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6 Artes & Letras HERALDO DE ARAGÓN 16 de febrero de 2017 Carmen G. de la Cueva (Alcalá del Río, Sevi- lla, 1986) presentaba ayer en Los Portadores de Sueños su libro ‘Mamá, quiero ser feminis- ta’ (Lumen, 2016), que acaba de llegar a su se- gunda edición. Explica. «No es una novela, si- no más bien unas memorias, una autobiogra- fía un tanto anglosajona a la manera de Caitlin Moran». La autora dice que para ella el feminismo es «el intento de reivindicar, desde mi posición de escritora, editora y pe- riodista, la igualdad entre el hombre y la mu- jer». Carmen G. de la Cueva hace un inciso y recuerda que es la responsable del sello La Señora Dalloway, donde ha aparecido un pri- mer libro: ‘La tribu’, una selección de los artí- culos que han publicado diversas autoras en el blog ‘La tribu de Frida’, y el próximo será un breve diario de la poeta chilena Teresa Wilms Montt (1893-1921), una precursora del feminismo que se suicidó en París. Carmen G. de la Cueva reconstruye su in- fancia, entre mujeres de cuatro generaciones, y recuerda cómo le influyeron desde Jo March, de ‘Mujercitas’, a Pippi Calzaslargas. Más tarde, con 18 años, descubrió un libro ca- pital: ‘El segundo sexo’ de Simone de Beau- voir, que estuvo muy en boga en los 70 y 80. «No ha pasado de moda. En el fondo quizá no hayamos avanzado mucho. Tras publicar mi libro he recibido cartas de jóvenes de 16 años y de mujeres maduras de 60 o más. La sensa- ción que tengo es que varias generaciones se sienten reflejadas en el libro y que aún se ex- panden los tabús en torno al cuerpo, el amor, la visión social o el machismo. Eso me lleva a pensar en algo que es como una constante en el volumen: las mujeres no estamos solas». Carmen G. de la Cueva hace hincapié en su vida en el pueblo, pero también evoca sus sa- lidas a Londres, Praga o Alemania, donde vi- vió la amarga experiencia de la violación de una de sus mejores amigas en el Erasmus. En la evolución, discontinua o elíptica de su rela- to, Carmen acude a dos mujeres más: Virginia Woolf, «que me ha acercado al feminismo desde el punto de vista literario», y Sylvia Plath. «Leyendo su novela y su poesía no te- nía claro que fuese feminista, pero en cuanto lees sus ‘Diarios’ te das cuenta de que sí lo es. No solo vivió momentos tristes, sino otros muchos alegres. Las mujeres hemos tenido una vida subterránea». La escritora resalta su colaboración con la ilustradora Mar Hernán- dez, ‘Malota’. ¿Cuál es el lugar del hombre? Lo tiene claro: «Que sea un compañero, un alia- do, que sea solidario y esté con nosotras». ARTES Carmen G. de la Cueva se rebela DIÁLOGOS / ANTÓN CASTRO «El cuarto propio» de Virginia Woolf. MALOTA/LUMEN Julia Puyo pasea ante su obra conceptual y reflexiva que critica el estado del bienestar. OLIVER DUCH COLECTIVA ALGUNOS DE LOS MEJORES ARTISTAS ACTUALES DE ARAGÓN, EN LA LONJA Experiencias en el tiempo MISCELÁNEA ARTÍSTICA La mirada rompe el tiempo Colectiva. Comisaria: Desirée Orús. La Lonja. Ayto. de Zara- goza. Hasta el 12 de marzo. L as obras de arte tienen una relación extraña, incluso enfermiza, con el tiempo. Adorno dijo que «en cuanto las obras de arte fetichizan la espe- ranza de su duración, padecen su enfermedad mortal». El remedio estaría, según él, en liberarse de esa ilusión de la permanencia, y acoger lo perecedero «por sim- patía con lo vivo efímero». El ejemplo de Samuel Beckett y el antiarte fueron sus recetas para la regeneración estética. En este sentido hay que confesar que fue profético. Tras su muerte (1969) el arte ha adoptado tácti- cas que son suicidas sólo en apa- riencia, pues le han permitido una supervivencia paradójica. Frente a la vieja manufactura de objetos perdurables, los procesos de creación pueden ser eventos, y lo que queda de ellos es algo pa- recido a una documentación, o un rastro virtual. La actual exposición de La Lonja, comisariada por Desirée Orús, reúne a artistas nacidos después de ese año 69. Lo que fueron «nuevos comportamien- tos» son, para ellos, parte de una tradición a la que se han sumado con naturalidad. El artista ya no necesita elegir un marco de ac- tuación codificado, sino que tie- ne la posibilidad, e incluso la obli- gación, de diseñar su propia es- trategia. En esta colectiva no apa- recen las disciplinas (pintura, fo- tografía…) de un modo puro. El título escogido hace mención ex- plícita a la mirada (el factor vi- sual) y al tiempo, y al choque de ambos, que puede seguir llamán- dose elección, lo que la vieja teo- ría llamaría el diseño (o desig- nio). Cambian los procedimien- tos, pero permanece la voluntad de otorgar visibilidad (o fijeza) a lo que se mueve. La comisaria ha incitado a ha- blar a los artistas, y me parece in- teresante ofrecer una batería de citas. Nacho Arantegui habla del conflicto entre los tiempos del hombre y la Naturaleza, y del contexto de su trabajo: «veladas artísticas y medioambientales que estoy desarrollando en algu- nos espacios singulares de nues- tro entorno próximo». Dentro de este entorno (el próximo a Zara- goza) y como lugares especiales, la mina de sal de Remolinos y los bosques de rivera. David Latorre Instalación de David Latorre con ‘A flor de piel’ de fondo. OLIVER DUCH Instalación de ‘Platanus x hispánica’ de Arantegui (2017). OLIVER DUCH

