hayden_2012_ la estructura social del neanderthal_traduccion
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MATERIA: PREHISTORIA DEL VIEJO MUNDO.
CATEDRA: Prof. Dr. Eduardo Crivelli.
TRADUCCION: Verónica Zuccarelli. Revisión: Dra. Dánae Fiore
TEXTO: Hayden, B. 2012. Neandertal social structure. Oxford Journal of Archaeology. 31 (1) pp. 1-26.
LA ESTRUCTURA SOCIAL NEANDERTHAL
Resumen
Las capacidades sociales y cognitivas de los Neanderthales han sido cuestionadas por varios autores, mientras que otros sugieren que tales capacidades no difieren marcadamente de aquellas de los humanos anatómicamente modernos en los últimos 30,000 años. ¿Qué indica la evidencia material? La información que puede ser obtenida de los sitios del Paleolìtico Medio indica que había bandas Neanderthales de alrededor de 12-24 personas que formaban alianzas con otras 10-20 bandas, y también, mantenían relaciones de enemistad. Los rituales probablemente ayudaron a mantener las alianzas. Estas conclusiones indican que probablemente existían grupos lingüísticos o de dialectales que eran étnicamente auto-conscientes. Algunos de los rangos de bandas y la densidad poblacional de las bandas postuladas en la literatura no parecen realistas. La división sexual del trabajo fue probablemente pronunciada y los Neanderthales parecen haber utilizado marcadores de estatus rudimentarios, incluyendo pieles de predadores, plumaje de aves o garras, colorantes, y una variedad de elementos especializados.
Veo poca diferencia (en la organización social de los Neanderthales)
de la de otros primates mayores. (Pettitt 2000, 361)
Robert Davies and Simon Underdown (2006) han expuesto una letanía de argumentos
concernientes a la limitada organización social y habilidades cognitivas de los Neanderthales,
especialmente los propuestos por Gamble (1999), Stringer (2002; Stringer and Gamble 1993),
Mithen (1996), Pettitt (1997; 1999; 2000), Wynne and Coolidge (2004) and Mellars (1996; 2005).
En resumen, varios de estos autores sugieren que los Neanderthales poseìan habilidades
cognitivas mínimas, no había concepción del tiempo, ningún equivalente al habla moderna;
ninguna habilidad simbólica o incluso palabras para las herramientas (por lo tanto, no habría una
tipología para estas herramientas y como resultado ningún complejo tecnológico); una capacidad
de innovación mínima o inexistente; una inhabilidad para trabajar materiales “naturales” como
hueso y asta; una inhabilidad para establecer relaciones sociales de larga distancia; una
organización social mínima; inexistencia de una estructura de sitio compleja; ningún marco ritual y
la falta de comunidades sexualmente integradas (hombres y mujeres vivirían en grupos
separados). Se trata de afirmaciones condenatorias con rastros de los conceptos de Marcelin
Boule de un siglo atrás (Fig.1). Estas afirmaciones son controvertidas y han sido cuestionadas por
otros académicos (Davies and Underdown 2006; Zilhão 2007; Langley et al. 2008; D’Errico 2003;
McBrearty and Brooks 2000; Hayden 1993). ¿La evidencia arqueológica sustenta estas visiones
minimalistas de las capacidades Neanderthales? Al menos en el ámbito de la estructura social,
ahora hay suficientes observaciones en el comportamiento Neanderthal y en los patrones de
asentamiento como para poder dar cuenta de algunas de estas cuestiones.
Figura 1
De acuerdo con Moser (1992), el concepto de Marcelin Boile de los Neanderthales puede verse en esta
ilustración de Kapka de 1909, publicada en L’Illustration.
La clase de evidencia que puede ser utilizada para dar cuenta del interrogante acerca de la
organización social Neanderthal incluyen: tamaño de sitio, patrones intra-sitios, restos de sitios de
matanza, rasgos en cuevas profundas, patrones de enterramiento, indicadores de diferencias de
estatus, y las distancias de transporte de líticos u otros materiales. A través del uso de algunos de
estos tipos de datos, la cuestión del tamaño de los grupos puede ser abordada y es, tal vez, la
mayor problemática a tratar inicialmente.
Tamaño de las bandas locales
En su visión general del estilo de vida Neanderhal, Pettit (1997) argumentó que los sitios
fueron ocupados solamente por grupos pequeños, e incluso, según su repetida sugerencia, por un
solo individuo, y que la organización social no era muy diferente de la de los chimpancés. En la
misma línea, Rolland y Dibble (1990,402) argumentaron que la baja densidad de sitios y los pisos
de ocupación de pequeño tamaño indican que las poblaciones Neanderthales “no habían
alcanzado la densidad socio-demográfica y el umbral estructural que permitiría la coexistencia de
varias comunidades “nucleadas”, conscientes de una identidad y con una conformación de redes
de apareamiento”. Ellos, como otros, interpretan la falta de símbolos relacionados con la identidad
social de grupo en la cultura material Neanderthal como una confirmación de la falta de
identidades sociales de grupo, y, como Wobst (1974;1975), esto es visto como representativo de
la falta de redes de apareamiento. Los retratos extremos de los grupos sociales Neanderthales
como compuestos por un sólo individuo o pequeños grupos de hombres o mujeres, deambulando
en el paisaje, ocasionalmente uniéndose con otros individuos para el apareamiento o combate,
puede probablemente ser rechazado en vista de la reciente evidencia de su organización de
grupo.
Mientras que es indudablemente cierto que algunos sitios del Paleolítico Medio fueron
usados por un único individuo o quizás por grupos de dos o tres individuos (e.g. familias nucleares
o grupos de tareas), esto es enteramente esperable como un patrón de campamento dentro del
rango de variación de los cazadores recolectores contemporáneos. Los cazadores solitarios son
màs eficientes al procurarse carne, excepto en condiciones especiales,y los viajes de caza a
veces podrían durar varios días (Hayden 1981), durante los cuales se establecerían campamentos
solitarios que no reflejaban la composición normal de las bandas a las que pertenecieron estos
cazadores. De esta forma, son los sitios más grandes los que pueden reflejar los tamaños
normales de las bandas. Debido a las ocupaciones repetitivas y superpuestas se desdibujan los
límites del uso del espacio por parte del grupo. Hay uso pocos sitios del Paleolítico Medio para los
que los que se puede formular un estimativo del tamaño del grupo, pero los pocos que existen
pueden dar un valioso panorama. Una manera de estimar el número de ocupantes de los sitios es
a través del examen de las áreas de los pisos ocupados.
Pisos de ocupación
Parece haber un patrón consistente de áreas de pisos de ocupación en algunos de los
sitios Musterienses excavados màs extensivamente. Burke (2006,518) dio cuenta de que en
Crimea el tamaño de muchos de los sitios del Paleolítico Medio es de 35-50 m2. Un patrón similar
pudo ser detectado en los sitios europeos y de Oriente Medio, basado en planos de suelos ya
publicados. En Molodova I, el área del piso de una estructura del Paleolítico Medio era de
alrededor de 40 m2 (Klein 1973, 69-70). Similarmente, el sitio temprano del Paleolítico Medio,
Lazaret, dio evidencia de una estructura que se extendía 3,5 m desde las paredes de la cueva, y
cubría alrededor de 36 m2 durante la ocupación invernal (Lumley 1969a). En otras cuevas del
Paleolítico Medio aparecen pisos de ocupación tajantemente indicativos de estructuras, donde los
suelos antropogénicos se extienden alrededor de 3,5 m desde las paredes de la cueva, indicando
pisos ocupacionales similares a aquellos de Lazaret (e.g. en Baume Bonne y Baume des
Peyrards-Lumley 1969b;Lumley y Bottet 1965). El abrigo de Toj Faraj en Jordania contiene
alrededor de 45 m2 de área de piso de ocupación extendiéndose unos 4 m desde la pared del
abrigo, con otros posibles 45 m2 de piso sin excavar. ((D.Henry 2003; D. Henry et al. 2004). El
abrigo más completamente excavado de Abric Romaní en España tenía alrededor de 70 m2 de
piso de ocupación, extendiéndose unos 4 m desde la pared (Vallverdú et al, 2010).
