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    HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS.

    MATERIALES DIDCTICOS II: ARQUITECTURA YURBANISMO

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    HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS.

    MATERIALES DIDCTICOS II: ARQUITECTURA YURBANISMO

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    CARLOS DOMNGUEZRAFAEL BRIONES

    (Eds.)

    GRANADA2003

    HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICAY FILIPINAS.

    MATERIALES DIDCTICOS II:ARQUITECTURA Y URBANISMO

    Director de la serie:RAFAEL LPEZ GUZMN

    Coordinacin CientficaRAFAEL LPEZ GUZMN y GLORIA ESPINOSA SPNOLA

    AutoresM. L. BELLIDO GANT, G. ESPINOSA SPNOLA, R. GUTIRREZ VIUALESR. LPEZ GUZMN, A. RUIZ GUTIRREZ y M. A. SORROCHE CUERVA

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    Reservados todos los derechos. Est prohibido reproducir o transmitir esta publicacin, totalo parcialmente, por cualquier medio, sin la autorizacin expresa de Editorial Universidad deGranada, bajo las sanciones establecidas en las leyes.

    LOS AUTORES. UNIVERSIDAD DE GRANADA.

    HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS. MATERIALESDIDCTICOS II: ARQUITECTURA Y URBANISMO.

    DIRECCIN DE LA SERIE: RAFAEL LPEZ GUZMN. COORDINACIN TCNICA: GUADALUPE ROMERO SNCHEZ. ISBN: 84-338-3044-9. Depsito legal: GR-1.582-2003. Edita: Editorial Universidad de Granada, Campus Universitario de Cartuja. Granada. Fotocomposicin: Taller de Diseo Grfico y Publicaciones, S.L. Granada Imprime: Imprenta Comercial. Motril. Granada. Printed in Spain Impreso en Espaa

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    PRESENTACIN

    Este texto forma parte de un proyecto encargado por la Editorial Universitaria deGranada con el objetivo de presentar a los alumnos universitarios una serie de mate-riales didcticos que les sirvan como esquemas bsicos para la comprensin de laHistoria del Arte en Iberoamrica y Filipinas.

    El manual se estructura mediante captulos que corresponden a los momentosculturales ms sobresalientes de la historia de Amrica, los cuales llevan anexos co-mentarios de las obras ms representativas de cada captulo y un apndice documen-tal que puede facilitar comentarios y debates en el aula. A ello se aade una bibliografabsica de obras clsicas y de acceso en las bibliotecas universitarias. Adems, seincorpora en la edicin un CD que permite seguir el texto impreso, pero con lasimgenes en color.

    Este proyecto est integrado por tres manuales que corresponden a las materiasreferidas a Amrica y Filipinas que se imparten dentro de la Licenciatura en Historiadel Arte de la Universidad de Granada: Culturas Prehispnicas, Arquitectura yUrbanismo y Artes Plsticas.

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    INTRODUCCIN

    El objetivo de este manual no es otro que facilitar la comprensin de losprocesos arquitectnicos y urbanos que se suceden en Amrica y Filipinas desdeel siglo XVI hasta la actualidad. Para ello hemos tenido en cuenta tanto la diver-sidad geogrfica como cultural, as como el proceso histrico de apropiacin delterritorio. En este sentido nos parece muy sugerente un libro publicado en 1991de Bartolom y Lucile Bennassar con el ttulo 1492 un nuevo mundo?, dondese analizan los procesos contemporneos a la cifra mgica, sealando con undiscurso mas de ensayo que cientfico, la no existencia de la conciencia de Am-rica hasta bastantes aos despus de la paradigmtica fecha. Sealan, los autores,muy ocurrentemente, que en la Navidad de 1492 nadie en Europa saba queexista Amrica. En aquel momento eran mas importantes otros acontecimientoscomo la muerte de Lorenzo el Magnfico y la crisis florentina, la conquista deGranada y la definitiva expulsin de los musulmanes de la Pennsula, la muertedel Papa Inocencio VIII y el ascenso a la tiara pontificia de Alejandro VI, el PapaBorgia, o los proyectos de Hrcules de Este en Ferrara que trataba de realizar unensanche ordenado y racional de su ciudad, ahogada en el entramado medieval.No es el descubrimiento de Amrica lo que preocupa a los europeos en 1492 y asseguir siendo durante bastantes aos.

    Es precisamente la dcada 1520-1530, el momento en que se produce una trans-formacin histrica evidente, tanto por los acontecimientos americanos como euro-peos. Carlos V y el nuevo imperio, Lutero y su Reforma, de igual forma Juan SebastinElcano completa la vuelta al mundo, y Hernn Corts, se apodera de la zona mesoame-ricana donde la situacin con respecto al Caribe es radicalmente diferente. A gruposculturales que apenas haban salido del estadio de recoleccin se le contraponen lasgrandes culturas continentales encabezadas por los aztecas.

    Este s es el momento del cambio, el de la apropiacin simblica de una nuevageografa del mundo y aunque la historia tarde todava siglos en otorgarle la primacadel descubrimiento a Coln, a partir de los aos 20 el problema poltico y cultural quelas nuevas tierras plantean a Espaa y a Europa cambia sustancialmente.

  • INTRODUCCIN10

    A nivel artstico, es lo que nos interesa, se ha hablado siempre de una transcultu-racin directa en el caso del Caribe al no encontrar culturas desarrolladas pero, igual-mente, tampoco haba all ni riquezas extremas ni suficiente poblacin para grandesinversiones edilicias. La pobre aunque pionera catedral de Santo Domingo o la casade Hernando Coln no son mas que monumentos aislados que, en una inmediatasegunda fase, cedern su preeminencia a otra tipologa bien distinta: la de los inge-nieros. Condicionada, como estuvo, la corona espaola por los ataques de piratas ycorsarios se proceder al diseo de un programa de fortificaciones entre el cabo deHornos y la Florida que tendr su punto lgido en poca de Felipe II.

    En Mxico y Per la situacin va a ser distinta. Aqu se trata de establecer unasociedad estable dotada de todos los organismos e instituciones peninsulares. Lacreacin de obispados, audiencias, universidades y, sobre todo, de los virreinatos,permite pensar en el diseo de un organigrama social sin los defectos de la viejaEuropa. En este lado del Atlntico, es un momento prolfico, precisamente, de litera-tura utpica, con descripciones de tierras imaginarias y funcionamientos casi paradi-siacos. Es importante, igualmente, que las rdenes religiosas entren en Amrica conpretensiones mesinicas y valorando cuestiones de iglesia primitiva.

    Los captulos que continuan parten de la siguiente hiptesis, o mas bien realidadcotejable, y es que los desarrollos de la arquitectura en Amrica son paralelos a lospeninsulares en tiempo y forma. No estamos de acuerdo, en absoluto en mantener esaidea de sucesin de estilos, los mismos que en Espaa pero con cuarenta o cincuentaaos de retraso. Esta lnea historiogrfica no lleva mas que a la infravaloracin delarte americano, cuando no es cierto. Hay arte de calidad y de mala calidad en Espaay en Amrica y eso al margen de fechas. Pero cuando la moderna historiografa hasuperado las tesis de Plateresco, Purismo y Herreriano, qu se pretende mantenin-dolas en Amrica?.

    Fernando Maras expresa este concepto con enorme claridad al tratar de las rela-ciones entre las catedrales espaolas y de Nueva Espaa. Seala que lo que podra-mos llamar taxonoma estilstica (gtico, renacimiento, mudjar, plateresco, manierista,e incluso barroco), habran sido totalmente ininteligibles para los productores, fueranindgenas o espaoles.

    Para diferenciar y definir fenmenos arquitectnicos se deba partir en su momen-to de lo conocido y lo propio, de lo que sera comprensible para los nuevos construc-tores de edificios, funciones, usos y referencias al mundo moderno, castellano, espaol,que los conquistadores haban dejado atrs, pero que intentaban lgicamente reviviren Amrica.

    De ah, que con Fernando Maras, postulemos por la recuperacin de una termino-loga histrica, tomada de los documentos y textos contemporneos, al menos espa-oles, que la produjeron: como castellano (aunque tambin como morisco enotros contextos, como los andaluces) aparece lo que denominamos mudjar, moder-na la arquitectura gtica, a la romana la renacentista.

    Vamos a analizar las tipologas mas importantes en la arquitectura americana, vien-do cuales son las innovaciones y las limitaciones para concluir sealando sus valoresoriginales y su dependencia con respecto a modelos espaoles o europeos, sin olvi-dar la supuesta asimilacin de propuestas prehispnicas.

  • INTRODUCCIN 11

    Valores que se irn internacionalizando en los siglos XIX y XX, momento presidi-do por la independencia donde las jvenes repblicas americanas primero buscarnotras fuentes culturales en Europa y, mas tarde, reflexionarn sobre sus races, reto-mando sus propios presupuestos histricos. Es ms, la vitalidad creativa les llevar,en el siglo XX, al diseo de propuestas arquitectnicas y urbanas vanguardistas conrespecto a la globalizada cultura del momento.

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    CAPTULO PRIMEROURBANISMO HISPANOAMERICANO

    INTRODUCCIN

    Los estudios sobre la ciudad hispanoamericana realizados en los ltimos aos hansupuesto un avance decisivo para el conocimiento de los sistemas de colonizacin yapropiacin territorial seguidos por los espaoles en el Nuevo Mundo. Es ms, elanlisis urbano se ha revelado como la metodologa ptima de acercamiento al restode fenmenos arquitectnicos. Ni iglesias, ni conventos, ni edificios institucionales oprivados encuentran su perfecta significacin mas que en su funcionamiento dentrodel entramado urbano.

    Vamos, por tanto, a reflexionar sobre antecedentes y diseo de la ciudad hispano-americana. Tambin, abordaremos las significaciones de la plaza mayor que, desdenuestro punto de vista, supone una de las aportaciones americanas de mas trascen-dencia en la configuracin y en la sociologa de la ciudad.

    La consolidacin de la presencia espaola de Amrica est basada en la funda-cin, diseo y crecimiento de las ciudades. El proceso de formacin de la red deasentamientos urbanos se realiza muy rpidamente, con muy limitados recursos hu-manos y econmicos y sobre un espacio geogrfico vastsimo, lo que dio lugar a unesquema de organizacin territorial con ncleos urbanos muy alejados entre s.

    Estas ciudades son, asimismo, los elementos simblicos del nuevo poder. Repre-sentan la voluntad de tierra conquistada y la posibilidad de expansin; y son lospuntos de penetracin de la nueva cultura, de la difusin lingstica y de la imposi-cin espiritual. Adems, concentra las instituciones de la justicia y el Estado, centra-liza los impuestos y tributos, asegura las vas de comunicacin y dinamiza el comercioy la produccin.

    La fundacin de nuevas poblaciones tuvo en cuenta los asentamientos indgenas,a excepcin de los puertos y de los centros mineros. Sin embargo, los asentamientosfueron, en la mayor parte de los casos, nuevos con una planificacin y desarrollo conarreglo a conceptos generalmente ajenos a los de las culturas precolombinas.

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    El proceso de concentracin urbana sorprende por su rapidez y su volumen.Hacia 1580 existe constancia de la fundacin de al menos 230 ciudades permanentesy en 1630 de unas 330.

