haldon - bizancio y el temprano islam

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    ANALES DE HISTORIA ANTIGUA, MEDIEVAL Y MODERNAVolumen 35-36

    Versin digital: 2012 - ISSN 1853-1555Versin impresa: 2003 - ISSN 1514-9927

    Instituto de Historia Antigua y MedievalFacultad de Filosofa y LetrasUniversidad de Buenos Aires

    __________________________________________________________________

    BIZANCIO Y EL TEMPRANO ISLAM: UN ANLISIS COMPARATIVODE DOS FORMACIONES SOCIALES TRIBUTARIAS MEDIEVALES *John HaldonUniversity of Birmingham

    1. Introduccin generalLa discusin sobre el modo tributario como posible medio de

    aproximacin al vasto espectro de formaciones sociales premodernas se haintensificado en los ltimos diez aos aproximadamente, estimulada enparticular por el trabajo de Samir Amin1. Como es ya bien conocido, Aminargumentaba que el modo feudal representa solamente una forma desarrolladadel modo tributario, de manera que ste puede verse como la forma msextendida de la sociedad precapitalista de clases y por regla general, siempresucede a lo que Amin denomina modo primitivo comunal. El modo del pago detributos cuando asume una forma avanzada, casi siempre tiende a convertirseen feudal esto es, la clase dominante despoja a la comunidad del dominiumeminens del suelo. El modo feudal, para Amin, representa un casoevolucionado o perifrico del modo tributario, definido por la naturalezaespecfica de la degradacin de la comunidad respecto a su control sobre latierra, y consecuentemente sobre sus medios de subsistencia y reproduccin.En ambos modos, tributario y feudal, segn los define Amin, el procesoesencial de apropiacin del excedente es el mismo, como lo es la relacineconmica (como quiera que se defina jurdicamente) entre productores ymedios de produccin, de manera que tal vez no sea necesario ver aqu unadiferencia modal. La diferencia entre los modos feudal y tributario segn Aminest en esencia en la naturaleza de las formas institucionales y el grado decontrol ejercido por la clase econmica y polticamente dominante y/o el estadosobre la comunidad. Aunque esto ciertamente afecta la tasa de explotacin, noafecta la naturaleza real del modo de apropiacin del excedente. Esto escrucial, ya que es el modo de apropiacin del excedente junto con el procesopor el cual los productores y los medios de produccin se combinan lo que enconjunto constituye la cualidad fundamental que distingue a cada uno de losdiferentes modos de produccin2. Pero esto deja sin resolver la cuestin del

    * Este captulo es una versin revisada y ligeramente ampliada de mi artculo La estructura delas relaciones de produccin tributarias: Estado y sociedad en Bizancio y el Islam primitivo,Hispania 58/3 (1998), pp. 841-880. Traduccin Laura Da Graca, Universidad Nacional de LaPlata

    1AMIN, S.,Unequal Development, Hassocks 1976, pp. 13 y ss.2Capital, 2, pp. 36-37.

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    papel de los elementos superestructurales en la determinacin de la baseeconmica, un problema planteado por Astarita en su importante contribucina este volumen.

    En 1993 y en publicaciones posteriores3argument que la propuesta deAmin ofreca una valiosa salida hacia adelante, ya que permita abandonar la

    ambigua nocin de un modo asitico y reexaminar el valor de conceptoscomo feudalismo y esclavitud entendidos como sistemas de relacionessociales. En lugar de ver el feudalismo como un modo de produccin,deberamos seguir la direccin de Amin y verlo en efecto como una variante deun sistema tributario. Este enfoque fue una respuesta al hecho de que lapalabra feudal y sus derivados son ambiguos, tanto como herramienta deanlisis como tambin debido al uso poltico que de la palabra han hechotradiciones historiogrficas mutuamente excluyentes y conflictivas, sean stasmaterialistas o no. Suger as que una manera de evitar las confusionessemnticas que parecen ineludiblemente vinculadas al trmino feudalismo, yla clara reticencia de muchos historiadores a aplicar el trmino ms

    ampliamente, podra ser reemplazar la terminologa del feudalismo en tantomodo de produccinpor otra cosa. Adoptando un conjunto distinto de trminosy aplicndolos en adelante a aquellas relaciones de produccin y deapropiacin del excedente descritas hasta ahora bajo la rbrica feudal,podramos restringir este ltimo trmino a una variante particular de lasrelaciones de produccin tributarias, con formas jurdicas y polticasespecficas, es decir, en lneas generales, aquellas que prevalecieron ensociedades europeas desde el siglo IX o X hasta el XVI. El trmino feudal,antes que un modelo tpico ideal de un conjunto particular de relacionessociales de produccin, describira ahora la configuracin socio-econmica,poltica e institucional de una formacin social especfica (o de formacionessociales especficas), basada en relaciones de produccin tributarias, pero quese distinguen por caractersticas particulares, tales como sus relacionesjurdicas.

    El modo de produccin tributario de Amin, que intentaba reemplazar elconcepto de modo de produccin asitico4 y funcionar como un concepto

    3Ver HALDON, J.F., The state and the tributary mode of production, London 1993; e idem, Elmodo de produccin tributario: concepto, alcance y explicacin, Hispania58/3 (1998), pp. 797-822.4 Actualmente esto se considera obsoleto en el marxismo occidental, ya que se basa en

    ambigedades de los textos de Marx en particular y en malentendidos e informacin empricainadecuada por parte de muchos marxistas posteriores. Ver entre otros WICKHAM, C.J., 'TheUniqueness of the East', Journal of Peasant Studies 12 (1985), pp. 166-196, ver p. 171;ANDERSON, P., Lineages of the Absolutist State, London 1974/1979, pp. 462 y ss., pp. 484-549; LUBARZ, H., 'Marx' Concept of the Asiatic Mode of Production: a Genetic Analysis',Economy and Society13 (1984), pp. 456-483. A pesar del justificable argumento de Andersony otros de que el modo asitico debera abandonarse, contina encontrando el favor dealgunos antroplogos y cientficos sociales: ver, por ejemplo SOUTHALL , A., The SegmentaryState in frica and Asia', Comparative Studies in Society and History30 (1988), pp. 52-82, esp.p. 54, nota 13; y para una defensa del modo asitico (en mi opinin basada en problemticasdefiniciones de renta, impuesto y tributo), ver CURRIE, K., 'The Asiatic Mode of Production:Problems of Conceptualising State and Economy', Dialectical Anthropology 8 (1984). Vertambin GOUGH, K., Rural Society in Southeast India(Cambridge: CUP, 1981), esp. pp. 113,

    407 y ss., quien argumenta en favor del concepto. FRIEDMAN, J., 'Tribes, States andTransformations', en Bloch, ed., Marxist Analyses and Social Anthropology, London-New York1975/1984, pp. 161-202, lo da por sentado (174, 195); mientras Maurice GODELIER lo emplea

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    dentro del cual podran alojarse varios subtipos como el de modo deproduccin antiguo, proporciona as una construccin alternativa til que loshistoriadores e historiadores econmicos podran emplear para evitardiscusiones estriles acerca de la aplicacin general de la nocin defeudalismo. Para Amin, el feudalismo representa una versin perifrica y

    desarrollada del modo tributario. He argumentado que debera darse un pasoms: el feudalismo europeo representa una versin particularmente matizadadel modo tributario, pero no puede ser tratado por separado como un modo deproduccin en s.

    Una aproximacin provechosa a la hora de tratar la cuestin del valorinterpretativo de la nocin de un modo tributario ser tomar dos formacionessociales y estatales contrastantes, para destacar algunas caractersticasbsicas respecto a las estructuras sociales y polticas y su evolucin, y paradeterminar el grado en el que pueden tener sentido dentro de los trminos delas relaciones sociales de produccin tributarias. En esta contribucin tomarel mundo tardo romano y bizantino hasta el siglo XI y las formaciones estatales

    islmicas centrales del mismo periodo (centrndome en Siria, Irak e Irn enparticular) y ver si pueden localizarse tales elementos comunes y, en esecaso, el grado en el que generan rdenes socio-polticos distintos. Tambintratar de indicar por qu surgieron estas diferencias. Esto implicar algunageneralizacin, como es inevitable en semejantes ejercicios, pero al menosespero poder mostrar el mrito de la empresa en cuanto a su valor analtico.

    Una serie de cuestiones claves guiarn mi discusin. Para empezar,puede emplearse el trmino estado para cualquier sistema poltico? Ensegundo lugar, cules eran los mecanismos bsicos de produccin,extraccin y redistribucin del excedente? Tercero, cul era la naturaleza yconstitucin de la/s elite/s poltica/s de estas formaciones, su articulacininterna y su relacin con las estructuras del poder poltico, con las fuentes deriqueza, fueran stas agrarias o comerciales, y con su contexto culturalinternacional? Un cuarto aspecto se refiere al carcter del sistema ideolgico-religioso dominante en cada caso, aunque en esta contribucin aludir a l slode pasada. Qu efecto distintivo, si lo hay, tuvo esto en trminos deorganizacin poltica, diplomacia, motivacin ideolgica y sus resultadosprcticos, y dems- a diferentes niveles sociales, en diferentes contextosculturales, y a travs de diferentes regiones, dentro de los territorios de cadasistema estatal? En otras palabras, cmo intervinieron la religin y lascreencias para definir y estructurar las formas de la organizacin poltica, social

    y cultural y las formas de representacin?2. Estados

    Ninguna discusin de las formaciones socio-polticas del mundotemprano medieval puede evitar el problema del estado-cmo definimos eltrmino, qu implica respecto a la estructura, las relaciones sociales yeconmicas, la naturaleza de las elites y los grupos subordinados, y dems5.

    (bastante provechosamente, de hecho) en 'The Concept of "Social and Economic Formation":the Inca Example', en idem, Perspectives in Marxist Anthropology, Cambridge 1973, pp. 63-69.5Para una literatura ms antigua, ver CIPOLLA, C.M., ed., The economic decline of empires,

    London 1970; COHEN, R., SERVICE, E.R., Origins of the state. The anthropology of politicalevolution, Philadelphia 1978; CLAESSEN, H.J.M. and P. SKALNIK, The early state, TheHague 1978; CLAESSEN, H.J.M. and P. SKALNIK, eds., The study of the state, The Hague

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    Puesto que los historiadores y antroplogos tienden a definir el estado entrminos de las cuestiones que desean formular, lograr una definicinuniversalmente acordada que tenga algn valor analtico real es algoproblemtico. Una definicin demasiado rgida, por ejemplo, acta simplementecomo una camisa de fuerza conceptual que pasa por alto la naturaleza

    fundamentalmente dinmica y dialctica de la praxis social humana. Comocualquier definicin, por lo tanto, la nocin de el estado debe permanecerflexible si es que va a generar explicaciones, y si va a funcionar como unaherramienta heurstica efectiva.