Si utilizamos los estimativos de espacio de piso de ocupación por persona derivada de los
habitáculos de invierno de otros cazadores recolectores como aquellos de la meseta del Noroeste
Americano, debería haber una persona por cada 2,5-3 m2 del área del piso (Hayden et al. 1996).
Las áreas del piso de preocupación por persona tienden a ser ajustadas en invierno para
conservar la mayor cantidad posible de calor, y las personas tienden a dormir cerca de las
paredes. En contraste, las ocupaciones de climas cálidos no tienen estos constreñimientos y es
más factible que sean mucho más variables dependiendo de otros factores como la defensa o el
viento. En los casos del paleolítico Medio reportados, las ocupaciones de abrigos rocosos y la
presencia de fogones indican el uso en clima frío; y sus áreas de pisos de ocupación por persona
resultarían en grupos de 12-18 personas (Tabla 1). Esto es muy similar al estimativo de tamaño de
grupo usado por Burke (2006, 518) para modelar los tamaño de grupo y rangos espaciales en
Crimea. Ella utilizó las áreas de abastecimiento de materias primas líticas como medidas proxy de
los rangos espaciales de los grupos, donde las fuentes líticas principales podían estar a 25 km del
campamento base, pero generalmente a un promedio de 10-12km de distancia. Luego utiliza
estimativos de los territorios resultantes (300-450 km2 ) para determinar cuántos individuos
pudieron ocupar esas áreas, basado en el trabajo de Steele (1996). Burke llega a un máximo de
25 personas por territorio de banda, similar al tamaño de banda de los grupos reportados en otros
ambientes con bajo potencial extractivo de recursos.
table 1
Middle Palaeolithic floor areas and estimates of numbers of occupants
Site Floor area (sq m) Estimated people Distance from wall
Lazaret 36 12–14 3.5 Baume Bonne – 12–14 3.5 Baume des Peyrards – 12–14 3.5 Molodova I 40 14–16 – Abric Romaní 70 23–28 4.0 Tor Faraj 45 (90?) 15–18 (30–36?) 4.0–4.5
Tamaño de grupos etnográficos
La mayoría de las bandas observadas en el Desierto Occidental Australiano tienen entre
10-20 personas (unas 2-4 familias nucleares). Basedow (1914,147,162, 173) reportó grupos de
forrajeo de 9, 11 y 15 individuos así como también una sola familia, mientras que Evans y Long
(1965;Long 1964a;1964b) encontró grupos de 12,12, 14, 16, 16, 17 y 22, así como varias familias
nucleares. Gould (1969ª, 6) también reportó el encuentro con un grupo de 13. Davenport et al.
(2005,13, 63-4, 113) reportó un máximo de bandas locales de 21 personas (incluyendo aquellos
temporalmente extraviados). El mismo tamaño de banda caracteriza a algunos grupos
Algonquinos e Inuit en el Bosque Boreal Canadiense (Kelly 1995, 211). En términos de
composición de bandas y tamaño, es también significativo que Mania (1995, 240) identificara tres
estructuras de vivienda en el sitio Pleistocénico de Bilzingsleben, todas de 3-4 m de diámetro que
es similar al diámetro de las estructuras para dormir utilizadas por las familias nucleares de
cazadores recolectores australianos (Hayden 1979). De esta forma, las observaciones
etnográficas de los tamaños de banda en algunos de los más duros ambientes del mundo, y las
estimaciones etnográficas sobre el área de piso de ocupación per cápita de cazadores
recolectores de climas fríos, indican que los tamaños de las bandas Neanderthales en la Eurasia
Periglaciar fue de probablemente un rango de 10-25 personas.
Areas de descanso
El mismo número general de gente por banda también resulta de las estimaciones basadas
en un número de fogones utilizados para entibiar zonas de descanso en algunos sitios. En Abric
Romaní (Vallverdú et al 2010), hay ocho fogones espaciados a distancias relativamente iguales y
alienadas contra la pared del abrigo rocoso (con otros posibles dos fogones en la columna
estratigráfica no excavada). Estos fogones son interpretados como estructuras usadas para
ayudar a mantener el calor durante el descanso (Fig 2). Basedow (1914,164) similarmente
observó que los aborígenes del Desierto Australiano dormían “con un pequeño fuego a cada lado
y una protección contra el viento hecha de arbustos en la cabecera”, y “si varios individuos
dormían uno al lado del otro, un fuego es preparado entre cada par de cuerpos….Esta posición
alternada del fuego y del hombre es económica, ya que cada fuego sirve para calentar a dos
personas, uno a cada lado (Basedow 1904,29). Estos son similares a los hogares usados en
climas fríos de los cuales fui testigo en Australia (Fig 3). Si una persona dormía entre (o en las
afueras de) estos hogares registrados arqueológicamente que estaban a menos de un metro de
distancia, y si dos personas dormían juntas en aquellos más espaciados, en Abric Romani
dormían unos 13 ocupantes. Si los fogones centrales para la actividad doméstica también eran
usados para dormir (e.g. por los de bajo estatus, los miembros de la banda no casados o más
jóvenes), entonces el abrigo pudo haber contenido a tantos como 20 ocupantes.
Similarmente,en Tor Faraj (Fig. 4), había seis áreas de fogón identificables contra la pared
del abrigo rocoso considerada como el área de descanso, una interpretación reforzada por el
hallazgo de fitolitos de pasto interpretados como material utilizado a modo de cama (D.Henry
2003; D. Henry et al. 2004). Usando los espacios entre estos fogones, el abrigo pudo acumular
lugares de descanso para alrededor de 16 personas, en un espacio ajustado. Si los fogones de
actividades domésticas centrales también eran usados para dormir, el número total de personas
sería de 20. El más bajo de estos estimativos se comparan cercanamente a los de Donald Henry
(2003, 260-2) de las 12-15 personas ocupando Tor Faraj, considerando que sus estimaciones y
las mías fueron hechas independientemente, usando datos y métodos de cálculo completamente
diferentes.
En Molodova I (Figura 5), había mínimamente unos siete fogones en la proximidad a la
pared de la estructura (i.e. en posición análoga a los fogones cercanos a las paredes de los
abrigos de Abric Romaní, Tor Faraja y Molodova), y estos eran presumiblemente utilizados para
calefacción durante el descanso. El espacio de estos fogones indica que unas 16 personas
pudieron acomodarse en la periferia, y otras cuatro alrededor de los fogones domésticos
centrales. De esta forma, los patrones de descanso en Abric Romaní, Tor Faraj y Molodova
indican que 13-16 personas, o incluso quizás 20, ocuparon estos sitios, asumiendo que las áreas
excavadas representan zonas ocupadas al mismo tiempo.
Figure 2
Plano del piso de ocupación en Abric Romaní mostrando la localización de los fogones y las áreas postuladas como de descanso (agregadas)
que podrían contener a 13 individuos. Si las aras más centrales hubieran sido usadas, otras 4-5 personas pudieron usar el abrigo rocoso
(Adapatado de Vallverdu et al. 2010, 51, 138). Copyright. The Wenner-Gren Foundaion of Anthropological Research, all rights reserverd)
Figure 3
Fogones para dormir (áreas blancuzcas cerca del parapeto) y el fogón de cocina (localizado centralmente) usado por dos hombres Pintugi y el autor mientras acampaban en el Desierto Occidental. Nótese el posicionamiento comparado con el Paleolítico Medio, fogones en las figuras
1, 2, y 3. (Foto por B. Hayden)
Figure 4
Plano de Tor Faraj mostrando la localización de los fogones postulados (agregados) que podrían acomodar a 16 personas. Si se agregasen los
fogones centrales , muchas más personas podrían haber estado presentes (D.Henry 2011, 8)
Patrones de procesamiento de carcasas
En un estudio excepcional de un sitio de matanza de bisontes del Paleolítico Medio en
Mauran, Farizy et al. (1994, 241, Farizy 1994, 157) detalló el procesamiento de unos 4000
animales. Utilizó análogos etológicos y etnográficos junto con los tiempos de deterioro de la carne
y la médula, y el relativo procesamiento completo de los animales. Farizy et al. pensaron que
probablemente había solo un bisonte adulto matado por evento de caza, con tales eventos
ocurriendo estacionalmente a través de siglos o milenios. Sin embargo, también admitieron la
posibilidad de que la matanza de pequeños rebaños enteros de unos diez bisontes pudo haber
creado el mismo patrón de restos faunísticos. El consumo de rebaños pequeños enteros necesitó
de grupos de cientos de individuos que Farizy et al. consideran improbable. Basado en la cantidad
de carne disponible antes de la putrefacción de matanzas individuales, ellos estimaron que el
tamaño de grupo no pudo ser mucho más pequeño que treinta personas.