    Ahora bien, a lo sorprendente de esta celeridad edificatoria se une el hecho de quela mayora de las ciudades responden a un mismo modelo urbanstico con escasasvariantes. Trazadas a cordel y regla, definen una trama geomtrica donde callesrectas se cruzan formando una retcula. En el centro quedar abierta la plaza mayorque ser el ncleo simblico y vital de la nueva ciudad.

    La poca variedad, a grandes rasgos, de tipologas urbanas y la repeticin de mode-los con ms o menos elementos diferenciadores es una de las cuestiones ms debati-das por los historiadores en un intento de buscar un modelo urbano nico.

    De hecho, cuando en 1573 Felipe II formula las Ordenanzas de Descubrimientoy Poblacin ya estn funcionando numerosas ciudades, los modelos, por tanto,estn establecidos. En un sentido similar tenemos que resear las normativas dadas

    SISTEMA DE OCUPACIN DEL TERRITORIO (Segn Marta Beatriz Silva).

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    por la Corona a algunos conquistadores en las que no se aclara nada sobre la formade las ciudades y solo se reducen a recomendaciones genricas.

    No obstante, hay que sealar que exista una larga historia urbana europea ehispana. Que no hubiera normas escritas concretas no impide que la propia tradicinimpusiera una serie de formulaciones propias.

    En cuanto a la posibilidad de existencia de un urbanismo prehispnico capaz deinfluir en el diseo de las nuevas ciudades, tenemos que sealar que cuando losespaoles conocieron las grandes ciudades aztecas e incas, los modelos ya se habanexperimentado en zonas geogrficas menos desarrolladas como eran las islas caribe-as y algunas zonas del istmo centroamericano. Que los trazados rectilneos primarnen Tenochtitln o Cuzco no son razones si tenemos en cuenta las fechas de conquis-ta y la fundacin de Santo Domingo (1502) por citar uno de los ejemplos paradigm-ticos.

    No obstante, nos parece importante resear la existencia de trazados rectilneos enalgunos centros urbanos prehispnicos, con funciones, fundamentalmente, de carc-ter ceremonial y coyunturalmente de mercado. Esto supone que los nuevos modelosde ciudad no se van a ver como algo totalmente extrao a sus culturas, facilitando,de esta forma, la instalacin de naturales en estos centros, bien en barrios segregadosinicialmente o en pueblos de indios especficos para la poblacin autctona.

    ANTECEDENTES URBANOS EUROPEOS

    En lo que respecta a posibles antecedentes europeos la historiografa actual hadescartado definitivamente las ciudades utpicas del Renacimiento italiano, ya que lamayor parte de ellas no responden a un sistema reticular sino estrellado o circular y,adems, en raras ocasiones se plasmaron, lo que hace inverosmil que pudieran influirdesde el plano exclusivamente terico.

    La bsqueda de antecedentes en la tradicin clsica es otro de los pensamientosrecurrentes. Ahora bien, la influencia hipodmica o del castrum romano solo es posible atravs de un mal conocido urbanismo medieval que hinca sus races en el mundo antiguo.

    Mas cerca en el tiempo, sabemos que en el siglo XIV confluyen dos modelos urbanos,uno prctico y otro terico, enormemente significativos para el tema que tenemos entremanos. En el ao 1300 Jaime II redacta las ordenaciones mallorquinas en un periodo deauge comercial tras las conquistas expansivas de Jaime I en el siglo anterior. El rey arago-ns propone una ciudad con cuadrcula perfecta. El diseo solo prosper en las poblacio-nes de Petra y Sa Pobla, pero constituye el mas fiel antecedente de las trazas cuadricularesllevadas a cabo en Amrica 150 aos despus.

    A fines del siglo XIV un fraile franciscano, Francisco Eiximenis, redact una espe-cie de enciclopedia El Cresti donde plantea el ideal de ciudad cristiana. El volu-men doce se refiere al gobierno de la cosa pblica. Posiblemente est influenciadopor la realidad urbana en la que vive, la Valencia de fines del siglo XIV. Ciudad detraza musulmana donde conviven distintas tnias y religiones. Eiximenis deseaba quese convirtiera en una nueva ciudad cristiana dotada de edificios religiosos e iglesiasconvenientemente ornamentadas.

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    CIUDAD TERICA DE EIXIMENIS. (1.Puertas principales, 2.Puertas secundarias, 3.Plazaprincipal, 4.Plazas secundarias, 5.Palacio Episcopal, 6.Catedral, 7.Casas Sacerdotes, 8.Parro-quial, 9.Conventos Mendicantes y 10.Palacio civil. (interpretacin de J.L.Garca Fernndez).

    PLANO DE VILLARREAL (CASTELLN) (segn A.L.Molina Molina).

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    Su idea de ciudad responde al esquema de cuadrcula. La interpretacin grfica pre-sentara una urbe dividida en cuatro grandes barrios con plaza principal en el centro yplazas centrales en cada cuartel. Como ciudad religiosa el centro es ocupado por lasviviendas de la jerarqua eclesistica (casas de sacerdotes y palacio episcopal) y la cate-dral. Cada cuartel tiene su parroquia as como su convento mendicante situado en elngulo. El palacio del prncipe, jerarqua civil, es trasladado a un extremo de la ciudad,debiendo estar rodeado de fuertes y altas murallas. Idea, esta ltima, que recuerda lasalcazabas y palacios musulmanes situados mas elevados e independientes de la medina.Esta estructuracin frecuente en el urbanismo islmico fue excepcional en las ciudadescristianas medievales mas ruralizadas y con menor concentracin poblacional.

    Esta separacin del poder civil y eclesistico aparece tambin en Petra, aunqueinvirtiendo la jerarqua en su situacin urbana. El conocimiento de las ordenacionesmallorquinas por parte de Eiximenis y hasta de la existencia de Petra y Sa Pobla esbastante probable dadas las relaciones y facilidad de comunicacin entre Valencia yPalma de Mallorca donde, adems, exista un convento de su orden, a lo que se unesu participacin en la vida cvica formando parte de una comisin encargada decombatir la piratera en las costas de Levante, lo que implica un conocimiento geo-grfico y poblacional de la zona.

    PLANO DE PETRA (MALLORCA) (1.Plaza de Ramn Llull, 2.Plaza de Junpero Serra,3.Espacios de la Iglesia) (interpretacin de J.L.Garca Fernndez).

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    Por otro lado, la importancia de la orden franciscana en los primeros momentos dela colonizacin de Amrica hace fcil establecer la relacin con el modelo urbano dela propia orden, la utopa del reino milenario como ciudad cristiana.

    De forma paralela a las experiencias mallorquinas y tericas del franciscano, exis-ti a lo largo de la Edad Media peninsular una serie de fundaciones que unandirectamente con la tradicin del castrum romano y donde las ciudades romanasevolucionadas seran un ejemplo a seguir como Tarragona, Mrida o Braga. As sefundaron entre los siglos XII al XIV urbes como Puente la Reina (1122), Villarreal(1272) o Briviesca (1313) que ofrecan de forma mas o menos clara un trazado orto-gonal con el cardus y decumanus clsicos.

    Esta experiencia concluye en la traza de la ciudad de Santa Fe de Granada. Fun-dada por los Reyes Catlicos en 1491, despus del incendio que destruy su campa-mento durante la toma de la capital nazar. El trazado de Santa Fe se aproxima a lasformas ortogonales, organizndose a partir de dos calles longitudinales y una trans-versal en cuyo cruce aparece la plaza.

    Estas dos tradiciones medievales, la protagonizada por Jaime II y Eiximenis y, porotro lado, la tradicin de campamentos militares son las dos variables que mostrarnlos rasgos fundamentales de las ciudades hispanoamericanas.

    La traza Jaime II-Eiximenis significa manzanas cuadradas y separacin de las ins-tituciones civiles de las eclesisticas. Mientras la tradicin del campamento romano,concretada en Santa Fe de Granada como ltima experiencia, supone manzanas alar-gadas y unin de funciones civiles y eclesisticas en una misma plaza. La intersec-cin de estas caractersticas dar las siguientes posibilidades:

    PLANO DE SANTA FE (GRANADA) (1.Casa Real, 2.Hospital, 3.Alhndiga, 4.Puerta deGranada, 5.Puerta de Loja, 6.Ayuntamiento) (interpretacin de J.L. Garca Fernndez).

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    1. Manzanas rectangulares o irregulares (tradicin castrense) con la iglesia fuerade la plaza (Jaime II-Eiximenis). Ejemplos: Cartagena de Indias y Santa Marta.

    2. Manzanas cuadradas (Jaime II-Eiximenis) con iglesia en la plaza mayor (tradi-cin castrense). Ejemplos: Popayn, Quito, Arequipa y Lima.

    3. Manzanas rectangulares con iglesia en la plaza repitiendo las dos caractersticasde lo castrense. Ejemplos: Riohacha y Puebla de los ngeles.

    LA SISTEMATIZACIN AMERICANA DE LOS MODELOS: SANTO DOMINGO

    Esta propuesta terica se concreta en Amrica a partir de una serie de ciudadesemblemticas que por su importancia poltica funcionarn como horizonte ideolgicode perfeccin a imitar por el resto de asentamientos. La primera de ellas es, sin lugara dudas, Santo Domingo.

    La fundacin de Santo Domingo por Nicols de Ovando en 1502 aparece comoparadigmtica en el proceso urbano de Amrica. Las normas dadas por el rey Fernan-do en 1501 no pueden ser mas imprecisas: ...veris los lugares e sitios de la dicha islay conforme a la calidad de la tierra y sitios y gentes allende los pueblos que ahorahay, haris hacer las poblaciones en el nmero que vos pareciere.

    Nicols de Ovando estuvo presente en la fundacin de Santa Fe de Granada y,por tanto, no es de extraar que fuera ste el ejemplo seguido por el gobernador enfechas tan cercanas a la fundacin granadina en que sta mantena su prestigiopoltico como residencia real. Ovando disea una ciudad castellana con todas susfunciones administrativas y de servicios. Incluso, por cdula real de 1507, sus pobla-dores tuvieron el privilegio de elegir a los alcaldes.

    SNTESIS DE ANTECEDENTES URBANOS AMERICANOS (segn Jaime Salcedo).

  • RAFAEL LPEZ GUZMN Y GLORIA ESPINOSA SPNOLA20

    PLANO DE SANTO DOMINGO, 1861.

    SANTO DOMINGO. CATEDRAL Y PLAZA MAYOR.

  • HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS 21

    La traza de la ciudad ovandina se caracteriza por la existencia de calles rectas eininterrumpidas (solo cuatro estn cerradas, dos de ellas junto a la catedral), manza-nas cuadradas o rectangulares, si bien algunas tienden a formas trapezoidales, plazamayor en el centro con la iglesia-catedral situada lateralmente y el Ayuntamiento.

    Pese a que la ciudad estaba junto al mar con su puerto en la desembocadura del roOzama, la plaza mayor ocup una zona central, aunque desplazada, de la traza original yno se llev como ocurrir en otras ciudades portuarias junto al mar; idea presente, poste-riormente, en las ordenanzas de Felipe II. Respecto a la catedral de forma lateral a la plazatenemos que considerar la solucin como medieval ya que se intentaba que el recogimien-to propio del culto no se viera alterado por el ajetreo natural de la plaza. No obstante, lapresencia de la mole arquitectnica sobre la misma recordaba el papel de la iglesia. Poste-riormente, las iglesias o catedrales se abrirn con sus fachadas hacia la plaza mayor y enotros casos, como sucede con Santo Domingo, nuevas edificaciones, como los miradores,hacia la plaza primarn estas fachadas secundarias.

