historiando con vasconcelos

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Donde Donde la historia la historia se escribe se escribe al andar al andar SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2010

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Revista cultural de rescate de la historia hablada en las comunidades veracruzanas

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Page 1: Historiando con Vasconcelos

DondeDondela historiala historiase escribe se escribe al andaral andar

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2010

Page 2: Historiando con Vasconcelos

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2010

VAMOS BIENY VIENE LO MEJORPARA GANAR EL FUTURO

CONTENIDO

SECRETARÍA DE EDUCACIÓN DE VERACRUZ

Dr. Víctor A. Arredondo ÁlvarezSecretario de Educación

PROGRAMA VASCONCELOS

Arq. Mario Fernández de la GarzaCoordinador General

Psic. Minerva Villa ValenciaJefa del Depto. de Trabajo Comunitario

Hist. Irene P. Uscanga Jiménez.Coordinadora Editorial

Redactores: Xóchitl Verenicce Parra Mata, Jorge Polo Chimal, Mireya

Santos Gerardo, Irene Pastora Uscanga Jiménez.

Investigadores de Campo:Xóchitl Verenicce Parra Mata, Jorge Polo Chimal, Mireya

Santos Gerardo, Irene Pastora Uscanga Jiménez.

Edición y Corrección:Fidel S. Juárez Guzmán.

Diseño: Luis Cebada,

Sara Fitta.

Arte y Fotografía: Sara Fitta, Xóchitl V. Parra Mata, Jorge Polo Chimal,

Mireya Santos Gerardo, Irene P. Uscanga Jiménez.

www.sev.gob.mx/vasconcelos

Descubriendo Huellas

Se Cuenta Que...

Rostros Inéditos

Expresiones

Cartucho

Cabotaje

Entre Pueblos y Brechas

El Baúl del Abuelo

Testimonios

Los Carrancistas en Las Haldas

Lo que Hay que Hacer para Descansar: Historia de un Chiapaneco-Veracruzano

A Treinta Años de un Sueño

Leona de la Independencia de México

El Corrido, Historias Cantadas del Sentir Popular

Entrevista con la Dra. Celia del Palacio Montiel

Crónica de una Visita Inesperada: Encuentro con Mario Vasconcelos Aguilar

Mi Tío Abuelo: Una Vida,Una Historia

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Editorial

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2010

Indudablemente, los avances tecnológicos han supuesto ventajas. A un clic de

distancia, las personas han tenido la oportunidad de intercambiar información, conocer otros lugares, y mantenerse actualizadas acerca de acontecimientos mundiales. Las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) han estado presentes en prácticamente todas las actividades del hombre.

Mediante el uso creativo, humano, significativo de las TIC, el Programa Vasconcelos ha contribuido a la distribución social del conocimiento, y al rescate de la cultura y las costumbres de las comunidades visitadas.

En un año, las brigadas han sensibilizado a los usuarios sobre la importancia de comprender hechos históricos, particularmente aquellos relacionados con la Independencia y la Revolución Mexicana. A través de la Historia, el hombre ha tenido un medio para comprender los cambios políticos, socioeconómicos y culturales.

El Programa se ha valido no solamente de herramientas tecnológicas, sino de experiencias, siguiendo el axioma de Pierre Vilar: “Para hacer revivir el pasado lo que necesitamos no es una ciencia, sino documentos y nuestra experiencia” .

Historiando con Vasconcelos, reflejo de la preservación histórica llevada a cabo por el Programa, cumple un número más. Los contenidos de éste, relacionados con el México de los ss. XIX, XX y XXI son los siguientes:

La presencia de carrancistas en Las Haldas, Ver.; las condiciones laborales en las haciendas de Narciso Mendoza, Ver., durante el porfiriato; un encuentro con Mario Vasconcelos Aguilar, sobrino del pensador mexicano; el sistema de Telebachillerato en Veracruz; el corrido mexicano; la novela histórica Leona, escrita por la Dra. Celia del Palacio Montiel; así como la participación del tío abuelo de una brigadista Vasconcelos en el movimiento revolucionario.

VILAR, Pierre. (1980.) “Iniciación al Vocabulario del Análisis Histórico”. (1ª ed.) Madrid, España:

Grijalbo. P. 21.

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Los Carrancistas en Las HaldasPor: Historiadora Mireya Santos Gerardo,Brigadista

Indudablemente, la entidad veracruzana ha sido un sitio estratégico para el desarrollo

político y socioeconómico de México. Su posición geopolítica ha sido crucial, así como la presencia de personajes históricos como José María Morelos y Pavón, Nicolás Bravo, Maximiliano de Habsburgo, Guadalupe Victoria, Benito Juárez y Venustiano Carranza.

En 1914, época de inestabilidad nacional, Carranza fue nombrado el primer Jefe del Ejército Constitucionalista. Ya que no simpatizaba con la idea de nombrar al Gral. Eulalio Gutiérrez Ortiz como presidente de la república, decidió trasladarse junto con sus seguidores a la ciudad y puerto de Veracruz, donde instauró su mandato.

Su estancia coincidió con la invasión al puerto por parte de tropas estadounidenses. Posteriormente, decretó la restitución y dotación de tejidos, la Ley de Municipio Libre y la desaparición de las tiendas de raya. Esto último implicaba la promesa del reparto de tierras, por lo cual se formaron grupos de insurgentes carrancistas que se dispersaron al interior del estado. Se instalaron en pueblos y rancherías, donde saqueaban víveres y recursos para seguir batallando. También buscaban refugio para atender a personal herido, pues el ejército los perseguía. Algunas de estas circunstancias se vivieron en la comunidad de Las Haldas, perteneciente al municipio de Naolinco de Victoria, Ver.

Tuve la oportunidad de formar parte de la brigada Vasconcelos No. 12, que visitó Las Haldas del 16 al 21 de agosto de 2010, con motivo de una misión especial tipo Mis Vacaciones con Vasconcelos.

Entonces pude conocer a Don Enrique Capistrán y a Don Andrés Canales, quienes muy amablemente me platicaron algunas historias que sus bisabuelos y abuelos les contaron acerca de la localidad. Una de ellas fue que en el sur de la población se encuentran las ruinas de una casa, otrora perteneciente a los Sres. Sotero Barradas: la familia más adinerada de la población, que solía prestar a crédito.