Figure 5 Plano de Molodova I mostrando la localización de los fogones y las áreas postuladas (agragadas) como áreas de descanso que podrían
acomodar a 16 personas. De nuevo, si los fogones centrales también fueron usados como zonas de descanso, otros dos o cuatro individuos
pudieron estar presentes (adaptado de Klein 1973, 69-70. Copyright by University of Chicago Press. All
rights reserved).
Discusión
Entonces, múltiples líneas de evidencia arqueológica (tamaños de banda etnográficos en
ambientes extremos, pisos de ocupación, número de fogones para el descanso, rangos espaciales
de explotación y patrones de consumo de carne) indican la existencia de bandas locales de 12-25
personas. Los miembros de las bandas probablemente se organizaron en familias nucleares como
lo indica el tamaño de las estructuras de habitación en Bilzingsleben, que es comparable al
tamaño de las chozas familiares en las sociedades cazadoras recolectoras contemporáneas. Esta
reconstrucción del tamaño de banda es consistente con lo que se conoce de la tecnología de los
Neanderthales, su subsistencia y las densidades poblacionales. Es bastante claro que los
Neanderthales poseían un uso controlado del fuego y tenían campamentos base (Rolland 1996;
1999; Mellars 1996). Sin embargo, aparentemente carecían de estrategias de almacenaje a largo
plazo (Soffer 1989) o de transporte como trineos y canoas. El desarrollo de estos rasgos
tecnológicos pudo haber sido crítica para la formación de las mayores densidades poblacionales
exhibidas por los grupos del Paleolítico Superior.
En el Paleolítico Superior, la habilidad de obtener recursos abundantes estacionalmente y
almacenarlos para su uso durante las estaciones de escasez serían importantes para incrementar
las densidades poblacionales y los tamaños de grupo (Testart 1982).
La densidad de sitios Neanderthales y la poca extensión de la mayoría apoyan fuertemente
una baja densidad en la mayoría de las regiones, como lo expresa una variedad de gráficos
poblacionales (Fig.6). Las estimaciones poblacionales para los Neanderthales usualmente van de
alrededor de una persona o menos por cada 100 Km2, , similar a aquellas del Desierto Australiano
occidental y el Bosque Boreal Canadiense.
Sin embargo, lejos de ser nómades deambulantes y solitarios como lo sugerido por Pettitt
(o incluso familias singulares), los tamaños de banda Neanderthales parece ser comparable con
los cazadores-recolectores actuales en ambientes similares de baja productividad. Las
comparaciones entre forrajeadores etnográficos y Neanderthales en términos de tamaño de banda
y estructuras sociales de estas áreas pueden ser esclarecedoras. De hecho, Vaquero y Pastó
(2001, 1218) y D. Henry et al. (2004, 28-9) concluyen que la estructura del sitio en Abric Romaní y
Tor Faraj no era diferente de lo relevado en sitios del Paleolítico Superior entre los cazadores
recolectores etnográficos- llevando a parecidos “extraños” con los patrones de uso etnográficos.
Las mismas conclusiones pueden obtenerse del análisis etnográfico transcultural de Galanidou
(2000) sobre el uso de cuevas y abrigos rocosos.
Figure 6
Estimaciones poblaconales para el Paleolítico Inferior, Medio y Superior en Europa (de Hayden 1993, 200, fig 6.13)
Basándose en los restos materiales, ella enfatiza especialmente la dificultad o
imposibilidad de identificar áreas discretas de actividad en cuevas y abrigos rocosos utilizados por
los grupos etnográficos más allá del descanso, actividades generales y áreas de descarte.
La falta de una “estructura” en el Paleolítico Medio es usualmente tomada como un
indicador de deficiencias cognitivas en los Neanderthales (Pettitt 1997, 219; ver citas también en
D. Henry et al. 2004, 28, Davies and Underdown 2006, and Henshilwood and Dubreuil 2011, 373),
pero muchos sitios del Paleolítico Medio muestran las divisiones básicas de espacio que
caracterizan a los cazadores-recolectores (ver también Cabanes et al. 2010 para más evidencia
de zonas para dormir). Como entre los grupos australianos etnográficos, los Neanderthales
parecen haber usado fogones cerca de las paredes (o equivalentes) para cocinar y usar durante el
día (comparar Fig 3 con Figs. 2, 4 y 5), así como la utilización de áreas separadas para el
descarte, el carneo y otras actividades productoras de desechos. Más allá de estas distinciones
básicas, es difícil identificar mucha estructuración del espacio, tanto para Neanderthales como
para ocupaciones del Paleolítico Superior, o para usos más modernos de cuevas y abrigos.
Donald Henry (2003; D. Henry et al. 2004) ha detectado tanta complejidad para la ocupación
Neanderthal de Tor Faraj como parece haber habido en otros sitios del Paleolítico más tardío.
Macro-bandas y redes de apareamiento
Habiendo revisado la evidencia de la existencia de relativamente pequeñas bandas
neandertales locales en Europa, el Cercano Oriente y Ucrania, es posible abordar cuestiones de
organización social de mayor escala involucrando los lazos sociales y la fluidez en la pertenencia
a las bandas. Farizy et al (1994,241) rechazaron la posibilidad de que pequeños rebaños enteros
de bisontes fueran cazados en eventos únicos en Mauran porque “ la reunión de más de cien
personas para una cacería comunal, en la primavera o el otoño, reuniendo a varias tribus para
festejar, intercambiar y reconfigurar los grupos es difícil de imaginar para el Paleolítico Medio.”
Como Féblot-Augustins (1993,251) ha enfatizado, “visitar bandas fuera del área de explotación de
una unidad de subsistencia es raramente contemplado para el Paleolítico Medio…De hecho, las
redes de alianzas se han supuestamente desarrollado en el Paleolítico Superior (Gamble 1986) ”.
“Aún así, ella concluye que no hay ninguna diferencia fundamental entre los patrones de
transporte del Paleolítico Medio y Superior, salvo una mayor distancia en el Paleolítico Superior
(Féblot-Augustins 1997a, 80–1), especialmente nódulos y pre-formas, que, pienso, eran
transportados mediante algún medio de transporte en el Paleolítico Superior, mientras que los
Neanderthales probablemente carecían de tales medios. En ambos periodos, Paleolítico Medio y
Superior, la vasta mayoría de materias primas (tanto herramientas como lascas) provinieron
dentro de los 5km de los sitios y los ítems transportados más allá de esa distancia fueron
primordialmente herramientas terminadas.
Si vamos a contemplar la posibilidad de alianzas intergrupales en el Paleolítico Medio,
sería útil considerar por qué las bandas crearían alianzas. Wobst (1974;1975) ha argumentado
que los tamaños de bandas locales de la mayoría de los cazadores recolectores no son
autosuficientes a largo plazo y eventualmente morirían a causa de las vicisitudes de los valores de
nacimientos, muertes y e intercambio sexual. Wobst propuso que la población mínima confiable
debería ser de 500 personas. Esto necesitaría de la interacción y emparejamiento entre un
número de bandas locales. De hecho, se trata de la misma población promedio que Birdsell
(1953;1968) halló para caracterizar grupos de dialecto o lenguaje con límites identificados en
Australia, aunque estos tamaños de grupo varían de 200-800. Tindale (1974,31) más tarde estimó
un promedio más bajo de 450 personas.
Con poblaciones locales de un rango de 15 a 25 personas, esto requeriría de una
interacción de entre 8-53 bandas de Neanderthales (asumiendo tamaños de macro-bandas de
200-800). Sin embargo, dadas las bajas densidades poblacionales que parecen caracterizar la
mayoría del Paleolítico Medio, el extremo más bajo estimado es probablemente más realista. De
hecho, Tindale (1974,10) notó que veinte o más bandas se consideraban a sí mismas como “una
gente” (“un hombre del campo” en Myers 1986) que formaron “tribus” de dialectos o lenguaje.
