hipnosis - cancer

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    peles del Psiclogonsejo General de Colegios Oficiales de Psiclogos, [email protected]

    SN (Versin impresa): 0214-7823PAA

    2005Guy H. Montgomery / Julie B. Schnur

    EFICACIA Y APLICACIN DE LA HIPNOSIS CLNICAPapeles del Psiclogo, sptiembre-diciembre, ao/vol. 25, nmero 089

    Consejo General de Colegios Oficiales de Psiclogos, EspaaMadrid, Espaa

    pp. 3-8

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    http://redalyc.uaemex.mx

    mailto:[email protected]://redalyc.uaemex.mx/http://redalyc.uaemex.mx/http://redalyc.uaemex.mx/mailto:[email protected]
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    INTRODUCCINLas tcnicas teraputicas pueden utilizarse en diversoscontextos y circunstancias para mejorar la vida de lospacientes, y la hipnosis, como tal, no es una excepcin.En revisiones meta-analticas la hipnosis se ha mostradoconsistentemente como una tcnica beneficiosa para pa-cientes con una amplia variedad de problemas fsicos ypsicolgicos. (Kirsch, Montgomery, & Sapirstein, 1995;Montgomery, David, Winkel, Silverstein, & Bovbjerg,2002a; Montgomery, DuHamel, & Redd, 2000; Smith,Glass, & Miller, 1980). Sin embargo, parece que tam-

    bin las concepciones errneas sobre la hipnosis son co-munes y, quizs como resultado de ello, la tcnica sepuede estar utilizando menos en detrimento de los pa-cientes. En este trabajo se pretende lo siguiente: 1) des-cribir y definir la hipnosis; 2) tratar algunos datosrelevantes de su eficacia clnica; 3) sugerir reas adicio-nales de investigacin futura sobre hipnosis; y 4) extraerconclusiones basadas en la literatura existente.

    LA H IPN O SIS Y SU USO

    Segn la evidencia emprica disponible (Kirsch et al.,

    1995; Montgomery et al., 2002; Montgomery et al.,

    2000a; Patterson & Jensen, 2003; Rhue, Lynn, & Kirsch,1993; Smith et al., 1980), la hipnosis es una tcnica po-tente en la mejora de la calidad de vida para una am-plia variedad de pacientes. Aunque esta tcnica se hautilizado en la clnica durante ms de cien aos (Braid,1843; Charcot, 1886; Mesmer, 1776), es importanteempezar con el terreno comn que proporciona una de-finicin. En resumen, la hipnosis se ha definido comouna situacin o conjunto de procedimientos en los queuna persona, designada como el hipnotizador, sugiere aotra persona, designada como el paciente que experi-

    mente diversos cambios en una sensacin (por ejemplo,alivio del dolor), en una percepcin (por ejemplo, aluci-nacin visual), en una cognicin (por ejemplo, expectati-vas) o en el control sobre una conducta motora (porejemplo, levitacin del brazo) (Green, Barabasz, Barrett,& Montgomery, 2004). En la clnica, el contexto hipnti-co se establece generalmente mediante un procedimientode induccin. Durante las inducciones hipnticas, el hip-notizador gua a los pacientes a travs de imgenes re-lajantes y tranquilizadoras con el objetivo de ayudarlesa sentirse ms relajados, distrados de los estmulosaversivos, y ms abiertos a las sugestiones teraputicas.

    Es importante sealar que el estar abierto a las sugestio-nes teraputicas significa que los pacientes pueden estarms dispuestos a cooperar con el procedimiento de hip-nosis, no que los pacientes se vuelven vulnerables de al-guna manera. A la fase de induccin le sigue la fase deaplicacin, en la que el hipnotizador le da sugestiones alpaciente. Estas sugestiones pueden ser referidas a que elpaciente experimenta cambios en procesos sensoriales ocognitivos, en la fisiologa (por ejemplo, ritmo cardaco)

    Correspondencia: Guy H. Montgomery, Ph.D. Integrative Beha-vioral Medicine Program. Department of Oncological Sciences,

    Box 1130. Mount Sinai School of Medicine. 1 Gustave L. LevyPlace. New York, NY 10029. United States of America. E-mail:[email protected]: Elena Mendoza............