    LIMA (PER). PROYECTO DE DEFENSA MEDIANTE CAONES, 1626.

    La idea medieval de separar la iglesia de la plaza mayor para proteger el ritualreligioso del tumulto no fue seguida de forma genrica, optndose, en numerososcasos, por la situacin de la iglesia de forma lateral a la plaza, abriendo la portadaprincipal a una pequea plaza o, simplemente, a la calle. La situacin de la iglesia conrespecto a la plaza, la eleccin de un lateral u otro, y las modificaciones que serealizarn cuando se produzcan sustituciones buscando una mayor amplitud y mo-numentalidad han sido objeto de estudio en casos puntuales, llegando, incluso, a

  • RAFAEL LPEZ GUZMN Y GLORIA ESPINOSA SPNOLA22

    sealar la distribucin espacial como la rbrica de los fundadores que repiten endistintas ciudades el mismo esquema frente a otros que modifican y personalizan deesta forma su diseo.

    PLANO DE CARACAS (VENEZUELA), 1775.

  • HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS 23

    No vamos a entrar en profundidad en este tema ya que lo que nos interesa es launidad religiosa y civil que se produce en este espacio que, una vez los presupuestoshumanistas avancen, plantear soluciones de apertura de las fachadas religiosas a laplaza, con la posibilidad de variacin y giro en proyectos ya trazados como el casode Mxico en el siglo XVI o ms tardamente en el siglo XVIII las correspondientes aSantiago de Cuba, Popayn, Santiago o Concepcin en Chile.

    Es interesante constatar que mientras se acelera el proceso de plasmacin en laPlaza Mayor del poder civil y eclesistico, las Ordenanzas de Felipe II de 1573sugieren situar el templo distante de la plaza, o al menos interponer otro edificioinstitucional. Esta defensa del recato y respeto debido a las actividades religiosas noes paralela, como hemos sealado, al sistema de asentamiento generalizado en lasciudades mas importantes. Solo en aquellas con participacin de las rdenes mendi-cantes donde el convento se sita como el centro religioso por antonomasia, el atriofuncionar como elemento separador con la plaza civil. Son los casos de Huejotzingoo Cholula en Mxico por citar dos ejemplos significativos.

    PLANO DE QUITO (ECUADOR).

    Segn Leonardo Benvolo, uno de los mas brillantes estudiosos del urbanismorenacentista, el esquema urbano ideado en Amrica en las primeras dcadas del 500y consolidado por la ley de 1573 es el nico modelo de ciudad nueva producido porla cultura renacentista y controlado en todas sus consecuencias ejecutivas. Estemodelo contina funcionando por cuatro siglos ya sea en Amrica como en otroslugares y despus de ser generalizado en el cuadro de la cultura neoclsica, servircomo base para la mayor transformacin territorial de la poca moderna: la coloniza-cin y urbanizacin de los Estados Unidos de Amrica.

  • RAFAEL LPEZ GUZMN Y GLORIA ESPINOSA SPNOLA24

    PLANO DE PANAM, 1673.

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    Aadir, en este sentido, que cuando en el siglo XVIII los borbones espaolesintenten asegurar las fronteras americanas ante el expansionismo de otras potenciaseuropeas (Francia, Inglaterra, Portugal) se realizarn un nmero elevado de ciudadespor iniciativa real que vuelven a repetir la normativa y las tipologas vigentes desdeel siglo XVI.

    LA PLAZA MAYOR

    La plaza mayor como espacio urbano aparece en cualquier fundacin espaola enAmrica, al margen del nmero de habitantes o de la importancia jurdica de la ciudadtrazada. Su estructura es el resultado de dejar uno o varios cuadros de la retcula librepor lo que sus dimensiones equivalen a las de las manzanas correspondientes sumn-dole el ancho de las calles. Pero, en el momento de la traza inicial, la plaza es elelemento generador del diseo, desde sta se tiran las calles, independientemente queal final del proceso la plaza ocupe geomtricamente el centro o quede desplazada.No obstante, siempre ser el centro vital de la nueva ciudad.

    PLAZA MAYOR DE MXICO. (CRISTOBAL DE VILLALPANDO, 1695).

  • RAFAEL LPEZ GUZMN Y GLORIA ESPINOSA SPNOLA26

    A lo largo de la historia moderna e, incluso, actualmente, la plaza mayor concentrala vida ciudadana y conserva parte de las funciones originarias incrementadas conlas de convivencia y representacin renovadas hoy da. Se convierte en el smbolo dela ciudad al comprender en su permetro los edificios institucionales mas representa-tivos (catedral o iglesia mayor, palacio episcopal o casa parroquial, Ayuntamiento,Crcel, galeras o soportales comerciales, casas de principales, palacio del gobernadory palacio virreinal en las capitales). Centra en el gran espacio abierto las diversasactividades cambiantes (comercio, ferias, ajusticiamientos, corridas de toros, festivida-des, procesiones, recepciones de personajes importantes, conmemoraciones, paseos,etc.), sin olvidar la presencia de, generalmente, una fuente de uso pblico y la picotao rollo cuyo significado del poder estatal es evidente. En algunos casos aparecenedificios especficos en relacin con la categora de la ciudad como el Palacio de laInquisicin o la Universidad.

    MADRID. PLAZA MAYOR. VISTA AREA.

    Tan importante es la Plaza Mayor como identificativa de la poblacin que en lasrepresentaciones parciales de las ciudades a lo largo de la Edad Moderna en cual-quier soporte o tcnica (grabados, pinturas, biombos, relieves) nos muestran la plazamayor como la imagen mas cualificada y su arquitectura como la representacin de lamagnitud y categora de la misma. Es ms, los cambios de infraestructuras y mobiliariourbano (delimitacin de vas de circulacin, ajardinamiento, esculturas monumentales,kioscos de msica, fuentes ornamentales, etc.) en las plazas ha sido la caractersticahistrica ms expresiva de los cambios y de la presencia de otras influencias cultura-les durante los siglos XIX y XX.

  • HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS 27

    Aunque la plaza mayor se teorizar en los inicios del Renacimiento como espa-cio de representacin del Estado donde se unan los distintos poderes (civiles yeclesisticos), lo cierto es que la vieja Europa con sus ciudades medievales oantiguas evolucionadas, con un conglomerado construido importante, era inca-paz de resolver la realizacin de un espacio cntrico y amplio que posibilitara lapresencia de estas instituciones y, a su vez, generara la comunicacin y la coor-dinacin viaria de la ciudad. Estas limitaciones harn que solo en Amrica sellegue a la concepcin monumental de la Plaza Mayor.

    De hecho las plazas mayores que se disean en las grandes urbes peninsularesa fines del siglo XVI o durante el siglo XVII (Madrid, Salamanca, Valladolid)tendrn un carcter cerrado, casi claustral, inmersas, adems, en la trama urbanapreexistente. Una solucin alternativa, tambin ensayada en la Pennsula Ibrica,ser la creacin de una Plaza Mayor con las mismas caractersticas pero pordelegacin. Es el caso de la ciudad de Granada de origen musulmn que andificulta ms por su urbanismo islmico la posibilidad de una plaza. Por estarazn, la Plaza de Bibarrambla, como plaza mayor granadina, presenta diversosbalcones institucionales que no albergan el edificio de las mismas sino solo surepresentacin. Incluso, como en el caso del Ayuntamiento, ser el arquitectoDiego de Siloe quien conciba un monumental edificio de tres alturas con balco-nadas desde donde el Cabildo preside los actos que se celebran en la Plaza, perono hay arquitectura detrs; la sede del Ayuntamiento estaba alojada en la antiguauniversidad rabe. Lo mismo sucede con la Chancillera o el Tribunal de la Inqui-sicin.

    LIMA (PER). PLAZA DE ARMAS, 1680.

  • RAFAEL LPEZ GUZMN Y GLORIA ESPINOSA SPNOLA28

    Tambin sealar que cuando en el Renacimiento se construyan nuevas ciudadesen la Pennsula Ibrica (Santa Fe de Granada (1491), Vera (1520) Almera, PuertoReal (1483) Cdiz o Los Villares, Mancha Real (1537), Valdepeas y Cabra deSanto Cristo en Jan) la plaza no se dibuja como generadora nica de retcula y,adems, siempre carece de las grandes proporciones de las plazas americanas; inde-pendientemente de la categora de la fundacin.

    CIUDADES IRREGULARES

    En este apartado nos referiremos a ciudades que tuvieron un origen al margen delos procesos de colonizacin, marcado, fundamentalmente por una ocupacin pro-ductiva concreta. Me estoy refiriendo, por ejemplo, a las ciudades mineras donde laproximidad de los filones y la movilidad rotativa de la mano de obra indgena forja-ban una imagen cercana al campamento con un desarrollo urbano imprevisible yadaptado, generalmente, a la irregularidad del terreno.

    Incluso, este tipo de ciudades alcanzaron su nominacin jurdica cuando ya estababien avanzado el proceso productivo por lo que no hubo ni una fundacin inicial, ni unanormativa bsica. A ello se une, en la mayor parte de los casos, la topografa quebrada delterreno. Adems, muchos de estos centros se agotaron y desaparecieron.

    Estos factores se resuelven en la realidad con una traza orgnica y diversa, decalles estrechas o anchas, espacios abiertos o plazas regularizadas, calles rectas oquebradas, topografa plana o en escala manifiesta.

    PANAM. PLAZA MAYOR, 1748.

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    El caso ms significativo es el de Potos. Su poblacin super los 150.000 habitan-tes en el siglo XVII y sus legendarias riquezas argentferas atrajeron a aventureros,conquistadores, comerciantes e ingenieros que organizaron a 4.000 metros de alturauna increble ciudad que descansaba sobre el empuje de los miles de mitayos indge-nas transportados para las duras faenas de la mina.

    Posteriormente, Potos intent ordenarse perdiendo la espontaneidad del primerasentamiento pero ello corri parejo a su decadencia, dejando la hegemona produc-tiva de Amrica a las minas de Nueva Espaa.

    En Mxico volvemos a encontrar esta vitalidad orgnica en la traza de sus ciuda-des mineras. Taxco, Guanajuato (1554) y Zacatecas (1548) son sus mejores ejemplos.En ellas la irregularidad planimtrica contrasta con la riqueza de algunas de susconstrucciones que muestran a nivel esttico los puntos lgidos en su desarrolloeconmico.

    Una ltima referencia a una tipologa de ciudad con una funcin exclusiva ysubsidiaria de otra, lo que obliga igualmente a un diseo irregular. Me refiero a laGuaira (Venezuela). En realidad no es otra cosa que el puerto de Caracas. Su situa-cin de defensa de la costa y lo escarpado del territorio obligaron a un urbanismoirregular siguiendo las diversas alturas del terreno y las fortificaciones estratgica-mente situadas que protegan tanto el puerto como el acceso a los territorios delinterior y la inmediata ciudad de Caracas.

    GUANAJUATO (MXICO), SIGLO XVIII.

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    POTOS (BOLIVIA). GASPAR MIGUEL DE BERRIO, 1758.

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    CHOLULA (MXICO), 1581.

    SELECCIN DE IMGENES

    LA CIUDAD DE CHOLULA (MXICO)

    La ciudad de Cholula constituye uno de los centros religiosos prehispnicosms importantes de Mesoamrica producindose sobre la misma uno de los cam-bios mas traumticos en cuanto a la concepcin de la ciudad precortesiana y suintegracin como un importante centro poblacional y econmico en el virreina-to.

