hispano américa (san francisco, calif.) (), (1917-12-30), [p 9].€¦ · ya la aljaba de diciembre...

1
PASION Tiende el sol occidental con amoroso retardo, dorada piel de leopardo para en el arenal. Bajo este último arrebol que esclarece tu embeleso, tu ser, temblando en un beso, no es mas que un rayo de sol. El crepúsculo que asoma sobre el mar abandonado, trae en su color osado no qué lánguido aroma. Un suspiro hincha la espuma, mas sólo se escucha el mar. y el soplo crepuscular nuestra delicia perfuma. Leopoldo Lugones. JESUS HA DE SER ..Una filosofía, consoladora y buena, te dice: cada día trae su goce o su pena, y pensar en mañana es basar sobre (arena.... i de ahí tu alegría como de ahí mi pena! REVERDECE Rama triste, retorcida de dolor, ya primavera viste de verdor. Abril perfumado avanza, vuelve el pájaro cantor, y es color de la esperanza tu color. Fué. .. ¡Oh, cuan breve primavera! Ayer, era, hoy, no es ya. fué la dicha pasajera que se va.... ¦Fué lo porvenir soñado, que, casi sin ser presente, brevemente, es pasado. , Francisco A, de ICAZA. AUSENCIA Juan Carlos DAVALOS. Jazminero que me ofreces blancos ramos de jazmín, como aquellos que otras veces a tu sombra le ofrecí: ¡Ya no está, ya no está aquí! Florecillas delicadas y sencillas, miniaturas sin aroma que entre el pasto de la loma recogí: Ya no está, ya no está aquí! Buen rosal de rosa Francia del jardín: ya no quiero tu fragancia. ¡Ya no está, ya no está aquí! Tú, luciérnega. berilo errante en la noche obscura, que hubieras hallado asilo de su pelo en la negrura, ¡pasa libre junto a mí, busca la fría esperanza!... ¡Ya no está, ya no está aquí! Roja estrella que cintilas con fulgores de rubí sobre las noches tranquilas; ya sus absortas pupilas no te miran junto a mí. ¡Ya no está aquí, ya no está aquí! Arroyo murmurador, ¿para qué te he de escuchar? Y tú, pájaro cantor, ya no quiero tu cantar. Y tú, parásita flor. Ya no te vengo a cortar. Begonias rojas y blancas de las húmedas barrancas: heléchos que en la ladera brotáis con la Primavera, ¿para quién brotáis así? ... ¡Ya no está aquí, ya no está aquí! Tardes de nácar y raso; celajes de triste ocaso; noches de luna serenas: ¡ya no están sus manos buenas! ¡Ya no están sus ojos leales! blancas noches estivales del jardín: ¡Ya no está aquí, ya no está aquí! PENSAMIENTO DE CASTELAR Kn política no podemos hacer nada solos, abandonados; necesitamos la legión sagrada de los que creen lo q’ nosotros creemos de los que piensan como nosotros pensamos. Y, sin em- bargo, los grandes filósofos han fun- dado siempre escuela. Pues bien, las escuelas políticas son los partidos, son esos ejércitos que necesitan dis- ciplina, abnegación, sacrificios, todo por una idea. Sólo así pueden brotar estos árboles de nueva vida que tan difícilmente se aclimatan en el mun- do. MAXIMAS OSCAR WILDE. Si alardeáis de bueno, el mundo os toma muy en serio. No hace nada si os creéis perverso. Mientras una mujer puede perma- reccr diez años más joven que su hi- ja es perfectamente feliz. LA ESTRELA DE LOS REYES MAGOS Cuando los tres Reyes Magos hu- bieron cumplido su misión de adorar a Jesús niño, y de ofrecerle incienso como a Dios, oro como a rey y mirra (amar agyacre) como a hombre, pen- saron en tornar a sus tierras distan- tes. El aliciente mayor de este retorno era el deseo de narrar a lus suyos el maravilloso viaje. Gaspar, empero, (pliso detenerse en Palestina un poco. Deseaba conocer las ciudades romanizadas, a las que Herodes el Grande había dotado de monumentos grandiosos. Quería, asimismo, ver la metrópo- li judaica Jerusalem, y contemplar la opulencia y magestad del templo edi- ficado por Salomón. Asi lo hizo y se hospedó durante algunos días en la ciudad santa, don- de treinta y tres años más tarde el hijo del hombre debía ser sacrifica- do. Gaspar era muy ingenuo; a pesar de su alcurnia, había visto poco mun- do, y a cada paso, en Cesárea (la an- tigua Sebasto) y en Jerusalem, sobre todo, encontraba motivos para admi- rarse. Tenía poco que referir, y como se hallaba aún estremecido por el mila- gro que había visto, era éste el obje- to predilecto de sus conversaciones. Cierto día, en la casa donde se hos- pedaba, púsose a la mesa cerca de él, un romano recién llegado a Jerusa- lem, con una misión secundaria del Emperadoi. Este romano era hombre instruido, había estudiado filosofía con un so- fista griego, se había leído a Platón y a Plotiño, a los poetas y a los filó- sofos, y sus juicios estaban, general- mente, inspirados por un elegante es- cepticismo. Al oír narrar a aquel rey bárbaro su peregrinación en pos de una estre- 30 de diciembre de 1917 HISPANO AMERICA 9 Dirija sus cartas cuando nos envie su pago o cuando trate algún asunto con este periódico a “Hispano-America” no a nombre del Director ni de ptra persona de este periódico. AÑO NUEVO A las doce de la noche, por las puertas de la gloria Y a 1 fulgor de perla y oro de una luz extraterrestre Sale en hombros de cuatro ángeles y en su silla gestatoria San Silvestre. Más hermoso que un rey mago, lleva puesta la tiara, De que son bellos diamantes Sirio, Arturo y Orion; Y el anillo de su diestra, hecho cual si fuera para Salomón. Sus pies cubren los joyeles de la Osa diamantina, Y su capa raras piedras de una ilustre Visapur; Y colgada sobre el pecho resplandece la divina Cruz del Sur. Va el pontífice hacia Oriente ¿va a encontrar el áureo barco, Donde al brillo de la Aurora viene en triunfo el rey Enero. Ya la aljaba de Diciembre se fué toda por el arco Del Arquero. A la orilla del abismo misterioso de lo Eterno El inmenso Sagitario no se cansa de flechar; Le sustenta el frío Polo, lo corona el blanco Invierno, Y le cubre los riñones el vellón azul del mar. Cada flecha que dispara, cada flecha es una hora; Doce aljabas cada año, para él trae el rey Enero; En la sombra se destaca la figura vencedora Del Arquero. Al redor de la figura del gigante, se oye el vuelo Misterioso, fugitivo, de las almas que se van, Y el ruido con que pasa por la bóveda del cielo Con sus alas membranosas el murciélago Satán. San Silvestre bajo el palio de un zodiaco de virtudes. Del celeste vaticano se detiene en los umbrales Mientras himnos y motetes canta un coro de laudes Inmortales. " | Reza el Santo y pontifica ;y el mirar que viene el barco Ante Dios bendice al mundo; y su brazo abarca el arco Donde en triunfo llega Enero, Y el Arquero. RUBEN DARIO