    Revisin Tcnica: Dra. Begoa Espejo (Universitat de Valncia,Espaa).

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    Papeles del Psiclogo, 2005. n 89, pp. 3-8

    EFICACIA Y A PLICACI N DE LA H IPN O SIS CLN ICA

    Guy H. Montgomery, Ph.D. y Julie B. Schnur, Ph.D.

    Integrative Behavioral Medicine Program. Department of Oncological Sciences.Mount Sinai School of Medicine (EE.UU.)

    La hipnosis es una tcnica potente para la mejora de la calidad de vida de una gran variedad de pacientes. Sin embargo, es frecuen-

    te que tanto pacientes como terapeutas tengan creencias errneas que dificultan que la hipnosis clnica se utilice ms. El presente tra-

    bajo disipa estas creencias errneas, destaca la eficacia clnica de la hipnosis y la investigacin de vanguardia, y argumenta en favor

    de un uso ms extendido de esta tcnica teraputica adjunta.

    Hypnosis is a powerful technique for improving quality of life for a wide variety of patients. Unfortunately, misconceptions about hyp-

    nosis are too often held by patients and therapists alike, possibly preventing greater use of clinical hypnosis. The present paper dispels

    these misconceptions, highlights clinical effectiveness of hypnosis and cutting edge research, and argues for more widespread use of

    this adjunctive therapeutic technique.

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    o en la conducta (Green et al., 2004). Por ejemplo, soncomunes en la literatura las sugestiones para reducir eldolor o el estrs, y para incrementar la vitalidad y lasensacin de eficacia personal (para ms detalles, vase

    Rhue et al., 1993. Para un texto de muestra de una in-duccin breve, vase Rhue et al., 1993).Las inducciones por relajacin no deben considerarse

    como el nicomodo de llevar una sesin de hipnosis.Hay mucha variedad de inducciones y todas ellas sonexitosas por igual. Por ejemplo, se ha demostrado queuna induccin fsicamente activa, como pedalear en unabicicleta esttica, puede ser eficaz (Bnyai, Zseni, &

    Try, 1993; Malott, 1984). El modelo de induccin men-cionado ms arriba (Rhue et al., 1993) debe considerar-se como una induccin comn que se puede adaptar auna amplia variedad de contextos clnicos incluyendo lassugestiones adecuadas al beneficio del paciente. Porejemplo, se podra sugerir energa y vitalidad a un pa-ciente deprimido o cansado, apetito a un paciente conrepugnancia a la comida o alivio del dolor a un pacienteque ha sido operado.Es frecuente que los pacientes tengan miedos y concep-

    ciones errneas sobre la hipnosis basados en lo que hanledo o visto en la televisin, en el cine o en espectculosllevados a cabo con propsitos de entretenimiento. Enlos medios populares se da una imagen errnea de lahipnosis como un recurso para controlar la mente, como

    un medio de recuperar recuerdos perdidos e incluso co-mo un inductor de la conducta criminal. Por tanto, desdelas perspectivas clnica y tica, antes de la primera se-sin con hipnosis es crucial llevar a cabo lo siguiente:educar al paciente sobre lo que es la hipnosis, desmitifi-car esta tcnica, disipar los mitos y hablar sobre aque-llos miedos potenciales sobre la hipnosis. Este enfoque essimilar al que un clnico utiliza para presentar a los pa-cientes cualquier intervencin mdica o psicolgica.Un mito muy comn que suelen tener los pacientes es

    que la hipnosis es algo que se les hace a ellos en vez dealgo que ellos pueden hacer por s mismos. Este mito no

    es cierto; los pacientes tienen que ser participantes acti-vos en sus sesiones de hipnosis para que sta sea eficaz.Las palabras del hipnotizador no son mgicas ni el hip-notizador tiene el poder de controlar al paciente. La hip-nosis no es ms mgica que cualquier otra tcnicapsicoteraputica. La participacin y atencin del pacien-te es un componente activo en el xito de la intervencin.Un segundo mito es que las personas pueden perder elcontrol de sus acciones cuando estn hipnotizadas y que

