HACIA UN MUNDO SIN POBREZA

Muhammad Yunus

La pero muerte es la que se da por inanición.

En un país lleno de catástrofes naturales, pobreza y corrupción, Muhammad

Yunus, un soñador, que pudo ver la luz al final del túnel, de ese túnel de las

necesidades; y así empezó a dar la mano a su pueblo y al mundo entero, a

través de los microcréditos.

Mientras Yunus enseñaba teorías económicas y demostraba que estas

aportaban respuestas a problemas de todo tipo. La principal dificultad radicaba

en que las teorías planteadas para resolver los problemas económicos y

sociales, no se aplicaban a la triste realidad de Bangladesh; es por esto que

decide palpar en carne propia la cruda realidad de su pueblo, tomando como

base a la aldea de Jobra. Esta aldea se convierte en su centro de estudio, y

poco a poco empieza a entender como se desarrolla el diario vivir de mucha

gente pobre; la cual es víctima de los intereses usureros de los préstamos que

a duras penas les permiten subsistir.

En Bangladesh no existía ninguna institución financiera que pudiera satisfacer

las necesidades de los pobres; por tanto Yunus trataba en su medida de

ayudar a la comunidad a fin de que salga de estado de pobreza; para esto crea

el Banco Grameen (Banco de la Aldea).

La filosofía del Grameen era observar cómo actuaban los otros bancos, y hacía

todo lo contrario, a tal punto que el banco se encargaba de llegar a la gente, y

para entregar un crédito lo único que se solicitaba era que la persona

demuestre su pobreza.

Los bancos convencionales construyen su institución de crédito basándose en

la desconfianza. Para el Grameen, crédito significa confianza mutua entre el

prestamista y el prestatario; y lo que intenta, es favorecer no solo a los cambios

económicos sino también a los sociales.

Sin darse cuenta, los bancos han creado una casta de insolventes, de

intocables. A través de la gestión del Banco Grameen, se logró demostrar que

los intocables son solventes; a tal punto que se llevaron la sorpresa de que el

reembolso de un préstamo sin garantía funciona mejor que cuando se solicita

una. En Bangladesh los bancos tradicionales son sexistas, usualmente no

prestan dinero a mujeres; pero el banco de los pobres determinó que si el

crédito se otorgaba a las mujeres producía cambios más rápidos que si se

otorgaba a hombres.

Los pagos de los préstamos se haría por medio de cuotas pequeñas para que

la gente no se de cuenta del pago. Para esto la formación de grupos era

esencial; ya que esto les daría mucha más seguridad y su conducta sería más

fiable, ya que las personas hacen lo mejor posible debido a que existe un

espíritu de competencia entre los miembros del grupo y si existen dificultades,

se pueden ayudar entre sí.

La alegría que sienten las personas al poder pagar sus deudas es muy

importante, ya que esto contagia a las demás personas y les impulsa a adquirir

préstamos, así como también a explorar sus potencialidades y a explorar su

creatividad.

El Grameen tiene la idea de que para tener éxito se debe confiar en los clientes

y mantiene una filosofía en la que se expresa que los pobres tienen su amor

propio y el ejemplo de los que pidieron prestado antes que ellos; tal es así que

se registra una tasa de reembolso del 98%.

En gran medida los logros del Grameen se deben al personal, ya que reclutan

jóvenes sin experiencia y no contratan personal de otros bancos o estructuras.

El personal se compone principalmente de profesores, ya que ellos ayudan a

alentar al trabajador, y le hacen comprender que el objetivo primordial es la

gente.

Un punto muy importante para que funcione este modelo es el de enseñar a la

gente como usar el crédito que adquieren, es decir que estos sepan

administrarlo e invertirlo muy bien para mejorar su situación. La única exigencia

es estar recibiendo ayuda social o estar desempleado, y tener una idea de

cómo invertir este dinero. Los fondos acreditados están destinados a la

inversión en actividades legítimas de generación de ingresos en los sectores

comerciales, de pequeña producción y de servicios.

Los pobres son gente muy proactiva, saben como ganarse la vida día a día e

incluso como cambiarla en situaciones difíciles, solo necesitan una

oportunidad. El crédito es un paso fundamental para ayudarlos a superarse.