    Adoptar una definicin provisional que funcione, por lo tanto, pareceraapropiado en esta etapa. En un extremo de la organizacin socio-poltica, eltrmino estado puede referirse a una relativamente poco duradera agrupacinde comunidades tribales o de clanes unificada bajo un jefe militar o un caudilloenvestido de autoridad simblica y militar en trminos antropolgicos, unaconfederacin de Big-man. Tales estados raramente sobreviven muchotiempo, sin embargo, a veces se hace referencia a ellos como proto -estados,

    ya que no han alcanzado todava un grado de estabilidad institucional. Losejemplos incluiran a la mayora de los imperios nmades que surgieron enlazona de la estepa euroasitica desde los comienzos del primer milenio a. C. yque reaparecieron peridicamente hasta el siglo XVII, con la posible excepcinaunque el punto es ciertamente discutible- de las hordas mongoles postconquista en los tempranos siglos XIII y XIV6. En el otro extremo encontramosentidades polticas ms o menos unificadas territorialmente, con un centro(que puede ser ambulante) desde el cual un dirigente o grupo dirigente ejerceautoridad poltica, y mantiene su existencia exitosamente sobre variasgeneraciones; un elemento clave en la formacin y grado de estabilidad detales formaciones es que la autoridad del dirigente o grupo dirigente esreconocida como legtima y exclusiva. Con respecto a esto, el aspectoideolgico es absolutamente fundamental para la construccin del estado, unpunto sobre el cual volver ms adelante.

    Este tipo de formacin estatal ms estable podra definirse en primerainstancia como una regin demarcada territorialmente (aunque las tierras bienpodran estar geogrficamente dispersas y las fronteras mal definidas ofluctuantes, reflejando el proceso de formacin a travs de la fusin,conquista, herencia y dems-), controlada por un crculo centralizado dedirigentes o gobernantes de algn tipo, que podran tener un monopolio sobreel uso de la coercin, y que generalmente tienen el poder coercitivo para

    sostener su autoridad sobre los territorios que reivindican, al menos sobre unabase punitiva ocasional. Cmo exactamente estas autoridades centraleslogran estos fines es algo que vara enormemente de estado en estado y desociedad en sociedad. En todos los estados premodernos ha habido vacos enel alcance de la autoridad del estado regiones montaosas o de frontera, porejemplo, de difcil acceso y no alcanzadas por la supervisin del estado; grupostribales que nominalmente deben fidelidad y ocupan el territorio reivindicadopor el estado, pero no siempre son fcilmente conducidos bajo el control oautoridad del estado. En las reas donde la geografa favorece una economa

    1981; EISENSTADT, S.N., ed., The decline of empires, Englewood Cliffs, N.J. 1967;

    JKAUTSKY, J.H., The politics of aristocratic empires, Chapel Hill 1982.6Ver, por ejemplo, RUNCIMAN, W.G., A treatise on social Theory, II: substantive social theory,Cambridge 1989, pp. 152 y ss..

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    pastoril tribal y/o nmade, los ltimos frecuentemente han constituidoelementos importantes en los ejrcitos de los estados conquistadores,seguramente en las etapas iniciales de su evolucin; pero esto tambin hasignificado que, a causa de la movilidad de estos pastoralistas, su cohesinsocial interna y autosuficiencia, y el hecho de que su riqueza por lo general se

    aleja del alcance de los funcionarios del estado, son capaces y a vecesproclives a resistir cualquier autoridad central que no favorezca directamentesus propios intereses. Por el mismo motivo, la relativa irregularidad del controlcentral podra representar un punto en la lnea divisoria del estado local osupra-local al imperio (y viceversa), como con el control asirio sobre territoriosvecinos en el periodo temprano de expansin (siglo IX a. C.). El poderideolgico puede superar esto en ciertos momentos, pero por s mismo semantiene como un medio de cimentar tales relaciones de poder a corto plazo7.La muy diferente configuracin de las relaciones de poder dentro de tresestados tardo antiguo/ temprano medievales, por ejemplo Roma tarda,temprano Bizancio, Irn sasnida, y el temprano califato omeya, discutidos ms

    abajo- proporciona sorprendentes ejemplos de las formas en que estascaractersticas se combinan.

    Un elemento clave en la formacin del estado es la generacin desistemas ideolgicos y de legitimacin claramente complejos, por un lado, y almismo tiempo de modos de extraccin del excedente ms impersonales einstitucionalizados que aquellos que los proto-estados o agrupamientos tribaleso clnicos son capaces de desarrollar. La administracin basada en elparentesco y en las relaciones de linaje, y la explotacin de modos desubordinacin basados en el parentesco, tienden a reemplazarse por sistemasadministrativos o burocrticos no basados en el parentesco (aunqueparentesco y linaje raramente estn ausentes nuevamente el ejemplo asirio,por un lado, con gobernadores provinciales designados de entre las familiasdirigentes, y el del imperio bizantino tardo, por otro, con sus redes familiarescerradas, proporcionan ilustraciones muy distintas pero tiles). En la mayorade los ejemplos, una estructura burocrtico-administrativa de alguna claseconfiere una clara ventaja, y parece ser una necesidad si el sistema poltico vaa retener su cohesin y existencia no tribal. Esto ya fue establecido por elfilsofo y analista poltico musulmn Ibn Jaldn, por ejemplo, quien vio esteproceso como el que generalmente sigue a la formacin de una entidad polticasupra-tribal con elementos tribales bajo un caudillo de algn tipo, en el cual elpapel crucial fue jugado por la religin en tanto elemento unificador que

    proporciona un nuevo conjunto de relaciones supra-parentales, identidades ylealtades. Aunque est claro que Ibn Jaldn trabajaba sobre la base de suconocimiento de la evolucin de estados islmicos, su planteo central siguesiendo vlido para cualquier proceso de formacin del estado8.

    Una propuesta relativamente abierta debe entonces preferirse a unaformulacin descriptiva y cerrada, ya que de lo contrario se excluirancaracteres que se encuentran en algunas formaciones estatales pero quiz noen otras. Una razn obvia de esta preferencia es el hecho de que la formacinde un estado nunca es un evento simple, sino ms bien un proceso evolutivo

    7 Este no es solamente un fenmeno premoderno: ver, por ejemplo, FABIETTI, U.,

    'Sedentarization as a means of detribalization: some policies of the Saudi government towardsthe nomads', en NIBLOCK, T., ed., States, society and economy in Saudi Arabia, London 1982.8 Ver Ibn Jaldn, The Muqaddimah, trans. F. Rosenthal, 3 vols. (New York 1958), I: p. 247 y ss.

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    de ms largo plazo en el cual la praxis social y las relaciones econmicasresponden a condiciones cambiantes, a travs de lo que Runciman llamaseleccin competitiva de prcticas cuando fracasan en responderadecuadamente, el estado fracasa en desarrollarse ms. Hay muchos maticesdiferentes de estatalidad [state-ness], tanto en el grado de control material

    real como en el grado de integracin ideolgica de los variados y a menudoantagnicos elementos que ocupan el territorio reclamado por una autoridadcentral dada.

    Algunos estados histricos han sido representados por exigencias delegitimidad basadas en el consenso, con poco o ningn poder de coercin, ygeneralmente han sobrevivido slo por un tiempo relativamente corto. Aquellaselites estatales que tienen la coercin militar a su disposicin, al menos en lasprimeras etapas de su desarrollo, podran quedar relativamente aisladas de lasestructuras sociales de las que viven, sobreviviendo nicamente en la medidaen que son capaces de coaccionar y obtener apoyo y recursosconsensuadamente. Otras podran pasar hacia el estado de un cuerpo de

    administradores estable que se reproduce a s mismo, que extrae sussuministros de grupos especficos dentro del estado (grupos tribales, porejemplo), de dinastas familiares particulares o de un contexto social o culturalparticular (que incluye el grupo de ejrcitos y burocracias esclavos,desarraigados de su contexto social y cultural original y enteramentedependientes del sistema al cual deben su posicin). Tienden as a desarrollarestructuras institucionales sistemas fiscales, organizaciones militares ydems- que establecen sus propios conjuntos de roles y discursos, divorciadosde las prcticas cotidianas de la sociedad ordinaria. El estado deviene unconjunto de instituciones especializadas y dominantes que pueden inclusotomar a su cargo la creacin ab initiode su propio personal administrativo, yque pueden sobrevivir nicamente manteniendo el control sobre la apropiaciny distribucin de la riqueza excedente que este personal especializadoadministra9. Este por cierto fue el caso en Roma y Bizancio, en los califatosabas y omeya y en los imperios otomano y mongol. Parece tambin que estedistanciamiento del aparato administrativo de su base social y de los lazos deparentesco de la casa real representa un giro en el desarrollo, un proceso demaduracin, cuando seguimos la evolucin de la formacin del estado a travsdel tiempo. Donde los imperios asirio y aquemnida reclutaron suinfraestructura administrativa de las elites de familias del centro y de lasprovincias, unidas a travs de vnculos de parentesco o investidas de intereses

    compartidos con la dinasta dirigente y su familia, los sistemas burocrticosdesarrollados reclutaron su personal de un radio social ms amplio ydependieron de las posibilidades educativas y literarias ms ampliamentedisponibles. Por supuesto, el panorama es en todos los casos desigual eirregular, una mezcla de tipos, y esta simplificacin no hace justicia a los

    9 En aos recientes se ha discutido mucho sobre la naturaleza y forma del poder estatal enformaciones estatales premodernas. Ver en particular MANN, M., The sources of social power,I: a history of power from the beginnings to A.D. 1760, Cambridge 1986; y Runciman 1989, losdos discuten, desde muy distintas perspectivas, las formas en que las estructuras de poder

    social se generan dentro de un armazn institucional de aparatos de estado, por un lado, y lapraxis social por otro. Para un provechoso resumen de los elementos claves en la formacindel estado como se argumenta aqu, ver MANN, M., The sources of social power, p. 112.

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    casos histricos que examinamos. Pero donde encontramos estos fenmenos,encontramos tambin estados en el sentido moderno del trmino.

