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    Signos Filosficos

    ISSN: 1665-1324

    [email protected]

    Universidad Autnoma Metropolitana Unidad

    Iztapalapa

    Mxico

    Grave, Crescenciano

    Habitar el asombro

    Signos Filosficos, nm. 5, enero-junio, 2001, pp. 47-63

    Universidad Autnoma Metropolitana Unidad Iztapalapa

    Distrito Federal, Mxico

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=34300502

    Cmo citar el artculo

    Nmero completo

    Ms informacin del artculo

    Pgina de la revista en redalyc.org

    Sistema de Informacin Cientfica

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

    http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=34300502http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=34300502http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=343&numero=1940http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=34300502http://www.redalyc.org/revista.oa?id=343http://www.redalyc.org/http://www.redalyc.org/revista.oa?id=343http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=34300502http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=343&numero=1940http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=34300502http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=34300502http://www.redalyc.org/revista.oa?id=343
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    Habitar el asombro

    Cresenciano Grave

    Facultad de Filosofa y Letras,Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Nos es lcita la osada de dar el paso atrs que va desde lafilosofa al pensamiento del Ser tan pronto como en el origendel pensar nos hayamos sentido en nuestra tierra natal

    Heidegger

    Martin Heidegger es indudablemente uno de los pensadores ms grandesdel siglo XXsi por grandeza entendemos como nos lo sugiere l mismola gran cuestionabilidad de su pensamiento. Esta cuestionabilidad consisteen la apertura lingstica que permite comparezca aquello por lo que se preguntay tambin en mostrar como cuestionable lo que hasta ahora ha sido la historia dela filosofa occidental; pensamiento que se abre paso interrogando y que a su vezpresenta sealamientos abiertos para ser cuestionado: la indagacin de Heideggerinicia su camino desde lo que l considera lo ms digno de ser cuestionado, es

    decir, a partir de la pregunta por el sentido del ser. El tejido de la historia de lametafsica se ha anudado en torno a un olvido comn: formular expresamente lapregunta por el ser. Al asumir su pensamiento en torno a la formulacin de estapregunta, Heidegger va a insistir en la necesidad de retornar al origen del pensarcomo un modo de superar la tradicin metafsica que, de Platn a Hegel yNietzsche, se ha detenido alrededor del ente.

    Signos filosficos, nm. 5, enero-junio, 2001, 47-63

    Recepcin: 15/12/00 47 Aceptacin: 10/07/01

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    La cuestionable grandeza de Heidegger,1 adems de sus terribles equivo-caciones polticas, consiste en plantear la indagacin de la historia de occidente

    desde el acontecer de la metafsica retornando a pensar lo que ha determinadoeste acontecer permaneciendo oculto en el mismo: el ser. Pretendiendo habitar lainterpelacin del ser desde los impulsos originarios del pensar, Heidegger trazauno de los caminos ms impresionantes del pensamiento en nuestra poca al sersta misma la que se cuestiona en las preguntas que sostienen el discurrir delcamino sealado. En el corresponder dispuesto que ante el ser asume, el pensarmismo retorna a su origen: el asombro.

    Formular comprensivamente la pregunta por el sentido del ser significa haberarribado, desde el asombro, al temple de nimo del pensador. Adems, esta preguntaes considerada como la cuestin que, clara o veladamente, ha regido el destino delfilosofar occidental. El autor deEl ser y el tiempo entiende su ubicacin en estepensar metafsico como una ruptura al mismo tiempo que como una reanudacinde lo que ha sido la encomienda destinal de este pensar. Heidegger asumi su

    propia labor, en tanto pensador, como un caminar sealando hacia lo que desdesiempre provoca y se aleja del pensar.

    Un autor que anda por los caminos del pensar, lo nico que puede hacer, en el mejor delos casos, es sealar, sin que l mismo sea un sabio, en el sentido de .2

    El pensador se pone en camino sealando lo que, abierto, posibilita todapresencia y que, sin embargo, ello mismo retrocede y se encierra: se oculta. Laaudacia del pensamiento de Heidegger, no sin fracasos, se manifiesta en la tenacidadcon que arremeti esta tarea en la cual se confronta con la historia de la metafsicaoccidental. Esta historia puede ser superada slo porque ella misma se haconsumado. Esta consumacin es lo que posibilita romper con ella para re-anudar,

    1La confrontacin crtica con Heidegger, as como la recuperacin fructfera de algunos problemasabiertos por l, incluye a varios de los ms destacados filsofos del siglo XX: T. W. Adorno, M. Blanchot,E. Bloch, O. F. Bolnow, H. Marcuse. De esta polmica influencia no est exento el mbito filosfico enespaol: Ortega y Gasset presunto precursor E. Nicol, E. Tras. El propsito de este artculo no esexponer la discusin sobre Heidegger.2Martin Heidegger, Conferencias y artculos, Barcelona, Ediciones del Serbal, 1994, p.7, traduccin deEustaquio Barjau. Citado en adelante como CA.