Con respecto a los carrancistas, fue de mi conocimiento que en Las Haldas existían personas que apoyaban a los mismos. Un caso fue el de la Sra. Porfiria Capistrán, que trabajaba como enfermera y dejaba que los heridos se recuperaran en su hogar. Una vez, los rebeldes invadieron la residencia de los Sotero Barradas; les dieron muerte y se apoderaron de sus bienes. Solamente un joven salió ileso, tras haberse escondido debajo de una cama.

La vivienda recibió varios impactos de bala; uno fue a dar a un ropero, que fue restaurado y pasó a ser propiedad de la Sra. Vicenta Salas Salas, así como un cajón donde presuntamente los Sotero guardaban su capital.

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Cerca de la casa de doña Vicenta, en una higuera, los carrancistas condenaban a la horca a todo aquél que estuviera en desacuerdo con ellos. Don Enrique y Don Andrés aseguraron que los pobladores evitan pasar por el lugar a altas horas de la noche pues, según la creencia, ahí se escuchan lamentos y se vislumbran luces en el árbol.

En la vieja casona, cuyos paredones albergan actualmente a una familia humilde, una de las habitaciones fue sellada ya que ahí se encontraron los cuerpos de los Sotero. Como en el caso de la higuera, se ha dicho que del cuarto también han emanado sollozos. En las paredes quedaron impresiones de una carabina Mauser 7 mm, el arma empleada en el incidente. Con el apoyo de mi compañero brigadista Edgar Castro, quien conoce de armamento, se pudo corroborar dicha información, pues los orificios correspondían al calibre del arma. Además, Don Andrés y Don Enrique comentaron que, durante la Revolución Mexicana, los caudillos solían utilizar la carabina Winchester 30-30 y la señalada Mauser 7 mm.

En el país, durante las pugnas revolucionarias, se formaron varios bandos, llámense zapatistas, villistas o carrancistas. A éstos se unían todos aquellos que adoptaban el ideal que perseguía el caudillo. Sin embargo, ante la falta de voluntarios, los bandos se vieron en la necesidad de afiliar a bandoleros con la promesa de que al terminar el movimiento se les recompensaría. Algunos de éstos abusaron de la situación y cometieron robos contra hacentados, violaciones, se apoderaron de los víveres de personas de escasos recursos y asesinaron a familias enteras.

La época fue violenta debido a las circunstancias que las enmarcó (pluralistas y fraccionarias); no fue radical dado que los modos de vida no se alteraron en lo fundamental. Las familias que antes detentaban el poder económico y político, han continuado haciéndolo.

Podría decirse que el único beneficio alcanzado fue la creación de la Constiución de 1917, conteniendo los cuatro artículos sociales más importantes: 3, 19, 27 y 123 (referentes, respectivamente, a la educación, la salud colectiva, el reparto agrario y el derecho laboral).

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Casa de los Sotero Barradas, en ruinas. Las Haldas, Ver.

Cajón que perteneció a los Sotero Barradas. Las Haldas, Ver.

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El municipio de Naolinco de Victoria fue llamado así en honor al caudillo Guadalupe Victoria, quien alguna vez se resguardó en el lugar. Esto, dado que el ejército lo buscaba por apoyar al movimiento independentista.

Como dato curioso, los coleccionistas de armas han solicitado a las firmas que producían los rifles Winchester 30-30 y Mauser 7 mm que lanzaran una edición especial de dichos modelos, con motivo del centenario de la Revolución Mexicana.

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Casa de la familia Sotero Barradas. Las Haldas, Ver

Impactos de bala en la pared. Las Haldas, Ver.

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Lo que Hay que Hacer para Descansar: Historia de un Chiapaneco-VeracruzanoPor: Historiadora Xóchitl Verenicce Parra Mata,Brigadista.

En la historia de los pueblos, los desastres naturales han influido

para que las masas abandonen sus lugares de origen, trasladándose a zonas en donde las futuras generaciones no tuvieran que sufrir esos infortunios. Tal fue el caso de la comunidad de Narciso Mendoza en el municipio de Uxpanapa, Ver.

Ahí me encontré con Don Gaspar Rodríguez Metajil, presidente comisariado ejidal, quien comentó que las personas solían pertenecer a Chiapas. Su abuelo, el Sr. Vicente Sánchez, trabajó en varias haciendas de dicha entidad, y conoció la esclavitud del porfiriato ya que se despertaba a las 2 de la mañana con el sonido del cuerno. Las mujeres se levantaban a preparar el itacate en un metate, y una hora más tarde los hombres estaban listos para sus labores.

Ya en la hacienda, el patrón mandaba al capitán por medio de un cabo que tenía su buen cinturón, y les decía: «Hay que trabajar, porque si no hay cinturonazos.» Todos los jornaleros compraban en la tienda de raya, que los mantenía endeudados. La adquisición de dos jícaras de frijol y un jabón era suficiente para que debieran aún más.

Como los trabajadores llegaban a sentirse cansados o enfermos, por la carga de trabajo, recurrían a la artimaña de introducirse un ajo por el recto. Ello les producía fiebre, con lo que podían reposar durante horas o incluso días. De lo contrario, no habrían tenido tiempo para comer, beber, descansar o bañarse. De hecho, muchos no soportaban esas condiciones al grado de que desfallecían hasta la muerte. Andaban descalzos o con guacasnacas (trozos de piel seca de vaca o novillo, que utilizaban como huaraches).

Los hacendados comercializaban aguardiente y mezcal, que consumían los jornaleros. Según Don Gaspar, cuando éstos llevaban tres copitas, les decían: «Tú me debes, tú me debes», y sin más explicación los trasladaban al rancho de Don Alberto Pérez, en la Finca de la Asunción o en la Finca de Sonora de Romero Osorio. Este acarreamiento de gente se conocía como leva o bola.

Nuevas generaciones de veracruzanos. Narciso Mendoza, Ver.

Resultados de un taller infantil de lectura y pintura. Narciso Mendoza, Ver.