    Una cuestin clave es el potencial de las formaciones estatales parareproducirse, en contraste con el potencial de una dinasta particular con suscomitivas basadas en lealtades personales y en la nocin de honor, obligacin

    y reciprocidad para mantenerse en el poder por varias generaciones. Laevolucin de una elite burocrtica que tiene conciencia de su propia funcindentro del estado/ sociedad, incluso si esta elite sigue estando estrechamentevinculada a un estrato social particular (como los administradores esclavos o lacasa imperial en la Roma imperial del siglo I o la casa real en Asiria y Persia),se identifica con un conjunto particular de narrativas ideolgicas y simblicas, ypuede reclutar y entrenar su personal en roles institucionales y patrones decomportamiento relevantes para el mantenimiento e incluso la expansin deestas estructuras; ste es un factor crucial. A este respecto, el relativo xito delos primeros califatos islmicos, de los estados romano y bizantino, del chino ydel otomano, en sus diferentes formas a travs del tiempo, para nombrar slo

    unos pocos ejemplos, proporciona buenas ilustraciones de las maneras en quealgunas formaciones polticas desarrollan estructuras estables aunque flexibles,suficientes para permitir su supervivencia en un largo periodo de tiempo, sinimportar los frecuentes cambios en los arreglos dinsticos o la naturaleza de laautoridad central misma. El fracaso relativo de los primeros reinos francosilustra el destino de formaciones polticas que fracasaron en generar estasestructuras. En ambos casos y quizs obviamente, pero vale la penadestacarlo- las relaciones entre el estado en todas sus formas y las estructurassocio-econmicas que lo apoyan fueron cruciales.

    El caso de Atenas podra usarse como ilustracin. Pese a su xito enmovilizar un rea amplia de captacin de recursos en forma de aliados yterritorios y ciudades dependientes, Atenas continu cuidando celosamente susderechos de ciudadana, aunque esto de ningn modo reflejaba un sistemaimpermeable. Pero el fracaso en expandir la ciudadana, por un lado, y en crearidentidades entre el centro y la periferia, por otro (con notables excepciones por ejemplo Samos hacia el fin de la Guerra del Peloponeso) reflejaba elfracaso para desarrollar una base tributaria ms amplia dentro de los territorioscentrales. As, Atenas fue siempre parasitaria respecto a sus aliados yterritorios subordinados, y esto la priv de la clase de flexibilidad estructuralque le hubiera permitido sobrevivir a la crisis de 405-404 y a la derrota enAegospotami10. Al igual que en otros estados, los problemas de identidades

    regionales o de linaje (por ms espurio o superficial que este ltimo de hechohaya sido) viciaron dramticamente los intentos de la autoridad central, ancuando tena el apoyo de elementos de una burocracia militar o civilpermanente, para mantenerse como un poder efectivo con potencial coercitivoreal sobre algo ms que unas pocas generaciones, de modo que el fracasopara generar identidades comunes dentro de los territorios tributariosatenienses vici la fuerza ateniense precisamente en el momento en queestaba siendo ms severamente desafiada. El mantenimiento de la legitimidad

    10Ver FINLEY, M. I., Democracy ancient and modern, London 21985, pp. 61y ss.; STRAUSS,B.,Athens after the Peloponnesian war, Ithaca, NY 1986; RAAFLAUB, K., Beute, Vergeltung,

    Freiheit? Zur Zielsetzung des delisch-attischen Seebundes, Chrion19 (1979), pp. 1-22; idem,Contemporary perceptions of democracy in fifth-century Athens, Classica et Medievalia 40(1989), pp. 33-70.

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    ideolgica y la hegemona debe acompaar el mantenimiento del potencialcoercitivo apropiado en situaciones durante las cuales aumentan las presionesexternas, y la combinacin debe verse como un elemento central al considerarlas razones de la supervivencia de un sistema estatal particular en el largoplazo. La relativamente corta vida del imperio ateniense debe algo a esta

    debilidad sistemtica. En contraste, el estado neo-asirio de los siglos X-VIII a.C. parece haber sido capaz de mantener un aparato administrativo que,aunque dependiente de una identidad tnica y social con el palacio, se funden una combinacin de recoleccin de impuestos controlada directamente porun estado central y tributacin no directamente controlada por el estado. Estofue en su momento integrado en un sistema de vasallaje y dependencia de ladinasta real y el culto de Assur, el cual fue introducido deliberadamente en elpanten de pueblos conquistados11.

    El reino persa tardo antiguo/ temprano medieval de los sasnidasproporciona un buen ejemplo de una dinasta marcadamente exitosa donde lalegitimidad ideolgica y la estructura administrativa burocrtica se combinaron

    exitosamente para sostener tendencias centrfugas poderosas y la competenciade varios clanes igualmente poderosos en jaque durante unos cuatro siglos. Elpoder de la casa real sasnida dependa considerablemente de dos factoresinterrelacionados: un compromiso ideolgico de un grupo poderoso de clanesregionales o jefes dinsticos (la aristocracia sasnida, de la cual surgi lacasa real) para la legitimidad de la dinasta dominante (que reclamaba tambincierta autoridad poltico-religiosa sancionada por derechos al linaje antiguo y alliderazgo militar); sin embargo al mismo tiempo esta elite dominante apoyabalas demandas de poder legtimo y segua la autoridad de esa dinasta slo si elrgimen sasnida no desafiaba sus propios intereses, fueran ideolgicos,polticos o econmicos12. Rivalidades dinsticas, cuestiones de honor,deshonra y competencia tambin eran inevitablemente elementos integrales eneste panorama. El mismo califato abas (750-1258) puede entenderse desdeesta perspectiva, porque ya para fines del siglo IX el poder central estabafuertemente comprometido por la creciente autonoma de los gobernadoresprovinciales y por los generales que comandaban los ejrcitos en las tierrascentrales. Podra argumentarse que fue nicamente la necesidad de alcanzarlegitimidad ideolgica dentro del Islam lo que sostuvo la ms ampliaorganizacin poltica unida, aun cuando una oposicin religioso-ideolgicaexitosa la amenazara en frica, Egipto y la pennsula arbiga.

    11Ver PEIRKOV, J., The administrative organization of the Neo-Assyrian empire, Archivorientalni45 (1977), pp. 211-228; idem, The administrative methods of Assyrian imperialism,Archiv orientalni 55 (1987), pp. 162-175; POSTGATE, J.N.,Taxation and conscription in theAssyrian empire, Rome 1974; y tambin LIVERANI, M., Land tenure and inheritance in theancient Near East: the interaction between palace and family sectors, en T. KHALIDI, ed.,Land tenure and social transformation in the Middle East, Beirut 1984, pp. 33-44.12 Para la Persia sasnida (3rd-7th c. CE), ver HOWARD-JOHNSTON, J. D.,The two GreatPowers in late Antiquity: a comparison, en The Byzantine and Early Islamic Near East III:States, resources and armies: papers of the third workshop on late Antiquity and early Islam (Princeton 1995), pp. 157-226, esp. pp. 211-226; y RUBIN, Z., The reforms of KhusroAnushirwan, en Cameron, ed., The Byzantine and Early Islamic Near EastIII, pp. 227-297. Los

    puntos establecidos aqu pueden leerse sin dificultad desde la historia poltica del reinosasnida y el esquema de relaciones de poder a lo largo de los siglos IV-VII que lo ejemplifica:ver en general CHRISTENSEN, A., LIran sous less Sassanides, Copenhagen 1944.

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    3. xito del estado e integracin ideolgicaUn nmero de estados medievales y temprano modernos de la India ha

    sido introducido a la discusin sobre la formacin del estado para ejemplificar larelacin entre el xito o fracaso de un centro estatal para perdurar por un

    periodo ms largo o ms corto de tiempo, las redes de poder entre distintoscentros potenciales o reales de poder social (espacial o socialmente) y losgobernantes y su elite dependiente, y el control sobre la apropiacin ydistribucin de recursos, ya sean econmicos o ideolgicos. Resulta claro, enuna comparacin superficial de un nmero de formaciones estatales antiguas ymedievales, que una autoridad central puede subsistir durante considerablesperiodos simplemente a travs de la manipulacin de elementos simblicos eideolgicos claves en el sistema cultural de la formacin social como totalidad.La cultura del templo de la India del sur y las estructuras estatalesconcomitantes, como lo ejemplifican particularmente los imperios Chola yVijayanagar, proporcionan ejemplos clsicos. Estos ilustran tambin la

    importancia central de la legitimacin en trminos de referencia simblicos dentro del universo simblico de una formacin cultural dada- y de los grupossociales/ culturales que por lo general son responsables de su mantenimiento,ya sean grupos sacerdotales, iglesias oficiales, organizaciones de culto o elitesaristocrticas envestidas con una autoridad simblica particular13.

    No obstante los estados tengan una vida ideolgica, sta nonecesariamente se vincula a su verdadero poder o eficacia institucional opoltica. Las ideologas polticas y los sistemas de creencias, una vez queexisten, a veces son capaces de adaptarse o sobrevivir en condiciones que sehan distanciado mucho de aquellas dentro de las cuales fueron producidosoriginariamente, siempre y cuando las contradicciones entre los dos no seandemasiado extremas o insuperables en trminos de praxis social y psicologa.Aquellas que responden a necesidades funcionales de largo plazo en lasociedad proveen los mejores ejemplos, e incluyen sistemas religiosos enparticular, como el hinduismo, el Islam o la cristiandad, sistemas que en mayoro menor grado se liberan en ciertos aspectos de las condiciones econmicas,sociales y polticas que los produjeron (aunque al mismo tiempo pueden forzarel rumbo de la evolucin socio-econmica dentro de esas sociedades). Pero lasideologas polticas tambin pueden ser extremadamente flexibles. Ellaspueden proveer un motivo para el conflicto donde no existen razones visibles uobvias por ejemplo en trminos de competencia por los recursos materiales.

    Muchos estados fueron, en efecto, poco ms que territorios bajo la autoridadnominal de un gobernante, pero en los cuales el verdadero poder era ejercidopor una elite socioeconmica basada en la familia, el clan o la tribu. La posicinde esta elite podra haber dependido originariamente del gobernante central y/o las condiciones en las que el estado surgi (por la conquista, por ejemplo),pero, por su control real sobre los recursos, y otras condiciones histricas, en laprctica se vuelve independiente del centro. Sin embargo en tales casosencontramos nada menos que la idea de un estado o reino centralizado, juntocon el poder residual de conceptos como el de honor, lealtad a una sucesindinstica particular o conjunto de disposiciones constitucionales, los cuales

    13

    Ver, por ejemplo, APPADURAI, A. and BRECKENRIDGE, C., 'The South Indian temple:authority, honour and redistribution', Contributions to Indian Sociology 10/2 (July-Dec. 1976),pp. 187-211.