Difundir este modelo significa adaptar las características más importantes de

esta filosofía hacia las distintas nacionalidades. Uno de los Organismo que

sigue las ideas del modelo es la Asociación para el Derecho de la Iniciativa

Económica (ADIE), es uno de los más importantes en Sudamérica y cuenta con

veinticinco afiliados que trabajan en trece países latinoamericanos; además hay

otras redes como FINCA y Katalysis.

El Grameen es un banco privado de auto asistencia y cuando sus miembros se

enriquecen, invierten en bombas extractoras de agua, en letrinas, en nuevas

viviendas, en escuelas y servicios de salud. Lo pobres con buena calidad de

vida no necesitan de caridad. Los subsidios de desempleo solo aumentan su

desamparo y los privan de iniciativa y dignidad.

La filosofía Grameen tiene algo de derecha ya que apoyan la economía de

mercado y la creación de empresas. Y también tiene algo de izquierda, ya que

trata de eliminar la pobreza, brindar una educación y cobertura médica para

todos, es decir que exista una mayor igualdad.

Los programas Grameen cubren el mundo entero; se ha avanzado mucho

desde la primera vez que Yunus ayudó en la aldea Jobra a 42 personas en

1972, hasta las más de 2,3 millones de personas que se han visto beneficiadas

con los microcréditos.

A lo largo del tiempo han existido muchas discrepancias respecto a la políticas

que maneja el Banco Grameen y el Banco Mundial; ya que el BM no cumple su

objetivo primordial, que es el de apalear la pobreza; a tal punto podemos decir

que en este organismo no se implementan políticas y programas que ayuden a

la gente, especialmente a los pobres.

Se derrumbaron las teorías adversas de que los pobres no son capaces de

salir adelante; que las mujeres son menos capaces que los hombres; que los

pobres que no poseen tierras no son fiables como los prestatarios y que los

pobres no saben trabajar en equipo, hacer previsiones, decidir por ellos

mismos y administrar un préstamo.

Eliminar la pobreza del mundo es más un asunto de voluntad antes que de

medios financieros. La verdadera solución consiste en que todos luchen con

armas iguales, logrando así una verdadera igualdad de oportunidades. El mejor

remedio contra la pobreza es la creación de empleos; pero en este caso, el

trabajo no salva a los pobres, la salvación está en el capital unido al trabajo.

Conclusiones:

Existe una diferencia abismal entre las teorías de desarrollo económico y la

vida real; mientras que por un lado las teorías nos permiten soñar con un

mundo ideal; fuera de las aulas de clase, la cruda realidad nos enseña de

que lo plasmado en el papel muchas veces no se lo puede llevar a la

práctica. En este caso particular Muhammad Yunus al empaparse de la

realidad de su pueblo, logró aportar de una forma inigualable a salir a

mucha gente de la pobreza a través de los microcréditos.

El dar limosna a los pobres no es una solución a largo plazo, ni siquiera a

corto plazo; hay que enseñarle a la gente a pescar y no darle el pescado

listo para llevarlo su mesa. El Banco Grameen pretende dar la posibilidad

de acceder a microcréditos a millones de personas a fin de que mejoren sus

condiciones de vida y puedan salir del umbral de la pobreza económica.

Mucha de esta gente se ha visto restringida de progresar no por su falta de

capacidad sino por las condiciones que imperan en nuestro mundo

moderno; y que privilegian irónicamente a quienes más recursos tienen.

Recomendaciones:

Que se implemente un sistema a nivel mundial que permite establecer a los

microcréditos como una necesidad urgente en todos los países que así lo

requieran; a tal punto que se establezcan bancos especializados como el

Banco Grameen, que permitan aportar al desarrollo y progreso económico y

social de todos los pueblos que sufren las consecuencias de la pobreza.

Que se instauren programas de capacitación sobre emprendimiento y

manejo financiero enfocados a la gente a la gente que pretenda acceder a

microcréditos a fin de que logren plasmar todas sus ideas en proyectos

viables que beneficien no solo a sus familias, sino al toda la sociedad.

Bibliografía:

- YUNUS, Muhammad. Hacia un Mundo sin Pobreza, Editorial Andrés

Bello, 1998.