que rezasen por él. Los hijos de "Madame V."
terminaron dándose cuenta de que a su madre le pasaba algo:
adelgazaba, estaba pálida y mostraba un gran desasosiego. Aconsejada por Tocquet, la señora habló finalmente de la aparición a
sus hijos, que de momento no le creyeron... hasta que Jean, el
pequeño, también lo vio, cosa que le trastornó de sobremanera. Tocquet les dijo entonces que trataran de fotografiar al fantasma y, si
les fuese posible, lo tocaran. Ambas cosas se realizaron: el fantasma
fue fotografiado dos veces por Jean el 26 de octubre de 1959, y a finales de noviembre, la señora se tropezó con el monje espectral en
un relleno de la escalera y, sin pensarlo dos veces, toda ella en
tensión, le puso la mano a la altura de la cintura, aunque eso si, con los ojos cerrados. Inmediatamente sintió un violento golpe en el
mismo lugar de su propio cuerpo, y después un frío glacial, que casi la
ahogaba, mientras la forma se disgregaba ante ella y ante Jean, que había asistido a la escena desde el pie de la escalera. Casi
inmediatamente las manos de la señora se hincharon y notó un dolor
intenso, como de quemaduras producidas por el frío. La hinchazón y las pequeñas quemaduras duraron muy bien un par de meses y
tuvieron ocasión de ser examinadas por Robert Tocquet. "El fantasma
estaba formado por una especie de vapor glacial, ligeramente viscoso. Por debajo no había nada; ningún esqueleto, que era lo que yo
pensaba encontrar", explicó la señora al parapsicólogo.
La leyenda de las monedas de oro
Esta es una leyenda de terror típica de Córdoba que se escucha en
todas las zonas de la ciudad. La historia trata sobre una antigua casa
del centro de la ciudad que se dice está encantada y cuenta que en ella hace mucho tiempo vivía una familia acomodada que tenía una hija
pequeña y varias criadas a su servicio.
Una noche mientras la niña dormía escuchó unos ruidos en el pasillo,
abrió lentamente la puerta de su cuarto para mirar el pasillo que comunicaba los cuartos, enormemente largo y oscuro, lleno de
cuadros y enlosado.
Al final del pasillo la niña vio lo que parecía un niño de su edad levantando una de las losetas y metiendo algo dentro de un hueco en
el suelo. La niña no podía creerlo, lo que vio relucir en la mano del
muchacho al pasar por la tenue luz que entraba por la ventana eran monedas de oro.
Cuando el niño se fue, salió y se dirigió hacia allí; entonces apareció una de las criadas con una vela enorme que también había visto lo que
había pasado y quería sacar partido.
Decidieron que no dirían nada a nadie, todas las noches se acercarían y con la ayuda de la luz de la vela levantarían la loseta y sacarían las
monedas hasta acabarlas. Todas las noches la niña, que por su tamaño
cabía dentro, se metía en el hueco bajo la loseta e iba dando monedas a la criada, quien las iba guardando en un enorme saco. Las noches
pasaban y aquel tesoro parecía no acabarse nunca. Cada noche que
pasaba la vela iba consumiéndose más y más, pero las monedas seguían saliendo a pares y no querían dejarse ninguna.
Una noche en medio de su labor la vela comenzó a parpadear haciendo amagos de apagarse, la criada le dijo a la niña que saliera
del hueco, que ya tenían dinero de sobra. La niña le hizo caso y abandonó el escondrijo, pero en el último momento una moneda cayó
del saco al hueco y, en un acto de avaricia y sin pensárselo siquiera, la
muchacha se metió de nuevo en el hueco. La criada intentó agarrarla pero no pudo, mientras le gritaba que por favor saliera de allí y dejara
la moneda, pero en medio de ese griterío la vela terminó de apagarse.
En el momento justo en que el último rayo de luz salió de la vela la loseta se cerró ante los ojos de la criada dejando a la niña dentro.
La criada decidió no decir nada a nadie, los padres dieron a la niña
por desaparecida y el tema se fue olvidando con el tiempo. Pero aún en la actualidad dentro de esa casa se siguen oyendo por las noches
los gritos de auxilio de la niña que repiten noche tras noche en el
pasillo \"Por favor...socorro...sacadme de aquí...\". Incluso la policía ha acudido multitud de veces ante la llamada de los vecinos que oían
voces pidiendo ayuda, pero al llegar al viejo caserón lo único que
siempre han encontrado es una vela vieja y consumida puesta justo en el centro de una loseta...