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Page 1: HA 2017-02-16 : ARAMON : AYL-ARTES Y LETRAS : 6 : Página 6-7 … RATIA ALEJANDRO 1.pdf · March, de ‘Mujercitas’, a Pippi Calzaslargas. Más tarde, con 18 años, descubrió un

6 ● Artes & Letras ● HERALDO DE ARAGÓN ● 16 de febrero de 2017

Carmen G. de la Cueva (Alcalá del Río, Sevi-lla, 1986) presentaba ayer en Los Portadores de Sueños su libro ‘Mamá, quiero ser feminis-ta’ (Lumen, 2016), que acaba de llegar a su se-gunda edición. Explica. «No es una novela, si-no más bien unas memorias, una autobiogra-fía un tanto anglosajona a la manera de Caitlin Moran». La autora dice que para ella el feminismo es «el intento de reivindicar, desde mi posición de escritora, editora y pe-riodista, la igualdad entre el hombre y la mu-jer». Carmen G. de la Cueva hace un inciso y recuerda que es la responsable del sello La Señora Dalloway, donde ha aparecido un pri-mer libro: ‘La tribu’, una selección de los artí-culos que han publicado diversas autoras en el blog ‘La tribu de Frida’, y el próximo será un breve diario de la poeta chilena Teresa Wilms Montt (1893-1921), una precursora del feminismo que se suicidó en París.

Carmen G. de la Cueva reconstruye su in-fancia, entre mujeres de cuatro generaciones, y recuerda cómo le influyeron desde Jo March, de ‘Mujercitas’, a Pippi Calzaslargas. Más tarde, con 18 años, descubrió un libro ca-pital: ‘El segundo sexo’ de Simone de Beau-voir, que estuvo muy en boga en los 70 y 80. «No ha pasado de moda. En el fondo quizá no hayamos avanzado mucho. Tras publicar mi libro he recibido cartas de jóvenes de 16 años y de mujeres maduras de 60 o más. La sensa-ción que tengo es que varias generaciones se sienten reflejadas en el libro y que aún se ex-panden los tabús en torno al cuerpo, el amor, la visión social o el machismo. Eso me lleva a pensar en algo que es como una constante en el volumen: las mujeres no estamos solas».