Upload: others

Post on 27-Jul-2020

8 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Hispano América (San Francisco, Calif.) (), (1917-12-30), [p 9].€¦ · Ya la aljaba de Diciembre se fué toda por el arco Del Arquero. A la orilla del abismo misterioso de lo Eterno

PASION

Tiende el sol occidentalcon amoroso retardo,

dorada piel de leopardopara tí en el arenal.Bajo este último arrebolque esclarece tu embeleso,tu ser, temblando en un beso,no es mas que un rayo de sol.El crepúsculo que asomasobre el mar abandonado,trae en su color osadono sé qué lánguido aroma.Un suspiro hincha la espuma,mas sólo se escucha el mar.y el soplo crepuscularnuestra delicia perfuma.

Leopoldo Lugones.

JESUS

HA DE SER

..Una filosofía,consoladora y buena,te dice: cada díatrae su goce o su pena,y pensar en mañana es basar sobre

(arena....

i de ahí tu alegríacomo de ahí mi pena!

REVERDECE

Rama triste,retorcida de dolor,ya primavera vistede verdor.Abril perfumado avanza,vuelve el pájaro cantor,y es color de la esperanzatu color.

Fué. ..

¡Oh, cuan breve primavera!Ayer, era,hoy, no es ya.fué la dicha pasajeraque se va....

¦Fué lo porvenir soñado,que, casi sin ser presente,brevemente,es pasado. ,

Francisco A, de ICAZA.

AUSENCIA

Juan Carlos DAVALOS.

Jazminero que me ofrecesblancos ramos de jazmín,como aquellos que otras vecesa tu sombra le ofrecí:¡Ya no está, ya no está aquí!

Florecillasdelicadas y sencillas,

miniaturas sin aromaque entre el pasto de la loma

recogí:Ya no está, ya no está aquí!Buen rosal de rosa Francia

del jardín:ya no quiero tu fragancia.¡Ya no está, ya no está aquí!Tú, luciérnega. beriloerrante en la noche obscura,

que hubieras hallado asilode su pelo en la negrura,¡pasa libre junto a mí,

busca la fría esperanza!...¡Ya no está, ya no está aquí!Roja estrella que cintilascon fulgores de rubísobre las noches tranquilas;ya sus absortas pupilasno te miran junto a mí.¡Ya no está aquí, ya no está aquí!Arroyo murmurador,¿para qué te he de escuchar?Y tú, pájaro cantor,

ya no quiero tu cantar.

Y tú, parásita flor.Ya no te vengo a cortar.Begonias rojas y blancasde las húmedas barrancas:heléchos que en la ladera

brotáis con la Primavera,¿para quién brotáis así? ...