Wobst argumentó que las densidades poblacionales Neanderthales eran muy bajas para que
estas redes de apareamiento sean efectivamente cerradas, o para crear grupos distintivos de
emparejamiento con identidades culturales distintivas que pueden ser simbolizadas mediante
estilos materiales diferentes. En cambio, él postuló múltiples series de redes de apareamiento
solapadas que no eran mutuamente exclusivas en el Paleolítico Medio, y por lo tanto no
desarrollaron identidades culturales distintivas o estilos materiales (en contraste teórico con los
cazadores recolectores del Paleolítico Superior que tenían densidades poblacionales más
elevadas, distancias de interacción más cortas y estilos artísticos y artefactuales distintivos).
Como notaron Féblot-Augustins (1997a; 1997b) y Davies y Underdown (2006), algunos
autores niegan que las bandas Neanderthales locales interactuaran mucho con otras bandas ya
que la mayoria de sus materiales líticos eran de fuentes locales, usualmente menos de 20km de
distancia. Sin embargo, tanto la perspectiva demográfica sostenida por Wobst y los principios
ecológicos básicos en que las alianzas entre bandas pudieron ser altamente adaptativas para
lidiar con la escasez severa de recursos (Wiessner 1982; Yengoyan 1976; Hayden 1987) provee
de razones contundentes para asumir que las bandas Neanderthales locales debieron tener lazos
cooperativos con otras bandas locales. Si una banda tenía aliados distantes, los miembros podían
evitar la hambruna mediante la “visita” a bandas aliadas, tal como los cazadores recolectores
actuales lo han hecho en tiempos recientes. Gilman (1984, 122) incluso va tan lejos como para
mantener que las bajas densidades poblacionales y la limitada y poco confiables bases de
recursos de los Neandertahles requirió que mantuvieran alianzas cooperativas con todos los
vecinos cercanos, haciendo eco en la interacción superpuesta y las redes de apareamiento
propuestas por Wobst. Burke (2006,518-9) adoptó una interpretación similar para los grupos
Neanderthales que habitaban Crimea, estableciendo que “ es improbable que el grupo máximo o
población regional de Crimea haya existido como una entidad como tal, sino más como la suma
total de interacciones sociales entre individuos cuando sus caminos se intersectaban”.
Hay varios problemas con el “difuso” modelo de redes sociales neandertales propuesto por
Wobst, Gilman y Burke. Primero, en algunos de los ambientes más duros del planeta habitados
por cazadores-recolectores sin medios de transporte, como en el Desierto Occidental Australiano
donde las densidades poblacionales eran muy bajas y comparables con aquellas de los
Neanderthales, redes distintivas de interacción de alrededor de 200-500 personas sí se formaron;
y ellas crearon identidades de grupo con lenguajes o dialectos distintivos y nombres distintivos.
Estos agrupamientos más grandes representaron redes de interacción preferenciales con
limites organizados (aunque permeables). De hecho, Tindale (1974,32) determinó que el 86 % de
los casamientos Aborigenes Australianos tuvieron lugar dentro de estos límites de dialectos
tribales, que parecen haber constituido matrimonios bastante cerrados. Seguramente, la
interacción y el movimiento entre bandas locales así como también entre otras macro bandas
dialectales era alta para mantener alianzas, resultando en una distribución de tecnología
homogénea y de una cultural material a lo largo de las macro bandas a través del Desierto
Occidental.
En consecuencia, hasta cierto punto las redes de alianza y apareamiento se superponían y
no eran “lazos matrimoniales cerrados”. Pero para discutir que la baja densidad poblacional de las
regiones pudo haber excluido la formación de identidades culturales distintivas, dialectos,
tradiciones culturales o redes preferenciales de apareamiento es tan irreal para el Desierto
Occidental Australiano como lo es para grupos Neanderthales euroasiáticos. Estos argumentos
están en controvertidas suposiciones teóricas más que en la realidad empírica. Lo que la
homogeneidad cultural sobre grandes áreas representa es simplemente una alta interacción entre
redes de apareamiento o de capacidades simbólicas.
Además, contrario a las sugerencias de Gilman, en Australia, no había una necesidad
imperativa extrema de mantener alianzas con todas las bandas de los alrededores. Mejor,
típicamente, había al menos algunas bandas vecinas o distantes que eran consideradas enemigos
mortales contra los que se conducían raides recíprocos. Una situación similar parece estar
representada en los sitios del Paleolítico Medio donde los indicadores de canibalismo están
faltando (Fernández-Jalvo et al. 1999; Carbonell et al. 2010; Maureille 2008; Defleur et al. 1999;
Le Mort 1988; Lumley et al. 1972, 615–20). Sería difícil imaginar que no existieran tanto términos
lingüísticos para referirse a los “enemigos” como a los “aliados” amigables. Estas distinciones,
casi por definición, proveen una base para la auto-consciencia “étnica”. Los recursos más ricos y
confiables explotados en el Paleolítico Superior junto con el incremento en la seguridad de la
subsistencia provista por las prácticas de almacenaje, pudo haber resultado en niveles bajos de
interacción entre bandas locales o en macro-bandas locales más cerradas. Esto parece posible
para los individuos promedio pero probablemente no para las elites en las complejas sociedades
de cazadores-recolectores del Paleolitico Superior ( ver Hayden 2001; 2008; Hayden and
Schulting 1997), y con consecuencias inciertas para las identidades culturales distintivas.
De esta manera, en bases etnográficas y teóricas, es posible vislumbrar reuniones
periódicas para mantener alianzas entre bandas locales en el Paleolitico Medio al menos en
tiempos donde se daba una abundancia predecible de los recursos, tal como parece haber sido el
caso en mauran y otros pocos sitios como Condoulous. El tamaño de estos reuniones pudo haber
variado entre 50 personas (2-3 bandas locales) a varios cientos de personas (10-20 bandas
locales). Como se ha mencionado previamente, Farizy et al. (1994, 264) abonaron la posibilidad
de que las matanzas en Mauran pudieron ser organizadas y explotadas por grupos de alrededor
de 200 personas. Sin embargo, ellos rechazan esto a favor de un solo evento de caza de un
animal llevada a cabo por bandas locales más pequeñas simplemente en base a la baja densidad
poblacional estimada y asunciones sobre las habilidades Neanderthales.
Aún asi, el registro etnográfico del Desierto Australiano Occidental una vez más indica que
agregaciones de 200-300 personas se daban periódicamente en la vida social incluso con las
densidades poblacionales más bajas del mundo y sin medios de transporte. En 1934, Tindale
(1935, 199) registró una agregación poblacional en el desierto involucrando 270 personas. De
forma similar Bates (1938, 121-4), Strehlow (1947, 65), Gill (1968, 122) and Gould (1969a, 102–3),
todos reportaron grupos agregados en el desierto de 130 a varios cientos de personas. Cualquier
grupo grande como este o incluso agregaciones de 80-100 individuos en el desierto de Australia
como lo documentado por Basedow (1914, 113, 121, 133), pudo haber estado comprometida en
las cacerias comunales, necesaria para la matanza de uno o más bisontes u otras grandes presas
en el Paleolítico Medio. Estas cacerías comunales de grandes herbívoros como el bisonte pudo
haber provisto mucha más comida que los menudos conejos, marsupiales y liebres para sostener
a 270 personas reunidas para las ceremonias de iniciación en Australia observadas por Tindale.
Sin embargo, parece enteramente posible para mí que Mauran pudo haber sido un locus donde un
numero de bandas Neanderthales se reunieron en agregaciones temporales de 200 personas o
más. Mientras que las tácticas de caza comunal pudieron haber sido utilizadas cuando grandes
grupos de personas se reunieron en sitios como Mauran o Condoulous, la caza comunal de
grandes presas no pudo ser posible o efectiva si era llevada a cabo por bandas locales
individualescon un total de 12-25 personas, incluyendo mujeres, niños y ancianos y unos pocos
cazadores en edad óptima. Esto pudo haber sido una diferencia crítica respecto de las bandas
locales más grandes del Paleolítico Superior que pudieron ser capaces de conducir cacerias
comunales más regularmente.