La leyenda de la historia de Verónica
Tal vez esta sea la leyenda urbana más reciente. Vanessa, es una
joven de Gijón que estudia Terapia ocupacional en la Universidad de
Talavera. Junto con otras dos chicas alquiló un piso en la calle de los Templarios para que los gastos fueran menores.
Durante el segundo curso, Vanessa suspendió dos asignaturas y sus padres le enviaron el mes de agosto para estudiar. Una noche de
verano en la que estaba sola, cuatro golpes secos sonaron a su puerta. Vanessa creyó que se trataba de algún amigo con el que salir a
tomarse una copa, pero se trataba de una niña de alrededor de siete
años.
La niña, de hermosos tirabuzones rubios y grandes ojos castaños miró a Vanessa y le dijo que se había perdido. Vanessa le dejó entrar, le
preparó un vaso de leche y le dijo que iban a ir a la policía. Verónica le rogó que no lo hiciera esa noche pues tenía mucho sueño y quería
dormir. Vanessa accedió y le preparó la cama. Por la mañana
temprano cuando Vanessa iba a llevarla a la policía, entró en el cuarto y vio que la niña, llamada Verónica, no estaba.
Un año después en idéntica situación, la niña volvió a aparecer. Parecía que no había crecido nada. De nuevo Vanessa le preparó la
cena y le dejó dormir pero al día siguiente Verónica volvió a desaparecer sin dejar rastro. Vanessa fue a la policía y dio todos los
datos de la chiquilla pero no se habían producido denuncias ni nadie
había reclamado una desaparición. Tras dar muchas vueltas, Vanessa llegó al Hospital de San Prudencio. Un hospicio para niños y niñas
huérfanos. Allí la madre Sonsoles, le explicó que no tenían ninguna
niña de esas características. Justo cuando se disponía a salir Vanessa del lugar, otra monja llegó con un calendario de dos cursos atrás. Allí
estaba la foto de Verónica, tal y como Vanessa le había visto. - Sí ¡es
ella! - gritó. Las dos monjas se miraron extrañadas - Verónica murió hace dos años.
Aquella noche, cuatro golpes secos sonaron en la puerta de Vanessa. La muchacha observó por la mirilla de la puerta. Allí estaba de nuevo
Verónica, con los brazos cruzados y cara de enfadada. - Has tardado mucho en abrirme, tengo hambre y sueño - Dijo la niña. Vanessa
aterrada preparó todo como lo había hecho habitualmente. Cuando
acostó a Verónica no pudo soportar el terror y entró despacio a su
habitación. La niña estaba totalmente arropada. Vanessa retiró la
sábana y bajo ella, como un suspiró pareció desvanecerse un
cuerpecito en una nube. Sobre la almohada, con letra infantil y varias faltas había una nota "Gracias por la leche y los dulces, ahora tengo
que irme a llevar al infierno a las otras tres chicas que no me dejaron
entrar a sus casas."
La leyenda de la habitación de arriba
Esta es una historia que le ocurrió a un amigo mío, o tal vez al primo
de mi amigo, o al primo del primo de mi amigo... ¡en fin, lo cierto es
que ésto es completamente cierto!
Todo ocurrió durante una fría noche de invierno, cuando Christen Myers, una universitaria de 19 años de edad, tuvo hacer las veces de
canguro para conseguir algo de dinero. La joven debía hacerse cargo
de los hijos de un matrimonio que vivía dos manzanas más abajo de su casa. Se trataba de dos niños, uno de 4 años y el otro de 14 meses,
que apenas le causarían molestias. Al dar las diez de la noche,
Christen acudió al domicilio del matrimonio donde pasaría la peor noche de toda su vida... Era una casa enorme, tenía dos pisos y una
buhardilla de esas antiguas que parecía haber salido de una película de terror. Arriba se encontraba la habitación de los niños y la de la pareja
y en la parte de abajo había un gran salón donde la joven aprovecharía
para seguir con sus estudios mientras estaba pendiente de las necesidades de los críos.
A las diez y media les puso el pijama y los subió a la habitación en la que dormían rodeados de unos grandes muñecos de peluche que
parecían tener vida propia. El tiempo comenzó a pasar lentamente y por fin llegó la media noche. El cielo estaba completamente oscuro y
una fina lluvia comenzó a golpear los cristales de la casa. Minutos
más tarde, empezó a empeorar el tiempo, y lo que en un principio era una inofensiva lluvia de cuatro gotas de agua, llegó a convertirse en
una de las más aterradoras tormentas de los últimos tiempos. Debido a
una subida de tensión en los conductos de corriente, las luces del salón se fundieron una por una y la joven comenzó a notar como el
miedo recorría su cuerpo de pies a cabeza. De pronto comenzó a sonar
el teléfono y la muchacha corrió a cogerlo pensando que se trataría del matrimonio. Pero no fue así, al otro lado del teléfono podían
escucharse los gemidos de un hombre que parecía querer asustarla.
