historias de la mitología de cantabria

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HISTORIAS DE LA MITOLOGÍA DE CANTABRIA Había una vez un ojáncano que se había perdido y no podía llegar a su casa porque su madre la ojáncana tenía las llaves de la casa y como este ojáncano era bueno llamó a la anjana que le dijo que fuese valiente y que busque a su madre y buscó y buscó pero no encontró a su madre, y cuando se sentó a descansar vio a su madre y se fue corriendo y por fin se fueron a su casa y el ojáncano le dijo a la anjana “adiós”. Luis Fernando Había una vez un ojáncano que quería comerse a una sirenuca y de repente el ojáncano vio una luz. Él ya sabía que era la anjana, y la anjana con su magia hizo que se fuese hasta la cueva de la anjana, pero la anjana vio también a la mujer del ojáncano y la anjana hizo que se hiciesen amigas y así el ojáncano y la ojáncana aprendieron que no se molesta a la gente. Lucia Parabina Había una vez un campesino que estaba talando los árboles, de repente vino un ojáncano y una ojáncana. Y desde un árbol la anjana les vio y le rescató. Patricia El trastolillo fue en avión a Liérganes con sus horribles trastadas. Al llegar al río vio al hombre pez y fue al otro lado del río para robarle la cola. Los peces se quedaron con la boca abierta cuando le pegó un coletazo en toda la cara. Alba

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Breves historias de la mitología de Cantabria realizadas por los alumnos de 2º del colegio Menendez Pelayo de Santander

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Page 1: Historias de la mitología de cantabria

HISTORIAS DE LA MITOLOGÍA DE CANTABRIA

Había una vez un ojáncano que se había perdido y no podía llegar a su casa

porque su madre la ojáncana tenía las llaves de la casa y como este ojáncano era bueno llamó

a la anjana que le dijo que fuese valiente y que busque a su madre y buscó y buscó pero no

encontró a su madre, y cuando se sentó a descansar vio a su madre y se fue corriendo y por fin

se fueron a su casa y el ojáncano le dijo a la anjana “adiós”. Luis Fernando

Había una vez un ojáncano que quería comerse a una sirenuca y de repente el

ojáncano vio una luz. Él ya sabía que era la anjana, y la anjana con su magia hizo que se fuese

hasta la cueva de la anjana, pero la anjana vio también a la mujer del ojáncano y la anjana hizo

que se hiciesen amigas y así el ojáncano y la ojáncana aprendieron que no se molesta a la

gente. Lucia Parabina

Había una vez un campesino que estaba talando los árboles, de repente

vino un ojáncano y una ojáncana. Y desde un árbol la anjana les vio y le rescató. Patricia

El trastolillo fue en avión a Liérganes con sus horribles trastadas. Al llegar al río vio

al hombre pez y fue al otro lado del río para robarle la cola. Los peces se quedaron con la boca

abierta cuando le pegó un coletazo en toda la cara. Alba

Page 2: Historias de la mitología de cantabria

Había una vez en el bosque una anjana muy buena que ayudó a unos

caminantes que pasaban por el pueblo. Los caminantes se perdieron y la anjana les ayudó y

muy contentos le dieron las gracias y siguieron su camino. Miriam

Una vez a una anjana llamada Elisabeth la capturó una ojáncana muy muy muy

mala que cada vez que se encontraba con alguien a quien comer sólo dejaba una gran gota de

oro. Tan grande que todo el mundo pero toda Europa se volvieron ricos. Paola

Había una vez una sirenuca que estaba sentada en una piedra. De pronto vino el

ojáncano la cogió y la encerró en una cueva. Más tarde la anjana pasó por allí y vio que la

sirenuca estaba atrapada en esa cueva. La anjana la salvó y mató al ojáncano. Las dos estaban

bien y felices. Alexandra

Había una vez un trastolillo que se metió en una casa sin que nadie le viera. Entró

en la cocina, tiró un tarrón de harina, después se bebió toda la leche. El trastolillo aflojó las

tarabillas de las ventanas, las tarabillas chirriaban pero después llegaron los dueños y el

trastolillo se escapó. Ezequiel

Erase una vez un ojáncano que iba paseando por el bosque cuando vio a una

ojáncana que estaba matando a un niño y el ojáncano se enamoró y se casaron. Nicolás

Había una vez un trastolillo muy triste porque nadie compartía con él, asi que se

fue a su casa muy triste y se encontró con otro trastolillo muy hambrientoy le llevó a su casa y

Page 3: Historias de la mitología de cantabria

se recuperó con la comida. También le dio las gracias y el otro trastolillo le dijo ¿Quieres ser mi

amigo? “Si porque nadie quiere ser tu amigo”, “si correcto”. Así que fueron amigos y comieron

felices. Patrick

Erase una vez un musgoso que iba con un trastolillo, el trastolillo era amable con

las personas del monte, les saludaba. Mientras, el trastolillo iba robando y desordenando por

las casas, y el musgoso le reñía mucho cuando iban de paseo, pero el trastolillo no le

escuchaba. En el monte hay una especie de anjana y el musgoso dijo: ¡BIEN, PUEDO

CONOCERLA! ¿Qué? no la conocías. ¡Por fin voy a ser listo! Fin. Adrian

Había una vez una princesa que se sentía muy sola. Un día que estaba

paseando por el campo vio unos pétalos que formaban una extraña figura y ella siguió los

pétalos y vio una chica joven y guapa. La chica le dijo: soy la anjana, si sigues mi consejo nunca

sola te sentirás. Como siguió sus consejos la princesa nunca más se sintió sola. Catalina

Erase una vez una familia de nuberos que estaban hasta el gorro de ser

tan malos y tener que ver a esos pobres animales sufrir tanto. Asi que fueron a visitar a una

familia de ventolines. Les preguntaron ¿qué podemos hacer? Los ventolines respondieron: ser

amables y buenos. La familia de nuberos hizo eso mismo y vivieron felices y con amigos. Lucia

Santiago

Había una vez una anjana y una sirenuca. La sirenuca estaba nadando y la

anjana paseando buscando unas flores Blancas y amarillas. Escondido detrás de un árbol había

un ojáncano que miraba fijamente a la sirenuca porque quería comérsela. Pero la anjana lo vio

y con su largo bastón lo espantó y el ojáncano se fue sin comerse a la sirenuca y así vivieron

felices. Raquel