De esta forma, como Gilman (1984, 119-20) y Binford (1968) han sugerido que la
diferencia crítica entre grupos neandertales y del Paleolítico Superior pudo haber sido una
organización social diferente (específicamente bandas Neanderthales más chicas). Una tecnología
de almacenaje desarrollada en el Paleolítico Superior sería un elemento clave que permitió a los
grupos vivir en bandas locales de mayor tamaño que podían involucrarse en salidas de caza
comunales para la mayor parte del año y así acumular un excedente para los periodos de
escasez. Este excedente almacenado podría mantener densidades poblacionales más elevadas, y
proveer a los grupos del Paleolítico Superior con las ventajas adaptativas de las poblaciones
numerosas.
En suma, los macro-grupos Neanderthales reunidos de 80-300 personas parece haber sido
capaz montar salidas de caza que atraparían unos pocos animales solamente durante los tiempos
de agregación poblacional. Ellos probablemente pudieron matar a muchos más animales si les
hubieran necesitado mayores cantidades de carne. Sin embargo, todo indica que no habían
desarrollado la tecnología para almacenar carne por largos periodos, y este probablemente era un
factor de constreñimiento de las densidades poblacionales y el tamaño de las bandas locales.
Aunque esta falta de tecnología de almacenaje no habría limitado las breves agregaciones.
Rangos anuales de subsistencia de las bandas
Al identificar grupos sociales Neanderthales locales y grupos sociales de macro-bandas en
el registro arqueológico, determinar un tamaño realista de los territorios de subsistencia se vuelve
una preocupación importante. Mi propio trabajo en el desierto Australiano Occidental se indicó que
los rangos espaciales de las bandas eran de alrededor de 1000 km2 para grupos sin medios de
transporte (hayden 1981, 382) mientras que Gould (1969b) y Davenport et al. (2005,64) reportaron
rangos de 2000-2500 km2. Creo que es altamente improbable que Neanderthales sin medios de
transporte como canoas o trineos, o que sin esta facilidad sus rangos espaciales hayan sido de
mucho más que 2500 km2, o que su densidad poblacional haya sido mucho más bajas que 1
persona/100km2. Tindale (1974,10), coloca el área máxima absoluta que una macro-banda
completa (ver abajo) podría ocupar en alrededor de 120.000 km2 (un diámetro territorial de
400km). Con una conformación de alrededor de 20 bandas (Tindale 1974,10), esto podría resultar
territorios locales de bandas de alrededor de 6000km2. Sin embargo, este es el caso más
extremo, y la mayoría de los territorios de bandas del Desierto Occidental eran mucho menores
como lo indican las estimaciones poblacionales más bajas de Tindale (1974,31) y Kelly (1995,222-
3), de 0.5-1.0 personas por 100km2), y multiplicando esto por el número de personas en una
banda local (10-25). Esto resulta en un rango de 1000-5000 km2 (e.g.un radio de banda territorial
de alrededor de 18-40km) para los peores ambientes. Los valores más normales para ambientes
extremos eran considerablemente menos que 5000 km2. Y, sin dudas, es siempre ppsible que las
poblaciones Neanderthales hayan sido incluso mayores que estas estimaciones extremas
resultando en territorios de banda menores, especialmente refugios como los de Perigord y
Crimea, o durante periodos interglaciares/interestadiales más cálidos.
No hay indicadores que yo conozca de grupos que carecen de medios de transporte y
puedan sobrevivir a largo plazo con densidades más bajas de 0,5-1.0 personas por 100km2. Esta
parece ser la población mínima sostenible para cualquier población homínida que carente de
transporte, de otra forma no habría ninguna razón para que los humanos anatómicamente
modernos no ocuparan ambientes incluso más marginales, especialmente con el uso de mejores
tecnologías.
El limite más bajo de poblaciones Neanderthales pudo haber sido incluso mayor si sus
requerimientos energéticos eran mayores anatómicamente que los de los humanos modernos,
como lo sugerido por MacDonald et al. (2009,217), siendo que estos autores argumentan que los
Neanderthales se habrían movido menos distancia en su ciclo anual que los humanos
anatómicamente modernos. Por lo tanto las densidades poblacionales que se han postulado como
menores que aquellas registradas etnográficamente deberían ser vistas con extremo
escepticismo.
Figure 7
Frecuencias de distancias de artefactos individuales a las fuentes de material prima lítica de los sitios del Paleolítico Medio mostrando una
gran cantidad de materia prima derivada de sitios de 5 km (sugerido como el área de forrajeo del sitio), así como un número bajo pero
significativo de artefactos provenientes de 20-30km de los sitios ( sugerido como el rango espacial de la banda local). Y un número
reducido de artefactos provenientes de más de 300 km (sugerido como la extensión de las alianzas entre bandas) (de Flébot Augustins, 62,
fig.3)
Cuando nos focalizamos en los indicadores arqueológicos de la movilidad de las bandas,
encontramos que había tres niveles o mesetas de distancias representadas de acuerdo a los
estudios de distancia entre sitios ocupacionales y fuentes de materias primas de Flebot-Augustin
(1993,217;1997ª, 61) durante el Paleolítico Medio (Fig 7)
1) 60-98 por ciento de todos los materiales líticos incluyen nucleos y preformas provenientes
de un rango de 5km de todos los sitios.
2) Usualmente 1-2 por ciento (pero siempre menos que el 5%) de los materiales provenían de
entre 5-20 o 30 km de distancia desde los sitios y consistían mayormente en herramientas
o preformas.
3) unas pocas herramientas enteramente terminadas fueron consistentemente hechas en de
materiales de 20, 30 o 100, incluso 300 km de distancia. (ver también Slimak y Giraud 2007,
y Fernandes et al. 2008 que reportan casos similares).
Féblot-Augustins (1993, 214) interpreta la mayoría de las distancias en términos de
movimientos estacionales dentro de los rangos espaciales de subsistencia de las bandas (hasta
250km), y ella postula territorios de 13000 km2, reservando las interacciones inter-grupales solamente
para materiales transportados 300km o más (Féblot-Augustins 1993, 217, 251; 1997a, 77). Sin
embargo, pienso que estos rangos de substencia tan grandes (e incluso los rangos de 5000 km2
postulados por Fernandes et al. 2008) son poco realistas basadas en la probable falta de medios de
transporte en el Paleolítico Medio y la evidencia etnográfica revisada anteriormente. De hecho, con
densidades de población de 0.5-1.0 persona por 100km2 para el Paleolítico Medio Europeo, rangos de
subsistencia de 13000 km2 significarían un promedio de tamaño de bandas de entre 65 a 130
individuos, lo cual es difícil de concebir cuando no existe datos que lo respalden.
En vez de los rangos de subsistencia tan amplios, yo sugeriría: 1) que el radio de 5km del que
la materia prima fue obtenida corresponde a l rango de explotación normal de subsistencia para las
bandas mientras ocuparon determinado sitio, consistente con las observaciones etnográficas de
cazadores recolectores, con rangos de forrajeo de usualmente 5km (per Higgs and Vita-Finzi 1972;
Hayden 1981, 379–81); 2). Yo interpretaría las herramientas y preformas (generalmente sin materia
prima lítica voluminosa) de un radio de 5-20 km (y posiblemente hasta 50km –como parece ser el
patrón en la figura 7) como herramientas conservadas llevadas de sitio en sitio por individuos
pertenecientes a una sola banda local y viajando dentro de su territorio completo de subsistencia
(normalmente 1250-2800 km2); 3) Yo vería el muy pequeño pero consistente numero de herramientas
líticas terminadas traídas de más de 50 km, incluso hasta 300+ km, como probablemente
representativo de herramientas conservadas transportadas, usadas y descartadas en el curso de
interacciones episódicas entre bandas, e.g durante agregaciones de multiples bandas o visitas para
alianzas. Los rangos de banda de 1250-2800 km2 dentro de una red de interaccion de 13000 km2
resultaría en 5-10 o más bandas pequeñas locales formando “macrobandas” más extensas o redes de
apareamiento como se ha discutido previamente.