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    fueron suficientes para mantener al menos una unidad ficticia de identidad. Lahistoria tarda del estado bizantino desde el siglo XIII hasta su extincin final en1453 ejemplifica este tipo particular de desarrollo. El imperio asirio a fines delsiglo IX y primera mitad del VIII a. C., segn parece, perdur, al menos enparte, por la fortaleza de estas relaciones simblicas e ideolgicas, a pesar de

    la conflictividad poltica en el centro y la prdida de ciertos territoriosoccidentales ms distantes.Estos puntos sugieren que un elemento crucial para el xito a largo

    plazo de la formacin de un estado es el del grado de consenso y reciprocidad(entre sus propias demandas y estructuras, las de las elites sociales, y las delas poblaciones de las cuales extrae sus recursos) sobre el cual el estado seconstruye, o del cual viene a depender. No es nuestra intencin revivir la teoradel consenso acerca de la formacin del estado, sino ms bien destacar lasignificacin de las normas, la ley y formas de patrones de comportamientonormativos en la estructuracin de relaciones polticas de poder y distribucinde recursos. Esto vara enormemente en los diferentes casos histricos.

    Algunos perduraron nicamente merced a su habilidad para forzar laobediencia y la extraccin del excedente de riqueza sobre una base ms omenos regular. Pero en el largo plazo esta no ha sido una formaparticularmente efectiva de desarrollar o mantener el poder del estado.Proporciona un buen ejemplo el desarrollo de la Repblica al Imperio en elcaso de Roma, donde un estado conquistador pudo desarrollar una hegemonaideolgica que a su vez gener una identidad consensual con el mundoconceptual entregado por los conquistadores romanos, estimulado por el hechode haber borrado deliberadamente estructuras polticas preexistentes enmuchos de los territorios conquistados aunque de ningn modo en todos. Sibien muchos estados al principio se desarrollaron en el contexto de una falta deequilibrio entre coercin militar y participacin cooperativa, aquellos que hantenido ms xito por lo general produjeron relaciones crecientementecomplejas de reciprocidad, consenso e interdependencia con otros elementosde las formaciones sociales de las cuales se servan (pero a las cuales, nodebe olvidarse, tambin influenciaban), en particular con los lderes de gruposconquistados o formaciones polticas previas, fueran stos lderes tribales o declan, elites mercantiles o aristocracias.

    Muchos estados, establecidos despus de un periodo relativamentebreve de expansin y conquista militar, llegaron a apoyarse muy fuertementeen tales estructuras, y los ejemplos de la India ya mencionados proveen un

    buen ejemplo de tales sistemas. Igualmente, el reino merovingio durante lossiglos VI y VII dependi vigorosamente del apoyo y buena voluntad de la elitegalorromana preexistente y del crculo episcopal (de cualquier manera los dosestaban muy estrechamente integrados), especialmente en sus regiones delsur14; mientras los gobernantes otomanos, en particular durante el siglo XV,

    14 Ver especialmente la valiosa discusin de WOOD, I., 'Kings, kingdoms and consent', inSAWYER, P.H., and I.N. WOOD, eds., Early Medieval Kingship, Leeds 1977/1979, pp. 6-29; yHEINZELMANN, M., 'L'Aristocratie et les vchs entre Loire et Rhin jusqu' la fin du VIIesicle', Revue d'Histoire de l'glise de France62 (1975), pp. 75-90; LEWIS, A.R., 'The Dukes inthe 'Regnum Francorum' A.D. 550-751', Speculum 51 (1976), pp. 381-410. Los obispos

    representaban un centro muy importante de autoridad y poder espiritual, respaldado a vecespor ingresos eclesisticos bastante amplios, independientes del crculo laico y regio. Amediados del siglo VII, la combinacin de las elites franca y galo-romana signific que el

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    dependan de sus vasallos cristianos como contrapeso al poder de las elitesclnicas y tribales turcas tanto en los Balcanes como en Asia Menor.

    La integracin ideolgica ha sido una caracterstica principal de lamayora de las formaciones estatales recientes ms importantes. En latradicin occidental, al menos hasta recientemente, esto por lo general ha sido

    visto como un aspecto secundario de la formacin del estado, quiz un reflejodel predominio de instituciones militares y de la coercin en la historia polticadel mundo euroasitico occidental. De hecho, la comparacin entre diferentestipos de estado sugiere que esta prioridad podra ser desplazada. En el estadode Vijayanagar del sur de la India, el poder poltico descansaba en laexplotacin de una regin central, fuente directa del ingreso real, mientras lasreas ms alejadas del centro de la coercin poltica y militar estabanvinculadas principalmente a travs de expediciones militares ocasionales y porconexiones de naturaleza ritual. Los rituales reales estaban centralizados entemplos y centros religiosos claves; a travs de su autoridad religioso-ideolgica los gobernantes reforzaban su legitimidad y derecho al dominio

    absoluto, a cambio de lo cual se comprometan a apoyar estas instituciones atravs de dotaciones, regalos regulares en dinero y especie, concesiones deservicios de trabajo, etc. Fue a travs de su participacin en estos rituales quelos miembros de los grupos sociales dominantes pudieron incorporarse a lo queen la prctica fue una red de patronazgo espiritual y regio. Al mismo tiempo, losrituales legitimaban poderes y autoridades ms localizados, de modo que elsistema como un todo proporcionaba una razn de ser a las institucionespolticas y relaciones socioeconmicas predominantes15.

    Las relaciones polticas que representa el estado de Vijayanagar, en elcual las elites religiosas/ sacerdotales y las economas del templo juegan unpapel tan importante, han sido descritas con el concepto de poltica ritual(ritual polity)16, o como la intensa penetracin ritual en la vida cotidiana. Perohay, desde luego, un peligro en esta idea de convertir un sistema de praxissocial especficamente estructurado, que refleja y sostiene un universosimblico dado, en una nocin idealista de estabilidad teocrtica, asitica, enla cual el surgimiento y cada de los estados y las elites de poder estdeterminado por la religin, y donde las relaciones econmicas son creadaspor las demandas de la observancia religiosa y las creencias o percepciones.De hecho, est claro que los gobernantes eran por lo general bastanteconsientes del proceso de manipulacin poltico-religiosa necesario para elmantenimiento de su poder, y especialmente de la necesidad de mantener el

    control sobre los recursos para invertir en este sistema ritual a gran escala y

    episcopado estuvo ms estrechamente conectado, a travs del parentesco, con las elitesseculares del reino merovingio.15Ver STEIN, B., Vijayanagara (Cambridge 1989), pp. 18 y ss. sobre la evolucin del estadoVijayanagar; y pp. 102 y ss. sobre la naturaleza y funcin del ritual de incorporacin. Paramayor discusin ver TAMBIAH, S.J., World conqueror and world renouncer, Cambridge 1976,pp. 114 y ss; STEIN, B., Peasant state and society in medieval South India, Delhi 1980, esp.pp. 264 y ss.16 Ver HEITZMAN, J., 'Ritual polity and economy: the transactional network of an imperialtemple in medieval South India', Journal of the economic and social history of the Orient34/1(February 1991), pp. 23-54; PRESTON, J.J., 'Sacred centers and symbolic networks in South

    Asia', The Mankind Quarterly 20/3-4 (Spring-Summer 1980), pp. 259-293; SPENCER, G.,'Religious networks and royal influence in eleventh century South India', Journal of theEconomic and Social History of the Orient12/1 (1969), pp. 42-56.

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    legitimar su posicin de manera continua. Ms significativamente, est claroque cuando examinamos un nmero de formaciones estatales antiguas ms decerca, esta faceta de integracin ritual y las formas en que los sistemas deculto funcionan a nivel poltico y econmico para mantener unido un amplioterritorio estaban extendidos, y representaban en la prctica uno de los medios

    ms comunes de construccin del imperio ya sea que nos interesemos porAsiria, Babilonia o cualquiera de los otros imperios tempranos del CercanoOriente. La cuestin est clara en las contribuciones a este volumen sobreAsiria y Persia aquemnida, por ejemplo, donde los gobernantes de ambosimperios se involucraron activamente en los cultos dominantes de los territoriosconquistados, los cuales fueron entonces asimilados a una red ms vasta derelaciones divinas; la participacin en esta red garantizaba el apoyo divinocontinuo y por lo tanto la estabilidad poltica e institucional. Este ritual noconsiste simplemente en ideas y actitudes. La prctica ritual era constitutiva de,y reproducida por praxis social, y representaba en consecuencia un aspecto delas relaciones sociales de produccin, esto es, el conjunto de relaciones

    socioeconmicas que permita que la formacin social se reprodujera. Loimportante no es tanto el hecho de que estas redes de interaccin hayanexistido sino el papel que jugaron, porque funcionaron como redes dedistribucin y redistribucin de la riqueza excedente a travs de una castasacerdotal o elite gobernante, por ejemplo- organizadas en favor de un centroreligioso particular (como un templo o lugar divino similar) en un momentodado. El hecho de que muchos gobernantes derivaban su status original deuna funcin ancestral como jefe sacerdote o algo similar, por un lado, y de quegran parte de la expansin poltica de los estados antiguos fue legitimadaapelando al derecho al dominio absoluto de una divinidad particular, esindicativo de cun habitual esto era en realidad.

    Por cierto, la penetracin ritual de una sociedad en tanto representadapor conjuntos especficos de prcticas sociales, que son la expresin de laestructura de las relaciones sociales de produccin (expresadas a travs de unvocabulario simblico y religioso dado), es comn a todas las formacionessociales premodernas (precapitalistas), pero en distintos grados. En algunassociedades, han llegado a ser la expresin dominante de las relaciones deproduccin, puesto que, como Godelier ha sealado, cada formacinsociocultural representa prcticas y relaciones econmicas en diferentesformas, cuya ubicacin y orgenes deben ser la materia del anlisis empricoespecfico17. En cada caso, la combinacin de un universo poltico especfico,

    contexto ecolgico, estructura de parentesco y configuracin religiosa promovila variada posicin y funcin de tales redes rituales de transaccin. Suimportancia fue realzada o disminuida por la estructura de las demandaspolticas de los gobernantes y centros estatales en lo que respecta al controlsobre la distribucin del excedente. En el sur de la India, la incorporacin de lapraxis social a un sistema de redistribucin de la riqueza excedente ylegitimidad poltica orientados al templo, combinado con el carcter particular yaltamente fragmentado de la geografa poltica de la regin, signific que elproceso de formacin del estado se inscribi siempre dentro de estasrelaciones y de las estructuras que ellas generaron, produciendo un conjunto

    17

    GODELIER, M., 'Infrastructures, societies and history', Current Anthropology19/4 (1978), pp.763-771; idem, 'Modes of production, kinship and demographic structures', en M. BLOCH, ed.,Marxist analyses and social anthropology, London 1984, pp. 3-27.

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    de relaciones poltico-religiosas altamente doblegables donde la legitimidaddependa en muy alto grado de la aceptacin consensuada. La situacin no fuemuy diferente en la antigua Asiria y Babilonia.