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    desde el asombro, la tarea originaria del pensar como correspondencia a lainterpelacin del ser.

    Es posible retornar al principio del pensar despus de su consumacinmetafsica? Esta consumacin es precisamente el acontecimiento que requiereretornar al asombro? El retorno es un nuevo inicio porque se asume como factibleslo despus de la culminacin del despliegue metafsico de la filosofa. Lapretensin de retornar al principio para volver a iniciar est determinada por unaconsumacin.3 Slo porque la metafsica se ha consumado es posible romper conella y retornar a lo mismoque le dio origen y que ella, en su despliegue histrico,olvid. La ruptura y la reanudacin en el pensar las efecta Heidegger dejandoatrs el pensamiento representante retornando al origen del pensar: al asombro.El asombro es la disposicin del pensador por corresponder a lo que provocndolose oculta dejando en este acontecimiento huellas que permiten sealarlo. La maneraen que Heidegger traza esta tarea nos muestra la forma en que l asume el pensarpensando el ser desde la verdad de ste.4

    En lo que sigue, nuestro propsito es escuchar el pensamiento de Heideggerdestacando las lneas que nos permiten trazar reflexivamente cmo se alza supropuesta de asumir el destino metafsico de occidente despus de su consumacin.Lo que mostramos es que asumir este destino slo es posible habitando lo mismoque le dio origen: el asombro. Slo pensando desde lo mismo que origin a latradicin pueden brotar las diferencias. Ensayamos as una contribucin, todo lomodesta que se quiera, a la comprensin de un momento de la historia de lafilosofa en el siglo XXen el que el pensamiento intent modificar su ruta trazandoun camino de memoria acogedora de lo que se ocult en la tradicin. Estopretendemos lograrlo en tres momentos: 1) el retorno al origen; 2) la encomiendadel pensar; y 3) el pensar y la memoria.

    3Esto lo ve y lo aclara Hans-Georg Gadamer en su ensayo sobre Hegel y Heidegger incluido en su libroLa dialctica de Hegel, Madrid, Ctedra, 1981, traduccin de Manuel Garrido, p. 137.4Porque si [Heidegger] tiene alguna intencin, sta se resume no en pensar el ser, haciendo por ejemplouna ontologa, sino en pensar el ser pensando desde la verdad de ste, esto es, pensar lo que consienteincluso referirse al ser. Arturo Leyte Coello, La poltica de la historia de la filosofa de Heidegger, enA.A. V.V.,Heidegger: La voz de tiempos sombros,Barcelona, Ediciones del Serbal, 1991, p. 128.

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    1. ELRETORNOALORIGEN

    Pensar es ceirse a un nico pensamiento, que un da se manten-dr como una estrella en el cielo del mundo.

    Heidegger

    La pregunta por el ser del ente es la que ha requerido a los filsofos para quenombren al ser y, si queremos dialogar con los pensadores en los que se hapreservado la verdad de su acontecer, tenemos que ir ms all de la comprensinde sus opiniones y ponernos a discutir aquello de lo que hablan, o sea, a pensar lopensado por ellos. Dialogar con los filsofos significa que nosotros, por nuestracuenta y riesgo, correspondamos al requerimiento del ser del ente.5 Atender aeste requerimiento implica una disposicin peculiar: el pensar se abre a sealaraquello a lo que l mismo pertenece. Sin embargo, esta pertenencia se debeconfigurar ella misma en la afirmacin insistente por parte del hombre como aquelente que piensa. El corresponder dispuesto determina la concordancia, no laidentidad, del decir con el ser del ente.6 Con esta disposicin el pensamientorecupera el asombro que le dio origen:

    Todo ente es en el Ser. El or esto suena para nuestros odos como algo trivial, y quizinsultante incluso. Nadie tiene por qu preocuparse de que el ente pertenezca al Ser.Todo el mundo sabe que ente es aquello que es. Y, qu otra cosa le queda al ente sino:Ser? No obstante, fue precisamente esto que el ente quede reunido en el Ser, el que enel parecer del Ser aparezca el ente, lo que primero caus asombro a los griegos, ynicamente a ellos. Lo ms asombroso para ellos fue: ente en el Ser.7

    Este asombro no paraliza sino que templa el nimo y lo dispone a pensar. As,la pregunta por el sentido del ser es la pregunta que constituye la necesidad del

    pensar. La pregunta por el sentido del ser es el pensamiento nico con el queHeidegger medita lo pensado o dejado de pensar por los filsofos y lo nombrado odejado de nombrar por los poetas.

    5Cfr.Martin Heidegger, Qu es eso de la filosofa?, Madrid, Narcea, 1985, pp. 59-60, traduccin deJos Luis Molinuevo.6Cfr. Ibid.,p. 62.7Ibid., p. 54.