En resumen, pienso que hay muy buenas razones para pensar que había grupos
Neanderthales distintivos de alrededor de 200-500 personas que interactuaron y establecieron
matrimonios preferencialmente entre ellos, y mantenían algún tipo de identidad grupal, que también los
distinguía de enemigos que ocasionalmente mataban y canibalizaban. Los Neanderthales pudieron no
haber usado el material lítico para expresar relaciones e interacciones, pero es difícil imaginar que eran
cognitivamente incapacitados o socialmente aislados como algunos arqueólogos nos han hecho creer.
Roles sociales y status
La división sexual del trabajo
En un nivel muy básico Pettit (200, 361) y Kuhn y Stiner (2006) han cuestionado si había
algpun tipon de división del trabajo significativa entre los Neanderthales o incluso mucha diferencia de
edad, de esta forma contrastando el comportamiento Neanderthal con la casi universal existencia de
una fuerte división sexual y etaria del trabajo entre los cazadores-recolectores anatómicamente
modernos. Kuhn y Stiner argumentaron que los Neanderthales europeos eran muy dependientes en
los recursos cárnicos y que la cooperación de todos los miembros de la banda hubiera sido necesaria
para procurar carne confiablemente a diario. Con mujeres y niños conduciendo cacerías, esto dejaría
poco tiempo para otras actividades como la recolección de plantas. Al contrario, ellos retratan a los
grupos del paleolítico Superior como teniendo una división del trabajo más pronunciada, que permitió a
las mujeres explotar recursos vegetales, así ampliando la subsistencia y generando la adaptación de
los grupos más efientemente al ambiente y resultando en mayores densidades poblacionales.
Mientras que esta es una idea intrigante, debería ser señalado que los grupos Inuit que se apoyan casi
exclusivamente en el consumo de carne exhiben una división sexual del trabajo tan fuerte como la de
los grupos en climas cálidos o templados. Las mujeres árticas son responsables de teñir pieles, hacer
ropas, cocinar y proveer combustible, mientras que los hombres cosntruyen viviendas, cazan y pescan.
De hecho, transculturalmente, mientras más importante es la caza en dietas forrajeadoras, más
fuertemente desarrollada está la división sexual del trabajo.
Además, en contraste con los argumentos de Kuhn y Stiner de que los ambientes en el
paleolítico medio no eran muy optimos para la explotación de plantas comestibles con la tecnología del
musteriense (nueces y semillas siendo descartadas como muy costosas para la explotación), de hecho
hay indicadores de que el interior de los troncos ricos en calorías de algunos árboles estaban siendo
utilizados como alimento en el paleolítico Medio (Sandgathe y hayden 2003). Ya que pastos y un
amplio rango de fitolitos de plantas se han preservado en dientes de Neanderthales (A. Henry 2009; A.
Henry and Piperno 2008; A. Henry et al. 2011). Couplan (2009) también ha documentado cientos de
especies de plantas que pudieron haber sido utilizadas en el Paleolítico Medio. A Henry et al. han
concluido en que los Neanderthales comieron un rango y una proporción similar de plantas comestibles
como los individuos en el Paleolítico Superior.
Raíces ricas en almidón como varias especies de lirios, fibras y semillas pudieron haber sido blancos
principales para el uso como plantas comestibles en el Paleolítico Medio (Hardy 2010).
La evidencia de los sitios del Cercano oriente durante el paleolítico Medio como Tor Faraj y Kebara,
también indican que los Neanderthales no estaban olvidando las plantas alimenticias (Madella et al.
2002; Cabanes et al. 2010).
Por lo tanto, si los posteriores grupos europeos tenían densidades poblacionales más elevadas
y grupos más grandes que los Neanderthales, no parece que hubiera sido porque desarrolllaron una
división sexual del trabajo o porque eran capaces de usar plantas, pero sino porque simplemente los
grupos del Paleolítico Superior desarrollaron mejores medios tecnológicos(probablemente incluyendo
transporte y técnicas de almacenaje) para explotar recursos más intensamente. En contraste con Kuhn
y Stiner, no parece haber una buena razpon para asumier que los Neanderthales carecían de división
sexual del trabajo, especialmente por el bien documentado patrón en todos los cazadores recolectores
del mundo de adultos masculinos especializados en la caza y defensa del grupo. Uno puede tmabien
postular, como lo hizo Isaac (1978), que esta división del trabajo creo las bases para el establecimiento
de lazos entre mujeres y hombres a largo plazo, que formaron la base para las familias nucleares
desde el Paleolitico Inferior hasta el presente etnográfico.
Estatus Socio-económico
Algunos arqueólogos han abordado el tópico del status diferencial entre las bandas
Neanderthales. Pettit (2000,362) cree que cualquier distinción de estatus hubieran estado basadas en
características físicas como tamaño, fuerza y agilidad, o la habilidad de eludir golpes- más rasgos de
los conceptos de Marcelin Boule sobre brutos Neanderthales que dominan a otros por la fuerza-. En la
visión de Pettit, el cuerpo físico era la base de la sociedad, como en el mundo animal. Sin embargo, la
posibilidad de diferencias de estatus más elaboradas merecen ser consideradas, dado el número de
indicadores materiales. Esto incluye enterratorios, el cuidado de ciertos individuos ancianos o inválidos,
elementos de prestigio, decoración personal, y la evidencia de prácticas rituales exclusivas.
Mientras que algunos autores cuestionan los enterratorios intencionales de Neanderthales, el
consenso entre la mayoría de los arqueólogos del Viejo Mundo es que había al menos un número
limitado de auténticos enterratorios (20–30 as estimated by Langley et al. 2008; also by Pettitt 2000,
358). Algunos de estos pudieron haber sido tumbas relativamente superficiales (pettit 2002), mientras
que otros (e.g. Régourdou, Kebara, St. Césaire, La Ferrassie, Shanidar) pudieron haber sido
enterratorios más importantes. Lo que es claro a partir de la evidencia es que había unos pocos
enterratorios particulares, a veces concentrados en locaciones específicas. Este mismo patrón también
caracteriza al Paleolítico Superior.
¿Cómo puede explicarse la escasez de los enterratorios Neanderthales? Una posibilidad es
que sólo a los individuos más importantes de las familias se les daba este tratamiento. Incluso en el
siglo diecinueve, no todos los individuos eran enterrados entre los cazadores-recolectores de la Costa
Norocciedental. Los esclavos muertos eran simplemente lanzados al océano o dejados en basurales.
Tradicionalmente, la mayoría de las familias tibetanas dejaban a sus muertos en la superficie del suelo
también, aunque los monjes de alto rango eran tratados diferencialmente. Probablemente el mejor
caso de un enterratorio Neanderthal siendo usado por individuos de inusual estatus es el de
Regourdou. Este individuo estaba acompañado por un oso colocado en una pared de roca y cubierto
con una gran roca caliza delgada de 2 metros de largo (Bonifay 1964;1965;2002). Una laja similar pero
más pequeña cubría un enterratorio de un infante en La Ferrasie (Peyrony 1934, 34-5).
Otra posible demarcación de estatus es el hecho de que el cráneo faltaba en el enterratotrio de
Regourdou, y también en Kebara. Mucho más tarde en el Neolítico, la remoción del cráneo estaba
asociada al culto de los antepasados (Kuijt 1996) pero también pudo deberse a la extracción de trofeos
en conflictos violentos (Testart 2008). También hay algunas instancias de deformacón craneana en
esqueletos Neanderthales (Trinkaus 1982) que significaba estatus de élite, entre la mayoría de los
grupos etnográficos incluidos los de la Costa Noroccidental.
Uno debe también preguntarse si las pocas instancias de cuidado para ancianos y
discapacitados (e.g. Shanidar 1 and 5 – Trinkaus and Zimmerman 1982) pudieron no reflejar un
estatus especial diferente de las personas normales quienes simplemente pudieron haberse
abandonado para morir cuando se volvieran incapacitadas (como lo propuesto por Pettit -2000,357- y
como lo practicado entre los Esquimales bajo la forma del senicidio). Estos individuos, así como los
infantes enterrados, hubieran sido incapaces de usar la fuerza para mantener dominio o estatus.