    Pero en el caso de los estados de la India hay un factor adicional a teneren cuenta. Las estructuras ideolgicas del hinduismo, y sus eventuales

    prcticas sociales, que marcaron cada aspecto de la vida poltica y social hinda travs de todo el subcontinente, tendieron bajo ciertas condiciones adesempear las funciones normalmente asumidas y requeridas por cualquierestructura estatal, especialmente las de mantener el orden y la cohesininterna, peligrosamente excesivas. Si asumimos que los estados proporcionanautoridad central y, ms importante an, normas para las relaciones jurdicas,sociales y econmicas, entonces resulta claro que en el contexto hind estascaractersticas de la organizacin estatal ya estaban presentes en el ordeninterno de la vida social y religiosa slo las estructuras de linaje y atributos decasta proveen mucho de esto18. Dada la fuerza penetrante de Sharia comogua para patrones diarios de comportamiento incluidos los niveles ms

    modestos de existencia domstica, en cierta forma podra argumentarse lomismo para ciertas variantes del Islam, aunque los dos casos raramente hansido comparados; mientras que en unos pocos casos dentro de la cristiandad-especialmente en ciertos movimientos post Reforma- uno podra sacarconclusiones similares acerca de la conexin entre estructuras estatales (y susfunciones), ley y comportamiento normativo social. Sera interesante examinaralgunas de las formaciones estatales antiguas sobre las que tenemosevidencia, en un intento de ver si relaciones similares prevalecieron, o pudieronprevalecer, o si, como argumenta Mann, son nicamente los ms recientessistemas salvacionistas los que pudieron lograr estos resultados19.

    Los centros estatales que son incapaces de mantener el control yparticipacin en el proceso de distribucin del excedente primario (a travs dela tributacin directa, por ejemplo, o la habilidad siempre presente para ejercerla coercin militar), deben tratar de subsistir promoviendo sus intereses atravs de medios alternativos, secundarios, de re-distribucin del excedente.Estos medios incluyen la delegacin de la autoridad militar o de otro tipo,como por ejemplo el feudo o una institucin equivalente, como en EuropaOccidental durante el periodo del siglo VI al IX. Incluyen tambin redes deredistribucin reforzadas y operadas principalmente a travs de estructurasreligiosas.

    Desde luego, tanto los gobernantes islmicos como los cristianos en

    Oriente y Occidente legitimaron la extraccin y distribucin del excedente loque es decir, en efecto, la existencia continuada de sus respectivos estados- atravs de teologas polticas, narrativas ideolgicas que destacaban el debernecesario del estado y sus gobernantes de defender la fe y promover lavariedad de actividades asociadas que esto ocasionaba. Al mismo tiempo,tuvieron que encargarse de reforzar y reafirmar su universo simblico particulara travs de expresiones ritualizadas de fe y la redistribucin de cantidades

    18 Ver en particular STEIN, B., 'Politics, peasants and the deconstruction of feudalism inmedieval India', Journal of Peasant Studies 12 (1985), 54-86, esp. pp. 74 y ss; y en generalSARASWATI, B., Brahmanic ritual tradition in the crucible of time, Simla 1977. Para una

    discusin detallada de estos puntos con extensa bibliografa, ver HALDON, J. F., The state andthe tributary mode, pp. 242 y ss.19MANN, M., Sources of social power, pp. 301-340, y esp. pp 341-372.

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    considerables de riqueza excedente para fundaciones religiosas de diversostipos, o a travs de ciertas acciones rituales ideolgicamente legitimantes. En elmundo bizantino, por ejemplo, el complejo ceremonial del palacio imperial, laestrecha relacin entre el emperador (con el estado) y la Iglesia y la supervisinde las creencias populares y estructuras de parentesco por la Iglesia, crearon

    un sistema simblico e ideolgico de legitimacin notable. Sin embargo, enesta formacin particular, en contraste con los ejemplos del sur de la India, nose manifest, ni sirvi como una institucin clave de distribucin del excedentenecesario para la supervivencia econmica de la institucin estatal. Redessimilares pueden observarse en el mundo islmico, en la cristiandad Occidentaly en el imperio chino. En el caso de la cristiandad y del Islam, la incorporacinritual (esto es, la conversin) sirvi como una herramienta fundamental dedominacin e integracin poltica. Los estados segmentarios (ver abajo) deAmrica del Sur y Centroamrica proporcionan paralelos ms estrechos con elcaso de la India del Sur, porque aqu la redistribucin del excedente y el tributocentrada en el templo fue un medio crucial a travs del cual fueron mantenidos

    la apropiacin del excedente y la autoridad poltica20.

    4. Estados y elitesParticularmente importante es la naturaleza de las relaciones de poder

    que dominan tanto dentro de los aparatos del estado como entre ellos y lams extensa formacin social21. Qu tan independientes de la sociedad eranlos funcionarios del estado, individualmente o como grupo? Cun limitadosestaban los aparatos del estado por las relaciones sociales y econmicas quedominaban una sociedad dada? Era el estado, como conjunto deinstituciones, dependiente de una elite social y econmica o clasegobernante, de una alianza de linajes tribales e identidades (que pudieronhaber tenido solidez histrica o no), o de una combinacin de esto? 22Hastaqu punto los estados emergentes incorporaron elites existentes? Lasrelaciones entre estas consideraciones y los orgenes de un sistema estataldado, por un lado, y la apropiacin, asignacin y distribucin o redistribucin delos recursos, por otro, constituyen cuestiones claves.

    Estas consideraciones son importantes porque el estado, mientrasestablece lmites o provee un armazn para el desarrollo de ciertas relacionessociales y econmicas, a travs de su necesidad de establecer y as mantener

    20Para la penetracin ritual, ver MANN, M., Sources of social power, p. 361; pero contra su

    argumento de que nicamente un sistema religioso mundial ms extenso salvacionista-ofreca estas posibilidades, ver WICKHAM, C.J., 'Historical materialism, historical sociology',New Left Review171 (1988), pp. 63-78, esp. pp. 68-72. Para la funcin del cercamiento ritualen culturas sudamericanas precolombinas, ver MARCUS, J., Emblem and state in the classicMaya lowlands, Dumbarton Oaks, Washington D.C. 1976, y esp. idem, 'Lowland Mayaarchaeology at the crossroads',American Antiquity48 (1984), pp. 454-488.21 El concepto de sociedad tambin debe ser empleado cautelosamente: en qu sentidoinclusivo o exclusivo va a ser tomado? Hasta qu punto abarca conjuntos ms pequeos omenos amplios de relaciones sociales e identidades culturales? Este es un punto tomado entre otros por MANN, M., Sources of social power, pp. 1y ss., quien rechaza el trminoenteramente, junto con la nocin de que las sociedades forman totalidades unitarias que seencuentran de alguna manera vinculadas, prefiriendo hablar de mltiples redes de poder que

    se superponen e interseccionan. No estamos seguros de que sta sea necesariamente lamejormanera de teorizar la sociedad, pero al menos plantea las preguntas correctas.22 Para una discusin ver HALDON, J.F., The state and the tributary mode, pp. 140 y ss.

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    una estructura de extraccin del excedente regular y predecible, tambinpermite o facilita la evolucin de nuevas prcticas y relaciones. Esto est claroen la evolucin del estado e imperio romanos, as como en la forma en que elestado romano oriental/ bizantino transfiri el foco de su atencin en asuntosfiscales de los centros urbanos a las comunidades de aldea durante el curso de

    los siglos VII y VIII, alterando as radicalmente la forma en que funcionaban lasrelaciones sociales entre propietarios rurales y tenentes, por un lado, y entreproductores campesinos, el estado y las ciudades, por otro23. Hay ejemplossimilares en los casos de los estados otomano y mongol. En el caso otomano,el crecimiento durante el siglo XVII de una nobleza local, junto con laguarnicin de tropas imperiales asalariadas y jenzaros en las provincias sobreuna base permanente, alter radicalmente la relacin entre el gobierno centraly las regiones (generalmente visto como desventajoso para el primero); noobstante estos cambios fueron posibles precisamente por los requerimientosmilitares y fiscales del estado24. As el estado tambin creaba espacios en losque podan tener lugar nuevos desarrollos la funcin de los recaudadores de

    impuestos [tax-farmers] en los contextos bizantino, otomano y mongol, porejemplo, como recaudadores de excedente y como estimuladores potencialesde patrones variados de inversin y consumo de riqueza, de estructurasvariadas de uso del dinero tanto por parte de productores como deadministradores, etc. En algunos casos, la existencia de una administracinfiscal central podra an haber dado a lderes locales de poca importancia caudillos de aldea, propietarios locales de pequea escala- un papel mssignificativo en el proceso de acumulacin y apropiacin del excedente,conducente a cambios en el orden poltico del poder a nivel local y en ltimainstancia volvindose en contra del estado mismo. En los estados de la Indiade los siglos XVI y XVII el papel de las elites de aldea y atribuciones de rangopre-imperiales tuvo una influencia significativa sobre las formas que el estadomongol y sus predecesores y sucesores pudieron organizar, as como losaparatos estatales centralizados y sus demandas de excedente a su turnoafectaron las formas en las que estas relaciones locales funcionaron, abriendoun nuevo espacio social dentro del cual pudieron desarrollarse25. Y estoconduce a su vez a considerar cmo estos elementos formaron parte de unatotalidad social, especialmente en el contexto de reas de influencia local einternacional las relaciones concntricas, superpuestas y recprocamente(pero desigualmente) influyentes que atravesaron los lmites de las formacionessociales26.

    23 Ver HALDON, J.F. Byzantium in the seventh century: the transformation of a culture ,Cambridge 21997, esp. pp. 132 y ss.24 Ver, por ejemplo, GOFFMAN, D., Izmir and the Levantine world, 1550-1650, Seattle 1990,pp. 26 y ss.25 Sobre estos problemas ver la excelente discusin de PERLIN, F., The Invisible City'.Monetary, Administrative and Popular Infrastructures in Asia and Europe, 1500-1900, London1993, esp. pp. 36 y ss, y pp. 51-74.26 Sobre el carcter superpuesto de las estructuras culturales y socio-econmicas, y lasformas en que estas influencias recprocas se jerarquizan de acuerdo al peso relativo de lasformas estatales, sociales y culturales, ver ROWLANDS, M., 'Centre and Periphery: a review ofa concept', en ROWLANDS, M., M. LARSEN and K. KRISTIANSEN, eds., Centre and Periphery

    in the Ancient World, Cambridge 1987, pp. 1-11; y HEDEAGER, L., 'Empire, Frontier and theBarbarian Hinterland: Rome and Northern Europe from A.D. 1-400', en ROWLANDS et al.,Centre and Periphery in the Ancient World, pp. 125-140.