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A 26 años del inesperado suceso natural, las nuevas generaciones de Narciso Mendoza, como veracruzanos, han conocido una tierra fértil en donde se siembra de todo y se vive de la ganadería. Pero los tiempos han cambiado. Recientemente ha habido esfuerzos por llevar recursos tecnológicos a la comunidad. Por ejemplo, mediante la construcción de un aula de medios vinculada a la Unión de Empresarios para la Tecnología en la Educación A. C. (UNETE), para impulsar el aprendizaje.

Aunque el porfiriato duró 35 años, las prácticas opresoras de los hacendados en Chiapas se prolongaron 5 años. Éstos se amparaban proporcionando mano de obra y dinero al gobierno federal, así como de la distancia entre la congregación y la ciudad de México.

Con la orden de Francisco I. Madero, el patrón se enfadó y despidió a sus subordinados diciéndoles: «Ahora sí ya se van a su casa. Váyanse a dormir; ya no van a trabajar.» Después miembros del bando zapatista llegaron a las haciendas, portando cañones y demás armamento, e incendiaron casas, ranchos y potreros de los terratenientes.

Tras la esclavitud zoque, como le llamó Don Gaspar por ser orgulloso descendiente de esa etnia, la mayoría de los exjornaleros tuvieron una vida tranquila como campesinos en Chapultenango, Chiapas, durante 70 años aproximadamente. La calma se interrumpió en 1982, con la erupción del volcán El Chichonal o El Chichón, ubicado a 15 km de la comunidad. Los moradores de ésta, y de pueblos aledaños, tuvieron que abandonar el lugar.

«Cuando llegué aquí a Veracruz –relató Don Gaspar–, me quedé cinco años porque hay muchos peligros en Chapultenango, como las cuevas por donde salió el cuete [sic] del volcán. El ejido quedó estrellado, con muchos hoyos en donde se pierde el ganado. En la tierra no se puede sembrar; no existe orden en las parcelas porque el territorio es muy inclinado y muy quebrado. Aquí en Veracruz, en cambio, ¡es tierra santa! Aunque [el estado] sea pobre, pero hay buena tierra. La familia vive contenta y en paz. Aquí hay parcela de veinte hectáreas con lindero; existe orden; ¡es uno feliz! Ninguno pelea y cada quien trabaja su parcela.»

Junta de Asamblea de Ejidatarios para la firma de documentos de donación. Narciso Mendoza, Ver.

Alfabetización digital a grupo de adultos. Narciso Mendoza, Ver.

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Ejemplo de la esclavitud en el porfiriato.

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Varias sorpresas agradables nos ha dado el Programa Vasconcelos. Por una parte, las invaluables sonrisas de niños,

jóvenes y adultos de las comunidades que fueron sede de nuestras misiones. Por otra, la visita de personalidades relevantes de la sociedad, que han dejado tras de sí un aprendizaje especial.

En septiembre de 2010, Xalapa fue sede de una misión especial, con motivo del Bicentenario de la Independencia de México y el Centenario de la Revolución Mexicana. En ella participamos la mayoría del personal operativo y administrativo del Programa.

Inesperadamente, uno de nuestros usuarios fue Mario Vasconcelos Aguilar, sobrino de José Vasconcelos Calderón. Aprovechando su estancia, tuvimos la oportunidad de exponer las características y objetivos generales de nuestra labor, e invitarlo a una breve entrevista.

Mario Vasconcelos Aguilar nació en la ciudad de Querétaro, el 8 de octubre de 1933. Estudió Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México. Fungió como abogado auxiliar, profesor y Jefe del Departamento de Ciencias Sociales, y Secretario de Difusión Cultural de la Escuela Nacional Preparatoria.

Ha redactado más de treinta libros, incluyendo ensayos, cuentos y novelas, de los cuales ha publicado alrededor de veinte. Algunas de sus obras guardaron relación con la abogacía (El Fin Específico del Derecho; Derecho Positivo Elemental; El Derecho y la Sociología), y, específicamente Breve Historia de Querétaro, con su estado natal. Por otra parte, el autor se propuso incitar entre los jóvenes la reflexión acerca de temas sociales y filosóficos, con México y su Juventud, y abordó situaciones de la cotidianidad con un enfoque moral, en la colección de cuentos Paradojas de la Vida y la novela El Destino del Hombre.

Mención especial merece José Vasconcelos, Maestro de América, que surgió tras una inquietud personal y fue incorporada al festejo del centenario del nacimiento del pensador mexicano. En sus páginas, el autor dio a conocer el legado de su pariente, sus logros y méritos de instrucción pública, estableciendo una entrevista imaginaria entre ambos.

Mario Vasconcelos, coherente con su antecesor, ha sido conciente de la importancia de la educación formal. Esto lo ha demostrado durante sus casi 46 años como maestro. Su formación, capacidad académica y docente no cesaron con su jubilación. Cuando se retiró, llegó a su mente un torrente de ideas que ha volcado por escrito. Desde entonces, anualmente, ha terminado un par de libros. «En mis trabajos no admito que me corrijan ni una coma», aseguró, evidenciando su dedicación y compromiso profesional.

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Crónica de una Visita Inesperada: Encuentro con Mario Vasconcelos Aguilar

Por: Historiadores Jorge Polo Chimal (redacción) e Irene P. Uscanga Jiménez (entrevista),Brigadistas

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Fue interesante escuchar su opinión sobre las personas mayores y las nuevas generaciones. Comentó que si bien es importante respetar y aprovechar la experiencia de los adultos, le resulta de mayor valor atender las inquietudes de los jóvenes; saber lo que éstos piensan cuando están en desacuerdo con lo que suceda en el mundo. Asimismo, argumentó que para contribuir a la mejora social, uno tendría que ubicarse responsablemente en la realidad.

Señaló que en su intención por familiarizarse con toda la república, llegó a nuestra entidad. Tal como García Márquez, no conoció el mar hasta que puso pie en territorio veracruzano.

Realmente fue una casualidad cómo, acompañado de su esposa, la Sra. Luz Elvira Santillán, se encontró con la misión especial mencionada. Ésta, por cierto, se llevó a cabo en el parque Benito Juárez, al centro de Xalapa. Relató: «No me imaginaba esto. Fue totalmente suerte. Veníamos a caminar, vimos y dije: “¿qué pasó ahí”.»