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    En su dilogo con los filsofos, es decir, en su corresponder dispuesto a lainterpelacin del ser, Heidegger considera que a pesar de ser la pregunta por el

    ser del ente la cuestin rectora del pensamiento occidental, ste, al constituirsecomo metafsica, se ha olvidado de pensar al ser en cuanto tal.8 Con Platn seinicia el crculo que responde al requerimiento del ser en forma metafsica: seconsidera al ser del ente en cuanto ente presente susceptible de ser representado.Heidegger muestra este inicio a partir de una exgesis del mito de la caverna que,de acuerdo con Otto Pggeler,9 tiene como nica pretensin atender el giro platnicosobre la esencia de la verdad y su determinacin sobre el pensar occidental.

    La nocin de verdad como desocultamiento est supuesta en Platn precisamentecomo aquello que hay que dejar atrs: hay que salir de la caverna para confrontarserectamente con la luz. En la gradacin de los pasos que conducen fuera de la cavernase va volviendo visible, para el que lleva a cabo el ascenso, el resplandor que iluminasu presencia en los entes (la Idea) y por la cual stos son lo que son:

    La esencia de la idea reside en la posibilidad de resplandecer y de hacer que algo seavisible. Ella consuma la venida a la presencia, concretamente la venida a la presencia deaquello que sea en cada caso un ente.10

    Ante la iluminacin de la idea en los entes, la verdad se sita en la mirada recta,es decir, capaz de ver y representarse la presencia de la idea en los entes. Reducirel ser a la presencia y el pensar a la representacin implica olvidarnos de pensar alser en cuanto tal. Significa renunciar a sealar lo que, antecedindola, posibilita y semanifiesta en la presencia sin reducirse a la representacin subjetiva de ella.

    El que el ser no se despliegue sin el ente y el ente no sea posible sin el ser, lleva la historia de la metafsica a constituirse como olvido de su diferencia. El crculode este olvido, o sea, el crculo de la metafsica abierto por Platn se consuma, a

    8La cuestin del ser viene desplegada en la controversia con aquel pensar que acontecido histricamente,determina nuestro pensar: viene desplegada en la controversia con el pensar sobre el ser por parte de lametafsica. Otto Pggeler, El camino del pensar de Martin Heidegger, traduccin de Flix Duque,Madrid, Alianza Editorial, 1986, p. 106.9Cfr.Ibid., p. 110.10Martin Heidegger, La doctrina platnica de la verdad, en Hitos, traduccin de Helena Corts yArturo Leyte, Madrid, Alianza Editorial, 2000, p. 188.

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    la manera de una cerradura especulativa, con Hegel y, despejando la posibilidadde un nuevo inicio, con Nietzsche.

    Hegel consuma a la filosofa llevando hasta sus ltimas consecuencias lasubjetividad determinante del pensar. El pensar subjetivizado, por su propia actividad,se objetiva y, al reflexionarse, se recupera a s mismo en un movimiento que sloculmina al alcanzar la identidad plena entre su hacer-serealidad efectiva y susaber-secomo fundamento de s mismo y de todo lo que, como objetivacin suya, aparece.El saberse como concepto que fundamenta el devenir objetivo y su representacin,otorga a la reflexin filosfica el carcter especulativo en el cual se confirma laidentidad absoluta de ser y pensar. La historia en general y la historia de la filosofaen particular, se determinan como actividad dialctica en la cual el pensar subjetivo,concebido como espritu, se representa los objetos y, en la reflexin en torno a stos,se posesiona de la objetividad y de s mismo como absoluto. El mtodo dialctico,como camino efectivo de realizacin y reflexin, determina la identidad entre sujetoy objeto que se consuma absolutamente en el saber:

    En la medida en que el sujeto sesabecomo dicho saber que condiciona toda objetividad,como tal saber, esel absoluto mismo. El verdadero ser es el pensar que se piensa a smismo de modo absoluto.11

    Consumar la identidad entre ser y pensar es clausurar la filosofa comopensamiento representante que se piensa reflexivamente a s mismo. Esta clausuraes interpretada por Heidegger como un acontecimiento liberador de nuevas formasde asumir el pensar.12 La clausura hegeliana pone en juego el asunto del pensar y,en este juego, se despeja la posibilidad de que el pensar mismo se transforme.Una de estas transformaciones que a la vez implica un nuevo inicio es la que,segn Heidegger, se define en la obra de Nietzsche.

    El creador deLa gaya ciencia lleva a cabo el acabamiento la consumacinde la filosofa como metafsica. Con Nietzsche, segn Heidegger, la filosofa comometafsica agota sus posibilidades no tanto desde el pensar especulativo, sino desdeel vnculo del pensar con el arte. El acabamiento nietzscheano de la metafsica

    11Martin Heidegger, Hegel y los griegos, en op. cit., 2000a, p. 347.12 Es falso que la autntica tradicin consista en dejarse arrastrar por el lastre del pasado; por elcontrario, es la tradicin la que nos libera en lo que nos aguarda en nuestra actualidad presente y de esemodo se convierte en la referencia que lleva el peso en el asunto del pensar, Ibid., p. 346.