    La existencia de buena y extensa tierra de cultivo, as como de mano de obrasupuso la llegada de numerosos espaoles a esta zona. Para 1542 la poblacin ind-gena haba sido removida de su asentamiento original para reformar la traza de laciudad prehispnica (radial y confluyendo en la gran pirmide y el centro ceremonialen su conjunto), dndole un ordenamiento cuadricular con amplio espacio abierto enel centro.

    Para fines del siglo XVI, los edificios espaoles que se haban construido en el coraznde la antigua planta precortesiana hacan que Cholula pareciera mas una ciudad ibricatrasplantada a suelo mesoamericano que una urbe indgena del altiplano.

    A mediados del siglo se haban levantado un hospital, el edificio del cabildo, elpalacio del corregimiento, un mesn, y ocupando un lugar preferente el instrumentoque denotaba mayor opresin: la picota. En un plano conservado de 1581 se consig-na la fuerza urbana del convento franciscano y de la imponente Capilla de los Natu-rales. La cuantiosa poblacin indgena que atenda y la rivalidad que tena que entablarcon la fama de los suntuosos templos y palacios precortesianos, hicieron que los

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    franciscanos construyeran uno de los ms bellos y espaciosos conventos de la NuevaEspaa. En el plano se observa, adems, la existencia de una hermosa fuente depiedra en el centro de la plaza.

    La ciudad lleg a ser una expresin muy acabada del sometimiento disciplina-do, eficaz, pacfico y civilizado de la poblacin indgena, siendo motivo de cele-bracin y paso obligado de la alta burocracia virreinal en el camino entre elpuerto de Veracruz y la capital del Virreinato. A modo de ejemplo significativodecir que en esta ciudad tuvo lugar el encuentro y cesin de poderes, en 1550,entre el virrey saliente Don Antonio de Mendoza y el entrante Don Luis deVelasco.

    LA CIUDAD DE MXICO-TENOCHTITLN

    Mxico-Tenochtitln tuvo su origen con la llegada de los mexicas (hacia 1325),edificndose de forma progresiva un gran centro ceremonial que llevara en la segun-da mitad del siglo XV a cerrar el espacio abierto central con un coatepantli o muro deserpientes que defina la zona sagrada del resto de la ciudad.

    Al margen de los edificios religiosos, que alcanzaron el nmero de setenta y ocho,se situaba la plaza de Tlatelolco donde se realizaba el mercado, lugar de intercambio

    MXICO. JUAN GMEZ DE TRASMONTE, 1628.

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    y contratacin, verdadero centro econmico del imperio azteca. En torno al centroceremonial los palacios de la clase dirigente y los del propio Moctezuma. Desde estecentro salan las cuatro calzadas que, a partir del coatepantli, conformaban cuatrobarrios en que se divida la ciudad.

    La llegada de Corts va a significar su destruccin parcial debido, principalmente,a incendios e inundaciones. Las sangrientas batallas libradas redujeron las condicio-nes higinicas conjuntamente con la falta de agua potable, lo que oblig al ejrcitoespaol a asentarse en Coyoacn.

    No obstante, Hernn Corts fue consciente desde el primer momento de la impor-tancia ideolgica de Tenochtitln para la cultura Tenochca, de ah su inters porrecuperar la ciudad. La decisin de conservar el sitio de la urbe indgena para cons-truir la espaola (por ms complicaciones prcticas que presentara, dada su ubicacinen medio de las aguas, en contraposicin a todos los esquemas del urbanismo ideal)tomada por el conquistador, desoyendo el parecer de sus capitanes y de las autorida-des municipales que representaban la todava inexistente ciudad, y que haban men-cionado otras poblaciones en torno a la laguna como idneas para la fundacin, erala ms acertada desde el punto de vista poltico y simblico.

    Respecto a la nueva traza de Mxico tendramos que reflexionar sobre su realizacinteniendo siempre presente el trazado geomtrico de la gran urbe indgena. Garca Bravo,su primer tracista, acepta los ejes principales de la ciudad azteca, coloca la plaza mayor enel lugar del rea sagrada y los nuevos edificios del poder religioso y poltico.

    La traza espaola seal el ncleo del asentamiento peninsular en la isla, delimi-tando una zona rectangular en el centro de la misma, donde prevaleca un rigurosocontrol municipal. Esta zona central se diferenciaba del resto de la isla donde noexista ningn plan urbano. Las parroquias indgenas no eran sino densas aglomera-ciones de chozas. Para 1541 los sectores indgenas de la ciudad haban crecido tandesordenadamente que era difcil circular. En un principio, la nica solucin que seencontr fue la compra de terreno a los indgenas para extender los dominios euro-peos. Mas tarde, en 1571 y por orden del virrey, se elabor una traza especial para elsector indgena. Esta se limit a la reorganizacin del artesanado para clarificar losaccesos a la ciudad.

    El caso de redefinicin de la capital mexica nos pone de manifiesto la importanciaque tuvo la existencia de una traza previa que adaptara el sistema reticular. Lainterseccin de la teora con la prctica dan nueva fuerza al modelo permitiendo suempleo a partir de este momento atendiendo a lo que sera el prestigio poltico quebrinda el ejemplo de la capital del virreinato.

    Una ciudad regularizada en su parte central pero que se expresa a nivel literario siseguimos la descripcin de Cervantes de Salazar al describir la calle Tacuba: Comose regocija el nimo y recrea la vista con el aspecto de esta calle! Cun larga yancha! que recta! que plana! y toda empedrada, para que en tiempo de aguas no sehagan lodos y este sucia... , o la Plaza Mayor:...

    Zuazo: Estamos ya en la plaza. Examina bien si has visto otra que le iguale engrandeza y Magestad.

    Alfaro: Ciertamente que no recuerdo ninguna, ni creo que en ambos mundospueda encontrarse igual. Dios mo!, cun plana y extensa!, que alegre!, que ador-

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    nada de altos y soberbios edificios, por todos cuatro vientos!, que regularidad!, quebelleza!, que disposicin y asiento!....

    Esta idea literaria se concreta visualmente en el plano de Juan Gmez de Trasmon-te (1628). Una ciudad reticulada con manzanas de diversos tamaos pero con traza-do ortogonal apenas interrumpido por acequias que no inciden en la forma de lasmanzanas y un difuminado casero junto al lago poco perceptible e, incluso, reticula-do con probables trazados de acequias y caminos que aseguran un proceso de am-pliacin regulado.

    EL MODELO DE PUEBLA DE LOS NGELES

    La imagen que se daba de la ciudad de Mxico no coincida con la realidad pero,en cambio, los ideales urbansticos de sus constructores se van a plasmar perfecta-mente en la ciudad de Puebla de los ngeles.

    Se funda en 1531 a instancia de los misioneros franciscanos que quieren actuarlibremente sobre los indgenas en las zonas densamente pobladas de Cholula, Tlaxca-la y Tepeaca. La decisin de esta fundacin proviene de la Audiencia de Mxico contrazas precisas para uso exclusivo, en principio, de espaoles.

    El lugar escogido se encontraba lejos del camino entre Mxico y Veracruz aunque mstarde fue necesario desviar la ruta para que pasara por la nueva poblacin. Aproximada-mente cuarenta civiles haban sido atrados por el proyecto y las primeras casas se levan-

    PUEBLA DE LOS NGELES (MXICO), 1717.

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    taron en la margen este del ro San Francisco. Unos meses mas tarde los colonos semudaron a la margen opuesta, definindose as lo que es actualmente el centro de laciudad. Las primeras construcciones fueron hechas con mano de obra indgena, y empla-zadas de acuerdo con la traza concebida por Alonso Martn Prez, quien se encargtambin de la distribucin de los lotes a los pobladores. La primera fase de urbanizacinfue de carcter provisional, levantndose solo cabaas rudimentarias.

    La poblacin se duplic rpidamente y prometa seguir creciendo a tal velocidadque se hizo necesario elaborar una nueva traza en 1532 bajo la direccin de unenviado de la Audiencia y de los franciscanos de varias misiones de la provincia.La construccin, de acuerdo con este nuevo plan, progres entre 1533 y 1534. Aeste segundo proyecto se debe la actual imagen de la ciudad. Se trata de unaparrilla rectangular de manzanas separadas por calles de mas de 13 metros de an-chura, con un eje principal que se cruza en ngulo recto con otro secundario.Manzanas de 180 por 90 metros descansando el lado mayor sobre el eje principal,es decir de este a oeste. Haba ocho lotes en cada manzana de dos mil metroscuadrados con 45 metros de frente cada uno. Cada lado de la ciudad tena 21manzanas, lo que daba una dimensin total de 45 x 26 kilmetros, es decir unasuperficie de 1125 kilmetros cuadrados. Las esquinas de la ciudad daban a loscuatro puntos cardinales y estaban orientadas de tal manera que los vientos nopudieran correr a lo largo de la ciudad. La plaza central meda 220 x 118 metros, yestuvo durante el siglo XVI enmarcada por un prtico de columnas de madera. En1557 se coloc una fuente monumental al este de la plaza, dejando el resto librepara las corridas de toros y otros espectculos. Los puentes necesarios para conec-tar las dos mitades de la ciudad se construyeron en 1555. El asentamiento estabarodeado por frtiles ejidos y contaba con varias huertas situadas en terrenos nopoblados dentro de la ciudad.

    El ejemplo de Puebla es paradigmtico sobre las ideas urbanas que estaban envigor en la dcada de 1530 y que permitan la traza de una ciudad totalmente nuevasiguiendo la retcula ortogonal. Lo que nos habla, sin lugar a dudas, de la existenciade una precisa teora de la ciudad en el estamento dirigente mexicano.

    EL CASO DE CUZCO: UN MODELO DE SUPERPOSICIN

    El caso de Cuzco es significativo en lo que se refiere a ocupacin de una ciudadprehispnica, sustituyendo y adaptando los espacios y edificios significativos de lacultura inca. Se variar la escala de la plaza incaica (Huacaypata) colocando casascon prticos y dividindola en tres nuevas zonas abiertas, la plaza de Armas, la delRegocijo (Tianguez) y la de San Francisco, a la vez que cubre parcialmente el cursodel ro Guatanay. De igual forma, la construccin de puentes en distintas zonasintentar integrar las barriadas preexistentes.

    La ciudad crece desmontando andenes y los edificios se construyen utilizando laspiedras de los antiguos monumentos incaicos. En el caso del convento de SantoDomingo, se situar el presbiterio sobre un muro curvo incaico, sealando el dominiosimblico de la nueva religin.

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    CUZCO (PER). Distribucin de plazas (segn Jaime Salcedo).

    CUZCO (PER). REPRESENTACIN DE GUAMN POMA DE AYALA.

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    En la arquitectura domstica, los vanos trapezoidales y los muros ciclpeos de lasantiguas canchas se mantuvieron en uso, aunque la zona central de la ciudad serocupada por la nueva poblacin espaola expulsando a los autctonos hacia laszonas perifricas.

    Los terremotos, frecuentes en esta zona, marcarn los puntos lgidos de susti-tucin amparndose las instituciones en las edificaciones cadas por desastre na-tural. No obstante, la presencia de muros incaicos unidos a diseos tipolgicosrenacentistas o barrocos definirn el aspecto del Cuzco a lo largo del periodovirreinal.