Varios elementos llamaron su atención. Primero la rúbrica de las aulas móviles, con el apellido Vasconcelos; después, la multitud que mostraba interés por las actividades que los brigadistas realizábamos. Al interior del vehículo, ambos escucharon detenidamente la presentación del Programa que proporcionaban mis compañeros.

Durante la sesión, Vasconcelos Aguilar ponderó su preocupación por la pérdida de la cultura y las lenguas. Además, reafirmó la importancia de contar con programas educativos de apoyo social a las comunidades, en las que el uso de la tecnología fuese el complemento ideal.

Vasconcelos Aguilar y su esposa se mostraron accesibles y emocionados por lo que observaban. El percatarse del rostro cautivado de un hombre dedicado a retribuirle a la sociedad a través de su enseñanza, no fue únicamente razón de elogio. Nos impulsó a continuar con nuestro afán de apoyar a las poblaciones rurales y marginadas del amplio territorio veracruzano, en aras de una educación de calidad que impulse la competitividad laboral.

Para quienes colaboramos en Historinado con Vasconcelos –la anfitriona del evento– el encuentro con Vasconcelos Aguilar fue grato. Además de habernos concedido unos minutos de su tiempo, el escritor obsequió al Programa dos de sus publicaciones más recientes: Algunas Mujeres Sobresalientes y Diccionario Elemental sobre Ciencias Sociales. Para finalizar este artículo, unas palabras de nuestro entrevistado:

«Cuando se le preguntó a José Vasconcelos Calderón la idea de crearle una estatua, él respondió: “Se la merece más el burro, por su ayuda a llevar los libros a las comunidades”.»

Publicaciones recientes de Mario Vasconcelos Aguilar.

Sr. Arq. Mario Fernández de la Garza.Presente.

Anexo un ejemplar de mis publicaciones del presente año. 'Diccionario elemental sobre Ciencias Sociales' y 'Algunas mujeres sobresalientes'.Para el magnífico Programa 'Vasconcelos', que usted coordina.Atentamente.México, D. F., a 17 de septiembre del 2010.Lic. Mario Vasconcelos Aguilar.

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A Treinta Años de un SueñoPor: Historiadora Xóchitl Verenicce Parra Mata,Brigadista

La entidad veracruzana se ha caracterizado por su diversidad cultural, fauna y una inmensa variedad

de paisajes. Sin embargo, debido a la fragmentación territorial, y a la dificultad de acceso en varias comunidades rurales, el Estado se ha visto en la necesidad de innovar mediante proyectos para el desarrollo educativo, laboral y productivo.

Uno de estos proyectos, el sistema de Telebachillerato del Estado de Veracruz (TEBAEV), fue concebido para que las localidades remotas incursionaran en el uso didáctico de la tecnología. Surgió en la década de los ochenta, por iniciativa de tres figuras comprometidas con su labor social: el maestro Tomás Rodríguez Pasos, Alberto Ruiz Quiroz y Vicente Suárez Ortiz. Ellos, junto con un equipo de jóvenes colaboradores, nunca dejaron de soñar y de creer que su esfuerzo contribuiría a transformar positivamente las vidas en zonas lejanas y serranas.

Su principal idea fue transmitir sesiones educativas a través de la televisión (las llamadas tele-clases), complementadas con guías y la atención de docentes capacitados. Esto, con el objeto de que los alumnos adquirieran las habilidades suficientes para enfrentar los retos inmediatos en los ámbitos laboral y profesional. El TEBAEV constituiría, por consiguiente, un puente de oportunidades para que los jóvenes que antes no tenían posibilidad de continuar con sus estudios, por falta de recursos o por su ubicación, siguieran adelante.

Sin embargo, hubo varios impedimentos. El primero fue la obtención del financiamiento para la operación. Por lo mismo, se instituyó el Consejo Técnico del Telebachillerato que, con el apoyo del entonces gobernador del Estado, Rafael Hernández Ochoa, recaudó el subsidio requerido para dar los primeros pasos. Así, el TEBAEV inició con cuarenta centros, cuarenta y tres docentes y, en las oficinas centrales, dieciséis trabajadores. Las tele-clases comenzaron a transmitirse el 22 de septiembre de 1980.

Pero lo más difícil fue mantenerse. Los cambios políticos y la escasez de maestros que aceptaran trasladarse a lugares apartados amenazaban la continuidad del subsistema. Aun así, los integrantes del TEBAEV, con espíritu ejemplar, no se rindieron. Trabajaban horas extras y, valiéndose de sus propios vehículos, transportaban oportunamente libros, videocintas y la documentación necesaria para que los estudiantes y docentes del sistema pasaran, citando de memoria a Ruiz Quiroz, de la incertidumbre a la certeza.

Este año el TEBAEV cumplió su treinta aniversario, consolidándose su efectividad como medio educativo. Ha respondido a las arduas condiciones sociales y tecnológicas de Veracruz, sirviendo de prototipo para Oaxaca, Chiapas, Hidalgo, Tamaulipas, Tabasco, Michoacán, Querétaro, Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Guanajuato y Nayarit.

El TEBAEV, por otra parte, también ha prestado servicio a centros de readaptación social, como el Penal de Pacho Viejo, Ver., y el Centro de Observación y Adaptación Social de Niños y Niñas en Conflicto con la Ley Penal (COAS), de Banderilla, Ver.

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Page 14: Historiando con Vasconcelos

En el 2005, el TEBAEV comenzó un arduo proceso modernizador. Se renovaron los contenidos de las guías y producciones audiovisuales. Asimismo, inició el proyecto de Telebachillerato en Línea (Smart on Line), concebido para que los educandos puedan estudiar a distancia mediante el uso de las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), y apareció en escena el vehículo Vasconcelos-TEBAEV, un laboratorio móvil desarrollado por la empresa Pnamotec, S. A. de C. V. La unidad fue diseñada con catorce espacios, para que los usuarios realicen prácticas de física, química y biología, a modo de reforzamiento cognitivo-curricular.