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    acontece al considerar el arte como el mbito privilegiado en el que comparecenlas distintas perspectivas de la vida y el aparecer. La metafsica, para la cual la

    esencia de la realidad consiste en el aparecer, se alza hasta su consumacindefinitiva en el arte ya que ste, al transfigurar la aparicin de la presencia, la llevaa su manifestacin ms iluminada: el arte revela que en la claridad del aparecerreside la esencia de lo real.13

    As, el pensador de la voluntad de poder y el eterno retorno, consuma la metafsicapero se sigue moviendo dentro de ella. En esta consumacin de la filosofa desdedentro de la metafsica, Nietzsche consigue, en As habl Zaratustra, poetizardesde el pensar la figura esencial del pensador de cada momento tal y como no sehaba dado en la historia de la filosofa occidental excepto en sus inicios conParmnides.14 Esta poetizacin desde el pensar la realiza Nietzsche asumiendo lmismo su carcter su temple de nimo como pensador.

    Nietzsche es, para Heidegger, el ltimo pensador metafsico fundamental deoccidente. Esta posicin la adquiere por el modo en que ha salvaguardado y

    comunicado la verdad en el pensar. Nietzsche ha nombrado la verdad del ser delente pensndola como conexin entre el eterno retorno y la voluntad de poder.15

    Asumir esencialmente la figura del pensador consumando a la metafsica le daa Nietzsche el nico discpulo del dios Dioniso la posicin de un iniciador:[...] con el fin de la Filosofa an no ha terminado el pensar, sino que est pasandoa un nuevo comienzo.16 Comenzar de nuevo en el pensar implica retornar re-cuperar y recordar al primer comienzo y, a la vez, pensar sealando a lo nopensado en la historia de la metafsica. La metafsica es la historia del des-ocultamiento del ente y, al mismo tiempo, de la sustraccin del ser.

    El ser mismo se sustrae. La sustraccin acontece. El abandono del ente en cuanto tal porparte del ser acontece. Cundo acontece? Ahora? Slo hoy? O desde hace tiempo?

    Desde hace mucho? Desde cundo? Desde que el ente en cuanto ente mismo lleg a lodesoculto. Desde que aconteci ese desocultamiento, la metafsica es; pues la metafsicaes la historia de ese desocultamiento en cuanto tal. Desde que esta historia es, es

    13Cfr. Martin Heidegger,Nietzsche I, traduccin de Juan Luis Vermal, Barcelona, Ediciones Destino,2000b, p. 20, citado en adelante como NI.14Cfr. Martin Heidegger, Quin es el Zaratustra de Nietzsche?, en CA,pp. 108-110.15Cfr. Martin Heidegger,Nietzsche II, Barcelona, Ediciones Destino, 2000c, p. 210, traduccin de JuanLuis Vermal. Citado en adelante comoNII.16Martin Heidegger, Superacin de la metafsica, en CA,p.74

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    histricamente la sustraccin del ser mismo, es el abandono del ente en cuanto tal porparte del ser, es la historia de que del ser no hay nada. Desde entonces y como consecuenciade ello, el ser mismo queda impensado.17

    La verdad que la historia de la metafsica ha custodiado se ha configurado en lasdistintas respuestas a la pregunta: qu es el ente? Al conducirse slo desde estapregunta, la metafsica no ha buscado internarse en lo que la sustraccin del ser daqu pensar. Esto ha determinado su historia como el acontecer en el que el ente semanifiesta dejando oculto, es decir, sin pensar, la condicin de posibilidad deldespliegue del ente; el despejamiento que permite la presencia sin reducirse a ella.

    Nietzsche, al consumar y desbordar a la metafsica en el arte, reanuda el pensarcon sus impulsos originarios. De este modo, desde Heidegger, el pensamiento deNietzsche es, al mismo tiempo, culminacin y punto de retorno que posibilita la re-anudacin del pensar con y desde sus orgenes.

    La pretensin heideggeriana de regresar al origen no implica saltarse la historia

    de la metafsica; significa, desde el planteamiento de la pregunta por el ser, retornara travs de esta historia para sobrepasar sus respuestas. El ser requiere al pensadory ste, con su preguntar, corresponde a tal requerimiento. Volver al origen delpensar significa reanudar el cuestionamiento que recupera el asombro ante el ser.Desde este retorno, Heidegger lleva a cabo una subversin crtica de la historia dela filosofa. sta, vista desde su obra, ya no es igual. No obstante, la historia de lafilosofa no es un montn de escombros que haya que abandonar en el camino:desde sus ruinas majestuosas se simboliza la fugacidad del ente y la temporalidaddel ser, pero tambin el nimo creador con que los filsofos de antao fecundaronsus obras de tal modo que en ellas se fund y cambi el mundo al que los pensadorespertenecieron. Y esto lo hacen como una promesa de aclarar lo que a ellos mismosse les escapa.18 Heidegger construye su camino del pensar retrotrayndose alorigen y, simultneamente, dialogando con las respuestas metafsicas al requerimiento