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    5. Estados, imperios y complejidadUn aspecto importante de cualquier discusin sobre los estados y sus

    historias debe ser el proceso diferencial de evolucin reflejado en su madurez.Los estados maduros deben enfrentar problemas distintos a los de los

    estados jvenes. El grado en el cual sus variados sistemas ideolgicos einstitucionales quedan bien establecidos y atrincherados, empotrados en eltejido bsico de las formaciones sociales que los sostienen, debe jugar unimportante papel. En los estados de conquista recin formados, losconquistadores raramente se integran en la ms amplia estructura derelaciones sociales y econmicas: permanecen, en efecto, como consumidoresparasitarios de riqueza extrada por la fuerza, o la amenaza de la fuerzanicamente. El imperio de la repblica romana tarda puede examinarsedesde esta perspectiva. En otros, mientras ste pudo alguna vez haber sido elcaso, han pasado siglos de incrustamiento del estado (state-embedding), demodo que la elite estatal, sus aparatos y su ideologa estn inextricablemente

    entrelazados en el tejido social de la sociedad. El principal cambio tiendeentonces a estar representado a travs de modificaciones en la polticainternacional y dinstica, mientras que el cambio fundamental sigue a lastransformaciones tecnolgicas y econmicas. Las diferencias en sus historias,junto con caracteres como la relativa fuerza de los distintos mtodos de laactividad productiva como ocurre especialmente entre campesinossedentarios y pastoralistas nmades- pueden tener implicaciones muyimportantes para la direccin hacia la cual los estados se desarrollan27.

    Estos factores influencian tanto a los contemporneos como a lasvisiones modernas de ciertos estados: el imperio bizantino fue, en muchosaspectos, slo un estado pequeo, territorialmente unificado su aspectoimperial fue ocasional y poco duradero, sin embargo retiene la imagen de unimperio por sus orgenes imperiales como parte del sistema imperial romano.

    Esto trae al menos una cuestin al corazn de este volumen, lanaturaleza, constitucin y dinmica de los imperios. En una discusin reciente,los imperios han sido descritos directamente como efectos de la imposicin desoberana poltica de una organizacin poltica sobre otras, como quiera queesto se logre, y la seal clave de un estado imperial era as el grado deextranjeridad (foreign-ness) percibido como existente entre gobernadores ygobernados, conquistadores y conquistados28.

    En trminos ms simples, entonces, el estudio de los imperios se

    convierte en el estudio de la subordinacin de un estado o formacin socialpor otro, y de la medida en que los conquistadores tienen xito en convertirestas zonas perifricas en parte de su estado original, tanto ideolgicamentecomo desde el punto de vista de las estructuras administrativas, militares yfiscales.

    En algunos aspectos, esta definicin se superpone con la nocin deestado segmentario, tendiente a sugerir una estructura poltica confederada,multicentrada, en la cual los elementos ideolgicos y el consenso juegan un

    27 Ver, por ejemplo, la discusin por BERKTAY, H., 'Three Empires and the Societies they

    Governed: Iran, India and the Ottoman Empire', Journal of Peasant Studies, vol. 18 (1991), pp.242-263.28 DOYLE, M., Empires(Princeton 1986), p. 45.

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    papel tan significativo como el poder coercitivo ejercido desde el centro29.Aunque muchos estados tempranos funcionaron sobre la base de una serie dezonas concntricas de distribucin del poder, centralizadas alrededor de unncleo poltico, razonablemente podramos describir los imperios sobre losmismos lineamientos, en cuyo caso la cuestin del xito o longevidad girar en

    torno a las mismas cuestiones claves: hasta qu punto los imperios deconquista son capaces de imponer sobre las tierras y civilizacionesconquistadas sus propios valores ideolgicos/ culturales, patrones deadministracin y de formacin de elite, y de este modo crear, fuera del espectrode formaciones socio-culturales diferentes, un conjunto de valores polticos eidentidades ideolgicas ms o menos homogneo? De todos los imperiosque se tratan en este volumen, el estado romano y su sucesor en la cuencamediterrnea oriental, el bizantino- fueron quiz los ms exitosos a esterespecto. De los que no se tratan aqu, los diversos estados chinos,especialmente desde Tang en adelante, y quizs con la excepcin de ladinasta mongol Yuan, lograron similares niveles de integracin exitosa, aunque

    la vastedad de las tierras chinas y la regionalizacin de las elites signific queeste proceso siempre fue disputado y logrado a cierto costo.

    Mientras algunos imperios, acerca de los cuales los historiadores estninformados, se desarrollaron a travs de alianzas estratgicas basadas en elparentesco o la herencia, a travs del regalo o el matrimonio, la mayora deestas formaciones polticas que tradicionalmente catalogamos como imperiosfueron el resultado directo de la conquista militar. Las contribuciones en lossiguientes captulos describen y analizan estas formaciones con respecto acuatro cuestiones claves: cmo surgieron? Cmo subsistieron? Cul fue laestructura de relaciones de poder que facilit esto (o no)?; y cul fue su baseeconmica con respecto a la produccin, distribucin y consumo de riqueza, ycon respecto a la expansin de la base sobre la cual la riqueza podagenerarse sea sta cuantitativa (expansin territorial, por ejemplo), ocualitativa (tecnologas de produccin cambiantes, comercio en expansin ocambios en las estructuras de la inversin de capital)?

    Para responder cualquiera de estas cuestiones, sin embargo,necesitamos antes que nada determinar a qu nivel explicativo deseamossituar la discusin. Nos parece que hay al menos tres instancias para entenderel nacimiento de los estados, a las que llamaremos, para esclarecer ladiscusin, niveles macro, meso y micro. Aunque no son equivalentes a la larga,media y corta dures de Braudel, son similares conceptualmente. El nivel

    macro es quizs el mejor ilustrado en el reciente trabajo de Diamond, quienestableci vas evolutivas de muy larga duracin determinadasfundamentalmente por condiciones ecolgicas. Una vez que un conjuntoparticular de condiciones ha estimulado un conjunto de respuestas desde el

    29 Para el estado segmentario, ver SOUTHALL, A., Alur society, Cambridge 1956; idem, 'Acritique of the typology of states and political systems', en BARTON, M., ed., Political systemsand the distribution of power, New York 1965, pp. 113-140; tambin STEIN, B., 'Thesegmentary state in South Indian history', en FOX, R.G., ed., Realm and religion in traditionalIndia, Durham, North Carolina 1977, pp. 3-51. Para una crtica de la forma en que esteconcepto ha sido usado, sin embargo, ver CHAMPALAKSHMI, R., 'Peasant state and society inmedieval South India: a review article', The Indian Economic and Social History Review18/3-4

    (1981), pp. 411-426; KULKE, H., 'Fragmentation and segmentation versus integration?Reflections on the concept of Indian feudalism and the segmentary state in Indian history',Studies in History4/2 (1982), pp. 237-263.

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    punto de vista de la demografa, patrones reproductivos, tecnologas y sistemasnutricionales, el nivel micro cambia y las relaciones causales son determinadasen sus efectos enteramente dentro de ese conjunto de condicionamientos.Sobre estas bases, la geografa, flora y fauna del Creciente Frtil y el fin de laltima era glacial (ca. 11.000 a.C.) confirieron ventajas especficas que dieron a

    las sociedades humanas que se desarrollaban ah ventajas permanentes sobrelas reas que fueron incapaces de ofrecer esas condiciones 30. A este nivel degeneralidad, claro est, el valor de los datos especficos desde el punto de vistade los sistemas polticos histricos se supone que no debera contradecir lasvas evolutivas as bosquejadas, y es de poca ayuda para determinar lasrelaciones causales que cambiaron el rumbo del desarrollo histrico.

    En el nivel meso de explicacin, sin embargo, podemos empezar acaptar cuestiones especficas y la forma en que impactaron sobre unatrayectoria particular de desarrollo. Aqu nos enfrentamos con sistemasculturales particulares pero ampliamente localizados, establecidos dentro decontextos geopolticos especficos (por ejemplo, el Creciente Frtil, el valle del

    Indo, la estepa asitica, la zona europea central y occidental, las regionesmontaosas y el altiplano de Amrica del sur y Centroamrica) que dan lugar osostienen tipos particulares de estructura poltica. Estas diferencias tienden areflejar bastante directamente reas geogrficas de captacin contrastemosChina con sus cultivos de arroz y cereales extensivos, sus relaciones de poderextensivas, sus vastos recursos de mano de obra y consecuentespresupuestos acerca del uso y disponibilidad de trabajo, etc., y los sistemasmicrocsmicos del sur de los Balcanes, Asia Menor y la cuenca mediterrnea;o nuevamente el subcontinente indio con sus zonas contiguas de llanuraabierta, regiones de meseta y costeras semiridas, montaa y bosque.

    A nivel micro, finalmente, es necesario diferenciar dentro de estosamplios contextos y preguntarnos sobre las variaciones locales (tanto en elespacio como en el tiempo) afectadas por divergencias cronolgicasespecficas en la praxis social, y los virajes fortuitos en las relaciones sociales,instigados por cuestiones de disponibilidad de recursos, competencia y accesoa los centros de produccin y distribucin, densidad y tasa de reproduccin degrupos de poblacin, y las relaciones sociales de reproduccin, es decir, loseventuales patrones de parentesco, control de las mujeres y asignacin depoder y autoridad dentro de grupos de parentesco que son producto deaquellas condiciones especficas.

    Las contribuciones de este volumen abarcan desde el nivel macro al

    micro, aunque el nfasis est, para la mayora de los autores, en los nivelesmicro y meso. Una de las ms importantes cuestiones que surge es la de evitarun modelo excesivamente reduccionista a la hora de aprehender elfuncionamiento real de una formacin estatal dada en su contexto poltico,econmico y social aunque la falta de informacin emprica firmefrecuentemente hace que esto sea problemtico.

    Son evidentes las limitaciones de las definiciones que restringen laorganizacin estatal a las estructuras administrativas y gubernamentales, sinembargo la discusin por lo general se ha restringido con algunasexcepciones- a este nivel. En especial, por lo general se ha dejado de lado elpapel y funcin de los diferentes elementos que constituyen las poblaciones

    30 DIAMOND, J., Guns, germs and steel: the fates of human societies, New York 1997.

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    ordinarias de los estados y sus actividades cotidianas, de modo que el estudiodel estado en su mayor parte ha sido restringido por los lmites impuestos porlas nociones de los estados centralizados y sociedades de los siglos XIX y XX.Esto ha significado, en particular, que los historiadores se han visto limitadospor nociones de evolucin social que comienzan con los primitivos y finalizan

    con el estado-nacin moderno, una teleologa que generalmente ha ubicado lassociedades europeas occidentales a la vanguardia del progreso y eldesarrollo, y que, en consecuencia, convierte al resto del mundo o en vctimao en benefactor de los avances occidentales. Mientras esta perspectivaideolgica ha sido desafiada en dcadas recientes con vigor suficiente comopara merecer una mencin aqu, deberamos ser consientes de que continaejerciendo cierta atraccin, especialmente cuando estn en discusincuestiones como el nacimiento de Occidente.