Desde su fundación, el TEBAEV ha procurado adaptarse a las necesidades de los alumnos, así como a los cambios realizados a los planes y programas de Educación Media Superior. Su finalidad ha sido ofrecer una educación de calidad, que permita a los egresados desenvolverse en el entorno laboral y en los niveles de educación superior si deciden seguir preparándose.

En Veracruz hemos visto nacer proyectos novedosos, vinculados al manejo de las TIC, como el Canal Educativo, el Consorcio Clavijero, los Centros Rébsamen y el Programa Vasconcelos. Éstos, al igual que el TEBAEV, aún habrán de recorrer un largo sendero, para seguir coadyuvando para la distribución social del conocimiento.

El Emisor, periódico de telebachillerato xalapeño, delegación D-II-21. Febrero, 1983.

El Emisor, febrero de 1983, p. 4.

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Page 15: Historiando con Vasconcelos

Entrega de reconocimiento al fundador del sistema Telebachillerato, Mtro. Alberto Ruiz Quiroz.

El Emisor, noviembre-diciembre de 1983.

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Page 16: Historiando con Vasconcelos

Leona de la Independencia de MéxicoPor: Historiador Jorge Polo Chimal,Brigadista.

A doscientos años del inicio de la considerada máxima rebelión de nuestro país, la Independencia de México, ha surgido una considerable cantidad de trabajos alusivos al festejo del bicentenario. Uno de éstos fue el libro Leona , dado a conocer en los diversos medios de comunicación y en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2010, celebrada en Xalapa, Veracruz.

La autora, Celia del Palacio , ha sido una estudiosa de la historia, reconocida por abordar géneros literarios como la poesía, la novela y el cuento desde hace más de dos décadas. Para difundir la historia de Leona Vicario, de manera fácil y digerible, recurrió a la novela histórica, donde se mantuvo entre la realidad y la ficción.

La escritora consiguió recrear el panorama social, el ambiente y la cotidianidad de finales de la Colonia e inicios del México independiente. Para ello, se basó en información que rescató de testigos de la época, libros, historias del Congreso de Chilpancingo, periódicos, textos de viajeros, así como visitas a los lugares de los hechos para recuperar tradiciones, manifestaciones musicales e incluso conocimientos sobre enfermedades y curas. Con ello, pudo reconstruir y presentar en la novela a .

Leona Vicario , la insurgente, fue una huérfana crecida bajo la tutela de su tío en una casona de la Ciudad de México, llena de muebles y artículos lujosos que delataban la opulencia de la familia, y que en algún momento sirvieron para obtener dinero que ayudara a la causa independentista. Se distinguió por su preparación artística e intelectual. Conocía el idioma francés, que le permitió leer a pensadores liberales de la época. A pesar de estar acostumbrada a la comodidad y al cuidado de sus sirvientes, no dudó en dejar su vida privilegiada para unirse a la rebelión por los medios necesarios.

una leona viva

DEL PALACIO Montiel, Celia. (2010.) Leona. México, D. F., México: Suma de Letras, Santillana.

Nacida en la Ciudad de México. Se formó académicamente en Guadalajara y Xalapa, en donde ha

trabajado como investigadora. Presidenta fundadora de la Red de Historiadores de la Prensa en

Iberoamérica desde 1999. Creadora de un Índice Hemerográfico Veracruzano, tomando la prensa

como fuente para conocer los acontecimientos de nuestro contexto veracruzano. Doctora en

Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México. Coordinadora del Centro de Estudios

de la Cultura y la Comunicación de la Universidad Veracruzana desde marzo de 2009. Temas de

investigación: periodismo en México, siglos XIX y XX; historia cultural; cultura impresa en México;

relaciones entre ficción e historia; novela histórica latinoamericana. Ha publicado siete libros sobre

historia de la prensa en México. Ha coordinado diez libros colectivos sobre historia de la prensa en

México, historia de la cultura impresa y la cultura en México.

Bautizada como María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, nació el 10

de abril de 1789 y murió el 21 de agosto de 1842 en la Ciudad de México.

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“La historia de nuestro país ha estado plagada de movimientos sociales de diferentes dimensiones, como muestra de las desigualdades que han formado

la realidad mexicana”.~Leona Vicario.

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Pero, ¿por qué distinguir a Leona Vicario de las mujeres de su clase social de la época?

Page 17: Historiando con Vasconcelos

En aquellos tiempos las mujeres no podían atender asuntos de política y economía de la Nueva España, considerados exclusivos de los hombres. La tarea principal del llamado bello sexo era el cuidado de los hijos, inculcarles buenas costumbres y valores que la sociedad de élite y la Iglesia condicionaban, así como dedicarse a temas femeninos imitados de España, como la moda. Leona rebasó esos límites para inmiscuirse en aspectos políticos. Fue pieza clave en la conspiración contra el virreinato; organizaba el correo de los insurgentes; fungía como espía dentro de la esfera española; y, sin duda, aportaba ideas a los rebeldes para continuar con la revolución. Una muestra de su apoyo al movimiento fue la venta de sus bienes para patrocinar a los combatientes, con quienes escapó cuando era perseguida por los inquisidores que buscaban enjuiciarla y someterla al castigo de tortura que impusiese el Santo Oficio. Regularmente, su participación ha sido interpretada como una forma de respaldar a quien fuese su esposo, Andrés Quintana Roo. Sin embargo, Celia del Palacio, a través de su obra, ha defendido que Vicario se involucró en el movimiento independentista por convicción propia.

Pero su lucha no terminó con la consumación independentista. Tras ello, Leona siguió peleando contra represalias que políticos como Lucas Alamán le hacían, empañando su rol en la revolución. Con el triunfo, su familia pudo retomar su estatus. Andrés Quintana Roo logró escalar posiciones hasta llegar a ser diputado dentro del Congreso. Leona Vicario falleció a los 54 años de edad. Sus restos fueron llevados en un primer momento a la Rotonda de los Hombres Ilustres; posteriormente fueron depositados en el monumento del Ángel de la Independencia, donde han permanecido junto a los demás insurgentes.