    17Martin Heidegger,NII, p. 289.18Porque el pensar, ciertamente, es algo muy especial. La palabra de los pensadores no tiene autoridad.La palabra de los pensadores no conoce autores en el sentido de los escritores. La palabra del pensar es

    pobre en imgenes y no tiene atractivo. La palabra del pensar descansa en una actitud que le quitaembriaguez y brillo a lo que dice. Sin embargo, el pensar cambia el mundo. Lo cambia llevndolo a la

    profundidad de pozo, cada vez ms oscura, de un enigma, una profundidad que cuanto ms oscura es, msalta claridad promete, Martin Heidegger, Logos, en CA, p. 199.

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    del ser. Este nudo de pretensiones configura al pensamiento que retorna al origencomo el ms difcil.19

    Pensar al ser en tanto tal y no como ente y asumir el pensar como uncorresponder sealando aquello que lo requiere, caracteriza la recuperacin y elretorno de Heidegger al asombro original. Para ponerse en camino el pensar deHeidegger se retrotrae al origen: despus de la consumacin de la metafsica quese ha olvidado del ser, se despeja el umbral para volver atrs del pensamientorepresentante.20 Este volver atrs significa ingresar en el torbellino del olvido delser colocndose insistentemente en la historia de tal olvido y simultneamentesealar un sendero para el pensamiento venidero.

    El ser es lo ms olvidado, tan desmesuradamente olvidado que incluso ese olvido quedaabsorbido por su propio torbellino. Todos corremos constantemente detrs del ente;apenas si alguien piensa nunca el ser. Cuando sucede, el vaco de lo que es ms universaly comprensible lo absuelve del vnculo en el que por un instante haba tenido la intencin

    de entrar. Pero esto que es lo ms olvidado es al mismo tiempo lo que ms se interna enel recuerdo [das Erinnerndste], lo nico que permite penetrarse de lo sido, lo presente ylo venidero y estar en su interior.21

    As, retornar al origen no es una regresin: es quebrantar el slido muro de lametafsica para que desde las grietas abiertas se acoja el pensar que retrae laencomienda originaria penetrando lo por venir. Volver a plantear la pregunta por elsentido del ser; estar dispuesto a corresponder a la interpelacin del ser del enteimplica instalarse, habitndolo, en el asombro. Este asombro se pregunta por elsignificado de lo que desocultndose llega a manifestarse; se pregunta por lapre-esencia (prae-essentia, par-ousa la llama Eugenio Tras) que posibilitatodo lo presente.

    Con la pregunta sobre qu significa todo esto y cmo puede acontecer, y slo con estapregunta, empiezael asombro. Cmo somos capaces de llegar aqu? Tal vez prestndonosa un asombro que, con mirada inquisitiva, mira buscando aquello que nosotros llamamosdespejamiento y salida de lo oculto? [...] El asombro pensante habla en el preguntar. 22

    19Cfr.Martin Heidegger, Recuerdo enInterpretaciones sobre la poesa de Hlderlin,Barcelona, Ariel,1983, p. 144. Citado en adelante como IPH.20Cfr. M. Heidegger, La cosa, en CA,traduccin de Jos Mara Valderde, p. 160.21Martin Heidegger,NII, p. 203.22Martin Heidegger, Altheia, en CA,p. 227.

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    El asombro y el preguntar se determinan mutuamente: el asombro requeridopor el ser como despejamiento y el corresponder a ste en la pregunta abren el

    camino del pensar. El asombro lleva a preguntar y la pregunta hace pensar alasombro. El verdadero preguntar es aquel que nos muestra, que nos deja ver atravs de l mismo aquello por lo que se pregunta. Por lo que se preguntahayque entenderlo aqu con una doble direccin:porlo que origina el preguntar y poraquello hacia loque se dirige el preguntar; por lo que hace brotar el preguntar yhacia lo que el preguntar seala. Por lo que se pregunta indica el origen y eldestino del preguntar pensante. Lo que origina el pensar es aquello por lo cual elpensar queda determinado en su esencia y es tambin aquello con lo que, al dirigirsehacia l, se confronta el pensar. Desde el pensar se seala el ser que, desde susustraccin, se encomienda en el habla del propio pensar. A lo que es digno delasombro pensante se corresponde en el decir que pregunta.23 Con este decir secorresponde en el lenguaje a la interpelacin del ser: en el habla del pensar destellael acontecimiento al cual el mismo habla responde.