    Igualmente sospechoso ha sido el estadocentrismo, un enfoque queconcibe a los estados como conjuntos de procesos operacionales que nieganautonoma infraestructural local a las regiones alejadas de los territorios

    centrales. Este enfoque tiende tambin a alentar una aproximacin cclica alcambio histrico en contraste con Europa, por ejemplo, algunas regionescomo el Asia del sur se ven como carentes de procesos acumulativos yracionales. Cada organizacin poltica se toma como un objeto de estudio en smismo, y, por lo general, de manera aislada, de modo que se caracterizaasumiendo un periodo de crecimiento, expansin y consolidacin seguido porun periodo de decadencia, para ser reemplazada tarde o temprano por unanueva, y al mismo tiempo ms dinmica estructura poltica, cada una de lascuales fundada sobre la misma base social invariable. Nuevamente, esto hasido desafiado y se ha propuesto un enfoque ms complejo en los debates msrecientes31. A este respecto deberamos distinguir los sistemas de losprocesos, una distincin que necesariamente suscita un problemametodolgico: si enfatizamos las diferencias sistmicas entre conjuntos derelaciones econmicas y de intercambio primitivas y complejas, imponemoslmites a la descripcin y definicin de las estructuras sociales y econmicasque empezamos a examinar, no porque tales estructuras sean de hechocircunscriptas y limitadas en s mismas, sino porque este sustantivismo reflejanuestra propia forma de aprehender y ordenar el pasado de acuerdo a losdatos disponibles. Adoptamos una metodologa y una tendencia cognoscitivainherente a todos los intentos de imponer orden y sistematizar en todas lassociedades humanas, y simplemente repetimos la misma tendencia, y de este

    modo la lgica y presupuestos de las fuentes

    32

    . Como Frank Perlin haargumentado, al definirla y volverse consciente de esto, el historiador ocientfico social est capacitado para escapar de las camisas de fuerzaintrepretativas que impone, y para ver que las conexiones relacionalessustantivizadas son, en el mejor de los casos, solamente un aspecto de lapraxis social dentro de un campo social mucho ms amplio33.

    Una forma de desafiar estos presupuestos donde hay informacinemprica disponible, claro est- es tratar de hacer un anlisis detallado de la

    31 RUESCHEMEYER, D.P., and P. EVANS, T.P. SKOCPOL, eds., Bringing the state back in,Cambridge 1985.32

    Para algunas objeciones, ver BOURDIEU, P., 'Structuralism and the theory of sociologicalknowledge', Social Research35 (1968) pp. 682-706.33 PERLIN, F.,The Invisible city, esp. pp. 28 y ss.

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    evidencia de lo que se ha dado en llamar infraestructuras extraoficiales,dentro de las cuales y sobre las cuales se construyen en la mayora de losestados las formas ms obvias de gobierno y de administracin del estadooficiales o pblicas. Esto podra tomar una variedad de formas, pero supremisa es que slo raramente las nuevas formas de estructuras polticas

    surgen del vaco (esto es, la aniquilacin de todo lo que fue antes), sino que,antes bien, los elementos de continuidad estructural y procesual estnuniversalmente presentes en el crecimiento de cualquier sistema nuevo. Elanlisis debe centrarse en una variedad de temas, incluyendo, por ejemplo, elpapel de las administraciones domsticas, de los sistemas de contabilidad, delos medios burocrticos y de intercambio, de las redes de derechos heredadosy jurisdiccionales, y de las solidaridades socioeconmicas populares eideologas e identidades locales.

    Las estructuras de administracin de gobierno ms amplias resultan deuna multiplicidad de relaciones infraestructurales, muchas de las cualespermanecen completamente invisibles para el historiador debido a la naturaleza

    de la evidencia disponible, pero que deberan tenerse siempre en mente aldescribir los resultados de la investigacin basada sobre los datos que setienen a mano. Hay un ncleo personal, orientado a la subsistencia individual yfamiliar para todas las infraestructuras organizacionales de las que se tienetestimonio histrico, en las cuales, por ejemplo, el poder de control delexcedente de riqueza y su distribucin podra tambin coincidir con formasheredadas y delegadas. Los sistemas estatales por lo general son el resultadode una evolucin de largo plazo de un amplio espectro de modos deorganizacin social micro-estructural altamente locales y doblegables,operando cada uno en su propio contexto inmediato de acuerdo a prcticas ytradiciones locales, que se aglutinan a un nivel ms alto para producir redes deintercambio, distribucin y gestin de recursos interlocales e interregionales.Tales redes siempre preexisten al momento formativo del estado real (aunqueeste momento puede identificarse con precisin slo en casos muy recientes).Para algunas sociedades tenemos en realidad suficiente material paraidentificar estos sistemas relacionales, al menos hasta cierto punto porejemplo el imperio y la tarda repblica romana, el estado bizantinoespecialmente en sus ltimos cuatro siglos ms o menos, el imperio otomano yalgunas de las ms recientes formaciones estatales en el subcontinente de laIndia, los sistemas estatales chino y japons ms recientes. Para los imperiostemporalmente ms distantes no siempre es posible, aunque puede obtenerse

    una sorprendente cantidad de informacin detallada para algunos aspectos delreino egipcio medio y tardo y de los imperios del Cercano Oriente (incluyendoAsiria).

    La razn para enfatizar este desarrollo colectivo, fortuito y encabezadopor muchos es que proporciona el contexto esencial en el cual los sistemas degobierno y administracin empezaron a desarrollarse, y estos son elementosfundamentales en el xito a mediano y largo plazo del estado como entidadpoltica. Las redes de administraciones domsticas de elite, los manojos dederechos y privilegios ganados sobre los recursos productivos, tanto a travsde procesos de largo plazo de herencia basada en el parentesco como a travsde derechos concedidos por autoridades polticas superiores, contribuyeron a

    situaciones en las que los estados fueron en efecto multicentrados,funcionando a travs de reas de efectividad administrativa progresivamente

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    descentralizada, dependiente de relaciones de apoyo, tributo y redistribucindel excedente hacia arriba mutuamente beneficiosas. Estas son raramentevisibles en el caso de la mayora de los estados antiguos sobre los quetenemos evidencia, pero pueden ser destacadas e introducidas en el anlisisde formaciones estatales ms recientes, como en la discusin de Frank Perlin

    sobre las formas en que los derechos hereditarios y la propiedad de lahermandad descrita con el concepto de vatan funcionaron en el estadomaratha en los siglos XVII y XVIII, una red de privilegios jurisdiccionales y depropiedad que coexista y armonizaba con un conjunto de derechos jerrquicoscentrados en el estado, y cuya dilucidacin debe guiar cualquier intento deabordar los orgenes del poder maratha en la regin34. Aunque podran serinalcanzables a travs del limitado material emprico antiguo, deberan quizasumirse ms extensamente cuando examinamos la dinmica interna decualquier formacin poltica. Un aspecto que surge indirectamente de lamayora de las discusiones de este volumen, pero que se dirige directamente alnivel micro del desarrollo del estado, es la importancia de la extensa

    conservacin de registros y cuentas. Estas parecen ser el elemento clave en elapuntalamiento estructural de los sistemas estatales, y no slo estimularon elcrecimiento de una elite especializada, letrada/ clerical, sino que funcionarontambin como determinantes de las direcciones hacia las que el poder y laadministracin podan evolucionar. Cada sistema parece desarrollar, en mayoro menor grado, un gabinete de categoras, tcnicas, sistemas de medidas, ysus prerrequisitos organizacionales; y stas demandan a su vez un ciertoconsumo de riqueza y recursos, un verdadero modo de organizacinsocioeconmica. Ellos fueron una caracterstica importante de la administraciny de la economa interprovincial que floreci bajo el gobierno aquemnida. Conobvias excepciones locales y regionales, se convirtieron en un importanteelemento en las economas del estado imperial romano, y lo siguieron siendo atravs de la historia del imperio bizantino. Fueron igualmente significativos anivel ideolgico, simbolizando el poder de la casa gobernante o del aparatoadministrativo del estado.

    Los sistemas de cuentas, registros y medidas son pues caractersticasesenciales de los desarrollos histricos ms generales que nos interesan, yejemplifican dos cuestiones fundamentales: primero, que el estado y lossistemas gubernamentales/ administrativos no pueden ser el producto deplanificaciones o reformas individuales (incluso si los individuos introducencambios o innovaciones en estructuras preexistentes) y, segundo, que las

    redes infraestructurales de administracin, intercambio, reciprocidad yapropiacin representan un elemento constante de cualquier conjunto msamplio de relaciones de poder poltico. Estas refuerzan a este ltimo y almismo tiempo siguen llevando una existencia que, aunque no sea autnoma(dadas las relaciones dialcticas que prevalecen entre todas estas diferentesinstancias de la sociedad) no obstante es relativamente independiente de laautoridad de orden superior en diferentes (progresivamente ms localizados)niveles de actividad; es decir, cuanto mayor la distancia social entre ellos y elpoder poltico-econmico superior, mayor su grado de autonoma. Pero nonecesariamente tiene que haber una uniformidad completa a travs de lastierras del estado, ni geogrficamente ni con respecto al uso social. Por cierto,

    34 PERLIN, F., The Invisible city, esp. pp. 60-74.

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    frecuentemente pudieron coexistir una multiplicidad de sistemas, y cuanto msdiverso geogrfica, social y polticamente un estado o imperio, ms variadossern los subsistemas de intercambio y medidas, bajo la superficie establecidapor sistemas oficiales. Aun en el ms uniforme de los sistemas monetarios,como por ejemplo Bizancio, existan variaciones locales y regionales

    determinadas por un lugar geogrfico y social35

    . Al respecto debemos tener enmente la especificidad de la organizacin social infraestructural y al mismotiempo su integracin en redes ms extensas de relaciones, un punto centralenfatizado tambin por Mann, que ha establecido un esquema para el anlisisdel proceso de cambio y evolucin de formaciones estatales, y que hadestacado tambin la naturaleza abierta y no limitada de las estructurassociales a ciertos niveles de praxis enfocando el problema desde el punto devista de la distribucin de redes de poder social36.