    LA PLAZA MAYOR DE MXICO

    En el caso mexicano tenemos relaciones y planos del siglo XVI que nos explicanmuy bien el funcionamiento y configuracin de la Plaza Mayor. El nuevo centrociudadano que conformaba la plaza mayor o Zcalo qued reconstruido mediante laapropiacin por parte de Hernn Corts de los palacios de Moctezuma. De estaforma, en la parte occidental se encontraban las denominadas Casas Viejas, fundadassobre el antiguo palacio de Axaycatl que haba sido la sede tradicional del gobiernoazteca hasta la realizacin del nuevo palacio de Moctezuma II. Aqu se estableci elprimer rgano de gobierno de la ciudad, uniendo la representacin que el conquista-dor tena de la corona espaola (gobernador y capitn general) con la representacinciudadana (Ayuntamiento), mientras se construa un edificio para esta funcin. Ms

    CUZCO (PER). CENTRO HISTRICO.

  • RAFAEL LPEZ GUZMN Y GLORIA ESPINOSA SPNOLA38

    tarde las Casas Viejas albergaran a los dos primeros virreyes hasta que en 1562 secompraron al marqus del Valle, descendiente de Corts, las Casas Nuevas para esta-blecer definitivamente el palacio de gobierno.

    Separados mediante la calle Tacuba, este lateral oeste se completaba con una seriede tiendas y talleres de diversos oficios, reservando el piso alto para la Real Audien-cia. Por ltimo, una zona denominada Portal de Mercaderes estructuraba tiendas enla planta baja y residencias en la superior.

    MXICO. PLAZA MAYOR EN EL SIGLO XVI.

  • HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS 39

    MXICO. PLAZA MAYOR.

    La calle de la Acequia delimitaba la plaza por el Sur, suponiendo una importanteva de comunicacin con el centro de la ciudad posibilitando los abastecimientos.Junto al canal, en el lateral Sur de la plaza se construir el Cabildo de la ciudad. Lasala de reuniones se encontraba en la parte superior del frente que daba a la plaza ya sus espaldas quedaba la crcel y las carniceras. El arquitecto fue Alonso Garca quecomenz las obras en 1525 continundose hasta 1530. Las Casas de Cabildo fuerondestruidas en su prctica totalidad por un incendio en 1692.

    En el mismo lateral se encontraba la casa de la Fundicin o de la Moneda, instala-da por el virrey Mendoza en 1535, que fue trasladada al interior del palacio degobierno cuando se instal en las casas nuevas de Corts. A continuacin, cerrandoel lateral, aparecan lo que Cervantes de Salazar llama portales de doa Marina contiendas en el bajo y viviendas en el piso alto.

    El lateral este lo conformaban las Casas Nuevas de Corts edificadas en terrenos de loque haba sido el palacio de Moctezuma II. Este espacio presentaba un enorme rectngulodividido en dos por la Acequia. Las Casas Nuevas comprendan nicamente la parte Nortemientras que la Sur, enteramente desocupada, formaba una plaza conocida posteriormen-te como del Volador y que actualmente es ocupada por la Corte de Justicia. Fueronhabitadas por Corts desde 1531 en que la Chancillera y la institucin virreinal ocuparonsus Casas Viejas. En 1562 la Corona las compr al marqus don Martn Corts paraestablecer el palacio del virrey. Como sede del gobierno el edificio se ampli y sufrimltiples transformaciones. Fue destruido por un incendio en 1692.

    En el ngulo con el lateral norte estaba el palacio arzobispal, de pequeas dimen-siones, habindose construido sobre parte de la pirmide de Tezcatlipoca. Frente aste y tras los cimientos de la nueva catedral aparecen en el plano de 1570 delArchivo de Indias unas edificaciones con la leyenda Estas son las escuelas, lo quehace suponer que fuera el emplazamiento inicial de la Universidad. Fue fundada en1551 comenzando a funcionar en 1553. En 1584 se construy, tras un largo pleito

  • RAFAEL LPEZ GUZMN Y GLORIA ESPINOSA SPNOLA40

    MXICO. PLAZA MAYOR, 1562.

    MXICO. PLAZA MAYOR, 1596.

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    con el marqus del Valle propietario de los terrenos, un nuevo edificio en la plaza delVolador apareciendo su imagen en el plano de 1596.

    El lmite norte fue ocupado por viviendas privadas que, en realidad, seran oculta-das por la construccin de la primitiva catedral, que situaba la entrada hacia ponien-te, y las obras de la nueva comenzada junto a la primera, constituyndose en elverdadero teln de fondo de este lateral. La primera iglesia se construye entre 1525y 1532 siendo bastante modesta en cuanto a materiales y espacio. La idea de provi-sionalidad de este edificio exista desde un principio. En 1552 el virrey don Luis deVelasco recibi una cdula de Carlos V ordenndole construir otro templo digno deuna gran ciudad aunque esta orden, reiterada por Felipe II, no se cumplira hasta1563 con trazas del arquitecto Claudio de Arciniega.

    Sobre la arquitectura civil de la Plaza no sabemos apenas nada si exceptuamosque el palacio de Corts tena dos torres almenadas mientras que el de los virreyesestara completamente almenado y con una portada flanqueada por columnas. Es desuponer que las tipologas empleadas podran ser similares al palacio que se conservade Hernn Corts en Cuernavaca (1533), con doble arquera central enmarcada pormacizos volmenes almenados. Esta tipologa tiene carcter mixto entre lo pblico ylo privado, de ah la suposicin de que este modelo se empleara como edificio nobi-liario en las plazas mayores; adems el esquema estara relacionado con el palacioconstruido por Diego Coln en la Espaola.

    La plaza mexicana se completaba con elementos significativos: una fuente abaste-cida por agua de Chapultepec realizada en 1533, la picota y la horca, como smbolosde la justicia que podan ejercer las autoridades de la ciudad.

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    APNDICE DOCUMENTAL

    I. RECOPILACIN DE LEYES DE LOS REYNOS DE LAS INDIAS.LIBRO IV. TITULO VII.DE LA POBLACIN DE LAS CIUDADES, VILLAS, Y PUEBLOS.*

    Ley primera. Que las nuevas poblaciones se funden con las calidades de esta ley.

    Havindose hecho el descubrimiento por Mar, por Tierra, conforme las leyesy rdenes que de l tratan, y elegida la Provincia y Comarca, que se huviere depoblar, y el sitio de los lugares donde se han de hazer las nuevas poblaciones, ytomando asiento sobre ello, los que fueren su cumplimiento guarden la formasiguiente. En la costa del Mar sea el sitio levantado, sano, y fuerte, teniendo consi-deracin al abrigo, fondo y defensa del Puerto, y si fuere posible no tenga el Maral Medioda, ni Poniente: y en estas, y las dems poblaciones la Tierra adentro,elijan el sitio de los que estuvieren vacantes, y por disposicin nuestra se puedaocupar, sin perjuicio de los Indios, y naturales, con su libre consentimiento: yquando hagan la planta del Lugar, reprtanlo por sus plaas, calles y solares cordel y regla, comenando desde la plaa mayor, y sacando desde ella las calles las puertas y caminos principales, y dexando tanto comps abierto, que aunque lapoblacin vaya en gran crecimiento, se pueda siempre proseguir y dilatar en lamisma forma. Procuren tener el agua cerca, y que se pueda conducir al Pueblo yheredades, derivndolas, si fuere posible, para mejor aprovecharse de ella, y losmateriales necesarios para edificios, tierras de labor, cultura y pasto, con que escu-sarn el mucho trabajo y costas, que se siguen de la distancia. No elijan sitios parapoblar en lugares muy altos, por la molestia de los vientos, y dificultad del servicioy acarreto, ni en lugares muy baxos, porque suelen ser enfermos, fndense en losmedianamente levantados, que gozen descubiertos los vientos del Norte y Medio-da: y si huvieren de tener sierras, cuestas, sean por la parte de Levante y Ponien-te: y si no se pudiesen escusar de los lugares altos, funden en parte en donde noestn sujetos nieblas, haziendo observacin de lo que mas convenga la salud, yaccidentes, que se pueden ofrecer: y en caso de edificar la ribera de algn Ro,dispongan la poblacin de forma que saliendo el Sol, d primero en el Pueblo, queen el agua.

    Ley II. Que haviendo elegido sitio, el Governador declare si ha de ser Ciudad,Villa, Lugar, y as forme la Repblica.

    Elegida la Tierra, Provincia y Lugar en que se ha de hazer nueva poblacin, yaveriguada la comodidad y aprovechamientos, que pueda haver, el Governador en

    * Recopilacin de Leyes de los Reynos de las Indias. Madrid, Ediciones Cultura Hispnica,1973. Tomo segundo, Fol. 90v-93v.

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    cuyo distrito estuviere, confinare, declare el Pueblo, que se ha de poblar, si ha deser Ciudad, Villa, Lugar, y conforme lo que declarare se forme el Concejo, Rep-blica y Oficiales della, de forma, que si huviere de ser Ciudad Metropolitana, tenga unJuez, con ttulo de Adelantado, Alcalde mayor, Corregidor, Alcalde ordinario,que exera la jurisdicin in solidum, y juntamente con el Regimiento tenga la admi-nistracin de la Repblica: dos, tres Oficiales de la hacienda Real: doze Regidores:dos Fieles executores: dos Jurados de cada Parroquia: un Procurador general: unMayordomo: un Escrivano de Concejo; dos Escrivanos pblicos, uno de Minas yRegistros: un Pregonero mayor: un Corredor de lonja: dos Porteros; y si Diocesana, sufragnea, ocho Regidores, y los dems Oficiales perpetuos: para las Villas y Luga-res, Alcalde ordinario: quatro Regidores: un Alguazil: un Escrivano de Concejo, ypblico: y un Mayordomo.

    Ley III. Que el terreno y cercana sea abundante y sano.

    Ordenamos, que el terreno y cercana, que se ha de poblar, se elija en todo loposible el mas frtil, abundante de pastos, lea, madera, materiales, aguas dulces,gente natural, acarreos, entrada y salida, y que no tengan cerca lagunas, ni pantanos,en que se crien animales venenosos, ni haya corrupcin de ayres, ni aguas.

    Ley IIII. Que no se pueblen Puertos, que no sean buenos y necessarios para elcomercio y defensa.

    No se elijan sitios para Pueblos abiertos en lugares martimos, por el peligro que enellos hay de Cosarios, y no ser tan sanos, y porque no se da la gente labrar ycultivar la tierra, ni se forman en ellos tan bien las costumbres, si no fuere donde hayalgunos buenos y principales Puertos, y de estos solamente se pueblen los que fuerennecessarios para la entrada, comercio y defensa de la tierra.

    Ley V. Que se procure fundar cerca de los Ros, y all los oficios que causaninmundicias.

    Porque ser de mucha conveniencia, que se funden los Pueblos cerca de Rosnavegables, para que tengan mejor tragn y comercio, como los martimos. Ordenamos,que as se funden, si el sitio lo permitiere, y que los solares para Carniceras, Pescade-ras, Teneras, y otras Oficinas, que causan inmundicias, y mal olor, se procuren ponerhacia el Rio, Mar, para que con mas limpieza y sanidad se conserven las poblacio-nes.

    Ley VI. Que el territorio no se tome en Puerto de Mar, ni en parte, que perjudique.