    El pensar se pone en camino a partir de que se retorna al asombro originariodejando atrs la representacin de la metafsica para buscar sealar lo que staha dejado en el olvido. El mero retorno recuperador no le garant iza al pensarinstalarse inmediatamente en lo que le es propio. Retornar al origen paracomenzar de nuevo pensando lo que se ha olvidado implica un cuestionamientodel pensar sobre su significado. Volver al asombro para pensar, el ser requiere delpensar su propio cuestionamiento. Por esto dice Heidegger nospreguntamos:qu quiere decir pensar?.24 Con este cuestionamiento el pensar pregunta por smismo con relacin a aquello que lo origina y a lo que, a la vez, l se dirige.

    LAENCOMIENDADELPENSAR

    Si la audacia del pensar brota de la exigencia del Ser, floreceentonces el lenguaje del destino.

    Heidegger

    Durante los semestres de invierno de 1951-1952 y de verano de 1952, reincorporndosea la actividad docente que con motivo de su militancia en el Partido NacionalSocialista se le haba prohibido desde 1946, Heidegger imparti, en la Universidad

    23Cfr. Ibid.,p. 244.24Martin Heidegger, Qu quiere decir pensar?, en CA,p. 125.

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    de Friburgo, dos cursos sobre Qu significa pensar? En 1954, en su libroConferencias y artculos,Heidegger incluy una conferencia, Qu quiere decir

    pensar?, que, a manera de resumen de los cursos mencionados, ley en 1952. Apartir de aqu sintetizo algunos aspectos de este problema abierto por Heidegger.En mi intento de sntesis reflexiva anoto algunas de las huellas que Heidegger hadejado en su anterior confrontacin crtica con Nietzsche (1936-1946) y que lehan permitido desbrozar su propio camino de vuelta al origen.25

    Acceder a lo que se llama pensar slo es posible si nosotros mismos pensamos.Para nosotros mismos pensar, necesitamos aprender a pensar. Disponernos a aprendersignifica reconocer que an no sabemos. La posibilidad de pensar del hombre no esgaranta de su realizacin. Para realizarla debemos tender a ella. El hombre tiendehacia..., es decir, atiende como humano aquello que se le atribuye y lo mantiene ensu humanidad; en su esencia. Su esencia es el pensar y sta no se determinaautomticamente; es una posibilidad cuya realizacin implica disposicin paracorresponder a aquello que la requiere. El hombre, para realizar esta posibilidad

    debe atender aquello que da qu pensar.Lo que da qu pensar no es establecido o fijado por nosotros; no se deriva,

    no depende ni, mucho menos, se fundamenta en nosotros. Lo que da qu pensarlo da por s mismo, por su propio peso, por su propia gravitacin. A esto lo llamaHeidegger lo grave. Lo grave es lo que da qu pensar, es decir, lo que quiereser pensado. En este sentido, lo grave no slo es lo que preocupa o perturba;tambin lo bello y lo sublime, lo grato y lo propicio dan qu pensar. Lo grave daqu pensar en la medida en que es aquello que ha de ser pensado. Esto seencomienda al pensar en tanto requiere ser cuidado en el pensar mismo. Loque da qu pensar encomendndose al pensar es aquello que desde siempre hade ser pensado: lo gravsimo.

    Se pregunta Heidegger: qu es lo gravsimo y cmo se manifiesta en nuestra

    poca grave? Su respuesta resulta, a primera vista, escandalosa: Lo gravsimode nuestra poca grave es que todava no pensamos.26

    25 Confrontacin es autntica crtica. Es el modo ms elevado y la nica manera de apreciarverdaderamente a un pensador, pues asume la tarea de continuar pensando su pensamiento y de seguir sufuerza productiva y no sus debilidades. Y para qu esto? Para que nosotros mismos, por medio de laconfrontacin, nos volvamos libres para el esfuerzo supremo del pensar en Martin Heidegger,NI, p. 21.26Martin Heidegger, Qu significa pensar?, Buenos Aires, Nova, 1958, p. 11, traduccin de HaraldoKahnemann.

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    Qu quiere decir esto? El todava no pensamosno es imputable slo alhombre en tanto ste no haya atendido suficientemente aquello que da qu pensar

    y que exige ser pensado. El todava no pensamos se debe tambin a aquellomismo que da qu pensar ya que ste le vuelve las espaldas desde siempre alhombre. Debido fundamentalmente a esto, el pensamiento no ha ingresado en elmbito de lo que por s mismo exige ser pensado en un sentido esencial.

    Parece entonces que estamos en un callejn sin salida o, peor an, enuna especie de juego absurdo: lo que da qu pensar y exige ser pensado esaquello mismo que le vuelve las espaldas al pensar. Cmo puede ser pensadoy llevado al lenguaje aquello que, provocndolo, se le escabulle al pensar?

    Llevar al lenguaje quiere decir albergar ser en la esencia del lenguaje.27 Portanto, lo que quiere resguardarse en la palabra tiene que mostrarse de algn modo.El volver las espaldas, el sustraerse dice Heidegger, no es una nada; lasustraccin es un acontecimiento. Y es un acontecimiento que puede tocar yabsorber esencialmente al hombre. As, lo que da qu pensar y exige ser pensado

    lo da y lo exige al sustraerse y absorbe al hombre en ese acontecimiento. Este es elenigma que se levanta en la reivindicacin del ser como aquello que hay qu pensar.