    el hipnotizador puede hacerles decir o hacer lo que lquiera. Esto tampoco es cierto. Los pacientes pueden ig-norar las sugestiones que les da el hipnotizador si as lodesean. Un tercer mito es que durante la hipnosis, el pa-

    ciente se sentir particularmente diferente. Esto podraser as, pero slo cuando los pacientes esperan adoptarese papel de buenos sujetos hipnticos (Kirsch, 1985;Rhue et al., 1993). Por ejemplo, si se tiene la expectativade sentirse somnoliento durante hipnosis, es probableque uno se sienta de este modo (Kirsch, 1990). Sin em-bargo, la mayora de las personas, cuando estn hipno-tizadas, tienden a sentirse como que estn focalizandosu atencin y concentracin en las sugestiones del hipno-tizador. Un cuarto mito es que las personas hipnotizadasno podrn salir de la hipnosis cuando as lo deseen.Este mito, as como el anterior, est basado en una con-cepcin de la hipnosis anticuada en la que se define aesta tcnica como un poderoso estado de trance (Kirsch,& Lynn, 1995). Sin embargo, los pacientes son partici-pantes activos en su tratamiento y pueden continuar odejar una sesin de hipnosis cuando quieran. Un quintomito es que despus de la sesin de hipnosis los pacien-tes no podrn recordar nada sobre la misma. La amne-sia post-hipntica que experimentan algunos sujetos seda en circunstancias especiales, por ejemplo, cuando elhipnotizador sugiere la amnesia y el paciente no recha-za la sugestin. La amnesia post-hipntica es ms fre-

    cuente en el mbito de la investigacin experimental queen el clnico (Rhue et al., 1993). En la prctica clnica, esfrecuente animar a los pacientes a recordar sus sesionespara que puedan utilizar las tcnicas de hipnosis por smismos y lograr los beneficios teraputicos que les ayu-den a resolver su problema. La hipnosis no es un mediode eliminar recuerdos. Un sexto mito es que la hipnosisslo funciona con pacientes que puntan alto en suges-tionabilidad hipntica (Hilgard, Weitzenhoffer, Landes,& Moore, 1961; Weitzenhoffer & Hilgard, 1962). Losmeta-anlisis indican que esto no es as, y que la hipno-sis es una tcnica que la mayora de las personas pue-

    den hacer por s mismas para mejorar su bienestar. Porejemplo, un meta-anlisis mostr que el 89% de los pa-cientes de ciruga tratados con hipnosis se beneficiarondel tratamiento respecto al grupo control en la mejora delos efectos secundarios de la ciruga (por ejemplo, dolor,malestar, nuseas) (Montgomery et al., 2002a). Tambinalgunos investigadores han demostrado que la sugestio-nabilidad hipntica puede aumentarse mediante mani-pulaciones experimentales. Esto contradice a la visin de

    EFICACIA Y APLICACIN DE LA HIPNOSIS CLNICA

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    la sugestionabilidad hipntica como un rasgo inmutable(Vickery & Kirsch, 1991; Wickless & Kirsch, 1989). Portanto, bajo las condiciones y circunstancias adecuadasparece que la mayora de los pacientes deberan poder

    beneficiarse de la hipnosis.Un mito frecuente desde la perspectiva del terapeuta es

    que ste debe tener una formacin especial para ser hip-notizador. Esto no es as. Tal como indica Kirsch (1990),cualquier psiclogo que est acostumbrado a llevar acabo protocolos de relajacin o ejercicios de respiracinpuede utilizar hipnosis con los clientes. Dicho de otramanera, la hipnosis se puede considerar simplementecomo una tcnica ms en el haber teraputico del clni-co. En general, si un terapeuta tiene la formacin nece-saria para trabajar de forma eficaz y tica en elcontexto clnico, tambin tendr la formacin necesariapara utilizar hipnosis (Kirsch, 1990; Rhue et al., 1993).Sin embargo, aquellos clnicos que quieran aprenderms sobre esta tcnica, pueden aprovechar la formacinespecializada que aportan distintas organizaciones na-cionales e internacionales (por ejemplo, Society for Psy-chological Hypnosis (Division 30 of the AmericanPsychological Association); Society for Clinical and Expe-rimental Hypnosis).Debido a su fcil implementacin y su eficacia demos-