    Territorio y trmino para nueva poblacin no se pueda conceder, ni tomar porasiento en Puertos de Mar, ni en parte, que en algn tiempo pueda redundar enperjuicio de nuestra Corona Real, ni de la Repblica, porque nuestra voluntad es,que queden reservados para Nos.

  • RAFAEL LPEZ GUZMN Y GLORIA ESPINOSA SPNOLA44

    Ley VII. Que el territorio se divida entre el que hiziere la capitulacin, y lospobladores, como se ordena.

    El Trmino y territorio, que se diere poblador por capitulacin, se reparta en laforma siguiente. Squese primero lo que fuere menester para los solares del Pueblo yexido competente, y dehesa en que pueda pastar abundantemente el ganado, quehan de tener los vecinos, y mas otro tanto para los propios del lugar: el resto de elterritorio y trmino se haga quatro partes: la una de ellas, que escogiere, sea para elque est obligado hazer el Pueblo: y las otras tres se repartan en suertes igualespara los pobladores.

    Ley VIII. Que se fabriquen el Templo principal en el sitio, y disposicin, que seordena, y otras Iglesias, y Monasterios.

    En Lugares Mediterrneos no se fabrique el Templo en la plaa, sino algo distantede ella, donde est separado de otro qualquier edificio, que no pertenezca sucomodidad y ornato, y porque de todas partes sea visto, y mejor venerado, est algolevantado de suelo, de forma, que se haya de entrar por gradas, y entre la plaamayor, y Templo se edifiquen las Casas Reales, Cabildo, Concejo, Aduana, y Atara-zana, en tal distancia, que autorizen al Templo, y no le embaracen, y en caso denecesidad se puedan socorrer, y si la poblacin fuere en Costa, dispngase de forma,que en saliendo del Mar sea visto, y su fbrica como defensa del Puerto, sealandosolares cerca de l, y no su continuacin, en que se fabriquen Casas Reales, ytiendas en la plaa para propios, imponiendo algn moderado tributo en las mercade-ras: y asimismo sitios en otras plaas menores para Iglesias Parroquiales, y Monaste-rios, donde sean convenientes.

    Ley IX. Que el sitio, tamao, y disposicin de la plaa sea como se ordena.

    La Plaa mayor donde se ha de comenar la poblacin, siendo en Costa de Mar, sedeve hazer al desembarcadero de el Puerto, y si fuere lugar Mediterrneo, en mediode la poblacin: su forma en quadro prolongada, que por lo menos tenga de largouna vez y media de su ancho, porque ser mas propsito para las fiestas de cavallo, y otras: su grandeza proporcionada al nmero de vezinos, y teniendo consi-deracin que las poblaciones pueden ir en aumento, no sea menos, que de doscien-tos pies en ancho, y trescientos de largo, ni mayor de ochocientos pies de largo, yquinientos y treinta y dos de ancho, y quedar de mediana, y buena proporcin, sifuere de seiscientos pies de largo, y quatrocientos de ancho: de la plaa salganquatro calles principales, una por medio de cada costado: y dems destas, dos porcada esquina: las quatro esquinas miren los quatro vientos principales, porquesaliendo as las calles de la plaa, no estarn expuestas los quatro vientos, que serde mucho inconveniente: toda en contorno y las quatro calles principales, que de ellahan de salir, tengan portales para comodidad de los tratantes, que suelen concurrir: ylas ocho calles que saldrn por las quatro esquinas, salgan libres, sin encontrarse enlos portales, de forma que hagan la azera derecha con la plaa y calle.

  • HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS 45

    Ley X. Forma de las calles.

    En lugares fros sean las calles anchas, y en los calientes angostas, y dondehuviere cavallos convendr, que para defenderse en las ocasiones, sean anchas, yse dilaten en la forma susodicha, procurando que no lleguen dar en algn incon-veniente, que sea causa de afear lo reedificado, y perjudique su defensa y como-didad.

    Ley XI. Que los solares se repartan por suertes.

    Reprtanse los solares por suertes los pobladores, continuando desde losque corresponden la plaa mayor, y los dems queden para Nos hazer mer-ced de ellos los que de nuevo fueren poblar, lo que fuere nuestra volun-tad. Y ordenamos, que siempre se lleve hecha la planta del Lugar, que se hade fundar.

    Ley XII. Que no se edifiquen casas trescientos pasos al rededor de las murallas.

    Ordenamos, Que cerca de las murallas, estacadas de las nuevas poblaciones, endistancia de trecientos pasos no se edifiquen casas, que as conviene nuestro servi-cio, seguridad y defensa de las poblaciones, como est provedo en Castillos y Forta-lezas.

    Ley XIII. Que se seale exido competente para el Pueblo.

    Los Exidos sean en tan competente distancia, que si creciere la poblacin, siemprequede bastante espacio, para que la gente se pueda recrear, y salir los ganados sinhazer dao.

    Ley XIIII. Que se sealen dehesas, y tierras para propios.

    Habiendo Sealado competente cantidad de tierra para exido de la poblacin, ysu crecimiento, en conformidad de lo proveido, sealen los que tuvieren facultadpara hazer el descubrimiento y nueva poblacin, dehesas, que confinen con los exi-dos, en que pastar los bueyes de labor, cavallos, y ganados de la carnicera, y para elnmero ordinario de los otros ganados, que los pobladores por ordenana han detener, y alguna buena cantidad mas, que sean propios del Concejo, y lo restante entierras de labor, de que hagan suertes, y sean tantas como los solares, que puedehaver en la poblacin; y si huviere tierras de regado, asimismo se hagan suertes, yrepartan en la misma proporcin a los primeros pobladores, y las dems queden val-das, para que Nos hagamos merced los que de nuevo fueren poblar: y de estasTierras hagan los Virreyes separar las que parecieren convenientes para propios delos Pueblos, que no los tuvieren, de que se ayude la paga de salarios de los Corre-gidores, dexando exidos, dehesas, y pastos bastantes, como est proveido, y as loexecuten.

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    Ley XV. Que haviendo sembrado, los pobladores, comiencen edificar.

    Luego Que sea hecha la sementera, y acomodado el ganado en tanta cantidad, ybuena prevencin, que con la gracia de Dios nuestro Seor puedan esperar abundan-cia de bastimentos, comiencen con mucho cuidado y diligencia fundar y edificarsus casas de buenos cimientos y paredes, y vayan apercevidos de tapiales, tablas, ytodas las otras herramientas, instrumentos que convienen para edificar con breve-dad, y poca costa.

    Ley XVI. Que hecha la planta, cada uno arme todo en su solar, y se haganpalizadas en la plaa.

    Hecha La planta y repartimiento de solares, cada uno de los pobladores procurearmar su toldo, y los Capitanes les persuadan que los lleven con las dems preven-ciones: hagan ranchos con maderas y ramadas, donde se puedan recoger, y todoscon la mayor diligencia y presteza hagan palizadas y trincheras en cerco de la plaa,porque no recivan dao de los Indios.

    Ley XVII. Que las casas se dispongan conforme esta ley.

    Los Pobladores dispongan, que los solares, edificios y casas sean de una forma,por el ornato de la poblacin, y puedan gozar de los vientos Norte y Medioda,unindolos para que sirvan de defensa y fuera contra los que la quisieren estorvar, infestar, y procuren, que en todas las casas puedan tener sus cavallos y bestias deservicio, con patios y corrales, y la mayor anchura, que fuere posible, con que goza-rn de salud y limpieza.

    Ley XVIII. Que declara, qu personas irn por pobladores de nueva Colonia, ycomo se han de describir.

    Ordenamos, Que cuando se sacare Colonia de alguna Ciudad, tenga obligacin laJusticia y Regimiento de hazer describir ante el Escribano del Concejo las personas,que quisieren ir hazer nueva poblacin, admitiendo todos los casados, hijos ydescendientes de pobladores de donde huviere de salir, que no tengan solares, nitierras de pasto y labor, y excluyendo los que las tuvieren, porque no se despueblelo que ya est poblado.

    Ley XIX. Que de los pobladores se elijan Justicia y Regimiento, y se registren loscaudales.

    Cumplido El nmero de los que han de ir poblar, se elijan de los mas hbilesJusticia y Regimiento, y cada uno registre el caudal que tiene para ir emplear en lanueva poblacin.

  • HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS 47

    Ley XX. Que se procure la execucin de los asientos hechos para poblar.

    Havindose Tomado asiento para nueva poblacin, por va de Colonia, Adelanta-miento, Alcalda mayor, Corregimiento, Villa, Lugar, el Consejo, y los que lo huvie-ren ajustado en las Indias, no se satisfagan con haver tomado, y hecho el asiento, ysiempre lo vayan gobernando, y ordenen como se ponga en execucin, y tomen encuenta de lo que se fuere obrando.

    Ley XXI. Que el Governador, y Justicia hagan cumplir los asientos de lospobladores.

    Mandamos, Que el Governador y Justicia del Pueblo, que de nuevo se poblare, deoficio, pedimento de parte, hagan cumplir los asientos por todos los que estuvierenobligados por nuevas poblaciones con mucha diligencia y cuidado, y los Regidores yProcuradores de Concejo pidan con instancia contra los pobladores, que los plaos enque estn obligados no huvieren cumplido, que sean apremiados por todo rigor de dere-cho que efectuen lo capitulado, y que los Jueces procedan contra los ausentes, y seanpresos, y trados las poblaciones, despachando requisitorias contra los que estuvieren enotras jurisdiciones, y todas las justicias las cumplan, pena de la nuestra merced.

    Ley XXII. Que declara, que personas han de solicitar la obra de la poblacin.

    Los Fieles executores, y Alarifes, y las personas, que diputare el Governador,tengan cuidado de ver como se cumple lo ordenado, y de que todos se den prisa enla labor y edificio, para que se acabe con brevedad la poblacin.

    Ley XXIII. Que si los naturales impidieren la poblacin, se les persuada la paz, ylos pobladores prosigan.

    Si los naturales quisieren defender la nueva poblacin, se les d entender, que laintencin de poblar all, es de ensearlos conocer Dios, y su Santa Ley, por la qualse salven, y tener amistad con ellos, y ensearlos vivir polticamente y no parahazerles ningn mal, ni quitarles sus haziendas, y as se les persuada por mediossuaves, con intervencin de Religiosos y Clrigos, y otras personas, que diputare elGovernador, valindose de intrpretes, y procurando por todos los buenos mediosposibles, que la poblacin se haga con su paz y consentimiento; y si todava no loconsintieren, havindoles requerido, conforme la ley 9. titul.4. libro 3. los pobladoreshagan su poblacin, sin tomar de lo que fuere particular de los Indios, y sin hazerlesmas perjuizio de el que fuere inescusable para defensa de los pobladores, y que no seponga estorvo en la poblacin.

    Ley XXIIII. Que durante la obra se escuse la comunicacin con los naturales.

    Entre Tanto que la nueva poblacin se acaba procuren los pobladores todo loposible evitar la comunicacin y trato con los Indios: no vayan sus Pueblos, ni se

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    dividan, diviertan por la tierra, ni permitan que los Indios entren en el circuito de lapoblacin, hasta que est hecha y puesta en defensa, y las casas de forma, quequando los Indios las vean, les cause admiracin, y entiendan, que los Espaolespueblan all de asiento, y los teman y respeten, para desear su amistad, y no losofender.

    Ley XXV. Que no se acabando la poblacin dentro del trmino por caso fortuito,se pueda prorrogar.