    El ser, la promesa de su desocultamiento como historia del misterio, es l mismo elenigma. El ser es lo que desde su esencia da qu pensar nicamente esta esencia. El hechode que l, el ser, d qu pensar, y no ocasionalmente y en algn respecto, sino siemprey segn cualquier respecto, puesto que es l, el ser, quien entrega su esencia el pensar,esto es un rasgo del ser mismo. El ser mismo es el enigma.28

    El hombre, al entrar en la estela de atraccin de lo que atrae sustrayndose, sepone en camino a pensar el misterio de ese acontecimiento. Estar en camino a...es atender lo que pone en obra nuestra esencia: atender aquello qu da que pensary nos pone en camino a...sustrayndosenos. Este a-tender a lo que nos a-trae

    sustrayndosenos es sealar hacia l. Nuestra esencia se pone en obra sealando loque se sustrae; lo que a la vez que posibilita toda presencia se retira mantenindoseoculto. Aquello que nos atrae, en tanto se sustrae, permanece oculto. Este ocultarseen la atraccin de la sustraccin es lo que propiamente da qu pensar y exige serpensado.

    27Martin Heidegger, Logos en CA,p. 197.28Martin Heidegger,NII, p. 302.

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    Porque a lo que slo da noticia de s mismo apareciendo en su autoocultamiento, a estoslo podemos corresponder sealndolo y, con ello, encomendndonos nosotros mismosa dejar aparecer lo que se muestra en su propio estado de desocultamiento. Este simple

    sealar es un rasgo fundamental del pensar, el camino hacia lo que, desde siempre y parasiempre, da qu pensar al hombre.29

    Lo que se oculta aconteciendo es la pre-esencia que posibilita fundamenta desdesu propio abismarse todo lo presente a la vez que nos requiere interpelando nuestraesencia. Y sta se realiza albergando en la palabra lo que se encomienda al pensar.

    Por lo tanto, si escuchamos la pregunta Qu significa pensar? de tal manera que nospreguntemos: qu es lo que nos dirige la palabra para hacernos pensar? entoncespreguntamos por aquello que encomienda el pensar a nuestra esencia haciendo llegar asnuestra esencia misma al pensar, a fin de cobijarla en el pensar. 30

    Lo que nos da qu pensar lo hace donndonos el pensar: nos convoca a pensarencomendndose a ello. Esta encomienda se ampara en nuestra esencia porqueel acontecimiento mismo quiere ser pensado. Lo que nos da qu pensar no es unaexigencia bajo la forma de imperativo; es una obligacin en tanto recibimos un donque, agradecidos, lo recogemos y lo cuidamos. Estamos obligados en tanto nuestropropio ser proviene de aquello que da qu pensar, por lo tanto, cuidar en estesentido significa dejar en su esencia al acontecimiento: corresponderle albergndoloen la palabra.31 Lo que nos da qu pensar es una exigencia en tanto se confa anosotros con la encomienda de pensarlo. Lo que da qu pensar es lo que al atraernossustrayndose permanece oculto al mismo tiempo que nos pone en camino asealarlo: nuestra esencia se pone en obra al entrar al mbito de lo que se sustraey lo seala.

    En cuanto est,pues, en este camino, el hombresealaen su calidad de caminante lo quese sustrae. Como el que seala en esta direccin el hombre es el que seala [...] Su esenciaconsiste en ser uno que seala. Lo que es de por s, segn su esencia, un algo que seala,lo llamamos un signo.32

    29Martin Heidegger, Qu quiere decir pensar?, en CA,pp. 117-118.30Martin Heidegger, Qu significa pensar?,p. 115.31Cfr. Martin Heidegger, Construir, habitar, pensar, en CA,p. 131.32Martin Hiedegger, Qu significa pensar?,p. 15.

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    El hombre es un signo en tanto con su pensar seala aquello que le da eldesignio de pensar. El hombre es el ente peculiar de-signado por aquello que se

    oculta sustrayndose para ser sealado por el pensar al que se encomiendaobligndolo. Esta designacin no es una coaccin. Aquello que se encomienda lohace donando lo libre a nuestra esencia. Lo que nos da la encomienda del pensaren tanto necesita ser pensado lo hace convocndonos a pensarlo a fin de quealgo humanamente libre pueda habitar dentro de ello.33

    Aquello que nos da la encomienda del pensar convocndonos a ello es unllamado, una vocacin que requiere respuesta. Esta respuesta no es pasiva; elpensador tiene que hacerse cargo de lo que lo requiere y en la medida en que estose oculta, toca a aqul la creacin de aquellos signos que lo sealen albergndolo.La respuesta a la interpelacin del ser se asume insistentemente por los pensadoresconsiguiendo as stos admitir el enigma del ser adentrndose en l.