La autora retrató a Leona Vicario con un enfoque original; fue plasmada como una persona de carne y hueso, lejana a la forma tradicional de héroes y villanos irreales, casi semidioses destinados a cumplir un designio patriótico. En cambio, tenemos a una Leona apasionada por defender sus ideales y autonomía a costa del sacrificio. Ejemplo de ello sería el pasaje en que da a luz a su primera hija dentro de una cueva, cuando era perseguida por tropas realistas.

Leona le hizo justicia a la valiosa participación de la revolucionaria, una de tantas mujeres que pelearon durante la insurgencia, entre conspiradoras que en su casa recibían a los sublevados, que mandaron tropas y se sacrificaron, incluso llegando a ser mártires destinadas al encarcelamiento y fusilamiento. El libro atrapa la atención de principio a fin, haciéndonos partícipes de los momentos de angustia y suspenso que la insurgente vivió. Queda la invitación a nuestros lectores para que se adentren a esta genial novela, en la que Celia del Palacio nos permite activar instintivamente la imaginación.

Una heroína de carne y hueso

Leona Vicario, mujer activa en el movimiento de Independencia de 1810.

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Page 18: Historiando con Vasconcelos

Leona, de Celia del Palacio.

Dra. Celia del Palacio Montiel.

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Page 19: Historiando con Vasconcelos

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México, dentro de su amplia gama musical, ha tenido en el corrido una especie de memoria viva. Esto cobra especial relevancia, considerando el contexto nacional. Donde la tradición o r a l h a p r eva l e c i do, a c au s a de una conformación poblacional iletrada en gran número.

Los corridos provinieron de los cantores

medievales, mejor conocidos como juglares, quienes

alababan la valentía y el honor de los personajes más

queridos. Sus raíces se han atribuido al antiguo

romance español: aquella forma que, musicalmente,

narraba acontecimientos reales a su manera,

dotando de una visión épica a los hechos y a las

figuras participantes.

Sin perder ilación con la idea anterior, cabría señalar

que la gran mayoría de las fórmulas musicales

existentes en nuestro país se originaron en Europa

Occidental, sobre todo en España. Esta nación, tras

llegar a nuestro territorio con afanes de conquista,

desarrolló un proceso de transculturación, en el cual

la música fue uno de los elementos que difundieron la

cultura del viejo continente.

El Corrido, Historias Cantadas del Sentir PopularPor: Historiador Jorge Polo Chimal,Brigadista

El corrido ha conservado un fuerte arraigo entre nosotros. Ha

sido propiamente del pueblo, y su lenguaje se ha caracterizado

por su sencillez. Ha representado la memoria popular y

reafirmado la identidad colectiva nacional, exaltando los

valores de comunidades determinadas.

Cuando hemos escuchado un corrido, seguramente algunos

elementos formales han escapado de nuestra apreciación.

Entre los más comunes, podría mencionarse que consta de

entre 20 y 30 cuartetos octosílabos, generalmente estructurados

en presentación; mención de lugar, fecha y nombre del

personaje o grupo central; mensaje central y despedida. Su

extensión se aminoró drásticamente, al incursionar en las

industrias discográfica y radiofónica, debiéndose adaptar a una

duración de entre 3 y 4 minutos.

Pero no hay por qué preocuparse si no habíamos puesto atención a los citados componentes: el impacto de un corrido reside en su letra. En cuanto al contenido, éste ha abarcado un amplio espectro temático; desde aspectos religiosos (como los corridos que, durante la Guerra Cristera, parecían plegarias a la Virgen de Guadalupe) hasta sucesos reales o míticos, realzados hasta alcanzar niveles legendarios, relacionados con personajes que han merecido el morrocotudo privilegio de que su recuerdo sea abrazado por el pueblo.

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Echando un vistazo retrospectivo, tratando de encontrar la composición más México

antigua de este género musical en, al menos de la que se tenga registro, nos

sorprenderíamos al saber que el más añejo es el llamado Las Mañanas de Hidalgo, de 1811, dado a conocer en Zacatecas. De ese periodo independentista, cuando la población fue persuadida para liberarse del yugo español, comenzó a aflorar el corrido mexicano como una expresión del oprimido en busca de la libertad, aludiendo a personajes y acontecimientos que en ese momento tenían relevancia. Cabría recordar que durante trescientos años de dominio español, no había forma de que los sometidos externaran su sentir sin recibir castigo por su atrevimiento.

Al independizarse México, y establecerse el primer gobierno nacional –el imperio de Iturbide I–, la gente manifestó su rechazo a una supuesta libertad que no se reflejaba en la cotidianidad. Entonces, los corridos eran divulgados mediante hojas sueltas o volantes y, especialmente, se entonaban en plazas públicas donde transitaba la gran plebe analfabeta que ansiaba escucharlos. Las composiciones servían de vehículo para expresar el rencor hacia los españoles, que se resguardaron en San Juan de Ulúa hasta 1825.

El corrido no solamente ha cumplido el mínimo cometido de proyectar el sentir popular, sino que ha sido utilizado como un mecanismo de propaganda política. En este sentido, a través de ese género, se ha intentado captar la atención, simpatía o repudio con respecto a ciertos grupos o ideas.

Antes de que la radio llegara a nuestro país, los corridos eran transmitidos oralmente, de generación en generación.

El mayor auge de producción y difusión de los corridos se dio en la época revolucionaria. Gracias a ellos, hemos tenido la oportunidad de conocer las opiniones de hombres y mujeres, anónimos testigos presentes de esa lucha. Las letras de estas ingeniosas creaciones eran escuchadas en voz de los cantantes que iban de región en región, en mercados y ferias, además de ser repartidas manualmente a los habitantes de cada lugar visitado. Por cierto, el sentido épico o heroico de los personajes se acrecentaba conforme se sabía algo nuevo en otra zona. Como se diría coloquialmente: cada intérprete o compositor agregaba algo de su propia cosecha.

Es así como surgieron corridos en los que Francisco I.

Madero, Emiliano Zapata, Francisco Villa o Felipe

Ángeles eran tratados como gloriosos héroes

revolucionarios; por el contrario, Victoriano Huerta o

Félix Díaz –aquel sobrino de Don Porfirio– eran

juzgados como traidores a la patria.