    Si por haber sobrevenido caso fortuito, los pobladores no huvieren acabado decumplir la poblacin en el trmino contenido en el asiento, no hayan perdido, nipierdan lo huvieren gastado, ni edificado, ni incurran en la pena, y el que governarela Tierra lo pueda prorrogar, segn el caso se ofreciere.

    Ley XXVI. Que los pobladores siembren luego, y echen sus ganados en lasdehesas, donde no hagan dao a los Indios.

    Luego, Y sin dilacin, que las tierras de labor sean repartidas, siembren los pobla-dores todas las semillas, que llevaren, y pudieren haver, de que conviene, que vayanmuy proveidos: y para mayor facilidad el Governador dipute una persona, que seocupe en sembrar, y cultivar la tierra de pan, y legumbres, de que luego se puedansocorrer: y en la dehesa echen todo el ganado, que llevaren, y pudieren juntar, consus marcas y seales, para que luego comience criar y multiplicar, en partes dondeest seguro, y no haga dao en las heredades, sementeras, ni otras cosas de losIndios.

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    CAPTULO SEGUNDOLA CARRERA DE INDIAS Y LAS FORTIFICACIONES

    LAS FLOTAS DE INDIAS

    Tras la primera fase de conquista del Nuevo Mundo donde el botn de guerrabasado en las riquezas acumuladas por las distintas culturas americanas fue agotn-dose, Espaa inici una segunda fase tendente a la organizacin y puesta en funcio-namiento de la administracin de su imperio.

    Una de las bases administrativas del sistema fue la ordenacin de las comunicacio-nes y el intercambio, sobre todo, con los dos grandes virreinatos de Nueva Espaa ydel Per, ricos, ambos, en mano de obra aborigen y en minas de plata.

    ESTRUCTURA DE LA CARRERA DE INDIAS (segn Rodolfo Segovia).

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    Las riquezas existentes provocaron, desde el principio, el inters tanto de piratascomo de otras potencias europeas. Ya en 1522 el corsario italiano Juan Florn seapoder de las tres naves que Hernn Corts enviaba a Espaa con los tesoros deMoctezuma. Fue Felipe II, despus de diversos intentos, quien decidi la realizacinde un plan integral de defensa que fue llevado a cabo, en una primera fase, porTiburcio Spanoqui y Bautista Antonelli. Se trataba de un sistema defensivo basadopor una parte, en un recorrido preestablecido de las Flotas de Indias, fuertementecustodiadas, y por otra, en la fortificacin de los principales puertos de Amrica,desde el Estrecho de Magallanes a la Pennsula de Florida.

    A partir de 1566, y despus de varios aos de ensayos, el trfico martimo queddefinitivamente organizado por convoyes, rutas y fechas preestablecidas que, partiendode Sevilla, se dirigan anualmente a Amrica. No siempre se mantuvo esta periodicidad quedependa, adems de problemas externos como guerras o climatologa, de la fuerza de loscomerciantes que controlaban las mercancas y desabastecieron con frecuencia el merca-do americano para que no cayeran los precios. Cada una de estas flotas estaba al mandode un Capitn General (al mando de la nave Capitana que encabezaba la travesa) y unAlmirante (al mando de la nave Almiranta que cerraba la Flota). Adems de los buques deguerra, en nmero variable segn las circunstancias, cada mercante (barcos de entre 300y 400 toneladas) tena que estar provisto de armamento. El coste de este sistema secargaba a las mercancas que se transportaban mediante un impuesto denominado deavera. Cuando ya estaba prevista la salida de estas Flotas se adelantaba un navo de aviso(menos de 60 toneladas), sin carga ni pasajeros, para movilizar y poner a punto las Feriasque solan durar entre dos semanas y mes y medio.

    El primer convoy, denominado la Flota o Armada de la Nueva Espaa, zarpabaaproximadamente en abril y navegaba con escalas intermedias en San Juan de PuertoRico, Santo Domingo, Santiago (Cuba), rumbo a Veracruz. Aqu esperaba las riquezasprovenientes del interior del virreinato de Nueva Espaa y aquellas que provenan deFilipinas y que atravesaban el Pacfico hasta Acapulco en el denominado Galen deManila. Desde all, por va terrestre, pasando por la capital virreinal se llegaba aVeracruz donde se embarcaban los productos.

    El segundo de los convoyes conocido como la Flota o Armada de Galeones, sehaca a la mar en agosto con destino a Tierra Firme, primero Cartagena de Indias y,posteriormente, como destino final, Nombre de Dios (sustituida desde principios delsiglo XVII por Portobelo) en el istmo de Panam. All en una gran feria se comerciabae intercambiaba con los productos que la Escuadra Peruana traa desde Lima, ponien-do en contacto la metrpoli con el virreinato del Per. Este era el nico punto deintercambio ya que la ruta por el Estrecho de Magallanes estaba vedada.

    Ya de regreso, los dos convoyes se encontraban en La Habana para iniciar juntos,bien pertrechados y defendidos, la travesa atlntica. Si en el viaje de ida desdeSevilla se bajaba hacia las Islas Canarias para aprovechar a continuacin los vientosalisios que empujaban los navos hacia Amrica, al regreso por el canal de las Baha-mas se enfilaba hacia Europa pasando por las Azores, bordeando Portugal, llegandoa la desembocadura del ro Guadalquivir y subiendo hacia Sevilla. El viaje de vueltano era advertido por ningn navo de aviso para no prevenir a los piratas y demsenemigos.

  • HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS 51

    Esta situacin favoreca a varias ciudades. En primer lugar a Cartagena de Indias.All se estabilizaba la Flota de Galeones y esperaba noticias de la Escuadra Peruanapara desplazarse hacia Portobelo, regresando a la ciudad antes de iniciar su travesahasta La Habana. Aunque el istmo era el embudo por donde pasaba todo lo queEspaa llevaba y traa del antiguo Imperio Inca, en el fondo, el verdadero puertoterminal de los galeones era Cartagena. En ocasiones, permanecan a veces durantemuchos meses, se les reparaba con las maderas de los bosques del entorno, se reponael armamento y se avituallaban de provisiones y agua. La ciudad era, por tanto, unverdadero centro comercial y militar y, adems, se controlaba la ruta terrestre que allse iniciaba hacia Quito.

    Lo que ofreca Cartagena, en definitiva, era su segursimo puerto, su topografadefensiva y sus tierras del interior. Con nada de esto poda competir Portobelo. Lacosta atlntica del istmo era malsana y la selva llegaba hasta el borde de la playa. EnPortobelo era imposible contar con los recursos que aseguraran el suministro de laFlota. Por ello la Feria duraba apenas dos semanas y se regresaba a Cartagena. Esms, los grandes comerciantes de esta Feria tenan sus viviendas permanentes enPanam, en la costa del Pacfico, cerrando sus establecimientos en Portobelo cuandoterminaban sus negocios.

    El valor de Cartagena se demuestra si tenemos en cuenta las diversas expedicio-nes que de all partieron para controlar levantamientos indgenas, para desalojar aotros europeos (escoceses, ingleses o franceses) que se haban apoderado de algunaisla o parte de tierra firme. Se controlaba, igualmente, las costas centroamericanas

    VERACRUZ (MXICO). LLEGADA DE LA FLOTA EN 1623.

  • RAFAEL LPEZ GUZMN Y GLORIA ESPINOSA SPNOLA52

    como la Mosquitia, as como el contrabando que se pudiera realizar. Quizs lo quemejor subraya su papel en el organigrama defensivo ser el subsidio que la ciudadreciba para el mantenimiento de sus tropas y defensas de Lima. Esto pone de mani-fiesto la importancia que tena para el Virreinato del Per y su desarrollo comercial.

    El caso de Veracruz es similar a Cartagena. Fundada por Hernn Corts, aunquetrasladada de su primer asentamiento, constituye el lugar de entrada en el Virreinatode Nueva Espaa. Desde all se parta hacia la capital del Virreinato, Mxico, y all sereciban tanto las mercancas propias del espacio mesoamericano como las provenien-tes de las Islas Filipinas, ya que desde Acapulco pasando por la capital, acababanrecalando en Veracruz. All se concentraba la plata extrada de las minas de Pachuca,Taxco, Guanajuato y Zacatecas.

    Por fin, La Habana servir de trmino americano de las dos Flotas. Su situacin enel norte de la isla de Cuba, lugar ptimo de salida para aprovechar la corriente delGolfo supusieron un gran desarrollo comercial atento a cubrir las necesidades de losbarcos antes de su travesa atlntica, incluso se crearan astilleros. Su importanciamerm el desarrollo de otros asentamientos como Santo Domingo, San Juan de Puer-to Rico o Santiago de Cuba.

    Por ltimo, Sevilla fue la autntica capital comercial de todo el sistema. All estabala Casa de la Contratacin asesorada por el Consulado de Sevilla y los comerciantes,aunque las decisiones ltimas dependan siempre del Consejo de Indias. Un ejemplode su importancia queda de manifiesto si entendemos que la ciudad no pasaba de los45.000 habitantes en el siglo XV y llegaba a 130.000 a principios del siglo XVII. Noobstante, el aumento de tonelaje de los galeones hicieron que fuera difcil el accesopor el Guadalquivir y, en 1680, se decidi que partieran de Cdiz y en 1717 setrasladaba tambin la Casa de la Contratacin.

    La Carrera de Indias y el sistema de Flotas debido a su burocratizacin era dema-siado lento y, con el tiempo, atendiendo a las necesidades de los habitantes crecien-tes y diversidad del Nuevo Mundo, comenzaron a ser insuficientes e innecesarias.Aunque a comienzos del siglo XVIII se intent resucitar el sistema, desde 1740 nohubo mas Flotas a Tierra Firme y solo se hicieron algunas a Nueva Espaa. En 1778se firm el Reglamento de Libre Comercio poniendo fin a un sistema que habadurado ms de dos siglos. En realidad era una concesin limitada ya que segua elmonopolio de comerciar solo con Espaa y lo que se ampliaban eran los puertos,perdiendo Sevilla-Cdiz la exclusividad.

    NOCIONES DE POLIORCTICA

    Antes de analizar las principales fortificaciones americanas, sealemos las caracte-rsticas generales de las mismas en relacin a las necesidades defensivas de la poca.

    Hacia finales del siglo XV, en paralelo a los grandes descubrimientos se consolidala artillera y uso de la plvora como arma ofensiva, trastocando radicalmente todoslos conceptos imperantes sobre el arte de la guerra y dejando obsoletos, en el cursode unas pocas dcadas, el armamento, el arte de la fortificacin y los tratados anti-guos sobre poliorctica.

  • HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS 53

    Los muros de las fortalezas medievales que estaban concebidos para resistirflechas, ballestas, piedras e impedir su escalo ya no cumplen su cometido. Sondelgados, de poca resistencia a la artillera, con paredes altas y verticales. Se impo-nen, por tanto, una serie de modificaciones que podemos concretar en los siguien-tes puntos:

    1.-Pierden altura para ofrecer el menor blanco posible.2.-Ganan en espesor y resistencia para dificultar la apertura de brechas.3.-La zona interior de los muros se rellena con un terrapln para darle mayor

    consistencia y utilizarlo como lugar de emplazamiento de las piezas de artillera.4.-Las antiguas almenas pierden altura, dando lugar a los merlones que amparan

    las bocas de fuego.5.-Se inclina el talud exterior para ganar estabilidad y ofrecer un blanco oblicuo a

    los impactos de la artillera enemiga.6.-Se quiebra el trazado perimetral formando baluartes para crear zonas resguarda-

    das que pueden proteger las zonas ms expuestas.