    La admisin [Eingestndnis] no hace ms que colocarse en la insistencia [Instndigkeit]:

    en el expectante estar dentro [innestehen] en medio de la verdad del ser, ella mismaencubierta. Pues slo mediante la insistencia el hombre es capaz de mantenerse en suesencia como aquel que piensa [...] Cuando el pensar se dispone a pensar, est ya en laadmisin del enigma de la historia del ser. En efecto, apenas piensa, el ser ya se le ha dadoa pensar.El modo de la impresin inicial es el permanecer fuera del desocultamiento del

    ser en lo desoculto del ente en cuanto tal.34

    El filsofo es aquel cuya voluntad dispone conscientemente su pertenencia aldestino de pensar.35 Este destino se construye en la creacin de los signos pa-labras pensadas que sealan en el sentido de albergar y desvelar36 lo queapareciendo en la presencia se sustrae y se oculta.

    Responder al llamado de lo que nos encomienda el pensar significa cuidarlo;reacogerlo en el lenguaje agradecindole el don que le debemos. Este don que le

    debemos es nuestra esencia: el pensar en virtud del cual podemos habitarpropiamente como lo que somos.

    33Ibid.,p. 129.34Martin Heidegger, NII, pp. 306-307.35En el ya referido comentario al poema Recuerdo de Hlderlin, escribe Heidegger: Voluntad es ladisposicin consciente para la pertenencia al destino de uno mismo, IPH,p. 108.36Cfr. Ibid.,p. 131.

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    ELPENSARYLAMEMORIA

    [...] el pensar se mantiene en el advenimiento de lo que ha sido,y por eso mismo es el pensar conmemoracin.

    Heidegger

    En tanto lo que da qu pensar se sustrae desde siempre y en su ocultarse nosatrae ponindonos en camino a sealarlo, esto ha de pensarse siempre. Lo queprecede a toda presencia en tanto la posibilita es lo que permanece.37 Si queremosir ms all de la presencia entonces estamos desde siempre convocados a pensar.Atender este llamado implica instalarse en el asombro que pregunta; en el asombroque, hacindose cargo de lo digno de ser cuestionado, retorna al hogar que le dio origen.

    A diferencia de lo simplemente cuestionable y de todo lo que no plantea cuestin alguna,lo digno de ser cuestionado proporciona desde s mismo por primera vez la ocasin clara

    y el punto de apoyo libre por medio de los cuales somos capaces de devolver la llamada yde invocar con la llamada aquello que exhorta nuestra esencia. El viaje hacia aquello que esdigno de ser cuestionado no es una aventura sino un regreso al hogar.38

    Regresar al hogar es recordar; es instalarse permanentemente en el asombrofrente al enigma de la sustraccin del ser. El recuerdo consolida a los que piensanen su fundamento esencial.39 El asombro es el hogar del pensar. Retrotraerse alorigen significa acoger este asombro como sede donde habitar.40 Habitar elasombro es el temple de nimo; la disposicin en la que y para la que se abre alSer del ente.41 Al abrirse al ser del ente el pensar que seala debe mantener enla memoria aquello que hay que considerar antes que todo lo dems:42 la pre-esencia que posibilita a toda presencia y que a la vez permanece ms all de ella.La memoria pone al pensar en camino a sealar el acontecimiento que, asombrando,

    37Lo que ocurri antao, lo primero por delante de todo y lo ltimo despus de todo, es lo que precedea todo y lo conserva todo en s: lo inicial y como tal lo que permanece. Martin Heidegger, Comocuando en da de fiesta..., en IPH,p. 93.38Martin Heidegger, Ciencia y meditacin, en CA,p. 59.39Martin Heidegger, Recuerdo, enIPH,p. 154.40Martin Heidegger, Altheia, en CA,p. 226.41Martin Heidegger, Qu es eso de la filosofa?,p. 65.42Cfr.Martin Heidegger, Qu quiere decir pensar?, en CA,p. 120.

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    da que pensar y es digno de ser cuestionado antes que cualquier otra cosa. Memoriaes la reunin del pensar sobre lo que en todas partes debe pensarse desde el

    principio.43

    El asombro es el recuerdo que anuda al pensar con lo que es desdeel principio. Esto que es desde el principio es lo que el camino del pensar seala.Slo se puede caminar en el pensar habitando el asombro. Y, despus del olvidodel ser hay que caminar desde el retorno al origen. En este retornar para volver acomenzar, el olvido (la metafsica) es necesario ya que sin l dira Borges, lamemoria el pensar venidero que recuerda, no podra crear. As, sustentndoseen el asombro, el pensar es indisoluble del mundo en el cual y frente al cual elpensador templa su nimo de tal modo que en ste se manifiesta no una supuestaforma eterna del pensar sino la historicidad en que cada poca corresponde a lainterpelacin del ser.

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    43Martin Heidegger, Qu significa pensar?,p. 16.

    62 Habitar el asombro

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