Era una voz profunda y tétrica, realmente aterradora La joven apenas podía entender lo que aquel hombre decía, era casi imposible
descifrarlo El miedo la envolvía cada vez más y la voz de ese
personaje se hacía más aterradora. La casa estaba completamente congelada, hacía un frío espantoso, pero... ¿de donde procedía? Era
como si alguien se hubiese dejado una ventana abierta, pero ella ya se
había asegurado de cerrarlas todas antes de acostar a los niños.
El teléfono comenzó a sonar de nuevo; en ese mismo instante los
críos comenzaron a gritar de una forma agonizante. Christen recordó que podía utilizar el localizador de llamadas para poder saber de
donde procedían las llamadas y de quien era la misteriosa voz que la
acosaba. Descolgó el teléfono, pulsó la tecla de localización y esperó durante unos cuantos segundos. Un 'bip' fue el decisivo para desvelar
el misterio, pero no hizo que el miedo desapareciese, ¡sino todo lo
contrario! Lo que la joven descubrió en esos instantes la dejó sin apenas poder respirar Las llamadas procedian... ...DE LA
HABITACIÓN EN LA QUE SE ENCONTRABAN LOS NIÑOS
DURMIENDO!!!!!! Por el auricular del teléfono pudo escuchar como la voz del hombre le decía a gritos: - "Quédate ahí quieta, enseguida
bajaré a por ti..." "Si alguna vez os quedáis solos en casa aseguraros
de cerrar bien todas las puertas y ventanas o el mal podrá colarse a través de ellas"
La leyenda del Consuelo de los Muertos
Esta historia trata de una joven, hija de nobles que una noche se fue con otras dos amigas para dormir juntas. Esta joven vivía en un cortijo
enorme, casi como un palacio. Esa noche se supone que iban a estar
con su abuela pero ésta (que estaba muy enferma) tuvo que marcharse al hospital dejando a las tres muchachas solas en el cortijo. Aquella no
fue un noche nada agradable, además de lo de su abuela, estaban en
pleno mes de Julio y una gran tormenta de verano caía sobre su comarca. Asustadas por los ruidosos truenos que rompían contra las
montañas cercanas decidieron cogerse de las manos para pasar mejor
la noche, era un dormitorio muy grande con tres camas cada una al lado de la otra, con una ventana a la izquierda y la puerta a la derecha,
era tan grande que dejaba un buen espacio entre ellas, pero a pesar de
eso llegaron a tocarse las manos, cosa que las ayudo a pasar mejor la noche.
Al día siguiente sus padres volvieron trayendo con ellos a la abuela,
algo extenuada pero mejor que la noche anterior y su hija empezó a contarles el miedo que habían pasado y como se dieron las manos
para tranquilizarse, entonces la madre rió y les dijo que había
demasiado espacio entre las camas, las muchachas con incredulidad la llevaron a la habitación para demostrarle que si pero al tumbarse e
intentar darse las manos descubrieron que les faltaban casi medio
metro para tocarse, entonces la abuela se incorporó y dijo " quizás había alguien más que buscaba consuelo anoche, no sólo los vivos
pasan miedo"
La leyenda de la Cita en Sarea
Un hombre descubrió que el jueves vendría la muerte a buscarle para llevarle.
El miedo le hizo explicárselo todo a su amo y le pidió ir el jueves a
Sarea para esconderse y así, cuando la muerte viniera a buscarle, no le encontrara.
Llegó el jueves y la muerte llamó a la puerta del amo. Cuando salió la
muerte le preguntó por el criado y el hombre, aunque invadido por un terror indescriptible, se atrevió a mentir a la muerte y le dijo:
-.Lo siento mucho, pero está enfermo y ahora mismo está en la cama, lo lamento pero no puede salir.
A lo que la muerte respondió:
- Que extraño... Debe haberse confundido pues tengo con él una cita
hoy en Sarea.
La leyenda de la Voz Burlona
Esto le pasó a mi profesora de inglés, me lo contó mientras nos grabábamos para escuchar nuestros fallos en inglés.