    trada clnica y empricamente, la hipnosis se ha aplicadoa una cantidad casi ilimitada de problemas fsicos y psi-

    colgicos. En estas situaciones, la hipnosis se suele utili-zar como una tcnica adjunta eficaz en combinacincon otras terapias. Se utiliza muy poco como una tera-pia por s sola (Kirsch et al., 1995; Rhue et al., 1993).Por ejemplo, la hipnosis se ha utilizado con eficacia enpacientes con ciruga como un adjunto a los analgsicosy anestsicos farmacolgicos, pero no para sustituir estosagentes (Montgomery, Weltz, Seltz, & Bovbjerg, 2002b).Del mismo modo, la hipnosis se ha utilizado como uncomplemento a las tcnicas cognitivo-conductuales paraayudar en la prdida de peso (Kirsch, 1996; Kirsch etal., 1995), pero no como un tratamiento para bajar de

    peso en s mismo. Una bsqueda reciente en la base dedatos PsycINFO dio como resultado 11.000 artculos so-bre hipnosis, lo cual indica la gran cantidad de investi-gacin sobre los fenmenos hipnticos as como suamplia aplicacin. El objetivo del presente trabajo no eshacer una revisin de esta vasta literatura, sino concen-trarse en algunas reas clnicas en las se ha demostradocon ms consistencia la eficacia de la hipnosis.

    EFICACIA DE LA HIPN O SIS

    Hoy en da, la hipnosis es un rea de investigacin activay dinmica. Tal como se ha dicho ms arriba, la hipnosisse utiliza como un adjunto a otros tratamientos para con-

    trolar tanto sntomas fsicos como psicolgicos, demostran-do ser un medio eficaz para mejorar la calidad de vidade muchos pacientes. Por ejemplo, la hipnosis se ha utili-zado eficazmente con pacientes de cncer, pacientes decardiologa, de ciruga, pacientes con el sndrome del co-lon irritable, con el trastorno de estrs post-traumtico, pa-cientes con ansiedad y fobias y pacientes obesos (Calvert,Houghton, Cooper, Morris, & Whorwell, 2002; Cardea,2000; Kirsch, 1996; Kirsch et al., 1995; Montgomery etal., 2000; Redd, Montgomery, & DuHamel, 2001; Rhue etal., 1993; Simren, Ringstrom, Bjornsson, & Abrahamsson,2004). La hipnosis se utiliza frecuentemente para controlarsntomas similares en esta variedad de pacientes (porejemplo, dolor, malestar). Por lo tanto, la revisin que pre-sentamos se centrar en estos sntomas y no en las distin-tas poblaciones de pacientes. En la mayora de los casos,la aplicacin clnica de la hipnosis para el control de lossntomas (por ejemplo, dolor) es similar en distintos grupos(por ejemplo, dolor de espalda, dolor de quemadura).Quizs la mejor evidencia de la eficacia de la hipnosis

    proviene de la literatura sobre dolor. La hipnosis, llama-da hipnoanalgesia en este caso concreto, ha demostradode forma consistente reducir, y en algunos casos elimi-

    nar, tanto el dolor inducido experimentalmente como elclnico (Montgomery et al., 2000; Montgomery et al.,2002a). En un meta-anlisis centrado en el uso de lahipnosis para el control del dolor se encontr una mediade un 75% de pacientes que se beneficiaron respecto alos controles (Montgomery et al., 2000). Aunque la evi-dencia del control del dolor mediante hipnosis es la msslida en contextos agudos como el dolor que sigue a laciruga (Montgomery et al., 2002a), est creciendo laevidencia de que la hipnosis es tambin eficaz para elmanejo del dolor crnico (Patterson et al., 2003). Ade-ms de su eficacia en el manejo del dolor, la hipnosis

    tambin ha mostrado ser un componente de tratamientoeficaz para problemas como nuseas en pacientes decncer tratados con quimioterapia (Redd et al., 2001) yen pacientes obesos (Kirsch et al., 1995), en el mbito f-sico, y en problemas como ansiedad, malestar y depre-sin, en el mbito psicolgico (Bryant, Guthrie, Moulds,Nixon, & Felmingham, 2003; Ellsmore, 2001; Evans &Coman, 2003; German, 2004; Montgomery et al.,2002a; Montgomery et al., 2002b; Schoenberger,