Indudablemente, la Revolución Mexicana fue un

poderoso estímulo para que los corridistas dieran rienda

suelta a su lírica poética y musical. Posibilitó el

surgimiento de una enorme cantidad de corridos, cuyo

valor histórico y cultural nos ha permitido, entre otras

cosas, familiarizarse con las costumbres y la vida común

de los ejércitos revolucionarios. Los cantos nacieron de

personas que se integraron a una batalla por un ideal de

nación, o simplemente –como la gran mayoría– por no

tener nada que perder.

Aunque los corridos tuvieron su etapa de esplendor en

la época revolucionaria, siguen sonando fuerte. Han

inmortalizado desastres naturales, dramas familiares y

pasionales, eventos felices y trágicos. Han emocionado

con sus relatos sobre carreras de caballos, o manejado el

humor negro y la crítica social para burlarse de políticos

y caudillos. También han enaltecido a los inmigrantes

mexicanos, narrando sus sorprendentes aventuras en

busca del sueño americano, y enmarcado historias

campiranas y obreras.

Si necesitásemos pruebas del éxito que han gozado los

corridos, y por supuesto de las historias contenidas en

los mismos, convendría poner atención a su

comercialización y promoción en los medios de

comunicación, que han sabido aprovechar una de las

vetas más ricas de la canción mexicana.

Por otro lado, hay quienes creen que el corrido ha dejado

de ser un detonador social y espacio para la reseña de

hechos históricos. Lo consideran como un ornato

nostálgico, a pesar de que el género continúa

reproduciéndose considerablemente. Ha sido criticado

por contener rasgos de la música norteña y grupera, que

recurren a instrumentos como el acordeón, el

contrabajo y el bajosexto, distintos a los que originalmente

se usaban, como la vihuela, el laúd y la guitarra clásica:

artefactos de introducción europea.

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A pesar de estas aserciones, el corrido ha figurado

entre los estilos más conocidos de música latina,

con gran peso en los EE. UU. y países del sur. En la

Unión Americana la mayoría de discos latinos han

sido de origen mexicano; un gran porcentaje de

ellos: los afamados narcocorridos, un subgénero

tocado a ritmo de polca o vals por conjuntos de

acordeón o de viento. Muchas de estas canciones

han mantenido el estilo clásico de las baladas y

romances medievales, y para algunos compositores

han servido de vínculo anacrónico entre las

tradiciones poéticas de Europa y el mundo del

narcotráfico.

Otro caso, todo un fenómeno musical de los

noventa, relacionado con los narcocorridos

mexicanos, ha sido el de los corridos prohibidos de

Colombia. Éstos han sido gratamente aceptados

por los estratos comunes de Colombia, en zonas

urbanas y rurales.

Cabría aclarar que la influencia exterior hacia

Colombia comenzó a darse desde las primeras

décadas del s. XX, con la incursión de ritmos

argentinos, españoles, cubanos y mexicanos. Los

narcocorridos mexicanos llegaron al medio

colombiano mediando la relación entre las mafias

de ambos países. Esto llegó al grado de que uno de

los principales líderes del narcotráfico de

Colombia, Rodríguez Gacha, fue apodado El

Mexicano gracias a su marcado gusto por la música

de nuestra nación. (Por cierto, corridos anónimos

han sido dedicados a la vida de este personaje.)

Los narcos colombianos se han permitido el lujo de

hacer llegar grupos musicales del extranjero a sus fiestas.

Aquí y allá, los mercaderes de la droga han sido los

principales patrocinadores y consumidores de los

narcocorridos. Podríamos asegurar que gracias a este

subgénero, el corrido no ha perdido vigencia.

Como uno de los elementos culturales que

verdaderamente han dado identidad nacional, habría que

repensar al corrido como una forma de memoria

colectiva; como un vehículo para hacer presentes

historias de nuestro sentir popular, a través de la música.

He aquí unas muestras:

(Autor[es] desconocido[s].)

A las seis, a Guadalupe,por la casa de Cifuentes,llegaron el Cura Hidalgoy su tropa de insurgentes.¿Qué harán esos gachupines,mercaderes y mineros,con Hidalgo y con Iriarteque son hombres justicieros?Hay fogatas en la plazay en los cerros guarniciones,Hidalgo está con Zaldúa,y hay jefes en los mesones.¡Pobrecitos gachupines,les quitaron todo el oro!No pasará eso a Zaldúa,porque Zaldúa es muy zorro.

¿Por qué tendrá Hidalgo escolta,si es valiente y es guerrero?—No lo sabe ni la tropa,Contimás el pozolero.¡Arriba Miguel Hidalgoque ha llegado a nuestra tierra,que ha matado gachupinesy que les hace la guerra!

Las Mañanas de Hidalgo1

1

En GONZÁLEZ Ramírez, Manuel. (2010, 16 de enero.) “Noticieros de los Centenarios: El Corrido más antiguo de Zacatecas… ¿y de México?”. DIARIO DE XALAPA

[en línea]. Xalapa, México. Consultado en http://www.oem.com.mx/diariodexalapa/notas/n1493370.htm, el 18 de octubre de 2010.

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Corrido del Agrarista(Lorenzo Barcelata Castro.)

Marchemos agraristas a los campos,A sembrar la semilla del progreso,Marchemos siempre unidos sin tropiezo,Laborando por la paz de la nación.

No queremos ya más luchas entre hermanos,Olvidemos los rencores, compañeros,Que se llenen de trigo los graneros,Y que surja la ansiada redención.

Voy a empezar a cantarlesLa canción del agrarista,Les diré muchas verdades,Señores capitalistas.

Es el cantar de los pobres,Que en el campo trabajamos,Los que con tantos sudores,Nuestras tierras cultivamos.

Mucho tiempo padecimosLa esclavitud del vendido,Hasta que al cabo pudimosVer nuestro triunfo reunido.

¡Ay, ay, ay!,Luchando por nuestro anheloMurieron muchos hermanos,Que Dios los tenga en el cielo.

Don Porfirio y su gobierno,Formado por dictadores,Nunca oyeron de su puebloLas quejas y los clamores.

Siempre trabaja y trabaja,Siempre debiendo al tendero,Y al levantar las cosechasSalió perdiendo el mediero.