Carmen G. de la Cueva hace hincapié en su vida en el pueblo, pero también evoca sus sa-lidas a Londres, Praga o Alemania, donde vi-vió la amarga experiencia de la violación de una de sus mejores amigas en el Erasmus. En la evolución, discontinua o elíptica de su rela-to, Carmen acude a dos mujeres más: Virginia Woolf, «que me ha acercado al feminismo desde el punto de vista literario», y Sylvia Plath. «Leyendo su novela y su poesía no te-nía claro que fuese feminista, pero en cuanto lees sus ‘Diarios’ te das cuenta de que sí lo es. No solo vivió momentos tristes, sino otros muchos alegres. Las mujeres hemos tenido una vida subterránea». La escritora resalta su colaboración con la ilustradora Mar Hernán-dez, ‘Malota’. ¿Cuál es el lugar del hombre? Lo tiene claro: «Que sea un compañero, un alia-do, que sea solidario y esté con nosotras».

ART

ESCarmen G. de la Cueva se rebela

DIÁLOGOS / ANTÓN CASTRO

«El cuarto propio» de Virginia Woolf. MALOTA/LUMEN

Julia Puyo pasea ante su obra conceptual y reflexiva que critica el estado del bienestar. OLIVER DUCH

COLECTIVA ALGUNOS DE LOS MEJORES ARTISTAS ACTUALES DE ARAGÓN, EN LA LONJA

Experiencias en el tiempo

MISCELÁNEA ARTÍSTICA

La mirada rompe el tiempo Colectiva. Comisaria: Desirée Orús. La Lonja. Ayto. de Zara-goza. Hasta el 12 de marzo.

L as obras de arte tienen una relación extraña, incluso enfermiza, con el tiempo.

Adorno dijo que «en cuanto las obras de arte fetichizan la espe-ranza de su duración, padecen su enfermedad mortal». El remedio estaría, según él, en liberarse de

esa ilusión de la permanencia, y acoger lo perecedero «por sim-patía con lo vivo efímero».

El ejemplo de Samuel Beckett y el antiarte fueron sus recetas para la regeneración estética. En este sentido hay que confesar que fue profético. Tras su muerte (1969) el arte ha adoptado tácti-cas que son suicidas sólo en apa-riencia, pues le han permitido una supervivencia paradójica. Frente a la vieja manufactura de objetos perdurables, los procesos de creación pueden ser eventos, y lo que queda de ellos es algo pa-recido a una documentación, o un rastro virtual.

La actual exposición de La Lonja, comisariada por Desirée Orús, reúne a artistas nacidos después de ese año 69. Lo que fueron «nuevos comportamien-tos» son, para ellos, parte de una tradición a la que se han sumado con naturalidad. El artista ya no necesita elegir un marco de ac-tuación codificado, sino que tie-ne la posibilidad, e incluso la obli-gación, de diseñar su propia es-trategia. En esta colectiva no apa-recen las disciplinas (pintura, fo-tografía…) de un modo puro. El título escogido hace mención ex-plícita a la mirada (el factor vi-sual) y al tiempo, y al choque de ambos, que puede seguir llamán-dose elección, lo que la vieja teo-ría llamaría el diseño (o desig-nio). Cambian los procedimien-tos, pero permanece la voluntad de otorgar visibilidad (o fijeza) a lo que se mueve.

La comisaria ha incitado a ha-blar a los artistas, y me parece in-teresante ofrecer una batería de citas. Nacho Arantegui habla del conflicto entre los tiempos del hombre y la Naturaleza, y del contexto de su trabajo: «veladas artísticas y medioambientales que estoy desarrollando en algu-nos espacios singulares de nues-tro entorno próximo». Dentro de este entorno (el próximo a Zara-goza) y como lugares especiales, la mina de sal de Remolinos y los bosques de rivera. David Latorre

Instalación de David Latorre con ‘A flor de piel’ de fondo. OLIVER DUCH

Instalación de ‘Platanus x hispánica’ de Arantegui (2017). OLIVER DUCH