    Los problemas que surgen de estas cuestiones son especficamentepertinentes para el interrogante de cmo los imperios nacen y evolucionan,puesto que nos enfrentamos en la mayora de los casos a un proceso en el

    cual un amplio espectro de sistemas vecinos y subsistemas de distribucin delpoder sobre recursos e ideas son subsumidos o incorporados por un poderexterior agresivo, pero en el cual los agresores mismos son siempre afectadosde alguna manera por el proceso de conquista y por la naturaleza de lossistemas conquistados. En todos los ejemplos histricos tratados por loscolaboradores de este volumen ste fue el caso, aunque las modalidades atravs de las cuales se expresan estas relaciones variaron enormemente decaso en caso. Lo que vemos, inevitablemente, es la complejidad de laconstruccin del estado y del imperio, tanto con respecto a los orgenes ygnesis como respecto a su estructura y funcin.

    La conclusin de estas consideraciones es que las formaciones polticasde la tarda Roma y Bizancio, y sus sucesores islmicos en el Medio Oriente,pueden ser entendidos como estados, con todas las implicancias que el uso deese trmino conlleva. En lo que sigue considerar en mayor detalle cmo estosdos diferentes sistemas funcionaron en el contexto de las relaciones tributariasde produccin.

    6. Impuesto, tributo y renta: modalidades de extraccin del excedente enel mundo romano oriental

    La extraccin del excedente fue esencial para la subsistencia tanto delos sistemas polticos romano oriental o bizantino, como del omeya y abas; en

    ambos casos el motor fundamental fue el reclutamiento y apoyo de fuerzasmilitares con qu defender y sostener sus derechos territoriales y mantener elorden poltico. En el estado romano oriental, mientras los procedimientostcnicos variaban y evolucionaban a travs del tiempo desde el periodo tardoromano a los siglos XI y XII, la tierra se valoraba en funcin de si era ocupada ycultivada, de la naturaleza y (en ciertos periodos) el valor medio de laproduccin en el mercado (en una regin dada), y de su calidad (dependiendodel rea y/o la cosecha). Un mtodo similar se aplic a la ganadera para llevarla cuenta de la explotacin pastoril o granjera. Los cultivos especializados vid,

    35 Para ejemplos de la India, ver PERLIN, F.,The Invisible city, pp. 178-228.36

    Ver MANN, M., Sources of social power; e idem, 'The autonomous power of the state: itsorigins, mechanisms and results', en HALL, J. (ed.), States in history, Oxford 1986, pp. 109-136.

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    aceitunas, por ejemplo se tasaban de acuerdo a la calidad y coste deproduccin. Este sistema de apropiacin del excedente era mantenido yejecutado por una burocracia fiscal asalariada, que mantena registros detierras regionales y centrales, que a su vez desde el siglo VIII y seguramenteel IX- eran actualizados de forma regular.

    El excedente se recaudaba y redistribua en una variedad de formas. Lospropietarios privados de tierra normalmente recaudaban renta en metlico o enespecie, de acuerdo al tipo de contrato o arriendo y a las condicioneseconmicas del momento o del rea, o ambos (la disponibilidad del intercambiode mercado era esencial). El estado exiga excedente tanto en metlico comoen especie (para los impuestos regulares sobre la tierra, por ejemplo), as comoa travs de una variedad de servicios en trabajo: mantenimiento de estacionespostales y caballos, por ejemplo, o la produccin de mineral de hierro, tejidos,etc., los cuales se calculaban de acuerdo a tablas de equivalenciadeterminadas desde el centro. Igualmente, las comunidades locales enocasiones eran requeridas para ayudar en la construccin de caminos y

    puentes o fortificaciones, y para el alojamiento y alimentacin de los soldados ysus oficiales, funcionarios imperiales y mensajeros, etc. Para el siglo IX, yprobablemente desde el VII, el estado demandaba de los artesanos adecuadosla produccin de armas y diversos artculos del equipo militar, impuestos comocorveas adicionales entre las poblaciones de las provincias; eran comunes laslevas extraordinarias en comida o grano; mientras el servicio militar mismo,aunque no ameritaba exencin de los impuestos principales de la tierra y delsolar [hearth-taxes], liberaba de impuestos extraordinarios e imposicionessimilares37. Pero la cuestin central acerca de todas estas formas deapropiacin del excedente es que era obtenido, sin excepcin, a travs de unacoercin extraeconmicaya fuera que las obligaciones consuetudinarias y lafuerza de la ley, como en la mayora de los casos, apoyaran en ltima instanciaal poder militar imperial, o por la simple amenaza e intimidacin por parte de losfuncionarios del estado, hombres de la Iglesia o propietarios privados de tierra.Era sta una sociedad agraria de campesinos y artesanos, y ellos eran la nicafuente real de produccin de riqueza excedente.

    La prdida de control sobre gran parte de los Balcanes, y la conquistapor los rabes de las provincias orientales al sur de Asia Menor y la regin frtilde Cilicia en los comienzos del siglo VIII seal, como por lo general sereconoce, un importante cambio en las condiciones de existencia del imperio.El gobierno fue compelido a reestructurar los mtodos por los que extraa los

    recursos, as como la forma de distribuirlos. Tambin tuvo que reducir el gastoconforme con la reducida base de recursos a su disposicin. Los efectos de lasinvasiones y la guerra sobre la poblacin en las regiones ms afectadas, y porlo tanto sobre la capacidad productiva y sobre las lneas de comunicacin y lahabilidad del estado para mantener un sistema de transporte pblico, fueroncambios importantes en las condiciones sobre las que se fundaba el estadoromano. Pero sigui un abanico de cambios concomitantes, puesto que losprocesos burocrticos para asegurar la extraccin de recursos fueronmodificados, as como aquellos para el mantenimiento y sostn de unidades

    37 Sobre las variadas formas de tributacin y corveas estatales en el imperio bizantino, ver

    OIKONOMIDES, N., Fiscalit et exemption fiscale Byzance (IXe-XIes.), Athens 1996.

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    militares; asimismo cambiaron tambin las relaciones de poder entre elgobierno central y sus representantes a distintos niveles en las provincias.

    7. Poltica y poder estatal en Bizancio ca. 600-1100Pese a los problemas que tuvo que enfrentar la mitad oriental del imperio

    a mediados y fines del siglo V, su gran cohesin estructural y su flexibilidad lepermitieron sobrevivir tanto a los ataques externos como a la desintegracin desus pautas econmicas y comerciales38. A fines del siglo V y comienzos del VIse llev a cabo una reforma en la acuacin de moneda de bronce que iba aproveer la estructura bsica para el sistema monetario del imperio hasta el sigloXII39. Durante el siglo VI el imperio era lo bastante fuerte como para recuperarvastas regiones que haban sido perdidas a manos de invasores ocolonizadores. Aunque el costo de este expansionismo fue muy grande, elestado romano oriental a principios de los 630 todava abarcaba el norte defrica, Egipto, Siria moderna, oeste de Irak y de Jordania, junto con Lbano yPalestina, Anatolia, la mayor parte de los Balcanes, Sicilia, Cerdea y reas

    considerables de Italia, aunque reducidas por los lombardos. La mayor partede los Balcanes estaba fuera del control central efectivo, dominada por eslavosu otros invasores. Pero en el 630 los rabes emergieron de la pennsulaarbiga bajo la bandera del Islam y la guerra santa, y la resistencia imperial fuepoco ms que simblica. Para el 642 todo el Egipto y las provincias del OrienteMedio haban sido perdidas, las fuerzas rabes haban penetrado en lo msprofundo de Asia Menor y Libia, y las fuerzas imperiales se haban retirado aAsia Menor, para establecerse en las provincias de la regin, nica forma demantenerse. En un periodo de unos doce aos, por ende, el imperio perdialgo ms de la mitad de su rea y tres cuartos de sus recursos una prdidadrstica para un estado imperial que an tena que mantener y equipar unconsiderable ejrcito y una burocracia administrativa eficaz si quera subsistir40.Mientras muchos de los desarrollos que llevaron a esta transformacin estabanen movimiento desde mucho antes de la crisis del siglo VII, esta coyuntura fuesuficiente para provocar una crisis y promover las respuestas estructurales quesiguieron.

    Las derrotas y la contraccin territorial que resultaron de la expansindel Islam desde el 640 en el este, por un lado, y la llegada de los blgaros y elestablecimiento de un janato blgaro en los Balcanes desde el 680, por otro,alteraron radicalmente las condiciones polticas de existencia del estadoromano oriental. La transformacin de las estructuras administrativas estatales

    resultante dio lugar a un ejrcito que se bas casi enteramente en principiosdefensivos, para el cual la guerra ofensiva se volvi una rareza hasta mediadosdel siglo VIII, y el cual fue alentado por el gobierno imperial para evitar batallascampales y confrontaciones abiertas con fuerzas enemigas siempre que fueraposible.

    38 Sobre los sucesos polticos, JONES, A.H.M., The Later Roman Empire, 284-602, Oxford1964, pp. 217-237; STEIN, E., Histoire du Bas-Empire, I, Paris-Bruges/Amsterdam 1959, pp.351-364; II, Paris-Bruges/Amsterdam 1949, pp. 7 y ss, 177 y ss.39 Para estos desarrollos ver HENDY, M.F., Studies in the Byzantine monetary economy,Cambridge 1985, pp. 475 y ss; JONES, A.H.M, Later Roman empire, pp. 207 y ss, pp. 235 y ss.40Para una breve historia poltico-militar del periodo, ver OSTROGORSKY, George, History of

    the Byzantine State, Oxford 1969, pp. 83-95, pp. 100-117; y WHITTOW, M., The Making ofOrthodox Byzantium, London 1996, pp. 38-133. Para la proporcin de la prdida de ingresos,ver HENDY, Monetary economy, p. 620.

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    En efecto, los ejrcitos de campaa del estado romano tardo fuerontransformados en milicias provinciales, aunque un ncleo central de soldadosprofesionales full-time parece haber sido mantenido siempre por cadacomandante militar regional. Las regiones donde estas fuerzas fueronestablecidas, y eventualmente las unidades administrativas que se

    desarrollaron fuera de ellas (en el proceso de transformacin de las estructurasadministrativas ms antiguas) fueron llamadas themata, un trmino queoriginalmente designaba simplemente una regin asignada a un ejrcito. Sedesarroll una estrategia de guerra de guerrillas, en la cual se le permita a lasfuerzas enemigas penetrar en las zonas fronterizas antes de ser aisladas desus bases, y eran hostilizadas y acosadas hasta que se dispersaban o eranforzadas a regresar a sus propias tierras. Los oficiales bizantinos dirigan unaestrategia de tierra abrasada en muchas regiones, se aconsejaba a laspoblaci