Nuestras chozas y jacalesSiempre llenos de tristeza,Viviendo como animalesEn medio de la riqueza.

¡Ay, ay, ay!,Luchando por nuestro anheloMurieron muchos hermanos,Que Dios los tenga en el cielo.

Decí'má compañeros:«Y en una fonda o caféSe presenta un arrancado.

»Luego sale cualquier criadoDiciendo: "Espérese usté". Pero si un decente fueQuien pidió plato o licor.

»Dicen: "Mande usted, señor,Pida usted, ¿qué se le ofrece?".Porque en este comedorSiempre el pobre desmerece.

»En cambio los hacendados,Dueños de vidas y tierras,Se hacían los disimulados,Sin escuchar nuestras quejas.»

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Entrevista con la Dra. Celia del Palacio MontielPor: Historiador Jorge Polo Chimal,Brigadista

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Veracruz, nutrido en cultura e historia, ha proporcionado en todas sus latitudes un cúmulo importante de hechos

sustanciales, algunos de los cuales han sido referenciados en Historiando con Vasconcelos.

Xalapa fue sede, en septiembre de este año, de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2010. El evento fue alusivo a la celebración del Bicentenario de la Independencia Nacional y el Centenario la Revolución Mexicana. Su programa, atractivo de inicio a fin, nos invitó a acercarnos a un tema poco conocido por los mexicanos: las mujeres en la Independencia. Los estudios a detalle han sido escasos, lo cual no habría de interpretarse como un reflejo de los hechos históricos en sí, sino del desinterés de los investigadores.

Grata fue la presentación de la novela Leona, de la Dra. en Historia Celia del Palacio Montiel. La autora abordó estupendamente la vida y acciones de Leona Vicario, insurgente destacada y relativamente olvidada en los libros de fácil acceso. Tuve la oportunidad de entrevistar a la escritora, una investigadora apasionada de su trabajo, que lo ha demostrado amplia y claramente con sus conocimientos, y su abierta disposición a desentrañar las dudas que ha dejado la historia oficial con el paso de los años. La historiadora, nacida en el Distrito Federal, y habitante por gran tiempo de Guadalajara, resaltó que Veracruz la atrajo fuertemente por su bagaje cultural e histórico, colmado de indicios para la realización de publicaciones meritorias.

Ambos conversamos sobre la importancia de aproximar la historia nacional de manera sugestiva a los mexicanos; de la necesidad de que conozcamos nuestro pasado, sin clasificar a los personajes en héroes o villanos; de darle a las acciones de los mismos una justa y humana representación.

La recompensa de haber entrevistado a Palacio Montiel fue la oportunidad de aludir, en el presente número, a Leona Vicario: una participante trascendental en la Independencia Mexicana, a través de la pluma de una escritora. Ambas, mexicanas.

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De niña solía convivir con mis abuelos paternos, oriundos de Nogales, Ver. De noche jugaba con mi abuelo Aurelio a los soldados; hacíamos papalotes con hojas blancas; y, entre otras cosas, nos entreteníamos escuchando discos de Pérez Prado, Elvis Presley y Mocedades. Ocasionalmente me relataba historias de cuando él era niño, y de acontecimientos que vivió la familia durante la Revolución Mexicana.

Su hermano mayor –me contó– se llamaba Miguel Andrade Espíndola –mi tío abuelo–, quien se enroló en el ejército carrancista. Por ello, mi bisabuela decidió acompañarlo y vivir con él. Mi abuelo se quedó con su padre, quien era arriero –es decir, transportaba mercancías.

De esta manera, mi tío y mi bisabuela vivían en campamentos, así como entre enfrentamientos protagonizados por los ejércitos de Carranza y el Realista. En una retirada, a mi tío abuelo le tocó ir en la retaguardia protegiendo a sus compañeros y a una que otra mujer. Pero esa vez la suerte no estaba de su lado, pues una bala le atravesó la nuca y salió por un ojo. Recibió la debida atención médica, pero sucumbió a una profunda depresión que lo incitó a quitarse la vida, hasta que un compañero le dijo que no fuera un tonto, que su vida no terminaba ahí, y que recordara el por qué se había unido a la lucha revolucionara. Por fortuna, mi tío hizo caso.

Mi tío nunca se casó; tras una desilusión amorosa cerró su corazón. Pero era de temperamento fuerte. Tuvo algunos pleitos en las pulquerías, por lo que lo arrestaban y mis bisabuelos se veían en la necesidad de sacarlo de la cárcel.

Así vivió durante algunos años, mientras le duró el dinero obtenido durante su etapa como militar. Tan pronto México entró en paz, consiguió trabajo en la fábrica de Río Blanco, Ver., como velador. Pasó la última fase de su vida en soledad, en Nogales, pues mi abuelo y su familia se habían trasladado a Xalapa. Mi tía Francisca a veces lo visitaba, para asegurarse de que siguiera bien. Murió de una trombosis, ocasionada por una caída. Desgraciadamente mi abuelo no estuvo presente en el entierro, lo que le provocó un dolor inmenso, ya que había perdido a su único hermano. En honor a él, el primogénito de mi tío Manuel también se llama Miguel.

No lo conocí en persona, pero mis abuelos, tíos y padres nos inculcaron a amarlo y a respetarlo en ausencia. Y no es para menos: peleó por un ideal que consideraba justo para un pueblo sumido en la miseria. Como la historia de mi tío abuelo, hay varias registradas en las memorias de los abuelos o, quizás, de algún otro familiar.

La falta de interés, o el simple desconocimiento de nuestra historia, han generado que no le demos importancia a nuestros abuelos o adultos mayores. Mientras los ignoramos, no nos damos el placer de conocer leyendas, experiencias de vida y relatos de misterio: historias transferidas por los bisabuelos de generación en generación. Deberíamos apreciar esas memorias, considerándolas como un baúl repleto de conocimientos que buscan salir a la luz. Lo más importante, sin duda, es que aprendamos a revalorar a nuestros abuelos mientras sigan con vida.

Mi Tío Abuelo: Una Vida, Una HistoriaPor: Historiadora Mireya Santos Gerardo,Brigadista.

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Testimonio

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Testimonio

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