Puede ser significativo que las tumbas más elaboradas, en Ragourdou y la Ferrasie, estaban en zonas
de recursos inusualmente abundantes durante la glaciación de Würm. De hecho, Regourdou está sólo
a unos pocos metros de Lascaux y ambos fueron localizados cerca de áreas de cacería muy
productivas en el río Vézere durante los periodos glaciares. Otros indicadores del estatus especial de
ciertos individuos incluyen el hallazgo del cráneo, vertebras de la cola y falanges de un leopardo en los
depósitos del Paleolítico Medio de Hortus (Lumley 1972). Marshack (1988,71) señaló que estos huesos
eran probablemente de la piel de un leopardo vestida como decoración personal que pudo indicar un
status social más elevado. Sumado a esto, Soressi y d’Errico (2007; d’Errico 2009) han mostrado que
los “crayones” de óxido manganeso que aparecieron en algunos sitios del Paleolitico Medio parecen
haber sido usados para dibujar líneas en materiales suaves como pieles y cueros, que
presumiblemente pudieron ser una forma de comunicación de información (como el estatus) de
acuerdo a lo propuesto por Kuhn y Stiner (2007, 46-7- ver también Zilhao 2007). Las plumas, alas y
garras de aves rapaces parecen haber sido utilizadas por los Neanderthales de manera similar
(Peresani et al. 2011).
Bednarik (1992,34-5), también, expone una lista de ornamentos de sitios del Paleolítico Medio,
incluyendo dientes de animales perforados (mayormente de carnívoros), huesos y valvas perforadas,
así como valvas talladas, grabadas, transportadas y con ocre, minerales (piritas y cristal de cuarzo) y
otros objetos, la mayoría d elos cuales eran probablemente objetos personales que reflejaban algo de
prestigio. Langley et al. (2008) presenta una lista similar (Zilhao et al. 2010). La aparición de estos
objetos parece indicar el posible inicio de diferencias de status dentro de grupos en locaciones
favorables. Puede asumirse que cualquiera de estas diferencias serían relativamente subdesarrolladas
respecto a las manifestaciones más tardías del Paleolítico Superior como los enterratorios de Sungir.
Ya que las diferencias de status que reflejan desigualdades socio-economicas parecen haber estado
asociadas a lso recursos abundantes entre cazadores-recolectores (Hayden 2001; 2008; Hayden and
Schulting 1997), pudo haber ocurrido que el estatus de los Neanderthales también haya emergido
primordialmente en áreas de recursos más abundantes y densidades poblacionales más elevadas,
como el Valle de Vezere, y estaban basados hasta cierto grado con el control de los recursos y el
trabajo.
Figure 8
La estructura de estalgatitas quebradas puestas en dos círculos y contenniendo un fogón (datado en 50000 BP) 200m dentro de la cueva de Bruniquel (Rouzaud et al. 1996). Tal hallazgo parece indicar rituales secretos llevados a cabo por exclusivos grupos pequeños de
Neanderthales.
Una indicador final de estatus consiste en la existencia de áreas rituales de difícil acceso con
espacio sólo para pocas personas. El mejor ejemplo de esto ocurre en la Cueva de Bruniquel. En
Bruniquel, a 200m desde la entrada de la cueva-la cual encontré inusualmente difícil de acceder- en
total oscuridad, los Neanderthales hicieron un fuego y construyeron un ovalo de estalagmitas y
estalagtitas quebradas formando un área de 14 m2 (Fig. 8; Rouzaud et al. 1996). Utilizando las mismas
estimaciones previas de espacio de piso por persona, esta “estructura” hubiera sido capaz de contener
a 4-5 personas. Ciertamente este no puede ser una estructura de habitación normal, y los más
plausible es que se haya tratado de un lugar de reunión de una especie de grupo ritual. Tal grupo puso
plausiblemente haber consistido en los miembros de más alto rango de una banda local (e.g. los
adultos iniciaron a hombres o las cabezas de familias nucleares), o, como parece más factible para mi,
el grupo pudo haber consistido de miembros importantes de varias bandas locales vecinas que se
involucraron en rituales comunes para fortalecer los lazos de cooperación entre bandas, tal como era
el caso de las bandas aborígenes en el Desierto Australiano Occidental (Hayden 2003, 32, 99–103).
Gilman (1984, 122), similarmente argumento que en orden de mantener la cooperación en las redes de
alianza, la santificación ritual de tales alianzas hubiera sido importante, en casi la misma forma que los
ancestros totémicos santificaron las relaciones cooperaticas y las alianzas en el Desierto Australiano.
En el Paleolitico Superior, es común ver cuevas profundas como utilizadas por una minoría privilegiada
para conducir rituales exclusivos (Lewis-Williams 1994; 1995a, 150; 1995b, 19; Beaune 1995, 238), y
esto era probablemente cierto para aquellos que se adentraron en cuevas profundas en el Paleolítico
Medio.
Otros ejemplos de pequeñas áreas ocupadas en la profundidad de cuevas han sido reportadas
en sitios del Paleolítico Medio ( ver hayden 2003,102), siendo tal vez la más impactante la Galerie
Schoepflin en Arcy-sur-Cure, donde la la ocupación bien demarcada permaneció intacta en la
superficie del suelo tal como los Neanderthales lo dejaron. Los Neanderthales probablemente no
usaron este pasillo angosto y pequeño como una vivienda normal ya que era una zona de completa
oscuridad, de casi un metro de altura en su parte central con paredes que se derrumbaron incluso más
abajo (Leroi-Gourhan 1956; Girard 1976,53; Farizy 1990, 307; 1991; Baffier and Girard 1998, 18–19).
A partir de las fotografías publicadas, es difícil concebir más de cuatro o cinco personas como máximo
usando tal espacio, sin embargo ellos lograron arrastrar hasta allí una variedad de materiales y
comida, incluyendo un colmillo de mamut que, podría asumirse, tenía que ver con razones simbólicas.
I las reuniones en cuevas oscuras como Bruniquel y Gáleri Schoepflin fueron usadas ritualmente para
afirmar y santificar alianas entre bandas locales, tales eventos podrían haberse desarrollado durante
agregaciones estacionales o episódicas de varias bandas locales, como era el caso en Australia. La
presencia de suficiente cantidad de gente en estas reuniones pudo haber hecho posible y efectiva la
posibilidad de conducir cacerías comunales de bisontes u otros animales, como en Mauran. Aunque,
sin dudas, estos habrían sido eventos episódicos. Durante la mayor parte del año, el pequeño tamaño
de las bandas locales permitirían el uso efectivo de las cacerías comunales y la obtención confiable de
grandes cantidades de carne que podrían ser secadas y almacenadas.
Los enterratorios selectivos (y ocasionalmente elaborados), deformaciones craneales, el
tratamiento especial de algunos individuos ancianos o jóvenes, remoción de cráneos, indicadores de
vestimentas especiales o decoración con pintura, adoros personales o objetos de prestigio, y el uso de
cuevas profundas para rituales exclusivos, sugieren que algunos individuos o familiar en algunas
sociedades Neanderthales tenían status más elevado que otros.
¿En qué pudo estar basado este status aparte de la fuerza bruta (cuyo ejercicio no requeriría
esta clase de despliegues materiales)? Las posibilidades que inmediatamente vienen a la mente son:
parentesco (familia o linajes), rituales, (chamanes o roles similares), roles políticos (en el
establecimiento de alianzas con otras bandas), guerra (guerreros poderosos u organizadores de
ataques) y la producción económica (la producción y uso de algunos excedentes en las áreas más
favorables para el posible uso de estos mediante estrategias aggrandizer- ver Hayden 2001, 2008). En
este punto, no es posible identificar cuál de estos factores pudieron estar involucrados en el desarrollo
de un estatus elevado. Algunos de estas fuentes de recursos de estatus diferenciado pudieron haber
actuado de manera combinada o en conjunto. En cualquier caso, es tentador ver la aparición de
muchos indicadores de estatus acumulados en zonas geográficas específicas como Arcy, el Valle de
Vézere o Shanidar como proveedores de alguna relación entre el potencial de producción de alimentos
y diferenciación de estatus, aunque el estatus estaba indudablemente expresado en otros términos
también.