    GUY H. MONTGOMERY, PH.D. Y JULIE B. SCHNUR, PH.D.

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    2000; Yapko, 2001) En conjunto, estos datos apoyan lacapacidad de la hipnosis como un adjunto para mejorarsntomas aversivos. Sin embargo, esto es slo una pe-quea muestra de la literatura disponible. Animamos a

    los lectores interesados en el uso de la hipnosis en un te-ma especfico a que revisen la literatura sobre ese tema.La evidencia reciente sugiere que la hipnosis puede in-

    cluso afectar a un rango ms amplio de resultados. Ade-ms de los efectos descritos ms arriba, tambin estnsurgiendo una serie de estudios con un N pequeo sobrela capacidad de la hipnosis para aumentar el funciona-miento inmune (Bakke, Purtzer, & Newton, 2002; Kie-colt-Glaser, Marucha, Atkinson, & Glaser, 2001; Woodet al., 2003). Aunque tales hallazgos tienen que ser re-plicados y ampliados, es importante el haber observadoque la hipnosis, bajo circunstancias adecuadas, puedeafectar la funcin inmune. Es raro que las intervencionespsicolgicas tengan efectos sobre medidas estrictamentefisiolgicas, y, por lo tanto, un pequeo tamao del efec-to sobre la funcin inmune es fascinante y con importan-tes implicaciones clnicas.

    REAS ADICIO N ALES DE IN VESTIGA CI N

    Adems de la literatura clnica en desarrollo sobre la efi-cacia de la hipnosis en el control de sntomas, hay por lomenos tres reas en la investigacin sobre la hipnosisque son muy prometedoras: estudios de los cambios ce-

    rebrales asociados a la hipnosis; estudios de los meca-nismos psicolgicos de los efectos hipnticos; y estudiosde costo-eficacia.A medida que la tecnologa de imgenes del cerebro

    mejora, los estudios proveen de ms informacin sobre loscambios en el cerebro asociados con la hipnosis y las su-gestiones hipnticas. Por ejemplo, Rainville y sus colabo-radores (Rainville, Hofbauer, Bushnell, Duncan, & Price,2002) encontraron datos con la tomografia por emisinde positrones (PET) que apoyan la existencia de cambiosen el crtex cingulado anterior, el tlamo y el tallo cere-bral ponto-mesenceflico asociados a los procedimientos

    de hipnosis. Kosslyn y sus colaboradores (Kosslyn, Thomp-son, Costantini-Ferrando, Alpert, & Spiegel, 2000) encon-traron diferencias hemisfricas en el flujo de sangreasociadas al procesamiento del color y la hipnosis utili-zando la PET. Estos datos estn mejorando la compren-sin de lo que ocurre en el cerebro cuando se daninducciones y sugestiones hipnticas, y pueden aportarmetodologas mejores para perfeccionar sus aplicaciones.Sin embargo, hay que ser cauteloso antes de definir la

    hipnosis como estos cambios cerebrales observados me-diante la PET. Esta conclusin sera prematura ya que es-tos estudios carecen de grupos control, se centran en losparticipantes que puntan alto en sugestionabilidad hip-

    ntica, y/ o se basan en diseos de N pequeo.Adems de los estudios de imgenes cerebrales, los au-