Ella se grabó leyendo un texto para ver sus fallos en pronunciación, y al rebobinar y reproducir la cinta, pudo escuchar perfectamente como
algún tipo de voz burlona repetía lo que ella decía pero con acento sarcástico de tipo "ña ña ña ñañañaña”
Pero para más inri, cuando ella se paró un momento, se oía
claramente la palabra "Puta" en la cinta.
No sé, yo he escuchado la cinta y esa voz no es humana, parece como cansada, como de ultratumba.
La leyenda de la Niña que murió de pena
Yo estaba solo escuchando la radio cuando empiezan a contar la historia que en breve os relataré.
Cuenta la leyenda que en la edad media en un castillo antiguo vivían
una familia noble con una sola hija. La hija estaba enamorada de un
negro y su amor no era posible porque su padre no le aceptaba por ser de otra raza. Al año siguiente ella se quedó embarazada de él y
cuando su padre se enteró de aquello, no lo aceptó, pero ella siguió
con el embarazo hasta dar a luz a la niña. Su padre no quería a su nieta y se la llevó lejos de aquella ciudad, la encerró en una casa
aislada del exterior dónde sólo su madre podría ir a visitarla una vez al año o tal vez dos.
La niña murió de pena en aquella casa. Su espíritu fue al castillo
donde vivía su madre, y se instaló allí. Sólo su madre la intuía pero no
dijo nada. La niña a pesar de haber sido maltratada psíquicamente por su abuelo no le mató, ella solo se dedico a ver como les llegaba su
hora.
La madre de la niña murió de una larga enfermedad el 12 de Marzo
del 1815. Se cuenta que cada aniversario de su muerte, en aquel
castillo, se oyen voces y yo mismo las oí en la radio mediante psicofonías, y una luz muy misteriosa se pasea por todo el castillo
como queriendo decir algo. De momento no se sabe de quien es
aquella luz pero se sospecha de que sea de la madre o de la niña. Fue impresionante oír la forma en la que hablaban, me quede atónito de
aquello... ¿de quién será aquella luz?
La leyenda de la Mano Huesuda
La hermana, que tiene 7 años, de un amigo mío. Se había quedado con su abuela en su pequeño piso porque sus padres se habían ido al
cine; todo fue normal, cenaron y se rieron un rato charlando juntas. A
las diez de la noche, la abuela se puso ha hacer sus costuras, y la niña se puso a ver la tele, pero de repente a la abuela le entró una sed
increíble, y le dijo a su nieta si le podía traer un vaso de agua.
-Está oscuro -dijo la niña
-No temas, sigue el pasillo que justo al lado de la puerta del baño hay
un interruptor.
La niña se decidió, y al entrar al pasillo no veía nada porque estaba muy oscuro, por lo que se arrimó a una pared y fue palpando y
tanteando a ciegas en busca de un interruptor, al seguir andando y
llegar al marco de la puerta del baño, se paró y siguió tanteando, y de repente notó como una mano huesuda intentaba arrastrarla a la
oscuridad del baño. La niña logró apartarse y fue llorando a su abuela.
Ya lleva dos años en tratamiento psicológico. ¿que pasó si solo estaban ellas dos en la casa y la abuela estaba en el salón cosiendo?
La leyenda del Bosque de Gizcy
En un pueblo llamado Gizcy, circulaba una historia que contaba que
los jóvenes que acampaban en aquel bosque amanecían con su mapa
pintado de sangre y con letras de pequeños niños. Estos jóvenes siempre acababan volviéndose locos...y algo más sudecía. Al cabo de
los años esto dejó de pasar...Pero ahora unos chavales quieren saber si
aquella historia es cierta o simplemente es una leyenda urbana.
Tres jóvenes universitarios deciden hacer un trabajo sobre "la leyenda". Decididos cogen su cámara y la tienda de campaña para
pasar la noche en el bosque y grabar todo lo que sucede. Todo va muy
bien hasta que empieza a anochecer. Cuando todos están en la tienda de campaña empiezan a oír misteriosos chillidos y carcajadas de
pequeños niños, asustados salen de la tienda pero como estaban tan intrigados sacaron su cámara y empezaron a grabar. Lo único que
escucharon fueron aquellas extrañas carcajadas.
Al amanecer decidieron coger todo y marcharse al campus. Cuando
empezaron a caminar para buscar el coche se dieron cuenta de que estaban totalmente perdidos. Preocupados sacaron el mapa, cual fue
su sorpresa al ver que éste estaba totalmente pintado con sangre y con
letras de niños pequeños, la pregunta era: ¿quién pintó ese mapa aquella noche? Empezaron a sentir mucho miedo porque no querían
volver a pasar la noche en el bosque pero ellos no sabían que de esa
manera empezaba la misteriosa leyenda del pueblo de Gizcy.