    La torre circular o cuadrada que se haba utilizado durante el medioevo, conmisin de viga y observacin en sentido radial, y con poca capacidad de fuego en

    ESQUEMA DE FORTIFICACIN.1. Baluarte- 2. Caras de baluarte- 3. Flancos- 4. Cortinas- 5. Merlones- 6. Troneras-

    7. Cordn- 8. Plataforma (explanada)- 9. Rampas- 10. Patio de armas-11. Puerta principal- 12. Revelln- 13. Camino cubierto.

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    una direccin, desaparece. La defensa artillera requiere un gran volumen de fuego enuna direccin determinada. La respuesta es el baluarte con alineaciones rectas quepermite emplazar un gran nmero de caones con direcciones de tiro sensiblementeparalelas y que pueden batir frontalmente el objetivo enemigo con una considerablepotencia que, a pesar de todo, casi siempre es inferior al de las fuerzas atacantes queestn concentradas y que, por el mero hecho de ir a la ofensiva, se supone que se hanreforzado y estn lo suficientemente armadas como para derrotar al enemigo que esta la espera del asedio.

    CARTAGENA DE INDIAS (COLOMBIA). PLANO, 1594.

    El contendiente que ataca es, lgicamente, superior en potencia ofensiva y acaba-r abriendo brechas en los muros-cortinas. Para proteger esta contingencia se adosanbaluartes que con los flancos bien protegidos pueden proteger las brechas abiertas.Cuando la traza de la fortificacin tiene los baluartes bien situados y con correctosngulos entre sus muros se hace prcticamente inexpugnable, teniendo que destruir-se completamente la fortaleza para poder tomarla el enemigo. Adems, la conquistade cualquiera de las partes no significa su utilizacin por el atacante sino la prdidaparcial del defensor.

    La filosofa de la fortificacin abaluartada puede resumirse diciendo que consisteen que las partes mas expuestas son flanqueadas por otras mas protegidas y, a su vez,estas partes flanqueantes deben ser flanqueadas por otras partes menos expuestas, yas sucesivamente.

  • HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS 55

    El baluarte, denominado bastin en los textos franceses, surge como solucin pararesolver un problema de poliorctica entre los tratadistas renacentistas. Las primerasaplicaciones hay que buscarlas en el mbito mediterrneo, mas concretamente en laciudad de Rodas para defenderse de los turcos, en los ltimos aos del siglo XV,perfeccionndose en las fortalezas de Mazalquivir y Orn, bajo dominio espaol,durante el siglo XVI. Desde aqu ser la familia Antonelli quien exporte el sistema y logeneralice en Amrica.

    Bajo el auspicio de la Corona espaola se crean desde el siglo XVI las primerasacademias del Arte de la Fortificacin. Se inicia el proceso con la fundada por Juande Herrera en Madrid en 1583 con la denominacin de Academia de ArquitecturaCivil y Militar, teniendo como objetivo incorporar la teora al desarrollo predominan-temente emprico que haban tenido las fortificaciones hasta ese momento. En ella seincluan Tiburcio Spanoqui y Cristbal de Rojas. El primero, experto en fortificacio-nes y de destacada actuacin en la guerra contra los turcos, fue cedido al Rey deEspaa por Marco Aurelio Colonna despus de disear las plazas de Agrigento,Tarento y Brindisi. Como superintendente de fortificaciones de Espaa e ingenieromayor de los Reales Ejrcitos, Spanoqui atender los diseos necesarios para la de-fensa continental americana, entre ellos sus conocidos proyectos para fortificar elestrecho de Magallanes.

    La directa vinculacin entre los problemas urbanos, arquitectnicos y sus fortifi-caciones pueden rastrearse en la trayectoria de Cristbal de Rojas quien colaborcon Juan de Herrera en las obras del Escorial, fortific la plaza de Cdiz, realizdiseos para Amrica, estuvo destinado (sin llegar) al fuerte de Buenos Aires y editel primer tratado de arquitectura militar en castellano en 1598.

    CARTAGENA DE INDIAS (COLOMBIA). VISTA URBANA.

  • RAFAEL LPEZ GUZMN Y GLORIA ESPINOSA SPNOLA56

    A este primer intento de conformar una Academia por parte de Juan de Herrera lesiguieron otras iniciativas que culminan en la Academia Real y Militar del Ejrcito delos Pases Bajos, creada por el General de ingenieros D. Sebastin Fernndez Medra-no en 1675, que se constituy en poco tiempo en la mas avanzada de su poca,imprimiendo un sello de gran personalidad a toda la teora de la Fortificacin Perma-nente Abaluartada, y pasando sus enseanzas a Pars donde surgirn los grandesmaestros Vauban, Pagan y Montalenbert, los cuales originarn la Escuela Francesaque en los aos posteriores influir en la formacin de los fortificadores hispanos. EnBarcelona el ingeniero general Jorge Prspero de Verboon funda la Real y MilitarAcademia de Matemticas en 1710 de donde saldrn la mayora de los constructoresque pasarn a Amrica.

    Pocos aos mas tarde, en 1725, el ingeniero director de fortificaciones de Cartage-na de Indias, Juan de Herrera y Sotomayor, crea en esta ciudad la Escuela de Mate-mticas y Prctica de Fortificacin, que puede considerarse como la primera Escuelade Ingeniera de Amrica.

  • HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS 57

    SELECCIN DE IMGENES

    PUERTO RICO

    Tras la primera fundacin en Caparra y su traslado definitivo de la capital de la islaal actual enclave de San Juan, pronto se iniciaron los primeros trabajos de fortifica-cin. Estos tuvieron como actividad primigenia la fortificacin de alguna casa quesirviera de refugio en caso de acciones de los belicosos indios caribes. No obstante,pronto vieron que el enemigo vendra de fuera y se comenzaron los trabajos deproteccin de la baha.

    SAN JUAN DE PUERTO RICO. PLANO, SIGLO XVIII.

    As se iniciaron las obras defensivas en 1532 con un modesto fuerte llamado deSanta Catalina y mas conocido como la Fortaleza. Su planta inicial de cuatro murosen torno a un patio, sigue la norma de los castillos medievales. Al terminarse suconstruccin en 1540 tena una sola torre circular, siendo su misin principal prote-ger el puerto. Pronto quedara obsoleta. Se reform en el siglo XIX adquiriendo unafisonoma palaciega que ocult el carcter militar de sus inicios.

  • RAFAEL LPEZ GUZMN Y GLORIA ESPINOSA SPNOLA58

    San Juan entra en la poliorctica moderna con el diseo de la fortaleza del Morro.Aunque existi alguna traza anterior, el proyecto del Morro se debe a Bautista Anto-nelli que realizara los planos en 1589. Poco a poco el proyecto inicial se ira modifi-cando hasta quedar convertido, en el ltimo tercio del siglo XVIII, en una ciudadelacapaz de dar refugio a vecinos y soldados que ofreceran all la ltima resistencia encaso de que la plaza fuera tomada. Frente a l se extenda un amplio campo dejadosin edificar para que no se interrumpieran los fuegos hacia la parte de tierra, minadocon galeras subterrneas que llevaban a los lugares hipotticos donde podra elenemigo montar sus bateras.

    El siglo XVI se cierra para San Juan con dos asedios importantes. El primero deellos, en 1595, fue dirigido por Sir Francis Drake y John Hawkins. Aunque la plazano lleg a tomarse fue una seria advertencia sobre las deficiencias defensivas de laciudad. El aviso no previno a las autoridades y en 1598 se presentaba Lord GeorgeClifford, conde Cumberland. Este tom la ciudad de la que haba huido la mayorparte de la poblacin o se haba refugiado en el Morro. La ciudad qued a merced delos piratas que, finalmente, obligaron al gobernador Antonio de la Mosquera a capi-tular. Durante dos meses asolaron la ciudad hasta que una epidemia forz al abando-no de la isla.

    SAN JUAN DE PUERTO RICO. FORTALEZA DEL MORRO.

    Apenas recuperada la ciudad de los ataques ingleses, sufri una nueva devasta-cin, esta vez a manos de las tropas holandesas dirigidas por Balduino Enrico entreel 25 de septiembre y el 2 de noviembre de 1625. La etapa danesa de la guerra de los30 aos haba convertido a Puerto Rico en el objetivo central del plan comercialholands en el Caribe. Por su posicin geogrfica, la Isla servira de base para las

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    actividades de las compaas mercantiles en las Antillas, Centroamrica y Brasil. Losholandeses entraron en la baha, se apoderaron de la ciudad y pusieron sitio al casti-llo de San Felipe del Morro constituido ya en baluarte inexpugnable. Pese a laheroica defensa de la fortaleza y ante la imposibilidad de su rendicin, el ejrcitoholands quem y saque la ciudad perdindose el valioso patrimonio puertorrique-o del siglo XVI.

    El ataque demostr la imposibilidad de defensa de la ciudad pese a la resistenciade fortificaciones aisladas. Ante la persistente amenaza de ingleses, franceses y ho-landeses y la que suponan los piratas, corsarios y aventureros, se inicia el extensoprograma de fortificacin y amurallamiento que culminando en el ltimo tercio delsiglo XVIII dejara convertida a San Juan en una ciudad inaccesible.

    Motiv este vasto plan defensivo el propsito de utilizar a Puerto Rico como pen devanguardia para la proteccin del Caribe. El escassimo inters econmico que despertabala isla no justificaba en modo alguno el sacrificio de costear tales obras.

    Las murallas de San Juan comienzan a levantarse en 1634 bajo la direccin delingeniero Juan Bautista Antonelli. En 1638 la obra estaba prcticamente terminada.Las obras de fortificacin permitieron un largo periodo de paz en la isla. Desde elataque holands de 1625 no volvern a proyectarse sobre la isla las rivalidades yguerras europeas hasta 1797, disfrutando Puerto Rico de una tranquilidad que permi-tir el aumento demogrfico y el auge econmico que adquiri un importante desa-rrollo a partir de la introduccin del cultivo de caf.

    En la segunda mitad del siglo XVIII se van a revisar las fortificaciones ante inmi-nentes amenazas, convirtiendo a San Juan en la segunda plaza fuerte de Amricadespus de Cartagena de Indias.

    Los hechos que condicionaron esta renovacin fueron la toma de La Habana porlos ingleses en 1762, uno de los hechos que debi tener en cuenta Carlos III al emitirsu decreto de 25 de septiembre de 1765 reviviendo el inters en Puerto Rico comoabrigo y surgidero de las escuadras que defendan los dominios hispnicos. La reanu-dacin de las guerras con Gran Bretaa como resultado del Tratado de San Ildefonso(1796) y la prdida de Trinidad (1797) hacan previsible un prximo ataque a la isla.Cuando se terminaron las obras en la ltima dcada del siglo, San Juan estaba total-mente rodeada de castillos, fortines, bateras, baluartes, semibaluartes, revellines, pol-vorines, parapetos, fosos y terrenos minados que reforzaban el cerco de murallasterminado ya para 1782.

    La eficacia de la previsin en las defensas pudo ser probada de inmediato. El 17de abril de 1797 la escuadra inglesa se presentaba en la plaza y el 1 de mayo sealejaba sin haber conseguido su objetivo.

    LA HABANA

    El sistema de comunicaciones impuesto por la Carrera de Indias concedi a LaHabana un papel relevante al concentrar all durante a