¡Ya no está aquí, ya no está aquí!Tardes de nácar y raso;celajes de triste ocaso;noches de luna serenas:¡ya no están sus manos buenas!¡Ya no están sus ojos leales!blancas noches estivales

del jardín:¡Ya no está aquí, ya no está aquí!

PENSAMIENTO DE CASTELAR

Kn política no podemos hacer nadasolos, abandonados; necesitamos lalegión sagrada de los que creen lo q’nosotros creemos de los que piensancomo nosotros pensamos. Y, sin em-bargo, los grandes filósofos han fun-dado siempre escuela. Pues bien, lasescuelas políticas son los partidos,son esos ejércitos que necesitan dis-ciplina, abnegación, sacrificios, todopor una idea. Sólo así pueden brotarestos árboles de nueva vida que tandifícilmente se aclimatan en el mun-do.

MAXIMAS

OSCAR WILDE.

Si alardeáis de bueno, el mundo ostoma muy en serio. No hace nada sios creéis perverso.

Mientras una mujer puede perma-reccr diez años más joven que su hi-ja es perfectamente feliz.

LA ESTRELA DE LOS REYESMAGOS

Cuando los tres Reyes Magos hu-bieron cumplido su misión de adorara Jesús niño, y de ofrecerle inciensocomo a Dios, oro como a rey y mirra(amar agyacre) como a hombre, pen-

saron en tornar a sus tierras distan-tes.

El aliciente mayor de este retornoera el deseo de narrar a lus suyos elmaravilloso viaje.

Gaspar, empero, (pliso detenerse enPalestina un poco. Deseaba conocerlas ciudades romanizadas, a las que

Herodes el Grande había dotado demonumentos grandiosos.

Quería, asimismo, ver la metrópo-li judaica Jerusalem, y contemplar laopulencia y magestad del templo edi-ficado por Salomón.

Asi lo hizo y se hospedó durantealgunos días en la ciudad santa, don-de treinta y tres años más tarde elhijo del hombre debía ser sacrifica-do.

Gaspar era muy ingenuo; a pesarde su alcurnia, había visto poco mun-do, y a cada paso, en Cesárea (la an-tigua Sebasto) y en Jerusalem, sobretodo, encontraba motivos para admi-rarse.

Tenía poco que referir, y como sehallaba aún estremecido por el mila-gro que había visto, era éste el obje-to predilecto de sus conversaciones.

Cierto día, en la casa donde se hos-pedaba, púsose a la mesa cerca de él,un romano recién llegado a Jerusa-lem, con una misión secundaria delEmperadoi.

Este romano era hombre instruido,había estudiado filosofía con un so-fista griego, se había leído a Platón y

a Plotiño, a los poetas y a los filó-sofos, y sus juicios estaban, general-mente, inspirados por un elegante es-cepticismo.

Al oír narrar a aquel rey bárbarosu peregrinación en pos de una estre-

30 de diciembre de 1917 HISPANO AMERICA 9

Dirija sus cartas cuando nos envie supago o cuando trate algún asunto coneste periódico a “Hispano-America”no a nombre del Director ni de ptrapersona de este periódico.

AÑO NUEVO

A las doce de la noche, por las puertas de la gloriaY a 1 fulgor de perla y oro de una luz extraterrestreSale en hombros de cuatro ángeles y en su silla gestatoria

San Silvestre.

Más hermoso que un rey mago, lleva puesta la tiara,De que son bellos diamantes Sirio, Arturo y Orion;Y el anillo de su diestra, hecho cual si fuera para

Salomón.

Sus pies cubren los joyeles de la Osa diamantina,Y su capa raras piedras de una ilustre Visapur;Y colgada sobre el pecho resplandece la divina

Cruz del Sur.

Va el pontífice hacia Oriente ¿va a encontrar el áureo barco,Donde al brillo de la Aurora viene en triunfo el rey Enero.Ya la aljaba de Diciembre se fué toda por el arco

Del Arquero.

A la orilla del abismo misterioso de lo EternoEl inmenso Sagitario no se cansa de flechar;Le sustenta el frío Polo, lo corona el blanco Invierno,Y le cubre los riñones el vellón azul del mar.Cada flecha que dispara, cada flecha es una hora;Doce aljabas cada año, para él trae el rey Enero;En la sombra se destaca la figura vencedora

Del Arquero.

Al redor de la figura del gigante, se oye el vueloMisterioso, fugitivo, de las almas que se van,Y el ruido con que pasa por la bóveda del cieloCon sus alas membranosas el murciélago Satán.San Silvestre bajo el palio de un zodiaco de virtudes.Del celeste vaticano se detiene en los umbralesMientras himnos y motetes canta un coro de laudes

Inmortales."

|

Reza el Santo y pontifica ;y el mirar que viene el barcoAnte Dios bendice al mundo; y su brazo abarca el arcoDonde en triunfo llega Enero,

Y el Arquero.

RUBEN DARIO