Poco a poco iba pasando el día y el pánico a que anocheciera no les dejaba pensar en nada. Sin quererlo llegó la noche y tuvieron que
volver a acampar, teniendo la esperanza de que pronto amaneciera.
Esa noche volvieron a escuchar aquellos misteriosos ruidos, con la cámara en mano escaparon de allí adentrándose en aquel frondoso
bosque. Al mirar hacia atrás vieron que faltaba uno de ellos. Los otros
dos empezaron a llamarle y mientras esperaban su respuesta sólo oían aquellas carcajadas de los niños como si estos supiesen donde se
encontraba el su compañero perdido.
A la mañana siguiente los dos chicos estaban totalmente locos por ese
miedo que se había creado en el bosque. Empezaron a sospechar mutuamente pensando que el otro era el asesino y culpable de la
desaparición de su amigo.
Intentaron buscar una salida pero lo único que encontraron fue una
casa donde poder pasar la noche más tranquila (o al menos eso pensaban). Esa noche se adentraron en la casa en busca de refugio y
empezaron a buscar alimentos ya que llevaban dos días sin probar
bocado. Al no encontrar nada ni a nadie bajaron al sótano y allí descubrieron a su joven amigo rodeado de pequeños niños que
cantaban felizmente "ahora os toca a vosotros..." Al oír esto los dos
chicos salieron despavoridos del sótano pero era demasiado tarde...
A los pocos días las familias de los jóvenes encontraron una cinta de video donde se mostraba la espantosa muerte de sus tres hijos, y todos
se preguntaban ¿quién fue el que grabó aquella masacre?
¿Vienes a jugar conmigo?
Hace un tiempo, una amiga mía y yo decidimos hacer espiritismo por
primera vez, ya que nunca antes no habíamos atrevido a hacerlo.
Llamamos a otras dos amigas para que nos acompañaran ya que a mí me habían dicho que probablemente con sólo dos personas sería más
difícil que saliera algo. Nos costó trabajo convencerlas pero al final
cedieron. Lo preparamos todo y, un poco asustadas, comenzamos.
Pasó mucho tiempo y una de las compañeras a las que habíamos llamado, dijo
-\"Yo me voy de aquí, menuda tontería esta de la ouija\". Nosotras nos asustamos un poco y decidimos dejarlo para otro día.
Al cabo de unos días, la compañera que se había ido, me llamó,
aterrorizada, diciéndome que, de camino a casa después de haber ido
a estudiar a la biblioteca, al pasar por delante de una casa en ruinas que hay cerca de su casa, una niña vestida de blanco le había pedido
que jugara con ella. Mi amiga le dijo que no podía ya que tenía prisa
por llegar a su casa, y acto seguido, ala niña comenzó a llorar con lágrimas de sangre. Mi amiga salió de allí corriendo y al llegar a casa,
me había llamado. Hasta ahí fue lo que me contó mi amiga. Yo en un
principio me lo tomé a broma, pero algo me hacía pensar que mi amiga hablaba muy en serio.
En mi habitación comencé a darle vueltas al asunto y me acordé del día en que habíamos hecho espiritismo y de las malas maneras con las
que mi amiga se había retirado. Pensé que no tendría nada que ver y
me dormí. Al día siguiente esa misma amiga me llamó porque iba a quedarse sola en casa estudiando y tenía miedo, así que decidí
acompañarla ya que yo tenía también que estudiar.
Cogí un autobús y, ya en su casa, nos pusimos a estudiar. De repente,
oímos a nuestra espalda un ruido como de arañazos. Las dos miramos y comprobamos horrorizadas que la niña que ella me había descrito
estaba sentada sobre la cama de mi amiga arañando la pared. Salimos
corriendo de la habitación y al llegar a la puerta observé que mi amiga no estaba, pero yo estaba demasiado asustada para esperarla.
Un rato después, la policía llamó a mi casa informándome de que mi
amiga había muerto de un ataque de asma, ya que mi amiga era asmática. La habían encontrado en las escaleras de su casa, con una
expresión de terror en su cara.
Yo estuve en tratamiento psiquiátrico unos meses y ya me estaba
recuperando pero el otro día en mi buzón apareció una nota escrita con letra de niña pequeña que decía: \"tu amiga murió por no jugar
conmigo. Tengo una muñeca nueva...\" Yo creo que es una broma de
algún chico del pueblo, ya que nuestra historia se ha hecho bastante popular en el pueblo, pero por otra parte tengo miedo... ¿vendrá a por
mí?