Cementerios
Otro rasgo del registro arqueológico del Paleolítico Medio que tiene implicancias en la organización
social es la aparición de lo que parecen ser cementerios, o al menos de áreas focales de
enterramiento. Se ha hecho un gran énfasis en la falta de cultura material simbólica en los sitios del
Paleolítico Medio, supuestamente indicativo de la falta de agrupamientos socialmente auto-
conscientes. Sin embargo, tales argumentos ignoran las implicancias de las localizaciones
repetidamente utilizadas para enterratorios. La Ferrasie nos provee del mejor ejemplo de un
cementerio Neanderthal con al menos seis o siete tumbas que parecn haber sido dispuestos en
patrones espaciales, orientados direccionalmente y aparentemente localizados en relación a unos
nueve montículos, varias fosas y depresiones (Fig. 9; Peyrony 1934, 25). Entre los grupos
etnográficos, la aparición de cementerios es usualmente interpretada como reflejo de la existencia de
grupos corporativos (usualmente basados en el parentesco) que controlaban el acceso a los recursos
u otros derechos importantes, como los derechos de intercambio y de manufactura (Chapman 1981a;
1981b) , y que mantenían identidades colectivas distintivas como grupos corporativos. La mayoría de
los prehistoriadores parecen reticentes a extender este grado de organización social a los
Neanderthales, pero con el ánimo de abrir las discusiones sobre la organización social Neanderthal,
podríamos preguntar, “¿Por qué no?”
Figure 9
El cementerio Neanderthal de La Ferrasie (Peurony 1934,25). Nótese el agrupamiento, orientación de los enterratorios, y su relación con
los montículos y fosas que parecen indicar un enterratorio preparado para el uso de una comunidad o grupo corporativo reflejando algún
nivel de auto-consciencia social del grupo.
La Ferrasie está también situada en la cuenca del Vézère, una de las rutas de migración de
animales más ricas que hay y único refugio de la Edad de Hielo en Europa durante el Pleistoceno.
White (1985) postuló que localizaciones naturales a lo largo del río hubieran sidfo ideales para obtener
animales en manada migrando a través del valle a lo largo durante el Paleolítico Superior. En otras
sociedades cazadoras-recolectoras, recursos especialmente lucrativos como estos podían haber
pertenecido a familias o grupos corporativos de parentesco (e.g. Romanoff 1992). ¿Pudo lo mismo
haber sido cierto de algunas localizaciones de recursos particularmente productivas en el Paleolítico
Medio? Si no es así, ¿Cuál era la base social para el cementerio de La Ferrasie? Mínimamente,
parecería que esta era la zona de enterramiento de individuos selectos de una banda local, incluyendo
niños. Los enterratorios agrupados parecen simbolizar la pertenencia a un grupo conscientemente
identificado a nivel de la banda local. Si eran grupos sociales conscientemente auto-identificados a
nivel de banda local, parece haber pocas razones para asumir que no habría habido también alianzas
de bandas afines que hablaban dialectos similares o que las bandas enemigas no serían identificadas
como grupos diferentes grupos sociales. Los enterratorios múltiples de la cueva de Shanidar y otros
sitios podrían representar cementerios similares a aquellas de La Ferrasie.
Resumen
Un número de sitios de Europa, El Cercano Oriente y Ucrania exhiben áreas pisos de
ocupación y patrones de fogones que parecen indicar la existencia de bandas locales como la unidad
social básica, de ciclo anual y con 12-25 personas, incluyendo a los niños y ancianos, probablemente
organizados en grupos nucleares familiares. El uso de algunos sitios por grupos de caza o tareas más
pequeños, o incluso de ocasionales familias individuales depredando temporalmente solas, está
probablemente representado en el registro arqueológico, especialmente por la presencia de fogones
aislados o superpuestos. Las estimaciones de los territorios de las bandas basadas en la distribución
de las materias primas en el paisaje y basado en el consumo de carne en sitios de matanza corroboran
la interpretación de bandas locales del 12-25 personas. La necesidad de alianzas entre un número de
bandas locales parece necesaria para afrontar con la falta periodica de comida y para asegurar las
oportunidades de apareamiento para mantener la continuidad demográfica. De hecho, parece difícil
imaginarse cómo las bandas locales pudieron sobrevivir por un tiempo prolongado sin tales alianzas
destinadas a la supervivencia y la reproducción. De hecho, las visitas entre bandas, la fluidez en la
pertenencia a ellas, los inter-matrimonios preferenciales entre bandas aliadas, y las agregaciones
periódicas probablemente involucrando santificaciones rituales, parecen ser coherentes con el
Paleolítico Medio europeo. El transporte de herramientas de piedra más de 30-50 km desde sus
fuentes parece reflejar visitas periódicas a otras bandas o la agregación de varias bandas aliadas. Los
sitios de matanza como Mauran, representando más de 1000 toneladas de carne procesada a lo largo
de algunos siglos o milenios y los sitios rituales como Bruniquel podrían reflejar eventos de agregación
y lazos sociales entre bandas locales o sus representantes.
Hay clara evidencia de relaciones de enemistad entre los Neanderthales en relación al
canibalismo, y parece muy factible que hubiera distinciones sociales conscientes entre las bandas
aliadas y enemigas, probablemente expresadas en diferencias dialectales o lingüísticas, similares a
aquellas exhibidas entre las poblaciones de baja densidad etnográfica en Australia y Norteamérica
Boreal. De esta forma, hay razones arrolladoras para concluir que de hecho existían identidades
étnicas entre los Neanderthales, como de alguna manera imagino Francois Bordes en los años
sesenta, aunque no necesariamente estas no se hayan expresado en estilos distintivos de artefactos
líticos.
También hay indicadores de status elevados en algunos individuos en las comunidades
Neanderthales, incluyendo un tratamiento preferencial en vida de algunos individuos ancianos o
tullidos, tratamientos especiales en los enterratorios, deformaciones craneales, remoción de cráneos,
ropajes especiales o pinturas corporales, adornos personales u objetos de prestigio, y el uso de
espacios rituales exclusivos.
Los estatus elevados pudieron estar asociados a áreas económicamente productivas y al
control sobre los recursos productivos como lo indica la concentración geográfica de los indicadores de
estatus expuestos anteriormente. Sin embargo, el estatus estaba probablemente ligado a uno o más
dominios como el ritual, la guerra, el parentesco o las relaciones intergrupales. Mientras algunos
investigadores han cuestionado si los Neanderthales tenían una división del trabajo significativa, hay
buenas razones para pensar que tales divisiones estaban tan fuertemente desarrolladas, sino más,
como las de los cazadores-recolectores etnográficos.
Los cementerios, aunque raros, parecen haber existido en la mayoría de los ambientes
productivos y podrían reflejar grupos corporativos de parentesco que se adueñaron locaciones de
recursos específicas, o, más conservadoramente, pudieron simplemente expresar simbólicamente la
pertenencia a un grupo social conscientemente organizado como la banda local. Por sobre todo, las
diferencias cognitivas y sociales entre los Neanderthales y los humanos anatómicamente modernos
que son altamente resaltadas por algunos investigadores parecen relativamente insignificantes, si es
que existieron del todo en el nivel de las facultades cognitivas y sociopolíticas.
Respecto a esto vale la pena prestar atención otra vez a la “inquietante” semejanza del uso
Neanderthal del abrigo rocoso de Tor Faraj a los usos etnográficos (no hay diferencias), las habilidades
de caza similares, similar uso de las plantas, y las actividades rituales íntimas similares a aquellas del
Paleolítico Superior y de los cazadores-recolectores etnográficos. Las mayores diferencias que son
aparentes entre los grupos del Paleolítico Medio y Superior parecen estar relacionadas con el
desarrollo de una organización social y económica de cazadores recolectores complejos en algunas
áreas del Paleolítico Superior versus las economías y sociedades más simples del Paleolítico anterior (
aspectos que continuaron caracterizando a los cazadores-recolectores en lugares pobres en recursos).
Estas diferencias económicas y sociales no parecen resultar de factores biológicos pero parecen
emerger de diferentes adaptaciones y estrategias tecnológicas. A la luz de estas observaciones,
podemos preguntar: “¿Eran los Neanderthales realmente tan diferentes de nosotros?”