    tores han estudiado tambin los mecanismos de los efec-tos hipnticos desde perspectivas psicolgicas. Porejemplo, la visin socio-cognitiva de la hipnosis describelos efectos de la hipnosis como el resultado de las expec-tativas y el funcionamiento del rol social (Spanos, 1991).Por otra parte, la teora de la neo-disociacin incluyetanto aspectos del desarrollo como interactivos para des-cribir las diferencias individuales de larga duracin en lasugestionabilidad hipntica, as como los cambios agu-dos debidos a la hipnosis (Hilgard, 1991). Es importantesealar que los estudios que describen cambios cerebra-les asociados con la hipnosis y los que investigan los me-canismos psicolgicos de la hipnosis no estn de ms.Como en cualquier otra conducta (hablar, imaginarsecosas), se esperara que hubiera correlatos neurolgicosde los efectos hipnticos observados.El estudio del costo-eficacia es un rea interesante que

    est empezando a recibir atencin en la literatura dehipnosis. Quizs el mejor ejemplo publicado de este te-ma es el trabajo de Lang y Rosen (2002). En los anlisisque realizaron de 161 pacientes de intervencin radiol-

    gica, informaron que el coste asociado con los procedi-mientos de intervencin radiolgica era, comopromedio, de 338 dlares menos por caso cuando seutilizaba la hipnosis como procedimiento adjunto paracontrolar el dolor y el malestar. Estos datos muestran quela hipnosis no slo mejora la calidad de vida de los pa-cientes, sino que tambin puede mejorar el estatus finan-ciero de la institucin. Es probable que estos datos decosto-eficacia aceleren la incorporacin de la hipnosisdel protocolo de investigacin clnica a una parte impor-tante de la atencin clnica estndar.

    RESUM EN Y CO N CLUSION ESAunque muchos pacientes y terapeutas tienen concepcio-nes errneas sobre la hipnosis, los datos empricos apo-yan de manera consistente la eficacia de la hipnosiscomo un procedimiento adjunto para controlar una am-plia variedad de sntomas. Esto no implica que la hipno-sis deba sustituir las terapias existentes, sino que deberaincorporarse con ms frecuencia a la atencin clnicapara mejorar los resultados obtenidos por los pacientes.

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    Es interesante sealar que, a diferencia de muchas te-rapias farmacolgicas, las intervenciones conductualescomo la hipnosis cuentan con un efecto secundario be-neficioso. Esto es, una vez que los pacientes han apren-

    dido las tcnicas de hipnosis, las pueden utilizar paraotros problemas (Carey & Burish, 1988; Redd et al.,2001). Por ejemplo, un paciente que haya aprendido autilizar la hipnosis para controlar el dolor post-quirrgi-co puede utilizarla ms tarde para controlar un dolor decabeza. Aunque los clnicos reconocen que se puede daresta generalizacin positiva, su investigacin en la litera-tura es casi inexistente. Un estudio que document estaventaja seal que los pacientes que haban aprendidoa utilizar una intervencin de relajacin grabada paracontrolar los efectos secundarios del tratamiento del cn-cer, tambin la utilizaban para tratarse el insomnio, laansiedad generalizada y los dolores de cabeza (Burish,Vasterling, & Carey, 1988). Otro estudio reciente infor-m que los pacientes seguan utilizando y beneficindo-se de la hipnosis hasta 5 aos despus de la consultainicial (Gonsalkorale, Miller, Afzal, & Whorwell, 2003).Esta evidencia sugiere que el hecho de que los pacienteshagan este uso de la intervencin puede llevar a mejorasde larga duracin en diversos sntomas, lo cual lleva asu vez a una mejora en la calidad de vida. Es necesariala realizacin de futuros trabajos sobre esta rea paracomprenderla mejor y as intensificar estos efectos.

    En general, la hipnosis es una intervencin eficaz parael control de sntomas, puede tener ventajas de larga du-racin y no presentar ningn efecto secundario especfi-co. Desde tanto desde la perspectiva de ambos,paciente e institucin, la hipnosis puede estar siendo in-frautilizada en el mbito clnico. La investigacin futurasobre la eficacia clnica, los mecanismos subyacentespsicolgicos y fisiolgicos, y el costo-eficacia de la hip-nosis perfeccionar la prctica y la comprensin cientfi-ca de esta tcnica simple pero potente.

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